Mateo, capítulo 2. Y estamos examinando los versículos 13 al 23 conforme continuamos con nuestro estudio del libro de Mateo. Y sé que muchos de ustedes han sido realmente bendecidos a medida que hemos avanzado. Permítame regresar un poco y retomar lo que habíamos dicho acerca de este texto. El tema central de toda la profecía del Antiguo Testamento es el Rey venidero. El Rey venidero que gobernará en el Reino prometido por Dios.
Si hay un énfasis primordial en toda la profecía del Antiguo Testamento es que Dios va a establecer Su gobierno, Dios va a tener un Reino como ningún otro reino que jamás haya existido; y habrá un individuo muy especial que será el Rey en ese Reino. Y ese individuo, claro, no es ningún otro que el Señor Jesucristo mismo.
Ese es el tema de la profecía del Antiguo Testamento. Una, y otra y otra vez, las promesas del Antiguo Testamento acerca de que viene Uno que vendrá, Uno que tiene la virtud, Uno que tiene la sabiduría, Uno que tiene el poder que se necesitaba para herir la cabeza del usurpador, como dice en Génesis 3:15, Uno que tiene la capacidad de retomar el dominio perdido por el hombre y establecer el Reino de Dios en la tierra y a lo largo de la eternidad. Y este, este Ungido de manera especial, el Mesías, el Ungido, el Rey. Ese es el mensaje de los profetas del Antiguo Testamento.
De hecho, como le señalé la última vez, probablemente hay 332 profecías específicas cumplidas por el Señor Jesucristo, de tal manera que toda faceta de Su vida es cubierta en las profecías del Antiguo Testamento. Y claro que los profetas, de acuerdo con 1 Pedro capítulo 1, puede verlo por un momento, conforme escribían estas cosas, realmente no entendían la plenitud del significado. Ellos sabían que estaban escribiendo acerca de Aquel que vendría, pero no estaban exactamente seguros de todos los detalles.
Y entonces, en 1 Pedro 1:9 habla de la salvación de nuestras almas, de la cual los profetas han inquirido diligentemente e indagado, que profetizaron de la gracia que vendría a vosotros. En otras palabras, aunque ellos profetizaron de este Rey salvador, ellos vieron sus profecías para poder obtener un entendimiento completo de qué era lo que significaba por lo que ellos decían.
Versículo 11: “Escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.” Ellos recibieron profecías, pero ellos las vieron y las escudriñaron para tratar de entender quién y cuándo cumpliría estas tremendas profecías. Entonces, el Antiguo Testamento nos presenta a un rey, y no sólo a un Rey, sino a un Rey humano. Y no sólo a un Rey humano, sino a un Rey divino, Jehová Dios, el Rey encarnado.
Y la maravilla del Nuevo Testamento y la maravilla de los Evangelios en particular, Mateo, Marcos, Lucas y Juan es que junto llaman a responder a muchas de estas profecías y se enfocan en la persona de Jesucristo como un haz de luz divino y Él se convierte en el único que puede cumplir estas profecías. Todos los impostores son desenmascarados por su incapacidad de encajar con el retrato y Jesucristo se solidifica como Aquel que fue profetizado, porque cada parte encaja con lo que los profetas dijeron.
Desde Mateo, el cual comienza el Nuevo Testamento, desde el primer capítulo de Mateo, desde el primer versículo de Mateo, se presenta la genealogía real del Rey. Hasta Apocalipsis, cuando usted llega al libro de Apocalipsis, concluye con el Rey de Reyes reinando en Su gloria. El Nuevo Testamento, desde el principio de Mateo hasta el final de Apocalipsis, tiene la intención de presentarnos al que cumplió las predicciones del Rey, el único que es el Rey.
El término, por ejemplo, el término para reino en el Nuevo Testamento es la palabra griega basileia. El término reino es utilizado ciento cuarenta y cuatro veces en el Nuevo Testamento y habla del Reino de Jesucristo. El Reino de Jehová Dios. Ciento cuarenta y cuatro veces habla acerca de Su Reino. El término reino, basileus, es una forma del término para reino, obviamente, es usada ciento quince veces en el Nuevo Testamento, y al menos treinta y cinco de esas veces en referencia directa a Jesucristo.
Y la forma verbal, basileuō, un verbo que significa reinar es utilizada en referencia a Cristo diez veces. Ciento ochenta y nueve veces al menos en el Nuevo Testamento, Jesús está asociado con el Reino que Dios prometió a los profetas que traería. Y ese es el gran y vasto uso de la terminología para el Nuevo Testamento y nos ayuda a ver que el Nuevo Testamento de hecho está enfatizando que Él es un Rey.
Y la razón entera por la que Mateo 1 y 2 es presentado es para confirmar esa palabras de Jesús, que yo soy un rey. Para esto nací. Y ello, el pueblo judío, debería haber sabido debido a los acontecimientos de su nacimiento que el de hecho era un rey. Aún desde el principio de fue evidente. Fue evidente en su genealogía en el capítulo uno. Fue evidente en el nacimiento virginal, el cual hizo a un lado una maduración. Fue evidente en la adoración de los hombres que hacían a los reyes de Persia, quienes lo vieron como el monarca que era. Fue evidente en el antagonismo de Herodes, quien como rey, el sólo habría sido amenazado por otro rey y de manera inversa, Herodes reconoce a Jesús como rey por su temor porque el uso para su trono.
Los primeros 2 capítulos de Mateo son presentados para solidificar que Él fue nacido como Rey. Ahora, la última manera en la que Mateo hace esto es al presentar la palabra profética, al tomar el Antiguo Testamento y concentrarse en cuatro profecías que apuntan al Rey y mostrar cómo Cristo cumple cada una de ellas. El Rey cumple profecía. Cuatro profecías que demuestran que Jesús es el Rey. Cuatro tomadas del pasado y que son cumplidas en Él.
Y son muy interesantes. Ellas están relacionadas entre sí mediante una ubicación geográfica. Belén, Egipto, Ramá y Nazaret. Ellas son una unidad literaria que aparece en el segundo capítulo. Hay un método que está siguiendo aquí Mateo conforme él presenta estas cuatro profecías. Y siempre me ha impresionado, conforme he estudiado estas cuatro, lo imposible desde el punto de vista humano, que es que el nacimiento de una persona haya involucrado a Belén, Egipto, Ramá y Nazaret.
Digo, eso en sí mismo, una persona nace en un lugar; y así es usualmente. Pero haber rotado en cuatro ubicaciones geográficas diferentes es importante, tener por lo menos acontecimientos importantes en cuatro lugares que giran en torno a Su nacimiento, esto hace que la situación apunte a que es imposible en términos de probabilidad que esto suceda para alguien que no sea Cristo. “El que sea que pueda cumplir estas cuatro”, dice Mateo, “es digno de ser coronado Rey.” La profecía entonces nos dice que Él es un Rey.
Ahora, la última vez hablamos de la número uno. Y la primera estaba en los versículos 2:4-6, el nacimiento en Belén. Y en el capítulo 2, versículo 4, vemos que Herodes convocó a todos los principales sacerdotes y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le respondieron ‘en Belén de Judea porque así está escrito por el profeta’. Y después, Mateo añade lo que el profeta dijo, añadiendo algo de sus propias palabras bajo inspiración del Espíritu Santo. Y dijo: “Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel.”
La primera profecía fue la de Miqueas 5:2, que Cristo nacería en Belén. Esa fue la primera que debería haberlos apuntado al hecho de que éste era el Rey. La segunda la vimos en los versículos 13 al 15, ¿no es cierto? Y la llamamos el éxodo a Egipto. El nacimiento en Belén, el éxodo a Egipto. Y usted recordará lo que sucedió: “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: ‘Levántate y toma al Niño y a Su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo’. Y él, despertando, tomó de noche al Niño y a Su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a Mi Hijo.” Y eso fue Oseas capítulo 11, versículo 1.
Y entonces Cristo cumple el segundo elemento. Él fue llamado de Egipto, como también nació en Belén. Y vimos la hermosa tipología al comparar a Israel como el hijo de Dios en Oseas con el Señor Jesucristo como el hijo de Dios en Mateo.
Ahora, eso nos trae a la tercera profecía y vamos a comenzar para nuestro estudio en esta noche y llamaremos a esto ‘La masacre de Ramá’. La masacre de Ramá. El nacimiento en Belén, el éxodo a Egipto y la masacre en Ramá. Versículo 16 al 18. Este no es un pasaje fácil para relacionarlo con la profecía, entonces quiero que piense con claridad conmigo conforme avanzamos.
Ahora recuerde algo, Jesús nació, sin duda alguna, en un establo, en una cueva al lado de un monte en Belén. Ya para cuando llegan los hombres sabios, Él ya había crecido, ya tenía varios meses de edad. Ellos huyeron a Egipto y se quedan allí por algunos meses y después, el ángel le dice que puedan regresar. Es muy probable que poco después de que Herodes muriera, ellos no hayan perdido mucho tiempo y habrían comenzado a regresar.
Pero todavía no había sucedido eso, porque hay algo aquí que sucede que es un interludio. Antes de que ellos puedan regresar a la tierra de Israel, y esto es lo que encontramos en el versículo 16. “Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos” - y por cierto, la palabra burlarse en el griego, empaizō, significa eso usualmente, pero debido a un uso en la Septuaginta en Jeremías 15:10, se utiliza aquí para engañar. También tiene la implicación entonces de engañar a alguien, no sólo burlarse, sino burlarse de la persona mediante el engaño. Y eso es lo que Herodes supuso que los magos le habían hecho. Ellos lo habían engañado al irse por otro camino.
Y entonces, “…cuando se vio burlado por los magos,” o engañado, “ Se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.”
Ahora, usted recordará como como vimos en la narrativa más atrás en el versículo 7, que Herodes había inquirido diligentemente de los hombres sabios en qué momento Cristo nacería, en qué momento el Rey nacería. No porque él quisiera la información para certificar al Rey, sino porque quería matar al Rey y quería determinar la edad. Y entonces, él formuló la pregunta. Y aquí dice que cuando él obtuvo la información, trató de matar a todos los niños menores de dos años porque eso estaba dentro del rango de tiempo que los hombres sabios le habían dicho.
Ahora, vea el versículo 16. Y tomaremos algo de tiempo para ayudarle a entenderlo. Herodes, para este entonces, si usted ha estado con nosotros, usted sabe el hombre horrible, cruel, increíble que él era, matando a muchas personas a lo largo de todo su reinado, un rey edomita de Israel. Pero aquí dice que fue engañado por los magos y él se enojó mucho. Esta es la palabra griega thumoō. Literalmente significa un enojo violento. Un enojo violento que estuvo literalmente fuera de control. Se enfureció. Es interesante, creo, si recuerdo correctamente que es una forma pasiva, en otras palabras, estaba fuera de control. No estaba haciéndolo de manera voluntaria. Esto se le estaba haciendo a él. Él estaba fuera de control por su enojo.
Y de hecho, esto cegó su entendimiento. Digo, si tenía algún tipo de entendimiento en absoluto, él habría entendido esto. Él habría dicho: ‘bueno, si los hombres sabios, los magos, fueron lo suficientemente inteligente como para no regresar, ello probablemente fueron lo suficientemente inteligentes como para haberle advertido a la familia que tenía el bebé, ¿no es cierto?’ Y la familia que tenía el bebé habría huido. Si él hubiera usado su cabeza, él habría pensado en todo esto. ‘Si me engañaron, ellos ciertamente advirtieron a esa familia. Si se burlaron de mí, ellos ciertamente se ocuparon de eso.’
Pero aquí el enojo lo ciega y él ni siquiera piense en esto, y él ordena la masacre de todo niño bebé en el área. Y él envió a sus soldados para matarlos a todos. Y sin duda alguna, usted puede imaginarse las bandas de soldados yendo de casa en casa y persiguiendo a madres que huían y que se aferraban a sus pequeños y veían a los soldados. Y entonces, ellos arrancaban a los bebés de los brazos de la madre y con sus espadas, mataban a los bebés y les metían su espada al corazón del bebé hasta que estaba muerto. Y eso es lo que pasó en Belén. Debido al enojo de este hombre.
Ahora, aquí dice que no sólo Belén, sino también en todos sus alrededores. Y notará también que esto fue a todos los niños menores de dos años. Y esto me parece muy interesante, que Herodes ni siquiera se molestó en ver si realmente éste era el verdadero rey. Podría haber sido el verdadero rey, si él hubiera pensado acerca de esto. Él probablemente ni siquiera pensó que lo era, porque los profetas habían dicho que Él nacería en Belén y yo realmente creo que él se dio cuenta y probablemente es todo lo que pasó: ‘Me tengo que deshacer de Él’. Porque probablemente éste sea el verdadero rey. Y entonces, él se concentró en ejecutar al verdadero Rey de Israel, el verdadero Rey Mesías.
Y entonces, él mató, dice, a todos los niños menores de dos años. Y es interesante ver por qué hizo eso, porque estoy convencido de que el bebé no tenía más de seis meses en ese entonces. ¿Por qué lo extendería a dos años? Algunos comentaristas creen que cualquier bebé que había pasado su primer cumpleaños habría sido constituido un niño de dos años. Pero cuando un bebé de tenía 13 meses de edad, se veía como alguien, un bebé, que tenía dos años de edad. Y entonces, estaba entrando a su segundo año. Y entonces, él realmente está llevándolo a ese nivel.
Otros dicen: ‘no, significa dos años de edad y lo que él estaba tratando de asegurarse en el caso de los que los magos estuvieran equivocados o hubieran calculado mal o quizás en caso de que lo hubieran querido engañar un poco la primera vez, él estaba tratando de abarcar a cualquier persona que se acercara a ese rango. Y entonces, fue desde los dos años hacia abajo.’ Y fuera lo que fuera que él pensó, él pensó que si mataba a todos los niños que tenían dos años y menores, él y habría matado al que estaba buscando.
Y bueno, no necesitamos hablar de lo malo que es esto, lo impío que es esto, es obvio. Es inconcebible que un hombre hiciera esto. Más inconcebible cuando usted reconoce que él probablemente pensó que éste era el Mesías, que éste era el Cristo, que éste era el Rey. ¡Que crimen tan malvado, vil, horrendo! Y la obra horrenda, claro, fue, yo creo que podríamos llamar el comienzo de tristezas de dolores para Israel, que conforme ellos rechazan a su Rey, ese fue simplemente el principio. Y yo creo que Mateo quiere que veamos que desde el principio de la vida del Mesías, vemos que hay este rechazo que resulta en muerte desde el comienzo, incredulidad, maldad, calamidad, tragedia.
Y por cierto, amados, si ustedes creen que la masacre en Belén fue algo, escuche esto. Eso fue absolutamente nada. Eso fue nada comparado con el desastre que vino en el año 70 cuando 1.100.000 judíos fueron asesinados por los ejércitos de Tito. Éste sólo fue el principio.
Le voy a decir algo más. Esas dos cosas no se comparan en nada con lo que sucederá en la gran tribulación cuando el falso Mesías, alguien mucho peor de lo que Herodes jamás llegó a ser vendrá y derramará mucha más sangre de Israel de lo que jamás ha sido derramada. Éste fue sólo el principio. Sólo un comienzo.
Usted preguntará por qué está incluido esto aquí. Porque esto cumple la profecía. Mire el versículo 17. En la muerte de esos bebés, “Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido;
Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron.” Esto es que ya no existen, están muertos. Se fueron.
Ahora, quiero que me siga en esto para que lo entienda. Mateo dice que esto fue hecho para cumplir profecías. Este es el único de los Evangelios que se refiere a este incidente y esto es interesante. Esto encaja con el tema de Mateo de la profecía cumplida en el nacimiento de Cristo para establecer que Él era el Rey.
Ahora, pues, ¿cuáles fueron las circunstancias bajo las cuales esta profecía fue pronunciada? Y para eso usted debe pasar a Jeremías 31:15. Y esto es fascinante. Jeremías 31:15 Ya hemos aprendido las primeras dos profecías que algunas veces, los escritores del Nuevo Testamento nos sorprenden por la manera en la que usan el Antiguo Testamento. Algunas veces, realmente no entendemos el tipo de uso y tenemos que ampliar un poco nuestro pensamiento. Quiero que vean lo que sucede aquí. La profecía está en Jeremías 31:15 y lo que aquí es interesante es que no parece ser una profecía. Es una profecía, escuche esto, porque Mateo dijo que lo era. No porque es inherente en este texto.
Jeremías 31:15: “Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.” Ahora, ahí está el texto. Ahí está la profecía. Ahora, hablemos del contexto para que lo entiendan y vean cómo se aplica.
La profecía de Jeremías fue probablemente el ministerio profético más trágico de toda la historia de Israel, porque él profetizó la condenación de una nación moribunda. Su profecía fue algo así como la canción del cisne y él la profetizó con lágrimas. Él sabía que nadie iba a escuchar y nadie se arrepentiría y la cautividad era realmente inevitable. Y entonces, Jeremías pronunció condenación.
Y más adelante, vendría uno más grande que Jeremías, quien de nuevo pronunciaría la misma condenación para la misma nación y Él también lo haría con lágrimas. Un día, Él se sentó sobre Jerusalén y la Biblia dice que Él dijo: “Oh, Jerusalén, Jerusalén, cuántas veces quise reunirte como la gallina reúne a sus polluelos, pero no quisiste. Tú que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados.”
Y la Biblia nos dice que Él lloró. Y entonces, Jeremías se sienta al ver a un pueblo que está condenado y llora. Y Jesús se sienta y ve a un pueblo que está condenado y llora. Ahora, quédese conmigo y vea cómo esto se relaciona. No me deje. Inclusive en la profecía de Jeremías hay gran esperanza, aunque usted no lo crea. De hecho, esto es muy interesante. A partir de Jeremías capítulo 30 a Jeremías 33, hay cuatro capítulos en el corazón de este libro que están llenos de esperanza y gozo y consuelo. Jeremías está hablando de condenación en la cautividad de Babilonia y no vino mucho tiempo después y se llevó a todos y hubo una tragedia terrible. Pero en medio de esta condenación, hay gran consuelo y gran esperanza en los capítulos 30 al 33.
Entonces, observe esto. Esta declaración acerca del lloro y lamentación y los hijos y todo esto que se encuentra en el medio de esta esperanza, aquí en el medio del consuelo, en medio de la sección de gozo. ¿Por qué se encuentra ahí? Porque aunque hay lloro y hay lamentación y a pesar de que llanto, estos capítulos se adelantan a la llegada del Mesías. Estos capítulos miran a la llegada del Mesías. Estos capítulos miran al que va a venir y corregir todo. Va a venir un cambio.
De hecho, véalo en Jeremías 31:16, el próximo versículo de la profecía. “Así ha dicho Jehová: Reprime del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra.”
En otras palabras, Dios le dice a Jeremías: ‘Es un día triste y hay condenación y tienes el derecho de llorar, pero ya deja de llorar porque los voy a traer de regreso.’ Y Él lo hizo, ¿no es cierto? Setenta años después. Setenta años después. Y lo mismo es lo que sucede en el uso de la profecía por parte de Mateo. Hay lloro. Ahí estaba Raquel llorando por sus hijos, había lloro, había lamentación debido a tragedia, la condenación, la destrucción que vino a una nación que rechazó a su Mesías, pero al mismo tiempo había esperanza porque aún allí había un remanente y un día, de acuerdo con Romanos 11, Dios va a volver a congregar a esa nación entera, ¿no es cierto? Y va a traerlos de regreso y ellos verán a su Mesías.
Y como dice Zacarías, verán aquel a quien traspasaron y llorarán por Él como unigénito y habrá salvación de nuevo para la nación de Israel. Y Pablo dice que todo Israel será salvo. Entonces, puede ver que hay un paralelo general y de eso es de lo que estoy hablando ahora. Hay un paralelo general.
Jeremías habló de condenación. Y el pueblo de Israel lloró por la condenación, pero Jeremías dijo no ‘sigas llorando porque esto va a ser invertido. Habrá salvación.’ Y lo mismo es el caso con Cristo. Cuando Cristo vino, hubo lloro porque el rechazo trajo condenación. Pero no continúen llorando porque todo eso será invertido y habrá salvación para Israel. Ese es el paralelo.
Hubo lloro. Cuando vino la cautividad y el pueblo fue esparcido, hubo lloro. Cuando las muertes en Jerusalén llegaron, al principio, una señal del rechazo de odio, de venganza por parte de Herodes y una señal del rechazo indiferente de los sumos sacerdotes y los escribas y el pueblo, iba a haber un precio que pagar.
Pero la palabra del Señor es que así como debería haber habido esperanza los corazones de las madres del tiempo de Jeremías, debía haber esperanza en los corazones de las madres del tiempo de Jesús, porque iba a haber un cambio. Algo iba a cambiar. Todavía hay esperanza. Todavía hay salvación.
Ahora, notamos que todo este concepto está conectado con Ramá y Raquel. Y ése es el punto. Regrese conmigo a Mateo y veamos esto. Ramá y Raquel. Ahora, esto es fascinante. ¿Qué es lo que tiene que ver Ramá con esto y qué tiene que ver Raquel con esto?
Hablemos de Ramá. Ramá era una ciudad, ahora observe esto, que estaba unos 8 km al norte de Jerusalén. ¿Muy bien? Realmente era una ciudad más que una aldea. Ahora, quiero que noten lo siguiente. En Israel había dos reinos: el Reino del Norte y el Reino del Sur. ¿Muy bien? La frontera entre los dos cruzaba exactamente en Ramá. Ramá era la ciudad fronteriza que estaba entre el Reino del Norte y el Reino del Sur. Usted puede confirmar esto en 1 Reyes 15:17. Se ubicaba a unos 8 km al norte de Jerusalén.
Ahora, Ramá era el lugar en donde los conquistadores extranjeros ordenaron a la multitud derrotada que se congregara, para que fueran deportados a lugares lejanos. Cuando los conquistadores llegaron para deportar a los hijos de Israel en la cautividad, Ramá fue la ciudad o la villa de deportación. Y debido a su ubicación, se volvió simbólico del Norte y el Sur, ambos reinos.
En cierta manera, era como si Ramá fuera el único lugar en donde Israel se unía. Ramá en cierta manera tocaba a ambos. Ramá siempre estuvo asociada con lloro, porque fueron Ramá que la deportación al cautiverio tomó lugar. Y entonces, Ramá fue un lugar de lloro.
Ahora, ¿por qué Jeremías está hablando acerca de Raquel? Bueno, Jeremías realmente está describiendo un retrato. No es que Raquel realmente fuera a Ramá y necesariamente llorara. Raquel es un símbolo de las madres de Israel. Y Ramá es un símbolo de la deportación de los hijos e hijas de Israel. Y las madres de Israel están llorando, porque ven que sus hijos son llevados, siendo deportados. Esa es la idea.
Y más interesante, Raquel, era la esposa más amada de Jacob. Raquel había dado a luz a José. Y José fue el padre de Efraín y Manasés. Y representan al Reino del Norte. De hecho, el Reino del Norte es frecuentemente llamado Efraín. Entonces, el Reino del Norte realmente, si tomamos ese concepto, que es visto como Efraín, fue el hijo de José, quien era el hijo de Raquel. Entonces Raquel, desde su vientre, llevó al Reino del Norte. ¿Muy bien? Ella dio a luz al Reino del Norte.
En segundo lugar, Raquel también dio a luz a Benjamín. Y Benjamín fue al sur. Y él es identificado con el Reino del Sur. Y entonces, lo que usted ve aquí es que Raquel es como una figura y Jeremías, en Jeremías 31, ve a Raquel como si estuviera viva y él ve a Raquel parada en Ramá y el Reino del Norte reportado por así he llevado la cautividad. Y el Reino del Sur es deportado a Babilonia, llevado la cautividad.
Y tanto al norte como el Sur han venido de los lomos de Raquel. Y entonces, Raquel está llorando conforme ve a ambos lados de su familia siendo llevados al cautiverio. Y ella es el símbolo de las madres que lloran en la historia del pueblo de Dios conforme sus hijos e hijas son deportados. Ella oye su lloro y ella misma comienza a llorar. Ella llora amargamente.
Primero, ella es privada de Israel y Efraín y después, de Judá y Benjamín. Fue ella, Raquel, que en Génesis 30:1 “Dijo dame hijos o muero”. Fue ella quien de todas las madres, de manera desesperada, quería ser una. Y ahora ella está parada, por así decirlo, en el medio de estas dos naciones por su simiente en una y por su simiente en la otra y ve a ambas siendo llevadas en diferentes cautividades; y esto la destroza. Y entonces Jeremías, mediante el símbolo de Raquel, estando de pie en Ramá dice: “Israel está llorando debido a la cautividad de sus hijos.” Cuando la población de la tierra estaba siendo llevada, habría parecido como si Dios había desertado a sus hijos, los hijos de Raquel, como si Dios hubiera desertado a Su pueblo.
Pero poco después de que Jeremías había presentado el retrato de Raquel llorando, entonces él viene y dice: ‘dejen de llorar porque viene una restauración. Viene un mensaje de salvación. Y todo va a regresar.’ Y ellos regresaron. Ellos regresaron.
De hecho, ahí en el capítulo 33 él habla de la rama justa, el Señor Jesucristo, quien va a ser el agente que los traerá de regreso. Y al final, la tristeza va a ser convertida en gozo en la salvación del remanente cumplido en la cautividad y en adelante.
Ahora escuche esto: aquí es cómo Mateo encaja en esto: Mateo nos muestra que el Espíritu Santo también quería dar a entender con esta imagen, con este retrato, el revelar el tiempo del nacimiento de Cristo. Y conforme Mateo ve la matanza de los bebés de Belén, es como si él viera a Raquel comenzando a llorar de nuevo. Y entonces, él retoma esta fantástica analogía de Jeremías. Y él ve a Raquel llorando por sus hijos. ¿Y por qué Raquel? Porque Raquel era como la madre de Israel. Y la tumba de Raquel - escuche esto - está exactamente afuera de la ciudad de Belén.
Inclusive le es señalada a usted conforme usted toma un taxi y va ahí. Y algunos comentaristas bíblicos nos dicen - y esto es muy interesante - que la palabra Ramá significa altura y cualquier lugar en Israel que tenga una cierta altura es una ramá. Y Belén es una altura; y algunos creen que Belén en esa época es referida como Ramá. Hay muchas ramás incidentalmente en la historia de Israel, muchos lugares llamados altitud.
Y algunos creen que Raquel llorando en Ramá, como lo usa Mateo, es debido a la proximidad de la tumba de Raquel a Belén y debido a que Belén fue conocida como Ramá, una altura, un lugar alto; entonces, lo que Jeremías usó como figura en su libro fue nada más que un retrato de lo que volvería a suceder cuando el Mesías viniera.
Y entonces, Raquel vuelve a llorar. Y esta vez llora no porque Babilonia o Asiria hayan destruido a su pueblo, sino porque Herodes lo ha destruido. Herodes lo ha hecho. Y esta vez, no es por algún poder político extranjero. Es por el rey mismo de la nación de Israel. Pero sigue la consolación inmediatamente, porque aunque el Rey ha sido exiliado y la matanza se está llevando a cabo, el Rey va a regresar, ¿no es cierto? De Egipto. Y Su Evangelio será predicado y el remanente será salvado.
Entonces Raquel, no necesitas ya llorar. Puedes detenerte. La tristeza de las madres de Belén por los bebés asesinados por Herodes, claro que fue una señal de la condenación venidera. Claro que sería una señal de la cautividad espiritual terrible de Israel que todavía se lleva a cabo en la actualidad. Pero al final, va a haber un destino y el destino iba a ser una bendición y salvación para el remanente que cree.
Esos pequeños bebés, ellos no lo sabían. Pero esos pequeños en Belén en ese entonces fueron las primeras víctimas de una muerte entre los reinos de este mundo y el Reino de Cristo. Ellos fueron las primeras víctimas. Pero en definitiva, la victoria será ganada.
Los bebés claro, si leo mi Biblia correctamente, en el momento en que murieron, instantáneamente entraron a la presencia de Dios quien reúne a los pequeños en Sus brazos y dice: “No les impidáis porque de ellos es el Reino de los cielos”. Y las madres, podían dejar de llorar por que este mismo que ahora había sido exiliado en Egipto regresaría a ofrecerles una salvación que podía reunirlas con sus propios bebés.
Qué interesante. El profeta nos dio un retrato. Nosotros no entendimos el retrato. Como pueden ver, amados, toda la profecía del Antiguo Testamento, realmente no la entendemos. Parte de ella tendrá que esperar hasta que el Nuevo Testamento se abra, porque recuerden esto, la venida de Cristo ya terminó y vuelve a ser mencionada por el apóstol Pablo un, ¿qué?, un misterio. Y está escondida. Y el escritor del Nuevo Testamento bajo la inspiración magnífica y única del Espíritu Santo que abre el misterio. Y encontramos lo que Jeremías estaba diciendo cuando él ni siquiera lo comprendió, cuando él habrá querido verlo y escudriñarlo y entenderlo en su propia mente, nunca pudo haberlo entendido hasta que Dios envió a Mateo y lo inspiró con el Espíritu Santo para darle significado e interpretación a ese versículo que estaba ahí atrás; y lo enriqueció de una manera magnífica y lo aplicó a Cristo.
Entonces, el Rey tiene que venir de Belén y como dijo Miqueas, Él tiene que ir a Egipto como dijo Oseas. Y tiene que causar lloro en Ramá por Raquel, las madres de Israel, tal como dijo Jeremías. Finalmente, en la presentación magnífica de Mateo del retrato del Rey venidero por parte de los profetas, él incluye uno más. El nombre de Nazaret. Versículo 19. “Pero después de muerto Herodes”, y por cierto Josefo, en sus Antigüedades, pensé que esto le parecería interesante, dice que él murió de esto: “de entrañas llenas de úlceras, de órganos putrefactos y llenos de gusanos, de convulsiones constantes, de mal aliento y ni los médicos ni los baños calientes lo llevaron a recuperarse.” Yo diría, un final apropiado para ese tipo de hombre.
Mateo 2:19: “Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto”, y recordarán que el ángel le dijo que se quedara y esperara ahí hasta que él le volviera a decir que hacer. Versículo 13. Él dijo: ‘vete a Egipto y quédate ahí’. Y no creo que pasó mucho tiempo después de que la familia estuvo ahí que murió.
Pero ahora ya está muerto. Y a continuación, el ángel vino y dijo ‘el siguiente lugar para cumplir la palabra profética es Nazaret’. Versículo 20: “…diciendo: Levántate, toma al niño y a Su madre,” y de nuevo, señalo que cada vez que usted tiene a los dos, el Niño viene primero, “y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del Niño.”
Versículo 21: “Entonces él se levantó, y tomó al Niño y a Su madre, y vino a tierra de Israel.” Ahora, observará que no hay un lugar específico. Simplemente regresaron a Israel, sin duda alguna viniendo desde Egipto, ellos probablemente vinieron por el sur y habrán entrado por Belén y Jerusalén. Quizás en su mente, ése habría sido el lugar donde quedarse.
Y después de todo, ellos sabían que el Niño era Emanuel, Dios con nosotros. Ellos sabían que Él era el Salvador. Jesús, porque Él será el Salvador, Él salvará a Su pueblo. Ellos habían que Él era el Mesías de Dios. Ellos sabían esto porque los ángeles de Dios les habían dicho y ellos quizás pensaban que Jerusalén era el lugar o quizás Belén, en donde nació, cerca de ahí debido a que Él es el Rey, más vale que nos quedemos ahí. Pero eso cambió muy rápido.
Versículo 22. Y José dice: “Pero oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de Herodes su padre, tuvo temor de ir allá; pero avisado por revelación en sueños, se fue a la región de Galilea.”
Ahora, quiero que sepan por qué temían. Cuando Herodes murió, Herodes realmente había gobernado todo. Pero cuando él murió, el reino se esparció. Y un hombre llamado Herodes Antipas se apoderó del área de Galilea en el norte. Arquelao se apoderó del área de Judea. Ambos eran hijos de Herodes que no fueron matados, obviamente. Fueron menos poderosos que su padre. Ellos realmente no eran reyes. Ellos eran más bien gobernantes o príncipes territoriales. Y entonces, ahí estaba Antipas en el área de Galilea del norte. Y después, estaba Arquelao en el sur. Y cuando José oyó que Arquelao estaba en Judea, él tuvo temor de establecerse ahí. Y esta es la razón.
Mientras Herodes todavía vivía, Arquelao había ganado cierta reputación. Herodes había decidido que él quería tomar un águila enorme de oro, la cual era el símbolo que a los romanos les gustaba, un águila dorada enorme y la levantó allí sobre la puerta del templo judío. ¿Muy bien? Lo cual obviamente, dicho de una manera amable, no les gustó mucho a los judíos porque era para ellos una abominación.
De hecho, para ellos era una violación de Éxodo 20:4 porque era tener a otros dioses. Y la razón por la que ellos creían eso era porque los romanos, escuche esto, equiparaban al águila con Zeus y Júpiter. Entonces, el águila representaba a uno de sus dioses o a dos de ellos. Y ellos literalmente estaban colocando a un ídolo sobre el templo.
Bueno, hubo dos famosos maestros judíos para este entonces llamados Judas y Matías. Y no deben confundirlos en la Biblia. Porque son hombres muy comunes. Judas y Matías, estos dos maestros judíos famosos, expertos en la ley de Dios, reunieron a sus alumnos y les preguntaron si iban a ser fieles a eso. Si iban a permitir eso. Si iban a permitir que ese hombre colocara ese águila en el templo. Y ellos motivaron a sus alumnos. Y claro, los alumnos son buenos para lo que se les motiva.
Siempre recuerdo el libro de William Wilberforce, con una palabra en el título llamado revolución, en donde dijo que algunos estudiantes de él se acercaron y le preguntaron y le dijeron que ‘aquí tenemos a un grupo que le gustaría causar una revolución. ¿Sabe usted de alguna buena causa?’ Los estudiantes algunas veces pueden ser así.
Y entonces, estos estudiantes estaban agitados, realmente tenían una buena causa, tenían su propio nacionalismo, su propia religión.
Y entonces, él los agitó y se subieron al techo del templo y comenzaron a arrancar a esa águila y a destruirla en pedazos con sus hachas. Y ellos estaban destrozando esto en pedazos. Bueno, fueron arrastrados, traídos a Herodes. Y para evitar una insurrección completa, él los envió a Jericó para ser juzgados. Y ellos recibieron un castigo leve. Y los dos maestros fueron ejecutados.
Ahora Herodes murió y en la siguiente Pascua, se desató una rebelión en Jerusalén debido al asesinato de estos dos maestros. Esto es apenas antes del tiempo cuando Jesús regresa de Egipto. Esta tremenda insurrección debido al asesinato de estos dos grandes maestros. Y Arquelao, quien ahora está en control, apagó la revolución al matar a tres mil judíos. Él simplemente los alienó, los formó y los mató. La mayoría de ellos, bueno, no la mayoría de ellos, sino muchos de ellos, eran peregrinos que estaban asistiendo a la Pascua. Entonces, esta fue una época increíble cuando la conciencia de Israel estaba tan sensible que actuó y simplemente produjo y provocó un derramamiento de sangre y este hombre mató a tres mil personas.
Entonces, ellos odiaban este hombre y le temían a este Arquelao. De hecho, era un hombre tan impío que excedió a su padre siendo un hombre corrupto como esos reyes del Antiguo Testamento. De hecho, los romanos llegaron y lo quitaron. Y usted sabe que uno de los hombres con lo que lo reemplazaron fue un hombre llamado Poncio Pilato.
Ahora, esta es la razón por la que José dudó en regresar a Judea. Y sus pensamientos fueron confirmados, porque él fue advertido por Dios, dice el versículo 22 ‘en un sueño y él se fue a las partes de Galilea’. El ángel le dijo ‘ve a Galilea’. Después, el versículo 23. Esta es la razón. “Y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.”
Ahora, aquí está el cuarto elemento en la profecía en torno a Su nacimiento para mostrar que Él nació como Rey. Él debía regresar a Nazaret. Por cierto, éste fue el hogar original de José y María, ¿no es cierto? De acuerdo a Lucas 2:4, ellos eran de Nazaret. Ellos debían regresar, vivir la predicción de los profetas que decían que Él sería un nazareno.
El término nazareno, ahora escuche esto, esta declaración, “habría de ser llamado nazareno” no aparece en ningún lugar del Antiguo Testamento, ¿está claro? Ahora observe esto de nuevo: “Para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas”, plural, “que habría de ser llamado nazareno”. Bueno, si usted está buscando los profetas que dijeron eso, no los encontrará en el Antiguo Testamento. Usted preguntará qué quiero decir. No están ahí. No tenemos registro en el Antiguo Testamento de esto. No tenemos registro de algún profeta que haya dicho esto.
Algunas personas creen conectarlo con Isaías 11:1, en donde habla de Cristo siendo un retoño, netser, en el hebreo, y ellos dicen netser y Nazaret, es una mala conexión ahí. Realmente no hay relación. No hay relación para mí. No es buena etimología. Además, usted tiene que lidiar con los profetas, plural, no sólo Isaías 11:1. Me parece tan oscuro, que nunca habría una conexión ahí.
Ahora, Mateo dice ‘los profetas’. Y usted pregunta cómo explico eso. Muy simple. Es muy simple de explicar. Los profetas dijeron esto. Nunca lo escribieron en el Antiguo Testamento hasta ahora y finalmente, fue escrito por Mateo. Bueno, usted dice, pero él dice que lo dijeron los profetas del Antiguo Testamento. ¿Dijeron algunas cosas que escribieron? Espero que esto no lo sacuda mucho, pero sí.
Por cierto, hay muchas cosas que fueron dichas de manera muy importante que no fueron escritas en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, Judas versículo 14: “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares”. Enoc dijo eso. ¿Quiere saber algo? Él no lo dijo en el Antiguo Testamento. Ahí no está. ¿Cómo sabe que él lo dijo? Porque Judas dice que lo dijo. ¿Cómo supo Judas? Porque Judas estuvo ¿qué? Inspirado por el Espíritu Santo de Dios.
¿Sabe quién dijo que Él sería un nazareno? Los profetas lo dijeron. Nada más que no se escribió hasta aquí, pero se escribió aquí. ¿Pero quiere saber lo que es tan hermoso? Mateo ni siquiera nos da una gran explicación. Él simplemente dice: “Lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno.” Lo cual me dice que debía haber un conocimiento común que la gente sabía que los profetas dijeron eso acerca del Mesías. Eso era un conocimiento común, creo yo.
Nuestro Señor, Su nacimiento, Belén, éxodo a Egipto, la masacre en Ramá y un hombre de Nazaret. ¿Y por qué Nazaret? El lugar era menospreciado, escuche esto, el lugar era tan menospreciado que Nazaret y nazareno llegaron a ser un sinónimo de alguien menospreciado. Cuando alguien le decía a usted ‘Oh, tu nazareno’ ese era un término de menosprecio. De hecho, cuando fue comenzada la primera Iglesia, solían decirle a los cristianos como una especie de burla en Hechos 24:5 ‘encontramos a este hombre’, decían de Pablo, ‘un hombre que es una peste y un promotor de divisiones entre los judíos por todo el mundo y él es un líder de la secta de los nazarenos’. Es usado como menosprecio. Y creo que esa es parte de la razón por la que la profecía está aquí. Amados, el Antiguo Testamento lo digo dijo una y otra y otra vez acerca de Jesús. Que Él sería menospreciado. Él sería despreciado. Él sería rechazado. Él sería odiado. Él sería menospreciado.
Eso es lo que dice el Salmo 22. Es lo que dice el Salmo 69. Es lo que dice Isaías 49. Es lo que dice Isaías 53. Eso es lo que dice Daniel 9:26. El talmud, los escritos rabínicos judíos llaman a Jesús Yeshu Ha-Notzri, lo cual significa nazareno. Nunca lo llamaron ‘el que venía de Belén’, nunca, aunque Él nació ahí. Nunca lo llamaron así. Lo llamaron el nazareno porque eso es un término de menosprecio.
Jerónimo reporta una oración en la sinagoga en la cual los cristianos son maldecidos como nazarenos. Ellos dicen que pueden ser borrados del libro de la vida y no ser escritos con los justos, estos nazarenos. Si Jesús hubiera sido criado en Belén, si Él hubiera sido criado en Jerusalén, Él no habría sido menospreciado de la misma manera. Pero Dios dijo que sería menospreciado y al ser de Nazaret, simplemente eso fue intensificado. Tenía que ser Nazaret. Nazaret le daría el nombre “Jesús el Nazareno”. Y eso lo investiría con el título de reproche que Dios predijo que enfrentaría. Él fue menospreciado, rechazado y finalmente asesinado. El nazareno.
Como puede ver, toda ubicación geográfica es vital para apuntar a la persona de Jesucristo. Mateo pinta una obra maestra de retrato. Miqueas dijo que el Rey vendría a Belén y a Belén vino. Oseas, el Rey vendría a través de Egipto. Y a través de Egipto, Él vino. Jeremías dijo que habría lloro como Raquel en Ramá de la antigüedad en el retrato de Jeremías y lo hubo conforme las madres lloraron por los bebés junto a la tumba de Raquel en la Ramá de Belén. Y los profetas de la antigüedad dijeron que Su Nombre sería nazareno y Él sería de Nazaret. Y así fue.
Y en cada punto, Él cumple una profecía que solidifica Su derecho de reinar. Entonces, dice Mateo, éste es el Rey por genealogía, por nacimiento, por adoración, por el celo del odio y por el cumplimiento de la profecía. Este Hombre nació para ser Rey. Y por esta causa, Él vino al mundo. Oremos.
Padre, sabemos que la majestad de Jesús no es una majestad pintada. No es un dominio falso. No es un cometa que tiene un esplendor temporal. Es una monarquía eterna. Jesús reina y reinará para siempre. No por la fuerza de Su ejército, no por la multitud de Sus soldados, no por la grandeza de Su estado terrenal sino por quien Él es. Y Padre, reconocemos que nadie puede estorbar el que se coloque sobre Su cabeza corona tras corona en comparación a todos los otros monarcas insignificantes que han venido y se han ido.
Vemos en la historia, Señor, tres reacciones. La reacción de aquellos que fueron indiferentes, que ignoraron todo. Los sumos sacerdotes y los escribas. La reacción de Herodes y aquellos que resintieron y odiaron, que querían a este Niño muerto, los antagonistas. Y la reacción de los sabios, los magos que adoraron.
Y sabemos que eso es a lo que Mateo está llamando a Israel a hacer conforme él escribió hace muchos años atrás y lo que él está llamando a que los hombres hagan a lo largo de los corredores de la historia a hacer: Reconocer a Jesús como Rey y no ser indiferente ni antagonista a Él. Entonces, Padre, oramos para que lo podamos ver como Rey de Reyes y Señor de Señores; y que postremos nuestras vidas a Sus pies y lo adoremos. Oramos en Su nombre maravilloso y glorioso. Amén.
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