Efesios capítulo 4, versículos 25 al 32, esta es una sección muy práctica. Esta es una de esas secciones para las que realmente no me necesita. Usted simplemente puede permitirle al Espíritu de Dios convencerlo de pecado conforme lo lee, y dice mucho en sí mismo y por sí mismo, pero voy a hacer mi mejor esfuerzo por guiarlo un poco en su mente, para ayudarle el impacto de su plenitud, o en su plenitud. Efesios 4, versículo 25, y para nuestras visitas podríamos decir que estamos en un estudio continuo de Efesios, semana tras semana, mes tras mes, avanzando a lo largo del libro y disfrutando de un tiempo tremendo.
El versículo 25 dice, “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Obviamente, usted puede percibir que este es un pasaje tremendamente práctico. Permítame regresar a algunas de las cosas que dijimos el domingo por la mañana, el domingo pasado, y ver si puedo ayudarle a ver a partir de ese texto, cómo llegamos aquí. Si usted recuerda la última vez vimos el Sermón del Monte, vimos Mateo 5-7. Y dijimos que Jesús estaba diciendo ahí que la gente que es parte de Su reino será diferente que el resto del mundo. Van a pensar de manera diferente, van a hablar de manera diferente, van a actuar de manera diferente, van a tener motivos diferentes, van a adorar de manera diferente.
En otras palabras, los verdaderos hijos del reino, son distinguidos de manera muy fácil del mundo. Por lo menos en el patrón de distinción que es bosquejado en el Sermón del Monte. Debe haber una diferencia. No debemos ser como el mundo. Cuando Dios vuelve a crear una persona en Jesucristo hay algo nuevo, hay algo diferente. Esa nueva creación de hecho es una nueva criatura. Vimos que el Señor estaba hablando, en Mateo 5-7, a un grupo de personas que creían que eran los ciudadanos del reino. Creían eso. Creían que eran los que estaban en la economía de Dios, que eran los que iban a recibir la bendición de Dios. No obstante, eran profesantes y no los que poseían. Habían cubierto su corazón pecaminoso con una túnica religiosa, se habían colocado una máscara de pseudo espiritualidad y habían tapado la carnalidad real que era característica de su naturaleza. Eran religiosos, no eran regenerados.
Y entonces, nuestro Señor dice, “Si su justicia no excede el tipo de justicia que tienen, ni siquiera van a ser parte de mi reino.” Y vimos que nuestro Señor estaba llamando a un estándar de justicia, como la definición misma de un cristiano, no la cubierta falsa, superficial, religiosa de los de su día. Y entonces, nuestro Señor estaba diciendo, no son los que dicen Señor, Señor, no son los que dicen estar en el reino, sino son los que lo prueban mediante su vida, mediante el hecho de que son distintos, son diferentes y son únicos. Y les dijimos que, si usted no está viviendo de esa manera, si su vida no es diferente de manera distintiva del mundo, hay una posibilidad muy real de que usted ni siquiera es cristiano, sin importar lo que afirme, sin importar lo que usted imagine, sin importar cuan religioso sea usted. A menos de que hay una distinción, hay una buena posibilidad de que no hay distinción tampoco en su naturaleza.
Ahora, Pablo está reforzando básicamente la misma verdad en Efesios. Pablo está diciendo en los capítulos 1 al 3, “Miren, esto es lo que ustedes son.” 4 al 6, “así es como actúan.” Y usted nunca puede separar las dos. Siempre está el estándar en términos de posición, y siempre está la actividad en términos de conducta, y van de la mano. Usted no puede decir, bueno, soy cristiano, porque recibió a Cristo una vez. Eso no es paulino, eso no es petrino, eso no es juanino, esa no es una manera de pensar del Sermón del Monte. Pedro, Juan, Pablo, Cristo, todos están diciendo lo mismo. Si usted es un creyente, así es como se manifiesta.
Pedro lo dice en 2 Pedro, capítulo 1, él dice: “han recibido una nueva naturaleza.” Él dice, “han recibido una naturaleza que va más allá de la corrupción. Han recibido promesas grandes y preciadas. Han sido hechos participantes de la naturaleza divina.” Ahora, la única manera en la que usted va a ser verificado, la única manera en la que su llamado y elección puede llegar a ser cierta, es cuando usted añade a eso virtud, y cuando usted añade virtud a eso comienza a ver la realidad de eso. Él habla de virtud, él habla de bondad, él habla de amor y todas esas características de una nueva criatura.
En otras palabras, lo que Pedro está diciendo es esto, va a tener usted el conocimiento de su salvación, la certeza de su salvación, no al recordar un acontecimiento pasado, sino al ver una virtud presente. Eso es básico. Juan dice lo mismo en 1 Juan, usted puede saber que es cristiano por lo que está pasando en su vida ahora. Y esto es verdad. Sabe una cosa, incluso la gente que son cristianos, cuando empiezan a vivir en una situación pecaminosa por un período de tiempo, una de las primeras cosas que pierden es un sentido de seguridad. Y comienzan a dudar si realmente son salvos, porque eso viene del testimonio de una vida, de una confirmación del Espíritu Santo dentro de nosotros.
Entonces, si usted no está viviendo una vida diferente hay una posibilidad real de que usted no es una persona diferente. Las criaturas nuevas actúan como nuevas criaturas, pero observe esto, aunque esto es un absoluto, y aunque Dios dice: “Así es,” todavía hay un elemento de cooperación de mi voluntad. Y aunque el Señor está diciendo: “Si eres un creyente así es como vas a vivir,” eso no significa que va en contra de mi voluntad. Esa es la belleza de la paradoja de la vida cristiana. Si alguien me dice, ¿quién vive la vida cristiana, tú o el Señor? Tengo que decir, “Bueno, es el Señor. No yo, sino Cristo vive en mí. Sin embargo, por otro lado, soy yo porque a menos de que yo golpee mi cuerpo y lo ponga en servidumbre, al menos de que responda a los mandamientos, al menos de que diga, sí, cedo al Espíritu de Dios momento a momento, no va a pasar.
Entonces, es la soberanía de Dios cien por ciento, sin embargo, es mi respuesta a eso en términos de mi propia voluntad. Y ahí está esa misma paradoja. Y eso es exactamente lo que Pablo está diciendo aquí, si usted es una nueva criatura, capítulos 1 al 3, va a vivir como tal, capítulos 4 al 6. Pero si vuelve una nueva criatura en la soberanía de Dios y su voluntad, capítulos 1 al 3, y usted lo va a vivir basado en la soberanía de Dios, usted es una nueva criatura y en su voluntad usted responde a eso. Entonces, ambos están ahí.
Ahora, eso es muy simple, podríamos entrar en mayor detalle en profundidad de eso, pero es suficiente por el momento. Y entonces, encuentra en la Biblia, ahora observe esto, que con frecuencia abran afirmaciones, así es como un cristiano vive. Y después algunas veces, el mismo principio será expresado en un mandato. Así es como debes vivir. Esto es lo que Dios hará en tu vida, si eres un creyente, pero esto es lo que debes hacer. Como puede ver, usted no es un robot, usted está involucrado, de una manera paradójica, en la explosión de la energía divina en su vida, que hace que usted sea lo que es.
Entonces, algunas veces es una afirmación, y algunas veces es un mandamiento. Y aquí el apóstol Pablo lo presenta en términos de mandamientos. Él dice, debido a que son una nueva criatura y debido a que nuevas criaturas son diferentes, así es como deben ser diferentes. Así es como debe ser distinta su vida, así es como su vida debe ser apartada de las otras vidas. Y amados, no se necesita decir que la iglesia más vale que sea diferente, o no tenemos nada que decir, ¿verdad?
Ahora, mantenga en mente eso en los versículos 17 al 24, el apóstol Pablo dio una afirmación general. Y su afirmación general simplemente es esta: ‘Los cristianos deben ser diferentes.’ Usted debe ser diferente. Usted no anda como los gentiles o los paganos andan, versículo 17. Usted no camina en la ceguera, o la oscuridad y dureza de corazón en insensibilidad, y la lujuria, y la inmundicia y la codicia. Ustedes son diferentes. Ustedes son diferentes. No aprendieron eso de Cristo. Ustedes se despojan, versículo 22, del hombre viejo. Versículo 23, y usted se viste del nuevo hombre. Eso es general. Usted se está vistiendo de un nuevo estilo de vida. Usted se está vistiendo de un nuevo andar, un nuevo patrón de vida.
Entonces, él dio eso de manera general, en base a quien es usted, en los capítulos 1 al 3. Los capítulos 4 al 6 le dicen cómo vivir. Usted se despoja de lo viejo, se viste de lo nuevo. Bueno, alguien podría decir, “Bueno, ¿qué quieres decir John, específicamente? Bueno, él se vuelve muy específico en el versículo 25. Y a partir de ahora, y hasta el final del capítulo, es cuestión, al final del libro, más bien es cuestión de cosas muy específicas. Aquí es en dónde usted necesita activar su voluntad. Aquí es dónde usted necesita decir sí. Aquí es en dónde usted necesita encender el interruptor. La afirmación general, versículos 17 al 24, y ahora los puntos específicos, correcto, comenzando en el versículo 25.
Y lo primero que hace es esto. Él presenta de manera específica el hecho general de cambiar de un estilo de vida antiguo a uno nuevo. Y él le da a usted cinco categorías en las que el cambio se lleva a cabo. Cinco áreas de ilustración. Número uno, usted intercambia la mentira por hablar la verdad. Usted intercambia la mentira por hablar la verdad. Versículo 25, “Por lo cual,” en otras palabras, debido a que es verdad en manera general que lo viejo se fue y lo nuevo ha venido, por lo cual, de manera específica, “desechando la mentira, hablad la verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.”
Ahora, recuerde esto, en Apocalipsis, capítulo 21 y versículo 8, vemos esto: “Pero los cobardes, incrédulos, los abominables y homicidas, y los fornicarios, los hechiceros, e idolatras, y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre.” Ahora, algo que es seguro, los mentirosos se van al infierno. Eso es lo que dice. Y lo opuesto es verdad, la gente que va al cielo no son, ¿qué? mentirosos. Eso no es característico de un creyente. Oh, puede haber esas ocasiones cuando pecamos y fallamos, pero no hay manera en la que usted pueda ver su vida, y ver un flujo constante de mentiras y tener alguna base bíblica para creer que usted es un cristiano, porque el infierno es para los mentirosos. Y, por cierto, en Juan 8:44 dice, “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y el diablo es el padre,” ¿de qué? “de todas las mentiras.”
Entonces, si usted es un mentiroso por su esencia, si su vida es una situación constante de mentira, si usted no puede tratar de manera correcta con la verdad, usted da indicación de tener al diablo como su fuente, y el infierno como su destino. Y no importa lo que usted afirme, y no importa cuán religioso usted sea, y no importa cuánto vaya usted a la iglesia, usted no va a ser parte del reino de Dios, porque los mentirosos no van al cielo. La gente que va al cielo no son mentirosos.
Entonces, él dice, su voluntad se tiene que involucrar, despójense de la mentira, hablen verdad todo hombre con su prójimo. Por cierto, esa es una cita de Zacarías 8:16, nos da un poco de entendimiento de como Pablo trató con el Antiguo Testamento, él cita del Antiguo Testamento. Una de las características primordiales de nuestro estilo de vida humano en la actualidad es mentir. Se da cuenta de que tenemos un sistema en el mundo entero, basado en la mentira. ¿Puede imaginarse lo que pasaría si por un día todo el mundo en el mundo dijera la verdad? Tendríamos la tercera guerra mundial. Si la verdad llegara a salir de algo, si todo mundo de pronto decidiera operar en base a la verdad, nuestro sistema entero se colapsaría.
Debemos despojarnos de la mentira, debemos ser diferentes en ese sentido. El mundo, no son diferentes. La mentira es todo para ellos. Todo es que los abogados mienten, los doctores mienten, los maestros mienten, los predicadores mienten, algunos predicadores mienten. Los vendedores mienten, las secretarias mienten, los jefes mienten, los promotores mienten, los políticos mienten, el gobierno miente, todo mundo miente, y es lo que mantiene operando todo. Nadie tiene que decir la verdad, no funciona así, así no se juega el juego. Todo está construido sobre mentiras. Y si todo mundo tuviera que decir la verdad, el sistema entero se caería en un colapso enorme. Usted hace lo que es práctico y mentir es práctico. Es increíble.
La gente miente acerca de las cosas pequeñas y las cosas grandes. Es simplemente un estilo de vida entero. Es la expresión de una naturaleza depravada. Miente porque es de su padre el diablo, quien es el padre de mentira, quien ha desarrollado un sistema de mentiras. El sistema religioso entero fuera de la verdad del cristianismo es un montón de mentiras. Mentiras, mentiras y más mentiras. Satanás miente acerca de la vida, miente de la muerte, miente de Dios, miente de Cristo, miente del Espíritu. Miente de la Biblia, miente del cielo, miente del infierno, miente de lo bueno, miente de lo malo. Todo. Todo está basado en mentiras.
Y cuando él desarrolla un sistema religioso, él incluye un poco de verdad ahí, para que piense que esté bien, es como el reloj que no funciona, está bien dos veces al día y ahí está. El sistema entero en el que vivimos, en término de economía está basado en mentiras. Nuestro gobierno nos miente todo el tiempo, solo oímos lo que quieren que oigamos. Así es en nuestro mundo, y usted va a comprar algo y usted escucha una canción y sabe que no es verdad, pero se queda ahí de pie y no tiene opción. Y le venden las cosas en televisión, y si se cumplen esas expectativas no valdría nada. Y de pronto Dios viene a su vida, y la Biblia dice que Dios es verdad y todo hombre sea mentiroso, Cristo viene a su vida y Él dice: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida.”
El Espíritu Santo establece Su residencia en su vida, y Él es llamado el Espíritu de verdad. Y os guiará a toda verdad, y la Palabra de Dios es llamada la verdad. Juan 17, “Tu Palabra es verdad.” Y de pronto, cuando usted se vuelve un creyente, sale de un dominio de mentiras y una esfera de mentiras a un elemento de verdad. Usted conoce al Dios verdadero, redimido por el Mesías verdadero, y vive en usted el Espíritu verdadero poseyendo la Palabra verdadera y viviéndola en un tipo de vida verdadera.
Y cuando un creyente abre su boca, según Efesios capítulo 4, versículo 15, él debe estar hablando la verdad. Creemos en la verdad, y eso significa que las mentiras se tienen que ir. Digo, todo tipo de mentiras. Usted dice, ¿Qué quieres decir con mentira? Bueno, un tipo de mentiras es decir lo que no es. Ese es simplemente el tipo de mentira de siempre, pero hay muchas otras, la exageración, encubrir la verdad. Oh la exageración es un problema real.
Olvido quien me estaba contando el otro día de un hombre que solía ir por todos lados y dar su testimonio. Y él decía, dondequiera que iba él daba su testimonio. Él hablaba y daba su testimonio fantástico, él lo hacía dónde quiera que iba. Entonces él fue invitado a hablar a algún lugar, y el hombre le dijo: “¿Vas a dar tu testimonio?” Y él dijo: “No. Ya no doy mi testimonio, nunca doy mi testimonio.” Él dice, “¿Qué quieres decir?” Él dijo: “Escucha,” él dijo: “Di mi testimonio por tantos años y les seguí añadiendo que olvidé la verdad.” ¿Ha oído de eso?
El mentir, el hacer trampa en su escuela, ver el examen o el proyecto de alguien más o conseguir algún examen antes de que usted lo debe tener. Hacer trampa en su negocio, trampa en su trabajo, trampa en sus impuestos, no guardar sus promesas incluso con Dios. Eso es mentira. El traicionar a alguien, usted dijo que no lo diría, pero lo hizo. Adular a alguien, eso es mentir porque usted les está diciendo muchas cosas que ni siquiera son verdad de ellos, para que piensen que usted es maravilloso, y le den algo. Excusas.
Sabe una cosa, le voy a decir algo. Un hombre honorable es un hombre que dice: “Sí, hice eso y estuve mal.” La mayoría de la gente dice: “Bueno, no entiendes. Como puedes ver, y usted oye esta canción larga, y al mismo tiempo escucha un montón de excusas acerca de algo. Creo que hay muchas formas de mentira, creo que sentarse en silencio, cuando la verdad debe ser hablada, es mentir. No hay lugar para esto en la vida cristiana.
Se remonta a Éxodo 20, “No darás falso testimonio.” Diga la verdad. Diga la verdad. La economía de Dios está basada en la verdad. Debe ser así. Y como puede ver, no estoy hablando de algún tipo de honestidad psicológica. No estoy hablando de preparación de sensibilidad, usted sabe, lo mejor para usted es decir la verdad. Me acuerdo que me metí en este grupo como ese uno vez. Y no sé cómo llegué ahí, y estaba sentado ahí y todo mundo supuestamente debía decirle a la otra persona lo que no les gustaba.
Alguien dice: “Solo quiero que sepas que me caes muy mal. Te odio. Son tus orejas. La manera en la que hablas, hay algo en ti que odio.” Y sabe una cosa, la idea entera era. Ahora, como puedes ver, ¿no se siente mejor? Escuche, escuche, no necesita tratar con honestidad esas situaciones. Necesita regresar y pedirle a Dios que se encargue del odio en su corazón. Tiene otro problema, está en el versículo equivocado. Tiene que llegar al siguiente versículo, versículo 26, no tiene razón alguna para eso. No estamos hablando de algún tipo de pseudo-honestidad que tiene implicaciones psicológicas.
Dios no está tratando con eso, ese no es el punto. Si usted no ama a alguien, no es el tipo de honestidad que dice: Diles que los odias. Si usted no los ama, más vale que regrese y le pida a Dios que lo ayude con el amor, porque tiene que amar a la gente. Tiene que despojarse cualquier tipo de mentiras, en una, en cualquier relación, pero esa no es una licencia para que usted exhiba su odio. Ese es otro problema.
Ahora, dice usted, ¿cuál es la base de esto? ¿Por qué es tan importante decir la verdad? Bueno, vea el versículo 25, “Porque somos miembros los unos de los otros.” Y estamos hablando de un cuerpo en Efesio, estamos hablando de la unidad en la iglesia, sino nos decimos la verdad el uno al otro, vamos a echar a perder la comunión. Le voy a dar una ilustración. ¿Qué pasaría si su cerebro comenzara a mentirle a usted? Le voy a dar una ilustración. ¿Qué tal si cambiara las señales de frio y caliente? Simplemente pensara, bueno, voy a mentir un poco aquí, voy a cambiar lo caliente y lo frio.
¿Sabe usted lo que pasaría la próxima vez que se bañara? Usted se freiría. La próxima vez que usted tuviera su café lo suficientemente caliente y fuera revertido, simplemente se haría, estaría más y más, y más, y más caliente. Nada más que saldría como si estuviera frío. Ese sería el final de usted. Usted sabe eso. Permítame hacerle esta pregunta, ¿qué pasaría si su ojo decidiría engañarlo un poco la próxima vez que se metiera en su auto y se fuera en un viaje? Y su ojo dijera creo que solo voy a encubrir la verdad un poquito, realmente no hay una curva en el camino. Oh, realmente no hay un tráiler doble que está pasando ahí por el monte. ¡Adiós!
Usted depende de manera absoluta de la honestidad de su sistema nervioso. Usted depende de la honestidad de todo órgano en su cuerpo, o estaría muerto. Y Dios ha incluso incorporado en usted un sistema de dolor. La base de su salud es un sistema de dolor que tiene la suficiente honestidad para decirle cuando usted tiene un problema, o un sistema que revela enfermedades. Esos son los síntomas. Dios nos ha dado un área entera de síntomas para que sepamos cuando tenemos un problema que tiene que ser enfrentado. Y esa es la honestidad del cuerpo que le permite funcionar.
Ahora, el cuerpo de Cristo no puede ser menos que eso. No podemos estar encubriendo la verdad el uno con el otro, o ni siquiera podemos funcionar de manera apropiada. ¿Cómo podemos ministrarnos el uno al otro y sobrellevar los unos las cargas de los otros, y cuidar unos por otros, y amarnos unos a otros y levantarnos unos a otros y enseñarnos unos a otros, y orar unos por otros si realmente no sabemos lo que está pasando? Sea honesto, hable la verdad. Usted intercambió la mentira por hablar la verdad cuando se volvió una nueva criatura. Esa es una de las cosas viejas que usted se quitó. La palabra ‘despojaos’ es apotithemi, significa quitarse como un abrigo viejo. Eso es usada en Hechos para hablar de cuando arrojaron sus atuendos a los pies de Pablo. Deshágase de eso.
En segundo lugar, usted intercambia el enojo injusto por el enojo justo. Airaos, pero no pequéis. Hay tres palabras griegas para el enojo: thumos, parorgismos, y orgē. Thumos tiene que ver con una furia que está hirviendo, usted sabe, cuando usted literalmente hace que explote algo en el motor y empieza a salir el humo. Usted simplemente pierde el control. Parorgismos es ese resentimiento interior que se está albergando que sale en celos y enojo, y envidia y en cierta manera está hirviendo hasta que usted se vuelve una persona fea, controlada por sus emociones con una raíz de amargura.
Y orgē es un tipo de enojo, básicamente, y asolapamiento en estos términos, pero simplemente le estoy dando sombras de significados. Orgē es un tipo de palabra que tiene que ver con una especie de convicción afirmada a una especie de enojo. En otras palabras, tiene ciertas prioridades en su vida, tiene ciertas cosas con las que está comprometido, y cuando algo viola eso hay una respuesta natural. Por ejemplo, si usted determina con todo su corazón amar a un hijo que está en su familia, y se entrega a ese hijo, usted va a odiar al que va a venir y va a herir a ese hijo. Es ese tipo de compromiso afirmado, estable.
Y estas palabras pueden ser buenas o malas. Usted puede estar enojado y pecar, o estar enojado y no pecar. Pero el meollo del asunto es su motivo, ¿no es cierto? Por cierto, thumos, no parece ser una palabra que es tolerada por un cristiano. El tipo de situación en la que explota no es algo que se permite para nosotros que nombramos el nombre de Cristo. Thumos solía hablar de un hombre no regenerado. Solía hablar de un hombre operando de manera pecaminosa. Solía hablar de Satanás en Apocalipsis 12:12, y solía hablar de Dios en Romanos 2:8. Y Dios literalmente explota en juicio final. Eso es usado para hablar de la ira definitiva de Dios.
Ahora, solo Dios, literalmente, puede ir al fin definitivo del enojo, thumos sería el enojo extremo. Solo Dios puede ir al fin extremo del enojo y todavía ser justo, porque toda la mente de Dios está bajo control absoluto, incluso su enojo definitivo, como lo puede ver. Pero usted y yo no podemos. No podemos manejar el thumos, no podemos salirnos de control. Pero algunas veces parorgismos, el resentimiento interior, y algunas veces orgē, esa convicción estable es tolerable. Y es tolerable cuando ese enojo por una razón diferente que razones egoístas. Podemos estar enojados por aquello que entristece a Dios, podemos estar enojados por aquello que estorba y lastima su causa. Después de todo el Señor se enojó. Veo la indignación majestuosa de Jesús conforme limpia el templo, veo eso. Eso para mí, ahí es cuando Jesús realmente expresó su enojo, hombre, fue un enojo lo que salió. Salió quizás ese orgē ahí. Él diría que Él simplemente tenía esta convicción de que la santidad de Dios estaba en juego. Y hombre, cuando Él vio la injusticia ahí, se movió en contra de eso.
Lo veo también en Juan capítulo 11. Y ahí dice que Jesús lloró. Pero antes de que dice eso, dice que Él se conmovió en su Espíritu, y creo que fue como parorgismos. Creo que fue odio en contra de la consecuencia del pecado al ver un Lázaro muerto, una ilustración directa y símbolo del poder del pecado y trajo a su mente las cosas terribles que Él soportaría en la cruz conforme llevaba el pecado en Su propio cuerpo. Y Él estaba enojado por el pecado, Él estaba enojado, muy enojado por el pecado, Él tenía un derecho de estar enojado. Pero para el cristiano, está este mandato, “No se enojen de tal manera que salga o que llegue al pecado.”
No se enoje por sus propias causas, no se enoje cuando la gente lo ofende. No deje que su enojo se degenere en algún tipo de resentimiento personal, la amargura personal, la amargura personal, algún tipo de cambios emocionales personales. Eso está prohibido. Eso está prohibido. Si usted tiene algún enojo que se justifica, es ese enojo que está diseñado para defender la naturaleza de Dios que es grande, gloriosa y santa. Es el enojo de Jesús conforme llora en un espíritu turbado en la tumba de Lázaro. Es el enojo de Jesús cuando Él hace un látigo y limpia el templo.
Es la ira de Dios, es la furia justa de Dios en Deuteronomio, y en Números, en el Antiguo Testamento. Pero el tipo de enojo equivocado, según Mateo 5, es el primer paso hacia el homicidio, y eso está mal. Algunas veces quizás tenemos que tener enojo. Algunas veces me enojo. 1 Timoteo capítulo 1 aparentemente, él se enojó un poco contra algunos hombres llamados Himeneo y Alejandro, y los tomó de la oreja, por así decirlo, y los sacó de la iglesia. Usted tiene un derecho de enojarse por algunas cosas.
Salmo 97:10 dice: “Vosotros los que amáis a Jehová aborreced el mal.” Y el Salmo 69:9 David dice: “El celo por tu casa me ha consumido. Los vituperios de los que te vituperaban están cayendo sobre mí.” Él está diciendo, “Dios no puedo tolerar lo que la gente le hace a Tu nombre. Me enfurece.” Ahora, admito que me enojo algunas veces. Espero que nunca me enoje por lo que le pase a John MacArthur, espero que siempre me enoje por lo que le pasa al nombre santo de Dios. Y espero que nunca deje de enojarme por eso. Debemos tener un orgē básico, incorporado. Esto es un enojo programado por el pecado, un enojo programado por la maldad, que nos coloca en una mentalidad de bienaventuranza, de tal manera que cuando veo el pecado, sea en usted o en mí, lloro en mi espíritu.
Ese tipo de enojo es medular en el alma, el enojo que es egoísta, pasional, indisciplinado, fuera de control es pecaminoso, inútil, daña. Debe ser expulsado de la vida cristiana. Pero el enojo disciplinado que busca el lugar justo de un Dios justo, es puro y abnegado y dinámico. Algunos de nosotros no nos enojamos, y deberíamos estarlo, deberíamos estar enojados por muchas cosas que están pasando en el mundo. Deberíamos estar enojados por algunas cosas que están pasando en la iglesia, pero no dejar que degenere en el tipo de enojo equivocado.
Entonces, él dice, “Airaos, pero no pequéis. No se vayan a la cama, no dejen que el sol se ponga sobre su enojo.” No sea una persona resentida, enojada. Trátelo. Y creo que esa segunda parte del versículo tiene referencia al tipo de enojo equivocado. El punto es que, si usted tiene el tipo de enojo equivocado, si tiene enojo que es pecaminoso, entonces trátelo ahora, no se duerma sin tratarlo. No se vaya a acostar con él. enfréntelo y trátelo. Y sabe una cosa, a lo largo del Nuevo Testamento se nos dice que cuando enfrentamos el pecado debemos enfrentarlo ahora, debemos arrepentirnos, confesarlo, y dejarlo.
Y, por cierto, ese tipo de cosas, ese tipo de enojo no confesado, el enojo que realmente no es tratado, realmente es algo malo. Cuando usted tiene ese espíritu enojado, que no perdona, 2 Corintios 2:11 dice, que Satanás se va a aprovechar de usted. Usted nunca debería tener ese tipo de enojo de esa manera. ¿quiere saber por qué? Aquí está la clave de todo. Escuche. ¿Sabe usted porque se enoja? Se enoja porque la gente hace cosas que usted no le gusta. La realidad es que usted no merece nada de cualquier manera, ¿verdad? Ese es el punto, ¿Qué merece usted? No me puedes hacer eso. ¿Por qué no? ¿Quién eres tú? Tengo mis derechos. ¿En serio? Según los estándares de Dios usted nunca va a entrar a Su reino al menos de que sea quebrantado en espíritu, al menos de que esté en bancarrota y azotado por la pobreza espiritual.
Escuche, si usted no tiene derecho alguno usted no se puede enojar por alguien que los pisa, ¿verdad? El enojo es un espíritu vengativo. Ahora, el único momento en el que es correcto es cuando usted defiende la santidad de Dios, porque Dios tiene algunos derechos, debido a quien es Él. Y Él dice, si haces esto, si te permites enojarte, versículo 27, le darás lugar al diablo. Por cierto, diábolos es la palabra aquí, significa calumniador.
Y observe esto, es un pequeño juego de palabras. Si usted está enojado, inevitablemente lo que sucede cuando usted se enoja es que usted calumnia. Usted calumnia verbalmente, o calumnia en sus pensamientos y su corazón, y da lugar al calumniador. Es simplemente una repetición de Juan 8:44. Cuando usted comienza a mentir, usted es de su padre el diablo. Cuando usted comienza a enojarse, usted da más evidencia de que es de su padre el diablo.
Entonces, una persona que nunca parece tener nada más que un estado emocional de enojo, y un espíritu enojado, y un corazón de resentimiento, de amargura, y un tipo de envidia, de celos, da evidencia de que quizás no es cristiano en absoluto, y no es nada más que el que le ha dado al diablo la oportunidad de manifestarse a sí mismo.
Entonces, en primer lugar, intercambie la mentira por hablar la verdad. Y, en segundo lugar, la furia injusta por la ira santa. En tercer lugar, aquí hay otro practico, cuando usted se vuelve cristiano, él dice, deben intercambiar el robar por compartir. Robar es un problema para todo el mundo, ¿no es cierto? Hombre, me acuerdo cuando era un pequeño, tuve una pequeña fase en mi vida cuando pensé que era algo bueno robar cosas. Salí de eso afortunadamente, pero pasé por eso por un tiempo. Me acuerdo que mi hermana solía hacer eso también. Eran tan depravadas como yo. Digo, eso es algo en nosotros. Esa es otra parte en el sistema humano. El hombre viejo roba, pero el hombre nuevo, no.
Vea el versículo 28, es un gran versículo. “El que hurtaba, no hurte más.” Bastante simple, no tiene que ser un gran exegeta para entender eso, sino, aquí está el intercambio, trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga que compartir con el que padece necesidad.” En lugar de robar, trabaje para que pueda darle a otras personas. En otras palabras, sea un Robin Hood, usted sabe, nada más sin la parte de robo. Alguna vez va a la tienda o algo y el hombre le devuelve su cambio, un restaurante o lo que sea, y le da de más, usted sabe, le da el dinero y quizás le da tres dólares de más, y le dice, oye, sabes esto es más de lo que me gustaría pagarte esto, creo que me diste de más, y él dice, ¿eh? Usted entiende, él lo ve de una manera sorprendida, un hombre honesto. ¿Lo ve? ¿Qué hay bajo su manga? ¿Qué tipo de juego de ladrón es este? La gente no sabe cómo enfrentar la honestidad. Sea que esté hablando de un robo serio, un robo o no tan serio, sea que está hablando de robarle a la tienda o el supermercado, sea que esté hablando de robarle dinero a su papá o de quitarle de este mueble, hijo, no lo sé, todo es robar. Robar es tomar algo que no le pertenece a usted. Encontrar algo antes de que esté perdido.
Ahora, la Biblia habla mucho de diferentes tipos de robo. Salmo 37:21 habla de no pagar una deuda. Si usted no paga su deuda usted está robando de su acreedor. Habla de falsificar cuentas de gastos, eso es robar. Hacer trampa en sus impuestos. Jesús dijo, “Más vale que le des al César las cosas que son del César.” No señalar un error de alguien que registró algo más, es otra manera. Otra manera en la que usted puede robar, es al no pagar un sueldo justo a alguien que ha trabajado para usted. Santiago 5 dice que el clamor de los trabajadores llega a los oídos mismos de Dios cuando no han sido pagados por lo que se les debía.
Entonces, usted puede robar de muchas maneras, muchas maneras. Y, por cierto, si usted es un ladrón, si usted es alguien que roba, le advierto a partir de 1 Corintios 6, “No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios. No os engañéis, ni los fornicarios, ni los idolatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se acuestan con varón, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los extorsionadores, heredaran el reino de Dios.” Ladrones, los ladrones no heredan el reino de Dios. Ni los borrachos, ni los fornicarios, ni los homosexuales, etc.
Pero el versículo 28, nos dice: “Sino, trabaje.” Lo cual podría ser algo nuevo para los ladrones, trabaje. Hombre, la Biblia tiene mucho que decir acerca del trabajo, es algo honorable. “Sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno para que tenga que compartir con el que padece necesidad.” La idea entera es trabajar y usa la palabra aquí que significa un trabajo manual, trabajo duro. Éxodo 20, versículo 9, “Seis dias trabajaras, y harás toda tu obra.” Comprímelo en seis dias.
Proverbios habla tanto de esto. 2 Tesalonicenses también, capítulo 3, versículo 10, no podría ser más directo que esto, “Porque aun cuando estuvimos entre vosotros, esto os mandamos, si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.” Ahora, eso haría muchas cosas en nuestra sociedad. No trabaja, no coma. “Porque oímos que hay algunos entre vosotros, que están andando de manera desordenada, no trabajando en absoluto, sino que son entrometidos.”
Ahora, Dios condena eso. Usted debe trabajar. 1 Timoteo dice, “Si alguno no provee para los suyos, es peor que un incrédulo.” Y creo que esa es la casa extendida. No solo sus hijos, sino aquellos que están relacionados a usted que tienen necesidad. El trabajo. Y usted tiene que trabajar aquello que es bueno. Debe trabajar un buen trabajo. Debe ser abnegado. Y el punto es, que cuando usted acaba con todo esto, usted le va dar al que necesita. En otras palabras, trabaje dure, no lo acumule más y más y más, y obtenga más y más de lo que usted necesita menos y menos. No nada más lo apile. Apilando, apilando, consiguiendo más y más, sino que debe trabajar para dar, no conseguir. Esa es la idea.
Si tan solo pudiera tener un incremento, tendría más que darle a alguien que tiene necesidad. Hombre, que gran manera de abordarlo. Esto es radical, revolucionario. La manera natural de verlo es conseguir más y almacenar sus cosas. Métalo en los pisos, métalo en las paredes, métalo en una caja de seguridad, métalo en una bolsa, mándelo a Suiza, apílelo. El principio del Nuevo Testamento es trabajar más y más duro, y con mayor diligencia y mayor diligencia haciendo cosas buenas, para que pueda tener más y más y más, y más para que pueda dar más y más y más, y más a la gente que tiene necesidad. Esa es la ética bíblica. Esa es la base entera de nuestro trabajo.
El versículo 13 de Lucas 14, dice: “Cuando convoques banquete llama a los pobres, a los cojos, a los ciegos, y serás bienaventurado porque no te pueden pagar.” ¿No es eso bueno? No te pueden pagar, no pueden comprar un boleto. Y Dios te bendecirá. Esa fue la manera de Pablo en Hechos 20, él dice, “Yo trabajé, cuando les ministré.” Él les dice a los ancianos de Efesios, versículos 33 y 34. “Yo trabajé y no solo suplí para mi vida, para que no me tuvieran que pagar, sino que suplí la vida de toda persona que trabajaba conmigo.”
Ahora, ese es trabajo difícil, ¿no es cierto? Dice usted, ¿Cómo es que el hombre pudo hacer eso? Digo, ¿Cómo es posible que alguien pueda trabajar y ganarse la vida, y la vida del resto de la gente con la que viajaba y todavía predicar como Pablo? Bueno, él tenía algo que yo no tengo, y es que él tuvo revelación instantánea, él simplemente se paraba y abría su boca y Dios hablaba. Hombre, me gustaría eso.
En cuarto lugar, otro intercambio, él dice que el nuevo hombre va a intercambiar otra categoría, comunicación corrupta va a ser cambiada por palabras edificantes. Esto es muy práctico, versículo 29, “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.” Ahora, voy a ser muy franco con usted, nada, nada, es más desagradable para mí que la comunicación sucia. Realmente no puedo tolerar eso, no me gusta eso, no quiero ser parte de eso. No me gusta estar cerca de eso, eso no es algo que me interesa.
Por cierto, dice, “ninguna palabra corrompida,” corrompida es sapros, y significa echado a perder y tiene que ver con algo que no vale, algo que es inútil, algo que está enfermo. Un vegetal podrido, una fruta podrida, es algo que es inútil y no vale nada. Huele, es ofensivo, no hace nada para nadie, de hecho, usted no quiere acercase a eso, mucho menos comerlo. Ese tipo de palabra no tiene lugar. Sean bromas de doble sentido, groserías, anécdotas sucias, no hay lugar en la vida del cristiano para esas cosas.
Permítame darle un versículo para que lo recuerde, Salmo 141:3, recuérdelo. Salmo 141:3 dice: “Pon guardo, Jehová, en mi boca, y guarda la puerta de mis labios.” Escuche, si Jesucristo es el que guarda la puerta de sus labios, entonces Él va a ser el que determine lo que sale. No hay lugar para la comunicación corrupta, no me interesan las bromas de doble sentido y las anécdotas sucias, no me interesa ninguna insinuación y doble sentido. No me interesan las palabras sucias y las groserías. Eso no me interesa en absoluto. Colosenses habla de eso. El apóstol Pablo en el capítulo 3, hablando de matar las cosas viejas, dice en el versículo 8, “Despojaos de la comunicación sucia de vuestra boca.” No hay lugar para eso, sabe una cosa, cuando alguien habla así, es bastante obvio lo que está pasando, porque Mateo capítulo 12 dice, “de la abundancia del corazón habla la boca.” Habla la boca y usted puede conocer mucho del corazón de alguien con lo que sale de su boca.
En el capítulo 5 de Efesios, vea la siguiente página, versículo 3, “fornicación, inmundicia, avaricia, ni siquiera se nombre una vez entre vosotros.” Digo, una vez, ni siquiera debería estar ahí. Ni inmundicia, ni palabras vanas, no hay lugar para las palabras sucias, inmundas o necias, u obscenas. Y sabe una cosa, en Romanos capítulo 3, cuando explica la depravación del hombre, muestra como la depravación del hombre comienza desde el interior, y se manifiesta en su boca y su lengua y sus labios y sale. Deshágase de todo eso. Y en su lugar, esto es lo que debe hacer, tres características de las palabras del nuevo hombre, versículo 29.
En primer lugar, debe ser edificante, “que sea para la necesaria edificación”. Cuándo usted habla, si el Señor está guardando sus labios y usted abra su boca, lo que salga debe edificar a otras personas. Edificar significa construir, debe construirlos, debe ser alentador, debe ser fortalecedor, debe ser espiritualmente edificante, espiritualmente positivo, espiritualmente fortalecedor, espiritualmente edificándolos. ¿Es eso lo que pasa cuando usted habla, cuando usted pasa junto a alguien y habla con usted por cuestión de unos momentos, se van edificados en Jesucristo? ¿Se van edificados en Jesucristo? ¿Es eso lo que pasa? Y por todos lados, durante el día, mamá, cuando está con sus hijos, dice usted lo que edifica y construye. Papá, ¿cuándo usted sale con sus hijos y pasa todo el día con ellos, cuando les habla, lo que pasa es edificante, y los fortalece, y alentador para ellos?
En segundo lugar, debe ser necesario. Dice en el versículo 29, la pequeña frase, “necesaria” literalmente necesita que es apropiada conforme satisface la necesidad. Escuche, mi mamá solía decirme cuando era un niño, y comenzaba a decir algo, “Oye mamá, sabes lo que tal y tal,” Y ella decía, “¿Es eso necesario? ¿Es eso necesario?” Es interesante, no sé si es necesario, ¿pero es necesario? Si tan solo dijéramos lo que es edificante y necesario, seriamos personas que la gente buscaría.
En tercer lugar, de gracia. Al final del versículo 29, “a fin de dar gracias a los oyentes”. Él simplemente está saliendo como un mesero, y dándoles un festín de gracia. ¿Hay dulzura en lo que usted dice que bendice, que muestra gracia? Sabe una cosa, cada vez que usted abre su boca debe estar edificando, debe ser apropiado, y debe ser de gracia. Así deberíamos hablar. Eso debería salir de nuestras bocas, no comunicación sucia. Tenemos un nuevo corazón y de la abundancia de un nuevo corazón deben salir palabras nuevas.
Me encanta lo que dice en Lucas 4:22, “Y todo mundo daba testimonio de Jesús, y se sorprendían ante las palabras de gracia que salían de su boca. ¡Oh, me encanta eso! Cuándo Jesús abrió su boca, salía gracia, y cuando Él hablaba era edificante, era necesario y mostraba gracia. Y si usted deja que la palabra de Cristo more en abundancia en usted, según Colosenses 3:16, cuando usted abra su boca, eso va a salir también. Y si el Señor coloca una protección sobre su lengua, y si el Señor es el que guarda sus labios, los de usted pueden ser igual. Revise sus palabras.
Colosenses habla de que nuestras palabras deben ser sazonadas con sal. Sabe una cosa, hay una corrupción en el mundo y la sal, debemos ser sal a eso. Sabe una cosa, cuando algo corrompía le ponían sal y la sal retardaba la corrupción. ¿Qué pasa cuando usted habla? ¿Es usted parte de la corrupción o usted retrasa la corrupción? ¿Es usted sal o es simplemente más de la corrupción? Cuándo usted abre su boca, ¿es usted la sal que retrasa la corrupción, o simplemente es parte de la corrupción? Es algo en que pensar. Y el resultado de eso, versículo 30, “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
¿Que lo entristece? Lo que lo entristece es cuando usted como creyente no intercambia lo viejo por lo nuevo. El Espíritu Santo se entristece cuando Él ve mentiras en lugar de verdad, cuando Él ve enojo en lugar de perdón, cuando Él ve robo en lugar de compartir, y cuando Él oye corrupción en lugar de gracia. Y el punto que él está presentando en el versículo 30 es, como es posible que entristezcan al Espíritu Santo de Dios por quien fueron sellados hasta el día de la redención.
Ahora, cuando estuvimos estudiando antes en Efesios, estudiamos acerca del sello, la idea que quiero que vea aquí es esta, que cuando usted fue salvo, el Espíritu de Dios colocó un sello en usted que dijo, éste es de Dios, esto es genuino, esto es auténtico, y esto es para siempre. Y escuche, si el Espíritu de Dios ha mostrado tanta gracia como para dar una salvación eterna, si el Espíritu de Dios ha mostrado tanta gracia como para sellarlo para siempre, si el Espíritu de Dios ha mostrado tanta gracia como mantenerlo en la palma de su mano hasta el día de la redención, ¿cómo es posible que usted deliberadamente entristezca a un Espíritu tan lleno de gracia? Eso es lo que él está diciendo. ¿Cómo podría hacer usted eso? ¿Cómo podría usted entristecer al Espíritu Santo por quien fue usted sellado? Usted sabe que su salvación es para siempre, usted sabe lo que Él ha hecho por usted y no puede ser cambiado. Usted sabe que le ha dado un don eterno, un regalo eterno, ahora, ¿va a abusar de eso al entristecerlo? ¿Cómo puede usted hacer eso? ¿Cómo usted puede entristecer al que quiso que su cuerpo fuera el santuario de Su propia presencia santa? ¿Cómo podría usted hacer eso? Él es el que ha hecho la obra magnifica de apartarlo eternamente para Dios. ¿Cómo podría usted entristecerlo?
Entonces, Pablo dice, el nuevo hombre debe despojarse de la mentira y tomar la verdad, despojarse del enojo injusto y vestirse de ira santa, despojarse del robo, y vestirse de compartir, despojarse de palabras inútiles viles y vestirse de palabras edificantes de gracia, y no dar lugar al diablo, y no entristecer al Espíritu Santo.
Después un contraste final. Debemos intercambiar los vicios naturales, por gracias sobrenaturales. Versículo 31, y él en cierta manera solo lo resume. “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” Ahora, escuche lo que él dijo, él lo resume, él dice, “Miren, amargura, ese resentimiento, ese espíritu que no perdona, que se amarga y después dice, enojo, y toda esa reacción salvaje, ira, ese tipo de resentimiento interior ilícito, gritería. ¿Sabe usted lo que la palabra ‘gritería’ dice? Significa una explosión violenta gritando en público. Sabe una cosa, lo único que tiene que hacer, usted sabe, estar cerca de la gente que vive a su alrededor por un tiempo y usted va a oír eso, especialmente en el verano cuando las ventanas están abiertas.
Bueno, hemos oído algunas cosas interesantes en dónde vivimos. Gritar de manera pública, eso es gritería. O realmente gritándole al que se le cerró ahí cuando iba manejando: torpe. Usted sabe. Ahora, observe algo, él está diciendo, si tiene amargura, enojo, ira, usted va a tener gritería, usted va a hervir en el interior, usted va a gritarle a la gente, usted va a gritarles de manera pública, y por otro lado él añade, maledicencia. Algunas veces usted va a hablar atrás de sus espaldas. La calumnia puede ser pública o puede ser muy silenciosa. Pero el punto aquí es este, tiene la relación equivocada con la gente, ¿lo ve? Todo es relaciones aquí. No está hablando tanto de su relación con Dios, en todo este pasaje es como se relaciona con la gente, porque el cuerpo es el concepto aquí en este libro. Y cuando usted trata con la gente, usted no puede estar amargado y lleno de ira o enojado, o gritando o calumniando, hablando mal, hablando detrás de sus espaldas en secreto. Deshágase de eso. Despójese de eso. Y junto con eso, despójese de toda kakía, significa toda maldad, maldad general, todo. Simplemente deshágase de todo eso. Sabe, como cristianos debemos tratar el uno con el otro de manera apropiada. Y todos estos son asuntos personales. ¿Cómo se lleva en su familia con estas cosas? ¿Cómo se lleva con ciertas personas en la comunión en la iglesia? ¿Hay alguna amargura, ira, enojo, gritería? ¿Está hablando mal? Despójese de esto.
Y en lugar de esto, tome esto, versículo 32, “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros.” Dice usted, “Hombre, pero no sabes lo que me hicieron. Tengo el derecho a estar enojado. Nunca han cambiado y estoy amargado, y cuando veo ese hombre voy a gritar, y mientras tanto voy a hablar mal de él. Y tengo el derecho de hacerlo. ¿Ve lo que me hizo?” Y esa es simplemente la razón por la que el versículo 32 termina como termina. “Cómo Dios también nos perdonó a vosotros en Cristo?”
¿Quiere oír algo interesante? Dios fue amable con usted, y Dios mostró ternura de corazón hacia usted, y Dios fue perdonador hacia usted. ¿Y quiere saber una cosa? Usted, ¿qué? no lo merecía. Si usted va a basarlo en esa premisa, usted no ha entendido el punto. Usted no le grita a alguien porque lo merece, usted le grita a alguien porque usted es pecaminoso. Usted no habla mal de alguien porque lo merece, usted habla mal de la persona porque es pecaminoso. Usted no se enoja con alguien porque lo merece, usted se enoja porque usted es pecaminoso. Usted no muestra ira y gritería porque alguien lo merece, usted lo hace porque usted es pecaminoso. Porque la naturaleza de Dios dice, no me importa lo que me has hecho, te amo, y voy amable contigo, y voy a ser tierno hacia ti, te voy a perdonar.
Y Pablo dice, y eso es exactamente lo que Dios espera ver de ustedes, cristianos. Si usted es una nueva criatura, debería estar ahí. Si usted es nuevo en Jesucristo, debería estar ahí. ¡Oh, que estas cosas fueran verdad de nosotros, por la gracia de Dios! Escuchen, si pudiéramos ser una comunidad en medio de este mundo, una comunidad de personas que nunca mienten, sino que siempre hablan la verdad, una comunidad de personas que nunca se enojan, de tal manera que ese enojo es pecaminoso, sino siempre actuamos en amor. Si pudiéramos ser un grupo de personas que nunca roban, sino solo compartimos. Si pudiéramos ser un grupo de personas que nunca tenemos una comunicación sucia, sino siempre ministramos gracia a la gente que están oyendo. Si pudiéramos ser aquellos en quienes no hay amargura, ira, enojo, gritería, maledicencia, sino que somos caracterizados por una bondad y ternura de corazón y perdón incesantes, piensa usted que el mundo quizás se dé cuenta de nuestro mensaje. Creo que sí. Así es como los hombres nuevos deben actuar. Examínese si está usted en la fe. ¿Habla usted la verdad? ¿Controla el enojo de tal manera que solo opera en maneras justas? ¿Comparte usted? ¿Habla con gracia? ¿Ama usted en amabilidad, misericordia y perdón? Los hombres nuevos viven vidas nuevas.
Padre estamos de acuerdo con lo que el Espíritu de Dios le está diciendo a nuestros corazones, y todos hemos sido convencidos de pecado esta mañana, y vemos la manera en la que con frecuencia le hemos hablado a los que amamos, a los más cercanos, a nuestras esposas, maridos, hijos, amigos. Algunos de nosotros hemos hablado mal detrás de las espaldas de alguien, y hemos estado en chismes. Algunos de nosotros hemos estado en gritería y hablado en público de una manera desordenada. Todos hemos peleado y pasado por las batallas del enojo, la mentira, el hablar mal.
Señor, ayúdanos a conocer la victoria que solo Tú puede dar, para que por un lado nunca demos lugar al diablo, y por otro lado, no entristezcamos al bendito Espíritu Santo quien muestra tanta gracia como para darnos una salvación eterna. Debido a que se ha establecido una relación eterna con Él, ayúdanos a nunca violarla de una manea que lo entristezca. Y Señor, sabemos que a menos que tratemos de esta manera unos con otros, el cuerpo no puede funcionar. Y si el cuerpo no puede funcionar Cristo no puede ser manifestado. Y si Cristo no es manifestado, el mundo no puede ver y conocer. Que comience con nosotros, Padre, conforme obedecemos. Lleva a cabo Tú obra por Tú Espíritu en nosotros, en el nombre de Cristo. Amén.
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