La Palabra de Dios es clara: los creyentes no deben ceder a la ansiedad. Pero no se trata simplemente de una orden abrupta y tajante de dejar de preocuparse. Las Escrituras dejan claro que no debemos centrarnos en los planes, las necesidades y las incertidumbres del mañana, pero también dejan claro en qué sí debemos centrarnos en su lugar.
Esto fue lo que Jesús dijo a Sus seguidores y las mismas instrucciones son válidas para nosotros en la actualidad: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6:33).
En otras palabras, centre sus pensamientos y su energía en los planes y propósitos del Señor, y Él se ocupará de sus necesidades físicas. Dios quiere liberar a Sus hijos de la preocupación por lo mundano. Colosenses 3:2 lo dice de la forma más directa posible: “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra”. Un cristiano mundano y materialista es una contradicción de términos.
Buscar el reino de Dios debe ser nuestra prioridad principal. Significa hacer todo lo posible para promover el dominio de Dios sobre Su creación. Eso incluye manifestar Su dominio en su vida mediante “justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Ro. 14:17). Cuando el mundo ve esas virtudes en su vida en lugar de preocupación, esto es evidencia de la obra del Señor y da testimonio de las prioridades de su corazón. Puede hablarle a la gente del evangelio todo lo que quiera, pero si su vida está marcada por la ansiedad y el miedo, no creerán que usted tiene algo que ellos necesitan. Cuestionarán el poder y el amor del Señor.
No es fácil entregar sus preocupaciones al Señor y confiar en que Él suplirá todas sus necesidades. Pero es lo que Él nos ha mandado hacer a través de Su Palabra. Y en un mundo consumido por la preocupación y el miedo, una vida libre de ansiedad adorna el evangelio y magnifica al Señor.
Mire su vida de manera objetiva: ¿Dónde pasa la mayor parte de su tiempo? ¿Qué consume sus pensamientos? ¿Dónde pone su energía y sus recursos? El patrón diario de su vida dice mucho sobre lo que le importa, lo que espera, en lo que confía y lo que realmente ama.
De una forma u otra, su vida es un testimonio para quienes le rodean. ¿Qué dice su vida sobre su fe, sus miedos y sus prioridades?

(Adaptado de Venza la ansiedad)