John MacArthur
El discernimiento bíblico verdadero está basado en el conocimiento y el amor de la Verdad - como dijo Pablo en 1 Tesalonicenses 5:21, cada creyente que discierne debe examinar todo; retener lo bueno. Pero ese no es el único componente. Hoy en día, demasiados pastores y líderes de la iglesia creen que si ellos tan sólo predican la Verdad, sus congregaciones podrán evitar el error mediante ósmosis. El verdadero discernimiento no trabaja de ese modo, tal como Pablo aclara en el próximo versículo de Tesalonicenses: “Absteneos de toda especie de mal” (1 Tesalonicenses 5:22).
La palabra traducida “absteneos” es un verbo muy fuerte, apech, que significa “contenerse,” “alejarse de,” “apartarse.” Es la misma palabra utilizada en 1 Tesalonicenses 4:3: “apartéis de fornicación” y 1 Pedro 2:11: “abstengáis de los deseos carnales.” Apela a una separación radical de “toda forma de mal.” Esto incluiría, por supuesto, la mala conducta. Pero en este contexto, la referencia principal parece ser a las malas enseñanzas - la doctrina falsa. Habiendo examinado todo a la luz de la Palabra de Dios, cuando usted identifica algo que no es adecuado - algo que es impío, falso, erróneo o contrario a la sana doctrina - rechácelo.
La Escritura no autoriza a los creyentes a exponerse al mal. Algunas personas creen que el único modo de defenderse de las falsas doctrinas es estudiarlas, ser expertos en ellas y dominar todos sus matices – luego, refutarla. Conozco personas que estudian las sectas más de lo que estudian la sana doctrina. Algunos cristianos se sumergen en la filosofía, el entretenimiento y la cultura de la sociedad. Ellos piensan que una estrategia como esa fortalecerá su testimonio ante los incrédulos.
Pero el énfasis de esta estrategia es erróneo. Nuestro enfoque debería ser conocer la Verdad. El error debe ser rechazado.
Por supuesto, no podemos recluirnos a una existencia monástica para escapar de la exposición a toda mala influencia. El apóstol Pablo escribió: “Quiero que seáis sabios para el bien e ingenuos para el mal” (Romanos 16:19).
En 1 Tesalonicenses 5:22: “Absteneos de toda apariencia de mal,” versión de La Biblia de las Américas, la palabra apariencia es eidos; literalmente, “aquello que se ve.” La Biblia RV1960 da una idea mejor diciendo “toda especie de mal.” Debemos rechazar al mal de cualquier forma que éste se manifieste, oponernos a cualquier manifestación del mismo.
Esto excluye de manera explícita al sincretismo. El sincretismo es la práctica de combinar ideas de diferentes religiones y filosofías. Algunas personas - incluso algunos que profesan ser creyentes - devoran materiales de cada culto y denominación, buscando lo bueno en todo eso. Cualquier cosa que ellos consideren buena, la absorben en su sistema de creencias. Terminan creando sus propias religiones únicas basadas en el sincretismo.
Un sincretista podría intentar usar 1 Tesalonicenses 5:21 para justificar su metodología: “Examinadlo todo; retened lo bueno.” Eso es, después de todo, lo que está haciendo, examinando todo. Pero lo que realmente está haciendo es en realidad opuesto a lo que el pasaje requiere. El versículo 21 se compensa con el versículo 22: “Absteneos de toda apariencia de mal.”
La doctrina errónea no es lugar donde buscar la verdad. Usualmente existe algún punto de verdad aún en la herejía más repugnante. Esa es la sutil estrategia de Satanás. Él a menudo sabotea la Verdad mezclándola con el error. La Verdad mezclada con el error es usualmente mucho más efectiva y mucho más destructiva que una confrontación directa de la Verdad. Si usted piensa que todo lo que escucha en la radio y la televisión cristiana es enseñanza confiable, entonces usted es un blanco perfecto de la fe insensata. Si usted piensa que todos los que aparentan amar la Verdad lo hacen realmente, entonces usted no entiende las artimañas de Satanás. “Satanás se disfraza como ángel de luz,” escribió Pablo. “Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia” (2 Corintios 11:14-15).
Satanás también disfraza sus mentiras como verdad. No siempre pelea de manera abierta contra el Evangelio. Es mucho más probable que ataque a la Iglesia infiltrándola con el error sutil. Él utiliza el truco del caballo de Troya, ubicando falsos maestros dentro de la Iglesia, donde pueden “introducir encubiertamente herejías destructoras” (2 Pedro 2:1). Él coloca sus mentiras en la boca de alguien que dice hablar en nombre de Jesucristo -alguien encantador y atrayente- y entonces, difunde sus mentiras perversas en la iglesia, donde pueden alejar a los discípulos de Cristo (Hechos 20:30). Él atribuye versículos de la Biblia a sus mentiras. Utiliza el engaño de la hipocresía. Disfraza la mentira como verdad. Le encanta el sincretismo. Hace que el mal parezca bueno.
Es por eso que tenemos que examinar todo con cuidado; y rechazar lo que no es sano, lo que es corrupto o erróneo. Hacer algo menos que eso es mortal. Hoy en día, millones de personas en la iglesia están siendo abrumadas por el ardid del caballo de Troya que llama a la integración de las ideas seculares y la verdad bíblica. Otros son fácilmente engañados por cualquier cosa llamada “cristiana.” No examinan todo con cuidado. No se aferran a la Verdad. Y no rechazan al mal. Como resultado, quedan vulnerables a la falsa doctrina y no tienen ninguna defensa contra la fe insensata.
Eso no es discernimiento.
(Adaptado de Reckless Faith.)
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