Como dije al principio de nuestra comunión en esta mañana, la Cena del Señor creo yo que es el acto de adoración más maravilloso, más sagrado y más excepcional que la Iglesia comprada con la sangre de Jesucristo pueda experimentar. Es sagrada en muchas maneras. Es sagrada porque es una memoria sagrada de la Cruz. El pan habla de Su cuerpo y la copa habla de Su sangre y apuntan a la cruz donde Su cuerpo fue crucificado y Su sangre fue derramada. Y entonces, es sagrada debido a Su memoria.
Pero más que eso, la Mesa del Señor es sagrada porque es una comunión presente con el Cristo viviente. Él se reúne con nosotros aquí. El apóstol Pablo dice “La copa que bebemos y el pan que partimos ¿no es el cuerpo y la sangre del Señor Jesucristo?”; literalmente, tenemos comunión con Él aquí. Y en tercer lugar es sagrado, creo yo, porque Jesús dijo en Lucas 22:19 y 20: “Haced esto.” Y entonces, es sagrado porque es un acto de obediencia. Y la obediencia es algo sagrado y santo.
Y entonces, la Mesa del Señor es especial. Vengo a la Mesa del Señor con tanta frecuencia como puedo; y con mucha frecuencia en mi propia vida, tomo las cosas más comunes en mi mano y en mi corazón se vuelven símbolos del cuerpo y la sangre de Jesucristo porque son tan significativos para mí. Y sin embargo, conforme pienso en esto, hay muchos cristianos quienes rara vez o nunca vienen a la Mesa del Señor, así como hay muchos que nunca son obedientes en el bautismo. Y creo que mi enfoque siempre ha sido, ‘Bueno, quizás simplemente son ignorantes, no entienden la importancia de la Mesa del Señor o no entienden la importancia del bautismo. No saben lo que es dar un testimonio público en obediencia al acto del bautismo. No saben lo que es tener comunión con Jesucristo y el cuerpo y celebrar la Cruz. Simplemente son ignorantes.’ Y creo que también me he dicho a mí mismo “Quizás simplemente son desobedientes, quizás simplemente están actuando carnalmente.” Pero después, últimamente, he estado pensando en algo más y éste es el mensaje que le quiero compartir esta mañana.
Últimamente, he estado pensando que si alguien no tiene deseos de dar testimonio en el bautismo y si alguien no tiene comunión en la Mesa del Señor, quizás no es que sea un cristiano débil… quizás es que no es cristiano en absoluto. Podrían pensar que lo son. Pero no lo son. ¿Qué hay acerca de usted? ¿Es usted un cristiano? Usted dice “Bueno, soy cristiano. Yo creo. Yo he tomado la decisión por Cristo.” Y créame, hay muchas personas que apuntan al pasado para verificar el cristianismo o para verificar la salvación. Y la Biblia, nunca apunta al pasado; la Biblia nunca habla de una decisión en el pasado. ¿Realmente es usted cristiano? “Bueno,” usted dice, “yo vine a Jesús. Yo invité a Jesús a mi vida.” ¿Es eso suficiente?
Permítame mostrarle algo. Todos sabemos que 1 Corintios capítulo 11 habla acerca de la comunión. Ahora, permítame recordarle brevemente lo que dice. Primera de Corintios, capítulo 11, en el versículo 27: “De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.”
Ahora, eso es bastante fuerte. Le voy a decir algo. ¿Sabe lo que es peor que nunca venir a la Mesa del Señor? Venir a la Mesa del Señor cuando usted no merece estar ahí, eso es peor. Porque hacer eso es comer y beber indignamente y ser culpado del cuerpo y la sangre del Señor. Y entonces, el versículo 28 dice: “Por tanto, cada uno de vosotros examínese a sí mismo y coma así del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, come y bebe juicio para sí.” Es muy serio venir a la Mesa del Señor. Es serio el hecho de que un creyente venga a la Mesa del Señor mientras que está entreteniendo el pecado en su vida. Es serio el hecho de que un cristiano venga a la Mesa del Señor cuando no se arrepiente de todo y desea sobre cualquier otra cosa la justicia y la santidad y se vuelve de cualquier pecado conocido. Es serio. Pero lo que es inclusive más serio es venir a la Mesa del Señor y beber indignamente porque usted no es cristiano en absoluto.
Pablo llama a examinarnos en otro pasaje y quiero que observe esto. Está en el último capítulo de 2 Corintios, capítulo 13, versículo 5. Y quiero que observe lo que dice. Segunda de Corintios 13:5, sólo la primera oración: “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe.” Pruébelo. Eso lo que está diciendo, pruébense a sí mismos. ¿Usted le dice alguien que usted es cristiano? Sí. ¿En qué se basa eso? ‘Bueno, hace tantos años atrás tomé una decisión.’ Eso no significa nada. La Biblia nunca verifica la salvación de alguien en base al pasado. Siempre es en base al presente. Y si usted no tiene la prueba evidente de la salvación real en su vida ahora, hay una posibilidad muy real de que usted no sea cristiano en absoluto, sin importar lo que sucedió en el pasado. Entonces, examínese a usted mismo para ver si usted está en la fe. Pruébese a sí mismo.
Usted preguntará ‘John, ¿cómo hago eso? ¿Cómo sé si realmente soy cristiano? Yo creo.’ Quizás usted inclusive fue bautizado. ‘Yo voy a la iglesia. Yo creo que soy cristiano.’ Acompáñeme a Mateo capítulo 5 y descubrámoslo. Cuando Jesús llegó a la escena, los judíos ya habían decidido en qué consistía el vivir de manera correcta. Ya habían diseñado su propio código. Ya habían desarrollado su propio sistema. Y ellos habían establecido de manera precisa lo que era ser santo; y todo era externo. Todo era justicia personal y obras. Y Jesús vino y despedazó eso y dijo: ‘quiero darles un nuevo estándar para vivir. Quiero darles un nuevo criterio mediante el cual evalúen si son redimidos o no. Quiero decirle cómo un ciudadano del Reino realmente vive.’ ¿Quiere probarse a sí mismo? Aquí está la prueba. Usted tome su vida y deje que el Espíritu de Dios la compare con los hechos del sermón del monte y el resultado será una evaluación; y el resultado final será si usted es cristiano o no. Y aquí está el estándar. Y la clave en todo esto es una palabra. Ahora observe esto, es la palabra justicia. Ésa es la clave.
Jesús está diciendo en el sermón del monte que si usted es un hijo del Rey, si usted realmente es convertido y usted realmente pertenece a Dios, si usted realmente ha sido redimido, la característica de su vida será justicia. Y hay muchas personas que dicen ser cristianas y usted observa esperando mucho tiempo para ver si hay algo de justicia en sus vidas. Alguien me dijo la semana pasada, hay una señora en nuestra iglesia que dice que es cristiana; y desde que ha sido cristiana, ella ha estado viviendo con un hombre que no es su marido. Y Primera de Corintios 6 dice: “Los fornicarios no heredarán el Reino de los cielos.” ¿Por qué? Porque ese es un estado constante de injusticia. Y la conversión se caracteriza por la justicia.
Obsérvelo en el versículo 20; éste es el versículo clave del sermón entero. Capítulo 5, versículo 20. Jesús dice: “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos.” Escuche, iban al templo diariamente, pagaban sus diezmos, ayunaban, oraban, eran fanáticos religiosos, por así decirlo. Y Él dice: ‘no me importa nada de eso a menos de que su justicia, este es el requisito mínimo, exceda eso, no entrareis en Mi Reino.’ Como puede ver, la justicia es el sin ecua non; la justicia es el meollo, la justicia es aquello que nos aparta como convertidos; y la justicia es simplemente una palabra larga para vivir de manera correcta, vivir bajo los estándares de Dios, vivir a la luz de la definición de Dios.
En 2 Timoteo 2:19 dice: “El Señor conoce a lo que son Suyos,” y ¿quiénes son? “Son aquellos que invocan al nombre de Cristo y se apartan de iniquidad.” En Tito, capítulo 1, en el versículo 16, él dice: “Algunos profesan conocer a Dios pero en sus obras lo niegan porque son abominables y desobedientes.” En otras palabras, la profesión no significa nada a menos de que haya obediencia ahí, a menos de que haya justicia, a menos de que haya santidad, a menos de que haya un apartarse de la iniquidad. Dios tiene todo el derecho de esperar eso. Y el otro día oí a una persona decir mientras que estaba predicando “¿no es maravilloso que usted puede venir a Jesucristo y no tiene que cambiar nada por fuera o por dentro?” Esa es una mentira que viene del infierno. Más vale que haya una transformación.
En 2 Corintios 5:17 es resumido: “Si alguno está en Cristo nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.” Primera de Juan capítulo 1, versículo 9 dice que “los cristianos están constantemente confesando sus pecados.” Ser justo en un sentido, justicia práctica, no significa que usted nunca peca. Significa que usted enfrenta su pecado cuando lo hace, lo confiesa y se vuelve del pecado y se arrepiente del mismo y lo menosprecia y lo odia. Usted no lo ama. Significa en el capítulo 2, Juan dice: “Si realmente Me aman, van a guardar Mis mandamientos en esto sabemos que le conocemos, cuando hacemos lo que Él nos manda.”
Además, en el capítulo 2 dice que un verdadero creyente será el que ama a su hermano; el que odia, el que aborrece a su hermano está en tinieblas aun hora.” Además, Él dice: “Si alguno al mal mundo, el amor del Padre no está en él.” Y Santiago lo dijo de este modo: “¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad contra Dios?, ¡oh almas adúlteras! No pueden ser amigos del mundo y amigos de Dios.” Además, en el capítulo 3 Él dice que el que es nacido de Dios no continúa cometiendo pecado, él no puede porque una nueva simiente está en él; y él no puede continuar cometiendo pecado.
Ahora, ¿qué estoy diciendo? Yo estoy diciendo esto: Dios está diciendo que si usted es realmente salvo, habrá justicia, habrá santidad, habrá un nuevo enfoque a la vida. Tendrá pecados, sí, pero verá una frecuencia decreciente de pecado; y cuando el pecado aparezca, usted lo va a menospreciar y lo va a odiar como Pablo lo odió en Romanos 7 y lo va a confesar y va a volver del mismo y va arrepentir del mismo y va a tener hambre y va a tener sed por aquello que es lo correcto y va a obedecer y va a amar a su hermano y va a odiar el sistema maligno del mundo. Así es si usted es realmente salvo. Usted no puede decir ‘Bueno, soy cristiano’ y puede continuar bailando un vals por el mismo camino antiguo en el que ha estado. Pruébelo, dice que es cristiano, pruébelo.
Me imagino que ya no estoy contento con decir que si usted dice que es cristiano, usted debe verlo; y si usted tomó una decisión en algún lugar, en alguna reunión o en alguna conferencia o caminó por un pasillo y entró a algún cuarto y alguien lo hizo atravesar por unos pasos en un pequeño libro, o lo que sea; lo que sea está bien. No creo que ni siquiera ese sea el criterio bíblico de la salvación. El criterio bíblico de la salvación es en este momento, cómo es su vida ahora. Y créanme amados, y digo esto con un dolor en mi corazón, estoy seguro que hay muchas personas, y digo que hay muchas personas en Grace Community Church que no son cristianas. No sabemos eso y quizás ellos ni siquiera están dispuestos a enfrentarlo. Usted preguntará cuáles son los estándares.
Veamos Mateo capítulo 5 al 7, el Sermón de la Montaña. Ahora, quiero que vea el criterio. Jesús se sienta y nos enseña los principios de vivir en Su Reino. Y aquí es donde comienza. Versículo 3: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.” Y aquí se indica el griego enfático. Sólo de ellos, únicamente de ellos, de nadie más mas que de ellos. En otras palabras, los únicos que entran al Reino son aquellos que están quebrantados en su espíritu, aquellos que enfrentan su bancarrota espiritual, aquellos que se ven a sí mismos como pecadores, aquellos que saben que por dentro no pueden traerle nada a Dios. Están azotados por su pobreza en términos de su propio espíritu. No tienen nada en qué depender. No tienen esperanza para sí mismos, pobres en espíritu.
Y el resultado es en el versículo 4: “Ellos lloran,” y de nuevo, enfáticamente, “Sólo ellos serán consolados”. Las únicas personas que reciben salvación, dice Él, las únicas personas que llegan a entrar a Su Reino son las personas que están quebrantadas por su pecado y que lloran por su pecado. Y después, en el versículo 5, son personas que están aplastadas y llevadas a ser mansas, sólo ellas heredan la tierra, sólo ellas son los ciudadanos del Reino. Y a lo que lleva todo esto, cuando usted está quebrantado en Espíritu, está llorando y está aplastado para ser manso, en el versículo 6, usted tendrá hambre y sed de justicia; y sólo ellos serán llenados.
Escuche, si usted no vino a Jesucristo quebrantado por su pecado, si usted no vino a Jesucristo literalmente despedazado hasta las profundidades mismas de su ser por su pecaminosidad, si usted no ha llorado por su pecaminosidad, si usted no tiene hambre y sed de justicia más que cualquier otra cosa, hay una muy buena probabilidad de que usted ni siquiera sea cristiano. Ése es el criterio que da nuestro Señor. En primer lugar dice, habrá una entrada apropiada al Reino. Ahí es donde comienza el Sermón del Monte. Un ciudadano del Reino puede ser determinado por su propia abnegación, el menospreciarse a sí mismo, su propio sentido de bancarrota; y de saber que no posee nada más que su pecado.
Hay muchas personas que vienen a Jesucristo porque creen que a Él le gustaría tener lo que ellos tienen. Podemos enfrentar eso también. Decimos: “¿No sería maravilloso si tal o cual persona famosa se volviera cristiano porque hombre, el Señor podría…?” Él no necesita eso. ¿Qué lo hace a usted pensar eso? ¿Usted piensa que Él necesita de su habilidad además de Su poder? ¡No señor! Si usted no vino a Jesús en Sus términos, entonces usted no viene en absoluto. Y Sus términos son quebrantamiento, llorar, mansedumbre y tener hambre y sed de justicia. ¿Y quiénes son estos ciudadanos del cielo? Versículo 7. Son los misericordiosos, son los puros de corazón, son los pacificadores, son los que son perseguidos, son los que son menospreciados.
¿Y quiere saber una cosa?, si usted viene a Jesucristo quebrantado, contrito, llorando y teniendo hambre y sed de justicia - y por cierto esa es la única manera en la que usted puede venir - no creo que nadie sea un cristiano si no se arrepiente de su pecado. Usted pudo haber tomado una decisión años atrás. Esa no fue su salvación sino involucró esto. Y años más tarde quizás usted regresó al Señor quebrantado por su pecado, ése es el momento en el que se volvió real, ese es en el momento en el que usted entró al Reino. Y usted va a vivir de esa manera el resto de su vida, amando la justicia y odiando el pecado. Una de las características de un cristiano es que cuando peca, menosprecia eso. Lo odia, no es lo que quiere. Es el pecado en él, es el pecado en él que hace eso y usted lo odia. Y cuando usted viene en esos términos, el Señor será misericordioso y lo hará puro de corazón y un pacificador. Y usted trata de vivir así en el mundo; y ellos nunca podrán soportarlo a usted.
Y entonces, ¿qué sucede? Versículo 10, usted es perseguido; versículo 11, es calumniado. Usted enfrenta todo tipo de cosas en contra de usted. Usted es menospreciado, se va a decir todo tipo de cosas de usted de manera falsa. Pero eso está bien. Esté contento. ¿Por qué? Porque usted es un ciudadano del Reino. Ahora, lo primero que quiero que vea entonces es que si usted realmente es cristiano, usted viene en esos términos, llorando por el pecado. Ahora, lo segundo acerca de esto, examínese a usted mismo. Si usted no es cristiano, no sólo la entrada al Reino va hacer en esta condición, sino que su testimonio también será diferente. Y ahí es donde entra en el versículo 13. “Vosotros sois la sal de la tierra.” Y después, en el versículo 14, “Vosotros sois la luz del mundo.”
Ahora escuche lo que voy a decir, si usted es realmente cristiano, su testimonio va a ser claramente distinguible del resto del mundo. Eso es lo que está diciendo. Como puede ver, el mundo es como carne que está en estado de putrefacción, está pudriéndose. Y usted sabe que la sal es un preservante y estamos aquí en el mundo para preservar la decadencia y la destrucción del mundo. Esa es la razón por la que la Tribulación es tan horrible, cuando la Iglesia ya no está y la sal es quitada. Y estamos aquí para preservar esto y somos distinguidos del mundo. Somos una agencia preservadora en medio de una civilización decadente y que está en estado de putrefacción. Y debemos ser una luz que está colocada en un monte y debemos ser sal que tiene sabor. En otras palabras, Él está diciendo no sólo si tú eres cristiano vienes por el camino correcto, sino que vas a tener testimonio que es identificable de manera clara del resto del mundo.
¿Qué hay acerca de su testimonio? ¿Es muy evidente a todo el mundo alrededor suyo que usted es diferente o hace lo que todo el resto del mundo hace? ¿Está en el flujo de la vida con el resto de la gente? Cuando usted se volvió cristiano, ¿cambió las cosas en su vida? Si no fue así, entonces no pasó nada. No pasó. Nuestro Señor va más allá. Él dice otra cosa que caracterizará a alguien como Su hijo del Reino y es la obediencia. Versículo 17: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el Reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el Reino de los cielos.” Y luego continúa diciendo que su justicia más vale que exceda la de los escribas y los fariseos.
El punto es este: Si usted verdaderamente es salvo, será obediente. Será obediente. Habrá actos de obediencia. La ley de Dios será algo que usted anhela. De nuevo, Romanos 7, Pablo anhelaba hacer la ley de Dios, él tenía hambre de la ley de Dios, él se deleitaba en la ley de Dios, él amaba la ley de Dios aunque el pecado siempre estaba jalándolo a él.
Entonces, examínese a usted mismo. ¿Realmente es salvo? ¿Entró llorando por su pecado? ¿Entró quebrantado por su corazón maligno? Examínese a usted mismo. De manera evidente, ¿se puede identificar como diferente del resto del mundo? Examínese a usted mismo. ¿Está obedeciendo a Dios? ¿Es el gran anhelo de su corazón a hacer Su voluntad?
Y Él avanzó un poco más, si usted realmente se ha convertido, va a pensar de manera diferente. Eso es correcto. Él habla acerca de pensar correctamente a partir del versículo 21 en adelante. Usted ve a los judíos hacer lo de afuera, ellos simplemente no podían hacer lo de adentro. Y entonces, el Señor les dice “Han oído que no deben matar y el que mata estará en peligro de juicio.” Pero Él dice, quiero llevarlos un paso más hacia adelante y llevarlo adentro y decir que ni siquiera deben tener malos pensamientos en su corazón en contra de alguien.
En otras palabras, un hijo de Mi Reino no es alguien que no asesina. Es alguien que por dentro en su corazón no desea lastimar a nadie y Él empuja todo hacia adentro. Si usted realmente es un hijo del Reino realmente tendrá un corazón diferente. Ezequiel 36, el Señor dice cuando son redimidos, Él quita el corazón de piedra, el corazón de obstinación y coloca un corazón de carne, un nuevo corazón. Y además, Él dice en el versículo 27: “Ustedes oyeron que no deben cometer adulterio. Pero permítame llevarlo hacia dentro, ni siquiera quieren desear hacerlo. No deben ver alguien de ese modo, no deben pensar en ese pensamiento.”
En otras palabras, un ciudadano del Reino es diferente. Y cuando alguien dice ‘Bueno, yo soy cristiano, simplemente tengo problemas en esa área,’ y ellos continúan siendo adúlteros, o continúan siendo fornicarios o continúan siendo un homosexual o continúan en algún tipo de cosas así, siempre voy a 1 Corintios 6 y digo ese tipo de personas no heredarán el Reino de los cielos. Usted no vino a Cristo en Sus términos. Vino en los suyos y eso no es suficiente hasta que esté quebrantado y despedazado por esas cosas, hasta que usted llore y entre arrastrándose a Su Reino llorando por justicia, usted nunca conocerá lo que es la verdadera redención.
Además de pensar de manera correcta, Él dice, si realmente eres un hijo del Reino vas a tener las palabras correctas; no sólo pensar de manera correcta, sino hablar de manera correcta. Y en el versículo 33, Él habla de eso. Él procede a hablar del perjurio y acerca de jurar y acerca de su comunicación debe ser sí, sí y no, no. En otras palabras, va a salir lo correcto porque de la abundancia del corazón habla la boca. Y entonces, nuestro Señor está diciendo ‘si tu vida está establecida, está dirigida a tener hambre y sed de justicia, resultará en obediencia’. Y la obediencia significa que usted tiene que pensar de manera correcta y cuando usted abre la boca, las palabras correctas van a salir. Y cuando usted actúa, versículo 38, van a seguir las obras correctas. Eso va a ser el resultado. Usted no se va a vengar, sino que más bien va a ser amable y si alguien le pide uno, le dará dos. En el versículo 43, usted amará a su prójimo. Y después, más adelante, inclusive va a amar a su enemigo. Inclusive va a amar a los publicanos. De hecho, en el versículo 38, él dice ésta es la idea entera. Sea como Dios, Él ama a Sus enemigos.
¿Ve el punto? Pruébese a usted mismo. No me diga que usted es cristiano porque hace cinco años atrás usted caminó por un pasillo. No me diga que es cristiano porque una vez firmó una tarjeta. No trate de decirle a Dios que es cristiano porque pasó al frente en una reunión, porque entró al cuarto de oración, porque habló con un consejero y no se diga a usted mismo que es cristiano porque algún consejero le dijo que era cristiano porque él tampoco sabía. Lo peor que usted le puede decir alguien es hablarles de Cristo y cuando han hecho una oración y han invitado verbalmente a Cristo a su vida, sentarse ahí y asegurarles que realmente son salvos, porque usted no tiene idea si lo son. Esa es la obra del Espíritu Santo. Él es el que concede certeza. Y Él la concede por el testimonio interno, Romanos 8, y por la muestra externa de obras que lo prueba porque la fe sin obras está muerta.
¿Y sabe una cosa?, uno de los legados que hemos recibido del tipo de evangelismo que se ha llevado a cabo en nuestro país es que creemos que la salvación está ligada a una decisión. Pero la certeza de la salvación no tiene nada que ver con la decisión en el pasado. Tiene que ver con lo que está pasando en el presente, en la actualidad. Jesús lo expresó de esa manera en Juan 8: “Si continúan en Mi Palabra, entonces serán Mis discípulos verdaderos.” Siempre hay continuación, siempre es tiempo presente. Entonces, nuestro Señor dice, ‘si realmente eres un hijo de Dios, vas a entrar por el camino correcto, llorando por tu pecado; y tu vida es totalmente diferente, distinguible de la del mundo. Y eres caracterizado por la obediencia, por pensar de manera correcta, por hablar de manera correcta, por hacer lo correcto.’
Y Él avanza. Motivos correctos, el tipo correcto de expresión religiosa. El tipo correcto de adoración, lo podríamos llamar. Cuando usted adora a Dios, en el capítulo 6, es real; no es como los farsantes que suenan una trompeta y vienen y oran para hacer un desfile. Él habla de los hipócritas cuya religión es falsa. La de ustedes es real y cuando ustedes oran, oran lo correcto. Ustedes oran ‘Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea Tu Nombre.’ Él está diciendo si algo realmente ha cambiado en tu vida, tú religión no es falsa, es real. Sus oraciones no son como las de los farsantes, son oraciones reales. Y su ayuno no es como el ayuno del despliegue público. Es el ayuno del clóset acerca del cual nadie sabe.
Entonces, Él dice ustedes obedecen, ustedes van a pensar de manera correcta, van a tener las palabras correctas, actos correctos, adoración correcta, y relaciones correctas también. Usted no va a amar el dinero, versículo 19 del capítulo 6. Y simplemente lo estoy llevando a lo largo del texto entero. Él dice: ‘No se van a hacer para ustedes tesoros en la tierra. No van a atorarse en servir al dinero, porque usted no puede servir al Dios y al dinero.’ No diga usted que es un siervo de Dios cuando su vida entera está amarrada, estado enfocada en obtener dinero. Ambos, esas dos metas son incompatibles. Usted está tratando de ser un amigo del mundo y un amigo de Dios y usted no puede. Si usted es un amigo del mundo, usted es enemigo de Dios. Si usted ama al mundo, el amor del Padre no está en usted. Él está diciendo: ‘Los ciudadanos de Mi Reino tienen una relación correcta con el dinero’.
Después, desde el versículo 25 al 34, Él dice, en el capítulo 6, que ellos tienen una relación correcta con las cosas materiales. Ellos no siempre están preocupados por lo que van a vestir y por lo que van a comer o por donde van a dormir porque ellos saben que Dios se va a encargar de eso. Dios se encarga de todo eso. Versículo 31: “¿Por qué van a estar afanados diciendo ‘qué comeremos o qué beberemos o qué vestiremos? Eso es lo que los paganos y los gentiles buscan. Si eres un hijo de Mi Reino, tú sabes que Dios el Padre se encarga de eso.” Y entonces, tienes una relación correcta con el dinero y las cosas materiales e inclusive tendrá una relación correcta con la gente, dice el capítulo 7. No va a estar por todos lados juzgando a las personas de manera equivocada. No va a estar por todos lados tratando de hacerse el piadoso cuando tiene problemas en su propia vida. Entonces, como usted puede ver, el Señor realmente está estableciendo algunas cosas elementales, ¿no es cierto?
Él está diciendo ¿quieres saber si realmente eres cristiano? ¿Cómo viniste a Cristo? ¿Viniste simplemente diciendo: “oye Jesús, si me puedes dar una vida feliz, la voy a aceptar.” ¿Le gustaría tener una vida feliz? ¿Le gustaría tener una vida abundante? ‘Tengo un plan maravilloso para tu vida.’ ¿Quiere saber una cosa? Dios tiene un plan terrible, horrendo, para su vida fuera de Cristo y usted sólo viene a Él en Sus términos, no en los suyos. Entonces, usted viene quebrantado, contrito, despedazado por su pecaminosidad y Él lo cambia a usted de inmediato y le da un nuevo corazón y usted es diferente. Usted se convierte en la sal y en la luz y está en un monte y el mundo lo puede ver. Y entonces, realmente se puede distinguir si usted es cristiano. Y su vida se caracteriza por un hambre de justicia, lo cual significa que usted va a querer obedecer más que cualquier otra cosa. Y eso va resultar en pensar de manera correcta y hablar de manera correcta y actuar de manera correcta y tener un tipo de adoración correcta y un tipo de relaciones correctas. ¿Y sabe una cosa?, inmediatamente alguien va a decir: “Bueno, ¿quién puede llegar a vivir así?” Muy bien. Me da un gusto que usted llegó a ese punto. Porque no puede. ¿Quiere saber una cosa? Todo eso es imposible.
Se lo puedo ilustrar al ver Mateo 19. Mateo 19, versículo 23, Jesús le acabó de hablar al joven rico, le dijo que vendiera todo lo que tenía, se lo diera a los pobres y luego fuera y lo siguiera. Y el rico amó a su dinero más de lo que amó a Jesús y entonces tomó su dinero y se fue. Ahora, observe lo que dice Jesús: “De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el Reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.” Escuche esta afirmación. Ahora, permítame hacerle una pregunta, ¿puede un camello entrar al ojo de una aguja? Usted dirá ‘bueno, no entiendes, esa es la puerta de la aguja.’ No, esa no es la puerta de la aguja. Eso es exactamente lo que significa. Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un hombre rico se salve.
Usted dirá que eso es imposible. Eso es exactamente lo que el Señor quería que usted concluyera. Versículo 25: “Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?” Si Él hubiera estado hablando de una puerta de la aguja, ellos no habrían estado sorprendidos. Y entonces ellos dijeron ¿quién entonces puede ser salvo? Ellos sabían que Él estaba diciendo que un hombre rico no puede ser salvo. Eso es lo que Él estaba diciendo. “Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.”
¿Qué estaba diciendo? Simplemente esto. El estándar es imposible. Nadie, en ningún momento, jamás puede ser salvo, pero con Dios es posible. ¿Ve usted lo que Él está tratando de decir? No tenemos los recursos con nosotros mismos. No podemos hacerlo. Y esa es la razón por la que usted tiene que estar listo para quitarse de todo el equipaje que trae y arrojarse en la misericordia de Dios y el hombre rico no estaba dispuesto a hacerlo. Él estaba dispuesto a subirse al vagón religioso cargando su equipaje del materialismo y él no se podía subir con eso. Es como tratar de entrar por el ojo de una aguja con un camello. ¡Imposible! Ése es el punto. La única manera en la que alguien puede llegar al Reino es cuando se da cuenta de que no puede y se despoja de todo hasta quedar desnudo y regresa a Mateo 5:3 ‘quebrantado en espíritu y llorando y teniendo hambre y sed de justicia’ lo cual es absolutamente imposible que él llegue a alcanzar.
Usted dirá ‘pero la mayoría de las personas no quieren cumplir con esas condiciones’. Tiene razón. La mayoría de las personas quieren irse al cielo a su manera. Y quieren irse con todas sus cosas. Son como un hombre que se fue de viaje con cuatro valijas. Aquí está la mundanalidad, el pecado, Satanás y sí mismos. Y se van a meter. Y están diciendo “Jesús, quiero la felicidad que me vas a dar. Quiero escapar del infierno. Aquí vengo.” Hay un camino por cierto para ello, regrese a Mateo 7:13 y permítame mostrárselo. Mateo 7:13.
Como puede ver, los discípulos en ese momento, junto con la multitud, están probablemente diciéndose a sí mismos “Hombre, con ese tipo de estándares, ¿quién llega a entrar?, ¿quién se salva?, ¿quién califica?” Escuche esto: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;” ¿por qué? Usted puede entrar por ahí con todo su equipaje. Es una puerta ancha. Es una puerta espaciosa, es enorme. Usted simplemente se mete con toda la basura que quiere ahí. Todas sus obras y justicia personal y la manera de pensar ‘lo voy hacer a mi manera y quiero a Jesús, pero también quiero a las otras cosas’.
Es como el hombre que estaba diciendo que era un cantante en Las Vegas. Y después, se salvó y continuó siendo un cantante en Las Vegas. Eso me parece que es tratar de entrar por la puerta estrecha con un montón de basura. ¿Sabe una cosa?, la puerta estrecha y la puerta amplia son diferentes en ese sentido. Versículo 14: “Estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la hayan.” Escuche, es un camino difícil. Y la palabra literalmente significa un camino comprimido. Usted no puede entrar con toda esa basura por ese camino. En primer lugar, usted no puede entrar por la puerta estrecha. ¿Alguna vez ha tratado de entrar por una puerta giratoria con cuatro maletas? No puede. No puede. No puede entrar por ese camino. Tiene que dejar toda la basura, tiene que entrar totalmente desnudo y despojado.
Ahora, quiero que observe algo. El camino ancho es el que lleva a la destrucción, no es el camino al infierno, no. Escuche, esa no es la gente que está amontonándose en el camino al infierno. Este es el camino al cielo, nada más que es el camino equivocado. Ellos creen que van al cielo. Ellos están metiéndose todos por el camino de Jesús. Este es el camino ancho. Usted no tiene que dejar nada, no tiene de que vivir de ninguna manera diferente, usted no tiene que pensar de manera diferente, usted no tiene que hacer nada. Lo único que tiene que hacer es decir tomé una decisión. O fui bautizado, caminé por un pasillo, pasé adelante, llené una tarjeta cuando era niño. Mi mamá me ayudó. Y usted simplemente puede entrar con toda su basura y apilarse ahí. Nada más que es un camino ancho que lleva a la destrucción.
Y la parte triste es que muchos están ahí, muchos. Y estrecha es la puerta y la única manera en la que usted puede entrar por ahí es dejar su pecado, a Satanás, a usted mismo y al mundo. Y difícil o comprimido es el camino que lleva a la vida y pocos son los que lo hallan.
Escuche, en Grace Community Church hay de esos pocos, pero también hay de esos muchos que están en el camino equivocado. Usted está en ese camino y tiene toda su mundanalidad, toda su justicia personal pensando que usted es muy bueno por sí mismo. Y el resto de la basura. Y usted nunca ha cortado la cuerda con el mundo, nunca ha cortado la cuerda con su estilo de digna vida maligno, nunca ha cambiado su propia justicia personal para acercarse a Dios. Usted cree que son buenas obras y cree que va a llegar. Y le voy a decir que está en el camino ancho y usted va a terminar un día en la puerta misma del cielo, como dice Juan Bunyan, y va a descubrir que hay una entrada al infierno desde los portales del cielo. ¿Y quiere saber una cosa? Mucha gente va por ese camino porque es fácil y hay muchas personas que están vendiendo boletos para ese camino. ¿Sabía eso?
De hecho, habla de ellos en la siguiente sección. “Guardaos de los falsos profetas,” versículo 15. ¿Qué están haciendo? Ellos están tratando de mantenerlo por el camino ancho. Están tratando de mantenerlo en el camino fácil. No tiene que cambiar nada. Simplemente súbete y recibe a Jesús, ¿se da cuenta? ¿Pero sabe qué va a pasar cuando usted llega al final de su camino? Nos lo dice el versículo 21. “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu Nombre, y en Tu Nombre echamos fuera demonios, y en Tu Nombre hicimos muchos milagros?” ¿No puede ver que esta es la multitud entera en el camino, en el camino espacioso? Ve la palabra “muchos” en el versículo 13. Muchos están en ese camino. Y después, en el versículo 22, cuando finalmente llegan le dicen ‘Señor, Señor ¿no hemos hecho todas estas cosas?
Somos el grupo de la Iglesia por ahí, Señor. Estábamos involucrados en el ministerio de liberación. Estábamos predicando. Hicimos obras maravillosas. “Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad.” Van a decir ‘Señor, Señor’. Como puede ver, va a haber mucha gente que no va a saber que está en el camino equivocado sino hasta el final. Y creo que esa es la razón por la que le estoy diciendo lo que le estoy diciendo. No puede hacer esto. Digo, no se adormezca. Pocos son los que la hallan porque pocos están dispuestos a entrar en los términos de Dios, ¿se da cuenta? Y después, Él da una ilustración para cerrar.
Ahora, si quiere saber cómo esto funciona, Él dice, permítame contarles una historia acerca de un hombre sabio, versículo 24, quien construyó su casa sobre la roca. “Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que Me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.” Este es un hombre que vino en los términos de Dios y él estaba en la roca y edificó su casa la roca y permaneció.
Escuche, este hombre construyó una casa igual de hermosa. ¡Hombre!, su religión se ve tan bien. Lados hermosos, grandes ventanas, grandes paredes, el techo es maravilloso, una casa religiosa fabulosa. “Oh, hemos profetizado y echado fuera demonios. Señor, mira lo que hemos hecho.” Lo único que nunca entró en los términos de Dios y por eso el cimiento era arena; y cuando descendió la lluvia y vinieron los vientos y golpearon contra esa casa, cayó y grande fue su ruina. ¿Ve lo que está diciendo? ¡Qué desastre es llegar al momento del juicio y despertar de manera terrible ante la realidad de que lo único que le espera a usted es el infierno porque usted nunca vino en los términos de Dios! Y entonces, les repito, amados, examínense a ustedes mismos si están en la fe; pruébense a ustedes mismos. Éstas son las condiciones de Dios.
Inclinemos nuestras cabezas. Recuerdo las palabras de Isaac Watts: “Cuán inútil es la naturaleza culpable, inconsciente de su carga. El corazón no cambiado nunca puede llegar a la felicidad y a Dios. La voluntad perversa, las pasiones cegadas en un camino desviado, la razón pervertida nunca puede encontrar el camino seguro estrecho. Sólo puede un poder divino someter la voluntad obstinada. Esto es Tuyo, Salvador Todopoderoso, Tuyo, el formar un corazón nuevo. ¡Oh, cambia estos corazones miserables nuestros y dales vida divina!; entonces, nuestras pasiones y nuestras capacidades, Señor Todopoderoso, serán tuyas.”
Padre, te pedimos que nos cambies. Para cualquiera que está con nosotros en esta mañana, que tiene una salvación que es inválida, que sean sacudidos de esa confianza. Sacude esa certeza. Llévalos al lugar de la penitencia, que puedan venir en Tus términos, diciéndole adiós a sí mismos y al pecado y a Satanás y al mundo, para que abracen Tu santidad sin la cual ningún hombre te verá. Entonces, Padre, despídenos con Tu gracia y misericordia. Gracias por nuestro tiempo de adoración el día de hoy. Esperamos con gusto el volver a compartir este tiempo en esta noche en el gozo del testimonio de aquellos a quienes se les ha dado un nuevo corazón. Oramos en el nombre de Cristo. Y todos dijeron ‘Amén ‘.
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