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Si es tan amable en tomar su Biblia, para nuestro estudio esta mañana, y acompáñeme a 1 Corintios capítulo 16, 1 Corintios capítulo 16. Estamos llegando rápidamente al final de este libro maravilloso que hemos estado estudiando por unos dos años. Y es como decirle adiós a un amigo de mucho tiempo. No le diga adiós, sigua leyéndolo, es tan rico. Pero estamos llegando a esta mañana a los versículos 5 al 12. Ahora, cuando comencé a preparar mis pensamientos que darles a ustedes, leí a lo largo de estos versículos y, francamente, no fui muy bendecido. Realmente no decía mucho, inicialmente. Hay algunas Escrituras así que usted ve y dice, ¿qué es lo que puedo decir de esto?

Permítame leerte el texto. Siga desde el versículo 5: “Iré a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar. Y podrá ser que me quede con vosotros, o aún pase el invierno, para que vosotros me encaminéis a donde haya de ir. Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite. Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés; porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios. Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor, así como yo. Por tanto, nadie le tenga en poco, si no encaminadle en paz, para que venga a mí, porque le espero con los hermanos. Acerca del hermano Apolos, mucho le rogué que fuese a vosotros con los hermanos, más de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero irá cuando tenga oportunidad”.

Ahí está. Voy aquí, quizás vaya allá, y si él viene ahí, cuidaremos de él. Y si él no viene, pero que venga. Amén. Ahora, aquí es en donde usted prueba su ingenuidad al tratar con la Escritura. Y conforme comencé a leer esto y lo volví a leer, y lo volví a leer, y lo volví a leer y pensé en esto y traté de decir: “Ahora, ¿por qué el Señor incluye todo esto en este capítulo en particular? ¿Qué está tratando de decir?”. Y después, me di cuenta de que básicamente este texto está rodeado por una frase que es muy importante. Observe el versículo 58 del capítulo 15. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Ahora, ahí en el versículo 10 del capítulo 16, al otro lado de este pasaje: “Y si llega Timoteo, mirad que esté con vosotros con tranquilidad, porque él hace la obra del Señor, así como yo”. Y de pronto, supe de qué estaba hablando Pablo. Él está hablando, adivine usted, de la obra del Señor. Él está diciendo, siempre deben estar abundando en la obra del Señor, como yo y Timoteo. Y después, él procede a describir cómo lo estaba haciendo él. Voy aquí, voy allá y pensando en esto, y quizás haga esto y demás. Esto nos ayuda a entender cómo Pablo hacia la obra del Señor.

Ahora, descubrí conforme comencé a estudiar esto, por lo menos siete principios vitales para hacer la obra del Señor a la manera del Señor aquí en este pasaje. Y simplemente, me explotó. De hecho, estaba tan lleno de información que tuve que dividirlo en dos partes, una para hoy y una para la próxima vez. Es sorprendente, ¿no es cierto? Pero, es simplemente emocionante. Ahora, regrese al versículo 58. Él dice: “Siempre, deben estar”, eso significa, en todo momento, “trabajando de manera sobreabundante en la obra del Señor”. Literalmente, deben estar, simplemente, haciéndolo de manera excesiva. Cuando alguien se acerca usted y dice: “Escucha, estás haciendo demasiado”, entonces acá ve usted de comenzar a responder apropiadamente a 1 Corintios 15:58. Simplemente, hágalo demasiado, de manera excesiva.

Ahora, hacer la obra del Señor es algo vital. Dice usted: “Bueno, sí, ¿qué es la obra del Señor?”. Esa es una pregunta, y se responde de manera muy simple. Lo único que tiene que hacer es descubrir qué es la obra del Señor, y descubrir qué hizo el Señor cuando Él estuvo aquí. Y básicamente, eso se reduce a dos cosas. Número uno, Él evangelizó; y número dos, Él edificó. Lucas 19:10 dice: “El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido”. Eso es evangelismo. Y en Hechos capítulo 1, él dice: “Hasta que Él fue llevado al cielo, Él estaba hablándole a sus discípulos de las cosas acerca del reino”.

Entonces, por un lado, Él predicó el evangelio a la gente que no lo conocía. Por otro lado, Él enseñó a personas que lo conocían. Evangelismo y edificación. Esa es la obra del Señor. Ganar personas a Cristo y edificarlas en su entendimiento de la fe. Eso es lo que hizo Jesús cuando Él estuvo aquí. Él pasó parte de su ministerio durante esos tres años proclamando el Evangelio a las masas. Después de que Él terminó de hacer eso, Él regresó a la cuesta de la montaña con Sus discípulos. De tal manera que, por un lado, Él evangelizó; por otro lado, Él tomó a esos que creyeron y los edificó. Esa es la obra del Señor.

Ahora, quiero añadir que nunca se define en la Biblia como algo fácil. Siempre es visto como difícil. Incluso en las palabras que son usadas aquí, las palabras para labor en el versículo 58 y trabajo y demás, estas palabras tienen que ver con trabajo al punto de estar agotado, literalmente difícil, haciendo un trabajo duro. Hacer la obra del Señor es trabajo. G. Campbell Morgan dijo que: “Pablo tiene en mente el tipo de trabajo que tiene la sangre del sacrificio”. El tipo de trabajo que cansa y debilita a lo largo del proceso. Esto es esfuerzo. De hecho, se dijo de Epafrodito en Filipenses 2:30 que, “debido a la obra de Cristo, él estuvo cerca de la muerte”. El hombre literalmente trabajó hasta el punto de casi morir. Ahora, eso es siempre abundando en la obra del Señor. Eso es hacerlo de manera excesiva. Eso es realmente hacerlo. Eso es agotarse en la obra del Señor. Y, por cierto, cuando usted lo hace así, al final del versículo 58 dice: “vuestro trabajo no es – ¿en qué? – en vano". No será vacío. No será sin sentido. No será inútil. No será algo que no sea productivo. Va a importar, va a hacer una diferencia. Va a contar. Habrá algún fruto.

Sabe una cosa, hay muchas personas que trabajan y están muy ocupados en la iglesia, pero no estoy seguro de que están haciendo el trabajo del Señor de evangelización y edificación a la manera del Señor según los principios que veremos aquí. Hay gente que está ocupada sin producir fruto con frecuencia en el cristianismo, y puede ser porque lo están haciendo en la carne. Puede ser porque son demasiado flojos para hacerlo realmente bien. Puede ser porque realmente no están evangelizando o edificando; simplemente, están ocupados. Pero lo que Dios quiere que hagamos es trabajar duro, hacerlo de manera excesiva, en trabajo del Señor, a la manera del Señor. Y el Señor tiene guías muy claras, muy estrictas.

Ahora, me acuerdo cuando todos los edificios aquí en Grace estaban construyéndose. Cuando vine inicialmente aquí, tenía un edificio pequeño, aquí educativo y la capilla. Y desde ese entonces, todos estos edificios se han construido. Y he aprendido mucho acerca de la construcción, no sabía nada de esto, pero simplemente al ver, por lo menos aprendí algunas cosas básicas. Y esta fue la clave en relación a lo que quiero decirle esta mañana. Que usted tiene que construir según los planos, según el código, y tiene que pasar la inspección. En otras palabras, tiene que tener algunos planos; y así debe ser. Y después, tiene que ser como el código que la ciudad demanda y después, el inspector tiene que asegurarse de que todo está bien. Y sabe una cosa, cuando usted está haciendo la obra del Señor, tiene que hacerlo según el plan que el Espíritu de Dios establece, según el código de servicio que Dios ha establecido; y usted tiene que permitir que sea expuesto al inspector divino, quien le va a decir a usted si sirve o no.

Tenemos que hacer la obra del Señor a la manera del Señor para recibir el sello que afirma que es aprobado. Es fructífero. Esto es productivo. Y esa es la razón por la que 2 Timoteo 2:15 dice: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado. Como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la Palabra del Señor". Cuando el inspector viene y dice: "MacArthur, voy a revisar el trabajo que estás haciendo", no quiero avergonzarme. Entonces, quiero esforzarme por trabajar duro para mantenerme con los estándares, el código, para que el inspector diga que está bien. Eso es hacer la obra del Señor a la manera del Señor. Digo, cuando construimos, 1 Corintios 3, no quiero construir con madera, heno, hojarasca. Quiero construir con oro, plata y piedras preciosas, para que dure. Y algún día, cuando el que da testimonio venga en el tribunal de Cristo, dice en 2 Corintios 5:10 que el Señor en ese momento decidirá lo que es bueno o lo que es φαῦλος (phaulos), en griego significa sin valor. Hay muchos cristianos que van a estar ese día con el Señor, y su pequeña cosa que construyeron la va a quemar el fuego y no fue malo; simplemente, fue inútil. Simplemente, fue actividad sin productividad. Sin fruto, en vano.  

Escuche, hemos sido llamados a hacer la obra del Señor a la manera del Señor. Debe emocionarnos lo suficiente que se nos haya permitido hacer la obra del Señor. No sé cómo le impacta esto a usted, pero esto me emociona mucho. Digo, cómo se sentiría si el presidente Carter lo llamara y le dijera: "Hola, te habla Jimmy Carter. Me gustaría que fueras mi enviado personal especial, me gustaría que tomaras todos los mensajes que quiero darle a las personas correctas que necesitan recibirlos para el resto de tu vida. Esta es tu tarea". Sabe una cosa, usted difícilmente podría refrenar su orgullo.

Bueno, se da cuenta de que el Dios todopoderoso, el gobernante del cielo y de la tierra, ha dicho: “¿Te gustaría ser mi enviado personal, llevar mi mensaje a la gente alrededor del mundo mientras vivas?" Ese es un llamado aún más alto, ¿no es cierto? Como puede ver, la realidad increíble de esto es esta: que se nos ha dado una tarea que es simplemente sorprendente. Y no es el hombre lo que glorifica la tarea. Es la tarea lo que glorifica al hombre. "No hay honor", dijo William Barkley, "como el honor de un llamado alto". No hay una dignidad como la dignidad de una gran tarea.

Ahora, se nos ha dado la responsabilidad de hacer la obra del Señor, y queremos hacerla a la manera del Señor. Y entonces Pablo aquí, conforme habla un poco de lo que él está haciendo en la obra del Señor y lo que Timoteo está haciendo en la obra del Señor y lo que Apolos está haciendo en la obra del Señor, nos da lo que llamo siete principios para hacer la obra del Señor a la manera del Señor. Siete principios para hacer la obra del Señor a la manera del Señor. Y hombre, son tan prácticos estos principios. Este va a ser un mensaje tipo exhortación, así que prepárense. Pónganse cómodo, quizá le pegue a usted.

Punto número uno, el que hace la obra del Señor, el que hace la obra del Señor a la manera del Señor, en primer lugar, debe tener una visión para el futuro. Él debe tener una visión para el futuro. Ahora, realmente creo que esto es importante. Cualquier persona que realmente está concentrada en la obra del Señor, digo, cualquier persona que realmente está concentrada en esto, que realmente está comprometido con esto, que realmente está entregado a esto, va a descubrir que debido a que su corazón está tan motivado y debido a que su amor lo consume tanto, va a ver que necesita que ni siquiera lo ha tocado aún.

Siempre va a estar planeando cómo llegar a eso. Tiene que ver hacia adelante. Tiene que tener visión en su corazón. Tiene que estar trabajando ahora, pero tiene que estar trabajando por adelantado, en lo que no está siendo hecho. Él nunca está satisfecho con lo que está siendo hecho. Él solo puede ver lo que no está siendo hecho. Él está planeando por adelantado. Él está buscando nuevos mundos que conquistar. Él está enfrentando la realidad de la oportunidad que no ha sido satisfecha. Él está esperando a nuevas puertas que se abran. Él está planeando y realizando una estrategia y presentando un plan, un plan de ataque para el futuro. Ese era Pablo.

Dice usted: "¿Está eso en el pasaje?" Sí, vea el versículo 5. Ahora él dice: “Vendré a vosotros cuando haya pasado por Macedonia”. ¿Por qué pasó por Macedonia? Ahora, permítanme darle algo de trasfondo. Primera de Corintios fue escrita por Pablo al final de una estancia de tres años en la ciudad de Éfeso. Pablo tomó 1 Corintios después de que la había escrito, se la entregó a Timoteo, y envió a Timoteo con ella. Ahora, originalmente según 2 Corintios capítulo 1 versículos 15 y 16, originalmente Pablo había planeado seguir a Timoteo; poco después de que Timoteo se fue, Pablo iba a irse e iba a ir a Corinto, después a Macedonia y después, de regreso a Corinto. Tenía un plan.

Pero ahora, conforme él escribe aquí, claro en 2 Corintios, él está reflexionando en su plan original, y aquí él dice, he cambiado mi plan: "Voy a venir a vosotros cuando haya pasado por Macedonia". Entonces, en lugar de Corinto, Macedonia, Corinto; va a ser directo a Macedonia, después a Corinto, y después, voy a regresar a Jerusalén. Entonces, él había estado trabajando en este plan. Y tenía que cambiarlo de vez en cuando, pero básicamente, él había hecho un plan para el futuro. Él dice, estoy por venir.

De regreso en 1 Corintios, capítulo 4, versículo 18, él dice, "Algunos de ustedes están envanecidos como si no fuera a venir a vosotros, pero vendré a vosotros en poco tiempo si el Señor quiere". Entonces, él está planeando venir. ¿Por qué? Hombre, escuche, la iglesia corintia estaba en el centro del paganismo. La iglesia corintia tiene problemas por todos lados. La iglesia corintia está en una situación desesperada. Y Pablo dice, miren, tengo que venir para estar con ustedes. Y voy a tener que hacer eso en el futuro, incluso estoy planeando; observe el verso 6: "Pasar el invierno con vosotros y que me den algo de provisión para que a dondequiera que vaya a partir de ahí, mis necesidades sean satisfechas". Me voy a quedar. Ustedes tienen algunas necesidades.

Ahora, quiero que extraigan de esa idea entera que no son todas las variantes históricas. Sólo quiero que sepan que Pablo estaba planeando por adelantado. Él estaba pensando en el futuro. Él estaba ocupado en Éfeso, y digo, las cosas estaban ocupadas en Éfeso, las cosas estaban pasando ahí. Dios estaba operando. La gente se estaba salvando. Los santos estaban creciendo. Había una energía tremenda siendo mostrada ahí, y en todo ese tiempo estaba totalmente perdido en el trabajo en Éfeso. Él pudo también tener una visión para lo que él necesitaba hacer en Corinto, en Macedonia, de regreso en Corinto, y hasta Jerusalén. ¡Qué mente! ¡Qué estratega! Como un explorador que está en la cumbre de una montaña, viendo el territorio no ha sido conquistado. Pablo está viendo lo que tiene que ser hecho. Realmente pienso que cualquier persona que hace la obra del Señor a la manera del Señor es alguien con un sentido de visión que puede analizar lo que no está siendo hecho y hacer una estrategia para hacerlo. Tiene que ser así.

Sabe una cosa, usted no solo puede estar ahí cegado concentrado en su pequeño asunto aquí. Usted no solo puede decir, bueno, todo está siendo hecho de manera correcta aquí. ¿No es maravilloso? Tiene que ver más allá de eso y ver lo que no está siendo hecho. Y Pablo tenía planes. Así era él. Un escritor dijo: "Pablo estaba espantado por las regiones que estaban más allá de él. Él nunca vio un barco ahí anclado, sino que él deseaba abordarlo para llevar el mensaje de las buenas nuevas a la gente que estaba del otro lado del mar. Él nunca vio una cordillera montañosa, y azul a la distancia, sino que él quería cruzarla para edificar a los santos". Es correcto. Digo, Pablo tuvo una visión. Él siempre vio un mundo que aún no había sido alcanzado. Él nunca podía estar satisfecho con lo que estaba pasando en donde estaba. Él tuvo esta gran visión para lo que no se estaba siendo hecho.

Vea conmigo por un minuto Romanos 15, y usted va a ver una perspectiva interesante de esto aquí en el corazón de Pablo. En Romanos 15:24, Pablo dice a los Romanos: "Cuando tome mi viaje a España, iré a vosotros". Ahora, eso es interesante. Después, en el versículo 28, Romanos 15:28: "Cuando, por tanto, haya hecho esto y haya sellado a ellos este fruto, vendré a vosotros a España". Ahora, Pablo tiene a España en su cerebro. ¿Por qué?

Porque nadie jamás había estado ahí. No había sido alcanzado. Y España era un rayo de gloria en este entonces. España había sido conquistada por el Imperio Romano. Los caminos romanos todavía están ahí. Usted puede ver partes de ellos en España en la actualidad. Algo de la arquitectura romana antigua todavía está ahí y puede verla en la actualidad todavía y España era un rayo de gloria. Y algunos de los más grandes poetas, y escritores y oradores estaban viviendo en España. Y uno de los más grandes de todos los romanos que jamás habían vivido, el tutor de Nerón, el primer ministro del imperio romano, el gran filósofo estoico Séneca, fue el hombre clave en España. Y Pablo estaba viendo esta oportunidad fantástica, y entonces, en su corazón y en su mente estaba España. Y conforme él escribió, él estaba escribiendo de Corinto. Él estaba ocupado en Corinto. Él estaba trabajando en Corinto y él iba a ir a Roma y él iba a hacer algo de cosas ahí, pero España estaba ahí en esta visión.

Y como puede ver, él pudo entregarse a una tarea y al mismo tiempo, tener una visión para el futuro. Ahora, esto es parte de hacer la obra del Señor a la manera del Señor. Usted nunca puede enfrascarse, y cegarse y pensar que todo lo tiene ahí frente a usted. Le voy a decir una cosa, una de las frustraciones del ministerio es el sentido de que usted nunca termina la obra. No importa lo que usted haga, siempre hay algo que no está siendo hecho. Una visión para el futuro. Ahora, creo que es importante que cuando ve el futuro, tiene que comenzar a pensar lo que necesita ser hecho y cómo puede ser hecho, para que usted esté listo cuando Dios quiera darle la oportunidad. Sabe una cosa, hay algunas personas que dicen: "Bueno, ciertamente hay mucho que hacer en el futuro", pero no están haciendo absolutamente nada en el presente para prepararse.

Escuche, Nehemías, él no se acercó al rey y dijo, me gustaría un ministerio. ¿Podría por favor encontrarme algo que hacer con mi pueblo? Él dijo, mire, mi pueblo tiene un problema. Necesitan que su ciudad sea reconstruida, su muro sea reconstruido. Quiero hacerlo. Sé cómo hacerlo. Lo he planeado. Tengo una estrategia. Estoy esperando. Lo único que quiero es permiso. ¿Lo ve? ¿Y qué pasó? El rey apretó el botón de lanzamiento y envió a Nehemías, y él estaba listo para ir, y él hizo el trabajo.

Escuche, si va a tener una visión para el futuro, entonces tiene que preparar una estrategia en el presente para que el futuro se haga realidad si Dios aprieta el botón. Y me temo que la razón por la que algunas personas nunca son enviadas al ministerio y siguen que están buscando y esperando es porque no han hecho nada en el presente ni para planear para ello o para mostrar que son dignos de hacerlo. Entonces, realmente creo que, en el presente, debemos mostrar que somos útiles y tenemos que estar planeando para que estemos listos cuando se apriete el botón para ser lanzados.

Pienso en William Carey. William Carey, el gran pionero de las misiones modernas, hacía zapatos en Inglaterra. ¿Pero sabe usted lo que hizo mientras que él hacía zapatos? Ahí frente a él, diariamente, estaba un mapa del mundo. Y él lloraba por él, y oraba por él, y planeaba por él, y preparaba una estrategia por él. Y un día Dios apretó el botón de lanzamiento y dijo te vas del negocio de zapatos, William Carey. Y él aterrizó en la India, y él abrió India al evangelio para todo misionero que ha ido desde ese entonces. Y Dios usó a un hombre que fue un hombre fiel en el presente, que mostró que era un hombre capaz, y fue un hombre que tuvo una visión para el futuro. Y él planeó y cuando vino el tiempo, él estuvo listo. Vital.

Me temo que hay algunas personas incluso en el seminario, algunos jóvenes en el seminario, simplemente, están metidos en la rutina del seminario tratando de sacar sus calificaciones. No están involucrados en un ministerio eficaz dinámico ahora, entonces no están probando que son fieles para uno futuro. Y no están planeando una estrategia para nada en el futuro y cuando salgan de la escuela, realmente no tienen nada que hacer, porque no se han preparado para hacer nada mediante la fidelidad, y no han planeado hacer nada, al evaluar la necesidad y establecer una estrategia. Tiene que estar listo. ¿Usted piensa que Dios va a mandarlo a usted sin que sea fiel y haya planeado nada? No. Cuando Dios quiere a alguien que haga un trabajo, Dios quiere a alguien que está listo para hacerlo, que ha probado estar listo y tiene un plan para hacerlo.

Usted sabe todo el tiempo mientras que yo estaba trabajando para el Seminario Talbot - simplemente para darle una ilustración personal- todo el tiempo que estuve involucrado en predicar por todo el país, estaba planeando cómo pastorearía una iglesia cuando Dios me diera la oportunidad. Entonces, para cuando el Señor abrió la oportunidad en Grace, sabía exactamente lo que Dios quería que hiciera aquí. Ahora, ha habido algunos cambios y algo que crecer y desarrollar, pero esos fueron los años cuando estaba yo planeando lo que iba a hacer, para que cuando la puerta se abriera, estuviera listo para hacerlo.

Como puede ver, prepararse para el servicio no es cuestión de aprender algunos hechos de la Biblia y esperar a que Dios lo tire a usted como si fuera un gurú del cielo y lo coloque a usted en la situación perfecta y diga:" Ve". ¿Se da cuenta? Es cuestión de que usted sea fiel en el presente, de que usted trabaje duro en el presente, de que esté involucrado en la obra del Señor en el presente, y que tenga usted un plan para que cuando el día venga y la puerta se abra, usted esté listo para ir. Dios mucho tiempo antes había quebrantado el corazón de William Carey por la India. Dios mucho tiempo antes le había dado un plan, y Dios le dio una oportunidad de ir con el plan que ya ardía en su corazón.

¿Qué está planeando hacer usted? ¿Dónde está su visión? ¿A dónde ve usted hacia delante? Hay un mundo entero sin Dios. ¿Qué ve usted? ¿Dónde está su parte? ¿Qué está planeando? ¿Cuál es su estrategia para alcanzar a alguien, para desarrollar su don, para usar su ministerio para alcanzar a alguien? Si usted simplemente flota de día en día diciendo: "Bueno, sólo estoy esperando aquí para que Dios me dé algo que hacer". No, usted nunca lo va a hacer. Si usted hace la obra del Señor a la manera del Señor, debe tener una visión para el futuro.

Veamos el segundo punto. El que hace la obra del Señor a la manera del Señor no sólo tiene visión de futuro –me encanta esto– sino que él tiene un sentido de la flexibilidad. ¿Sabe una cosa? El futuro quizá no se lleve a cabo como usted pensó que saldría. Entonces, debe ser flexible. Esto es tan bueno. Usted tiene algunas personas que dicen: "Bueno, sé exactamente lo que Dios quiere que haga. Tengo el don de A, y tengo además de B, y obviamente tengo los talentos de C. Por lo tanto, eso equivale a que voy a hacer esto. Y hasta que esto salga, ciertamente, no voy a ir a ese lugar y no voy a hacer eso. Eso no es exactamente lo que encaja conmigo". ¡Oh, qué pena por eso! Eso es malo. ¿Lo ve? Cuando usted se ha convencido en su propia mente de que usted va a hacer esto, acaba de eliminar un gran elemento del servicio cristiano: hacer la obra del Señor a la manera del Señor demanda un sentido de flexibilidad.

Veamos el texto de nuevo. Estamos en 1 Corintios 16 viendo el versículo 7. Bueno, regresemos al versículo 6. Él dice: "Podría ser que me quedaré por el invierno con vosotros para que me lleven en mi viaje adondequiera que vaya. Pero no los veré ahora por cierto, pero espero quedarme un rato con vosotros si –¿qué?– el Señor permite". ¿No es esa una especie de lo que usted podría llamar gloriosamente actitud no establecida? Pablo es un aventurero. Él dice, bueno, creo que voy a ir a estar con ustedes. Creo que quizás me quede para el invierno, y cuando haya terminado ahí, quizás vaya a otro lugar. Pero no estoy muy seguro, pero me voy a quedar, si el Señor permite. Me gusta eso. Tengo todos estos planes maravillosos, pero aquí en mi mente también estoy consciente que no debo ser demasiado firme, hermano; Dios puede cambiarte ahí a la mitad. Eso es algo vital. Si el Señor permite.

Sabe una cosa, los corintios no fueron muy amables con Pablo. Lo acusaron a Pablo de ser inestable, en 2 Corintios capítulo 1, de hecho, lo acusaron de ser inestable. Dice en el versículo 15: "Bueno, iba a venir a vosotros", y versículo 16: "Iba a venir a ustedes a Macedonia, y después de Macedonia, de regreso a ustedes, y después camino a Jerusalén y a Judea". Bueno, él dice en el versículo 17: "Cuando, por lo tanto, yo lo planeé, use ligereza". En otras palabras, cuando mi plan siguió cambiando y tenía este plan, ¿estaba siendo frívolo o superficial o inestable? No, dice: "Las cosas que yo determino, lo determino según la carne, para que conmigo sea sí, sí, y no, no". Digo, yo tengo que hacer lo mejor que puedo con lo que tengo y estar listo para cambiar de parecer. Eso es todo. Hombre, esa es la aventura del ministerio.

Y sabe una cosa, a veces yo podría decir: "Debemos hacer esto y vamos a hacer aquello", y tres meses después, me pongo de pie y digo: "No vamos a hacer eso". Y esa es la aventura de todo. Bueno, cuando la aventura se vaya desarrollando, yo me voy desarrollando. Me encanta esa parte de eso. Y entonces, él dice: "Si el Señor lo permite". Escuche, él había aprendido su lección.

Observe Hechos 16. Él tenía un plan. ¿Lo ve? Él había estado en Frigia y Galacia; y él estaba diciendo a las personas, ahora miren hombres, vamos a Asia Menor. Vamos a llegar a Asia Menor; un área crítica. Vamos a llegar a Éfeso, Laodicea, Pérgamo, Esmirna, Tiatira, etcétera, Sardis. Vamos a llegar a Asia Menor para Dios. Tenemos esta gran estrategia. Estoy seguro de que él lo había planeado todo. Y en el 6, él dice, Hechos 16:6: "Ahora, cuando ellos habían pasado por Frigia y a la región de Galacia, el Espíritu Santo les prohibió predicar la palabra en Asia Menor". Oh, pero lo planeamos, Señor. Esa es nuestra estrategia. No, el Espíritu Santo dice: "Se te prohíbe". Ahora, sé cómo es que el Espíritu Santo los detuvo, pero lo hizo.

Versículo 7, entonces dijeron, bueno debe ser que, si no podemos ir al sur, debemos ir al norte. "Vamos a Bitinia". Aquí vamos. Y el final del versículo 7: "Pero el Espíritu no se los permitió". Oh muy bien, entonces no podemos ir al este, hemos estado ahí. No podemos ir al sur, Él no nos deja. No podemos ir al norte, Él no nos deja. Sólo hay un camino por dónde ir, vayamos, adelante. Al oeste, a más de 300 kilómetros, siguieron caminando al oeste. ¿Piensa usted que sabían a dónde iban? No, pero sabían que era el único lugar al que podían ir. Pudieron haber dicho, bueno, debemos regresar a Antioquía para más preparación. No, no. No necesitaban más educación, no necesitaban regresar y sacar su doctorado. Solo necesitaban seguir. Seguir moviéndose. La puerta está allí en algún lugar. Entonces, siguieron caminando y llegaron a Troas y tuvieron una visión de noche y un hombre de Macedonia dijo: vengan a Macedonia. El versículo 10 dice: "Después de que él había visto la visión, inmediatamente nos esforzamos por ir a Macedonia, estando ciertos de que el Señor nos había llamado a predicar el evangelio a ellos". ¿No es eso maravilloso? ¡Qué flexibilidad! Tenían sus planes. Sus planes fueron alterados, pero siguieron moviéndose.

No sé si usted en algún momento ha tratado de voltear un camión Mack que está parado. Es muy difícil mover el volante. Pero una vez que se mueve, Dios lo puede mover. Dios lo puede mover. Y entonces, fueron flexibles. ¿Sabe usted algo interesante? ¿Sabía usted que toda su vida David Livingston tenía en su corazón el ir como misionero a China? ¿Sabía usted eso? David Livingston toda su vida quería ir a China. David Livingston estuvo decepcionado toda su vida porque él nunca llegó ahí, pero un día, Dios apretó el botón de lanzamiento y él terminó ¿en dónde? En África. Y David Livingston hizo por África lo que William Carey hizo para la India. Él abrió a los misioneros que han estado ahí desde ese entonces. Flexibilidad. Usted ve la necesidad y la puerta está abierta; y usted es un corazón preparado y usted tiene un plan, Dios puede lanzarlo a un área en la que usted nunca soñó que era posible.

Siempre pienso en la historia de Marty Wolfe que puse en ese pequeño libro La voluntad de Dios. Marty y yo solíamos ir juntos a la escuela cuando estaba en el seminario. Y Marty era un hombre tan amable. Y Marty quería estar en el servicio del Señor. Y Marty sabía que él iba a ser un misionero. Él simplemente sabía eso en su corazón. Él simplemente se preparó. Él tuvo una estrategia. Él planeó, hombre. Él, simplemente, él siempre estuvo con eso. Él siempre estuvo en un ministerio todo el tiempo dando testimonio a la gente. Él solía arrastrarme a las casas de los rabinos para confrontarlos. Y solíamos tener un gran tiempo, me entiende. Y solíamos pegarle a sus Talmuds y todo. Simplemente, tuvimos un gran tiempo.  Y yo le pagaba la edición de Scofield, usted sabe, y ahí estábamos.

Pero, bueno, Marty y yo teníamos esta gran comunión. Y Marty solía decirme: "John, ¿En dónde crees que Dios me quiere? ¿En dónde crees que Dios me quiere ministrando?" Y yo le dije: “Bueno Marty, ¿en dónde quieres ministrar?” "Oh", dijo él: "He estado en Francia, he vivido en París. Podría alcanzar a esos judíos que hablan francés para Cristo". Y le dije: “maravilloso Marty, simplemente haz eso. Simplemente, ve ahí.” Oh, eso estaba en su corazón. Entonces, él se unió a una organización misionera, la Unión Cristiana Bíblica se llamaba, y fue a Francia. Y nunca lo olvidaré. Colocamos una placa en nuestra iglesia que decía: "Marty Wolfe va a Francia", y fue emocionante. Y Dios realmente honró a ese hombre. Hoy está sirviendo a Cristo en Canadá. Flexibilidad. ¿Sabe usted en dónde está en Canadá? Montreal, trabajando con judíos que hablan francés. Una ciudad diferente.

Como puede ver, eso es lo que Dios busca. Dios está buscando un corazón dispuesto, un corazón preparado, un corazón con una visión que tiene algo de flexibilidad para ir donde el Espíritu lo dirige. Por cierto, Dios ha bendecido su ministerio inmensamente. Entonces, el siervo del Señor, haciendo la obra del Señor a la manera del Señor, debe tener una visión para el futuro y flexibilidad.

Tercer punto, uno que hace la obra del Señor a la manera del Señor, esto es importante, no debe ser superficial. No debe ser superficial. Versículo 6: “Podría ser que me quedaré". Observe, él quiere quedarse. "Sí, y en el invierno con vosotros". Y, por cierto, Pablo se quedó en el invierno con ellos. Sin duda, él escribió 1 Corintios en la primavera, se quedó en Éfeso hasta junio, y después, él siguió para estar con los corintios y pasó el invierno ahí, la gran parte de los tres meses ahí. Él dice, quiero quedarme.

Versículo 7: "Confío quedarme un poco de tiempo con ustedes". No quiero verlos, por cierto. No quiero solo mover la mano mientras estoy pasando. Quiero quedarme. Quiero estar ahí un rato. ¿Por qué? Porque él tenía un compromiso con ser detallado en el ministerio. Él no estaba interesado en la superficialidad. Cuando él vio la situación corintia y él vio la necesidad ahí, lo único que él podía hacer era comprometerse con un involucramiento a largo plazo.

Por cierto, esto se remonta a la comisión del Señor que Él nos dio en Mateo 28 cuando Él dijo: "Id por todo el mundo y haced discípulos, bautizándolos y enseñándoles que guarden todas las cosas que yo os mando". Escuche, usted no puede enseñarle a alguien a observar, a guardar todas las cosas que Dios les ha mandado sin invertir su vida en ellos. No puede hacerlo superficialmente. Usted no puede repartir tratados e irse. Hay más que eso. Hacer la obra del Señor a la manera del Señor no es superficialidad; es ser minucioso.

Ahora, la intención de Pablo no era detenerse rápidamente. Él no quería saludar de paso. Él sabía que las necesidades eran grandes como se evidenciaron por el contenido de esta epístola. Él sabía que las cargas eran grandes y él dijo, quiero quedarme ahí. Él había pasado 18 meses la primera vez; él quería pasar por lo menos otro invierno ahí. En Éfeso, él había pasado tres años ministrando ahí. Él fue a Galacia en el primer viaje misionero. Él fue a Galacia en el segundo viaje misionero. Él fue a Galacia en el tercer viaje misionero. ¿Por qué? Porque él quería un trabajo minucioso en Galacia. Él era minucioso. Esto es tan importante. Creo que cualquier persona que hace la obra del Señor, a la manera del Señor, según el plan, según el código, y que quiere ser aprobado por el inspector, va a hacerlo de una manera minuciosa.

Y quiero decirle, esa es la razón por la que estoy en el pastorado, porque ahí es en donde yo creo que puedo hacer eso. Usted sabe, cuando solía viajar; predicaba 35 a 40 veces al mes por dos y medio años antes de que vine a Grace, simplemente viajando por todos lados, predicando, predicando, predicando. Y usted sabe, llegaba por uno o dos días o tres, cuatro días en la mayoría de los casos, y me iba y estaba fuera, y tenía este sentido terrible de frustración, usted sabe. Normalmente, cuando usted va para una serie especial, quieren cierto tema, como profecía, o algo evangelístico, una serie del Espíritu Santo, o algo de mundanalidad, y el pecado, y el sexo, y materialismo y todo eso.

Y usted simplemente va por todos lados con lo mismo. Y usted entiende. El evangelista típico con 25 sermones y 25 trajes que sigue moviéndose. Y usted sabe, esa en cierta manera era mi vida viajando. ¿Y sabe una cosa? Y todo el tiempo, mientras estaba pasando eso en mi vida, estaba frustrado, porque yo estaba diciendo: "Pero realmente no estoy haciendo nada que tiene profundidad". Y después, Grace vino a mi vida y fui muy afortunado. Prediqué aquí una vez, ya habían tenido dos pastores, dos hombres maravillosos que murieron de un ataque al corazón. Y dijeron mira, no nos importa si es bueno, sólo que sea joven. Y entonces, usted sabe, aquí estoy y el Señor cumplió ese deseo en mi corazón, estar aquí para hacer algo minucioso que no era superficial y Dios ha bendecido eso.

Y creo que esa es la única manera de hacer la obra del Señor, hacer un compromiso con hacerlo. Observe Colosenses 1:27 y 28. Dice en Colosenses 1:27, hablando de Pablo: "A quien Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria del misterio entre vosotros gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria". En otras palabras, Pablo fue el ministro del misterio. Su mensaje fue Cristo en vosotros. Y él dice: "Cristo, a quien predicamos". Ahora observe, aquí está la clave, “amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar a todo hombre perfecto en Cristo". Ahora, eso es increíble. Pablo dice miren, queremos enseñarle a todo mundo, todo, todo el tiempo para que todos sean maduros. Ahora, eso es un compromiso con ser minucioso, ¿verdad? Ser minucioso. Detallado. Y realmente tomo esto en serio. Si usted no está dispuesto a comprometerse con ser minucioso en el ministerio, usted va a hacer un cortocircuito en su eficacia. La obra del Señor, hecha a la manera del Señor, no será en vano cuando es hecha de manera detallada.

En Efesios 4:13, dice que el Señor ha dado evangelistas y pastores a la iglesia para llevar al cuerpo "a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo", para edificar a los santos para que lleguen a la madurez real. Y esa es la razón por la que Pablo le dijo a los Efesios: "No he dejado de declararos todo el consejo de Dios", Hechos 20:27. Digo, se los dije todo, porque quiero que todo mundo entienda todo para que pueda llegar a la madurez. Si usted va a hacer la obra del Señor a la manera del Señor, sea detallado, sea minucioso. Jesús dijo en Juan 17 al Padre, Él dijo: "Padre, tú me diste la obra que hacer, y lo he hecho, y les di Tu palabra, y la recibieron, y están listos para hacerlos por si solos ahora, y puedo regresar a ti". Jesús fue minucioso. Le tomó tres años, pero lo hizo. Pablo fue minucioso. Hacer la obra del Señor, a la manera del Señor, demanda ser minucioso. Dar un testimonio completo, Pablo dice en Hechos 20: "Di testimonio del evangelio". Él usa διαμαρτύρομαι (diamarturomai). Él dio un testimonio completo. Minucioso. Siempre fue su manera hacerlo así.

Escuche, si usted se está preparando para un servicio, si usted está en el servicio a Cristo. Y, por cierto, todos nosotros, todos somos Sus emisarios y embajadores. Debemos estarlo haciendo de manera minuciosa. Debemos hacerlo de manera excelente. Debemos hacerlo al límite de nuestra capacidad. Usted nunca debe enseñar una lección con la que usted no ha hecho un compromiso total para que sea excelente y sea minuciosa. Usted nunca debe salir a ministrar a alguien a menos que esté dispuesto a hacer un compromiso con ser minucioso con esa persona. Y entonces, su labor no será en vano. Entonces, hacer la obra del Señor a la manera del Señor, involucra una visión para el futuro, un sentido de flexibilidad y un trabajo que no es superficial.

En cuarto lugar, y únicamente vamos a cubrir solo la primera parte de este punto, y vamos a retomarlo la próxima vez y terminar.  El que hace la obra del Señor a la manera del Señor, y me encanta esto, debe tener un compromiso con el servicio presente, el servicio presente. Y con eso quiero decir esto: Usted no sólo puede ser alguien que planea; debe ser alguien que hace. Usted debe estar haciéndolo ahora para que Dios incluso quiera usarlo en el futuro. Hay muchos soñadores que están planeando lo que harán y muchos menos hacedores que están haciendo lo que pueden hacer. Hay muchos soñadores. Yo sé, cuando usted se sienta en el seminario, usted dice, oh, cuando salga, esto es lo que voy a hacer. Esto es lo que voy a hacer. Y después, voy a hacer esto. Y voy a tener este gran ministerio, y esto y esto va a pasar. Y después, la pregunta que viene resonando del apóstol Pablo es: oh, eso es muy interesante, ¿qué estás haciendo ahora? Porque ahora es el momento de prueba. Ahora es el momento en el que estás siendo probado.

Nunca olvidaré hablar con un alumno de seminario que se iba a graduar en un mes, él me dijo: "Acabé cuatro años de seminario. Tengo toda esta preparación en mi cabeza". Él dice, "Voy a salir a pastorear una iglesia, John", él dice: "No tengo idea lo que piden de mí". Hombre, si usted piensa que eso es malo para él, imagínese a esa pobre gente. Sabe una cosa, digo, usted no solo va a caer del cielo en esta congregación con todas las respuestas. Usted tiene que ser alguien que ha sido probado. ¿Y usted sabe lo que pasa a personas que nos escriben? Recibimos cartas casi cada día de la semana, estoy seguro que casi cada día, de iglesias y organizaciones que quieren que recomendemos a personas para el ministerio y siempre dicen lo mismo. Queremos a alguien que ha probado ser eficaz. Y no los culpo. Dios es igual. Dios es igual. Usted nunca le da a un novato un lugar estratégico de ministerio. Esa es la razón por la que es vital que alguien que está planeando para el futuro también tenga un compromiso con el presente.

Algunas veces, es difícil mantener ese equilibrio. Usted sabe, tiene que entregarse al presente y ser diligente y fiel y trabajar duro y estar absolutamente comprometido; y al mismo tiempo, sentir cómo lo jala a usted lo que no se está siendo hecho. Y usted tiene que mantener esa tensión. Una vez que usted sale del presente a favor del futuro, se acabó. El momento de prueba se acabó. Y una vez que usted está perdido en el presente y usted pierde el futuro, entonces ha perdido la visión. Tiene que tener la tensión.

Observe el versículo 8, esto es tan bueno. Pablo dice: “Oh, tengo estos planes. Voy aquí, voy allá, voy aquí, y demás”. Y después en el versículo 8, él dice: "Pero me voy a quedar en Éfeso hasta Pentecostés". ¿Por qué, Pablo? “Porque la puerta está abierta". Él dice en el versículo 9: "Tengo un ministerio aquí. No quiero dejar esto". Hombre, aquí hay un hombre que no solo podía planear para el futuro, pero realmente lo podía hacer en el presente. Sus grandes planes para las otras iglesias tenían que esperar hasta Pentecostés. Él tenía algo de trabajo que hacer. Él podía planear para el futuro, y al mismo tiempo entregar toda su energía en el presente. Ese es, ese es el hombre haciendo la obra del Señor a la manera del Señor.

Mike McKellup y yo estábamos hablando el otro día acerca de esto, y le pregunté a Mike si podía compartir esto con ustedes. Mike está con nosotros esta mañana. A Mike le hicieron una operación en su cerebro para un tumor de cerebro que no podían operar, y le dijeron a Mike que tenía unos, ¿qué? Seis meses a dos años o algo así, quizás, para vivir. Y a Mike solo le quedan ocho unidades para terminar el seminario. Y sé que Mike ha planeado a lo largo del seminario porque lo he oído de sus amigos, y él incluso ha compartido conmigo que él quiere estar en el pastorado. Él quiere pastorear una iglesia. Él tiene esta visión. Él tiene estos planes.

Pero le voy a decir algo maravilloso de Mike, nunca he conocido a Mike como alguien que solo planea y no hace algo. Mientras todo el tiempo que he conocido a Mike, él ha estado hasta el cuello en el ministerio. De hecho, Mike, cuando lo conocí por primera vez, él estaba comenzando unos estudios bíblicos en la universidad de UCLA. Él no tenía ninguna organización ni nada; simplemente era Mike. Y él comenzó unos estudios bíblicos. Y crecieron, y crecieron, y crecieron, y fueron estudios bíblicos en el dormitorio, y Dios comenzó a llevar a cabo su obra. Él comenzó a discipular a personas. Algunas de las personas que él discipuló ahora están a cargo de esos ministerios ahí. Otros, en el seminario. Esto ha estado pasando toda su vida.

Y estábamos hablando del hecho de que, si el Señor lo lleva a casa en seis meses, él no va a llegar a casa y decir: "Pero estaba planeándolo todo. Estaba planeándolo todo". Él puede ir a casa y decir: "Pero estaba haciendo. Estaba haciéndolo". Tiene que estar ahí. Sabe una cosa, es maravilloso ser un misionero, pero tiene que hacerlo, hombre. Quizá, no haya tiempo para su visión. No sé. Digo, no espere que Dios lo coloque a usted en una situación perfecta en el futuro, a menos de que usted realmente esté haciendo algo que está mostrando su fidelidad en el presente. Eso es vital.

Pienso en Esteban y Felipe. ¿Sabe usted cómo comenzaron? Eran meseros. Es correcto. Los apóstoles dijeron, miren, no podemos servir cena y también estudiar la Biblia, Hechos 6. Entonces, van a tener que escoger algunos meseros. Consíganse algunos hombres que puedan servir la comida. Queremos el tipo correcto de meseros. ¿Cuáles son sus requisitos? Bueno, deben ser capaces de llevar dos platos en una mano sin caerse. No. ¿Cuáles son sus requisitos? Queremos hombres llenos de fe, llenos del Espíritu Santo, llenos de sabiduría, requisitos sorprendentes para los meseros. Y entonces, escogieron a unos cuantos hombres muy buenos; dos de los mejores fueron Esteban y Felipe. ¿Alguna vez han oído de ellos? ¿Sabe una cosa? Comenzaron como meseros y fueron meseros fieles y Dios los hizo evangelistas. Eso es lo que Dios está haciendo.

Como puede ver Pablo dice, oiga, tengo muchos grandes planes, pero esos planes jamás me van a hacer perder la perspectiva del ahora. Y ahí es donde entrego mi vida - ahora. Entonces, si usted va a hacer la obra del Señor a la manera del Señor, eso significa que usted debe tener una visión para el futuro. Usted debe tener un sentido de flexibilidad. Usted va a tener que tener un trabajo que no es superficial, y va a tener que tener un compromiso con un servicio presente, un ministerio actual que es fructífero y eficaz. Y después, cuando el tiempo viene para que Dios lo lance a usted, lo arroje a ese futuro, usted va a estar listo, usted va a ser probado, y usted habrá trabajado a lo largo de los principios que van a operar en esa nueva dimensión de ministerio. Que siempre estemos abundando en la obra del Señor, y hagámoslo de tal manera que no sea en vano, sino que sea para Su gloria. Eso significa cada uno de nosotros, sean cuales sean nuestros dones, y capacidades y llamados. Bueno, oremos.

Señor, es tan bueno ser refrescados de nuevo en el testimonio y el patrón que vemos en la vida de este hombre, Pablo. ¡Qué siervo tan fiel! Padre, haznos más como Pablo, quien fue como Jesús. Ayúdanos a trabajar en la obra del Señor, a la manera del Señor. Ayúdanos a hacerlo a la manera en la que Tú quieres que sea hecho. Ayúdanos a estar totalmente entregados, totalmente comprometidos con ello. Ayúdanos a ser como Epafrodito, a trabajar tan duro que si es necesario sea hasta el punto de la muerte, si eso es lo que Tú pides, que seamos diligentes, que procuremos con diligencia ser aprobados para ti, obreros que no tienen de qué avergonzarse. Úsanos, Padre, para hacer Tu trabajo a Tu manera para que Tú recibas toda la gloria. Amén.

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