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Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:
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Información de la EditorialNo necesariamente. Aún el apóstol experimentó lucha perpetua con el pecado en su vida (Romanos 7:7-25).
Todos luchamos continuamente con pensamientos, actitudes, hábitos y deseos pecaminosos. Son aquellos que no luchan – aquellos que deliberadamente se deleitan en el pecado – que necesitan una sacudida a su sentido de seguridad.
Pelea contra el pecado considerando profundamente lo que te hace más vulnerable a él, y después establece prácticas piadosas en su lugar. Puede ser que necesites que una persona piadosa en quien confías tenga rendición de cuentas contigo, o necesitas tomar más tiempo en oración, o mantenerte alejado de aquellas cosas que te van a tentar.
Haz lo que sea necesario para disciplinarte y para evitar cualquier patrón de pecado antes que empiece de nuevo. Esa es la clave para mantenerte alejado del pecado – la práctica constante de pensar en cosas correctas y no dar provisión a la carne y sus deseos (Romanos 13:14).