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Conforme hemos estado en estas mañanas de domingo durante los últimos meses, lo invito a acompañarme al libro de Efesios. Que estudio tan rico y tan gratificante y maravilloso ha sido, y lo ha sido para nosotros, y lo será aun conforme cubrimos estos últimos tres capítulos. Efesios capítulo 4, versículos 17 al 24 será nuestro texto para lo que queremos decirle esta mañana. Efesios 4:17, se lo voy a leer para que lo tenga en su mente, y siga conforme lo leo y después compartiremos acerca de lo que enseña.

“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impurezas. Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

Uno de los pasajes más maravillosos en toda la revelación de Dios se encuentra en 1 Juan capítulo 5, versículos 4 y 5, y sirve como una comparación apropiada para nuestro texto en esta mañana. 1 Juan 5:4 dice: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” Creer que Jesús es el Hijo de Dios y mediante dicha fe ser redimido, ser salvados, ser transformado, significa que usted se ha convertido en un vencedor del mundo.

La palabra vencedor simplemente significa victorioso. Es la palabra griega nikao, de la cual obtenemos el misil Nike o Nike, significa conquistar tener victoria, ser superior, vencer. Y una de las realidades básicas de la salvación, es que transforma a un perdedor en un ganador. Transforma a una víctima en un vencedor. Nos hace vencedores. Eso es por la definición misma. Recuerde usted las palabras de nuestro Señor, quien dijo en Juan 16:33, “En el mundo tendréis aflicción, pero tened animo porque yo he vencido al mundo.”

En otras palabras, conforme entramos en Jesucristo, entramos en su victoria sobre el mundo, nos elevamos sobre el sistema, nos elevamos sobre la época mala, nos elevamos sobre Satanás como conquistadores del diablo mismo. Nos elevamos por encima de la muerte como aquellos que podemos clamar con Pablo, ¡Oh muerte, ¿dónde está tu aguijón?! Nos elevamos sobre el pecado conforme oímos el eco de las palabras de Romanos 6, “el pecado no se enseñoreará más sobre nosotros.” Nos elevamos también por encima del mundo, el sistema entero de Satanás, como vencedores.

Y entonces, como cristianos, nos hemos elevado por encima de la época mala. Nos hemos elevado por encima del sistema de Satanás, nuestra ciudadanía es celestial, y como consecuencia vivimos como ciudadanos celestiales, vivimos como vencedores. Pablo incluso va más allá de eso y nos llama no solo “nike” vencedores, sino hupernike, hiper-vencedores, súper-vencedores. Y una traducción, traduce esa palabra “más que vencedores.”  

Entonces, es elemental en la salvación, que es una transformación de victoria, que nos eleva por encima de lo mundano, que morimos a lo viejo y nos levantamos a lo nuevo y somos resucitados con Cristo para buscar las cosas de arriba. Somos los poseedores de una nueva vida, los poseedores de una nueva naturaleza. Tenemos el potencial para vivir como un nuevo hombre, un nuevo estilo de vida, un nuevo andar. Eso es lo que Pablo está buscando.

Los capítulos uno al tres describen lo nuevo en el interior, y los capítulos cuatro al seis describen como esa vida nueva debe operar en el exterior, que debe suceder conforme vivimos, la conducta, el patrón, la conducta, la manera en la que operamos nuestras vidas. Y al darnos un contraste, Pablo realmente aborda este tema, el contraste en los versículos 17 al 24, entre lo viejo y lo nuevo. El hombre viejo o el estilo de vida viejo, y el estilo de vida nuevo y el andar viejo y el andar nuevo.

Verá usted en el versículo 17 que dice, “Esto, pues, digo y requiero en el Señor que ya no andéis como los otros gentiles.” Su estilo de vida debe ser diferente. Como cristiano hay diferencias. Usted, según el capítulo dos, ha sido creado en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios ordenó de antemano para que anduvieses en ellas.” Debe haber una diferencia de la manera antigua, del andar antiguo, del hombre antiguo. Dios los salvó para una vida nueva, los salvó para que fuera diferente, para que fuera transformado. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.”

En 1 Juan capítulo 5, nos dice que hemos vencido. Por el contrario, en el capítulo 5 de 1 Juan, versículo 19 nos dice, “el mundo entero está bajo el maligno.” Esa es una gran diferencia. El mundo como lo conocemos está bajo el poder de Satanás, nos hemos elevado por encima de eso, a la presencia misma de Dios. No somos como los gentiles. Pablo describe a los paganos o a los ‘etnia’ aquí, y en 1 Tesalonicenses 4:5 de esta manera, él dice: “los gentiles que no conocen a Dios.

No estamos entre aquellos que no conocen a Dios. Cuando venimos a Jesucristo somos diferentes, somos cambiados, y nuestro estilo de vida debe encajar con esa nueva naturaleza, esa transformación. Esto es básico para el todo de la vida cristiana y usted lo sabe. Lo ha oído muchas veces. Y Pablo lo está reiterando aquí, creo en términos que quizás no ha pensado antes.

Permítame mostrarle lo que está diciendo. Él describe una vieja manera de vivir con una nueva manera de vivir, dice, así deben vivir en la nueva manera de vivir. Y él compara un viejo hombre y un nuevo hombre. Ahora, el viejo hombre y el nuevo hombre no están hablando de su naturaleza en este pasaje. En algunos lugares en la Biblia puede ser ampliado para incluir eso, pero aquí él está hablando de su estilo de vida. Su estilo de vida antiguo en contraste al nuevo. Debe haber una diferencia tremenda.

Ahora, recuerde esto. La clave de esa diferencia es la manera en la que piensa. ¿Se acuerda eso de la semana pasada? Es la manera en la que piensa que hace la diferencia. El estilo de vida antiguo, con ciertos procesos de pensamiento, el nuevo con un proceso de pensamiento diferente. Esa es la razón por la que el versículo 23 dice que la salvación demanda que usted sea renovado en el espíritu de su mente. Hay un nuevo proceso de pensamiento que se demanda de una nueva criatura, y el Señor de hecho comienza ese proceso en la transformación de la salvación.

Ahora, regresemos al contraste de nuevo, conforme comenzamos en nuestro último estudio juntos. El versículo 17 al 19 describen el andar antiguo y el hombre viejo; versículos 20 al 24, el andar nuevo y el nuevo hombre. Quiero repasar brevemente, ahora recordará de regreso en el capítulo 2, versículo 1 al 3, que se nos dijo que los pecadores andan según el mundo, la carne y el diablo, operan conforme esas tres cosas.

Ahora, aquí vemos una ilustración de cómo opera eso. usted anda conforme al mundo, la carne y el diablo y eso es lo que va a pasar. Y él nos da cuatro características de la manera de pensar y de vivir paganos, cuatro cosas en base a pensar de manera equivocada. Una, está en el versículo 17, y esta es la primera característica de una persona no regenerada, no salva, que no conoce a Dios. Primero, al final del versículo 17, “andan en la vanidad de su mente.” Y la primera característica es lo que llamé vaciedad centrada en sí mismo.

El hombre no regenerado resuelve todo en base a su manera de pensar, su mente. Es su mente lo que es definitivo. Es lo que él piensa, a lo que él se postra, con lo que está de acuerdo, lo que hace la diferencia. El único problema es que él va a seguir su mente a la vaciedad, porque es vanidad, es inútil, no tiene objetivo, no tiene propósito. Vaciedad centrada en sí mismo es característica de nuestra época, es característica de un hombre no regenerado. Él no va a ningún lugar, lleno de sonido y furia, pero no significa absolutamente nada.

Quizás es un eco de la canción de Jackson Brown, quien es una estrella de rock actual, que resume la vida de esta manera, “Voy a comprarme una casa abajo de la sombra de una autopista. Voy a empacar mi comida y voy a ir a trabajar diariamente. Cuando el sol de la tarde se ponga voy a acostarme, y cuando la luz de la mañana venga, voy a levantarme y volverlo a hacer.” Eso es todo. Una vida inútil producida por una vida vana, vacía. Si un hombre opera en base a una mente que no tiene los pensamientos de Dios, y lo único que tiene son sus propios pensamientos, no va a ningún lugar, es inútil, está vacía. Y es vana.

Segunda cosa. En dónde hay una mente inútil, vacía y vana habrá una ignorancia de la verdad. Y esa es la segunda característica de una persona impía, en el versículo 18. “Su entendimiento está entenebrecido, están alejados de la vida de Dios debido a la ignorancia que hay en ellos, y debido a la dureza de su corazón.” Esa palabra dureza, en otras palabras, cuando una persona dice ‘voy a morir y a vivir en base a mi propia mente. Voy a ser el maestro de mi propio destino, seré el capitán de mi propia alma, seré el determinador de mi propio destino, usted puede asegurarse que va a vivir la vida entera en ignorancia, porque el hombre no tiene ninguna respuesta. Si se aísla en el versículo 18, de la vida de Dios, si se aísla a sí mismo de la vida de Dios, él despedaza cualquier posibilidad de llegar a conocer la verdad.

Y entonces, la segunda cosa es una oscuridad deliberada. Espiritualmente está muerte, incapaz de conocer la verdad. Y le mostramos la última vez, implícito en este versículo está el pensamiento aterrador, de que cuando una persona hace una decisión deliberada por basar todo en su propia mente y él se vuelve entonces su propio Dios, y le da la espalda al Dios verdadero, después de cierto punto, Dios simplemente lo deja.

El Antiguo Testamento lo expresa de esta manera, “Efraím se unió a ídolos. Déjenlo.” Romanos 1 dice, “Dios los entregó.” Él los dejó. Si una persona escoge esto, después de cierto punto, Dios los deja ir. Al final del libro de Apocalipsis, capítulo 22, versículo 11, “El que es injusto, todavía sea injusto. El que es inmundo todavía sea inmundo.” Dios los deja ir. Que así sea. Entonces, comienza con una mente inútil centrada en sí mismo, que solo puede resultar en ignorancia, y dicha ignorancia lo lleva en mayor profundidad al pecado.

Y eso lleva a la tercera cosa, falta de vergüenza. Falta de vergüenza. Versículo 19, “los cuales después que perdieron toda sensibilidad.” Bueno, escuche, si usted se aísla de la vida de Dios, irá más allá de cualquier convicción, irá más allá de la sensibilidad del pecado, usted va a perder la sensación de remordimiento, usted va a ir más allá de la realidad de la vergüenza. Cuando usted desea vivir por su propia mente, y usted se aísla de la vida de Dios, usted se aísla entonces de la verdad de Dios, y sin la verdad usted no tiene estándar alguno, usted no tiene moralidad alguna y su vida se va a deteriorar en una degeneración sinvergüenza. Lo vemos, no es cierto, en nuestra sociedad. La sociedad que va a hacer todo a su manera, como consecuencia se aísla de Dios y una vez que hace eso no tiene estándares.

Y después la indecencia no tiene freno. Y eso es exactamente lo que tenemos, no hay base para la moralidad. El término aquí traducido, “después que perdieron toda sensibilidad,” significa tener callo, dejar de sentir dolor, dejar de preocuparse, el deseo personal es todo lo que sienten, es la única sensación que hay y van a conseguir lo que quieren, sea cual sea el costo. Y después otra cosa resulta. Cuando usted va a vivir conforme a su propio estándar y su propia mente, en la inutilidad de su propia mente se aísla de Dios, por lo tanto, usted pierde todo sentido moral, todo equilibrio moral, todo sentido de lo que es correcto, incorrecto, y usted hace lo que es desvergonzado.

Y el resultado es que termina con una cuarta característica, y esa es una mente reprobada, una mente que deja de funcionar. Literalmente ha cauterizado su conciencia, ha quemado su mente, ha despedazado su cerebro de los estándares que Dios ha colocado ahí, usted ha violado la conciencia al punto que la conciencia ya no puede operar. Pasando ese sentimiento dice, “se han entregado a la lascivia, para cometer con avidez toda clase de impureza.” Ahora, ese es el estilo de vida humano. No es muy bonito, ¿verdad? La manera de pensar sinvergüenza, destruirá la mente.

Muy bien ahora, regresemos para repasarlo rápidamente para que lo entienda. Comienza usted haciendo las cosas a su manera, usted piensa sus propios pensamientos y determina su propio destino, se ha aislado de Dios, como resultado vive en ignorancia, ese es el versículo 18. Su corazón va a estar ciego, su cabeza va a estar ciega, como resultado de esa ceguera usted no conoce moralidad alguna, y sin una moralidad se vuelve sinvergüenza, indecente. Y si vive por suficiente tiempo sin vergüenza y sin decencia, quema cualquier proceso de pensamiento que le quede, hasta que llegue al punto en el que totalmente se entrega a la lujuria y opera en inmundicia con avaricia. En otras palabras, no puede tener suficiente vileza en su vida, no puede escarbar suficiente inmundicia.

Ahora, había un restaurante en Hollywood, fui ahí un día, tiene un nombre que refleja la sección de esa parte de la ciudad. Ahora, permítame ver esta palabra lujuria con usted por un minuto. Lujuria es la palabra aselgeia, le conté algo de esto la semana pasada, solo quiero hablar un poco más de esto. Probablemente es la palabra más fea en el Nuevo Testamento. Es una palabra sucia, vil y es usada con mucha frecuencia. Aquí está la esencia de aselgeia, es la persona en cuya alma hay tanto pecado, que está bajo tal dominio que no le importa lo que alguien diga. No le importa lo que alguien piense, no siente nada, no tiene un sentido de decencia, no tiene un sentido de vergüenza en absoluto.

Ahora, esta palabra rara vez ocurre sola, normalmente ocurre con otras palabras. De hecho, permítame darle una idea de eso. Tres veces, aselgeia está conectada con embriaguez, en Gálatas 5:19, 1 Pedro 4:3, y Romanos 13:13. En esos tres pasajes está conectada con la embriaguez, está conectada con una palabra en particular, komos. Komos originalmente era una especie de palabra que no dañaba. Se refería a un grupo de amigos que acompañaba a un ganador en los juegos que iba camino a casa.

En cierta manera, sus amigos, sus compañeros. Pero conforme el tiempo pasó iban camino a casa, se iban riendo, y celebrando la victoria y comenzaban a beber, y empezaban a meterse en más pecado y degeneró en algún tipo de satisfacción personal pecaminosa de manera pública. Literalmente significa ‘celebrando en embriaguez.” Y la aselgeia, la persona que tiene lujuria, es una cuya satisfacción personal no conoce restricción pública. No se refrena en absoluto con respecto a la gente. Está conectado con ese tipo de embriaguez abierta.

En segundo lugar, cuatro veces esta palabra está conectada con adulterio, lujuria, y pecado sexual. En Marcos 7:22, 2 Corintios 12:21, Gálatas 5:19 y 2 Pedro 2:18, está conectada con pecado sexual. Y en cada caso tiene referencia a una persona que no tiene más vergüenza que un animal en satisfacer su deseo sexual. Ahí es en dónde aselgeia encaja. Es el tipo de lujuria que conoce solo su satisfacción, incluso si es algo animal. Una persona aselgeia no tiene más conciencia de la inmoralidad y de la gratificación sexual que un perro. Esa es la palabra.

Entonces, tres veces está conectada con embriaguez, cuatro veces está conectada con un tipo degenerado de lujuria sexual que no conoce diferencia más que un animal. Y tres veces, aquí está la tercera vez que es usada, tres veces es usada con pleonexia, y es usada con eso aquí. Pleonexia es la palabra avaricia, en este versículo. Y tres veces es usada con una lujuria tan incontrolable que la gente ni siquiera conoce sus límites. Es el tipo de situación en dónde si no me das lo que quiero te voy a violar para obtenerlo.

¿Lo ve? Es esa avaricia que está totalmente fuera de control. No es alguna actitud interior aislada, agradable, es una lujuria mala, vil, por aquello que está mal, al punto en dónde es público, al punto en el que no tiene más decencia que un animal, tiene cero vergüenzas, y es tan codiciosa que simplemente se quiere satisfacer de tal manera que nunca puede estar satisfecha. Es la locura de la indecencia de embriaguez sexual, abierta. Esa es la manera en la que los gentiles viven.

¿Y sabe usted de dónde viene todo eso? Dice usted, “Bueno, no todo el mundo ha llegado a ese punto.” Sí, pero nadie en la sociedad humana, tiene recurso alguno para refrenarse a sí mismo, de llegar a ese punto. Es solo por la gracia de Dios que caen los justos e injustos en general en la sociedad. Y la influencia preservadora del Espíritu Santo, y la iglesia preservadora de la iglesia en el mundo, que evita que alguien no llegue al fondo de ese nivel, porque ahí es adonde todo va.

Usted comienza con una mente centrada en sí mismo, piensa sus propios pensamientos, se aísla de Dios, lo cual significa de que es ignorante, y en su ignorancia no tiene moralidad. Y entonces, comienza a vivir como un animal, y una vez que llega a la lujuria, la lujuria es lo más condenador que hay porque no conoce límites, y tiene un sentido de satisfacción decreciente. Y así es, sinvergüenza, vil, violento, ilícito, ambicioso, lujuria avara, codiciosa. Así vive el mundo.

En Romanos 1:29 la palabra pleonexia, avaricia, muestra el pecado de un mundo impío conforme le da la espalda a Dios para satisfacer sus deseos. En Lucas 12:15 la palabra pleonexia, avaricia o codicia, es el pecado de una persona que evalúa la vida solo en términos materiales. Él no puede conseguir suficiente de lo que él quiere. En 1 Tesalonicenses, capítulo 2, capítulo 4 describe una persona que usa su codicia para aprovecharse de otras personas. El hombre que no le importa como es la mujer, después de que acaba de violarla, lo va a hacer de cualquier manera. 

En Colosenses capítulo 3, pleonexia está identificada con la idolatría porque es codicia por adorar a un ídolo en lugar del Dios verdadero. Y en pasaje, tras pasaje, tras pasaje, está conectada con el pecado sexual. Es el deseo por tener lo que es ilícito, es el deseo por tener lo que es prohibido, y es el deseo por tenerlo con tanta fuerza que no tiene conciencia, no tiene decencia, no hay sentido de shock, y usted pisa y destruye cualquier cosa y a cualquier persona que estorba su camino. Este es un estilo de vida que no piensa.

Dice usted, “Bueno, ¿cómo es que la gente llega ahí?” Lo tenemos en toda nuestra sociedad, hay muchos de ellos, créame, por todos lados. Y no hay nada que refrene a nadie que no es regenerado de ir tan lejos. Nada, dentro de sí mismos. Nada, y créame, van a haber más a este límite que jamás, usted lea su Biblia, los malos hombres irán, ¿qué? de mal en peor, conforme nos acercamos al tiempo del regreso del Señor. Van a haber más y más, y más personas así. Especialmente después de que la iglesia sea quitada, la influencia sea quitada.

Y en 2 Tesalonicenses dice, “el que lo estorba ya no estorbará más.” Esto va a volverse una inundación absoluta de la sociedad humana, si no lo es ya así. Dice usted, ¿cómo es que la gente llega a eso? El versículo 19, “se han entregado,” se entregan a eso. Escuche, se lo dije la semana pasada, se lo vuelvo a decir, y después lo voy a ilustrar. Es cuestión de decisiones deliberadas constantes, una decisión tomada suficientes veces se vuelve un hábito, y un hábito cosecha una personalidad, y una personalidad cosecha una virtud o falta de virtud, y una virtud o falta de virtud cosecha un destino, y eso es exactamente lo que sucede en una serie de decisiones. Se han entregado. El pecado es algo por lo que no puede culpar a nadie más que a usted mismo. Usted toma decisiones equivocadas repetidas, una decisión forma un hábito, y un hábito forma una personalidad, y una personalidad forma virtud o falta de virtud, y la virtud determina un destino.

Permítame ilustrárselo. La semana pasada Bob Vernon, del Departamento de Policía de Los Ángeles en nuestra iglesia aquí, me dio un libro llamado La Personalidad Criminal, escrito por dos investigadores judíos, Samuel Yochelson y Stanton Samenow. Se ha vuelto casi como una Biblia para la gente que está en la policía, analizando la conducta criminal. Este es el resultado de quince años de estudio clínico de criminales. Son dos volúmenes de más de mil páginas, y lo que me parece fascinante es que, durante años, y años, y años, el crimen estaba basado en el ambiente, el crimen era el resultado de la conducta inducido por las circunstancias, el tipo de lugar en dónde vivía o lo que su madre le hizo, su padre le hizo, pero después de toda su investigación esto es lo que dijeron, muy interesante.

La tesis del libro es que la conducta criminal es el resultado de una manera de pensar torcida. Como es su pensamiento en su corazón, ¿qué? tal es el. De hecho, en tres secciones del volumen uno, página 251 a la 457, más de doscientas páginas, tres secciones enteras están dedicadas, y cito, “a los errores de pensamiento del criminal.”

Ahora escuche, dicen, y cito: “Abandonar la búsqueda de causa y decidir no operar con sentimientos, evaluamos el patrón de pensamiento criminal.” (Fin de la cita) En otras palabras, dijeron, descubramos como piensa el criminal, y esto es lo que abrió todo. Y esta fue su conclusión. Es sorprendente. Y cito: “El criminal con frecuencia deriva tanto impacto de sus actividades durante fases en las que no está arrestado, como lo hace en el crimen. Los patrones de pensamiento del criminal operan en todos lados, no están refrenados al crimen.” (Fin de la cita)

En otras palabras, del comienzo hasta el fin de la personalidad de la vida criminal hay un proceso de pensamiento que está torcido. ¿Sabe usted cuál es? Esa es una mente reprobada. Eso es simplemente Romanos 1. Y ahora simplemente lo están descubriendo. Es un asunto de manera de pensar. No es el ambiente, es una mente reprobada, es una mente que no es mente. Los policías me lo han dicho una y otra vez, no puedes predecir lo que un criminal va a hacer. ¿Por qué? Porque la capacidad normal de la mente no opera así.

Para esforzarse por explicar la mente criminal, que Dios llamaría una no mente, una mente reprobada, los investigadores dicen esto: Las explicaciones sociológicas no han sido satisfactorias. No es sociológico, citándolos, la idea de que un hombre se vuelve criminal, porque él es corrompido por su ambiente ha sido una explicación demasiado débil.

Ahora, escuche esto, esta es una afirmación contundente. “Hemos indicado,” y cito, “que los criminales vienen de un espectro grande de hogares, tanto, privilegiados como sin privilegios dentro del mismo lugar dónde viven algunos son violadores, y la mayoría no lo son.” Ahora escuche, no es el ambiente que convierte a un hombre en un criminal, es una serie de decisiones que él toma comenzando a una edad temprana. Es correcto.

¿Quiere oír algo interesante? Dicen que en algunos casos usted puede comenzar a detectarlo a la edad de tres años. Decisiones. Decisiones. Escuche, el corazón de un niño es un rebelde, más vale que saque la vara y lo saque de él, porque si no lo hace, no hay duda en mi mente que Satanás ha escogido a ciertos seres humanos en nuestra sociedad para comenzar a edad temprana ese proceso de pensamiento que los va a llevar al lugar de ser los más réprobos de toda la sociedad, para arrastrar a la sociedad entera al infierno. Más vale que lo enfrente.

Procedieron a decir, quizás lo más importante, es que el material en este capítulo ha demostrado que un criminal no es una víctima de las circunstancias, él toma decisiones temprano en su vida, independientemente de su estatus económico, raza, padres, prácticas de crianza de hijos, cambiar el ambiente no cambia al hombre. Es una mente reprobada con la que usted está tratando. Me cautivó tanto ver que algunas personas concluyeron con las cosas que Dios ha estado diciendo durante siglos. Los investigadores dijeron esto: “Eventualmente, el criminal decide que todo no vale nada. Su manera de pensar es ilógica.”

Bueno, el punto de todo esto, únicamente le estoy tratando de mostrar que el hombre se vuelve lo que es, una mujer se vuelve lo que ella es, mediante una serie de procesos de pensamiento, decisiones que toma. Dice usted, “Bueno, ¿cómo es que esa persona llegó a ser cómo tomó una decisión, y otra decisión, para ser lo mismo otra vez, y se volvió un hábito, y se volvió una personalidad y se volvió una virtud o falta de virtud y eso determinó un destino? Y en ese punto Dios dice: “Los dejo.” Una mente reprobada.

Y, ¿sabe algo más que me pareció interesante? La semana pasada le mencioné la palabra ‘operar’ aquí es la palabra ergasia, algunas veces es usada de negocio. No es interesante ver cómo estas personas son tan viles y tan inmundas, que hacen que la inmundicia sea un negocio, lo hacen un negocio. Trabajan con la inmundicia y hacen un negocio de la inmundicia, y son codiciosos, lo usan para producir dinero. Le podría parecer interesante saber que hubo un artículo en la revista Forbes, que alguien me la dio, un artículo principal titulado, La Economía de Clasificación X, escrito por James Cook.

Y pensé que era muy interesante, le voy a decir lo que dijo: “La pornografía ya no es un negocio ilegal. El mercado para la pornografía no está confinado a los perversos, o a otros con problemas emocionales. Por el contrario, la parte más grande del mercado son personas de clase media. En una sociedad que es permisiva, más y más, aquellos que disfrutan de la pornografía tienen la libertad de revolcarse en ella.” (Fin de la cita)

Ahora, aquí hay algo que realmente me sorprendió, según el Departamento de Justicia de California, los pornógrafos de la nación tienen un negocio de más de cuatro mil millones de dólares al año. ¿Sabe usted que eso es más que lo que la industria de las películas, y la industria de la música combinadas producen? Pornografía. Y, por cierto, según un Departamento de Policía de la Costa Oeste, ese es solo la tercera parte de la ganancia real del negocio. Entonces, está más cerca de doce mil millones de dólares al año.

Estas revistas tienen una circulación de dieciséis millones de copias al mes, y genera millones de dólares al año en utilidades. Las películas de adultos, escuche esto, esas cosas raras de triple x en dónde tienen estas cosas, setecientos ochenta de estos cines con estas películas en Estados Unidos, mostrando esas cosas putrefactas, escuche esto, dos millones de personas por semana pasan por la puerta. Tres cincuenta dólares por cabeza, o casi cuatrocientos millones de dólares al año. Otros cien millones entra lo que se llaman juguetes sexuales, pero lo más grande de todos, son las pequeñas tiendas de libros en dónde usted consigue los libros sucios, y ve esos programas, sea lo que sea. Uno de ellos en Nueva York, gana diez mil dólares al año.

El Departamento de Policía de Los Ángeles estima que en nuestra ciudad hay ciento veinticinco millones de dólares anuales invertidos o gastados en esos programas y en esas tiendas de libros. Es un negocio. Va más allá de lo que podríamos imaginarnos. Al Goldstein, uno de los reyes porno en nuestro país, dijo: “Es un negocio de alto riesgo, pero mis abogados ganan tanto dinero como yo, las molestias de la ley no hacen nada. Simplemente baja el margen de utilidad un poco.” Y ahí en medio de esto, hay un hombre que dice ser nacido de nuevo. No lo creo.

Escuche, esa es la vida vieja. Y ahí va a ir, y ha ido ahí. Y usted la ve y yo la veo, pero eso es lo viejo. El apóstol Pablo dice, oigan, escuchen, ustedes, vosotros, versículo 17, “no andéis como los otros gentiles andan.” Esa no es nuestra vida. Ese no es nuestro estilo de vida. No venimos de ahí. Y le voy a decir algo, si cuando usted vino a Jesucristo, no reconoció que eso tenía que ser quitado, entonces no sé si realmente usted fue salvo. Si usted todavía se está aferrando a eso como estilo de vida, cuestiono su salvación, porque Santiago capítulo 4, versículo 4 dice, “la amistad con el mundo es enemistad con Dios. ¡Oh, almas adúlteras, no sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios!

Si cuando usted vino a Jesucristo usted no hizo un corte consciente del sistema de este mundo, cuestiono si su salvación fue genuina, la cuestiono. Si usted no tuvo un sentido abrumador de su pecaminosidad de tal manera que clamó a Dios por misericordia, y la maldad que había en su vida usted quería que Dios lo lavara, cuestiono si usted es un cristiano. 1 Juan 2 dice, “No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en él.” ¿Verdad? No está ahí.

Ahora, cuando usted se volvió cristiano, usted, si realmente fue salvo, y creo que hay muchas personas que piensan que lo son y no son, hay algunos así en esta iglesia, pero si realmente vino, y realmente fue salvo entonces de manera consciente cortó el cordón con el mundo. Ahora, si sigue regresando y sigue llevándolo de vez en cuando, eso es de lo que Pablo está haciendo aquí, no deje que haga eso. Pero cuando usted fue un cristiano, usted tuvo que darse cuenta de que era pecador y estaba rompiendo con el mundo, y usted estaba rompiendo con el sistema. No puede ser una persona inmoral, impía, y simplemente venir y aceptar a Jesús y nunca cambiar su estilo de vida, y decirme que es salvación real. No lo es.

Oí a un hombre en un programa de televisión cristiano la otra noche, y él dijo: “Es tan maravilloso,” dijo él, “es tan maravilloso. No tienes que cambiar nada en el interior, y no tienes que cambiar nada en el exterior cuando vienes a Jesús.” Esa es una mentira del infierno. Si usted piensa que ese es un ministerio, está equivocado. Eso es diabólico. Eso va a enviar a más personas por el camino ancho a la destrucción de lo que va a llevar a personas al camino estrecho, a la salvación.

Más vale que haya un cambio, el mundo tiene su estilo de vida entero, y no es nuestro. Así viven. Viven con sus propias mentes diciéndoles que hacer, viven en ignorancia, viven sin un sentido de decencia, viven en una búsqueda de codicia para satisfacer su lujuria. No nosotros. Y cuando usted vino a Jesucristo, eso fue lo que usted reconoció, su vida iba a ser diferente. Oh, no siempre es fácil. Esa es la razón por la que Pablo dice que no podemos vivir así, no podemos caminar así. Somos diferentes. Ese no es nuestro estilo de vida.

Acompáñeme por un minuto a Hechos 2:37, Hechos 2:37, Pedro predicó un sermón, digo, realmente predicó un gran sermón en el Día de Pentecostés y tuvo un efecto tremendo. La gente realmente fue sacudida, y dice en el versículo 37, “Cuando oyeron esto, fueron traspasados en sus corazones, y estuvieron bajo convicción tremenda y le dijeron a Pedro y al resto de los apóstoles: Varones, hermanos, ¿qué haremos?” En otras palabras, ¿cómo salimos de este desastre en el que estamos? Se dieron cuenta que tenían que hacer algo diferente de lo que estaban haciendo, ¿verdad? Nadie jamás se salvó que no se dio cuenta que tenía que hacer algo diferente de lo que estaba haciendo. Él dijo, lo primero que haces es arrepentirte.

Escuche, yo creo con todo mi corazón que nadie puede venir a Jesucristo, a menos de que se arrepienta. La primera cosa que Jesús dijo cuando vino al mundo, él dijo, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Comienza ahí. Pablo dice en Hechos 20 que él predicó arrepentimiento para con Dios, y después fe hacia nuestro Señor Jesucristo. Arrepentimiento, él dice, “arrepiéntanse,” tiene que hacer un giro consciente del mundo de su pecado, de las cosas malas.

Bueno, vea ahora lo que él procedió a decir. “Bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Cristo, para la remisión de pecados.” Como puede ver, el pecado está involucrado. Tiene que reconocer eso. Y después, dice usted, ese fue el final. Simplemente arrepiéntanse del pasado y adelante. No. Versículo 40, ¿no lo vio? “Y con muchas otras palabras les testificaba y exhortaba”. Dice usted, ¿Qué dijo? Le voy a decir lo que creo que dijo. Él dijo: Les voy a decir algo más. Tienen que cortarse de este mundo. Tienen que ver un cambio en la vida que están viviendo, tienen que darle la espalda a su pecaminosidad, tienen que caminar un andar santo.

Él pudo haber dado el mensaje de Juan. Necesitan ser el que confiesa sus pecados, el que ama a los hermanos. Necesitan ser el que ahora no continua en pecado, si esto es real. Pero él siguió exhortando y siguió testificando, nos dio más instrucción. No fue eso rápido. Para resumirlo dijo esto: “Más vale que se salven de esta generación perversa.” Escuche, nadie se salva si no se da cuenta de que se está arrepintiendo de pecado personal, y rompiendo con la generación actual. ¿Entiende el punto? Eso es básico.

Y no puede venir a Cristo de otra manera. Si vino a Jesucristo pensando que lo único que tenía que hacer era creer, y no tenía que confesar su pecado y reconocer lo que era eso, y no tuvo que cortarse de este mundo malo, no entendió el punto. Sabe una cosa, hay algunas personas cuyas vidas no han cambiado en absoluto desde que supuestamente creyeron en Cristo. Estaban viviendo con alguien, con quien no estaban casados, y todavía están viviendo con ellos. Estaban actuando de manera inmoral y todavía están actuando de manera inmoral.

Estaban cometiendo adulterio y todavía están cometiendo adulterio. Estaban cometiendo fornicación y todavía están cometiendo fornicación. Y mi Biblia me dice en 1 Corintios que los fornicarios y los adúlteros no heredarán el reino de Dios. Punto. Si todavía es su estilo de vida, eso cuestiona su salvación. Eso es lo que él está diciendo. Si usted realmente fue salvo, oiga, ha hecho un rompimiento consciente, si realmente fue salvo, córtese del mundo. Ahora, no va a regresar y hacerlo otra vez. Así es como viven. No como nosotros vivimos. No ande de esa manera. No viva de esa manera.

Ahora, veamos esa segunda parte, el nuevo andar. Y esto simplemente va a tomar un minuto porque ya lo hemos explicado para que vea el contraste. Pablo vio al sistema pagano, él vio los corazones de los hombres petrificados, de tal manera que eran incapaces de conocer el pecado. Los vio tan dominados por el pecado que la vergüenza y la decencia se perdieron. Él vio a los hombres, tanto la misericordia de sus deseos que no les importaba a quien destruían mientras que fueran gratificados. Él vio mentes reprobadas que eran inútiles, sin vergüenza, sin verdad, sin gracia, ese era el andar viejo, él dice.

Permítame contrastarlo con el andar nuevo, de nuevo, vuelvo a decirlo, somos diferentes. Tenemos que ser diferentes. Tenemos un tipo de mente diferente. Como puede ver, no tenemos ese tipo de mente vieja. Tenemos un tipo de mente diferente, pensamos diferente ahora. Pedro la llama en 2 Pedro 3:1, la mente pura, gran término, mente pura. Mente limpia. Limpio entendimiento, una mente renovada, una mente transformada, Romanos 12.

Ahora, ¿cuáles son las características en este contraste con lo viejo? Bueno, lo viejo primer contraste, centrado en sí mismo, inútil. El nuevo, centrado en Cristo, con propósito. Vea el versículo 20, “Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo.” Escuche, una cosa que un cristiano sabe desde el comienzo mismo es que él no hace lo que su mente le dice, él aprende de Cristo. Cristo actúa a través de mí. Cristo ama a través de mí. Cristo sirve a través de mí. La vida que ahora vivo no es mía, sino Cristo vive en mí. Haya pues en vosotros este sentir, o mente, que estuvo también en Cristo Jesús, Filipenses 2:5.

“Cómo yo he hecho a vosotros, así háganlo unos a otros.” Amen como Cristo los ha amado. Si alguno dice que permanece en Cristo, debe andar como él anduvo. Andamos como Cristo, pensamos como Cristo. amamos como Cristo, y servimos como Cristo. Recibo todos mis impulsos de Él. No aprendí de Cristo a caminar en la vanidad de mi propia mente, cuando aprendí de Cristo y lo oí, y fui enseñado por Él, fue para seguirlo a Él.

Entonces, la primer gran diferencia es la persona no salva que camina en la vanidad de su propia mente, y la persona salva camina conforme a la mente de Cristo. Gran diferencia. Realmente le puedo decir, de las profundidades de mi corazón que quiero más que cualquier cosa en mi vida hacer lo que Cristo quiere que haga. ¿Se siente así usted? Simplemente quiero que él opere a través de mí. Jesús dijo que un día aquellos que estaban a su alrededor en los evangelios, Él dijo, “Aprended de mí.” “Más ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí.” Y debido a eso no es inútil, tiene propósito.

Dios tiene un plan de destino para el universo, y mientras que Cristo está operando en mí, Él está operando una parte de la realidad de ese plan, y en el propósito. Entonces, mi vida cuenta. Puedo hacer mucho más abundantemente de lo que puedo pedir o entender, según el poder que actúa en mí. Eso tiene propósito, ¿no es cierto? No es inútil. Escuche, no solo voy a comprarme una casa en la sombra de la autopista, y me acuesto en la noche y me levanto y vuelvo a hacer eso diariamente. No solo estoy viviendo en un ciclo, cada día para mí es una aventura fantástica, porque estoy en medio del plan que Dios está desarrollando para los siglos. Tengo propósito en la vida.

Y entonces dice, lo primero es que tienen un propósito centrado en Cristo, no una vaciedad centrada en sí mismos. Segunda cosa, en lugar de ser ignorantes de la verdad, como son en el versículo 18 ellos, ustedes conocen la verdad. Vea el versículo 21. “Han sido enseñados por Él, si en verdad le habéis oído.” La verdad está en Jesús. Sabe una cosa, cuando usted entrega su vida a Cristo y dice, Cristo tú gobiernas y tú eres el Señor. Y, por cierto, no puede volverse un cristiano hasta que reconozca eso. Creo que no hay manera de convertirse en un cristiano sin reconocer que Cristo es el Señor.

Entonces, cuando le entrega su vida, y dice, gobierna mi vida, entonces usted cae bajo la verdad. Y en lugar de ser ignorante usted conoce la verdad. Oh, la búsqueda por la verdad. Los hombres la buscan, eso, como usted sabe, es el camino más viajado en la historia humana, tratar de encontrar la verdad. La gente es cínica, Pilato dice, ¿Qué es la verdad? Vi una dama en el Lago Ginebra en Wisconsin, en este verano, tenía una playera que decía, “He abandonado mi búsqueda por la verdad.” Debe haber muchas personas en esa categoría, si alguien está haciendo playeras como esa. Debe haber alguien a quien vendérselas.

Pero cuando usted se volvió cristiano, y Cristo actúa a través de usted, Cristo ama y sirve a través de usted, entonces usted va a conocer la verdad. La verdad está en Jesús. 2 Corintios 11:10 dice eso, dice: “Conforme la verdad de Cristo está en mí.” ¡Oh, que gran pensamiento! Pablo dice, “La verdad de Cristo está en mí.” Capítulo 5 de 1 Juan de nuevo, y versículo 20, cierra con una gran palabra, y sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para que lo conozcamos al que es verdadero, y estamos en Él, en el que es verdadero, en su Hijo Jesucristo, este es el Dios verdadero y la vida eterna. Y si todo eso es verdad en él, hijitos míos, por favor, guardaos de los ídolos. Ciertamente no hay información que debe ser incluida ahí, todo está en Él.

Entonces, en primer lugar, aprendemos de Cristo, y después conocemos la verdad. En segundo lugar, la verdad de Dios, la verdad del hombre, la verdad del pecado, Cristo, la creación, la muerte, la vida, para siempre la historia es relación, salvación, felicidad, propósito, significado, cielo, infierno, fe, gracia, conocemos la verdad acerca de todo eso. Y debido a que conocemos la verdad, y debido a que Cristo piensa a través de nosotros, en lugar de no tener vergüenza, en lugar de no tener moralidad, en lugar de no tener base para la vida, somos sensibles al pecado. Versículo 22, “Somos llamados, en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos.”

En lugar de no saber lo que es la corrupción, hombre, la percibimos en las dosis más pequeñas, ¿no es cierto? No hay nada tan miserable como un cristiano que está pecando. Gente miserable con quien estar. Dice usted, ¿cómo sabes? He estado ahí. Es terrible. Como puede ver, sabemos lo que es ser corruptos, sabemos lo que es ver el resultado de la lujuria engañosa. Somos sensibles al pecado. No hay indecencia abierta, hay un sentido profundo de pecado, y esa es la razón por la que la bienaventuranza que estudiaremos en esta noche es tan clara para nosotros. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.”

Como puede ver, los súbditos reales del reino son aquellos que lloran por su pecado, no lo encubren. Vea 1 Juan, “Si decimos que no tenemos pecado,” ¿qué? “nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si decimos que no tenemos pecado, hacemos de Dios mentiroso, pero si confesamos nuestro pecado,” entonces damos evidencia de que somos los que realmente están siendo perdonados, porque un cristiano verdadero va a reconocer el pecado y va a ser sensible a él.

Pablo nunca fue tan sensible en su vida al pecado, como cuando se volvió un cristiano. “¡Oh, miserable de mí, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” Esa no fue una experiencia en su vida, ese fue un estilo de vida mientras que él vivió. Él podía clamar, ¡oh, miserable de mí! desde el momento en el que fue salvo, hasta el momento en el que fue glorificado. Esa no fue una experiencia. Ese fue un estilo de vida.

Entonces, somos sensibles al pecado, lo enfrentamos, lo tratamos, nos despojamos de él. Ahora, permítame ir al cuarto punto, usted aprende de Cristo, y cuando usted aprende de Cristo, Él lo llena a usted con su verdad y cuando usted tiene su verdad, usted tiene una sensibilidad moral, de tal manera que el pecado es algo que usted aborrece. Y mientras que usted tenga la verdad de Cristo y usted sepa lo que es correcto, y usted sepa lo que es incorrecto, entonces no va a tener una mente reprobada, sino una mente renovada, versículo 23. “Y renovaos en el espíritu de vuestra mente.”

 

La única ocasión en el Nuevo Testamento en la que ananeoo es jamás usada, significa crear otra vez, hacer nueva. Cuando usted se volvió cristiano Dios le dio una mente nueva, pero tiene que llenarla con cosas nuevas. Esa es la razón por la que Filipenses 4:8 dice, “Si hay algo bueno, algo digno de alabanza,” ¿qué? “en esto pensad.” Cosas que son justas y puras, santas, buenas, honestas.

Entonces, una mente renovada, no una mente reprobada. Cuando usted deja que Cristo piense a través de usted, usted va a tener un estándar de verdad. Ese estándar de verdad le va a dar a usted un juicio sobre el pecado y va a renovar su mente para ser el tipo de mente que agrada a Dios. ¿Qué tipo de mente? Versículo 24, será una mente creada en justicia y santidad de la verdad. En lugar de ser una mente reprobada, vil, de lujuria, codicia, inmunda, será una mente llena de justicia, y una mente llena de santidad. Y cuando eso es verdad en su mente, así va a vivir usted.

Entonces, renovaos en el espíritu de su mente, y vestíos del nuevo hombre. La nueva mente, los nuevos procesos de pensamiento que resultan en justicia y santidad. Y entonces, ¿cuál es el mensaje de Pablo? Para resumirlo es este, versículo 22, “Despojaos del viejo hombre,” versículo 24, “y vestíos del nuevo hombre.” Escuche, cuando vino a Cristo, usted dijo, soy un pecador, lo dejo; soy un miembro del mundo, lo dejo. Y ahora que ha sido cristiano, ¿no es terrible que Satanás le presente el mundo y el pecado frente a usted y usted regrese ahí?

Él dice: “No hagan eso. Despójense de eso. Despójense de eso, y vístanse de justicia y de santidad verdadera.” Y, por cierto, ¿puedo añadir esto al cerrar? Esto no es algo que usted hace de una vez por todas. Esto es algo que usted hace cada día que viva. Dice usted: “¿En dónde está mi recurso?” Dos cosas, simples. Uno es la Palabra, uno es la Palabra. Porque la Palabra de Dios, “toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil, para,” observe esto, “para enseñar, para redargüir, para corregir”. ¿Quiere que su vida sea corregida? Expóngase a la Palabra de Dios. Le va a ayudar a enfrentar su pecaminosidad, le va a ayudar a enfrentar los rastros del mundo. La Palabra de Dios lo va a reprender a usted, lo va a corregir a usted.

Y la segunda cosa, es la oración. Si somos los que estamos confesando nuestros pecados, entonces somos los que estamos siendo perdonados. Que la Palabra Dios lo exponga, y que la oración sea la catarsis que lo limpie. ¿Oramos?

Padre, te agradecemos porque nunca ha rebajado el estándar, sino que nos diste al Espíritu, la Palabra, y la oración, para cumplir con el estándar. No querríamos un Dios con estándares cambiantes, queremos un Dios incambiable, porque entonces, y solo entonces, podemos contar contigo. Gracias porque podemos. Señor, estamos tan agradecidos porque nos sacaste de lo viejo y nos diste lo nuevo. Nos hiciste nuevas criaturas en las que todas las cosas han sido hechas nuevas.

Padre, gracias por la palabra del apóstol Pablo que, si somos nuevos, debemos vivir nuevos. Dios, ayúdanos a cortar las cuerdas con lo viejo. No tenemos lugar con eso. De hecho, conforme leemos nuestra vida es cuestionable, si ese es un hábito de vida, si incluso somos salvos. Y quizás estemos en el camino ancho que lleva a la destrucción, pensando que somos cristianos. ¡Que engaño tan trágico!

Entonces, Padre, ayúdanos para realmente tratar el hecho de que somos diferentes, y vivir de esa manera. Y Padre, conforme el mundo empeora y empeora, que no seamos arrastrados por el mundo. Que nuestra bondad nunca sea relativa, sino siempre absoluta. Que nuestra justicia y santidad jamás sean relativas, sino siempre absolutas. Para Tú gloria, en el nombre de Jesús. Amén.

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