Este artículo también está disponible y se vende como un folleto.
Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:
Por favor, contacte a la casa Editorial para obtener copias de este recurso.
Información de la EditorialPregunta:
Hay algunos que enseñan que Dios ama solamente a Sus elegidos y odia a los que no son elegidos. Por favor comente.
John:
El hecho que algunos pecadores no son elegidos para salvación no es prueba que la actitud de Dios hacia ellos es totalmente falto de amor sincero. Nosotros sabemos en las Escrituras que Dios es compasivo, bondadoso, y bueno aun hacia los pecadores más obstinados. ¿Quién puede negar que sus misericordias fluyan de un amor de Dios sin límites?
Yo quiero reconocer, sin embargo, que al explicar el amor de Dios hacia los reprobados no es tan sencillo como muchos evangelistas modernos lo quieren hacer. Claramente hay un sentido en el cual la expresión del salmista, -Aborrecí la reunión de los malignos- (Salmo 26:5) es una reflexión de la mente de Dios. -¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y me enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo; los tengo por enemigos.- (Salmo 139:21-22). Tal odio como expresó el salmista es una virtud, y tenemos toda la razón de concluir que es un odio que Dios mismo comparte. Después de todo, Él dijo, -A Esaú aborrecí- (Mal. 1:3; Ro. 9:13). El contexto revela que Dios hablaba de una raza entera de personas malvadas. Entonces sí hay un sentido verdadero y real en el cual la Escritura enseña que Dios odia a los malos.
Entonces se debe hacer una distinción importante. Dios ama a los creyentes con un amor particular. Es un amor de familia, un gran amor de un Padre eterno para con Sus hijos. Es el amor consumado de un esposo con su esposa. Es un amor eterno que garantiza su salvación del pecado y de una horrible penalidad. Ese amor especial es reservado para los creyentes solamente.
Sin embargo, limitando este amor salvador y eterno a Sus escogidos no hace la compasión, misericordia, bondad, y amor de Dios para el resto de la humanidad insincero o insignificante. Cuando Dios invita a pecadores al arrepentimiento y para recibir perdón (Isa. 1:18; Ma. 11:28-30), Su llamada es de un corazón sincero de amor genuino. -Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?’- (Ezequiel 33:11). Claramente Dios sí ama aun a los que desprecian Su tierna misericordia, pero es un amor diferente en calidad, y diferente en grado de Su amor para con los Suyos.