Padre nuestro, te damos gracias en esta mañana por las maravillosas verdades que acabamos de oír. El Señor realmente es nuestro Pastor, que aquellos que hemos escogido seguir a Jesús tenemos un Pastor tierno que nos cuida, nos guarda, nos guía, nos alimenta y algún día nos guiará por el valle de la sombra de muerte a Su presencia para siempre. Nos regocijamos porque somos contados dignos de ser discípulos de un Pastor así, de un Cristo así. Y Padre, pedimos que en esta mañana, al ver la Palabra de Dios, nuestros corazones vuelvan a ser levantados para ver lo que se demanda de nosotros como discípulos, para ver que debemos ser como Jesús fue, el antagonista del mundo, aunque signifique sufrir todo el abuso que el mundo pueda dar, que podamos hacerlo con corazones que están llenos de gozo, sabiendo que somos bendecidos cuando somos calumniados por causa de Cristo. Bendice nuestro tiempo en la Palabra, Padre. Y satisface la necesidad de cada corazón que está aquí. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.
Hace unas tres semanas atrás, uno de los jóvenes aquí en Grace Church llamado Bob Marriet, un joven de 26 años de edad, estaba compartiendo a Cristo en un parque aquí en el valle. Y estaba entregando folletos y confrontando a gente con su pecado y la necesidad de Jesucristo; y fue atacado y golpeado por unos individuos. Después, una semana atrás, el martes pasado, el mismo joven estaba compartiendo a Jesucristo otra vez como normalmente lo hacía, nada más que esta vez estaba en la esquina de la calle Siete y Broadway en Los Ángeles. A las 4.40 de la tarde fue atacado y golpeado otra vez. En esta ocasión, la parte de atrás de su cráneo fue fracturada en cuatro lugares. Y hasta donde pueden ver, evidentemente alguien fue molestado por su testimonio.
En el hospital, se le hicieron tres perforaciones en su cráneo para tratar de liberar la presión de la fractura; pero sin éxito alguno. Y en tres días, murió.
Cuando usted lee algo así en el periódico, dice: “Sí, así es.” Cuando algo así sucede a alguien que es parte de su vida, cambia. Y entonces, usted se da cuenta de que el mundo es mucho más hostil hacia el cristiano comprometido de lo que pensamos. Bob era un joven, entiendo por lo que me dicen nuestros jóvenes en el ministerio de la Universidad, que él prefería irse caminando a casa en lugar de que alguien lo llevara porque él pensaba que si caminaba, podía conocer a alguien con quien pudiera compartir a Jesucristo. Ése era el tipo de persona que era.
Ed Backe estaba compartiendo este testimonio con nosotros el miércoles por la noche y dijo que Bob era el tipo de persona que nunca tenía nada malo que decir de nadie, que nunca chismeaba o contaba algún chisme de nadie, simplemente estaba totalmente satisfecho con compartir a Jesucristo. Bueno, Bob perdió su vida al confrontar al mundo que odia a Cristo. Ése fue el precio que pagó.
Ahora, hemos estado estudiando en Juan 15 que este es el caso. Y de hecho, lo hemos visto ilustrado de una manera tan vívida como lo puede ver usted con uno de nuestras propias personas aquí en la Iglesia. La gente impía, que es parte del sistema de Satanás, aborrece a Cristo. Y odian a aquellos que están comprometidos con proclamar a Cristo. Estamos viviendo en un mundo hostil. Estamos viviendo en un mundo que reacciona de manera violenta al mensaje del pecado. En Hechos, capítulo 1, versículo 8, Jesucristo preparándose para ascender al cielo dijo: “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros. Y me seréis testigos en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra.” Y la palabra “testigos,” “me seréis testigos,” en el griego es murmarturis. Y de esa palabra marturis que significa “testigo”, eventualmente obtuvimos la palabra mártir que significa alguien que muere. Y la razón es porque cuando alguien se convirtió en un testigo de Jesucristo, normalmente lo pagó con su vida. Y la palabra marturis pronto se convirtió en algo que iba más allá de tan sólo un testimonio. Pronto significó una persona que muere por su testimonio. Y tantos murieron a lo largo de los años de la primera iglesia, que la palabra se identificó con eso.
Y eso es exactamente lo que Jesús dijo que sucedería en Juan 15. Vayamos en nuestras Biblias a Juan 15 y retomaremos el pasaje en donde nos quedamos la semana pasada. Ciertamente, mi corazón ha estado tan cargado, y estoy seguro que el de usted también simplemente al oír del relato de Bob, quizás la mayoría de ustedes no lo conocía. Pero creo que podemos llegar a Juan 15 y ver el odio del mundo contra un cristiano con una perspectiva un poco más clara, un entendimiento un poco más claro del que quizás tuvimos la semana pasada. Jesús dijo que sería así, pero no sé si lo creíamos; pero quizás ahora lo creamos.
Y Jesús quería advertir a Sus discípulos porque, como puede ver, se les habló de todas las maravillosas promesas que eran suyas. Se les dijo que tendrían que poder ilimitado. Que harían cosas que jamás habían sido hechas cuando Jesús estuvo aquí. Que tendrían paz, que tendrían gozo, que experimentarían la abundancia que Dios les daría. Se les dijo que tendrían todas las promesas que Cristo podría poner a su disposición. Se les dijo que no les faltaría absolutamente nada. Se les dijo que tendrían la energía y el poder y la capacidad de confrontar al mundo.
Y allí en el versículo 26 y 27 del capítulo 15, viene una promesa para ellos: “Pero cuando venga el Consolador a quien Yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad el cual procede del Padre, Él dará testimonio acerca de Mí y vosotros daréis testimonio también porque habéis estado conmigo desde el principio.” Inclusive les dice que tendrán al Espíritu Santo activando su testimonio. Tendrán un testimonio fortalecido, capacitado por el Espíritu Santo. Pero no sea que pensaran que debido a que tenían todas estas promesas y debido a que tenían todo este poder en el Espíritu Santo, podían salir al mundo y esperar que no hubiera respuesta negativa ni reacción. Y por ello Jesús, desde el versículo 15 hasta el versículo 25 les habla de que el mundo los va a odiar por su testimonio, el mundo los va a despreciar y el mundo va a tratar de perseguirlos. Y ahí, del versículo 1 al 2 del capítulo 16, Él dice que el mundo los va a matar y va a pensar que están haciendo a Dios un servicio porque estarán tan inmersos en la religión falsa.
Y entonces, Jesús en la última noche antes de que parta de este mundo en Su crucifixión, esta última vez con Sus discípulos, no sólo les da promesa tras promesa tras promesa, sino que también les da esta gran advertencia de estar alertas ante el odio del mundo.
Ahora, la semana pasada comenzamos a ver por qué es que el mundo odia a Jesucristo y por qué es que el mundo continúa odiando a aquellos que son de Cristo, aquellos de nosotros que hemos decidido seguir a Jesús; aquellos de nosotros que estamos dispuestos a negarnos a nosotros mismos, tomar la cruz y seguirlo diariamente. ¿Por qué es que el mundo nos odia? Y Jesús nos da tres razones realmente aquí.
Número uno, y estamos repasando por un momento, el mundo nos odia porque no somos de este mundo, versículos 18 y 19. Vimos esto la semana pasada. Vimos que debido a que no somos parte del sistema de maldad del mundo, el mundo nos odia. El pecado, de manera natural, odia la justicia y la religión falsa odia a la religión verdadera. El mundo es una esfera de maldad. El mundo está controlado por Satanás mismo y sus ángeles malos. El mundo es una sociedad de hombres impíos que se han colocado en enemistad contra Dios, contra Cristo, contra el Reino de Dios y contra el pueblo de Dios. Ese es el mundo. Y el mundo odia todo lo que es de Dios, de Cristo o de nosotros que somos de Él. Y como les dije la semana pasada, el corazón del sistema entero es la religión falsa, sea religión atea, sea idolatría, sectas, liberalismo, modernismo -lo cual es satánico, sea el Dios del materialismo o humanismo o lo que sea; todos odian la verdadera religión la cual involucra fe en Jesucristo. Y entonces, debido a que no encajamos con el sistema, estamos apartados de ellos.
Observe el versículo 18: “Si el mundo os aborrece, sabed que a Mí me han aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero porque no sois del mundo antes Yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.” Que no le sorprenda cuando el mundo lo aborrece, Jesús les dice a Sus discípulos. Me odio a Mí. Y esa es la razón por la que los aborrece a ustedes, versículo 19, porque no son parte del mundo. Si fueran parte del mundo, el mundo amaría lo suyo.
Es interesante que lo suyo es un singular neutro en lugar de un plural masculino. El mundo ama lo suyo; y lo suyo es un uso singular individual. Todo individuo en el mundo ama sus propias cosas. Eso es lo que está diciendo aquí. No es que el mundo realmente se ama entre sí; es que cada individuo en el mundo se ama a sí mismo y las cosas que son suyas. Y el individuo sólo ama a otros siempre y cuando el amar a otros le va a traer una ventaja o beneficio a él. No hay amor por causa de amor. Ama para apaciguar su conciencia, o ama en el sistema para adquirir una ventaja. El mundo ama lo suyo. Y es un tipo de amor egoísta, es un amor phileo en el mejor de los casos, el cual es amor natural; no agape, el cual es un amor divino, profundo. Es superficial porque está relacionado con la ventaja. Y si fuerais del mundo, el mundo los amaría. Su propio sistema, aquellos que les pueden dar una ventaja; eso les encanta, lo aman. Y entonces, de manera natural, no nos aman a nosotros porque somos una desventaja para el mundo. Desacreditamos al mundo. Confrontamos al mundo. Lo condenamos. Reprendemos al mundo por una vida pura y por la Palabra de Dios; y de esta manera el mundo no nos ama.
Juan nos dice en Primera de Juan capítulo 5 que el mundo entero está en las manos del maligno. Este es un retrato vívido. El mundo estero está, por así decirlo, en las piernas del maligno. Ahí descansan, en el maligno. No son infelices, están relajándose ahí. El mundo está satisfecho consigo mismo. El mundo es complaciente. El mundo es indiferente a Dios. El mundo no está consciente de su condición de pérdida, no le preocupa el infierno, está aislado de Dios, ha sido engañado por la torpeza de dudar del juicio de Dios, hipnotizado por Satanás y su maldad. El mundo está dormido en las piernas de Satanás. Y cuando usted y yo venimos y comenzamos a sacudir al mundo para que se despierte es muy, muy incómodo. El mundo no quiere ser molestado. Y cuando llegamos y comenzamos a molestarlos con el mensaje del pecado, el mensaje molesto del juicio y el mensaje molesto del infierno, comenzamos a sacudir al mundo un poco; y realmente no les gusta. Están cómodos en los brazos de Satanás. Y la única respuesta que el mundo tiene es odiar el mensaje y el mensajero.
Esa es la actitud del mundo hacia el cristianismo. Y no crea que es diferente, porque no lo es. Y si es diferente en su vida, entonces el mundo no está seguro de que realmente usted esté comprometido con Jesús. Es una realidad. En el versículo 19, tenemos lo que llamamos en el griego un condicional de primera clase. “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo.” Y el “si” aquí es en el sentido más puro, es como es, no si es posible, sino que si es absolutamente probable, es un hecho absoluto. “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, pero debido a que no sois del mundo, antes Yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.” Es el si de una condición declarada, que está establecida. El mundo ama a sus propias cosas, el mundo está involucrado en sus propias cosas.
Y versículo 18, lo mismo. “Si el mundo os aborrece, sabed que a Mí me ha aborrecido antes que a vosotros.” Y puede asegurarse eso, que el mundo los va a aborrecer. Ese es otro condicional de primera clase en el versículo 18. Si el mundo os aborrece; y el condicional de primera clase en el griego significa “y los va a aborrecer”; subráyenlo. Sepan que me odiaron antes que los odiaran a ustedes.
Todo hombre nace en este mundo como parte del sistema de Satanás. Está bajo la cabeza de Satanás. Su padre es el diablo, el Dios de este mundo. Su vida está centrada en torno a las cosas de Satanás. Usted sabe, y es difícil que la gente entienda esto, pero si lee Efesios capítulo 2 desde los versículos 1 al 3 donde lo describe, ahí lo dice. Habla del hecho de que todos estábamos muertos en delitos y pecados. Habla del hecho de que Satanás controla nuestras vidas. El individuo no salvo tiene una existencia centrada en Satanás y cuando un hombre o mujer llega a un conocimiento de Jesucristo mediante la fe personal, entonces es librado del mundo. Y en el versículo 19 dice que el mundo no los ama a ustedes debido a eso. Si usted es tomado del mundo, sacado del mundo, es librado del sistema. Como Pablo lo dijo en Colosenses, son trasladados del reino de las tinieblas al Reino de Su Amado Hijo. Son sacados del mundo. Han sido quitados de todo aquello con lo que tenían relación y el mundo antiguo los odia por la nueva libertad que es suya en Cristo, porque ha encontrado gozo nuevo, porque tiene un tipo de confianza nuevo y el sentido de pertenecer en un sentido eterno a Dios por el hecho de que tiene respuestas y comparte esas repuestas; y los confronta con su pecado y juicio.
La respuesta del mundo es, en primer lugar, de antagonismo. Es de envidia. Es de celos. Es de odio debido a que nuestra libertad y nuestro gozo son tan reales; y los suyos no existen. Es una historia antigua. Cualquier persona odia a alguien que tiene todas las respuestas. Y especialmente hombres impíos satánicos en el mundo odian a aquellos que le dan la respuesta cuando la respuesta es la antítesis de la actividad satánica, la persona de Jesucristo.
Si no hay ningún antagonismo en el mundo hacia su testimonio, entonces no tiene un testimonio visible. Entonces, nos aborrecen, en primer lugar, porque no pertenecemos al sistema y violamos al sistema y confrontamos al sistema. Y mediante una vida pura, reprendemos al sistema. Y Satanás milita en contra de eso.
En segundo lugar, y vimos esto la semana pasada de manera inicial, nos aborrecen… nos aborrecen, debo de decir, porque aborrecieron a nuestro Señor Jesús. Ese es el número dos. El mundo nos aborrece porque aborrecieron a Jesucristo y lo representamos. Como puede ver, el odio no es algo que usted puede almacenar, el odio tiene que ser expresado. Y el mundo siempre ha aborrecido a Jesucristo y no tiene en nadie en quien descargar ese odio fuera de aquellos que representamos a Jesucristo. Y entonces, recibimos realmente el odio que es dirigido a Jesucristo. Los incrédulos que rechazan a Jesucristo y lo odiaron y continúan odiándolo sin causa, no se han rendido en su odio, simplemente han re direccionado ese odio a nosotros, quienes representamos a Jesucristo. Y permítame asegurarle que el odio del mundo es tan intenso y tan violento como lo era hace 2000 años atrás. Hay gente por todo el mundo muriendo por su fe en Jesucristo.
Ahora, observe el versículo 20. Dice al principio del versículo 20: “Acordaos de la palabra que os he dicho,” y Él se está refiriendo al capítulo 13 versículo 16: “El siervo no es mayor que su amo.” El siervo no es mayor que su señor. Ahora, ahí atrás estaba hablando de servicio. Ahí atrás estaba diciéndoles que le preocupa que ustedes humildemente se laven los pies los unos a los otros como Yo lo he hecho con ustedes y se sirvan el uno al otro. Pero aquí, Él está usando el mismo principio para aplicarlo a la persecución y está diciendo: “Miren, ustedes saben, me persiguieron a Mí, no crean que si persiguieron a su amo ustedes se van a librar de la persecución, ¿está claro?” Nos identifica con Jesucristo en la comunión de Sus sufrimientos.
En Filipenses 3, versículo 10, Pablo hablo de la comunión, de la participación de sus sufrimientos. Él sabía lo que significaba. Y nuestra casa, tenemos una pequeña vitrina en donde tenemos algunos trofeos antiguos que se rompieron en el terremoto. Y en cierta manera, es de mi vida pasada, de lo que tengo que mostrar de muchos años, de mucho esfuerzo y que es una basura.
Pero usted sabe, conforme leía el final de Gálatas hace unos años atrás, descubrí la vitrina de trofeos de Pablo; y Pablo tenía ahí una vitrina de trofeos muy interesante. Él dijo, al final de Gálatas, “Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesucristo.” La vitrina de trofeos de Pablo estaba en su cuerpo.
Y puedo imaginarme cuando él estaba con alguien y llegaba el momento de quitarse la ropa, quizás para irse a dormir o en la noche o lo que sea, se lo quitaba y la gente decía: “Hombre, de donde sacaste esas marcas, Pablo? Están por todos lados.” Y Pablo decía: “Bueno, mira, estas por aquí, por Jesús. Éstas cicatrices que ven aquí en la parte de atrás, por causa de Jesús.” Y yo creo que le encantaba cada una de ellas. Y él decía “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.” Es ganancia. Él dice: “Tengo mi vida por basura, a fin de ganar a Cristo.”
Y como pueden ver, eso era compromiso. Ese era un tipo de discipulado que lo identificaba con Jesucristo y él sentía el mismo tipo de abuso que el mundo le ofreció Jesús. Y finalmente, su cabeza fue cortada. Ahora, él conocía la participación del sufrimiento de Jesucristo y la mayoría de los cristianos no conoce esto. La mayoría de los cristianos no tiene el gozo de saber lo que es sufrir reprensión, el enojo, el odio del mundo y en un sentido identificarse totalmente con Jesucristo.
Y Pedro dice, usted sabe, en 1 Pedro 2, él dice: “Cristo sufrió como ejemplo para nosotros,” hupogramos es la palabra griega, como una copia, como un patrón. Como debía sufrir. ¿Cómo sufrió? Él sufrió; y cuando le maldecían, no respondía con maldición. Él nunca reaccionó en contra del sufrimiento. Él lo recibió de manera dispuesta. Y esa es la manera en la que tenemos que recibirlo. Cristo no sólo sufrió en la Cruz para quitar nuestro pecado, sino que también sufrió en la Cruz para darnos un patrón a seguir para saber cómo debemos confrontar al mundo. Y si el mundo abusa de nosotros, debemos recibirlo en silencio y considerarnos dignos de haber sufrido con Jesús.
Y entonces, Él dice: “No le sorprenda si sufren porque Yo sufrí y el siervo no es mayor que su señor.” Muy bien, entonces Él dice en el versículo 20: “Si a Mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado Mi palabra, también guardarán la vuestra.” ¿Y saben lo que está diciendo ahí? Él está diciendo que van a enfrentar la misma situación que yo. Que algunas personas los van a perseguir y algunas personas van a aceptar sus palabras. Va a haber una gran mayoría que irá tras de ustedes que serán hostiles, que estarán enojados contra ustedes. Pero van a haber algunos que van a aceptar.
Ahora, usted sabe, la mayoría de la gente no experimenta esto porque su cristianismo entero puede girar en torno a la iglesia. Aquí nos sentimos el antagonismo porque somos creyentes aquí. Pero usted trata de ir de puerta en puerta en su cuadra y ve cómo afecta a la gente, como al llegar a su puerta les anuncia que son pecadores que están enfilados al juicio de Dios y al infierno eterno. Y como puede ver, realmente no estamos en el negocio de estar confrontando al mundo. Normalmente, confinamos nuestro cristianismo nosotros mismos. Y ése es el problema.
Y entonces, ¿qué dice Él? Él dice: “Los van a perseguir. Pero así como algunos han aceptado Mi Palabra, también van a aceptar su palabra.” Y ése es el gozo de todo esto. Pero mantenga en mente, siempre va a haber unos cuantos. Mateo 7, Jesús dijo: “Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida y pocos son los que la hayan.”
Un ministro dijo que va a haber más gente en el cielo de lo que habrá en el infierno. Y no creo eso. No creo eso por un minuto. Siempre creo que son los pocos, siempre es el camino estrecho, siempre es el remanente. Pero ése es el gozo de nuestro ministerio, el poder confrontar al mundo y sufrir cualquier tipo de abuso que pueda venir y saber que algunos oirán el Evangelio y creerán.
Muy bien, en Hechos, capítulo 7, quiero mostrarle una pequeña ilustración de esto, de la actitud de un individuo. En Hechos 7:52, un hombre llamado Esteban, que en las Escrituras al menos, resultó ser el primer mártir de la Iglesia. Hechos 7:52, y a lo largo de este capítulo él ha estado predicando un gran mensaje, realmente condenando a la gente por su pecado. Y escuche cómo los condena, de una manera tan poderosa. Versículo 52: “¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres?” Él les dice: “Ustedes han perseguido a los profetas desde el principio de su historia hasta el final. Los han matado, mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo de quien ahora vosotros habéis sido entrenadores y matadores.” Él los llama lo que son. “Vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles y no la guardasteis.”
Bueno, ya para cuando él término con este sermón, ellos estaban realmente furiosos. Versículo 54: “Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones y crujían los dientes contra él.” Comenzaron a crujir sus dientes, estaban tan enojados. “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios.”
Bueno, esto es natural, usted sabe, él está viendo una visión de Dios mismo en el cielo en Su gloria. Y en el versículo 56, él dice: “He aquí, veo a los cielos abiertos y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Entonces, ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos y arremetieron a una contra Él.” Estaban tan furiosos porque los había condenado y dicho que Él era quien tenía una relación con Dios, que él era el que tenía una visión de la gloria de Dios, no ellos. Y ellos se taparon los oídos y corrieron a una; y esto es antagonismo. Y continúa en el versículo 58: “Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon. Y los testigos vieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban mientras él invocaba y decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu.” Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado.” Y habiendo dicho esto, durmió.” Esto es un poco del antagonismo del mundo.
Observe capítulo 8. “Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día una gran persecución contra la Iglesia que estaba en Jerusalén y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban e hicieron un gran llanto sobre él.” Esa es una pequeña idea del odio puro del mundo cuando es confrontado contra el pecado.
Al principio de esta semana estuvimos en una conferencia, Pablo y yo en San Diego, en la conferencia nacional de trabajadores y obreros jóvenes; y el orador para la semana fue el doctor Francis Schaeffer, el autor de muchos libros. El Dios que estuvo ahí, La contaminación: la perspectiva cristiana de la ecología y muchos otros libros. Y él estaba diciendo en esencia que de lo que tenemos que deshacernos es de presentaciones baratas del Evangelio. Y tenemos que decir las cosas como son. Y tiene razón. Tiene razón. Tenemos que confrontar a los hombres con su pecado abiertamente y francamente, esperar una reacción. A veces, recibirán a Jesucristo, muchas veces van a reaccionar de manera violenta. Cuando usted confronta al mundo, usted va a recibir una reacción. Y si usted no está entrando, no está confrontando al mundo.
En el siglo XV en Italia, la Iglesia iba muy bien. La religión organizada estaba en su cúspide. El Papa gobernaba todo. La Iglesia Católica se había extendido por todos lados. Y ciertamente especialmente en Italia, era poderosa y todo el mundo iba a la iglesia y todo el mundo creía en Dios. Y todo el mundo era religioso. Pero era una farsa. Y todo el sistema en ese punto estaba bajo el control de Satanás.
Y vino un predicador en ese entonces, en el siglo XV en Italia, cuyo nombre fue Savonarola. Savonarola fue históricamente uno de los más grandes reformadores, predicadores, profetas, políticos, filósofos que el mundo jamás haya conocido. Él entró a la Italia del siglo XV y comenzó a confrontar a Italia con su pecado. Él predicó acerca del pecado constantemente. Él denunció los pecados y las corrupciones de la Iglesia romana y también denunció los pecados y las corrupciones de individuos. Y realmente preparó el camino para la reforma; y preparó a Italia con la misma tierra con la que Alemania fue preparada. Savonarola pudo haber sido el reformador; y no Martín Lutero.
Su predicación, dice su biógrafo, y cito: “Fue una voz de relámpago y su denuncia de pecado era tan terrible que la gente que lo escuchaba salía por la calle asombrada y se quedaba sin palabras. Sus congregaciones con frecuencia estaban llorando de tal manera que la Iglesia resonaba con sus lloros. Y por eso lo quemaron en la estaca. Su cuerpo se incineró en llamas y la religión organizada guio el fuego.” Fin de la cita.
Usted nunca puede confrontar al mundo sin esperar recibir una reacción. Y los sistemas falsos de religión están detrás de todo esto. Satanás opera a través de la religión falsa. Y no sólo estoy hablando del catolicismo, estoy hablando de catolicismo en un sentido histórico, estoy hablando del protestantismo liberal. Estoy hablando del modernismo. Estoy hablando de sectas. Estoy hablando de cualquier otro tipo de sistema falso que Satanás puede usar, tenga o no proximidad a la fe cristiana o esté lejos de la fe cristiana; todos son antagonistas a Jesucristo. En el sermón del monte, Jesús dijo: “Seréis aborrecidos de todos por causa de Mi Nombre.” Y el mundo nos odia porque lo odiaron a Él. Y si Él vive en nosotros y vive a través de nosotros, nos van a odiar. Nos van a odiar.
Muy bien, entonces en tercer lugar y finalmente, no sólo el mundo nos aborrece porque no somos parte del sistema y porque odiaron a nuestro Señor; sino en tercer lugar nos aborrecen porque no conocen a Dios. No conocen a Dios. Esto es lo más difícil que el mundo puede escuchar, especialmente aquellos que están en religiones falsas. Y puede imaginar cómo fue recibido esto cuando fue el mensaje constante de Jesús a los judíos. Los judíos siempre se jactaban de que conocían a Dios. Y Jesús de manera repetida les dijo que no, que no conocen a Dios; que no conocen a Dios. Y eso es lo que los enfureció más que ninguna otra cosa.
Ahora, aquí está la causa real, profunda, interna de todo el odio. Es la ausencia de un conocimiento de Dios. Observe el versículo 21. “Más todo esto os harán por causa de Mi Nombre porque no conocen al que me ha enviado.”
Como puede ver, Él dice: “Los van a matar, los van a perseguir por causa de Mí y lo van a hacer porque no conocen al Dios que me envió. El hombre nace en el mundo en enemistad con Dios. Él es rebelde. Él está lleno de odio contra Dios. Los hombres no aman a Dios. Los hombres no conocen a Dios.
Usted dice, ¿pero qué hay acerca de la gente religiosa? Primera de Corintios 10:20 lo dice: “Lo que sacrifican es a los demonios y no a Dios.” La religión falsa es demoníaca. El liberalismo, el modernismo, esas cosas que inclusive se llaman a sí mismas cristianismo que niegan el nacimiento virginal de Cristo y la deidad de Cristo y la inspiración verbal de las Escrituras, esas no son personas que aman a Dios, son personas que odian a Dios. Están bajo el control de Satanás. Sea un tipo abierto de ateísmo o simplemente sea un tipo superficial de cristianismo liberal moderno, todos odian a Dios. Están en enemistad con Dios. Están en contra de Dios. Están del lado de Satanás.
Y siendo honesto con ustedes, un individuo que no adora al Dios verdadero a través de Jesucristo presentado en el Nuevo Testamento termina siendo un ateo sin importar lo que él adore. Ya que adorar al dios equivocado no es nada más que ateísmo práctico. Y la gente en nuestro mundo que cree que están adorando a Dios está adorando a un Dios que no existe; y no están adorando al Dios que existe. Y eso termina siendo ateísmo.
Los judíos vinieron y dijeron conocer a Dios y sin embargo odiaron a Dios en forma corporal, Jesucristo. ¿Qué tipo de paradoja tan extraña es esa? Jesús dijo: “Ustedes dicen conocer a Dios y me odian; y Yo soy Dios en carne humana.” Su amor a Dios era una fachada, era una farsa, era una mentira. Ellos no amaban a Dios. Jesús dijo: ustedes ni siquiera conocen a Dios; ustedes son de su padre el diablo en Juan 8. Y eran súper, súper, súper religiosos.
Permítame mostrarle un par de versículos en Juan 8. Versículo 19: “Ellos le dijeron, ¿dónde está Tu Padre?” Él está hablando del hecho de que Dios es Su Padre. “¿Dónde está Tu Padre? Respondió Jesús: “Ni a Mí me conocéis ni a Mi Padre. Si a Mí me conocieseis, también a Mi Padre conoceríais.””
Después, en el versículo 54: “Respondió Jesús: “Si Yo me glorifico a Mí mismo, Mi gloria nada es. Mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.” ¿Se dan cuenta? Pero observe esto. “Pero vosotros no Le conocéis.”
Ellos decían conocer a Dios, muy religiosos, tremendamente religiosos. Y Jesús les dice que ustedes no conocen a Dios. Él no es su Padre en absoluto. Ustedes son de su padre el diablo. Ustedes no tienen conocimiento de Dios en absoluto, de lo contrario me conocerían y me honrarían como Dios.
El mundo adora al Dios que no existe. En Hechos capítulo 17, se acuerdan que Pablo llegó a Atenas. Él se puso de pie en el Aerópago y les dijo: “Vosotros, hombres de Atenas, percibo en todo que son muy religiosos… muy religiosos. Porque al pasar y ver sus altares, encontré un altar con esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO, a quien ustedes adoran de manera ignorante.”
Ahora, ellos estaban adorando a algún dios que ni siquiera conocían y eran muy, muy, muy religiosos. Esto es típico de cómo el hombre ve a la religión. Él postula a un Dios que ni siquiera existe, adora a un Dios y después dice que adora a Dios cuando de hecho es un ateo.
En 1 de Corintios 2:7, Pablo dijo: “Pero hablamos la sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría escondida que Dios ordenó desde antes de los siglos para nuestra gloria, la cual ninguno de los príncipes de este mundo conocieron. Porque si lo hubieran conocido, no habrían crucificado al Señor de gloria.” Pablo dice, si los hombres hubieran conocido a Dios, nunca habrían crucificado a Jesucristo. Y si los hombres conocieran a Dios hoy, no continuarían avergonzándolo de manera abierta y crucificándolo otra vez, pero lo hacen; y eso es una prueba clara de que no conocen a Dios en absoluto.
Y le he dicho esto tantas veces a lo largo de nuestro estudio del Evangelio de Juan, que si un individuo nunca ha invitado a Jesucristo su vida, nunca ha venido con una fe arrepentida a Él como su Salvador personal, no me importa quién es ese individuo, lo que piensa que sabe, él no tiene conocimiento de Dios en absoluto. Ningún hombre que rechazó a Jesucristo jamás conoció a Dios, quien es Dios en carne humana. Y aquí está la razón profunda por la que la gente odia a Cristo y por qué nos odian a nosotros. No conocen a Dios y ellos están adormecidos por la religión engañosa satánica que los lleva a pensar que conocen a Dios cuando no lo conocen. Esa es la razón por la que la religión falsa es una maldición tan grande. Creo que Satanás pasa su tiempo en la religión falsa. El mundo piensa que está orientado teológicamente, pero es impío, está ciego.
Ahora, en este punto alguien podría decir: “Bueno, tú sabes, esto es algo triste porque después de todo, no es mi culpa, ¿o sí? Digo, no es mi culpa, yo nací siendo ignorante de Dios. Llegué al mundo y no conozco a Dios, ¿por qué me hace responsable?”
Usted es responsable. Permítame demostrarle por qué. En Romanos, capítulo 1, versículo 18, leemos esto: “Porque la ira del hombre se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.” En otras palabras, los hombres conocen la Verdad. Los hombres conocen la Verdad. Versículo 19: “Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto pues Dios se lo manifestó.” A todo hombre que viene al mundo, Dios le da el conocimiento básico de que Él existe y no sólo a partir de su conocimiento interno sino, versículo 20, a partir de la Creación, él puede saber que hay un Dios. Porque las cosas invisibles de Él, Su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo siendo entendidas por medio de las cosas hechas de modo que no tienen excusa.”
Usted dice: “Bueno, si toda la información está ahí, ¿cómo es que el hombre se metió en la situación en la que no conoce a Dios? Le voy a decir cómo, versículo 21: “Pues habiendo conocido a Dios,” escuche esto, “no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias. Sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen.” Y procede a describir la imagen. Y finalmente, terminan adorándose a sí mismos. En el versículo 28 dice: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada.”
Los hombres que entran al mundo nacen en rebelión contra Dios pero con un conocimiento innato de que Dios existe. Y Jesús, en Juan 1 dijo ser esa luz que alumbraba a todo hombre que viene al mundo. Los hombres conocen la Verdad de Dios. El hombre deliberadamente rechaza la Verdad de Dios, es deliberado. Él rechaza a Dios y a Cristo, no por ignorancia sino por malicia. Debido a la maldad, debido a la impiedad, porque él ama a las tinieblas más que la luz. Y cuando la luz brilla, como el insecto que está abajo de la roca, el hombre se apresura para meterse abajo de la roca en la oscuridad. El hombre no conoce a Dios. El hombre, debido a su propia malicia, a su propia impiedad, a su propio rechazo de la revelación plena de Dios, el hombre ha cometido el pecado más serio que es posible de cometer. El hombre ha cometido el pecado de rechazar la revelación de Dios.
Observe el versículo 22: “Si Yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.” Quiero que vean lo que este versículo significa porque es uno de los más importantes en todo el libro de Juan.
Jesús dice: “Si Yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.” Ahora, Él no está hablando aquí de un pecado en general porque Jesús vino o no vino, porque viniera o no Jesús, los hombres todavía eran pecadores. Él está hablando del pecado y del rechazo liberado cuando usted tiene la revelación total. En otras palabras, el pecado más grande que el hombre podrá cometer es tener todos los detalles específicos de la revelación de Dios y rechazarlo. Y Jesús dice: “He venido y les he hablado y ustedes han visto Mi vida; y cuando me han rechazado, entonces han cometido el pecado de rechazo total con revelación total.” Y la excusa de su hipocresía o la máscara de su hipocresía es arrancada; y no pueden esconder su pecado ya. Es obvio. Lo han mostrado al darme la espalda.
Él está hablando entonces del pecado específico de rechazar a Dios y de menospreciar deliberadamente a Jesucristo. El pecado más grande que un hombre puede cometer en el mundo es el pecado de rechazar la revelación completa de Dios. Cuando el mundo mató a Jesucristo, lo hizo en la cara de la revelación. Dios les había dado del Antiguo Testamento entero. Dios les dio a Jesucristo. Oyeron lo que dijo. Vieron lo que hizo. Vieron Su vida; y después lo mataron. Y de esta manera, reaccionaron a todo lo que Dios podía comunicar con odio, antagonismo e incredulidad. Rechazaron a todo lo que Dios podía revelarles a ellos. Y Jesús dijo: “Si Yo no hubiera venido y les hubiera dado el despliegue completo de revelación, nunca podrían haber cometido el pecado de rechazo contra la revelación completa; pero ahora que vine y desplegué de manera total a Dios a ustedes y ustedes rechazaron, cometieron el pecado de rechazo total a la revelación total; y la máscara ha sido quitada. La excusa sido quitada. Su hipocresía se acabó. Yo vine. Y les revelé completamente a Dios y ustedes no podían haber cometido el pecado más grande si Yo no les hubiera dado la revelación más grande. Pero lo hicieron. Lo hicieron.”
Éste es el pecado del cual el escritor de Hebreos habla en un pasaje muy importante que muchos han entendido de manera errónea. Se los he compartido antes, permítanme volvérselo a dar. Hebreos 6:4: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo y así mismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.”
Ahí dice que cuando alguien ha sido alumbrado con la revelación de Dios, cuando alguien ha probado el don celestial, cuando alguien ha sido participante del Espíritu Santo, ha visto lo que el Espíritu de Dios ha hecho, ha observado la energía y el ministerio del Espíritu Santo, ha probado la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, cuando alguien ha estado expuesto a toda la revelación que Dios puede dar, si se aparta no hay manera en la que puedan ser renovados al arrepentimiento. ¿Por qué? Porque ellos rechazaron de manera total la revelación total y Dios ya no puede ir más allá de eso.
Eso no está hablando de un cristiano perdiendo su salvación, sabemos eso porque más adelante en el versículo 9 dice: “Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores y que pertenecen a la salvación.” Eso viene más adelante en el capítulo. Éstas cosas no son salvación. Ninguna de esas palabras son palabras de salvación. Todas son palabras acerca de entender la Verdad. Y cuando un hombre recibe toda la información que Dios puede dar, toda la revelación, y ésta expuesto a todo lo que ve, lo oye, lo rechaza, ha cometido un pecado para el cual no hay remedio. Él ha rechazado de manera total en el punto de revelación total y se acabó.
Ahora, para darles una ilustración de cómo esto funciona, Mateo capítulo 12. Aquí hay un grupo de personas que hicieron precisamente esto. Exactamente esto es lo que hicieron. Rechazaron de manera total a Jesucristo en el punto de revelación total; y no hubo otro curso de acción. Mateo 12:24, aquí los fariseos vienen a Jesús que acababa de echar fuera demonios, ellos habían visto Su vida, Sus milagros, lo habían oído hablar, lo tenían todo. Dios ya no les podía dar a estos hombres más revelación. Eran estudiantes del Antiguo Testamento. Todo lo que Jesús había hecho lo había hecho en su cara. Aquí está la conclusión. “Este no echa fuera los demonios sino por Belcebú, príncipe de los demonios.” Él está expulsando demonios porque está poseído por demonios. Ellos concluyeron que Jesús era del infierno. Esa fue su conclusión astuta después de todo lo que el Antiguo Testamento decía y la vida entera de Jesús presentaba, dijeron que: Él es del infierno.
Esto está mal… Pero como pueden ver lo hicieron después de que habían visto la revelación entera. Y Jesús conocía sus pensamientos y demás. Y les habla de una casa dividida contra sí misma que no puede permanecer en pie.
Versículo 31: “Por tanto os digo que todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres. Mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que digiere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado. Pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en este siglo ni en el venidero.”
Dice usted: “¿Qué pasó aquí? ¿Cuál es la blasfemia del Espíritu Santo?” La blasfemia es esta: es que Cristo hizo todo lo que hizo a través del Espíritu. El Espíritu estaba operando a través de Cristo. Él dice: si ustedes han visto Mi Vida, han visto todas las obras que el Espíritu Santo han hecho a través de Mí y han concluido que son de Satanás, han blasfemado al Espíritu Santo. En otras palabras, la blasfemia del Espíritu Santo es atribuir las obras y palabras de Jesús a Satanás… A Satanás. Y Él dice que por ello no pueden ser perdonados.
Como puede ver, lo que habían hecho fue esto: ellos habían visto todo lo que Él hizo, oyeron todo lo que Él dijo y todo era del Espíritu Santo haciéndolo en Cristo; y dijeron que eso venía del foso del infierno. ¿Se dan cuenta lo que habían hecho? Ellos tenían la revelación total y la rechazaron de manera total. Ellos estaban tan lejos, estaban tan mal, estaban en el polo opuesto. Y Jesús dice que se acabó. Que no hay manera en la que puedan llegar a ser salvos. ¿Por qué? Porque si les di todos los que les podía dar y si les dije todos los que le podía decir e hice todo lo que podía hacer y concluyeron que venía del infierno, no hay nada más que pueda hacer. Ellos rechazaron de manera total al Señor en el punto de la revelación total. Se acabó… Se acabó… Se había terminado. Ése es el pecado del que Jesús está hablando en Mateo 12.
Ahora, no creo que esa misma experiencia en particular de Mateo 12 sea para esta época porque Jesús no está aquí en la tierra. Pero creo que sucederá de nuevo en el Reino, cuando Él regrese. Pero en la actualidad, un hombre todavía puede rechazar de manera total al Señor en el punto de revelación total y darle la espalda al señor como Hebreos 6 y Dios dice: “Lo siento, se acabó, no puedo hacer nada más, lo hice todo.”
Escuche, la gente que parece ser religiosa y parece adorar a Dios que no ha recibido a Jesucristo como Salvador y le ha dado la espalda a la revelación completa, total de Dios, no conoce a Dios en absoluto. Son hipócritas y el versículo 22 dice que esto quita la máscara de hipocresía y descubre su pecado.
Versículo 23, aquí tiene una declaración tan clara como jamás la escuchará. “El que me aborrece a Mí también a Mi Padre aborrece.” Eso es claro. El que me aborrece a Mí, también a Mi Padre aborrece. Él les mostró que no amaban a Dios. No podían amar a Dios y odiarlo a Él. Era imposible. Eran mentirosos. Eran ateos prácticos. Ellos jugaban el juego religioso pero eran ateos. Ellos iban a la sinagoga, usted sabe, como hoy en día van a la iglesia, están metidos en la rutina; pero son ateos. Los hombres que se burlan de Jesús no conocen a Dios. Los hombres a quienes les gusta un Jesús que es un Jesús que ha sido diluido y no es como el Jesús de la Palabra de Dios, no lo aman. Ellos aborrecen a Dios. En Juan 5:23, el Señor dijo: “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.” No se engañe ni por una milésima de segundo pensando que alguien puede amar a Dios y no a Jesucristo.
Le dije que cuando regresé de Israel, nunca olvidaré estar ahí, en las afueras de Jerusalén viendo la ciudad en la mañana, alrededor de las seis de la mañana; y la luz de la mañana brillaba de una manera hermosa en la blanca ciudad de Jerusalén. Abajo de mí, en un cementerio, había muchos rabinos que estaban ahí, subían y bajaban, orando por alguien. Y yo pensé que eso es realmente patético porque no conocen a Dios. Dios ni siquiera oye una cosa de lo que están diciendo… Religión falsa, fuera de Jesucristo.
Esta señora que estaba junto a mí era una cristiana y dijo: “Bueno,” ella mostró cierta hostilidad y estaba enojada y dijo: “Bueno, ciertamente usted no tiene ningún amor y compasión.” Yo dije que sí lo tengo. Ella dijo: “Usted sabe, yo encontré un gozo maravilloso al ir allá abajo con ellos y orar y hacer lo que ellos hacían.” Ella dijo que era la única cristiana en el grupo que fue y oró con ellos; y ellos están buscando a Dios en su propia manera. Y Dios los oye. Y ella me estaba dando este diálogo.
Y yo le dije: “Mire, querida señora,” y realmente quizás yo me estaba molestando un poco y no debería haberme molestado, pero le dije: “Mire, le están hablando al diablo antes de hablarle a Dios.” A ella tampoco le gustó mucho. De hecho, la mayoría del resto del viaje, se sentó en una sección diferente del autobús. Pero bueno… No creo que si usted tolera eso usted no pueda alcanzar a esa gente. No señalamos a estas personas para decir que no conocen a Dios. Sino porque tenemos que entender eso para poder confrontarlos con la Verdad. Algunas personas que rechazan a Cristo no parecen ser gente que odia a Dios de manera tan violenta; pero el hecho es que odian a Dios. Porque si usted no está por Él, esta contra Él. Y así es.
Y entonces, algunos hombres persiguen a los seguidores de Jesús porque no conocen a Dios. Y eso es inexcusable, injustificable. No conocer a Dios, amigo mío; porque Dios le ha dado la revelación completa por la cual usted es responsable. Romanos 1 dice: “De tal manera que no tienen excusa.” Dios hizo todo.
Versículo 24, en el versículo 22 dijo fueron las cosas que dije, que hablé. Versículo 24: “Si Yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado. Pero ahora han visto y han aborrecido a Mí y a Mi Padre.” Él dice: he desplegado al Padre en Mis obras y han visto al Padre operando a través de Mí y han concluido que soy del infierno. Rechazaron Sus palabras, rechazaron Sus obras. No sé cómo pudieron rechazar Sus obras, es increíble. Ellos debían haber sabido de Lázaro, que Jesús se fue… ¿Recuerdan que fue a la tumba de Lázaro y le dijo a Marta que quitara la piedra? Y Marta pensó: oh, no. Y ella hizo esa declaración clásica: “Señor, ya para este momento él apesta.” Usted sabe, él había estado ahí cuatro días y habría olido terriblemente. ¿Y qué es lo que quiere hacer al quitar la piedra y simplemente decir Lázaro a Dios o qué?
Él dijo: espera Marta, haz lo que te digo. Quita la piedra. Jesús dijo: Lázaro, sal. Y aquí viene la prueba de fuego, ¿no es cierto? Digo, si puedes ir a un cementerio y decir sal, sal hasta que estés morado y nadie sale excepto el que cuida el cementerio y te persigue y te saca de ahí… Jesús dijo: “Lázaro, sal.” Y la Biblia dice: “Lázaro salió.” Los procesos de la muerte fueron invertidos… invertidos; y todo ese tejido que estaba en estado de putrefacción comenzó a invertirse de nuevo así como si la película fuera hacia atrás y Lázaro se puso de pie y salió de la tumba.
Ahora, ellos sabían eso porque vieron a Lázaro y oyeron de todo. Oyeron de todo lo que pasó. Pero no importó lo que Jesús hizo, estaban tan determinados en su endurecimiento, en sus corazones contra Él. Ellos amaban las tinieblas. Amaban su pecado. Amaban su orgullo y de manera deliberada dijeron no a Jesucristo y blasfemaron al Espíritu Santo. Y los hombres todavía lo hacen. Las profundidades del odio del mundo, oyen Sus palabras, ven Sus obras, ven la manifestación del Padre, Él dice en el versículo 24: “Les he mostrado a Mi Padre y Mí; y nos han aborrecido a ambos.”
Como puede ver, el pecado alcanza su cúspide, su culminación así cuando un hombre hace un rechazo total, cuando rechaza de manera total la revelación total. Y le digo esto, una advertencia, si usted está aquí en esta mañana y ha oído la historia de Jesucristo y ha visto quién fue Él, lo que fue Él en la tierra y lo que Él hizo para manifestar a Dios y nunca ha recibido a Jesucristo, usted se está moviendo hacia ese punto en el que ese rechazo final puede sellar su eternidad en el infierno. Y lo aliento a recibir a Jesucristo mientras que su corazón todavía está fresco y dispuesto a responder a lo que oye.
Después, en el versículo 25, Jesús presenta una conclusión incisiva. “Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en Su ley; sin causa me aborrecieron.” Éstas son palabras fuertes, ¿no es cierto? Vienen de dos de los salmos de David, Salmo 35 y Salmo 69. David anticipó que odiarían al Mesías. Pero, ¿sabe lo que ese versículo significa? Significa esto: la primera parte dice: “Esto sucedió.” ¿Qué significa esto? Se cumpla. Versículo 22, 23 y 24. El hecho de que Jesús habló suficientes palabras e hizo suficientes obras como para hacerlos responsables. Él hizo eso para que cuando lo odiaran, estuvieran odiándolo sin causa.
En otras palabras, ¿sabe lo que Dios hizo en Su gracia maravillosa? Dios borró toda razón por la que un hombre pudiera odiar a Jesús, toda. Y si los hombres continúan odiando Jesús, lo hacen por una razón y es por ninguna otra razón que su propio pecado. No hay razón por la que alguien pueda odiar a Jesús. Dios planeó, noten que algunas personas dicen que este versículo significa que Dios planeó que algunas personas lo aborrecieran. No. Dios no planeó que los hombres lo aborrecieran. Dios planeó que los hombres lo aborrecieran sin razón. Eso es lo que dice. Dios diseñó que la revelación completa fuera de tal manera que si un hombre odia Cristo, lo hace sin causa alguna en absoluto fuera de su pecaminosidad egoísta. Dios dio tanta revelación, Dios dio tanta gracia, Dios dio tanto amor. Dios hizo a Jesucristo tan hermoso, tan puro, tan encantador, tan magnético, tan atrayente, tan deseable que si un hombre sigue pecando, continúa odiando a Jesús sin razón alguna fuera de su propio pecado. Dios hizo todo por salvar a los hombres, todo por hacer que los hombres no fueran al infierno. Y Dios planeó que la venida de Jesucristo sería una manifestación tan perfecta y completa que si los hombres odiaban a Jesús, lo estarían odiando por ninguna causa, ninguna razón fuera de su propio pecado.
Y le voy a decir algo, no hay nada en Jesús que lo haga odiarlo, ¿verdad? Nada. No hay nada en Él que pudiera causar en usted odiarlo. Y cualquier persona que lo odia, lo odia sin causa. Pero Dios quiso asegurarse de que Él quitara todo vestigio, todo resto de excusa, dejando al hombre únicamente con su propio pecado como la razón.
Bueno, unos pensamientos al terminar. El mundo odió a Jesús. Lo odiaron porque expuso su pecado. Él les mostró quiénes eran y no les gustó. Cuando Jesús colocó la luz de Su santidad divina en los pecados de la gente, ellos se enojaron, se rebelaron y estaban torciéndose bajo esa luz porque les quitó, los despojó de la oscuridad y desnudó lo que estaba en sus corazones. Y en lugar de volverse a Él en fe amorosa y recibir la salvación que Él tenía y recibir la limpieza de su pecado, ellos se volvieron contra Él y lo odiaron por exponer su pecado. Y el mundo todavía odia a Jesús, no es diferente. Y el mundo todavía aborrece a aquellos que son de Él y que viven por Él y lo aman.
Y entonces, si usted va a calcular el costo y ser un discípulo de Jesucristo, tiene que entender que el verdadero discipulado demanda una disposición a sufrir el odio del mundo. Y si usted no está dispuesto a sufrir el odio del mundo, entonces realmente usted no está dispuesto a ceder el discípulo que Jesús quiere que usted sea. Es parte de ello. El sistema todavía lo odia a usted.
Muchos de ustedes piensan que quizás han hecho a un lado, han golpeado al problema y han terminado con el problema del odio del mundo y cierta manera viven día tras día pensando que son amigos del mundo. Si usted es amigo del mundo, entonces usted no es amigo de Dios. Primera de Juan 2:15: “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.” Santiago 4: “La amistad con el mundo es enemistad contra Dios.” Si usted está enredado en el sistema, está violando todo lo que su discipulado propaga. Si usted está enredado en el sistema, usted está violando todos lo que su discipulado profesa. Todo. No puede ser amigo del mundo y ser un discípulo de Jesucristo. Y la tentación sutil de Satanás es hacernos estar cómodos en el mundo, que estemos cómodos con el sistema y hacer que el mundo se sienta cómodo con nosotros. No queremos ofender a nadie. Y cuando lo hacemos, violamos todo lo que Jesús desea en nuestras vidas. Él no nos envió al mundo para hacer que el mundo estuviera cómodo, Él nos envió al mundo para hacer que el mundo fuera miserable. Comience a ofender a la gente. Comience a reprender y comience a reprender su pecado. No tenga comunión, participación con las obras infructuosas de las tinieblas, dijo Pablo; sino más bien repréndalas.
Predique la Cruz. Predique la ofensa de la Cruz. En 1 Corintios Pablo dice: “Claro, claro la Cruz es una ofensa. Hace que los judíos tropiecen y hace que los gentiles tropiecen; y no les gusta para nada. Sin embargo, he determinado no conocer nada entre ustedes excepto a Jesucristo y a Él crucificado. Dios me guarde que me gloríe en algo fuera de la Cruz de Jesucristo mediante quien estoy crucificado al mundo y el mundo está crucificado para mí.”
Pablo pudo haber quitado la Cruz de su mensaje. Él pudo haber quitado el pecado. Él pudo haber quitado la sangre de su predicación. Él pudo haber quitado la reprensión. Él pudo haber eliminado la ofensa. El tropiezo. Él pudo haber quitado u omitido la condenación por el pecado. Y él pudo haber sido aceptado en el mundo griego, el mundo romano y el mundo judío. Pero él no habría sido aceptable para Dios. ¿Dónde está la convicción de nuestra vida pura y santa? ¿Dónde está la convicción de aquello que confronta el pecado y lo llama por lo que es?
Le digo a usted, cristiano, esta mañana: sea fiel a Cristo. Exponga el pecado. Reprenda el pecado. Confronte al mundo. Llámelo lo que es sin importar el costo.
Y le dijo usted, incrédulo, esta mañana: no tiene excusa. Por lo que haga con Jesús, usted sella su eternidad.
Padre, te damos gracias en esta mañana por las verdades de Tu Palabra. Te damos gracias por el hecho de que Tú quieres que estemos totalmente comprometidos, que Tú quieres que estemos dispuestos a enfrentar al mundo. Padre, sabemos lo importante que es que hagamos eso y que llamemos al pecado pecado y que no estemos tratando de ser populares con los impíos. Que no estemos tratando de ser amigos del mundo sino que estemos tratando de alcanzarlos para Jesucristo; y no lo podemos hacer hasta que los confrontamos con su pecado.
Padre, oramos esta mañana porque si hay algunos que nunca han recibido a Jesucristo, que lo hagan en esta mañana, que abran su vida a Él y que como cristianos vivamos para la gloria de Dios confrontando al mundo con valentía, sin temor para que podamos traerlos a Cristo en cuyo nombre oramos. Amén.
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