Este es un mensaje del pastor John MacArthur, traducido y predicado en español para el mundo de habla hispana.
Mateo capítulo 5 y versículo 8. Quiero leerle todos los versículos en las bienaventuranzas como el contexto para nuestros pensamientos, y después oraremos juntos, y después veremos juntos este versículo. Comenzando en el versículo 1, Mateo registra: “Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.
Oremos juntos. Padre, venimos a ti en esta noche con un profundo sentido de necesidad en nuestras propias vidas. Solo una mirada superficial de este versículo nos lleva a saber que nosotros mismos no podemos calificar, porque Señor en nuestras vidas hay cosas que no son puras, siempre hay esas cosas que no están bien; y, Señor, somos los que tenemos hambre y sed de justicia, una justicia que conocemos ni de nosotros mismos, es una imposibilidad absoluta; somos los que desean ser puros en corazón Señor, pero la batalla es tan difícil. Y la pureza que buscamos está tan lejos de nosotros, y apenas cuando pensamos que la tenemos la perdemos. Señor, oro porque Tú me ayudes mediante la luz que escudriña de la Palabra de Dios, en las manos del Espíritu de Dios, ver a mi propia vida en esta noche; y cada una de estas queridas personas que se congregan aquí que también vean sus vidas.
Padre, en primer lugar estoy tan agradecido porque estas personas vengan a exponerse a la verdad de esta palabra. Gracias por el tipo de personas quienes quieren exponerse a la prueba, al examen de la Palabra de Dios, que no van a venir a oír algún tipo de ideas o discutir algún tema que no tiene que ver con la vida, no tratar con algo que satisfaga sus deseos pecaminosos, sino vienen cuando saben que estaremos enfrentando la pureza de corazón y colocar sus vidas bajo el escrutinio de la Palabra de Dios. Dios, por ese tipo de espíritu estoy agradecido, y sé que ese tipo de actitud con el que Tú puedes trabajar, y el tipo de vida que Tú puedes perfeccionar y conformar y madurar a la imagen de Jesucristo.
Y entonces, Señor, que lo que yo diga no sea la palabra de hombre, que no hable en el poder de mi propia mente, en mi propio espíritu, sino que no sea nada más que una boca mediante la cual el Espíritu de Dios puede hablar, que no escuchemos la inteligencia de los hombres sino que escuchemos la voz de Dios; que no apliquemos cosas a otros, sino que las apliquemos únicamente a nosotros. Danos la honestidad para hacer eso. Ayúdanos a no pensar en otros, sino solo en nosotros. Y Padre, oramos que cuando terminemos estemos mejor equipados para servirte, más comprometidos con Tu gloria de lo que jamás hemos estado. Con esa expectativa te damos gracias por lo que harás, en el nombre de Cristo. Amén.
Hay algunas cosas en la Biblia que usted piensa que en cierta manera puede enfrentarlas. Hay algunas verdades en la Biblia que piensa que puede entenderlas y trasmitirlas. Pero después hay esas cosas que parecen como si fueran pozos sin fondo, son pozos cuyas profundidades son imposibles de medir, son verdades cuya amplitud es imposible de entender; este es una de ellas. Intentar lidiar con una afirmación tan increíble como: “Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios”, en un tiempo breve sería un insulto a Dios y al poder, y la profundidad y sabiduría de su propia Palabra, esta es una de las grandes afirmaciones creo yo en toda la Biblia, y no hay manera en la que siquiera pueda comenzar a tratar con esto, mucho menos agotarla; es una de esas cosas que incluye todo lo que está revelado en las Escrituras.
El tema de la pureza del corazón puede ser rastreado desde el principio de la Biblia hasta el final de la Biblia; como un pequeño niño lo dijo, desde los genios hasta la revolución. El tema de la pureza de corazón, siendo necesaria para ver a Dios, es algo que es basto e infinito; incluye casi todo tema bíblico. No hay manera alguna en la que vamos a poder descubrir todo lo que está aquí, pero le hemos pedido al Señor que nos ayude a poder por lo menos enfocarnos en un significado central que será rico y significativo para nosotros. Ahora, nuestro formato al explicar las bienaventuranzas ha sido hacer algunas preguntas y después responderlas; y como les hemos dicho, puede bosquejar una afirmación simple así realmente, lo único que tiene que hacer es simplemente abrirla al hacer preguntas, y creo que la mejor manera de ver algo así es hacer preguntas, eso es lo que hago; de hecho, lo que les estoy dando en estas semanas es simplemente lo que yo he preguntado de estos versículos.
Y la primera pregunta que hice fue esta pregunta: ¿Cuál es el contexto para estas palabras? ¿Cuál es el contexto en el que Jesús las dijo? En primer lugar, como su contexto histórico, ¿a qué se refirió Jesús y de qué tema estaba hablando cuando dijo esto? Y después no solo eso, pero en cronología, ¿por qué ésta aparece aquí en la lista de las bienaventuranzas? Para mí esto parece ser tan crucial y de una importancia tan grande, y tan absoluto en su necesidad, que no me parece apropiado en cierta manera verlo ahí atorado en manera indiscriminada conforme aparece; me estoy preguntando por qué no tiene un lugar más estratégico, quizás al principio, a la mitad o al final. Entonces, ¿cuál es su contexto y cuál es el trasfondo de estas palabras? En primer lugar históricamente, y después a nivel literario. Ahora, veamos la historia en primer lugar, y no necesito pasar mucho tiempo en esto porque se están volviendo grandes historiadores conforme estamos estudiando el contexto en el que Nuestro Señor está hablando aquí, pero voy a tratar de refrescar su memoria.
Recuerde en primer lugar que en el tiempo en el que Jesucristo entró en el mundo, y el tiempo en el que comenzó su ministerio en Galilea y Jerusalén, Israel estaba en una condición desesperada, Israel estaba en una condición desesperada económicamente, políticamente, y sobre cualquier otra cosa, espiritualmente. Ahora, hemos hablado a gran detalle acerca de la situación política en Israel, hablamos del hecho de que estaban esperando a un Mesías que viniera y estableciera algún tipo de derrocamiento político, y derrocara a la opresión romana y estableciera el reino; hemos hablado de eso. Pero en esta noche quiero enfocarme en la condición espiritual en el momento en el que Jesús vino, porque este es el punto que Nuestro Señor está tratando de manera predominante en el sermón del monte, Él está hablando de cosas espirituales aquí; no son políticas, no son económicas, son espirituales, particularmente el versículo 8.
Esta bienaventuranza tiene en su corazón una realidad espiritual. Ahora, permítame hablar de la condición espiritual de Israel en el momento en el que Cristo comenzó su ministerio. Primordialmente estaban cargados por una identidad opresiva autoritativa por parte de los fariseos; la influencia dominante, la fuerza dominante en Israel en el tiempo del ministerio de Cristo fueron los fariseos; un sistema legalista, de hecho, normalmente tiende a dominar la escena en donde quiera que existe, tiende a establecer ciertos parámetros absolutos en torno a lo que es espiritualmente aceptable debido a su identidad definitiva, tiende a ser el factor opresivo y reinante. Y entonces, en este tiempo en particular de la historia de Israel, los fariseos eran la fuerza dominante de la vida de la gente; habían malinterpretado la ley de Moisés, debido a una incapacidad de guardar la ley de Moisés; habían inventado nuevas leyes que pudieran guardar, y entonces así pudieran apaciguar sus consciencias al guardar sus tradiciones si no podían guardar las leyes de Dios.
Y entonces, a partir de su mala interpretación de la ley mosaica, y a partir de una especie de compromiso a medias con la ley mosaica, y a partir de un apéndice que le habían añadido a la ley mosaica, habían formado un sistema rígido, inagotable, y terrible de deber legalista sobre la gente, por cierto era absolutamente imposible cumplirlo, y eso fue algo de la frustración del que vino con Jesús y finalmente dijo en un último esfuerzo por tratar de someter su sistema legalista que no podía vivir preguntándole: “Señor, ¿qué es lo que podemos hacer? Simplemente dame una cosa que puedo hacer, y por favor, ¿cuál es lo único?”, y el Señor dijo: “Eso es fácil. Ama al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, alma, mente y fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo, y si has hecho eso, has cumplido toda la ley y los profetas”, pero no era tan fácil, ¿verdad?
Pero era un intérprete de la ley frustrado que llegó a ese punto, porque no había manera en que pudieran guardar toda la ley; de hecho, los líderes mismos habían decidido–si usted lee la historia lo va a descubrir– que si tan solo pudiera guardar unas cuantas leyes, Dios entendería; y después ni siquiera podían hacer eso. Entonces dijeron: “Si tan solo pudieras encontrar una ley y guardarla, Dios entendería”, y eso es lo que ese intérprete de la ley realmente estaba buscando. ¿Qué es lo que podemos hacer? Entonces, lo que es interesante conforme usted ve a la multitud de gente en Israel, me parece obvio que de alguna manera estaban frustrados por un sistema legal que no podían guardar, y produjo en ellos una culpabilidad tremenda, como también frustración y ansiedad; y así sería en un grupo de personas que realmente estaban comprometidos sin importar cuán superficial fuera con la realidad de Dios, y con el hecho de que Él se había revelado a sí mismo en sus leyes.
Y entonces, aquí estaban con un conjunto de leyes, ya eran un grupo de personas religiosas, y sabían que necesitaban obedecer esas leyes; eso era lo que su sociedad les estaba diciendo, nada más que no sabían cómo guardarlo, y entonces vivían con una cantidad tremenda de frustración, ansiedad y culpabilidad, así como cualquier persona vive cualquier sistema legal; ese es un sistema imposible. Ahora, usted puede inventar uno que simplemente incorpora las cosas que usted puede hacer, y justificarse a sí mismo; pero en este caso no tenían esperanza; y entonces, la opresión del sistema legal había creado una cantidad tremenda de culpabilidad. Ahora, en lo personal, yo creo que esta es una de las cosas que contribuyó de manera tan dramática el poder del ministerio de Juan el Bautista; yo creo que Juan el Bautista tenía realmente a una audiencia lista, porque la gente estaba literalmente buscando algún lugar a dónde ir para aliviar la carga del pecado.
Cuando Juan el Bautista estaba predicando en el desierto, recordará que las multitudes llegaron a Juan el Bautista, literalmente llegaron a él en grandes multitudes, inclusive dice que los fariseos y los saduceos y los escribas se aparecieron; yo creo que la razón por la que dice que todo Jerusalén estaba viniendo a Juan era porque estaba esta opresión tremenda, y la culpabilidad consecuente del sistema legal, y los corazones de la gente literalmente estaban dolidos por un sentido de perdón, un sentido de salvación, un sentido de tranquilidad para sus propias almas afligidas; estaban clamando por un salvador, clamando por un redentor, clamando por uno que viniera y no impusiera más reglas en ellos; no otro rabino con otra regla, sino uno que viniera y los perdonara por las que ya habían quebrantado.
Ellos sabían que Dios desde hace mucho tiempo había prometido un redentor, ellos conocían la palabra de Isaías lo suficiente como para saber que vendría alguien que perdonaría su pecado, vendría alguien que quitaría su iniquidad, vendría alguien que corregiría lo equivocado, vendría alguien que encontrara el remanente de honestidad y a la gente verdaderamente motivada, la gente que realmente adoraba a Dios, y Él vendría y los limpiaría; ellos conocían la palabra de Ezequiel, de que algún día Dios iba a venir, y Dios iba a rociarlos con agua y serían limpios, y Dios iba a quitar el corazón de piedra y les iba a dar un corazón de carne, Dios los iba a limpiar de sus iniquidades, Dios iba a purgarlos de sus pecados; y conocían el testimonio de David, quien sabía lo que era tener ese sentido de perdón, quien sabía lo que era clamar y decir: “Oh Dios, feliz es el hombre cuyas iniquidades no le son imputadas”, sabían eso, pero nada más que nunca la habían experimentado. Y entonces aquí estaban bajo esta tremenda carga de opresión.
Y cuando Juan el Bautista vino y anunció que había un Mesías, que había un redentor, que había un salvador, no me es sorprendente que salieron; y cuando comenzó a decir: “Arrepentíos porque el reino de los cielos se ha acercado”, no podían llegar a él con suficiente rapidez como para arrepentirse y descargar la carga y buscar el perdón que el Mesías podía dar. Ahora, una de las razones por la que creo que esto es verdad, es porque esto me parece ser el anhelo en el corazón del pueblo conforme conocieron a Jesús. Por ejemplo, acompáñenme al tercer capítulo de Juan. Juan capítulo 3. En Juan capítulo 3, en el versículo 1 dice: “Hubo un hombre de los fariseos llamado Nicodemo, un principal de los judíos”, ahora aquí estaba un fariseo. Ahora, Nicodemo era un hombre bastante honesto, si tenía honestidad y estoy seguro de que la tenía porque eso lo llevó a Cristo, si tenía alguna integridad él sabía que estaba en problemas; el enfático es usado aquí; ahora este hombre era el maestro, el principal, el gobernante en Israel, el más importante en términos de recitación de principios divinos; este era un hombre importante, pero era un hombre frustrado, su corazón estaba lleno de ansiedad.
Y él vino a Jesús y él dijo: “Rabí, sabemos que tú eres un maestro que viene de Dios porque ninguno puede hacer las cosas que tú haces, a menos de que Dios esté con él”. Ahora, ese es un principio tremendo para ver lo que había en su mente, él encontró a alguien de Dios, ¿por qué?, porque él quería saber lo que Dios decía acerca de algo; él vino de noche a Jesús y le dijo: “Tú eres de Dios, yo sé que tú eres de Dios por lo que tú puedes hacer, nadie podrá hacer esas cosas a menos de que él fuera de Dios”, y en su corazón estaba esta tremenda pregunta. ¿Y cuál era la pregunta? La pregunta es: ¿Qué tengo que hacer para ser justo? ¿Qué tengo que hacer para entrar a tu reino? ¿Qué tengo que hacer para ser un hijo de Dios? ¿Qué tengo que hacer para que Dios me redima? Esa era la pregunta.
Y Nicodemo, por cierto, ni siquiera hizo la pregunta, porque él no tuvo la oportunidad, Jesús leyó su mente, Jesús le respondió lo que no preguntó en el versículo 3, Jesús respondió, ¿no es eso maravilloso? Algunas veces usted ni siquiera necesita hacer la pregunta, Él conoce la pregunta, Él simplemente da la respuesta; Jesús respondió la pregunta en su corazón y dijo: “De cierto te digo, a menos de que un hombre nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios”. ¿Cuál era la pregunta de Nicodemo?: “¿Cómo puedo ver el reino de Dios?”, ¿se da cuenta? Esa era la pregunta. Y Jesús dijo: “Al nacer de nuevo”. Ahora, esa es la pregunta que más pesaba en el corazón del judío en el tiempo de Cristo. Nicodemo ve su vida y dice: “Yo sé que soy un fariseo, y estoy tratando de guardar la ley, y soy yo un líder en la tierra y un maestro de la ley y todas estas cosas, pero no estoy seguro de que esto es suficiente”, él fue lo suficientemente honesto como para admitir su pecaminosidad, y como uno que trataba de guardar la ley, él había fracasado de manera miserable. Y entonces él dice: “¿Qué necesito hacer para entrar al reino?”.
Usted va al capítulo 6 del evangelio de Juan, y en el versículo 28, y aquí viene la gente de nuevo; y Jesús, claro, ha hecho este milagro maravilloso de alimentar a más de 25,000 personas sin duda alguna; y le dijeron en el versículo 28, esto es tan claro: “¿Qué haremos para que podamos hacer las obras de Dios?”, y Jesús les respondió y les dijo: “Esta es la obra de Dios, que creáis en el que Él ha enviado”. Ahora, ¿sabe lo que ellos realmente estaban diciendo? Es lo mismo que Nicodemo: “Conocemos todo el sistema legal, conocemos toda la rutina ritualista, tenemos todas las ceremonias, entendemos las tradiciones, ¿qué hacemos para conocer la realidad de la obra de Dios?”, ¿se da cuenta? ¿Cómo es que usted va detrás de la ceremonia y llega a la realidad? Es la misma pregunta. Y muestra la actitud de los corazones del pueblo de Israel en este tiempo; querían algo real, querían conocer cómo es que usted realmente entra al reino, porque si usted entraba al reino al guardar la ley, nadie habría estado en el reino como ellos lo conocían si eran honestos.
Acompáñenme al capítulo 10 de Lucas, versículo 25; esto es bastante directo. Y aquí cierto intérprete de la ley se puso de pie y le preguntó diciendo: “Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”. Ahora fuera de lo que Jesús le dijo, esa es la misma pregunta, eso es lo que la multitud quiere saber, eso es lo que Nicodemo quiere saber; ¿cuál es el estándar?, digo, ¿cuál es la manera de entrar en el reino?, ¿cómo es que usted obtiene alivio de la culpabilidad y ansiedad y frustración que viene cuando usted enfrenta un sistema legal para agradar a Dios, y sabe que no lo puede guardar? Esa siempre fue la pregunta que estuvo en los corazones de la gente. El capítulo 18 de Lucas, en el versículo 18 encontramos otro hombre. En esta ocasión no es un intérprete de la ley sino que es un líder joven, pero su pregunta es la misma. Y cierto líder le preguntó diciendo: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”, como puede ver, es siempre la misma pregunta básica. Cómo llegamos a la realidad, ¿se da cuenta?, cómo llegamos a estar detrás de la ceremonia, cómo obtenemos perdón, cómo entramos al reino; no tenían sentido de seguridad, ¿se da cuenta?
Enfrentando a un sistema legal que no puede guardar y no puede mantener, usted enfrenta un sentido terrible de inseguridad; y querían saber cómo es que podían tener seguridad, cómo podían saber que eran ciudadanos del reino. Y realmente creo que este fue el momento perfecto para que Jesús viniera porque Él tenía la respuesta correcta. Como puede ver, Dios es un Dios Santo, y Dios como un Dios Santo es absolutamente justo; en Él no hay pecado, y Dios ofrece salvación al hombre pecaminoso; y el hombre pecaminoso se dice a sí mismo: “¿Cómo es que un Dios Santo puede dar salvación a un hombre pecaminoso?”; y un judío dice: “¿Cómo puede ser?”; un judío honesto, devoto, diría: “¿Cómo es que puedo llegar a entrar al reino de Dios cuando no puedo guardar las leyes de Dios? Si esa es la condición, ¿cómo puedo hacerlo?”; y eso presenta la pregunta que Jesús responde en las bienaventuranzas; la pregunta simple es ésta: ¿Cómo puede una persona ser salva? ¿Cómo puede una persona ser salva? ¿Cómo es que usted entra al reino? ¿Cómo es que usted hereda vida eterna? ¿Cómo es que usted se vuelve justo? ¿Cómo es que usted está en una situación en la que un Dios Santo, sin pecado, puede llegar a aceptarlo a usted? ¿Cómo puede llegar a hacer esto posible?
Y créanme esta es la pregunta que estaba en la mente de la gente, primordialmente que estaba sentada ahí en el monte Galileo conforme Nuestro Señor habla en Mateo capítulo 5. Ahora, usted recordará que él había ido por toda Galilea enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del reino, sanando todo tipo de enfermedad, y su fama iba por todos lados, y cuando la multitud vino habían oído de Él, lo habían visto, habían oído su enseñanza, sus milagros habían sido esparcidos, y tenían una gran pregunta: ¿Cómo puede una persona entrar al reino? ¿Qué tipo de justicia debemos tener para ser aceptados por el Mesías para ser parte del reino? ¿Cómo entramos? Y yo creo más que cualquier otra bienaventuranza, esta bienaventuranza (versículo 8) da la respuesta: “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos (au toi), –ellos y únicamente ellos, es el significado enfático– verán a Dios”. Si puedo parafrasear, ¿quiere saber quién entra al reino? Los limpios de corazón, y ellos, y únicamente ellos verán a Dios en su reino. Esa es la respuesta; son los limpios de corazón.
Ahora escuche esto: No son aquellos que observan los lavados externos, no son los que están involucrados en las ceremonias externas, no son aquellos que he escogido llamar “los de la religión del mérito humano”, no son aquellos que están involucrados en un sistema ritualista de obras externas de justicia externa; son los que sus corazones han sido purificados, que ven a Dios, y solo ellos son los que ven a Dios. ¡Qué afirmación tan increíble es ésta! Esta es la respuesta a la pregunta que está siendo hecha por el pueblo, por la gente que Jesús confronta, es una afirmación poderosa; los limpios de corazón, y solo ellos verán a Dios. Ahora, el hombre tiende a –y quiero que escuche esto–, el hombre tiende a medirse a sí mismo mediante su colega hombre; en otras palabras, usted usa otro criterio humano. Es como 2ª de Corintios 11 en donde habla de los apóstoles falsos que se miden a sí mismos por sí mismos, y hablamos de esto, ¿no es cierto? Los fariseos eran buenos en esto.
En otras palabras, cuando usted quiere probar su virtud o quiere probar su moralidad, o cuando quiere usted probar su ética, o cuando usted desea probar qué tan buena es una persona, siempre encuentra usted a alguien que es peor como el criterio, ¿verdad? Piénselo. Claro que lo hace. Usted siempre puede encontrar un estándar humano inferior, y eso es lo que los fariseos hacían; el fariseo vino y decía a sí mismo: “Te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ni como este publicano hombre miserable”, ¿se da cuenta? Su estándar era más bajo que sí mismo. Ahora, ¿sabe usted lo que eso hace? Eso significa que el estándar humano definitivo es la persona más miserable viva, porque si todo mundo simplemente continúa basando su propia evaluación en una persona que está más baja que él, todo va en un espiral descendiente hasta que el estándar definitivo es la persona más inmoral en el mundo; pero así no es como Dios lo estableció.
Cuando Dios establece un estándar para virtud aceptable, Él no dijo que usted tenía que ser mejor que el publicano, tienes que ser mejor que un hombre inmoral, tienes que ser mejor que un mentiroso y un ladrón y un tramposo, tienes que ser mejor que el que no es justo a los que le rodean, el que es injusto, tienes que ser mejor que alguien que golpea a sus hijos, tienes que ser mejor que un homicida; Él dijo: “Si quieres ver a Dios, tienes que ser 100% (¿qué?) puro, limpio”, y el estándar es Dios, y 1ª de Pedro 1 dice: “Sed santos, porque yo soy Santo”; y si lo quiere en términos del sermón del monte, lo encontrará en el capítulo 5, versículo 48: “Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre que están en los cielos es perfecto”. Ahora, ese es el estándar.
Ahora, los hombres quieren establecer como el estándar al peor ser humano vivo, y Dios establece el estándar siendo el mismo, el Dios absolutamente justo y santo, el único Dios del universo. ¿Quién va a entrar al reino? ¿Quién va a ir al cielo? ¿Quién va a ser salvo? ¿Quién está calificado para entrar en la presencia de Dios? ¿Quién tendrá una visión de Dios? ¿Quién va a ver a Dios cara a cara? ¿Quién va a entrar en la bendición? ¿Quién va a entrar a conocer la bienaventuranza? ¿Quién va a conocer la felicidad verdadera? Únicamente aquellos que son puros o limpios en sus corazones. Ahora, cuando comencé a pensar en esto, yo pensé, hombre, esto realmente los confronta ahí en donde estaban en su día, porque estaban tan preocupados con lo externo, ¿no es cierto?
¡Hombre! Los fariseos podían molestarse si no tenían ciertos lavamientos de manos y de utensilios y de platos, y si no hacían esto, usted sabe; y el Señor dice: “Son maravillosos en diezmar la menta, y el eneldo y el comino”, en otras palabras se aseguraban de que daban 10% de una pequeña hierba. Bueno, también no le daban atención al amor y a la verdad y a la misericordia y a la justicia, usted sabe, eran maravillosos en despedazar el décimo de una hoja y darla; todo era tan superficial. Y Jesús les dijo: “Por fuera son blancos y se ven tan maravillosos, y por dentro están llenos de huesos de muertos, son como una tumba lavada por fuera. ¡Hipócritas!”, son hipócritas, todo era externo, y el Señor simplemente toma toda esa manta de hipocresía y la destroza en una afirmación: “¿Quién va a ver a Dios? No los externos, sino los que son limpios de corazón”, ¿se da cuenta? Solo ellos ven a Dios. Ahora dice usted: “Este es un sonnum bonum tan maravilloso, este es un punto tan elevado”, si esta es una bienaventuranza tan importante, ¿por qué viene aquí en la lista? Bueno, ¿puedo decir algo aquí?
Cada una de estas bienaventuranzas es crítica, usted no puede quitar ninguna de ellas; digo, cada una de ellas es crítica, y fluyen en una secuencia hermosa y magnífica en orden perfecto, según la mente de Dios; no importa que es la primera o la última o que esté en medio que sea más importante que otra, todas son igual de importantes, todas son parte de lo mismo, todas son parte de una gran realidad; usted no puede aislar una del todo. Amados, quiero decirles esto: Una persona del reino es una que cumple todas estas cosas, ¿se da cuenta? Todas ellas. Usted no puede escoger una, usted no puede decir: “Bueno, voy a ver, hay tantas de éstas, voy a ver, voy a tomar ésta”, ¡no!, no puede hacer eso, es un flujo de vida. Una vez que llega al punto en donde comienza los que son pobres en espíritu, el resto fluye en una operación maravillosa del Espíritu de Dios.
Ahora, usted comienza con la realidad de ser pobre en Espíritu, y cuando usted se ve a sí mismo como un mendigo que se acobarda en una esquina, estirando la mano, que solo puede recibir un regalo, usted no tiene poder para ganarse nada; y como un mendigo que se acobarda, avergonzado de mostrar su rostro, usted se estira en un sentido tremendo de que usted es inadecuado, usted busca a Dios, ahí comienza todo; y después usted al estirar su mano como mendigo, su siguiente respuesta es llorar por el pecado que lo ha colocado en esa posición, y a partir de ese sentido total de pecaminosidad en su vida, usted termina siendo manso ante un Dios absolutamente santo, usted no podría hacer nada más que humilde, y en su humildad lo único que puede hacer es clamar en hambre y sed de una justicia que usted no puede alcanzar; sin embargo, que debe tener, y usted clama que Dios se la dé.
¿Y después qué sucede? Él le da misericordia, y la siguiente bienaventuranza es que usted se convierte uno de estos que son misericordiosos, y una vez que a usted se le ha concedido misericordia, y una vez que Dios por su misericordia ha limpiado su corazón porque usted ha tenido hambre de su justicia, entonces y solo entonces usted se vuelve limpio de corazón; y solo cuando usted es limpio de corazón usted puede llegar a ser un pacificador. Como puede ver, hay un flujo que no puede ser aislado. Y una vez que se vuelve un pacificador en el mundo, usted va a descubrir que el mundo le va a perseguir y va a mentir acerca de usted, y va a odiarlo y va a menospreciarlo; pero está bien, porque el versículo 12 dice que usted puede regocijarse porque Dios lo va a recompensar.
Entonces, una razón por la que esto está aquí es porque es el flujo natural; la limpieza de corazón viene después de que usted ha tenido hambre y sed de justicia, y después de que Dios le ha dado su misericordia a usted; y es su misericordia lo que hace que su corazón sea limpio, es misericordia lo que limpia su corazón malo; no es algo que usted se gana, es algo que Él da a partir de su misericordia, y la limpieza de corazón fluye de Su misericordia, y es la pureza que le permite usted ver a Dios. Pero hay otro pensamiento hermoso también como para entender por qué esto está aquí. Las primeras siete bienaventuranzas encajan de una manera hermosa, las primeras tres llevan a la cuarta, y después las siguientes tres siguen después de esa; la cuarta que parece ser la cúspide es tener hambre y sed de justicia, usted comienza con un espíritu de mendigo, y a partir de esa condición de mendigo, de su propio espíritu viene un lloro por el pecado, y cuando usted se ve a sí mismo como un pecador total, usted es humilde y manso ante Dios; y en ese punto usted clama por justicia y después Dios actúa, y usted encuentra su misericordia, y usted encuentra limpieza de corazón, y usted encuentra un regalo de ser un pacificador; de tal manera que esas fluyen de la cuarta; las primeras tres llevan a ella, y las últimas tres fluyen de ella.
Pero, ¿notó algo que inclusive es algo más complejo? La primera es, y veamos si puedo entender esto, si lo puedo explicar, la primera y la quinta, la segunda y la sexta, y la tercera y la séptima parecen también compararse. Por ejemplo, son los pobres en espíritu que reconocen que no son nada más que mendigos que van a buscar servir otros sin misericordia, ¿verdad? Porque como un mendigo usted sabe que lo que usted tiene es un regalo de misericordia, y usted va a tender a ser misericordioso también. En segundo lugar, son aquellos que lloran por su pecado que van a conocer la limpieza de corazón, porque a menos de que usted llore por su pecado no hay limpieza de ese pecado; el arrepentimiento verdadero involucra lloro, y entonces el lloro parece estar conectado en alguna manera con la limpieza de corazón. Y finalmente son los mansos que son los pacificadores. Y le voy a decir una cosa que aprendí hace mucho tiempo atrás cuando estudié Filipenses capítulo 2: Nadie, digo, nadie jamás es un pacificador que no es a partir de un punto de vista de humildad. Como puede ver, entonces son los mendigos los que son misericordiosos con otros, son los que lloran los que son limpios de corazón, y son los mansos los que son los pacificadores. Entonces, hay una manera hermosa en la que se entretejen estas bienaventuranzas mostrando la mente y la manera en la que Dios obra; entonces, está en el lugar apropiado históricamente, está en el lugar apropiado cronológicamente.
Ahora, recuerde que entre la multitud de esa época estaban los legalistas fariseos; y por cierto, ellos están en toda multitud religiosa, digo, el mundo está lleno de ellos, van al cielo debido a su mérito humano: “Bueno, estoy bien, digo, estoy bien, el Señor ciertamente no me va a enviar al infierno, yo no pateo a los gatos; cuando mi vecino tiene un problema yo le presto mi pala; yo nunca he hecho esto, yo nunca he matado a nadie, yo nunca he dejado a mi esposa, yo soy un padre bastante bueno, yo proveo para mis hijos, ellos no andan ahí sin ropa, he hecho mi mejor esfuerzo en esta vida”, esa es la religión del mérito humano. Después hay personas, como usted sabe, que van aquí al templo budista y entran ahí y queman ahí su pequeña cosita, y cenan ahí y están haciendo su mejor esfuerzo por lo que está ahí arriba, por llegar al nirvana; piensan que están entrando ahí a la nada exquisita, y están por todo el mundo. Solo hay dos tipos de personas en el mundo, ¿muy bien?, solo dos.
La gente dice: “Oh, hay tantas religiones”, ¡no!, solo hay dos, solo hay dos religiones en el mundo entero: la religión del mérito humano, y viene bajo toda categoría imaginable, pero todo es la misma, usted puede ganarse su propio derecho; y la religión del mérito divino, y esa es la que dice no lo puedo hacer, Dios lo hizo en Cristo, y solo hay una que dice eso, y eso es el cristianismo. Solo hay dos religiones en el mundo: La religión de mérito humano y la religión de mérito divino, escoja la suya. El mérito humano viene bajo todo tipo de etiquetas, pero es lo mismo, es la mentira de satanás; y entonces en toda multitud usted tiene a personas que van a llegar al cielo por sí mismas, van a ganarse su derecho de llegar al cielo, van a llegar ahí por su propia energía, su propio poder, sus propios recursos; y estaban en esa multitud en ese día, y el Señor Jesucristo los desnudó desde el principio; estaban contentos con el ceremonialismo externo, estaban contentos con las obras superficiales, la justicia y sistemas que solo tienen que ver con lo de afuera, y Jesús les está diciendo: “Lo siento señores, ustedes no califican para ver a Dios, ustedes nunca estarán en mi reino porque busco a los limpios de corazón, estoy hablando de lo interior”; usted sabe, esas personas no tenían excusa.
Salmo 51:6, y debieron haber conocido los Salmos, Salmo 51:6 dice: “He aquí Tú amas la verdad en lo íntimo”, el salmista enseñó lo mismo en el Salmo 24, la misma realidad en el Salmo 24, los primeros 5 versículos: “1De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. 2 Porque él la fundó – porque él fundó los mares y la estableció sobre las aguas”; todo es de Dios, y él está viendo el reino de Dios como en su definición más amplia posible, y después él dice: “3 ¿Quién ascenderá al monte de Jehová?”, ¿quién llega al reino? ¿Quién llega a entrar?, “¿Y quién estará en su santo lugar?”, ¿quién verá a Dios? Y la respuesta viene en el versículo 4: “El que tiene manos limpias, y un (¿qué?) corazón puro, que no ha levantado su alma a la vanidad, ni ha jurado engañosamente. 5 Él recibirá la bendición de Jehová, y la justicia del Dios de su salvación”. ¿Quién entra al reino? ¿Quién es salvo? ¿Quién es justo? ¿Quién va a ver a Dios? Jesús simplemente condensa el Salmo 24 en esta bienaventuranza.
Aquellos que tienen las manos limpias, y los corazones puros son los que reciben salvación. Si ellos hubiera recordado las palabras del amado profeta a quien exaltaban de manera tan maravillosa, el profeta Isaías, habrían sabido. En Isaías 59:1 dice: “He aquí la mano de Jehová no se ha cortado que no puede salvar”; si usted no es salvo, si usted no tiene salvación no es porque el brazo de Dios no lo puede alcanzar a usted, no es porque su brazo es demasiado corto y usted está demasiado lejos, ¡no! “Sino que vuestras iniquidades os han separado de vosotros y de vuestro Dios, y vuestros pecados han escondido su rostro de vosotros, para que no oigáis, porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos con iniquidad, y vuestros labios han hablado mentiras, y vuestra lengua ha pronunciado perversidad, y nadie busca la justicia o ruega por la verdad. Pero vosotros confían en la vanidad, y hablan mentiras, y conciben maldad, y producen iniquidad, y dan lugar a huevos de áspides, y tejen telarañas y demás”, y en el versículo 12: “Porque nuestras transgresiones se han multiplicado ante ti, y nuestros pecados testifican contra nosotros”, dice el profeta, “Porque nuestras transgresiones están con nosotros, y nuestras iniquidades las conocemos”.
En el versículo 16: “Y él vio que no hubo hombre, y no había intercesor, y por lo tanto su brazo trajo salvación para él, y su justicia lo sostuvo, porque él se puso la justicia como coraza, y la salvación como yelmo en su cabeza; y él se vistió de vestimenta de venganza, y con celo como atuendo”, y este es un retrato de Cristo. Cristo busca y Él ve a la gente perdida en pecado, y así como los judíos del tiempo de Jesús estaban clamando y diciendo: “¡No hay hombre, no hay intercesor!”, y Cristo vino, y Él se vistió de los atuendos de salvación y Él se mueve. Y dice en el versículo 20: “Y el redentor vendrá a Sion”, ¿se da cuenta? Si ellos hubieran conocido Isaías 59, ellos habrían conocido la respuesta a su propia pregunta; ellos habrían conocido Ezequiel 36, ellos habrían conocido que el Mesías iba a venir y lavar el interior de su pueblo; siempre han sido los limpios de corazón, amados, siempre.
Hay solo tres enfoques a la religión: está la cabeza de la religión que confía en un credo y un sistema; está la religión de mano que confía en una buena obra; está la religión de cabeza que confía en un credo y un sistema; está la religión de mano que confía en una buena obra; pero Dios dice: “Lo que busco es la religión de corazón, que se basa en una pureza implantada dada por Dios”; 1ª de Samuel 16:7: “El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira (¿qué?) el corazón”, hay tantos que no han entendido esto. Permítame decirlo de esta manera: Usted nunca verá a Dios, usted nunca estará en el reino de Dios, usted nunca entrará en la presencia de Dios, usted nunca tendrá su perdón, usted nunca conocerá al redentor que viene de Sion, usted nunca sabrá lo que es venir y beber del pozo de la salvación; usted morirá frustrado en sus pecados, a menos de que su corazón sea limpio, a menos de que su corazón sea puro.
Pero, ¿sabe una cosa?, lo más maravilloso de esto es que eso es exactamente lo que Jesucristo ha venido a hacer, a purificar su corazón, porque cuando Él murió en la cruz, como puede ver, Él tomó el pecado que era de usted, y Él pagó la paga de ese pecado; y la Biblia dice que Él entonces le imputa su justicia a usted, es un intercambio fantástico; Él toma su pecado y le da su justicia, para que cuando usted crea en Jesucristo y Dios lo vea a usted, Dios lo vea puro, y en ninguna otra condición Él lo ve de esa manera. Kates Vipalles lo dijo en estas palabras: “Tan querido, tan querido Dios, más querido no podría ser porque en la persona de su Hijo yo soy tan querido como Él; tan cercano, tan cercano a Dios nunca podría estarlo, porque en la persona de su Hijo estoy tan cercano a Él como Él”. Es debido a que Cristo tomó nuestro lugar, llevó nuestros pecados en su propio cuerpo en el madero, que su justicia nos es dada; entonces, por la fe Dios nos hace puros, limpios, ese fue su mensaje, y ese era el contexto.
Ahora, veamos de manera específica una segunda pregunta, y por cierto, probablemente cubriremos estas preguntas en esta noche, simplemente vamos a dejar las últimas dos; esos eran algo así como pensamientos adicionales de cualquier manera. Segunda pregunta: ¿Qué significa ser limpio de corazón? ¿Qué significa realmente? Y esta es la pregunta clave: ¿Qué es lo que significa ser limpio de corazón? En primer lugar permítame recordarle, la palabra corazón es ‘kardía’ de la cual obtenemos cardíaco y todo eso; la palabra griega para corazón. Pero el corazón como sabemos es lo de adentro, el corazón en la Biblia es siempre visto como la parte interna del hombre; su personalidad, su hombre interno predominantemente, y quiero que entienda esto, predominantemente se refiere al proceso de pensamiento; el corazón no es específicamente las emociones.
Ya hemos enseñado antes que cuando la Biblia quiere hablar de emociones habla de las entrañas, de compasión, el sentimiento en el estómago, la parte media, usa de manera muy diferente; de hecho a veces inclusive habla del hígado como un órgano de emociones si puede imaginarse eso. Y la razón por la que usaban esos términos es porque un judío expresaba sus sentimientos en términos de lo que sentía en su estómago; usted sabe, cuando él realmente amaba lo sentía en su estómago, cuando él realmente odiaba lo sentía en su estómago, cuando él realmente tenía alguna emoción volteaba su estómago, y eso todavía es verdad en la actualidad; nuestras emociones afectan nuestros órganos internos, pero la mente y el corazón realmente estaban juntos. “Como es su pensamiento en su (¿qué?) corazón”; entonces, el corazón se volvió equivalente al proceso de pensamiento predominantemente, pero note esto, algunas veces la palabra corazón tiene referencia a la voluntad y a la emoción ya que son disparadas por el intelecto, son afectadas por el intelecto.
Por ejemplo, mi mente hace algo, y si mi mente realmente está comprometida con ese algo, va a afectar mi voluntad lo cual va a afectar mi emoción; la mente es como generar, la mente genera la voluntad lo cual genera la emoción; la mente es como un volante, la mente lo echa a andar, y una vez que el volante ya va, dirige las emociones. Y entonces de lo que Nuestro Señor está hablando aquí, cuando dice: “Los limpios de corazón”, es lo interno. Y Él en primer lugar está pensando de la mente, lo cual controla la voluntad, la cual controla las respuestas de las emociones. Y, hombre, esto confrontó a los fariseos y a los legalistas que estaban diciéndole a todo mundo que todo lo que necesitaba hacer era encargarse de lo de afuera, y solo lo de afuera era lo que importaba; y si usted simplemente se enfocaba en lo externo, y se enfocaba en toda la actividad religiosa externa, usted iba a estar bien; y esa no era la respuesta. Marcos capítulo 7 es una buena ilustración de eso, si quiere dar seguimiento a eso.
El corazón se refiere a lo de adentro, es el lugar en donde todo sucede dentro de usted; en el pensamiento hebreo por ejemplo un buen versículo para poder entender esto es Proverbios 4:23, esto lo resume. Escuche, lo voy a citar, es muy corto: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida”. En otras palabras, sea lo que sea, el corazón es la fuente de todo lo que hay en la vida, lo que piensas y sientes y actúas fluyen de este corazón. Efesios 6 habla de hacer la voluntad de Dios del corazón, hacer la voluntad de Dios del corazón es el punto del cual todo es generado. Jeremías 17:9: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso, ¿quién lo conocerá?”. En Génesis 6:5, conforme Dios ve a la civilización pre-diluvio, Él dice: “Todo designio de los pensamientos de su corazón era malo continuamente”; el corazón es el pensamiento, la conducta, de ahí emana la vida.
En Mateo capítulo 15, versículo 19 creo que es, dice: “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, blasfemias, y estas son las cosas que contaminan al hombre”, pero comer con manos no lavadas, eso no importa, ¿se da cuenta? Él estaba confrontando a los fariseos. Hacen algo tan grande del lavamiento ceremonial, y a lo que Dios le preocupa es el corazón. Esas cosas, versículo 18 dice que salen de la boca, que salen del corazón, son las que contaminan al hombre. En Santiago capítulo 4, en el versículo 8: “Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros, limpiad vuestras manos pecadores”, eso es lo de afuera, “Y purificad vuestros corazones”, eso es lo de adentro. Bueno, hay tantas otras escrituras, no vamos a tomar el tiempo para verlas; Dios quiere un corazón cambiado, ese es el verdadero corazón del problema. ¿Se acuerda del querido David? Salmo 51, ¿qué dijo?: “Crea en mí (¿qué?) un corazón limpio, oh Dios”, crea en mí un corazón limpio. La fuente misma de su personalidad, de su persona.
Verdaderamente, dice el Salmo 73:1: “Dios es bueno con Israel”. Ah, ¿pero quiénes en Israel?, “A los que son de corazón limpio”, ¿se da cuenta? Dios siempre ha estado buscando lo interior. Quiero decirle algo, no me importa si usted va a la iglesia diariamente en la semana, no me importa si usted lleva una Biblia y recita versículos; si su corazón no está limpio, usted no ha cumplido con el estándar de Dios, no importa qué tan religioso sea usted por fuera. Permítame ilustrarlo con David y Saúl. Cuando Dios llamó a Saúl, Saúl era una especie de desastre; alto y guapo, pero nada más. Entonces dice en 1ª de Samuel 10:9 que Dios le dio a Saúl otro corazón, ¿no es eso maravilloso?, porque Dios tenía que cambiarlo por dentro; entonces dice en 1ª de Samuel 10:9 que Dios le dio a Saúl otro corazón.
Pero, ¿sabe lo que él comenzó a hacer? Él comenzó a desobedecer a Dios, y llegó al punto en el que de hecho actuó como sacerdote, y Samuel vino a él y le dijo: “Saúl, el Señor dice que estás acabado. No vas a tener descendencia real, ¿por qué?, porque Dios ha buscado a un hombre conforme a su corazón”, ¿se da cuenta? ¿Por qué? ¿Por qué le importa a Dios eso? La respuesta vino en 1ª de Samuel 16:7: “Porque el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón”. ¿Quién fue el hombre que era según el corazón de Dios? Bueno, era David, y Dios escogió a David porque su corazón estaba bien. David dijo esto en el Salmo 9:1: “Te alabaré oh Jehová con todo mi corazón”. En el Salmo 19:14 David dijo: “Sean las palabras de mi boca y las meditaciones de mi corazón aceptables ante ti, oh Jehová, roca mía y mi redentor”. En el Salmo 26, versículo 2, David clamó: “Examíname oh Jehová, y prueba mi corazón”.
En el Salmo 27, versículo 8: “Cuando dijiste: Busca mi rostro, –David dice– mi corazón te dijo: Tu rostro buscaré oh Jehová”, como puede ver, era un hombre que era gobernado a partir de su corazón, desde adentro, del interior. Salmo 28, versículo 7, y simplemente estoy viendo la primera parte de los Salmos, él dice: “Jehová es mi fortaleza y mi escudo, mi corazón confía en Él”. Ahí estaba un hombre según el corazón de Dios. David en su ser interior más profundo buscaba a Dios, ¿y sabe cuál es el resumen de todo esto? Me encanta, Salmo 57:7, nunca lo olvide, David clamó así: “Mi corazón está enfocado oh Dios, mi corazón está fijado”, ¿no es eso maravilloso? “Estoy fijo en ti”, ese es el tipo de adoración que Dios quiere, ahí hay un hombre que vio a Dios. Oh, él falló en el exterior, pero su corazón estaba dirigido hacia Dios. Estas personas quizás no habían fallado en el exterior, quizás estaban bien en todo el ritual; pero el corazón no estaba dirigido a Dios, ¿verdad? Muy bien. En el segundo término de esa frase: “Limpios de corazón”, es la palabra ‘limpios’. ¿Qué significa eso? ‘Katharos’, ‘katharos’.
Ahora, usted no habla de pureza en nuestro mundo mucho, y es muy popular, se habla de eso; la gente dice: “La pureza es algún tipo de virtud no atractiva, insípida, plana, más bien vaga, que le pertenece a personas extrañas con túnicas largas que viven en monasterios”. ¿Qué significa ser limpio? La palabra ‘katharos’ es un nombre formado de ‘katharizo’ que significa ‘ser limpiado de suciedad e iniquidad; digo, eso es tan simple como usted lo puede oír; en un sentido moral significa ser libre de pecado, es una palabra relacionada a la palabra latina ‘castus’, y la palabra latina ‘castus’ es la palabra de raíz de la palabra en español ‘casto’, entonces hay una conexión ahí. Por cierto, algunos de ustedes que están en la medicina, saben lo que es algo que tiene que ver con una catarsis, algo de catarsis es un agente usado en la medicina para limpiar una herida, o limpiar un área para hacerla pura. Cuando alguien va a un psicólogo o un consejero y tiene una catarsis es otro uso de la palabra, tienen una limpieza de alma.
La palabra simplemente significa ser limpiado; pero es interesante que hay dos tipos de matices de significado, y quiero simplemente dárselas rápidamente, dos matices de significado. Algunos sugieren la idea de que significa algo no mezclado; pero puro significa en el sentido de algo no adulterado, no mezclado o limpiado; es usado en un contexto de trigo – en otras palabras, ser puro significa que usted no tiene una mezcla de ningún elemento extraño, es algo no adulterado. Y lo que Nuestro Señor realmente está diciendo es: “Busco un corazón que no está mezclado en su devoción, que no está mezclado en su motivación; motivos puros a partir de un corazón puro”, y entonces puede ser la idea de integridad espiritual; tiene que ver con actitudes, tiene que ver con integridad; y un corazón totalmente enfocado en contraste a duplicidad y a alguien de doble ánimo – ¿usted se acuerda en Jeremías 32:29? La Palabra dice: “Y les daré un corazón y un camino, para que me teman por siempre”, en otras palabras Dios dice: “Les voy a dar un corazón, y ya no van a estar divididos”.
Es esa devoción única, ese propósito único. En otras palabras, motivo, motivo, motivo puro, y creo que eso es muy importante, creo que Nuestro Señor realmente enfatiza eso, como lo veremos más delante en el sermón del monte, conforme llega el capítulo 6, y los versículos 19 al 23, Él dice: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. La lámpara de cuerpo es el ojo, si tu ojo está saludable, tu cuerpo entero estará lleno de luz; si tu ojo es malo, tu cuerpo entero estará lleno de tinieblas”, en otras palabras Él está viendo aquí la realidad de cómo ve usted las cosas, cómo es que usted ve las cosas va a afectar su vida entera.
Si su motivo es puro, entonces su vida es pura; si su motivo es corrupto, entonces su vida es corrupta; entonces, tiene que haber una devoción única, un corazón totalmente enfocado, un motivo singular, y lo resume en el versículo 24: “Ninguno puede servir (¿qué?) a dos señores”; ahí está esa singularidad que está buscando. Santiago habló de esto, ¿no es cierto?, en el capítulo 4 de Santiago, un par de veces en el versículo 4: “Almas adúlteras, ¿no sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, el que quiera ser amigo del mundo es enemigo de Dios”, no puede tener a ambos; y entonces, en el versículo 8 él dice: “Limpiad vuestras manos, pecadores; purificad vuestros corazones vosotros los de doble ánimo”, entonces aquí está el sentido, amados, de que Dios quiere un motivo puro. ¿Y quiere saber algo? Yo creo que si usted es cristiano, es normal para usted tener ese tipo de motivo.
Hombre, yo veo al Apóstol Pablo en Romanos capítulo 7, ¿y sabe lo que él quería hacer?, quería hacer lo que estaba bien; él dijo: “Lo que quiero hacer no lo puedo hacer, y lo que no quiero hacer lo hago. ¡Oh, miserable de mí! Este soy yo. ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?”, él dice: “Porque la voluntad es correcta, anhelo hacer la ley de Dios, amo la ley de Dios, deseo la ley de Dios; pero el pecado que está en mí me corrompe”; en otras palabras él está diciendo: “Yo tengo motivos puros, pero nada más no puedo superar mi carne pecaminosa”. Entonces, Dios busca esos motivos puros; y yo creo que si usted es un verdadero cristiano, ese motivo de pureza realmente está ahí; y si usted no tiene eso en su corazón cuestiono si realmente conoce a Dios, porque las únicas personas que realmente ven a Dios, las únicas personas que realmente conocen a Dios son aquellos que son puros en sus corazones en el sentido de un motivo que es hacia Dios.
Cuando David pecaba fue debido a que él corrompió sus motivos, él mezcló sus motivos, pero él siempre regresaba a lo mismo. ¿Sabe? Cuando él clamó: “Mi corazón está fijo oh Dios, mi corazón está fijo”, ¿sabe dónde estaba?, él estaba escondido ahí en la cueva de Adulam. ¿Sabe por qué estaba escondido en la cueva de Adulam? Porque él actuó como un torpe cuando estuvo allí en Gad, y él estuvo en Gad cuando estuvo ahí en el país filisteo él pensó: “Oh, estas personas de Gad, estos filisteos me van a matar. Oh, tengo tanto miedo”, y él no confió en Dios, y entonces él actuó como un loco, y él escupió en toda su barba, y él actuó como un loco; ellos dijeron: “Ya no necesitamos a más locos, sáquenlo de aquí, llévenselo a la cueva de Adulam”, y él se dice a sí mismo: “Oh David, te ibas a proteger a ti mismo, salvarte a ti mismo, en lugar de glorificar a Dios. Fingiste ser un torpe”, y esto está escrito en las Escrituras para que todo mundo pensara, el resto del mundo, qué torpe fuiste; deshonraste a Dios, no glorificaste a Dios; y él se detiene: “A partir de aquí, Dios, mi corazón está fijo. Oh Señor, mi corazón está fijo. No más duplicidad”.
¿Qué hay acerca de usted? ¿Tiene ese deseo en su corazón? ¿Tiene motivos puros? El gran Juan Bunyan, quien escribió la obra maestra “El Progreso del Peregrino”, y “La Guerra Santa”, y tantas cosas, en una ocasión se le dijo qué gran predicador era él, y que él sin duda alguna había predicado una obra maestra ese día, a lo cual él con tristeza respondió, y cito: “Gracias, pero el diablo ya me dijo eso conforme bajaba por las escaleras del púlpito”, motivo puro. Pero permítame añadir algo a eso, eso no es suficiente, motivo puro no es suficiente; la palabra ‘katharos’ va más allá del motivo puro, no se detenga ahí; escuche, hay muchas personas que tienen motivos puros y nunca vienen a Dios. ¿Sabe eso? Hay personas que caminan sobre clavos.
Estuve en la Ciudad de México, y vi a personas que estaban ahí frente a la virgen de Guadalupe, ahí, arrastrándose sobre sus rodillas por metros y metros, y estaban sangrando, y las damas se habían levantado ahí sus faldas sobre las rodillas, y la sangre estaba ahí en su ropa, y las veías era ahí con sus bebés en sus espaldas, muy sinceras; hombre, realmente lo estaban tratando de hacer, pero sinceramente equivocadas. Sin duda alguna los adoradores de Baal tenían algo de sinceridad; en el día de Elías, cuando salieron ahí se cortaron con cuchillos y demás, y yo diría que eso es sinceridad, usted comienza a cortarse y digo, usted está tomando las cosas en serio. Hay más que eso en la palabra ‘katharos’, no es solo un motivo puro, es una obra santa, ¿se da cuenta?, y ambos tienen que estar ahí; es la pureza que emana de un motivo puro.
Thomas Watson lo dijo: “La moralidad puede ahogar a un hombre tan rápido como el vicio”, él dijo: “Un recipiente puede hundirse con oro o con estiércol”. Usted puede, ¿sabe una cosa?, puede pensar que sus motivos son puros y puede decir: “Yo soy una persona muy religiosa y quiero agradar a Dios, pero si sus obras no son de acuerdo con su Palabra no revelan pureza real, no importa; entonces estamos hablando de motivos, sí, pero de motivo más algo más. Ahora, permítame concluir al darle un pensamiento final o dos. Hay cinco tipos de pureza. Ahora, escuche porque esto le va a ayudar a entender completamente esto. Cinco tipos de pureza. ¿Está listo para escuchar esto? Cinco tipos.
Número uno, es lo que llamo pureza primitiva. Dice usted: ¿Qué es pureza primitiva? Ese es el tipo de pureza que existe solo en Dios. Es tan esencial en Dios como la luz es al sol, como lo mojado es al agua; es su pureza primitiva o esencial. En segundo lugar, está lo que la Biblia llama – bueno, realmente no lo llama así, pero lo que la Biblia presenta como lo que podría llamar pureza creada; es la creación de un ser puro antes de la caída. Dios creó a los ángeles en pureza, creó al hombre en pureza, y después ambos cayeron; pero es pureza creada. Entonces, tiene pureza primitiva, lo que es real, solo de Dios; usted tiene pureza creada, aquello que Él concede de su propia pureza a un ser que Él crea. En tercer lugar, pureza definitiva. Pureza definitiva es una categoría de glorificación. En otras palabras, en últimas todos los santos de Dios van a ser completamente puros, ¿verdad? Algún día vamos a tener todo nuestro pecado totalmente limpiado, vamos a ser limpios de manera total, vamos a morar con Dios en su cielo eterno para siempre en ese punto, experimentando pureza definitiva. 1ª de Juan 3:2 nos dice cómo será; seremos como Él porque le veremos tal como Él es.
En cuarto lugar, está la pureza posicional, pureza posicional; y esta es una realidad tremenda. La pureza posicional es la pureza que se nos ha dado ahora por la imputación de la justicia de Cristo; cuando usted cree en Jesucristo, Dios le imputa a usted un tipo de pureza posicional. En otras palabras, su posición en Cristo le concede a usted pureza. Cuando Dios ve a John MacArthur, créalo o no, Él dice: “John MacArthur, absolutamente puro en Cristo. La justicia de Cristo ha sido aplicado a él, porque él creyó en Jesucristo”. Romanos 3 nos dice que la justicia de Cristo es imputada a nosotros; Romanos 5 nos dice que hemos sido justificados por lo que Cristo ha hecho; Gálatas 2:16 nos dice lo mismo; 2ª de Corintios 5:21 lo mismo; Efesios 5 dice que los maridos deben amar a sus mujeres así como Cristo ama a la iglesia, y así como Él ha limpiado a la iglesia, y Él ha lavado a la iglesia; en 2ª de Corintios capítulo 11, el Apóstol Pablo dice que la iglesia es como una virgen casta, hay una pureza posicional.
En quinto lugar, en quinto lugar – vemos la pureza primitiva, pureza creada, pureza definitiva, pureza posicional, y finalmente pureza práctica. Ahora, esta es la parte difícil. Solo Dios conoce la pureza primitiva, solo Dios puede conceder pureza creada, algún día Dios le dará a todo santo pureza definitiva, en este momento todo creyente tiene pureza posicional, pero hombre, tenemos muchos problemas con el tipo de pureza práctica, ¿verdad?, tratando de vivir lo que somos en posición; y esa es la razón por la que el Apóstol Pablo clama en 2ª de Corintios 7, versículo 1, esa afirmación tremenda para todos los creyentes que debemos oírla, escuche lo que dice: “Así que amados, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”; él no está hablando de pureza primitiva, creada, definitiva o posicional, ese es el asunto de Dios; él está clamando, él está llamando a una pureza práctica de vida; en el mejor de los casos será oro mezclado con algo de hierro, en el mejor de los casos será como un atuendo blanco con algún hilo negro; pero Dios quiere que seamos tan puros como podamos ser prácticamente ante Él.
Escuche, son esas personas que son posicionalmente puras en Jesucristo que verán a Dios, que estarán en su reino, y ese tipo de personas van a manifestarlo en una pureza de vida, en motivos puros, y en una vida pura. Si eso no es verdad en su vida, entonces usted no es un cristiano, o es un cristiano viviendo en desobediencia. Fallamos, claro que fallamos, pero la Biblia nos dice cómo enfrentar cuando fallamos; vamos a ser tentados, a ser impuros, vamos a vernos tentados a tener pensamientos impuros, decir palabras impuros o hacer cosas impuras; vamos a enfrentar la tentación, a tener motivos que no están bien, que dan lugar a palabras y obras que no están bien. Pero la Biblia nos dice cómo enfrentar la tentación. Lea Efesios 6: “Vístase de la armadura”. Dice usted: “¿Pero qué tal si fracaso? ¿Qué tal si fallo?”, la Biblia nos dice cómo enfrentar eso; si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo, y todavía es justo para seguir limpiándonos de toda injusticia; le dice cómo es que usted debe enfrentar la tentación y el fracaso.
Y cada vez cuando usted lo enfrente y se arrepiente, y lo enfrenta, y Dios lo limpia, y usted avanza a un nivel mayor de pureza; es algo tremendo el saber que Dios nos hace puros. Solo hay otra pregunta que usted tiene que saber, y es esta pregunta: ¿Cómo puede mi corazón ser hecho puro? ¿Cómo puede mi corazón ser limpiado? Algunas personas dicen: “Bueno, para ser realmente puros, tienes que ir a un monasterio, ahí a un monte y alejarte de todo. No ver nada de maldad, no oír nada de maldad, no hablar maldad; monasticismo”. Otras personas dicen: “No, lo que realmente es, es una segunda obra de gracia. Después de que ha sido salvado por mucho tiempo, vas a la segunda obra de gracia – y por cierto hay muchos que enseñan esto–, y recibes lo que se llama erradicación; y Dios, mediante un acto divino, erradica tu naturaleza de pecado, y nunca pecarás mientras que estés vivo”. Una vez confronté un hombre que decía que tenía eso.
Él había recibido el acto de radicación, la segunda obra de gracia, y él nunca pecaba; y le pregunté si él había cometido algún error y él dijo: “Sí, pero eso es diferente”; no creo que el monasticismo es la respuesta, tampoco el perfeccionismo. ¿Cómo es que mi corazón es limpiado? Le voy a dar tres puntos, escúchelos. Número uno, sepa que usted no lo puede hacer por sí solo. Si usted quiere un corazón limpio, debe saber que usted no lo puede hacer por sí solo, no hay manera, en absoluto. Proverbios 20, en el versículo 9 dice: “¿Quién puede decir: He limpiado mi corazón, estoy limpio de mi pecado?”, ¿quién puede decir eso? La respuesta es: Nadie. Usted no lo puede hacer. “¿Puede un leopardo cambiar sus machas? ¿Puede un etíope cambiar su piel? ¿Quién puede decir: Estoy limpio?”, nadie.
En segundo lugar, Hechos 15:9 dice: “Usted puede purificar sus corazones por la fe, usted no lo puede hacer por las obras”, no lo puede hacer por las obras, pero lo puede hacer por la fe al creer – Hechos 15:9: “Purificando sus corazones por la fe”, dice. ¿Fe en qué? ¿Creyendo en qué? En 1ª de Juan 1:7, y esto es algo así como el clímax del pensamiento, porque ahí dice: “Si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión unos con otros; y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado”. ¿Ahora entiende? Usted no lo puede hacer por sus obras, puede ser hecho por la fe, ¿fe en qué?, en la sangre de Jesucristo, que nos limpia del pecado. ¿Quieres ser limpio de corazón? Acepte el sacrificio de Cristo en la cruz, acepte lo que Él ya ha hecho. Zacarías 13:1 dice: “Es una fuente abierta para el pecado y la inmundicia”; dice usted: “John, ya he hecho eso, ya le he entregado mi corazón a Jesucristo, y sé que soy posicionalmente puro, y sé que seré puro en últimas, pero oh, tengo gran dificultad con la pureza práctica, ¿cómo puedo ser puro prácticamente?”, ¿sabe cómo? Quédese aquí, quédese en este libro, oiga las palabras de Jesús, Juan 15:3: “Ahora ya vosotros sois limpios mediante (¿qué?) la Palabra, ya vosotros sois limpios por la Palabra”.
Y lo segundo, si usted es cristiano, manténganse en la Palabra y ore, ore, y escuche las palabras de Job quien dijo: “¿Quién puede limpiar algo inmundo?”, y solo hay una respuesta de la cual escuchamos un eco a lo largo de la eternidad: Dios puede. Entonces, si usted está preguntando inicialmente cómo puede ser limpio, reconozca que no lo puede hacer por obras; puede conocer pureza por la fe, ¿fe en qué?, en la sangre de Jesucristo que Él ha derramado por usted; si usted ha hecho eso y usted es cristiano, y usted todavía está luchando con la impureza en su vida, ve a la Palabra y la oración. Hay otra pregunta que no puedo resistir, simplemente mencionar: ¿Cuál es la promesa pegada con dicha pureza? ¿Qué pasa si somos puros? Ah, esto es tan maravilloso; al final del versículo: “Ellos (¿qué?) verán a Dios”. Este es un futuro indicativo en el griego, un tiempo futuro continuo.
Permítame leerlo como debe expresarse: “Ellos continuamente estarán viendo a Dios por sí mismos”; es una voz media reflexiva: “Ellos continuamente estarán viendo a Dios por sí mismos”. ¿Sabe lo que sucede cuando su corazón es purificado en la salvación? Usted vive en la presencia de Dios, usted no ve a Dios con el ojo físico, lo ve con el ojo espiritual, lo comprende; se da cuenta de que está ahí, lo ve, y como Moisés quien clamó: “Señor, muéstrame tu gloria”, aquél cuyo corazón es purificado por Jesucristo lo ve una y otra vez la gloria de Dios. Oiga, escuche, ¿sabía usted que ver a Dios era lo más grandioso en lo que podía soñar una persona en el Antiguo Testamento? Moisés dijo: “Muéstrame tu gloria”, ¡qué pensamiento! Felipe dijo ese día a Jesús: “Muéstranos al Padre”, y eso es suficiente.
Y amados, cuando usted es purificado en su corazón por Jesucristo usted verá a Dios, Él será vivo para usted, y continuará viéndolo; y conforme usted madura y más puro usted se vuelve, más maravillosa se volverá la visión beatífica; entre más puro es su corazón, sea más de Dios, verá qué gran realidad es. Job dijo, capítulo 42: “Oh, de oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven”, ¿y sabe dónde lo vio?, lo vio en los problemas; y el salmista lo vio en la creación, y otros lo ven en las circunstancias, y otros lo ven en los corazones de otras personas; pero Él está vivo en su mundo, y usted no está vivo a menos de que haya sido purificado en su corazón. Pureza de corazón limpia los ojos del alma para ver que Dios es visible. ¡Qué gran pensamiento!
¿Quiere ver a Dios? ¿Quiere tener a Dios vivo en su mundo por ahora, para el hoy, y para siempre? Entonces limpie su corazón. Y hay un sentido definitivo, porque algún día verá a Dios con ojos reales. 1ª de Juan 3:2: “Seremos como Él, porque le veremos tal como Él es en la forma de Jesucristo”, ¡oh, qué día será ese! Ver a Cristo cara a cara. F.F. Bullard describió: “Cuando yo en justicia al fin tu rostro glorioso veré, cuando toda la noche cansada ya terminada, y termine despertando contigo; ver las glorias que permanecen, entonces, y solo entonces estaré satisfecho”.
Oremos. Padre, de nuevo en esta noche nuestros corazones han sido enriquecidos conforme hemos compartido en tu Palabra. Confírmala a nosotros en la parte más profunda de nuestros corazones para que den lugar a actos de la voluntad que te agradan. Haznos puros, oh Dios, por causa de Jesús. Si usted está aquí en esta noche sin Cristo, usted sabe que su corazón no es limpio, usted sabe que su trasgresión lo separa de Dios; pero algo adentro dice: “Quiero conocer a Dios, quiero la limpieza de corazón que me liberará para ver al Dios vivo, quiero el arrepentimiento y el perdón que puede liberarme de la esclavitud de la culpabilidad, quiero saber lo que es ser limpio, quiero saber lo que es ser perdonado, quiero saber lo que es estar fuera de la carga de todo el dolor y la angustia y la frustración que mi pecado y culpabilidad traen”.
Si ese es su deseo en este momento en su corazón, por qué no clama al Señor y le dice: “Señor Jesús, creo que tu sangre derramada por mí puede limpiar mi pecado. Yo creo que tú resucitaste de los muertos por mí. Te entrego mi vida para que seas mi Señor y Salvador”. ¿Puede repetir esa oración? Espero que así sea. Espero que usted le entregue su vida a Cristo para que conozca la pureza que solo Él puede dar. Si usted es cristiano y usted sabe que hay cosas en su vida que han sido impuras, y sabe lo que sucede cuando usted es impuro, de pronto ya no puede ver a Dios, Él en cierta manera se desvanece, se vuelve nebuloso; el gozo se va, la visión de Dios se va, la vaciedad reemplaza la plenitud, la tristeza toma el lugar del gozo, la falta de significado reemplaza el propósito, y usted se vuelve miserable.
Purifiquen su corazón en esta noche mediante la confesión y el arrepentimiento. Señor Jesús, encuéntranos en donde estamos, y te agradeceremos por llevar a cabo esa obra en nosotros, que nos purifica no solo para tu gloria, y gracias Dios de gracia, porque podemos continuar viendo a Dios por nosotros mismos. ¡Qué recompensa tan fabulosa y maravillosa por la pureza! En el nombre de Jesús. Amén.
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