Si tiene su Biblia, acompáñame a 1 Corintios capítulo 1, si es tan amable; y vamos a continuar con nuestro estudio de la insensatez de Dios. Y simplemente quiero decir al principio que si usted no estuvo aquí el último Día del Señor, no va a poder entender lo que vamos a decir esta mañana como si hubiera estado aquí. Y espero que si este estudio es útil en algo para usted en su vida, usted se asegure de obtener el sermón de la última vez para que pueda tener ambas partes.
No quiero enredarme mucho en repetir lo que hicimos la última vez y entonces, realmente, los dos van de la mano. Si usted estuvo aquí la última vez, muchas cosas que vamos a decir ahora definitivamente las va a entender. Ahora, va a entender gran parte de esto aunque no estuvo aquí, pero quizás no va a entender algunas cosas. No quiero dejar a nadie afuera. Así que quédese aquí. Estamos llamando a esta sección en particular La Insensatez de Dios. El mundo ve lo que Dios ha revelado en la Biblia y lo que Él ha hecho en la obra de Cristo en la cruz como insensatez.
El apóstol Pablo, en 1 Corintios, capítulo 1, claramente hasta final del capítulo 3 enfrenta este tema en particular de hacer un contraste entre la insensatez de Dios y la supuesta sabiduría del mundo. Ahora, usted recordará que Pablo está enfrentando problemas en 1 Corintios. Y los problemas que él enfrenta van desde el capítulo 1 hasta el capítulo 16. El primer problema que él enfrenta es el problema de división en la Iglesia. Y este es un problema muy, muy grande en la Iglesia.
Estuve en el Seminario Western en Portland el viernes y la facultad estaba sentada ahí; y estábamos hablando acerca de la Iglesia y uno de los profesores, un profesor de historia de la Iglesia me dijo: “Dígame, ¿su iglesia tiene algún problema?” Y yo respondí “sí, tenemos algunos.” Él preguntó qué tipo de problemas yo tenía. Y le respondí que gracias a Dios no tenemos un problema de 1 Corintios 1. No tenemos división. Pero tenemos problemas serios de 1 Corintios 2 hasta el 16.
Y realmente le doy gracias a Dios porque no somos un problema de 1 Corintios 1. Aquí hay unidad. En la Iglesia en Corinto había división. Y la razón por la que había división se debía a dos factores: uno, se estaban identificando con maestros humanos y se estaban alineando con hombres como en el versículo 12. Algunos estaban diciendo ‘yo soy de Pablo’, otros ‘yo soy de Apolo’, otros ‘yo soy de Pedro’, otros ‘yo soy de Cristo. Y entonces, estaban creando divisiones. Y hubo una segunda causa de división y era que estas personas habían sido salvadas de una sociedad orientada a la filosofía y todos, previo a su conversión, se habían apegado a una u otra filosofía.
Y cuando se volvieron cristianos, mantuvieron este tipo de identidad filosófica. Y entonces, todavía tenía un grupo de personas por aquí que pertenecía a tal o cual filosofía y otro a tal y cual filosofía y etcétera, etcétera. Y todos eran creyentes, pero no podían estar en unidad real porque estaban divididos filosóficamente. Y entonces, Pablo ataca la idea de división en base a la sabiduría del mundo desde el capítulo 1:18 hasta el final del capítulo.
Y él les está mostrando que nunca deben tener división en la Iglesia en base a la filosofía. Nunca deben dividirse por la economía, por puntos de vista sociales, por perspectivas que son propagadas por la sabiduría de los hombres; porque todo esto de cualquier manera es vacío. Deben estar unidos en torno a la sabiduría de Dios y esto es común para todo creyente. Entonces, no hay razón para que haya desacuerdo filosófico en la Iglesia.
Y usted sabe que eso puede pasar. Puede haber personas que tienen una filosofía diferente discutiendo con otras personas que tienen otra filosofía diferente; pero en la Palabra de Dios está la revelación de lo que es verdad y lo que es sabio. Y debemos apegarnos a eso. Y entonces, Él ataca la idea de meter en la Iglesia puntos de vista filosóficos, perspectivas en base a sabiduría humana y de esta manera, divide a la comunión en diferentes grupos en torno a esta perspectiva humana.
Ahora, lo que realmente se resume en el 1:18 al final del capítulo es el contraste entre la sabiduría de Dios y la sabiduría de los hombres. Y son opuestas. Y como le dije la última vez, no necesita filosofía porque cuando está bien, eso significa que encaja con la Biblia. Y usted tiene la Biblia, entonces no la necesita. Cuando está equivocada, entonces usted no la necesita. Entonces usted no la necesita. Lo único que usted necesite la Palabra de Dios. Y entonces, eso es lo que él en esencia dice. La filosofía del mundo es lo opuesto a la sabiduría de Dios. Entonces, no lo mezcle en la Iglesia. Usted no la necesita. Sólo corrompe. Usted se acuerda cómo lo vimos la última vez. Sólo corrompe.
Como puede ver, simplemente para darle una ilustración, sólo hay dos tipos de sabiduría en el mundo. La sabiduría de Dios y la sabiduría del hombre. Y las dos son definidas de manera distinta. Y para darle lo que creo que debe ser la definición más concisa en cualquier lugar, lo llevo a Santiago capítulo 3. En Santiago capítulo 3, versículo 17 encontramos la definición de la sabiduría de Dios.
Aquí está la sabiduría de Dios afirmada y definida. Santiago 3:17 dice esto: “Pero la sabiduría que es de lo alto”, ahora esto sabemos de inmediato que esta sabiduría es sobrenatural. Que está fuera de la tierra. No es terrenal. Ésta fuera del mundo. Es divina. Es la sabiduría de Dios. Viene de arriba. Y él la define. Es, en primer lugar, pura de manera suprema. La sabiduría de Dios trae santidad, pureza, justicia; y después, dice él que es pacífica. Hace paz. Es gentil. Significa que es dulce y razonable. Él dice que no es contenciosa. Llena de misericordia. Perdona. Es amable. Tiene buen fruto. No tiene parcialidad. La sabiduría de Dios no es ambigua, no cambia, no juega a la política y es honesta. Eso es lo que él quiere decir.
Y después, finalmente, no tiene hipocresía. Es honesta, franca, directa y abierta, no le da la vuelta al asunto. Esa es la sabiduría de Dios. Lo que Santiago está diciendo aquí es que usted puede identificar a una persona que está enseñando la sabiduría de Dios porque él será puro, pacífico, gentil, libre de contención, lleno de misericordia, de buenos frutos, no va a jugar a la política y va a ser directo, abierto, franco y honesto. Esa es la sabiduría de Dios. Ahora, en contraste a eso, usted tiene la sabiduría del hombre en el versículo 15.
Esta sabiduría no viene de lo alto. Esta es simplemente sabiduría impía antigua. Esta es sabiduría humana y es definida en tres términos. Los hemos visto la última vez: terrenal. Esto es decir que está ligada a la tierra. No puede conocer nada fuera de sí mismo, lo cual es realmente una desventaja seria. Está tratando de vivir por su propia fuerza, su propio mérito. En segundo lugar, es sensual. Esto es: depende de la lujuria y concupiscencia y deseos de los hombres. En tercer lugar, su fuente es demoniaca.
Ahora usted ve aquí dos tipos de sabiduría: sabiduría mundana y sabiduría divina. Ahora, note algo: la sabiduría de Dios no necesita que se le agregue la sabiduría humana. ¿Por qué va a agregar usted a la sabiduría sobrenatural algo que es terrenal, animal, sensual y diabólico? Eso no le va a ayudar a nada a la sabiduría de Dios si no ¿qué? La va a corromper. Eso es lo que la filosofía le hace a la revelación, a través de la palabra de la revelación.
Para decirlo aún de manera más clara quizás que eso, Colosenses capítulo 2, versículo 8 dice: “Guardaos,” ahora la Biblia no dice eso muchas veces. Pero cuando lo dice es muy, muy importante. “Guardaos,” en otras palabras, esperen que van encontrarse con este problema y prepárense. “Guardaos, no sea que alguno os engañe, os corrompa, eche a perder su mente, confunda su mente ¿a través de qué?... “Filosofía y engaño vano.” Eso es engaño basado en vanidad humana. “Que es según la tradición de los hombres y los rudimentos del sistema del mundo y no según Cristo.”
Ahora cuidado. La filosofía está diseñada sobre la tradición humana. La filosofía es la plataforma del sistema del mundo. Se opone a Cristo, cuidado. Muchas veces he visto a un cristiano que se ha ido a la universidad y ha tomado un curso en filosofía y aunque quizás no ha perdido su salvación, perdió casi todo lo demás. La filosofía corrompe. Guardaos, no sea que alguno los corrompa, los eche a perder a través de filosofía y el engaño de la vanidad humana que sigue las tradiciones de los hombres, la base del sistema del mundo, el cual no sigue a Cristo. “Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad,” ahora observe esto, “Y vosotros estáis completos en Él.” Como puede ver, la adición, el agregar la filosofía humana es innecesario. ¿Qué puede añadirle a algo que está completo? Nada. Está terminado. Se acabó. Usted no necesita filosofía humana.
Bueno, entonces ése es el punto de vista que Pablo está presentando a los corintios. Ustedes no necesitan traer a la asamblea de creyentes la sabiduría de los hombres. Lo único que hará es corromper y dividir; y eso es de hecho precisamente lo que había hecho. E incidentalmente, también había contribuido, como veremos, a la mayoría del resto de los problemas en la asamblea corintia, filosofía mundana, moralidad mundana, conceptos mundanos.
El Antiguo Testamento tiene algunas cosas interesantes que decir acerca de esto y no tenemos tiempo para entrar a todo esto, pero quiero llevarlo a Eclesiastés capítulo 1. Eclesiastés fue escrito por Salomón y hace un relato de la sabiduría humana. Dice de hecho en qué consiste la sabiduría humana. Y es un libro muy interesante. El Señor lo colocó aquí con un propósito muy especial, para mostrarnos las frustraciones y las incapacidades de la sabiduría humana.
Ahora Salomón, él era una persona muy inteligente. Él dice en el versículo 13 del capítulo 1: “Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo;” Como puede ver, yo decidí que yo aplicaría sabiduría y encontraría todas las respuestas. Versículo 16: “Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia. Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu. Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.” Intente eso alguna vez.
Capítulo 2, versículo 1: “Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes.” Observe lo que dice. Él dice: busqué la sabiduría y la encontré. Resumí toda mi sabiduría y no encontré nada más que un espíritu afligido porque entre más conocí, más triste me volví. ¿Sabe por qué? Porque entre más conoce usted de la sabiduría humana, si usted es honesto, menos conoce usted realmente. Y entre más usted se da cuenta de lo que usted realmente necesita conocer, no lo puede conocer. Y eso entristece.
Y entonces dije ‘ya sé lo que voy hacer, voy a cubrir mi dilema y disfrutar de la vida’, versículo 1. “Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?” Sé lo que haré, me emborracharé. Versículo 3: “Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino,” esto realmente le ayuda a conocer al hombre moderno. Esto no le ayudó tampoco. Yo sé lo que haré, versículo 4: “Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.” Ésta es la filosofía del mundo.
¿Cómo va a enfrentar usted el hecho de que después de que ha aprendiendo todo, no ha aprendido nada? Uno, simplemente lo vive, lo disfruta en placer. Si eso no funciona, emborráchate. Y si eso no funciona, drógate. Y si eso no funciona, enloquécete con el trabajo y promoción personal y ganancias y posesiones y piérdete en eso. Y dinero, versículo 8: “Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.”
Usted no puede ir a ningún lugar sin escuchar música. Las personas no pueden existir sin ella. Ellos no quieren vivir con sus propios pensamientos, tienen que tener algo para distraerse. Y entonces, versículo 9, una afirmación modesta. “Y fui engrandecido,” bueno, es verdad, “y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría.” Lo que él aprendido, él recordó. “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, lo que yo quería, lo tenía.”
Usted sabe, eso es lo que quieren algunas personas. Llegan al lugar en el que pueden tener lo que quieran, lo que sea. “Porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol. Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.” Digo, ¿qué podría hacer ahora? Digo, lo he hecho todo, ¿verdad? Me vi a mí mismo y dije ‘bueno, aquí estás Salomón, has hecho todo. ¿Qué vas hacer ahora? No hay nada más que hacer.’
“Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad.” Versículo 14: “El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.” Dije, tú sabes, la sabiduría es mejor que eso, ¿pero sabes qué? Ambos terminaron igual. Las personas inteligentes y las personas torpes. Versículo 15: “Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio?” ¿No es sorprendente? El hombre más sabio que jamás vivió, cuando llegó al final, dijo: ‘yo fui un necio’. ¿Se da cuenta? Esa es sabiduría humana.
Pero sabe que el mundo entero está ocupado viviendo en base a la sabiduría humana. Jesús dijo en Mateo capítulo 7, Él dijo: “¿Sabe lo que hace un hombre sabio? Él edifica su casa sobre una roca.” ¿Y quién es una roca? Dios es una roca. Y vinieron las lluvias y la inundación descendieron y ¿qué pasó? Los vientos soplaron y la casa que estaba edificada sobre la roca permaneció firme. “Pero el hombre necio edifica su vida en las arenas cambiantes de la sabiduría humana y cuando todo descendió, la casa fue llevada.” Es un contraste claro entre la sabiduría de Dios y la sabiduría de los hombres. Todo lo que la sabiduría del hombre jamás hace es cambiar la Verdad de Dios por una mentira.
Ahora, este pasaje, regrese ahora a 1 Corintios 1:18, este pasaje compara la sabiduría de Dios con la sabiduría de los hombres. Y nos da cinco razones por las que la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría de los hombres. Cinco razones por las que la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría del hombre.
Número uno, estamos repasando, su permanencia. En los versículos 19 y 20, Pablo dice que la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría del hombre porque la sabiduría de Dios es permanente. Y él no hace esa afirmación. Él no dice ‘la sabiduría de Dios es permanente.’ Pero él muestra que la sabiduría del hombre no es permanente. Y ahí está el contraste. Observe el versículo 19. “Pues está escrito: destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé el entendimiento de los entendidos.” Como ve, él dice la sabiduría humana, cuando todo ha terminado, será destruida. Será llevada a nada.
Y después, él presenta un desafío para cualquier persona que contradiga eso. Él dice: “¿dónde está el sabio?,” versículo 20. “¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” Y él dice el sabio, el escriba y el diputador y él habla de tres áreas de entendimiento humano. El sabio, eso es filosofía. El escriba, eso es literatura. El disputador, eso es retórica. Llamen a sus filósofos, llamen a sus escritores, llamen a sus oradores, déjenlos contradecir esto.
Que todas las filosofías del pasado han llegado a nada. Toda sabiduría de los hombres ha resultado en ningún cambio en el mundo. Los mismos problemas existen de manera multiplicada. ¿Dónde están los sabios? ¿Dónde están los escritores? ¿Dónde están las personas que hablan con gran oratoria? ¿Dónde están todos estos hombres que nos pueden dar respuestas? Dios ha hecho necia a la sabiduría de este mundo. Y en el sentido de que Dios ha frustrado, que llega hasta su límite y termina en cero con su insensatez. ¿Qué necesitan los hombres? Los hombres necesitan vida, vida eterna. Los hombres necesitan el perdón de pecado. Los hombres necesitan conocer a Dios.
La sabiduría humana no puede perdonar el pecado. No puede dar vida eterna y no puede traer a los hombres a Dios. Cuando todo se ha acabado, no puede hacer nada, excepto, como dijimos la última vez, hacer cómodas a las personas que están pecando. Dios permitió a los hombres el seguir a su propia sabiduría. Les dio esa alternativa. Y todas sus búsquedas de su sabiduría, acabaron sin respuestas, en frustración. Y Dios entró e hizo que su sabiduría fuera insensata por lo que Él hizo. ¿Qué hizo? Él perdonó el pecado. Él concedió vida eterna y llevó a los hombres al conocimiento de sí mismo.
Él hizo lo que los hombres en toda su sabiduría no pudieron hacer. Y Él lo hizo mediante algo tan torpe como la cruz de Jesucristo. Ese no es un concepto filosófico complicado. Es un hecho histórico simple, simple. Y entonces, son sabios sólo en sus propios ojos y sólo durante un tiempo breve. La sabiduría de Dios es permanente.
En segundo lugar, y aquí es adonde iremos por hoy, la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría de los hombres no sólo por su permanencia sino por su poder. Versículo 21. Su poder. Como puede ver, el problema con la sabiduría de los hombres es que es agradable sentarse y hablar de eso, pero no puede hacer nada. ¿Alguna vez ha notado eso?
La gente no puede cambiar vidas a partir de eso. No transforma a la gente. No perdona pecados. No produce nuevas criaturas. No lleva a la gente a la presencia de Dios. No hace nada como eso. Le da a la gente una satisfacción intelectual para compararla con algo. Me acuerdo cuando una vez estuve sentado en un campus de una universidad con un hombre y me dijo: “yo entiendo que tu filosofía es la filosofía de Jesucristo.” Le dije: “no, no es una filosofía, es la verdad.” “Bueno,” él dijo, “eso es debatible.” “Bueno,” le dije, “puede ser debatible para ti, pero realmente no se debate.” Y yo le pregunté a qué perspectiva se aferraba. Y él contestó que estaba convencido que la perspectiva apropiada era el Yin-Yang. Ahora, en ese entonces, realmente yo no sabía lo que era el Yin-Yang. Desde ese entonces, me he familiarizado un poco con el Yin-Yang. Yin-Yang es la filosofía de los supuestos. Y esto es lo que este alumno procedió a decir: “Mira, como puedes ver,” él trazó un círculo en la arena, y él dijo “ves este círculo, dibujas el círculo, colocas una especie de S en el medio. Después, colocas otro círculo dentro de cada una de estas mitades. Una mitad es negra con un círculo blanco y la otra mitad es blanca con un círculo negro.” Él dijo, “como puedes ver, ese es el Yin-Yang.”
Y yo pensé ‘si alguno está en el Yin-Yang, él es un no, no, no. Él no va a llegar.’ Y le pregunté qué quería decir. Él contestó ‘bueno, ¿no lo ves? Es filosofía de los opuestos. Puedes ver que si hay algo que está arriba, tiene que haber algo que está abajo. Algo adentro, tiene que haber algo afuera. Si hay algo bueno, tiene que haber algo malo. Es la filosofía de los opuestos, ¿te das cuenta?’ Yo respondí que lo veía. Pero entonces, ¿qué? Eso fue todo. Yo dije: ‘bueno, muy bien, ¿qué hizo para ti?’ ¿Sabe usted lo que hizo para él? Simplemente, le dio un pequeño juego intelectual que podía jugar. Y le dio un pedazo pequeño de ego que podía usar para mostrarle alguien lo que él sabía. Eso es todo. No cambió su vida en absoluto.
No tenía poder. No le da poder en absoluto. Y el mundo ve al Evangelio y dice: ‘¡qué insensato, qué torpe!, pero versículo 28: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,” y entramos a eso a detalle la última vez, “agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” ¿Ve algo aquí? Lo que los hombres del mundo no podían hacer con toda su sabiduría unida, Dios lo hizo. Salvó a los hombres. ¿De qué? De sus pecados, de su vaciedad, de Satanás, los salvó, los rescató. Los libro y los llevó a Su propia presencia. Les perdonó el pecado, le dio vida eterna. Eso es lo que Él hizo.
Y el mundo con toda su sabiduría no conoció a Dios, no podía conocer a Dios. Dios, por la locura de la predicación, algo como la cruz, tan objetivo, tan simple, tan carente de complejidad, tuvo el poder de generar vida eterna, perdonar pecados; y la sabiduría de los hombres nunca lo pudo hacer. Como puede ver, la sabiduría de Dios es poderosa.
Ahora, observe al final del versículo 21, tenemos que señalar esto: “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” Ahí se demanda la respuesta humana y eso es fe. Como puede ver, eso va en contra de la idea de la sabiduría. Pablo lo dijo en Romanos 1:16, el Evangelio es poder de Dios para salvación a todos los que pueden entenderlo. A todos los que pueden entender sus detalles y complejidades. “Es poder de Dios a todo aquel que cree.” Y un hombre vino a Jesús y dijo ‘Señor, creo. Ayuda mi incredulidad.’ Y lo que él estaba diciendo era ‘creo poco, ¿es eso suficiente?’ Y eso fue suficiente. No es cuestión de entender. Cuando usted comienza a tratar de entender la mente de Dios, ahí es cuando usted se mete en problemas. Trate de entender todos los detalles del Evangelio y usted realmente va a estar en muchos problemas. Créalo y acéptelo, ésa es la clave.
Muy bien, entonces, es poderoso. Él reitera el mismo pensamiento en los versículos que siguen, versículo 22 al 25. Y él está hablando de poder aquí. Observe el versículo 22: “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura.” Ahora observe esto: él dice aquí estamos en el mundo y estamos predicando el mensaje simple de la cruz. Dios en carne humana viene al mundo, Él vive, hace milagros, prueba que Él mismo es Dios, muere en la cruz, derrama Su sangre, lleva el castigo de nuestro pecado, resucita de los muertos. Continuamos predicando este mensaje. Y continuamos diciéndole a la gente: ‘este es el ápice de la historia. Este es el tema del universo. Esta es la salvación de los hombres. Esta es la sabiduría de Dios, etc., etc.’ y ellos dicen: ‘Oh, qué ridículo, ridículo; son torpezas.’ Ahora, ¿por qué lo rechazaron? Bueno, él dice en el versículo 22: “Los judíos piden señales.”
Ahora, aquí estaba el problema con los judíos. Ellos querían una prueba sobrenatural para todo. Todo. Esto es característico. Su demanda constante es ‘¿qué señal nos muestras?’ Lo que realmente estaban diciendo es: ‘Haz un truco. Haz algo realmente súper mágico.’ Y si Jesús hubiera hecho algún tipo de voltereta mágica y hubiera hecho algún tipo de cosa estupenda, Él habría comenzado algo que realmente nunca podría haber detenido. Pero Él realmente hizo milagros para Sus discípulos, porque los milagros únicamente solidifican la fe de personas que ya creen. La gente que no cree va a encontrar una manera de justificarlos, créame. Créame que así será.
Piense usted en el hombre ciego en el Evangelio de Juan. ¿Sabe una cosa?, se toma un capítulo entero y los fariseos, ya para cuando termina todo el capítulo, han investigado todo esto. Ellos están convencidos de que el hombre realmente no fue un milagro. De hecho, ellos dicen: ‘oh, debe haber sido alguien diferente.’ Y ellos finalmente van a él y le dicen: ‘ahora espera un momento, ¿tú eres el hombre?’ ‘Yo soy el hombre.’ ‘No te creemos.’ Encuentran a su mamá y su papá y este es el hombre, este es su hijo que nació ciego. Este es el hombre. ‘Bueno, ¿qué le paso?’ ‘Yo no sé qué le pasó.’ ‘Y le dicen al hombre ‘bueno, ¿quién es esta persona? Él no puede ser alguien de Dios.’ Y él les dice ‘ustedes me dicen eso. Ustedes saben que Él me abrió los ojos y me están preguntando si es de Dios.’
Bastante obvio, ¿no es cierto? Al final fue antagonismo y odio hacia Cristo. El mundo no tiene la mentalidad de aceptar lo sobrenatural, porque el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios. Porque son locura para él y las va a justificar. Esta es la razón por la que en la actualidad no necesitamos milagros, todo el tiempo, para convencer a personas que no creen. Eso es un acto de Dios en sus vidas. Jesús hizo milagros enfrente de los discípulos para convencer a aquellos que ya creían en Su poder, el cual fue exhibido entonces y será exhibido en sus vidas y de hecho, Él dijo: “Harán cosas más grandes de lo que Yo he hecho.”
Pero siempre querían una señal. Mateo 16, los fariseos y los saduceos vinieron y ellos dijeron ‘bueno, queremos una señal’; y Jesús dijo en el versículo 4: “No se les va a dar ninguna señal a esta generación impía y adúltera fuera de la señal de Jonás.” Lo cual significó que Jesús moriría y estaría tres días en la tumba y resucitaría. Y cuando resucitó de los muertos, ¿sabe usted lo que hicieron? Sobornaron a los soldados para decir que robaron Su cuerpo y que realmente no resucitó. Así de ciegos estaban. No querían creer.
Entonces, los judíos pedían una señal. Ahora, los griegos, como puede ver, eran diferentes. Ellos buscaban sabiduría. Ahora, el griego no diría: ‘Oh, haz algo sobrenatural’. Él decía: ‘Ahora permiten entender esto: ¿Dios se vuelven hombre? Oh, no, no, no, no, no. ¡Eso no puede ser! No, filosóficamente sólo funciona. ¿Y después una cruz?, No, no, no, no, no. No.’ Ahí tiene los dos puntos de vista. Aquí tiene usted al sobrenaturalista y al racionalista, ¿verdad? Los judíos eran sobrenaturalistas y habrían empujado esto más allá de la norma. Y al mismo tiempo, los griegos eran los racionalistas y habrían empujado eso más allá de la norma.
Ahora, yo creo que soy un sobrenaturalista, ¿usted? Yo creo en Dios. Yo creo que Él es preciso. En segundo lugar, yo creo que soy un racionalista. Digo, yo no me desecho de mi cerebro. Como puede ver, no voy a ser tan sobrenatural al punto que es irracional o tan racional al punto que es sobrenatural. Hay un equilibrio. Como puede ver, los griegos estaban tan enamorados con sus propios intelectos que eso era lo único que les preocupaba. Y entonces, él dice, tenemos estos dos tipos de personas y llegamos al versículo 23, ‘predicamos a Cristo crucificado’. Predicamos el hecho de que el Mesías murió en la cruz y al derramar Su sangre, pagó la paga del pecado, y el propósito para el cual el hombre fue hecho es para ser restaurado y él es llevado a la presencia de Dios. Su pecado es perdonado. Él puede vivir con Dios para siempre. Le decimos eso los judíos y se van, no creen. Y a los griegos, tampoco lo creen.
¿Por qué? Versículo 23: “Para los judíos es ciertamente tropezadero.” ‘Bueno’, usted dice ‘Israel, tengo un anuncio que hacerles. ¿Ven a esa persona que está colgando en esa cruz sangrando? Ese es su Mesías.’ ‘¿Estás bromeando? ¿Ése es nuestro Mesías?’ ¿Sabe usted que todavía no creen eso? ¿Saben ustedes que el mayor tropezadero que los judíos enfrentan al hablar de Jesucristo como Mesías es Su muerte porque tienen su propia idea? Él va a venir, Él va a establecer Su reino. Y Él vino, pero no hizo eso. Y usted pregunta entonces qué hacen con Isaías 53. Ellos no hace mucho con eso. Usted pregunta qué hacen con el Salmo 22. En la mayoría de los casos, lo evitan.
Como puede ver, predijo que el Mesías moriría. Entonces, el Mesías en una cruz, si regresan a Deuteronomio 21, creo que es el versículo 23, “el que está colgado en una cruz o en un árbol es maldecido, es maldito de Dios.” Él no puede ser el Mesías. Entonces, tropiezan por eso. La cruz no prueba que es su Mesías, prueba que no lo es. ¿Por qué no derrocó a Roma? ¿Por qué no estableció Él Su reino? Ridículo. Y entonces, ahora los judíos han abandonado la idea entera en gran parte de un Mesías y simplemente hablan de una era mesiánica, lo cual es en cierta manera como una gran sociedad. Un tiempo feliz, un tiempo de paz en el mundo. Y ni siquiera habrá un Mesías personal.
Se han dado por vencidos en esto porque han estado esperando por mucho tiempo. Bueno, nunca van a ver a otro. Él ya ha estado aquí. Y buscan señales. Esperaron que Jesús hiciera todo tipo de maravillas sobrenaturales y cosas, usted sabe, que podían leer en Joel 2 y esperaban algún tipo de cosas que pasaran cuando Él estableciera Su Reino. Y aquí viene, manso y humilde en un asno a Jerusalén. Y por un día, o algo así, es Hosanna, pero hombre, eso se acabó, ¿verdad?
Bravo, Hosanna, el hijo de David y Él dice: “Excepto que un grano de trigo caiga en la tierra y muera, permanece solo. Entonces, voy a morir.” ¿Qué? Como puede ver, ellos no entendieron eso. Y ya llega el momento en el que llega el viernes y están pidiendo Su sangre. No podía ser el Mesías. ¿Dónde están las maravillas? ¿Dónde están las señales? Por otro lado, ¿cómo reaccionaron los gentiles? Para los gentiles, toda esta idea era locura. Esto era locura. ¿Por qué? Bueno, por varias razones. Sabe usted, uno de los principios básicos de la filosofía griega era el hecho de que Dios era definido por el término apatheia, del cual obtenemos la palabra apático. Para los griegos, Dios era totalmente indiferente a los hombres. Él no estaba preocupado por la gente, Él era incapaz de sentir algo, porque decían: ‘Dios tiene que estar mucho más allá de los hombres que Él nunca podría ser tocado por algo que fuera humano.’ Lo opuesto mismo de Cristo quien puede ser tocado.
Pero ellos decían que Dios no podía ser tocado por ningún sentimiento humano. Entonces, la idea de que Dios se encarnó y en carne humana llevó los pecados de los hombres, el dolor y la angustia, murió en la cruz, era absolutamente ridícula para ellos. Dios está distante. Dios es indiferente. Celso, quien hizo una carrera entera de atacar al cristianismo hace mucho tiempo atrás, dijo esto, y cito: “Dios es bueno y hermoso y feliz y es en aquello que es más hermoso y mejor. Si Él entonces desciende al hombre, involucra que Él cambió en un cambio de bueno a malo, de hermoso a feo, de felicidad a infelicidad, de lo que es mejor a lo que es peor y Dios nunca aceptaría un cambio así.” Fin de la cita
Como puede ver, los griegos no podían permitir que nuestro Dios se volviera hombre. Ellos pensaban que era increíble que uno viniera a la tierra y amara a la humanidad y tuviera tristeza y llorara y muriera en una cruz. Y otra cosa acerca de la filosofía griega era que todo tenía que ser complejo. Si usted podía entenderlo, probablemente no era verdad. ¿Se da cuenta? Digo, si el hombre promedio podía entenderlo, no era bueno. Digo, tenía que ser algo, usted sabe, que sólo los inteligentes pudieran entender. Y aquí vienen estos predicadores cristianos que usted sabe, eran personas bastante comunes y corrientes. Realmente, ellos no estaban preparados en filosofía. Ellos simplemente salían de la nada y estaban predicando este mensaje, claro: “Porque he determinado no saber nada sino a Cristo.” Y eso era tan simple y no era complejo. Y era tan claro y era tan crudo para ellos y simplemente se rieron ante eso.
Nada era más absurdo para un racionalista que la idea de que la sangre de un Dios crucificado pudiera remover el pecado, asegurar la salvación, promover santidad y dar vida eterna. Se rieron. Usted dice: ‘bueno, eso en cierta manera hecha a perder el plan de Dios, ¿no es cierto? Digo, si él predica a los judíos y es un tropezadero y si él predica a los griegos y es locura, entonces, ¿adónde va?’ Eso lo cubre. Digo, el judío y los gentiles lo tienen. ¿Lo hecho eso a perder? No. No, dice en el versículo 24: “mas,” y me da gusto que esté ahí, no es cierto? “Mas para los llamados así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios.” A pesar del hecho de que la mayoría lo rechazaba. El llamado eficaz a la salvación vino a algunos judíos y a algunos gentiles. Y ellos creyeron inmediatamente y Cristo se volvió para ellos no un tropezadero, sino el poder de Dios. No locura, sino sabiduría de Dios.
¿Se da usted cuenta de cómo él hace un contraste entre esas dos cosas con las dos reacciones? El judío dice: “No puede ser nuestro Mesías, velo, manso y humilde y muerto. Ése no es el Mesías poderoso”. Pero para los que creyeron, Cristo se volvió el poder de Dios. ¿Y no es eso correcto? Pablo dijo a los colosenses en el 1:29, creo que es, él dijo: “Sólo quiero decirles que yo trabajo pero no soy yo, es Cristo operando en mí poderosamente.” ¿Se da cuenta?, y entonces lo gentiles dijeron: “es locura”. Pero para los gentiles que creyeron se volvió ¿qué? Sabiduría.
Cristiano, ¿se da cuenta de algo? Se da cuenta de que nos sentamos mucho y escuchamos a grandes hombres de nuestro mundo y hay muchas grandes personas desde el punto de vista humano. Mucho más inteligentes de lo que somos. Digo, yo ni siquiera podría aprobar los procesos educativos que ellos han aprobado y he leído algunos de los libros que ellos escribieron y me di por vencido en la página 20, porque ni siquiera entiendo de qué están hablando. Digo, hay niveles obviamente de inteligencia. Y hay algunas personas que simplemente son súper, súper inteligentes. Y simplemente, no estamos en el mismo mundo con ellos. Pero cuando resumen toda su sabiduría lo largo de las edades y las unimos, ¿saben una cosa? Simplemente los cristianos humildes son más sabios que ellos. Es correcto.
Usted dice: ‘John, oye, eso es orgullo’. No, no, no, usted no entiende eso. No estoy hablando de mi propia sabiduría. Estoy hablando del hecho de que conozco la sabiduría de Dios. Y usted dice: ‘¿Cómo llegaste a conocer eso?’ ‘Está en la Biblia y entiendo la Biblia.’ Usted dice:
‘Bueno, ¿por qué esas personas no leen la Biblia?’ ‘Ellos pueden.’ ¿Sabe una cosa?, no la van a entender. ¿Sabe por qué? Porque no tienen al intérprete residente, quien es el Espíritu Santo.
En Primera de Corintios 2, versículo 7: “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio.” La sabiduría oculta.” ¿Ve eso? Es sabiduría oculta y sólo es revelada a aquellos que conocen a Cristo. Versículo 8: “La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció.” Lo mejor de los hombres, los hombres más preparados. No lo conocieron. ¿Por qué no? Porque no estaba abierto a ellos el encontrarlo. Versículo 9: “Cosas que ojo no vio ni oído oyó.” ¿Qué quiere decir eso? Eso significa que no puede ser conocido empíricamente. No puede ser conocido externamente. No puede ser conocido por la experiencia. En segundo lugar, ni ha subido en corazón de hombre. Eso es, no puede ser conocido racionalmente. No puede ser conocido internamente. Usted no puede conocer la verdad de Dios mediante la observación. Usted no puede conocer la verdad de Dios mediante la racionalización, pero el versículo 10 dice: “Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” El Espíritu que viene a vivir usted recibe a Cristo.
Ahora, no estoy diciendo que soy más inteligente que el resto de la gente en el mundo desde un punto de vista de coeficiente intelectual. Simplemente no es verdad. Una vez, tomé una prueba de coeficiente intelectual y no soy muy bueno. Yo lo sé. Hay muchas personas en este mundo que son mucho más inteligentes que yo. Pero yo sé que ellas, con toda su inteligencia, nunca conocerán la sabiduría de Dios. Y están luchando con toda su economía y todas sus ciencias sociales y todas las disciplinas con las que están luchando para tratar de entender lo que está pasando en el mundo. Y yo les puedo decir, pero nunca me darán la oportunidad de hacerlo.
La gente me pregunta, ‘¿por qué no te metes en tal y cual programa?’ ¿Quién va a quererme? Yo tengo todas las respuestas. Eso terminaría la discusión. ¿Qué harían ellos entonces? Tendrían que tocar música. Bueno usted ve, eso es esencialmente lo que las Escrituras dicen con respecto al poder, dice esto: con todos los que los hombres han inventado, no tienen el poder de cambiar su naturaleza. No tienen el poder para transformar sus vidas. Pero Cristo, sí.
Y entonces, la sabiduría de Dios es mucho más superior a la sabiduría de los hombres, porque tiene el poder de salvar. El poder de regenerar vida nueva y concede sabiduría divina. Entonces, para los llamados, aquellos que son elegidos, a los que Dios ha escogido, judíos y griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios. Tenemos tanto poder que es ilimitado. Podemos hacer mucho más abundantemente de lo que podemos pedir o pensar, ¿verdad? Según el poder que actúa en nosotros. Es emocionante.
Bueno, él cierra esta pequeña sección con el versículo 25, el cual es un principio que resume todo lo que él ha dicho: “Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.” Permítame hacerle una pregunta: ¿Es Dios insensato? ¿Es Dios débil? Ambas palabras son usadas para efectos de ironía. Son palabras que son vistas desde el punto de vista de un hombre. Cuando un hombre piensa que Dios es insensato, cuando un hombre piensa que Dios es débil, en este punto Él es infinitamente más sabio que ese hombre infinitamente más poderoso. ¿Se da cuenta?
Escuche, dicho de esta manera: hay muchas cosas que Dios sabe que nosotros no sabemos, ¿verdad? Digo, escuche, usted lee la Biblia y usted termina y la estudia año tras año y ¿de qué se da cuenta? Que usted difícilmente sabe algo. Eso es lo que la educación hace para usted. Le enseña lo que usted no sabe. Y entre más preparado usted está, más sabe usted que no sabe. Y yo, estudio la Biblia más y más, y ¿sabe qué pasa? Veo los versículos y veo los detalles y digo ‘sí, sí,’ dice esto y aquello pero, ¿qué hay acerca de esto? Y comienzo a ver que Dios está mucho más allá de lo que usted se puede imaginar. Hay complejidades en la mente de Dios que están mucho más allá de lo que el ser humano jamás puede comprender.
Y entonces, hay cosas, digo, si usted quisiera comparar a lo más inteligente de los hombres con la muestra más suprema de la sabiduría de Dios, la diferencia sería infinita, porque la diferencia entre la sabiduría total de los hombres y la verdad más simple de Dios es infinita. Como puede ver, Él está diciendo lo más simple que he hecho, es la cruz. La muestra más débil de Mi poder; y está infinitamente más allá de la sabiduría y el poder de los hombres.
Ahora, eso le da una perspectiva correcta, ¿verdad? Ése es el principio. La simplicidad de Dios y la representación más pequeña de poder de Dios es capaz de hacer lo que la sabiduría y el poder del hombre nunca jamás llegaron a concebir de hacer. Ése es el principio. La doctrina de la cruz puede ser locura, pero tiene poder. Poder para salvar vidas. Poder para conceder sabiduría.
Un tercer punto, y vamos a terminar aquí. Él muestra que la sabiduría de Dios es superior a la de los hombres no sólo por su permanencia y su poder, sino también - y esto es fabuloso - es paradójica. ¿Sabe una cosa?, al mundo le encanta la sabiduría. El mundo realmente se gloría en eso. ¿Y sabe usted que las pruebas psicológicas muestran que el deseo de conocer es igual al impulso sexual? La gente realmente quiere conocer. Y hay mucha gloria personal y mucha vanidad en el conocimiento, ¿verdad?
La Biblia dice que el conocimiento envanece. Hombre, usted sabe esto, este conocimiento, y usted lo despliega, está en un grupo y alguien dice ‘bueno, yo sé eso’ y porque esto y aquello, usted sabe, el conocimiento hace eso. Hay beneficios en la ignorancia. La humildad, ¿verdad? Es bueno no tener la respuesta, para que usted simplemente se pueda sentar y aprender. Algunas personas no tienen la respuesta, pero de todas maneras, le darán una a usted. Usted sabe.
Pero como puede ver, al mundo le encanta que todo sea complejo y tratar de entenderlo, de cubrirlo con su propia sabiduría. Esa es la razón por la que atrae ser un psicólogo, porque usted se puede sentar y analizar a alguien, ¿se da cuenta? Puede decirle por qué hacen lo que hacen y ‘oh, esto es así’ y ‘esto es así’ y simplemente, le da una especie de complejo de Dios. Y al mundo le encanta eso. Le encanta tener todas las respuestas. ¿Pero sabe la cosa? Dios no apela a eso, porque eso es vanidad. Usted sabe, Dios pudo haber hecho el Evangelio tan complejo que sólo las personas realmente inteligentes fueran salvadas, aquellas que lo hubieran podido descubrir o entender. Digo, habría sido una filosofía bastante compleja y habría tenido que estar en la cima de los mejores de su clase. Tendría que haber sido de los más inteligentes para ser salvo.
Pero como puede ver, eso habría destruido el propósito que Dios tenía en mente. Porque la mayoría de la gente no está a ese nivel. Jesús dijo: “Te doy gracias Padre porque escondiste esto de los sabios y los entendidos,” Mateo 11:25, “y lo revelaste a los niños.” Porque sabe que cuando Él hizo eso, Él le mostró al mundo cuánto ellos necesitaban Su sabiduría. Él no necesitaba nada de eso.
¿Quiere oír algo? Usted piense en el profesor más grande del mundo secular, la mente más grande que conoce en el mundo, la mente más brillante del mundo, alguien como Einstein o alguien así, una mente brillante; ahora piense en el hombre más torpe que es un cristiano simplemente, él es un hombre amable. Lo ama, el Señor lo ama, pero no es tan inteligente. Así es como el Señor lo hizo. Muchos de nosotros estamos ahí. Pero así es como el Señor lo hizo.
¿Sabe una cosa?, ese hombre es infinitamente más sabio de lo que Einstein jamás lo fue. Infinitamente. Escuche esto, es una represión viva a la sabiduría del mundo. Observe el versículo 26: “Pues mirad hermanos vuestra vocación,” ¿sabe lo que eso significa? Miren a su alrededor, adelante. ¿Quién está sentado al lado de usted? Véalo. ¿Ve su llamado? Obsérvelo. Él dice ‘vean ahí el llamado alos creyentes, vean a sus hermanos, véanlos. No sois muchos sabios.’ No hay muchos sabios según la carne. ¿Ve a algún filósofo ahí donde usted está sentado? ¿Ve a algunos de los más grandes intelectos aquí en esta mañana? “Ni muchos poderosos.” ¿Ve a algunas de las personas más influyentes del mundo aquí en esta mañana? “Ni muchos nobles.” ¿Ve a algún rey, príncipe, persona de alta jerarquía social? No, usted dice no hay muchos de ellos, sólo nosotros. Ahí está Juan por aquí y ahí está María y Guillermo; y estoy buscando y no veo a muchas de estas personas.
Bueno, Dios tenía un propósito en esto. En la mayoría de los casos, ¿no es verdad que la Iglesia está constituida de personas simples, humildes? Simplemente somos nosotros. ‘Oh’, decimos, ‘¿no sería maravilloso si tal o cual se convirtiera en cristiano?’ ¿No decimos eso a menudo? ‘¿No sería maravilloso que tal o cual se convirtiera en cristiano? ¡Oh, si tan sólo… usted sabe… sería fabuloso!’; pero por una razón, el Señor escogió que la Iglesia estuviera constituida por personas humildes como un testimonio viviente al mundo de que Él no necesita su rango y su influencia y su sabiduría. ¿Se da cuenta? No muchos. Ahora, hay algunos poderosos y hay algunos sabios y hay algunos que son nobles. Estaba Dionisio, estaba Sergio Pablo, estaban las damas nobles en Tesalónica y Berea. Hubo un hombre influyente llamado Erastos, quien era el tesorero. Ha habido algunos nobles y poderosos y sabios. No muchos.
De regreso a nuestro amigo Celso, en el año 178, él escribió una carta atacando al cristianismo. Esto es lo que él dijo, y cito: “Aquí está una descripción de los cristianos. Que ninguna persona preparada, culta, se acerque. Ninguna sabia y ninguna sensata. Porque todo ese tipo de cosas consideramos malas. Pero si algún hombre es ignorante, si algún hombre carece de cultura, si algún hombre es un necio, acérquese con denuedo.” Y de los cristianos añadió escribiendo esto, y cito: “Lo vemos en sus propias casas, sastres de lana, los peores, el vulgar, las personas menos preparadas.” Y después, él realmente se inspiró. Él dijo: “Son como una multitud de murciélagos o de hormigas que están saliendo de su nido o de ranas que tienen un simposio ahí en torno a un pantano. O de gusanos que se reúnen en el lodo.” Fin de la cita. Eso es lo que él dijo acerca de los cristianos. Un hombre amable Celso.
Bueno, ¿sabe una cosa?, él vio a su alrededor y eso es lo que vio. ¿Puede imaginarse cómo estaban todas estas ranas simples y ellos sabían lo que él no conocía? ¿Ve cómo la simplicidad de la Iglesia es una reprensión contra la complejidad de la sabiduría del mundo? Nosotros no necesitamos la sabiduría del mundo. No la necesitamos. La paradoja lo prueba. Nosotros, que somos los más simples, los más insensatos, somos los más sabios. Y en el Imperio Romano había 60 millones de esclavos, ¿puede imaginarse qué impacto esto tuvo en ellos, porque la mayoría de la Iglesia estaba constituida por esclavos? Y los esclavos tenían todas las respuestas. Oh, esas no son buenas noticias.
Y entonces, los cristianos durante toda la historia son una reprensión viviente en contra de los supuestos sabios. Y usted se acuerda en Colosenses que la Biblia dice que Cristo va a desplegar a la Iglesia ante los principados y potestades para mostrar la sabiduría de Dios. No necesita la sabiduría de los hombres. Miren alrededor, dice él, no hay muchos sabios. Eso significa la sabiduría de la naturaleza humana. Inteligencia de clase alta. No muchos poderosos, eso significa personas grandes, influyentes, poderosas. Observe esta: ni muchos nobles. Eso significa nacidos de familias de alto rango.
Y si usted quería una definición simple de lo que el mundo cree que es un gran hombre, número uno, él es muy inteligente. Número dos, él tiene una influencia tremenda a través del dinero o el poder, ya sea en el campo político o en el campo deportivo o el campo de la educación o en el campo de lo que fuera. En tercer lugar, tiene alto rango. Él es el general tal y tal, él es el senador tal y cual, él es el Presidente tal y cual, él es el vicepresidente tal y cual. Él es la cabeza de esto. Él es la cabeza… Como puede ver, el mundo basa su grandeza en el conocimiento o en la educación o la influencia o el poder o el dinero o el rango.
¿Le gustaría conocer al hombre más grande que jamás vivió de acuerdo a Dios? ¿Le gustaría conocerlo? Una persona interesante. Su nombre es Juan el Bautista. ¿Sabía usted que no tenía preparación? Él no tenía preparación formal. Él no tenía poder en particular. ¿Sabía usted que él era un personaje extraño? Él usaba una especie de traje modificado de Tarzán hecho de pelo de camello y comía langostas y miel silvestre y vivía en el desierto. Bueno, usted dice, quizás él era de jerarquía social. Quizás vino de una familia de alto rango. ¿Está bromeando? Elizabeth y Zacarías, no era nadie. Bueno, usted dirá, Zacarías era un sacerdote. Con seguridad, él era un sacerdote; pero había miles y miles y miles y miles de esos sacerdotes y no tenían rango.
No, como puede ver, Jesús dijo: “Entre los que nacen de mujer”, Mateo 11:11, “ninguno se ha levantado mayor que Juan el Bautista.” El hombre más grande que jamás vivió y él no encajó con ninguno de los estándares del mundo. Pero él encajó con el estándar de Dios porque él era un hombre sabio. Él conocía a Dios. ¡Qué paradoja! Observe el versículo 27. “Sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte. Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios y lo que no es para deshacer lo que es.” Literalmente, la palabra que ‘no es’ significa nacido bajo. Él ha escogido lo que no tiene rango, las cosas nacidas bajas del mundo, las cosas que son despreciadas, son las que Dios ha escogido. Cosas que ni siquiera son consideradas. Son cosas que no son para llevar a nada a las cosas que son.
¿Ve el contraste ahí? En los versículos 27 y 28 él hace un contraste entre lo que Dios ha escogido conforme él ha mencionado lo que Él no ha escogido. En otras palabras, él dice: Dios no ha escogido a los preparados, sino a los insensatos. Él no ha escogido a los poderosos, sino a los débiles. No a los que han nacido en clase alta, sino los nacidos a nivel bajo. Él ha escogido cosas que a los ojos del mundo no son nada, cosas para llevar a nada las cosas que creen que son cosas que valen algo. Bueno, usted sabe cómo la palabra de Dios lo presenta. Como puede ver, la filosofía humana no significa nada. Pablo dice: saquen eso de ustedes, no lo necesitan. ¿No puede ver que la permanencia de la sabiduría de Dios, el poder de la sabiduría de Dios y la paradoja de la sabiduría de Dios al escoger a la iglesia muestra que Dios no necesita la sabiduría humana? Oremos.
Gracias Padre por darnos Tu verdad, Tu sabiduría. Ayúdanos a confiar en ella, no en nuestro propio entendimiento; sino saber que en Cristo tenemos el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Si hay algunos con nosotros congregados en esta mañana que todavía están confiando en la sabiduría humana, oramos para que Tú te muevas en sus vidas, que los llames a Ti mismo y que ejerzan fe y crean en la obra de Cristo, esa obra simple, humilde, tan cruda como el mundo la juzga, pero que realmente es el pináculo de toda la historia y el acto redentor de Dios para los hombres.
Padre, que vengan a Cristo el día de hoy. Ayúdanos, Señor, a los que somos cristianos a no mezclar la sabiduría del mundo, sino a volvernos estudiantes de la sabiduría de Dios, la cual es nuestra en Cristo. Oramos en Su bendito Nombre. Amén.
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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez
La insensatez de Dios, 2ª Parte
Escritura: 1 Corintios 1:21-28
Código: 1814
John MacArthur
Si tiene su Biblia, acompáñame a 1 Corintios capítulo 1, si es tan amable; y vamos a continuar con nuestro estudio de la insensatez de Dios. Y simplemente quiero decir al principio que si usted no estuvo aquí el último Día del Señor, no va a poder entender lo que vamos a decir esta mañana como si hubiera estado aquí. Y espero que si este estudio es útil en algo para usted en su vida, usted se asegure de obtener el sermón de la última vez para que pueda tener ambas partes.
No quiero enredarme mucho en repetir lo que hicimos la última vez y entonces, realmente, los dos van de la mano. Si usted estuvo aquí la última vez, muchas cosas que vamos a decir ahora definitivamente las va a entender. Ahora, va a entender gran parte de esto aunque no estuvo aquí, pero quizás no va a entender algunas cosas. No quiero dejar a nadie afuera. Así que quédese aquí. Estamos llamando a esta sección en particular La Insensatez de Dios. El mundo ve lo que Dios ha revelado en la Biblia y lo que Él ha hecho en la obra de Cristo en la cruz como insensatez.
El apóstol Pablo, en 1 Corintios, capítulo 1, claramente hasta final del capítulo 3 enfrenta este tema en particular de hacer un contraste entre la insensatez de Dios y la supuesta sabiduría del mundo. Ahora, usted recordará que Pablo está enfrentando problemas en 1 Corintios. Y los problemas que él enfrenta van desde el capítulo 1 hasta el capítulo 16. El primer problema que él enfrenta es el problema de división en la Iglesia. Y este es un problema muy, muy grande en la Iglesia.
Estuve en el Seminario Western en Portland el viernes y la facultad estaba sentada ahí; y estábamos hablando acerca de la Iglesia y uno de los profesores, un profesor de historia de la Iglesia me dijo: “Dígame, ¿su iglesia tiene algún problema?” Y yo respondí “sí, tenemos algunos.” Él preguntó qué tipo de problemas yo tenía. Y le respondí que gracias a Dios no tenemos un problema de 1 Corintios 1. No tenemos división. Pero tenemos problemas serios de 1 Corintios 2 hasta el 16.
Y realmente le doy gracias a Dios porque no somos un problema de 1 Corintios 1. Aquí hay unidad. En la Iglesia en Corinto había división. Y la razón por la que había división se debía a dos factores: uno, se estaban identificando con maestros humanos y se estaban alineando con hombres como en el versículo 12. Algunos estaban diciendo ‘yo soy de Pablo’, otros ‘yo soy de Apolo’, otros ‘yo soy de Pedro’, otros ‘yo soy de Cristo. Y entonces, estaban creando divisiones. Y hubo una segunda causa de división y era que estas personas habían sido salvadas de una sociedad orientada a la filosofía y todos, previo a su conversión, se habían apegado a una u otra filosofía.
Y cuando se volvieron cristianos, mantuvieron este tipo de identidad filosófica. Y entonces, todavía tenía un grupo de personas por aquí que pertenecía a tal o cual filosofía y otro a tal y cual filosofía y etcétera, etcétera. Y todos eran creyentes, pero no podían estar en unidad real porque estaban divididos filosóficamente. Y entonces, Pablo ataca la idea de división en base a la sabiduría del mundo desde el capítulo 1:18 hasta el final del capítulo.
Y él les está mostrando que nunca deben tener división en la Iglesia en base a la filosofía. Nunca deben dividirse por la economía, por puntos de vista sociales, por perspectivas que son propagadas por la sabiduría de los hombres; porque todo esto de cualquier manera es vacío. Deben estar unidos en torno a la sabiduría de Dios y esto es común para todo creyente. Entonces, no hay razón para que haya desacuerdo filosófico en la Iglesia.
Y usted sabe que eso puede pasar. Puede haber personas que tienen una filosofía diferente discutiendo con otras personas que tienen otra filosofía diferente; pero en la Palabra de Dios está la revelación de lo que es verdad y lo que es sabio. Y debemos apegarnos a eso. Y entonces, Él ataca la idea de meter en la Iglesia puntos de vista filosóficos, perspectivas en base a sabiduría humana y de esta manera, divide a la comunión en diferentes grupos en torno a esta perspectiva humana.
Ahora, lo que realmente se resume en el 1:18 al final del capítulo es el contraste entre la sabiduría de Dios y la sabiduría de los hombres. Y son opuestas. Y como le dije la última vez, no necesita filosofía porque cuando está bien, eso significa que encaja con la Biblia. Y usted tiene la Biblia, entonces no la necesita. Cuando está equivocada, entonces usted no la necesita. Entonces usted no la necesita. Lo único que usted necesite la Palabra de Dios. Y entonces, eso es lo que él en esencia dice. La filosofía del mundo es lo opuesto a la sabiduría de Dios. Entonces, no lo mezcle en la Iglesia. Usted no la necesita. Sólo corrompe. Usted se acuerda cómo lo vimos la última vez. Sólo corrompe.
Como puede ver, simplemente para darle una ilustración, sólo hay dos tipos de sabiduría en el mundo. La sabiduría de Dios y la sabiduría del hombre. Y las dos son definidas de manera distinta. Y para darle lo que creo que debe ser la definición más concisa en cualquier lugar, lo llevo a Santiago capítulo 3. En Santiago capítulo 3, versículo 17 encontramos la definición de la sabiduría de Dios.
Aquí está la sabiduría de Dios afirmada y definida. Santiago 3:17 dice esto: “Pero la sabiduría que es de lo alto”, ahora esto sabemos de inmediato que esta sabiduría es sobrenatural. Que está fuera de la tierra. No es terrenal. Ésta fuera del mundo. Es divina. Es la sabiduría de Dios. Viene de arriba. Y él la define. Es, en primer lugar, pura de manera suprema. La sabiduría de Dios trae santidad, pureza, justicia; y después, dice él que es pacífica. Hace paz. Es gentil. Significa que es dulce y razonable. Él dice que no es contenciosa. Llena de misericordia. Perdona. Es amable. Tiene buen fruto. No tiene parcialidad. La sabiduría de Dios no es ambigua, no cambia, no juega a la política y es honesta. Eso es lo que él quiere decir.
Y después, finalmente, no tiene hipocresía. Es honesta, franca, directa y abierta, no le da la vuelta al asunto. Esa es la sabiduría de Dios. Lo que Santiago está diciendo aquí es que usted puede identificar a una persona que está enseñando la sabiduría de Dios porque él será puro, pacífico, gentil, libre de contención, lleno de misericordia, de buenos frutos, no va a jugar a la política y va a ser directo, abierto, franco y honesto. Esa es la sabiduría de Dios. Ahora, en contraste a eso, usted tiene la sabiduría del hombre en el versículo 15.
Esta sabiduría no viene de lo alto. Esta es simplemente sabiduría impía antigua. Esta es sabiduría humana y es definida en tres términos. Los hemos visto la última vez: terrenal. Esto es decir que está ligada a la tierra. No puede conocer nada fuera de sí mismo, lo cual es realmente una desventaja seria. Está tratando de vivir por su propia fuerza, su propio mérito. En segundo lugar, es sensual. Esto es: depende de la lujuria y concupiscencia y deseos de los hombres. En tercer lugar, su fuente es demoniaca.
Ahora usted ve aquí dos tipos de sabiduría: sabiduría mundana y sabiduría divina. Ahora, note algo: la sabiduría de Dios no necesita que se le agregue la sabiduría humana. ¿Por qué va a agregar usted a la sabiduría sobrenatural algo que es terrenal, animal, sensual y diabólico? Eso no le va a ayudar a nada a la sabiduría de Dios si no ¿qué? La va a corromper. Eso es lo que la filosofía le hace a la revelación, a través de la palabra de la revelación.
Para decirlo aún de manera más clara quizás que eso, Colosenses capítulo 2, versículo 8 dice: “Guardaos,” ahora la Biblia no dice eso muchas veces. Pero cuando lo dice es muy, muy importante. “Guardaos,” en otras palabras, esperen que van encontrarse con este problema y prepárense. “Guardaos, no sea que alguno os engañe, os corrompa, eche a perder su mente, confunda su mente ¿a través de qué?... “Filosofía y engaño vano.” Eso es engaño basado en vanidad humana. “Que es según la tradición de los hombres y los rudimentos del sistema del mundo y no según Cristo.”
Ahora cuidado. La filosofía está diseñada sobre la tradición humana. La filosofía es la plataforma del sistema del mundo. Se opone a Cristo, cuidado. Muchas veces he visto a un cristiano que se ha ido a la universidad y ha tomado un curso en filosofía y aunque quizás no ha perdido su salvación, perdió casi todo lo demás. La filosofía corrompe. Guardaos, no sea que alguno los corrompa, los eche a perder a través de filosofía y el engaño de la vanidad humana que sigue las tradiciones de los hombres, la base del sistema del mundo, el cual no sigue a Cristo. “Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad,” ahora observe esto, “Y vosotros estáis completos en Él.” Como puede ver, la adición, el agregar la filosofía humana es innecesario. ¿Qué puede añadirle a algo que está completo? Nada. Está terminado. Se acabó. Usted no necesita filosofía humana.
Bueno, entonces ése es el punto de vista que Pablo está presentando a los corintios. Ustedes no necesitan traer a la asamblea de creyentes la sabiduría de los hombres. Lo único que hará es corromper y dividir; y eso es de hecho precisamente lo que había hecho. E incidentalmente, también había contribuido, como veremos, a la mayoría del resto de los problemas en la asamblea corintia, filosofía mundana, moralidad mundana, conceptos mundanos.
El Antiguo Testamento tiene algunas cosas interesantes que decir acerca de esto y no tenemos tiempo para entrar a todo esto, pero quiero llevarlo a Eclesiastés capítulo 1. Eclesiastés fue escrito por Salomón y hace un relato de la sabiduría humana. Dice de hecho en qué consiste la sabiduría humana. Y es un libro muy interesante. El Señor lo colocó aquí con un propósito muy especial, para mostrarnos las frustraciones y las incapacidades de la sabiduría humana.
Ahora Salomón, él era una persona muy inteligente. Él dice en el versículo 13 del capítulo 1: “Y di mi corazón a inquirir y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo;” Como puede ver, yo decidí que yo aplicaría sabiduría y encontraría todas las respuestas. Versículo 16: “Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia. Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu. Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.” Intente eso alguna vez.
Capítulo 2, versículo 1: “Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes.” Observe lo que dice. Él dice: busqué la sabiduría y la encontré. Resumí toda mi sabiduría y no encontré nada más que un espíritu afligido porque entre más conocí, más triste me volví. ¿Sabe por qué? Porque entre más conoce usted de la sabiduría humana, si usted es honesto, menos conoce usted realmente. Y entre más usted se da cuenta de lo que usted realmente necesita conocer, no lo puede conocer. Y eso entristece.
Y entonces dije ‘ya sé lo que voy hacer, voy a cubrir mi dilema y disfrutar de la vida’, versículo 1. “Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?” Sé lo que haré, me emborracharé. Versículo 3: “Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino,” esto realmente le ayuda a conocer al hombre moderno. Esto no le ayudó tampoco. Yo sé lo que haré, versículo 4: “Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.” Ésta es la filosofía del mundo.
¿Cómo va a enfrentar usted el hecho de que después de que ha aprendiendo todo, no ha aprendido nada? Uno, simplemente lo vive, lo disfruta en placer. Si eso no funciona, emborráchate. Y si eso no funciona, drógate. Y si eso no funciona, enloquécete con el trabajo y promoción personal y ganancias y posesiones y piérdete en eso. Y dinero, versículo 8: “Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.”
Usted no puede ir a ningún lugar sin escuchar música. Las personas no pueden existir sin ella. Ellos no quieren vivir con sus propios pensamientos, tienen que tener algo para distraerse. Y entonces, versículo 9, una afirmación modesta. “Y fui engrandecido,” bueno, es verdad, “y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría.” Lo que él aprendido, él recordó. “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, lo que yo quería, lo tenía.”
Usted sabe, eso es lo que quieren algunas personas. Llegan al lugar en el que pueden tener lo que quieran, lo que sea. “Porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol. Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.” Digo, ¿qué podría hacer ahora? Digo, lo he hecho todo, ¿verdad? Me vi a mí mismo y dije ‘bueno, aquí estás Salomón, has hecho todo. ¿Qué vas hacer ahora? No hay nada más que hacer.’
“Y he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad.” Versículo 14: “El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.” Dije, tú sabes, la sabiduría es mejor que eso, ¿pero sabes qué? Ambos terminaron igual. Las personas inteligentes y las personas torpes. Versículo 15: “Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí. ¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio?” ¿No es sorprendente? El hombre más sabio que jamás vivió, cuando llegó al final, dijo: ‘yo fui un necio’. ¿Se da cuenta? Esa es sabiduría humana.
Pero sabe que el mundo entero está ocupado viviendo en base a la sabiduría humana. Jesús dijo en Mateo capítulo 7, Él dijo: “¿Sabe lo que hace un hombre sabio? Él edifica su casa sobre una roca.” ¿Y quién es una roca? Dios es una roca. Y vinieron las lluvias y la inundación descendieron y ¿qué pasó? Los vientos soplaron y la casa que estaba edificada sobre la roca permaneció firme. “Pero el hombre necio edifica su vida en las arenas cambiantes de la sabiduría humana y cuando todo descendió, la casa fue llevada.” Es un contraste claro entre la sabiduría de Dios y la sabiduría de los hombres. Todo lo que la sabiduría del hombre jamás hace es cambiar la Verdad de Dios por una mentira.
Ahora, este pasaje, regrese ahora a 1 Corintios 1:18, este pasaje compara la sabiduría de Dios con la sabiduría de los hombres. Y nos da cinco razones por las que la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría de los hombres. Cinco razones por las que la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría del hombre.
Número uno, estamos repasando, su permanencia. En los versículos 19 y 20, Pablo dice que la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría del hombre porque la sabiduría de Dios es permanente. Y él no hace esa afirmación. Él no dice ‘la sabiduría de Dios es permanente.’ Pero él muestra que la sabiduría del hombre no es permanente. Y ahí está el contraste. Observe el versículo 19. “Pues está escrito: destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé el entendimiento de los entendidos.” Como ve, él dice la sabiduría humana, cuando todo ha terminado, será destruida. Será llevada a nada.
Y después, él presenta un desafío para cualquier persona que contradiga eso. Él dice: “¿dónde está el sabio?,” versículo 20. “¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?” Y él dice el sabio, el escriba y el diputador y él habla de tres áreas de entendimiento humano. El sabio, eso es filosofía. El escriba, eso es literatura. El disputador, eso es retórica. Llamen a sus filósofos, llamen a sus escritores, llamen a sus oradores, déjenlos contradecir esto.
Que todas las filosofías del pasado han llegado a nada. Toda sabiduría de los hombres ha resultado en ningún cambio en el mundo. Los mismos problemas existen de manera multiplicada. ¿Dónde están los sabios? ¿Dónde están los escritores? ¿Dónde están las personas que hablan con gran oratoria? ¿Dónde están todos estos hombres que nos pueden dar respuestas? Dios ha hecho necia a la sabiduría de este mundo. Y en el sentido de que Dios ha frustrado, que llega hasta su límite y termina en cero con su insensatez. ¿Qué necesitan los hombres? Los hombres necesitan vida, vida eterna. Los hombres necesitan el perdón de pecado. Los hombres necesitan conocer a Dios.
La sabiduría humana no puede perdonar el pecado. No puede dar vida eterna y no puede traer a los hombres a Dios. Cuando todo se ha acabado, no puede hacer nada, excepto, como dijimos la última vez, hacer cómodas a las personas que están pecando. Dios permitió a los hombres el seguir a su propia sabiduría. Les dio esa alternativa. Y todas sus búsquedas de su sabiduría, acabaron sin respuestas, en frustración. Y Dios entró e hizo que su sabiduría fuera insensata por lo que Él hizo. ¿Qué hizo? Él perdonó el pecado. Él concedió vida eterna y llevó a los hombres al conocimiento de sí mismo.
Él hizo lo que los hombres en toda su sabiduría no pudieron hacer. Y Él lo hizo mediante algo tan torpe como la cruz de Jesucristo. Ese no es un concepto filosófico complicado. Es un hecho histórico simple, simple. Y entonces, son sabios sólo en sus propios ojos y sólo durante un tiempo breve. La sabiduría de Dios es permanente.
En segundo lugar, y aquí es adonde iremos por hoy, la sabiduría de Dios es superior a la sabiduría de los hombres no sólo por su permanencia sino por su poder. Versículo 21. Su poder. Como puede ver, el problema con la sabiduría de los hombres es que es agradable sentarse y hablar de eso, pero no puede hacer nada. ¿Alguna vez ha notado eso?
La gente no puede cambiar vidas a partir de eso. No transforma a la gente. No perdona pecados. No produce nuevas criaturas. No lleva a la gente a la presencia de Dios. No hace nada como eso. Le da a la gente una satisfacción intelectual para compararla con algo. Me acuerdo cuando una vez estuve sentado en un campus de una universidad con un hombre y me dijo: “yo entiendo que tu filosofía es la filosofía de Jesucristo.” Le dije: “no, no es una filosofía, es la verdad.” “Bueno,” él dijo, “eso es debatible.” “Bueno,” le dije, “puede ser debatible para ti, pero realmente no se debate.” Y yo le pregunté a qué perspectiva se aferraba. Y él contestó que estaba convencido que la perspectiva apropiada era el Yin-Yang. Ahora, en ese entonces, realmente yo no sabía lo que era el Yin-Yang. Desde ese entonces, me he familiarizado un poco con el Yin-Yang. Yin-Yang es la filosofía de los supuestos. Y esto es lo que este alumno procedió a decir: “Mira, como puedes ver,” él trazó un círculo en la arena, y él dijo “ves este círculo, dibujas el círculo, colocas una especie de S en el medio. Después, colocas otro círculo dentro de cada una de estas mitades. Una mitad es negra con un círculo blanco y la otra mitad es blanca con un círculo negro.” Él dijo, “como puedes ver, ese es el Yin-Yang.”
Y yo pensé ‘si alguno está en el Yin-Yang, él es un no, no, no. Él no va a llegar.’ Y le pregunté qué quería decir. Él contestó ‘bueno, ¿no lo ves? Es filosofía de los opuestos. Puedes ver que si hay algo que está arriba, tiene que haber algo que está abajo. Algo adentro, tiene que haber algo afuera. Si hay algo bueno, tiene que haber algo malo. Es la filosofía de los opuestos, ¿te das cuenta?’ Yo respondí que lo veía. Pero entonces, ¿qué? Eso fue todo. Yo dije: ‘bueno, muy bien, ¿qué hizo para ti?’ ¿Sabe usted lo que hizo para él? Simplemente, le dio un pequeño juego intelectual que podía jugar. Y le dio un pedazo pequeño de ego que podía usar para mostrarle alguien lo que él sabía. Eso es todo. No cambió su vida en absoluto.
No tenía poder. No le da poder en absoluto. Y el mundo ve al Evangelio y dice: ‘¡qué insensato, qué torpe!, pero versículo 28: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,” y entramos a eso a detalle la última vez, “agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” ¿Ve algo aquí? Lo que los hombres del mundo no podían hacer con toda su sabiduría unida, Dios lo hizo. Salvó a los hombres. ¿De qué? De sus pecados, de su vaciedad, de Satanás, los salvó, los rescató. Los libro y los llevó a Su propia presencia. Les perdonó el pecado, le dio vida eterna. Eso es lo que Él hizo.
Y el mundo con toda su sabiduría no conoció a Dios, no podía conocer a Dios. Dios, por la locura de la predicación, algo como la cruz, tan objetivo, tan simple, tan carente de complejidad, tuvo el poder de generar vida eterna, perdonar pecados; y la sabiduría de los hombres nunca lo pudo hacer. Como puede ver, la sabiduría de Dios es poderosa.
Ahora, observe al final del versículo 21, tenemos que señalar esto: “Agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” Ahí se demanda la respuesta humana y eso es fe. Como puede ver, eso va en contra de la idea de la sabiduría. Pablo lo dijo en Romanos 1:16, el Evangelio es poder de Dios para salvación a todos los que pueden entenderlo. A todos los que pueden entender sus detalles y complejidades. “Es poder de Dios a todo aquel que cree.” Y un hombre vino a Jesús y dijo ‘Señor, creo. Ayuda mi incredulidad.’ Y lo que él estaba diciendo era ‘creo poco, ¿es eso suficiente?’ Y eso fue suficiente. No es cuestión de entender. Cuando usted comienza a tratar de entender la mente de Dios, ahí es cuando usted se mete en problemas. Trate de entender todos los detalles del Evangelio y usted realmente va a estar en muchos problemas. Créalo y acéptelo, ésa es la clave.
Muy bien, entonces, es poderoso. Él reitera el mismo pensamiento en los versículos que siguen, versículo 22 al 25. Y él está hablando de poder aquí. Observe el versículo 22: “Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura.” Ahora observe esto: él dice aquí estamos en el mundo y estamos predicando el mensaje simple de la cruz. Dios en carne humana viene al mundo, Él vive, hace milagros, prueba que Él mismo es Dios, muere en la cruz, derrama Su sangre, lleva el castigo de nuestro pecado, resucita de los muertos. Continuamos predicando este mensaje. Y continuamos diciéndole a la gente: ‘este es el ápice de la historia. Este es el tema del universo. Esta es la salvación de los hombres. Esta es la sabiduría de Dios, etc., etc.’ y ellos dicen: ‘Oh, qué ridículo, ridículo; son torpezas.’ Ahora, ¿por qué lo rechazaron? Bueno, él dice en el versículo 22: “Los judíos piden señales.”
Ahora, aquí estaba el problema con los judíos. Ellos querían una prueba sobrenatural para todo. Todo. Esto es característico. Su demanda constante es ‘¿qué señal nos muestras?’ Lo que realmente estaban diciendo es: ‘Haz un truco. Haz algo realmente súper mágico.’ Y si Jesús hubiera hecho algún tipo de voltereta mágica y hubiera hecho algún tipo de cosa estupenda, Él habría comenzado algo que realmente nunca podría haber detenido. Pero Él realmente hizo milagros para Sus discípulos, porque los milagros únicamente solidifican la fe de personas que ya creen. La gente que no cree va a encontrar una manera de justificarlos, créame. Créame que así será.
Piense usted en el hombre ciego en el Evangelio de Juan. ¿Sabe una cosa?, se toma un capítulo entero y los fariseos, ya para cuando termina todo el capítulo, han investigado todo esto. Ellos están convencidos de que el hombre realmente no fue un milagro. De hecho, ellos dicen: ‘oh, debe haber sido alguien diferente.’ Y ellos finalmente van a él y le dicen: ‘ahora espera un momento, ¿tú eres el hombre?’ ‘Yo soy el hombre.’ ‘No te creemos.’ Encuentran a su mamá y su papá y este es el hombre, este es su hijo que nació ciego. Este es el hombre. ‘Bueno, ¿qué le paso?’ ‘Yo no sé qué le pasó.’ ‘Y le dicen al hombre ‘bueno, ¿quién es esta persona? Él no puede ser alguien de Dios.’ Y él les dice ‘ustedes me dicen eso. Ustedes saben que Él me abrió los ojos y me están preguntando si es de Dios.’
Bastante obvio, ¿no es cierto? Al final fue antagonismo y odio hacia Cristo. El mundo no tiene la mentalidad de aceptar lo sobrenatural, porque el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios. Porque son locura para él y las va a justificar. Esta es la razón por la que en la actualidad no necesitamos milagros, todo el tiempo, para convencer a personas que no creen. Eso es un acto de Dios en sus vidas. Jesús hizo milagros enfrente de los discípulos para convencer a aquellos que ya creían en Su poder, el cual fue exhibido entonces y será exhibido en sus vidas y de hecho, Él dijo: “Harán cosas más grandes de lo que Yo he hecho.”
Pero siempre querían una señal. Mateo 16, los fariseos y los saduceos vinieron y ellos dijeron ‘bueno, queremos una señal’; y Jesús dijo en el versículo 4: “No se les va a dar ninguna señal a esta generación impía y adúltera fuera de la señal de Jonás.” Lo cual significó que Jesús moriría y estaría tres días en la tumba y resucitaría. Y cuando resucitó de los muertos, ¿sabe usted lo que hicieron? Sobornaron a los soldados para decir que robaron Su cuerpo y que realmente no resucitó. Así de ciegos estaban. No querían creer.
Entonces, los judíos pedían una señal. Ahora, los griegos, como puede ver, eran diferentes. Ellos buscaban sabiduría. Ahora, el griego no diría: ‘Oh, haz algo sobrenatural’. Él decía: ‘Ahora permiten entender esto: ¿Dios se vuelven hombre? Oh, no, no, no, no, no. ¡Eso no puede ser! No, filosóficamente sólo funciona. ¿Y después una cruz?, No, no, no, no, no. No.’ Ahí tiene los dos puntos de vista. Aquí tiene usted al sobrenaturalista y al racionalista, ¿verdad? Los judíos eran sobrenaturalistas y habrían empujado esto más allá de la norma. Y al mismo tiempo, los griegos eran los racionalistas y habrían empujado eso más allá de la norma.
Ahora, yo creo que soy un sobrenaturalista, ¿usted? Yo creo en Dios. Yo creo que Él es preciso. En segundo lugar, yo creo que soy un racionalista. Digo, yo no me desecho de mi cerebro. Como puede ver, no voy a ser tan sobrenatural al punto que es irracional o tan racional al punto que es sobrenatural. Hay un equilibrio. Como puede ver, los griegos estaban tan enamorados con sus propios intelectos que eso era lo único que les preocupaba. Y entonces, él dice, tenemos estos dos tipos de personas y llegamos al versículo 23, ‘predicamos a Cristo crucificado’. Predicamos el hecho de que el Mesías murió en la cruz y al derramar Su sangre, pagó la paga del pecado, y el propósito para el cual el hombre fue hecho es para ser restaurado y él es llevado a la presencia de Dios. Su pecado es perdonado. Él puede vivir con Dios para siempre. Le decimos eso los judíos y se van, no creen. Y a los griegos, tampoco lo creen.
¿Por qué? Versículo 23: “Para los judíos es ciertamente tropezadero.” ‘Bueno’, usted dice ‘Israel, tengo un anuncio que hacerles. ¿Ven a esa persona que está colgando en esa cruz sangrando? Ese es su Mesías.’ ‘¿Estás bromeando? ¿Ése es nuestro Mesías?’ ¿Sabe usted que todavía no creen eso? ¿Saben ustedes que el mayor tropezadero que los judíos enfrentan al hablar de Jesucristo como Mesías es Su muerte porque tienen su propia idea? Él va a venir, Él va a establecer Su reino. Y Él vino, pero no hizo eso. Y usted pregunta entonces qué hacen con Isaías 53. Ellos no hace mucho con eso. Usted pregunta qué hacen con el Salmo 22. En la mayoría de los casos, lo evitan.
Como puede ver, predijo que el Mesías moriría. Entonces, el Mesías en una cruz, si regresan a Deuteronomio 21, creo que es el versículo 23, “el que está colgado en una cruz o en un árbol es maldecido, es maldito de Dios.” Él no puede ser el Mesías. Entonces, tropiezan por eso. La cruz no prueba que es su Mesías, prueba que no lo es. ¿Por qué no derrocó a Roma? ¿Por qué no estableció Él Su reino? Ridículo. Y entonces, ahora los judíos han abandonado la idea entera en gran parte de un Mesías y simplemente hablan de una era mesiánica, lo cual es en cierta manera como una gran sociedad. Un tiempo feliz, un tiempo de paz en el mundo. Y ni siquiera habrá un Mesías personal.
Se han dado por vencidos en esto porque han estado esperando por mucho tiempo. Bueno, nunca van a ver a otro. Él ya ha estado aquí. Y buscan señales. Esperaron que Jesús hiciera todo tipo de maravillas sobrenaturales y cosas, usted sabe, que podían leer en Joel 2 y esperaban algún tipo de cosas que pasaran cuando Él estableciera Su Reino. Y aquí viene, manso y humilde en un asno a Jerusalén. Y por un día, o algo así, es Hosanna, pero hombre, eso se acabó, ¿verdad?
Bravo, Hosanna, el hijo de David y Él dice: “Excepto que un grano de trigo caiga en la tierra y muera, permanece solo. Entonces, voy a morir.” ¿Qué? Como puede ver, ellos no entendieron eso. Y ya llega el momento en el que llega el viernes y están pidiendo Su sangre. No podía ser el Mesías. ¿Dónde están las maravillas? ¿Dónde están las señales? Por otro lado, ¿cómo reaccionaron los gentiles? Para los gentiles, toda esta idea era locura. Esto era locura. ¿Por qué? Bueno, por varias razones. Sabe usted, uno de los principios básicos de la filosofía griega era el hecho de que Dios era definido por el término apatheia, del cual obtenemos la palabra apático. Para los griegos, Dios era totalmente indiferente a los hombres. Él no estaba preocupado por la gente, Él era incapaz de sentir algo, porque decían: ‘Dios tiene que estar mucho más allá de los hombres que Él nunca podría ser tocado por algo que fuera humano.’ Lo opuesto mismo de Cristo quien puede ser tocado.
Pero ellos decían que Dios no podía ser tocado por ningún sentimiento humano. Entonces, la idea de que Dios se encarnó y en carne humana llevó los pecados de los hombres, el dolor y la angustia, murió en la cruz, era absolutamente ridícula para ellos. Dios está distante. Dios es indiferente. Celso, quien hizo una carrera entera de atacar al cristianismo hace mucho tiempo atrás, dijo esto, y cito: “Dios es bueno y hermoso y feliz y es en aquello que es más hermoso y mejor. Si Él entonces desciende al hombre, involucra que Él cambió en un cambio de bueno a malo, de hermoso a feo, de felicidad a infelicidad, de lo que es mejor a lo que es peor y Dios nunca aceptaría un cambio así.” Fin de la cita
Como puede ver, los griegos no podían permitir que nuestro Dios se volviera hombre. Ellos pensaban que era increíble que uno viniera a la tierra y amara a la humanidad y tuviera tristeza y llorara y muriera en una cruz. Y otra cosa acerca de la filosofía griega era que todo tenía que ser complejo. Si usted podía entenderlo, probablemente no era verdad. ¿Se da cuenta? Digo, si el hombre promedio podía entenderlo, no era bueno. Digo, tenía que ser algo, usted sabe, que sólo los inteligentes pudieran entender. Y aquí vienen estos predicadores cristianos que usted sabe, eran personas bastante comunes y corrientes. Realmente, ellos no estaban preparados en filosofía. Ellos simplemente salían de la nada y estaban predicando este mensaje, claro: “Porque he determinado no saber nada sino a Cristo.” Y eso era tan simple y no era complejo. Y era tan claro y era tan crudo para ellos y simplemente se rieron ante eso.
Nada era más absurdo para un racionalista que la idea de que la sangre de un Dios crucificado pudiera remover el pecado, asegurar la salvación, promover santidad y dar vida eterna. Se rieron. Usted dice: ‘bueno, eso en cierta manera hecha a perder el plan de Dios, ¿no es cierto? Digo, si él predica a los judíos y es un tropezadero y si él predica a los griegos y es locura, entonces, ¿adónde va?’ Eso lo cubre. Digo, el judío y los gentiles lo tienen. ¿Lo hecho eso a perder? No. No, dice en el versículo 24: “mas,” y me da gusto que esté ahí, no es cierto? “Mas para los llamados así judíos como griegos, Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios.” A pesar del hecho de que la mayoría lo rechazaba. El llamado eficaz a la salvación vino a algunos judíos y a algunos gentiles. Y ellos creyeron inmediatamente y Cristo se volvió para ellos no un tropezadero, sino el poder de Dios. No locura, sino sabiduría de Dios.
¿Se da usted cuenta de cómo él hace un contraste entre esas dos cosas con las dos reacciones? El judío dice: “No puede ser nuestro Mesías, velo, manso y humilde y muerto. Ése no es el Mesías poderoso”. Pero para los que creyeron, Cristo se volvió el poder de Dios. ¿Y no es eso correcto? Pablo dijo a los colosenses en el 1:29, creo que es, él dijo: “Sólo quiero decirles que yo trabajo pero no soy yo, es Cristo operando en mí poderosamente.” ¿Se da cuenta?, y entonces lo gentiles dijeron: “es locura”. Pero para los gentiles que creyeron se volvió ¿qué? Sabiduría.
Cristiano, ¿se da cuenta de algo? Se da cuenta de que nos sentamos mucho y escuchamos a grandes hombres de nuestro mundo y hay muchas grandes personas desde el punto de vista humano. Mucho más inteligentes de lo que somos. Digo, yo ni siquiera podría aprobar los procesos educativos que ellos han aprobado y he leído algunos de los libros que ellos escribieron y me di por vencido en la página 20, porque ni siquiera entiendo de qué están hablando. Digo, hay niveles obviamente de inteligencia. Y hay algunas personas que simplemente son súper, súper inteligentes. Y simplemente, no estamos en el mismo mundo con ellos. Pero cuando resumen toda su sabiduría lo largo de las edades y las unimos, ¿saben una cosa? Simplemente los cristianos humildes son más sabios que ellos. Es correcto.
Usted dice: ‘John, oye, eso es orgullo’. No, no, no, usted no entiende eso. No estoy hablando de mi propia sabiduría. Estoy hablando del hecho de que conozco la sabiduría de Dios. Y usted dice: ‘¿Cómo llegaste a conocer eso?’ ‘Está en la Biblia y entiendo la Biblia.’ Usted dice:
‘Bueno, ¿por qué esas personas no leen la Biblia?’ ‘Ellos pueden.’ ¿Sabe una cosa?, no la van a entender. ¿Sabe por qué? Porque no tienen al intérprete residente, quien es el Espíritu Santo.
En Primera de Corintios 2, versículo 7: “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio.” La sabiduría oculta.” ¿Ve eso? Es sabiduría oculta y sólo es revelada a aquellos que conocen a Cristo. Versículo 8: “La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció.” Lo mejor de los hombres, los hombres más preparados. No lo conocieron. ¿Por qué no? Porque no estaba abierto a ellos el encontrarlo. Versículo 9: “Cosas que ojo no vio ni oído oyó.” ¿Qué quiere decir eso? Eso significa que no puede ser conocido empíricamente. No puede ser conocido externamente. No puede ser conocido por la experiencia. En segundo lugar, ni ha subido en corazón de hombre. Eso es, no puede ser conocido racionalmente. No puede ser conocido internamente. Usted no puede conocer la verdad de Dios mediante la observación. Usted no puede conocer la verdad de Dios mediante la racionalización, pero el versículo 10 dice: “Pero Dios nos la reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.” El Espíritu que viene a vivir usted recibe a Cristo.
Ahora, no estoy diciendo que soy más inteligente que el resto de la gente en el mundo desde un punto de vista de coeficiente intelectual. Simplemente no es verdad. Una vez, tomé una prueba de coeficiente intelectual y no soy muy bueno. Yo lo sé. Hay muchas personas en este mundo que son mucho más inteligentes que yo. Pero yo sé que ellas, con toda su inteligencia, nunca conocerán la sabiduría de Dios. Y están luchando con toda su economía y todas sus ciencias sociales y todas las disciplinas con las que están luchando para tratar de entender lo que está pasando en el mundo. Y yo les puedo decir, pero nunca me darán la oportunidad de hacerlo.
La gente me pregunta, ‘¿por qué no te metes en tal y cual programa?’ ¿Quién va a quererme? Yo tengo todas las respuestas. Eso terminaría la discusión. ¿Qué harían ellos entonces? Tendrían que tocar música. Bueno usted ve, eso es esencialmente lo que las Escrituras dicen con respecto al poder, dice esto: con todos los que los hombres han inventado, no tienen el poder de cambiar su naturaleza. No tienen el poder para transformar sus vidas. Pero Cristo, sí.
Y entonces, la sabiduría de Dios es mucho más superior a la sabiduría de los hombres, porque tiene el poder de salvar. El poder de regenerar vida nueva y concede sabiduría divina. Entonces, para los llamados, aquellos que son elegidos, a los que Dios ha escogido, judíos y griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios. Tenemos tanto poder que es ilimitado. Podemos hacer mucho más abundantemente de lo que podemos pedir o pensar, ¿verdad? Según el poder que actúa en nosotros. Es emocionante.
Bueno, él cierra esta pequeña sección con el versículo 25, el cual es un principio que resume todo lo que él ha dicho: “Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.” Permítame hacerle una pregunta: ¿Es Dios insensato? ¿Es Dios débil? Ambas palabras son usadas para efectos de ironía. Son palabras que son vistas desde el punto de vista de un hombre. Cuando un hombre piensa que Dios es insensato, cuando un hombre piensa que Dios es débil, en este punto Él es infinitamente más sabio que ese hombre infinitamente más poderoso. ¿Se da cuenta?
Escuche, dicho de esta manera: hay muchas cosas que Dios sabe que nosotros no sabemos, ¿verdad? Digo, escuche, usted lee la Biblia y usted termina y la estudia año tras año y ¿de qué se da cuenta? Que usted difícilmente sabe algo. Eso es lo que la educación hace para usted. Le enseña lo que usted no sabe. Y entre más preparado usted está, más sabe usted que no sabe. Y yo, estudio la Biblia más y más, y ¿sabe qué pasa? Veo los versículos y veo los detalles y digo ‘sí, sí,’ dice esto y aquello pero, ¿qué hay acerca de esto? Y comienzo a ver que Dios está mucho más allá de lo que usted se puede imaginar. Hay complejidades en la mente de Dios que están mucho más allá de lo que el ser humano jamás puede comprender.
Y entonces, hay cosas, digo, si usted quisiera comparar a lo más inteligente de los hombres con la muestra más suprema de la sabiduría de Dios, la diferencia sería infinita, porque la diferencia entre la sabiduría total de los hombres y la verdad más simple de Dios es infinita. Como puede ver, Él está diciendo lo más simple que he hecho, es la cruz. La muestra más débil de Mi poder; y está infinitamente más allá de la sabiduría y el poder de los hombres.
Ahora, eso le da una perspectiva correcta, ¿verdad? Ése es el principio. La simplicidad de Dios y la representación más pequeña de poder de Dios es capaz de hacer lo que la sabiduría y el poder del hombre nunca jamás llegaron a concebir de hacer. Ése es el principio. La doctrina de la cruz puede ser locura, pero tiene poder. Poder para salvar vidas. Poder para conceder sabiduría.
Un tercer punto, y vamos a terminar aquí. Él muestra que la sabiduría de Dios es superior a la de los hombres no sólo por su permanencia y su poder, sino también - y esto es fabuloso - es paradójica. ¿Sabe una cosa?, al mundo le encanta la sabiduría. El mundo realmente se gloría en eso. ¿Y sabe usted que las pruebas psicológicas muestran que el deseo de conocer es igual al impulso sexual? La gente realmente quiere conocer. Y hay mucha gloria personal y mucha vanidad en el conocimiento, ¿verdad?
La Biblia dice que el conocimiento envanece. Hombre, usted sabe esto, este conocimiento, y usted lo despliega, está en un grupo y alguien dice ‘bueno, yo sé eso’ y porque esto y aquello, usted sabe, el conocimiento hace eso. Hay beneficios en la ignorancia. La humildad, ¿verdad? Es bueno no tener la respuesta, para que usted simplemente se pueda sentar y aprender. Algunas personas no tienen la respuesta, pero de todas maneras, le darán una a usted. Usted sabe.
Pero como puede ver, al mundo le encanta que todo sea complejo y tratar de entenderlo, de cubrirlo con su propia sabiduría. Esa es la razón por la que atrae ser un psicólogo, porque usted se puede sentar y analizar a alguien, ¿se da cuenta? Puede decirle por qué hacen lo que hacen y ‘oh, esto es así’ y ‘esto es así’ y simplemente, le da una especie de complejo de Dios. Y al mundo le encanta eso. Le encanta tener todas las respuestas. ¿Pero sabe la cosa? Dios no apela a eso, porque eso es vanidad. Usted sabe, Dios pudo haber hecho el Evangelio tan complejo que sólo las personas realmente inteligentes fueran salvadas, aquellas que lo hubieran podido descubrir o entender. Digo, habría sido una filosofía bastante compleja y habría tenido que estar en la cima de los mejores de su clase. Tendría que haber sido de los más inteligentes para ser salvo.
Pero como puede ver, eso habría destruido el propósito que Dios tenía en mente. Porque la mayoría de la gente no está a ese nivel. Jesús dijo: “Te doy gracias Padre porque escondiste esto de los sabios y los entendidos,” Mateo 11:25, “y lo revelaste a los niños.” Porque sabe que cuando Él hizo eso, Él le mostró al mundo cuánto ellos necesitaban Su sabiduría. Él no necesitaba nada de eso.
¿Quiere oír algo? Usted piense en el profesor más grande del mundo secular, la mente más grande que conoce en el mundo, la mente más brillante del mundo, alguien como Einstein o alguien así, una mente brillante; ahora piense en el hombre más torpe que es un cristiano simplemente, él es un hombre amable. Lo ama, el Señor lo ama, pero no es tan inteligente. Así es como el Señor lo hizo. Muchos de nosotros estamos ahí. Pero así es como el Señor lo hizo.
¿Sabe una cosa?, ese hombre es infinitamente más sabio de lo que Einstein jamás lo fue. Infinitamente. Escuche esto, es una represión viva a la sabiduría del mundo. Observe el versículo 26: “Pues mirad hermanos vuestra vocación,” ¿sabe lo que eso significa? Miren a su alrededor, adelante. ¿Quién está sentado al lado de usted? Véalo. ¿Ve su llamado? Obsérvelo. Él dice ‘vean ahí el llamado alos creyentes, vean a sus hermanos, véanlos. No sois muchos sabios.’ No hay muchos sabios según la carne. ¿Ve a algún filósofo ahí donde usted está sentado? ¿Ve a algunos de los más grandes intelectos aquí en esta mañana? “Ni muchos poderosos.” ¿Ve a algunas de las personas más influyentes del mundo aquí en esta mañana? “Ni muchos nobles.” ¿Ve a algún rey, príncipe, persona de alta jerarquía social? No, usted dice no hay muchos de ellos, sólo nosotros. Ahí está Juan por aquí y ahí está María y Guillermo; y estoy buscando y no veo a muchas de estas personas.
Bueno, Dios tenía un propósito en esto. En la mayoría de los casos, ¿no es verdad que la Iglesia está constituida de personas simples, humildes? Simplemente somos nosotros. ‘Oh’, decimos, ‘¿no sería maravilloso si tal o cual se convirtiera en cristiano?’ ¿No decimos eso a menudo? ‘¿No sería maravilloso que tal o cual se convirtiera en cristiano? ¡Oh, si tan sólo… usted sabe… sería fabuloso!’; pero por una razón, el Señor escogió que la Iglesia estuviera constituida por personas humildes como un testimonio viviente al mundo de que Él no necesita su rango y su influencia y su sabiduría. ¿Se da cuenta? No muchos. Ahora, hay algunos poderosos y hay algunos sabios y hay algunos que son nobles. Estaba Dionisio, estaba Sergio Pablo, estaban las damas nobles en Tesalónica y Berea. Hubo un hombre influyente llamado Erastos, quien era el tesorero. Ha habido algunos nobles y poderosos y sabios. No muchos.
De regreso a nuestro amigo Celso, en el año 178, él escribió una carta atacando al cristianismo. Esto es lo que él dijo, y cito: “Aquí está una descripción de los cristianos. Que ninguna persona preparada, culta, se acerque. Ninguna sabia y ninguna sensata. Porque todo ese tipo de cosas consideramos malas. Pero si algún hombre es ignorante, si algún hombre carece de cultura, si algún hombre es un necio, acérquese con denuedo.” Y de los cristianos añadió escribiendo esto, y cito: “Lo vemos en sus propias casas, sastres de lana, los peores, el vulgar, las personas menos preparadas.” Y después, él realmente se inspiró. Él dijo: “Son como una multitud de murciélagos o de hormigas que están saliendo de su nido o de ranas que tienen un simposio ahí en torno a un pantano. O de gusanos que se reúnen en el lodo.” Fin de la cita. Eso es lo que él dijo acerca de los cristianos. Un hombre amable Celso.
Bueno, ¿sabe una cosa?, él vio a su alrededor y eso es lo que vio. ¿Puede imaginarse cómo estaban todas estas ranas simples y ellos sabían lo que él no conocía? ¿Ve cómo la simplicidad de la Iglesia es una reprensión contra la complejidad de la sabiduría del mundo? Nosotros no necesitamos la sabiduría del mundo. No la necesitamos. La paradoja lo prueba. Nosotros, que somos los más simples, los más insensatos, somos los más sabios. Y en el Imperio Romano había 60 millones de esclavos, ¿puede imaginarse qué impacto esto tuvo en ellos, porque la mayoría de la Iglesia estaba constituida por esclavos? Y los esclavos tenían todas las respuestas. Oh, esas no son buenas noticias.
Y entonces, los cristianos durante toda la historia son una reprensión viviente en contra de los supuestos sabios. Y usted se acuerda en Colosenses que la Biblia dice que Cristo va a desplegar a la Iglesia ante los principados y potestades para mostrar la sabiduría de Dios. No necesita la sabiduría de los hombres. Miren alrededor, dice él, no hay muchos sabios. Eso significa la sabiduría de la naturaleza humana. Inteligencia de clase alta. No muchos poderosos, eso significa personas grandes, influyentes, poderosas. Observe esta: ni muchos nobles. Eso significa nacidos de familias de alto rango.
Y si usted quería una definición simple de lo que el mundo cree que es un gran hombre, número uno, él es muy inteligente. Número dos, él tiene una influencia tremenda a través del dinero o el poder, ya sea en el campo político o en el campo deportivo o el campo de la educación o en el campo de lo que fuera. En tercer lugar, tiene alto rango. Él es el general tal y tal, él es el senador tal y cual, él es el Presidente tal y cual, él es el vicepresidente tal y cual. Él es la cabeza de esto. Él es la cabeza… Como puede ver, el mundo basa su grandeza en el conocimiento o en la educación o la influencia o el poder o el dinero o el rango.
¿Le gustaría conocer al hombre más grande que jamás vivió de acuerdo a Dios? ¿Le gustaría conocerlo? Una persona interesante. Su nombre es Juan el Bautista. ¿Sabía usted que no tenía preparación? Él no tenía preparación formal. Él no tenía poder en particular. ¿Sabía usted que él era un personaje extraño? Él usaba una especie de traje modificado de Tarzán hecho de pelo de camello y comía langostas y miel silvestre y vivía en el desierto. Bueno, usted dice, quizás él era de jerarquía social. Quizás vino de una familia de alto rango. ¿Está bromeando? Elizabeth y Zacarías, no era nadie. Bueno, usted dirá, Zacarías era un sacerdote. Con seguridad, él era un sacerdote; pero había miles y miles y miles y miles de esos sacerdotes y no tenían rango.
No, como puede ver, Jesús dijo: “Entre los que nacen de mujer”, Mateo 11:11, “ninguno se ha levantado mayor que Juan el Bautista.” El hombre más grande que jamás vivió y él no encajó con ninguno de los estándares del mundo. Pero él encajó con el estándar de Dios porque él era un hombre sabio. Él conocía a Dios. ¡Qué paradoja! Observe el versículo 27. “Sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte. Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios y lo que no es para deshacer lo que es.” Literalmente, la palabra que ‘no es’ significa nacido bajo. Él ha escogido lo que no tiene rango, las cosas nacidas bajas del mundo, las cosas que son despreciadas, son las que Dios ha escogido. Cosas que ni siquiera son consideradas. Son cosas que no son para llevar a nada a las cosas que son.
¿Ve el contraste ahí? En los versículos 27 y 28 él hace un contraste entre lo que Dios ha escogido conforme él ha mencionado lo que Él no ha escogido. En otras palabras, él dice: Dios no ha escogido a los preparados, sino a los insensatos. Él no ha escogido a los poderosos, sino a los débiles. No a los que han nacido en clase alta, sino los nacidos a nivel bajo. Él ha escogido cosas que a los ojos del mundo no son nada, cosas para llevar a nada las cosas que creen que son cosas que valen algo. Bueno, usted sabe cómo la palabra de Dios lo presenta. Como puede ver, la filosofía humana no significa nada. Pablo dice: saquen eso de ustedes, no lo necesitan. ¿No puede ver que la permanencia de la sabiduría de Dios, el poder de la sabiduría de Dios y la paradoja de la sabiduría de Dios al escoger a la iglesia muestra que Dios no necesita la sabiduría humana? Oremos.
Gracias Padre por darnos Tu verdad, Tu sabiduría. Ayúdanos a confiar en ella, no en nuestro propio entendimiento; sino saber que en Cristo tenemos el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Si hay algunos con nosotros congregados en esta mañana que todavía están confiando en la sabiduría humana, oramos para que Tú te muevas en sus vidas, que los llames a Ti mismo y que ejerzan fe y crean en la obra de Cristo, esa obra simple, humilde, tan cruda como el mundo la juzga, pero que realmente es el pináculo de toda la historia y el acto redentor de Dios para los hombres.
Padre, que vengan a Cristo el día de hoy. Ayúdanos, Señor, a los que somos cristianos a no mezclar la sabiduría del mundo, sino a volvernos estudiantes de la sabiduría de Dios, la cual es nuestra en Cristo. Oramos en Su bendito Nombre. Amén.
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