El postmodernismo
El modernismo es ahora considerado como una forma antaña de pensar. La visión del mundo dominante en los círculos seculares y académicas de hoy se llama postmodernismo.
Los postmodernistas han repudiado la confianza absoluta de la modernidad en la ciencia como el único camino a la verdad. De hecho, el postmodernismo ha perdido completamente el interés en "la verdad", insistiendo en que no hay tal cosa como la verdad absoluta, objetiva o universal.
El modernismo era realmente una locura y necesitaba ser abandonado. Pero el posmodernismo es un paso funesto en la dirección equivocada. A diferencia del modernismo, que estaba todavía preocupado con el hecho de si las convicciones básicas, las creencias y las ideologías eran objetivamente verdaderas o falsas, el postmodernismo se limita a negar que toda verdad pueda ser conocida objetivamente.
Para el postmodernista, la realidad es lo que el individuo se imagina que es. Eso significa que lo que es "verdadero" se determina subjetivamente por cada persona y no hay cosa tal como la verdad objetiva y autoritativa que rige o se aplica a toda la humanidad universal. El postmodernista cree sencillamente que es inútil discutir si la opinión A es superior a la opinión B. Después de todo, si la realidad no es más que una construcción de la mente humana, la perspectiva de la verdad de una persona es, en última instancia, tan buena como la de otra.
Habiendo renunciado a conocer la verdad objetiva, el postmodernista se ocupa en la búsqueda de "entender" el punto de vista de la otra persona. Así, las palabras verdad y el entendimiento adquieren nuevos significados radicales. Irónicamente, "entender" requiere que en primer lugar rechacemos la posibilidad de conocer toda la verdad. Y la "verdad" se convierte en nada más que una opinión personal, por lo general mejor guardada para uno mismo.
Esa es la única e inalterable demanda que el posmodernismo hace a todos: no debemos pensar que sabemos alguna verdad objetiva. Los postmodernistas sugieren a menudo que se debe mostrar el mismo respeto a cada opinión. Y por lo tanto, en la superficie, el postmodernismo parece impulsado por una preocupación flexible por la armonía y la tolerancia. Todo esto suena muy caritativo y altruista. Pero lo que realmente subyace en el sistema de creencias postmodernista es una intolerancia absoluta por cada visión del mundo que hace afirmaciones de verdad universales – el Cristianismo bíblico en particular.
En otras palabras, la posmodernidad se inicia con una hipótesis que es incompatible con la Verdad objetiva divinamente revelada de la Escritura. Al igual que el modernismo, el postmodernismo se opone fundamental y diametralmente al Evangelio de Jesucristo.
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