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1 Corintios capítulo 11, y llegamos esta mañana a los versículos 17 al 34. 1 Corintios 11:17 al 34. Ahora, esta es una parte muy crítica del Nuevo Testamento, porque trata con la celebración de la mesa del Señor. Tiene que ver con la comunión. Cualquiera de ustedes que han sido cristianos por algún período de tiempo o que han estado cerca de la iglesia por algún período de tiempo están conscientes de la importancia que la iglesia le da a dos ordenanzas en particular, una es el bautismo y el otro es la mesa del Señor o la comunión.

La razón por la que le damos tanta importancia a estas dos, es porque el Señor nos dijo hacerlo. Son ordenanzas mandadas para la iglesia, ambas fueron mandadas e instituidas, y el ejemplo fue establecido por nuestro Señor Jesucristo. Le damos una prioridad importante al bautismo, y una prioridad importante a la mesa del Señor. Realmente pienso que esto es algo muy importante, como asuntos de obediencia, y creo que un cristiano debería cuestionar su propio compromiso con la obediencia si no ha sido obediente en estas dos áreas.

Algunas veces luchamos por saber qué es lo que Dios quiere, y obedecerlo, pero esta es un área en dónde ni siquiera tenemos que luchar, porque él dice: “Bautizaos y acuérdense de mi muerte en la Cena del Señor.” Y espero que estemos haciendo eso en nuestras vidas, no solo cuando nos congregamos para hacerlo aquí, sino en nuestros estudios bíblicos, nuestros grupos de comunión, en nuestros hogares, con nuestras familias, con nuestros amigos en los grupos, en los que compartimos y nos reunimos. Esta es una parte vital de la experiencia cristiana. No debe ser un ingrediente que está ausente, no debe ser ignorado. No debe ser algo que está metido al final del servicio dominical tampoco. No debe ser un ritual formal, debe ser algo que está en la vida de un creyente y lo alentaría a usted en esta área.

Ahora, creo que vamos a ser alentados conforme vemos los versículos 17 al 34, en esta semana, y la próxima semana con certeza, y estudiar lo que Pablo tiene que decir. Permítame darle un poco de trasfondo para que usted sepa en dónde estamos en términos de este pasaje. Al estudiar 1 Corintios, hemos estado estudiando los abusos que existían en la iglesia en Corinto, en uno de los abusos, uno que realmente habían torcido y pervertido terriblemente fue la mesa del Señor. Habían convertido la mesa del Señor, créalo o no, en una fiesta de glotonería y borrachera.

Y eso es de lo que Pablo habla en el capítulo 11, versículos 17 al 34 hasta el final del capítulo. Él está muy, muy molesto. Y él usa términos muy fuertes al corregir lo que estaban haciendo. Él dice, de hecho, es tan serio que Dios ha entrado en su congregación y le ha quitado la vida a alguno de sus miembros. De hecho, han sido ejecutados por Dios por lo que han hecho en la mesa del Señor. Muy serio. Otros, dice él, están enfermos, algunos están débiles, más que se aseguren que hagan algo al respecto.

Ahora, debido a la urgencia de esto, necesitamos entender algo de la Cena del Señor. Entonces, retrocedamos en la historia un poco. La noche antes de Su muerte, nuestro Señor Jesucristo se reunió con Sus discípulos en el Aposento Alto para comer la comida de la Pascua. Históricamente los judíos se reunían en ese período en particular de la historia, para comer la pascua. Y la pascua era una comida especial, diseñada por Dios, para conmemorar la liberación de Israel de Egipto. Recordará que Israel estaba en esclavitud en Egipto y estuvo por más cuatrocientos años. Dios finalmente decidió librarlos y llevarlos a la tierra de Canaán, la cual debía ser su tierra, la Tierra Prometida.

Y Él comenzó a librarlos mediante una serie de plagas que fueron diseñadas para liberar a Israel de las garras de Faraón, y para que salieran. Finalmente, cuando vino la última plaga, la cual fue la matanza de los primogénitos por toda la tierra de Egipto, Faraón dijo: Tomen a su pueblo y váyanse. La única manera en la que los hijos de Israel podían protegerse del ángel de la muerte que iba a quitarle el primogénito a toda casa, era matar un cordero, tomar la sangre del cordero, colocarlo ahí en el marco de la puerta y después comer el cordero junto con algo de pan sin levadura, etc., y algunas hierbas, como la comida de la pascua.

Entonces, comieron una comida, e hicieron un sacrificio a Dios, colocaron la sangre en la puerta y el ángel pasó por alto y esa fue la clave para la liberación de Israel de Egipto. Cuando el israelita, cuando el judío quería regresar y recordar a Dios como Liberador, Dios como Salvador, Dios como Redentor, él siempre recordaba que Dios los libró de la esclavitud en Egipto. Y Dios instituyó la pascua para que fuera celebrada anualmente como un recordatorio, y todavía lo es en la actualidad, la pascua judía.

El judío en la actualidad, todavía está recordando eso como el punto de contacto con un Dios salvador. Lo cual es trágico porque tienen que pasar por alto la cruz, al ir hacia atrás, lo cual no reconocen. Pero en esa noche antes de la muerte de Jesús, mientras que los discípulos estaban comiendo la cena de la pascua, en el contexto de esa fiesta antigua, recordando la redención de Dios de Israel de la esclavitud de Egipto, Jesús tomó esa cena y la transformó en una cena nueva. Tomó una copa de la cena de la pascua, tomó pan de la cena de la pascua, he hizo una transición tremenda cuando dijo: Esta copa es mi sangre, este pan es mi cuerpo, y esto es algo nuevo que hagan, deben hacer en memoria de mí.

Y ahora cuando vemos el gran punto redentor en la historia, no vamos a Egipto, vamos al Calvario. No miramos atrás a la sangre en el marco de la puerta, regresamos a la sangre derramada en la cruz. Ese es el punto de contacto con el poder redentor, salvador de Dios. Y eso es lo que Jesús estaba haciendo esa noche antes de Su muerte, Él estaba transformando la pascua en la comunión. Y para el cristiano entonces, la pascua no tiene importancia. Es interesante estudiarlo, y entenderlo y demás, pero para nosotros la mesa del Señor es el memorial que Cristo mismo ha instituido.

Ya no vemos hacia atrás a los tipos redentores en Egipto, vemos hacia atrás al anti-tipo redentor, el cumplimiento redentor que viene en la persona del Señor Jesucristo, cuando murió en la cruz y derramó su sangre para limpiarnos de nuestro pecado. En Marcos capítulo 14 versículo 22, tenemos algo importante que debemos entender para saber lo que nuestro Señor estaba haciendo, Marcos 14:22 dice esto: “Conforme comían,” ¿y qué estaban comiendo? Estaban comiendo la cena de la pascua en una buena tradición judía. “Conforme comieron Jesús tomó el pan y lo bendijo, y lo rompió y se los dio y dijo: Tomad, comed, este es mi cuerpo.”

Ahora, hemos visto el hecho de que Él no quiere decir que esto literalmente es Su cuerpo, sino que esto es un símbolo. “Él tomó la copa, cuando él había dado gracias, se las dio a todos, y todos bebieron de ella, y Él dijo: Esta es mi sangre del nuevo testamento.” El nuevo pacto. Este es un nuevo día, este es un amanecer nuevo. No vamos a regresar a los memoriales a los patrones antiguos en el antiguo pacto. Esto es algo nuevo. Este es el nuevo pacto, nuevo testamento, significa lo mismo, “la cual es derramada por muchos. De cierto os digo: No beberé más del fruto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de Dios.”  

Ahora, esto es registrado en Mateo, Marcos, Lucas, y se hace referencia a esto en Juan 13. Y Pablo hace comentarios de esto en 1 Corintios capítulo 11. Entonces, en todos los cuatro evangelios se hace referencia a esa noche, la experiencia de la última cena en el Aposento Alto, cuando Jesús tomó la cena de la pascua y la transformó en la comunión. Ahora, esto entonces se volvió la celebración normal de la primera iglesia. Cristo deseando que la cruz se convirtiera en el punto de enfoque, instituyendo esta cena y de esta manera le dio a la iglesia una manera de conmemorar continuamente su muerte. Y eso es precisamente lo que la primera iglesia hizo.

Hechos capítulo 2 nos va a ayudar a ver eso. observe el versículo 41 y 42 de Hechos capítulo 2. Hechos 2:41, “Y los que recibieron Su palabra fueron bautizados,” y esto es en respuesta al mensaje de Pedro dado en el día de pentecostés. “El mismo día fueron añadidos,” y habría sido añadidos aquellos que habrían creído en Cristo, “tres mil almas.” Ahora, ahí está el nacimiento de la iglesia. “Y perseveraban continuamente en cuatro áreas, cuatro maneras en las que la primera iglesia celebraba su vida.”

Una, la doctrina de los apóstoles, eso es enseñanza, teología, enseñando aquello que los apóstoles recibieron como revelación de Dios. Comunión, eso es ministrar, eso es cumplir con los deberes y responsabilidades que los creyentes tienen dentro del marco de la comunidad cristiana. Partimiento del pan.

Ahora, yo creo que esto es un paso más allá de la comunión, incluye la Cena del Señor, porque en la noche en la que Jesús fue traicionado, Él tomó pan y, ¿qué? y lo partió y dijo. Y el partimiento del pan, yo creo que tiene una implicación de la cena del Señor ahí, aunque es más amplio que eso como lo explicaré en un momento. Y después, finalmente, en las oraciones. Esas son las cuatro dimensiones de la vida de la primera iglesia. Enseñanza, ministrar, tener comunión con el Señor viviente quien había muerto por ellos, y orar.

Ahora, esas cosas de nuevo, son indicadas en parte en el versículo 46. “Y perseveraban continuamente en un sentir en el templo.” Y aparentemente ahí es en dónde se congregaban para la enseñanza, las doctrinas de los apóstoles, con mucha probabilidad, y partiendo el pan de casa en casa, comían su alimento con gozo y con unanimidad de corazón. Y la idea aquí, de nuevo, es que usted tiene el partimiento del pan y la comunión, y ciertamente la oración también sería incluida.

Entonces, en la vida de la iglesia, observe, continuaban diariamente partiendo el pan. Estoy convencido, junto con muchos otros eruditos bíblicos e historiadores de este período, que la primera iglesia celebraba la mesa del Señor de manera continua. De hecho, no es poco probable que pudieron haber tenido comunión con toda comida que comían al terminar esa comida. Esa no es una imposibilidad. Eso quizás es muy probable. El término partimiento del pan, de hecho, en el versículo 42, tiene un significado histórico independiente de la muerte de Cristo, es el término que se refiere a la costumbre palestina de tener una comida de comunión. Era común en esos días el hecho de que la comunión girara en torno a una mesa. Y todavía es así. Y era común en ese período de tiempo tener a personas que venían y comían juntas.

Ahora, cuando alguien viene a casa a cenar, usted sabe cómo funciona usted prepara y pone la comida en la mesa, todos están sentados ahí, y todos en cierta manera se ven los unos a los otros esperando la señal, está tratando de pensar usted si van a orar en esta casa o si no oran, o si nos tomamos de las manos, o cantamos la doxología o si nos sentamos, nos ponemos de pie, o que es lo que hace que el bebé empiece a llorar, ¿lo ve? ¿Cómo entramos en esto? Y la esposa está en la cocina, ¿ora con la esposa ahí o con la esposa presente? Digo, ése es el procedimiento.

Entonces, en cierta manera nos sentamos hasta que todo pasa, era muy aparente cuál es el procedimiento en éste período de tiempo. El anfitrión simplemente se sentaba, tomaba un pedazo de pan, lo partía y todo el mundo entraba, así comenzaban. Entonces, el partimiento del pan se volvió sinónimo con la comida de comunión, pero más allá de eso, es aparente para la mayoría de los historiadores que analizan la primera iglesia en la iglesia en el libro de los Hechos, incorporado en esto estaba el partimiento del pan que Jesús llevó a cabo en la comunión, de tal manera que cuando habían comido la comida de comunión, procedían inmediatamente después de la comida de la comunión a entrar en la comunión del Señor o la cena del Señor.

Ahora, vemos esto a lo largo del libro de los Hechos, y eventualmente esa comida de comunión se llevó a conocer como la fiesta de amor. Se llegó a conocer como el ágape, algunos lo han oído pronunciado agapé. Era la fiesta de amor, la comida común, en cierta manera era la comida en la que compartían todos en la iglesia, y comían y la seguían con la comunión.

Ahora, no obstante, parece que en los primeros días lo estaban haciendo diariamente. Estaban teniendo comunión por todos lados, todo el tiempo. Ahora, recuerde esto, que en el tiempo en el que Pedro predicó en Pentecostés, lo cual fue parte de la gran celebración de la pascua también, en ese largo período de fiestas en Israel, muchos peregrinos habían venido a la ciudad y estaban viviendo con otras familias judías, esto era parte de la sociedad. Cuándo muchos de esos peregrinos fueron salvos, no querían regresar, entonces se quedaban en la comunidad. Y cuándo se quedaban en la comunidad, entonces los cristianos tenían que cuidar de ellos.

Esa es la razón por la que dice en el capítulo 2, versículo 44, “Tenían todas las cosas en común, y estaban vendiendo sus posesiones, y dándolas a la gente que tenían necesidad,” porque estaban todas estas personas que habían venido a la ciudad, cuyas necesidades tenían que ser satisfechas. No tenían como vivir. Además, instantáneamente en el punto en que la iglesia comenzó, fueron salvos esclavos, y tuvieron una hermandad en común entre el esclavo y el hombre rico y las necesidades del esclavo entonces estaban siendo satisfechas por hombres ricos que podían satisfacer necesidades. Y había un hermoso ingrediente de tener las cosas en común, comían en diferentes casas, comenzaron a mezclar sus vidas, y parte de esto era la celebración del partimiento de conmemorar la comunión de nuestro Señor.

Vemos esto desarrollarse aún más conforme avanzamos en el libro de los Hechos. Por ejemplo, y podríamos ver varias cosas diferentes. Pero en el capítulo 20, versículo 7, Pablo llegó a la ciudad de Troas, y en el primer día de la semana, cuando los discípulos se reunían para partir el pan, aparentemente para este entonces, en cierta manera ya era algo semanal. Y estaban partiendo el pan una vez a la semana.

Ahora, “John,” dice usted: “¿qué significa partir el pan aquí?” Bueno, creo que el punto aquí de nuevo es el partimiento del pan como una conmemoración de la cena del Señor, o la muerte de Cristo. Era el aspecto de recordar, pero además de recordar eso, el versículo 11 dice, “Cuando el, por lo tanto, regresó y había partido el pan, y había comido y había hablado por mucho tiempo, la implicación de ese versículo es que todavía estaban comiendo, entonces, esto apunta a que todavía era una comida común y corriente.

Ahora, de regreso de nuevo al versículo 7, y usted encuentra que Pablo les predicó. Y ahora, esto se volvió un patrón en la primera iglesia. La iglesia se congregaba el primer día de la semana, tenían una comida de comunión, seguida por la comunión, seguida por un sermón. Ahora, eso se volvió realmente el patrón y conforme progresó el tiempo, se quedó con nosotros. Y, de hecho, inclusive en la actualidad hay muchas iglesias que se reúnen en todo el día del Señor, tienen el partimiento del pan seguido por un sermón. La fiesta de amor, hace mucho tiempo atrás se desvaneció. La fiesta de amor no fue algo instituido por nuestro Señor, no fue algo instituido por los apóstoles, fue algo que se quedó de la cultura y entonces nunca se quedó realmente a lo largo de los siglos.

La costumbre antigua de conectar la cena del Señor a la comida ordinaria del día a día se comenzó a desvanecer un poco. No lo hacían con toda comida. Después lo hicieron con la comida común y corriente una vez a la semana, inclusive eso comenzó a desvanecerse. Dice usted: “Bueno, ¿Por qué hicieron eso?” Bueno, creo que hay varias razones por las que la primera iglesia pegó la comunión a una comida común y corriente. Una es porque el Señor Jesús había pegado la comunión a la cena de la pascua, y eso se volvió en cierta manera una norma. El Señor Jesús habría comido una cena con sus discípulos, y después instituyó la mesa del Señor.

Y entonces, en cierta manera dijeron: “Ese debe ser el patrón.” Además de eso, el pueblo judío siempre había asociado la pascua, claro, como esa cena. Y el cristiano judío podía hacer esa conexión fácilmente, pero el cristiano gentil veía hacia atrás a su legado, y él decía: Oye, siempre que vamos al templo, y cuando ofrecemos algo a nuestro Dios, también tenemos una comida. Hubieron muchos festivales, de hecho, solían celebrar lo que llamaban ‘eranos’, lo cual eran comidas comunes y corrientes. En cierta manera compartían entre sí la comida, ahí entre los gentiles, y era seguido por la adoración a algún Dios.

Y entonces, esto era algo cultural, tanto en la cultura judía como la gentil y la primera iglesia no lo dejó, se reunía para comer, lo cual ha sido conocido como la fiesta de amor, el ágape, y era seguido por la cena del Señor. Pero permítame apresurarme a añadir que ninguna de estas cosas son prescritas de manera particular en la Escritura. Usted podría tener en la mesa del Señor después de cualquier comida que quisiera en su casa, y encajar con el patrón bíblico. O usted podría celebrar la mesa del Señor y una fiesta de amor, si escoge hacer eso. Podría seguir una comida especial en dónde usted llamaba a ciertas personas para esa intención, o podría tenerlo dentro de la iglesia sin la fiesta de amor. Lo que sea.

El punto es que usted lo haga. El punto es que usted obedece lo que el Señor dice, y que usted ejerza el privilegio maravilloso, y la oportunidad de tener comunión en torno a la cruz. Y me atrevo a decir que algunas familias podrían ser alteradas dramáticamente si pasaran un poco de tiempo haciendo esto. En Corinto, y creo que Corintio es una ilustración de un grupo de personas que contribuyeron a la muerte de la fiesta de amor. En Corinto, se habían congregado de esta manera, tenían una cena completa y después tenían la cena del Señor, pero la habían convertido en un desastre absoluto. Le habían quitado todo significado.

De hecho, la habían convertido en lo que estaban acostumbrados a celebrar en sus fiestas de ídolos, se volvió un ejercicio de embriaguez, de glotonería egoísta. Y después cuando lo seguían con la cena del Señor, hacían que Dios los rechazara. Le causaba tal asco, y enojo que Él decidió que la única manera en la que Él podía enfrentarlo era hacer que algunos de los corintios se enfermaran. Y los hizo que se enfermaran, y algunos de ellos estaban tan enfermos que murieron. Dios estaba muy enojado.

Cuando venían a la mesa del Señor, venían con un espíritu tan profano y tan corrupto que se volvió una burla y una blasfemia en contra de la cruz, y Dios no la iba a tolerar. De hecho, vemos que las personas ricas traían el alimento, supuestamente todos debían cooperar, supuestamente debía ser una comida en dónde iba a haber una especie de compartir de manera simbólico el alimento que simbolizaba el compartir todo en la comunidad cristiana, y créame debió haber sido así, el cristianismo rompió barreras fantásticas, y ahora están comenzando a levantarlas de nuevo, apenas veinte años después de que ya no estaba Jesús. Pero se reunían y la gente rica estaban a cargo de todo, y se comían toda su comida antes de que los pobres llegaran.

Y después los pobres venían y decían: Oh, lo siento, se acabó todo. Algunas personas estaban entregándose a la glotonería y otros se iban a casa con hambre. De hecho, si usted ve 1 Corintios capítulo 11, creo que es el versículo 33, vería por la amonestación de Pablo que esto fue precisamente lo que pasó. “Por tanto, hermanos míos, cuando se reúnen para comer, esperaos unos a otros.” Usted no puede compartir la comida con otros, al menos de que espere que alguien llegue y comparta con usted. Si tienen un problema de hambre, dice en el versículo 34, si lo único que quieren hacer es comer, quédense en casa. Ese no es el punto. Ciertamente no necesitan hacerlo ahí, ciertamente no pueden decir: Bueno, simplemente tenía hambre. No, si tienen hambre váyase a casa, ha venido usted a compartir.  

Entonces, usted tiene en Corinto a la gente rica y a la gente pobre, aquellos que podrían traer mucho y aquellos que podrían traer difícilmente algo. Y es aparente para algunos que el esclavo podía disfrutar solo una buena comida a la semana, y esa era la comida de la fiesta de amor, pero no estaban las cosas bien. Los ricos no compartían con los pobres, comían en grupos pequeños exclusivos, se apresuraban para que no quedara nada cuando llegaban los pobres, y el resultado era que la ocasión social que supuestamente debía hacer a un lado las diferencias, terminó levantando muros enormes entre la gente. Y después cuando se iban a la mesa del Señor, iban a la mesa del Señor y estaban profanándola. Estaban blasfemando. Era una burla celebrar la unidad en común de la cruz, mientras que estaban haciendo todo lo que podían por levantar muros entre sí mismos y otros a quienes Dios amaba por igual.

Entonces, Pablo escribe esta sección para corregir sus abusos. Y él realmente los confronta. Veamos el versículo 17 como una introducción básica de la sección. Y no vamos a terminar entonces, vamos a tomar un poco de tiempo aquí. “Ahora, en esto que os declaro no os alabo.” Ahora, en el capítulo 11, versículo 12 él tenía unas cuantas cosas por las que los podía alabar. Los podía alabar porque por lo menos le hicieron preguntas y mantuvieron una traducción doctrinal, pero él aquí dice: “No les puedo alabar por esto, que se reúnen no para lo mejor, sino para lo peor.”  

¿Saben una cosa? Ir a la iglesia para ustedes, es lo peor que pueden hacer. Piensen en eso. Digo, eso es sorprendente. Él dice: “Miren, les anuncio,” y él usa la palabra ‘parangelo’, lo cual significa mandar. “Ya no estoy haciendo sugerencias, los voy a confrontar.” Ahora, tengo unas cuantas cosas que mandarles, y no voy a alabarlos en ninguna de estas. Entonces, olvidemos eso. “Cuando se congregan, cuando se reúnen, se reúnan no para lo mejor sino para lo peor. Estarían mejor quedándose en casa que si se congregaran.” Bueno, eso realmente es excepcional, en lugar de que su adoración sea útil y edificante es destructiva. Mejore quédese en casa.”

Usted odia pensar en eso, pero estoy seguro que probablemente es verdad en las iglesias, quizás algunas iglesias que inclusive usted conoce, que sería mucho mejor si nadie viniera, mucho mejor, porque o no oyen la verdad ahí, o llegan ahí y simplemente usted en medio del fuego entre la gente y el hombre en el púlpito, o hay peleas y contención y lo único que hace cuando usted va a la iglesia es activar su antagonismo. ¿Alguna vez ha estado en una situación así? Simplemente usted comienza a ver a toda la gente con la que no está de acuerdo, y realmente no es una buena experiencia en absoluto.

Bueno, en la asamblea corintia, lo peor que podían hacer por su vida espiritual era congregarse. Dice usted, es increíble a la luz de Hebreos 10. Sí, no dejen de congregarse. Necesita hacer eso, dice él, estimulándonos al amor y a las buenas obras. Pero lo único que hacían era estimularse al enojo y al egoísmo. Imagínese, cuando llega un punto en la iglesia en la que la iglesia se congrega para lo peor, usted está en serios problemas. Habían degradado la fiesta de amor, en un ejercicio egoísta de glotonería, de embriaguez, y habían metido ahí la cena del Señor al final. Los hermanos pobres eran heridos, habían convertido la cena del Señor en una fiesta para satisfacer el hambre. Los elementos de la comunión eran manejados de manera irreverente. Y Pablo dice: Voy a corregir esto.

Entonces, el versículo 17 es una reprensión general. También incluiría esto para que usted lo piense. El versículo 17 también presenta una reprensión que comenzaría en el capítulo 12, hasta el 14, al hablar del mal uso de los dones espirituales, en dónde entraremos tan pronto como terminemos esta sección. Entonces, estas son las cosas que él está reprendiendo en su asamblea, el mal uso de la comunión, y el mal uso de los dones espirituales, pero para esta ocasión es la comunión lo que está en su mente.

Ahora, usted tiene un bosquejo ahí con tres puntos, y únicamente vamos a ver uno de ellos esta mañana, y cubrir los próximos dos la próxima vez. Primero Pablo habla de la perversión de la cena del Señor. Y en cierta manera he presentado el contexto para usted un poco, en los versículos 18 al 22, la perversión de la cena del Señor. Versículo 18: “Porque, en primer lugar, cuando se unen como iglesia.” Y la palabra iglesia ekklesia nunca es usada en el Nuevo Testamento en referencia a un edificio. Siempre es usada en referencia a una asamblea de personas. Sea que estén vivas, muertas, universal o local, siempre es gente. Una iglesia es un organismo.

Entonces, “cuando se congregan en la iglesia, sigo oyendo,” una y otra vez en el griego, que hay schismata entre vosotros, y en parte lo creo.” Ahora, schismata es un término interesante, se refiere básicamente a una diferencia de opinión. Quiero que entienda la palabra aquí, porque creo que estamos viendo otra dimensión en la vida de problemas de la iglesia corintia. Se refiere básicamente a una diferencia de opinión.

Por ejemplo, en Juan 7:43, y en Juan 9:16, Juan dice acerca de Jesús, “Hubo una división entre el pueblo, y lo que significa en esos dos ejemplos es que algunas personas decían que Jesús era de Dios, y algunas personas decían Jesús no es de Dios, y el comentario de Juan ahí es que hubo una división, una schismata entre el pueblo. Lo que él quiere decir con eso es que hubo una diferencia de opinión. Eso una diferencia de opinión acerca de algo.

Entonces, él dice: “Cuándo se congregan, continuamente oigo que hay diferencias de opinión entre ustedes. Cuando la iglesia se congrega, en lugar de unir y tener comunión lo único que hacen es discutir. Discutir. Ahora, esto añade otra dimensión a su iglesia que estaba tan mal. Ya habían divido la iglesia por lo menos en base a otros dos asuntos, los ricos y los pobres habían trazado una línea fuerte entre ellos y estaban dividiéndose entre ellos. Entonces, había división en base a eso, la división sociológica. Estaban dividiéndose teológicamente, yo soy de Pablo, yo soy de Apolos, yo soy de Cefas, yo soy de Cristo. Todo mundo tenía su pequeño grupo, lo leemos en el capítulo 1 y en el capítulo 3, tenían su propio grupo teológico y la parte sorprendente de esto es que los diferentes grupos teológicos ni siquiera estaban en desacuerdo teológicamente, simplemente estaban aislados en torno a personalidades.

Y entonces, aquí estaban grupos que adoraban la personalidad, segmentando a todo mundo, había una división sociológica entre los ricos y los pobres, y ahora encontramos que, en toda semana, semana tras semana, la discusión y la interacción de la vida de la iglesia, había una lucha constante por diferencias de opiniones acerca de todo. Ahora, eso es realmente triste. Y esa es la razón por la que desde el comienzo mismo del libro en 1 Corintios 1:10 Pablo dice: “Os ruego hermanos por el nombre del Señor Jesucristo, que todos habléis lo mismo, y que no hay más de estas diferencias de opinión, sino que se unan de manera perfecta entre vosotros con la misma mente, teniendo el mismo parecer, deben tener el mismo entendimiento, la misma opinión, la misma actitud y hablar lo mismo.

En lugar de esto, se congregan y pelean por todo.” Dice usted: Bueno, ¿qué es lo que hace que una iglesia pelee así? ¿qué hace que una iglesia se divide en pequeños grupos? Le voy a decir lo que la causa, Pablo se lo dio de manera tan clara como usted lo puede oír. “Y yo hermanos, no puedo hablar a vosotros como espirituales, sino como ¿qué?, como carnales. ¿No son carnales?, por qué, habiendo entre vosotros divisiones y contiendas y demás, y envidias, ¿no son carnales? Lo que lo causa es la carnalidad, andar en la carne, hacer lo que la mente dice en lugar de andar en el Espíritu, y hacer lo que Dios dice que causa división. Lo que más debe temer la iglesia, en mi mente, es la división.

Eso es verdad en la mente de Pablo. Y se habían dividido de toda manera diferente, no solo los grupos del capítulo 1 y 3, no solo la dicotomía de ricos – pobres, sociológicamente, sino que tenían todo tipo de divisiones y pequeños grupos, y dividiéndose por todo tipo de opiniones. Simplemente había un espíritu de división que permeaba todo, y el problema de la división era como un incendio forestal en la asamblea corintia.

Y llegaron a la mesa del Señor y conforme se sentaron para comer, conforme se sentaron para tratar de tener comunión en torno a una comida, simplemente era tan obvio que estaban tan fracturados que hicieron una burla de todo esto y Pablo dice, en parte lo creo. ¿Cómo es posible que en parte lo creo? Porque lo he oído tantas veces que estoy seguro que hay algo de exageración y quiero que sepan que no lo creo de manera total.

Ahora, él avanza en el versículo 19, y ésta realmente es una información interesante. Él dice: Lo creo por esta razón. Lo creo porque también debe haber divisiones entre vosotros para que los que son aprobados puedan ser manifiestos entre vosotros. Hombre, esa es una afirmación extraña. ¿Oyó usted lo que dijo? Él dice: La razón por la que creo que tienen división es porque debe haber división entre ustedes para que los que son aprobados puedan ser manifiestos. Dice usted: ¿Está diciendo él que la iglesia tiene que tener divisiones? ¿o herejía? en algunas versiones. Sí. ¿Qué significa la palabra herejía o división? Me da gusto que lo preguntó porque eso es muy importante.

La palabra herejía no significa totalmente lo que hemos hecho que significa en la actualidad. La palabra herejía como se traduce este término en griego en algunas versiones, básicamente significa, viene de una raíz que enfatiza la idea de una decisión de escoger. Simplemente significa la decisión de un grupo que se aferra a una opinión dada. Le voy a decir cómo entenderlo, es traducido, de nuevo en los evangelios por la palabra secta. Es un grupo de personas que tienen una opinión. No tienen que ser mala, no significa que es buena. Es usada en un sentido neutral, digamos en Hechos 24, habla de la secta de los nazarenos. No necesariamente es malo.

Es usado en un sentido malo en Gálatas 5:20, en dónde se refiere a una de las obras de la carne, herejías, o lo que significa diferencias de opinión, y ahí tiene que ver con una contención egoísta, tiene que ver con una actitud centrada en uno mismo, de divisiones. Y así es usada aquí. Tiene que haber contención por así decirlo, tiene que haber facciones, divisiones en la iglesia, tiene que haber problemas en la iglesia, tiene que haber diferencias de opinión en la iglesia. Dice usted: Bueno, ¿por qué? Digo, acabas de decir en el 1:10, “Desaste de todo eso.” ¿Ahora estás diciendo que tiene que haber algo de esto? ¿Estás diciendo que estás buscando que haya algunas personas que van a dividir las cosas en el ministerio? Si lo estás diciendo, bueno, tengo varios nombres que sugerir que ya están desarrollando eso, muy bien en esa línea. Bueno, ¿qué está diciendo el aquí? No. Él está diciendo: Tiene que ser para que aquellos que son aprobados puedan ser manifiestos entre ustedes.

Ahora, espera un minuto. Pablo dice: Creo que existen esos grupos porque son necesarios. Ahora, observe la afirmación. Es necesario, eso es, dei, D-E-I en el griego. Es una palabra que significa es necesario. Es necesario, entonces usted debe traducir la palabra facciones. Así es como debe ser. Es necesario que haya divisiones entre vosotros. Esa palabra pequeña, es necesario, es usada de nuevo, una y otra vez en el Nuevo Testamento, es una partícula muy común, muy, muy, muy útil.

Y en muchos de sus usos señala algo que es necesario debido a la voluntad de Dios. Es usada de algo que es necesario, debido a la voluntad de Dios. Por ejemplo, es necesario que Jesús padezca y verdad, muera, y vuelva a vivir. Es necesario que vaya a Jerusalén. Usted encuentra esa pequeña partícula de nuevo, una y otra vez conectada con algo que Jesús debe hacer, porque esa es la voluntad de Dios.

Y aquí tenemos lo mismo: es necesario. ¿Por qué? Porque Dios está haciendo algo que lo necesita. ¿Qué está haciendo? Él está probando a ciertas personas y haciendo que sean manifiestas para ustedes. ¿Cómo? Porque cuando los problemas llegan, y las divisiones llegan, usted va a descubrir quiénes son las personas buenas. Los dokimoi, los aprobados, el oro que va a salir del fuego purificado. La maldad es necesaria para manifestar el bien. Usted no sabe quiénes son los pacificadores en su iglesia, a menos de que usted necesite a alguien que haga la paz, ¿verdad? Usted no sabe quiénes son las personas que muestran el amor en la iglesia, a menos de que usted sepa cómo se ha relacionado con la gente que no lo muestra.

Cómo puede ver, es la adversidad y la lucha y la contención que hace que el liderazgo verdadero, las personas que verdaderamente son piadosas, los que realmente están andando en el Espíritu, se eleven hasta la parte de arriba y sean visibles para todos. El problema tiene una manera de manifestar la personalidad, y tiene una manera también de manifestar la espiritualidad. Los dokimoi son los que se aferran ahí y dan evidencia de andar en el Espíritu en medio de una situación difícil. Por ejemplo, en 1 Tesalonicenses 2:4 nos dice algo acerca de estos dokimoi, esa es una palabra griega para ‘probado’ o ‘aprobado’. Dice, como fuimos los dokimoi, literalmente de Dios. Esa es la idea, sino la traducción. Como fuimos los dokimoi de Dios, los aprobados, los probados por Dios, de que se nos encomendara el evangelio.

Ahora escuche, Pablo dice: Aquí hay algo acerca de los aprobados. Son aquellos a quienes Cristo les encomienda el ministerio. Una de las cosas que hacemos en la iglesia, como ancianos y líderes es buscar a personas a quienes necesitamos dar ministerios. Necesitamos una persona aquí, necesitamos una persona ahí, oh creemos ver a quien es a quien Dios realmente está moviendo para que tengan un ministerio para el Señor. Queremos ver quien es a quién Dios realmente está tocando.

Y, entonces es muy importante que esa persona, antes que se les dé un ministerio, sean aprobados. Y una de las maneras muy obvias en las que la gente aprobada se eleva hasta la parte de arriba y se vuelve visible es como responde a la dificultad en el cuerpo de Cristo, como enfrentan la adversidad, como enfrentan los problemas, como enfrentan las luchas, como enfrentan los desacuerdos. Esta es una manera de manifestarle al cuerpo los dokimos, los aprobados. Ellos son los que son aptos para el servicio especial.

Y realmente creo, con todo mi corazón, que una de las razones por las que la gente sale de ministerios eficaces o no tiene ministerios eficaces para Cristo, inclusive sale de ministerios pastorales y del campo misionero, es porque cuando están frente a la prueba de la lucha, cuando están frente a la prueba del desacuerdo, no pueden enfrentarlo en el espíritu y como consecuencia, nunca alcanzan el lugar dónde Dios les va a encomendar el evangelio.

Entonces, los aprobados son manifiestos en la dificultad. Es en la lucha que el oro pasa por el fuego, ¿lo ve? Entonces Dios dice: En la iglesia lo van a tener, porque esa es una manera en la que van a ver quién puede guiar y quien puede ministrar. Creo que Pablo inclusive en su propia vida entendió esto como una expresión de gracia por parte de Dios, no como algo de lo que él era digno, sino que Dios lo había aprobado por su gracia. En Santiago 1, creo que es interesante, que Santiago 1:12 dice: Bienaventurado el varón que soporta la tentación, porque cuando él es dokimoi, realmente. Otra manera en la que usted ve al hombre aprobado, él es el hombre que atraviesa por la tentación y sale victorioso.

Usted ve a su alrededor y dice: Ahora, ¿quiénes son los santos aprobados? Son los que enfrentan la lucha y son los que soportan la tentación, y son los que recibirán cuando son probados, una corona de vida. Y esa corona, el Señor el Dios justo, el Juez justo la dará. Ahora, usted ve que estos son los dokimoi. Añadiría que los dokimoi son los cristianos verdaderos. El trigo entre la cizaña, 1 Juan 2:19 habla de que salieron de nosotros porque no eran de nosotros. Y salieron de nosotros para que se manifestase que no eran de nosotros. El problema había hecho que algunas personas salieran, y como consecuencia, la gente dijo: Oh, ese es el trigo y esa es la cizaña.

Me acuerdo cuando llegué por primera vez a Grace, una de las primeras cosas que encontramos fue una situación muy problemática. Y por esta situación problemática dos familias dejaron la iglesia. Y habíamos tenido problemas con estas dos familias todo el tiempo, pero en este caso en particular que me puedo acordar, las dos familias que dejaron la iglesia se manifestó inmediatamente después de eso que no eran cristianos en absoluto. No eran dokimoi en el sentido más simple. Ni siquiera eran salvos, y la lucha ahí manifestó eso para nosotros. Y fue algo purificador.

Y es verdad que la iglesia en el proceso de la purificación va a tener divisiones, va a tener tentación para que los aprobados se eleven a la parte de arriba, para que sea obvio para todos nosotros quien es el liderazgo, quien es la gente que ha probado que es capaz espiritualmente y que es responsable espiritualmente. Dice en Tito 3:10, si usted encuentra a alguien que causa divisiones dele una amonestación, dele otra amonestación, sino escucha esas dos, sácalo para proteger la pureza de la iglesia. La pureza de la iglesia está en juego.

Entonces, él dice: Divisiones y los pecados van a entrar a la iglesia, más vale que se preparen para esto, va a suceder. Dice usted: Bueno, ahora, lo he visto en mi ministerio voy a hacer eso. Simplemente voy a estar por todos lados tratando de ayudar a los líderes a desarrollar y crear muchos problemas. Digo, mientras tenga que estar ahí, estoy dispuesto a hacer el sacrificio. ¿Lo ve? Bueno, solo quiero apresurarme a decirle algo que podría ayudarle en esa área, simplemente no me gustaría que usted hiciera eso, sin que realmente lo pensara un poco. Y la razón por la que digo eso, es porque usted podría meterse en algunos problemas. Porque Mateo dice esto en el capítulo 18, versículo 7, simplemente escuche esto, dice: “Ay,” y eso significa problemas. “Ay del mundo debido a los tropiezos.”

Ahora escuche, “Porque es necesario que haya tropiezos, pero ay de aquel hombre por quien el tropiezo viene.” ¿Escuchó eso? Dice usted: Creo que lo entiendo. Bueno, escuche de nuevo Lucas 17 y usted sabrá con toda seguridad. Lucas 17:1, “Él les dijo a sus discípulos, es inevitable que vengan tropiezos.” Hombres, tienen que preparse, problemas. “Pero hay de aquel por quien vengan. Sería mejor para él, que se le amarrara una piedra de molino a su cuello y fuera arrojado al mar.” ¿Oyó usted eso?

Ahora, eso podría apresurar el fin de su ministerio en esa área. Va a suceder. Nada más no sea usted el que hace que pase. La iglesia no debe ser el lugar en dónde usted causa problemas, usted deje que el Señor haga eso. En el perfeccionamiento de los santos enseñamos la Palabra, el Espíritu Santo trae las pruebas. Muy bien, usted deje que Él se preocupe por cómo va a pasar eso.

Ahora, él dice sus acciones han corrompido todo a tal grado, sus divisiones y argumentos y diferencias de opinión y divisiones sociológicas, teológicas, han creado una monstruosidad. A tal grado que él dice en el versículo 20, escucha, “Cuando se congregan entonces en un lugar, es imposible para ustedes que coman la cena del Señor.” El ouk esti con un infinitivo en el griego es traducido ‘es imposible’. Ustedes podrían pensar que es la cena del Señor. Tengo noticias para ustedes, esa no es la cena del Señor la que están comiendo. Podrían estar bebiendo una copa y diciendo algunas palabras y podrían estar comiendo un pedazo de pan, y diciendo algunas palabras, pero esa no es la cena del Señor. Es imposible celebrar la cena del Señor cuando tienen sus corazones como los que ustedes tienen. No puede ser hecho.

Porque versículo 21, “Al comer, todo mundo come antes su propia comida.” Bueno, ¿qué tipo de cena es esa juntos, cuando usted va y se sienta en una esquina y se come su propia comida? Egoísta. Y uno tiene hambre, el hombre pobre no puede comer nada. Y otro está borracho, tiene usted extremos ahí. Los ricos están borrachos y los pobres no tienen nada. ¿Y ustedes llaman a estos la fiesta de amor? ¿Llaman a esto la cena del Señor? ¿Dicen ustedes que esto es tener comunión?

Y después entran a la comunión a este tipo de situación odiándose el uno al otro, peleando uno contra el otro, en antagonismo uno contra el otro. ¿Cómo pueden celebrar la comunión? ¿Cómo pueden celebrar la unidad en común de los santos? ¿Cómo pueden hacer lo que él dice en el 10:16? ¿Cómo puede esto ser comunión con la sangre, comunión con el cuerpo? ¿Cómo pueden ser ese pan único y un cuerpo del versículo 17? ¿Cómo pueden celebrar que son la familia de un pan? La han destruido. No hay lugar para eso.

Y después Pablo, simplemente en frustración, como si estuviera encontrando o buscando una razón por la que estaban haciéndolo, dice en el versículo 22: “¿Qué? ¿Qué voy a pensar? ¿Cuál es la respuesta? ¿Es porque no tienen una casa en dónde comer y beber? Digo, andan por las calles y el único lugar al que pueden ir a comer es ahí. Entonces, tienen que venir aquí y atragantarse, ¿es eso? No tienen una casa, si tienen hambre, podrían irse a casa y comer y beber. ¿Tienen que convertir la comida de comunión en glotonería y embriaguez, porque no tienen una casa en dónde pueden comer y beber? ¿Es esa la razón?

O quizás no es porque tienen una casa, quizás es que menosprecian la iglesia de Dios. Quizás su problema es que odian a la iglesia y prefieren destruirla rápidamente. Quizás su deseo es tomar a lo que Jesús ha comprado con su sangre preciada y echarla a perder. ¿Es eso lo que quieren hacer? Y hombre, siempre pienso en esto cuando pienso en alguien que trata de hacer algo divisivo en una iglesia. O, ¿es porque odias a la iglesia que estás haciendo esto? ¿Esta es tu manera de decir Señor solo quiero que sepas que debido a que tú edificaste la iglesia, voy a tomarme la libertad de destruirla? ¿Esa es la razón por la que estás haciendo esto? Cuándo siembras semillas de discordia o división, Pablo dice, ¿es eso lo que tienen en mente? O quizás esto, quizás simplemente quieren avergonzar a la gente pobre.

Quizás simplemente disfrutan el colocar su pie el cuello de alguien que no tiene nada. Quizás esa es la razón por la que se están conduciendo así. O no tienen una casa, o aborrecen a Dios o aborrecen a la gente. Que les voy a decir. Él dice: ¿debería alabaros? No os alabo en esto. No hay alabanza para ustedes. La iglesia es un lugar en dónde, quizás el único lugar, en dónde los ricos y los pobres deberían poder tener comunión juntos, dónde los ricos y los pobres deberían amarse el uno al otro. Jesús hizo esto claro, los apóstoles lo presentaron de manera clara. Se volvió el patrón de la nueva iglesia conforme compartían todas las cosas en común.

En Gálatas 2:10 Pablo dice: “Oigan, no olviden a los pobres.” La iglesia es un lugar en dónde las barreras deberían derribarse. Y sabe una cosa, en el mundo antiguo eran rígidas. Digo, habían hombres libres y esclavos, y hombres y mujeres y griegos y bárbaros y la gente que hablaba griego y la gente que no lo hablaba, y gente preparada y no preparada, y judíos y gentiles y ricos y pobres, y romanos y no romanos, y los que tenían preparación y no preparación, todas esas barreras y la iglesia se congregaba y simplemente las despedazaba a todas. Los muros fueron derribados, Efesios 2 dice.

Y después, veinte años después están construyéndolas otra vez, levantándolas todas. Dice usted, pero, John, ¿qué dice esto para mí? Creo que dice muchas cosas. Número uno dice, más vale que venga a la mesa del Señor. Y, en segundo lugar, más vale que tenga cuidado en cómo trata a la iglesia. Y más vale que se asegure de que no haga nada para dividir la iglesia. Y le voy a decir, cuándo usted viene a la cena del Señor, o cuando viene a la comunión de los santos que se congrega aquí, espero que no venga con ningún sentimiento racista, porque en Cristo no hay ninguno.

Espero que no venga con ningún sentimiento sexista o sentimiento clasicista, o sentimientos egoístas, que no se preocupa por otros, porque si es así, usted pervierte esta comunión y usted pervierte la mesa del Señor, así como la iglesia corintia lo hizo. ¿Y, que le voy a decir?, le voy a decir lo que Pablo dijo: No lo alabo. Nos congregamos para tener comunión, amados. Nos congregamos para adorar a Dios, nos congregamos para celebrar nuestra unidad que sea pura que sea real. Y deje usted que el Espíritu Santo en Su providencia, permita que las divisiones vengan para la purificación de la iglesia, no las comience usted.

Confío que nuestra iglesia no sea como la iglesia corintia, pero que nuestra iglesia sea como la iglesia tesalonicense, de quien Pablo dijo esto: “Siempre damos gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar de la obra de vuestra fe, y del trabajo de vuestro amor y la perseverancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo delante de Dios y nuestro Padre.” Además, él dijo esto, y esto es hermoso. “Y acerca del amor fraternal no necesitáis que os escriba porque vosotros sois enseñados por Dios a amaros unos a otros.”

Padre nuestro, te agradecemos esta mañana por la Palabra clara que hemos oído, por el alto llamado que nos has dado. Vemos como los corintios habían pervertido todo. Y Padre, eso es lo que deseamos evitar. Enséñanos como hacer la paz. Enséñanos a como traer unidad. Danos el deseo sobre todo de ser obedientes a Ti. Sálvanos de nuestro egoísmo. No dejes que nos dividamos en grupos teológicos, grupos sociológicos, o grupos hechos en torno a opiniones que van y vienen con toda idea pasajera, de actividad o de ocupaciones. Preserva dentro de nosotros la belleza de esa unidad de la que el coro cantó cuando comenzaron nuestra comunión esta mañana, ese vínculo que nos une.

Profundiza nuestro amor unos hacia otros para que nos sacrifiquemos por satisfacer las necesidades que cada uno tiene. Te daremos gracias en el nombre de Cristo. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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