Este artículo también está disponible y se vende como un folleto.
Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:
Por favor, contacte a la casa Editorial para obtener copias de este recurso.
Información de la EditorialAquí esta lo que Pablo escribió:
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Estas palabras en ninguna manera implican que los romanos no se habían sometido a Cristo. La frase “presentéis vuestros cuerpos” es un verbo en el pasado en el texto griego. Algunos han tratado de disputar que habla de una primera y última entrega total. Esto es un entendimiento muy simple de un verbo del pasado. Es más correcto interpretar el mandamiento de Pablo como un llamado a una entrega decisiva, deliberada y continua.
Romanos 6:17-18 provee que Pablo conocía que esos creyentes habían “obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual [fueron] entregados; y libertados del pecado, [vinieron] a ser siervos de la justicia”. Obviamente no los estaba llamando a una entrega a Cristo por primera vez.
Nadie disputaría que este mandamiento en versículo 2 a ser transformados niega la verdad que aquellas personas ya eran sido transformadas – eran hechas nuevas criaturas en Cristo (2 Corintios 5:17).
La enseñanza simple en las Escrituras es que la fe, la rendición, y nuestra vida transformada no son eventos de una vez. La Palabra exhorta a los creyentes a tener fe, a rendirse, y a obedecer continuamente. Eso no significa que nunca han hecho esas cosas antes. En esta vida nunca podemos tener suficientes recordatorios que nos animen a aplicar la Palabra de Dios más diligentemente. Dios mismo usa estos mandamientos para asegurarnos de nuestra perseverancia.