Mateo capítulo 4, uno de los textos más maravillosos de toda la palabra de Dios puesto que aquí está esa gran declaración de nuestro Señor: "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres." Hace algunos años, leí esta parábola; y creo que es una forma adecuada de presentar nuestros pensamientos sobre Mateo 4. Esto es lo que decía: "En una costa peligrosa donde a menudo ocurren naufragios, había una vez una pequeña y rústica estación de salvamento. El edificio era una choza y no tenía más que una barca; pero los pocos miembros devotos mantenían una vigilancia constante del mar y sin pensar en ellos mismos, salían día y noche, sin descanso, en busca de los perdidos. Muchas vidas se salvaron gracias a esta maravillosa estación, por lo que se hizo famosa.
Algunos de los que fueron salvados y otros varios de los alrededores querían estar asociados con la estación y prestar de su tiempo, dinero y esfuerzo para apoyar esta labor. Se compraron nuevos barcos y se entrenó a nuevos equipos para salvar. Y la pequeña estación de salvamento creció.
Algunos de los miembros de la misma no estaban contentos de que el edificio fuera tan primitivo y estuviera tan mal equipado. Sentían que se debía ofrecer un lugar más confortable como primer refugio para los rescatados del mar. Así que reemplazaron los catres y las camas de emergencia y colocaron mejor mobiliario en el edificio ampliado. La estación de salvamento se convirtió en un lugar popular de reunión para sus miembros; y lo decoraron y amueblaron exquisitamente porque lo utilizaban como una especie de club. Menos miembros estaban ahora interesados en ir en misiones a la mar para salvar personas, por lo que contrataron tripulaciones de botes salvavidas para hacer este trabajo. El motivo de salvar vidas seguía prevaleciendo en la decoración del club y había un bote de salvamento litúrgico en la habitación en la que el club celebraba sus iniciaciones."
"Durante este tiempo, un gran barco naufragó frente a las costas; y los equipos contratados trajeron un montón de gente con frío, mojados y casi ahogados. Estaban sucios y enfermos; algunos de ellos tenían la piel negra y otros, amarilla. El hermoso nuevo club estaba hecho un desastre, por lo que el comité inmediatamente construyó una ducha fuera de la casa del club en donde las víctimas de los naufragios podrían limpiarse antes de entrar. En la próxima reunión se produjo una discordia entre los miembros del club. La mayoría quería interrumpir las actividades de salvamento del club por ser desagradables y un obstáculo para la vida social normal del club. Algunos miembros insistieron en que salvar vidas era su objetivo principal y señalaron que todavía se llamaban una estación de salvamento; pero la mayoría lo rechazó y dijeron que si querían salvar las vidas de diversos tipos de personas que habían naufragado en esas aguas, podrían comenzar su propia estación de salvavidas en la costa pero un poco más alejados, cosa que hicieron."
"A medida que pasaron los años, la nueva estación experimentó los mismos cambios que se produjeron en la antigua. Evolucionó hasta convertirse en un club; y una nueva estación de salvavidas fue fundada. La historia continuó repitiéndose; y si usted hoy visita esa costa, encontrará varios clubes exclusivos a lo largo de la misma. Los naufragios son frecuentes en esas aguas, pero la mayoría de las personas se ahoga".
¡Qué ejemplo sencillo y sorprendente de la historia de la iglesia. Pero la obra de salvar vidas y la obra de evangelización es la obra más pura, noble, esencial e importante que la iglesia hará. La obra de la evangelización, el trabajo de pescar hombres, por así decirlo, como si fuera del mar del pecado, el trabajo de rescatar a las personas del infierno, es la obra más grande que la iglesia forjará. Es el gran trabajo de Dios.
I Juan 4 nos dice que nosotros sólo Le amamos porque Él nos amó primero. Y Juan 3:16 nos dice: " Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado…" La obra más grande en el corazón de Dios, la mayor preocupación en la mente de Dios, es la evangelización. El gran interés de Dios es ganar a los perdidos. También es la gran preocupación de Cristo. Lucas 19:10 dice: "Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." El trabajo de ganar a los perdidos es la preocupación de Dios, la preocupación de Cristo y también la mayor preocupación del Espíritu Santo; porque es el Espíritu Santo que viene, según Juan 16, para convencer a los hombres de pecado, de justicia y de juicio. Es el Espíritu Santo que viene sobre la iglesia y después de que lo hemos recibido, "me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra", dijo Jesús. El gran interés de Dios, de Cristo y del Espíritu es la evangelización, salvar a los perdidos.
En el Nuevo Testamento, encontramos que es también la mayor preocupación apóstoles. Es sin duda el caso de Pablo. En el capítulo 1 de Romanos, Pablo se hace eco de lo que es un sentimiento divino: "A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el Evangelio también a vosotros que estáis en Roma. Porque no me avergüenzo del Evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego." Más tarde, en esa misma epístola maravillosa de Romanos, Pablo compartió su corazón en el capítulo 9 diciendo lo siguiente: "Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne". Era su gran preocupación.
En el capítulo 10:01 dice: "El anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación." En I Corintios 9:22 expresa: "A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos." La mayor preocupación de Dios es ganarse a la gente para sí. Era la mayor preocupación de Cristo, del Espíritu, de los apóstoles y de la iglesia primitiva. Al ser esparcidos en Hechos capítulo 8, fueron por todas partes predicando a Jesucristo, tratando de ganarse a la gente para Él.
Aun en el Antiguo Testamento fue igual. En el Antiguo Testamento, el corazón de Dios estaba preocupado por los que estaban perdidos. De hecho, en Proverbios 11:30, tenemos esta gran declaración: "el que gana almas es sabio". Y si usted sabe lo que el término sabio significa en Proverbios, sabe que es sinónimo de una vida de justicia. La persona verdaderamente justa, que vive con entendimiento, que no solo lo sabe sino que lo vive, es la que gana almas. Es verdaderamente sabia.
Y al final del libro de Daniel, en el capítulo 12:3 dice: "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. " Las personas que llevan a otras a la justicia, son sabias. La palabra de Dios es clara. Nuestro texto se hace eco del mismo sentimiento. Mírenlo en Mateo 4, la gran palabra de nuestro Señor Jesucristo en el versículo 19: "Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres”. ¡Qué promesa! Él no solo dice que quiere que lo hagamos. Sino también dice que nos capacitará para hacerlo. Es nuestra tarea.
¿Sabía usted que el término griego evangelizar se utiliza no menos de 53 veces en el Nuevo Testamento y está todo resumido en la Gran Comisión en Mateo 28 cuando el Señor dice: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado "? Alguien dijo que el evangelismo es el sollozo de Dios. Que es el llanto angustiado de Dios mientras que solloza por una ciudad condenada. Evangelismo es el llanto de Pablo cuando dice: "deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne". Es la súplica del corazón de Moisés cuando dice: "este pueblo ha cometido un gran pecado… perdona ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de Tu libro que has escrito". Es el grito de Wesley quien dijo que el mundo es su iglesia. Evangelismo es el llanto de los padres en la noche por un hijo perdido.
Es la mayor tarea; y nosotros debemos centrarnos en ella. Al mismo tiempo, el evangelismo es una gran paradoja en este sentido: Jesús dijo que "todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de Mí, la hallará." En otras palabras, al salvar a otros, nos perdemos nosotros mismos o al perdernos a nosotros en la tarea, ganaremos a otros. Lo podríamos decir de la siguiente manera: quien gane al mundo debe ser rechazado por el mundo. No se puede tener ambas cosas.
En el capítulo 15 de Juan, Jesús dice en el versículo 25: “Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron. Pero cuando venga el Consolador, a quien Yo os enviaré del Padre, el Espíritu de Verdad, el cual procede del Padre, Él dará testimonio acerca de Mí. Y vosotros daréis testimonio también.” En otras palabras, Jesús dijo que nosotros seríamos Su testigo. Iremos por el mundo dando testimonio.
¿Qué sucederá? Versículo 2 del capítulo 16: “Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios”. Quien rescate al mundo, quien alcance al mundo, será rechazado por él. Quien gane la vida, debe perderla; quien pierda su vida, verá que será usada para salvar a otros. Este es el modo de Jesús. Nuestro Señor, quien nos salva de la muerte conquistándola, tuvo que rendirse a ella.
Y es por eso que el evangelismo es en cierto modo el sacrificio del más grande por el más pequeño. Los que valen, por los que no. Los fuertes muriendo para que los débiles puedan vivir. No es la teoría desamorada de la supervivencia de los más aptos, sino el sacrificio de los más capaces para que los más débiles puedan caminar. La Biblia claramente dice que debemos enfrentar a las personas de este mundo que no tengan a Cristo y perdernos para que podamos ganarlos a Él.
Estaba hurgando un viejo libro escrito en 1877, algo que me gusta hacer, porque me parece que todas las cosas que pensamos que son tan novedosas, tan maravillosas y recién descubiertas por esta generación de cristianos alertas, siempre están enterradas en algún tesoro del pasado. Y el Espíritu Santo de Dios siempre ha revelado estas grandes verdades a todo Su pueblo a través de los años. Encontré esta pequeña nota y pensé que era interesante. El escritor estaba tratando de incitar a evangelizar.
Este anciano hombre de Dios, quienquiera que fuese - anónimo, sin duda alguna un predicador- estaba dando una súplica apasionada a la gente para que saliera a ganar a otros para Cristo. Probablemente estaba indicando a la iglesia que fueran un equipo para salvar vidas y no un club. Y estas fueron sus palabras: "Si se supone que la población actual de nuestro mundo es 1.600 millones -en 1877- y que en todo ese vasto número no hay más que un verdadero cristiano que tendrá un papel decisivo en las manos del Espíritu Santo durante el próximo año en la conversión de solo otros dos a Cristo, y cada uno de esos dos nuevos conversos son instrumentos utilizados para llevar a Cristo a otros dos durante su primer año de vida espiritual y que la obra así continuaría; cada nuevo converso conduciendo a otros dos a Cristo dentro del año de su conversión, ¿cuánto tiempo se necesitaría a este ritmo a partir de un cristiano para que los 1.600 millones llegaran a Cristo? La respuesta, sin duda, sorprenderá a muchos de nuestros lectores. Pero si podemos confiar en las cifras, todo el mundo se convertiría en poco menos de 30 años y medio, en menos de una generación. ¿Es una obra como esta muy poderosa para que el Espíritu de Dios la pueda llevar a cabo o para que la iglesia se esfuerce por lograr?
Pero vamos a modificar un poco las condiciones. En lugar de suponer que no había más que un verdadero cristiano en todo el mundo, tengamos una aproximación más cercana a la realidad, supongamos que el número es por lo menos 20 millones. Probablemente, muy por debajo de la verdad. Si cada uno de estos 20 millones de cristianos llevara a Cristo a una sola alma en el próximo año, el número total sería el doble antes de finales de este año 1877. Si resultados similares fueran seguidos por oración y esfuerzo en 1878 y continuaran al año siguiente; y cada año cada cristiano verdadero fuera decisivo mediante la oración y el esfuerzo personal en la salvación de una sola alma, un año antes de 1883 sería oído en el reino de los cielo este gran coro: que este mundo se ha convertido en los reinos de nuestro Señor y de Su Cristo.
¿Quieren saber algo? No lo hicieron. Un dato interesante: si una persona de Grace Community Church entrena a otras dos a cómo presentar a Jesucristo; y cada una de ellas lleva a una persona a Cristo y el proceso continua cada seis meses, en seis años y medio todo el valle de San Fernando se convertiría a Cristo; y el resto de Los Ángeles en seis meses más.
Digo esto no para entrar en una discusión acerca de si Dios quiere que toda la ciudad de Los Ángeles sea salva o no. Simplemente para mostrarle que no es un imposible. La comisión no ha cambiado. Debe comenzar de alguna manera. Puede comenzar con nosotros. Y comenzará donde usted se encuentre. Una sirena en el mar para la niebla tiene su valor, pero nunca nadie ha sido rescatado por ella. Yo puedo venir aquí domingo tras domingo, tocar la sirena, pero se necesitará de equipos de personas bien entrenadas que estén allí en el mar, ¿comprende? Somos pescadores de hombres.
Henry Ward Beecher, el gran predicador, dijo: “Cuanto más tiempo vivo, más seguridad tengo en esos sermones en los cuales un hombres es el ministro y otro hombre es la congregación; cuando no hay dudas de quién es la persona cuando el pastor dice “Tu eres el hombre”. Evangelismo es darse cuenta del propósito de redención eterna de Dios. Personas que evangelizan por sí mismas trayendo a personas a Cristo. Todo comenzó en Mateo 4:18-22.
"Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, Le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, Le siguieron." Este fue el primer grupo para salvar vidas que se formó en el Nuevo Testamento; los primeros en ser entrenados para evangelizar, para comenzar el proceso de cumplir con la gran comisión. Todo comenzó aquí.
Miremos nuevamente al contexto. Mateo nos presenta al Rey Jesús. Ese el tema a través de los 28 capítulos de su Evangelio. Y veremos la realeza de Jesucristo en todos ellos. Lo veremos como rey. En Mateo 4:12-25 se concentra en el ministerio oficial del Rey. Es donde comienza el ministerio real oficial. Finalmente, el Rey llega. Después de todos estos años de preparación, después del ministerio de Juan el Bautista, después del bautismo, de la tentación, Jesús se embarca en Su ministerio oficial, que llamamos los amaneceres en Galilea. Todo está en orden. Todo está listo.
Comienza Su ministerio en los versículos 12 al 25. Consideraremos varios puntos. Primero, en el versículo 12, Él comenzó Su ministerio en el momento adecuado.
Segundo, versículos 13 al 16, en el lugar correcto – en Galilea. Tercero, con la predicación correcta, recuerden el versículo 17: “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Jesús tenía un reloj divino, un calendario divino, que funcionaba en respuesta al plan de Dios. Comenzó Su ministerio en el momento justo en que Juan fue enviado a prisión; en el lugar adecuado, Galilea de los gentiles, donde más lo escucharían, donde estaban más abiertos, había más potencial, mas necesidad; y con la declaración adecuada. Se acercaba un reino, pero se tenían que convertir para participar de él.
Jesús dijo que Dios tiene un Reino, y si uno quiere ser parte del mismo, hay que arrepentirse y convertirse. Versículo 18, llegamos a los compañeros correctos. Él nunca pretendió hacerlo solo. Tampoco pretendió hacerlo únicamente predicando. Podría haberlo hecho. Tenía el poder para hacerlo, el derecho. Pero ese no era el plan. Tenía que haber pesca de hombres.
El Dr. Duryea dijo hace muchos años: “el alma enferma necesita más que un discurso de medicina. Necesita una receta personal”. Y Jesús necesitaba a algunas personas que pudieran dar más que una clase de medicina; que pudieran dar recetas personales a las almas de las personas que conocieran. No sabemos cómo fueron llamados cada uno de los doce discípulos para comenzar ese equipo de rescate, pero sabemos que fueron llamados personalmente por Jesucristo. Conocemos las circunstancias de siete de ellos; de los otros cinco no estamos al tanto de los datos específicos. Sabemos que a todos los llamo Él mismo. Eligió a los individuos que deseaba que fueran a formar parte de esta maravillosa oportunidad de pescar hombres. Dios siempre elige a sus compañeros cuidadosamente.
Usted puede ver en el Antiguo Testamento cómo Dios eligió a Israel para ser su asociada en evangelizar al mundo. Ellos serían Su portavoz. En Isaías 49 dice: “Mi siervo eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré”. Eligió a los israelitas para ser Sus asociados en el Antiguo Testamento. Escogió entre ellos a algunas personas especiales como Jeremías, Isaías, Ezequiel y muchos más. Y cuando llegamos al Nuevo Testamento, Él seleccionó a Sus compañeros con el mismo cuidado.
En Juan 15:16, Jesús mira a esos doce a la cara y les dice: “No me elegisteis vosotros a Mí, sino que Yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto”. Juan 6:70: “¿No os he escogido Yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?” Juan 13:18: “Yo sé a quienes he elegido”. Lucas 6:13: “Y cuando era de día, llamó a Sus discípulos, y escogió a doce de ellos”. Cuando Jesús elige a Sus compañeros, lo hace con mucho cuidado.
Usted se preguntará si Él lo eligió para ser pescador de hombres. Sí. Todos los creyentes tenemos esa misión. Debemos dar testimonio. Predicar a Cristo. Hablar de Él. Trabajar para cosechar. Todos nosotros. En el libro de Hechos, a medida que se desarrolla la iglesia, todos forman parte del equipo de salvación. Es nuestra tarea. Lucas 24:46-48: “les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en Su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas”.
¿Han notado que se debe predicar el arrepentimiento y el perdón de pecados en Su nombre en todas las naciones y solo al principio en Jerusalén? Debe ir más allá. Y somos parte de esa continuación. Es por eso que en Hechos 1:8 va un paso más allá: “…cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.” Y es por eso que en II Corintios 5:20, Pablo dice: “somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo”. Pedro repite en Primera Pedro 2:9: “vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes”. Comenzó con los doce, se extendió a la iglesia primitiva en Jerusalén y luego a Judea, Samaria, luego al mundo y después a nosotros. Es nuestra labor. Nosotros también debemos seguir a Jesús y ser pescadores de hombres.
Necesitamos enfatizar esto. Hemos aprendido grandes verdades, no tenemos que olvidarnos de los que están perdidos.
Había un hombre llamado Luigi Tarisio, que apareció muerto en su sencillo hogar donde tenía guardados 246 violines exquisitos, los cuales había escondido en un ático; los mejores de ellos estaban en un cajón de un escritorio. En su devoción por los violines, había privado al mundo de su música. Otros más hicieron lo mismo que él. ¿Sabían que el mejor violín Stradivarius que jamás se haya fabricado fue tocado por primera vez 147 años después porque alguien lo había escondido? Me pregunto cuántos cristianos son como Tarisio. Si en su amor por la iglesia, por la Palabra de Dios, usted queda ensimismado y el mundo no escucha esa música, ¡eso es trágico!
Una estadística que me han dado y rehúso creer: el noventa y cinco por ciento de los cristianos nunca llevó a nadie a Jesucristo. El 95% de los mejores violines espirituales del mundo nunca han sido tocados. Usted se puede aferrar a las cosas que ama de la iglesia, pero también tiene que alcanzar a los demás. Una historia que Moody solía compartir: estaba visitando una galería de arte en Chicago, frente a un cuadro que mostraba a una persona que se aferraba con dos manos a una cruz que estaba en una roca en medio de una tormenta. Moody comentaba que pensaba que era el cuadro más bonito que había visto. Años después, dijo, vi un cuadro similar. Este mostraba a una persona en una tormenta aferrada a una cruz pero con una mano, con la otra intentaba alcanzar a un hombre que se estaba ahogando. Este era más encantador aún. Espero que no nos olvidemos de los que necesitan desesperadamente lo que nosotros poseemos.
En uno de sus libros, S. D. Gordon retrata a Gabriel en un diálogo con Jesús después de la ascensión. El Ángel le pregunta a Cristo Sus planes de evangelización. Y Él le responde: “Les pedí a Pedro, Santiago, Juan, Andrés y otros más que se encargaran de hacer eso; y entonces, que aquellos que oyeran les dijeran a otros para que finalmente todo el mundo escuche la historia y el poder de la misma”. Y en la leyenda, Gabriel dice: “¿Y si ellos no le cuentan a los otros?” A lo que Jesús le respondió con calma: “No tengo otros planes. Confío en ellos. No tengo otro plan”.
¿Qué significa ser pescadores de hombres? Versículo 18: “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores”. Una zona de las más bonitas de la tierra. De las más fértiles del mundo.
En los tiempos de Jesús, había nueve ciudades populosas en su margen. En 1930, había solo una aldea, Tiberio, la misma que queda hoy en día. La única. Llena de botes de pesca en los días de nuestro Señor. Hay escritos de Flavio Josefo donde menciona que una flota de botes estaba compuesta por 240 naves. Son muchos para un lago de una superficie de 12 kilómetros por 22. Allí caminó Jesús y encontró a los dos hermanos. Simón, más tarde llamado Pedro y su hermano Andrés. Esta es la fase dos de su llamado. Algo técnico que les servirá en el estudio de los Evangelios. Hay varios llamados diferentes a los discípulos en los mismos. Cada escritor del Evangelio, para su propio propósito, elige uno o el otro. Había una secuencia de cosas. Existen al menos cinco veces en donde Jesús los llama, cada vez llevándolos a un nivel diferente. Como a ustedes. Una vez fueron llamados a salvación. Y después, en algún momento de sus vidas, fueron llamados a un nuevo nivel de compromiso. Y quizás en algún momento fueron llamados, como yo, a servir a Jesucristo de algún modo específico. Y quizás usted fue llamado a servir en un lugar determinado, como Grace Community Church o algún otro ministerio determinado. En otras palabras, la manera en que Dios nos dirige puede tener etapas; y eso es así en el caso de los discípulos.
El primer llamado está en Juan 1. Era el llamado a salvación. Andrés, Juan, Simón, Felipe, Natanael y Santiago son llamados a salvación. El llamado inicial. Y recuerdan cuando Juan el Bautista dijo que no le siguieran más a él, que le siguieran a Cristo. Y Le siguieron; y ése fue el llamado a salvación.
La etapa dos, en Mateo 4:18, el llamado a ser pescadores de hombres. Van a seguir a Jesús, pero es algo momentáneo. No es la partida final de todo. Por ahora lo siguen a Él. Son llamados a ganar almas. A pescar hombres. Son llamados a seguirle.
Hay un tercer llamado. Lucas lo registra en el capítulo 5. Después de Mateo. Es diferente. Hay similitudes, pero también diferencias claras. Todavía están pescando, lo que está indicando que no abandonaron su labor por completo. Lo siguieron por ese momento. Y ahora será más firme. Les dirá que quiere que sólo sean pescadores de hombres.
Es el próximo paso; y ahora está en el lago de Cineret, otro nombre del mar de Galilea. Dos botes en el lago, los pescadores se habían ido, etc. Entra en uno de los botes, el de Simón y aquí está la diferencia. Estamos de pronto en la barca, la situación de Mateo es distinta. Les dice que tiren las redes y ocurre un milagro. Un relato diferente. El tiempo para ellos de realizar un compromiso real. Y Jesús lo reitera en el versículo 10.
Estaban Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. “Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres.” ¿Recuerdan la historia? No podían pescar sin el Señor. Él controlaría los peces. Les preguntó si querían pescados, les dijo dónde poner las redes. Sin Mi no tendrán nada. Pescarán hombres. “Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, Le siguieron”. Otro nivel de compromiso.
Esto es parte de nuestra vida. En algún momento usted viene a Cristo y luego alguien le dice que usted debe pescar hombres. Quizás es mucho tiempo después y quizás no son muchos los que dejan todo para ir a pescar hombres.
En Marcos 3 hubo otro llamado. No solo pescarían hombres sino que serían oficialmente apóstoles. Versículo 14: “Y estableció a doce, para que estuviesen con Él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios.” Ahora tenían poderes milagrosos, poder también para sanar. Pasaron de salvación a un llamado general, a un compromiso específico total y ahora a un poder milagroso.
Y finalmente la quinta fase registrada en el capítulo 10 de Mateo, en el primer versículo: “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.” En el versículo siete les dice que vayan predicando. Dieciséis, como a ovejas en medio de lobos. Y fueron a predicar. Así debe ser con nosotros. Y todo comienza con el momento en que conocemos a Cristo y lo aceptamos como nuestro Salvador, poco después, con ayuda del Espíritu Santo, pescaremos hombres y esperemos que más tarde su vida esté direccionada en hacer eso, abandonando todo, y llegará el momento cuando en medio de esto usted sienta el poder de Dios que lo mueve a hacer Su trabajo.
En la fase dos, conoce a estos dos, Simón y Andrés. Y estaban tirando sus redes en el mar porque eran pescadores. Había tres métodos de pesca en esos días: uno era con caña de pescar.
Otro, con red. Se usaba desde uno o dos botes. Se tiraba al mar con cuerdas en las cuatro esquinas y tenía un peso para que se hundiera rápidamente en el agua. Y, por supuesto, cuando el barco avanzaba, acumularía los peces; ellos alzarían las cuerdas en la parte superior y la red estaría llena de peces. La Biblia habla de una red en Mateo capítulo 13. Sólo tenían que recoger los peces. Ellos ataban las cuerdas al final; y los peces estaban atrapados.
Y también había una red que es la que ellos estaban utilizando aquí. Estaban lanzando una red, no saganae, que es la red de arrastre. Estaban arrojándola. Es una red circular de casi 3 metros de diámetro que manejaban con habilidad. Ellos sabían cómo arrojarla desde la orilla. Desde la orilla del lago, el agua llegaría a una altura hasta la rodilla; la red tendría unos pesos en su ribete para que se hundiera, los peces quedarían atrapados y ellos tirarían de la soga, trayéndolos. Eso es lo que estaban haciendo. ¿Por qué se lo comento? Creo que es interesante. La palabra es amphiblestron, de donde proviene la palabra anfibio.
Lo que me interesa es que Jesús dijo que pescarían hombres. Y utilizó esa metáfora de manera que lanzaron esa gran red y capturaron muchos peces. Y me gusta ese pensamiento. No estaban pescando a uno solo. Me gusta el hecho que Jesús dijo que habría muchos de ellos. El Señor, cuando habló de evangelismo, tenía a mucha personas en la mente. Y llama a Simón y a Andrés, pero también vean en el versículo 21 “Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó”.
Son cuatro y Él tiene un plan para ellos. Son diamantes en bruto. Son toscos, hombres que viven al aire libre. Sabemos en el caso de Pedro que era un poco primitivo, sin dudas algo cierto de los otros también. Tenían muchos problemas. Falta de percepción espiritual. No importaba lo que Jesús dijera en los primeros meses de Su ministerio. Nunca lo entendieron. Él les hablaba de lo que los hebreos llamaban el velo Masha'allah, y ellos se preguntaban de qué estaba hablando. Tenían una percepción muy limitada de la dimensión espiritual. Las parábolas de Mateo 13 fueron justo para ellos. Ellos no entendieron el mensaje. Jesús continuó hablando con ellos en términos que no podían entender. Durante mucho tiempo trataron de entender. Jesús tuvo que explicar todo. Tenían mucho que aprender. Tuvieron una terrible falta de compasión. Eran realmente un grupo que no se compadecía.
Mateo 14:15: “Cuando anochecía, se acercaron a Él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer.” Deshazte de esta multitud o estarán hambrientos. Eso no es ser muy hospitalario. No tenían compasión. Eran un grupo de hombres orgullosos y pienso que al estar junto a Jesús se sentían mejores que los demás.
Cuando se acerca un niño, ellos Le dicen que lo eche, que no pueden ser molestados por un niño. Ni siquiera eran indulgentes. Pedro le preguntó a Cristo cuántas veces debía perdonar a alguien si le ofendían. El Señor dijo 490 veces. Eran terribles en las reuniones de oración. Se quedaban dormidos. No eran valientes. Cuando el Pastor fue golpeado, las ovejas se dispersaron. ¡Qué grupo! Sin percepción espiritual, sin compasión, sin humildad, sin sentido de perdonar, no eran capaces de perseverar en la oración y un grupo de cobardes. Síganme y os haré pescadores de hombres. Eso le dice a usted lo que el Señor puede hacer con usted y conmigo. Él es excelente con la materia prima que muestra poco o ningún potencial.
También es una buena lección. Jesús vio algo allí. Algo en ellos. Sabía lo que estaba haciendo. Eligió un potencial. Lo vio allí. El hecho que haya seleccionado a pescadores es un tipo de reprimenda para el sistema judío. ¿Por qué no eligió a un rabino en Su grupo? Un rabino brillante, astuto, conocedor; o alguno de los grandes líderes de Israel. Qué saben los pescadores, nunca asistieron a la escuela. Quizás ni siquiera sabían leer. Confiaba en algo mejor que la sabiduría del mundo, algo mejor que la influencia humana, mejor que la religión formal, mejor que la educación, mejor que un ritual, ¿no es cierto? “Ni muchos poderosos, ni muchos nobles” dijo Pablo. Eligió a cosas insensatas del mundo, las cosas básicas del mundo.
Broadus, el gran comentarista, que ha escrito el maravilloso trabajo sobre Mateo dijo: “Tal vez estaban menos expuestos a las locuras de la tradición farisea; y por lo tanto mejor preparados para recibir y transmitir la nueva doctrina, y eran eminentemente hombres del pueblo. Es probable que los doce hombres tuvieran una vida humilde, sin el aprendizaje de las escuelas rabínicas. Y en Hechos 4, la gente dijo: "¿Quiénes son estas personas y qué es lo que saben? ¡Galileos!"
Versículo 19, pero a ellos “les dijo: Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres”. Nosotros, los cristianos, no entendemos. Cuántas veces usted dice que si tal o cual famoso se convirtiera en creyente, a cuántas personas ganaría…por empezar, el Señor nunca eligió a esas personas. Que influencia tendría tal persona si se convirtiera... Él nunca los eligió. No hay nada de malo con ellos. No vino y escogió a grandes genios. Escogió a humildes pescadores. Gente del pueblo; y Dios siempre se identifica con la gente del pueblo, con los pobres, y con los pobres en espíritu.
En el versículo 19 les hace una gran promesa. Los haré pescadores de hombres. No les pido que hagan algo que Yo no esté comprometido a hacer. Ya eran creyentes, como vemos en Juan 1, esta es su segunda etapa. Ustedes serán pescadores de hombres. Ellos lo entendieron. Una descripción vívida para ellos. Sabían perfectamente lo que les estaba diciendo.
¿Alguna vez ha pensado en cómo aplicar la habilidad de pescar para pescar hombres? Los pescadores buenos tienen ciertas cualidades. Primero: la paciencia. Ellos aprenden a esperar, así que para pescar hombres, se debe ser paciente. Segundo, tienen la cualidad de la perseverancia. Es increíble. Lo hacen una y otra y otra vez. “Bueno, no pescamos nada, pero volveremos”. Perseverancia. La tercera cualidad es la valentía. Mi barca es pequeña y el mar muy grande. Enfrentarán al mar a causa de los peces.
Los pescadores también parecen tener un ojo para el momento adecuado. Si usted habla con uno que sepa, le dirá cuándo y dónde. Por lo que quien sabe ganar almas, escoge su momento y lugar cuidadosamente. Los buenos siempre le dirán que se quede fuera de vista. Recuerdo cuando era pequeño, fui a pescar con mi tío Charlie. Me colgaba del bote, y él me decía que no me asomara. Le preocupaba que los peces me vieran. Se supone que no deben verte. Es una buena analogía. El que es bueno en ganar almas, es de perfil bajo. Se esconde, se asegura que la mirada esté puesta en Cristo.
Por lo que Él les dice que ellos saben de paciencia, perseverancia, valentía, saben cuándo es el momento adecuado, saben cómo permanecer ocultos para lograr su objetivo. Y entonces, les dice que serán pescadores de hombres. Jesús asumía el compromiso de entrenarlos, de enseñarles. Hay un único modo de enseñar a alguien a ganar personas; y es llevándolos y mostrándoles. Hay que mostrarles. Algunos no saben cómo tender las redes, otros no saben cómo poner el anzuelo, etc.
¿Cuánto tiempo Le llevó entrenar a estas personas? Tres años. ¿No es maravilloso? Primero pasó un tiempo con ellos, los organizó y luego los dejó ir de a dos, Mateo 10. Iban y regresaban, siempre dando un reporte. De a dos. Finalmente, en Mateo 28 les dice que se va, que quedan solos. Se graduaron. El método de entrenamiento de Jesús: llamarlos a Él, dejarles saber la comisión, entrenarlos, dejarlos que vayan y regresen con un informe -sucedió esto y aquello- enviarlos nuevamente, que regresen nuevamente. Finalmente estuvieron entrenados y Él se fue.
¿Cómo lo hizo? ¿Alguna vez analizó cómo Jesús entrenó a los ganadores de almas? Permítame darle algunas breves ideas. En el comienzo del Nuevo Testamento, Jesús ganaba alma cuando ellos le veían. No les daba 45 clases. Lo hacía, miraban y aprendían.
Estos son, brevemente, los métodos que usaba: primero, estaba disponible. A medida que estudio al vida de Cristo, veo que siempre estaba con multitudes. Donde estaba la gente. Donde estaban los pecadores. En efecto, Le dijeron que siempre estaba rodeado de pecadores. Y ellos entendieron que ahí es donde necesitaban estar.
Segundo, no tenía favoritos. No andaba con los ricos o los famosos. O los religiosos. No importaba la clase social, se acercaba al rico Jairo; pero también pasaba tiempo con una prostituta. Estaba disponible y no tenía favoritos.
Tercero, era sensible. Podía detectar un corazón abierto rápidamente. ¿Usted ha aprendido a detectar un corazón abierto? En Marcos 5, una multitud lo estaba empujando, casi no se podía mover. Y la Biblia dice que entonces “Jesús… volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?” ¿La multitud lo estaba apretando y pregunta quién lo tocó? Sí.
Y había una mujer con un problema de flujo de sangre quien había alcanzado a tocar una de las cuatro borlas que siempre colgaban de la toga de un rabino; y Él supo que había un corazón sensible. Y llamó a esa mujer de entre al multitud, la sanó y logró del corazón de esa mujer una confesión de fe en Él. Era sensible. Era capaza de detectar un corazón abierto en una multitud. Sensible al Espíritu. Usted puede hacerlo. Si usted está caminando en el Espíritu, yo creo que el Espíritu de Dios lo guiará a esa persona.
Estaba disponible, no tenía favoritos, era sensible y cuarto, se aseguraba de obtener una confesión pública. No dejaba que la gente se escapara. La mujer de Marcos 5, no se podía escapar, Él le hizo confesar. Ella le tocó Su vestimenta, fue sanada, pero no fue suficiente. Marcos relata que había sufrido mucho a causa de su enfermedad, había pasado por muchos médicos. Los discípulos Le preguntan qué quiere decir cuando pregunta quién le tocó; ¿acaso no ve a la multitud de personas? Pero Jesús atrajo a esa mujer de la multitud y expresó: “Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote”. Obtuvo su confesión de fe. Nosotros debemos hacerlo. Para ser efectivos, tenemos que lograr que la persona confiese públicamente a Él como Señor.
Jesús era amoroso y cariñoso. Miren lo que hizo en el capítulo 8 de Juan con la mujer que había sido abusada por todo tipo de hombres, una prostituta de la peor categoría. Y con María Magdalena. Y en Mateo 8, cuando tocó a un leproso. Era afectuoso con los pecadores.
Y siempre les dedicaba tiempo. El Señor me habla a mí de esto. Siempre estoy apurado, me tengo que ir, siempre hay un gran proyecto, una reunión. Tanto tiempo para el ministerio y tan poco tiempo para las personas. En Marcos 5, Jairo le cuenta una larga historia sobre su hija; y Él se toma el tiempo para escucharle. Había muchas personas, pero Él le dedicó tiempo.
Durante estos tres años, entrenó a estos hombres para saber cómo estar disponibles, cómo no tener favoritos, cómo ser sensibles, cómo asegurarse de obtener una confesión pública, cómo utilizar el amor y el cariño y cómo tomarse el tiempo y aplicar todo lo que sabían como pescadores. Paciencia, perseverancia, valentía y un ojo para saber el momento correcto y tener perfil bajo en todo esto.
Y así aprendieron. Él los entrenó. Y ese es nuestro deseo, apoyar a hombres que entrenen a otros a evangelizar. Es lo que Jesús hizo.
La conclusión. ¿Cuál fue su respuesta? “Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.” Y en el versículo 22 dice de otros dos: “Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron”. Me encanta. Obediencia instantánea. Eso habla de autoridad. Si usted camina por la orilla y le dice a alguien que le siga, y ellos lo hacen, eso dice algo de usted. Y cuando veo una imagen de un Cristo demacrado, enclenque, arrugado, que parece que no puede asustar a nadie, ese no es Él. Obediencia. No creo que ellos hayan tenido pasión por las almas ni ninguna otra cosa. ¿Por qué lo hicieron?
Si usted quiere sentir pasión por ganar almas, comience por obedecer. Ahí comienza todo. La obediencia es la chispa que enciende el fuego de la pasión. La manera para tener el corazón en llamas por los perdidos es obedecer y ver cómo Dios toma la chispa de la obediencia y la transforma en un incendio forestal. David Brainerd, el gran misionero que falleció a los veintinueve años de edad, dijo: “Oh, si yo fuera una llama de fuego en la causa de mi Amo”. Henry Martyn dijo “Déjenme quemarme por Dios”. Alexander MacLaren, el gran predicador, dijo: “díganme la profundidad de la compasión de un cristiano y les diré la medida de su utilidad”.
¿Dónde comienza todo? ¿De dónde se obtiene tal pasión? Ese deseo de consumirse por Dios. Viene del piloto de la llama de la obediencia. El Dr. Cortland Myers en su libro “¿Cómo lo sabemos?”, escribe acerca de Robert Murray McCheyne, un predicador escocés que falleció a los 29 años. Myers dice: "donde quiera que él fuera, Escocia se temblaba. Cuando abría su boca, una fuerza espiritual se extendía en todas partes. Miles lo seguían a él a los pies de Cristo.”
Un viajero deseoso de conocer el lugar donde McCheyne había predicado, fue al pueblo y encontró la vieja iglesia. Un hombre accedió a llevarle por la misma. Lo llevó al estudio de McCheyne. Le ordenó que se sentara en la silla. El viajero dudó por un momento y luego se sentó. Delante suyo había una Biblia. “ponga su cabeza sobre esa Biblia y llore, eso es lo que hacia nuestro pastor”, dijo el anciano. Luego, lo llevó al púlpito frente a la Biblia abierta. “Párese aquí” , le dijo, “y ponga su cabeza entre sus manos y deje que las lagrimas fluyan”. “Eso es lo que hacia nuestro pastor antes de predicar”. Y entonces, Cortland Myers escribió: “con tanta pasión por los perdidos y los necesitados, no es de asombrar que el Espíritu Santo le diera a McCheyne una personalidad tan magnética que trajo a tantos al Señor.”
El Señor escuchó. Necesita a personas especiales que Le ayuden. Necesita a un equipo bien entrenado. No un confortable club. No necesita eso. Necesita pescadores de hombres. Usted se preguntará si puede hacerlo. Sí. ¿Cómo?
Primero: sea un creyente. No puede ser parte de un equipo a menos que lo sea. Número dos: esté disponible. Aprenda cómo ganar personas para Cristo. Si eso implica involucrarse en un ministerio de evangelización, hágalo. Si eso significa leer el Nuevo Testamento y subrayar todo acerca del evangelismo, clasificarlo y aprenderlo, hágalo. Sea un creyente y esté disponible. Tercero: preocúpese. Quizás eso significa leer libros. Seguramente implica conocer incrédulos; y todo comienza con la obediencia. Salga y hágalo, aunque la pasión no esté ahí. Diga lo que siempre quiso y nunca lo hizo. Y dese cuenta que Jesús es su modelo. Estudie cómo Él lo hizo. Y luego busque a alguien a quien seguir; y deje que sea su modelo. Sea un creyente, esté disponible, preocúpese, sea obediente, siga a Cristo y aprenda con el ejemplo.
Jesús comenzó en el momento adecuado, en el lugar apropiado, con la declaración correcta y los compañeros adecuados. Debemos llevar la luz al resto del mundo.
Gracias Padre por el llamado a hacer este trabajo para Ti. Te alabamos y pedimos que nos hagas esa clase de personas que son pescadores de hombres. En el nombre de Jesús, Amén.
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