Este es un mensaje del Pastor John MacArthur traducido y predicado en español para el mundo de habla hispana.
Creo que es apropiado que en esta noche hemos disfrutado de manera especial de un buen tiempo en comunión, porque es algo que realmente necesitamos como cristianos. Hemos compartido, nos hemos reído juntos, hemos disfrutado de un gran tiempo y así debe de ser. Alguien me decía hace un momento en esta noche, en nuestro tiempo de las cinco de la tarde que desde que ella se convirtió en cristiana se da cuenta de que le encanta estar con cristianos, disfruta mucho estar con cristianos. Ella está enriquecida en la comunión de los creyentes, ella anhela esa comunión que nunca antes había conocido en su vida. Cuando regresa a tener comunión con el mundo, hay algo que le falta. Y ella expresó el hecho de que tenía miedo cuando estaba en ciertas situaciones con incrédulos. Nunca pensó que habría tenido un temor así y realmente expresó que una de las cosas que están en mi corazón, que les quiero decir en esta noche. Nos regocijamos en nuestra comunión, no hay duda al respecto, es fantástico, es enriquecedor, es emocionante y necesitamos tanto esto. Pero hay otro lado de esto. Está ese lado que está afuera de estas grandes paredes de piedra. Tenemos que irnos a casa con familias en donde mamá o papá, hermanos o hermanas no conocen a Jesucristo; o maridos, o mujeres o hijos o hijas o tenemos que ir a escuelas donde nos encontramos con personas que no conocen a Jesucristo, a trabajos que tienen el mismo problema al regresar al lugar donde vivimos, y enfrentar la realidad de personas no salvas que nos rodean y ese es el otro lado, ¿no es cierto? Y esto nunca debe ser un retiro para nosotros. Esto debe siempre ser como una gasolinera en donde podemos ir a cargar combustible y salir y ver a Dios operando a través de nosotros en medio del mundo. Con valentía debemos ir. Y creo que realmente es lo que el Señor quiere decirnos en esta noche.
Regresemos a Mateo capítulo 5 y veamos de nuevo las bienaventuranzas. Este será nuestro último mensaje, si el Señor quiere, de las bienaventuranzas y quiero simplemente leerle de nuevo el pasaje y entraremos a lo que tenemos que decir en esta noche. “Viendo la multitud, subió al monte y sentándose vinieron a Él sus discípulos y abriendo su boca les enseñaba diciendo ‘Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos; bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación; bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra por heredad; bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados; bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia; bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios; bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos; bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.” Oremos juntos.
Padre, venimos en esta noche a un pasaje muy necesario. Muy, muy difícil de entender para nosotros, muy difícil encajar en una cultura tan rica, materialista, cómoda. Dios, de alguna manera ayúdanos a ver. Por tu espíritu, penetra nuestros corazones, nuestras mentes, cambia nuestras vidas. Tenemos la gloria en el nombre de Jesús. Amén.
Cuando comenzamos a estudiar las bienaventuranzas hace meses y meses atrás, les dijimos que la palabra bienaventurados, realmente es feliz y lo primero que Jesús, a más dijo, que Él quería que la gente fuera feliz. Él no vino al mundo a hacer que la gente sea fuera miserable, Él vino a hacerlos felices y esa es la razón por la que esta primera afirmación, jamás registrada para nosotros, el primer sermón que Él jamás dio en el libro de Mateo, el principio del Nuevo Testamento, el primer Evangelio comienza con la palabra bienaventurados, felices.
En 1978, en febrero, la revista Cosmopolitan tenía un artículo que presentaba una prueba para determinar qué tan feliz es la gente, en realidad. Hicieron un encuesta de todo tipo de personas, e hicieron todo tipo de preguntas – no voy a tomar el tiempo para leerle las preguntas y después como resultado de la prueba llegaron a formar un perfil de la persona verdaderamente feliz y estos son algunos de los principios que resultaron de su encuesta. La gente realmente feliz disfruta otras personas pero no se sacrifica a sí misma. La gente feliz se rehúsa a participar en algún sentimiento o emoción negativa. Otra: la gente feliz tiene un sentido de mérito en base a su autosuficiencia. ¡Qué fascinante! El mundo dice “La persona realmente feliz es autosuficiente, es positiva acerca de sí misma, tiene confianza en su capacidad. No se sacrifica con respecto a alguien más.”
Eso se oye exactamente como la definición de un fariseo para mí. Es ciertamente lo opuesto de la definición de Jesús de una persona feliz. Jesús dijo que una persona realmente feliz no es autosuficiente, sino que se acobarda como un mendigo reconociendo que no tiene recursos en sí mismo y es manso en lugar de ser orgulloso. Jesús dijo que una persona realmente feliz no es positiva en absoluto acerca de sí mismo, sino que está llorando por su pecaminosidad y su aislamiento de un Dios Santo. Jesús dijo que una persona realmente feliz no tiene confianza en su propia capacidad, sino que está muy consciente de su propia incapacidad y en mansedumbre busca a Dios. Jesús dijo que una persona realmente feliz, en lugar de ser una persona que no se sacrifica a sí misma, es exactamente lo opuesto. Él es misericordioso y es un pacificador y será misericordioso y él será un pacificador si le cuesta la persecución por causa de aquello por lo que él hace la paz y da misericordia. Como puede ver, la definición del mundo de la felicidad no es la definición de Dios en absoluto, nada podría presentar un retrato más claro de la diferencia entre la filosofía del mundo y la verdad divina que comparar una prueba acerca de la felicidad de nuestro día con los estándares de Dios revelados por el Señor Jesucristo en las bienaventuranzas.
El mundo está buscando felicidad en sus propios términos y usted ve que están en una búsqueda desenfrenada de felicidad en los términos del mundo y cuando choca con el Cristianismo habrá un conflicto de manera inevitable. De manera inevitable habrá convicción, culpabilidad, resentimiento, lo cual resulta en persecución. Ahora, nuestro texto para esta noche son los versículos 10 al 12. Y lo que nuestro señor Jesús está diciendo es esto “Les voy a dar una garantía a prueba de todo de que si ustedes viven según las primeras siete bienaventuranzas, van a llegar a la octava de manera automática.” Si usted opera, según los primero siete principios, de manera inevitable será perseguido por causa de la justicia, de manera inevitable será perseguido por causa de su nombre. Es inevitable.
Ahora, en la primera parte de nuestro estudio, comenzamos a ver los versículos 10 al 12. Permítame volvérselos a leer. “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos¸ bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”
Escuche, si usted realmente quiere ser feliz, tiene que ser feliz a la manera de Jesús y si busca ser feliz en sus términos, si busca vivir según sus principios, si busca entrar a su reino, a su manera, si usted va a entrar por la puerta estrecha, al camino estrecho, angosto, si usted va edificar su casa sobre la roca, si usted va a terminar en el juicio y oírlo decir “te conozco, no te conozco”, entonces va a encontrar que el resultado de ese tipo de estilo de vida va a ser confrontar a un mundo hostil, impío. Inevitablemente va a ser una reacción negativa. Siempre ha sido así. En Italia, en el Siglo XV, uno hombre llamado Savonarola entró a la escena. Él fue uno de los más grandes reformadores y predicadores que el mundo jamás ha conocido. Su denunciación de los pecados de la gente y de la corrupción de la iglesia católica romana de esa época, preparó el camino, literalmente, para la reforma. Su predicación, dice un biógrafo, fue una voz de trueno y su denuncia del pecado fue tan terrible que la gente que lo escuchaba salía por las calles boquiabiertos, sin poder decir nada. Sus congregaciones con tanta frecuencia estaban en lágrimas, a tal grado que el edificio entero resonaba con sus sollozos y su lloro. Fin de la cita. Obviamente la gente no pudo enfrentar ese tipo de predicaciones y entonces lo quemaron en la estaca. Nunca sería de otra manera y realmente creo que si los cristianos en nuestra cultura confrontaran más al mundo con lo que creemos que es verdad, y si realmente viviéramos a plenitud las bienaventuranzas en nuestras vidas, descubriríamos que habría hostilidad en el mundo hacia nosotros, si no es que ya lo es para la mayoría de nosotros. Sucede en todos lados y en todo momento.
He estado leyendo recientemente un libro que Don Richardson me dio después de nuestro servicio de la noche. Don Richardson estuvo aquí, un misionero maravilloso, bendecido por Dios, quien escribió una obra clásica de historias misioneras, El hijo de paz. Él ha escrito una secuela llamada Los señores de la tierra. No es como El hijo de paz, una historia de su trabajo misionero, sino, una historia de un amigo suyo, llamado Stan Dale. Stan Dale había ido a la tribu Yali, mientras que Don estaba en la parte de abajo trabajando con los Sawi. Stan iba caminando lo que llaman las montañas de nieve y él ahora estaba trabajando con esta tribu Yali y las montañas de nieve están muy altas y son algo peligrosas y las vías se encuentran al lado de los costados y en esa área hay un río llamado el río Luc, el cuál pasa por las montañas, un río rápido, realmente, son rápidos, y las lluvias constantes lo mantienen moviéndose rápidamente a ese paso. Estaban inmersos en un tipo de religión increíble y tenían todo tipo de lugares sagrados como ilustración y si un pequeño niño entraba gateando a uno de esos lugares sagrados, pensaban que el pequeño niño había quedado profanado y maldecido y maldeciría la villa entera, entonces iban a un risco y aventaban al bebé a los rápidos y se ahoga y llevaba su cuerpo hasta las faldas de la montañas y si alguien decía una palabra – era parte del sistema – si alguien se atrevía a decir algo en contra del sistema religioso eran matados ahí en el momento. Entonces no podía haber rebelión. No podía haber cambio. No había manera posible de alterar algo y uno, cuenta en el libro de un hombre de la tribu que decidió que quería tratar de cambiar las cosas y entonces trató de señalar alguna de las cosas que le parecían tan torpes y le llenaron el cuerpo de flechas matándolo. Era una situación sin esperanza. Sin esperanza, esto es, hasta que un australiano, bajo de estatura, sin miedo, entró a las villas Yali, y de una manera increíble, este pequeño hombre de estatura baja abrió su corazón y su corazón de su esposa y sus cincos niños, a estas personas salvajes que no solo eran cazadores, sino que también eran caníbales que comían carne humana. Él llegó a salvarlos de la obscuridad impenetrable y la muerte, de las creencias terribles y prácticas que tenían en su cultura. ¿Quieren saber lo que pasó? Se lo voy a leer de Don Richardson.
“El nativo, conteniendo su respiración preparó su flecha y apuntó al costado de Stan. Por un momento la luz del fuego brilló en la hoja de bambú brillante, especialmente escogida para matar. Después preparó su barco a máxima potencia como conforme otros guerreros detrás de él esperaban su turno como si fuera para obligar al guerrero. Stan se movió y se colocó frente a la puerta para buscar algo. En el siguiente instante, él se encogió teniendo dificultad para respirar y sacando la flecha de su costado derecho. Molesto por su éxito, el primer guerrero saltó por atrás y rápidamente disparó otra flecha en la pierna derecha de Stan. ‘Estamos en una trampa de muerte’ ‘dijo Stan, ‘Pueden dispararnos de toda dirección. El fuego, tengo que apagarlo.’ Stan se acercó al fuego tratando de esparcir sus ramas ardientes y conforme lo hizo otra flecha entró en su pierna izquierda sepultándose profundamente en su musculo. Él corrió hacia el lado lejano de la cabaña buscando refugio pero no lo encontró. Dos más flechas entraron en su cuerpo, una penetró su antebrazo derecho y otra penetró su diafragma y sus intestinos. Stan se sacó cada flecha, una a la vez y después le dijo a sus ejecutores en Yali, ‘Huyan a casa todos ustedes, han hecho suficiente.’ El dolor de sus cinco heridas lo estaba atormentando. El suelo del yogma ahora estaba lleno de muchas flechas, cinco de ellas rojas de sangre. Stan se empujó contra la pared de yogma esperando la siguiente flecha. Él la vio venir.” Fin de la cita.
Bueno, lo que es sorprendente, no voy a terminar el resto de la historia – tienen que conseguir el libro – lo que es sorprendente es que él sobrevivió, lo sacaron, fue librado ahí. Estuvo en cirugía, se recuperó y regresó a la misma villa, regresó a la misma área. Él entregó, literalmente, años de su vida y después esta historia. Más allá de Yendoal, el río no era tan profundo, fluyendo sobre una cama de roca bastante ancha. Pasaron por ahí por cientos de metros y llegaron a una playa de grava. Más allá de la playa el camino dejaba el río y se dirigía hacia arriba, hacia el paso. Tendrían que subir más de mil metros y habrían llegado a un lugar seguro. Pero el clamor de guerra volvió a resonar, mucho más cerca ahora, y de pronto, al otro lado del río vieron arcos en alto. Otros venían bajando por el bosque haciendo ruido con sus rizos de ratán. Stan y Yemu estaban en la parte baja de la playa de grava esperándolos, Phil – Phil Masters estaba solo del otro lado a unos metros de distancia. Los tres Yalis caminaron unos metros más allá de Phil. Conforme todos ellos veían atrás el horror, vieron a Stan levantar su callado enfrentando a la multitud Hui Bun. “¡Yemu, Déjenme!” él grito. Él mantuvo levantado su callado no para atacarlos sino para formar una barrera contra de la ola que avanzaba de guerreros. “Todos ustedes den la vuelta y váyanse a casa.” Les mandó.
Un sacerdote de los Kimyal, llamado Vergué se colocó atrás de Stan y a quemarropa disparó una flecha bajo su mano derecha levantada. Otro sacerdote Bunu disparó una lanza de bambú en su espalda, apenas abajo de su hombro derecho. Yemu estaba llorando ya y gritándoles para que se detuvieran. Conforme las flechas entraron en su carne, Stan las sacó una por una, las rompió y las aventó. Docenas de ellas eran en contra de él de toda dirección. Él continuó sacándolas, rompiéndolas y tirándolas a sus pies hasta que no pudo mantenerse al paso de las fechas. Nalimo llegó a la escena después de que unas treinta flechas habían dejado su marca en el cuerpo de Stan. “¿Cómo puede él estar de pie por tanto tiempo?” Nalimo preguntó. “¿Por qué no se cae? Cualquiera de nosotros se habrá caído hace mucho tiempo.” Un tipo de flecha diferente penetró en la carne de Nalimo, temor, quizás, “él es inmortal.” El rostro de Nalimo normalmente no mostraba emoción pero se derritió con una emoción repentina. Debido a esa emoción, Nalimo dijo más adelante – y por cierto Nalimo fue bautizado más adelante como un creyente en Cristo. Debido a su temor, él no disparó una flecha al cuerpo de Stan, aunque todo su pueblo lo hizo.
Stan enfrentó a sus enemigos de manera estable, sin vacilar, fuera del movimiento de cada flecha nueva y Yemu corrió donde estaba Phil solo de pie. Juntos vieron en angustia la agonía de Stan. Conforme cincuenta o más guerreros se separaban de la fuerza principal y vinieron hacia ellos, Phil empujó a Yemu detrás de él y le hizo una señal sin decirle nada “¡Corre!” Phil pareció apenas darse cuenta de que los guerreros estaban rodeándolos. Sus ojos estaban viendo fijamente a Stan. Cincuenta flechas, sesenta flechas, manchas de sangre salían de las muchas heridas pero Stan todavía estaba de pie. Nalimo vio que no estaba solo en su temor. El ataque había comenzado con risa, pero ahora los guerreros disparaban sus flechas con desesperación llegando al límite del pánico porque Stan se rehusaba a caer, quizás Curzao tuvo razón, quizás estaban cometiendo un crimen monstruoso en contra del mundo sobrenatural, en lugar de defenderlo como lo habían buscado hacer. “¡Cae!” le gritaban a Stan, “¡Muere!” Era un ruego. “¡Por favor muere!” Yemu no oyó a Phil decirle nada a los guerreros conforme ellos apuntaban sus flechas hacia él. Phil no hizo intento alguno de huir o luchar. Él había enfrentado el peligro muchas veces, pero nunca la muerte cierta. Pero Stan le había mostrado cómo enfrentarla. Si necesitaba un ejemplo estaba ahí. El ejemplo, difícilmente habría podido ser seguido con mayor valentía. Una vez más fue Vergué quien disparó la primera flecha y se necesitaron casi tantas flechas para derribar a Phil como se habían necesitado para derribar a Stan.
Yemu y los tres Yalis esperaron hasta que supieron que Phil estaba demasiado herido como para sobrevivir. Ante el panorama de la matanza, después de que ambos misioneros habían caído en la playa pedregosa, los Yali alejaron sus cuerpos heridos de las piedras y los colocaron en dos lugares separados en el bosque. Aunque los Yali no cortaban cabezas, Bunu, motivado por el temor decapitó tanto a Stan como a Phil. Y aun sin estar satisfecho, los homicidas le quitaron la ropa a ambos cuerpos, los desnudaron y de manera sistemática los cortaron en pedazos y regaron partes de hueso en el bosque para hacer que la resurrección fuera más difícil. Desde el principio, Nalimo y su amigo habían planeado un festín caníbal, después de hubieran matado a Phil y a Stan. Fin de la cita.
Hay un precio que pagar, ¿no es cierto? El fin maravillo de la historia es que la Villa Yali y todo ese territorio ahora ha venido a Jesucristo. Y no se congregan para comer misioneros. Se congregan en la mesa del Señor pero el precio fue muy alto. Una de las cosas más maravillosas que sé acerca de esta historia es que el quinto hijo de Stan, quien era un bebé cuando él murió, fue salvado leyendo este libro acerca de su padre. Ese es el precio. Si usted va a confrontar el mundo, hay un precio que pagar. Así ha sido siempre, así fue con Savonalora, así fue con Stan Dale a fines de los 1960, cuando esto sucedió. Así será en el futuro porque cuando vemos hacia delante en el Apocalipsis, ¿Qué es lo que encontramos en el capítulo 9? Un grupo de personas bajo el altar clamando personas que fueron matadas como mártires por causa de Cristo. Siempre será así.
Ahora veamos Mateo 5:10 al 12 y veamos los tres puntos que presentamos en nuestro último estudio. La persecución, la promesa y la postura. La persecución está en los versículos 10 y 11 y vamos a repasarla rápidamente: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos.” Y después es personalizado. Creo que es la misma bienaventuranza, no dos, nada más que la gente que tolera esto es doblemente bendecida. Pero usted tiene una afirmación general en el versículo 10 y vimos esto la última vez. Este es un repaso. Y después es personalizada en el versículo 11: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo.”
Hagamos algunas preguntas simples ¿Quiénes son perseguidos? ¿Quiénes? Le voy a decir quiénes. Los que viven un tipo de vida de bienaventuranza, los que llegan a conocer a Dios mediante Jesucristo; los que son gente del reino. El que vive la vida en términos de Dios. Hermanos, quiero que entiendan esto, que la piedad genera antagonismo. Usted tiene que esperar esto. No estoy tratando de decirle esto para que usted salga y se comporte mal en el mundo. No le estoy diciendo esto para que salga y haga enemigos. Le estoy diciendo esto para que no le sorprenda.
En Filipenses capítulo 1, en el versículo 29 “Porque a vosotros os es concedido por causa de Cristo, no solo que creáis en Él, sino también que padezcáis por Él.” A vosotros os es concedido dice Él. Esto debe esperarse, esto no es anormal. Pablo le dice a los Tesalonicenses en 1 Tesalonicenses 3:3 “Ninguno de vosotros debe ser sacudido por estas aflicciones. No deben sorprenderse, no les debe asustar. No deben buscar revaluar si han hecho el compromiso correcto porque vosotros mismos sabéis que para esto hemos sido puestos. Esto no les debe sorprender. Fuimos llamados a estas cosas. En II Timoteo, capitulo 3, versículo 12, de nuevo el mismo pensamiento: “Y también todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución.”
Hemos sido llamados a esto y es muy elemental. Un mundo impío, enojado, hostil, pecaminoso, confrontado por el cristianismo, debe reaccionar. ¿El quién? Toda persona que vive la vida de bienaventuranza. Toda persona que entra al reino, toda persona que es hijo del reino, que vive de esta manera, usted simplemente va al mundo y trate de traer misericordia al mundo. Usted entre y trate de purificar los corazones de los hombres al traerles la conciencia del pecado. Usted entre y trate de hacer la paz mediante el único pacificador, Jesucristo, y si usted es valiente y confronta así como Dios quiere que usted sea, usted va a descubrir que va a haber una reacción. ¿Cómo? Vimos el quién. ¿Qué acerca del cómo? Bueno, vamos a ser perseguidos. ¿Cómo van a mostrar su enojo? Persecución. Es una palabra griega que significa molestar, tratar mal. Literalmente en su raíz significa perseguir. Van a venir detrás de nosotros. Realmente pienso que en Estados Unidos estamos al punto de enfrentar algunos días que van a ser realmente muy diferentes de lo que hemos conocido en el pasado. Y creo que en cierta manera hemos estado jugando en la era post-avivamiento en Estados Unidos. ¿Sabe una cosa? Hemos estado viviendo de los avivamientos del pasado y los beneficios que Estados Unidos tuvo, del legado de esos días. Eso está llegando a un fin rápidamente. No solo es que el gobierno está actuando en contra de la religión y la religión está actuando en contra de sí misma por la proliferación de todas las sectas y todo lo demás. Estamos viendo que el gobierno va tras los grupos religiosos. Estamos viendo cambios en actitudes. Estamos viendo como el servicio fiscal y otras agencias comienzan a hacer leyes que van a impactar de manera directa a aquellos de nosotros que estamos en la iglesia de Jesucristo. Estamos viendo como el departamento del fisco y otras agencias comienzan a hacer leyes que van a impactar de manera directa a aquellos de nosotros que estamos en la iglesia de Jesucristo.
Estamos viendo reacciones a cosas que antes se veían como sagradas. La idea entera de la iglesia y todo ese tipo de cosas, usted sabe, todo se acabó con mamá y el pie de manzana. Eso también se acabó y entonces nos van a perseguir, dice él. ¿Cómo? Versículo 11. ¿Recuerda lo que le dijimos? Vituperen. Eso es abusar de frente y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo. Esa es calumnia detrás de la espalda. Van a venir en contra de aquellos que son el pueblo de Dios, de frente, por atrás. Van a hablar de nosotros cuando no estemos. Van a reaccionar a nosotros cuando estemos ahí. Va a haber confrontaciones abiertas y va a haber esa calumnia privada.
Recibí una carta esta semana y pensé que sería bueno compartírselas. “Recientemente usted predicó la última bienaventuranza. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo. En ese sermón usted señaló que si un cristiano nunca era perseguido, entonces, podría haber algo que estaba mal con su cristianismo. Ayer tuve la oportunidad de hablarle a una amiga a quien no había visto durante varios años. En un punto de su vida ella profesó el cristianismo pero ahora está en el proceso de divorciarse de su marido sin causa alguna. Sabía que tenía que confrontarla con lo que Dios tiene que decir acerca del divorcio. Eso significaría poner en juego nuestra relación de amistad y la posibilidad de que ella fuera hostil hacia mí. Estaba asustada y deseaba que no tuviera que confrontarla pero teniendo el conocimiento de Dios dentro de mí, sabía que tenía que obedecer a Dios y de manera breve esto es lo que pasó.
Le recordé del amor y la gracia de Dios y cómo Él quería que su familia fuera feliz y viviera junta en armonía según el estándar perfecto de Dios. Compartí con ella lo que Dios pensaba del divorcio y sus guías para el matrimonio y el divorcio. Entre más hablábamos, fue más defensiva se enojó más. Ella dijo que no creía que la Biblia era la Palabra de Dios sino la interpretación del hombre, de lo que Dios había dicho. Además ella dijo que cualquier persona tenía el derecho de formar su propia interpretación de lo que las Escrituras significaban. Era agradable tener la Biblia por sus guías pero dependía del lector decidir que se aplicaba a él o ella. Le expliqué como la interpretación privada solo podía llevar a castúo lógico. Cuando saqué mi Biblia para leerle algunos pasajes específicos, ella no me permitió leerle diciendo que ella no había venido a discutir por la Biblia. En breve no había manera de razonar con ella. Conforme ella se preparó para irse, ella se llenó de odio mostrando odio en sus ojos. Me acusó de meterla a mi hogar sin preocuparme por ella y así ella se fue azotando la puerta conforme salió. Puedo decir que ahora sé lo que es ser odiada y acusada falsamente porque fui fiel a Cristo. Sé que podría estar viviendo con esto por mucho tiempo, conforme ella se divorcia de su marido en un esfuerzo por tener una relación con alguien en mi familia. La amo y es con un corazón pesado que reconozco la magnitud de su rechazo de Cristo. Por doloroso que esto ha sido, le doy gracias a Dios porque primera vez en mi vida sé lo que es separarse del mundo.” Fin de la cita.
¿Qué es peor? ¿Ser disparado con una flecha Yali o ser odiado por alguien a quien usted ama? Uno se acaba rápidamente, uno dura mucho tiempo. Pero así es, ¿se da cuenta? Nunca es fácil para la gente comprometida. Si es fácil para usted, una de dos cosas está pasando. Usted no es cristiano, o usted es cristiano pero no está manifestando el tipo de cosas que el Señor explicó aquí. Nunca es fácil para el cristiano.
Acompáñeme a 1 Corintios, capítulo 4. Permítame mostrarle algo. 1 Corintios, capítulo 4, versículo 9 y Pablo presenta uno de los retratos más vívidos en palabras que usted encuentra 1 de Corintios. Él dice en el versículo 9, “Creo que Dios nos ha puesto a los apóstoles.” ¿Cuál es la siguiente frase? “Como postreros. Como puestos para morir porque somos hechos un espectáculo al mundo y a los ángeles y a los hombres.” Deténgase ahí. Pablo dice ¿Saben un cosa? Creo que cuando hablamos del lugar donde encajamos, Dios nos ha puesto en último lugar. Nos ha designado a la muerte, nos ha hecho un espectáculo. ¿Y saben una cosa lo que Él tiene en mente? Cuando un general romano ganaba una gran victoria, se le daba el privilegio de desfilar a su ejército victorioso por las calles de la ciudad. Y conforme el ejército entraba y pasaba por las calles de la ciudad, llevaban con ellos el botín, los trofeos de guerra. Se le permitía a ese general demostrarle a toda la gente el triunfo tremendo que había alcanzado y siempre, al final de la procesión larga, había un pequeño grupo de cautivos, muestras de la gente conquistada y estaban condenados a morir. Eran hombres que habían sido capturados y hombres que ahora eran llevados a la arena para pelear contra las bestias y morir de esa manera. Y Pablo dice “Creo que Dios nos ha designado a los apóstoles en último lugar.” Por así decirlo, designados a la muerte. Somos un espectáculo para el mundo, para los ángeles y los hombres.
Pablo toma los términos aquí de esa escena y ve a los apóstoles y ¿quiénes son? Son como emblemas de todos los discípulos que verdaderamente están comprometidos. Son un grupo de cautivos designados para morir. Mofaz lo traduce de esta manera: “Dios quiere que los apóstoles entremos al final como gladiadores condenados en la arena.” La palabra puestos para morir – la ve ahí – la palabra puestos para morir es la palabra sentenciados. Es un término raro, usado para referirse a criminales, desfilados como objetos de burla, conforme marchaban a su ejecución. Entonces, Pablo dice “Oigan, nosotros, los apóstoles estamos condenados. Somos traídos al final como los cautivos. Un espectáculo para que todo el mundo nos vea. Para que se burlen de nosotros y nos maten como criminales condenados.” Pero después él dice “De cualquier manera lo soportamos. Somos necios por causa de Cristo, pero ustedes son sabios. Somos débiles, pero ustedes son fuertes. Ustedes son honorables, pero somos menospreciados,” y él es muy sarcástico ahí. Y después él dice, “Inclusive en este momento tenemos hambre y tenemos sed. Estamos desnudos, somos golpeados. No tenemos un lugar seguro donde vivir y trabajamos, trabajando con nuestras propias manos. Siendo calumniados, bendecimos. Si siendo perseguidos” – y aquí está la palabra clave – “lo soportamos.” Sabemos a qué hemos sido llamados. No somos llamados a montarnos sobre el caballo blanco en la ciudad y ser las celebridades. No somos llamados a ser las súper estrellas. No somos llamados a ser la celebridad santificada, somos llamados para ser designados a la muerte y sufrimos en medio de esto. Somos necios y ustedes son los sabios. Nos ven como necios. Él dice “Y somos débiles y ustedes son fuertes. Ustedes nos menosprecian y son honorables ustedes y nosotros menospreciados. Y hasta este momento tenemos hambre y sed, estamos desnudos, golpeados y nunca tenemos un lugar donde quedarnos y tenemos que trabajar con nuestras manos tan duro, y estamos siendo calumniados todo el tiempo y somos perseguidos y tenemos que soportarlo. ¿Cómo reacciona a todo eso? Siendo difamados dice, a lo más bien calumniados en el versículo 12, bendecimos; siendo perseguidos, soportamos; siendo difamados, rogamos.
Ahora observe esto. Somos hechos como la escoria del mundo, el desecho de todas las cosas hasta este día – escuche – la palabra desechos simplemente significa suciedad. Es usado de algo que es limpiado cuando usted lo quiere limpiar. Podría ser usada de basura que se quedó en alguna olla o sartén. Podría ser polvo que se quedó en la mesa. Es cualquier suciedad que usted quiere eliminar. Y él usó el término escoria a algo que usted raspa, desecho que quita. Pablo dice “Miren, nos vemos a nosotros mismos como suciedad y desechos.” Dice usted, Pablo – digo – tú eres uno de los apóstoles, digo, tenemos estatuas de ti hombre, tenemos las catedrales de San Pablo. Él dice “Somos la escoria y la suciedad.” Ellos aceptan esto, los apóstoles lo aceptaron. Esta era la evaluación del mundo, consideraron el costo, estuvieron dispuestos a pagar el precio y hasta donde sabemos, diez u once de los doce se murieron como mártires. El único que sabemos que no murió fue Juan. Él fue exiliado y murió en el exilio. Escuche, no sé qué ha pasado con el tipo del cristianismo que tenemos en la actualidad, pero este no es. Digo, ¿podemos decir, en la sociedad humana en Estados Unidos hoy que los cristianos son la escoria, el desecho del mundo? ¿Realmente lo somos? ¡Hey, somos las estrellas! Tenemos las luces más grandes en Las Vegas. Para nosotros, tenemos nuestros propios programas de televisión, entramos y salimos. Usted sabe, vivimos en dos mundos, nos vestimos por acá, después nos cambiamos la ropa y venimos a la iglesia y hacemos lo que queremos, bailamos en Las Vegas y después nos ponemos de pie, damos nuestros testimonios. Somos las estrellas, somos los presidentes y los miembros del congreso, y los deportistas famosos y los actores y los cantantes y estoy agradecido por todas esas personas que son creyentes reales; nada más que debo preguntarme si entendemos correctamente la situación.
Estamos tratando de bailar un vals con el mundo en lugar de confrontarlo. No sé cómo esto ha pasado. Somos la élite, somos los aceptables, somos los ricos. Escuche, así no es como Pablo lo vio. Cuando Pablo dio sus credenciales, usted sabe tantas personas, recibo muchas cosas en el correo que dicen ¿Le gustaría que tal y tal viniera a su iglesia? Y pueden venir si usted les paga una cuota. ¿Sabe? ¿Y le gustaría que viniera tal y tal estrella? Aquí están sus credenciales. Grandes papeles le envían con todas las fotos, usted sabe, estrechándole la mano a todo mundo. ¿Le gustaría que vinieran las estrellas? Escuche, yo no estoy interesado en las estrellas. ¿Sabe una cosa? Cuando Pablo vino, él no dijo “Oh, quiero que sepa que me recibí de la Universidad de Gamaliel, Magna Cum Laude. Soy un hombre de mundo, hablo muchos idiomas. Soy un amigo personal de varios reyes, gobernantes, hombres famosos. He ascendido al tercer cielo.” II de Corintios habla de eso. “¡Hombre, pasé por el circuito! ¡Buu, aquí estoy! Hablé en lenguas más que todos ustedes.” Escuche, no hay fin a lo que el hombre pudo haber hecho. Un testimonio increíble. Él podría haberlo mantenido a usted ahí por horas.
Él dice ¿quiere mis credenciales? Le voy a dar mis credenciales. Vea 2 de Corintios, capítulo 11. Aquí están sus credenciales. Damas y caballeros, me gustaría presentarle al apóstol Pablo. Aquí están sus credenciales. Versículo 23. “¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más” – aquí están sus credenciales – “en trabajos más abundantes; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar, en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos maestros, en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez.”
Ahí está. Versículo 5 del capítulo 12: “De tal hombre me gloriaré.” Puedo entender esto, ¿usted no? Había sido encarcelado, golpeado, sido naufrago, había sido apedreado, abusado, "pero de mí mismo en nada me gloriaré, ¿qué? sino en mis debilidades. Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí, ve u oye de mí. Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.” ¿Sabe una cosa? Él tuvo un problema. Algunas personas piensan que fue un problema de ojos, es posible; algunas piensan que tuvo un problema donde le salía una sustancia de los ojos que siempre era muy fea y hacía que fuera muy desagradable verlo, no sé lo que era; pero fuera lo que fuera, era algo indeseable y en lugar de quitárselo, Dios simplemente le dijo, “Bástate de mí gracia. Tengo que mantenerte humilde, Pablo, porque mi fortaleza se perfecciona en la debilidad.” Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy ¿Qué? Fuerte. Escuche, mientras usted cree que usted puede tener su conferencia de prensa, usted no tiene el poder de Dios. Eso es lo que está diciendo. Mientras que usted piense que es autosuficiente, que usted es bueno, usted ha sido probado y usted tiene las relaciones públicas para poder tener éxito. Usted está operando en base al principio equivocado. Él dice “Me glorío en mi debilidad, me glorío en mí debilidad, me glorío en la persecución, me glorío en la necesidad, me glorío en el vituperio. Todo lo que me quebranta, todo lo que me aplasta, todo lo que me humilla, me glorío en ello porque eso es lo que me hace depender de Dios y no, no tengo recursos en mí y ahí es cuando Dios se mueve a través de mí para confrontar a un mundo.” Vivimos en un día en el que el Cristianismo como nunca antes, está involucrado en un acto de auto glorificación que debe ser repulsivo para Dios. Estamos manufacturando celebridades más rápido de lo que el mundo lo está haciendo. Así no es.
Cuando nuestro Señor dijo, como aprendimos en esta mañana en Hechos, capítulo 1, versículo 8 “Me seréis testigos.” Él dijo: deben ser mis mártires, mis ¿qué?, mártires, hay un precio que pagar. Bien, es la bienaventuranza que es dirigida a cualquier persona que es un hijo del reino. ¿Cómo debemos ser perseguidos? ¿Por qué? Seremos confrontados de frente y calumniados detrás de nuestra espalda y seremos calumniados. ¿Por qué? Veamos el porqué.
De regreso a Mateo 5, ¿Por qué nos van a hacer esto? Dice usted “Somos personas tan amables” y estoy de acuerdo. Los cristianos son las personas más amables en el mundo. Somos personas amables porque Dios vive en nosotros y Dios es bondad, y Dios toma nuestra maldad y nos da Su bondad y ahí está. Pero ¿Por qué el mundo hace esto? La respuesta es simple, versículo 11 dice al final “Por causa de mí.” Escuche, hay dos cosas que el mundo no quiere, justicia y Cristo. ¿Se da cuenta? Usted confronta un mundo pecaminoso que ama las tinieblas más que la luz. Usted confronta un mundo pecaminoso que ama su pecado y ese mundo va a reaccionar. Usted vuelve a hablar de Jesucristo y el mundo va a hacerle simplemente lo que el mundo le hizo antes. El mundo lo va a querer matar y esa es la manera en la que siempre ha sido y así siempre será.
Observe Juan 15 por tan solo un momento. En Juan 15, versículo 18, nuestro Señor Jesús lo expresó de la manera más clara que él podría. “Si el mundo se aborrece, sabéis que me aborreció antes de que os aborreciera a vosotros.” Juan 15:8: “Si fueras del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero debido a que no sois del mundo, sino que yo los he elegido del mundo, por tanto, el mundo os aborrece.” Versículo 17 dice “Yo os mando a amáis los unos a otros.” Y es maravilloso y necesitamos eso y lo hemos disfrutado esta noche y hemos sido enriquecidos por ello esta noche. Y aquí estamos congregados. Toda esta tremenda familia de Cristo aquí en Grace, y nos amamos unos a otros y después salimos, pero el mundo no nos ama. ¿El mundo qué? Nos aborrece. El sistema malo nos aborrece. Dice usted ¿Por qué hacen eso? Porque no somos del mundo, si fuéramos del mundo nos aceptarían pero confrontamos al mundo. Ahora si usted no confronta al mundo, ellos nunca lo sabrán. Pero si el mundo sabe que no somos parte del sistema, nos odiarán. En el versículo 20 él dice “Os acordáis de la palabra que yo os dije. El siervo no es mayor que Su Señor. Si me ha perseguido a mí, también los van a perseguir a ustedes. Si guardaron mi palabra, guardarán también la de ustedes.” En otras palabras, cuando se identifican conmigo van a tratarlos de la misma manera en la que me trataron a mí y aquellos que me aman los van a amar a ustedes y a aquellos que me aborrecen los van a aborrecer a ustedes. Y aquellos que me aborrecen los van a aborrecer a ustedes. Y aquellos que aman la justician los van a amar a ustedes. Y aquellos que odian la justicia y aman en pecado, los van a odiar a ustedes. El clímax del asunto es que simplemente no conocen a Dios. Versículo 21, todas estas cosas les harán por causa de mi nombre. Porque no conocen a aquel que me envió. ¿Se da cuenta, simplemente no conocen a Dios? Si yo no hubiera venido y les hubiera hablado, no habrían tenido pecado, pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me aborrece a mí, aborrece también a mi padre. Si yo no hubiera hecho nada entre ellos, las obras que ningún otro hombre hizo no habrían tenido pecado. Pero ahora han visto y me han odiado tanto a mí como a mi Padre.
¿Sabe qué hizo Jesús cuando vino al mundo? ¿Él vino al mundo y exhibió qué? Su pecado. Y entonces había pecado. Vieron pecado en sus vidas, fueron confrontados con la realidad del pecado. Si Jesús no hubiera venido, lo habrían maquillado. Estaban haciendo un gran trabajo de apaciguar su consciencia. Su religión literalmente había cerrado sus ojos a la verdad y en su ceguera gustosamente estaban marchando hacia el infierno. Cristo quitó lo que los cegaba y dijo “¡Véanse!” Y ellos vieron su pecado. Y lo odiaron por ello y entonces lo odiaron. Y todo sucede exactamente como las Escrituras lo habían dicho. Los salmos me odiaron sin qué causa. No hubo razón. Entonces la pregunta, bueno, ¿por qué nos odian? No hay razón. No hay nada de malo con usted. Usted realmente es maravilloso. Tampoco, no hay nada de malo conmigo. Yo no soy tan maravilloso como me gustaría ser, pero no soy todo mal, no soy yo, es justicia, es Cristo. Usted simplemente vive una vida justa. Usted es la sal – vamos a llegar a eso la próxima semana – Usted simplemente sea la sal y vea lo que sucede. La sal - ¿alguna vez ha puesto sal en una herida? ¡Uy duele! Simplemente es sal, nunca diga nada, solo sea sal, solo sea justo en una sociedad corrupta.
Observe lo que sucede. Así es como va a ser, dice usted, bueno, entonces le voy a decir lo que tenemos que hacer. Debemos salirnos de este mundo. Hombre, tenemos que salirnos, que le monasticismo reine, volvámonos monjes, retirémonos, retirémonos, estudiemos las Escrituras. No, a pesar de eso me encanta. Cuando el consolador venga, versículo 26 “A quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí. Y él también”, ¿qué? – “dará testimonio.” Él no se va a ir a ningún lado, dice “No huyan, no se retiren, no se retiren” a una noche oscura a estudiar la Biblia hasta el rato, sal y sé un mártir, un mártir, usted tiene que confrontarlos – escuche – la venida de Jesús no solo trajo salvación, sino que trajo la manifestación de odio de aquellos que aman sus pecados y esto no significó que debemos darle la espalda al mundo. Significa que debemos salir y confrontar al mundo y enfrentar al mundo. Y seguro, ¿qué va a pasar? Le voy a decir lo que va a pasar, dice el versículo 2, del capítulo 16, “Los van a sacar de las sinagogas, el tiempo vendrá cuando cualquiera que los mate pensará que está dando servicio a Dios y estas cosas os hará porque no han conocido al Padre ni a mí.” Se da cuenta, no es usted, es que no conocen a Dios. Y debido a que no conocen a Dios, no conocen a Cristo y debido a que no conocen a Cristo, no entienden la justicia. Y debido a que no están dispuestos a aceptar la justicia, quieren su pecado y no tolerarán una confrontación en ese punto. Eso es exactamente lo que las bienaventuranzas están diciendo.
Regrese ahora a Mateo y permítale mostrarle algo. En Mateo capítulo 5, el Señor dice “Van a ser perseguidos. Van a ser perseguidos.” Versículo 10, versículo 11, versículo 12 y dicen lo mismo. Vayámonos a un monasterio. Retirémonos. No, versículo 13, “Quédense ahí. Vosotros sois la sal de la tierra.” Versículo 14, “Vosotros sois la luz del mundo. No se vayan a ningún lugar.” Los hombres encienden una lámpara y la esconden. La colocan en una parte alta para que así brille vuestra luz ¿delante de qué? De los hombres. Como puede ver, aunque hay un precio que pagar, no podemos retirarnos.
Veo a Stan Dale y es simplemente increíble leer ese libro. La primera vez que fue atacado, antes de su primer ataque por parte de sus nativos. Todos lo rodearon con sus arcos y sus flechas en la parte de arriba de la montaña y él simplemente dijo “Voy a ir para decirles que no pueden hacer eso.” Y caminó, subió por esa montaña y siguió caminando hacia ellos y le dispararon y no le dieron con las flechas, simplemente siguió caminando. ¡Hombre! Hay algo emocionante en eso. Él iba a ser la sal y la luz, sin importar nada. Se necesitaron casi sesenta flechas antes de que si quiera cayera. Él iba a salar la situación por tanto tiempo como él pudiera. No se retire, sea fiel. Bueno, claro que al mundo no le gusta.
¿Sabe una cosa? En Colosenses 1:24, ¿se acuerda de eso? Me voy a brincar a otros pensamientos y simplemente darle esto. Colosenses 1:24, “Usted se acuerda de ese pensamiento y ahora me regocijo en mi pensamiento por vosotros y cumplo lo que falta las aflicciones de Cristo en mi carne.” Permítame tomar eso. Pablo dijo “Cada vez que alguien me golpea, realmente están buscando a Cristo.” Stan Dale pudo haber dicho lo mismo. Cada uno de esos Yali que disparó una flecha, realmente estaba disparándole a Jesucristo. No es a mí al que odian, es la verdad que represento lo que ellos odian, ¿verdad? Es Cristo a quien el mundo busca. Es Cristo a quien el mundo persigue. Es Cristo a quien el mundo todavía está tratando de matar. No pueden llegar a Él porque no está aquí. Entonces, van contra cualquier persona que esté en su lugar y habla la misma verdad. Nada más. Así como el mundo le clavó los clavos en sus manos porque odiaban su mensaje, así el mundo todavía está tratando de clavarle clavos a las vidas de creyentes que están ahí afuera confrontando al sistema con el mismo mensaje.
Ahora usted me conoce. No estoy tratando de producir una guerra, no estoy tratando de tener enemigos por todos lados, pero le voy a decir una cosa. Yo creo que al decir lo que es correcto, al decir lo que debe ser dicho, en donde debe ser dicho, a quién debe ser dicho y sin preocuparse por la consecuencia por causa de él. Oigo al apóstol Pablo o a fin de conocerle la participación de sus ¿qué? – padecimientos. ¿Se da cuenta? Digo, “Estoy dispuesto” dice él. “Voy a enfrentar esto.” En Mateo 10, de nuevo en Mateo 24, esos grandes textos acerca del hecho de que él dice, “Van a ser odiados por causa de mí. Van a ser odiados por causa de mí.” ¿Quiénes? La gente del reino. ¿Cómo? Persecución. ¿Por qué? Por causa de él. ¿Cuándo vamos a ser perseguidos? Bueno, observe versículo 11. “Bienaventurados sois” - ¿Cuándo? ¿Qué quiere decir eso? Significa cuando sea. No significa que bienaventurados son ustedes que siempre están siendo perseguidos. No, cuando suceda, bienaventurados son ustedes. No es la idea de que vamos a ser perseguidos de manera incesante. Eso no fue el caso en tiempo de Pablo. Eso no fue el caso en el tiempo de Cristo. Hubieron ocasiones cuando Cristo disfrutó del respiro de un tiempo familiar con María, Marta y Lázaro. Hubieron ocasiones cuando Jesús se retiró al Monte de los Olivos. Hubieron tiempos maravillosos con los doce en Galilea. No. No va a ser incesante, interminable, pero cuando sea o cuando suceda, entonces Dios estará ahí para traer su bienaventuranza para esa alma dispuesta. Él siempre lo hace tolerable. ¿No es cierto? No les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana. Pero fiel es Dios que no os dejará ser tentada más de lo que podáis resistir. Si no que junto con la tentación, con esa prueba ¿dará qué? La salida. Siempre estará ahí.
Ahora escuchen amados, cuando suceda no lo buscamos, no lo buscamos. No tenemos un complejo de mártir, pero tampoco le damos la espalda. Y cuando estamos en medio de la persecución no hacemos concesiones. Bueno, la persecución es seguir en el texto por la promesa. ¿No le da gusto escuchar eso? ¿Cuál es la promesa? Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y demás, bienaventurados, bienaventurados porque de ellos es el reino.
Escuchen amados, lo que perdamos en este mundo, ganaremos de manera múltiple en el Reino de Dios, ¿verdad? Cualquier cosa física que perdamos, la recompensa eterna nos compensará de manera infinita. ¿Y qué es lo que el amado apóstol Pablo dijo con su mente y su capacidad teniendo mucho en este mundo? En lugar de eso, no tuvo absolutamente nada y un día colocó la cabeza en un bloque y una chala se paró en su cuerpo, ¿qué dijo el bendito apóstol Pablo más que esto? “Yo considero los sufrimientos del tiempo presente no dignos de ser comparados con la gloria venidera que será regalada a nosotros.” ¿No es cierto? Lo que perdamos aquí nunca puede ser comparado con lo que ganaremos en el Reino de Dios.
Bienaventurado dice y dos veces lo dice de manera enfática repitiendo bienaventurados, bienaventurados de nuevo porque aquellos que de manera dispuesta son fieles a Jesucristo, conocerán la bendición de la obediencia y la bendición de ser parte del reino eterno de Dios.
Pienso en tantas ilustraciones de esto. José fue uno. José fue perseguido por sus hermanos, por causa de la justicia. Él terminó en un pozo seco en el desierto menospreciado y odiado y Dios lo levantó y lo hizo el primer ministro de Egipto. Todo lo que necesitó fue un poco de paciencia. Jeremías fue arrojado en un calabozo nauseabundo debido a su vida justa con arena movediza por todos lados rodeándolo y Dios lo levantó e hizo que Su nombre fuera tan honorable como el de cualquier hombre que jamás vivió como un profeta de Dios.
Escuche, si usted está dispuesto a pagar el precio ahora, Dios dice, la gloria que será revelada es incomparable, doblemente bendecido son los perseguidos, porque de ellos es el reino y todo lo que reino puede contener. Dice usted, bueno, ¿de qué reino está hablando? Creo que está hablando de todos los conceptos involucrados en el reino. Creo que está hablando del aquí y del ahora. El Rey viviente, morando a nosotros y revela y nos da la plenitud de la vida del reino espiritualmente, creo que está hablando de un elemento milenario. Va a venir un tiempo cuando el cumplimiento físico y la vida del reino nos pertenecerán. En esa tierra maravillosa, renovada y creo que él está hablando del reino eterno. Cuando estemos cara a cara con el hijo de Dios en gloria para siempre. Creo que todo está ahí. Creo que está diciendo que todo lo que el reino contiene, todo lo que sea parte del regalo glorioso y grande de Dios para compensar nuestra lucha será nuestra. En Marcos 10, Pedro dijo, “He aquí hemos dejado todo y te hemos seguido.” Digo, lo hemos hecho Señor. Nos hemos desnudado, te hemos seguido. Somos como mendigos en el mundo y Jesús le respondió y le dijo “No hay hombre que haya dejado casa, o hermano o hermanas, o padre o madre o esposa o hijos o tierra por mi causa y la del Evangelio. Escuche que no reciba ciento por una hora en este tiempo.” ¿Ve eso? Es ese el cumplimiento actual y casas, y hermanos y hermanas, y madres e hijos y tierra con persecuciones – nota – y en la época venidera, vida eterna. Lo ve aquí y ahora, y en ese entonces y allá, todo es nuestro. ¡Qué cumplimiento!
Escuche, somos tan miopes, queremos proteger el momento. En lugar de entregar el momento a Dios y asegurarlo para siempre en un peso eterno de gloria. Escuche, el reino es el regalo de las bienaventuranzas. ¿Notó usted que la primera bienaventuranza comenzó con la promesa “de ellos es el Reino de los Cielos”? Y la última bienaventuranza termina con la promesa “de ellos es el Reino de los Cielos.” Y lo que realmente nos está diciendo es que la promesa primordial de las bienaventuranzas es que usted se convierta en un ciudadano del reino ahora y para siempre. Y los elementos entre ambos extremos simplemente son elementos de la vida del reino. No importa lo que el mundo haga, amigos míos, no importa lo que el mundo haga. Nunca puede afectar la posesión del reino de Cristo. Eso es nuestro, ahora y para siempre. Entonces la persecución va a estar ahí. Y cuando es soportada de manera dispuesta, la promesa es nuestra. Somos parte del reino y todo lo que el reino podía darnos de manera posible, será nuestro.
¿Sabe una cosa? No tengo una gran mansión aquí y ahora pero algún día la tendré, ¿verdad? Estaré en la casa del Padre. No tengo todas estas casas y tierras y esta herencia enorme de la que habla aquí y ahora para mi propia posesión en un sentido, va a ser en el milenio y en el estado eterno. Pero, ¿sabe una cosa? Hay un sentido en el que la tengo, porque algunos de ustedes son mis hermanos y hermanas en Cristo. Algunos de ustedes son mis padres y madres en Cristo. Algunos de ustedes tienen casas más bonitas que la mía y los visito y disfruto todo eso. Como pueden ver, eso es lo significa en el aquí y el ahora. Todos compartimos y ¿sabe una cosa? Usted quizás tenga que dejar a su familia para venir a Cristo, quizás lo aíslen, pero le voy a decir una cosa. Mire a su alrededor. Aquí está su familia. Quizás no tenga lugar donde quedarse porque ha sido expulsado de su hogar. Mire a su alrededor, aquí estamos. Tenemos hogares y también son de usted porque no somos dueños de nada. Simplemente lo administramos para Dios y todo nos pertenece a todos nosotros. Entonces, la persecución lleva con ello una promesa y eso significa que debe haber una postura que adoptamos en la persecución.
Ese es el punto final, ¿cuál debe ser nuestra postura? ¿Cuál debe ser nuestra actitud si esto es verdad? Versículo 12: “Gozaos.” Dice usted “¿Gozaos?” ¿Gozaos mientras le están disparando flechas a usted? ¿Gozaos mientras que sus amigos están gritándole e insultándole? ¿Gozaos mientras que están hablando detrás de su espalda? ¿Gozaos mientras que están atacándolo? O sí, gozaos – Él dice “Cairo” – significa estén gustosos, estén realmente gustos y como si eso no fuera suficiente, tiene que añadir esto. Alegraos, lo cual es agaliaste, lo cual significa salten y griten de gozo. Dice usted, ¿oye, tienes que estar bromeando? - ¿Salta y grita de gozo? Estoy siendo perseguido. Debe estar feliz por eso. Dice usted, bueno, ¿por qué debo estar feliz por eso? No se oye como algo muy grande para mí.
Hay dos razones por las que usted tiene que estar feliz por eso. Razón número uno, versículo 12: “Porque grande es vuestro galardón en los cielos.” Ahora escuche. “Grande es vuestro galardón en los cielos.” Permítame decirle algo. ¿El cielo cuánto dura? ¿Cuánto dura el cielo? Para siempre. ¿Cuánto dura él aquí? Es neblina que aparece por un periodo corto de tiempo y se desvanece. Santiago 4. ¿Cuánto dura el cielo? Para siempre. ¿Cuánto dura el aquí? No mucho tiempo, se acorta cada vez más. ¿En qué está invirtiendo? No es sorprendente que Jesús dijo “Haced tesoros en los cielos, en donde la polilla y el orín no corrompen y donde los ladrones no miran ni hurtan.” No lo coloque aquí. Este es el aquí y el ahora y se va. El cielo es para siempre. Grande es vuestro galardón en los cielos. Dice usted “Bueno, ¿crees que vamos a recibir coronas en el cielo?” Claro, vamos a recibir coronas en el cielo. Digo, la Biblia habla de ellas. Y no sé lo que eso significa. Realmente en mi corazón yo creo que tiene que ver con nuestra capacidad para glorificar a Dios para siempre. Creo que entre más fieles somos aquí, más capaces seremos de glorificar a Dios para siempre. Creo que Dios nos dará una mayor capacidad para Él, una mayor capacidad para el servicio para siempre, una mayor satisfacción si somos fieles aquí. Pero le voy a decir una cosa, si voy a estar ahí para siempre y solo voy a estar aquí otros veinte años no más, digo, voy a convertirlo en el para siempre. Tengo poco tiempo y quiero apilarlo todo para que pueda acumularlo en la cuenta de Dios, para que me pueda dar utilidad eterna, no para mí, sino para que pueda tomarlas y colocarlas a sus benditos pies en alabanza.
Escuche, “Grande es vuestro galardón en los cielos.” Me encanta la palabra grande porque la palabra grande realmente significa lo que dice. Como muchas de esas palabras en la Biblia, cuando Dios dice “Grande” significa grande, polus, abundante, es usada en Efesios 2:4 para hablar de abundancia, es la plenitud de la recompensa y dice usted “Bueno, no sé por qué quiere ser tan carnal.” La gente dice eso mucho. Usted sabe. O Tú no sirves al señor. Tú lo sirves con un motivo de amor, no lo sirves con un motivo de recompensa. Escuche. Yo no alimenté al sistema, yo lo sirvo por amor. Si Él escoge recompensarme ese es su placer maravilloso. Yo no voy a discutir con eso y para cuando llegue al cielo ya no voy a ser orgulloso. Entonces lo voy a tomar todo y se lo voy a devolver en humildad. ¿Se da cuenta? No va a haber ninguna persona orgullosa en el cielo. Todos seremos perfectos en ese entonces y entonces podremos manejar la recompensa. ¿Entiende eso? Esa es la razón por la que el Señor no nos las da aquí. La echará a perder y la convertirá en algo terrible. Si el Señor escoge hacerlo esa es su propia decisión y es un motivo maravilloso.
Pablo dice “He estado haciendo lo que he estado haciendo toda mi vida, sirviendo al Señor.” Con eso en mente, al final de II Timoteo, cuando él se despide dice “Sé que me espera una corona de justicia, la cual el Señor. el juez justo, me dará en aquel día y no solo a mí, sino que a todos aquellos que aman su venida.” Él dice “No hay nada de malo con que yo anhele ese día. No hay nada de malo con que yo anhele ver esa corona. Si ese es el regalo de amor del señor para mí. Recibo el regalo de salvación y también recibo ese.”
Y después este segundo pensamiento. Simplemente se lo tengo que dar. Esto es absolutamente fabuloso. La segunda razón por la que usted debe estar gozoso es porque persiguieron a los profetas que fueron antes de usted. Dice usted, ¿Y entonces qué? ¿Cómo es que eso se relaciona? ¿Persiguieron a los profetas antes de mí? Digo, ¿Me estás diciendo que debo de estar feliz porque tuvieron los mismos problemas que yo? A la miseria le encanta la compañía. ¡Hombre, me da gusto que no soy el único que enfrentó esto! Me da gusto que el resto de ustedes también lo enfrentaron. ¿Esa es la idea? No, no, la idea es esta. Usted está en una compañía del más alto nivel. ¿Entiende la idea? Persiguieron a los profetas de Dios y si los persiguen a ustedes, esto para mí es el clímax de las bienaventuranzas y lo que él está diciendo es esto, “Si tienen alguna duda de su salvación, si tiene alguna pregunta acerca de que si usted está en el reino o no, si hay persecución en su vida por parte de los incrédulos, sabrá, sin lugar a dudas que usted pertenece a Dios porque estarán haciéndole a usted exactamente lo que le hicieron a los que fueron llamados profetas. Usted sabrá, sin lugar a dudas, que usted pertenece a Dios porque le estarán haciendo a usted exactamente a aquellos a quienes Dios llamó a ser profetas.” ¿Lo ve? Es una verdad fantástica. Hombre, le estoy diciendo, cuando yo enfrento persecución, simplemente digo “Bueno, sé que soy tu hijo Señor y sé que estoy en las filas de los profetas.” ¿Se da cuenta? El mundo no persigue a personas que no son los profetas de Dios, que no hablan del mensaje de Dios. En Mateo, más adelante llegaremos a esto, pero en Mateo Capítulo 22, versículo 33, vemos que hay un gran texto ahí una parábola. Él habla de alguien que plantó una viña y construyó una cerca y escarbó lagar y construyó una torre y se la rentó a granjeros y se fue lejos a un país. Esto claro es Dios y envió a sus siervos, a los granjeros. Estos son los profetas, Israel y claro, son los granjeros que la alquilaron. Los granjeros tomaron a los sirvientes y golpearon a uno y mataron a alguien y apedrearon a otro y envió otros siervos y les hicieron lo mismo y aquí estaban matando a los profetas, persiguiendo a los profetas. Esto es lo que hicieron, pero cada uno de ellos fueron mensajeros de Dios.
Ahí en el capítulo 22, encontramos una situación semejante. En el capítulo 22 o más bien en el capítulo 23. Vamos a saltarnos eso y veamos el capítulo 23, versículo 31 “Por tanto, ustedes son testigos contra vosotros mismos, de que son los hijos de aquellos que mataron a los profetas. ¡Llenen pues la medida de sus padres, serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparán la condenación del infierno? ¡Háganlo!” Dice él, “¡Háganlo y mátenme!” No están haciendo algo diferente de sus padres. Escuchen, ellos mataron a los profetas, mataron a los profetas a lo largo de la historia de Israel. Mataron a los profetas y continuaron matando a los profetas. Esa es una compañía élite. Y usted lee el capítulo 11 de Hebreos, versículo 32 - ¡Qué catálogo! Dice, todas estas personas sufrieron esto y sufrieron aquello y sufrieron esto y sufrieron esto, personas de quien el mundo no era digno. Y después Jesús, maravilla de maravillas. Le dice a la multitud ese día, y a nosotros, a lo largo de la historia, “Si me siguen y predican mi verdad y viven mi verdad y el mundo los persigue, regocíjense porque pueden tener la confianza de que pertenecen a la línea justa que ha descendido a ustedes desde los profetas mismos.”
La persecución entonces es una verificación de que usted pertenece a un descendencia justa. Aquí está la seguridad del creyente. Aquí está el clímax de las bienaventuranzas. Él les ofrece salvación y después les dice cómo pueden saber que la tienen. Escuche, no viene de una prescripción teológica, su seguridad no viene de saber que usted hizo una decisión hace mucho tiempo atrás. Su seguridad viene de saber que usted está viviendo una vida que confronta en medio de un mundo impío y que usted está siendo perseguido por causa de la justicia y cuando eso viene, usted no solo será recompensado en el cielo, sino que estará de pie en la fila de los profetas de Dios, quienes a lo largo de toda la historia han recibido el mismo tipo de reacción.
En Lucas capítulo 21, encontramos en los versículos 12 y 13 esta afirmación: “Pero antes de todas estas,” dice nuestro Señor, “echarán sus manos sobre vosotros y los perseguirán, y los llevarán a la sinagogas y a las prisiones y serán traídos delante de reyes y gobernantes por causa de mi nombre.” Se los van a hacer, pero, escuchen el siguiente versículo “Y será para vosotros por testimonio.” En otras palabras, todo esto se volverá un testimonio para ustedes de que ustedes le pertenecen a Dios. ¿No es eso maravilloso? Será una gran seguridad para ustedes. Escuche. El mundo no puede enfrentar nuestro tipo de vida, nuestro tipo de estilo de vida. No lo toleran, no es aceptable para ellos, ni siquiera lo entienden. La pobreza de espíritu va en contra del orgullo de un corazón incrédulo. La disposición arrepentida, contrita que llora por el pecado nunca es valorada por el mundo indiferente, endurecido. El espíritu manso y callado que recibe el mal y no es pronto a vengarse, es considerado como algo pusilánime. Y va en contra del espíritu orgulloso y militante, característico de nuestro mundo, el anhelo por una bendición espiritual más profunda por parte del Señor. Es una reprensión para los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Como lo es, un espíritu misericordioso. A la dureza y crueldad de nuestro mundo y la pureza de corazón hace un fuerte contraste y doloroso con la hipocresía y la corrupción, y un pacificado no puede ser tolerado por un mundo contencioso, antagonista y esa es exactamente la razón por la que reaccionan cómo reaccionan.
Permítame cerrar con estos pensamientos. Un gran reconocimiento se hizo a Juan Knox, el gran predicador escocés. Esto es lo que dijeron de Knox. Él temió a Dios tanto que nunca se atrevió a temer a ningún hombre. Crisóstomo, gran cristiano de tiempos antiguos, llamado ante el emperador romano Arcadio, y amenazado con la expulsión si no dejaba de proclamar a Jesús. Se dice que respondió “Señor, no me puede expulsar porque el mundo es la casa de mi padre.” “Entonces te mataré,” exclamó el emperador enojado. “No, pero no puede porque mi vida está escondida con Cristo en Dios. Sus tesoros serán confiscados,” respondió de manera enojada. “Señor, eso no puede ser porque mis tesoros están en los cielos donde nadie puede meterse y robar.” “Pero te expulsaré de los hombres y no tendrás ningún amigo.” “Eso tampoco lo puede hacer porque tengo un amigo en los cielos quien ha dicho ‘Nunca te dejaré ni te desampararé.’” En últimas, él fue exiliado a Cáucaso en la orilla de Armenia, pero el continuó influenciando a sus amigos mediantes cartas, de tal manera que sus enemigos determinaron alejarlo aún más y él murió en el viaje. ¿Qué hay acerca de usted? ¿Cuáles son sus prioridades? Escúchese a sí mismo. ¿Qué se dice a sí mismo? ¿Qué es lo que resuena como verdadero acerca de su mente y corazón? ¿Entiende lo que las bienaventuranzas están diciendo? No son los ricos, no son los orgullosos, no son los frívolos o los agresivos o los autosuficientes o los contenciosos o los favoritos de los reyes terrenales que entran al reino. Son los pobres, los mansos, los que lloran, los hambrientos, los sinceros, los pacificadores, los perseguidos entran, y la prueba de su ciudadanía es que son odiados por el mundo. ¿Pertenece usted al reino? Oremos.
Gracias Padre por esta noche, por darnos un estudio tan rico de estas verdades incomparables en este primer sermón de nuestro querido Señor Jesucristo registrado en las Escrituras. Oh Dios, que seamos gente del reino, que vivamos de la manera en la que Tú quieres que vivamos, que vengamos y entremos en tus términos por el camino estrecho y que caminemos por el camino estrecho por difícil que sea en tu fortaleza. Que sepamos que hay un precio que pagar y que estemos dispuestos a pagarlo por causa de Jesús. Amén.
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