John MacArthur entaciones más poderosas y maravillosas del cordero digno del Hijo de Dios es dado en Apocalipsis, capítulo 1. Y al llegar al estudio de la Palabra de Dios en esta mañana, me gustaría invitarlo a que abra su Biblia en Apocalipsis, capitulo 1, y quiero compartir con ustedes la primera visión del Señor Jesucristo dada en esta gran revelación. Comenzando en Apocalipsis, capitulo 1, versículo 9, leemos: “Yo, Juan, vuestro hermano y coparticipe vuestro en la tribulación, en el Reino y en la paciencia de Jesucristo. Estaba en la isla llamada Patmos por causa de la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Yo estaba en el espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta que decía, ‘yo soy el alfa y el omega, el primero y el último, escribe en un libro lo que ves y envíelo a las siete iglesias que están en Asia, a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, y la Odisea. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo y vuelto, vi siete candeleros de oro. Y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve. Sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno, y su voz como estruendo de muchas aguas. Tened en su diestra siete estrellas, de su boca salía una espada aguda de dos filos y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.” Juan tiene una visión increíble y lo que él ve no es a ningún otro que al Señor Jesucristo, el alfa y la omega. Y el ve a Cristo en esta visión, moviéndose entre siete candeleros de oro. Representan a las siete iglesias en el versículo 11. Las siete estrellas en su mano, según el versículo 20, son los siete ministros de esas iglesias.
Entonces, ¿qué es lo que usted ve aquí? Usted ve a Cristo moviéndose entre Sus iglesias. Y las siete iglesias de Asia Menor, enlistadas aquí, a quienes escriben cartas en los capítulos 2 y 3, representan a todo tipo de iglesias a lo largo de toda la historia de la iglesia. Y aquí usted tiene un retrato del Señor moviéndose entre Sus iglesias, moviéndose entre Su pueblo, cuidando de la iglesia que Él compró con Su propia sangre preciada. Y eso no ha cambiado. Yo creo que el Señor esta tan vivo y activo en Su iglesia en la actualidad como lo estuvo en ese entonces. Y la visión que Juan tuvo no es solo una visión para ese lugar y ese entonces, sino una visión para todo el tiempo de la iglesia. Que Cristo siempre está vivo y moviéndose en Su iglesia, y notaran el versículo 13 que Él esta vestido con una ropa que le llega hasta los pies, ceñido con un cinto de oro. Si usted ve de cerca eso, encontrara que ese podría ser el atuendo de un profeta, podría ser la vestimenta de un sacerdote, podría ser la vestimenta de un rey, y ¿no es apropiado que Él, de hecho, es rey, profeta y sacerdote, moviéndose en Su iglesia como el soberano, moviendo en Su iglesia como el que habla por parte de Dios y quien lleva al pueblo a Dios?
En el versículo 14 vemos que su cabeza y cabellos son blancos como la lana, blancos como la nieve, indicando su santidad absoluta y pura. Y entonces el Hijo Santo de Dios, el sacerdote, rey, profeta perfecto se mueve en Su iglesia. Y conforme Él se mueve en Su iglesia, dice en versículo 14: “Sus ojos son como llama de fuego.” Esa es una mirada penetrante, conforme Él se mueve en la iglesia, sus ojos están escudriñando sus fortalezas y debilidades. Sus ojos están penetrando detrás de lo que parece verse en la superficie afirmando aquello que realmente está sucediendo. Oh, que cosa tan maravillosa es saber que Cristo está vivo en Su iglesia, que esta no es nuestra obra, en Su obra, que no está determinada por nuestra inteligencia, o somos dejados a nuestra inteligencia para tratar de entender lo que se hace, para saber si está bien o lo que debe ser hecho, sino que Cristo está vivo en Su iglesia, y el escudriña con una mirada penetrante y Sus pies, semejantes al bronce bruñido refulgente como en un horno y Su voz como estruendo de muchas aguas. Y estos son los pies de juicio, la voz de juicio. Cuando Él encuentra en la iglesia aquello que le desagrada, Él viene en juicio. Él le habla en juicio a esa iglesia.
Dice usted: “¿Por qué está leyendo esto?” Porque creo que es un buen lugar en donde comenzar el día de hoy para recordar esto, que somos la iglesia que Cristo está edificando, ¿verdad? Somos el candelero que Cristo está cuidando. Somos la luz, por así decirlo, que Cristo está avivando. Y lo hace con una mirada penetrante, y Él busca encontrar en nosotros aquello que no está bien y traer en contra de eso de relámpago, el trueno de Su propia voz, la fortaleza de Su propio juicio que disciplina, porque Él busca refinarnos. Y si resistimos el proceso de refinamiento, entonces Él va a quitar Su bendición, y uno de los pasajes mezclados en todas las Escrituras es Apocalipsis 2 y 3, en donde usted encuentra algunas iglesias que son felicitadas, reconocidas, pero la mayoría de ellas son condenadas, porque el Señor no encontró ahí lo que buscaba encontrar. Grace Church está, en un sentido, en Apocalipsis 1. Y Cristo se mueve en Su iglesia y yo creo que Él reconoce y condena, yo creo que el escudriña y bendice. Yo creo que Él escudriña y disciplina. Conforme Él descubre cosas que son confirme a Su voluntad y cosas que no lo son, y entonces es mi oración que conforme estoy en estos días compartiendo con ustedes los pensamientos de mi propio corazón, y simplemente estoy compartiendo mi corazón, pero realmente creo que conforme estoy haciendo esto, estoy en un lugar en donde Cristo estaría de pie. Estoy en nombre de Él hablándole lo que Sus ojos que escudriñan querrían ver. Y algunas veces ve y otras veces no ve.
Ahora, no estoy viviendo en una ilusión que soy un profeta ungido de Dios, distinto de cualquier otro, simplemente creo que el espíritu de Dios nos ha llevado a este momento en nuestra iglesia y al Espíritu de Dios nos ha motivado a estudiar esta serie en particular. Cuando comencé a hablar acerca de una anatomía de una iglesia hace cinco semanas atrás, realmente no sabía porque lo estaba haciendo, simplemente me sentí motivado a hacerlo. Peor que eso, no tenía idea de lo que iba a decir. Escribí un pequeño bosquejo y todavía estoy trabajando a partir de ese bosquejo y pidiéndole al Espíritu de Dios que me capacite, por así decirlo, para hacer el instrumento de Cristo conforme la iglesia es examinada para tratar de ayudarnos a ver qué es lo que Él ve.
Y ustedes han respondido tan bien, que sé que es del espíritu. Sé que es de Dios de lo que hemos hablado. Lo ha visto en su respuesta. He recibido más correo motivado por los últimos sermones que cualquier otro que jamás he predicado. Y creo que el correo se extiende en el espectro. Recibí dos cartas que me vienen a la mente más que ayer, quizás cinco o más, pero dos de ellas me parecieron interesantes. Una de ellas decía: “Me encantaría que esta fuera una iglesia de gente de color para que pudiera ponerme de pie y gritar ‘Predícalo, hermano, predícalo’.” Y eso está bien. Ustedes saben, he estado en iglesias de color donde se ponen de pie y gritan: “Toca tu trompeta”, y usted sabe, digo eso significa que usted se emociona y su usted ya no está emocionado para comenzar. Digo, desde ese tipo de respuesta, también vi una carta ayer de una persona querida que dijo: “Estoy avergonzado, estoy avergonzado, estoy avergonzado y estoy avergonzado.” Y firmada por un arrepentido. Habiendo enfrentado la realidad de quedarme corto de lo que Dios quería que Su iglesia fuera, no sé dónde usted está en la fila de pie, gritando, ‘Predícalo, hermano’, sintiéndose bastante avergonzado, pero he visto a Dios tocar nuestros corazones y el mío también, a través de esto.
Y entonces quiero regresar esta mañana nuestros pensamientos acerca de la anatomía de una iglesia, y dejar que Cristo penetre en nuestra iglesia un poco más, con mayor profundidad, y nos revele cosas que necesitamos ver. Ahora, ya hemos hablado del esqueleto, hemos hablado que nosotros como un cuerpo, si estamos usando la analogía de un cuerpo— y somos como un cuerpo. Tenemos que tener un esqueleto, y hablamos de esas cosas esqueletales: un alto concepto de Dios, la prioridad absoluta de las Escrituras, claridad doctrinal, santidad personal y la idea de autoridad espiritual. Y después entramos a los sistemas internos, el fluyo de principios de vida. Como en un cuerpo, el cuerpo depende para su vida de que fluya en él esos sistemas. Entonces dependemos de ciertas actitudes espirituales. Y esas actitudes deben fluir por el cuerpo, y le he estado presentando las actitudes que son más críticas. Hemos hablado de obediencia, la cual me parece que es la actitud más importante de manera suprema. La actitud de humildad, de amor, de unidad, de servicio, gozo, paz, gratitud, disciplina personal, rendición de cuentas. Y creo que la última vez terminamos con perdón.
Ahora todas estas actitudes deben ser cultivadas en el pueblo de Dios y cuando el Señor se mueve en su iglesia, yo creo que esas son las cosas que él busca. Ver una congregación que tiene una actitud de amor, una actitud de paz, una actitud de disciplina, una actitud de obediencia, de servicio, de gozo, de gratitud, de paz, todas esas cosas. Escudriñando más allá de lo exterior para ver qué hay en el corazón, porque el Señor escudriña el corazón. Y ya hemos hablado de 11 y le voy a dar las cinco que quedan en esta mañana y quiero concluir con ellas en esta mañana, entonces voy a tratar de cubrir esas cinco.
Número dos en mi lista, no que eso importa, es dependencia. Dependencia. Si usted quisiera expresarlo en términos negativos seria la actitud de insuficiencia o el sentido de que usted no es suficiente y entonces en usted hay una dependencia básica. Y esto no es fácil para gente capaz, no es fácil para iglesias eficaces, bendecidas por Dios, como la nuestra. Como puede ver nuestra iglesia, en cierta manera, es como una maquinaria que está bien aceitada, en un sentido. Digo, la maquinaria se mueve, las cosas se hacen, tenemos a gente competente, tenemos a gente que trabaja duro, tenemos a gente creativa. Hemos pasado por un desarrollo de programas que dice: “hombre, lo estamos haciendo”, ¿se da cuenta? Y podemos llegar al punto en donde perdemos el sentido de insuficiencia. Perdemos el sentido de dependencia porque hemos entendido como hacerlo y lo que usted realmente haciendo si no es cuidadoso, es eliminar a Dios. Y usted llega al punto en su ministerio en donde, debido a la fortaleza de su fuerza de trabajo y su gente creativa y el programa que ya está operando, usted simplemente le dice a Dios: “Adiós”, y despega. Y quizás no están fácil hacer eso si usted resulta estar en un pequeño grupo de creyentes detrás de la cortina de hierro que están viviendo diariamente, con temor de la muerte, sin ningún recurso en absoluto. Pero para nosotros que tenemos tanto, tanto, que hemos sido tan bendecidos por Dios como Israel en la antigüedad como mencionamos, que hemos entrado a la tierra y hemos heredado una tierra por la que realmente no trabajamos y hemos disfrutado de fosos que no escarbamos. Olvidamos a Dios y simplemente estamos en una corriente de actividad y grandes ideas y esperanzas brillantes y pensamientos desafiantes. Creo que lo q ue estoy diciendo, es que realmente no queremos hacer nunca algo jamás que no creamos que es el propósito perfecto de Dios para nosotros y entonces debemos mantener una actitud de dependencia, dependencia.
Y podríamos hablar de esto desde muchos ángulos diferentes, en el salmo que leí esta mañana, el salmo 19 David dice: “Guárdame de los que me son ocultos.” Es tan fácil, simplemente salí corriendo sin que realmente dependamos de Dios, sin escudriñar el corazón de Dios y la mente de Dios. Podría sentarse en una junta y decidir hacer esto y decidir hacer aquello. ¿Y dónde está la oración? ¿Y dónde está la paciencia? ¿Y dónde está la comunión perseverante con Dios? Hasta que el corazón no solo tiene la libertad de hacerlo sino que tiene el sentido de hacer la obra de Dios. Siempre a lo largo de todo mi ministerio he temido que haga algo de lo que Dios no era parte, siempre me he querido asegurar de que simplemente voy al mismo paso, en la misma dirección, con la misma meta que Él tiene porque Cristo está edificando Su iglesia y no quiero competir con Él. Ese es un perdedor pero podemos meternos de una manera tan fácil en pecados ocultos presuntuosos.
Una gran idea y salimos corriendo. Me acuerdo cuando estuve en el seminario, en el seminario Talbot, todo el mundo tenía que predicar en esos días, dos veces en la capilla. Tenemos más alumnos ahora, no creo que todo el mundo tiene que hacerlo. Pero todo mundo tenía que hacerlo y cuando predicábamos la facultad entera se sentaba en la plataforma, atrás de nosotros. Y tenían unas hojas de crítica y mientras que usted estaba predicando la estaban llenando, lo cual era un buen ejercicio para ellos, porque los mantenía despierto durante los sermones más aburridos, creo yo. Pero se sentaban ahí y usted oía el papel que se movía y ya habían pasado 10 minutos y el hombre ya estaba volteando su página, usted sabía que estaba en problemas, ¿verdad?
Pero hacia su mejor esfuerzo para predicar y se me asignó segundo de Samuel, capítulo 7. Y en segundo de Samuel, capítulo 7, nunca lo he olvidado. Digo, quería que ese sermón estuviera tan bien trabajado cuando lo predicara, que me memoricé todo, inclusive mis pausas, inclusive creo que hasta mi respiración la había memorizado. Realmente iba a tener cuidado en ese y entré al capítulo y David ve su palacio y dice: “Tengo este palacio hermoso” y ve la casa de Dios, Dios estaba viviendo en un tabernáculo en esos días. Usted sabe, en una tienda. Y él dice: “No es apropiado que Dios more en una tienda mientras que yo moro en este palacio enorme.” Él dice: “Voy a construirle una casa a Dios.” Es algo digno de reconocimiento, ¿verdad? Digno de reconocimiento. Y entonces va con Natán, el profeta y le dice: “Natán es mi deseo” y Natán le dice: “Digno de reconocimiento, ve y haz lo que está en tu corazón David; gran idea.” Y Dios detuvo a Natán y le dijo: “Natán, ¿no verificaste conmigo? ¿Quién te dijo que le dijeras eso? Él nunca construirá mi casa porque él es un hombre de manos sangrientas.” Fue Salomón quien edificaría la casa. Pero cuando Dios quitó algo, Él colocó algo en su lugar y le dio a David una promesa maravillosa. Entonces prediqué acerca del pecado de suponer que Dios quiere que hagas cosas, de atreverte a hacer cosas en las que Dios no está interesado.
Realmente fue una experiencia que cambio mi vida, porque ese mensaje se quedó en mi mente a lo largo de los años. Sin embargo, una nota a pie de página fue que conforme me iba, el doctor Fineberg me entregó su hoja de crítica, él era el director. La dobló y me sentí tan bien por el mensaje, porque habló a mi corazón y la abrí y él no se molestó por revisar nada, ningún punto. Él simplemente escribió en la parte de enfrente: “No entendiste el punto del pasaje.” Ese fue un mal día, un día muy malo y una muy buena lección. Él pensó que debía haber predicado acerca de la promesa del reino, fue una opción. Sabía que el pasaje prometía el reino pero sentí que mi propio corazón necesitaba oír, de ser presuntuoso. Porque yo tiendo a ser ese tipo de persona que corre rápidamente en una nueva dirección y quizás tiene grandes ideas, una gran visión por lo que podría ser hecho, y necesito retroceder al punto de dependencia. Percibir una insuficiencia que me motiva a buscar el corazón y la mente de Dios. Lo único que tiene que hacer es comenzar algo por usted mismo en lo que Dios no esté involucrado y simplemente salir en esa dirección y ver como se cae varias veces, le ayuda a curarlo.
De lo que realmente estoy hablando es de la oración. La iglesia debe tener un espíritu de dependencia. Yo sé que no hemos llegado al punto máximo, yo sé que no somos perfectos, digo, caminamos, tenemos todas estas cosas y venimos aquí, esta para nosotros listo, todos esos programas y ministerios maravillosos y tenemos la idea de que simplemente no necesitamos depender de Dios. ¡Ya! Pero puede terminarse eso rápidamente, debe haber una dependencia sostenida. Acompáñeme por un momento al Juan 14, simplemente para hablar de este concepto de la dependencia desde otro ángulo. En Juan 14, usted conoce la situación, estoy seguro. En Juan 14, el Señor se va, es el aposento alto, el último discurso de nuestro Señor con Sus discípulos y Él les está prometiendo todo tipo de cosas maravillosas porque realmente tienen miedo. Han dependido de Él para todo, todo, lo han seguido por 3 años. Él les dio alimento que los alimentó, Él pescó peces para que pudieran pagar sus impuestos. Les dijo todo lo que necesitaban saber acerca del reino, de Dios, del hombre, del pecado, de la justicia. Dependían de manera total de Él y ahora encima estaban afligidos, ellos estaban sumamente afligidos porque dependían de Él en todo, lo necesitaban desesperadamente. Digo, inclusive cuando él estaba ahí, ellos continuamente tambaleaban, ¿no es cierto? Y entonces conocían su dependencia.
Y cuando Él les anunció que se iba, era un momento de pánico, realmente un momento de pánico. Pero en medio de todo eso, Él les hace una promesa que es tan maravillosa. Está en el versículo 13 y 14 de Juan 14: “Y todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, yo lo haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidierais en mi nombre yo lo haré.” Usted no puede recibir una mejor promesa que esa, ¿no es cierto? Cualquier cosa que pidamos en Su nombre, Él lo hará. Dice usted, bueno que quiere decir entonces, ¿cualquier cosa que pidas? Bueno no, todo lo que pida usted en Su nombre. Dice usted: “Bueno, ¿qué quiere decir eso? ¿Simplemente meter al final de tu oración ‘En el nombre de Jesús, Amen’ y Dios lo tiene que hacer? Algunas personas creen eso. Eso no es lo que significa. En el Antiguo Testamento Dios dijo: “Mi nombre es Yo soy el que soy.” En otras palabras, mi nombre es todo lo que yo soy. Y el nombre de Cristo es todo lo que Él es. Entonces cuando usted pide algo que es coherente con quien es Jesús y cuál es su obra, y cuál es su voluntad, y cuál es su deseo, y cuál es su plan, y cuál es su propósito y Él lo hará. No significa que usted puede pedir cualquier cosa y simplemente meter al final de su oración esto y lo va a obtener. Significa que cuando usted pide de manera coherente con Su voluntad y Su propósito, entonces Él lo hará.
Y entonces necesitamos aprender como creyentes, vivir en una vida de dependencia constante la oración, la cual es: “Oh, Señor, lo que sea Tu voluntad hacer, hazlo, hazlo.” De tal manera que no hay amargura si no recibes lo que quieres, si no se hace, si no sucede, si dependemos de Él para activarlo y cumplirlo solo si está en línea con Su voluntad perfecta. Y como puede ver, esta es la manera en la que el Padre es glorificado, porque entonces el Padre está haciendo lo que el Padre quiere hacer para su propia gloria. Y después el ministerio que está siendo cumplido, es el ministerio de Dios en el nombre del Hijo.
Y amados, eso es lo que yo quiero en esta iglesia. No quiero el ministerio de hombres inteligentes, no quiero el ministerio de personas creativas, queremos el ministerio del Espíritu de Dios, en el nombre del Hijo de Dios para la gloria de Dios mismo, ¿no es cierto? Y le estoy hablando a usted simplemente desde un punto de vista general, pero necesita ver en nuestros corazones un sentido de insuficiencia, de saber qué hacer y como mejor hacer, lo que nos motiva la dependencia de Dios en donde en medio de nuestras oraciones podemos clamar por aquello que Jesús quiere que se haga. Es tan importante esto. Es el corazón de la oración de los discípulos en Mateo 6, francamente, cuando vinieron a Jesús y le dijeron: “Enséñanos a orar” y él dijo: “Oren así: ’Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea Tu nombre.’” En otras palabras, glorioso sea Tu nombre, santo sea Tu nombre, apartado sea Tu nombre, único sea Tu nombre. En otras palabras, Señor, lo único que realmente queremos es que Tú seas glorificado, que Tu nombre sea exaltado, por todo lo que Tú eres, y toda Tu voluntad, y todo Tu deseo, que se haga. Después, venga Tu reino. Tú haz Tu obra a Tu manera en Tu reino. Hágase que Tu voluntad en la tierra como en el cielo. Y entonces la oración comienza a no con danos, danos, danos; sino; santificado sea Tu nombre, venga a Tu reino, hágase Tu voluntad, y hasta que tengamos esa perspectiva en su lugar correcto, no tenemos el derecho de pedir nada.
Y entonces se nos enseña, creo yo, a orar de una manera dependiente. En un sentido de insuficiencia, que clama que Dios haga Su trabajo, Su obra, a Su manera. Y ese siempre ha sido nuestro deseo aquí. Siempre ha sido nuestra meta. Es que Cristo este edificando Su iglesia y que nosotros simplemente seamos parte de eso. Y me preocupo algunas veces porque nos orientamos tanto a los programas, nos volvemos tan buenos en lo que hacemos y avanzamos tanto en nuestros planes que la oración no tiene parte alguna, excepto cuando enfrentamos el desastre, después del hecho. ‘Hombre, sácanos de esta, Señor’, y probable no estaremos en esta si hubiéramos preguntado. No se usted, pero yo no quiero nada para mí que Dios no quiera para mí. ¿Y usted? Nada. Y entonces creo que debe hacer una actitud de dependencia, y gracias a Dios, simplemente los aliento para que haya más de esta actitud. Hemos dependido de Dios, hemos dependido de Su Palabra, hemos dependido de la oración, pero necesitamos más. Creo que quizás estamos atrapados en medio de este cristianismo contemporáneo, en donde trabajamos mucho y oramos muy poco. No hay nada más maravilloso que haber pasado tiempo en oración, entrar en algo y percibir esa libertad tremenda que viene al corazón, que conoce, que está caminando por un camino, lado a lado del Salvador, cuya voluntad está siendo expresada.
Esa es la razón por la que dije porque, ¿saben una cosa? No siempre sucede así, pero cuando comencé esta serie, realmente no sabía adónde nos iba a llevar el Señor, ni siquiera sé lo que voy a decir hasta que lo digo. Pero he tenido ese sentido de compañerismo de Jesucristo paso a paso a lo largo de todo esto porque realmente creo en mi corazón, que conforme lo busqué para saber que era lo que nuestra iglesia necesitaba para este momento, y que era lo que Él quería hacer en nuestra congregación para estos días. Él me llevo por este camino y esta es la expresión de su corazón para nosotros y entonces, este es Él moviéndose, por así decirlo, en medio de los candeleros, dependencia. Hacemos muchas cosas bien, no tan bien que queremos hacerlo en la carne, ¿verdad?
Permítame darle otra actitud que necesite estar en la iglesia, flexibilidad, flexibilidad. No voy a tomar mucho tiempo para hablar de esto, pero es importante, flexibilidad. Esto es, necesitamos poder cambiar. Alguien escribió un libro, dijo que las últimas palabras de una iglesia es: “Nunca lo hemos hecho así antes” y eso realmente es verdad. Algunas personas han sustituido lo que Jesús dijo en Mateo 15, ¿se acuerda? El confrontó a los Fariseos y Escribas vinieron a él, lo confrontaron y dijeron: “¿Por qué tus discípulos violan los mandamientos de los hombres al no lavarse sus manos?” Estaban comiendo, usted sabe, sin aplicar— no la limpieza física sino el ritual ceremonial y él dice: “¿Por qué sus discípulos violan el mandamiento de los hombres o la tradición de los hombres, las tradición de los ancianos?” Él dice, Jesús dice: “¿Por qué sus tradiciones violan los mandamientos de Dios?” Ahora permítame decirle algo, todos hemos vivido esa experiencia. Las iglesias pueden perderse con una pila, con un montón de tradiciones que se convierten en un bloque, en un muro para lo que dice la palabra de Dios, ¿verdad? Sucede todo el tiempo. Bueno, nosotros ciertamente no podemos hacer eso en nuestra iglesia, tenemos esta tradición como puede ver. Las iglesias pueden tener una organización que es totalmente anti Bíblica, pueden tener un estilo de ministerio que es totalmente anti Bíblico. Y cuando usted trata de meter lo que Dios quiere bajo el mandato divino de un mandamiento de Dios mismo, va en contra, choca con la pared de la tradición. Y entonces debe existir la actitud en la iglesia de flexibilidad.
Ahora si usted ha estado mucho tiempo en Grace Church usted tiene que ser flexible. Digo, simplemente continuamos cambiando, la gente dice” “¿Cómo es que tu iglesia esta tan organizada? ¿Podrías mandarnos una tabla de la organización?” Recibimos cartas así todo el tiempo, realmente es una broma, tendría que ser una película de 16 mm, tendría que estarse moviendo así. No podemos meterlo en una caja y capturarlo, porque Dios trabaja a través de personas y entran y salen y son fuertes y débiles y comprometidos y menos comprometidos y más gente aquí y allá, tenemos que hacer algo al respecto. Y entonces, hay una función orgánica, por así decirlo, cambiante, constante, que creo que es tan maravillosa porque nunca nos deja realmente detenernos y administrar. Simplemente nunca se puede sentar y sacar los papeles, siempre es gente, y siempre es fortalecer esto y recoger esto y cambiar aquello. Y es maravilloso porque nunca nos confundimos, eso esperamos. La diferencia entre la rutina y la realidad, no queremos confundirnos con eso, digo, no queremos sustituir lo falso por lo verdadero simplemente porque siempre lo hemos hecho así.
Mi esposa tenía una tía ya de edad que falleció no hace mucho tiempo, una pariente distante creo, realmente no una tía. Pero bueno, solíamos verla en la época de las vacaciones y le llevábamos galletas y demás, y entonces la última vez que la fuimos a ver, era la época de Navidad y ella dijo: “Bueno, John”, ella va a la iglesia metodista y ella dijo: “¿Tienes un servicio del 24 de diciembre?” Le dije: “No, no tenemos un servicio de 24 de diciembre.” Ella dijo: “¿No?” Yo le dije: “No, simplemente animamos a la gente a que se vaya a casa, este con su familia y hable del significado de la Navidad y el nacimiento del Señor, pero no tenemos un servicio así.” Ella dijo: “¡Oh! Eso es muy malo.” Ella estaba muy triste, ella dijo: “Sabes, en nuestra iglesia, siempre hemos tenido un servicio el 24 de diciembre.” Le dije: “¿En serio?” Y ella dijo: “Oh, sí.” Yo le dije: “¿Fuiste?” Y ella dijo: “Oh, nadie va, pero siempre hemos tenido un servicio del 24 de diciembre.” “Nadie va“, le dije. Ella terminó la conversación diciendo: “Oh bueno, es simplemente muy triste que ustedes no tengan un servicio de 24 de diciembre.” Hombre, le digo, somos criaturas de habito, ¿sabe eso? Es tanto bueno como malo, ¿usted tiene buenos hábitos? Y es algo bueno que usted es una criatura de hábito pero usted también tiene hábitos malos, son difíciles de romper, ¿no es cierto? Tiene un grupo de personas juntas que básicamente están creados con tendencias a cultivar hábitos y se meten en cierta manera de hacer las cosas y trata de moverlos y es sorprendente cuanto resiste la gente a hacer eso. Pero algunas veces simplemente tiene que cambiar las cosas para que la gente no se confunda entre la rutina y la realidad. Entonces necesita ver algo de cambio, algo de flexibilidad, todos necesitamos ser así. Y cuando usted une esto con el punto anterior que hemos comentado al iniciar el mensaje, acerca de la dependencia, tenemos que ser flexibles porque dependemos de Dios y Dios puede estar haciendo diferentes cosas.
Entristece mi corazón cuando un pastor joven llega a una iglesia y tiene un gran deseo por enseñar la Palabra y aplicar la Palabra y choca con una pared de tradición y la gente no lo deja moverse. Ellos dicen: “Bueno, realmente tenemos problemas y tratamos de hacer eso porque tenemos esto por acá.” Hombre, esto va a molestar a mucha gente pero, pero, ¿por qué está dejando que las tradiciones de los hombres estorben los mandamientos de Dios? Como puede ver eso es algo tan maravilloso acerca de esta iglesia, cuando comenzamos años atrás a descubrir la palabra de Dios decíamos: “Oye, esto está en la Biblia, tenemos que cambiar eso y tenemos que cambiar aquello. Tenemos que cambiar, tenemos que alinearnos con esto.” Y Grace Church siempre ha sido así, es tan maravilloso. Algunas veces enviamos a nuestros jóvenes y regresan golpeados y sangrando, seis meses después diciendo: “Me he estado golpeando contra esta pared de tradición en esta iglesia, no sé si jamás va a cambiar”, pero tenemos que ser flexibles.
Y también se reduce a vida personal, siempre pienso en Hechos 16, si Pablo era un tipo de hombre que salía y hacia las cosas, ¿verdad? Creo que nunca se sentó, simplemente se seguía moviendo todo el tiempo y terminó su ministerio en Galacia y en Frigia, esa es el área moderna de Turquía. Y él decidió que íbamos a ir a Asia, al sur hacia Asia, ese gran lugar, hombre, un lugar significativo, las siete iglesias de Asia Menor ahí en esa área. Él comenzó a ir ahí, la Biblia dice en Hechos 16, 6 al 10, que, “el Espíritu Santo lo estorbó, lo detuvo.” Ahora no sé cómo es que el Espíritu Santo lo hizo, pero de alguna manera lo detuvo. Dijo: “No, no es por ahí Pablo.” ¿Qué cree usted que hizo Pablo? Se regresó a casa y simplemente dijo: “Bueno, ¿no quieren mi ministerio? ¿No hay apertura en el ministerio en Asia?” No. Él dijo: “Muy bien, no podemos ir. Ya hemos estado en el este, no podemos ir al sur, vayamos al norte. A Bitinia, caballeros, aquí vamos, vayamos a Bitinia.” El Espíritu Santo dijo: “No, no puedes ir ahí.” Oh bueno, veamos, ya hemos estado en el sur, ya hemos estado en el este, no podemos ir al sur, ni al norte. Oeste, vamos al oeste. Al océano. Entonces se va a dormir y debió haberse quedado dormido, quizás orando acerca de donde quería que Dios fuera, porque en medio de la noche tuvo una visión. Y había un hombre de Macedonia diciendo: “Ven” y ¿qué? “Ayúdanos.” Y él fue y el Evangelio se volvió más que una secta del Medio Oriente, tocó el mundo. Flexibilidad, flexibilidad.
Marty Wolf es uno de nuestros ancianos, escribí acerca de esto en mi libro, acerca de la voluntad de Dios. Y me acuerdo cuando él iba a un lugar, él tenía una carga por alcanzar a gente judía, siendo judío él. Y su carga era ir a Francia y alcanzarlos en Paris, y esta era su gran meta. Y entonces se involucró con la Unión de Misión Bíblica Cristiana sirviendo en Francia y hombre, era emocionante. Y se preparó y demás y colocamos una placa en la iglesia, era la iglesia de mi papa y decía: “Marty Wolf Francia” y llegó el día cuando fue a Canadá, ahí fue, había judíos también que hablaban francés en Montreal. Dios tenía un lugar diferente, flexibilidad. Así es el servicio a Cristo y la iglesia necesita esa flexibilidad, ese sentido de dependencia, ese sentido de flexibilidad que dice: “Dios, dependemos de la manera en la que Tú nos guíes.” Y vamos a ser flexibles cuando Tú seas flexible, eso es tan importante. Permítame tan solo alentarlo cuando las cosas en la iglesia cambien y se mueven, simplemente ore con nosotros porque Dios nos ha llevado en esa dirección y sea flexible para moverse, con esa actitud tan importante.
Permítame darle otra, crecimiento, actitud de crecimiento, actitud de crecimiento. Creo que esta es tan importante como el resto, que siempre esté fluyendo en nosotros el deseo por crecer, el deseo por crecer, de estar en el proceso de crecer. Primera de Pedro 2-2 lo resume diciendo: “Desead como niño recién nacido de la leche espiritual no adulterada para que por ella”, ¿qué? “Crezcáis.” Ahora, esa analogía es maravillosa porque dice esto: “No es como la leche de la Palabra en contraste a la carne”, esa es una analogía diferente, primera de Corintios 3. Lo que él está diciendo aquí, como lo dice Pedro, de la misma manera en la que los bebes desean la leche, ustedes deben desear la Palabra para crecer. Ahora, ¿cuánto desea un bebe la leche? ¿Ha estado usted cerca de un bebe últimamente? Ellos gritan, lloran, patean, se enojan hasta que usted le da lo que quiere, ¿verdad? Digo, básicamente un bebe se preocupa solo por dos cosas: dele leche y enfrente las consecuencias. Este es el principio, el final de todo el asunto. Es esa devoción única, es ese deseo consumidor por una cosa, que es lo que está buscando Pedro. ¿Qué tan fuerte es su deseo por la palabra? Puede tomarlo o dejarlo, ¿está un poco aburrido con lo que está pasando esta mañana? ¿Está viendo su reloj diciendo: “Tengo que salirme de aquí”? El sol está brillando por primera vez en cinco días, digo, ¿realmente tiene hambre por la Palabra? ¿Es algún tipo de ejercicio, una especie de tiranía que usted tiene que abrir la Biblia para leerla? ¿O hay magnético en ella que atrae su corazón? ¿Realmente percibe que está creciendo? Digo, eso es tan importante. Ahora no todos tenemos las mismas capacidades para crecer, pero sea cual sea la capacidad que tengamos, necesitamos crecer hasta ese punto.
Y crecemos al alimentarnos de la Palabra de Dios. ¿Saben ustedes? Tenemos un ministerio maravilloso en nuestra iglesia para algunas de las personas que están discapacitadas mentalmente y algunos de ellos son buenos amigos míos, excelentes, buenos amigos. De hecho, creo que veo a Rodney por ahí en la segunda fila. Rodney es mi buen amigo, ¿verdad? Bueno, yo me acuerdo cuando Rodney fue bautizado. ¿Te acuerdas cuando fuiste bautizado, Rodney? Eso fue hace un tiempo atrás. Entonces él dijo, “Si”, dijo, “quiero ser bautizado. Y quiero bautizarme porque él dijo: ‘John bautiza a todo el resto de la gente que tiene a Jesús en su corazón. Y yo tengo a Jesús en mi corazón y quiero ser bautizado’.” Entonces le dije a Greg Barshak: “Muy bien.” Y entonces estábamos por ahí y le dije: “Rodney, solo quiero asegurarme de esto”, probablemente no se acuerda de esto. Yo le dije: “Rodney, nada más vas a salir y vas a dar tu testimonio.” Y yo dije, “Ahora, simplemente dime, ¿quién es Jesucristo?” Él me vio así de manera extraña y dijo: “¿Me quieres decir que tú ni siquiera sabes eso?” Yo dije, “Bueno, que pregunta tan torpe, claro que se eso, yo soy el predicador, yo soy el ministro.” Y fue bautizado y dio su testimonio de su amor por el Señor y después tuve la oportunidad de darle una Biblia porque su otra Biblia estaba toda desgastada y me dijo que él quería una Biblia con números grandes porque él podía ver el número del que estaba hablando. Y entonces, él podía ver el número de los versículos y demás y la gente le ayudó y unas semanas después, ¿no sé si te acuerdas de esto tampoco? Viniste al frente y me dijiste: “Siéntate.” Me dijiste ‘siéntate’ después del servicio. Entonces dije: “Muy bien.” Y me senté ahí en los escalones y me dijo: “Tengo una sorpresa para ti” y recitó el salmo 23 y eso bendijo mi corazón.
¿Y sabe una cosa? Todos tenemos capacidades diferentes, pero el Espíritu de Dios opera en el corazón, ¿no es cierto? Para traernos amor por su Palabra y crecer al paso que podemos crecer. Y creo que lo que más temor hay en mi corazón es que si la iglesia jamás dejara de crecer, si la gente simplemente dijera: “Bueno, hemos recibido suficiente. Ya he recibido toda la teología que puedo recibir. He recibido tanta exposición, realmente se más de lo que quiero saber. Digo, ya ni siquiera puedo encontrar para las cintas, las tengo en el garaje, las tengo en la cajuela y yo simplemente no puedo encontrar a quien regalárselas porque todo el mundo las tiene. Digo, realmente ya no necesito conocer más, ya simplemente voy a levantar la tienda y me voy a ir a dormir.” ¿Pero sabe una cosa? Necesita ver esa hambre continua por crecer, ¿no es cierto? Simplemente ore a Dios porque nunca perdamos esa actitud. ¿Sabe una cosa? Pedro lo dijo de otra en su segunda epístola, capitulo 3 versículo 18: “Antes bien creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” No nada más estamos aprendiendo información en un libro, estamos creciendo en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. No estamos aprendiendo simplemente informaciones, estamos conociéndolo, ¿verdad? Como puede ver, cuando usted nace en la familia de Dios, primera de Juan 2-13, dice que usted es un bebe pequeño. Y usted conoce al papa, da-da, gu-gu, lo elemental. Y después se convierte en un joven espiritual, la Palabra de Dios mora en usted, usted es fuerte, usted vence al maligno.
Pero no termina ahí, primero conoce a Dios de una manera simple, después conoce la doctrina y después dice que se convierte en un padre espiritual, que lo conoce a aquel, que es desde el principio. No estamos aprendiendo para conocer doctrina, estamos aprendiendo para conocer a Dios. Y entre más conoce usted a Dios, la comunión es más enriquecedora. Escuche, piense en la persona más maravillosa en el mundo entero, la persona más maravillosa que jamás ha conocido. Piense lo maravilloso que seria, simplemente tener esa relación creciendo, creciendo y creciendo después compare eso con conocer al Dios Santo infinito del universo en una relación que va creciendo, va creciendo. Alimentarse de la Palabra. ¿Tiene usted un hambre por Él? ¿Medita en ella? ¿Sus verdades corren por su mente? ¿Es su alimento diario? ¿Puede decir con Job que usted ama la Palabra de Dios más que su alimento necesario? Deberíamos estar creciendo y usted dice: “Bueno, he estado aquí por mucho tiempo, conozco tanto.” Bueno, si usted ha llegado al punto en el que usted cree que conoce mucho, usted realmente está en el punto en el que realmente no conoce lo que debería conocer, y eso es que usted no conoce lo suficiente. O puede haber suficiente información, ¿pero me está diciendo que usted a Dios tan bien como a usted le gustaría conocerlo?
Como puede ver, cuando yo estudio un pasaje, siempre busco lo que puedo descubrir acerca de la persona de Dios ahí, para que pueda conocerlo mejor. Crecimiento. Permítame darle dos actitudes más. Fidelidad, fidelidad. Hombre, ¿sabe una cosa? Hay muchos cristianos que en cierta manera son corredores de velocidad espirituales. ¡Zoom! Ya acabaron. Suena el silbato de salida y salen corriendo y se acabó. Están buscando la jubilación espiritual y lo que Dios está buscando es maratonistas, corredores de distancia. Pero es necesario, primera de Corintios 4-2, que los administradores sean hallados, ¿qué? Fieles. Algo debe ser dicho por la perseverancia, el compromiso espiritual a largo plazo. Me encanta cuando la gente mayor me dice: “¿Sabes una cosa? Podría reducir la velocidad porque estoy teniendo dificultad en escribir mis notas.” Y alguien me dijo recientemente, en sus 80— me encanta eso, una persona de 80 años tomando notas, todavía emocionado, todavía fiel a la palabra de Dios, la verdad de Dios, la vida de Dios, la iglesia de Dios, el ministerio. Digo, no han aventado la toalla y hay personas así, que enseñan año tras año tras año, que discipulan año tras año tras año, que hacen compromisos a largo plazo y los cumplen. Realmente son los baluartes de la fe, las columnas. Porque como puede ver, lo que hace no está basado en una apelación emocional, no está basado en una respuesta inmediata, está basado en la virtud. Y la virtud tiene esa cualidad perseverante.
Hay muchas personas que vienen a Grace Church cuando pueden, y cuando no vienen, normalmente es porque tienen otras cosas que hacer. Pero hay otros que simplemente se mueven de manera fiel ¿O cuánto necesitamos el espíritu de fidelidad? La marca de la virtud real es el compromiso perseverante, el compromiso perseverante. Observe segunda de Timoteo, permítame usar a Pablo quien, claro, es un modelo en esto. Y en segunda de Timoteo 4, versículo 6 él dice: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado.” Y él sabía que iba a ser sacrificado. “Y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe.” Hombre, que gran afirmación. ¿Sabe lo que él está diciendo? Dios, ya me puedo morir, ya terminé, ya acabé, lo he cumplido, he terminado la carrera, he peleado la batalla, he guardado la fe. Oh, ¿sabe una cosa? Eso es tan maravilloso.
Creo que es algo triste cuando usted ve a un Santo envejecer y se vuelve indiferente. O alguien que pertenece a Cristo y pasan los años y se amarga. Y algunas veces inclusive, ve a predicadores o maestros o quizás obreros cristianos, envejecen y se vuelven personas amargadas, centradas en sí mismas o lo que sea. Y simplemente usted se pregunta, ¿qué pasó? ¿Qué salió mal? Pero cuando usted tiene esa gracia dulce que va creciendo en una vida de servicio fiel, es algo tan hermoso, un espíritu tan hermoso. Fidelidad, fidelidad. Usted tiene una responsabilidad y está ahí y la cumple. Y cuando el pueblo de Dios se reúne, ahí está usted. ¿Sabe una cosa? Siempre hemos dicho que si toda persona que dice que va a Grace Church, de hecho viniera, sería sorprendente, maravilloso. Digo, conozco a personas así en todos lados, todos lados, no importa en dónde. Si voy al supermercado con mi esposa y empujo el carrito, ella compra las cosas, alguien se acerca y dice: “Oh, yo lo conozco. Usted es John Mac Arthur. Yo voy a su iglesia.” “¿En serio? Que maravilloso. No lo he visto ahí.” “Oh bueno, voy. Sí, yo voy. En serio.” “¿Estuvo ayer domingo?” “Oh no, no estuve el domingo, no. Ha pasado un rato, pero nos encanta, nos encanta estar.” “Oh, qué bueno, que bueno.” Eso es algo triste, ¿no es cierto? Me hace sentir algo mal. O escucho “Oh, bueno cuando vamos siempre, vamos a Grace, nos encanta, lo disfrutamos.” Fidelidad, fidelidad. Simplemente estar ahí para adorar de manera constante, para servir constantemente, para orar constantemente todas estas cosas. Y es una sociedad tan distraída, en la cual todos somos jalados en múltiples direcciones, es difícil mantener las prioridades en orden.
Una última, me gustaría que pudiera decir más de eso, pero se acabó el tiempo. Una última actitud, es esperanza, esperanza. Oh, que gran palabra, esperanza. Significa seguridad para el futuro. Significa que no tememos la muerte, significa que de hecho, vemos hacia adelante para lo que nos espera en la vida y la muerte. De hecho, me encantan las expresiones en Romanos 12-12: “Gozosos en la esperanza.” Hombre, ¿la muerte no nos da miedo? Digo, tenemos un servicio funeral por aquí y es una celebración. Y nos regocijamos y alabamos a Dios, porque alguien al que amamos ha pasado de este valle de lágrimas al lugar en donde todas las lágrimas son secadas para siempre. Un lugar de enfermedad a un lugar en donde ya no hay enfermedad. Un lugar de muerte a un lugar donde ya no hay más muerte. Un lugar de límites a un lugar de realización sin límites. Vivimos en esperanza. Hemos estado aprendiendo eso en Romanos 8: “Fuimos salvos en esperanza.” Somos salvados en esperanza y esperamos con gusto a la eternidad para ser como Cristo. Esperamos el cumplimiento de la promesa de Romanos 8, que tendremos un cuerpo redimido para que vaya con nuestra alma redimida y seremos a imagen de Jesucristo, vivimos en esperanza. Hombre, tenemos que tener una actitud de esperanza. Y lo que eso nos dice a nivel práctico es esto, no nos enredamos demasiado en lo que está pasando aquí, ¿verdad? Digo, entendemos cuando Jesús dijo: “No hagáis tesoros en la tierra donde la polilla y el orín corrompen, donde ladrones minan y hurtan. Sino haceos tesoros en el cielo, donde la polilla y el orín no corrompen y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro ahí estará también vuestro corazón.”
Entonces, si nuestro corazón está esperando la eternidad, nuestro tesoro va a estar ahí, y todo lo demás va a estar ahí. Espero que no esté viviendo para el día de hoy, espero que no esté viviendo para lo temporal, espero que no esté viviendo para lo pasajero. Escuche, debemos estar viviendo en esperanza y la esperanza significa que nuestro compromiso es mayor con invertir en la eternidad, de lo que invertimos en el tiempo y en lo temporal. Y entonces nuestras energías y nuestros pensamientos y nuestras oraciones y nuestros sueños y nuestras visiones y nuestro dinero y todo lo que poseemos es simplemente un medio para invertir en una realidad eterna. Vivimos en esperanza, vivimos a la luz de la eternidad. Es un día maravilloso conforme vemos hacia adelante ese futuro.
Ayer fui al hospital. Jack Colman, quien fue nuestro director de coro, un hombre maravilloso, cálido, gentil, amoroso y estaba teniendo problemas de corazón y fui y entré al cuarto y oré con él y con Sara y él dijo: “Hace 3 días casi muero.” Y él dijo: “Yo sabía que me quedaban unos cuantos respiros y todavía estoy aquí.” Y Sara dijo: “¿Sabes qué? Cuando él estaba a punto de morir hace 3 días atrás, él decía continuamente, le pego con la derecha y le pego con la izquierda, y le pego con la derecha—con la izquierda.” Y ella dijo: “No sé qué está diciendo, él no boxea, ¿sabes?” Entonces él le dijo, después de que salió, ella dijo: “¿Que estabas haciendo?” Él dijo: “Estaba pegándole al diablo y lo noqueé.” Como puede ver él tenía la idea de que el diablo estaba tratando de llevárselo antes y todavía tenía unas cuantas cosas que hacer. Y él me dijo: “Te escribí una carta, y quería asegurarme de que pudiera escribirte esa carta y mandarte una foto.” Bueno, digo, probablemente esa es una de muchas cosas que él no había terminado de hacer y entonces no estaba listo para decir, ‘ya terminé mi carrera, he guardado la fe, ya terminé. Sácame de aquí’. Entonces en su mente él pensó que estaba en una competencia de boxeo con el diablo, quien estaba tratando de sacarlo antes. Ahora, no conozco todas las ramificaciones espirituales de eso, si de hecho eso fue verdad. Pero así lo percibió y—pero nos regocijamos juntos y oramos juntos porque si él se va a estar con el Señor, esa es la promoción definitiva, eso es esperanza. ¿Le gustaría vivir en este mundo sin eso? Entonces bendiga a Dios por nuestra esperanza, ¿verdad? Y si tenemos esa esperanza, Juan dice que es una esperanza purificadora, primera de Juan 3-3: “El que tiene esta esperanza en sí mismo se purifica a sí mismo.” Escuche, si realmente vive para la eternidad, va a cambiar dramáticamente la manera en la que usted existe en el tiempo. Así es en realidad. O actitudes fluyendo en la iglesia, va a ser lo que Cristo quiere que sea.
Inclinémonos.
Padre nuestro, te damos gracias porque de nuevo nos has dado una palabra tan clara. Nos has llamado a la obediencia y humildad y amor y unidad y servicio y gozo y paz y gratitud y disciplina personal y redición de cuentas. Nos has llamado al perdón, dependencia, flexibilidad, crecimiento, fidelidad, esperanza. Y Señor, esto para que podamos ser Tú iglesia magnificando, glorificando, alabando Tu nombre. Y para que Tú nos puedas bendecir en respuesta a esto. Muévete en medio de nosotros, O Cristo, y mantén la lámpara con luz. Escudríñenos. Ve en donde estamos débiles y trae la mano amorosa de disciplina a nosotros para conformarnos a Tu propósito santo. Se nuestro sacerdote y profeta y rey; nuestro ejemplo de santidad pura. Y que seamos una iglesia en la cual Tú seas glorificado.
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