En esta noche regresamos al libro de Mateo y les pido que tomen su Biblia y pasen conmigo al segundo capítulo de Mateo; Mateo, capítulo 2. Y estamos viendo, comenzamos nuestro pequeño estudio la semana pasada, de la historia bíblica de la visita de los hombres sabios al nacimiento de Jesucristo en Belén. Y pasamos mucho tiempo la última vez presentándoles a los hombres sabios y quiénes eran y algo acerca de ellos con cierto detalle. Y no quiero tomar tiempo para repasar todo eso. Permítame simplemente decirle que en esencia vimos que estos hombres eran establecedores de reyes persas, que estaban viniendo debido a que eran conscientes del nacimiento del Rey que esperaban, que sin duda alguna vez habían oído de personas como Daniel y otros de los israelitas, quienes habían vivido en su tierra desde el tiempo de la cautividad babilónica.
Y estos establecedores de reyes persas esperaban con mucho gusto ver a un rey porque no tenían a ningún rey. El rey en ese entonces había sido derrocado y querían a un gran monarca para que llegara al trono en el este, para que pudieran presentar una amenaza contra el gran Imperio Romano del occidente. Entonces, sus sentimientos eran tanto políticos como espirituales; y vimos que llegaron a la ciudad e inmediatamente fueron confrontados con una persona muy interesante llamada Herodes. Y vamos a hablar más de él en esta noche. Pero compartí con ustedes que la razón por la que Mateo incluye este segmento en particular del nacimiento de Jesucristo es porque Mateo presenta a Cristo como el Rey. Y qué podría ser más apropiado en una presentación de Cristo como Rey que tener a algunas personas de las que establecían reyes para que vinieran a coronarlo como Rey. Y no sólo establecían reyes, sino que establecían reyes gentiles.
Y vimos cómo casi de manera paradójica fue que el pueblo judío, que debería haber estado esperando a su Mesías, ni siquiera se molestó con el nacimiento de Cristo mientras que los gentiles, quienes en ese entonces eran pueblo fuera de los Pactos de Dios, buscaron conocer al Rey. Entonces, Él era un Rey, cuando vimos la presentación de Mateo debido a Su linaje de David. Y vimos eso. Y aquí vemos que Él es un Rey debido al hecho de que había gente en el mundo que establecía a los reyes de manera oficial y lo reconocían como tal. Podría decir que en el capítulo 1, Mateo dice: “Jesús merece honor,” y en el capítulo 2, Él lo recibe. Y de hecho, Él aquí inclusive estaba siendo reconocido como Rey de Reyes y Señor de Señores en un sentido por parte de estas personas que establecían reyes que eran persas.
Este es un refuerzo de la realidad de que Cristo es Rey, de Su derecho a reinar. Y como le dije la última vez, no puedo evitar sino detenerme y pensar en el hecho de que el verdadero Rey no fue conocido en Jerusalén, Su propia ciudad. En Su propia residencia real, el lugar de todos los lugares en donde Él debería haber sido reconocido como Rey, no lo fue. Ellos no lo buscaron. No les importó quién era Él. Ni siquiera se molestaron por venir a Belén para verlo. Sino que más bien fueron algunos extranjeros de una tierra distante que estaban buscando adorarlo. Y además, fuera de la gente común, los líderes y los gobernantes y los teólogos y los sacerdotes de Israel que fueron totalmente indiferentes, estaba Herodes, lleno de amargura y odio y envidia y celos.
Entonces, aquí, desde el principio mismo del Evangelio de Mateo vemos cómo va a ser. Habrá personas que serán indiferentes. Habrá personas que serán antagonistas y habrá personas que adorarán. Y veremos más de estos tres grupos conforme avanzamos.
Entonces, los magos representan las primicias de las naciones gentiles y nos muestran, realmente, que Dios siempre los ha tenido en Su corazón. Ahora, observemos los versículos 1 al 12; y estaremos viéndolos de manera específica conforme entramos al texto -la última vez, únicamente hablamos de la introducción. Pero conforme entramos al texto, quiero que vea cinco actos en este increíble drama que se desarrolló en el capítulo 2. Cinco actos separados. Y simplemente lo vamos a titular con una palabra para recordarlos. La llegada, acto uno. Número dos, la agitación. Número tres, la actuación. Número cuatro, la adoración y número cinco, la evasión. Ahora, ese no es un bosquejo muy brillante. Sino que son algunos ganchos para colgar sus pensamientos.
Veamos en primer lugar los versículos 1 y 2. La llegada. “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos.” Y recordará que realmente le dije que eso no se traduce y es una referencia a cierta línea de sacerdocio que se recibía por herencia, una tribu de personas que originalmente, aparentemente vinieron de los medos; pero a lo largo de los años, habían llegado a ocupar un lugar de gran prominencia los reinos de Persia, en el reino de los medos y en el reino babilónico también. Y entonces, se volvió sinónimo en muchas maneras con ser un hombre sabio. Ser un mago era tener un lugar de un hombre sabio en la sociedad. Entonces, vinieron estos magos del este a Jerusalén diciendo “¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque Su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.”
Ahora, obviamente tenemos la llegada aquí. Poco después del nacimiento de Jesús, los magos llegan a Jerusalén. Ahora, hay dos cosas que debemos señalar al principio del versículo 1. Primero, la frase “en Belén de Judea.” Ahora, Belén es un pequeño lugar tranquilo, aproximadamente está a unos ocho o más kilómetros al sur de Jerusalén. En el pasado, se llamó Efrata; y así es designada por el profeta Miqueas en el Antiguo Testamento.
Ahora, el nombre Belén es interesante. Significa “casa de pan.” Beth es casa, lehem es pan. Casa de pan es un nombre apropiado para el lugar en donde el mismo Pan de la vida nació. Ahora, esta pequeña aldea se encuentra en un lugar fértil en el campo y era muy productivo. De hecho, le puedo dar a usted una descripción breve que podría ayudarlo a visualizarla. Estuve ahí un par de veces y haré lo mejor que pueda.
Jerusalén como usted sabe, se encuentra en una planicie. Probablemente unos 2000 pies sobre el valle que está abajo. Y está ahí en la parte de arriba de un monte alto. Y un poco al sur. Lo que es interesante acerca del lugar donde Belén se ubica es que en un extremo está un risco más alto y por otro lado, hay un risco más alto. Es casi así como un asiento, es como una cuna y Belén está en el medio.
El área, en gran parte, está constituida por roca caliza gris. De hecho, es lo único que ve, porque hay una norma ahí en la actualidad en Jerusalén, en esa área, que usted no puede construir ningún edificio menos de que lo construye a partir de la piedra de Jerusalén. Entonces, los edificios simplemente se levantan del piso y se ven exactamente como se ve el piso. Y es una especie de roca caliza gris y se ve como una pequeña ciudad. Es como un anfiteatro, es impresionante.
La pequeña ciudad de Belén ha tenido una historia muy interesante. Se remonta hasta el libro de Génesis, usted descubrirá que en Belén, Jacob sepultó a Raquel y estableció ahí un pilar o una especie de memorial en su tumba. Inclusive, cuando usted toma un taxi Mercedes-Benz a Belén, algún hombre le va a apuntar y decir ‘esa es la tumba de Raquel’, a un lado del camino.
También descubrimos que cuando Rut se casó con Booz, en el libro de Rut, ella vivió en la ciudad de Belén. Y desde Belén, Rut podía ver claramente al otro lado del valle del Jordán. Y eso es verdad. Usted puede estar en ese lugar y puede ver al otro lado del valle del Jordán, ver al otro lado del mar Muerto y ver a los montes de Moab al otro lado. Y Rut era una moabita. Viviendo en Belén, ella podría haberse puesto de pie y ver su propia ciudad natal.
Pero sobre todo, la ciudad del Belén fue el hogar y la ciudad del gran rey de Israel conocido como David. Y eso es lo que es característico acerca de Belén. Eso es lo que más sobresale de Belén. Siempre será la ciudad de David. En 1 Samuel 16 y en 1 Samuel 17 y en 1 Samuel 20 encontramos indicadores de que ésta fue la ciudad de David. De hecho, en 2 Samuel 23, cuando David era un fugitivo que estaba huyendo, él clama y dice que anhela el agua del pozo de Belén. Esa era su ciudad natal.
En días postreros, más adelante, Roboam, después de que se partió el reino en la época de Salomón, Roboam fortificó a la ciudad. Pero de manera única, está ahí; y muchas cosas suceden en la historia, pero de manera única, sobresale por ser la ciudad de David. Y realmente fue ahí -y esto es importante- realmente fue ahí, en ese pequeño lugar, en esa pequeña villa, realmente no es una ciudad. Fue en esa pequeña villa que el pueblo de Dios había esperado durante mucho tiempo que naciera su Mesías. Y había motivo para ello, y la razón es que la profecía del Antiguo Testamento así lo indicaba. Ellos esperaban que el hijo mayor de David saliera de la ciudad de David. Ellos esperaban que el Mesías naciera allí y cuando nació ahí, ellos no se molestaron por reconocerlo.
Ahora, un poco más de Belém para ayudarle a tener un retrato visual de la villa. Las casas de Belén están construidas ahí por todas las colinas. De hecho, es muy difícil encontrar un lugar plano a menos de que usted suba ahí donde está la plaza junto la Iglesia de la Natividad. Pero parece siempre que son muchas colinas que suben y bajan y las casas están construidas por todas estas colinas.
Y con mucha frecuencia, cuando se construía una casa en la colina, ahí abajo de eso, debido a que la piedra caliza no era muy dura y debido a que había algunos hoyos naturales en el monte, la gente simplemente construía una cueva hueca que usaban como establo. Y es muy probable que en una cueva como esa haya nacido nuestro Señor Jesús. Inclusive hoy, la Iglesia Católica cree que ha encontrado la cueva correcta. Claro, ellos siempre encuentran un lugar donde poder construir una iglesia, en todos lados excepto por la mitad del mar de Galilea. Ellos no han podido construir ahí donde Jesús caminó sobre el agua, pero en cualquier lugar donde Jesús puso Su pie, ellos han colocado una Iglesia.
Y está cueva en particular que ellos creen que han encontrado al costado de un monte, ahí arriba de eso han construido una Iglesia. Entonces, usted entra a la Iglesia y baja por las escaleras y hasta abajo encuentra una pequeña cueva y tiene que agachar su cabeza y también sus hombros para que en cierta manera pueda adentrarse a esta pequeña cueva y ese es el lugar donde ellos dicen que Jesús nació.
Ahora, por cierto, esto no es algo nuevo. Esto se remonta al emperador Adrián. Cuando él primero reconoció que los cristianos pensaban que esta cueva era el lugar sagrado, entonces él pensó que la profanaría muy bien. Entonces, él construyó ahí una estatua a Adonis, un Dios falso. Y llegó Constantino en el siglo cuarto y destruyó el templo a Adonis y allí construyó una iglesia. Y esto ha continuado así, y se piensa que ahí es el lugar.
Entonces, es una pequeña villa que está construida en un montón de colinas en donde las casas realmente tenían debajo de ellas un pequeño establo, un establo hecho de un lugar hueco ahí en el monte.
Ahora, esto es Belén de Judea. No es significativo. Quizás sea apropiado. Cuando uno piensa acerca de Belén, uno quizás piensa en una cosa y es el nacimiento de Jesucristo. Y quizás ese es el modo en que Dios quería que fuera y por eso Él escogió un lugar muy oscuro y sin embargo, un lugar lo suficientemente cerca de Jerusalén como para que hubiera llamado la atención de la población entera cuando el Rey naciera. Si ellos hubieran sido sensibles a Dios, ellos habrían podido identificar esto como Él lo habría querido.
Ahora, notará que no hay duda alguna de que algo de tiempo ha pasado. Entre el capítulo 2 y el versículo 1, cuando los hombres sabios llegan y el nacimiento de Cristo, hay un período de tiempo que pasa. Y señalé esto la última vez y no voy a entrar en esto a gran detalle, pero me parece que han pasado varios meses, por lo menos un par de meses. Hay un buen período de meses, Jesús nació en algún momento cerca del fin de año y Herodes murió en algún punto cerca del principio del año siguiente. Sabemos que murió, o por lo menos creemos que él murió en algún punto cerca del fin de marzo o el principio de abril, en un eclipse lunar en el año 4 a. C. No podría haber sido más de 4, 5 o 6 meses después, al menos en mi juicio, después del nacimiento de Cristo.
Y también notarán esto: nos dice ahí en el versículo 11: “y al entrar en la casa, vieron al niño con Su madre, y postrándose, lo adoraron.” Cristo ya no está en el pesebre. Ya no está en establo. Él está en Su casa. Y le dije a usted la última vez que probablemente habían estado en el templo para la purificación. Cuando una dama judía tenía un bebé, pasaba cierto período de tiempo, ella tenía que ir purificarse y ofrecer un sacrificio. Y le dije que ellos ofrecieron lo que ofrecía un pobre.
Y había pasado algo de tiempo después del nacimiento de Cristo. Sin duda alguna, habrían llevado los regalos que los hombres sabios les habían traído. Ellos habrían comprado un sacrificio más grande si hubieran tenido el dinero. Y entonces, me parece que todavía no habían recibido los regalos de los magos, los cuales habrían usado en ese sacrificio, lo cual significa que la purificación sucedió antes de eso, por lo cual nos coloca en un período de por lo menos 40 días antes de que los hombres sabios llegaran allí. Entonces, el niño ha crecido por lo menos un poco, quizás tiene unos pocos meses de edad.
Ahora, aquí también hay algo interesante y sólo le estoy dando información para preparar el contexto. Notará que dice “en los días del rey Herodes.” Ahora, podemos pasar literalmente horas discutiendo esta persona y todo su trasfondo, de dónde vino; pero realmente no es algo clave para nuestro punto. Permítame simplemente darle suficiente historia como para que entienda lo que aquí está pasando.
Este hombre realmente no fue estrictamente un judío. Él era un edomita. Él era un edomita o idumeo, es lo mismo, que vino de un área al este y al sur un poco de Jerusalén. Él se había puesto a disposición de los romanos. Ahora, recuerde esto. Los romanos entraron y se apoderaron de esa área y la gente que era inteligente en cierta manera se ponía a los pies de los romanos, ¿no es cierto? La gente que quería obtener algo, simplemente buscaba caerle bien a los romanos y este hombre fue uno de este tipo de personas. Durante las guerras civiles en Palestina y durante el tiempo en el que Roma estaba tratando de establecerse a sí misma antes del nacimiento de Cristo, Herodes jugó juegos con Roma y en cierta manera, buscó busco caerles bien y confiaron en él. Él obtuvo su favor.
Y una vez que Roma finalmente había conquistado la tierra de Judea, ellos establecieron un Procurador. Un Procurador era como un gobernador, algo así como un gobernante oficial de ese pequeño país. Y su nombre era Antípater. Antípater. Y él era un edomita. Él era un edomita y Herodes era su hijo. Cuando ellos querían a un gobernante, ellos encontraron a este hombre Antípater y Herodes era su hijo. Pero Herodes se había esforzado tanto por caerle bien a los romanos, que ellos establecieron a Herodes como el tetrarca de Galilea.
En otras palabras, ellos necesitaban un hombre que se encargara de Jerusalén y Judea y alguien más que en cierta manera controlara el área rural. En cierta manera, era una posición inferior en importancia, pero obstante, era una posición de honor entre los romanos. Entonces, establecieron a Antípater en Jerusalén y Judea. Y también a Herodes en Galilea. Y entonces, en el año 47 a. C., eso es antes del nacimiento de Cristo, Herodes fue hecho tetrarca de Galilea.
Ahora, siete años después, en el año 40 a. C., esa área de los medo persas, los partos, de la que hemos estado hablando de donde vinieron los magos, comenzó una guerra civil. Y ellos cruzaron y atacaron el área de Palestina y Siria y demás. Y Herodes se subió rápidamente a un barco a Roma. Y se fue. Y él podía ver el escrito en la pared y se fue a Roma y les dijo lo que estaba sucediendo. El este estaba comenzando a molestar esa pequeña área que era así como un colchón. Y entonces, Herodes huyó a Roma. Y él es el hijo de Antípater.
Y llega a Roma y comienza a hablarle al Senado romano y realmente busca caerle bien al Senado romano y los convence de que él es pro romano, pero que también viene de esa parte del mundo y sabe cómo manejar las situaciones por ahí, etc., etc., etcétera. Él quiere autoridad absoluta. Entonces, alrededor del año 40 a. C., el Senado romano hizo de Herodes el rey de los judíos. Ahora recuerde eso. Ellos hicieron de Herodes el rey de los judíos y le dijeron ‘llévate un ejército’. Y le dieron un ejército. Le dieron algunas tropas y le dijeron ‘ve ahí y levanta tu propio reino por allá y tú haz lo que quieras’.
Bueno, le tomó tres años hacer eso. Le tomó tres años y finalmente, adquirió el poder que tenía el título. Y finalmente, en el año 37 a. C. él ganó y se volvió el rey de los judíos. Y ese es un título que mantuvo hasta que murió. Siempre trató de mantener el título de rey de los judíos.
Ahora, ve usted ahí la pregunta que los magos hicieron el versículo 2 diciendo “¿dónde está el rey de los judíos que han nacido?” Bueno, eso fue suficiente como para llenar de pánico a Herodes. Digo, él había buscado esto como un político desesperado. Él había viajado hasta Roma y había jugado su juego ante el Senado romano para caerle bien. Había obtenido el derecho de ser rey de los judíos, tomó a un ejército y luchó durante tres años para ganarse el derecho que es convertir eso en una realidad. Y entonces se había aferrado a eso; y ahora de pronto, vienen un montón de hacedores de reyes de Persia, entran por la ciudad preguntando por todos lados quién es el rey de los judíos que ha nacido y Herodes tiene miedo.
Ahora, algo del shock del miedo de toda esta escena se indica de nuevo en el versículo 1, cuando dice: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos.” No sólo vinieron magos, pero ¿puede usted creer que vinieron magos? Si ustedes Herodes, estamos en problemas o lo que sea. Es inesperado. Es asombroso. Lo deja boquiabierto. Impresionante. Vinieron magos del este preguntando dónde está el rey de los judíos que ha nacido.
Ahora, francamente, no debería haber sido tan sorprendente realmente. Si esa persona judías hubieran analizado cuidadosamente el Antiguo Testamento, sin duda alguna, ellos habrían llegado a ver que había una buena indicación de que el tiempo era el correcto. Los historiadores nos reiteran que en ese entonces en el mundo, ahora escuche esto, me parece fascinante que en ese entonces, en el mundo, había un tipo extraño de expectativa de que iba a llegar un rey. La gente en el este tenía esta expectativa. Y eso es en parte por lo que los magos vinieron. La gente en muchos lugares esperaba la llegada del rey. Ese era el medio ambiente del día, de la época.
Inclusive los historiadores romanos reconocieron esto. Por ejemplo, Suetonio escribió: “se había esparcido por todo el Oriente una creencia antigua y firme de que ya era apropiado el momento para que hombres vinieran de Judea a gobernar el mundo. Ese es Suetonio. Y Suetonio habría escrito más adelante, particularmente acerca de los días de Vespasiano. Y Vespasiano conquistó Israel en el año 70 d. C. Entonces, quizás Suetonio escribió poco después de eso. Pero él miró atrás y dijo que era un día en el que había una expectativa de que hombres vinieran de Judea a gobernar el mundo. Ellos estaban viendo a ese lugar.
Tácito, el famoso historiador romano, habla de la misma creencia. Y cito: “Había una persuasión firme,” dice Tácito en sus historias, “que en este mismo momento el este iba a llegar a ser poderoso y gobernantes vendrían de Judea para adquirir un imperio universal.” Así dice Tácito. Los judíos - de acuerdo con Josefo en su volumen Guerras de los Judíos - dice Josefo lo siguiente, que alrededor de ese entonces, lo judíos creían que uno de su país se convertiría en gobernador de la tierra poblada.
Poco tiempo después, encontramos a Tiridates rey de Armenia, visitando a Nerón en Roma con sus hombres sabios junto con él, de acuerdo con Suetonio. Y encontramos a los magos en Atenas sacrificando a la memoria de Platón. Y al mismo tiempo en el que Jesús nació, encontramos a Augusto, el emperador romano, siendo reconocido como el salvador del mundo. Y encontramos al poeta romano Virgilio escribiendo acerca de la época dorada que acababa de comenzar. Como puede ver, los romanos estaban esperando una época dorada. El este venía al oeste con sus hombres sabios. Había un sentimiento tremendo de que en algún momento, de algún lugar, vendría un gran salvador del mundo, un gran líder, un gran gobernante.
Ahora, no sé de dónde vino la expectativa. El tiempo estaba listo. Y vinieron hombres sabios o magos del este a Jerusalén. Quizás ellos reconocían lo que Pablo les dijo a los gálatas, que en la plenitud del tiempo Dios envió a Su Hijo, hecho de mujer, hecho bajo la ley. Había un sentido en el cual el tiempo era propicio y algunas personas podrían sentirlo.
Y estos magos, basaron su información en Daniel y otra información que habían recibido de los judíos que estaban viviendo en su tierra desde la cautividad. Y en base a su propio sentido de fe en el Dios verdadero y en base a su propia expectativa de que Dios cumpliría Su palabra y en base a lo que ellos vieron en el cielo, que es llamado una estrella aquí, ellos vinieron a Jerusalén.
La gente siempre pregunta cuántos eran. No lo sabemos, como les he dicho; tampoco sabemos cuáles son sus nombres. Es especulación pura. Pero tenían un motivo por el cual venir. Observe el versículo 2. Diciendo, y aparentemente la construcción griega aquí dice que estaban diciendo todo esto por todos lados. Ellos continuamente estaban diciendo. “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque Su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle.” Ellos seguían preguntando “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?”
Todo el mundo se debió haber sorprendido cada vez que oían la pregunta de los magos. Algo así como que la gente hubiera respondido: ‘¿Eh?’ Ellos deben haber asumido que estas personas habrían sabido eso. Digo, después de todo, eran Los judíos y ciertamente ellos habrían sabido cuándo Su rey había nacido y dónde había nacido.
Pero hay dos cosas que me impactan en este versículo conforme lo leo y quiero responder esas preguntas, porque son dos cosas que me impactan. Pregunta número uno: ¿cuál fue la naturaleza de la estrella? “Hemos visto Su estrella en el oriente y venimos a adorarle.” ¿Cuál era la naturaleza de la estrella? Leí un poco esta semana y la semana anterior para tratar de entender cuál era la estrella. No van a creer las sugerencias.
En primer lugar, algunos dicen que era una estrella genuina, real, bonafide. Algunos dicen que era Júpiter, porque Júpiter es llamado el “rey de los planetas.” Algunos dicen -y esta es la teoría de Kepler- que era la conjunción de Júpiter y Saturno en la señal del pez. Y algunos dicen que simplemente era un cometa errante. Algunos dicen que era un meteorito. Y algunos dicen que era la estrella del destino en el corazón de la humanidad.
Esas realmente son teorías bastante ridículas. Les voy a decir lo que yo creo. Vean Lucas 2:9; y quizás, esto le va a ayudar a responder una pregunta que usted quizás tuvo desde que era pequeño. Y si todavía es un pequeño, todavía la tiene. Lucas 2:9. Aquí hay una buena clave. Aquí no estamos en el incidente de los hombres sabios, sino en el de los pastores. Y fueron los primeros que llegaron y eran de Israel. Y ellos, en cierta manera, son un retrato del remanente.
“En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor.” Ahora, ¿cuál era el brillo en el cielo cuando los pastores lo vieron? ¿Qué era? Era la gloria del Señor. Y si usted regresa al Antiguo Testamento y estudia el concepto de la gloria de Dios, descubrirá que la gloria de Dios se manifiesta como luz, ¿no es cierto? Una, y otra, y otra vez en el Antiguo Testamento, la gloria de Dios se manifiesta como luz. Cuando Dios irradia Su presencia, Él la transforma en una luz inefable.
Cuando la gloria de Dios apareció de día, era como una nube de luz. Cuando aparecía en la noche, era como un pilar de fuego. Cuando la gloria de Dios descendió en el tabernáculo, era luz. Cuando Moisés ascendió al monte dijo: “Muéstrame Tu gloria,” Dios lo escondió en una roca y Dios mostró Su gloria manifiesta como luz y había tanta luz que afectó su rostro y cuando descendió del monte y le habló al pueblo, su rostro resplandecía.
La gloria de Dios es luz refulgente y cuando Jesús reveló quién era y reveló Su gloria en el monte de la transfiguración, Él hizo a un lado Su carne y ellos vieron Su ¿qué? Su gloria como luz transparente. Y cuando Jesús venga la segunda vez del cielo, Él va a venir en luz refulgente. Y Apocalipsis dice: “Dios va a apagar las luces del cielo. Las estrellas van a caer. Todos los soles, las lunes, todos se vuelve totalmente oscuro, el cielo se enrolla como un pergamino. Y cuando esté totalmente oscuro, y cuando venga Cristo, es revelado como luz refulgente y la gente clama porque las rocas y los montes caigan sobre ellos para esconderlos de la faz de Su gloria.
Ahora, todo eso para recordarle que la gloria de Dios se manifiesta en las Escrituras como luz, como luz. Él le dijo a Moisés que no podía ver Su rostro y vivir. Porque sería consumido en ella. Sería como estar a 10 pies del Sol, sólo que sería un millón de millones de soles. Y creo que esa era la gloria del Señor que brilló esa noche, cuando la gloria de Dios estaba descendiendo a la Tierra. Fue la gloria de Dios descendiendo a la Tierra, viniendo en forma de hombre. Yo creo que esa gloria de Dios en lo que los hombres sabios vieron.
Ahora, permítame darle algo más de apoyo en esto porque creo que es algo interesante, rastrear en este pensamiento. La palabra clave en el Antiguo Testamento, la palabra hebrea para estrella es la palabra kokab. No que eso sea importante, sino que es un punto de contacto con el hebreo. Pero tiene un significado básico; y su significado básico es “brillar o tener algo refulgente.” Ahora, algunas veces la palabra kokab es usada para usar hablar de una estrella regular. Algunas veces es usada para hablar de un ángel. Algunas veces es usada para hablar de hombres. Entonces, no necesariamente siempre significa una estrella real. Puede significar cualquier cosa que está como algo refulgente, algo que brilla. Cualquier cosa que brilla de una manera increíble.
De hecho, en Números 24:17, una escritura muy interesante. Dice, y esto es una profecía mesiánica: “lo veré, pero no ahora. Lo contemplaré, pero no cerca.” Ahora escuche “y vendrá una kokab de Jacob y un cetro se levantará de Israel.” Eso es Números 24:17. Esta es una profecía mesiánica. Vendrá alguien brillante. Alguien refulgente. Vendrá una estrella. Y escuchen, yo creo que la profecía es esta: que ningún otro, nadie más que la gloria de Dios encarnada es la estrella, es el que brilla.
Vea, por un momento, Mateo, capítulo 24. Mateo 24:4. Bueno, vayamos al versículo 30. “Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, se oscurecerá el sol y no brillará más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos. La señal del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo.” La señal. En otras palabras, siempre que el Hijo del Hombre está a punto de aparecer, va a haber una señal apuntando a Él. ¿Sabe usted para que es una señal? Las señal es para dirigirlo a algo que debe ver. Usted está manejando por el camino y la señal dice Roscoe Boulevard a tres cuartos de milla. La señal no es Roscoe Boulevard, sino que está ahí para dirigirlo a Roscoe Boulevard. Tienen una función. Su propósito es señalarle algo y el Hijo del Hombre tiene una señal.
La señal del Hijo del Hombre aparecerá en el cielo. Oh, es interesante. La señal está en el cielo. ¿Y cuál es? “La señal del Hijo del HOMBRE aparecerá en el cielo… verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.” Ahora, aquí está Su kokab. Su luz refulgente. Y aunque la palabra kokab, la palabra hebrea, no es utilizada en el Nuevo Testamento, es la misma idea. Yo creo que esta señal del Hijo del Hombre no es nada más y nada menos que la gloria Shekhiná de Dios mismo. Dios revelándose a sí mismo en luz gloriosa inefable. De hecho, inclusive nos dice, creo que es en Apocalipsis 1:16 que el Hijo brilla, el Hijo de Dios brilla, como si fuera el sol en su fuerza.
De alguna manera, escuche esto, Jesucristo está conectado con esta gloria refulgente de Dios. Y es Su señal en los cielos. Él es un Espíritu. Él es un ser espiritual. Él también en un sentido es un ser físico en el cuerpo glorificado que Él tiene a partir de Su resurrección. Pero hay una señal que va con Él y es gloria refulgente y un día en el monte, Él se la mostró a los discípulos. Y un día, cuando Él regrese, la señal de Su venida, la señal del Hijo del Hombre en el cielo estará ahí, gloria refulgente en el cielo.
Bueno, ¿sabe usted lo que yo pienso? Yo creo que la misma señal estuvo ahí la primera vez que vino. Simplemente, creo que era la señal del Hijo del Hombre en el cielo. La señal del Hijo del Hombre en el cielo no es una estrella. No es un cuerpo astral. No es una conjunción de planetas. No son los pensamientos del destino humano que están ahí en la mente mística de alguien. La señal del Hijo del Hombre no es nada más ni nada menos que la gloria de Dios Shekhiná revelada en luz refulgente, gloriosa en los cielos.
Y añadiría este pensamiento. El versículo 2 dice: “hemos visto su astēr.” Su refulgencia, la palabra astēr incidentalmente es la palabra que se traduce aquí estrella, pero es usada de otras cosas diferentes de estrellas. Entonces, Él tiene Su propia y de nuevo, significa una refulgencia o un brillo. Hemos visto Su kokab o Su astēr, Su gloria. El hecho mismo de que sea Su estrella significa algo muy especial.
Ha aparecido. Una palabra interesante. Su estrella hemos visto en el oriente. Su estrella, dice el versículo 7. Herodes dice: “quiero saber cuándo apareció la estrella. Y la palabra phainō en el griego significa aquello que se enciende. ¿Cuándo fue el momento en el que eso se encendió? La misma palabra -es un pensamiento interesante- la misma palabra utilizada con relámpago. El relámpago es una forma de astēr. Algunas veces es traducida como estrella en el cielo, algunas veces es traducida como relámpago. Algunas veces es como el brillo de algo y aquí es el brillo. No podemos ir más allá de ello. No podemos hacerlo que signifique una verdadera estrella.
Y aquí hay un sentido en el que Herodes dice “¿cuándo es que esto que empezó a brillar se prendió?” Y aún eso es en cierta manera una pista de que fue algo que nunca antes había existido y empezó a existir sólo porque Jesús venía. Y entonces, yo creo que esta fue Su astēr, la señal del Hijo del Hombre en los cielos. Estuvo ahí en Su primera venida y amados, estará ahí en Su segunda venida. Es Su señal. Es Su estrella. No algún tipo de cuerpo celeste.
La pseudo ciencia de la astrología nunca había podido predecir al Señor. No estaban viendo todas sus ideas y diciendo ‘bueno, ahí está el viejo Saturno y quien sea haciendo algo. Eso significa que va a nacer.’ No, no. Lo que vieron fue algo que nunca antes habían visto y sabían que tenía que ser algo único y lo conectaron con lo que decía el Antiguo Testamento y lo que Daniel les había dicho. Ninguna investigación astronómica les dio la dirección. Dios se reveló a sí mismo.
No fue diferente de la columna de fuego en el Antiguo Testamento. Y usted recordará la columna de fuego y la nube en el Antiguo Testamento que estaba ahí encima del lugar santísimo. Bueno, esto nos dice que fuera lo que fuera la estrella, ahí estuvo y estuvo sobre la casa en donde nació. Ahora, ¿me puede usted explicar cómo una estrella literal podía hacer eso? No puede. Porque no es ninguna otra cosa que la señal del Hijo del Hombre. Usted dice ‘bueno, si era una gloria tan magnífica, refulgente de la señal de Cristo en los cielos, ¿cómo es posible que los hombres sabios estuvieron ahí en Persia y nadie más lo vio?
Bueno, esa es una buena pregunta. Y esa es la segunda pregunta que yo hice. ¿Cómo puede ser Dios tan selectivo? Bueno, usted sabe, eso no es nada nuevo para Dios. Él puede hacer que todo el mundo en el mundo esté ciego a algo si Él así lo quiere. En Éxodo, capítulo 14 encontré un buen paralelo, Éxodo 14:19 dice: “El ángel de Dios, quien iba delante del campamento de Israel, se quitó e iba atrás de ellos.” Ahora, ellos estaban atravesando el Mar Rojo y entonces, los ángeles estaban guiándolos al Mar Rojo. Y una vez que llegan al mar Rojo, Él va atrás de ellos. Usted pregunta si era para empujar. No, le voy a decir para qué iba atrás.
La columna de nube, aquí está la gloria de Dios, la columna la de nube se quitó de delante de su rostro y se puso atrás de ellos. Ahora, detrás de los israelitas usted tiene ahí la columna de nube, la gloria de Dios. Y tiene al ángel del Señor. ¿Quién es el ángel del Señor? Jesucristo. “Y estuvo en medio del campamento de los egipcios y del campamento de Israel y era una nube y oscuridad para ellos, pero les dio luz de noche a estos de tal manera que no se acercaron el uno al otro toda la noche.”
¿Sabe lo que sucedió? Israel vio la luz y faraón y su ejército vieron ¿qué? Oscuridad. Y aquí es lo mismo. Hay algo acerca de Dios revelando lo que Él quiere revelar a aquellos a quien se los quiere revelar y eso es todo lo que puedo decir acerca de esto. ¿Cómo es que la relacionaron con el nacimiento de Cristo? No sé. Realmente no sé, fuera de que Dios hizo que fuera obvio que ellos lo supieran, que ellos lo supieran.
Ahora, ¿quiere saber algo que es fascinante? Esto podría conmoverlo un poco, podría afectar su historia de navidad el próximo año. Pero, ¿sabe que en ningún lugar de la Biblia dice que siguieron a la estrella de Belén desde Persia? No. No dice que los llevó a Jerusalén. No dice que fue a ningún lugar en absoluto. Hemos visto su estrella en ¿dónde? En el oriente. Ellos vieron la estrella en el este y no necesitaba decirles adónde tenían que ir, en dónde el Mesías judío estaría. Ellos sabían que la ciudad real era Jerusalén. Ellos sabían que allí todos los reyes judíos reinaban. Ellos sabían exactamente dónde ir. No necesitaban que una estrella los guiara.
Y cuando vino Su gloria y Dios lo hizo tan evidente y obvio como Él siempre lo hace cuando Él lo revela y cuando quiere revelar a quien Él quiere revelar, ellos ni siquiera hicieron la pregunta. Ellos se subieron a sus caballos y se fueron. Y llegaron al lugar correcto. Y Mateo no nos da todos los detalles de cómo es que ellos prepararon al caballo de Persia, cuántos kilómetros y cómo fue y todo lo que comieron, porque esa no es la historia de esas personas, sino de Jesucristo. Y tienen un lugar sólo en lo que a Cristo tiene que ver. Entonces, los detalles no están ahí.
Pero me parece increíble cómo Dios hace las cosas cuando Él quiere que Sus cosas sean hechas. Les dio a estos magos, estos gentiles que temían a Dios, allá desde Persia, estos establecedores de reyes, Su señal; y ellos sabían que era Su señal y ellos sabían que debían ir a Jerusalén. Y el énfasis de Mateo es tan hermoso. Él dice en el versículo 2: “diciendo porque Su astēr hemos visto en el oriente y hemos venido a adorarle.” Ellos sabían que Él debía ser adorado. Venían a adorarle. Ellos sabían que no había otro digno como este, y tenían razón.
Aquí tienen ustedes a paganos que no tenían nada que los guiara sino las indicaciones de las profecías del Antiguo Testamento, nada que los guiara sino su propia ciencia mezclada con sus supersticiones simpáticas. Sin embargo, son verdaderos buscadores de Dios. Y cuando la señal vino, con toda su falta de información, ellos se embarcaron de manera entusiasta en un viaje para buscar a un rey que habían esperado por mucho tiempo. Pero la jerarquía judía, con el Pentateuco en su mano, estudiándolo diariamente, con las profecías en su mano, leyéndolas diariamente, gobernados por un hombre amargado y malo llamado Herodes, estuvieron satisfechos con ser totalmente indiferentes a lo que estaba sucediendo a 8 km de distancia. Y aquí vemos de nuevo la actitud constante de Mateo de condenación hacia los oficiales del judaísmo y su sensibilidad constante de que Dios está abriendo la Iglesia, le está abriendo el Evangelio a los gentiles.
Escuche, siempre hay en algún lugar corazones hambrientos anhelando a un Salvador divino y dispuestos a seguir inclusive una señal débil que pueda llevarlos a Sus pies. Y siempre es fabuloso cuando usted encuentra a alguien así. Siempre existen esos corazones que buscan. Me acuerdo cuando estaba en un avión en una ocasión y quería estudiar porque tenía un manuscrito que tenía que entregar y tenía que entregarlo a la casa de publicación. Entonces yo, de modo quizás algo simpático, oré de manera silenciosa “Señor, por favor, que ningún incrédulo se siente cerca de mí, para que no tenga que darle testimonio todo el tiempo desde el St. Louis a Los Ángeles, porque tengo que terminar.”
Y claro, tuvimos que detenernos y me metí en el avión equivocado o el avión no estaba funcionando bien y tuvimos que cambiar de aviones. Todas las cosas estaban mal. Y nos subimos a otro avión. Y vino un hombre y se sentó a mi lado. Yo estaba estudiando y estudiando; y él estaba dormido y só yo no lo quería despertarlo. Yo me moví un poco y él se despertó. Y yo pensé ‘Oh’. Y entonces, él me preguntó si era un maestro. ‘Tienes esos papeles y demás.’ Yo le contesté que sí, que era un maestro en cierto modo. Y él me preguntó qué enseñaba. Yo le contesté que enseñaba la Biblia. Y él dijo: “¿enseñas la Biblia? ¡Oh, escucha! Esto es fabuloso. ¿Tú podrías decirme cómo puedo tener una relación personal con Jesucristo?” Es la verdad. Y entonces, empecé a hablarle.
Se supone que no debes comenzar ahí. Se supone que debes ser escéptico. Se supone que al menos debe tener una hora de apologética antes de que entremos en eso. Pero en algún punto ahí, volando sobre el Gran Cañón, él recibió a Cristo. Más tarde, lo bauticé y me dijo que después de eso, él venía a Los Ángeles a trabajar para alguien. Le pregunté para quién. Y él me dijo para quién era, para uno de nuestros ancianos. Fue interesante.
Siempre hay corazones preparados y aquí había algunos que vinieron a Jerusalén. Entonces, veamos la llegada. En segundo lugar, y esto es realmente interesante, la llegada es la escena uno. Y rápidamente llega la escena dos, la agitación. La agitación. Herodes es totalmente lo opuesto de estas personas. Versículo 3: “Oyendo esto, el rey Herodes se turbó.” Oyendo esto, esto es que estos hombres habían llegado “Herodes se turbó y toda Jerusalén con él.”
Ahora Herodes sabía muy bien que él estaba sentado ahí en un polvorín. En primer lugar, él sabía que la gente de la ciudad no lo quería y no querían el gobierno romano y querían su propia independencia y autonomía. Y él sabía que ellos tenían aspiraciones de derrocarlo y derrocar a Roma. Y él también sabía que si los persas se involucraban y formaban esta enorme confederación que involucraba a este llamado el ‘rey de los judíos’, realmente estaría en problemas. Su ejército estaba fuera del país temporalmente. Él sabía que el imperio oriental presentaba una amenaza constante para Roma y el conflicto siempre estaba ahí hirviendo y él sabía que su trabajo estaba en la cuerda floja y su vida estaba en la cuerda floja, aunque tenía 70 años de edad, por lo menos para este entonces. Él todavía quería aferrarse a todo lo que tenía.
Entonces, se turbó. Él estaba en pánico. Es una palabra que significa realmente estar agitado y enojado. De hecho, no sé si existe una palabra más fuerte que esa en referencia a este pensamiento. Una buena comparación de referencia sería en Mateo 14:26, cuando se usa la misma palabra y dice lo siguiente: “Cuando los discípulos vieron a Jesús caminando sobre el mar, fueron agitados.” Se turbaron. Es la misma palabra. Digo, esto realmente es algo anormal. Esto es algo molesto, estaban en un estado de pánico.
Ahora, él está agitado y él tenía razón para estarlo. Después de todo, era el rey de los judíos y en su propia mente él había peleado mucho por llegar ahí y mantenerlo. Y ahora, de pronto, llegaba alguien que va a quitarle el trono y aquí están los hombres que establecen a los reyes para asegurarse de que lo tenga. Hombre, esto es algo serio. Este tipo de rumor, él podía imaginarse. Este tipo de rumor ahora está por toda la ciudad. Hay un nuevo rey. Hay un nuevo rey de los judíos. Hay un nuevo rey de los judíos. ¿Oíste que los persas están aquí? Los que establecen reyes están aquí. Hay un nuevo rey de los judíos.
Y él puede imaginarse toda la conmoción de libertad, se puede imaginar las manifestaciones de libertad de los fanáticos entre los zelotes y los fanáticos y hombre, está temblando. Y él se da cuenta de que tiene que tomar pasos radicales; y en su mente depravada putrefacta comienza a pensar en un plan. Bueno, él francamente se excedió, porque a partir del registro de Mateo no parece que la población de Jerusalén estaba impresionada con las preguntas de los magos. Usted no ve aquí a una masa de personas que está llegando a Belén. No parecían entender lo que estaba pasando. No parece haber ningún tipo de agitación.
Me parece tan difícil creer, que es asombroso. Digo, aquí están estas personas famosas de Persia que establecían reyes haciendo una pregunta como ésta y usted podría haberse imaginado que el pueblo hubiera venido en multitudes. Pero es parte de la que manera en la que será, porque la Biblia simplemente dice: “A los Suyos vino, y los Suyos no le recibieron.” Él estuvo en el mundo y el mundo no le conoció. Y es verdad. Cuando todas las circunstancias normales habrían dictado mucho interés, pero no hubo nada. Nada.
No hubo una especie de mentalidad de que ‘vamos a vencer, vamos a levantarnos en armas’ que se fomentaba en Jerusalén. No había un nuevo rey que buscara derrocar a Herodes. Y creo que hay una razón para esto: básicamente la razón es que temían más a Herodes que confiaban en Dios. Temían más a Herodes de lo que confiaban en Dios. De lo que confiaban en la Palabra de Dios. Realmente temían lo que Él haría. Y observen lo que dice. Dice que él se turbó y toda Jerusalén con él. ¿Por qué se turbaron? Porque le temían tanto. Y tenían mucho por qué temer. Ellos habían aprendido mucho tiempo antes, a través de la triste experiencia, que no había límites para la ira y venganza de este maníaco. Digo, realmente un loco. Y ellos pensaron ‘hombre, estos hombres hicieron enojar a Herodes y aquí estaremos en un baño de sangre.’ Ellos temían.
Ahora, permítame hablar de Herodes por un momento. Él cometió algunas atrocidades que son difíciles de describir. Pero en primer lugar, permítame hablar de las cosas positivas. Él era un hombre muy capaz y normalmente las personas diabólicas que llegan a este nivel tienen alguna capacidad. Mientras que fue un gobernante joven en Galilea, él tuvo grandes victorias sobre las guerrillas. Siempre existieron estas guerrillas de montaña, estos soldados. Él solía derrotar a estas pequeñas bandas de guerrilleros en Galilea, él trajo paz verdadera allí. Era muy eficiente al recolectar impuestos para Roma, entonces Roma lo quería. Él era capaz de poner las cosas en orden y un diplomático muy sutil.
La historia nos dice que él era un líder muy decisivo y determinante en la batalla y él podía cambiar el curso de una batalla de la derrota a la victoria. Él fue el único gobernante en la historia de Palestina que inclusive tuvo éxito en mantener la paz y traer orden. En tiempos de dificultad, él le dio a la gente de regreso su dinero de impuestos para que pudieran tener lo suficiente. En el año 25 a. C., hubo un hambre tremenda y él derritió las placas de oro en el palacio y les dio el dinero a los pobres. Él era un hombre sutil y era un hombre inteligente y hacia lo que podía para que el pueblo lo quisiera.
Él fue un gran arquitecto. Un gran constructor. Él construyó un teatro en Jerusalén. Construyó un anfiteatro y construyó un hipódromo. Un lugar donde corrían carreras. Y también construyó un palacio magnífico para sí mismo y comenzó en el año 19 a. C. la construcción del templo. El gran templo herodiano. Y él murió mucho antes de que lo concluyeran. Y claro, fue totalmente demolido en el año 70 d. C. cuando Tito Vespasiano y su ejército romano vinieron y conquistaron a Jerusalén.
Él restauró a Samaria de su situación depravada. Él construyó la ciudad de Cesárea, como una magnífica ciudad de puerto. Él mejoró y renovó ciudades como Beirut, Antioquía, Damasco, Tiro, Sidón, Rodas e inclusive hizo contribuciones a los edificios en Atenas. Él construyó una fortaleza en Masada, la cual fue una feroz fortaleza inexpugnable. Él tuvo un gran programa de beneficios sociales y cuando el pueblo tenía problemas en encontrar ropa, él importó ropa para ellos. Entonces, él hizo cosas para quedar bien con el pueblo, porque era un político inteligente.
Pero él también fue cruel, diabólico y maniático. Todos los historiadores están de acuerdo con esto. Y esta es la primera línea de todo artículo que leí acerca de Herodes. Herodes era increíblemente celoso y él sospechaba de todo el mundo. Él se sentía amenazado por todo el mundo y todas las cosas y entonces, pasó tu vida entera tramando el asesinando de las personas. Él estaba tramando asesinatos constantemente. Él no quería a asmoneos, quien era una familia de personas y entonces, tramó asesinarlos a todos ellos. Ellos eran los descendientes de los macabeos; y usted recordará que los macabeos eran un grupo de personas judías que había peleado por la libertad en contra de los griegos y cuando llegaron los romanos, él temía que los parientes de los macabeos hicieran lo mismo en contra de él. Y entonces, él simplemente prefirió matarlos a todos para que ninguno de ellos tuviera esperanza alguna de llegar a hacer eso.
Él tuvo diez esposas y doce hijos. Y su esposa más conocida fue una en señora llamada Mariamna. No porque fuera importante, sino para que usted sepa, quizás en algún momento puede ver la historia. Mariamna tenía un hermano. Su hermano se llamaba Aristóbulo y Aristóbulo era el sumo sacerdote cuando él estaba en el poder, cuando Herodes estaba en el poder. Y él tenía tanto miedo de Aristóbulo que decidió asesinarlo. Él es el hermano de su esposa.
Entonces, en un día cuando hacía mucho calor, dijo que iban a tener una fiesta en Jericó. Jericó era como Palm Springs. Usted va ahí a Jericó, al monte de Jericó, un lugar turístico, hermosas palmeras, había agua agradable, buen sol. Era un lugar fabuloso. Entonces, en un día caliente, él lo invito para nadar en el río Jordán, cerca de Jericó. Y la familia motivó el joven para que se metiera el agua. Y cuando lo hizo, claro, tenía otros hombres que lo esperaban pretendiendo jugar con él y se metieron al agua. Y mientras que ellos pretendían jugar con Aristóbulo, lo mantuvieron ahí abajo del agua hasta que lo ahogaron y murió. Realmente, nunca nadie supo lo que pasó y entonces Herodes proveyó un funeral magnífico; y fue al funeral y lloró todo el tiempo. Inclusive él mató a su propia esposa, Mariamna. Él también mató a la madre de ella porque no quería que lo molestara, Alejandra. Él tuvo dos hijos que no le caían bien y entonces, mató a los dos porque temía de que ellos quisieran quitarle el trono.
Cinco días antes de su muerte, él ordenó que su tercer hijo fuera ejecutado. Él tenía un hambre de poder, sospecha, un deseo maníaco de vengarse que esclavizó al hombre todos los días de su vida. Fue un hombre cruel, sediento de sangre, un tirano controlado por el pánico. Y fue conocido como un asesino. La culminación de esta caracterización tuvo que ser esto. Cuando él iba a morir. Digo, él sabía que iba a morir en una cuestión de días y entonces, se retiró a Jericó. Y él dio órdenes de que se hiciera una colecta de los ciudadanos más distinguidos de Jerusalén, que los trajeran a todos, los arrestaran e inventaran cargos contra ellos, los encarcelaran. Todos los ciudadanos judíos más distinguidos de la ciudad y dijo: “En el momento que muera, mátenlos a todos.” Y le preguntaron por qué. Y él dijo “porque nadie llorará cuando yo muera. Y quiero que cuando yo muera, lloren en esta ciudad.”
Ahora, cuando estos magos llegan a la ciudad preguntando dónde está el rey de los judíos que ha nacido, en la Biblia dice que se turbó. Él se turbó. Esto era lo que le turbaba más que nada, una amenaza a su poder. Y realmente, estaba agitado. Y esto me parece tan interesante, el contraste entre la paz en los corazones de los magos y el pánico en el corazón de Herodes. Y quizás esto es porque eran hombres sabios. Y había necios, y Herodes fue un necio.
El doctor Gaeblein dice, y cito: “La gran ciudad con sus magníficas instituciones religiosas, su maravilloso templo herodiano, todavía en el proceso de ser construido, su sacerdocio aristocrático y sus instituciones benevolentes no tuvo conocimiento del Rey. No deseaban que el Rey viniera. Ellos estaban satisfechos consigo mismos. Esto apunta a la historia entera del rechazo del Rey. El Señor del cielo. No hubo lugar para Él en la posada, y tampoco hubo lugar para Él entre los Suyos. No lo recibieron. Y Herodes, el rey, estaba turbado y toda Jerusalén con él. Él temía por su trono el cual no era de él; y Jerusalén sabía que el temor de Herodes significaba rebelión. Baño de sangre y sufrimiento.” Fin de la cita. De cierto, tiene razón.
Lo que él está diciendo es que la razón por la que todo el mundo estaba enojado era porque sabía qué tipo de hombre era Herodes y temían lo que sucedería. Y permítame decirle algo: tenían el derecho de temer porque no fue sino una cuestión de días hasta que Herodes mandó a sus soldados a matar a todo bebé en la tierra que tuviera menos de dos años de edad, para asegurarse de matar a este rey potencial. Y esta es la razón por la que Jerusalén se turbó. Esto es emocionante, ¿no es cierto? Oremos.
Padre Nuestro, estamos emocionados cuando vemos la Palabra de Dios abierta a nuestro entendimiento. Y nuestro gozo viene porque anhelamos tan profundamente comprender Tu Palabra. Y hay cierto sentido de emoción que viene con ese entendimiento. Pero nosotros confesamos, Padre, que no hay una emoción en absoluto, que no hay gozo en absoluto cuando nos damos cuenta de todo lo que esto significó. Miramos atrás y vemos a un hombre como Herodes que ahora arde en el infierno eterno. Miramos hacia atrás y vemos a los principales sacerdotes y a los escribas, a los ancianos del pueblo, ahora perdidos para siempre y reconocemos que cuando el Rey vino, ellos no lo quisieron. Ellos no lo conocieron. Ellos no se preocuparon por investigar. Y aún cuando 30 años más tarde llegó a Su ciudad y anunció quién era, ellos no lo querían.
Padre, sabemos que es un poco diferente el día de hoy. Ahora, muchas personas dicen ser cristianas, pero estoy seguro de que no todas lo son. Y estoy seguro de que hay muchos que lo rechazan de una manera tan abierta y desafiante como lo rechazaron en esos días. No hay gozo en un hombre como Herodes. Padre, en lo único que puedo pensar es lo que él pudo haber sido. Si tan sólo hubiera sabido que en lugar de reinar por un tiempo en la tierra él pudo haber reinado para siempre contigo. Si tan sólo él hubiera sabido que en lugar de tener que vengarse constantemente, él podría haber confiado en Ti y Tú habrías sido su vengador, si alguien le hubiera hecho algo malo. En su búsqueda de paz, si él tan sólo hubiera sabido que Tú eres el Príncipe de Paz.
Sólo podemos imaginar el tormento de un alma así en el infierno, con todo lo que debió haber recordado acerca del asesinato y la matanza. Y no hay gozo en eso. Entonces Padre, tenemos emociones encontradas en nuestros pensamientos en esta noche. Agradecidos por entender mejor Tu Palabra y sin embargo, al mismo tiempo, tristes cuando nos damos cuenta de lo que realmente dice. Y sin embargo, Padre, no podemos evitar el sentir una afinidad profunda con algunos hombres con quienes sin duda alguna pasaremos la eternidad, aquellos que la Biblia llama magos. Un remanente desde lejos que creyó, que se convirtió en Tu pueblo. Gracias por ello, Padre. Ayúdanos a enfocarnos en el hecho de que toda la humanidad está dividida en esas dos áreas: aquellos que rechazan y aquellos que creen. Ayúdanos a reconocer que ése es el factor determinante de que divide el destino.
Y simplemente oro en esta noche Señor que nadie salga de este lugar que no sea creyente. Que nadie salga de este lugar para tomar su lugar con Herodes o con los escribas y fariseos indiferentes. Que todos nos alineemos con emoción y gusto y bendición adorándote a Ti, postrados a los pies de Aquel que murió y resucitó para que nosotros viviéramos. Nuestro Señor Jesucristo, en cuyo nombre oramos. Amén.
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