Ahora, hemos estado hablando acerca de compromiso en relación con el estudio del Apóstol Pablo y hemos estado hablando desde diferentes ángulos. Y quiero en cierta manera resumir algunos pasajes que hemos usado en el pasado y unirlos, atar algunos cabos sueltos quizás. Y simplemente presentarles lo que creo que deben ser los principios básicos del compromiso, ciertamente conforme hemos estudiado libro de los Hechos hemos llegado a estar muy conscientes de la naturaleza del compromiso del Apóstol Pablo. El hombre fue un hombre que estaba totalmente dedicado. Él es el ejemplo perfecto de un hombre entregado de manera total en lo que creía y quiero en cierta manera usarlo como un punto de contacto para su estudio pasado del libro de los Hechos y simplemente empezar a partir de ahí.
Uno de los alumnos en Denver en esta semana hizo una pregunta de mi punto de vista personal, un poco más que los otros quizás, y él me pidió que le explicara la diferencia entre un ciervo eficaz de Dios, cuya vida realmente es bendecida y cuyo ministerio es fructífero y uno cuyo no es. Él dijo, “¿Cuál es la diferencia? ¿Qué es lo que hace que el ministerio de un hombre sea bendecido por Dios, fructífero y el de otro no?” Y yo dije, es una pregunta muy fácil de responder. Un hombre está comprometido y dedicado con la excelencia bíblica en todas las cosas y el otro está dispuesto a hacer concesiones. Esa es la diferencia.
Lo mismo es el caso en la vida del cristiano. Lo que hace la diferencia entre un cristiano que es bendecido y es fructífero y es eficaz y uno que no lo es. Y la diferencia es que uno está completamente comprometido con la excelencia bíblica en todo, el otro está dispuesto a hacer concesiones. Es así de simple, uno está satisfecho con lo mejor de Dios y nada menos. El otro va a estar contento con algo menos que eso.
Y le hablamos esta semana a este alumno en particular y a otros mucho acerca de la integridad bíblica. Algunas personas están totalmente comprometidas con hacer todo de acuerdo con la Palabra de Dios. Algunas están dispuestas a hacer concesiones y a hacer algunas cosas según la Palabra de Dios. Y otras simplemente a hacer a un lado la Palabra de Dios o ignorarla. Esa es la diferencia.
Un individuo opera de manera total en base a principios bíblicos. El otro mezcla sabiduría humana. En el ministerio usted pregunta, ¿qué es lo que hace la diferencia entre una iglesia eficaz – y con esto me refiero a eficaz como Dios la mide – y una que no es eficaz en términos de producir discípulos, en términos de la medida de Dios? Y la diferencia es que una opera bíblicamente, la otra está dispuesta a hacer concesiones hasta cierto punto para llegar al efecto que quieren alcanzar.
Como puede ver, la vida cristiana en términos de sus éxitos, en términos de sus excelencias o en términos de qué tan fructífera es, es simplemente cuestión de que usted está comprometido de manera total o no, con los principios que están en este libro. Si hay algo por lo que me esfuerzo aquí en la iglesia es integridad. Esto es coherencia con la Palabra de Dios. Y si hay algo por lo que yo me esforzaría en mi vida, es lo mismo.
Inclusive él hizo una pregunta más profunda, el alumno dijo, y dijo esto, “¿Cómo es que usted quiera estudiar cinco o seis horas al día? ¿Cómo puede empujarse a hacer eso? ¿Cómo puede usted forzarse a estudiar tanto?” Él dijo, “¿No cree usted que la mayoría de los ministros simplemente flotan?” Bueno, si usted ha estado en el deporte, usted sabe lo que el término flotar significa, es como empujarse cuando necesita hacerlo. Simplemente hace las cosas de manera fácil hasta que la crisis llega y entonces usted se esfuerza. “¿No cree usted que la mayoría de los ministros flotan?” Él dijo.
Bueno, esa es una pregunta muy interesante y probablemente yo diría, “Si, yo me imagino que la mayoría lo hacen.” “¿Pero cómo se disciplina usted a sí mismo para estudiar tanto y comprometerse con estas cosas?” Bueno, simplemente le dije esto, esa también es una pregunta fácil de responder. Y se reduce a esto. ¿Me preocupa más mi honra o la de Dios? ¿Me preocupa más mi comodidad o me preocupa más la madurez del pueblo que Dios me ha dado, la gente que Dios me ha dado? ¿Me preocupa mi propia vida o me preocupa equipar a los santos? ¿Me preocupa el prestigio de ser el pastor o realmente me preocupa el rebaño? Eso es realmente a lo que se reduce.
Digo, usted llega a la oficina, se puede sentar ahí, francamente nadie me dice qué hacer. Créalo o no. Digo, yo llego el lunes y simplemente hago lo que quiero toda la semana, es muy fácil simplemente decirse uno mismo, “Usted sabe, es un día agradable el día de hoy, no tengo ganas de estudiar hoy. Creo que simplemente voy a sacar mis palos de golf y los voy a desempolvar. Y usted sabe, voy a pasar uno o dos días haciendo eso.” Y después piensa, “Pero espera momento, va a haber un rebaño de personas aquí y van a decir aliméntame.” Y tiene usted que tomar una decisión, ¿no es cierto? Lo mismo es en la vida cristiana. Es cuestión de con qué está comprometido. Se reduce a eso. Siempre hay un precio que pagar por la eficacia.
Yo me acuerdo tantas veces oyendo a mi entrenador de fútbol americano en la universidad diciendo, “Caballeros, si ustedes van a ganar tienen que pagar el precio.” Y el precio era dolor diario durante cinco días para ganar el día sexto; dolor y más dolor. Él solía colocar letreros que decían, “Disfruten el dolor.” Había un precio que pagar y lo disfrutaba. Cuando usted hacía una buena jugada en el partido de fútbol pagaba un precio, dolor. Siempre piense que la única persona que cae es el que termina siendo lastimado, no. El otro hombre también terminara siendo lastimado, quizás igual de mal, nada más que el factor psicológico de que usted haya lastimado a alguien más quizás le ayude a vencerlo. Es lo mismo en la vida cristiana. Va a haber un precio que pagar por el compromiso.
Usted tiene que disciplinarse a sí mismo, usted tiene que decirle no a las cosas que su carne le diría sí, usted tiene que soportar algo del sufrimiento, algo de persecución, algo de rechazo, ser aislado. Pero el compromiso es anhelar la honra de Dios, la gloria de Dios y la integridad bíblica a costa de lo que sea. Eso es compromiso.
Y si usted está dispuesto a pagar ese precio, usted está en la frecuencia la que estaba Pablo, quien dijo, “Oye, yo sé que cuando llegue a Jerusalén me esperan allá aflicciones y cadenas. Pero ninguna de estas cosas – qué – me mueven, ni tampoco tengo mi vida, la tengo en alta estima para mí mismo con tal de que termine la carrera, que termine el ministerio que el Señor Jesús me ha dado.”
Ahora, veamos por un momento Efesios 6:14, como una especie de trampolín, y simplemente para mostrarle un principio de compromiso para iniciar, aquí tiene usted la armadura del cristiano y en Efesios 6:14, en particular encuentre usted una parte de la armadura, que realmente no es armadura, es más vestimenta que armadura. Pero comienza con esta explicación, Efesios 6:14 dice, “Estad pues firmes habiendo ceñido vuestros lomos con la verdad.”
Ahora, la primera parte del equipo que un soldado cristiano se pone es el cinto o el cinturón de la verdad. Y creo que usted va a reconocer que aquí estamos hablando una guerra con Satanás en este pasaje. Y si Satanás primordialmente ataca el área de la falsa doctrina, lo cual así lo hace, entonces es importante que el cristiano esté equipado con la verdad si es que él va a contraatacar la falsa doctrina.
Ahora, un soldado romano siempre usaba un cinturón porque su túnica simplemente andaba volando por todos lados ahí con el aire y si iba a estar ahí en la batalla y esto iba a estar volando ahí en el aire alguien podía jalarla y colocarla sobre su cabeza y eso terminaría con él. Entonces usted no debía ir a pelear una batalla con su atuendo volando por todos lados y tenía que asegurarse que tuviera su cinturón amarrado. Y se amarraban el cinturón bastante justo, tomaban las cuatro esquinas de la túnica, la metían ahí por el cinturón y en cierta manera la convertían en una mini túnica para que pudieran moverse y ser flexibles y no verse estorbados en absoluto. Entonces el cinto era aquello que unía todo, jalaba todo, apretaba todo, el arma estaba ahí pegada, estaba metida en el cinto, los metales estaban colgando ahí del cinto, el cinto en cierta manera era el coordinador de todo el atuendo.
Ahora, si usted ve la palabra verdad, que una mejor manera de traducir esa palabra sería veracidad. Él está diciendo, “Necesitan estar amarrados con el cinto de la veracidad.” Ahora, ese concepto es sinceridad o integridad o compromiso; un amor verdadero por la verdad es lo que él está diciendo, un compromiso veraz. En otras palabras, usted no puede ir a la batalla a menos de que usted esté amarrado con un compromiso con la victoria.
Cuando el soldado se ponía su cinto y le jalaba a las esquinas de su túnica y las metía dentro de ese cinto y metía y apretaba todo eso y colgaba ahí su espada, le estaba diciendo, “Ahora estoy listo para pelear la batalla.” El cinturón de la veracidad. La veracidad significa sinceridad, un amor real por la verdad, un compromiso total de corazón, alma y mente con hacer lo que está bien. Y si está bien derrotar a Satanás, entonces yo estoy comprometido con eso.
Francamente creo que la mayoría de los cristianos pierden en la vida cristiana porque no les importa mucho ganar, es cuestión de deseo, es carnalidad, y claro, es egoísmo cuando a usted no le importa, pero cuando le importa, ese es deseo y esa es la base del compromiso.
Ahora, claro que hay muchos malos entendidos acerca del compromiso, cuando decimos que estamos comprometidos con algo, me pregunto a veces si eso se refiere a una institución mental, esa palabra es usada. Pero ciertamente no en un contexto bíblico, hay muchas otras ideas extrañas acerca del compromiso. Hay algunas personas que creen que el compromiso es una especie de sentimiento que usted tiene, que ciertamente usted siente, usted va a un servicio y es conmovido y usted sabe de algún tipo de sermón de mucho impacto, mucha emoción y en cierta manera siente escalofríos espirituales y después dice, “Oh, yo dedico mi vida.” O se rededica o se reconsagra y sigue así y así, y usted sabe. Y simplemente es un patrón de vida para muchas personas.
De hecho estuve en una iglesia esta semana en Denver en donde tienen altares enfrente de la iglesia, tenían altares, altares enormes y que se extendían tan lejos tanto como este edificio, más de ellos en la parte de atrás. Simplemente un altar gigante, masivo. Y después normalmente en todo servicio hay por lo menos 150 personas rededicándose. Bueno, no estoy seguro de que entienden lo que eso significa que tienen que ir ahí todo el tiempo al altar, hay muchas cosas que no entendemos acerca de la dedicación. Siempre pienso en el niño en el campamento que se acercó y dijo, “Quiero dedicar mi tiempo al Señor.” Y aventó su reloj a la fogata. Era uno de esos servicios en donde usted aventaba a una vara, y fue un gesto amable, usted sabe, pero tiene que comprar un reloj nuevo, enfrentémoslo, es una mayordomía mala. Realmente no entendió lo que era la dedicación, usted sabe, él tenía lágrimas en sus ojos cuando lo hizo. Y usted sabe, hay muchos malos entendidos acerca de lo que es la dedicación o lo que es el compromiso; el compromiso no es un sentimiento, un compromiso no es el acto de caminar por el pasillo y detenerse en la parte de adelante.
Puede haber ocasiones en las que ese tipo de acción es útil. ¿Pero qué es compromiso? Permítame darle algunos principios. Y estas cosas estarán frescas en su mente el día de hoy después de que las hayamos repasado un poco. Uno, el compromiso comienza con un compromiso con amar al Señor Jesucristo, la dedicación en la vida del cristiano, la integridad en la vida del cristiano, el ceñirse con el cinto del compromiso comienza con amar al Señor Jesucristo.
Ahora, lo invito que pase Juan 21 por un momento y quiero mostrar algunas cosas en ese capítulo que son muy, muy básicas. El compromiso con amar al Señor Jesucristo es ilustrado aquí en este capítulo. Simplemente para darle algo de trasfondo, y el capítulo es un capítulo realmente muy importante porque es un capítulo post resurrección y explica una entrevista que Jesús sostuvo con Pedro después de que Él resucitó de los muertos. Y entonces es un gran capítulo de confirmación para el Cristo viviente, el Cristo resucitado.
Ahora, simplemente para darle una idea de lo que sucedió previo al capítulo 21 Jesús se había parecido a los apóstoles juntos por lo menos 2 veces en el aposento alto; una vez Tomás estuvo ahí y una vez no lo estuvo. Simplemente para ayudarle a entender las dos veces. Y entonces Él se había parecido a ellos en dos ocasiones y ellos habían visto a Jesucristo resucitado de los muertos, después Él había enviado este grupo de discípulos a Galilea, lo cual, claro, estaba al norte de Jerusalén donde lo habían visto.
Y Él dijo, “Ustedes vayan al monte y esperen ahí.” Los evangelios nos dicen esto fuera de Juan, “Y esperen el monte hasta que yo llegue y me manifieste ustedes y les dé las instrucciones para la operación futura.” Ahora, ellos sabían que habían sido comisionados en un sentido a proclamar la resurrección de Cristo. Ellos sabían que Él estaba vivo y ellos sabían que ellos iban a ser capacitados con el Espíritu Santo porque Jesús les había dicho eso. Y ahora se les ha dicho que esperen en el monte hasta que Él llegué ahí. Pero Pedro, claro, está allá arriba y no puede esperarse para nada. Él era impetuoso, él siempre en cierta manera tenía una túnica que le daba comezón o lo que sea. Él tenía prisa. Él está de pie ahí al lado del monte viendo ahí la sombra del sol cada 10 minutos y diciendo, “Espere un momento, ya estamos hemos estado aquí por mucho tiempo. No entiendo qué está pasando. ¿Dónde está Jesús?”
Y él comienza reflexionar en su propia vida aparentemente, y él comienza a recordar que cada vez que él ha enfrentado una crisis siempre ha fallado. Y él comienza a hablarse asimismo pensando que no tenía la capacidad de ministra para el Señor. Y entonces conforme él analiza su problema él decide que va a olvidar todo esto y va a regresar a su profesión antigua, ¿cuál era? Pesca.
Entonces observe lo que sucede, versículo 1, “Después de estas cosas Jesús se volvió a aparecer los discípulos en el Mar de Tiberias – esto es Galilea – y de esta manera se mostró a sí mismo. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado Didimo, Natanael de Caná en Galilea, los hijos de Sebedeo, que serán Jacobo y Juan, otros dos serían Andrés y Felipe lo más probable. Simón Pedro les dijo: yo voy a pescar, voy a regresar a lo que solía hacer.”
Y usted sabe, tuvo que ser el resultado simplemente de esperar y esperar y esperar y estar convenciéndose del hecho de que él simplemente no era adecuado, que él simplemente era un fracaso, que él le había prometido muchas cosas a Jesús y falló cada vez que le prometió y aunque él ya había tenido una entrevista personal con Cristo post resurrección, de acuerdo con Primera de Corintios 15, aparentemente no le confirmó su propia confianza. Entonces Pedro dice, “Voy a pescar.” Bueno, él era un líder, ¿verdad? Y cuando él dijo eso el resto de los hombres dijeron, “Vamos también.” Y como un grupo de pequeños patos de hule todos fueron del monte al bote sin pensar en su parte, simplemente en sumisión al liderazgo de la dinámica de Pedro.
Y claro, usted recuerda la historia, el Señor redirigió a todos los peces en el Mar a de Galilea y ninguno de ellos se acercaron al barco. Y puede imaginar que Pedro estaba diciendo, “Bueno, hay una cosa que sé hacer y eso es pescar. Y me voy a pescar.” Y regresó en nada toda la noche. Y claro, para empeorar las cosas, en el versículo 4, “Y en la mañana Jesús llegó a la costa y dijo: ¿han pescado algo?” Usted sabe, lo cual es como meter ahí el cuchillo en la herida y darle vuelta. Jesús les dijo, “Hijitos, ¿tienen algo de comida?” Y ellos respondieron, “No.” No sabemos qué más pudieron haber dicho ellos en silencio pero la palabra no está registrada.
Él dijo, “Echen la red del lado derecho del barco y encontrarán.” Ellos entonces echaron la red y ahora no podían sacarla por la multitud de peces. Y el Señor llamó de manera sobrenatural a los peces y simplemente atacaron el lado derecho del barco y ni siquiera podían meter los peces. Bueno, finalmente llegaron a la costa, Juan dice, “Es el Señor.” Y Pedro no podía esperar, se aventó al agua y nadó mientras el resto de ellos trataron de sacar a los peces y meterlos ahí al barco. Y el Señor tenía el desayuno listo. Se sentaron. En el versículo 12 Jesús dijo, “Vengan y desayunen.” Y entonces comieron. Y cuando habían terminado de desayunar Jesús confronta a Pedro.
¿Y puede imaginar usted a Pedro ahora sentado ahí en ese desayuno en la costa, en un desayuno que preparó el Señor Jesucristo? ¿Le he dicho como el Señor hace el desayuno? Desayuno. Y usted sabe, Él lo creó ahí mismo, probablemente estaban ahí y Pedro está ahí sentado con el Señor de la gloria comiendo el desayuno, está desayunando.
¿Sabe en lo que debió haber estado pensando? “Pedro, eres un torpe, eres una persona desobediente, no apta, no capaz.” Él ha fallado aquí otra vez. Él simplemente no parece tener éxito en obedecer al Señor en absoluto. Él siempre falla, él siempre reprueba toda prueba que se le es presentada. Y debieron haber habido lágrimas en sus ojos y en su corazón dolor y tristeza conforme veía a Jesús. Versículo 15, “Cuando habían acabado con el desayuno Jesús le dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás – le llamó usando su nombre antiguo porque él estaba actuando como su persona antigua – ¿me amas más que estos?” Él dice, “Pedro, ¿me amas más que estos?” ¿Más que estos qué? Bueno, quizás más que estas cosas, el barco, los pesos peces, las redes, el mar, todo el asunto de la pesca. “¿Me amas más que esas cosas? O quizás Él está diciendo, “¿Me amas más que sus discípulos me aman?” Porque Pedro había dicho que así era. “¿Pero realmente me amas?” Y él usa la palabra gapao, la cual es una especie de amor supremo, el tipo de amor más elevado.
Jesús dice, “Pedro, ¿realmente me amas? ¿Realmente me súper amas?” Como puede ver, esto es muy elemental. Al comisionar a cualquier hombre de Dios para cualquier servicio se debe establecer, se debe determinar que el ama al Señor Jesucristo. Eso es lo que estoy tratando de decir. Jesús quiere saber una cosa de Pedro, ¿me amas Pedro? Aunque Albino dijo, “Ningún hombre va a perseverar de manera constante al cumplir con su ministerio a menos de que el amor de Cristo reine en su corazón.” Fin de la cita.
Eso no es nada más que decir lo que Pablo dijo en Segunda de Corintios 5:14, “Porque el amor de Cristo – qué – nos constriñe.” El amar al Señor Jesucristo es elemental. Y yo creo que con lágrimas, en el versículo 15, pero respondió, le dijo, “Si Señor, Tú sabes que te amo.” Él le dijo, “Alimenta mis corderos.” Y Pedro usted sabe, no usó gapao, él no usó la palabra de Jesús, escuche esto, Pedro usó fileo, Jesús dijo, “¿Me súper amas?” Pedro dijo con lágrimas, “A mí me caes muy bien, me caes muy bien.” Ahora, yo creo que Pedro sintió que su amor era el amor superior. Yo creo que en su corazón él sintió que su amor era supremo, pero como puede ver, él no podía decir que tenía ese nivel de amor debido a su desobediencia. Habría sido ridículo para el decir, “Señor, te amo desde manera suprema, más allá de cualquier otra cosa.” Agape en su sentido pleno, “Te amo.” Y después el Señor labra dicho, “Si, claro, seguro. Esta es la razón por la que me desobedeces todo el tiempo.”
Siempre me acuerdo de cuando le hablé a un niño aquí de cinco años y le dije, “¿Cómo puedes tú mostrarle a tus papás que los amas?” Y él dice, “Los puedo obedecer.” Y él tiene razón. No diga que tiene ese tipo de amor si no hay obediencia en su vida. Y así es como Pedro lo hace, por eso no lo hace. Pedro dice, “Yo admito que estoy muy lejos de amarte como debo amarte y como eres digno de ser amado. No puedo declarar que tengo el nivel de amor más elevado, más noble, más puro aunque lo siento. No puedo decir que lo tengo. Te amo, sino de manera perfecta, verdaderamente.” Y Jesús va a quedar contento con eso.
Y Él dice, “Muy bien, alimenta mis corderos.”
Ahora, ¿qué es lo que Jesús quiso que Pedro hiciera? Él quiso que alimentara sus corderos, ¿verdad? Pero antes de que Él pudiera llegar a comisionarlo para alimentar a sus corderos, Él tenía que determinar que Pedro – qué – lo amaba. Usted sabe, usted no va a servir al Señor Jesucristo con ningún tipo de compromiso hasta que lo ame.
Entonces Él llama a Pedro al ministerio de alimentar a los corderos. Ese es el ministerio. Observé la palabra corderos que Él alimenta, mis corderos, los corderos de Cristo. ¿Sabe una cosa? Una las razones por la que estoy tan comprometido con enseñarle a usted es porque usted no es mío, ustedes de Él y a mí se me ha asignado una administración, una mayordomía.
Yo le dije los jóvenes esta semana, “Cuando ustedes tengan un vistazo del hecho de que el rebaño en su congregación no es de ustedes, sino que el Señor la compró por su propia sangre. Eso les va a dar un nuevo compromiso con enseñarles, con alimentarles.”
Yo tengo la responsabilidad de ejercer una administración ante Dios como alguien que tiene que rendir cuentas a Dios, de acuerdo con Hebreos 13. Debo dar cuentas a Dios por la administración que yo ejerzo y ustedes son mi mayordomía, ustedes son mi administración y ustedes son el rebaño de Dios, ustedes son las ovejas de Cristo y a mí se me ha dado la responsabilidad de alimentarlos. Yo no soy su dueño pero debo cumplir con mi responsabilidad con el cuidado más grande porque ustedes son la posesión más grande de Él.
Entonces él le dice a Pedro, “Alimenta mi posesión preciada, mis corderos.” La palabra alimenta es bosco y la palabra significa, es un presente durativo, significa continua alimentando. Y no es nada más que simplemente alimentar, no es guiar ni nada, no es congregar, es simplemente alimentación pura. La prioridad del ministerio es hacer – qué – alimentar. Esa es una cosa que la gente dice cuando llega a Grace Church, que normalmente dice, “Venimos aquí porque nos están alimentando.” Alimentar, ese es el ministerio. “Alimenta mis corderos.” Presente durativo. Todavía es el mismo patrón. Hechos 20:28 lo estudiamos recientemente, ¿no es cierto? Pablo le dice a los ancianos efesios, “Apacentad o alimentad la grey Dios sobre la cual Él os ha puesto por obispos. Aliméntenlos.” Pedro lo dijo en Primera de Pedro 5, “Aliméntenlos.”
Ahora, observe la segunda cosa; y Pedro había negado a Cristo en tres ocasiones y entonces el Señor le da tres oportunidades para redimirse a sí mismo, versículo 16 se Él dice por segunda vez, “Simón, hijo de Jonás, ¿me súper amas?” Agapao. Él le dice, “Sí Señor, Tú sabes que Tú me caes muy bien.” Él le dice, “Alimenta mis ovejas.” ¿Cual es la diferencia entre ovejas y corderos? Bueno, uno es maduro y otro es inmaduro, ¿verdad?
¿Usted sabe qué es lo que tiene que reconocer un ministro del evangelio? Que en una congregación él tiene ovejas y también tiene corderos. Y la palabra que él presenta debe ser lo que es apropiado para referirse a ovejas y lo que es apropiado para corderos. Y la palabra que él presenta debe ser aquello que es apropiado para ovejas y apropiado para corderos.
Y entonces decimos que en todos los mensajes que enseñamos debe haber algo de leche y algo de carne. Ahora, la palabra que él usa aquí es un poco diferente, poimino, poimino significa alimentar, pero también significa pastorear. Y es la palabra para pastor; involucra guiar, cuidar, ministrar, todo lo que se incluye en el pastoreo.
Tercera vez, versículo 17, Él le dijo la tercera vez, “Simón, hijo de Jonás – y Él uso la palabra de Pedro, escuche – ¿realmente te caigo muy bien?” Oh, eso le dolió. Como puede ver, Jesús hijo, “¿Me súper amas? ¿Me súper amas?” Pedro dijo, “Me caes muy bien, me caes muy bien.” Jesús dijo, “¿Realmente te llego a caer muy bien? Él le estaba diciendo, “Oye, Pedro, por tu conducta inclusive cuestiono eso.” Y Pedro se entristeció porque le dijo la tercera vez, “¿Te caigo bien?” Él no estaba triste porque Él le preguntó tres veces, él estaba triste porque la tercera vez Él uso la palabra de Pedro y cuestionó el testimonio de Pedro. Y él le dijo, “Señor, Tú conoces todas las cosas.” Esa es una gran declaración. Él apela a la omnisciencia, él dice, “Oye Señor, tú lo sabes todo. No oigas lo que digo, de mi corazón.”
Y cuando yo crecí como un niño solía pensar en la doctrina de la omnisciencia. ¿Usted llega a darse cuenta de que Dios lo sabe todo? ¿Alguna vez se le ha dicho eso cuando era niño? Mi papá solía decir, “Quizás nosotros no sepamos pero Dios sabe. Él ve lo que tú haces Juanito.” Y hombre usted sabe, me acuerdo una vez cuando mi papá era un evangelista y estábamos allá en la parte oeste de Estados Unidos de Norteamérica y él estaba predicando toda la semana en una iglesia y un pequeño niño que vivía junto a la casa donde nos estábamos quedando, estábamos quedándonos ahí en la casa del pastor. Y un niño pequeño al lado quería que fuera a la escuela, la escuela era el sábado y él me convenció para que hiciéramos un acto de vandalismo.
Y entonces volteamos todos los escritorios y toda la tinta por todo el piso en todos los escritorios, tiramos todas las cajas de arena que estaban ahí en el salón de clases, estaban haciendo algo ahí en el suelo. Arruinamos la escuela, fue algo terrible lo que hicimos. Y nos subimos por la pared y cortamos la cuerda de la campana de la escuela para que no pudieran tocar la campana de la escuela. Hicimos cosas terribles.
¿Y sabe una cosa? Mi padre nunca supo de eso, nunca le dije hasta que tuve 18 años de edad. Y ya entonces estaba fuera de su control. Él nunca lo supo. Pero usted sabe, al día siguiente algunas personas llegaron a la puerta ahí donde estábamos y dijeron, “Oh, algo terrible ha pasado. La escuela acaba de ser arruinada. Fue algo terrible.” Bueno, ¿sabe una cosa? Se me había metido tanto esta idea de que Dios vio todo lo que hice que estuve atormentado por años porque sabía que Dios había visto que yo hice eso.
Bueno, yo solía pensar en la doctrina de la omnisciencia como algo terrible. ¿Sabe una cosa? ¿Por qué es Dios va a querer desperdiciar su día simplemente al ver lo que yo hago? Después claro, maduré en mi entendimiento de la doctrina.
Y usted sabe, cuando crecí y me di cuenta de esto, de que eso y como Pedro y que hay algunos días en los cuales la única manera en la que Dios jamás podría saber que lo amo es si fuera omnisciente. Y me di cuenta de que esa doctrina tenía un lado positivo. ¿No le da gusto por ello? ¿No le da gusto que en los días de su vida cuando su testimonio no es muy claro usted puede decir, “Señor, siento mucho la manera en la que actuó? ¿Podrías leer mi corazón, ver mi corazón y saber que te amo? Y eso es lo que Pedro hizo.
Jesús le dijo, “Alimenta mis ovejas.” Y Él usa el término diferente para ovejas queridas y Él incluye a las ovejas y a los corderos en mis ovejas u ovejas queridas. “Alimenta mis corderos inmaduros, alimenta mis ovejas maduros, alimenta ambas, mis queridas ovejas. Debido a que realmente me amas, entrega tu vida al pastoreo de las ovejas.”
Ahora, ¿de qué tipo de amor está hablando? Ahora escuche esto. ¿Qué es este amor? ¿Es una moción? Él está diciendo, “Pedro, quiero que vayas con todas mis ovejas y simplemente las amas.” ¿Se da cuenta? Emocionalmente.
¿Sabe una cosa? Cuando yo llegué Grace Church tuve dificultades con eso porque yo quería amar a la iglesia entera. Y yo entendía los diferentes pasajes en la Biblia acerca de amar al rebaño como pastor. Ahora, yo era un pastor y este fue el primer lugar en el que jamás fui pastor y quería amarlos pero no podía, emocionalmente no podía amar a todo mundo porque usted sabe, usted no está atraído a toda persona en el mismo nivel, usted no solo se acerca a cualquier persona y a toda persona le dice, “Oh, tú me emociones.” No es así de simple, usted sabe.
Usted es cierto tipo de personas y ellos no tienen el mismo sentimiento hacia usted tampoco. Simplemente hay un elemento de personalidad en esto y sin embargo creo que hemos tratado de decirle a la gente que esta es la manera en la que deben amar. Pero no es así, inclusive han habido veces en mi vida en las que no estoy brincando y siento este sentimiento cálido hacia Cristo. Digo, no es nada más algo emocional.
Ahora, yo creo que para muchas personas en la actualidad en la iglesia lo único que tratan de hacer es estimular una especie de emoción hacia Jesús. Eso es todo. Permítame darle una definición, observe el versículo 18 y le voy a mostrar lo que el verdadero amor es, “De cierto, de cierto os digo, cuando eras joven te ceñías a ti mismo.” Él dice, “Pedro, ahora cuando tú eres joven, ahora, incidentalmente ahora que has declarado tu amor hacia mi tú oficialmente no estás en el ministerio y esto es lo que te va a pasar. Cuando tú eres joven te colocabas tu ciento e ibas adonde querías, caminabas adonde querías. Pero cuando seas viejo vas estirar tus manos y otro te va a ceñir y te va a cargar adonde no quieres ir.”
Ahora, observe esto, esto habló Él refiriéndose con qué tipo de muerte él había de glorificar a Dios. Él le dice a Pedro, “Pedro, realmente has hecho lo que has querido hacer pero viene el día cuando vas a estirar tus manos.” Esa es una frase usada para hablar de la crucifixión. “Pedro, vas a ser crucificado.” Esto habló Él refiriéndose, refiriéndose a mediante qué tipo de muerte él iba a glorificar a Dios.
Ahora observe esto, Jesús dice, “Pedro, ¿realmente me amas? Entonces muere por mí.” El primer principio del amor es el sacrificio abnegado, el sacrificio personal. No es una moción. Es la disposición de hacer un sacrificio.
Usted sabe, hay algunos días en los que yo francamente llego a esa oficina y me digo a mí mismo, “Tengo que preparar hoy y mi computadora está cansada, estoy cansado y tengo que hacer algo más.” Y es en ese punto en el que mi prueba de amor para el Señor Jesucristo se lleva a cabo para determinar si estoy dispuesto a hacer un sacrificio personal. Eso es algo pequeño. Él le dice a Pedro, “Lo que tú vas a hacer va a involucrar tu muerte.”
Ahora, Pedro siempre ha jurado que él podía enfrentar esto, Juan 13:36, hombre, simplemente le estaba diciendo al Señor que él lo podía enfrentar, Lucas 22:33, y ahora él va a tener una oportunidad. Y creo que el Señor le dijo esto para darle confianza porque él estaba tan convencido de su propio fracaso que cuando el Señor le dijo, “Vas a morir por mí.” Él probablemente pensó, “Oh, maravilloso. Finalmente lo voy a hacer y no voy aventar la toalla al final.”
Entonces el Señor definió el amor en términos de sacrificio. “Muy bien Pedro. ¿Me amas? Muere por mí.” Como puede ver, no es la emoción lo que busca el Señor, es el sacrificio lo que Él está buscando mientras tanto Él añade esto, el segundo principio de amor de obediencia, observe el versículo 19, cuando Él había dicho esto Él le dijo, qué, “Sígueme.” Ahí está, obediencia. La primera característica de amar al Señor Jesucristo es el sacrificio personal. La segunda es obediencia. No es una emoción de lo que estamos hablando, es un principio, es un principio.
¿Sabe una cosa? Es como el amor matrimonial, el amor matrimonial es más que una emoción, a usted se le manda amar a su esposa, a usted se le manda hacer eso. Ese es un principio de servir las necesidades de ella y lo mismo es en amar al Señor Jesucristo, es obediencia como también sacrificio personal.
Ahora, Pedro claro oyó este sígueme y entonces claro el Señor se puso de pie y camino y Pedro lo siguió. Simplemente lo interpretó de manera literal, caminando detrás de Él. Versículo 20, “Pedro se volteó.” Ahora, él cometió su primer error, digo, ni siquiera ha salido de la playa y el ya se está dando la media vuelta. Este hombre es incorregible, ¿no es cierto? Y el Señor, como puede ver, está exasperado con él. Pedro se voltea y ve al discípulo a quien Jesús amaba. ¿Quién es ese? Ese es Juan, a él siempre le encanta llamarse a sí mismo de esta manera. Él está tan contento por el hecho de que Jesús lo amaba, nunca nadie le tuvo que decir a Juan que lo siguiera. Él estuvo ahí. Usted sabe, el que se acostó sobre su pecho ahí en la cena y dijo, “Señor, ¿quién es el que te traiciona?” Pedro viéndolo le dijo a Jesús, “Señor, ¿y qué es lo que este hombre va a hacer?”
Ahora, como puede ver, él ni siquiera se ha salido de la arena y él está preocupado por Juan. Como puede ver, Jesús le dijo, “Pedro, vas a morir.” Y el voltea y dice, “Bueno, ¿y qué hay acerca de él?” Y usted simplemente puede ver al Señor decir, “Ah.” Y me encanta la respuesta. El Señor dice, “Y si yo quiero que él permanezca hasta que yo venga, ¿entonces qué? Tú sígueme. Si él vive hasta el rapto, no te importa. Si él tiene 2,500 años de edad, no te importa.” Y claro, ¿sabe cuál fue el rumor que se círculo ahí en ese entonces en la iglesia? “¿Oyeron que Juan va a vivir hasta el rapto?” Él no dijo eso, él dijo, “Si esa es su voluntad, eso no te importa, no te incumbe.” Claro, todo mundo siempre entiende las cosas mal. Pero como puede ver, Él está diciendo de manera enfática usando el pronombre tú, sígueme tú a mí.
Ahora, como puede ver, Jesús le ofreció Pedro una manera de exhibir y demostrar su amor. Él no le dijo a Pedro, “¿Me amas Pedro? ¿Cómo te sientes? ¿Se siente bien dentro de ti amarme? ¿Te sientes así como con sentimientos de calidez y todo eso?” No. Él le dice, “¿Me amas Pedro? Muere por mí. Y mientras tanto – has qué – obedéceme.”
¿Sabe usted cómo puede saber si ama al Señor Jesucristo? Si usted está dispuesto a hacer el sacrificio definitivo por su voluntad, y eso es algo diario. Cuando usted llega a una encrucijada de hacer lo que Él quiere o lo que usted quiere hacer. Si usted está dispuesto hacer el sacrificio y obedecerlo, usted lo ama. Como puede ver, Jesús nos ofrece una cruz y en ese día estas personas sabían lo que eso era. Usted va a Mateo 10 y usted puede ir a Mateo 16 y encontrar ahí acerca de llevar la cruz, de tomar su cruz y seguirlo y todo eso. Esas personas sabían lo que eso significaba. Porque Barus el general romano había apagado, había aplastado esa insurrección en Galilea, él había llenado los caminos de Galilea con cruces y estaban por todos lados y entonces esas personas sabían que los criminales siempre llevaban su propia cruz.
Y entonces cuando Jesús dice, “Vas a cargar una cruz para mí.” Todo mundo sabía lo que quiso decir, significaba sacrificio. Jesús dijo, “El amor paga un precio. La obediencia sacrificial no es una emoción amados, es un principio de sacrificio. Escuche primera de Juan, y creo que es importante que escuche esto, porque creo que esto nos a la indicación que estamos buscando, Primera de Juan 2:5, “Todo el que guarda su palabra.” Esto es obedecer la palabra guardar significa obedecer. “Todo el que obedece su palabra en él verdaderamente el amor de Dios ha sido perfeccionado.” Como puede ver, amar a Dios, amar a Cristo es visible en la obediencia, Primera de Juan 2:5, esa es la esencia del amor, obediencia, obediencia sacrificial.
Entonces amados, cuando usted dice que usted ama al Señor Jesucristo, cuando usted dice que ama al Señor Jesucristo esa no es una emoción. Ahora, cuando usted tiene que mostrar esa obediencia sacrificial y cuando usted ejerce aquello que cumple con Su voluntad, en contra de la voluntad de usted, entonces usted lo está amando sin importar lo que usted siente en su interior. Simplemente regreso a mi propia experiencia, puedo entrar a esa oficina y puedo decir, “Voy a hacer esto porque sé que esto va a servir la voluntad del Señor Jesucristo.” Y puedo rechinar mis dientes y estar ahí luchando a lo largo de un día de estudio intenso. Al final de ese día la única emoción que he sentido simplemente es la disciplina de hacerlo. Pero he amado el Señor Jesucristo en contra de mis propios deseos, ¿verdad? Porque he cumplido aquello que es Su voluntad y he hecho el sacrificio para hacerlo.
Ahora, mucha atención, su amor hacia el Señor Jesucristo es definido como una obediencia contenta sacrificial. Vamos a dar un paso más hacia adelante, hay una segunda área que el compromiso involucra y eso es un compromiso con amar a los hermanos. Otra cosa que es muy elemental y una prioridad muy elevada en la Palabra de Dios en el Nuevo Testamento es que no solo amamos al Señor Jesucristo sino que nos amemos unos a otros. Eso es básico, hay tantas escrituras acerca de esto que ni siquiera tenemos el tiempo de entrar a todas ellas, pero Primera de Pedro 1:22 es un comienzo, “Viendo que habéis purificado vuestras almas al obedecer la verdad a través del espíritu para tener un amor no fingido de los hermanos – escuche – ámense unos a otros de corazón puro fervientemente.” La palabra ferviente en el griego es ectonase, es una palabra médica de estirar un músculo, estirar lo más que pueda para amar a esa persona que está ahí afuera, estire su amor, ame a los hermanos fervientemente. Lo mismo en Primera de Pedro 4:8, “Sobre todas estas cosas tengan ectonase, amor ferviente entre vosotros mismos.” Y sigue y sigue así. Versículo 14 en Primera de Pedro 5, “Saludaos unos a otros con ósculo santo, con un beso de amor.” Debemos amarnos unos a otros, esto es básico. En Efesios lo encontramos en el capítulo 5, el mismo pensamiento aparecen el 1 y 2, “Sed pues imitadores de Dios como hijos amados y andad en amor como Cristo también os amó.” Ahora, escuche esto, “Y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio.” Ahora, observe esto, “Deben amar como Cristo amó, quien se entregó a sí mismo como – qué – sacrificio.”
Ahora, observe esto, amar a los hermanos, amigos, amar a los hermanos no es tampoco una emoción, ¿es de nuevo la palabra qué? Sacrificio. Le voy a mostrar, vamos a definirlo, observe primero de Juan 3 por un minuto y veremos los versículos 3 en adelante, Primera de Juan 3:13, “No o sea, sorprendáis hermanos míos si el mundo os aborrece.” Se oye como Juan 15, ¿no es cierto? “Sabemos que hemos pasado de muerte a vida.” Escuche esto. “Porque amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano permanece en muerte.” Hombre, es tan importante eso y eso están el singular.
Dice usted, “Bueno, amo a los hermanos. Simplemente no puedo tolerar a los hermanos como individuos.” Sí, es muy fácil amar al mundo entero, ¿no es cierto? Muy fácil amar a la iglesia, es muy difícil amar a una persona dentro de la iglesia. Entonces Él usa el singular, “Si ustedes no aman a su hermano están permaneciendo en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida y usted sabe que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. Por esto conocemos el amor de Dios. Bueno, ¿cómo sé qué tipo de amor debemos tener? Bueno, vea el amor de Dios porque Él puso su vida por nosotros, así también debemos poner nuestras vidas por las de los hermanos.
De nuevo, ¿cuál es la definición de este amor? Sacrificio. Debo poner mi vida por usted. Ahora, amarlo a usted no es una cuestión de acercarme a usted y darle una palmada en la espalda y decirle, “Usted es tan maravilloso, es algo irresistible usted. La manera en la que yo puedo mostrar que lo amo es hacer sacrificios personalmente para satisfacer sus necesidades para servirlo. Obviamente, como usted sabe, en una iglesia de este tamaño, y muchas personas me preguntan esto, ¿cómo le ministras a los individuos? ¿Cómo te acercas de manera personal? ¿Cómo los conoces de manera individual o cómo saben que te preocupan de manera individual?
La única manera en la que jamás puede suceder no es porque esté corriendo por todos lados y diciéndole a todo mundo que lo amo, sino haciendo sacrificios en mi vida para que ustedes maduren y para que sean instruidos y para que crezcan espiritualmente para que sepan que me preocupan lo suficiente como para hacer lo necesario en mi vida para llevarlos a la conformidad a Jesucristo. Esa es la mejor manera en la que les pudo decir que los amo. Y eso es lo que está diciendo aquí, percibimos el amor de Dios porque él puso su vida por nosotros.
Dios nunca se me ha acercado y ha dicho, “John Mc Arthur, estoy loco por ti, te amo.” No lo ha hecho. Pero Dios ha puesto a su hijo en una cruz a favor mío y dice eso, ¿no es cierto? Y quizás nunca pueda ir con todo individuo y les diga que los amo de manera individual pero puedo hacer lo que pueda por hacer sacrificios para satisfacer sus necesidades y quizás ni siquiera sea la muerte, podría ser el versículo 17, “El que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón. ¿Cómo mora el amor de Dios en él?” Hombre, si veo a alguien que tiene una necesidad, quiero satisfacer esa necesidad. Eso es amar. Todo eso es servir, es hacer un sacrificio.
Tuve un gran gozo y quiero mostrarles esto, simplemente porque estoy compartiendo mi corazón un poco esta mañana. Pero hubo un pastor joven con el que me reuní y había estado trabajando con él. Él me envía cintas de sus sermones y yo escucho las cintas y lo critico y se las envió de regreso a él y le sugiero buenos libros buenos libros y trato de ayudarle a crecer en su ministerio. Él es un hombre fantástico y simplemente está aprendiendo en el ministerio.
Y usted sabe, él simplemente estaba compartiendo algunas necesidades personales con alguien y oí la conversación y tuve el gran gozo simplemente de sacar algo de dinero y decirle, “Oye hermano, te amo.” Al salir. Y simplemente me estrechó su mano y le di algo de dinero, y bueno, eso es simplemente satisfacer sus necesidades. Esa es una manera en la que puedo decir que lo amo sin decir que lo amo. Yo supe que él tuvo una necesidad. Usted puede hacer eso.
Permítame darle una definición de esto, observe Juan 13, este tiene que ser uno de los pasajes más hermosos en todas las Escrituras, Juan 13 es tan hermoso porque expresa el amor del Señor. Versículo 1, ahora antes de la fiesta de la Pascua, cuando Jesús sabía que Su hora había llegado para que Él partiera del mundo al Padre, “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta la perfección.” Ahora, una de las claves de este capítulo entonces va a ser el amor de Jesús porque así es como comienza, Él amó a Sus discípulos. Ahora, aquí viene una ilustración de este amor.
Ahora, ¿cómo sabemos que Él los amaba? ¿Se puso de pie enfrente de ellos y les dijo, “Hombres, yo los amo, me gustaría hablarles del amor divino y cómo eso funciona?” No. No, usted no necesita un sermón, usted necesita una especie de ilustración y aquí viene, “Habiendo comenzado la cena – versículo 2 es una mejor traducción, la cena habiendo comenzado – el diablo puso en el corazón de Judas Iscariote, el hijo de Simón, el traicionarlo, el entregarlo. Y Jesús sabiendo que el Padre la había entregado todas las cosas en sus manos y que Él había venido de Dios y se iba a Dios. Se levanta de la cena, hiso a un lado sus atuendos, tomó una toalla y se ciñó a sí mismo. Después de que hubo vaciado agua en un contenedor, comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con la que Él se había ceñido.” Voy a detenerme.
Cuando esas personas llegaban a un lugar a comer en esa época, en ese día, siempre había un siervo ahí en la puerta que lavaba sus pies, era el trabajo para el siervo más bajo de los bajos, el lavar los pies. Los caminos estaban o polvosos o lodosos y entonces era un desastre sin importar cuál fuere la condición. Y tenían ahí contenedores de agua ahí en la puerta para la purificación ceremonial y para ser prácticos en el área de lavar los pies. Pero en esta ocasión en particular Lucas nos dice que estaban todos allí discutiendo acerca de quién era el más grande en el reino. Como puede ver, ellos creían que Jesús simplemente iba a traer un reino y entonces todos están ahí discutiendo. Además era algo muy importante, como usted sabe, Jacobo y Juan inclusive enviaron a su mamá para pedir si ellos podían ser los principales en el reino, si puede usted creerlo.
Pero de cualquier manera todos estaban discutiendo ahí quién iba a ser el más grande en el reino con Jesús. Y en un argumento como ese nadie va a lavar pies, ¿verdad? Usted no quiere rebajarse a sí mismo. Entonces todos están discutiendo ahí por la superioridad y finalmente se sientan, ya comenzaron a comer y nadie había hecho eso.
Entonces Jesús simplemente se puso de pie, se quitó su atuendo exterior, se amarró una toalla ahí a Su cintura y comenzó a lavar sus pies. Bueno, Él vino a Simón Pedro, claro, y naturalmente Pedro dijo, “Señor, ¿estás lavando mis pies?” Jesús le respondió y le dijo, “Lo que yo hago ahora no lo sabes pero lo sabrás después.” En otras palabras, Él dijo, “Tú no entiendes mi humillación. Yo reconozco eso Pedro, tú no entiendes por qué es que el Mesías, el Señor de la gloria haría esto. Pero es parte de la humillación.” Aquí Pedro manda a Dios, “Nunca lavaras mis pies.” Oh Pedro. Jesús le respondió, “Si no te lavo a ti, no tienes parte conmigo.” Pedro le dijo, “Me voy a bañar. Mi cabeza, mis manos y todo.”
Ahora, Él le lavó a todos los pies, usted sabe, y puede imaginarse, ¿qué tuvo más impacto? ¿Una pequeña plática teológica acerca del amor o lavar los pies? Lavar los pies. Entendieron el mensaje, ellos entendieron el mensaje. Y Él dice, “Hágalo el uno al otro como yo lo he hecho con ustedes.” Ahora, usted va al versículo 34, ¿y qué es lo que encuentra? Juan 3:74, “Un nuevo mandamiento os doy, que os améis unos a otros.” Ahora observe esto. “Como yo os he amado. Que ustedes se amen unos a otros.”
Ahora, ¿cómo es que Jesús los había amado? ¿Por qué? Al lavarles los pies. ¿Sabe usted lo que amar a los hermanos es? No es sentirse sentimental hacia ellos, es lavarles los pies, eso es lo que es. Es jugar la función de esclavo, es hacer el trabajo sucio, lo que es desagradable, es luchar si es necesario, es sacrificarse por causa de ellos.
Bueno, ¿sabe una cosa? Tengo tantos problemas con esto. La primera vez que vine aquí tenía tantas ganas de amar a todo mundo, no podía entender cómo podía sentir emociones hacia todo mundo y no podía, y algunas personas en particular eran algo irritantes. De hecho hubieron un par de personas particularmente que hicieron que la situación fuera difícil cuando llegué por primera vez, yo quería amarlos pero no sabía cómo porque yo estaba pensando en esto en términos emocionales en ese entonces. Y después descubrí los principios de Juan 3 y Primera de Juan 3. Y una vez me acerqué a ese individuo en particular y le puse el brazo y le dije, “Quiero que sepas algo. Si hay alguna manera en la que puedo llegar a servirte, me encantaría tener la oportunidad.” Y tuve esa oportunidad.
Nunca me sentí diferente hacia él en términos emocionales pero lo amé al servirlo. No creo que Dios se siente en el cielo y nos ve y dice, “Ese John MacArthur es tan maravilloso. Yo simplemente no puedo resistirlo.” Eso se acerca la blasfemia. La manera en la que yo sé que Dios me amó a mí es porque Él hizo un sacrificio de servicio a favor mío. Él envió a Su hijo a morir en una cruz por mí y Él me lava diariamente. Es el principio otra vez de servicio sacrificial personal, si tu hermano está en pecado tú lo recoges, tú lo levantes, tú lo sostienes, tú te metes debajo de su carga. Ustedes llevan las cargas los unos de los otros y así cumplen la ley de Cristo.
Como puede ver, el amar unos a otros no es solo sentir una especie de sentimiento, de emoción unos a otros, es servirse unos a otros. Usted debe ser sensible a las necesidades de la gente y debe satisfacer esas necesidades. El compromiso entonces no es solo amar al Señor Jesucristo, lo cual es obediencia sacrificial, si no es amarse unos a otros, lo cual es servicio sacrificial.
Cuando usted está dispuesto, escúcheme, cuando usted está dispuesto a sacrificar lo que usted quiere por las necesidades de otra persona, usted ama esa persona sin importar su emoción. Cuando usted está dispuesto decir, “Oye, tal y tal me necesita pero quiero hacer esto.” Y cuando usted escoge satisfacer la necesidad de tal y tal en lugar de lo que yo quería esto, entonces usted lo ha amado. Entonces usted lo ha amado. Eso es amar, sacrificio. Y esto es lo que esperamos porque esto es lo que Dios espera, que Dios me ayude si nunca estoy dispuesto a hacer el sacrificio de estudiar la Palabra de Dios para satisfacer sus necesidades. Que Dios lo ayude a usted si usted no está dispuesto a hacer el sacrificio de ministrar espiritualmente a alguien más. Que Dios lo ayude si está demasiado ocupado en hacer dinero para usted mismo para ayudar a otras personas. Si está demasiado ocupado con lo suyo, está demasiado ocupado con su propio tiempo, sus propias vacaciones, su propia recreación, su propia actividad como para meterse para cargar las cargas de otras personas. Entonces usted no los ama.
Y usted sabe, las únicas personas que realmente pueden amar son personas humildes. ¿Sabía usted eso? Eso es cierto. Porque la gente orgullosa está demasiado involucrada con sus propias cosas. Como puede ver, eso es lo que Pablo quiso decir en Filipenses 2 cuando dijo, “Tengan el mismo amor.” Dice usted, ¿cómo? ¿Cómo puedo tener el mismo amor? El mismo parecer. Cada uno estime a otros como mejores que a sí mismos. Así es como lo hace, humildad, esa es la única manera. Usted puede siempre identificar a una persona orgullosa, esa persona no sirve a otras personas.
Ahora, él quizás no sea la persona egoísta que clasificamos pero es orgullosa, él está centrado en sí mismo. El amor es sacrificio, sacrificio.
Permítame darle rápidamente una tercera cosa, otro principio es este, estos tres lo resumen realmente; el compromiso involucra un compromiso con la santidad como también con amar al Señor Jesucristo y amarse unos a otros. El compromiso de santidad. ¿Sabía usted que el Señor quiere que la iglesia sea santa? Escuche esto, y creo que esto es tan hermoso. Pablo le dice a los corintio dos en Segunda de Corintios 11:1, “Yo quiero que ustedes me toleren un poco en mi sensatez, tolérenme. Miren, si parezco un poco extraño, tolérenme, ¿sí? Tengo una razón.” ¿Cuál es tu razón? “O celo, con celo piadoso porque os he desposado con un marido a fin de presentaros como una virgen pura a Cristo.” En Efesios 5 Pablo dijo, “Jesús quiere que Su iglesia no tenga mancha ni arruga ni cosa semejante. Sino que Él quiere presentársela a sí mismo Santa.” ¿Verdad? El Señor quiere una iglesia Santa.
Pablo dice, “Como ministro de Cristo tolérenme un poco. Tolérenme si parezco celoso en estas cosas. Tolérenme si mi corazón se rompe por su pecado. Tolérenme si soy agresivo, escuchen, los he desposado con un marido. Él quiere que sean santos y yo quiero presentarlos a ustedes como una virgen pura.”
Cualquier persona en el servicio cristiano que tiene cualquier otra cosa en su mente que no sea una pasión tremenda por la santidad de la gente a la que sirve, él no ha entendido el punto. Pablo dice, “Yo quiero presentarlos santos porque eso es lo que Jesús quiere. Ese es el tipo de iglesia que Él quiere. Eso es lo que Él quiere para su novia y quiere que sea santa.”
Pablo le dijo a los corintios en Primera de Corintios 3:17, “Si alguien contamina el templo de Dios, Dios lo destruirá a él porque el templo de Dios es santo, el cual sois vosotros.” Y realmente lo que eso dices esto, Él va a arruinar a los que arruinan el templo. Él quiere que sea santo.
Segunda de Corintios 7:1, “Límpiense de toda inmundicia de carne perfeccionando la santidad en el temor de Dios.” Dios quiere a un pueblo Santo. Y le voy a decir algo, permítame terminar con este pensamiento. Si usted no es una persona santa, usted ya terminó en la vida cristiana en términos de cualquier ministerio. En primer lugar, ni siquiera puede llegar a la Biblia. ¿Sabe una cosa? Primera de Pedro 2:2 simplemente dice esto, “Desean como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada para que por ella crezcáis.” ¿Se acuerda de eso? Pero el versículo antes de ese dice, “Desechando pues toda malicia, desengaño, hipocresía y demás y demás. Entonces usted desea la leche de la palabra.”
Escuche, si el pecado está ahí, la palabra ni siquiera va a tener ningún tipo de efecto. Pero primero usted tiene que deshacerse del pecado y entonces la palabra va a entrar. Entonces ni siquiera puede acercarse a la palabra si usted no es santo. En segundo lugar, nunca derrotará a Satanás si usted no santo, porque si usted no se ha puesto la coraza de – qué – la justicia, usted está terminado.
En tercer lugar, ni siquiera puede evangelizar, ni siquiera puede tener un testimonio eficaz a menos de que sea santo, Primera de Pedro 2:9, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio – escuche – nación santa para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
El único testimonio que sale es el de un testimonio santo, usted no puede acercarse a la palabra, no puede derrotar a Satanás, no puede evangelizar, ciertamente no puede honrar al Espíritu Santo. Leer Efesios 4:20 al 30, y usted descubrirá que si su vida está caracterizada por todos esos pecados que están ahí, usted es culpable de contristar al Espíritu Santo.
Entonces en lugar de ser lleno del espíritu, capacitado por el espíritu, bendecido por el espíritu, fructífero en el espíritu, usted simplemente deshonra el espíritu. No solo eso, usted ni siquiera puede ser usado para nada. Usted es inútil. Si usted no es una persona santa, usted es absolutamente inútil. Usted simplemente es un cristiano que está ahí existiendo.
Dice usted, ¿qué quieres decir con eso? Digo, hay vasos para honra que son apropiados, aptos para el uso del maestro, ¿verdad? Segunda de Timoteo 2:20-21, y están esos vasos santos, esos instrumentos santos, usted lo puede leer ahí. Bueno, eso son algunos elementos básicos, simplemente algo de repaso.
¿Qué es el compromiso? Significa amar al Señor Jesucristo, obediencia sacrificial, abnegada, amar al hermano, servicio sacrificial personal y santidad, vivir una vida pura, piadosa para que pueda estudiar la palabra, derrotar a Satanás, alcanzar a otros, honrar al Espíritu Santo y ser usado por Dios.
Permítame cerrar con esto. Pablo llegó al final de su vida y él había vivido la vida comprometida y aquí está el resultado de una vida comprometida, escuche, “He peleado la buena batalla. He terminado la carrera. He guardado la fe.” Escuche. “Por lo demás me espera una corona de justicia, la cual el Señor, el Juez justo me dará en aquel día y no solo a mí sino a todos aquellos que – qué – amen Su venida.”
¿Sabe lo que significa amar Su venida? Usted realmente no ama Su venida a menos de que esté comprometido con una vida de servicio porque si su vida no es lo que debe ser, usted realmente no está muy preocupado porque Él regrese porque Él va a probar sus obras. Amar su venida significa estar tan comprometido que está usted anhelando que Él regrese sabiendo que la recompensa le espera a usted. Espero que estemos comprometidos con estos elementos básicos y si realmente lo estamos y si el juicio realmente comienza la casa de Dios y se lleva a cabo aquí en esta iglesia, una congregación comprometida puede tener un efecto en esta comunidad y en este mundo que será sorprendente. Que así sea.
Oremos. Padre, gracias en esta mañana por darnos este tiempo juntos, por poder compartir juntos, por poder reconocer de nuevo a partir de la Palabra de Dios principios que son básicos, principios que cambian la vida. Padre, inclusive nosotros como cristianos, inclusive habiendo ya confesado amarte, que sea una realidad prácticamente, diariamente, que esto de hecho es exactamente lo que otros están diciendo, que te amamos, que amamos a los hermanos, que las vidas son santas, que no solo sea el testimonio de nuestros labios sino el testimonio de todos los que nos ven, que Tú seas honrado nuestras vidas. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.
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