Lo invito a tomar su Biblia y si no trae una con usted, puede tomar una de las que están detrás de las bancas. Y acompáñeme al cuarto capítulo de Efesios. Y vamos a comenzar a examinar los versículos 11 al 16. Efesios 4:11-16.
Para nuestros amigos que nos visitan, quisiera decirles que el compromiso del ministerio aquí en Grace Community Church consiste en enseñar sistemáticamente la Palabra de Dios. Y durante la mañana y la noche continuamos estudiando libro, tras libro; y actualmente, en las mañanas estamos ocupados con el estudio de Efesios. Y en las noches, estamos estudiando el Evangelio de Mateo. Y el próximo domingo por la noche regresaremos a Mateo capítulo 5, comenzando la tremenda porción de las bienaventuranzas. Entonces, debe asegurarse de planear estar aquí con nosotros, conforme continuamos en nuestro estudio. Y estaremos leyendo por adelantado para que el Espíritu de Dios prepare su mente para lo que tenemos por delante.
Alrededor de nueve años atrás, cuando enseñamos Efesios por primera vez, estableció el ritmo y la dirección y el propósito para esta iglesia. Y fue hace varios años atrás que los ancianos me pidieron si lo volvería a enseñar, porque pensaron que había tantas personas nuevas que necesitaban entender los cimientos del Grace Community Church. Y dije: “muy bien”; y hemos estado disfrutando de un tiempo tremendo estudiando el libro de Efesios aquí ya unos ocho o nueve años después.
Y en el ínterin, Dios nos ha enseñado mucho, entonces ha enriquecido grandemente nuestro estudio juntos. Pero ningún pasaje en toda la Palabra de Dios ha sentido un impacto más grande en el destino del Grace Community Church que Efesios 4, versículos 11 al 16. Cuando salí del seminario y se me dio la oportunidad de pastorear una Iglesia por mí mismo, vine aquí y llegué a ser parte de Grace y fueron muy generosos, porque antes de eso no había pastoreado una Iglesia. Creo que de hecho, tenía poco que ofrecerles fuera de que había hablado en unos pocos campamentos y fueron muy amables en permitirme predicar después de que el doctor Elvee había fallecido. De hecho, conforme he pensado a lo largo de los años desde ese entonces, el doctor Householder murió y después, falleció el doctor Elvee y probablemente, pensaron que sería bueno contratar a uno joven, aun cuando no fuera muy bueno, por lo menos que estuviera aquí por un rato. Y fueron muy amables por eso, pero esos dos grandes hombres establecieron los cimientos.
Pero cuando llegué a Grace Community Church, realmente no sabía nada acerca de qué hacer en una Iglesia en términos específicos. Realmente, ustedes saben, yo no tenía experiencia como pastor de Iglesia ni nada. Realmente no sabía qué hacer y claro, nunca soñé en que algo así pudiera llegar a suceder. De hecho, todavía no lo entiendo. Me siento así como que estoy en el mismo viaje que ustedes y todos vamos juntos tratando de entender por qué y cómo. Pero le doy gracias a Dios por ello.
Pero sabía una cosa. Y me acuerdo que antes de llegar a Grace, había estudiado el libro de Efesios de manera intensa y esta sección, simplemente había capturado mi propio corazón. Y simplemente, me impactaron de manera tremenda los conceptos fundamentales en Efesios 4:11-16. Y me di cuenta de que este podría ser el corazón del ministerio entero.
Y entonces, cuando hablé por primera vez con los ancianos aquí en Grace, ellos me preguntaron qué creía que debería hacer en el ministerio. “¿Cuál crees tú que es tu dirección?” Y dije: “bueno, aquí es donde estoy en mis pensamientos: si tan sólo pudiera comprometerme a perfeccionar a los santos.” En otras palabras, simplemente ministrar la Palabra, edificar a los santos. Después, yo creo que no habría nada más que hacer, porque todo lo demás sucedería. Y les señale el versículo 11 de Efesios 4. El pastor maestro, y hablaremos de eso en un momento en el versículo 11, para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio para la edificación del cuerpo de Cristo.
En otras palabras, si usted quiere edificar al cuerpo de Cristo, entonces los santos van a hacer la obra del ministerio. Y si los santos van a hacer la obra del ministerio, entonces tienen que ser perfeccionados y ése es el trabajo del pastor que enseña. Entonces, yo dije que si ellos me permitían el privilegio de pasar 30 a 35 horas cada semana en el estudio de la Palabra de Dios para poder enseñarle a la gente, ‘realmente creo que pueden madurar y ser perfeccionados y ser totalmente equipados y ser llevados a un lugar de madurez espiritual. Y entonces, ellos llevarán a cabo la obra del ministerio. Ellos mismos. Y la Iglesia sería edificada.’
Y esos hombres generosos, amables, dijeron que estaban dispuestos a hacer eso. Y realmente esa es la historia de Grace Community Church desde mi punto de vista cuando yo entré a la escena. Mucha preparación se había llegado a cabo antes de que yo llegara a la escena. Y simplemente, he podido ser parte de la cosecha de la siembra y le doy gracias a Dios por ello. Pero quiero estudiar este pasaje en esta ocasión y en la próxima vez. Y simplemente, para reenfocarnos lo que creo que más cualquier otro pasaje en toda la Biblia es el cimiento de lo que usted conoce como Grace Community Church en el día de hoy.
Ahora, la frase que clave en todo esto es el versículo 12: “perfeccionar a los santos.” Y todo lo que viene entonces a partir de ahí es el resultado de eso. Cuando los santos son perfeccionados, ellos van a hacer la obra del ministerio. Cuando ellos hacen la obra del ministerio, el Cuerpo será edificado. Entonces, ellos llegarán a la unidad de la fe. Entonces, vendrá el conocimiento del Hijo de Dios. Entonces, vendrá el hombre perfecto, la estatura de la plenitud de Cristo. Entonces, ya no seremos niños llevados por doquier. Entonces, versículo 15, hablaremos la verdad en amor, creceremos en Él y demás.
En otras palabras, todo lo que llega al versículo 16 depende del versículo 12. El perfeccionamiento de los santos es lo más importante en la Iglesia. Y yo creo que los hombres dotados que son dados a la Iglesia son así dados para el perfeccionamiento de los santos. Estamos aquí para madurar a los santos, no para entretener a los santos. No para acurrucar a los santos, no para evangelizar a los santos, sino para perfeccionar a los santos. Y eso realmente tiene dos aspectos.
Aspecto número uno es llevar al creyente individual a la madurez. Y vamos a entrar a eso en esta mañana. Pero el aspecto número dos al perfeccionar a los santos consiste en tomar a los individuos a nivel colectivo que usted tiene y colocarlos en una unidad.
De hecho, en Primera de Corintios capítulo 1, versículo 10, el apóstol dice: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.”
El perfeccionamiento de los santos no es sólo el santo individual madurado, sino que es la unidad colectiva del cuerpo entero llevado a la unidad. Y realmente, creo que éste es el corazón del ministerio. Que cualquier otra cosa que perfeccionar a los santos para un maestro de enseñanza es errar en la dirección de los propósitos de Dios. Entonces, quiero hablar un poco acerca de perfeccionar a los santos en el día de hoy y la próxima vez, en el contexto de este pasaje.
Ahora, permítame comenzar diciéndole esto: en el Sermón del Monte, y estaremos viendo esto en las próximas semanas, el domingo por la noche, Jesús hizo una afirmación tremenda. Una afirmación que me ha asustado desde el momento que fui un alumno en la Universidad. Esto es lo que dijo: “sed pues vosotros perfectos así como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” Mateo 5:48. Sed perfectos.
Ahora, el estándar básico de Dios es perfección. Lo que Dios quiere es perfección. Dios quiere invertir la Caída, como usted puede ver. Dios quiere revertir el problema. Dios quiere deshacer lo que ha sido hecho. Dios busca recuperar el paraíso.
Y la idea en la mente de Dios y la meta y el fin y el resultado en últimas es la perfección del Pueblo de Dios. Y Dios busca esto en tres sentidos, ¿muy bien? En tres sentidos esta palabra puede ser entendida.
Número uno, es lo que yo llamo perfección posicional. Hay un tipo de perfección, y por cierto, la palabra perfección es katartiso en el griego, y significa estar bien equipado, madurado, completo, totalmente crecido. Entonces, puede tener todo tipo de significados diferentes. No tiene que significar perfección absoluta, sin pecado. Puede significar eso, pero hay tres aspectos acerca de su importancia.
Número uno, es lo que yo llamo la perfección posicional. Hebreos 10:14 hace referencia a esto. Y ahí, el escritor de Hebreos dice esta gran palabra “porque por una sola ofrenda Él ha perfeccionado por siempre a los santificados.” Y ahí, el escritor está hablando de la ofrenda del Señor Jesucristo. Cuando Cristo se ofreció a sí mismo en la cruz, cuando Él murió en la cruz, Él llevó a cabo una obra, la cual entonces, cuando es aplicada a usted y a mí nos hace para siempre perfectos. ¿En qué sentido? No en el sentido de nuestra vida diaria, sino en el sentido de nuestra posición delante de Dios, ¿muy bien? De tal manera que cuando me convertí en cristiano estoy en Cristo. Y recuerde que hemos visto esto a detalle en los primeros tres capítulos de Efesios.
Cuando yo me convierto en cristiano, la justicia de Cristo me es imputada. Cuando me convierto en cristiano, la naturaleza de Dios es mía. Vuelvo a nacer con una simiente que es incorruptible. En otras palabras, para el cristiano, hay un lugar perfecto delante de Dios santo, incontaminado, es una novia casta, sin mancha, sin arrugas posicionalmente.
Ahora, ése es el primer tipo de perfección que Dios desea. La llamo perfección posicional y viene por la salvación. Cuando usted fue salvo en los ojos de Dios, Él lo ve como perfecto, tan perfecto como Jesucristo, porque la justicia de Cristo le es imputada a usted. Ese es el mensaje de la gran sección redentora en el libro de Romanos.
Hay un segundo tipo de perfección que debe ser entendida y eso es lo que podríamos llamar perfección definitiva. Además de nuestra perfección posicional ahora, la Biblia habla de una perfección definitiva. De hecho, de nuevo, es Hebreos la que nos da la palabra. Capítulo 12, versículo 23 en donde habla de los espíritus de los hombres justos hechos perfectos. Y él, ahí ha hecho referencia a los santos con el Señor. Ahora escuche, hay tipo de perfección entonces, que viene cuando usted muere y va a estar con el Señor, ¿verdad? Usted deja la carne.
Entonces, la perfección para posicional en ganada por la salvación. La perfección definitiva en ganada por la glorificación. Viene una perfección en el futuro para toda persona, para cada uno de nosotros cuando nuestro Espíritu será hecho perfecto. Cuando inclusive se habrá unido a ese espíritu un cuerpo nuevo, perfecto, glorificado, ¿verdad? Primera de Corintios 15, esa es la perfección definitiva.
Ahora, observe esta. Usted no tuve nada que ver con la perfección posicional. Y nada se le hace a ello. Ya está hecho. Usted no puede hacer nada acerca de la perfección definitiva. Eso sólo puede suceder cuando usted parte.
Pero hay otra categoría. Esa es la que yo llamo la perfección práctica. La perfección práctica, esta es la categoría de vivir aquí y ahora. Y esto es también lo que Dios quiere, que el creyente viviendo aquí y ahora, viviendo en el mundo, quien es posicionalmente perfecto, quien será perfecto en términos definitivos, haga que su práctica esté al nivel de su posición.
En otras palabras, el Señor quiere que usted sea perfecto en términos prácticos. Y me atrevo a decir que en ese sentido, la palabra katartiso no significa pecaminosidad, esto es sin pecado en absoluto. Significa maduro, completo, crecido, totalmente equipado como un adulto como cristiano. Realmente, no hay una tragedia más grande que tener a un cristiano infantil. Y esa es la palabra del versículo 14, ¿verdad? Un niño que es llevado por doquier por todo viento de doctrina y siendo víctima de las estratagemas de hombres y de las tramas de aquellos que están esperando engañar. Dios no quiere que seamos infantiles o inmaduros. Él quiere que seamos completos en práctica.
Ahora, permítame decirlo de esta manera: la perfección posicional en ganada por la salvación. La perfección definitiva es ganada por la glorificación. La perfección práctica es ganada por la santificación. El proceso de madurez como un cristiano. Y entonces, yo me veo de esta manera: Dios me ha dado como un maestro que enseña, Dios ha dado a otros hombres como evangelistas y en el pasado, profetas y apóstoles como dicen el versículo 11, con un propósito en mente. No para perfeccionar a los santos posicionalmente, Cristo hace esto. No para perfeccionar a los santos, definitivamente. Dios hace esto. Sino para trabajar en madurar a los santos aquí y ahora. Ésa es la tarea. Ése es el trabajo. No tenemos otro. Y entonces, estamos comprometidos con eso. De esto está hablando el pasaje, de que perfeccionemos a los santos.
Observe el versículo 13, que llevemos a la gente a ser un hombre perfecto, a la madurez de la estatura de Cristo. Versículo 14: “ya no sean niños.” Versículo 15: “que crezcan en Él,” ¿se da cuenta? La idea entera de desarrollar, madurar, perfeccionar, edificar a los santos y la realidad tremenda en esta: que cuando usted edifica a los santos, dice el versículo 12, ellos harán la obra del ministerio. Es algo fantástico. Usted puede llevar a cabo la tarea si tan solo usted tiene a cristianos maduros. Ése es el plan; y veremos mucho más de eso la próxima vez.
Ahora, estamos aprendiendo algo en nuestro estudio de Efesios, ¿no es cierto? Estamos aprendiendo que el libro está dividido en dos partes, como es el caso con todas las epístolas de Pablo. La primera parte es doctrinal, la segunda parte es práctica. Y después del tremendo cimiento doctrinal de los capítulos 1 al 3, el capítulo 4 comienza a definir cómo es que usted debe vivir. Y Pablo coloca todo bajo una sombrilla. Y esa sombrilla es lo que yo llamo el andar digno. El andar digno.
Y, ¿cuál es el andar digno y qué involucra? En primer lugar, es un andar en humildad, ¿no es cierto? Ya vimos eso. En segundo lugar, es un andar de unidad. Un Señor, una fe, un bautismo esforzándose por mantener la unidad del Espíritu y el vínculo de la paz. Y después, vimos que es un andar en el ejercicio de los dones que Cristo nos ha dado y ahora, aprendemos que es un andar hacia la madurez. Va hacia arriba. Es ascendente. Está creciendo.
Eso es lo que Dios quiere para Su Iglesia. Y le voy a decir algo, estoy tan emocionado porque tengo el privilegio de estar aquí de pie y verlos a ustedes y en muchos, muchos casos, muchos de ustedes que conozco y por los que puedo agradecer a Dios, han madurado en Jesucristo por su compromiso con Él, por su estudio diligente de la Palabra de Dios; y ustedes son la razón por la que Dios está bendiciendo este ministerio. Y ustedes son la razón porque se han comprometido a los principios o con los principios de estudiar y nutrirse a sí mismos que los hace crecer. Le doy gracias a Dios por eso. Ése es el corazón entero del ministerio. Ésa es la razón por la que hacemos lo que hacemos. No hay nada más en el ministerio más que madurar a los santos.
Usted pregunta qué hay acerca del evangelismo. Eso vendrá, eso vendrá. Cuando los santos son edificados, lo que sucede está en el versículo 15. Ellos comienzan a hablar la Verdad en amor. Ellos comienzan a salir. Ellos comienzan a evangelizar a partir de su madurez. Permítame ayudarle a entender esto y cómo esto fue tan importante para los apóstoles, para el Nuevo Testamento. Segunda de Corintios 13:11 dice, y aquí está la última palabra de Pablo a los Corintios, después de 29 capítulos. Esto es lo que les dice: “Finalmente hermanos, me despido,” escuchen esto, “sed perfectos.” ¿Escuchó eso? Eso resume 29 capítulos. Quiero su madurez. Usted descubrirá que el escritor de Hebreos tuvo el mismo sentimiento. Hebreos capítulo 13, versículo 20: “ahora el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús el gran Pastor de las ovejas mediante la sangre del pacto eterno, os haga perfectos en toda buena obra para que hagáis Su voluntad haciendo en vosotros lo que es agradable a Sus ojos.” El perfeccionamiento de los santos fue el gran deseo de Pablo, el escritor de Hebreos hizo eco de lo mismo.
Y en 1 Pedro 5, versículo 10, Pedro dice: “pero el Dios de toda gracia quien nos llamó a Su gloria eterna por Jesucristo, después de que hayáis sufrido por un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione.” Fuera Pedro, fuera el que escribió Hebreos, fuera Pablo, fuera Jesús en el Sermón del Monte, fuera el apóstol colocándolo a nuestros pies como maestros y pastores y evangelistas, el principio es siempre el mismo. El trabajo consiste en contribuir a que los santos maduren. Edificarlos. Ése es el ministerio. Y créanme, nada más que eso satisface el corazón de Dios.
En 2 Corintios 1:7 Pablo lo dijo: “Así pues teniendo estas promesas, amados.” Basado en la teología, basado en el contenido, basado en lo que Dios ha hecho, limpiémonos de toda contaminación de carne y espíritu perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Él dice: movámonos, avancemos hacia la madurez. Y usted dice ‘esos maravilloso, John, pero ¿cómo llegas ahí? ¿Cuáles son los principios?’
Bueno, permítame decirle esto en primer lugar: el agente de la perfección es del Espíritu Santo. Ahora, quiero que entienda eso. Ni por un momento yo creo que ningún ser humano puede perfeccionar a los santos. Yo no creo eso. No creo eso en absoluto. Yo creo que el único impacto que yo puedo tener en la madurez de alguien más, es cuando el Espíritu de Dios está operando a través de mí en ellos o para ellos. Permítame mostrarle por qué digo eso.
Gálatas, capítulo 3. Los gálatas habían sido ministrados inicialmente por el apóstol Pablo con grandes resultados. Muchos de ellos, fueron salvos de manera maravillosa y se comprometieron con Jesucristo. Y grandes cosas habían sucedido. En medio de todo eso, habían sido inundados por algunos legalistas que entraron y dijeron’ no es suficiente tener a Cristo, tienen que tener la ley mosaica, tienen que circuncidarse, etcétera.’ Y entonces, comenzaron a seguir un camino de legalismo y pensaron que ellos se iban a madurar a sí mismos. Ellos iban a esforzarse por sí mismos. Ellos iban a crecer por sí solos. Era algo así como comer por usted mismo para crecer, usted sabe. Comenzando con sus dedos y darse cuenta de que simplemente come hasta llegar a la madurez y con lo que termina al final es cero. Lo iban a hacer por su propia justicia personal. Iban a alimentarse de sí mismos.
Y entonces, él les dice en Gálatas 3:3, grandes palabras, “sois tan necios, tan necios habiendo comenzado en el Espíritu, ¿ahora van a ser perfeccionados por la carne?” ¿Están bromeando? ¿Son tan necios que creen que pueden nacer del Espíritu, ser morados por el Espíritu, colocados en el cuerpo por el Espíritu, energizados, capacitados por el Espíritu y ahora se pueden perfeccionar en la carne? Y en esa declaración, la semilla de la verdad es esta: que el agente de la perfección es el Espíritu.
En 2 Corintios 3:18, el apóstol dice: “conforme ven la gloria del Señor, ustedes serán cambiados en Su imagen.” Y eso es madurez. De última, el fin de la madurez es semejanza a Cristo. Serán cambiados a Su imagen ascendiendo de un nivel de gloria al siguiente por el Espíritu Santo. Eso es lo que dice. Él es el agente de la perfección.
Entonces, yo le digo a usted que el proceso espiritual de perfección sólo puede ocurrir en la vida de un individuo que ha cedido al Espíritu Santo. Por eso le estoy diciendo que yo podría predicar hasta que estuviera morado y podría gritar todo lo que quisiera y podría enseñarle, y sus otros pastores pueden enseñar y los otros ancianos y los maestros; y podríamos seguir y seguir y seguir y usted podría estudiar todo lo que quisiera. Pero a menos de que su vida esté sometida a la energía del Espíritu de Dios, no va a haber principio de crecimiento en operación. En tantas palabras, eso es todo.
Entonces, el agente de madurez y crecimiento y perfección de ser equipados es el Espíritu Santo. ¿Qué tipo de herramientas usa? Bueno, permítame mostrarle algunas. En primer lugar, Santiago capítulo 1. El perfeccionamiento de los santos, en primer lugar, depende de algo que quizás no siempre nos gusta. Pero tiene que estar ahí y está en Santiago 1, versículo 2. Él dice: “hermanos míos tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.” Su Biblia podría decir tentaciones, peirasmos en el griego significa una prueba. Es una palabra neutral o una tentación dependiendo de lo que sucede. Ahora, tened por sumo gozo cuando caigan en una prueba. O una prueba sería la mejor palabra, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, mas tenga la paciencia su obra perfecta para que seáis perfectos y cabales sin que os falte cosa alguna.
Ahora, escuche esto: una de las cosas que lleva a la perfección, una que tiene una obra perfecta, que lo hace perfecto y sin que falte nada entonces, son las pruebas. Entonces, una de las cosas que el Espíritu Santo usa son las pruebas. El Espíritu de Dios va a traer a su vida oportunidades para que usted haga lo correcto en contraste a lo incorrecto. La manera en la que usted escoge es un ejercicio de su músculo en una u otra dirección. Cada vez que usted escoge algo correcto, en lugar de algo incorrecto, cada vez que usted llega a la encrucijada de la decisión, usted va por el camino correcto, ha estirado su músculo espiritual, se ha fortalecido asimismo. El Espíritu de Dios va a colocar en su camino obstáculos, pruebas, oportunidades para que usted ejerza su fe en Dios en contraste a creer en usted mismo. Son oportunidades para que usted confíe en Dios frente a toda la oposición. Él va a hacer eso para probar su fe. Él va a estirarlo, por ejemplo, en una oración prolongada que usted ofrece y nunca parece obtener la respuesta para probar su confianza y su fe.
Estas son pruebas que ayudan a perfeccionarlo. Que estiran su músculo. Que lo ejercitan así como un pequeño niño comienza a ejercitar sus miembros y es parte del proceso de su crecimiento. Y hay otra cosa que está ligada de cerca a esto. Esas pruebas algunas veces traen sufrimiento. Y eso también está bien porque dice 1 Pedro 5:10 que “Cristo Jesús y Dios están operando para perfeccionarlo.”
Después, él dice “después de que habéis sufrido por un poco de tiempo.” En otras palabras, algunas veces estas pruebas se convierten en cosas muy tristes. Algunas veces, el hacer de un hombre y el hacer de una mujer demanda algo de dolor y algo de sufrimiento. Y si es bien recibido y si se responde de una manera correcta, y si usted avanza en medio de esto, entonces habrá victoria, va a estirarse y va a haber fortalecimiento y nuevas dimensiones de conquista espiritual.
Entonces, el Espíritu Santo usa pruebas y el Espíritu Santo usa sufrimiento. Ahora, permítame añadir esto. Ése es el asunto de Dios. Dios no nos llama a hacer eso. Yo no estoy aquí para hacerlo sufrir. Puedo hacerlo de vez en cuando. Si lo hago, me disculpo. No estoy aquí para presentarle todo tipo de pruebas. Esa es la obra de Dios. Dios se va a encargar de las pruebas y Dios se va a encargar del sufrimiento en su vida.
Hay otro elemento de crecimiento que es el más importante de todos y ahí es donde diferentes hombres de Dios entran en juego. Es éste, observe 2 Timoteo capítulo 3, versículo 16. Un texto muy conocido. Eso es lo que dice: “toda la Escritura es inspirada por Dios. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.” Y hay una secuencia aquí que es hermosa. No vamos a pasar tiempo en esto por ahora.
Pero el resultado es que ‘a fin de que el hombre de Dios sea’, ¿cuál es la siguiente palabra? ‘Perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.’ Ahora, observe que la meta entonces es que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. ¿Cómo llega usted ahí? Toda la Escritura es dada. Escuche, la herramienta más grande que el Espíritu Dios tiene para perfeccionar a los santos no es nada más que las Escrituras. ¿Lo ve? Son las Escrituras. Y ésa es la razón por la que cuando el Señor me capacitó para venir aquí a Grace Community Church, me comprometí con enseñar la Palabra de Dios. Con continuar enseñando la Palabra de Dios. Dios se va encargar de las pruebas. Dios se va a encargar del sufrimiento. Todo lo que pide de mí es enseñar la Palabra de Dios, porque ese es el agente de hacer del hombre de Dios perfecto.
Pedro lo dijo de esta manera: “de ser como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada para que por ella” ¿qué? “crezcáis.” ¿Alguna vez se ha dado cuenta de que un bebé sólo quiero una cosa? Los bebés no quieren muchas cosas. Quieren una cosa. Y entre más gritan y más lloran es por una cosa: usted se lo da y están callados. Eso es todo. Y todo se reduce a una cosa. Y como una analogía tremenda que Pedro está haciendo, él está diciendo que es el enfoque único de un bebé, sin distracciones que quiere una cosa. Eso es lo que debe caracterizar a un cristiano, que tengan la misma concentración, sin distracción alguna por tener hambre y sed de la Palabra de Dios. Porque así como la leche trae crecimiento a ese bebé, así también la Palabra de Dios trae crecimiento al hombre y a la mujer de Dios.
Ahora, éste es el propósito de la Iglesia, el perfeccionar a los santos. Porque cuando ellos maduran, entonces todo lo demás sucede, ¿se da cuenta? El evangelismo y el ministerio, todo sucede a partir de este elemento de maduración. Esa es la clave. Entonces, veamos el texto y simplemente, consideremos el primer punto en un bosquejo que veremos esta semana y la próxima.
Efesios 4, si vamos a perfeccionar a los santos Pablo sabe que debemos reconocer cuatro cosas. Cuatro cosas que son básicas para esta exposición maravillosa aquí. Los predicadores de la perfección, el progreso a la perfección, los propósitos de la perfección y el poder de la perfección.
En esta ocasión, veremos el punto uno: los predicadores de la perfección. Si de hecho, el perfeccionamiento de los santos, el que es la tarea, entonces esto es aquello en lo que Cristo se enfoca. Observe rápidamente este repaso. Le dije que en los versículos 7 al 11 de Efesios 4, si usted estuvo aquí la semana pasada, recordará que Cristo conquistó a Satanás, la muerte y el infierno y el pecado en la cruz, ¿verdad? Y que Él descendió y vino como un conquistador, ascendiendo al monte Sion después de la gran victoria. Y Él tenía un botín con Él que Él había capturado la cruz. Y Él toma ese botín y dice en el versículo 8, antes del paréntesis, que Él dio dones a los hombres. ¿Y cuáles son los dones que Él dio? Versículo 11, “y Él dio a unos y Él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas y a otros evangelistas y a otros pastores y maestros.”
Escuchen amados, estos hombres dotados son los dones, los regalos de un Cristo de gracia a Su amada Iglesia. Y Él le ha dado a la iglesia apóstoles. ¿No le da gusto que lo hemos tenido? Usted no tendría doctrina en absoluto si no hubiera estado allí. No habría Nuevo Testamento sino fuera por los apóstoles. Todo libro del Nuevo Testamento ha sido escrito por un apóstol, hasta donde sabemos, o por un asociado cercano de un apóstol, hasta donde sabemos. Fueron la médula y el corazón de la nueva revelación. Y los profetas, los que predicaron y se alinearon con los apóstoles y establecieron la aplicación local de la teología apostólica.
¿Que seríamos sin la base tremenda de la fundación o del cimiento de la Iglesia que le dieron a esa primera Iglesia, la cual equipó y la capacitó para alcanzar a su mundo y comenzaron a esparcirse, así como somos parte de ellos también? ¿Y qué sería estar sin evangelistas y pastores que nos enseñen? Estos son los regalos del botín de Cristo ganado en la cruz cuando Él llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres. Algunas de esas cosas, Él las ganó en esa batalla y le fueron devueltas a la Iglesia como regalos de gracia.
Entonces, vimos que nos es sólo la idea de que Él dio dones a los individuos, sino que dio hombres dotados a la Iglesia en general. Estos son los predicadores de la perfección y la tarea es la misma siempre, amados. ¿Notaron eso? Simplemente me abruma.
Observe el versículo 11, algunos apóstoles, algunos profetas, algunos evangelistas y algunos pastores maestros todo para el perfeccionamiento de los santos.” ¿Ve usted como todo regresa al Sermón del Monte? Sed vosotros perfectos como vuestro Padre que está en el cielo es perfecto. Esta es la voluntad de Dios. Este es el meollo. Y sea que usted sea apóstol, profeta, evangelista o pastor maestro, nunca ha cambiado. Nunca ha cambiado. Para madurar a fin de perfeccionar, de madurar a los santos.
Ahora, veamos a estos hombres y ya los hemos estudiado antes. Entonces, no voy a pasar mucho tiempo en esto. Simplemente, voy a tocar algo de ellos de manera ligera. Pero quiero recordarle acerca de la naturaleza maravillosa de estas cuatro categorías.
En primer lugar, estaban los apóstoles. Creo que ha habido muchos malentendidos acerca de los apóstoles. Y se lo voy a explicar de la manera más simple que pueda. Yo creo que hubo varias cosas que hacían de un apóstol alguien único. Los apóstoles, en primer lugar, fueron fundamentales para la Iglesia. De regreso en el capítulo 2, observe el versículo 20, dice: “que la Iglesia,” y él ha dado varias metáforas y símiles y analogías de la Iglesia en este capítulo; pero él dice “la Iglesia básicamente, de la manera en la que usted la ve, está edificada sobre fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. Y a partir de ahí, en quien todo el edificio bien coordenado va creciendo para ser un templo santo en el Señor.”
En otras palabras, simplemente para recordarle lo que estudiamos cuando estuvimos en ese texto, hace algunos meses atrás, que los apóstoles y profetas fueron para el fundamento de la Iglesia. Y ya no existen. Tuvieron su época. Tuvieron su día. Su época fue una época de fundamento, de cimiento. Y también podría añadir que tuvieron un ministerio de revelación.
En otras palabras, recibieron revelación directa por parte de Dios. No estudiaron el Nuevo Testamento. Ellos lo estaban escribiendo. O estaban enseñando sus verdades como fue revelada a los apóstoles. Pero su ministerio fue de revelación y veo esto en el capítulo 3, versículo 5, en donde el apóstol Pablo dice que “los misterios del Nuevo Testamento, que en otras generaciones no se dieron a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu.”
Entonces, en un sentido único, tuvieron un ministerio de revelación. El Espíritu de Dios les habló de manera directa a ellos verbalmente, dieron la misma palabra de Dios y eso es porque no había un Nuevo Testamento para la primera Iglesia. Entonces, estos hombres únicos, dotados de manera directa y personal por Dios y francamente, fueron designados de hecho por el Señor Jesucristo, Primera de Corintios 12:28, usa el verbo etheta, lo cual significa designado, establecido. Tuvieron una designación específica como otras responsabilidades dada la Iglesia. Pero la suya, fue única de manera maravillosa porque fueron llamados personalmente por Jesucristo.
En otras palabras, los apóstoles, con A mayúscula, los que conocemos como los doce más Matías, quien reemplazó a Judas, quien fue falso, y el apóstol Pablo fueron verdaderos apóstoles. De manera personal, observen, llamados de manera personal por Jesucristo cada uno de ellos. Debido a que Jesucristo llamó al apóstol Pablo en la experiencia única del camino a Damasco, debido a que no ha habido otro establecimiento personal, una designación personal por parte del Señor Jesucristo a ser apóstol.
Y quiero añadir rápidamente esto: no hay algo tal como sucesión apostólica. No hay nada como eso. Los apóstoles no le trasmiten su apostolado nadie por herencia o de ninguna otra manera mediante el voto de cardenales o mediante nadie más. El Papa Juan Pablo I podría ser un hombre maravilloso, pero él no es parte de una sucesión apostólica. No hay algo tal. La Biblia no habla de nada así.
De hecho, son tan únicos que en Lucas capítulo 2, versículo 28, nos da la palabra de nuestro Señor Jesucristo a ellos. “Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en Mi prueba. Yo pues os asigno un reino como Mi Padre me lo asignó a Mí para que comáis y bebáis a Mi mesa en Mi Reino y os sentéis en tronos juzgando a las 12 tribus de Israel.” En otras palabras, hubo un número equivalente de apóstoles para ser equivalente al número de tribus en Israel para que cada uno, de manera única, gobierne una tribu. No puede haber más.
Ahora, usted puede discutir acerca de que si Pablo es el doceavo o Matías. No sé cómo pueda manejar esto. De manera personal, creo que Matías es el doceavo y Pablo va a tener tareas especiales durante ese tiempo, pero lo que sea. Son únicos. Dios sólo designó a doce. Y Dios estableció que en el reino milenario hubiera 12 para que tuvieran lugares únicos de liderazgo. No creo que haya sucesión apostólica, un apostolado continuo. Llevarán a cabo su ministerio, tuvieron un ministerio triple: predicar, sanar enfermedades y echar fuera demonios. Establecieron el fundamento de la Iglesia teológicamente para que cuando la Iglesia de congregara, en Hechos 2:42, estudiaran la doctrina de los apóstoles. Su ministerio fue tanto revelador como reiterativo. Dieron revelación directa por parte de Dios y después, algunas veces, volvieron a predicar algo de esa revelación que habían recibido. Pero establecieron un fundamento doctrinal para la Iglesia y establecieron tanto teología como congregaciones de iglesias.
Ahora, quiero agregar un comentario. Hay otra categoría de personas en la Biblia llamadas mediante el término apostello o apostolos. Pero no es un apostolado oficial. Y la distinción es hecha de manera maravillosa. Hay otros hombres que vemos como enviados, lo cual apostello significa. Enviar. Y son llamados en 2 Corintios 8:23, y esto es importante, apóstoles de la Iglesia o de las iglesias. Es plural. Apóstoles de las iglesias.
En otras palabras, los apóstoles del Señor Jesucristo y los enviados de las iglesias son dos categorías diferentes. Una fue designada por el Señor Jesucristo mismo, los otros fueron designados por la Iglesia y enviados para ministerio en la Iglesia, todavía está haciendo esto. Y todavía tenemos algunos con un a minúscula. Pero no con A mayúscula. No los apóstoles de Jesucristo. Ellos tuvieron una función de fundamento, de cimiento. Pero estoy tan endeudado con ellos; y tengo que admitir que diría que mi vida ha sido perfeccionada, si de hecho, hasta el grado que ha sido perfeccionada, más madurada, mi vida ha sido más equipada por el ministerio de los apóstoles más que a través de cualquier otra persona humana fuera, obviamente, de la Trinidad. Porque es la verdad enseñada por los apóstoles lo que ha moldeado de mi vida. ¿No es eso verdad en su vida? Ellos son los que primordialmente perfeccionan a los santos. Y añadiría esto: sólo conforme yo le transmito a usted, le enseño la verdad de los apóstoles, puede usted ser perfeccionado. Bueno, le voy a dar mi opinión. Usted pierde y yo pierdo. Cuando yo le enseño la doctrina de los apóstoles, este es el proceso de perfección. Entonces, estamos endeudados con ellos.
Y después, hubo otro grupo, los profetas. Ahora, estos no son los profetas del Antiguo Testamento, estos son los del Nuevo Testamento. Es mejor llamarlos predicadores del Nuevo Testamento. Proclamar, propheme, hablar delante de, proclamar, hablar. Lo que ellos hicieron fue, en cierta manera, estar detrás de los apóstoles.
Ahora, observe que los apóstoles se movieron por varios lugares, eran itinerantes. Ellos iban a un área en donde Cristo no había sido nombrado, predicado. Establecían una Iglesia, le edificaban y continuaban, y seguían adelante. Y aparentemente, los profetas fueron los que continuaron predicando a aquellas iglesias organizadas. Eran la especie de hombres que seguían a los apóstoles. Y volvían a predicar la gran doctrina apostólica. Y de vez en cuando, recibían revelación directa. Pero cada vez que tenemos un ejemplo de revelación directa, un profeta en el Nuevo Testamento, tiene que ver con la vida práctica de la Iglesia. Sólo tenemos un par de ejemplos. Una vez, Agabo predijo un hambre afectaría a la Iglesia. Otra vez, predijo que Pablo sería hecho un prisionero. Recuerde que él lo ató con su cinto y todo en Hechos.
Entonces, parece como si los apóstoles se concentraron en teología y los profetas se concentraron en la aplicación práctica de eso a la Iglesia local. Entonces, en muchas maneras los apóstoles fueron los precursores de los evangelistas que salieron y proclamaron a Cristo y fundaron iglesias y ganaron gente para Cristo. Y los profetas entraron e hicieron aplicación práctica para la Iglesia. Fueron más como pastores que enseñaban.
Ahora, estos hombres no fueron como los apóstoles. No necesariamente tuvieron los dones y los ministerios. No tuvieron esa capacidad de hablar revelación divina en la misma medida que los apóstoles lo hicieron. Y esa es la razón por la que en 1 Corintios 14 Pablo le dice ‘los profetas,’ dice él, ‘mas va de que dejen que los espíritus de los profetas estén sujetos a los profetas.’ En otras palabras, tienen que revisar, verificar a los profetas y tiene que haber una rendición de cuentas mutua entre ellos, porque algunas veces las cosas que dicen no son verdad, de tal manera que el poder de los apóstoles es disminuido cuando llega al nivel de los profetas.
No obstante, fueron estratégicos en los primeros años de la Iglesia. Y hubo tantos falsos profetas que era algo importante que Dios tuviera Sus verdaderos predicadores en lugar de que ‘profetas’ significara alguien que predice el futuro.
Claro, eso fue parte. Eran los predicadores que predicaban esta doctrina apostólica, que la aplicaban a las iglesias locales y estamos endeudados con ellos. ¿Y quiere saber algo? Si la Iglesia no hubiera crecido en el libro de los Hechos, la cadena se habría roto y no estaríamos aquí, ¿verdad? Esos hombres fueron estratégicos.
Escuche, el perfeccionamiento de los santos aquí en Grace Community Church en gran parte se le puede atribuir con gratitud a Dios por la obra que los profetas llevaron a cabo al mantener la continuidad de la Iglesia fluyendo porque hubo un día cuando los apóstoles desaparecieron. Cuando terminaron, de hecho la última vez que los volvemos a ver en Hechos 15, en el concilio de Jerusalén.
Y a partir de ahí, en cierta manera, se desvanecen. Y fue el ministerio de estos profetas lo que sostuvo a la Iglesia. Esos grandes predicadores a lo largo de la época de la primera Iglesia. Yo creo que ellos también tuvieron una función de fundamento, de cimiento y han terminado.
Y ya se acabaron. Y ya murieron. No creo que en la actualidad haya profetas en el sentido de recibir revelación. En el sentido único de esta era, fueron al fundamento, el cimiento. Fueron los que recibieron los misterios como vemos en Efesios 3 y después, también encontramos otros dos ministerios. Observe de nuevo el versículo 11: los apóstoles y los profetas, creo yo, fueron reemplazados por los evangelistas y los pastores maestros. Los pastores que enseñan.
¿Qué es un evangelista? Usted dice ‘bueno, yo sé lo que es un evangelista. Un hombre con 15 sermones y 15 trajes.’ Bueno, quizás en la mente de alguien eso es un evangelista. Y quizás esos sean algunos evangelistas. Tenemos muchas ideas. Pensamos en un evangelista si nos remontamos al pasado, hay un hombre con una carpa y tiene ahí aserrín en el piso y está golpeándole a un gran púlpito y gritando acerca de licor, en contra del licor y todo eso. O quizás, pensamos en un evangelista como alguien que tiene cruzadas a nivel de ciudad como Bill Graham. O quizás, pensamos en un evangelista como alguien en la televisión que tiene una estrategia muy refinada, un método muy inteligente de alcanzar a la gente. No sé lo que le viene a usted a la mente cuando piensa en un evangelista, pero puedo retroceder y darle simplemente una idea de lo que es bíblicamente.
Un evangelista básicamente es alguien que presenta a Jesucristo, donde Cristo no es conocido. Ésa es la base. Él presenta a Cristo en donde Cristo no es conocido. Esto es un evangelista. Bastante simple. Y los tenemos en este momento. Y yo creo en la continuidad que ellos siguen después de los apóstoles. Los apóstoles se desvanecieron, cesaron. Su ministerio fue único. Y los evangelistas llegaron y siguieron y el apóstol Pablo le dice al Timoteo -y me encantan estas palabras- ‘Timoteo, haz obra de evangelista’.
Pero escuche, Un evangelista no es un hombre sofisticado que llega a la ciudad y dispara cinco veces y desaparece de la ciudad. No, bíblicamente no. Un evangelista bíblico fue alguien que llegaba a un lugar donde Cristo no había sido nombrado, ganaba gente a Cristo, se quedaba ahí hasta que hubiera levantado una Iglesia, ordenaba ancianos en esa ciudad que pudieran tomar el liderazgo del evangelista de esa Iglesia y después, él se movía a una nueva área.
Escuche, Dios nunca quiere la ignorancia bíblica. Él nunca quiere la ignorancia doctrinal. Nunca dice la Biblia que un evangelista es un nombre que conocen 12 grandes sermones acerca de cómo ser salvo y eso es todo. El evangelismo es la capacidad de entrar, establecer y edificar una Iglesia. O en donde una Iglesia ya existe, un evangelista es alguien que gana gente para Jesucristo. Los integra en la Iglesia y es parte el proceso de maduración.
Si yo fuera a salir y a comenzar una Iglesia ahora, si fuera a comenzar desde abajo, yo sé que Dios me ha llamado a ser un pastor que enseña. Yo me encontraría un evangelista y ése es el equipo que usted encuentra aquí en el versículo 11. Yo encontraría a alguien que pudiera salir y ganar a gente para Jesucristo, que fuera, que tuviera mucha iniciativa, que fuera agresivo al ganar a gente para Cristo y que pudiera traerlos a integrarlos a la Iglesia. Usted sabe, yo le doy gracias a Dios por hombres en Grace Community Church que son este tipo de hombres. Tenemos a evangelistas dotados aquí. Pienso en Rich Hines, quien está ahí fuera en la cárcel, todas las semanas ganando a hombres para Jesucristo. Estos hombres en la cárcel y les está dando seguimiento.
Pienso en Jim George, quien está movilizando a estas personas en nuestra Iglesia para salir y ganar a gente para Cristo. Y algunos de ustedes que están sentados aquí, han sido guiados a Jesucristo por Jim o por alguien que ha sido preparado para compartir al Cristo con usted. ¿Y qué sucede después de que han sido ganados para Cristo? En ese momento, mientras que estoy hablando, esta oficina entera está llena. Cada oficina ahí está llena de pequeños grupos de cristianos que están siendo discipulados para ser llevados a la madurez, porque esa es también la obra del evangelismo.
Y nunca olvidaré cuando en una ocasión estuve en Ecuador y estaban llevando a cabo lo que es llamado evangelismo en profundidad. Y fue interesante. Llegaron y tuvieron esta gran cruzada en la ciudad y entonces, muchas personas fueron salvadas. Creo que fueron como 5000 que tenían ahí en la lista. Y seis meses más tarde, encontraron a dos de ellos en alguna Iglesia en la ciudad.
Eso no es evangelismo en profundidad. Eso es lo opuesto. Y entonces, un evangelista era alguien que se establecía a sí mismo para ganar a gente para Cristo y los edificaba, un discípulador. Eran como apóstoles en el sentido de que entraban, iban al lugar. Los misioneros son así. Van a lugares en donde Cristo no es nombrado para establecer una Iglesia o van para ganar a más para Cristo y añadir a una Iglesia. ¡Qué ministerio tan tremendamente necesario!
Y usted sabe, realmente siento que si la gente en nuestra Iglesia comenzara a hacer esto, y usted sabe, yo creo que hay literalmente cientos de ustedes que quizás Dios pusiera Su mano para llamarlos a ser un evangelista, y pudiera hacerlo en un ministerio de Iglesia local, simplemente porque usted es llamado a ser evangelista, usted sabe, le habla a jóvenes y creen que porque van a ser un evangelista van a dejar la Iglesia y se van. Oiga, ¿se da cuenta de que hay mucha gente perdida aquí en la ciudad de Los Ángeles y tenemos un lugar aquí? Usted puede salir y ganar a tantos como usted quiera para Cristo. Tráigalos aquí y los discipularemos.
Creo que el evangelismo desconectado de la Iglesia local pierde su poder de muchas maneras. Creo que aquí es donde debe estar, en donde usted los puede traer en la disciplina y la amonestación del Señor. Moffett dijo: “mi álbum es el pecho salvaje para escribir el nombre de Jesús aquí y ver al salvaje inclinarse en oración. Ése es el deleite de mi alma.” Y cuando Dios coloca en el corazón de un hombre, quizás él es un evangelista y la Iglesia necesita dar lugar para que funcione en el evangelismo, dentro de sus propias puertas, no soltarlo para que se vaya como alguien itinerante.
Cuatro, la última categoría y no voy a pasar mucho tiempo en esta porque hablo de esto mucho; pero la cuarta categoría de hombres dotados es la de pastores maestros. Y por cierto, esta es una palabra en la construcción griega indica que no son dos palabras, pastores y maestros. Sino que debe ser pastor-maestro. Usted notará que la palabra algunos, la cual viene antes de los cuatro, no está antes de maestro. Y esto es porque no están apartados como una categoría separada. La construcción griega nos lleva a decir esto. Algunos apóstoles, algunos profetas, algunos evangelistas, algunos pastores maestros. Esa es la mejor interpretación, pastores maestros.
Y quisiera añadir esto, la palabra pastor sólo aparece una vez en la Biblia entera y es aquí. Y es algo interesante, es una palabra latina. Simplemente, significa pastoral, como una pastura. Eso es todo. Pero no sé por qué la usaron aquí, porque nos lleva a conclusiones equivocadas.
La palabra en el griego es poimen; y cada vez que esa palabra es usada en la Biblia, siempre es traducida con ley idea de pastorear. Excepto aquí, incluyeron aquí al pastor latino. Pero significa pastor, pastor que enseña. Usted dice ‘bueno, ¿cómo es diferente esto de un evangelista?’ Oh, el evangelista gana a gente a Cristo y edifica al rebaño y el pastor maestro enseña, enseña, enseña y pastorea al rebaño, ¿se da cuenta? De nuevo, un hermoso paralelo. El evangelista es como el apóstol. Él es más itinerante. Él está moviéndose, está ahí afuera confrontando a la gente en el mundo. Y el pastor maestro es más como el profeta que aplicaba la doctrina a la situación local. Él edifica al rebaño.
Ellos estaban establecidos de manera permanente en un lugar enseñando, enseñando, enseñando. De hecho, en Hechos 20, y vamos a llegar a una conclusión, en Hechos 20 cuando Pablo le da instrucción a los pastores del rebaño en Mileto, a los ancianos, a los pastores que estaban ahí, esto es lo que él les dijo en Hechos 20:28. “Mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto como por obispos.” Ahora observe, “apacentar la Iglesia de Dios.” O alimentar. Ahora, usted tiene aquí dos cosas: supervisión y alimentación.
La gente me pregunta qué significa ser un pastor. Y yo digo dos cosas: guía y alimenta. Eso es todo. Guía y alimenta. Guía y alimenta. Supervisar, cuidar y alimentar al rebaño, el cual Él ganó con Su propia sangre. Eso le va a dar una idea, una pequeña idea de lo importante que es el rebaño. Usted sabe, cuando veo a Grace Community Church, veo un rebaño de ovejas que Dios, a través de Cristo, ha comprado con Su propia sangre. Eso es preciado, ¿no es cierto? Y entonces, el maestro que enseña, debe alimentar y guiar. Primera de Pedro, capítulo 5, Pedro dice lo mismo. Apacentad o alimentad al rebaño de Dios, la grey de Dios que está entre vosotros. Alimenta y guía; alimentar y guiar.
Es algo simple, amados. La gente dice: “¡Oh, debe ser complejo ser un pastor!” La gente me pregunta todo el tiempo cómo puede ser posible que pueda manejar a esta Iglesia enorme. Yo no manejo a esta gran Iglesia. No tengo la menor idea de lo que está sucediendo. En la mayoría de los casos. Yo vengo al domingo y leo el Grace Today para saber qué un está sucediendo.
Simplemente estoy comprometido con dos cosas: alimentar y guiar; alimentar y guiar. ¿Y sabe usted algo? En los 10 años que he estado en Grace Community Church, van a ser 10 años en febrero, 10 años que he estado aquí y no he cambiado en absoluto. Hago lo mismo que siempre he hecho. Alimentar y guiar.
¿Cómo guío? Bueno, el liderazgo quiere decir dos cosas: principio y modelo, principio y modelo, principio y patrón. Esas dos cosas. En otras palabras, si usted va a guiar, tiene que conocer los principios que le dan la dirección que Dios quiere que usted siga y usted tiene que ser un modelo o patrón de ellos. El liderazgo no es sólo: ‘esto es lo que vamos a hacer’. Es también vivir para que la gente quiera seguir, ¿verdad?
Entonces, es principio y modelo, principio y patrón. Y entonces, en los años en los que hemos estado aquí y los otros pastores han estado aquí en Grace Community Church, su meta en el liderazgo es decir: “aquí está la dirección de Dios para nosotros, aquí es hacia donde Dios quiere que vayamos. Aquí están los principios y después, aquí está el modelo. Háganlo como lo he hecho.” Usted tiene que reconocer que Pablo le dijo a los Filipenses: “sed seguidores de Mí.” Usted sabe, cuando les dijo “las cosas que han visto y oído en mí, esto haced,” Filipenses 4:9. Tiene que haber modelo así como también principio. Eso es guiar.
¿Qué hay acerca de alimentar? Dos cosas también. Alimentar significa advertir y enseñar. Alimentar significa negativo y positivo. Usted tiene que advertirles lo que no deben hacer y enseñarles lo que deben hacer. Como puede ver, el ministerio muy simple. Son dos cosas: alimentar y guiar. Guiar significa principio y patrón y alimentar significa advertir y enseñar. Eso es todo. Y si un hombre de Dios va a ser fiel, y le digo a los pastores esto todo el tiempo, si un hombre de Dios va a ser fiel en cuidarse a sí mismo en primer lugar y asegurarse de que su vida está bien delante de Dios día tras día, y después simplemente se compromete a sí mismo con dos cosas, guiar a su congregación por principio y patrón y alimentarlos por advertencia y enseñanza, entonces Dios va a hacer que una Iglesia crezca más allá de sus expectativas.
Y ahí es donde usted comienza a ver cumplido Efesios 3:20: “y Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.” Nunca he cuestionado el significado de ese versículo en los últimos años. Solía preguntarme lo que significaba. Ya no me pregunto porque va más allá de cualquier cosa que jamás haya soñado que Dios pudiera hacer. Entonces, hombres dotados dados a la iglesia para perfeccionar a los santos.
Ahora, la mejor parte de este mensaje la dejé para la semana próxima. Y quiero que este aquí. ¡Es tan importante! Oremos.
Gracias, Padre, por nuestra comunión en esta mañana y por hablar a nuestros corazones de una manera tan clara de nuevo a partir de Tu Palabra. Gracias por estas queridas personas, ¡cuánto los amamos y te alabamos por ellos! Oh Dios, pedimos que cada una de ellas madure, que oigan el eco de la oración del apóstol Pablo cuando él estaba advirtiendo a todo hombre y enseñando a todo hombre para presentar a todo hombre perfecto en Jesucristo. Esa es nuestra oración, Padre. La perfección de los santos. Te damos gracias por la promesa que puede ser hecha a través de Tu Palabra y Tu Espíritu, en el nombre de Jesús. Amén.
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