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Nuestro servicio de adoración en la mañana realmente está dividido en dos partes que fluyen juntas de manera muy maravillosa. Una es la parte en la que ofrecemos nuestra alabanza al Señor, la otra es la parte en la que escuchamos a Su voz. Y ese es el momento en el que entramos ahora, al estudiar Su Palabra preciada.

Lo invito a tomar su biblia si es tan amable y me acompaña a Mateo capítulo 6, de nuevo los versículos 16, 17 y 18, siendo el pasaje que estamos tratando conforme examinamos la Escritura esta mañana. Hemos estado ahora por mucho tiempo en el libro de Mateo, y continuaremos aún más, esperando con gusto no solo lo que aprenderemos hoy sino en las semanas venideras lo que veremos cómo es un libro tan tremendo, tremendo.

Comenzamos la última vez a estudiar estos tres versículos. Nos presentan el tema del ayuno. El Señor ofrece aquí un solo correctivo para el tipo equivocado de ayuno en el que estaban involucrados los judíos de su día. Pero para entenderlo hemos tenido que retroceder, debido a que el ayuno verdaderamente no es un elemento bien entendido en la vida cristiana retrocedimos para tratar de formar un entendimiento bíblico del ayuno, y así entender mejor el correctivo que el Señor da en estos versículos.

Él dice: “Cuándo ayunéis, no seáis austeros como los hipócritas, porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú cuando ayunes unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, si no a tu Padre que está en secreto, y tú Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.” Ahora el Señor entonces está ofreciendo un correctivo, el Señor está diciendo: Cuando dan y oran su ayuno no es correcto. Como dijo en el capítulo 5, su teología está mal. Cómo dijo en las bienaventuranzas su virtud está mal. Todo elemento en sus vidas personales y su sistema de religión estaba mal para llevarlos a su reino.

Y entonces, Él realmente está despedazando su confianza en su sistema para alentarlos a responder a Él como un Salvador, Él único que puede tratar con esos problemas. Y una de las cosas que Él señala es su ayuno. Ahora, como le dije la semana pasada le daban mucha importancia al ayuno. De hecho, creían que el ayuno era una manera de enfrentar su pecado. Por ejemplo, el Talmud de Babilonia dijo: “que aquel que oscurece su rostro con cenizas, brillará en la gloria venidera.”

Realmente creían que habría un lugar especial de gloria para uno que pasaba por un ayuno y cubría su rostro con cenizas. Habían externalizado su religión a tal grado que pensaban que, si usted daba dinero a un hombre pobre, usted redimía sus pecados. Si usted pasaba por las oraciones rutinarias, rituales del día, usted compraba el perdón. Si usted ayunaba, usted se ganaba un lugar especial en el reino de Dios. Externalizando de manera total lo que Dios había diseñado que fuera una actitud correcta de corazón.

Entonces, nuestro Señor quiere tratar con eso, pero para que entendamos la importancia del ayuno lo hemos ampliado para tener una perspectiva panorámica bíblica. Ahora, la última vez compartí con usted el hecho de que el comer es una cosa buena y no estamos tratando de decir eso. No estamos tratando de hablar del hecho de que el alimento es malo o pecaminoso, en absoluto. Dios ha provisto una variedad sorprendente de alimento, y una oportunidad sorprendente para que nosotros disfrutemos todo tipo de cosas, porque Dios es un Dios de gracia y Dios quiere que disfrutemos ese privilegio.

El alimento es bueno, es bueno para el sustento, usted no puede vivir sin él. Es bueno simplemente para disfrutarlo de manera simple. Es bueno para la comunión conforme nos sentamos en torno a una mesa, interactuamos y compartimos. Es bueno para descansar conforme nos apartamos de un tiempo ocupado para descansar en torno a una comida. El alimento es una cosa buena, es un regalo bueno de Dios, pero como tantas otras cosas buenas que Dios nos regala que Dios le da al hombre, el hombre las pervierte. Supongo que la perversión definitiva del alimento sería el canibalismo, sin embargo, el hombre ha hecho eso de manera sorprendente.

Will Durant, en su libro Nuestro Legado Oriental reporta” “En algunas de las islas Salomón, víctimas humanas de preferencia, mujeres, eran engordadas para una fiesta, como si fueran cerdos. En Tahití, un jefe polinesio de la antigüedad explicaba su dieta. El hombre blanco, dice él, cuando está bien cocido sabe a un plátano maduro. No obstante, los de Fiji se quejaron de que la carne de los blancos era demasiado salada y dura.”

Will Durant, un historiador y filósofo simplemente está diciendo que en la humanidad en algunos puntos hay una perversión que llega a tal grado que de hecho se comen entre sí. Supongo que esa es la perversión definitiva del alimento y hay muchas otras cosas que se quedan cortas de eso. Pero históricamente la sociedad siempre ha pervertido el alimento, así como lo hace con cualquier otro deseo humano. Y tengo que decir que los estadounidenses quizás comen más que los chinos. No hay lugar en el mundo, ni jamás ha habido un período en la historia en el que la gente ha comido tanta comida como lo hacemos en nuestra sociedad. Hay restaurantes por todos lados, es increíble lo lejos que hemos llegado.

Y no solo es cuestión de comer, usted tiene que tener la atmosfera correcta. Y entonces, la fortuna que se gasta en el edificio, el alimento, sube porque usted sabe, usted tiene que pagar la arquitectura. Nadie quiere nada más comer, usted tiene que comer en el lugar correcto, tiene que colgar cosas viejas, y tener vitrales y emplomado y personas que se visten de manera simpática y tiene que ser algo novedoso. El alimento no solo puede ser comido por causa del alimento, tiene que ser acompañado por la aventura.

Y entonces, el alimento adopta nombres raros y formas diferentes, y todo mundo se esfuerza por encontrar algo que nadie más tiene, para que la gente venga y lo consuma. Los griegos y los romanos tenían el mismo problema. Los griegos comían en las fiestas constantemente, simplemente fiesta tras fiesta, tras fiesta, lo que podían celebrar lo celebraban. Los romanos lo mismo. Los romanos tenían tanto como setenta y seis fiestas oficiales por año. Digo, pensamos que es difícil cuando llega a ser esta época del año y esperamos que llegue el Día de Gracia y Navidad, sabiendo que vamos a acabar con cualquier dieta que hemos tratado de estar guardando. Imagínese si fuera un romano y usted tenía setenta y seis Días de Gracias al año. El romano rico comía en su comedor, en un sillón. El ni siquiera quería colocar algo en su cuerpo para que pudiera asegurarse de que pudiera estirarse lo más que pudiera para que pudiera contener lo más que fuera posible.

Entonces, de hecho, se acostaban y estaban acostados y reclinándose en la mesa con su cuerpo extendiéndose diagonalmente frente a la mesa, y comían de manera excesiva. Con mucha frecuencia los historiadores nos dicen, el banquete comenzaba a las cuatro en la tarde y terminaba después de la medianoche. Algunos seguían toda la noche hasta el día siguiente, y no solo comían volúmenes de cosas y después tomaban algo, iban al centro ahí del suelo dónde había un agujero, y vomitaban y regresaban y comían más. Pero las cosas que comían es sorprendente.

Estaba leyendo algunas de las cosas, a partir de la historia romana, y descubrí lo que comían. Las alas de avestruces era algo lujoso, las lenguas de flamingos, y también comían las lenguas de los colibríes. Y usted tenía que tener muchos de esos para sacar algo de ahí. La carne de un canario, peces exóticos, aves exóticas, frutas exóticas, algunas de las cuales cuestan cuarenta dólares por medio kilo en la moneda de nuestra época, inclusive en esa época. Y después como dije, después de la cena eliminaban eso y regresaban por más.

Y Seneca dijo: “Los romanos vomitan para comer y comen para vomitar.” Se oye ridículo, pero hay personas en la sociedad estadounidense que hacen eso. Inclusive he aconsejado a algunas de ellas que están tan consumidas con la idea de comer, anhelan tanto el alimento, o desean tanto cierto tipo de forma física, que de hecho vomitan el alimento que comen. A los romanos les encantaba el alimento al punto en el que es sorprendente. Pero Julio César, en el 46 A.C. emitió una ley que colocaba un límite en la cantidad del alimento que una persona podía consumir, y la cantidad de dinero que podía gastar en alimento.

Desafortunadamente él no pudo implementar su ley, un romano impresionado por la obsesión con el alimento escribió: “Con la intención de satisfacerse al máximo a sí mismos, siguen sus narices y las voces de las mujeres a la cocina, y como un grupo de pavorreales que se mueren de hambre y que están gritando, se paran de puntas, comiéndose las uñas esperando a que el alimento se enfríe.” Un romano en particular que vivió en el tiempo de Tiberio César, era un glotón rico y dijo, y se dijo que él había gastado lo que equivale a unos cuatro millones de dólares en alimento, y en una ocasión él revisó su cuenta, y descubrió que solo le quedaban cuatrocientos mil dólares, y no podía comer como él quería, y entonces se suicidó.

Ahora esas son ilustraciones extremas, pero vivimos en una sociedad que no es muy diferente de esa. Vivimos en una sociedad en la que la gente no come para vivir, sino que vive para comer. Mientras que están comiendo una comida, están planeando la que sigue. Mientras que están consumiendo una cosa, están pensando en algo más que van a comer poco después. Simplemente estructuran su vida de comida en comida. La aventura de comer. En Éxodo 16:3, los hijos de Israel quejándose dijeron en un lamento triste, “hubiésemos muerto por la mano de Jehová en Egipto cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos.”

Digo, aquí estamos en el desierto y comemos esta dieta mala diariamente. Me gustaría haber muerto mientras que teníamos las ollas de carne y los panes de Egipto. Mejor comer como quieres y estar en un lugar pagano, que estar en medio de la voluntad de Dios y no tener el tipo de alimento que quieres. Eso es vivir para comer. Tristemente, y creo que verdaderamente alguien ha dicho, la manera más rápida de llegar al corazón de un hombre es mediante, ¿qué? su estómago. Creo que los negocios creen eso, si quieren venderle a usted algo, lo invitan a comer y lo llenan primero.

Y esa es la razón por la que la Biblia nos advierte que no comamos con todo mundo, es correcto. Usted no debería comer con todo mundo. Dice usted, ¿estás bromeando? No. Salmo 141:3. “Pon una guarda Jehová, en mi boca, y cierra la puerta de mis labios.” Y no creo que él está hablando de lo que sale, creo que está hablando de lo que entra. Permíteme tener cuidado con lo que como. Inclina, no mi corazón a nada malo para practicar obras impías con hombres que obran iniquidad, y no me dejes comer de sus delicias. No se siente a comer con las personas equivocadas, usted va a ser metido en hacer algo que no es correcto. Usted no solo va tener que guardar lo que sale de su boca, va a tener que guardar lo que entra en su boca.

Ahora, vivimos en el polo extremo del alimento, que usted llamaría el polo de glotones. Todos nos acercamos a la glotonería, algunos de nosotros hemos cruzado esa línea. Todos vamos en esa dirección. El otro extremo es de lo que la Biblia habla, eso es comer menos, y eso entra en el área del ayuno. Todos estamos en este extremo y consumimos volúmenes increíbles de alimento, teniendo aparentemente no muchos problemas con consumir alimento mientras que la mayor parte del mundo no puede comer. Y no que todo eso está relacionado directamente, o que el alimento que no podemos comer podría llegarles, pero el punto es que estamos cerrando en el extremo de comer en exceso.

El alimento se ha vuelto para nosotros, casi como un dios, una fascinación más allá de lo normal. Y nos metemos en situaciones malas porque hacemos concesiones, algunas veces al comer con personas con las que no debemos estar comiendo, e involucrándonos en cosas en las que no deberíamos estar involucrado. Piénselo. Cuándo Satanás quiso tentar a Eva y causó que la raza humana entera cayera, ¿con qué la tentó? Con alimento. Cuándo Noé cayó en un pecado horrible y vil, lo hizo porque dice que plantó una vid y bebió del vino y terminó descubierto en su tienda. Comer y beber siempre ha sido un desastre potencial. Esaú, quién había recibido el derecho de la primogenitura, el tesoro tremendo de ser el primogénito y la bendición del primogénito, por una sola comida él vendió el derecho de la primogenitura.

En Números 11:4 y 5, el pueblo de Dios clamó: “Oh, que tuviéramos carne para comer. Nos acordamos de los peces que comíamos en Egipto, por nada. Los pepinos, los melones, las cebollas y los ajos.” En lo único en lo que puedo pensar es que debieron haber olido terrible, pero les gustaba. En lo único en lo que podían pensar al estar caminando ahí por el desierto, era lo que solíamos comer. Aquí está un grupo de personas que ha sido librada de Egipto en una serie de milagros increíbles, a quienes se les ha dado la ley de Dios, quienes están marchando a la tierra prometida, y en lo que único en lo que pueden pensar es en lo que les gustaría comer. ¿Se oye familiar?

Y después dijeron, en Números 21:5, “Aborrecemos este maná. No escogemos comer para vivir, escogemos vivir para comer.” El salmista dijo de ellos, Dios les dio lo que codiciaban, pero antes de que satisficiera su codicia, la ira de Dios se levantó contra ellos y mató a los hombres más fuertes. Me imagino que Dios está un poco molesto por esa actitud. ¿Sabe usted que el deseo pecaminoso por el alimento, inclusive se infiltró en el santuario de Dios y corrompió la casa del sumo sacerdote mismo? Inclusive, Elí, en 1 Samuel 2:29 dice que Dios preguntó a ese sacerdote Elí, ya mayor, le hizo esta pregunta: ¿Por qué Elí? ¿Por qué ver con avaricia mis sacrificios y mis ofrendas que yo mandé, y honrar a tus hijos por encima de mí, al engordarse comiendo de lo mejor de toda ofrenda? ¿Ve eso?

Ahora, cuando alguien traía una ofrenda, parte de la ofrenda era consumida en el altar, y parte era para apoyar a los sacerdotes. Y esos sacerdotes se aseguraban de que tomaran lo mejor, y dejaban lo demás para Dios. Su deseo por la gratificación de un apetito había llegado al lugar en el que corrompió la adoración de los sacerdotes mismos dentro del santuario de Dios. Ahora, hay algunas personas en el ministerio en la actualidad, cuyo ministerio creo que está corrompido porque no pueden controlarse con respecto al alimento.

Pablo tuvo algunas palabras muy fuertes para los indisciplinados, ahí en la congregación de Corintio, que estaban tan acostumbrados a disfrutar en los banquetes cuando era tiempo para la fiesta de amor, inclusive cuando era tiempo para la cena del Señor, y la convertían en una orgía de glotonería, de embriaguez, y la gente rica venía y consumía todo el alimento antes de que los pobres pudieran venir y pudieran comer algo. Siempre también me ha interesado señalar que en Mateo capítulo 24, hay dos versículos muy interesantes acerca de este tema. Mateo 24:37 dice acerca del tiempo cuando el Señor regrese. Pero como en los días de Noé, así también la venida del Hijo del Hombre será, porque como en los días que fueron antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento.”

Ahora, algunos dicen que esto simplemente es una afirmación acerca del hecho de que las cosas van a seguir de manera normal, y eso bien podría ser. La otra alternativa es que hubo una satisfacción excesiva en comer y beber, y una mala aplicación del casarse y darse en matrimonio. Si lo tomamos de esa manera, ciertamente nuestra época está lista para el regreso de Cristo porque el matrimonio y darse en casamiento es algo constante. La gente está casándose, y divorciándose y se vuelve a casar, y divorciándose y casándose, y casándose y más, y más, y comiendo y comiendo, hasta un punto en que ninguna sociedad jamás ha consumido la cantidad de alimento al nivel del volumen al que lo hacemos en nuestra sociedad. Y beber, el alcoholismo es un problema increíble. La glotonería y la embriaguez, como también la disolución del matrimonio parece caracterizar a una época cuando Jesús regresará.

Entonces, somos muy poco diferentes de las sociedades de la antigüedad, muy parecidas. Y he descubierto y creo que esto está apoyado bíblicamente, que cuando alguien cede a las pasiones del apetito por el alimento, causa un declive en los otros elementos de su vida espiritual, porque la espiritualidad es un paquete completo. Permítame darle una ilustración de eso. Jeremías capítulo 5, versículo 7, el profeta maravilloso Jeremías habló a Jehová estas palabras: “Cuando les alimenté hasta el máximo cometieron adulterio.” En otras palabras, cuando recibieron lo que querían y comenzaron a vivir para saturar su deseo para el alimento hasta el máximo nivel, no pudieron refrenarse de otros deseos pecaminosos que también se apoderaron de ellos. Usted no lo puede aislar.

En Deuteronomio capítulo 32, dice en el versículo 15, lo mismo. “Pero Jesurún engordó y dio coces.” Haz engordado, haz crecido, estás cubierta de grosura, después dejó a Dios. ¿Oyó usted eso? Y podía ser algo espiritual, pero es una ilustración física, que el deseo pecaminoso, insaciable por satisfacer el apetito, llevó a la apostasía. Tiene que haber un equilibrio aquí. Y lo único que estoy diciendo es que por un lado, usted tiene los pecados de glotonería. Por otro lado, tiene este concepto del ayuno.

Y en una sociedad como la nuestra, en la que literalmente estamos siendo bombardeados con el alimento, y nuestros apetitos constantemente son atacados para ceder, el ayuno no es una disciplina común, o hay ayunos equivocados, ayunos que algunas personas piensan que les traen penitencia de su pecado, ayuno para propósito religioso como los viernes en cierta época del año, que no son bíblicos. Ayunos como si fuera la moneda en la ranura, para pensar que usted va a conseguir una bendición. Ayuno para embellecer el cuerpo, ayuno para presentar una resistencia pasiva a cosas políticas, como Mahatma Gandhi, y Dick Gregory lo hacen.

Pero esos no son los asuntos bíblicos. La Escritura llama a un ayuno en la vida del creyente, y me atrevería a decir que muchos de usted quizás, un gran número de ustedes, nunca han ayunado porque nunca realmente han entendido lo que la Biblia quiso decir cuando habló de esto.   

Entonces, eso es lo que queremos ver. En lugar de errar por aquí en el extremo de la glotonería, ¿por qué no nos alejamos de la apariencia de maldad y estamos del lado en el que el ayuno ocurre? Y, por cierto, permítame decir esto, que la glotonería no es cuestión de cuan obeso es usted, es cuestión de lo que está pasando en su cabeza más que cualquier otra cosa. Hay muchas personas que no lo muestran, pero son glotones, hay algunas que podrían parecer mostrarlo, pero no lo muestran. Es la actitud.

Entonces, tenemos que estar muy conscientes de que Dios nos ha dado un regalo maravilloso en el alimento. Pero lo hemos empujado demasiado lejos en la dirección equivocada. En lugar de excedernos debemos estar haciendo menos de ello, y acercarnos a una perspectiva bíblica apropiada del ayuno. Ahora, regresemos a Mateo capítulo 6. Jesús entonces está ofreciendo un correctivo aquí que es diferente del nuestro. Pero nosotros, en nuestro mundo en la actualidad, no ayunamos como lo hacían ellos. No es algo común. Nuestra sociedad no es una teocracia bajo Dios que es dominada por una religión en la que estamos tratando de demostrar que somos religiosos. Pero dentro de la iglesia de Jesucristo, y entre cristianos, cuando los cristianos ayunan con mucha frecuencia este correctivo es necesario, como veremos en un momento.

Pero para entender el correctivo, hemos tratado en cierta manera, entender el contexto. Ahora, permítame repasar, rápidamente. Número uno, hablamos del principio del ayuno. El principio del ayuno. Y esto es lo que dijimos, en resumen, el ayuno es abstinencia total del alimento. Humillarse delante de Dios en medio de una lucha espiritual, pero no es un fin en sí mismo. No es un fin en sí mismo, es un corolario de una lucha espiritual. En segundo lugar, hablamos del período del ayuno. Debido a que el ayuno es completamente espontáneo, completamente voluntario, solo hubo un ayuno mandado en la Biblia, ese fue el Día de la Expiación, y en la cruz el día de la expiación fue hecho a un lado.

Entonces, no hay ayunos que se mandan, no hay ayunos específicos. La Biblia nunca jamás nos manda a ayunar, es completamente voluntario. Debido a que es espontáneo y voluntario, el período del ayuno puede variar de un alimento, a cuarenta días, eso depende del individuo y la situación. En tercer lugar, la prioridad del ayuno. Y la última vez hablamos un poco del hecho de que el Señor asume que ayunaremos. Él dice: Cuando ayunéis, cuando ayunéis, asumiendo que sucederá.

También en Mateo 9:15 el Señor dijo: “Cuándo el novio es quitado de vosotros, entonces ayunaréis.” Y en la ascensión, Él ya no estaba. Y hasta que el regrese hay un tiempo para ayunar, entonces tiene una prioridad espiritual. En cuarto lugar, y aquí es dónde nos detuvimos, la provocación para el ayuno, ¿qué es lo que nos provoca ayunar? ¿qué es lo que nos insta a ayunar? ¿cuál es esa lucha espiritual que hace que el ayuno sea una respuesta tan natural?

Bueno, le dimos varias. Número uno, lamento, lamento. La tristeza causa el ayuno. Y se acuerda usted que le dije que su cuerpo físico responde a la ansiedad de su alma. Cuando una persona está profundamente preocupada, cuando su corazón está cargado, cuando su espíritu está triste, cuando hay una sensibilidad tremenda y una consciencia de Dios en una lucha espiritual, el cuerpo va a acomodarse al corazón y no va a pensar en el alimento. No va a haber deseo por alimento. De hecho, el alimento va a ser algo que no quiere, debido a la ansiedad consumidora del corazón. Y sentimos la ansiedad de nuestro corazón y nuestra, y la ansiedad de nuestra mente en el fondo de nuestro estómago, de tal manera que nuestro cuerpo de hecho se acomode a esto. La tristeza causa ayuno.

En segundo lugar, la protección fue otro término. Lamento y protección. El temor causa el ayuno. Hay ocasiones cuando un temor tan grande cautiva el corazón como para hacer que el alimento sea un pensamiento remoto. Cuando tenemos miedo porque algo pueda pasar, cuando tenemos miedo porque la vida de una persona está en juego, cuando tenemos miedo porque viene un peligro inminente que nos cautiva y no podemos comer. Pienso en Joel capítulo 2. Y Joel, dice que Asiria va a venir en juicio sobre el pueblo de Dios, y él dice: “Van a venir como un fuego, y van a venir como grandes caballos que están corriendo por las cimas de las montañas y van a consumir.”

Y él da esta increíble-usted debería leer Joel 2, esta, este retrato tremendo, dramático, abrumador de la invasión asiria. Y después dice: “El pueblo de Dios se reunió y lloró y ayunó,” ¿Por qué? Porque estaban en temor. Y estaban tan consumidos con temor que hubo una pérdida total de alguna necesidad por comer. De hecho, era algo que ni siquiera podían enfrentar, no podían enfrentarlo. Creo que usted ve lo mismo en una situación pagana en dónde usted ve el naufragio de Hechos 27, en dónde los marineros están peleando contra la tormenta y temían por sus vidas, dice, y pasaron catorce días sin alimento. Bueno, si eso le pasa a un hombre natural, ¿cuánto más debería ser verdad de un creyente que esté involucrado en una lucha espiritual, no solo el salvar su vida?

Una tercera fue humillación. Lamento, protección y humillación. La culpabilidad por el pecado produce tal ansiedad e intensidad que ocurre el ayuno. Y esto viene en todo tipo de forma. Me acuerdo una dama que me vino a ver y ella dijo: “No puedo comer. Y no he comido y he perdido más de quince kilos.” Y ella había perdido mucho peso, y se veía frágil. Y yo le dije, eso es ridículo, ¿por qué no comes? Y ella dijo: “Oh, veo a los huérfanos que se mueren de hambre y estas personas en todo el mundo que no pueden comer, y no tienen nada de comer y simplemente no puedo comer, no puedo comer. Yo dije: La Biblia dice que todas las cosas deben ser recibidas con gratitud. El Señor ha provisto para ti, puedes comer. Ella dijo: Oh, no puedo comer. Veo a los que se mueren de hambre.

Y finalmente me di cuenta que ésta era una máscara. Cuándo le dije: Bueno, creo que tienes un pecado en tu vida. No creo que ese es el problema. Creo que tienes una culpabilidad en tu vida, y estás tratando de adorar al Señor, y estás tratando de orar y vivir una vida cristianan, mientras que tu vida está totalmente llena de culpabilidad, y no tienes apetito. Y ella se salió de mi oficina. Y ella se enojó. La primera vez que alguien se enojó contra mí. Ella, poco después recibí una carta, y en la carta ella dijo: Quiero que sepas que tenías razón. Y ella dijo: He estado teniendo un pecado terrible, terrible. He estado durmiendo con mi abuelo. La culpabilidad y el pecado, trae una humillación que con mucha frecuencia significa que no hay apetito.

Creo que esa fue la lección grande y dramática en el día de la expiación. No comer en el día de la expiación, cuando usted está confesando su pecado, cuando usted está acercándose a la presencia de Dios por la maldad de su vida, ese es el momento en el que debía haber tal intensidad, tal confesión, tal sentido de contrición, tal arrepentimiento que no se piensa en el alimento. Tal insatisfacción con usted que no había, no podía haber un pensamiento de satisfacerse a sí mismo. ¿Lo ve?

En cuarto lugar, otro elemento que provoca el ayuno es revelación. Revelación. Y esta es una verdad tremenda en la Biblia. En ocasiones cuando el pueblo de Dios iba o a recibir la Palabra de Dios o proclamar la Palabra de Dios, con frecuencia vemos un ayuno. En otras palabras, como Jesús dijo: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” Y cuando usted está al borde de recibir la Palabra que sale de la boca de Dios, ahí es cuando usted sabe mejor que ningún otro momento, que el hombre no vive por pan. Hay algo tremendo en la Escritura que ocurre cuando alguien está recibiendo la revelación de Dios.

Se lo voy a demostrar con nuestro amigo, que estábamos estudiando el domingo por la noche, Daniel. Regrese al capítulo 9. Ésta es una afirmación poderosa acerca de esto, en Daniel 9: “En el primer año de Darío, el hijo de Asuero, de la simiente de los medos, quien fue hecho rey sobre el reino de los caldeos.” Asuero tiene un hijo, Darío, él se vuelve el rey. En el primer año de su reinado, Daniel 2 dice: Yo Daniel entendí por los libros, el número de los años acerca de la cual la palabra de Jehová vino a Jeremías el profeta, que el cumpliría en setenta años las desolaciones en Jerusalén.”

Ahora, Daniel estaba leyendo Jeremías, y él toma una pequeña idea de que Dios iba a hacer algo en un período de setenta años, pero él tenía hambre de conocer la plenitud de esto. Entonces, él dice en el versículo 3: “Y volví mi rostro a Jehová Dios, para buscar por oración y súplica con ayuno y cilicio, y cenizas. Entonces, oré a Jehová mi Dios, e hice confesión y dije: “Oh Jehová, el gran Dios, terrible y poderoso que guarda el pacto y misericordia para con ellos que lo aman, y que guardan sus mandamientos.” Y después él pasa por esta confesión y demás, y él está teniendo hambre porque Dios lo vea con un corazón puro, y le revele Su palabra.

Versículo 21, “Mientras que yo estaba hablando en oración, el hombre Gabriel, el ángel en forma humana, a quién había visto en la visión al principio, vino volando rápidamente y me tocó alrededor del tiempo de la tarde. Y él me informó y habló conmigo, y dijo: Daniel, ahora he sido enviado para darte entendimiento. Al principio de tus súplicas el mandamiento salió y he venido a mostrarte porque tú eres muy amado. Por tanto, entiende el asunto y considera la visión.”

Ahora escuche, él ayuna y él ora, y el ángel dice: Muy bien Daniel, Dios te ha oído, Dios te ha visto, y Dios te va a dar la palabra, aquí viene. Y en el versículo 24, él recibe esta increíble revelación de las setenta semanas de Daniel, que sabemos que establece el tema de la historia profética en el mundo. Esperando una revelación por parte de Dios, él ayunó para que él pudiera entender mejor las palabras de Jeremías. En el capítulo 10, en el tercer año de Ciro, algo se le reveló a Daniel, y eso era verdad. Y después dice en el versículo 2: “En esos días, Daniel, estaba llorando por tres semanas completas. No comí pan, ni carne, ni vino entró a mi boca, ni me ungí en absoluto hasta que las tres semanas fueron cumplidas.” En otra ocasión, cuando Dios le iba a dar otra gran revelación, él volvió a ayunar.

Ahora, el ayuno para recibir la Palabra de Dios simplemente es esto, si usted ayuna no significa que usted va a recibir la Palabra de Dios, significa que cuando usted está tan consumido, tan inmerso con buscar una revelación de Dios o buscar entender lo que Dios ha revelado, que usted no piense en la comida hasta que usted ha llegado a entender y conocer lo que la Palabra de Dios dice.

Me puedo identificar a eso. Hay muchas ocasiones en mi propia vida y experiencia, cuando me encuentro inmerso, absorto por entender la revelación de Dios, cuando estoy trabajando y estoy estudiando y la estoy entendiendo y pensando en ella y meditando, y entregándome al estudio de la Palabra de Dios al punto en el que no puedo detenerme para comer, en el que no puedo comer, no porque pienso, o no voy a comer eso me va a ayudar a entender esto. No, porque no pienso en eso. No voy a interrumpir el pensamiento, algunas veces trato de encontrar alguna verdad, y simplemente tengo que entenderla. Y si me detengo para hacer eso regreso, y no puedo encontrar otra vez ese punto en dónde me quedé.

Entonces me quedo hasta que entienda de manera completa lo que la Palabra de Dios está diciendo. Usted no puede permitir que usted sea interrumpido por el alimento físico cuando usted tiene hambre del Pan de vida. ¿Cuándo fue la última vez que usted estaba estudiando con tanta intensidad la Biblia, que no dejó que el alimento lo interrumpiera? Hechos capítulo 10, Pedro estaba orando y ayunando cuando él vio una visión para que fuera al gentil Cornelio con el evangelio. Éxodo capítulo 24, Moisés había ayunado por cuarenta días y cuarenta noches. Dios le dio Su ley santa. Hay muchas ocasiones en la Biblia cuando en medio de un corazón que busca, el alimento no es preocupación.

La Palabra de Dios es revelada cuando hacemos esas cosas a un lado y derramamos nuestros corazones para entender la Palabra de Dios y Él nos hace entenderla. Realmente creo, que la razón por la que la gente no entiende la Biblia, es porque con tanta frecuencia no llegan a la Biblia, a estudiarla con la intensidad que realmente demanda comprenderla realmente. Pero, está ahí si usted está dispuesto a escarbar. Algunas veces quizás tenga que brincarse algunas comidas, y su corazón va a querer que usted haga eso.

Segundo elemento, no solo hay ayuno en conexión con la revelación recibida, sino con la revelación dada. Y me parece eso también interesante, parece haber un ayuno asociado con la predicación o la enseñanza de la Palabra. Veo a Pablo diciendo, en ayunos muchas veces, y quizás algunos de esos ayunos fueron antes de que él comenzara un ministerio. Veo a nuestro Señor ayunando cuarenta días y cuarenta noches, y después comienza con su ministerio de predicación. Él se acercó a la presencia de Dios, y él estaba llamando a Dios para que derramara su mensaje a través de él.

Él entendió la seriedad de esto. Yo me puedo identificar con eso. Hay ocasiones cuando hay un mensaje tan pesado en mi corazón, hay un entendimiento en mi corazón, a tal grado que quiere proclamar la Palabra y estoy consumido con esa palabra que no me puedo detener a comer. Y si tengo que comer, porque estoy en un grupo o algo, el alimento sabe a polvo en mi boca y no lo disfruto, ni siquiera lo comprendo muchas veces porque mi corazón está entregado a la necesidad de proclamar la Palabra de Dios. El punto de intensidad es tan extremo en la proclamación de eso, que se apodera del apetito físico. He dicho esto toda mi vida, Patricia puede comprobarlo, preferiría mucho más comer después de que predico, que antes de predicar, porque no puedo disfrutar el alimento, no puedo pensar en lo que estoy haciendo, y no tengo deseo por comer con tanta frecuencia. En absoluto.

Entonces, lamento, protección, humillación, revelación. En quinto lugar, condenación. Otra cosa que vemos en la Biblia que ha llevado a la gente a ayunar, es condenación. El temor del juicio divino. El temor del juicio divino. No es solo por sí mismo, sino por otros. Sabe usted que hay algunos pecadores en este mundo, que deberían ayunar y llorar, ¿verdad? Hay algunos pecadores en este mundo que deberían ayunar y orar, y le voy a decir algo más, hay cristianos en este mundo que deberían ayunar y orar, a favor de algunos pecadores en este mundo. No nos preocupa tanto.

En Jonás tenemos una ilustración de esto. En Jonás, capítulo 3, el mensaje le fue dado al pueblo de Nínive de que Dios iba a juzgarlos, y ¿cuál fue su respuesta? La gente de Nínive creyó a Dios y proclamó un ayuno. Derramaron sus corazones, tenían miedo del juicio de Dios. No tenemos suficiente de eso en la actualidad. Si usted anda por todos lados predicando el juicio de Dios la gente se va a enojar con usted y la gente que se enoja contra eso, no son los no salvos, son los salvos. Dice, no tienes amor. Si alguien va a morir, y va a perecer, y se va a ir al infierno creo que lo más amoroso es advertirle, ¿no cree?

Pero realmente no nos preocupan los perdidos como debiéramos. ¿Cuándo fue la última vez que usted se saltó una comida porque estaba tan preocupado en su espíritu por nuestra nación que está condenada al infierno sin Cristo? Por nuestro mundo, por sus vecinos, por alguien que usted conoce y ama. ¿Cuándo fue la última vez que usted tuvo el sentido de condenación, la necesidad por la urgencia, la ansiedad por la condenación que va a venir en contra de alguien sin Dios? Nínive por lo menos tuvo el sentido de ayunar y orar, tenían tanto miedo de la Palabra de Dios. Decían cuando Jonathan Edward solía predicar que algunas veces la gente estaba tan aterrada, que se sacudía de pies a cabeza, y comenzaban a temblar y no podían comer, ni podían dormir. El temor del juicio divino forza al ayuno.

En sexto lugar, además de lamento, protección, humillación, revelación, condenación, es selección. Selección, otra palabra que abre otra categoría para nosotros. Cuándo el tiempo llegó para que la primera iglesia llamara a ciertas personas, personas especiales a tareas especiales en el liderazgo espiritual, el ayuno fue parte de esto. Observe Hechos 13. Nada es más importante amados, que el liderazgo de la iglesia. Puedo decir sin temor a contradecirme que el problema más grande en la iglesia es el liderazgo. Si el liderazgo está bien la iglesia está bien, si el liderazgo está mal la iglesia va a estar mal.

Y entonces, cuando la primera iglesia buscó seleccionar líderes y ordenar a personas y apartarlos para el ministerio del evangelio, y usarlos para los propósitos de Dios, no fue un asunto fácil. No fue hecho de manera ligera o frívola, no fue hecho de manera política, no escogieron a personas porque la gente las querían, no escogieron a personas porque temían no hacerlo, porque eran influyentes en la congregación. Seleccionaron a personas con oración y ayuno, versículo 1 de Hechos 13.

Ahora, habían en la iglesia que estaba en Antioquía ciertos profetas y maestros, como Bernabé y Simeón que era llamado Níger, y Lucio de Cirene, y Manaén que había sido criado con Herodes el tetrarca, y Saulo. Y se congregaron y ministraron al Señor. Y ministraron al Señor y ayunaron. El Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado. Y cuando hubieron ayunado y orado, y les hubieron impuesto las manos, los enviaron.”

Dígame usted, ¿era más importante en ese entonces tener a las personas correctas? ¿era más importante en ese entonces de lo que es ahora, enviar a los misioneros correctos? Si fue una tarea en ese entonces que demandaba una oración tan intensa que ayunaron, ¿es menos para nosotros? ¿la iglesia es menos importante hoy día de lo que fue en ese entonces? ¿fue comprada con menos sangre ahora de lo que fue en ese entonces? ¿es menos el reflejo de Cristo ahora que en ese entonces? ¿menos el ministerio del Espíritu ahora que en ese entonces? La respuesta obviamente es, no.

Y si tomaron tan en serio la selección de su liderazgo en ese entonces como para ayunar y orar, ¿deberíamos nosotros tomarlo con menos seriedad? Con eso no quiero decir que debemos hacerlo de manera colectiva, digo que cada uno de nosotros cuando venga el tiempo, y ese tiempo se está acercando en nuestra iglesia en este momento, que consideramos al liderazgo de esta iglesia, debe ser con una dedicación en oración a tal grado, que literalmente ni siquiera estamos involucrados ni interesados en esas cosas de la vida mundana. Que Dios nos dé a los ancianos correctos. Que Dios ordene a las personas correctas y las envíe de nosotros, no solo aquellos a los que queremos nosotros, sino aquellos que merecen por la gracia de Dios y el llamado, ser enviados.

En Hechos, capítulo 14, versículo 23, continuó siendo así, dice: “Y cuando habían ordenado ancianos en toda iglesia y habían orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quién habían creído. Cuando enviamos un misionero es tan importante como si estuviéramos enviándolos del libro de Hechos. Cuando ordenamos un anciano es tan importante como si fueran ordenados por Pablo y Bernabé mismos. Estas cosas demandan oración y ayuno. La selección de las personas correctas es un servicio sacerdotal ofrecido a Dios con oración y ayuno.

Una séptima provocación para el ayuno es dirección. Dirección. Hay ocasiones en la Escritura cuando la gente que buscó dirección la buscó con una ansiedad tan profunda que ayunó. Yo creo en Génesis 24 es, cuando el siervo iba a buscar una novia para Isaac, él estaba tan preocupado porque Dios le mostrara la mujer correcta, que él ayunó y oró. Creo que dice, y creo que es claro, de manera simple. Pablo dijo, en ayunos muchas veces, en vigilias muchas veces, él estaba ayunando mientras que él estaba alerta. ¿Alerta para qué? el desarrollo de la voluntad de Dios, un deseo tan intenso.

Algunos de ustedes enfrentan decisiones críticas. Con quién casarse. Adónde ir a la escuela. Adónde trabajar, cómo manejar a su familia, quedarse aquí o mudarse a otro lugar, dónde usar su don espiritual, en dónde servir al cuerpo de Cristo. ¿Cómo es que usted lo está enfrentando? ¿Hay una intensidad tan profunda en su corazón que el ayuno es un corolario de esa intensidad?

Lamento, protección, humillación, revelación, condenación, selección, dirección, y simplemente de alguna manera he tratado de terminar con siete categorías y darle una idea de cómo el ayuno realmente encaja. Es para esos momentos de lucha profunda en dónde la carga en el corazón que está verdaderamente consagrado es tan poderosa que usted es llevado a la presencia de Dios, y todo pensamiento por el mundo pasa. Usted debe ayunar con tal intensidad, no solo en cosas que tiene que ver con usted, sino esas cosas que tiene que ver con otros, inclusive sus enemigos. Y estamos muy lejos de eso. El ayuno es una consagración a Dios, lo cual me aparta Dios estando tan solo, de una manera tan singular en una lucha espiritual que no hay necesidad de comer. 

Ahora escuche, aquí está la clave de todo. Usted entiende esto y va a entenderlo todo. Escuche. El ayuno siempre está ligado a la oración, ¿entendió eso? El ayuno siempre está ligado a la oración. La oración no siempre está necesariamente ligada al ayuno. Usted puede orar sin ayunar. Usted no puede ayunar sin orar. He escudriñado la Escritura de un fin a otro, he cubierto toda Escritura en las últimas tres semanas en la Biblia acerca del ayuno, he leído toda parte que he podido leer, la Biblia habla del ayuno, no encuentro momentos en dónde el ayuno está sin orar.

El ayuno entonces no es un fin en sí mismo, sino que es un corolario de una lucha espiritual que nos lleva a la presencia de Dios. El hombre que ora con ayuno, como puede ver, está diciéndole al cielo que realmente está preocupado, que no va a rendirse hasta que Dios bendiga. Algunos de nosotros oramos con tanta superficialidad, que simplemente decimos palabras. No creo que ni siquiera tenemos pensamientos conscientes de Dios. Otros se acercan a la presencia de Dios de tal manera que el mundo pierde su significado. ¿Qué hay acerca de usted cuando ora? ¿Ora alejado de este mundo, tan consumido en la presencia de Dios o las palabras de sus oraciones se distraen fácilmente por las cosas que lo rodean a usted? El ayuno es una afirmación de oración intensa.

Ahora, permítame añadir otro pensamiento a esto, la oración siempre está ligada al ayuno. Y el ayuno verdadero siempre sale de un corazón puro, es una respuesta a un corazón puro. Eso es tan importante. Es una respuesta a un corazón puro. Dice usted: Bueno, ¿qué quieres decir con eso? Bueno, quiero decir esto, que, si su corazón no está bien, su ayuno es una farsa, es una farsa. Eso nos lleva a nuestro último punto. El problema con el ayuno. Y el problema con el ayuno es simplemente eso, usted no tiene un corazón puro. Usted realmente no está ayunando como un corolario de la oración intensa y una lucha espiritual. Su corazón no está bien, y ese es exactamente el problema de los escribas y los fariseos, sus corazones no estaban bien, su ayuno era una burla. No había una preocupación por la oración legítima. No así, usted no va a orar con intensidad real a menos de que tenga un corazón puro. Y usted no puede tener un ayuno real a menos de que tenga esa intensidad real.

Entonces, todo comienza con su corazón. Si su corazón está totalmente consagrado a Dios, si su corazón está totalmente alejado del mundo, si su corazón es totalmente puro como debe ser, entonces eso va a dar lugar a la oración verdadera, en una gran oración agonizante y el corolario será, pero el problema es que el ayuno es falsificado de una manera tan fácil, para que se vea como una demostración espiritual. Dije esto hace unas semanas atrás y lo vuelvo a decir, cuidado con algo en su vida que usted lo haga para impresionar a alguien. Ese es un problema. No ayune para impresionar a alguien.

Observe el versículo 16 de Mateo 6, además aquí está el problema, “Cuando ayunéis, no seáis como los hipócritas,” hupokritēs, refiriéndose a un actor en un escenario, “que demudan su rostro,” hombre, querían verse muy mal cuando estaban ayunando, para que todo mundo supiera que estaban en sintonía espiritual. Y cubrían sus rostros con cenizas para que se vieran pálidos, y demacrados. Él dice: No hagan eso. Desfiguran su rostro, aphanizō, quiere decir, causar que desaparezca. Completamente se cubrían de esto.

Entonces era tan obvio que estaban actuando, y el problema real es que lo hacen para que los hombres vean que ayunan. Escuche, he estado diciendo ayune cuando su corazón lo llame a que ayune. Y su corazón debe llamar a un ayuno, si usted realmente está consagrado a Dios. Y cuando lo haga, usted está entrando a la esfera de bendición de Dios. Pero recuerde, no haga una actuación pública de esto, y no lo haga para tratar de impresionar a alguien, porque entonces ha cruzado la línea, usted lo ha hecho para los hombres.

Ha habido personas que llegan a ese punto a pesar de lo que la Escritura dice, y me dicen: Estoy ayunando. Bueno, tiene su recompensa, la acaba de recibir, sé que están ayunando. Acaban de recibir su paga de manera completa, Dios no les debe nada. Ese no es el tipo de ayuno que Dios busca. No lo haga para los hombres, no decore su rostro con cenizas por causa de los hombres, para que la gente pueda ver cuán espiritual es usted. Sabe una cosa, hay algunas ocasiones en mi propia vida cuando voy a estar ayunando, y realmente no quiero comer, pero debido a que estoy en una situación en la que tengo que comer, lo voy a hacer en lugar de presentar un discurso acerca de mi ayuno. Y espero que el Señor entienda eso. Estoy seguro de que Él lo entiende y también en el caso de usted también.

Que sea algo secreto, versículo 17, “Cuando ayunéis, unge tu cabeza.” Ahora, la opción aquí realmente es interesante. La unción es un aceite que usaban, de hecho, ésta unción, se habla de esta unción en Rut, en 2 Samuel, Mateo 26, Lucas 7 habla de esto. Los judíos solían ungirse con un aceite, era así como para mantener su piel de partirse en el calor en esa parte caliente del mundo en la que vivían, y también tenía un aroma, lo cual hacía que olieran mejor porque el desodorante no existía en esos días. Inclusive en nuestra sociedad le damos la bienvenida. Puede imaginarse como era en esa sociedad.

Y entonces, se ungían con un aceite de fragancia. Esta era una manera en la que se preparaban y se arreglaban, se vestían y esto es algo que Dios espera y debemos cuidar de nosotros. Usted no es más espiritual cuando usted se ve mal. Usted sabe cuándo usted no se pone maquillaje y se ve mal, la gente dice: Oh, debe ser espiritual. No. No. Si usted lo hace para ser vista por los hombres y está tratando de parecer espiritual, tiene su recompensa. Por otro lado, Él está diciendo: Ponte tu aceite, péinate, lava tu rostro, ponte un poco de maquillaje, vete como siempre te ves, simplemente sé normal.

Como puede ver, el Señor está buscando algo interno, y Dios dice en el versículo 18, que ve en lo secreto, porque Él vive en ese mundo secreto que ningún hombre conoce, verá la realidad de ese ayuno, y Él es el único que necesita saber porque Él es el único que da una recompensa real, ¿verdad? Dice usted: Bueno, ¿cómo instruyes a la gente acerca del ayuno? Bueno, he estado haciendo eso, usted le puede decir que deben ayunar, y le puede decir que lo está ayunando, simplemente no desfile que está haciéndolo. Debemos hacerlo sin pretensiones. Véase normal, arréglese. Véase normal, positivo, con el ojo abierto y conduzca como lo haría en cualquier otro momento, y Dios verá el ayuno, y Él es el único quién realmente importa.

Escuche, quiero cerrar con dos Escrituras. Pase a Zacarías capítulo 7, Zacarías capítulo 7. No quiero que salga de aquí ahora y simplemente trate de ayunar y piense que es espiritual, tiene que tener las cosas correctas detrás del ayuno. Zacarías 7, versículo 4. Entonces, vino la palabra de Jehová de los ejércitos a mí, diciendo: Habla a todo el pueblo de la tierra y a los sacerdotes, diciendo: Cuándo ayunasteis y llorasteis en el quinto y séptimo mes, aunque en los setenta años lo hicisteis, ¿ayunasteis para mí?” Que pregunta, que pregunta. Dios dice: ¿Se acuerdan de esos años cuando ayunaron todo el tiempo, todos esos ayunos que tuvieron? ¿Piensan que lo hicieron para mí? ¿Piensan que esos fueron ayunos que me agradaron? ¿Piensan que fueron ayunos que acepté, más que cuando comieron y bebieron?

Versículo 7. ¿No debías haber oído las palabras que Jehová clamó por los profetas de la antigüedad cuando Jerusalén fue habitada y en prosperidad, y en ciudades que las rodeaban, cuándo los hombres habitaban el Neguev y el Sefela?” Escuche, Él dice: ¿Piensan que ese fue un ayuno aceptable? ¿No deberían haber sido obedientes a la palabra de los profetas? En otras palabras, detrás del ayuno debe haber una vida justa, creíble, para hacer que el ayuno sea legítimo.

En el versículo 9, él realmente los confronta. “Más vale que ejecuten juicio verdadero. Más vale que muestren misericordia y compasión a todo hombre, todo hombre a su prójimo. No oprimáis a la viuda, ni al huérfano, ni al extranjero ni al pobre. Ninguno de nosotros imagine maldad contra su hermano en su corazón.” En otras palabras, cuando su corazón esté bien, y comiencen a vivir una vida de obediencia a la Palabra de Dios, entonces tendrán un ayuno real. Un ayuno que aceptaré porque sale de un corazón verdadero.

Y después finalmente la porción más específica acerca del ayuno en toda la Biblia, Isaías 58, y vamos a cerrar con esta. Es una afirmación de confrontación. Habían ayunado y pensaban que eran tan buenos porque lo hicieron. Y en el versículo 3, Dios dice, Isaías 58: ¿Por qué hemos ayunado,” dicen ellos “y no viste? ¿Por qué afligimos nuestra alma y no te diste cuenta?” Dios hemos estado ayunando. Nos hemos estado afligiendo con esta ausencia de alimento y hemos estado clamando a ti, porque no nos respondes. Dios dice: He aquí, en el día de vuestro ayuno encuentran placer,” y eso es placer malo, “y cumplen con todas sus labores,” el trabajo como siempre. “Ayunan para contender y debatir.” Ayunan para ver quién puede ayunar más, y parecer más espiritual, y discuten por su ayuno. “Y hieren con el puño de impiedad. No ayunan este día, para hacer que su voz se oiga en lo alto.” 

No están ayunando para Mí, dice Él, no están ayunando para Mí. ¿Es un ayuno como este el que yo he escogido? ¿Es este el tipo de ayuno que yo escojo un día para que un hombre aflija su alma? ¿Es para inclinar su cabeza como junco y esparcir cilicio y ceniza debajo de él? ¿Llamaréis a esto un ayuno que es un día aceptable para Jehová, simplemente porque lo hacen por fuera? ¿simplemente porque tienen las cenizas y el cilicio, y están inclinados y sus corazones son malos?”

Versículo 6, ¿No es este el ayuno que he escogido para soltar los lazos de impiedad, para deshacer las cargas pesadas, para dejar a los oprimidos libres, y para que quebrantéis todo yugo? ¿No es para compartir tu pan con el hambriento y para que traigas al pobre que está afuera a tu casa, y cuando veas al desnudo que lo cubras y que no te escondas de tu propia carne? ¿No es el ayuno que quiero el ayuno que viene de una vida justa que es vivida en obediencia a la verdad divina de Dios?

Ahora, ese es el ayuno que Dios quiere de un corazón puro. Y el resultado, podríamos decir, es el punto seis, la promesa para el ayuno. Versículo 8, Isaías 58, “Entonces tu luz saldrá como la mañana, y tu salud saldrá rápidamente, y tu justicia saldrá delante de ti. La gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás y Jehová oirá, clamarás y Él dirá aquí estoy. Si quitas de en medio de ti el yugo, el colocar el dedo y hablar vanidad, si presentas tu alma al hambriento, y satisfaces al alma afligida, entonces tu luz se levantará en oscuridad y tus tinieblas serán como el mediodía. Y Jehová te guiará continuamente y satisfacerá tu alma, en sequía, y engordará tus huesos, y serás como un jardín regado, y como una fuente de agua cuyas aguas no fallan.” Dios dice, ¿realmente quieres ser bendecido? Ayuna, pero ayuna a partir de un corazón verdadero, puro, obediente.  

Estamos de regreso a dónde comenzamos en esto. Regrese usted otra vez a las bienaventuranzas. Si su virtud está bien, y su vida está bien, algunas veces en sus oraciones, habrá tal intensidad para una cosa u otra, que el ayuno será un corolario muy natural de la oración, y en esos momentos de gran intensidad, Dios honrará y bendecirá, no solo porque usted ayunó, sino porque su corazón era tan puro que su ayuno fue un ayuno escogido. Dios bendice ese tipo de corazón. Oremos.

Gracias Padre por nuestro tiempo esta mañana para cubrir y terminar nuestra explicación de este pasaje. Oh, cuán necesario Señor es que entendamos esto. Y de nuevo, conforme entendemos tantas cosas, si estamos bien contigo, todas estas cosas encuentran su lugar correcto. Los correctivos ni siquiera son necesarios si hay corazones puros. Dios, suaviza nuestros corazones, sensibilízanos, llévanos a Tu presencia como aquellos que oran de manera tan legítima y fiel que el ayuno va a ocurrir cuando deba ocurrir. Toca toda vida aquí esta mañana, simplemente con aquello que es necesario. En el nombre de Cristo. Amén.

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