Este artículo también está disponible y se vende como un folleto.
Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:
Por favor, contacte a la casa Editorial para obtener copias de este recurso.
Información de la EditorialCuando se morían los creyentes del Antiguo Testamento, sus espíritus inmediatamente iban a la presencia de Dios. Por ejemplo, en Salmo 16:11, el salmista anticipaba dejar este mundo para ir a la presencia de Dios y encontrar placer y plenitud de gozo por siempre. De nuevo, Salmo 23:6 nos muestra que el salmista anticipaba estar en la presencia de Dios después de su muerte. Job expreso una idea similar cuando dijo “aun en mi carne he de ver a Dios” (Job 19:25-27).
Además, las palabras de Jesús son claras en Mateo 22:23-32 cuando Él enseño que los creyentes del Antiguo Testamento iban directamente a la presencia de Dios en cuanto morían. En ese pasaje, Jesús reprende a los Saduceos, quienes no creen en la resurrección (22:23). Note lo que Él dijo en los versículos 31-32:
“Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.”
Estas palabras tienen significado solo si Abraham, Isaac, y Jacob – todos creyentes del Antiguo Testamento – están viviendo en la presencia de Dios.
Creyentes del Antiguo Testamento recibirán cuerpos glorificados en la Segunda Venida de Cristo (Ez. 37:12-14; Da. 12: 1-2; Mat. 25:46; 1 Te. 5:1-11; Ap. 20: 4-6). Pero mientras, sus espíritus moran en la presencia de Dios.