John MacArthur
INERRANCIA, EXÉGESIS Y EXPOSICIÓN
Postulados y proposiciones
Permítanme presentar cinco postulados lógicamente secuenciales que muestran y sostienen mis principales proposiciones. Estas cinco ideas también establecen la verdadera base bíblica para la doctrina de la infalibilidad:
1. Dios es (Gén 1:1; Sal 14, 53; Heb 11:6)
2. Dios es verdadero (Éx 34:6; Núm 23:19; Dt 32:4); Sal 25:10, 31:6; Isa 65:16; Jer 10:8, 11; Jn 14:6, 17:3; Tit 1:2; Heb 6:18; 1 Jn 5:20, 21).
3. Dios habla en conformidad con Su naturaleza (Nú 23:19; 1 Sa 15:29; Ro 3:4; 2 Ti 2:13; Tit 1:2; Heb 6:18).
4. Dios habla sólo la verdad (Sal 31:5, 119:43, 142, 151, 160; Prov 30:5; Isa 65:16; Jn 17:17; Snt 1:18).
5. Dios habló Su Palabra verdadera de manera coherente con Su verdadera naturaleza para ser comunicada a Su pueblo (una verdad evidente en sí misma que se ilustra en 2 Tim 3:16-77; Heb 1:1).
Por lo tanto, debemos tener en cuenta las siguientes proposiciones.
1. Dios dio Su verdadera Palabra para ser proclamada por completo como la dio, es decir, todo el consejo de Dios ha de ser predicado (Mateo 28:20, Hechos 5:20, 20:27). En consecuencia, cada porción de la Palabra de Dios debe ser considerada en luz de su totalidad.
2. Dios dio Su verdadera Palabra para ser comunicada exactamente como Él la dio. Debe ser entregada sin que sea alterado el mensaje.
3. Solamente el proceso exegético -el cual da lugar a la proclamación expositiva- cumplirá las proposiciones 1 y 2.
La relación de la inerrancia con la predicación expositiva
Ahora, permítanme sustanciar estas proposiciones con respuestas a una serie de preguntas. Van a encauzar nuestro pensamiento desde el nacimiento de la revelación de Dios a su destino anhelado.
1. ¿Por qué predicar? Simplemente, Dios lo ordenó (2 Ti 4:2) y los apóstoles respondieron (Hechos 6:4).
2. ¿Qué debemos predicar? La Palabra de Dios – sola Scriptura y tota Scriptura (1 Ti 4:13; 2 Ti 4:2).
3. ¿Quién predica? Hombres santos de Dios (Lu 1:70; Hechos 3:21; Ef 3:5; 2 Pe 1:21; Ap 18:20, 22:6). Solo después que Dios hubo purificado los labios de Isaías es que fue enviado a predicar (Isa. 6:6-13).
4. ¿Cuál es la responsabilidad del predicador? Primero, el predicador necesita darse cuenta que la Palabra de Dios no es la palabra del predicador. Sino:
· Él es un mensajero, no el creador (euaggelizo).
· Es un sembrador, no la fuente (Mt 13:3, 19).
· Es un heraldo, no la autoridad (kerusso).
· Es el administrador, no el dueño (Co 1:25).
· El es el guía, no el autor (Hechos 8:31).
· Es quien sirve el alimento espiritual, no el cocinero (Juan 21:15, 17).
Segundo, el predicador necesita reconocer que la Escritura es ho logos tou theou (la Palabra de Dios). Cuando él se comprometa a esta verdad y responsabilidad maravillosa, su meta será estar bajo la Escritura, no sobre ella; y permitirá que hable a través de él, dando su mensaje, no el de él. En nuestra predicación, eso es lo que siempre debe suceder. En el obituario del gran conductor alemán, Otto Klemperer, Nevile Cardus habló de la manera en la que que Klemperer “ponía la música en movimiento”, manteniendo todo el tiempo un estilo deliberadamente anónimo y humilde para que las notas musicales pudieran expresarse ellas mismas, en su propia integridad, a través de él. Así debe ser en la predicación; la Escritura misma debe ser la que habla; y la tarea del predicador es simplemente “poner la Biblia en movimiento”. (Packer, Inerrancy and Common Sense, p. 203) [Inerrancia y sentido común]
La expresión “la Palabra de Dios” (logos theou en los textos griegos) es usada 47 veces en el Nuevo Testamento. Es lo que Jesús predicó (Lucas 5:1). Fue el mensaje que los Apóstoles enseñaron (Hechos 4:31, 6:2). Era la palabra que los samaritanos recibieron (Hechos 8:14) tal como dada por los Apóstoles (Hechos 8:25). Fue el mensaje que los gentiles recibieron de Pedro (Hechos 1:1). La palabra que Pablo predicó en su primer viaje misionero (Hechos 13:5, 7, 44, 48, 49, 15:35-36). Fue el mensaje predicado en el segundo viaje misionero de Pablo (Hechos 16:32, 17:13, 18:11). Fue el mensaje que Pablo predicó en su tercer viaje misionero (Hechos 19:10). Era el foco de Lucas en el libro de los Hechos en que creció (Hechos 6:7, 12:24, 19:20). Pablo tuvo el cuidado de decirle a los corintios que él habló la Palabra así como fue dada por Dios, que no había sido adulterada y que era una manifestación de la Verdad (2 Co 2:17, 4:2). Pablo reconoció que era la fuente de su predicación (Col 1:25; 1 Tes 2:13).
Así como fue con Cristo y los apóstoles, así también la Escritura debe ser entregada por los predicadores de hoy en día en una manera que ellos puedan decir: “Así dice el Señor”. Su responsabilidad es entregarla tal como fue dada en su originen y con el mismo propósito.
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