Para nuestro estudio ésta mañana en la Palabra de Dios, quiero que consideremos el Jesús milagroso. La semana pasada vimos al Jesús misterioso, al Jesús de los profetas del Antiguo Testamento. Ahora vemos al Jesús milagroso del Nuevo Testamento. Queremos tener una especie de perspectiva doble, así como leímos antes en la lectura de Hebreos 1, en dónde encontramos que Dios habló en el tiempo pasado mediante los profetas, ese es el Antiguo Testamento, y ahora Él ha hablado mediante Su Hijo, y el registro de eso está en el Nuevo Testamento.
El Nuevo Testamento presenta al Jesús milagroso. Todo acerca de Él es milagroso, todo acerca de Él es maravilloso, todo acerca de Él es inexplicable humanamente hablando, todo acerca de Él es sobrenatural y divino. Y es importante que entendamos eso, para que podamos realmente saber quién es éste Jesucristo. Vi un anuncio recientemente que señalaba la actitud por lo menos de algunas personas en la temporada de Navidad, en letra muy, muy grande decía éste anuncio impreso, “Jesucristo, ¿qué piensas que es esto, tu cumpleaños?” Una afirmación de burla, como si Jesucristo fuera alguien por quien estar preocupado.
Y supongo que estamos algo sorprendidos por eso, sin embargo, esperamos ciertas cosas de un mundo secular sin Cristo. Mucho más severo que eso fue un artículo que leí, está fechado en UPI/Londres, y dice esto: “Varios teólogos protestantes británicos han desafiado la divinidad de Jesucristo, diciendo que Él nunca dijo ser el Hijo de Dios, sino que fue promovido a ese estatus mediante influencias paganas y de otro tipo por parte de los primeros cristianos. Los teólogos el martes, lanzaron su libro que escribieron juntos titulado “El mito del Dios encarnado”, el cual, dijeron, fue un intento por presentar una postura ahora, promovida por todos los teólogos.”
No todos, a pesar de lo que dicen, por cierto, ese es un complot, ese es un complot periodístico para hacer que la gente ingenua piense que todo mundo está de acuerdo cuando de hecho no lo están. Y es tan deshonesto como lo es su libro. Dijeron que la creencia en la encarnación de Cristo surgió en la primera iglesia, mediante una función de tradiciones existentes, paganas y judías, de la venida de un ángel disfrazado. Uno de los escritores dice que: “De hecho, no hay nada nuevo acerca de los temas centrales de este libro. La historia del cristianismo incluye varios desarrollos teológicos. El desarrolla que continúa es que el Jesús histórico no se presentó a sí mismo como Dios encarnado, y es aceptado por todos los teólogos. Los laicos cristianos en la actualidad simplemente no están plenamente conscientes de esto. Jesús, el hombre en sí, no se presentó a sí mismo como Dios encarnado” a una conferencia periodística. Un escritor dijo, creo que Jesús probablemente fue el ser humano más maravilloso que jamás vivió, y estuvo abierto a Dios. Cuando trato de formar un retrato en mi mente de éste Jesús y de sus enseñanzas, con la ayuda de 100 años de erudición disponibles a nosotros, siento que Jesús no fue un cristiano.” (Fin de la cita)
Entonces, el mundo secular se burla de Jesús, ¿qué piensas que es esto, tu cumpleaños? Y el mundo religioso dice que Él ni siquiera es un cristiano, mucho menos el Dios encarnado, divino. Entonces, aunque el mundo se vuelva algo sentimental acerca de los bebés, y los pesebres, y es muy difícil no ser algo sentimental por la belleza de esa escena y los pequeños animales y las tarjetas hermosas, y la familia, la calidez que este tiempo del año tiende a traer, la realidad es que el mundo todavía es muy antagonista hacia Jesucristo, y necesita ver una reafirmación de quien es este Jesucristo.
Entonces, con eso en mente, quiero que veamos el Nuevo Testamento, y realmente no intento presentarle lo que yo pienso, solo quiero mostrarle algunas cosas en la Palabra de Dios, quiero el testimonio que venga de Dios mismo. No espero decir nada que sea muy profundo, de hecho, lo opuesto. Le voy a recitar realidades muy simples acerca del Señor Jesucristo, simples únicamente en términos de su presentación, profundas en términos de su implicación y realidad. Pero la historia antigua todavía necesita ser reiterada, porque hay un mundo que está ahí afuera que realmente no entiende quién es Cristo. La razón por la que no entienden esto es porque son ignorantes de manera deliberada, escogen su propio pecado y su propia voluntad sobre el plan de Dios.
Ahora, cuando usted llega al Nuevo Testamento, hay un tema dominante que marca la vida de Jesucristo, y es lo milagroso. Él siempre es el Jesús milagroso, Él es identificado como alguien que es divino, como deidad, como Dios en carne humana, mediante señales y maravillas, al hacer aquello que es humanamente, naturalmente imposible e inexplicable. Y entonces, conforme vemos a Jesucristo, debemos ver a Dios, porque no hay otra manera de explicarlo fuera de que Él es Dios. Su vida es divina de manera tan obvia, que ninguna mente humana jamás pudo haber concebido una persona como Él, nunca pudo haber creado una persona como Él, o pudo haber sido hecho eso.
¿Por qué razón los hombres inventan un hombre que los condena a todos al infierno eterno, sino creen en Él? ¿Y cómo es que los hombres van a saber presentar la perfección, cuando son tan imperfectos? Ninguna pluma humana jamás habría inventado las palabras que Él dijo, la vida que Él vivió y como Philip Schaff el gran historiador dijo: “La vida de Jesucristo es el lugar santísimo en la historia del mundo. Él debe ser de Dios, no hay otra explicación.” Inclusive los críticos y escépticos quedan asombrados por Jesucristo. H.G. Wells, el escritor pensado como la mayoría como un futurista, pero de hecho estuvo involucrado en el ocultismo, y quizás inclusive fue un médium, y uno que estuvo involucrado en asuntos satánicos, H.G. Wells en mayo de 1935 escribió esto en Reader’s Digest: “Cuando se me preguntó que individuo ha dejado la impresión más permanente en el mundo, la manera de la pregunta casi llevaba la implicación de que fue Jesucristo de Nazaret, y estuve de acuerdo.”
Schaff, ese gran historiador del cristianismo, lo mencioné hace un momento, dice esto: “El Jesús de Nazaret, sin dinero y sin armamento, conquistó a más millones que Alejandro, Cesar, Mahoma y Napoleón. Sin la ciencia y el aprendizaje, Él ha dado más luz en las cosas que son humanas y divinas que todos los filósofos y eruditos combinados. Sin la elocuencia de las escuelas, Él habló con tales palabras de vida como nunca antes habían sido habladas o desde ese entonces han sido habladas, y produjeron efectos que van más allá del alcance de cualquier orador y poeta. Sin escribir Él una sola frase, Él ha echado a andar más plumas, y a provisto más temas para más sermones y oraciones, y más discusiones y volúmenes informados, obras de arte y canciones de alabanza, que el ejército entero de grandes hombres de tiempos antiguos y modernos.” (Fin de la cita)
Conforme usted ve la vida milagrosa de Jesucristo, usted ve verificación de que Él es Dios en carne humana sin importar lo que siete teólogos protestantes británicos dicen. Todo acerca de Él es milagroso, y los milagros hablan de Dios. Como puede ver, los milagros siempre han sido dados para certificar la revelación divina. Cuando Dios habló en el Antiguo Testamento la Palabra escrita, Él la certificó con milagros. Cuando Él habla en el Nuevo Testamento la Palabra viviente del Nuevo, Él la certifica con milagros, y en dónde usted tiene milagros, usted tiene la marca de intervención divina. Y el hecho de que la Biblia, literalmente está llena de milagros es el testimonio de que es la revelación de Dios mismo.
Y no nos deberían sorprender los milagros si hay un Dios, entonces Él puede intervenir en éste mundo cuando Él quiere. Y el hecho de que Él lo hace debería consolarnos, no hacer que seamos escépticos. Usted podría imaginarlo de esta manera, si usted tuviera muchos trenes eléctricos en una gran mesa, en un cuarto, usted tendría estas diferentes vías y motores y todo estuviera ya listo, ya con ajustes preseleccionados y el tren está dando vueltas en las vías, y estuviera controlado con una serie de transformadores, usted simplemente colocaría aquí el interruptor, y allá. Usted podría decidir la velocidad al mover una pequeña perilla hacia adelante y hacia atrás, y usted podría ver que básicamente Dios ha hecho lo mismo en la historia humana. Todo está arreglado, hay movimiento de ésta manera y de esa manera, de acuerdo con la vía, todo se mueve de acuerdo con la manera en la que está arreglado. Conforme Dios por así decirlo, mueve el transformador divino.
Pero como el hombre con el pequeño sistema, de vez en cuando él quiere cambiar algo, entonces él simplemente mete la mano, y levanta el motor. Ahora, si usted resultara ser una pequeña persona que estuviera ahí en ese tren, de alguna manera quedaría sorprendida por lo que acaba de suceder. Pero desde nuestro punto de vista es muy simple entenderlo, Él levanta la locomotora, la mueve por acá, le engancha diferentes vagones, desarrolla una configuración diferente, mueve la vía y no entramos en pánico por eso. Si alguien más grande que el sistema, él puede intervenir en el sistema en cualquier momento que Él quiera. Y Dios ha hecho lo mismo. Dios ha establecido las cosas en la vía, Él las echó a andar, son guiadas por Su transformador divino de mantener todas las cosas por la Palabra de Su poder, pero de vez en cuando Él mete la mano y hace algo que es totalmente incomprensible, e inexplicable desde nuestro punto de vista. Y cuando eso sucede, sabemos que hay un Dios, así como cuando sucedería en un pequeño sistema de trenes. Cualquier persona que estuviera en un vagón sabría que hay alguien más grande que está ahí arriba que el sistema.
Y entonces, le permitimos a Dios intervenir. Y cuando Dios se revela a Sí mismo, Él debe revelarse así mismo de una manera, que usted sabe que Él es Dios, y no un hombre. Y entonces Él tiene que hacer cosas que son sobrenaturales. Y cuando usted ve la vida de Jesucristo si hay algo que usted sabe con toda certeza, usted sabe que Él es Dios, porque Él hace lo que un hombre jamás podría hacer, y dice lo que ningún hombre jamás podría decir. Y no hay otra explicación, más que Jesús es Dios. Y decir que Él no afirmó eso, es la cúspide de la torpeza, porque eso es precisamente lo que Él dijo. Vea a Juan capítulo 5, y vamos a comenzar en ese punto.
Y simplemente vamos a ver varios pasajes y refrescar nuestras mentes en las maravillas del Jesús milagroso. En Juan 5, en el versículo 18 leemos esto, “Por tanto los judíos buscaron más matarlo.” Los judíos querían matar a Jesús, y aquí le dice a usted porqué, porque el no solo había quebrantado el día del reposo, aquí estuvo lo peor, sino que también dijo que Dios era su Padre, haciéndose igual a Dios. Jesús estaba haciéndose a sí mismo igual a Dios, ellos mismos lo supieron, lo entendieron, y no les gustó. Podrían haber algunos escépticos, y algunos críticos en la actualidad que no saben lo que Jesús estaba diciendo, pero los judíos en ése entonces lo supieron con toda certeza, supieron exactamente lo que Él estaba diciendo. Él estaba haciéndose igual a Dios y al hacer eso, o Él era Dios o Él era el blasfemo definitivo. O Él era Cristo, o Él era el anticristo y no hay nada entre estos dos puntos.
Versículo 23, Él añadió, al decir simplemente que Él era igual con Dios, Él demandó adoración por igual. Dice que todos los hombres deban honrar, así como honran al Padre. Él que no honra al Hijo no honra al Padre que le envió. Él demanda honor por igual, adoración por igual, adoración por igual con Dios el Padre. Dice que usted no puede separar a los dos. Si usted adora a uno debe adorar al otro, si usted adora al otro usted debe adorar a uno. Y entonces, Él demanda ser conocido como igual por el Padre, igual en naturaleza, igual en adoración. ¿Cómo es posible? ¿Qué evidencia tenemos de que Él es igual a Dios, de que Él es Dios en carne humana? Versículo 32 del mismo capítulo Él dice, “Hay otro que da testimonio de mí, y yo que el testimonio que él da de mí es verdadero.”
Y después Él discute a Juan el Bautista quien también fue un testigo, pero no el testigo supremo. Después en el versículo 36, Él regresa a ése testigo supremo que Él mencionó en el versículo 36, o más bien en el versículo 36 Él regresa a lo que Él mencionó en el versículo 32, “Pero tengo un testimonio mayor que el de Juan,” ¿qué es? “porque las obras que el Padre me ha hecho que haga, las mismas obras que yo hago dan testimonio de que el Padre me ha enviado.”
En otras palabras, la vida milagrosa de Jesús fue testimonio de su naturaleza divina. Digo, si Él simplemente hubiera hecho lo que la gente normal hace, no habría razón para que nosotros supusiéramos que Él era divino. No habría razón en absoluto. Y entonces, Él hizo lo que la gente no puede hacer, Él hizo lo milagroso, lo sobrenatural, lo divino, para que no hubiera duda acerca de su origen. Y sus obras milagrosas, nos dicen exactamente quién es Él. Observe de nuevo, el décimo capítulo del evangelio de Juan, y éste es un énfasis en particular en Juan, esto es la deidad de Jesucristo, a lo cual él regresa una y otra vez. Pero, de nuevo encontramos a los judíos en el versículo 24 confrontando a Jesucristo. Y le dijeron, “Hasta cuando nos haces dudar. Hasta cuando vas a estar revelándote a ti mismo de maneras en las que no son claras para nosotros. Si tú eres el Cristo, dinos claramente. Danos una palabra muy clara para que entendamos sin duda alguna quien eres.”
Y Él respondió en el versículo 25, y aquí está la afirmación más simple que Él podía hacer: “Os he dicho y no creéis. Las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí.” Si quieren un testimonio claro, vean mi vida. Vean mi vida, vean mis obras, ¿de qué otra manera pueden explicarme, fuera de que soy divino? Nicodemo vino a Jesús, de noche, y dijo: “Sabemos que eres un maestro que ha venido de Dios, porque ningún hombre puede hacer los milagros que tú haces, al menos de que Dios esté con él.” Nicodemo podía entender lo que ellos no podían entender. “Dinos claramente”, aquí está, tan claro como lo vas a oír, vean los milagros de mi vida y entonces decidan. Y los milagros en el Nuevo Testamento, son literalmente ilimitados, vastos. Y son verificados, una y otra, y otra vez por masas de personas que son registrados para toda la historia humana. Son milagros verificables, y son la palabra clara acerca de quién es Jesús.
En Juan 14:11, “Creedme”, dice Él, “que Yo estoy en el Padre, y el Padre está en mí.” Y si no puede nada más creer porque lo digo, entonces créanme por causa de las obras mismas, créanme por lo que ven. En Lucas 7, Juan el Bautista envió un mensajero a Jesús, él le dijo al mensajero, tú pregúntale a Jesús si es él quien creemos que él es, es el Mesías. Y Jesús le dijo al mensajero, después que él hizo la pregunta, regresa y dile a Juan esto, dile: “que los cojos caminan, y los ciegos ven, y los sordos oyen, y los muertos son resucitados de la tumba”. Y dile esas cosas, y dile esas cosas y él sabrá. Háblale de los milagros, háblale de los milagros, no hay un testimonio más grande de Jesucristo que el poder del Padre derramado a través del Hijo, y ese es el testimonio de Jesús mismo.
Ahora, vayamos a la Palabra de Dios y veamos al Jesús milagroso, y simplemente veamos varios elementos de la vida milagrosa de nuestro Señor. En primer lugar, su nacimiento milagroso en Mateo capítulo 1. Y únicamente vamos a tocar estos temas, Mateo capítulo 1, su nacimiento milagroso. Versículo 18, “Ahora el nacimiento de Jesucristo fue así, estando su madre María desposada con José”, ese fue un período pre-conyugal, de compromiso, un desposamiento en el cual todavía no se habían unido en una unión sexual. Estaban comprometidos. “Antes de que se unieran”, antes de que entraran en una relación sexual, “se halló que había concebido del Espíritu Santo.”
Ahora, eso nunca jamás ha pasado antes, o desde ese entonces. El Espíritu Santo implantó la simiente en ella, sin hombre como un instrumento. Bueno, a José, su marido siendo justo, un hombre justo, él no quería hacerla un ejemplo público, él pudo haberla arrastrado enfrente de la comunidad entera y haberla apedreado enfrente de todo mundo por ser una adúltera, pero él realmente no quería hacer eso, él era un hombre justo, él quería hacer lo que era lo correcto, pero él no quería hacer lo que probablemente era la opción más devastadora que él tuvo.
Entonces, él decidió divorciarse de ella. La ley proveía que en el caso de adulterio el divorcio podía ocurrir, entonces el versículo 20 dice que él comenzó a pensar en estas cosas, después de todo, aquí estaba esta mujer que él imaginaba que era tan pura, y tan intachable, y una virgen del rango más elevado, él la había conocido por suficiente tiempo como para conocer la calidad de la vida de ella. Y ahora ella está embarazada, y él sabe que no fue él, él asume que debió haber sido alguien más, él está despedazado, y en shock, y no sabe qué hacer, excepto por divorciarse de ella. Y conforme él pondera esto, en el versículo 20, un ángel del Señor le apareció a él en un sueño y dice: “José, hijo de David, no temas tomar a María tu mujer, porque aquello que en ella es concebido, es del Espíritu Santo.” No hubo ningún otro hombre, el Espíritu Santo hizo esto. “Y ella dará a luz un hijo y llamarás su nombre Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Jesús significa salvador.
Ahora, todo esto sucedió para que se cumpliese lo que fue hablado por el Señor a los profetas, diciendo: “He que aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es, Dios con nosotros.” Entonces, José se levantó de su sueño e hizo como el ángel del Señor le había dicho, y tomó a su esposa, y no la conoció,” esto es no tuvo relación conyugal con ella, hasta que ella dio a luz a su primogénito y llamó su nombre Jesús. Ese es un nacimiento milagroso, un nacimiento sin un padre humano. Dice, ¿acaso eso no fue añadido más tarde por algún mito pagano, que se infiltró en el cristianismo? No, en absoluto, usted puede remontarse a algunos documentos que han sido hallados desde el 70 d.C. y usted va a hallar en una lista de genealogías el nombre de Jesús, quien se dice que fue el hijo bastardo de una mujer casada.
Entonces, inclusive ellos sabían que José no fue su padre, pero ellos supusieron lo peor, y supusieron que Él fue un hijo ilegítimo. Usted puede regresar a la leyenda antigua de Pantera, el supuesto legionario romano quien habría impregnado a María, y lo que todo eso le dice a usted es que no hubo una explicación humana en términos de José y María, para explicar que ella estuvo embarazada con un hijo, y el mundo quería pensar lo peor, e inventa a una María adúltera para resolver al problema, lo que nos dice eso en verdad es que hubo un nacimiento virginal que no pudo ser explicado por los hechos de la naturaleza humana.
Usted ve cuando Juan 6:38 dice que Jesús dijo, “He descendido del cielo, no para hacer mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.” Él estaba diciendo algo muy profundo. Jesús no comenzó a existir cuando Él nació en Belén, Él fue enviado de Dios en esa forma humana. Él ya existía, y Él descendió a ese cuerpo humano y cuando el tiempo se cumplió el regresó al Padre de quien Él había venido originalmente, pero Él pre-existió y todo lo que el Espíritu Santo hizo fue implantar la semilla en María, para dar la forma física que podía ser ocupada por el segundo miembro de la Trinidad, quien siempre había existido desde toda la eternidad.
Esa es la razón por la que en Juan 1 dice de Él, “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho.” Él fue Dios mismo el Creador, el preexistió su propia encarnación, esa es la razón por la que dice en el versículo 10, “Él estuvo en el mundo y el mundo fue hecho por él, y el mundo no le conoció.” Esa es la razón por la que dice en Juan 1:14, “Aquel Verbo fue hecho carne”. Y el Verbo siempre fue, simplemente se volvió carne y vivió entre nosotros y vimos su gloria, y vimos que fue la gloria como el unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” Fue deidad en carne humana.
Jesús llevó esto al punto en el que los judíos literalmente entraron en pánico. En Juan 8, versículo 56, Él está hablando de Abraham, y Él dice, “Vuestro padre Abraham se regocijó por ver mi vida, y él lo vio y le gusto.” Y los judíos dijeron: “No tienes cincuenta años de edad y has visto a Abraham, y Él dice, “Antes de que Abraham fuera, Yo Soy.” ¿Sabe usted cuál fue su reacción? Recogieron piedras para apedrearlo hasta la muerte, y Él escapó de ellos.
En el capítulo 16 del evangelio de Juan, en el versículo 28, “Salí del Padre, y vengo al mundo de nuevo y dejo al mundo para ir al Padre”. En otras palabras, Él preexistió. Él vino del Padre al mundo, Él va a dejar el mundo, Él va a regresar al Padre. Juan 17:5, Él oró, “Padre, restáurame la gloria que tuve contigo antes de que el mundo comenzara, porque Yo terminé la gloria que tú me distes que hiciera aquí. Jesucristo siempre existió en deidad, cara a cara con el Padre. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios, y el Verbo era con Dios.” Pros ton theon, cara a cara, una relación igual en la Trinidad, y Él vino al mundo en la encarnación. Esa es la razón por la que en 1 Juan 4, versículo 2 y 3 dice: “Si eres fiel al evangelio y se genuinamente vas a confesar que Jesús es Dios que ha venido en carne humana.” Cualquier cosa menos que eso, tú eres el espíritu del anticristo.
Entonces, un nacimiento milagroso es el comienzo del Jesús milagroso, en lo que ha su existencia terrenal tiene que ver. Dice en Hebreos 10:5, “Dios había preparado cuerpo para mí.” De tal manera que el hombre Jesús, fue el Dios morando en forma humana, Dios hizo ese embrión de manera independiente de José y María, lo colocó en el vientre de María, para cuidar de Él antes del nacimiento, cuando ese niño nació en ese cuerpo, fue colocado el Dios mismo de la eternidad. Claro que es una imposibilidad biológica, pero eso no nos sorprende, ¿verdad? Si hay un Dios, Él puede intervenir en el progreso natural, y hacer lo que Él quiere. No, el nacimiento virginal no fue inventado por alguien, el nacimiento virginal es la única manera de explicar a Jesucristo. Eso es lo que la Biblia dice, no hay otra explicación.
Hay más que eso, ¿qué hay acerca de su vida sin pecado? Ese es un segundo elemento de su persona milagrosa. Observe Hebreos capítulo 4 y sigue como un corolario al primero. Si Él nació concebido por el Espíritu Santo, esperaríamos que Él fuera diferente del resto de la gente, y de hecho, ese es el caso. En Hebreos 4:15 dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades.” En otras palabras, no vamos a acudir a alguien que no nos entiende. “Sino que fue tentando en todo, según nuestra semejanza, pero sin pecado.” Él no tiene pecado, no hay pecado en Él, en absoluto.
En el capítulo 7, versículo 26 de Hebreos, de manera semejante dice que Él es un sumo sacerdote, quién es santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores y hecho más sublime que los cielos. Él no necesita ofrecer un sacrificio por su propio pecado. Cómo puede ver, Él no tiene pecado. Y ese es el segundo elemento en su persona milagrosa. 1 Pedro 2, y aquí viene el testimonio de dos personas quienes vivieron con Él durante tres años, Pedro dice en 1 Pedro 2, versículo 21: “Porque para esto mismo fuimos llamados, porque Cristo también padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas”, escuche esto, “quién no hizo pecado”. Ése es Pedro, Pedro estuvo con Él durante tres años, lo vio de cerca, involucrado de manera íntima con Él, y él dijo que Él nunca cometió un pecado. Nunca.
Juan, el amado, quién se recostó sobre su pecho, algunos piensan que fue el más cercano a Jesús durante su vida en la tierra, 1 Juan 3:5, Juan dice: “Y vosotros sabéis que él se manifestó para quitar nuestros pecados y en él no hay pecado.” Y ese es el testimonio de Juan, quien lo conoció tan bien, y de Pedro quién lo conoció bien. No hubo pecado en Él, inclusive Judas, que se habría deleitado en haber hallado alguna razón para justificar la traición, no lo pudo encontrar. Él no pudo encontrar algo para apaciguar su propio dolor, para calmar su propia culpabilidad, para aliviar el dolor tremendo de lo que él había hecho, y tratar de deshacerse del dinero y lavar la sangre de sus manos, él clama: “he pecado, porque he entregado sangre inocente.” Créame, si él pudo haber encontrado alguna manera de salirse de esa culpabilidad lo habría encontrado.
Pablo dice: “Al que no conoció pecado por nosotros se hizo pecado.” En Juan 8:46, Jesús dijo: “¿quién de vosotros me convence de pecado?” Hable. Silencio. Inclusive en su juicio no podían presentar nada, en vano vemos la biografía de Jesucristo para encontrar una sola mancha, o la sombra más tenue de su virtud que es totalmente pura. Inclusive Pilato, quién habría dado todo por encontrar simplemente una acusación para que fuese legítima en la convicción de Jesucristo para aliviar su propia culpabilidad, quién habría encontrado con gusto solo una cosa que estuviera mal, tuvo que decirle a la multitud, “no hallo falla en este hombre.” Nadie jamás lo halló. Los romanos no pudieron, los judíos no pudieron, los discípulos no pudieron, la historia no pudo, nadie pudo, porque no hubo ninguno. Y no fue solo la ausencia de pecado, fue la presencia de rectitud y santidad absolutas.
Jesús nunca pudo haber escrito el Salmo 51, Él nunca pudo haber escrito el Salmo 32, Él nunca pudo haber escrito Romanos capítulo 7, Jesús nunca confesó su pecado, Él nunca necesitó confesar su pecado, nunca hubo un pecado que confesar, Él nunca necesitó gracia, Él nunca necesitó misericordia. Entonces usted comienza con un nacimiento milagroso, y después usted tiene una vida milagrosa sin pecado. ¿Cómo puede explicar eso? Usted no lo puede explicar humanamente. Es inexplicable.
Hay un tercer factor, sus palabras milagrosas, sus palabras milagrosas. Lucas 4:32 dice que “estaban continuamente asombrados ante su enseñanza”. Juan 7:46, la policía del templo regresó después de que habían sido enviados a apresar a Jesús, regresaron y dijeron esto, estaban sin palabras, dijeron: “Nunca, nunca un hombre habló de la manera en la que éste hombre habla.” Cuándo Él dio el sermón del monte, al final de Mateo 7 dice, que literalmente “estaban asombrados porque Él habló como alguien que tenía autoridad y no como los escribas y los fariseos.” Cuando Él tenía doce años de edad en Lucas 2:46 y 47, Él fue al templo y los líderes de Israel, hablándole a un niño de doce años, estaban absolutamente sorprendidos ante sus preguntas, y sus respuestas, dice el texto. Nadie jamás habló como Él habló, nadie jamás enseñó como Él enseñó, nadie jamás conoció la sabiduría que Él conoció, por conclusión común de la historia, Jesucristo es el maestro más grande que jamás vivió.
Inclusive la gente que lo rechazó no puede negar el poder increíble, la sabiduría de su enseñanza. Los evangelios, sin duda alguna son la literatura más grande jamás escrita, son leídos por más personas, citados por más autores, traducidos en más idiomas, representados en más arte, incorporados en más música que cualquier otra cosa jamás dicha o escrita, y probablemente cualquier otra cosa combinada. Su grandeza yace en la espiritualidad pura, lúcida al tratar de manera clara y definitiva y con autoridad los problemas más grandes que se encuentran en el corazón humano.
Cómo puede ver usted, Jesús fue a las preguntas reales: ¿Quién es Dios? ¿Acaso Él me ama? ¿se preocupa por mí? ¿qué debo hacer para agradarlo, cómo? Es que Él me ve, ¿qué hay acerca de mi pecado? ¿cómo puedo ser perdonado? ¿adónde iré cuando muera? ¿cómo debo vivir en este mundo? ¿cómo debo tratar a otros? Todas esas preguntas profundas las respondió Jesús.
Sholem Asch, quién es un judío escribe, Jesucristo es la personalidad sobresaliente de todos los tiempos. Ningún otro maestro, judío, cristiano, budista, o mahometano, todavía es un maestro cuya enseñanza es una guía a tal grado para el mundo, en el que vivimos. Otros maestros pueden tener algo básico para un oriental, un árabe, un occidental, pero todo acto y palabra de Jesús tiene valor para todos nosotros, Él se volvió la luz del mundo, ¿porque es que yo no debería como judío no debería estar orgulloso de eso?” (fin de la cita). Enseñanza milagrosa. Nicodemo lo entendió, él fue el maestro número uno en Israel, quizás él vino a Jesús y dijo, sabemos que tú eres un maestro que ha venido de Dios. No hay otra manera de explicar lo que Él dijo.
Los fariseos y los escribas habían pasado sus vidas enteras tratando de aprender la sabiduría de la ley, y se fueron dejando conversaciones con Jesús, literalmente paralizados, en un estupor, habiendo sido silenciados por sus respuestas. Él enseñó acerca de Dios y Él sabía acerca de Dios, Él enseñó acerca de ángeles, Él enseñó acerca del cielo, Él enseñó acerca de la tierra, Él enseñó acerca del infierno, Él enseñó acerca del pecado, Él enseñó acerca de la santidad, Él enseñó acerca del pasado y lo interpretó. Él enseñó acerca del presente y enseñó acerca del futuro y lo predijo. Y nadie jamás hizo una pregunta que Él no pudo responder, y nadie jamás presentó un problema que Él no pudo resolver. Él sorprendió a la gente, Él confundió a la gente. No hubo una explicación para sus palabras fuera de que Él es Dios.
Después hay otro elemento del Jesús milagroso, sus obras sobrenaturales. Y vimos un poco de eso inicialmente, al comenzar esta mañana, pero no hay manera de explicar las obras que Jesús hizo fuera de que Él es Dios en carne humana. Simplemente no hay manera. Ningún hombre, dijo Nicodemo, podría hacer las cosas, los milagros que tú haces, al menos de que Dios estuviera con él. Es obvio, una y otra vez los testigos oculares que lo vieron solo podían concluir una cosa, que Él hace cosas sobrenaturalmente. Algunas veces querían atribuirlo a Satanás, pero eso era imposible porque sus obras siempre fueron moralmente puras, y debieron haber sido de Dios.
En Mateo 4:24 dice que su fama se esparció por toda Siria, le trajeron personas enfermas que fueron llevadas con diversas enfermedades y tormentos, que fueron poseídos por demonios, y aquellos que eran epilépticos y tenían otros problemas y Él los sanó a todos. Él los sanó a todos, como hemos estado aprendiendo en el evangelio de Mateo. Él expulsó la enfermedad de Palestina durante los años de su ministerio, fue un despliegue increíble de poder divino, de un fin de esa nación al otro. ¿Cómo va a explicar usted eso? Él curó a todo el mundo y los curó instantáneamente y los curó de manera total. Y no fue solo por causa de la curación, fue por causa de certificar su naturaleza como Mesías, certificar su deidad. Ésa es la razón por la que Él lo hizo.
En Juan 2:23, cuando Él estuvo en Jerusalén con la Pascua, y en el día de la fiesta muchos creyeron en su nombre cuando vieron los milagros los cuales Él hizo, y ese fue el punto entero. Él no solo curó a la gente para que pudieran estar bien, Él los curó para que pudieran creer que Él era Dios en carne humana. Él no solo resucitó a los muertos para que pudieran estar vivos, Él resucitó a los muertos para que la gente pudiera ver que éste era Dios en acción. Él nunca hizo milagros para satisfacer la curiosidad, de hecho, cuando la gente vino por esas razones, Él simplemente dijo: “no les doy señal.” Sus milagros mostraron que Él tenía que venir de Dios. Piense en cómo Él controló la naturaleza; Él convirtió agua en vino, en Juan 2; el calmó la tormenta, en Mateo 8; Él pudo controlar a los peces, en Lucas 5 y Juan 21; Él pudo multiplicar el alimento, en Juan 6; el caminó sobre el agua, en Mateo 14; Él tomó dinero de la boca de un pez, lo colocó ahí para que pudiera tener suficiente dinero para sus impuestos y los de Pedro, en Mateo 17; y la higuera se secó cuando Él la maldijo, en Mateo 21.
Vea el control que tuvo sobre la enfermedad, simplemente algunas muestras: Él curó a un leproso en Lucas 5; Él curó a un paralítico, en Marcos 2; Él curó a la mamá de la esposa de Pedro de una fiebre, en Marcos 1; Él curó al hijo de un nombre, en Juan 4; Él curó una mano seca, en Marcos 3; a un sordo y mudo, en Marcos 7; la ceguera, en Juan 9; 10 leprosos, en Lucas 17; restauró la oreja de Malco, en Lucas 22; curó otra enfermedad, en Lucas 14. Y esas son únicamente muestras.
Ahora, ¿cómo explica usted eso? Ningún supuesto curador moderno, sea él carismático, o psíquico o de cualquier otro tipo, puede compararse con el Señor Jesucristo. Él confrontó a la muerte y la superó. La hija de Jairo estaba muerta, Él la resucitó de los muertos. El hijo de la viuda estaba muerto, Él lo resucitó de los muertos, Lucas 7. Lázaro estaba muerto, Juan 11, y Él lo resucitó de los muertos. Después cuando Él murió, Él mismo resucitó, ¿cómo puede usted explicar eso? Dice usted: “Eso no es verdad”. No diga eso, el testimonio de la Escritura es que eso es verdad, y la Escritura presenta una evidencia masiva, histórica y los testigos oculares para todas estas cosas van más allá de cualquier refutación.
Es interesante el testimonio de Julián el apóstata, un título interesante, ¿no es cierto? Julián el apóstata fue un emperador romano, de alrededor del 361 al 363, y él odiaba a los cristianos, y odiaba a Cristo, esto es lo que él escribió, creo que esto es realmente interesante. “Jesús, ahora ha sido celebrado por unos 300 años, sin haber hecho nada en su vida digno de fama. Al menos que alguien piensa que es una gran obra curar a los cojos y a las personas ciegas, y hacer exorcismos en demoniacos en las aldeas de Betsaida y Betania.” (Fin de la cita) Me gusta eso, al menos de que usted piense que eso es algo muy serio, Él no hizo nada. Es interesante que inclusive un escéptico como Julián el apóstata no puede negar el hecho de que Él hizo eso. Claro que lo hizo. Sus obras milagrosas son unas de las verdades mejor certificadas de toda la historia humana. El Nuevo Testamento es un relato completo, no solo por parte de Mateo sino por parte de Marcos, y no solo por parte de Marcos sino por parte de Lucas, y no solo por parte de Lucas, sino por parte de Juan, y después no solo por ellos sino por Pedro, Pablo, todo está aquí.
Hay otro elemento de su vida milagrosa que es su influencia milagrosa. La única manera en la que usted puede explicar la influencia de Jesucristo, es que Él debió haber sido más que un hombre. Su influencia realmente está reducida a una afirmación simple, maravillosa, en Hechos 4:12, “Y en ningún otro hay salvación.” En otras palabras, Él puede hacer algo que nadie más puede hacer en toda la historia del mundo, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser ¿qué? salvos. De todas las personas que jamás vivieron en la historia del mundo, jamás vivirán, solo una de ellas ha tenido la influencia que Él ha tenido, y esa es salvar a los hombres de su pecado, del infierno, de la muerte, de Satanás. Él es el único. Nadie como Él totalmente excepcional, Él único salvador.
Renán inclusive el ateo francés, Renán, dijo: “Sea cual sea la sorpresa del futuro, una cosa es segura, Jesús nunca será sobrepasado.” Napoleón dijo: “Conozco a los hombres y les digo: Jesucristo no es un mero hombre.” Entre Él y cualquier mero hombre en el mundo no hay un término posible de comparación.” Jesús salvó a los hombres de su pecado y todavía lo está haciendo, y cuando Él lo ha hecho jamás es deshecho. ¿Sabe usted que no existe algo como un ex cristiano? Ni uno. Nadie jamás quiere salirse una vez que ha entrado. Hay personas en la actualidad, cuyas vidas están siendo transformadas por el poder y la influencia de Jesucristo, para el tiempo y la eternidad. Nadie que jamás vivió ha tenido ese tipo de impacto.
La gente en la actualidad está corriendo a los brazos de Jesucristo para recibir el regalo de la salvación. Jesús le dio a ciertos hombres un impacto como para ser jamás alcanzado en los registros enteros de la raza humana, y después de 2000 años su impacto todavía sigue, su influencia todavía se lleva a cabo, y diariamente hay personas que tienen experiencias revolucionarias tremendas que asocian con Jesucristo. La personalidad de Jesucristo es sin paralelo, sin comparación, es única, incomparable, Él es el maestro supremo de todo, el maestro de multitudes hambrientas y fariseos enojados, el maestro de teólogos inteligentes y pecadores amargados, el maestro de discípulos torpes y gobernadores romanos.
Él es el maestro de sí mismo, Él lucha a media noche en medio de los olivos, luchando con sudor, y sangre y lágrimas, y sale victorioso en dedicación total a Dios. En la agonía terrible de la cruz, Él es el maestro. Todo a su alrededor está en furia, inclusive los elementos están en caos, y Él está en calma, Él es el maestro de su propia voluntad, su propia lengua, su propio corazón. Él hace una pausa en medio de todo el caos del acto de llevar el pecado en la cruz, para perdonar al ladrón penitente, Él abre las puertas del paraíso a ese ladrón, Él consuela a su propia madre, Él cuida de su amado discípulo Juan. Y en medio del shock de la pérdida de sangre, y la sed terrible que Él soportó, Él en calma cumple la última profecía y dice: “Tengo sed”, sabiendo que se acabó y ofrece su espíritu a Dios. Y al hacer eso el compró la salvación para todos los que vienen a Él.
Él influenció al mundo como ninguno otro ser humano que jamás vivió lo ha hecho. Y Él influenció el mundo más de lo que todos los que jamás han vivido combinados, podrían haberlo influenciado. Piense en lo que Él hizo. Él dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre sino por mí.” Él dijo: “El Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados.” Él dijo: “Todo aquel que me confesare ante los hombres, yo le confesaré ante mi Padre que está en los cielos.” Él dijo: “Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre y nadie conoce al Hijo sino el Padre. Y ningún hombre conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” Él dijo: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque estuviera muerto vivirá. Y el que vive y cree en mí nunca morirá. ¿Crees tú esto?”
Él dijo: “Todo aquel que pierda su vida por mi causa la hallará.” Él dijo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Él dijo: “El Hijo del Hombre ha venido para entregar su vida en rescate por muchos.” Él dijo: “Todo aquel que beba del agua que yo le doy nunca tendrá sed.” Él dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os daré descanso.” Él dijo: “El cielo y la tierra pasará, pero mi palabra nunca pasará.” Él dijo: “Antes de que Abraham fuese, Yo soy.” Él dijo: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerá contra ella.” Él dijo: “Yo soy la puerta, Yo soy el Pastor, Yo y el Padre uno somos, Yo soy el Pan de Vida”, y siguió, y siguió.
Como puede ver, de manera única en cada una de esas afirmaciones Él dijo ser algo que nadie más en el mundo entero, jamás podría ser, el Salvador. Su influencia es sorprendente y milagrosa.
Finalmente, el último elemento de su influencia es su poder milagroso sobre la muerte. En Hebreos capítulo 2, en el versículo 14 dice, Jesús adoptó carne humana para que mediante la muerte él pudiera destruir al que tenía el poder de la muerte, éste es el diablo. Y librar aquellos que mediante el temor a la muerte estaban toda su vida sujetos a servidumbre. Dice que Él adoptó forma humana para conquistar la muerte y lo hizo. Él controló su muerte, Él dijo: “Nadie me quita la vida”, en Juan 10, “y yo la pongo de mí mismo.” Y lo hizo. Él murió de acuerdo a la agenda. Él controló su propia sepultura, aunque su cuerpo estaba muerto. Él controló toda faceta de su sepultura, Él se aseguró de que nadie lo sepultara después de que se metió el sol, de lo contrario habría eliminado los tres días y las tres noches. Él se aseguró que todo estuviera de acuerdo con la agenda. Él se aseguró de que Él saliera de la tumba a tiempo. Aun cuando su cuerpo estuvo en la tumba, Él estaba ahí en su espíritu, proclamando victoria sobre los demonios caídos, ahí en el foso.
Jesús controló todo elemento de su muerte, todo elemento de su sepultura, todo elemento de su tiempo en la tumba y su resurrección también. Él tuvo poder sobre la muerte, Él conquistó la muerte. Él dijo, como Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así el Hijo del Hombre estará en la tierra. Él dijo: “Destruid este templo y en tres días,” ¿yo qué? “lo levantaré”. Él lo hizo. Y la tumba vacía es evidencia. Y la aparición a más de 500 testigos oculares es evidencia. Y los discípulos llenos de poder salieron a predicar a Jesucristo resucitado, quienes antes habían sido cobardes, que estaban ahí escondiéndose en un rincón, y eso es evidencia de esto.
El nacimiento de la iglesia es evidencia. ¿Cómo es que usted va a explicar a este individuo? Nacido de una virgen, vivió una vida sin pecado, dijo cosas que eran tan profundas que nunca pudieron haber salido de una mente humana. Hizo cosas que no pudieron haber sido hechas en el ámbito natural. Conquistó a la muerte, influencia al mundo continuamente. Usted no puede explicarlo a nivel humano. Eso es imposible. Piénselo de esta manera, si Dios se volviera un hombre, ¿qué pasaría? ¿qué pasaría si Dios se volviera un hombre? Bueno, en primer lugar, si Dios se volviera un hombre, esperaríamos que Él tuviera un nacimiento milagroso, ¿verdad? Digo, si Dios se volviera un hombre sería una entrada espectacular. Así fue con Jesús. Si Dios se volviera un hombre esperaríamos que Él fuera diferente del resto de nosotros, que fuera santo, Jesús lo fue.
Si Dios se volviera un hombre esperaríamos que sus palabras fueran las palabras más divinas, más claras, las más poderosas, las que tuvieran más autoridad, las más genuinas y más puras jamás pronunciadas. Y así fueron las palabras de Jesús. SI Dios se volviera un hombre, esperaríamos que Él manifestara poder sobrenatural. Jesús lo hizo. Si Dios se volviera un hombre, esperaríamos que tuviera un impacto universal y permanente en el mundo. Jesús lo tuvo. Y si Dios se volviera un hombre, esperaríamos que Él pudiera conquistar la muerte. Jesús lo hizo. ¿Sabe una cosa? Si Dios se volviera un hombre sería Jesús. Y lo fue. Y ese es el significado entero de la Navidad. Eso es todo. Y ese es el punto entero del Nuevo Testamento.
Voy a llegar a una conclusión al pedirle que vaya a Juan 20. Dos versículos, 30 y 31, creo que resumen la importancia de la revelación de Jesucristo. “Y muchas otras señales,” Juan 20, versículo 30, “muchas otras señales, verdaderamente hizo Jesús, en la presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro.” No están escritas. Por cierto, si usted ve el capítulo 21, versículo 25, usted descubrirá que los libros del mundo no podrían contenerlas todas.
Entonces, no tenemos el registro completo, pero, versículo 31 dice: “Estas están escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios”, ¿por qué? “para que creyendo tengáis vida mediante su nombre.” ¿Qué tipo de vida? Vida espiritual, vida eterna, vida abundante, vida real. Como puede ver, es exactamente lo que Pablo dice, “Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo.” Dios vino al mundo como Jesucristo para redimirnos. Y conforme vemos su vida, debemos creer que Él es el Hijo de Dios. Y al creer tenemos vida mediante Su nombre. Dios estaba en Cristo, 2 Corintios 5:19 dice: “Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo mismo.”
Y después él dice, “Y nos ha encomendado el ministerio de la reconciliación y ahora somos embajadores de Cristo.” El mensaje es simple, Dios vino al mundo en la forma de Jesucristo, si usted cree usted tiene vida eterna, si usted cree y recibe al Salvador, usted tiene vida eterna. Para aquellos de nosotros que hacemos eso, y somos reconciliados con Dios, Él nos da el ministerio de la reconciliación y Él nos envía de regreso como embajadores para representarlo.
Entonces, hay un mensaje ahí para todos nosotros. Si usted nunca le ha entregado su vida a Jesucristo ese es su mensaje para usted. Ese es su regalo para usted. Si usted le ha entregado su vida a Cristo, ¿sabe que usted también ahora es llamado a ser un ministro de reconciliación? ¿a salir como un embajador para Jesucristo y llamar a otros al reino, para decirle a otros que se reconcilien con Dios? No hay manera de explicar a Jesucristo fuera de que Él es Dios en carne humana. Y si usted se rehúsa a hacer eso, es porque usted ama su pecado, y usted escoge sus tinieblas en lugar de la luz. Eso es lo que Jesús dijo. Y Él lo dijo de manera tan precisa, tan penetrante, “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida.”
Él colocó la carga en la gente. Su respuesta a Jesucristo es simplemente eso, su respuesta. Conforme el Espíritu de Dios motiva su corazón, que usted responda en fe. Y si usted lo ha hecho, que usted entienda su responsabilidad de salir y predicar el mensaje de reconciliación al mundo. Inclinémonos en oración.
Padre de gracia, de nuevo se nos ha recordado la historia simple, sin embargo, profunda de Jesucristo. Ésta es la verdad, la verdad, verificada no solo por la historia, verificada también por el testimonio del Espíritu Santo en nuestros corazones, porque Él es el Espíritu que nos convence acerca de quién es Jesucristo, acerca de la Palabra de Dios. Entonces pedimos Padre que tú envíes el Espíritu a todo corazón y vida, que le ha rehusado a Jesucristo la entrada, que no ha creído en la plenitud de la fe salvadora, que el Espíritu de Dios pueda traer esa fe verdadera, convenciendo de pecado, volviendo el corazón hacia Cristo.
Oramos Padre con ese fin en mente para toda vida. Oramos también para aquellos que te conocen, que ellos en gratitud por la reconciliación que han recibido, lleven la palabra de la reconciliación al mundo que nos rodea.
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