Esta mañana vamos a estar hablando nuestro tema de las últimas cinco semanas de “La Anatomía de una Iglesia”. El Señor nos ha guiado, creo yo, a una discusión de lo que – qué es lo que Él desea que sea característico de su iglesia. Dios nos ha bendecido tanto aquí. Dios ha edificado aquí, creo yo, una iglesia que desea en el corazón de su congregación, el ser todo lo que él quiere que seamos. Ciertamente, ese el caso en los corazones de los líderes, y sé que también es el caso en sus corazones. Dios nos ha bendecido en maneras únicas y maravillosas, maravillosas. Somos tan ricos en cosas espirituales, como cualquier iglesia podría serlo. Y es importante para nosotros, mientras que disfrutamos estas cosas, entender los cimientos, entender las causas, por así decirlo, que traen la bendición de Dios, que nos permiten recibir de Él lo mejor que Él tiene por dar. Y entonces, estamos haciendo, como lo he llamado, algo de arqueología espiritual. Y, escarbando para entender nuestros cimientos, para ver con qué estamos comprometidos. Dios nos ha dado a tantas personas nuevas, y lo alabamos y bendecimos su nombre por ellos; y muchos de ustedes que han venido en los últimos años, quizás no han tenido la oportunidad de entender que es Grace Church, en qué consiste, qué la hace diferente, con qué estamos comprometidos. Y entonces, estamos regresando y en cierta manera, regresando a algunas cosas que conocemos muy bien.
No estamos tratando de decir cosas nuevas. Simplemente estamos tratando de enfatizar cosas que son parte de nuestro cimiento. Para darnos una perspectiva de aquello en lo que consiste nuestra iglesia. Y, creo que cuando terminemos – y, esperamos que sea el próximo domingo – tendremos un pequeño paquete de cintas que le vamos a poder regalar a la gente cuando venga a nuestra iglesia. Y, cuando pregunten: “¿En qué consiste esta iglesia? ¿Qué es lo que hace que esta iglesia sea lo que es? ¿Cuáles son los énfasis de esta iglesia?” Y, podremos decirles: “Aquí están las cosas con las que estamos comprometidos”.
Ahora, permítame decirle, conforme comenzaos el día de hoy, que me regocijo en el Señor, porque veo la obra de Dios en ustedes. Y, cuando le hablo a usted así, no es que estoy reprendiéndolo, porque no veo estas cosas, es porque veo estas cosas y quiero que continúen, y que se vean aún más. Como Pablo, cuando él escribió y dijo: “Se que nadie necesita enseñarles a amar, porque Dios les ha enseñado, Él mismo les ha enseñado a cómo amar. Pero, que su amor abunde aún más y más”, él dice. Y en cierta manera, esa es la perspectiva con la que vengo a ustedes. No para decir que estas cosas no existen, si no que existen y necesitan existir aún más y más. Creo que mi temor es que conforme la iglesia crece y avanzamos, y nos alejamos más del cimiento que Dios usó para bendecirnos, y sobre el cual Su Espíritu ha edificado. Que perdamos de vista estas cosas y después comencemos a declinar, en lugar de ascender, en términos de Su utilidad y Su bendición. Pero, veo en los ministerios de esta iglesia y en los corazones, y en sus vidas estas virtudes y gracias, y cosas que el Espíritu de Dios ha logrado, y solo quiero llamarlos a un mayor compromiso del que antes han tenido.
Y simplemente, en términos de decirles cómo son vistos por otros, tengo tres cartas en mi mano, que escribieron pastores que vinieron a nuestra Conferencia de Pastores, y están reaccionando a lo que vieron aquí; y les podría interesar su reacción. Esta carta fue escrita a Dick Mayhue, y les dicen:
“Quiero tomar el tiempo para agradecerle por sus muchas horas de trabajo, al arreglar todos los detalles, organizar los detalles para tener una Conferencia de Pastores tan exitosa. Esta fue mi tercer conferencia. Y, cada vez que he ido, he entendido más y me ha ayudado más en el ministerio. Gracias por su fidelidad y el corazón que tiene de siervo que hizo esto posible. También lo quiero felicitar, quiero felicitar a Grace Community Church y su congregación, por su demostración continua de ser una congregación que sirve a aquellos de nosotros que asistimos. Una de las cosas más sorprendentes acerca de Grace Church, es el espíritu mismo que permea, desde el nivel más alto de los pastores, hasta las personas que trabajan en la cocina. Por favor, dígale a esas personas cuánto valoramos el trabajo que hacen. El consejo de nuestra iglesia ha hecho un compromiso por asegurarse que cada uno de nuestros miembros asistan a la conferencia de pastores, y los veremos entonces en el futuro. Gracias de nuevo por dejar que el Espíritu de Dios los guíe, por abrir la puerta a hombres a lo largo de la nación y por todo el mundo, para que aprendan más acerca de cómo aplicar principios escriturales en la atmósfera de la iglesia local. Que Dios continúe ministrando a ustedes y a través de ustedes”.
Una de las metas que tenemos cuando tenemos una Conferencia de Pastores, una conferencia de radio, simplemente es exponer a la gente, a ustedes. Y entonces, los alentamos a que los inviten a cenar, que vayan a sus casas, que los conozcan. Queremos que sepan que hay cosas que están pasando en sus vidas, que honran al Señor Jesucristo. No tenemos nada que esconder. Oí el otro día, que debido a que la Olimpiada en Los Ángeles iba a ser aquí en 1984, había un movimiento en la ciudad de Los Ángeles, buscando quitar a todos los vagabundos, la gente que vive en el calle en Los Ángeles, y reubicarlos en Newhall durante la Olimpiada. La idea era que nadie de afuera supiera que tuviéramos este tipo de personas en nuestra ciudad, a menos de que visitaran Newhall, lo cual es muy poco probable. Bueno, tenemos 250 pastores aquí, y nuestra idea no es quitar a toda la gente de nuestra iglesia, que nos preocupa, y colocarlos en otro lugar. Realmente creemos que Dios está operando en las vidas de nuestra congregación, y que estas personas que vienen a ver nuestra iglesia, y descubren si realmente lo que decimos realmente cambia las vidas, si queremos exponerlos a la gente, para que esas cosas puedan ser verificadas. Y, este pastor que escribió esa carta del estado de Washington quedó alentado por ver en los corazones de la gente, que realmente se están cumpliendo las cosas que estamos enseñando.
Tengo otra carta que viene de un pastor joven en Mississippi, y él escribe:
“Simplemente una línea para agradecerle, porque le han permitido a Dios hacer lo que ha hecho conmigo esta semana. Estoy aprendiendo más acerca de la gracia de Dios, Su obra y demás, a través de los ministerios aquí en Grace. Esta semana en la Conferencia de Pastores, ha reforzado de manera total y permanente en mi espíritu el compromiso, el gozo, y el deseo de conocer a mi Señor, a través de Su Palabra. Y, para darlo a conocer a través de Su Palabra. Gracias, un millón de veces – a veces los predicadores exageran – por su hospitalidad y amabilidad esta semana. Todos realmente han vivido el mensaje de su vida”. Qué pensamiento tan maravilloso. “Todos han vivido verdaderamente el mensaje de su vida, en precepto y en ejemplo han mostrado el corazón de un siervo, y hemos llegado a amarlos a todos profundamente”.
Hombre, eso es tan alentador. Oír que alguien de afuera viene a Grace Church, conoce nuestra congregación, está aquí una semana, y dice: “Están viviendo su mensaje”. La felicitación más grande. Y, después esto de un pastor en Michigan:
“Mientras que reconozco que deben recibir muchas cartas como esta, después de cada Conferencia de Pastores, aun así tengo el deseo de escribir y expresar mi profunda gratitud por ustedes y el ministerio en Grace. He oído de su iglesia, desde mis días en la Universidad Bíblica, y he tenido el deseo de ver su ministerio. Cuando mi pastor estuvo de acuerdo con enviarme a la conferencia, inmediatamente comencé a percibir que el Señor me iba a bendecir de una manera muy especial. Él ya había estado trabajando en mi corazón, acerca de dejar nuestro ministerio aquí, y llegar al pastorado de mi propia iglesia. Sin embargo, él no ha había abierto ninguna puerta de oportunidad. Ahora sé por qué. Nuestro ministerio de jóvenes aquí, había sido visto como algo muy exitoso. Muchos jóvenes habían sido salvados, y mi enseñanza los domingos por la mañana, siempre ha sido práctica y orientada a necesidades.
No obstante, después de tres años y medio, mi esposa y yo compartimos un desánimo, en base a un sentimiento de que alguna manera estábamos perdiéndonos algo en el área de ministerio bíblico. Estar con ustedes y con su personal de pastores, me mostró el problema básico. Habíamos cultivado una relación tremenda con nuestros jóvenes, y tenían un verdadero sentido de emoción y compromiso con nuestro departamento en la iglesia, pero, no tenían un compromiso con la Palabra de Dios, a nivel personal o práctico. Nos habíamos equivocado en la base del ministerio. La triste realidad, es que realmente no creo que jamás habíamos sido expuestos a una iglesia, que de hecho tuviera esta meta. Claro, la verdadera raíz del problema, era que nosotros mismos no estábamos en la Palabra, como deberíamos haber estado. Permítame compartirle cómo es que el Señor nos reveló esto a nosotros.
Durante la conferencia, mi esposa y yo nos estábamos quedando con amigos. Se nos había pedido que ensenáramos en el ministerio de universidad de su iglesia, el domingo por la mañana, y entonces planee en no estar en su servicio de domingo por la mañana. Pero, toda la semana estaba oyendo lo importante que era estar en el servicio de adoración. Y entonces, finalmente el domingo por la tarde le dije a mi amigo que iba a regresar a Grace Church, el domingo por la mañana. A la mañana siguiente mi esposa y yo entramos al centro de adoración, sin saber realmente qué esperar. Usted necesita entender que ambos tendemos a ser algo escépticos hacia ideas nuevas. Ya para cuando dejamos el servicio, ambos nos dimos cuenta que acabábamos de experimentar algo totalmente diferente a nuestra idea del ministerio. Mi esposa lo resumió muy bien, cuando ella comentó que nuestras iglesias, la gente viene a la iglesia, llega apenas respirando, simplemente con lo suficiente para acabar la semana, y esperando otro arreglo para llevarlos al siguiente servicio. Pero, parece que con su congregación llegan ya llenos, porque han sido llevados a estar en la Palabra por sí mismos. Cuando vienen llegan para recibir más, pero, particularmente para adorar. Con tristeza digo que nunca antes habíamos visto eso.
Estoy agradecido, por decir que desde esa mañana nuestras vidas han sido diferentes. Diariamente hemos estado en la Palabra y cuando enseño, predico lo hecho versículo a versículo. Nunca sabía que podía haber tanto gozo y satisfacción en el ministerio. He aprendido tanto en tan poco tiempo. La gente se ha acercado y ha preguntado qué pasó en nuestras vidas en California. Todo se oye tan fácil, lo he oído toda mi vida. Desafortunadamente, nunca antes lo había visto. Ahora estamos confiando en el Señor, que pronto proveerá un lugar en el que podamos establecer, implementar algunos de los principios que el Señor nos ha revelado a nosotros de una manera plena. Muchas gracias por el impacto revolucionario que su ministerio ha tenido en nuestro ministerio”.
Y, recibí una carta de ese joven, apenas un mes atrás, diciendo que él ahora es el pastor de su propia iglesia. Y, él estaba escribiendo para ver si podíamos cargarlo con algunas cosas que pudiera usar para comenzar. Lo que es tan maravilloso acerca de eso, es que, que ellos están respondiendo estos hombres, a la vida total de la iglesia. No están escribiendo diciendo: “Oh, fue un gran seminario, fue una gran clase, o tuviste algo profundo que decir acerca de esto o aquello”. Si no que era un ministerio entero para ellos, que se lleva a cabo hacia ellos, a través de esta iglesia. El miércoles por la noche, Moishe Rosen estaba con nosotros, y yo estaba ahí en el pasillo hablando con él, antes de que viniera a hablar, y él dijo: “Acabo de regresar de Londres”. Él está a cargo de los Judíos para Jesús, y dijo: “Estuve en Londres y fui a varios lugares, y en cada lugar había una persona que se me acercó y me dijo: ‘Eres de California. ¿Sabes de Grace Community Church?’ Y, en cada caso dije, lo sé.” Y, ellos dijeron: “Bueno, ¿podrías contarnos de cómo es?” Él dijo: “Me sorprende cómo la reputación de su congregación se ha extendido a todo lugar al que voy”. De hecho, él dice: “Tengo envidia de que tienen una congregación así”. Bueno, eso es lo más maravilloso. Y, yo le dije: “Yo me pellizco todo el tiempo y digo: ¿Estás seguro que tienes aquí el hombre correcto, Señor, en este ministerio tan maravilloso, bendecido por Dios?”
Tenemos una gran, gran responsabilidad para con aquellos que nos ven, para ver en aquellos lo que quizás no han visto en ningún otro lugar. Y, realmente creo que hay razones por las que Dios ha bendecido. Yo creo que hay principios que nos colocan en la posición de bendición máxima. Y, no es nada más que somos grandes, es la actitud que la gente tiene, son los compromisos que ellos adquieren. Son esas cosas que existen en nosotros como creyentes comprometidos que ven, que no siempre ven en otros que nombran el nombre de Cristo.
Entonces, hemos estado regresando en nuestra serie diciendo, bueno, ¿qué es entonces lo que hace que una iglesia sea todo lo que una iglesia puede ser? Digo, ¿qué es lo que debemos tener? Muchos de ustedes son nuevos en nuestra iglesia, y quizás se están preguntando lo mismo. Quizás quieren en cierta manera alinearse y decir: “Bueno, estas son las cosas. Aquí están las cosas con las que necesitamos estar comprometidos, tenemos que esforzarnos por trabajar en esto. Aquí están las cosas que queremos enseñar y proclamar, y discipular en otros. Y entonces, estamos regresando a estas cosas. Son cosas muy básicas.
De hecho, en cierta manera, me siento como si esta fuera una clase de fundamentos de la fe grande. Y, estoy hablando de territorio muy conocido. Y, continuamente le digo a mi esposa, después de cada domingo: “¿Sabes una cosa? Todo parece tan básico, todo parece tan básico. Yo espero que sea lo correcto”. Y, ella me afirma diciendo: “Bueno, hay muchas personas que no es tan básico como lo es para ti”. Y, necesito eso de mi esposa, de vez en cuando, algo de aliento, porque estoy en la dirección correcta, porque parece ser tan, tan básico. Sin embargo, tenemos que regresar y volver a establecer ese cimiento, ¿no es cierto?
Recuerdo las palabras de Pedro y quiero acordarles de estas cosas. Ahora, no que no las sepan, ya las saben. Pero, quiero asegurarme de que se acuerden de ellas. Tienen que mantenerse en esta dirección. Usted sabe, comenzamos por la dirección correcta y de pronto usted se desvía y comienza a en otra dirección. Simplemente, continúa estableciendo esos rieles de nuevo, para que sepamos hacia dónde vamos. Y entonces, hemos estado viendo la iglesia, y hemos usado la analogía del cuerpo. Hemos dicho, en primer lugar, que una iglesia para ser lo que Dios quiere que sea, debe tener un esqueleto. En otras palabras, cimiento, lo cual le da forma. Y básicamente, dijimos que hay algunas verdades fundamentales, no negociables, medulares. Y, hemos sugerido cinco de ellas, un alto concepto de Dios, la prioridad absoluta de las Escrituras, claridad doctrinal, santidad personal, y autoridad espiritual. Y, ligamos todas estas y dijimos que eso en cierta manera era nuestro esqueleto.
Ahora, pasando de eso, a la segunda dimensión de nuestra analogía, dijimos que un cuerpo debe tener sistemas internos que fluyen dentro de él. Esos son los sistemas de vida, eso es lo que le da su vida y capacidad para actuar y reaccionar. Y en la iglesia, debemos tener sistemas internos, y esos creo yo, son las actitudes espirituales correctas. Lo que está fluyendo en las vidas de la gente tras bambalinas, es lo que importa. Le dijimos a los pastores todo el tiempo que vienen y ven a nuestra iglesia: “No solo llévense lo que ven en la superficie y traten de incorporarlo. Detrás de eso, detrás de esa carne, por así decirlo, están fluyendo ciertas actitudes espirituales que tienen que cultivarse en los corazones de la gente, antes de que el ministerio pueda ser lo que Dios quiere que sea. Y, les di una lista entera de esas. Permítame tan solo recordárselas brevemente. Obediencia, humildad, amor, unidad, servicio, gozo, paz, gratitud, disciplina personal, perdón, dependencia, flexibilidad, rendición de cuentas, crecimiento, fidelidad, y esperanza. No espero que escriba todas ellas. Ya las tiene. Pero, simplemente para refrescar su mente. Esas son las actitudes que creo que debemos cultivas entre nosotros, mediante nuestra predicación y enseñanza, y discipulado, y todo lo que hacemos para inculcar en nosotros ese tipo de actitudes fuertes, actitudes espirituales.
Ahora, cuando el esqueleto está bien y el tipo de actitudes correctas están fluyendo, estamos listos para pasar a la dimensión número tres. Y, vamos a hacer eso y eso es la función o los músculos en el cuerpo. El cuerpo ahora tiene forma y tiene vida, y ahora, ¿qué debe hacer? ¿Cuál es función? ¿Cuál es la responsabilidad de la iglesia en el mundo? ¿Qué debemos hacer? O, en términos simples, ¿cuál es nuestro ministerio? Si alguien le dijera a usted: “¿Qué es lo que la iglesia debe hacer?” Usted tiene una iglesia que está comprometida con la adoración de Dios, la autoridad de las Escrituras, doctrina, doctrina sana. Las vidas de la gente, de la congregación están bien. Están preocupados con la santidad personal. Están bajo autoridad espiritual de aquellos que Dios ha colocado sobre ellos en el Señor. Han cultivado en sus corazones las actitudes correctas. Tienen todo este poder fluyendo en ellos, este flujo de vida. ¿Qué es lo que deben hacer?
Si usted fuera a mandarle a la iglesia cuál es su responsabilidad, ¿cuál sería? Eso es lo que queremos ver ahora, y llamo a esto los músculos. Esto es función. Esto nos hace movernos. Y, quiero pasar el día de hoy y la próxima vez hablando de esto, y después simplemente vamos a concluir con la carne, brevemente la próxima vez también. Creo que podemos hacerlo en dos semanas. Pero, para esta mañana, quiero darle cuatro cosas que creo que son funciones prioritarias. Y, son tan básicas, que usted las conoce bien. Pero, permítame tan solo refrescárselas, para que entienda, quizás de una manera fresca las cosas con las que estamos comprometidas.
La primera es predicación y enseñanza. Y combino esas dos, porque ambas tienen que ver con la proclamación de verdad bíblica, predicación y enseñanza. Eso, como yo lo veo, es la función primordial de la iglesia. La iglesia es el receptor de la revelación de Dios, y por lo tanto la iglesia debe ser el diseminador de la revelación de Dios. Si Dios se ha revelado a sí Mismo a nosotros, es para que podamos entenderlo. Tenemos entonces que ser oidores de la Palabra, y los proclamadores de la Palabra. Y entonces, cuando usted viene a aquí, va a oír la Palabra de Dios. Cuando usted va a un estudio, va a oír la Palabra de Dios. Cuando va a una clase, va a discutir y estudiar la Palabra de Dios, porque primordialmente la iglesia debe ser un lugar donde la Palabra de Dios es predicada y enseñada. Ahora, estoy comprometido con eso, como una prioridad absoluta en la iglesia. Esa es una función de la iglesia. Debemos estar concentrados en proclamar la Palabra de Dios. A mí me entristece en mi corazón, tanto sermoncillos que vemos. Y, algunos de ellos son útiles, algunos son buenos. Lo llamo consejedad desde el pulpito, lo que se lleva a cabo. Hay muchos asuntos éticos que se tratan en la iglesia. Hay muchas pequeñas clases que se congregan, en donde todo mundo saca a colación su ignorancia, porque nadie sabe nada. Simplemente, tratan de adivinar lo que la Biblia significa. Pero, la iglesia como una función prioritaria, tiene la proclamación clara, comprensiva, directa, con autoridad de la Palabra de Dios. Y entonces, Grace Church siempre estará comprometida con un énfasis fuerte en la predicación y enseñanza. Un énfasis fuerte en la predicación y enseñanza.
Ahora, acompáñeme por un momento a dos epístolas escritas por Pablo a Timoteo. Ahora, estas epístolas fueron escritas, creo yo, para ayudarnos a entender el ministerio. Para ayudarnos a entender el ministerio, tanto desde el punto de vista del ministro, como de su congregación. De hecho, inclusive nos dice en 1 Timoteo 3:15, que ésta epístola fue escrita para enseñarnos a cómo conducirnos en la casa de Dios, la cual es la iglesia. Entonces, aquí hay una epístola que nos dice cómo debemos conducirnos en la iglesia, cómo debemos funcionar en la iglesia, cómo debemos operar en la iglesia. Yo creo que el énfasis tanto de 1 como de 2 de Timoteo, es que debemos operar primordialmente en el área de proclamar la doctrina sana, predicar la Palabra de Dios. Ese mismo capítulo, 1 de Timoteo 3 versículo 16, es un versículo interesante. Resume la maravilla de la encarnación de Jesucristo. Dice que indiscutiblemente, eso es sin debate alguno o argumento, esta es una realidad que el misterio de la piedad es algo maravilloso, es algo grande. Y, ¿cuál es el misterio de la piedad? Que Dios fue manifestado en carne. Eso es algo simplemente increíble. Nadie va a discutir que esa es una gran verdad, ¿no es cierto? Que Dios fue manifestado en carne. Ese es el corazón, la médula, la sustancia de nuestra fe cristiana, ¿no es cierto? No tenemos nada, si Dios no se ha manifestó a sí Mismo en la carne de Jesucristo, ¿verdad? Murió y resucitó. Entonces, ese es el corazón mismo de nuestra fe. Indiscutiblemente, esa es una gran, gran verdad revelada. Pero, observe que dice: “Él fue manifestado en carne. Fue justificado en el Espíritu. Fue visto por los ángeles. Fue creído en el mundo y fue recibido en gloria”. Y, después metido a la mitad, “predicado a los gentiles”. Y, si usted ve el versículo 16 de 1 de Timoteo 3, veo algunas cosas esenciales en la encarnación. Y, una de ellas es predicación. La predicación es un elemento esencial en Dios manifestándose a sí Mismo en la carne. Lo que sucedió debe ser predicado. Eso es lo que Él está diciendo. Debe haber proclamación del mensaje. La predicación es algo particular al cristianismo, y es el elemento maravilloso que la iglesia lleva a cabo. Que hombres santos de Dios hacen, que nada en el mundo puede llegarle. Digo, el mundo puede tener sus películas y puede tener sus libros, y el mundo puede tener muchos medios diferentes de comunicación, pero, la predicación me parece es algo tan excepcional, conforme a hombres de Dios, quienes reciben dones del Espíritu, y el conocimiento de la Palabra, para proclamar su verdad. Y, creo por lo tanto, que en el corazón de la iglesia está la encarnación, y en el corazón de la encarnación está la proclamación de esa encarnación. Y entonces, la predicación encuentra un lugar central en la vida de la iglesia.
Ahora sigue entonces, que Pablo va a enfatizarle al joven Timoteo. Conforme sale en su ministerio, que él de hecho debe ser fiel a la predicación. Y, usted notará en el versículo 6 del capítulo 4, que inmediatamente Pablo dice: “Si esto enseñas a los hermanos”. Y, él acaba de hablar con él de algunas cosas, y él dice: “Tu trabajo es recordarle a la gente esto. En primer lugar, Timoteo, eres un maestro, eres un maestro. Lo que has recibido del Espíritu de Dios, tú lo das. Y, que la iglesia esté en el lugar en donde las cosas le son enseñadas”. La verdad de Dios es enseñada. ¿Sabe lo maravilloso que es que en un mundo en donde la gente está buscando la verdad, la tengamos? ¿Usted entiende eso? ¿Sabe qué maravilloso es estar en un lugar en donde la gente no se le puede garantizar que algo es verdad? ¿En donde la moralidad es establecida por la mayoría? ¿Donde todo mundo determina lo que es verdad, y su opinión es la que reina, donde la verdad no se encuentra? ¿Donde los hombres están a la merced de su propia filosofía, para tratar de entender el significado en la vida? Podemos ponernos de pie y decir: “Esto es la verdad”. Digo, inclusive Pilato, el cínico de cínicos del Nuevo Testamento dijo: “¿Qué es la verdad? ¿Qué es verdad? Conocemos la verdad. Conocemos la verdad”. Jesús dijo en Juan 17 al Padre: “Tu Palabra es verdad”. ¡Oh, pero qué legado! Y, eso es lo que debemos impartir, eso es lo que debemos impartir.
Y, Dios ha bendecido esta iglesia, creo yo, porque su función primordial siempre ha sido en parte el proclamar la verdad, la Palabra de Dios, no hablar acerca de la Biblia, si no hablar a partir de la Biblia. Y, no le puedo decir cuántos cientos, inclusive miles de personas a lo largo de los años, nos han hablado o escrito, y han dicho que vienen a Grace Church, porque se les alimenta la Palabra de Dios. Siempre es lo que oímos y ese es nuestro compromiso, esa es nuestra función, y no es nada más mi trabajo. Es el trabajo de todo mundo. Debemos ser aquellos que proclaman y predican, y enseñan la Palabra. Algunos dotados, claro, de manera única. Versículo 11, siguiendo con el mismo pensamiento de capítulo 4 versículo 6, él dice: “Eres un ministro, serás buen ministro si tú estás nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina, de la sana doctrina”. En otras palabras, si tienes la verdad y se las estás entregando a tu congregación. Él dice en el versículo 11: “Esto manda y enseña”. En otras palabras, enseña con autoridad. Enseña con autoridad.
Me acuerdo, estaba en la graduación de la Academia de Policía en una ocasión, y yo estaba al lado con una persona que me estaba hablando de los varios egresados que se estaban recibiendo, se estaban graduando de la Academia de Policía de Los Ángeles. Y, él dijo: “Tuvimos que reprobar un hombre, debido a su voz”. Le dije: “Eso es interesante”. Él dijo: “Sí. Simplemente no puedes ir atrás de un ladrón y decirle: ‘Levanta las manos, estás arrestado. Detente en el nombre de la ley’”. Digo, eso simplemente déjalo afuera, ¿no es cierto? “Bueno, eso es interesante”. “Sí’, él dijo, “debe haber cierta autoridad en su voz”. Y, yo comencé a pensar acerca del hecho de que su autoridad básicamente era la ley, ¿no es cierto? La ley era su autoridad. Y, si yo me oigo como que hablo con autoridad, así es, porque es la autoridad de la Palabra de Dios. No hablo con autoridad, porque doy mi opinión. Si no que hablo con autoridad en base a la Palabra de Dios. Y, eso es lo que él está diciendo aquí en 1 de Timoteo 4:11: “No solo la enseñas, la mandas. En otras palabras, llamas a la gente a un mandato de responsabilidad”.
Y entonces, versículo 16, él dice – versículo 13, más bien él dice: “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza”. Después él le dice cómo hacerlo. Lee el texto, explica el texto, y aplica el texto. Lectura: Eso es simplemente, léeles el texto. Exhortación: Eso es aplícalo. Doctrina: Eso es dales la doctrina o la enseñanza. Entonces, él dice: “Abre el texto, se los lees, se los explicas. Eso es doctrina, y los exhortas a vivirlo. Y, no descuides”, versículo 14, “no lo descuides. Medita en esto”, versículo 15. “Pon atención”, versículo 16, “y, continúa en ello”. En otras palabras, somos llamados a obedecer la Palabra, y a proclamar la Palabra: Predicación, enseñanza, proclamar, instruir. Qué responsabilidad tan emocionante.
Ahora, en el capítulo 5 versículo 17, él llega a otra dimensión. “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble paga, doble respeto, doble honor”. Probablemente incluye todo eso. Pero, los que trabajan bien, deben ser honrados doblemente, especialmente los que trabajan en predicar y enseñar. De nuevo, el enfoque de liderazgo en la iglesia, está en la predicación y la enseñanza, en esas funciones. Esa es nuestra función. Esa es nuestra función. Esa es nuestra función.
Estamos aquí para proclamar la Palabra de Dios. He oído a gente que critica a Grace Church y dice: “Bueno, Grace Church está desequilibrada en el área de la enseñanza. Hay demasiada predicación, demasiada enseñanza, y no hay suficiente de esto o de aquello”. ¿Sabe una cosa? Yo no veo que usted jamás podría tener demasiado de eso. Digo, a menos de que usted haya dominado toda la revelación de Dios. Y, esa es una imposibilidad total. No puede haber demasiado. Podría estar desequilibrada si no obedeciéramos la enseñanza. Pero, la razón por la que domina nuestras vidas la enseñanza, es porque la enseñanza es lo que echa a andar todo. Tenemos que conocer, saber lo que la Biblia dice acerca de algo, antes de que podamos cumplirlo. Y entonces, la enseñanza es el sine qua non de todo. Tenemos que saber lo que debemos hacer. No podemos saber cómo adorar, a menos de que sepamos lo que la Biblia dice. No podemos saber cómo orar, a menos de que sepamos lo que Biblia dice. No podemos saber cómo evangelizar. No podemos saber cómo discipular o pastorear. No podemos saber cómo preparar a personas. No podemos saber cómo ayudar a personas y a sus familias. No podemos hacer nada, a menos de que sepamos, entendamos lo que Dios dice. Entonces, predicamos, enseñamos, predicamos, enseñamos.
Al final del capítulo 6, Pablo le dice a Timoteo: “Guarda lo que se te ha encomendado”. En otras palabras, creo que se está refiriendo al depósito de verdad, la revelación de Dios, la fe, por así decirlo, el contenido de la doctrina verdadera. Guárdalo y mantente alejado de la basura del mundo, las filosofías, y las teologías errantes, y el supuesto conocimiento de los hombres que realmente no conocen nada. Aférrate ahí, con las cosas correctas. No queremos desviarnos de eso. No queremos ser empujados y llevados, arrastrados por los pensamientos de hombres que están lejos de Dios. 2 de Timoteo merece una breve mirada. Versículo 15 del capítulo 2, él dice: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como un obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la Palabra de verdad”. En otras palabras, tienes la Palabra, estás comprometido con ella, ahora úsala correctamente.
De regreso en el versículo 13 del capítulo 1, él dice: “Retén la forma de las sanas palabras”. Entonces, lo primero que haces es, te aferras a ello. Después, lo entregas de manera apropiada. Te aferras a la verdad, y lo presentas como debe ser, para que seas aprobado por Dios. Y, de nuevo lo dice en el versículo 16 en adelante: “Mantente alejado de la basura del mundo. Mantente alejado de sus errores y herejías, y filosofías, y apégate a la verdad de Dios”. Ahí en el versículo 24 capítulo 2, él dice: “Cualquiera que ahí en la iglesia, que es un siervo del Señor, debe ser apto en su enseñanza, apto en enseñar”. Y claro, ese gran pasaje en el capítulo 3, en donde dice que toda la Escritura es inspirada, para que podamos ser perfeccionados. Entonces, lo que puede ver, conforme Pablo instruye a Timoteo, con respecto a la iglesia, es este énfasis tremendo en la predicación en la enseñanza.
Ahora, vaya al capítulo 4 y vamos a cerrar esto. Capítulo 4, 2 de Timoteo versículo 1. Y, aquí hay un mandato que se le da a Timoteo, uno de los realmente grandes en el Nuevo Testamento. “Te encomiendo”, te hago responsable, mando esto, por lo tanto, debido a que la Palabra de Dios puede perfeccionar, debido a que la Palabra de Dios puede salvar, como dice en el 3:15-17. Debido a que la Palabra de Dios puede ser todas estas cosas, debido a que puede darte la salvación que has recibido. Debido a que puede darte todo lo que necesitas para ser perfeccionado en Cristo, entonces: “Te mando delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino”. Ese es un cargo muy sólido. Solemne. Él dice, te hago responsable delante de Dios y Jesucristo. Te hago responsable delante del Padre y el Hijo. Versículo 2, para hacer, ¿qué? ¿Qué? “Que prediques la Palabra. Que prediques la Palabra”. Es la Palabra lo que hace que la gente sea sabia para salvación. Es la Palabra lo que perfecciona, lo que trae doctrina, reprensión, corrección, instrucción y justicia. Que hace que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Es la Palabra lo que hace eso. Entonces, él dice: “Timoteo, para resumirlo, te hago responsable ante Dios el Padre. Te hago responsable ante Dios el Hijo. Hombre, predica la Palabra. Proclama la Palabra y sé diligente en ello. Trabaja duro en esto. Aférrate, se fiel. Hazlo a tiempo y fuera de tiempo, cuando parezca apropiado, inapropiado. Cuando parece como que alguien pueda ser ofendido o no, tú síguelo haciendo todo el tiempo, a tiempo y fuera de tiempo”. Significa todo el tiempo. O estás a tiempo o fuera de tiempo.
Y, después él dice esto, y es interesante, ¿no es cierto? Él no dice consuela y aliento. Él dice: “Redarguye, reprende, exhorta”. En otras palabras: “Preséntalo, confróntalos Timoteo”. ¿Por qué dice eso él? Porque, él sabe que inclusive los cristianos básicamente tienen que luchar con su pecado, ¿verdad? Y entonces, él dice, la predicación tiene que confrontar. Tiene que reprender. Tiene que redargüir. Tiene que exhortar. La más suave de esas palabras es exhortación, lo cual significa alentar un cambio de conducta, en vista del juicio que viene, si no se conforman. En otras palabras, sigue haciéndolo como lo haces. Dios va a tener que lidiar contigo. Entonces, la predicación debe tener ese elemento ahí. Confronta, confronta. Te convence de pecado. Escudriña tu corazón. Quebranta tu corazón. Es lo que él le dice. “Predica de esa manera y que el contenido de tu ministerio, sea lo que demuestra paciencia”. Entonces, predicas con mucho celo. Predicas con gran convicción. Confrontas a la gente. En cierta manera, los azotas contra la pared, y tienen que decidir sí o no a lo que dijiste. Los haces ver a su corazón, ver en donde están fallando en su vida, y reconoce esto, que no van a cambiar de la noche a la mañana. Entonces, en el proceso, ¿sé qué? Paciente. Sé paciente.
Entonces, él dice, y no solo paciente, si no que en este proceso él dice, y esta es una palabra tan importante: “Hazlo con mucha paciencia y doctrina”. Enseñanza, el corazón de ministerio, amados, es enseñar pacientemente la Palabra de Dios, de una manera que confronta, que confronta a la gente para que se examine a sí misma, para que su vida puede ser llevada a rendirle cuentas delante de Dios. Esa es la función de la iglesia. Cuando usted llega a aquí, usted es llamado a rendir cuentas de esa manera. Cuando usted va a un grupo de comunión, una de las cosas que usted es llamado a hacer en la enseñanza de la Palabra de Dios, es esta: ¿Estoy respondiendo de manera apropiada a esta Palabra? Usted va a un estudio bíblico y alguien abre la Biblia, y usted es llamado por la autoridad de la Palabra de Dios, al lugar en donde usted dice: “Estoy haciendo eso o no lo estoy haciendo”. Y entonces, usted es reprendido, exhortado de manera paciente, hasta que su vida pueda ser lo que Dios quiere que sea.
Entonces, conforme Pablo sale del ministerio y Timoteo entra para llevar su estafeta, él dice: “Timoteo, todo está resumido en esto, hijo. Predica la Palabra. Predica la Palabra”. Dice usted: “¿Por qué?” Porque es la Palabra en la mente lo que genera la conducta. Es la Palabra que entra a la mente, lo que genera la conducta. Y, esa es la razón por la que la Biblia dice en Efesios 4:23: “Renovaos en el espíritu de vuestra mente. Renovaos en el espíritu de vuestra mente, de vuestro entendimiento”. Transformación, Romanos 12: “No os conforméis a este siglo, si no transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. Y, esa es la parte de su pensamiento. Debe tener la Palabra en su pensamiento, para que pueda comenzar a hacer lo que hace que la conducta opere. Eso es lo que activa la conducta. Entonces, enseñamos y predicamos la Palabra, y no hay sustituto para eso.
Una segunda función es evangelismo y misión. Evangelismo y misión. Y, uso esos dos términos, para darle una perspectiva amplia. El evangelismo parece hablar de cosas personales. Y, misiones parece hablar de algo muy grande. Y entonces, debido a que esos términos son vistos de esa manera, vamos a usarlos. Debemos estar comprometidos con el hecho de que nuestra iglesia no existe para su propia causa, si no por causa del mundo, ¿verdad? Que la razón por la que queremos ser lo que Dios quiere que seamos, es para que podamos ser una luz que brilla en medio de una generación oscura y perversa. Queremos ser todo lo que Dios quiere que seamos, para que Él a través de nosotros alcance a otros. Como puede ver, la meta definitiva de todo el ministerio, es que alcancemos a alguien para Cristo. Y entonces, tenemos que estar enfocados en el evangelismo, evangelismo, evangelismo. Básicamente lo cumplimos de dos maneras: Mediante el ejemplo de vida y la Palabra. Y, como lo hemos dicho tantas veces, son nuestras vidas aquí lo que hace que nuestro testimonio sea creíble o increíble. Digo, si tenemos una iglesia en donde Cristo es exaltado, donde la congregación está viviendo vidas justas. Donde estamos enfrentando el pecado de manera honesta delante de Dios. Donde estamos esforzándonos por caminar en obediencia en sus propósitos santos. Si tenemos ese tipo de iglesia, entonces vamos a establecer una plataforma, sobre el cual el testimonio individual pueda ser creído.
Es lo que usted es allá afuera en el mundo. Eso es lo que es tan maravilloso cuando la gente viene a aquí y dice: “Oye, tu congregación vive tu mensaje. Tu congregación realmente obedece la Palabra de Dios”. Eso es tan emocionante, porque eso es lo que hace que el cristianismo sea creíble. ¿Se da cuenta? Digo, ¿por qué cree usted que en lugar de que Satanás simplemente llegue al mundo y simplemente haga que desaparezcan las iglesias, él viene al mundo y hace que proliferen iglesias por todo el mundo, que no tienen credibilidad? ¿Por qué? Porque eso ataca el mensaje entero. Digo, ¿cómo es que la gente dice: “Oh, es que fui a una iglesia por allá? Realmente fue un lugar excepcional, porque habían muchos hipócritas ahí, demás”. No les importa nadie por allá, por qué el pastor se fue, hizo esto, él era un criminal, se robó dinero de la iglesia y demás. Como puede ver, todo lo que tiene que hacer Satanás, es simplemente mantener a la iglesia teniendo un hombre, corromper lo que es hecho de una manera que ataca la integridad del mensaje de la iglesia. Satanás no quiere eliminar iglesias, él simplemente quiere corromperlas, para que no haya un cimiento sobre el cual el testimonio individual pueda ser creído. Y, realmente creo que hemos sido llamados a vivir una vida en la comunidad, que es una vida de evangelismo.
Se resume como usted sabe – hemos estudiado esto en años pasados, en Mateo 5, en donde nuestro Señor dice que son dos cosas. “Vosotros sois la sal de la tierra”, Mateo 5:13, “y si la sal perdiera su sabor, ¿con qué será salada?” Ustedes son la sal de la tierra. Digo, ustedes simplemente están ahí como el preservador. Ustedes simplemente están ahí para refrenar. Son distintos, tienen un sabor diferente de ellos. Digo, están ahí y son únicos. Esa es la razón por la que amados, como pueden ver, llamamos a la gente a vivir una vida separada, apartada. Esa es la razón por la que llamamos a la gente a vivir una vida pura. Esa es la razón por la que me preocupa tanto en mi espíritu que ustedes vivan una vida justa, piadosa, virtuosa. No solo para la gloria de Dios, desde el punto de vista de ustedes, si no para la gloria de Dios desde el punto de vista de otros que los ven, y son atraídos a ese tipo de pureza. En donde usted pueda ser usado como ejemplo. Usted es la sal.
Y, después en el versículo 14: “Vosotros sois la luz del mundo”. Y, si la luz está escondida, no va a ser vista. Y, estar escondido, estoy seguro, es una indicación de pecado, de nublar el testimonio de su vida. Pero, si usted está ahí afuera y usted está brillando fuerte, usted es sal que realmente es salada. Ahora usted va a tener un impacto en el mundo. Y, es por lo que usted es, antes de que usted pueda decir: “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.
Digo, me sorprende a veces. ¿Sabe una cosa? Conozco mucha gente en circunstancias muy interesantes. Y, algunos de ellos están muy apenados en las circunstancias cuando me ven, porque digo: “Oh, no te conozco”. Y, no le puedo decir cuántas personas han tratado de tragarse un cigarro cuando me ven. Realmente es simpático. Digo: “Hola”. Y, bup. Puedo estar en un restaurante y alguien puede tomar algo, y se paran de maneras raras, y yo simplemente sonrío y, y muevo la mano. Y el, y el pánico instantáneo los inunda. Y, no dije nada. En algunas ocasiones, inclusive de una mesa, y he saludado simplemente como un recordatorio, de que para los cristianos hay cierto estándar de vida, por causa de aquellos que nos ven. Me acuerdo en un restaurante, en una ocasión, algunas veces cuando usted llega y está esperando, y está ahí una mesera, y viene esta mesera, y se acerca y dice: “¿Le gustaría? O no, ¿verdad? No le gustaría”. Yo dije: “No, no me gustaría”. “Usted me parece conocido”. Y después: “Oh, tengo que disculparme como puede ver”. Y, empieza a hablarme a darme esta historia. Pero, fue bastante interesante, porque en su corazón ella sabía que estaba fuera de la realidad, de dónde debería estar como cristiana, simplemente viviendo en el mundo. Y, se avergonzó por verme. Y, yo pensé: “Debería ofenderle más a ella, que los incrédulos la ven haciendo algo que no es como Cristo, en lugar de que yo la vea. Yo puedo soportar eso”.
Tenemos un cimiento de credibilidad que establecer con nuestras vidas, y es tan importante, y entonces, él lo resume, ¿no es cierto? En Mateo 5:16, cuando dice: “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo”. ¿Sabe una cosa? Deben ver su vida y decir: “Mira, solo Dios podrá hacer una vida así”. Digo, solo Dios podrá hacerle algo así a alguien. Qué vida tan maravillosa. Y entonces, establecemos un cimiento de evangelismo.
Y, después más allá de eso, necesitamos hablar. Necesitamos hablar. Necesitamos proclamar el mensaje. Digo, necesitamos estar listos para hablar, dar una razón por la esperanza que hay en nosotros. Proclamar a Jesucristo. Nuestros labios deben ser abiertos. Alguien una vez dijo que la mayoría de los cristianos son como el Río Ártico, que está congelado en la boca. Y, es desafortunado que en muchos casos eso es verdad. Por alguna razón nos resistimos a hablar. O, cómo deberíamos estar prontos a hablar acerca del Señor, como somos prontos a hablar acerca de algunas cosas mundanas, superficiales. Y entonces, para que entendamos la responsabilidad de evangelizar, de testificar, de alcanzar a otros, tenemos que entenderlo. Parte de eso es conocer a personas que no son cristianos y eso es difícil para algunos de nosotros. Muy difícil, porque nuestro mundo es estrecho. Alguien dijo que es como una pirámide. Entre más alto esté usted, menos personas usted conoce que no son cristianas.
Y también, conforme proclamamos, debemos asegurarnos de que tenemos el mensaje correcto. Y, esa es la razón por la que pasamos tanto tiempo hablando del Evangelio aquí, asegurándonos de que usted entienda los términos que Cristo ha dado. Esa es la razón cuando llegamos al joven rico, pasamos tiempo viendo cómo Cristo evangelizó, el Sermón del Monte, de dónde llamó a los hombres, y a qué los llamó. Y, ¿cuáles son los términos bíblicos verdaderos del evangelismo? Porque yo conozco bien las iglesias de nuestro país y nuestro mundo, y están llenas de personas que no son salvas, pero, creen que lo son.
Y entonces, estamos comprometidos con el evangelismo. Y, ahora más allá de eso, a las misiones. Digo, eso es a nivel mundial, alcanzar más allá de lo que Dios nos va a permitir hacer por todo el globo. Recibí una carta esta semana de un pastor en las Filipinas. Él dijo: “He estado oyendo de su iglesia. Quiero edificar mi iglesia como Dios quiere edificarla. ¿Me podría mandar algo de ayuda para que comience a moverme en la dirección correcta?” Y, ahora tenemos a personas que están planeando y estableciendo una visión, para que nosotros alcancemos más allá de nuestras paredes, hasta donde podamos. A nivel mundial, hasta donde el Señor permita. Porque Él dijo: “Id por todo el mundo”, ¿no es cierto? Y, queremos ir tan lejos conforme podamos ir, hasta donde nuestros recursos nos permitan ir. Y, lo que estamos haciendo aquí, es preparar a personas para que puedan ir y hacerlo de manera más eficaz. Y, estamos comprometidos con eso, a ir a predicar, a bautizar, enseñar hasta donde podamos, tan lejos como podamos llegar.
Hay una tercera función aquí, y usted conoce ésta bien. Entonces, no voy a pasar mucho tiempo en esta. Adoración. Adoración colectiva. Hemos hecho una serie recientemente, espero que haya leído el libro La Adoración, la Prioridad Definitiva. Somos llamados a la adoración colectiva. Somos aquellos que adoran al Señor en espíritu. No tenemos confianza en la carne. Pablo le dijo a los Filipenses: “Somos los verdaderos adoradores”, Juan 4, “que adoran al Padre en espíritu y en verdad”. Hemos sido llamados, como aquellos que son sacerdotes, a ofrecer nuestros cuerpos en sacrificio vivo a Dios, en un acto santo de adoración, sacrificio espiritual. Somos adoradores, somos un sacerdocio que ofrece sacrificios a Dios, dice Pedro.
Estábamos hablando el otro día en una de nuestras reuniones de pastores, acerca de la preocupación que tenemos. Hay muchas personas que vienen al servicio de adoración, pero, ¿cuántas de ellas realmente adoran? ¿Cuántos corazones realmente son levantados a Dios? ¿Cuántos corazones realmente están llenos de alabanza y adoración? Y, ¿cuántos están pensando acerca del tiempo? ¿Cuándo va a terminar? O, ¿qué van a hacer hoy? O, ¿a dónde van mañana? O, lo que sea. Y, somos bombardeados por la inteligencia de los medios masivos de Satanás en el mundo. Vemos imágenes de fotos en nuestras mentes, y oímos música de comerciales, y somos atacados por las cosas que continuamente vemos pasando frente a nuestros ojos. Y, tratar de sentarse y sacar eso de nuestra mente, y meditar en las cosas de Dios, casi tiene que irse a un monasterio para filtrar su cerebro, y limpiarlo de nuevo.
Entonces, qué difícil es venir y realmente pensar en las canciones que estamos cantando, y oír le Salmo cuando es leído, y nos llama a adorar y meditar en las cosas de Dios, que vienen a través de la enseñanza y predicación. Pero, necesitamos cultivar eso. Necesitamos ser una congregación que adora. No solo estar aquí. Este es un catalizador. Simplemente para hacernos adorar en todo momento. Así como tratamos de decir hace algunos meses atrás, en esa serie, adoramos mejor cuando obedecemos más. Adoramos mejor, cuando respondemos a Dios, en obediencia dispuesta. De tal manera que la obediencia es la definición básica de la adoración. Cuando obedecemos, estamos adorando en alabanza. Hacemos de manera obediente lo que él dice. La obediencia y la adoración, sinónimos en un sentido, se convierten entonces en un estilo de vida, en lugar de que simplemente sea un ejercicio el domingo.
Pero, yo creo que somos llamados a acercarnos a Dios. ¿Sabe lo que eso significa, acercarse a Dios? Hebreos dice: “Acercaos a Dios”. Santiago habla acerca de acercarse a Dios. “Y, Él se acercará a vosotros”. Qué grandes pensamientos son esos. Digo, ¿cuando usted realmente se acerca a Dios, lo hace no de manera apresurada? Cuando usted simplemente deja que su corazón y mente asciendan, por así decirlo, en las palabras de los himnos, y en las palabras de las Escrituras, o en momentos de devoción profunda y oración. ¿Cuándo medita usted? La palabra casi no tiene significado para nosotros. Fuera de ver algún gurú extraño, sentado por algún lugar. No entendemos lo que es meditar. Pero, yo creo que funcionamos en la adoración, funcionamos en adoración.
Pablo le dijo a Timoteo, que los hombres levanten manos santas en oración, y que la iglesia se congregue con ese propósito expreso de alabanza. Debemos ser una congregación que adora. Y, emociona mi corazón que tantos, tantos como este joven que escribió de Michigan, vienen a nuestra iglesia, y nunca han experimentado una adoración como esta. Sus corazones siempre han estado listos, pero, nunca se les ha provisto ese tipo de ambiente, que pueda levantar el corazón a Dios. Y, quizás podríamos hacer un mejor trabajo de lo que hacemos. Quizás podríamos hacer algo mejor.
Aquí hay una última función, que la iglesia debe tener. Y, quiero hablar de ésta en esta mañana. Vamos a terminar a la próxima vez. Y, eso es oración. Y, no necesito decir mucho de esto. Simplemente necesito recordarle. Simplemente quiero colocarle en su memoria. No necesito ser redundante, fuera de decir que yo creo, amados, creo esto con todo mi corazón. La oración es el ejercicio espiritual más difícil en el que nos involucramos, por dos razones. Razón número uno: Es trabajo duro. Es trabajo duro, porque es abnegado. La verdadera adoración se extiende para incluir al reino de Dios. “Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad”. Se extiende para incluir al reino de Dios, y se extiende para abrazar al pueblo de Dios. “Danos el pan de este día. Perdónanos nuestras deudas. No nos metas en tentación”. No hay un yo en la oración de los discípulos, de Mateo 6:9 al 12. Incluye el reino de Dios en su gloria. Incluye las necesidades de su pueblo. Y entonces, la oración es un ejercicio no egoísta. Solo la gente humilde no egoísta, puede abandonarse a sí misma, abrazar, a incluir la voluntad de Dios, el reino de Dios, las necesidades de la gente.
Y, cuando Pablo dice en Efesios 6:18: “Orando en todo tiempo por todos los santos, con toda oración y suplica”. Él nos está llamando al tipo de oración que cambia la dirección de nosotros, a abrazar los propósitos gloriosos de Dios, y las necesidades del pueblo de Dios. Y, es abnegada, no es egoísta. Entonces, es limitada a personas no egoístas. Es trabajo duro, porque usted está ahí, y está derramando su corazón a favor de Dios, a favor del pueblo redimido de Dios, a favor de sus propósitos y sus necesidades. Y, usted va más allá de usted mismo.
Encontramos, por otro lado, que la oración es muy fácil, cuando nos toca a nosotros. Cuando tenemos algo que nos molesta, o cuando tenemos una enfermedad debilitante en la familia, o perdemos un ser querido, cuando uno de nuestros hijos se desvía del Señor, o cuando nuestros hijos están tomando decisiones acerca de con quién se van a casar, o cuando enfrentamos una tragedia, o nos encontramos en medio de una situación deshonesta, o algún acto inmoral; inmediatamente debido a que estamos nosotros en juego, nos encontramos de manera muy fácil siendo atraídos a la oración a favor de nosotros. Pero, eso no demuestra la fortaleza de la oración. Eso demuestra la debilidad de la oración. La fortaleza de la oración es abandonar mi vida en oración incesante, a favor de la extensión y la gloria de Dios en su reino eterno, y las necesidades de su pueblo redimido más allá de mí mismo. ¿Se da cuenta? Y, esa es la razón por la que es tan difícil. Digo, yo no tengo duda alguna de que en Lucas 11, yo podría ser el hombre que está golpeando en la puerta, recibiendo el pan, si yo tuviera hambre, yo estaría tocando toda la noche, hasta que el hombre me diera el pan para deshacerse de mí. La pregunta es: “¿Puedo golpear la puerta toda la noche por el pan para alguien más? Esa es la pregunta.
Digo, podemos tener una reunión de domingo por la noche y tener helado, y puedo tener a tres mis personas que vienen a aquí que están comiendo mucho helado. Puede convocar una reunión de oración, y tiene que sacar los binoculares para encontrar a la gente, como puede ver, porque la oración es tan abnegada. Es abrazar cosas que van más allá de nosotros, en su sentido más puro y verdadero. No estoy diciendo que usted no ora. No estoy diciendo yo no oro. No oro como debiera orar. Y, todos nos sentimos así, ¿no es cierto? Vamos a tener una reunión mensual de oración el miércoles por la noche, cada mes, y vamos a llamar a la gente a orar, y yo creo que Dios responde a la oración. Yo dije en una entrevista en la radio en Chicago ayer, que uno de los beneficios de envejecer – y, hay algunos – es que comienza a tener una lista más larga de cosas que Dios ha demostrado en su poder, al responder a la oración. Y, entre más envejece usted, más ve usted a Dios hacer cosas que solo Él podría hacer. Y, entre más larga se vuelve esa lista, más confianza tiene usted en sus oraciones. Y entonces, yo creo que la gente mayor ora mejor que la gente joven. Por lo menos en ese sentido, porque tienen un registro más largo de probar la respuesta de Dios.
La segunda razón por la que la oración es difícil, no solo porque es abnegada, si no porque esta tan privada. Es tan privada. Y, esto en cierta manera es como la idea de ser abnegado, de no ser egoísta. Pero, cuando usted ora, usted ora solo, y nadie lo sabe. Entonces, debe tener la disciplina personal y la fortaleza de hacerlo, sin la presión de otros o la aprobación de otros. Digo, hay muchas cosas que hacemos, porque sabemos que la gente va a saber que las hicimos, ¿verdad? Vamos a un estudio bíblico, porque la gente va a decir: “Él va a un estudio bíblico”. Y, leemos la Biblia porque alguien va a decir: “Oye, he estado leyendo esto. Bueno, he estado leyendo esto y aquello. Hombre, el otro día leí esto y aquello”. Sí. Y, usted simplemente lo lee, para asegurarse de que cuando la plática salga, usted pueda decir que leyó.
Como puede ver, la oración es difícil, en primer lugar porque es abnegada, no es egoísta. Y en segundo lugar, porque no tiene recompensas visibles. Y, usted no tiene ninguna presión de otros. Nadie lo ve a usted orar, y hacemos las cosas mucho mejor cuando sabemos que la gente está a nuestro alrededor. Mire, escuche, realmente preparo para mis sermones, porque tengo a toda esta gente que me está oyendo. Me parece mucho más fácil no orar. En Hechos 6:4, dice que los apóstoles se entregaron a sí mismos a la oración y al ministerio de la Palabra. Me parece mucho más fácil entregarme al ministerio de la Palabra que a la oración, porque no tengo mucha opción acerca del ministerio de la Palabra. No tengo muchas alternativas. Si me aparezco aquí el domingo por la mañana y no tengo nada que decir, estoy en problemas serios. Pero, puedo no orar y nadie va a saber, o eventualmente ustedes van a saber. Pero, no van a saber inmediatamente. Y, esa es la razón por la que la oración es trabajo tan difícil. Esta es la razón por la que la Biblia habla de prevalecer en oración. Porque es algo que en primer lugar es abnegado, no egoísta. Y en segundo lugar, no tiene recompensas visibles de manera inmediata, en términos de la afirmación y la aprobación de la gente.
Le doy gracias a Dios, por esas personas no egoístas que oran. Y, oro a Dios porque tengamos más de ellas en nuestra congregación. Tenemos un grupo de pequeño de personas mayores que oran el domingo. Están envejeciendo más y más, conforme pasa el tiempo. Pero, el Señor no los deja morir, porque no sé a quién va a colocarlos en el lugar de ellos. Es un puñado de personas. Han estado orando por años, por más de diez años, y oran. Y, Dios oye y responde sus oraciones, y disfrutamos de la fidelidad de ellos. Que Dios nos ayude a ser fieles en nuestras oraciones. Como he dicho en el pasado, la oración es el nervio que mueve los músculos de la omnipotencia. No entiendo cómo funciona, simplemente sé que Dios oye y responde la oración. “Y, la oración eficaz del justo puede mucho”, dice Santiago. Y, quiero ser ese hombre justo que ora, porque quiero ver a Dios hacer todo lo que Él puede hacer, y darle a Él toda la gloria. Entonces, debemos estar comprometidos con la oración.
Y, Pablo no podía haberlo dicho de una manera más clara, que cuando lo dijo en 1 de Tesalonicenses 5. Y, él dice en el versículo 17: “Orad”, ¿qué? “Sin cesar”. Decimos: “¿Qué significa eso?” Bueno, simplemente significa que usted ora todo el tiempo. Lo cual significa que usted vive consciente de Dios. Usted, su vida entera es ofrecida como una oración. Usted todo el tiempo está consciente de Dios. Todo el tiempo usted piensa, actúa, responde, habla consciente de que Dios está ahí. Todo, todo acto de la vida, todo pensamiento de la vida es ofrecido como una oración. Como si dijera: “Voy a hacer esto. ¿Está bien, Señor? Oh, te veo en esto”. En otras palabras, usted interpreta la vida como si estuviera viéndola a través de la mente misma y el corazón de Dios. No es que usted anda por todos lados haciendo ruidos con sus ojos cerrados. La oración es simplemente la manera de vivir en la presencia, consciente de Dios. De tal manera que todo es ofrecido a Él. Todo es en comunión con Él. La oración es algo doble, algo de dos direcciones. ¿Se da cuenta? Usted siente la guía del Espíritu de Dios. Le ofrece sus peticiones y sus pensamientos, y sus gozos, y sus problemas. Es vivir la vida de una vida consciente de Dios. Y entonces, nuestras funciones son muy, muy fundamentales. Predica y enseñar. Evangelizar y extender el Evangelio al mundo. Adoración. Orar. Le voy a dar el resto la próxima vez. Oremos juntos.
¿Qué podemos decir, Señor? ¿Qué podemos decir? Nos has bendecido tanto. Nos has bendecido con salvación. Nos has bendecido con la Palabra, el Espíritu. Nos has bendecido con la congregación de tu pueblo redimido y amado. Nos has bendecido con amigos, con familia, con cónyuges que te amen. Nos has bendecido con un lugar maravilloso en donde podemos congregarnos y adorar. Nos has bendecido con canciones hermosas, que podemos cantar. Instrumentos que podemos escuchar, que hacen que nuestros corazones se regocijen. Nos has bendecido con la belleza de tu creación, la cual solo nosotros, los que somos redimidos podemos apreciar, valorar de manera plena, como un regalo de Tu amor, a diferencia del mundo, que lo ve como algún tipo de accidente cósmico. Nos has dado tanto. Padre, es nuestro deseo en Grace Community Church, funcionar como quieres que funcionemos, predicación, enseñanza, evangelismo, adoración, oración. De regreso a esas cosas básicas, y saber que no es tan importante cuáles son los programas. Solo es importante lo que hacemos como individuos, en ser fieles en estas áreas. Gracias por refinar nuestro enfoque en estos días. Que seamos fieles en responder, conforme vemos la verdad. Oramos en el nombre de Cristo. Amen.
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