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Información de la EditorialTodos hemos escuchado que la decisión y compra de una casa es una de las decisiones más significantes que una persona puede hacer. En este mundo temporal eso puede ser verdad. Sin embargo, escoger en dónde usted y sus hijos aprenderán las cosas de Dios y servirán al Señor Jesucristo tiene consecuencias eternas.
Cada semana en Gracia a Vosotros recibimos cartas de oyentes pidiéndonos recomendaciones de una buena iglesia en su área. Estas peticiones indican tres tipos de personas queriendo hacer la decisión sabia en seleccionar una iglesia: aquellas que se han mudado o se mudarán; nuevos creyentes queriendo buscar una buena iglesia, y aquellas quienes sus iglesias actuales se han apartado de los principios bíblicos. Tales circunstancias nos obligan a considerar lo que es verdaderamente importante en una iglesia.
¿Es ésta iglesia correcta para mí?
¿Cuál es el criterio bíblico que debemos tener al considerar una nueva iglesia? Hay que comparar la búsqueda de una nueva iglesia con la de una nueva casa. Cuando uno está buscando un nuevo hogar, las personas normalmente se preguntan, ¿Cuánto cuesta? ¿Es suficiente grande para cumplir las necesidades de nuestra familia? ¿Está construida bien? ¿En qué clase de vecindario se encuentra? ¿Tiene un ambiente cálido y cómodo? ¿Es propia para la hospitalidad? Similarmente, antes de escoger una iglesia necesitarás considerar su fundamento, estructura, función y ambiente.
Antes de considerar estos componentes importantes, debes entender claramente que ninguna iglesia es perfecta. Algunas iglesias locales pueden tener condiciones excelentes, mientras otras tienen muchas cosas por arreglar! Debes buscar la voluntad de Dios y ser dirigido por el Espíritu Santo en la selección de una iglesia. También necesitarás evaluar cómo tú y tu familia pueden contribuir a ese ministerio para que no sea solamente otra iglesia, sino que también una iglesia que es parte de tu familia.
Investigando sus cimientos, su fundamento.
Jesús dijo que el hombre sabio construye su casa sobre la roca y el hombre necio construye su casa sobre la arena (Mat. 7: 24-27). Cuando vienen las tormentas, la estabilidad de los cimientos determina ambos: la dirección y la durabilidad de la estructura. Si estás buscando un hogar en el cual vivir o una iglesia en donde adorar, su cimiento es crucial.
Hay cuatro componentes importantes que componen los cimientos de una iglesia local estable:
Una perspectiva apropiada de la Escritura. Al investigar una iglesia potencial, toma atención particular en cómo consideran la Biblia. ¿Creen en la inspiración e inerrancia de las Escrituras? ¿Creen que la Biblia es la única ley para la fe y la práctica (2 Tim. 3:16; 2 Ped. 1:20-21)?
Un énfasis en la enseñanza y predicación de la Biblia. Observa la clase de predicación que tienen. ¿Es primordialmente expositiva, temática o evangelistica por naturaleza? ¿Es el alimento primordial el mensaje repetitivo de la salvación cada semana o son los creyentes nutridos en la Palabra (Hechos 20:27; 1 Tim. 4:13-16; 2 Tim. 4:1-5)? Debe haber un compromiso fuerte a la buena calidad de enseñanza bíblica.
Solidez doctrinal. Así como investigaría la solidez de los cimientos de una casa, así se debe investigar la postura doctrinal de las iglesias que se visitan. ¿Qué creen sobre temas cruciales de la fe cristiana como el nacimiento virginal y la deidad de Jesucristo; la depravación del hombre; la obra de Cristo en la cruz; Su muerte, sepultura, y resurrección corporal; la salvación por gracia por medio de la fe solamente; la segunda venida de Cristo; y las ordenanzas del bautismo y la comunión?
La práctica doctrinal. Observe si la iglesia practica las doctrinas que clama creer y enseñar. Así como Santiago le dice a la iglesia en general, “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos” (Santiago 1:22; c. Lucas 6:46; Juan 13:17).
Examine la estructura
Una vez que esté satisfecho con los aspectos fundamentales de la iglesia, necesita ver sus componentes estructurales. Recientemente caminé a través de una casa nueva en construcción. Noté columnas que no estaban reforzadas, uniones de materiales que no juntaban bien y vigas que estaban torcidas y desiguales. Esos eran defectos estructurales obvios en esa casa, publicada como siendo construida por “¡lo último, mejores y verdaderos constructores!”
El material y los componentes de las estructuras de la iglesia local proveen no solamente su fuerza, pero también dictan el carácter y dirección de su ministerio. Esos componentes incluyen:
Gobierno de la iglesia: Busque si los líderes de la iglesia funcionan de acuerdo con los principios del Nuevo Testamento (1 Ti. 3:1-13; 5:17-20; Tito 1:4-9; He. 13:7, 17).
¿Ven a Cristo como cabeza de la iglesia y Su deseo de gobernarla a través de la pluralidad de hombres piadosos (Ef. 1:22; 4:15; 5:23; Co. 1:18; 1 Co. 11:3)?
Evidencia de orden. El ministerio de la iglesia, incluyendo sus servicios, enseñanza y administración, deben tener un sentido obvio de orden. Algunos servicios de la iglesia muestran falta de planificación, como muchos hogares con planes mal estudiados. Algunas iglesias manejan los recursos y obra del Señor en una forma al azar que trae vergüenza al nombre de Cristo. Como Pablo dijo de la iglesia, “Pero hágase todo decentemente y con orden” (1 Co. 14:40).
Metas y objetivos funcionales. Al investigar una nueva iglesia, busque si el liderazgo tiene metas. ¿Tienen planes de futuros proyectos con dirección? ¿Tienen en mente métodos particulares para alcanzar esas metas? Como Pablo, nosotros como iglesia necesitamos correr “no como a la ventura” (1 Co. 9:26).
El tamaño. Cuando uno compra una casa, algunas personas prefieren la calidez de un hogar pequeño en un lugar callado en el campo. Otros prefieren vivir en una estructura más grande en un área urbana. Lo mismo sucede cuando uno considera el tamaño de una iglesia. Algunos cristianos aman estar involucrados en un ministerio grande urbano con cientos y aun miles de personas. Otros se sienten perdidos en la inmensidad de tal ministerio y prefieren una congregación más pequeña. De nuevo, encontrar tú lugar en el Cuerpo de Cristo, requiere la dirección del Espíritu Santo en tu vida.
Vea cómo funciona
Cuando esté satisfecho con los cimientos y la estructura, el comprador sabio de una casa también buscará, que sea funcional. ¿Cumple el propósito por el cual fue diseñada? ¿Cumple las necesidades de la familia?
Conforme vaya observando la forma en que funciona la iglesia, busque un énfasis en la alabanza a Dios. Vea si el liderazgo enfatiza la importancia de honrar y glorificar a Dios en todas las cosas (1 Co. 10:31; Co. 3:17). También observe la participación de cada miembro. ¿Ejercen sus dones espirituales en el Cuerpo de Cristo (Ro. 12:3-8; Ef. 4:11-13; 1 Pe. 4:10-11) o parece que esperan que el pastor haga todo?
¿Enfatiza la iglesia el evangelismo como una de sus funciones primarias? ¿Son las misiones en casa y en otros países una parte importante de su ministerio (Ma. 28:19-20; Mar. 16:15; Hechos 1:8)? ¿Qué del discipulado? ¿Ves que los miembros de la iglesia y los líderes buscan hacer discípulos y reproducirse ellos mismos en las vidas de otros (2 Ti. 2:2; Tito 2:3-7; Ma. 28:19-20)?
Una iglesia local estable es marcada por el amor. ¿Parece que los miembros genuinamente se aman el uno al otro? ¿Ministran a las necesidades de los demás? Conforme se vaya familiarizando con la iglesia, ¿siente que los miembros se aman así como Cristo mandó (Juan 13:34-35)? Note si las amistades se forman fácilmente (c. He. 10:24-25; Fil. 2:1-4; Ef. 4:1-3).
El liderazgo de la iglesia que escoja debe estar comprometido a enseñar y apoyar el diseño de Dios para la familia (Ef. 5:22-6:4; Co. 3:18-21; Tito 2:1-8; 1 Pe. 3:1-7). ¿El programa de la iglesia contribuye o quita tiempo de la fuerza de la familia?
Revisando su ambiente
Si alguna vez ha estado buscando casa, conoces lo que es caminar dentro de ella y sentir el ambiente del lugar. Puede sentirse fría y sombría o cálida y acogedora. Puede tener un sentir de casa o puede ser impersonal – casi como un museo.
Sin duda has tenido esa misma experiencia al asistir a varias iglesias. Ciertos factores observables contribuyen al ambiente completo de la iglesia local. Estos componentes ambientales son usualmente manifestados en actitudes.
Un concepto alto de Dios. Proverbios 9:10 dice: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.” Debe ser obvio que las personas, desde el liderazgo hacia los laicos, se enfocan en la gloria y la majestad de Dios. ¿Toman seriamente a Dios y le exaltan en todo lo que hacen? Su concepto de Dios afectará cada aspecto de sus vidas y ministerio. Pregúntese si Dios es el enfoque de su adoración o si están preocupados con los demás o con ellos mismos.
La presencia de la fe sincera. ¿Es obvio que la iglesia vive y opera por fe? ¿Las personas están dispuestas a confiar en Dios (He. 11:1, 6; Ef. 3:20; 2 Co. 5:7; 1 Te. 5:24)?
Espíritu de sacrificio. ¿Puedes ver que los miembros de la iglesia están dispuestos a sacrificarse ellos mismos y sus posesiones para el progreso del reino de Dios (Ro. 12:1; 2 Co. 8:3; Ma. 6:33)? ¿Sientes que sacrificarán sus propias vidas por otros (Fil. 2:3-4; Juan 15:13; Ef. 5:1-2)?
Actitudes apropiadas hacia el pastor y otros líderes. Conforme vayas platicando con las personas, sea sensible a cómo ellos consideran a sus líderes. ¿Aprecian y estiman al pastor y a los otros líderes con “mucha estima y amor por causa de su obra” (1 Tes. 5:13)? ¿Están apoyándoles completa, espiritual, emocional y materialmente (1 Ti. 5:17-18; He. 13:7,17)?
Espíritu de unidad. Esto es muchas veces la actitud más obvia que luce en una congregación local. Un extraño puede usualmente sentir rápidamente si una iglesia es unida en su ministerio. Eso tiene un gran efecto en su testimonio a la comunidad y refleja bien el nombre de nuestro Señor (Juan 13:34-35; 1 Co. 1:10-17; 3:1-9; Ef. 4:1-6; Fil. 2:1-5; 4:1-5).
¿Soy una persona adecuada para esta iglesia?
Hemos visto los componentes de los cimientos, estructura, funciones, y ambiente de una iglesia local. Ahora examínese y pregúntese, ¿Hay oportunidades que puedo tomar para poder servir y ejercer mis dones espirituales? ¿Tiene este cuerpo local una necesidad que por la capacidad de Dios yo pueda cumplir? ¿Estoy dispuesto a aceptar lo que la iglesia puede hacer por mí, pero también lo que yo puede hacer para el Señor conforme le sirva a Él en esta iglesia? ¿Estoy dispuesto a dar de mi tiempo, dinero, energía y oraciones para contribuir al éxito de esta iglesia (Marcos 12:30; Ro. 12:1)?
Una casa no es una casa hasta que todos los miembros de la familia contribuyan a su éxito. Lo mismo es verdad de una iglesia. Solamente cuando cada miembro en la familia de Dios ejerza sus dones dados por Dios es cuando los hijos de Dios se sentirán en casa en Su iglesia.
La decisión que hagas referente a la iglesia donde vas a asistir, afectará grandemente tu vida espiritual y las vidas de tus hijos. De hecho, las decisiones que hagas ahora afectarán a sus descendientes y a las generaciones por venir. Esa es una realidad edificante.
Acuérdese que ninguna iglesia cumplirá perfectamente todos estos criterios. No hay una iglesia perfecta. También, recuerde que cada iglesia tendrá su propia mezcla de características que hemos examinado. La clave es encontrar una iglesia que cumple esas características en un balance apropiado, no exagerando algunos aspectos más que otros. Un ministerio balanceado es un ministerio controlado por el Espíritu. Si encuentra una iglesia que posee muchas cosas pero no todas las características que hemos mencionado, no la abandone inmediatamente. Considere si Dios le quiere usar para ayudar a mejorar el cuerpo local conforme ejerza sus propios y particulares dones espirituales.
Escoger una iglesia es una de las decisiones más importantes que tendrá que hacer – una que tiene que ver con la eternidad. Muchos de nosotros gastamos como mínimo igual de tiempo y esfuerzo haciendo esa decisión así como decidimos cuál será nuestra vivienda terrenal.
Tomado de un artículo escrito por Mike Fitzhugh que apareció en la revista Masterpiece en la edición de Julio/Agosto 1990.