Pensamos que podríamos terminar el domingo pasado en 1 Corintios capítulo 16, los primeros cuatro versículos, pero no lo hicimos. De hecho, cuando se acabó el tiempo la semana pasada, únicamente, realmente me quedaban diez minutos en mi sermón. Es difícil estirar un sermón de diez minutos para que sea un sermón completo en esta mañana, entonces tengo una introducción de 40 minutos que le añadí. ¿Creen que estoy bromeando, verdad? Ya verán. Y conforme he estado orando acerca de lo que el Señor quería que hiciera, me di cuenta de que solo tenía unos diez minutos que me quedaban, ¿y cómo podía añadir algo al principio que hiciera que todo tuviera sentido? Y simplemente incluí algunas cosas que he estado leyendo en el pasado y algunos pensamientos que he estado teniendo. Y pensé, bueno simplemente voy a abordar un tema que nos va a llevar a esto y quiero compartirlo con ustedes en esta mañana. Y no creo que es uno con el que hemos tratado en los años que he estado en la iglesia de una manera detallada.
Entonces, quiero que realmente escuche conforme comparto lo que Dios me ha mostrado en Su Palabra. Y únicamente va a ser cuestión de ver algunos pasajes. No va a necesitar muchos comentarios de mi parte, fuera de que tan solo señale dónde estamos en el texto.
Permítame comenzar al decir esto. 1 Corintios, capítulo 16, versículos 1-4 es un texto que trata con el objetivo en el corazón del apóstol Pablo de cubrir las necesidades de los santos pobres en Jerusalén. Pablo tuvo este deseo ardiente de recoger una ofrenda de las iglesias gentiles, que en cierta manera eran ricas, para dársela a los santos pobres en Jerusalén que tenían necesidad extrema. Ahora, los corintios sabían de esto, pero tenían cierta pregunta acerca de cómo Pablo quería que se realizara la ofrenda. Entonces, le preguntaron cuál era su parte en esta ofrenda para los santos pobres. Y él responde en este libro al escribir el 16:1-4, estos cuatro versículos como instrucción a los corintios en cuanto a su parte en las ofrendas necesarias, para la iglesia en Jerusalén.
Pero esto va mucho más allá de eso. Porque mientras que usted aquí básicamente tiene una afirmación que tiene que ver con una situación especifica en la iglesia corintia, puede ser ampliada para enseñarnos principios de la ofrenda que llegan hasta nuestro día y son tan incisivos en la actualidad como lo habrían sido para los corintios en ese entonces. Y hemos comenzado a explicar éstos. Pero estaba pensando que detrás de todo lo que hay aquí, está esta necesidad de cubrir la aflicción seria de gente pobre. Y entonces comencé a estudiar las Escrituras. De hecho, cuando estaba volando hacia Chicago, estaba estudiando mi Biblia, buscando las Escrituras para encontrar todas las cosas que podía encontrar acerca de esas personas que eran pobres y cómo Dios se sintió. Y quiero darle la actitud divina que está detrás del corazón de Pablo al cubrir las necesidades de estas personas.
Ahora, usted puede remontarse hasta el Antiguo Testamento, hasta el tiempo del éxodo cuando Dios llamó inicialmente a Su pueblo. Cuando Él estableció inicialmente una nación. Y la Biblia nos dice en el libro del Éxodo, como también en otros lugares, cuando reflexiona en el éxodo mismo, que Dios los llamó de la casa de servidumbre. Que Dios llamó a Israel de la esclavitud. Que Dios llamo a Israel de la opresión. Que Dios los llamó del lugar de la pobreza y la privación. De hecho, en Éxodo, capítulo 20 y en el versículo 2, en el texto que es el preámbulo del decálogo, los diez mandamientos, Dios identifica así mismo de esta manera. Él dice, "Yo soy Jehová, Tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre". En otras palabras, Dios se ve a sí mismo como un Dios liberador, como un Dios que libera a la gente de la esclavitud. Que libera a la gente de la pobreza, de la esclavitud, de la depresión y la opresión.
En Deuteronomio capítulo 26, permítame leerle algo de lo que es dicho aquí, en relación a este elemente, al éxodo. Deuteronomio 26, en el versículo 5, no necesita buscarlo. Únicamente se lo voy a leer. Deuteronomio 26:5, Moisés está hablando. Él dice, "Y hablarás y dirás delante del Señor su Dios, un sirio listo para perecer fue mi padre. Él fue a Egipto. Estuvo como peregrino ahí con unos cuantos y se convirtió en una nación grande, poderosa y de mucha gente". En otras palabras, unas cuantas personas llegaron a Egipto, pero salieron como nación. Quizás varios millones. Ahí es en donde la nación realmente nació la esclavitud, la pobreza y la opresión. "Y los egipcios nos trataron mal, nos afligieron, nos impusieron esclavitud difícil y clavamos al Señor Dios de nuestros Padres, el Señor oyó nuestra voz, vio nuestra aflicción, nuestra labor y nuestra opresión. Y el Señor nos sacó de Egipto". Ahora, el punto que él está presentando aquí es que Dios redimió al pueblo de la pobreza y la esclavitud y la opresión y la necesidad. Dios siempre, siempre se ha identificado de cerca con la gente que está en gran aflicción.
¿Sabe usted lo que es triste? Lo que es triste es que Israel fue una nación que nació en medio de la pobreza, en medio de la esclavitud, en medio de la opresión. Israel no había terminado. Israel se dispersó, Israel fue destruido por hacerle a los pobres, entre su propio pueblo, exactamente lo que los egipcios les habían hecho a ellos. El reino fue dividido después de Salomón. Israel se dividió en dos partes. El reino del norte con diez tribus. Al reino del sur con dos tribus, Judá y Benjamín. El reino del sur fue conocido como Judá y el de Norte como Israel. Existieron al mismo tiempo, por un tiempo, con una maldad sin refreno en el norte y maldad y bondad mezcladas en el sur. Finalmente en el 722 antes de Cristo, el reino del norte fue dispersado para no regresar. ¿La razón? Bueno, para la razón de su dispersión necesita usted ver Amós. Amós es uno de los profetas pequeños. Un libro pequeño. Un hombre muy importante. En Amós capítulo 2, escuche la razón por la que Dios se llevó al reino del norte. Amós 2:6. "Así ha dicho Jehová, por tres trasgresiones de Israel y por cuatro, no quitaré su castigo". Aquí vienen las cuatro. Vendieron a los justos por plata. Número uno, por dinero vendían a un hombre justo. Segunda razón, "Y a los pobres por un par de calzado". Hacían lo que fuera por pisarle el cuello a los pobres. Si podían conseguir un par de calzado de ellos, vendían a los pobres.
Y el versículo 7 dice, "Buscan el polvo de la tierra sobre la cabeza de los pobres". En otras palabras, quieren empujar la cabeza de gente pobre en la tierra. Se vuelven del camino de los mansos, y después el otro pecado, "Un hombre y su padre entran a la misma mujer para profanar Mi nombre santo inmoralidad". Y después el siguiente, versículo 8, "Se acuestan sobre ropa dada en garantía junto todo altar y beben el vino de los condenados en la casa de sus dioses". Entonces, lo que usted tiene es un maltrato de los justos, un maltrato de los pobres, inmoralidad e idolatría. Por estas cuatro cosas, Dios se llevó el reino del norte. Pero uno de ellos fue la manera en la que oprimieron a los pobres. Dios realmente desea que su pueblo no haga eso.
En Amós capítulo 5 en el versículo 11, volvemos a encontrar estas palabras: "Porque así como sus pisadas son sobre los pobres, le quitan cargas de trigo, han construido casas de piedra tallada, pero no moraran en ellas. Han plantado viñas agradables, per no beberán el vino de ellas, porque conozco vuestras trasgresiones múltiples, sus pecados poderosos afligen al justo, reciben un soborno y desvían al pobre en la puerta de lo que es justo para ellos". En otras palabras, habían oprimido a los pobres.
Capítulo 6, versículos 4-7, de manera idéntica, lo mismo. Nada más que usted tiene ahí en lo que se han vuelto en su opresión de los pobres. Ganaron todo de los pobres, empujaron a los pobres en el polvo de la tierra y como consecuencia, ganaron todo para sí mismos. Y en el versículo 4 de 6 dice, "Se acuestan en camas de mármol. Se acuestan, comen los corderos del rebaño y los becerros del medio del ganado, la mejor carne, al cordero y al animal joven comen y beben vino en tazones. Las tasas no son lo suficientemente grandes y se ponen el ungüento más elegante que pueden encontrar. Pero no están entristecidos de la aflicción de José".
Les puede importar menos los necesitados. Les podría importar menos los pobres. Les podría importar menos aquellos que estaban afligidos y lo único que hacen es engordar y engordar y engordar más en sus camas de mármol y en sus muebles elegantes y en su comida elegante y en su música agradable y bebiendo y el perfume que huelen. Dios realmente condena a los ricos. No simplemente porque son ricos, pero porque se han vuelto ricos a expensas de los pobres. Han hecho que la distancia sea más y más grande. Cuando Dios estableció Israel, Él dijo, "A final de todo séptimo año vas a liberar a todos los esclavos. El final de cada año 50, toda propiedad regresa a su dueño original". ¿Sabe por qué? Porque nadie realmente podía amontonar. Evitaba que se amontonara. Usted podía comprar un terreno en el año '48, dos años después regresa a su dueño original. Como consecuencia, Dios mantuvo un espacio cercano entre los ricos y los pobres, pero conforme nosotros comenzamos a amontonar, amontonar, amontonar, vemos a Israel, de pronto, ignorando la liberación de los siete años. Sin duda alguna, ignorando la del año 50 y simplemente siguieron apilando y amontonando, amontonando y la distancia se vuelve más y más y más grande. Y los ricos son más ricos y los pobres son más pobres y empujan a los pobres a la tierra. Y Dios dice, "Voy a venir y voy a aplastar a su nación".
Y en Amós capítulo 7, versículo 11, así dice Amós: "Jeroboam morirá por la espada", ese fue el rey. "Israel ciertamente será llevado cautivo de su propia tierra". Versículo 17, "Tu esposa será una ramera en la ciudad. Tus hijos y tus hijas caerán por la espada. Tu tierra será dividida por la línea. Morirás en una tierra contaminada. Israel será llevada a la cautividad lejos de esta tierra". Dios dice, "Te voy a sacar de esa tierra".
¿Ve usted lo que sucedió? Israel regresó a la cautividad por hacer exactamente lo mismo que los egipcios les habían hecho cuando Dios los había salvado de la cautividad. Y el reino del sur, dice usted, "¿Qué pasó con ellos?" Lo mismo. Exactamente lo mismo. Cien años antes de que el reino del sur fuera llevado a la cautividad, un profeta vino y él podía ver lo que estaba pasando. Su nombre, Isaías. En el capítulo 10, Isaías predijo lo inevitable. En el capítulo 10 en el versículo 1: "Hay de aquellos que decretan decretos injustos y que escriben tristeza que han prescrito para desviar" – ahora, observe esto – "para desviar a los necesitados de la justicia, para quitar el derecho de los pobres de mi pueblo, para que las viudas puedan ser su presa y le roban a los huérfanos". Isaías dice en la voz de Dios, por así decirlo, "¿Qué harán en el día de la visitación y la desolación que vendrá desde lejos? ¿A quién huirán para buscar ayuda y dónde dejaran su gloria? Sin mí, se postraran ante los prisioneros. Caerán bajo la matanza, porque por todo esto, su enojo no se ha desviado. Sino que su brazo está todavía extendido".
En otras palabras, Dios dice debido a lo que le han hecho a los pobres, debido a la opresión de los necesitados, voy a venir y voy a llevarlos a la cautividad. Isaías lo vio 100 años por adelantado. Cien años más tarde, en el momento en la que la cautividad ocurrió, otro profeta vino. Su nombre fue Jeremías. Y en Jeremías capítulo 5, versículo 26, Jeremías vio también lo inevitable. Él dice en Jeremías 5:26, "Porque entre mi pueblo se encuentran hombres sin píos. Esperan como el que pone trampas". Ponen una trampa. Atrapan hombres. "Como una jaula está llena de aves, así también sus casas están llenas de engaño. Por tanto, han llegado a ser grandes y se han enriquecido". En otras palabras, se enriquecen al atrapar a la gente, al engañar a la gente, al atrapar a la gente. "Han engordado, brillan, sin embargo pasan por alto las obras de los impíos. No juzgan la causa, la causa de los huérfanos, sin embargo prosperan y el derecho de los necesitados, no juzgan. ¿A caso no los castigaré? ¿A caso, mi alma no se vengará?" dice Dios. Jeremías lo vio. Isaías lo vio. Y en el 586 antes de Cristo, sucedió. Fueron llevados a la cautividad babilónica. El reino del sur fue hecho cautivo por la opresión de los pobres, por lo mismo de lo cual fueron liberados cuando Dios los sacó de Egipto.
Y en Jeremías, capítulo 34, el resumen de todo se afirma en el versículo 17, conforme Dios habla del juicio terrible. Y esto es lo que dice, "No me habéis oído al proclamar libertad. Todo mundo a su hermano" – todo mundo a su prójimo, en otras palabras – "no hicieron lo que les dije acerca del año séptimo. He aquí proclamo una libertad para vosotros", dijo el Señor. "Una libertad a la espada, a la pestilencia y al hambre. Yo os haré que serás quitados a todos los reinos de la tierra". Israel fue esparcida. Judá fue esparcida porque oprimieron a los pobres. Oprimieron a los pobres.
Hay algo que me parece interesante. Todavía no conocen a Dios, ¿pero quieren saber algo? La nación de Israel ha aprendido su lección. Hay una cosa que usted va a encontrar en Israel en la actualidad. No oprimen a los pobres. Proveen para ellos. Aprendieron la lección. Dios se identifica con la necesidad de la gente pobre. Escuche en Salmo 146, versículo 5. "Bienaventurado es aquel que tiene como ayuda al Dios de Jacob cuya esperanza es Jehová su Dios. Quien hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay. Quien guarda su verdad para siempre". Ahora, escuche más acerca de Dios, "Quien guarda justicia o ejecutó justicia por los oprimidos, quien dio alimento a los hambrientos, el Señor libera a los prisioneros. El Señor abre los ojos de los ciegos. El Señor levanta aquellos que están postrados. El Señor ama a los justos. El Señor preserva a los peregrinos. El Señor preserva a los extranjeros. Él alivia al huérfano y a la viuda. Ese es el tipo de Dios que tenemos. Él no solo es un creador, Él es un amante de los pobres y los necesitados y las viudas y los huérfanos. Dios siempre se ha identificado con aquellos que están en necesidad.
En Proverbios hay dos versículos que no podemos pasar por alto. Capítulo 14, versículo 31 dice, "El que oprime al pobre" – observe esto – "El que oprime al pobre afrenta a su hacedor cuando". Cuando usted oprime al pobre, al no pagarle un sueldo que es justo, al no compartir su abundancia con su necesidad, usted afrenta a Dios. ¿Por qué? Porque Dios se preocupa por esa persona pobre. De hecho, la verdad opuesta a esa está en Proverbios 19:17. Escuche esto, "El que tiene compasión a los pobres da a Jehová y aquello que le fue dado se lo devolverá". En otras palabras, cuando usted retiene de los pobres, usted se burla de Dios. Cuando usted le presta al pobre, usted invierte con Dios, quien se lo devolverá a usted. Dios se identifica con los pobres y los necesitados. Todos ustedes saben que en un punto y en el tiempo Dios vino a este mundo, ¿verdad? Y Él vino en la forma de un hombre, ¿no es cierto? Y el gran corazón de Dios por los pobres y los necesitados no fue diferente cuando Él encarnó.
Acompáñeme a Lucas capítulo 4, versículo 18. Lucas capítulo 4, versículo 18. Escuche esto, Jesús llega a Nazaret al principio de su ministerio en Galilea y Él se pone de pie en la sinagoga y Él abre la Escritura en Isaías y esto es lo que Él dice. Lucas 4:18, "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ungió para predicar el Evangelio" - ¿a quiénes? A los pobres. "Él me envió a sanar a los quebrantados de corazón. A predicar liberación a los cautivos. A dar vista a los ciegos. A dar libertad a aquellos que están encarcelados. A predicar el año aceptable del Señor". ¿Notó usted cómo se identificó con los pobres y los quebrantados y los necesitados y los que no tienen ayuda? Dios siempre lo hace. Siempre.
En Mateo 25, versículo 31 tenemos un vistazo del futuro. Observe de nuevo esta identificación. El hijo del hombre vendrá en su gloria y todos los santos ángeles con Él y se sentara en el trono de Su gloria y ante Él serán congregadas todas las naciones y Él las separará la una de la otra como un pastor divide a Sus ovejas de los cabritos". Mateo 25:33, "Él apartará las ovejas a Su diestra y a los cabritos en Su mano izquierda". Y aquí está juicio de las naciones en el regreso de Jesús. Esto es futuro aquí. Observe el criterio para el juicio. Esto es increíble. En base a qué es que las naciones ovejas que van al reino y las naciones cabritos que son arrojadas al fuego eterno, ¿en base a qué se hace esto? ¿Cuál es el criterio para el juicio?
Versículo 34, "Entonces el rey les dirá los que están a su mano derecha, 'Venid, benditos de mi Padre. Heredar el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" ¿Por qué recibiremos Su reino? "Porque tuve hambre y me dieron de comer", Jesús les dice. "Tuve sed y me dieron de beber. Fui un extraño y me recibieron. Estaba desnudo y me vistieron. Estuve enfermo y me visitaron. Estuve encarcelado y vinieron a mí". Y los justos les dirán, "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos como extraño y te recibimos y desnudo y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o encarcelado y venimos a ti? ¿Señor, qué estás diciendo? ¿Cuándo estuviste así?" Y el rey les responderá y les dirá, "De ciertos digo que en cuanto lo habéis hecho, a uno de estos, de mis hermanos más pequeños, que a mí lo habéis hecho". ¿Vio usted eso? El criterio mismo para el juicio en últimas es cómo es que usted trató al más pequeño entre aquellos que estaban en la familia. Y cuando usted trata a alguien quien es pobre y está desnudo y tiene hambre y está encarcelado con amabilidad y amor y satisface la necesidad, se lo ha hecho usted ¿a quién? A Cristo.
Ve usted cuan intima es la identificación de Dios con gente necesitada. No lo puede separar. Además Él dice, "Aquellos que están en la mano izquierda apartados de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles". ¿Por qué? "¿Por qué el infierno para nosotros?" "Porque tuve hambre y no me dieron de comer. Tuve sed y no me dieron de beber. Fui un extraño y no me recibieron. Estuve desnudo y no me vistieron. Enfermo y encarcelado y no me visitaron". Entonces ellos también responderán diciendo, "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento o como extraño o desnudo o enfermo o en la cárcel y no te ministramos?" Y Él les dirá, "De ciertos digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos, los más pequeños de estos, a mí no me lo hicisteis". ¿Lo ve? Dios se identifica con los pobres. Él se identifica con los oprimidos.
Escuchen. Cuando Dios vino al mundo, ¿vino a él a un palacio? ¿Vino a él con una túnica elegante? ¿Caminó sobre una alfombra roja? ¿Disfrutó de lo mejor de la vida? Creo que no. Cuando Nuestro Señor Jesús vino a este mundo, Él nació en una aldea pequeña insignificante. Belén, Efrata, aunque sea la más pequeña entre los hijos de Judá, de ti saldrá. El que será, el que gobernará a mi pueblo. Él nació en una familia oscura, José y María. Él nació en un establo prestado y sus primeras visitas fueron animales y mejoró un poco. Hubieron pastores. Eran considerados el nivel más bajo de empleo. Sus padres eran demasiado pobres como para traer un cordero como ofrenda cuando fueron para la purificación después de su nacimiento al templo. Tuvieron que traer dos aves. Esa era la ofrenda de lo más pobres de los pobres. Él fue maestro en el judaísmo y los maestros en el judaísmo eran muy pobres. Y en Mateo 8:20, Él dijo, "Las zorras tienen agujeres y las aves del aire tienen nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde colocar Su cabeza". Él único hogar que Él jamás conoció fue un hogar prestado de María, Marta y Lázaro. De otra manera, Él durmió al costado del monte de los olivos. De lo que Él era dueño fue Su túnica y apostaron por ella en la cruz. Inclusive en la encarnación, Dios se identificó con los pobres. Dios se identificó con los necesitados. Dios se identificó con aquellos que no tenían.
Regrese al principio. Cuando Dios determinó escoger una nación, escogió a una en pobreza. Él escogió a una en esclavitud. Él escogió una totalmente oprimida. Cuando Dios quiso escoger un pueblo especial para hacer cosas especiales, Él encontró un gozo tremendo al escoger a nadies para que se convirtieran en alguien. Una vez anotado eso, escuchen las palabras de una querida dama llamada Ana. Ella no puede creer que Dios la va usar. Ella no lo puede creer. Dios le va dar un hijo. No solo un hijo, sino Samuel. Entonces, ella dice esto, 1 Samuel 2:7, "Jehová enriquece y Jehová empobrece. Él abate y enaltece", observe esto. "Él levanta a los pobres del polvo y levanta al mendigo de la basura para colocarlo entre príncipes y para hacerlos heredar el trono de gloria". ¿No es eso maravilloso? Ana dice, "Yo soy una mendigo. Yo soy la pobre. Yo soy la baja y Él me levantó para colocarme entre príncipes". Se ocupa de eso. Le encanta hacer eso.
Cuando Dios miró por todos lados al mundo un día, cuando Dios estaba viendo el mundo un día, Él estaba buscando una madre para el Mesías. Él encontró a María. María no era nadie. María era pobre. Estaba necesitada. Dios le prometió un hijo a ella. ¿Y se acuerda usted de lo que María dijo? Escuche lo que ella dijo. Lucas 1:52, "Él humilló a los poderosos de sus lugares", dijo ella, "y exaltó a los bajos. Él ha llenado a los hambrientos con buenas cosas y a los ricos Él ha enviado vacíos". María dijo, "Dios está ocupado de invertir las tendencias en el mundo". Cuando Dios quiso un pueblo para Su nombre, Él escogió unos esclavos pobres en Egipto. Cuando Dios quiso un gran hombre Samuel, Él escogió a una mujer pobre. Cuando Dios quiso venir al mundo en forma humana, Él escogió a nadie con nada llamada María. Y la próxima vez que Dios hizo una elección especifica, Él escogió a 12 hombres para ayudarle en su ministerio. Únicamente uno de ellos, probablemente, tuvo algo de dinero y ese fue Mateo. Y no estoy demasiado seguro de que él consiguió su dinero de la manera correcta.
Dice usted, "Sí, pero cuando Él vino a la iglesia, ¿qué hizo? ¿A caso Él escogió a las súper estrellas, a los populares para impresionar a la gente?" No. 1 Corintios capítulo 1, versículo 26. Pablo dice, "Pues mirad vuestra vocación, su llamado iglesia. La ven. No muchos sabios, no muchos poderosos, no muchos nobles", simplemente comunes y corrientes aquí estamos. "Dios ha escogido lo necio del mundo para confundir a lo sabio. Dios ha escogido las cosas débiles del mundo para confundir las cosas que son poderosas. Las cosas bajas del mundo y las cosas que son menospreciadas, Dios ha escogido. Sí. Y las cosas que no son para llevar a nada las que son". Dios se identifica con los pobres y lo común y corriente y los necesitados y los oprimidos. Y Dios exalta su nombre al levantarlos a nivel de príncipes y los hace reyes y sacerdotes. ¿Se da cuenta? ¿Lo ve?
En la iglesia de Dios, Dios quiere que mantengamos la perspectiva, ¿no es cierto? De hecho, en Santiago, capítulo 2, Él dice, "Hermanos míos, hermanos míos. Si viene un hombre en vuestra asamblea y tiene un anillo de oro" – ahora, el anillo de oro no es algo importante en la actualidad. Todos los que estamos casados tenemos un anillo de oro. Pero Él quiere decir un hombre rico. "Un hombre viene bien vestido y después también viene un hombre vestido mal con ropa apestosa en harapos. Y tiene el respeto de aquel que usa la ropa fina y le dicen, 'Siéntate aquí', y le dan un gran lugar y le dicen al pobre, 'Siéntate aquí en la esquina bajo el estrado de mis pies'". Esa es una traducción libre, pero esa es la idea. Mete a ese rico hombre allá abajo. Podemos usar este hombre. Jm, él tiene dinero. Colocan al hombre pobre en el rincón. Son parciales.
¿A caso Dios no ha escogido los pobres de este mundo para que sean ricos en fe? ¿No les encanta eso? Y herederos del reino, Dios está ocupado en seleccionar a los pobres. Más vale que lo reconozcamos si queremos identificarnos con Dios, más vale que nos identifiquemos con la gente pobre. Gente necesitada. "Más vosotros habéis menospreciado al pobre y de esta manera habéis violado la ley real, la ley del amor".
En Hechos 2, en la primera iglesia, la gente rica vendió su tierra para dársela a los pobres, ¿no es cierto? Hechos 2 y Hechos 4. Ahora, no quiero afirmar esto de manera excesiva. Dios también llama algunas personas ricas. Usted tiene que tener algunas personas ricas para compartir con algunas personas pobres, ¿verdad? Digo, en el Antiguo Testamento hubieron algunas personas realmente ricas, probablemente ricas más allá de lo que inclusive podemos imaginarnos, como Job. Job era tan rico – él era rico al principio. Dios lo hizo pobre y después Dios lo hizo más rico de lo que él jamás habría sido. Abraham fue rico. Isaac fue rico. Jacob. José, sin duda. Los patriarcas fueron ricos. Hubieron otras personas ricas. David fue rico. Salomón fue rico. Usted llega al Nuevo Testamento, José de Arimatea fue rico. Él fue un discípulo. Bernabé fue rico. Lo suficientemente rico como para vender algo de tierra para darle a la gente pobre. Cornelio fue rico. Él tuvo una casa llena de siervos. Pablo conoció a todo tipo de gente rica en sus viajes y él estuvo tan contento porque fueron ricos. Inclusive, la dama Dorcas era rica. Hubieron muchas personas ricas y eran muy necesitados en la iglesia, porque podían compartir. Pero lo que la Biblia condenó es cuando los ricos se enriquecen al oprimir a los pobres. ¿Lo ve? Pagando sueldos que no son justos.
Mire, le voy a dar a usted el ejemplo más grande de alguien que fue rico y compartió. Dios. 2 Corintios 8:9. "Jesucristo, quien era rico, más por vosotros Se hizo", ¿qué? "pobre. Para que nosotros mediante Su pobreza fuésemos enriquecidos". No hay nada de malo con ser rico. Solo está mal ser rico si usted lo adquirió de manera equivocada y no lo comparte. Esa es la razón por la que 1 Timoteo 6:17 dice esto, "A los ricos de este siglo, tú manda que no sean altivos". Usted sabe que están por encima del resto de la gente. Que no pongan la esperanza en las riquezas que son inciertas, si no, diles que hagan esto". Me encanta esto. "Que hagan bien. Que sean ricos en buenas obras. Que estén listos para compartir. Dadivosos, generosos. Diles eso". Pablo dice, "Los vas a tener. Simplemente diles eso. Diles que lo distribuyan y lo compartan. Y si no lo hacen, no lo hacen, quizá nunca se aferren de la vida eterna". Hombre, las riquezas pueden ser una maldición.
Santiago capítulo 5, escuche esto. "Venid ahora vosotros ricos. Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están corruptas. Vuestra ropa está comida de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos y su moho será un testigo en contra de ustedes y comerá su carne como si fuera fuego. Acumulan tesoro para los postreros días. Han estado apilándolo y simplemente los va a corromper". Dice usted, "¿Quieres decir que te estás refiriendo a cualquier persona con dinero, cualquiera que es rico?" No. Versículo 4 lo aclara. "He aquí el sueldo de los trabajadores que han cosechado vuestras tierras, que es retenido por vosotros mediante fraude clama y los clamores de aquellos que han cosechado, han entrado, ha llegado a los oídos del Señor de los ejércitos". En otras palabras, Dios dice, "A Mis oídos llega el clamor de los trabajadores que han pagado mal para enriquecerse tanto". Si usted es un jefe, sea generoso. Busque estar de lado de la generosidad. Por favor. Investigue lo que necesitan para vivir y deles más. Usted tiene suficiente. Comparta. No sea que clamor venga de estos que han sido refrenados. De aquello que es lo correcto ya entrado a los oídos de Dios. Dios identifica con los pobres.
Hubo un rey terrible en el Antiguo Testamento. Su nombre fue Joacim. Jeremías condenó a Joacim en el capítulo 22 de Jeremías y sigue la misma idea. Permítame tan solo compartirle lo que sucedió. Jeremías 22:13. "Hay de aquel que edifica su casa mediante injusticias", éste es Joacim. "Y sus cámaras de manera equivocada. Quien usa el servicio de su prójimo sin sueldo", gratis. Joacim dijo, "Hombre, voy a construirme un palacio y voy a hacer que todo mundo lo haga por nada". Y claro, debido a que él era el rey, él podía hacer que ellos hicieran lo que él quería. Entonces, él recibió servicio sin pagar ningún sueldo y él no le pagó a la gente por el trabajo. Él dijo, "Me voy a construir para mí una casa grande con habitaciones grandes y con ventanas cortadas de manera especial. Y voy a colocarles paneles de cedro y lo voy a pintar de purpura". Me gusta hasta ahí. No me gusta mucho lo que sigue.
Versículo 15, "¿Reinarás porque te encierras en cedro? ¿A caso tu padre comió y bebió, hizo justicia y juicio y le fue bien? Él juzgó la causa del pobre y el necesitado, entonces le fue bien. Te olvidaste que si realmente quieres ser feliz en la vida, no oprimas a la gente para engordar. Haz las cosas con justicia como tu padre bueno y piadoso y preciado Josías lo hizo". Pero dice en el 17, "Tus ojos y tu corazón no son para nada más que avaricia y para derramar sangre inocente y opresión y violencia". Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joasim, el hijo de Josías, rey de Judá, "No lamentarán por él diciendo, 'ay mi hermano' o 'ay, hermana'. No lamentarán por él diciendo, 'ah, Señor', o 'ah, su gloria'. Él será sepultado con la sepultura de un asno". Uf, bastante directo, ¿ah? Dios no está demasiado emocionado por la gente que se enriquece a expensas de otros. Sea justo y comparta.
Este es un principio a lo largo de las Escrituras. Está por todos lados. No tenemos tiempo de desarrollarlo más. Dios se identifica con los pobres. ¿Entiende usted eso ahora? Ahora, vallamos a 1 Corintios 16 y terminémoslo rápidamente. Los cristianos de Jerusalén eran pobres. Fue asunto de compartir. Entonces, Pablo está recolectando esta ofrenda y los corintios dicen, "Bueno, ¿qué debemos hacer para tener nuestra parte?" Y él les da cuatro versículos de instrucción. Y recuerde usted que la última vez le dije que hay todo tipo de grandes principios aquí. Permítame tan solo recordarles.
En primer lugar, vimos el propósito de la ofrenda, de toda la ofrenda en el versículo 1. La ofrenda es para los santos, primordialmente. Para los santos. Y debemos ofrendar para la necesidad física de los santos y también para su, ¿qué? Su necesidad espiritual. Algunas veces ofrendamos a los santos en la banca, en la silla. Y algunas veces debemos darle a aquellos que nos ministran. Vimos eso en las Escrituras. Pero estamos dando en primer lugar a aquellos que están en la familia. Más allá de eso, claro, debemos darle a cualquiera que tenga necesidad. Dios amó al extranjero y al peregrino también. ¿No es cierto? Y Él cubrió su necesidad.
Después vimos el periodo de la ofrenda en el versículo 2. En el primer día de la semana. La ofrenda debe ser regular, sistemática, semana tras semana, conforme realmente entendemos la administración del dinero, toda semana. No solo apilarlo y darlo todo de una vez. Semana, semana, semana tras semana. Periodo de ofrenda.
Y después vimos el lugar de la ofrenda que cada uno de vosotros ponga aparte algo. Y compartimos con ustedes que el almacén es la asamblea de la iglesia y que debemos ofrendar sistemáticamente cuando la iglesia se reúne, el primer día, para el almacén de la iglesia. El tesoro. La tesorería. Y que esa tesorería debe ser manejada o administrada por hombres piadosos.
Entonces, el propósito, el periodo, el lugar, vimos en cuarto lugar los participantes en la ofrenda. ¿Quién debe hacer eso? Cada uno de vosotros. Versículo 2, todo mundo. Nadie está exento de la ofrenda sistemática semana tras semana. Esto debe ser una respuesta tan espontanea, tan gozosa de un corazón amoroso hacia un Dios que nos ha dado todo. Los participantes, todo mundo. No impronta cuánto tenga o no tenga. Todo mundo.
En quinto lugar, vimos la proporción de la ofrenda. ¿Cuánto debe dar usted? Conforme Dios lo haya prosperado. No hay cantidad, no hay porcentaje. De lo que Dios le ha dado a usted, usted lo ofrenda. Dice usted, "¿Cómo sé cuánto dar?" Digo, ¿no es 10 porciento? No. ¿Cuánto debo dar? Simplemente recuerde algunos principios. Número uno, lo que usted dé es invertido con Dios, ¿verdad? Entonces, lo que usted da, usted siembra. Entonces, 2 Corintios 9:6 dice, "Siembra escasamente, cosecha", ¿qué? "escasamente. Siembra generosamente", ¿qué? "cosecha generosamente". Entonces, cuando usted quiere decidir cuánto dar, usted decide en base a cuánto le gustaría una devolución. Un dividendo. La Biblia dice en Lucas 6:38, "Dar y sos dará, medida buena, comprimida, rebozando". Entonces, lo que usted dé, Dios lo va a multiplicar y se lo va a devolver. Él lo va a multiplicar y lo va devolver.
¿Se acuerda de nuestro versículo en el Antiguo Testamento en Proverbios? Usted le presta a los pobres, usted le presta al Señor y Él se lo va a devolver. Nada más que siempre con interés. Entonces, no sé cuál es la cantidad, pero esto es lo que sé. Lo que Dios le ha dado a usted, a partir de eso, usted lo invierte con Dios. Y hay otro principio. No debería ser únicamente como una inversión, sino debería ser sacrificial. David dijo, "No daré al Señor aquello que no me cueste nada". Y la viuda dio 100 porciento. Y Zaqueo dio 50 porciento. Debería ser un sacrificio. Y los macedonios dice – dieron, liberalmente de su profunda pobreza, 2 Corintios 8:2 y Filipenses 4, Pablo dice, "Ustedes dieron tanto, dieron tanto, pero no se preocupen. Mi Dios suplirá todo lo que", ¿qué? "os falta, según sus riquezas en gloria". ¿Entiende usted lo que sucedió? Pablo tuvo una necesidad. Dieron tanto. Ellos entonces tuvieron la necesidad. Es como Jesús quien se volvió pobre para que nos volviéramos ricos. Entonces, usted invierte con Dios. Da sacrificialmente.
Otro principio que recordar es este. Que su ofrenda será en medida que fluye de su abundancia espiritual. En otras palabras, dice en 2 Corintios 8, que los macedonios – observen esto – primero se dieron a sí mismos y después a partir de eso vino el flujo de su ofrenda. Entonces ahí hay algunos principios. Entonces, el propósito, el periodo, el lugar, los participantes, las proporciones.
Muy bien, número seis. Estas van a ser rápidas, así que sean pacientes. La provocación para la ofrenda, versículo 2. "Guardándolo para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas". Ahora, observe esto. Pablo está diciendo, "La ofrenda no debe ser provocada por apelaciones emocionales en periodos de tiempo. Debe ser sistemática, semana tras semana". Él está diciendo, "Miren, ustedes hagan esto para que no necesitemos alguna apelación grande y alguna congregación grande cuando llegue ahí. Todo esto debe estar en el flujo de la ofrenda fiel, sistemática, semana tras semana. Y ni siquiera necesitaremos una ofrenda especial cuando yo venga. La ofrenda debe ser en el flujo de la vida". No como resultado de alguna apelación emocional, periódicamente.
Hombre, les digo, los cristianos necesitan aprender esto. Hay tantos cristianos que no conocen el significado de la ofrenda sistemática, semana tras semana, sacrificial generosa. Esperan a que haya algún tipo de sentimiento espiritual, cuando reciben algún tipo de conmoción emocional de alguien, usted sabe. Viendo una foto de un bebé que está deformado en un estómago, en una foto. O de algún misionero con una necesidad tremenda. O algún asunto que surge y entonces dan. Pero no conocen el significado de esa fidelidad. Ahora, puede haber veces en las que tenemos que dar para cubrir una necesidad inmediatamente. Porque algunas necesidades son inmediatas. Me acuerdo cuando un misionero vino aquí y ella dijo, "Oh, si tan solo tuviera las cintas, me las podría llevar de regreso y alimentar mi alma y la Palabra de Dios. Yo la regalaría, la regalaría sin recibir nada a cambio". Y entonces dijimos, bueno, te vamos a regalar las cintas. Vamos a levantar una pequeña ofrenda de amor para conseguir el dinero simplemente para apoyar el ministerio de cintas y te vamos a dar todas las cintas acerca de todo. Y entonces le dije a la gente eso y dije voy a estar al frente, si les gustaría entregarme el dinero. Y vinieron y me dieron $1,300 y tantos dólares. Entonces simplemente le escribimos un cheque y dijimos, aquí están $1,300 y tanto. Y ella dice, "Oh, eso es demasiado". Bueno, eso es lo que quisieron dar. Entonces, esa es nuestra expresión de amor. Entonces, ve, consigue algunas cintas y lo que Dios ponga en tu corazón, eso es maravilloso, ¿no es cierto?
Como puede ver, eso es por encima. Y algunas veces habrá ese tipo de cosas y eso es algo emocionante, pero esa nunca debe ser la manera en la que ofrendamos. Eso debe ser algo que va más allá del flujo normal de fidelidad sistemática.
Pablo dice, "No quiero que sea algún asunto emocional. Cuando llegue ahí, no quiero que tenga que estarles demandando y forzarlos a lo que den. Simplemente comiencen ahora y cuando llegue, todo estará cubierto". Entonces, el propósito, el periodo, el lugar, los participantes, las proporciones, la provocación.
¿Está usted listo para esta? La protección en la ofrenda. Versículo 3. Cuando usted va a ofrendar su dinero, usted dice, "Bueno, no sé lo que están haciendo con él ahí en Grace Church. Lo estoy dando cada semana". Muy bien. Versículo 3 va ayudar. Hay una protección. "Y cuando haya llegado", dice Pablo, "a quienes hubiereis designado por carta, a estos enviaré para que lleven vuestro donativo a Jerusalén. Cuando llegue", dice una versión, "a quien ustedes aprueben, voy a enviarlos con cartas para llevar su ofrenda a Jerusalén". Ahora observe esto. Él dice, "Miren, una vez que hayan dado ese dinero, voy a colocar ese dinero en las manos de algunas personas para que lo lleven a Jerusalén". ¿Quiénes eran estas personas? Personas aprobadas por ustedes con cartas que los acompañan para afirmar que verdaderamente son personas dignas de confianza.
Ahora, observen esto. La protección en toda la ofrenda de la iglesia es que el dinero sea cuidado por hombres aprobados, piadosos, honestos. ¿Ven eso? Ese es el punto. Esa es la protección en la iglesia. Dice usted, "Bueno, ¿para qué estás tratando de explicar este punto? ¿Qué tiene que ver con la iglesia?" Simplemente esto, que yo creo que conforme usted ofrenda sistemática y fielmente para la tesorería de la iglesia, también la iglesia tiene la obligación de escoger a esos hombres piadosos que estén a cargo de esos fondos de Dios. Amados, esa es la razón por la que vamos a los extremos tan tremendos que vamos para escoger a ancianos piadosos. Alabo a Dios porque tenemos a 33 hombres piadosos que hacen eso.
Y usted sabe, escuche. En la primera iglesia, ¿quiénes eran los que manejaban todo el dinero? ¿Vinieron y lo colocaron a los pies de quiénes? Los pies de los apóstoles. Nunca le entregaron el dinero a nadie que no tuviera la capacidad espiritual para manejarlo. No se lo dieron a los banqueros y a la gente con el trasfondo financiero. No se lo dieron a los hombres de negocios. Se lo dieron a los hombres piadosos. Y más adelante los apóstoles se ocuparon tanto, en Hecho 6, que dijeron, "Miren, tenemos que entregarnos a la enseñanza de la Palabra y tenemos que entregarnos a la oración, entonces encuentren a otros hombres que se ocupen de este asunto". ¿Y saben ustedes cuáles fueron sus requisitos? ¿Tienen que tener algo de preparación financiera? ¿Tiene que tener algo de negocios? No. Él dice, de hecho, encuentren a hombres llenos de fe y llenos del Espíritu Santo. ¿Lo ve?
¿Sabe usted qué se ve a las iglesias haciendo mucho? Tienen dos consejos. Dicen los diáconos por aquí. Ahora, ustedes hombres, encárguese de lo espiritual y vamos a conseguir a algunos hombres que realmente conozcan de dinero y ellos van a manejar el dinero. Entonces, por aquí ustedes determinan lo que Dios quiere hacer y veremos si podemos respaldarlo. Eso no tiene sentido. ¿Alguna vez supo usted de algo que Dios quiso hacer pero no pudo hacer porque Él no tuvo suficiente dinero? No tiene sentido. ¿Sabe usted lo que yo creo? Nunca le dé dinero a alguien que no sea espiritual. Lo único que usted hace es crear un cuello de botella, un nivel más bajo. Coloque los fondos en las manos de las personas más piadosas que hay.
Pablo dice, "Miren, busquen a la gente que sea aprobada, que ustedes consigan las cartas y voy a enviarlos con el dinero. Que les he encomendado a hombres piadosos, quienes en oración, en la energía del Espíritu Santo determinaron su dirección". Esa es la protección que se le da a usted. Debo decir algo. Yo tendría dificultades con darle una iglesia, y lo digo en serio, si realmente no creyera en mi corazón que hombres piadosos se encargan de esas cosas. Entonces, el propósito, el periodo, el lugar, los participantes, las proporciones, la provocación, protección.
Octavo, ¿está listo? La perspectiva. Y voy a terminar con esta. Corto. Versículo 4 me encanta. Esto es realmente simpático. La perspectiva. ¿Cuál es la perspectiva en la ofrenda? Es ser generoso. Debe ser generosa. Observe esto en el versículo 4. Esto realmente nos ayuda a conocer a Pablo. "Y si fuera el propio que yo también vaya, irán conmigo". En otras palabras, escuchen. Si dan lo suficiente como para que no me avergüence, yo iré y los voy a acompañar. ¿No es eso bueno? No voy a tomar un viaje largo a Jerusalén si ustedes simplemente dieron un poquito. Entonces, esa es tan sola una manera amable para que Pablo diga, "Ustedes saben, por favor, esfuércense un poco. Si es una ofrenda apropiada, inclusive yo iré". Me gusta eso. Sean generosos, dice él. Al final del versículo 3 él dice, "Realmente me encantaría enviarlos con su generosidad, donativo. Es la palabra carous, su gracia. Su súper abundancia, su generosidad. Escuchen. Cuando ustedes den generosamente, tenemos tanto y Dios se identifica tanto con aquellos que están en necesidad. El dinero que viene, queremos darlo a aquellos que están en necesidad física, aquellos que están en necesidad espiritual para apoyar a aquellos que nos ministran y que no tienen otro apoyo, fuera del que les damos y después a su vez, toman sus fondos y también los diseminan. No sé usted, pero Dios me ha dado un nuevo sentido de responsabilidad hacia aquellos que no tienen nada o aquellos que tienen menos de lo que yo tengo. Escuchen. No podemos hacer algo menos que dar. Dios hizo el sol que da. Dios hizo la luna, da. Dios hizo las estrellas, dan. Dios hizo el aire, da. Dios hizo las nubes, dan lluvia. Dios hizo la tierra, da. Dios hizo los arboles, dan. Al mar, da. Dios hizo las flores, dan. Dios hizo a las bestias, dan. Dios hizo al hombre, ¿a caso él da? No siempre.
Que se ha dicho de nosotros lo que fue dicho por el Señor Jesús. Y cuando den, no dejen que su izquierda sepa lo que su derecha está haciendo. Hágalo en secreto y dejen que Dios lo recompense abiertamente. Escuchen. En el 125 después de Cristo, un filósofo llamado Arístides vio el cristianismo y esto es lo que dijo, "Son una gente impresionante". Él dijo, "Caminan en humildad y amabilidad y la falsedad no se encuentra entre ellos y se aman los unos a los otros". Él dijo, "No menosprecian a la viuda y no entristecen al huérfano. Aquel que tiene le distribuye generosamente al que no tiene. Si ven a un extraño, lo meten bajo su techo y se regocijan sobre él como si fuera su hermano, porque se llaman a sí mismos hermanos, no según la carne, sino según el Espíritu y en Dios. Pero cuando uno de sus pobres se va de este mundo, y alguno de ellos lo ve, entonces él provee para su sepultura conforme a su capacidad. Y si oyen que alguno de los suyos está encarcelado u oprimido por el nombre de su mesías, todos ellos proveen para sus necesidades. Y si es posible que él pueda ser librado, ellos lo libran. Y si hay entre ellos un hombre que es pobre y está necesitado y no tienen una abundancia de necesidad, ayunaran dos o tres días para que puedan proveerle al necesitado su alimento necesario".
¿No es eso maravilloso? No sé lo que Dios le dijo a usted esta mañana a nivel personal. Yo solo sé lo que las Escrituras dijeron. Compartí eso con usted. Espero que usted las tome y las aplique. Quiero que Dios me muestre, simplemente dónde tengo que hacer cambios en mi vida para dar de las riquezas que Él me ha dado.
Oremos. Gracias, Padre, por ser tan directo con nosotros. Quiero compartir Tu amor por los pobres y los necesitados y los oprimidos. Te doy gracias porque me has dado un patrón en Jesús quien fue rico pero se hizo pobre. Ayudame a ser fiel de mis riquezas a descender a la pobreza si es necesario para compartir con aquellos que tienen necesidad. En primer lugar, en la familia y después al extraño y al extranjero, a quien también Tú amas. Que sea así, que sea de tal manera que Tu Espíritu convence a cada corazón de una manera especifica. Que recordemos las palabras de Jesús, quien dijo, "Cuando hagas banquete, no llames a los ricos y a los famosos y a los importantes, sino sal y llama a los ciegos y a los cojos y a los mancos y a los pobres que no pueden devolverte lo que les has dado. Y después espera que Dios te lo devuelva". Padre, ayudanos a estar dispuestos a hacer eso, en el nombre de Cristo oramos. Amen.
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