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Queremos continuar en nuestro estudio esta mañana de 1 Corintios, capítulo 16, versículos 5 al 12; 1 Corintios capítulo 16, versículos 5 al 12. Cuando era un niño pequeño, crecí parte de mi vida en Eagle Rock, en California, aquí arriba del monte. Y ahí arriba en la calle, vivimos en el camino Addison, por un tiempo. Mi abuela y mi padre vivían ahí también. Pero, estábamos cerca de la calle de un hombre muy famoso, Keith L. Brooks. Sé que Nan se acuerda de Keith, vivía ahí en la parte de arriba de la cuadra. Y cuando era un pequeño, Keith L. Brooks era en cierta manera, un tipo de persona impresionante. Él fue un escritor de muchos, muchos libros y libros de estudio bíblico. De hecho, en la actualidad, nuestra librería tiene libros escritos por Keith L. Brooks, un hombre muy dotado por Dios. Y me imagino que, en cierta manera, siempre me pareció un hombre fascinante cuando era yo un niño pequeño.

Bueno, él contó algunas historias maravillosas, pero una historia que él contó que siempre pensé que era hermosa fue esta historia. Y encaja con lo que queremos compartir esta mañana. La Universidad del Noroeste, ubicada en Evanston, Illinois, al norte de Chicago, por muchos años tuvo un equipo de voluntarios salvavidas. Y ese equipo de voluntarios salvavidas solía ayudar a barcos y a las personas que estaban ahí en problemas en el lago Michigan. En una ocasión, Lady Elgin, el cual fue un barco de pasajeros, estaba ahí siendo azotado por las grandes olas y la tormenta había azotado el lago Michigan. Y entonces, este grupo de personas se unió, este grupo de salvavidas, para hacer lo que podían por salvar a estas personas. Uno de ellos era un alumno joven que estaba en el Instituto Bíblico Garrett, preparándose para una vida de servicio misionero. Su nombre era Edward W. Spencer.

Y Keith Brooks dijo que él vio a una mujer agarrándose de algunos materiales que estaban flotando ahí en las olas, y entonces, él se metió en el agua y nadó, y rescató a esta dama, y la trajo a un lugar seguro. Y después, conforme miró hacia atrás, él vio más y más víctimas, y él nadó, y nadó y nadó, hasta que finalmente había rescatado a 17 personas por sí mismo. Después, él se colapsó en un delirio de agotamiento y mientras que él estaba en su delirio clamó: "¿Hice mi mejor esfuerzo, hice mi mejor esfuerzo?" Y su hermano, quien estaba cerca, le dijo: "Bueno, salvaste 17 vidas". Y él dijo: "Oh, si hubiera podido salvar más. ¿Hice mi mejor esfuerzo?" Sí, bastante bien para mí, ¿y para usted?

Esa es la única manera de realizar la obra del Señor, ¿no es cierto? Hacer su mejor esfuerzo. Observe el versículo 58 de 1 Corintios 15: "Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano". Escuche, ahí está nuestra pequeña clave, ¿no es cierto?, de lo que hemos estado aprendiendo aquí en el capítulo 16. Estamos aprendiendo de abundar en la obra del Señor. Y ya les hemos señalado que la obra del Señor merece lo mejor, lo mejor. Y que todo cristiano debe estar diciendo en agotamiento, ¿hice mi mejor esfuerzo? ¿Hice mi mejor esfuerzo? En 2 Timoteo 2:15, dice "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que –¿qué?– avergonzarse" En otras palabras, haga su mejor esfuerzo para que no haya un sentido de vergüenza.

Observe Marcos capítulo 13, por un momento y el versículo 32. Y el Señor está hablando de Su segunda venida aquí, y esto es lo que Él dice: "Pero de aquel día y aquella hora ninguno sabe. No, ni los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad, porque no sabéis cuándo es el tiempo". En otras palabras, no saben cuándo el Señor va a venir. No saben cuánto tiempo tienen. En los términos coloquiales de 1 Corintios 15: "No saben cuándo el día la resurrección va a ocurrir. No saben cuándo serán glorificados. No saben cuánto tiempo les queda.

Entonces, dice en el versículo 34: "El Hijo del Hombre es como un hombre que toma un viaje largo, que dejó su casa" -nuestro Señor se fue- "y le dio autoridad a sus siervos y a todo hombre su trabajo. Y Él le mandó a velar". Y dijo en el versículo 35: "Entonces, velad, porque no sabéis cuándo el amo de la casa viene". Deténganse ahí. Escuche, él dice, no saben cuándo el Señor va a venir, pero el Señor es como un hombre que se fue y le dejó a todo hombre un trabajo que realizar. Y algún día, Él va a regresar y va a evaluar eso.

En Apocalipsis 22:12, Él dice: "He aquí vengo pronto, y mi galardón está conmigo, para dar a todo hombre conforme a su obra ha sido". En otras palabras, cómo es que usted realiza ese trabajo que Él le ha encomendado a usted, va a determinar cómo lo va a recompensar a usted en la gloria. Ahora, no sabemos cuándo es que ese día va a venir. No sabemos cuánto tiempo tenemos. Y somos llamados a hacer nuestro mejor esfuerzo. Y Pablo en 1 Corintios está diciendo la resurrección está por venir. La resurrección está por venir. Por lo tanto, debido a que no saben cuánto tiempo tienen, siempre deben estar concentrados en la obra del Señor. No hay tiempo que desperdiciar.

En 2 Tesalonicenses, quiero que vea el tercer capítulo y quiero mostrarle una afirmación interesante de Pablo. 2 Tesalonicenses, capítulo 3, versículo 11, él dice esto: "Porque oímos", escribiéndoles a los creyentes tesalonicenses, "oímos que hay algunos que andan entre vosotros desordenadamente". Ahora, observe la siguiente frase: "No trabajando, sino que, no hace nada". Ahora, eso es lo más interesante, porque es un juego de palabras en el griego. Literalmente, dice, no trabajadores ocupados, sino cuerpos ocupados. Pablo dice, oímos de todas las cosas horribles que algunas personas entre ustedes no están trabajando. No están ahí afuera dando su máximo esfuerzo; son cuerpos ocupados. Ahora, en este caso, los cuerpos ocupados estaban por todos lados especulando acerca de cuentos fantásticos acerca del regreso de Cristo. Habían fracasado en sus ministerios al no estar haciendo algo significativo. En muchos casos, habían hecho a un lado las herramientas mismas de su oficio y simplemente, andaban por todos lados hablando, especulando acerca del regreso de Cristo.

Entonces, en el versículo 12, él dice: “Ahora, aquellos mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo”. En otras palabras, este es el mandato del Señor. “Que en silencio trabajen y coman de su propio pan”. ¿Sabe usted lo que estaba pasando? Estas personas andaban por todos lados especulando acerca de la teología y estaban viviendo del resto de la gente para su alimento porque no estaban trabajando, y él dice, tengo dos sugerencias: cállense y hagan su trabajo, y coman su propio pan. Y después, él dice en el versículo 13: “Mas vosotros, hermanos, no os canséis en hacer el bien” En otras palabras, ustedes que están trabajando, no se desanimen por todos los que no son diligentes, los flojos, no vean a su alrededor y digan, hombre, difícilmente vale la pena, aquí estoy haciendo mi mejor esfuerzo y estas personas no están haciendo nada.

Usted sabe, usted podría sentirse que, si usted está trabajando ahí, en la fábrica o en dondequiera que usted trabaja, y usted sabe que está dando su máximo esfuerzo, y todo mundo a su alrededor simplemente está flotando y es muy fácil cansarse por eso. Entonces, él dice, miren, no sean un cuerpo ocupado, sean un trabajador ocupado. Trabajen. No estén solo hablando, sino involúcrense. Y creo que es importante para nosotros y únicamente estoy tratando de señalarle que Dios espera que su pueblo trabaje.

Cuando el Señor, en 1 Timoteo 5, seleccionó una lista de viudas, Él dijo, ahora, cuando hagan una lista de viudas que van a trabajar para Dios en la iglesia, asegúrense de que son personas que han hecho buenas obras en el pasado, que han mostrado ser fieles, que han amado a su marido, que han cuidado a sus hijos, que han hospedado extraños, que han lavado los pies de los santos y todas las otras buenas obras. Escojan a personas que trabajan duro. Dios quiere que seamos diligentes, que estemos concentrados y seamos fieles. Siempre es así.

Debemos estar involucrados. De hecho, en Efesios capítulo 4 dice que mi trabajo como evangelista y pastor que enseña es perfeccionar a los santos, ¿para qué? Para la obra, para el trabajo del ministerio. Ese es nuestro trabajo, hacer la obra del ministerio. Todos estamos metidos en esto. Cristo le escribió a la iglesia en Éfeso en Apocalipsis 2, Él dice: "Yo conozco tus obras y sé que han trabajado". Eso es digno de ser reconocido. Debemos estar trabajando. Debemos estar concentrados en esto. Debemos estar involucrados. Debemos estar comprometidos y seremos recompensados en base a ese trabajo.

Segunda de Corintios 5:10, dice que el Señor va a venir y Él nos va a recompensar por nuestras obras, sean buenas o inútiles, sean oro, plata o piedras preciosas o madera, heno y hojarasca. Entonces, debemos trabajar. Debemos trabajar en la obra del Señor. "Debemos trabajar mientras que es de día", Jesús dijo: "Porque la noche viene cuando" - ¿qué? - "cuando nadie pueda trabajar". Ahora es el momento de trabajar. Ahora debemos estar acostados ahí en las playas, agotados diciendo: "¿Hice mi mejor esfuerzo? ¿Hice mi mejor esfuerzo?" ¿Lo ve? No sabemos cuánto tiempo tenemos. Colosenses 4:17 dice cumple tu ministerio de manera plena. Cumple tu ministerio de manera completa.

Me imagino que, si usted realmente lo va a hacer, si usted va a trabajar, usted va a tener que redimir el tiempo, como Efesios 5:15 dice. Va a tener que establecer sus prioridades como 1 Pedro dice: “Sed sobrios”. Eso significa establecer sus prioridades. Va a tener que colocar sus prioridades en el orden correcto, hacer un compromiso con el tiempo y realmente concentrarse y después, quizás, podemos llegar al final de nuestra vida y decir como Pablo: “He terminado la obra que tú me diste que hiciera”. Jesús más bien, “He terminado la obra que tú me diste que hiciera”. Y después como Pablo, quien dijo: “He acabado mi carrera”. Solo puede haber un sentido de logro al terminar cuando realmente hemos dado todo lo que tenemos a la obra. Dice usted, bueno, si he dado todo lo que tengo, ¿Qué sucede? Bueno, una cosa va a suceder, el Señor lo va a recompensar a usted en la gloria. Pero otra cosa que va a suceder es que probablemente le va a dar más trabajo que hacer. Es correcto. Si usted hace un buen trabajo en lo que tiene, probablemente le va a dar más, porque usted ha probado ser fiel.

En los juegos olímpicos, muchos siglos atrás, se registra que cierto individuo ganó una gran victoria en la olimpiada. Y una persona se le acercó y le dijo: “Espartano, ¿Qué ganarás de esta victoria?” A lo cual, él respondió: “Tendré el honor de pelear en la línea frontal en las filas de mi rey”. Me gusta eso. Si usted hace un buen trabajo, usted sabe, en la parte de atrás, quizás usted sea colocado al frente en donde realmente es difícil. Así es también en las cosas espirituales. Si usted es fiel al Señor en un punto, y usted prueba ser excelente, exitoso en su trabajo en un punto, Él lo va a promover a usted a una responsabilidad mayor, que demande esfuerzos mayores con consecuencias más grandes y mayor persecución. Ahora, quizás eso no lo aliente mucho, pero me alienta. Entre mayor es el desafío, mayor la victoria, ¿verdad? Entonces, el Señor nos ha llamado a trabajar. Así debe ser nuestra vida entera, nuestra vida entera.

Ahora, al hacer eso, hay unos principios en 1 Corintios 16 que hemos estado viendo. En los versículos 5 al 12, en este texto pequeño y tan simple, el apóstol Pablo básicamente está describiendo su trabajo. Él siempre está abundado en la obra del Señor. Él cierra el 15 con eso, y en el 16 él describe un poco acerca de cómo es que él realiza la obra del Señor. Y veo implícito en esta pequeña sección siete principios para hacer la obra del Señor a la manera del Señor. Ahora, ya hemos considerado 3 de ellos y parte del cuarto, y vamos a seguir y terminarlos esta mañana. Hay unos principios. Dice usted, hombre, debo trabajar, pero, ¿cómo? ¿Cuáles son las guías? Bueno, observe a Pablo aquí y vea cómo trabaja él.

Principio número uno: El que está realizando la obra del Señor a la manera del Señor, debe tener una visión para el futuro. ¿Se acuerda eso de la última vez?, una visión para el futuro, versículo 5: “Ahora, vendré a vosotros cuando haya pasado por Macedonia, porque voy a pasar por Macedonia”. Ahora, este es un simple y pequeño vistazo de Pablo, quien siempre estaba haciendo planes futuros. Él era un hombre con una visión. Él era un hombre con expectativa. Él era un hombre que podía ver lo que no estaba siendo hecho aún. Un hombre que podía ver el campo abierto por delante. El hombre que podía ser desafiado por lo que tenía que ser hecho o que nunca había sido tocado. Él era un soñador en ese sentido, él conquistaba mundos en su mente a los que nunca había estado con sus pies. Él tenía planes futuros. Él formuló una estrategia, él desarrolló medios y métodos y planes mediante los cuales podía alcanzar metas futuras. Y nos hicimos la pregunta, la semana pasada, ¿qué estamos planeando? ¿Qué estrategia estamos formulando para el futuro? ¿Qué estamos haciendo para dejar una huella en este mundo increíblemente complejo en donde Cristo todavía no ha sido nombrado? ¿Qué vemos por delante de nosotros? O, simplemente, estamos flotando sin meta, sin visión, sin objetivos. Porque, si lo estamos haciendo, no estamos haciendo la obra del Señor a la manera del Señor.

En segundo lugar, dijimos que el que hace la obra del Señor a la manera del Señor no solo debe tener visión para el futuro, sino que debe tener flexibilidad, porque Dios puede cambiar ese futuro. De hecho, quizás nunca haya un futuro, y usted tiene que estar dispuesto a cambiar. Ahora, observe los versículos 6 y 7, él dice: “Quizás me quede, no estoy seguro, en el invierno con vosotros para que me puedan llevar en mi viaje dondequiera que vaya. Porque no solo los veo ahora de paso, sino que confío quedarme con vosotros”. Y aquí está la clave, “sí” –¿qué?– “Si el Señor permite”. En otras palabras, estaba esta pequeña aclaración de flexibilidad en la vida de Pablo de que todas las visiones, y todas las esperanzas, y todos los sueños y todos los planes siempre dependían del pequeño pensamiento, “si el Señor permite”. Eso es flexibilidad. Eso no significa que usted no hace planes. Eso no significa que usted solo se sienta diciendo, bueno, Señor, estoy disponible. Me gustaría que hicieras algo. Usted tiene que estar formulando una estrategia, y planeando, y examinando y preparándose. Y después, permitiendo la flexibilidad que Dios trae a su vida.

El tercer principio: el que hace la obra del Señor a la manera del Señor debe ser minucioso, no superficial. Se dará cuenta en los versículos 6 y 7 que dice: “No quiero verlos de paso”, en el versículo 7. “Quiero quedarme con vosotros”, y en el versículo 6, dice: “Quiero quedarme con ustedes, sí, incluso, quiero pasar los inviernos con vosotros”. Ahora, Pablo se dio cuenta de que el nivel de problemas en Corinto demandaba tiempo. Y él era una persona que hacía las cosas de manera minuciosa. Él era una persona que no operaba de manera superficial. Esa no es la manera de realizar la obra del Señor. La obra del Señor a la manera del Señor demanda ser minucioso, completar el trabajo, acabarlo, hacerlo bien. Entonces, descubrimos que hacer la obra del Señor a la manera del Señor involucra una visión para el futuro, flexibilidad y ser minucioso.

Y después, en cuarto lugar, y aquí es en donde nos quedamos la última vez, el que hace la obra del Señor a la manera del Señor debe tener un compromiso con el servicio presente, un compromiso con el servicio presente. Y le dije la semana pasada que hay bastantes soñadores que están planeando lo que harán y muchos menos hacedores haciendo lo que pueden hacer. Gran diferencia. Pero créanme, el hombre que realmente es eficiente, con el gran plan para el futuro, quien ve que eso se va a cumplir, está usando el presente como una plataforma de prueba. Él se está desarrollando a sí mismo. Él está desarrollando su estrategia. Él está desarrollando sus medios. Él está preparando su corazón para lo que Dios pueda tener en el futuro, si el futuro llega a cumplirse.

Escuche esto, desde el punto de vista de nuestro Señor en Mateo 25:23, la parábola de los talentos, el maestro le dice a este siervo fiel, escuche: "Bien, buen siervo y fiel. En lo poco has sido fiel. En lo mucho te pondré". En otras palabras, es fidelidad en el nivel actual de responsabilidad que le da a usted el derecho a ser usado a un nivel diferente en el futuro. Ahora, hay muchas personas que quieren simplemente salir en el ministerio y tener algún tipo de súper gran éxito, pero nunca ha habido una plataforma de prueba. Nunca ha habido una plataforma de prueba. Nunca ha habido un lugar en el que han perfeccionado sus habilidades y sus dones. Nunca ha habido la prueba de que pueden hacer la obra del ministerio con excelencia y compromiso total. Y entonces, alguien que hace la obra del Señor a la manera del Señor no solo planea para el futuro, sino que él funciona en el presente. Él está ocupado en el presente.

En Lucas 12:42, una palabra semejante: "Y el Señor dijo: 'Quién entonces es ese mayordomo fiel y sabio' –escuche– 'a quien su Señor lo hará gobernante sobre Su casa'". ¿No es eso hermoso? Un mesonero fiel se vuelve el gobernante. Él era el hombre fiel que estuvo a cargo de los asuntos de la casa. Él puede gobernar la casa. Esa es la plataforma de prueba. Y antes de que usted pueda esperar que Dios le dé algún ministerio emocionante, grande y tremendo, que tiene mucho en juego, usted va a tener que probar que es fiel al nivel que Dios lo ha colocado ahora.

Y Pablo, en el versículo 8, obsérvelo, dijo: "Tengo todos estos planes y todas estas grandes esperanzas de venir, pero por ahora me voy a quedar en Éfeso porque una gran puerta para servicio eficaz se me ha abierto". En otras palabras, no puedo irme ahora porque estoy totalmente comprometido con esto. Y hasta que Dios cierre esta puerta, me quedaré aquí. Hombre, me gusta eso. ¿Sabe una cosa acerca de Pablo? Pablo nunca jamás estuvo insatisfecho por su área de servicio, jamás. Y le voy a decir algo más, él nunca usó una cosa como un peldaño a algo más. En Éfeso, él entregó su vida entera. Y cuando Dios cambió eso, cerró esa puerta y lo empujó a otro lugar, él entregó su vida entera a eso. Él estaba comprometido con la puerta abierta actual.

El concepto de una puerta abierta es uno muy conocido para Pablo. En Hechos 14:27, él dice que Dios había abierto la puerta a los gentiles. En 2 Corintios 2:12, él dice, Dios abrió la puerta en Troas. En Colosenses 4:3, él dice: "Oren por mí para que el Señor abra la puerta para el evangelio". La palabra abierta simplemente significaba una oportunidad de predicar el evangelio. Y para Pablo, en dondequiera que había una oportunidad, él entraba por la puerta. Y sabe una cosa, así debemos hacerlo. Hay unas personas que son tan quisquillosos acerca de por qué puerta entran, que pierden la oportunidad, y están esperando alguna cosa maravillosa que suceda y nunca sucede porque nunca han mostrado una disposición a entrar por una puerta que Dios les dejó abierta. Algunas veces la gente dirá, bueno, tú sabes, quizás un alumno de seminario dirá: "Bueno, me he preparado para el ministerio ahora y este es el tipo de cosas que quiero. Quiero esto y aquello, y me gustaría este tipo de clima, y ciertamente sería agradable si la iglesia estuviera organizada de esta manera. Si tan solo pudiera ser una especie de iglesia perfecta".

Bueno, escuche, si encuentra una, no lo necesitan a usted. Y por aquí hay una puerta abierta con todo tipo de problemas y la puerta está ampliamente abierta, pero no encaja exactamente en donde creo que debe estar. Bueno, el Señor no lo va a dejar sentarse ahí sin hacer nada. Si la puerta está abierta ahora, y la oportunidad presente está ahí, a dondequiera que sea, entonces más vale que pruebe que es usted fiel en dondequiera que pueda.

Sabe una cosa, estaba pensando en la iglesia de Filadelfia en Apocalipsis 3 versículo 7 y 8. Y Él dice, y este es el Señor, el Señor Jesús dice: "Yo soy el que abre y ninguno cierra, yo soy el que cierra y ninguno abre". Y Él dice a la iglesia en Filadelfia: "Os he colocado una puerta abierta que ningún hombre puede cerrar. Ahora, entren". ¿Y sabe una cosa? Es algo interesante que la iglesia que sigue a la iglesia en Filadelfia es la iglesia en Laodicea, la iglesia muerta.

Y supongo que una de las cosas que puede convertir una iglesia tipo Filadelfia en una iglesia tipo Laodicea es cuando usted tiene puertas abiertas, pero usted no entra por ellas. Y entonces, la apatía y la indiferencia y la frialdad, y finalmente llega a Laodicea y Él dice no son calientes, ni fríos, los voy a vomitar de mi boca. Cuando Dios abre la puerta, es de hecho quien la abrió. Y si Dios ha abierto la puerta y lo está empujando ahí, entonces Dios va a capacitarlo para que haga lo que usted quiere que haga cuando usted entra, ¿verdad? Y esa es la plataforma de prueba. No esté satisfecho haciendo nada. No solo se siente esperando la situación perfecta. Encuentre la puerta abierta y entre.

Sabes una cosa, de vez en cuando Pablo Wright me dice "John, necesitamos a personas que trabajen en la división de niños". Los necesitamos mucho, simplemente los necesitamos tanto en la división de niños. Hay una puerta abierta. Hay una puerta abierta. Hay una puerta abierta, pero no podemos encontrar a personas que entren por ella. Y supongo que hay algunas personas que están sentadas esperando la puerta abierta que piensan que quieren y la realidad del asunto es que el Señor quizás nunca les dé eso porque no han probado ser fieles en la puerta abierta que el Señor les ha colocado. No sea egoísta y no sea inflexible. Deje que Dios abra la puerta.

Ahora vayamos al versículo 8 aquí. Él dice, voy a quedarme en Éfeso. Dios había realmente abierto la puerta en Éfeso de una manera maravillosa. Esa ciudad era una ciudad increíble. Era la ciudad primordial en Asia Menor, una provincia enorme del Imperio Romano. Ahora, es realmente la tierra de Turquía. Pero Asia Menor era una gran provincia y Éfeso era la segunda ciudad más grande viniendo del este de Roma. La primera era Corinto y la segunda, probablemente habría sido Éfeso en ese camino en particular. Y entonces, Éfeso era una ciudad vital. Estaba a más de 3 kilómetros del mar, pero el río Cayster pasaba por ahí.

Entonces, podía navegarse, y uno podía ir al mar, y había comercio. Y tenía una de las Siete Maravillas del Mundo, el Templo de Diana de Artemis. Había un banco internacional. Ahí se reunía una confederación de estados, entonces estaba llena de senadores. Era un refugio para criminales. Era el centro de la situación del sacerdocio. Dean Farrar dice que la tierra simplemente era hermosa. La atmósfera, dice él, era hermosa, lo cual significa que era agradable. Era la parte sur de California en un día claro. Simplemente, era un lugar fabuloso. Era verde y con mucha vegetación y todo. De hecho, el comercio había llegado ahí a una velocidad tan increíble que simplemente, estaba floreciendo. Bien puede haber sido que cuando Juan escribió Apocalipsis 18 versículos 12 y 13, cuando hablamos del sistema de Babilonia de los tiempos finales, ese gran sistema de comercio que él tenía en su mente, el modelo de Éfeso en donde él vivió.

Y aquí estaba esta ciudad increíble, simplemente un mar de gente, intercambio y todas estas cosas que estaban sucediendo ahí. Y Pablo dijo, Dios ha abierto la puerta de manera amplia para el servicio eficaz, para ἐνεργής (energēs), servicio enérgico, servicio de productos. Digo, este lugar simplemente está abierto. Digo, podría estar lleno de hechiceros y magos y prostitutas e impostores, y filósofos y todo esto, pero está totalmente abierto. Y sabe una cosa, usted ve Éfeso y usted dice, bueno, tienen idolatría, y tienen hechicería, y tienen prostitución y homosexualidad, y tienen a todos estos criminales tomando este lugar como un refugio. Realmente, no siento que ese es un buen lugar a donde ir. No sé si mi esposa se ajustaría. ¿Lo ve? O si eso sería bueno para mí. Pero la puerta estaba abierta y Dios la abrió. Y no siempre había estado abierta.

Pablo tenía en su corazón por mucho tiempo el ir a Éfeso. Cuando llegó en Hechos 16, yendo al oeste, él dijo: "Y determinamos ir al sur, a Asia Menor, pero el Espíritu Santo nos lo prohibió". ¿Se acuerda de eso? Hechos 16:6: "No pudimos ir ahí". Entonces, él fue hacia adelante. En el capítulo 18, él venía al este de nuevo, y él entró por ahí, y él fue a Éfeso por un día, y él dijo, oh, espero que pueda regresar. Espero que pueda regresar. Y ahora, Dios le dejó regresar, pero había un tiempo ahí. Dios quería que realizara la preparación de la ciudad y usó a Apolos para hacer eso. En Hechos 18, Apolos vino, abrió la ciudad, habló poderosamente con la Palabra de Dios y demás, tuvo un gran tiempo allí, y abrió la ciudad.

Necesitaban, en cierta manera, calentarse para Pablo. Y él era demasiado para descargar en una ciudad como esa. Entonces, tenía que en cierta manera traer a Apolos para que entrara y abriera un poco el trecho. Y Pablo no estaba todavía listo para lo que iba a recibir en Éfeso. Entonces, Pablo tuvo que pasar por Filipos, estar en la cárcel, estar en el cepo, ser golpeado, y todas las cosas para fortalecerlo. Entonces, tenían que aflojar el terreno en Éfeso, fortalecer a Pablo, cuando el tiempo viniera, y zap, Dios los unió. Y Pablo dice: "Todos esos problemas para llegar ahí, me quedo hasta que se acabe la obra. Cuando Dios cierre esta puerta, me voy a ir, no hasta ese momento". Y entonces, la puerta no siempre había estado abierta, pero ahora estaba abierta, y él dijo, me voy a quedar.

No ignoren la puerta abierta. Cuando Dios ha abierto la puerta, alguien tiene que entrar. Una oportunidad tremenda para el ministerio si estamos comprometidos con esto. Y realmente me preocupo en mi corazón por la gente que siempre están diciendo algún día, algún día voy a ponerme a trabajar. Lo voy a hacer. Tengo este plan. Algún día voy a hacer esto, y algún día voy a hacer aquello. Y algún día voy a tener mi propia iglesia o algún día voy a tener una clase o estudio bíblico. Y no están haciendo nada ahora, y son soñadores sin plataforma de prueba, sin lugar en donde probar su fidelidad, en ningún lugar en donde formar su ministerio, y sus métodos, y sus medios y su estrategia. Y entonces, necesita ser dicho que el que hace la obra del Señor a la manera del Señor tiene planes para el futuro, pero él también tiene un gran sentido de compromiso presente para entregar su vida en el ahora, porque quizás no haya nada más que el ahora. Esto puede ser todo.

Sabe una cosa, siempre me ha encantado ese pasaje en Hechos 13, en cierta manera lo leemos sin hacernos pensar en él. En una lectura inicial, dice que la iglesia en Antioquía tuvo cinco pastores y nombra a estas personas; y después, dice: "Conforme ministraban estos al Señor, y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Apartadme a Bernabé y a Pablo para la obra a la que los he llamado’". En otras palabras, fue conforme estaban pastoreando. Fue conforme estaban ministrando. Conforme estaban mostrando ser fieles que el Espíritu Santo dijo, los voy a llevar al ministerio que he tenido en mente para ellos, pero esperó hasta que fueran probados, ¿lo ve? Estar en el ministerio no es cuestión de educación necesariamente. Servir al Señor eficazmente no es cuestión simplemente de recibir y recibir, es cuestión de probar que usted es fiel en el servicio. Entonces, hacer la obra del Señor a la manera del Señor equilibra la visión futura a la flexibilidad, el ser minucioso y el compromiso presente.

En quinto lugar, hacer la obra del Señor a la manera del Señor demanda que usted acepte la oposición como un desafío. Usted tiene que aceptar la oposición como un desafío. Como dije antes, si usted encuentra lugar, que no tiene ningún problema, entonces no lo necesitan a usted. Usted acepte la oposición como un desafío. Pablo dice, es sorprendente, él dice, versículo 8: “Me quedaré en Éfeso hasta Pentecostés –¿Por qué? – porque una gran puerta y eficaz me es abierta y hay muchos adversarios”. Dice usted, ahora, espera un minuto, ¿te estás quedando porque hay muchos adversarios? ¡Claro! G. Campbell Morgan dijo: “Si usted no tiene oposición en el lugar en donde sirve, usted está sirviendo en el lugar equivocado”. Más vale que encuentre un lugar en donde hay oposición.

Pablo tuvo una razón sorprendente para quedarse. Él dice, tengo que quedarme porque no puedo dejar a las tropas solas. Hay demasiado aquí, demasiada oposición. Y digo, era difícil ahí. En Éfeso tenían un sistema enorme de idolatría organizada en el Templo de Diana. Tenían perversión sexual, simplemente por todos lados, y orgías y sacerdotisas prostitutas. Tenían una multitud de judíos para añadir a los problemas, que estaban ahí supuestamente diciendo tener poderes exorcistas, tratando de echar fuera demonios de todo el mundo. Estaban creando problemas por todos lados. Había prejuicio; había superstición; había racismo; había vicio sexual; había una sinagoga de judíos que odiaba a la gente y de hecho, trató de matar a los cristianos. Digo, paganismo, idolatría, superstición, perversión sexual, posesión demoníaca, prejuicio religioso, racismo, todo lo que existe en cualquier ciudad del mundo en la actualidad, existía ahí. Era un semillero de todo eso ahí. Pablo dijo, este es un lugar demasiado bueno como para dejarlo. Y la mayoría de la gente dice, bueno, estoy buscando un tipo de lugar un poco diferente. ¡Qué desafío! ¡Qué desafío!

Él entró en ese lugar y comenzó a enseñar la Palabra de Dios; y él enseñó la Palabra de Dios diariamente en la escuela de Tirano durante dos años, y al hacerlo, la gente se salvó. Y fueron discipulados. Y después, salieron y fundaron el resto de las otras siete iglesias de Asia Menor mencionadas en Apocalipsis. Y la Palabra de Dios se esparció por toda Asia Menor. ¿Y sabe usted lo que pasó? La gente comenzó a quemar sus libros de sectas. No compraban ya los pequeños ídolos, y la gente que vendía los ídolos se enojó tanto, que tuvieron una revolución que sacudió a la ciudad entera. Digo, el evangelio se volvió el problema. Y una de las más grandes iglesias en los primeros años de la iglesia se fundó, la iglesia en Éfeso.

Escuche, Pablo vio la oposición como un desafío, un desafío tremendo. Bueno, cuando usted busque el ministerio que Dios tiene para usted, encuentre uno que no es lo que debe ser y vea si Dios no lo puede usar a usted para cambiarlo para Su gloria. Esas son las personas que más lo necesitan a usted. Encuentre una ciudad donde el evangelio no es predicado; lo necesitan. Encuentre una iglesia donde la Palabra de Dios no es enseñada; la necesitan. Encuentre una estructura dentro de una iglesia que no sea bíblica y vaya ahí y enséñeles lo que es bíblico. Digo, esté usted donde Dios puede realmente usarlo.

Hay muchos adversarios y las tropas lo necesitan a usted. Pablo mira atrás a la batalla en Éfeso en 2 Corintios 1:8, y esto es lo que escribió, leyendo de otra traducción. Él escribió esto: "Nos gustaría que ustedes, hermanos, supieran algo de lo que vivimos en Asia". Esto es Éfeso de lo que está hablando. "En ese entonces, estuvimos totalmente abrumados. La carga era más de lo que podíamos sobrellevar. De hecho, pensábamos que este era el final. Sin embargo, creemos ahora que tuvimos esta experiencia de llegar hasta el fin de nuestra vida para que pudiéramos aprender a no confiar en nosotros, sino en Dios que puede resucitar a los muertos". ¿No es eso maravilloso? Sabe una cosa, de hecho, estaban tan seguros que iban a morir en Éfeso, dice: “Que simplemente pensamos que Dios podía resucitar a los muertos, entonces si moríamos, Él tendría que resucitarnos de la tumba”. Ellos estaban así de seguros que iban a morir.

¿Pero sabe usted lo que sucede cuando usted entra a una situación como esa? Usted no confía en usted mismo. ¿Sabe usted eso? Usted no confía. Usted se desespera tanto, que se vuelve a Dios, y cuando se vuelve a Dios, el poder comienza a fluir y entonces, los enemigos comienzan a caer uno por uno. Eso es emocionante. En 2 Corintios 4:10, dice él: "Diariamente, diariamente, experimentamos algo de la muerte del Señor Jesús, para que también conozcamos el poder de la vida de Jesús en estos cuerpos nuestros". En otras palabras, enfrentamos muerte diariamente, y es en ese enfrentar de la muerte y enfrentar esa oposición, que no tenemos recursos y dependemos de Dios, que vemos el poder de Cristo fluir. Hombre, ¡qué emocionante! Digo, esa es la aventura del ministerio. ¿Verdad? Digo, salir ahí en la batalla y confrontar con Jesucristo y ver a Dios dar la victoria.

Reciba el desafío, encuentre un lugar difícil. Siempre pienso en John Paton cuando pienso en esto, y les he contado su historia, pero les recuerdo. Paton era un estudiante de la Biblia. Un estudiante en una universidad bíblica en Londres. Dios lo llamó a las Islas Nuevas Hébridas, en donde había caníbales que comían hombres. Usted sabe, eso habría sido algo difícil para un alumno joven de una universidad bíblica, el decir sí a eso, ¿no es cierto? Sé qué yo habría dicho eso. Yo habría dicho: "Señor, tienes al hombre equivocado. ¿Estás seguro de que mis dones encajan con eso?". O yo hubiera dicho: "Mira, me gradué, Señor. Puedo entrar al ministerio. No hay sentido en que yo sea la comida de alguien más. ¿Todo este esfuerzo?" Yo hubiera dicho: "Mira, Señor, tengo una gran idea. Yo conozco a alguien que dejó la universidad bíblica que nunca entraría al ministerio. Mándalo ahí; se lo van a comer, y quién va a saber". El hombre sería un héroe. ¿Verdad? Déjame solo, yo soy para otro lado.

Pero John Paton no discutió con Dios. El Señor dijo ve, y entonces, fue. Se llevó a su esposa, lo llevaron en un barco, llegaron ahí en una lancha a la costa, en una pequeña lancha de remos. Estuvieron ahí en una isla habitada por caníbales que comían hombres, cuyo idioma no hablaban. Y no había manera de contactarlos. Establecieron una pequeña choza ahí en la playa y el Señor de manera maravillosa los preservó. Más adelante, cuando el jefe de la tribu en esa área se convirtió a Cristo, le preguntó a John, ¿qué ejército era el que rodeaba su choza cada noche? Los ángeles santos de Dios lo protegieron. Después, en cuestión de semanas ahí, su esposa dio a luz a un bebé, y el bebé y la esposa, ambos murieron. Él se quedó solo y él dice en su biografía que dormía sobre las tumbas para evitar que la gente de ahí sacara los cuerpos y se los comiera. Y él decidió que se quedaría.

El desafío era grande, los adversarios eran muchos y ahí era donde Dios lo quería. Y entonces, se quedó. ¿Cómo hace usted eso solo? Usted hace eso al estar dependiendo de manera total de Dios. Acepte el desafío, porque es en el desafío en donde sus recursos se acaban y usted depende de Dios; y es cuando usted depende de Dios que Su poder fluye a las victorias que jamás usted soñó que eran posibles. Es para el que realmente trabaja para el Señor y hace la obra del Señor a la manera del Señor, que tiene una visión para el futuro, un sentido de flexibilidad, busca hacer las cosas de manera minuciosa, no es superficial, tiene un compromiso con el servicio presente, y acepta la oposición como una oportunidad o un desafío.

Número seis: el que hace la obra del Señor en la manera del Señor debe tener un espíritu de equipo, un espíritu de equipo. Me encanta esto de Pablo. El era un hombre que trabajaba en equipo. No era ninguna gran superestrella por sí solo. Él dependía mucho de otras personas. Muy amoroso hacia otras personas. Observe el versículo 10 y 11. Versículo 10, "Ahora si", literalmente 'cuando', sería mejor. "Ahora cuando Timoteo venga", porque Timoteo está por venir. En el capítulo 4, versículo 17, él dijo que él estaba enviando junto con esta carta, quizás y probablemente acompañado por Erasto. Pero él dijo: "Cuando Timoteo venga, ved que él esté con vosotros sin temor". No intimiden a este joven, sensible, tímido.

Algunos de estos corintios eran arrogantes, obstinados. Y él dice, ahora, no intimiden a este hombre, "Porque él hace la obra del Señor como yo". En otras palabras, se están metiendo con este obrero de Dios. No se metan con él, no porque tiene un gran trasfondo, su dinero o lo que sea, pero no lo toquen, no lo molesten, ni lo intimiden porque él es un obrero para el Señor, así como yo. Me encanta eso. Pablo no se vio a sí mismo a ningún otro nivel que el nivel de Timoteo. Aunque Timoteo era su hijo en la fe; Timoteo era joven; Timoteo no tenía todo lo que Pablo tenía en términos de conocimiento o en términos de capacidad; sin embargo, eran iguales. El es mi colaborador.

Pablo no vio ningún estrato. Él no se vio a sí mismo como un súper santo. Seguro, había una diferencia en su ministerio. Seguro que Pablo era el que estaba al frente. Seguro que Pablo era un líder en muchas maneras entre líderes. Pero, aun así, en su corazón, él simplemente era un colaborador como el resto de la gente en la obra de Dios. Y él tenía un gran sentido de equipo. La dignidad de la tarea de Timoteo le dio honor, así como le dio a Pablo honor. Y Pablo dice, trátenlo de una manera apropiada.

Me encanta el hecho de que Pablo no tenía ambición personal. Incluso en Filipenses 1 cuando él era un prisionero, y una nueva camada de predicadores venía y un nuevo grupo, y de pronto Pablo en cierta manera estaba desvaneciéndose; él ahora era el prisionero. Y su vida en cierta manera estaba desvaneciéndose, y él estaba ahí en el ocaso, y nuevos hombres venían, y estaban diciendo: "Somos los nuevos predicadores", y la iglesia estaba comenzando a volverse hacia ellos. Y eran el nuevo grupo, y eran los populares, y eran a los que todo mundo quería oír. Y estaban diciendo algunos de ellos, estaban diciendo: “Oh, Pablo es un prisionero porque él echó a perder su ministerio. El Señor tuvo que guardarlo. Sus métodos son anticuados, usted sabe”.

Entonces, Pablo dice miren: "Algunos predican a Cristo por contienda. Quieren añadir aflicción a mis cadenas. Quieren lastimarme". Él dice: "¿Qué me importa? Cristo es predicado y en eso me regocijo" Filipenses 1. Él no tenía un sentido de ambición. Él no tenía un sentido de empujarse, exaltarse. Él no podría estar más emocionado por apoyar a alguien que está en la obra del Señor haciendo la obra del Señor a la manera del Señor. Ahora, si ellos no lo hacían a la manera del Señor, él les dijo. Pero cualquier persona que esté haciendo la obra del Señor a la manera del Señor, estaba en su equipo.

En Romanos capítulo 16, se da cuenta usted de que él escribe ese libro maravilloso, Romanos, él toma el capítulo entero 16, para mencionar a 24 personas, y dos casas individuales, entre ellas 7 mujeres, que le ayudaron en la obra del Señor, que están en el equipo. Usted nunca puede ministrar para Dios en aislamiento. Usted tiene que darse cuenta de que usted hace una contribución al equipo. Usted no puede salir y ser la estrella. Usted tiene que entregarse al equipo. Y siempre fue Pablo y Silas, Pablo y Bernabé, Pablo y Lucas, Pablo y Aristarco, Pablo y Marcos, Pablo y Timoteo, Pablo y alguien más. El que hace la obra del Señor a la manera del Señor se da cuenta de que él simplemente es una parte de la comunidad, y su trabajo consiste en edificar a los otros y alentar a los otros y apoyar a los otros y decir: "Cuiden de Timoteo tanto como cuidan de mí". Él dijo: "Sabe una cosa, Epafrodito se acercó a la muerte, y me da mucho gusto de que él no murió". Él dijo esto en Filipenses 2, "Porque lo necesitaba tanto". Lo necesitaba tanto. Y cuando él ya era mayor, dijo: "Quiero que me envíen a Marcos a mí. Necesito que Marcos esté conmigo", Juan Marcos. Él tuvo un sentido de equipo. Sabe una cosa, creo que esto es tan importante. Creo que todos nosotros necesitamos aprender eso.

Hay un pensamiento interesante que tuve conforme pensaba en esto. En 2 Timoteo 4:5, escuche esto, simplemente escuche. Él le dice a Timoteo: "Cuida todas las cosas," - Timoteo - "soporta las aflicciones, haz obra evangelista, cumple tu ministerio". Oye Timoteo, concéntrate amigo mío. ¿Quiere saber algo? Ese fue un momento dramático en la vida de Timoteo. ¿Sabe usted lo que Timoteo había hecho hasta ese momento? Timoteo había servido a Pablo, servido a Pablo, servido a Pablo. Después, un día Pablo le dijo: "Timoteo, adiós. Sigue tú ahora y haz tu trabajo". Pero la plataforma de prueba para Timoteo fue cómo él sirvió a Pablo.

Ahora, Dios ha llamado a algunas personas al liderazgo y otras personas a servir a aquellos que guían. Y algunas veces, aquellos que sirven a aquellos que guían, van a hacer eso todos sus días. En otras ocasiones, van a servir por un tiempo de aprendizaje y después, el Señor los va a llamar a guiar por si solos. Pero es siempre con un sentido de equipo, y Timoteo creció en el ministerio sirviendo a alguien más.

En Filemón, esa maravillosa pequeña historia del esclavo, versículo 10: “Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, a quien he vuelto a enviar. Recíbelo, esto es, recibe mi propio corazón. En otras palabras, Pablo dice: “Amo a este hombre. Me sirvió bien. Lo he usado en mi ministerio. Él me es útil, trátalo ahora de la misma manera”. Y aquí estaba el hombre Filemón, que se entregó a Pablo, y Pablo se entregó a ese hombre, y llevó su caso –Onésimo, debería decir, era el siervo– y Pablo llevó su caso a Filemón el amo, y le dijo, cuida de este querido hombre. Él tuvo un sentido de equipo. Él apoyó a toda persona en el ministerio.

Ahora, quizás somos llamados a apoyar a alguien más. Quizás, somos llamados a estar solos. Quizás, un poco de ambos. Quizás, uno por un tiempo y después, otro. Pero tenemos que reconocer que estamos en un equipo. Y usted sabe cuándo Jesús dijo que debemos amarnos unos a otros. “Por esto conocerán todos los hombres que son mis discípulos”, Él quiso decir eso de manera seria. Cuando del mundo ve el equipo en amor trabajando como una gran evidencia de nuestra validez.

Un último principio: Hacer la obra del Señor a la manera del Señor involucra ser sensible a la guía del Espíritu en otros. Me gustaría tener tiempo para desarrollar esto de manera completa, pero me impactó lo que el versículo 12 estaba diciendo: “Con respecto a nuestro querido hermano, mas bien Apolos, quise mucho que viniera a vosotros con los hermanos”. Deténgase ahí por un minuto. Ahora, Pablo dice, Timoteo viene. Él viene con ustedes. Y él dice en el versículo 11: “No lo menosprecien, si no condúzcanse hacia él en paz”, esto es envíenlo de regreso a mí, porque voy a estar esperándole, y quiero oír un buen reporte. Ahora, Timoteo viene y él va a llevar esta carta y él va a descubrir lo que está pasando, y después, quiero que lo envíen en paz para que pueda regresar a mí.

Y después, él procede a hablar de Apolos, y él dice: “Con respecto a nuestro hermano Apolos, quise mucho que viniera a ustedes con los hermanos”. Ahora, ¿por qué Pablo quiso que Apolos fuera con Timoteo y Erasto? Por lo que había pasado en la iglesia corintia, l a gente estaba diciendo, yo soy de Pablo y yo de Apolos, ¿verdad? Estaban teniendo estas pequeñas divisiones. Entonces él dijo: “Apolos, tú sabes, sería fabuloso si fueras y simplemente dijeras mira, esto es ridículo, no quiero su admiración. No quiero esta fanfarria. Estamos juntos en esto, los siervos del Señor". Pablo estaba diciéndole a Apolos: "Puedes enderezar todo esto. Puedes corregir todo esto". Entonces, él dice: "Yo dije, 'hombre, quise mucho que fueras con los hermanos.'" Y después de todo, Pablo es el más prominente en la iglesia. Y digo, él es el que tiene la autoridad. Pero me gusta, a la mitad del versículo 12 dice, "Pero su voluntad no fue en absoluto venir en este tiempo". ¿No es eso bueno? Apolos dijo, "No gracias, Pablo, no quiero ir. Estoy muy ocupado con otro ministerio". Dice usted, bueno, ¿qué dijo Pablo? Él dice, "Pero él vendrá cuando él tenga un tiempo conveniente." ¿No es eso bueno?

Pablo no arrolló al hombre y dijo: "¿Te das cuenta quien es el apóstol de los Gentiles? ¿Sabes quién te está hablando? Yo soy Pablo. Tú sabes, Pablo, de la experiencia del camino a Damasco". Él no le impuso nada de eso a Apolos. Él simplemente dijo: "Le dije lo que pensaba. Le dije cuál era mi idea". Él dijo: "Esa no es mi idea. Pero él va a venir cuando esté listo". Eso es tan bueno. Usted nunca puede imponerle a la gente la obra del Señor. Usted tiene que esperar hasta que el Espíritu de Dios opere en su corazón. Aquí estaba un hombre que tenía autoridad, que tenía ideas, que tenía estrategia, que tenía planes y que tenía paciencia para que el Espíritu de Dios operara en el corazón de alguien más en el equipo. Y esa es la razón por la que es tan importante para alguien que trabaja en un ministerio que tenga un sentido de equipo, y que se dé cuenta de que el Espíritu de Dios no solo opera a través de usted al tomar las decisiones, sino en el corazón de todo mundo. Y usted tiene que ser sensible a lo que Dios está diciendo. No dicte; no domine; simplemente, deje que el Espíritu de Dios genere y sea paciente.

Bueno, esas son simplemente cosas prácticas. ¿Cómo es que usted hace la obra del Señor a la manera del Señor? Con una visión para el futuro, flexibilidad, siendo minucioso, con un compromiso presente, aceptando la oposición como un desafío, con un espíritu de equipo y siendo sensible a la guía del Espíritu Santo en las vidas de otros. Me gustaría que tuviéramos tiempo para desarrollar éstás más, porque realmente podríamos desarrollarlas más, pero estamos limitados.

Permítanme tan solo cerrar con unos pensamientos. Ahora escuche, el predicador mayor Sídney Smith era un hombre mayor, un predicador en Inglaterra. Y en una ocasión se le preguntó: "Señor Smith, ¿cómo es que usted explica el gran éxito del avivamiento metodista en Inglaterra? ¿Cómo es que usted lo explica?" Esto es lo que él dijo, y me encanta esto. Él dijo, "La respuesta es simple, señor: Todos están concentrados, y siempre están concentrados". Me gusta eso.

¿Sabe lo que me gustaría haber dicho de Grace, de la iglesia? Usted sabe, esas personas en Grace, todos están concentrados en el trabajo, y siempre están concentrados en ello. Ahora, en los términos de 1 Corintios 15:58, eso sería: "Estar siempre abundando en la obra del Señor porque vuestro trabajo no es en vano en el Señor". Que así sea, que todos estemos concentrados en el trabajo y que siempre estemos concentrados en el trabajo, para que cuando el Señor Jesús venga para recompensarnos, Él nos recompense con: "Bien, buen siervo y fiel. Has cumplido el trabajo que te encomendé".

Señor, Te damos gracias conforme cerramos nuestro tiempo esta mañana, simplemente por la naturaleza práctica de este pasaje y cómo de nuevo nos confronta con la necesidad de ordenar nuestras prioridades, de ordenar nuestras vidas en torno al servicio para Ti. Lo único que realmente importa. Ayúdanos a ser fieles, diligentes. Ayúdanos a cumplir Tu obra a Tu manera para que Tu gloria sea el resultado. En el nombre de Jesús. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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