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Esta mañana llegamos a nuestro último estudio de la armadura del cristiano. Vamos a examinar la última parte de la armadura del cristiano. El versículo 17, finalmente, conforme Pablo expresa lo que el creyente necesita para vencer a Satanás a sus huestes; él dice: “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.” El doctor Guthrie dijo: “la Biblia es un arsenal de almas celestiales, un laboratorio de medicinas infalibles, una mina de riqueza inagotable. Es el mapa para todo camino. El mapa para todo mal. Una medicina para toda enfermedad y un bálsamo para toda herida. Róbanos nuestra Biblia y nuestro cielo ha perdido su sol.”

Un escritor dijo que los autores de la Biblia son tan maravillosos. “Hay palabras escritas por reyes, por emperadores, por príncipes, por poetas, por sabios, por filósofos, por pescadores, por estadistas, por hombres instruidos en la sabiduría de Egipto, educados en las escuelas de Babilonia y preparados a los pies de rabinos en Jerusalén. Fue escrita por hombres escritos en el exilio, en el desierto, en tiendas de pastores, en pastos verdes y junto a aguas de reposo. Entre sus autores, encontramos a un recaudador de impuestos, a un pastor, a un recogedor frutos, encontramos a hombres pobres, a hombres ricos, estadistas, predicadores, capitanes, legisladores, jueces y exiliados. La Biblia es una biblioteca llena de historia, genealogía, etnología, ley, ética, profecía, poesía, elocuencia, medicina, ciencia de la salud, economía política y las reglas perfectas para la vida personal y social. Y detrás de toda palabra está el autor divino, Dios mismo.”

Hablando del autor de la Biblia, John Wesley dijo: “la Biblia debió haber sido escrita por Dios o por hombres buenos o por hombres malos o por ángeles buenos o por ángeles malos.” Y después, él dijo: “pero los hombres malos y los ángeles malos no la habrían escrito, porque condena a los hombres malos y a los ángeles malos. Y los hombres buenos y los ángeles buenos no engañarían al mentir en cuanto a quién fue su autor y decir que Dios lo escribió.” Y entonces, dijo Wesley, la Biblia debió haber sido escrita como dice haber sido escrita por Dios, quien por medio de Su Espíritu Santo inspiró a hombres para registrar Sus palabras usando al instrumento humano para comunicar Su verdad.” Fin de la cita.

No sé si llegamos a entender la totalidad de lo que significa tener la espada del Espíritu. Estoy seguro que no lo entendemos. Este libro increíble, incomparable, es el arma final, el elemento final de la armadura que se le da al creyente en la batalla contra Satanás. Y el hecho triste es que tantos cristianos realmente no saben cómo usarla. Nos volvemos víctimas de Satanás debido a una ineptitud en el uso de la espada.

¿Se da cuenta de qué tipo de libro es este? ¿Realmente usted entiende lo que tiene en su mano, conforme ve sus palabras y sus páginas? Permítame decirle lo que la Biblia dice por sí misma.

En primer lugar, la Biblia dice que es infalible. Esto significa que no tiene error en su totalidad. Esto es, la suma de todo lo que dice, no comete errores. Esto es que no tiene mancha, que no tiene errores. En el Salmo 19:7 dice: “la ley de Jehová es perfecta.” En su totalidad, es infalible.

En segundo lugar, en sus partes, es inerrante. Y esto significa que no hay error en ella. En Proverbios 30, versículos 5 y 6 dice: “toda palabra de Dios es limpia o pura.” Toda palabra. “No añadas a sus palabras para que no te reprenda y seas hallado mentiroso.” Y entonces, su palabra es infalible en su totalidad e inerrante en sus partes.

En tercer lugar, está completa. Apocalipsis 22:18 y 19 dice: “Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida.” En otras palabras, usted no le puede añadir ni le puede quitar; y eso significa que está completa.

En cuarto lugar, la Biblia tiene autoridad. En Isaías, capítulo 1, versículo 2 leemos: “oíd cielos y dad oído tierra porque Jehová ha hablado.” Cuando Dios habla, más vale que todos escuchen. Eso es lo que significa cuando dice que tiene autoridad.

Además, la Biblia es suficiente. En 2 Timoteo capítulo 3, dice: “que es suficiente para hacerte sabio para salvación. Es suficiente para hacerte perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Este libro puede llevarlo a usted a la salvación y puede llevarlo a usted a la perfección. No se necesita nada más. Entonces, la Biblia es infalible en su totalidad, inerrante en sus partes, es completa, tiene autoridad y es suficiente.

En sexto lugar, es eficaz. Es eficaz. Cuando habla, las cosas pasan. La Biblia cambia cosas. La Palabra de Dios lleva a cabo transformación. En Isaías 55, “así será Mi palabra que sale de Mi boca; no regresará a Mí vacía, sino no hará lo que Yo quiero.” Es eficaz. Escuche, si no creyera eso, no la predicaría. La razón por la que la predico es porque yo creo que hará lo que dice que hará.

En séptimo lugar, es divina. Segunda de Pedro 1:21 dice: “que la Escritura no vino de ninguna interpretación privada.” No vino de la voluntad del hombre, sino que “hombres santos de Dios hablaron conforme fueron movidos por el Espíritu Santo.” Es el libro de Dios.

Ahora escuche, un libro que es infalible, inerrante, que está completo, que tiene autoridad, que es suficiente, que es eficaz y que es divino es un libro que debería ser valorado. Por otra razón, también es determinante. Lo que una persona hace con una Biblia revela su relación con Dios. Jesús dijo: “el que es de Dios, las palabras de Dios oye. Vosotros no sois de Dios y, por lo tanto, no las oís.”

Si usted escucha la Biblia muestra que usted le pertenece a Dios. Y sino, muestra que usted no le pertenece. La Biblia, entonces, se convierte en un factor determinante en el sentido del destino eterno de un hombre y su relación con Dios. ¡Qué libro tan increíble! No hay libro que exista en el universo que pueda hacer estas afirmaciones y sustanciarla, sólo la Biblia.

¿Qué es lo que la Biblia hace para usted? ¿Qué es lo que la Biblia le ofrece? ¿Qué recursos le trae a usted? Bueno, permítame sugerirle unos cuantos. En primer lugar, es la fuente de verdad. En Juan 17:17 dice: “Tu palabra es verdad.” Es la verdad acerca de la vida, la muerte, el tiempo, la eternidad y la verdad acerca del cielo y el infierno, la verdad acerca de lo que está bien y lo que está mal. La verdad acerca de los hombres y mujeres. La verdad acerca de gente mayor y gente joven, la verdad acerca de los hijos, la verdad acerca de la sociedad, la verdad acerca de toda relación entre Dios y el hombre, toda relación entre hombre y hombre y toda relación entre el hombre y la creación. La verdad acerca de todo lo que se necesita.

En segundo lugar, la Biblia es una fuente de felicidad. Vemos el mundo que nos rodea buscando la felicidad como locos, simplemente persiguiendo como locos la felicidad y la simplicidad de las Escrituras son estas, Proverbios 8:34: “bienaventurado, feliz el hombre que me oye.” La simplicidad de la afirmación de Jesús en Lucas 11:28: “bienaventurados o felices son los que oyen la Palabra de Dios y la obedecen.” Eso es felicidad.

La Biblia, entonces, es la fuente de felicidad como también la fuente de verdad porque, francamente, ningún hombre es más feliz que el que descubre la verdad. La otra noche estaba viendo en la televisión una entrevista con una mujer que había sido violada. Y el que la entrevistaba le preguntó qué había aprendido a través de esto. Y la señora respondió: “¡oh, he crecido a través de esto!” y el que la entrevistó dijo: “bueno, eso es realmente maravilloso, de eso se trata la vida, de crecer.” Pero, estoy de acuerdo en que la vida consiste en crecer, pero no crecer en la manera en la que ellos piensan. Sino crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios. Porque Pedro dijo: “creced en la gracia y el conocimiento del Señor Jesucristo.”

¿Cómo hace usted eso? De nuevo, la Palabra es la fuente del crecimiento. En Pedro, él dijo en 1 Pedro 2:2: “desead como niños recién nacidos la leche espiritual, para que por ella crezcáis.” Escuche, la Biblia es la fuente de verdad, la Biblia es la fuente de felicidad, la Biblia es la fuente de crecimiento.

Y después, la Biblia es la fuente de poder. Realmente, somos impotentes en nuestras vidas si no usamos la Palabra de Dios. La Biblia es la fuente de nuestro poder. La palabra es vida y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos.

Además, la Biblia es la fuente de guía. Salmo 119:105: “lámpara es a mis pies Tu Palabra y lumbrera a mi camino.” La Biblia es una fuente de consuelo. Romanos 15:4 habla del consuelo de las Escrituras. La Biblia es la fuente de la perfección. Segunda de Timoteo 3:16, “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto”. ¡La Biblia es la fuente de tantas cosas! Este libro increíble nunca tiene un error, nunca comete un error, siempre es suficiente y está completa y tiene autoridad y es eficaz y determinante y puede traer a su vida verdad y felicidad y crecimiento y poder y guía y consuelo y perfección.

Y otra cosa, la Biblia es su fuente de victoria sobre el enemigo. Y con esto llegamos a Efesios 6:17. Es la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios lo que nos da el arma contra nuestro enemigo. Y amados, esta es la razón por la que yo predico la Palabra de Dios. Esta es la razón por la que enseñamos sistemáticamente la Palabra de Dios. Porque, como usted puede ver, ni siquiera importaría si todas esas otras cosas que dije acerca de la Biblia fueran verdad si usted nunca la aprendiera. Usted tendría a su disposición un recurso que nunca usaría.

Entonces, creemos sistemáticamente, semana, tras semana, tras semana en enseñar la Palabra de Dios. ¿Por qué? Porque le da a usted la fuente de verdad, la fuente de felicidad, la fuente de crecimiento, la fuente de poder, la fuente de guía, la fuente de consuelo, la fuente de perfección y la fuente de victoria.

Ahora, sabemos que en Efesios 6 estamos en una guerra. ¿Verdad? Eso se nos presentó de manera clara en los versículos 10 al 12. Y si usted regresa los versículos 10 al 12 ve reiterada de nuevo la guerra en la que estamos involucrados. Estamos luchando contra Satanás y sus demonios. Como cristiano, se nos ha dado un recurso en Cristo, literalmente hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. Sabemos cómo debemos vivir, eso se presenta en Efesios 4, 5 y 6. Sabemos cuáles son nuestros recursos, eso está en Efesios 1, 2 y 3. La reserva está ahí y hemos aprendido cómo aplicarla.

Ahora, estamos enfrentando la realidad de que Satanás resiste esa aplicación. Satanás trata de detener nuestra productividad. Él quiere detenernos de vivir nuestra posición. Y la manera en la que vencemos su estorbo es poniéndonos o vistiéndonos de la armadura de Dios. Y hemos explicado el cinto de la veracidad en el versículo 14, lo cual es compromiso. Y hemos hablado de la coraza de justicia, la cual es santidad. Y hemos hablado del calzado del Evangelio de la paz, lo cual confianza en el poder del Señor y Su presencia. Hemos hablado del escudo de la fe, lo cual es creer en Dios. Hemos hablado del casco de la salvación, lo cual confianza en la salvación eterna que está por venir. Y ahora, llegamos finalmente a la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Ahora escuche, la armadura previa ha sido primordialmente defensiva. Pero ahora llegamos a una parte de la armadura que es tanto defensiva como ofensiva. He oído a personas decir que esto es ofensivo. Es más que eso, también es defensiva.

Ahora, la palabra espada aquí es un término muy interesante. Es la palabra en el griego machaira y es una palabra muy común en el griego. Una palabra muy común, inclusive en el Nuevo Testamento. La otra palabra para espada, es rhomphaia. Se refiere a esa espada larga de la que hablamos la semana pasada. Podría ser bastante larga, más de 1 m de largo, ancha, de doble filo, que era usada con las dos manos. Eso no es lo que se tiene en mente aquí. Esta es la espada más normal que llevaban los soldados, la machaira, una espada de varios centímetros de largo, era una daga. La colocaban en una funda en el costado del soldado y era utilizada en un combate mano a mano. Eso es lo que se tiene en mente aquí.

De hecho, por cierto, machaira es la palabra utilizada para describir las espadas en Mateo 26:47, que estaban en las manos de los romanos que vinieron a capturar a Jesús mientras que Él estaba en el huerto. Era la espada normal del soldado romano. Es la misma palabra utilizada para hablar de la espada con la cual Pedro le cortó la oreja al siervo del sumo sacerdote. Es la misma palabra utilizada, machaira, para hablar de la espada usada en Hechos 12:2 para matar a Jacobo, el hermano de Juan. Es la misma palabra machaira, espada, usada para hablar de la espada que se usa contra los héroes de la fe en Hebreos 11. Es la secuencia normal de tamaños en esta machaira. Este concepto que era usado de la espada rutinaria diaria que usaban los soldados. Pero en cada caso, parece aparente que una machaira tenía que ver usada de una manera más bien precisa para ser eficaz.   

Ahora, Pedro simplemente cortó un oído con ella. Estoy seguro de que si hubiera tenido una rhomphaia habría cortado al hombre desde la oreja hasta la punta del pie. La machaira tenía que ser usada como un arma precisa. Ahora, ésta es la palabra que Pablo tiene en mente. Era una espada normal usada por el soldado romano.

Ahora, observe esto, versículo 17, él dice, es ‘la espada del Espíritu’, tou pneumatos, ‘del Espíritu’ podría ser traducida. Literalmente, podría ser traducida ‘por el Espíritu’ o también podría ser traducida en un sentido espiritual adjetivo. Tiene todas estas opciones. Quizás las mejores dos son estas. En primer lugar, podemos usarla como un adjetivo y tomar la espada espiritual con una e minúscula, no refiriéndose tanto al Espíritu Santo, sino más bien a la espada espiritual porque sabemos bien que Pablo le dijo a los Corintios, en 2 Corintios 10:4 que ‘las armas de nuestra milicia no son carnales sino espirituales’. Es esa la implicación aquí. Y entonces, estamos usando una espada espiritual. El hecho de que el versículo 12 diga que estamos peleando con huestes espirituales de maldad, él aquí está hablando de un espada espiritual.

Claro, todo esto es espiritual. Nosotros realmente tenemos un cinto espiritual y una coraza espiritual y calzado espiritual y un escudo espiritual y un casco espiritual. Entonces, eso podría ser usado en ese sentido. Y, por cierto, tou pneumatos, es utilizada en un sentido de adjetivo en Efesios 1:3 y 5:19; entonces esa podría ser una manera apropiada de traducirla en el contexto del libro.

Pero quizás es mejor, debido a que sería más coherente con el resto de la armadura, traducirla en lo que llamaríamos un genitivo de origen. En otras palabras, se está refiriendo al origen del que viene. La espada dada por el Espíritu, de tal manera que es la espada del Espíritu en el sentido de que el Espíritu la ha dado. Pero si usted une ambos conceptos, usted tiene esta idea: nuestra espada es espiritual porque fue dada a nosotros por el Espíritu Santo.

Ahora, cuando usted se volvió cristiano, ¿usted recibió la espada en qué sentido? Usted tiene la Biblia. Usted dice: “bueno, inclusive un incrédulo tiene la Biblia.” Sí, un incrédulo tiene la Biblia, pero no tiene al Maestro de verdad residente, el Espíritu Santo, quien puede hacer que la Biblia sea significativa, ¿verdad? Esa es la razón por la cual el hombre natural no entiende las cosas de Dios. Esa es la razón por la que 1 de Juan nos dice en el capítulo 2 que tenemos una unción de Dios y que conocemos todas las cosas. Nosotros tenemos a Maestro de verdad residente. Es el Espíritu de Dios viviendo la vida del creyente que hace que la Palabra de Dios esté disponible a ese creyente. Y entonces, cuando usted se convirtió en un creyente, usted recibe la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios y en conjunción, tiene la espada.

Entonces, la espada se vuelve nuestra como creyentes. Pero ahora, es cuestión de cómo aprendemos a usar la espada. Y usted sabe que todos los cristianos poseen la espada. La tenemos aquí, tenemos al Espíritu de Dios residente, de tal manera que es una espada espiritual. Se vuelve un arma.

Escuchen amados: la Biblia en su vida es un arma. No hay duda al respecto. Es un arma. Es sólo cuestión de que si usted sabe cómo usarla o no. Y aprender a usarla depende de qué tan diligente usted es en involucrarse en estudiar la Palabra de Dios. Esa es la razón por la que el apóstol Pablo pasó tres años en Éfeso y dijo: “yo les he declarado todo el consejo de Dios.” ¿Por qué? Él quería enseñarles cómo usar la espada. Él quería darles todo para que pudieran usarla de manera eficaz.

Entonces, tenemos una espada espiritual. Una espada que no fue forjada en algún lugar humano o templada en fuegos terrenales. Una espada que tiene un origen Divino, un arma poderosa, eficaz, sorprendente, que es todas las cosas que dije antes acerca de la Biblia. Es incomparable, que está en las manos de un creyente. Tan poderosa que nada puede resistirle y nada puede vencerla.

Siempre me acuerdo al leer de acerca del rey Arturo y la espada invencible. Palidece a la luz de la invencibilidad de la Palabra de Dios, en el uso de un santo justo que sabe cómo usarla. La palabra entonces, es nuestra arma y es poderosa. Es, poderosa en Romanos 1:16 dice: “tan poderosa,” dice él, “que no me avergüenzo del Evangelio de Cristo porque es el poder de Dios para salvación.” Usted usa esta espada y la gente se salva. Usted literalmente usa la espada, por así decirlo, y usted literalmente arranca las almas del reino de las tinieblas. Con la espada, usted puede abrir un derecho en medio del dominio de Satanás. Es poderosa.

Puede ser usada en juicio. En Hebreos, capítulo 4, en donde dice: “la Palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos y penetra a partir del alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos y discierne los pensamientos de las intenciones del corazón.”

La Palabra, discierne, de ahí viene krinō, de la cual obtenemos juzgar al analizar la evidencia. La Palabra de Dios se vuelve aquello que juzga a la gente. Usted predica la Palabra y trae a sus vidas el juicio de Dios. Y evalúa sus vidas en la balanza de la autoridad de la Palabra de Dios para mostrarles el hecho o realidad de su pecaminosidad.

En el siguiente versículo, él dice, “esa es la razón por la que,” Hebreos 4:13, “ninguna criatura puede esconderse, sino que toda persona está desnuda ante la Palabra de Dios.” La Palabra de Dios se vuelve como una espada que arranca almas del reino de las tinieblas. La Palabra de Dios se vuelve como una espada que penetra en los corazones de los hombres, los abre, les muestra la evidencia, les muestra su propio pecado y culpabilidad delante de un Dios Santo. Esta es un arma poderosa. Es tan poderosa que puede traer la verdad en contra del error. Es tan poderosa que puede traer felicidad a la tristeza. Es tan poderosa que trae la luz a la oscuridad y le muestra el camino. Es tan poderosa que cambia la tristeza en gozo. Es tan poderosa que cambia la esterilidad en crecimiento. Es tan poderosa que toma a una persona infantil y la hace madurar. Esto es algo poderoso. Esto es lo que tenemos en nuestras manos, la espada del Espíritu.

Ahora, permítame apresurarme en añadir esto. La espada como un arma, es tanto defensiva como ofensiva. Hablemos de su capacidad defensiva. Si usted ha visto a alguien usar una espada, usted sabe que una espada es usada tanto para detener un golpe como para dar uno. Y una persona que usa una espada, la usa con esa parte que cubre su mano para defenderse a sí mismo de los golpes de su enemigo. Y la manera en la que usted usa la Palabra de Dios de manera defensiva es realmente crítica. Satanás viene a atacarlo con sus tentaciones. Él viene a atacarlo con sus ataques. Y usted literalmente puede quitarse sus ataques con el uso apropiado de la Palabra de Dios.

Por ejemplo, vemos a nuestro Señor en Mateo capítulo 4 y en Lucas capítulo 4 y Satanás viene a Él tres veces. Y Satanás lo ataca con tres tentaciones directas. Número uno es: no confíes en Dios. Haz que las piedras se conviertan en pan y no esperes a que Dios venga proveer Tus necesidades. Tú hazlo. Y Jesús regresa y le cita la Escritura exactamente relacionada a esa tentación. A partir de Deuteronomio.

Satanás viene una segunda vez y le dice, ‘además, te voy a tentar ahora a confiar en Dios en donde no tienes por qué confiar en Dios. Aviéntate aquí del templo y deja que Él te atrape.’ Y Él usa otra Escritura de Deuteronomio exactamente enfrentando esa tentación.

Tercera vez, ‘póstrate ante mí.’ Y él usa otra Escritura exactamente enfrentando esa tentación. En otras palabras, de manera precisa, Él usa la machaira de la Palabra. Él no la usa de manera indiscriminada. Él la usa de manera precisa, para repeler exactamente la tentación que Satanás le presentó.

Escuche, usted tiene que tener la capacidad de defenderse a sí mismo en cualquier ángulo el en que la tentación venga. Y hay cristianos que son dueños de Biblias y se han sentado en iglesias y han estado en clases, inclusive la han leído, pero realmente no conocen los principios. Y, por lo tanto, no pueden detener el ataque en un punto u otro. Y siempre he descubierto que Satanás va a descubrir dónde es que usted no tiene esa información. Y ahí es donde él va a comenzar a atacar. He escuchado a tantas personas decir esto que temo inclusive contarlos. “¡Oh, no sabía que la Biblia enseñaba esto! De otra manera, nunca lo habría dicho.” Y se meten en situaciones en donde no habrían estado si hubieran conocido la Verdad. Use la Biblia como un arma defensiva. Aprenda cómo aplicar los principios específicos de la Palabra de Dios a los puntos específicos de la tentación.

Permítame profundizar. Observe el final del versículo 17, dice que la espada del Espíritu es la Palabra de Dios. El término palabra aquí no es logos. Logos es un término que significa palabra que habla de una referencia amplia, general. La Palabra de Dios, la idea es general. Es la palabra rhēma y significa una afirmación específica. No está hablando de un conocimiento amplio. Está hablando de una afirmación específica. La espada del Espíritu es la afirmación específica de Dios. Y si usted no conoce lo que Dios dice de manera específica acerca de esa tentación, usted no la puede enfrentar.

Entonces, usted debe aprender a conocer la totalidad de la Palabra de Dios para que usted conozca los puntos específicos. Esa es la razón por la que cuando le enseño la Biblia, no sólo le leo las Escrituras, les cuento tres historias y los despedido. Lo que trato de hacer es enseñarles los principios en el texto, porque el principio es la afirmación específica que Dios quiere que usted entienda para que usted pueda colocarlo en su depósito para usarlo en contra de Satanás.

Escuchen, amados, deben aprender los principios de la Palabra de Dios. Y esa es la razón por la que tienen que estudiar, para procurar con diligencia presentarse aprobados a Dios. ¿Se acuerda de los que estaban en Apocalipsis 12 que vencieron por la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio? Usted vencerá a Satanás cuando usted conozca la Palabra, ¿se da cuenta? Y usted puede dar testimonio de ello.

Y entonces, en el sentido de defendernos a nosotros mismos, dependemos del conocimiento de la Palabra de Dios. Y la razón por la que tantos cristianos ceden a la tentación es porque simplemente, no conocen cómo la Palabra de Dios enfrenta las cosas. Simplemente, no están equipados con la espada. Ahora, usted lo tiene; equípese a usted mismo con su uso apropiado.

En segundo lugar, es un arma ofensiva. Y me encanta pensar en la misma de esta manera. Uso la Palabra de Dios en mi vida para defenderme a mí mismo en contra de los ataques de Satanás. Cuando Satanás me ataca con el desánimo, pienso en versículos que se relacionan con eso. Un hombre se me acercó después del primer servicio esta mañana y me dijo: “¿qué versículos de la Biblia usa usted cuando se entristece?” Y le di una respuesta a su pregunta. Y él preguntó qué versículos de la Biblia yo uso cuando quiero renovar mi compromiso. Él me estaba haciendo las preguntas correctas. Usted sabe adónde ir para defenderse en contra de la tristeza y defenderse contra el desánimo y defenderse contra una falta de compromiso, contra la tentación, a los deseos de la carne, los deseos de los ojos, el orgullo de la vida. ¿Sabe usted cómo enfrentar estas cosas? Así es como usted la usa de manera defensiva.

Pero, ¿qué hay acerca de la parte ofensiva? Esta es la parte emocionante. Me da gusto que sea ambas porque no me gustaría vivir simplemente mi vida tratando de defenderme. Eso aburre, de vez en cuando entro en la ofensiva. Por eso, me encanta predicar. Porque cuando estoy predicando, no tengo tiempo para ninguna tentación, no me meto con esas cosas aquí arriba. Tengo a mi espada ofensiva desenvainada y lo que estoy tratando de hacer es sacar a algunos de la jungla en el reino de Satanás. Y eso es lo que es emocionante.

Cada vez que le llevo el Evangelio a un alma no salva, me veo con la espada entrando en su dominio. Cada vez que alguien es redimido, veo un corte en su reino de tinieblas. Cuando usted se pone de pie y proclama la Palabra de Dios, se la enseña a sus hijos, le habla de ella a sus amigos, habla de ella en el trabajo, habla con otros alumnos en la escuela de la Palabra o se pone de pie en un púlpito como este y predica, usted tiene en su mano la Palabra de Dios como un arma ofensiva y usted está penetrando en el reino de Satanás.

Me encanta ser entrevistado por alguien, que está confundido acerca de algo en nuestra sociedad y decir: “esto es lo que Dios dice.” ¿Se da cuenta? Y atacar el sistema con la espada del Espíritu. Me encanta poder ponerme de pie en contra de la oposición y decir: “esto es lo que la verdad de Dios tiene que decir.”

Ahora, Satanás sabe que la Palabra es eficaz. Y entonces, trata de detenerla. Observe Mateo 13. Satanás va a hacer lo que pueda hacer para acallar a aquellos que predican la Palabra. Él va a tratar de hacer lo que pueda para tratar de deshacer lo que ellos hacen. ¿Se acuerda usted de la parábola que Jesús contó acerca del sembrador y la semilla? No tenemos tiempo en este momento de entrar a los detalles, tendremos más tiempo más adelante en nuestra serie de Mateo. Pero quiero que vea lo que se aplica a nuestros pensamientos en esta mañana.

“Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando Él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.”

Ahora, más adelante, en los versículos 19 en adelante, Él describe la respuesta a lo que esto significa. Pero simplemente, quédese ahí por un momento y se lo voy a explicar. El sembrador es el predicador o el que tiene la Palabra de Dios. La semilla en la Palabra de Dios. Usted sale a sembrar la semilla. En un sentido, usted está usando su espada. ¿Cuál es el resultado? Usted empieza a usar su espada y las cosas empiezan a suceder. El versículo 8 dice que cuando encuentra buena tierra, hombre, el fruto va a salir a ciento, sesenta y a treinta por uno.

Entonces, Satanás sabe que puede hacer esto. Entonces, Satanás está ocupado tratando de asegurarse que esto no pase. Entonces, cuando usted la siembra y cae, por ejemplo, en el versículo 4, ahí al lado del camino, inmediatamente vienen las aves y la devoran. Y me parece que esto hace referencia las huestes demoníacas de Satanás. De alguna manera, entran y quitan la Palabra para que la persona haya olvidado lo que escuchó. Y alguien viene y oye la Palabra. Y quizás usted le habló o quizás yo prediqué. Lo que sea. Y ellos se van y simplemente, se olvidan de ella. Satanás simplemente la arrebata de su mente.

Por otro lado, el versículo 5 dice que parte de las semillas caen en lugares pedregosos. ¿Y qué sucede? No tiene mucha tierra y entonces, brota por un poco de tiempo, no hay profundidad de tierra, viene del sol, la quema, no tiene raíz y se seca. Más adelante, en el capítulo, nuestro Señor dice que esto tiene que ver con la persecución. Alguien viene y dice “hombre, sabes, este cristianismo es interesante. He estado oyendo que estás diciendo que esta es la verdad, la Biblia.” Y Satanás trae a su vida problemas y dicen: “¡Hombre, Dios, realmente no eres un buen Dios después de todo!” Y después, renuncian y se apartan bajo la presión de la tribulación o la presión o lo que sea.

Y finalmente, parte de la semilla cae entre espinos; y los espinos crecen y la ahogan. Y nuestro Señor dice que ése es el tipo de personas que viene, cree por un tiempo, pero el engaño de las riquezas, ahoga la semilla. No están dispuestos a decir ‘no’ al sistema maligno. Quieren al mundo y entonces, se apartan de la Palabra.

Pero el punto que quiero que vea es que Satanás está ocupado. Sea mediante torcer la perspectiva de regreso al mundo o al traer el calor de la persecución, de la aflicción en su vida o al arrebatarla para que no se acuerden de ella, él quiere detener el sembrado de la semilla. ¿Por qué? Porque él sabe que, si encuentra buen suelo, va a producir. Y eso es lo que es emocionante. Si no creyera que la Palabra de Dios produce de algo, dejaría de predicar o haría algo más. Pero tan fantástica que usted puede saber que cuando sale, la Palabra de Dios nunca regresará vacía, sino que siempre “hará lo que Yo quiero.” Esta es una palabra poderosa, amados. Tan poderosa que la Biblia dice que convierte el alma. Ninguna palabra de hombres puede afectar a las huestes espirituales de maldad. Sólo la Palabra de Dios.

Y entonces, es defensiva conforme sabemos cómo usarla para defendernos a nosotros mismos. Es ofensiva conforme salimos y conquistamos el Reino de oscuridad de Satanás. Y de nuevo, quiero recordarle que cuando usted usa la palabra de Dios de manera ofensiva, tiene que ser específico.

¿Sabe una cosa? ¿Alguna vez ha estado usted en una conversación en donde usted no tenía ninguna respuesta para la persona porque usted no sabía lo que la Biblia enseñaba acerca de algo? Bueno, sabe una cosa, algunas personas dicen “hombre, bueno, yo testificaría, pero me temo que no tengo ninguna respuesta. Alguien me va a hacer una pregunta y le diré que no sé.” Lo cual no es malo decirlo, si usted no lo sabe. Pero vaya y descúbralo. ¿Pero sabe una cosa?, si usted va a ser eficaz en comunicar, tiene que conocer la Palabra para estar listo a tiempo y fuera de tiempo, ¿verdad? Para que pueda darle respuesta a todo aquel que demande una razón por la esperanza que está en usted. Para que usted tenga una respuesta, Pedro dijo, necesitamos conocer la Palabra de Dios.

Walter Martin dice: “la tragedia del cristianismo es que una maravilla de 90 días de los testigos de Jehová puede destrozar a cristiano en 30 minutos.” Y en muchos casos, eso es verdad. Realmente no conocemos la Palabra como debiéramos. Y debido que no la conocemos como debiéramos, no podemos defendernos a nosotros mismos y no podemos usarla como un arma ofensiva. Oh, entre más usted conoce la Palabra, más va a poder marchar en el medio del reino de Satanás, porque la Palabra de Dios tiene respuestas que penetran la médula de sus mentiras. Y entonces, necesitamos conocer la Palabra.

Ilustración. Con frecuencia hemos citado Romanos 10:17 de esta manera: “la fe viene por el oír y el oír, por medio de la Palabra de Dios.” Esa es una manera común de citarla porque así es como se traduce en algunas versiones. Esa no es la manera en la que el griego lo presenta en absoluto. La fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios. Eso es tan general. ¿Quieres decir que la fe salvadora puede venir de cualquier parte de la Palabra de Dios? ¿Quieres decir que puedes leer algún versículo de la Biblia y no importa qué versículo sea, la fe puede venir al oír esto? ¡No! El griego dice que la fe viene al oír una rhēma, una afirmación específica acerca de Cristo, Christos.

La fe no viene mediante generalidades. Viene mediante afirmaciones específicas acerca de Cristo. Y la gente no puede salvarse a menos de que oiga que Jesucristo murió y resucitó al tercer día para su justificación. Debe haber afirmaciones específicas en el uso ofensivo de la Palabra, puntos específicos en el uso defensivo y no hay sentido en ser una víctima. La tragedia de tragedias es que alguien sea un cristiano por mucho tiempo y no pueda usar este recurso incomparable que Dios nos ha dado en Su gracia. Usted dice: “¡Oh!, pero te voy a decir, en cierta manera he sido golpeado aquí allá y no lo entiendo.” Escuche. No me diga eso. No me diga que no lo entiende. Él no sólo le dio el libro, Él implantó en su corazón al Maestro de verdad residente. Y Él se la va a enseñar si usted se somete a Sus enseñanzas.

Nadie va a poder decir que es ignorante. “No entiendo esas palabras tan sofisticadas.” Usted lo puede entender. Dios lo va a capacitar para entenderlo tanto como usted necesita entenderla para ganar la victoria. No es tan difícil. Yo la entiendo. Y trabajo duro en entenderla. Eso es todo. Eso es todo. Si algo llega a ser bueno, indica que alguien se esforzó mucho en entenderlo. Así es en su vida. Simplemente porque usted es dueño de una Biblia, no quiere decir que usted tiene una espada. Usted puede ser dueño de un almacén de Biblias y no tener una espada. Si usted no sabe cómo usarla defensiva y ofensivamente. Jesús nos dio el modelo. Él dijo: “¿qué dice la Escritura?” Así es como debemos vivir la vida, así es como debemos enfrentar la tentación, así es como debemos enfrentar el ministerio. En Hechos 17 dice que los de Berea eran más nobles que los otros porque escudriñaban las Escrituras. Eso es nobleza verdadera.

Un biógrafo de Martín Lutero escribió esto, y cito: “Lutero estuvo en tinieblas por el diablo a pesar que era un monje. Él estaba tratando de salvarse a sí mismo mediante obras. Él estaba ayunando y sudando y orando; y, sin embargo, era miserable e infeliz y estaba en esclavitud constante. La enseñanza católica romana supersticiosa lo mantuvo cautivo. Pero él fue librado por la palabra de las Escrituras, “el justo por la fe vivirá.” A partir de ese momento, él comenzó a entender esa palabra como nunca antes la había entendido y entre mejor la entendió, más vio los errores enseñados por Roma. Él vio el error de su práctica y entonces, tuvo un mayor deseo por reformar la Iglesia. Él procedió a hacer todo en términos de exposición de las Escrituras. Los grandes doctores en la Iglesia romana lo resistieron. Él a veces tuvo que estar solo y se reunió con ellos en combate cercano e invariablemente, él se aferró a las Escrituras. Él mantuvo que la Iglesia no está por encima de las Escrituras. El estándar mediante el cual usted juzga inclusive a la Iglesia,” él dijo, “son las Escrituras.” Y aunque él era un hombre solo al principio, él pudo pelear al sistema de los papas y de doce siglos de tradiciones. Y él lo hizo al tomar la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.

Escuche, nunca habría habido una reforma si un hombre no hubiera podido ponerse de pie y resistir a los eruditos que estaban en el error del sistema de los papas y repeler sus argumentos con la Palabra de Dios. Nuestros padres protestantes en este país hicieron precisamente lo mismo. Hubo un arma que usaron de manera repetida. Los puritanos lo hicieron. A principios del protestantismo, como usted sabe, ellos decidieron que todo cristiano debería tener una Biblia. ¿Por qué? Porque si usted no tiene una Biblia, no tiene una espada. Y fue el voto de Tyndale que todo granjero y todo hombre que trabajara en el campo pudiera leer y entender, para poder protegerse en contra de la infiltración de otro período de una época oscura. Él dijo: “la manera en el que la gente puede fortalecerse es dándoles el conocimiento de la Palabra de Dios.”

Y fue esa gran ansiedad por el conocimiento preciso de la Biblia que llevó a una traducción confiable de las Escrituras a su idioma y al mío. Nosotros podemos agradecerle a Dios por esas personas. Es esencial que la Palabra de Dios sea conocida. Es esencial si vamos a ganar la batalla.

H. P. Barker era un maestro de las ilustraciones. Un día él se describió a sí mismo mirando por una ventana y viendo un jardín lleno de plantas y flores. Y él dijo: “vi tres cosas en el jardín. En primer lugar, vi una mariposa. La mariposa era hermosa e iba a una flor y de ahí, volaba a otra flor y de ahí, a otra flor. Se quedaba solo por unos segundos ahí y se movía. Y tocaba tantas flores como podía, pero no derivó ningún beneficio en absoluto de esto. Después,” dijo él, “me quedé viendo por un poco más de tiempo por mi ventana y salió un hombre que estudiaba botánica. Y este hombre tenía un cuaderno bajo su brazo y una lupa muy grande. Y este hombre se inclinaba y veía cierta flor y observaba durante mucho tiempo. Y después, tomaba notas en su cuaderno. Y estuvo ahí durante horas, escribiendo notas, cerró el cuaderno, lo metió bajo su brazo, guardó su lupa en su bolsillo y se fue. Y después,” él dijo, “la tercera cosa que vi fue una abeja. Tan sólo una pequeña abeja. Pero la abeja llegaba a una flor y aspiraba las profundidades de la flor y extraía todo el polen que podía llegar. Y llegaba vacía, pero salía llena.”

Y H. P. Barker dijo: “así es como la gente trata a la Biblia. Existen aquellos que simplemente vuelan de un sermón hermoso a otro sermón hermoso, de clase a clase, de estudio a estudio, cayendo aquí, cayendo allá. Sin traer nada, ni obteniendo nada. Qué sentimiento tan agradable. Después, están los que son como estudiantes de botánica espirituales, quienes toman muchas notas, que están tratando de asegurarse que toda su ortografía esté correcta, pero que no tienen la capacidad de extraer nada de las flores. Es un ejercicio meramente académico. Después, están las abejas espirituales, quienes extraen de toda flor preciada todo lo que se encuentra ahí para poder producir la miel que los hace tan bendecidos para aquellos que los rodean.”

¿Usted cuál es? Usted puede venir a Grace Community Church y ser una mariposa. Usted puede estar volando de clase en clase, de estudio bíblico en estudio bíblico, de seminario en seminario, de libro en libro, sin cambiar nunca. O puede ser como un estudiante de botánica, algunos de ustedes tienen suficientes cuadernos llenos de notas como para hundir a un pequeño barco de guerra. O puede ser una abeja que llega vacía y sale llena produciendo miel que hace que la vida sea dulce. ¿Cuál es usted? La espada está, está disponible. ¿La está usando?

Mi amigo Rodney está sentado aquí, él no sabe que voy a hablar de él durante un momento. Pero él se sienta aquí todos los domingos; y Rodney está en nuestra clase especial. Y cuando conocí a Rodney por primera vez, él fue bautizado no hace mucho tiempo atrás, pero Rodney tenía una Biblia bastante desgastada. No sé si la trajo con él esta mañana. Él tiene su Biblia nueva, ¿verdad? Muy bien, él tiene su Biblia nueva. Pero él tenía una Biblia desgastada y él lee un poco, tan sólo algunas palabras. Entonces, él tenía su Biblia. Se veía bastante mal. Él anda en bicicleta y entonces, usted sabe, su Biblia se estaba desgastando.

Y un día le dije: “Rodney, necesitas una Biblia nueva”. Y él dijo: “sí, necesito una Biblia nueva, es correcto.” Entonces, le dije que viniera conmigo a la librería y que yo le conseguiría una nueva Biblia. Y entonces fuimos a la librería y yo le dije: “ahora, yo sé que tú no lees, Rodney. Yo sé que tan sólo lees un poquito. Pero, ¿qué tipo de Biblia te gustaría?” Y él dijo: “bueno, quiero una con los números muy grandes para que pueda ver de qué versículo estás hablando y pueda verlo mientras que hablas del versículo.” Bueno, eso realmente cautivó mi corazón. Y entonces, conseguimos una Biblia con números lo suficientemente grandes para que pudiera ver los números. Y pensé en alguno de ustedes. Ustedes pueden comprender todo concepto ahí. Ustedes pueden reflexionar en todo principio ahí. No es sólo números para ustedes. Y, sin embargo, me pregunto si son abejas que están extrayendo todo lo que hay allí y la están usando como un arma para ganar la victoria que ya es suya en Jesucristo. Oremos juntos.

Padre, te damos gracias por Tu Palabra. No puedo evitar más que pensar, que, en un sentido, la armadura completa de Dios no es nada más que un retrato de Jesucristo. Cristo es la verdad como el cinto de la veracidad. Él es nuestra justicia, nuestra coraza. Él es nuestra paz. Su fidelidad hace que nuestra fe sea una realidad. Él es nuestra salvación y Él es la palabra viva de Dios. Padre, sé que esto significa que en el momento en el que confiamos en Cristo, nosotros recibimos la armadura. Pienso en las palabras del apóstol Pablo, quien dijo: “despierta, despójate del pecado y vístete de la armadura de la luz.” Y después, él procedió a decir: “lo cual es vestíos del Señor Jesucristo.” Y entonces, Padre, en mi corazón sé que, resumiendo toda esta armadura, resumiéndolo todo y ganando la batalla, nosotros debemos vestirnos del Señor Jesucristo. Nosotros debemos estar cubiertos con Su verdad y Su veracidad, con Su justicia, con Su paz, con su fe de confianza en el Padre, con Su salvación definitiva, con Su vida misma como la palabra viviente. Padre, ayúdanos a apropiarnos de estos recursos.

Señor, hay algunos aquí, en el día de hoy, que están indefensos, que están impotentes en contra del enemigo porque no se han vestido del Señor Jesucristo. No tienen armadura alguna. Oh Dios, oro porque este sea el día en el que reciban a Cristo, para que ellos se vistan de Él y estén listos para la batalla. Oro también por los cristianos que tienen todos estos recursos y, sin embargo, nunca los han aprovechado. Que realmente no tienen hambre por la Palabra y sed, ni anhelan la Palabra. Oro por aquellos que pueden tener un compromiso marginal con aprender sus grandes verdades. Oh, Dios, aléjanos de ser complacientes hacia Tu libro. Sálvanos de la indiferencia que mata nuestra utilidad y gozo. Haznos personas de la Palabra para Tu gloria, en el nombre de Jesús. Amén. 

 

 

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