Mateo, capítulo 6, versículos 9 al 13. Quiero volver a leer este pasaje para prepararnos para lo que el Espíritu de Dios nos dirá en el estudio en esta mañana. Comenzando en el versículo 9 de Mateo 6: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre. Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.”
La Biblia nos enseña del poder de la oración. Realmente creo eso. Yo creo que la oración hace una diferencia. Yo creo que la oración es eficaz. Yo creo que la oración funciona. El siervo de Abraham oró; y Rebeca apareció. Jacob luchó y oró y prevaleció con Cristo y la mente de Esaú fue convertida de 20 años de venganza. Josué oró y Acán fue descubierto. Ana oró y Samuel nació. David oró y Ahitófel se ahorcó a sí mismo. Asa oró y alcanzó la victoria. Josafat oró y Dios hizo que se fueran sus enemigos. Isaías y Ezequías oraron y en doce horas, 185,000 asirios fueron matados. Mardoqueo y Esther oraron y el complot por destruir a los judíos fue estorbado y Amán fue ahorcado en su propia horca. Esdras oró en y Dios respondió. Nehemías oró y el corazón del rey fue suavizado en un momento. Elías oró y hubo tres años de sequía. Y él volvió a orar y llovió. Eliseo oró y un niño fue resucitado de los muertos. Los creyentes oraron y Pedro fue liberado de la cárcel. Y así continúa.
Yo creo que la oración funciona. Yo creo que la oración es eficaz, porque hay un registro de su eficacia revelado en las Escrituras. Pero más allá de eso, hay una afirmación explícita de la Palabra de Dios misma de que la oración es eficaz. En Santiago, capítulo 5, versículo 16 dice “la oración eficaz del justo puede mucho.” Además, dice, dando una ilustración de la oración eficaz del justo que puede mucho, “Elías era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras y él oró fervientemente para que no lloviese. Y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y volvió a orar. Y el cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto.”
Usted dice, ‘ah, pero ese es Elías’. Él es un profeta. Y entonces, Santiago incluye esta pequeña frase: “pero Elías era hombre de pasiones semejantes a las nuestras.” Si Dios respondió la oración de Elías, Dios va a responder a nuestras oraciones. Quizás no podamos orar lo mismo, porque no tenemos revelación de Dios que eso es Su voluntad. Nosotros, de acuerdo con la voluntad de Dios, no obstante, tenemos el mismo derecho de esperar a que Dios se mueva. “La oración eficaz del justo puede mucho.” Debemos orar. Jesús dijo que debemos orar siempre y no desmayar. Pablo dijo que debemos orar sin cesar. Pablo dijo que debemos orar siempre con toda oración y súplica. Yo creo que Dios responde la oración; de manera muy específica y muy directa; Dios responde la oración.
Ahora, eso da lugar a un asunto muy interesante; un asunto muy interesante. La frase en la que queremos concentrarnos en esta mañana en nuestro estudio es la frase “hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo.” Y simplemente al decir esta frase, usted inmediatamente enfrenta un dilema. ¿Realmente necesitamos decir “Dios hágase Tu voluntad”? ¿Acaso no es Él soberano de cualquier manera? ¿Acaso eso no es una frase inútil que pronunciar? ¿No es aparente que la voluntad de Dios será cumplida?
Ahora, algunas personas inclusive han tomado este concepto y lo han llevado a tal grado que cuestionan la validez de la oración. La pregunta que siempre surge es: ¿acaso Dios no es absolutamente soberano? ¿Acaso Él no conoce no sólo el principio y el final, sino que determina todo lo que está entre estos dos puntos? ¿Acaso Él no está a cargo de todo? Y si lo está, y todo está operando según Su plan, y todo está fluyendo y avanzando como Él quiere, entonces, ¿por qué estamos orando ‘hágase Tu voluntad’? ¿No se va a hacer de cualquier manera?
Y después surge la pregunta si Dios cambia de parecer. ¿Acaso estamos rogando para que Dios haga algo distinto de lo que Él planeaba hacer? Alguien más podría decir ‘bueno, nuestra voluntad prevalece sobre la voluntad de Dios.’ ¿Acaso Dios quiere cierta cosa pero si nosotros somos lo suficientemente persistentes Él dice ¨bueno, si vas hacer tan persistente por eso, adelante, te lo doy’? ¿Acaso Dios tiene que responder nuestras oraciones?
Simplemente, ¿cómo encaja la oración con quien Él es? Creo que usted podría resumir todo esto al hacer dos preguntas muy simples. Si Dios es soberano, ¿por qué orar? Si Dios es soberano, ¿por qué orar? O quizás otra pregunta: si se manda la oración, entonces, ¿cómo es que Dios puede ser soberano?
Ahora, yo creo que hay una respuesta a esto; pero no sé cuál es. Porque yo creo que esta es una de las grandes paradojas de las Escrituras. Que me vuelve a decir que la mente de Dios va mucho más allá de mi propia mente de manera infinita porque éste es un dilema imposible para mí, pero no para Dios. La majestad de Dios, el espacio increíble entre lo mejor del pensamiento humano y el conocimiento de Dios es ilustrado en el hecho de que no tengo capacidad alguna de resolver una contradicción aparente como esta, la cual no contradicción en absoluto en la mente de Dios. Y podría ser ilustrado de tantas maneras diferentes.
Por ejemplo, si yo le pregunto quién escribió Mateo, probablemente voy a escuchar dos respuestas. Algunos van a decir Mateo y otros van a decir el Espíritu Santo. ¿Cual está bien? Bueno, usted dice “fue Mateo y el Espíritu Santo.” ¿Qué quieres decir? ¿Acaso Mateo escribió un versículo y después dijo: “muy bien, Espíritu Santo, Tu versículo” y así siguieron? No. No alternaron versículos, ni capítulos, ni secciones. ¿Acaso, Mateo no fue nada más que un robot y el Espíritu Santo le dictó a él? No, porque es el corazón y alma de Mateo. Son los sentimientos de Mateo, esel vocabulario de Mateo, es Mateo pero también es el Espíritu Santo. Usted dice que no puede ser 200% de algo. No en su mente. Y eso es simplemente un buen recordatorio de dónde usted está en comparación con dónde Dios está.
Si yo le pregunto a usted quién vive su vida cristiana, usted puede contestar: ‘no yo, mas Cristo vive en mí.” Sin embargo, Pablo dice ‘y yo golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre. ¿Quién lo está haciendo? ¿Usted o Él? Ambos. Tiene que ser de manera total usted, compromiso total, presentad vuestro cuerpo en sacrificio vivo, pero es todo de Él. No yo, sino Cristo. ¿Cómo puede ser todo yo y todo Él? Bueno, no puede ser en nuestro razonamiento, pero nuevamente, esta es la prueba de que Dios es infinitamente alguien que está mucho más allá de nosotros. Si yo le pregunto: ¿acaso Jesús fue Dios u hombre? ¿Cuál es la respuesta? Sí. Es como la antigua pregunta ¿es más frío en las montañas o en el invierno? Sí. De nuevo, usted tiene la paradoja. Él es Dios 100% y Él es hombre 100%. Usted no puede ser 200% de algo, sólo en nuestra mente debido a las limitaciones de nuestra concepción. Esa es una paradoja.
¿Cómo se convirtió en cristiano? Bueno, usted dice que fue establecido desde la fundación del mundo. Fue escogido en Él. Él escribió mi nombre en el libro de la vida del Cordero, todo fue predeterminado. Pero, ¿cómo se convirtió en cristiano? Vine porque escogí a Jesucristo. ¿Fue usted o él? Ambos. ¿Todo usted? Usted sí. Con todo el corazón. ¿Todo Él? Sí. Totalmente diseñado en Su soberanía. Bueno, ¿cómo es posible que usted pueda entender ambas realidades? Escuche, yo creo ambas. Y hágame un favor, cuando usted encuentre ese tipo de paradoja en las Escrituras, y usted las encuentre en todo punto de doctrina importante, no termine con algo que está a la mitad y arruine a ambas. Esa es la tentación. Es como el hombre que dijo: “la salvación es Dios votando por usted, el diablo vota en contra de usted y usted vota con el voto decisivo.” Eso no es verdad. No trate de encontrar algún punto medio, déjelas existir.
Escuche. Dios es soberano. Dios ha determinado el flujo del universo. Dios conoce el fin desde el principio. Dios va a hacer lo que va a hacer. Por otro lado, la oración funciona. Si usted no entiende cómo se unen estas dos, no deje que su teología destruya su vida de oración. Y eso sucede. Este tipo de actitud que dice: “bueno, todo va a ser hecho a Su manera de cualquier modo, entonces, ¿cuál es la necesidad que tenemos de orar?” Literalmente, niega las Escrituras.
Ahora, al ver la frase” hágase Tu voluntad” nos abrimos una cantidad increíble de entendimiento; y usted puede relajarse porque ni siquiera vamos a comenzar a cubrirlo esta mañana. Nos va a tomar un poco de tiempo. “Hágase Tu voluntad.” Ahora, ¿qué hay acerca de esta oración? Regrese y obsérvela por un momento. ¿Es este un ritual que debe ser orado todo domingo por la mañana? No. Está bien hacer eso. Creo que algunas veces el estar demasiado familiarizados con algo puede matar el significado, pero no está mal. Pero, ¿qué es? Bueno, ése es un modelo para toda oración. Y lo último que Dios quiere que usted haga es recitarlo como una rutina. Debe ser algo que fluye de un corazón verdaderamente comprometido. Digo, esto debe ser una definición de su espíritu, su actitud hacia Dios, lo que está dentro de usted y debería salir en diferentes términos y diferentes palabras, todas centradas en torno a estos mismos pensamientos.
Permítame decirle lo que quiero decir con esto. Algún autor desconocido lo expresó de esta manera, y cito: “no puedo decir “nuestro” si yo vivo solo para mí mismo en un compartimento espiritualmente cerrado. No puedo decir “Padre” si no me esfuerzo diariamente a actuar como Su hijo. No puedo decir que “estas en los cielos” si no estoy colocando ningún tesoro ahí. No puede decir “santificado sea Tu nombre” sino me estoy esforzando por ser santo. No puedo decir “venga Tu Reino” si no estoy haciendo todo lo que está en mi poder por contribuir a que venga ese acontecimiento maravilloso. No puedo decir “hágase Tu voluntad” si soy desobediente a Su palabra. No puedo decir “en la tierra como es en el cielo” si no lo sirvo aquí y ahora. No puedo decir “el pan nuestro de cada día dánoslo hoy” si soy deshonesto o si estoy buscando las cosas de manera pecaminosa. No puedo decir “perdónanos nuestras deudas si yo estoy albergando la amargura en contra de alguien.” No puedo decir “no nos metas en tentación” si yo me coloco deliberadamente en su camino. No puedo decir “líbranos del mal” si no me pongo toda la armadura de Dios. No puedo decir “Tuyo es el reino” si no le doy al rey la lealtad debida a Él cómo su súbdito fiel. No puedo atribuirle el poder si yo temo lo que los hombres pueden hacer. No puedo atribuirle a Él la gloria si yo estoy buscando honrarme sólo a mí mismo. Y no puedo decir “por los siglos” si el horizonte de mi vida está cerrado totalmente por el tiempo.” Fin de la cita.
¿Qué está diciendo? Él está diciendo que esta es una expresión de una actitud de corazón, de una relación correcta con Dios. Y entonces, se convierte en un patrón de oración que va a dominar todas nuestras oraciones. Si el enfoque de nuestro corazón es correcto, así es como vamos a orar.
Ahora, ¿qué es lo que ya hemos visto? Bueno, la oración abrió con la Paternidad de Dios: “Padre nuestro que estás en los cielos,” y después la prioridad de Dios, “santificado sea Tu nombre.” Y después, el programa de Dios, “venga Tu Reino.” Y ahora, el plan de Dios, “hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo.” Y nuevamente, estamos enfocados en Dios. Vimos la paternidad de Dios. Cuando oramos, reconocemos al principio de nuestra oración que Dios es un Padre amoroso, que no vamos a un dragón temeroso, no vamos a alguna deidad mala, no llegamos acobardándonos de temor por lo que Él nos hará. Sino que Dios es nuestro padre amoroso y Él quiere lo mejor para nosotros. Y Él busca lo mejor para nosotros y no sólo eso, Él está en el cielo. Eso significa que Él tiene a Su disposición todos los recursos de la eternidad para satisfacer los deseos de Su corazón hacia Sus hijos amados. Entonces, venimos a nuestro “Padre que está en los cielos.”
La primera petición que tenemos es santificado sea Tu nombre. Esta es la prioridad de Dios. Buscamos eso en nosotros y a través de nosotros, que Su nombre sea Santo, que Su nombre sea santificado y después, vemos el programa de Dios. Venga Tu reino. Nuestro deseo es que se manifieste Su reino en la tierra. Nuestro deseo es que Su dominio y Su reinado sean vistos aquí, y le mostramos que eso vienen tres maneras. En primer lugar, en conversación: el Reino viene al que cree, conforme Cristo se convierte en el gobernante de su vida. En segundo lugar, en compromiso: conforme un creyente vive por justicia, gozo y paz en el Espíritu Santo, Romanos 14, el Reino de Dios se manifiesta en su vida; y en tercer lugar, por Su segunda venida, conforme Él regresa a establecer Su reino terrenal y milenial.
Y ahora, llegamos a este gran pensamiento del plan de Dios: “hágase Tu voluntad.” Cuando oramos, debemos orar conforme a la voluntad de Dios, debemos orar conforme a la voluntad de Dios. Ahora, quiero que piense en esto porque es una afirmación muy importante. Todas nuestras oraciones, se reducen a esto: Dios, hágase Tu voluntad. Ahora, tomando el griego literal de esta afirmación simple, dice algo así: “Tu voluntad, lo que Tú quieres que suceda, que suceda inmediatamente.” Y después, el griego dice “como en el cielo,” coloca primero el cielo, “así también en la tierra.” En otras palabras, Dios a lo que Tú quieras. Esta es la médula de la oración. Dios, haz lo que Tú desees, lo que está en Tu corazón hacer. Ésa es la petición.
Yo creo que David oró de esa manera en el Salmo 40, versículo 8 cuando dijo: “me deleito en hacer Tu voluntad, oh mi Dios.” Me encanta eso. “Me deleito en hacer Tu voluntad, oh Dios mío.” Él hizo conocerla y Él quiso hacerla; eso estaba en su corazón. Y usted lo ve con Cristo, ¿no es cierto? En Juan 4:34, Él dijo: “Mi comida es hacer la voluntad de Aquel que me envió.” En Juan 6:38 Él dijo: “porque Yo descendí del cielo no para hacer Mi propia voluntad, sino la voluntad de Aquel que me envió.” En el 3:35 Él dice: “el que hace la voluntad del Padre es Mi madre y Mi hermana y Mi hermano.” Y en los otros evangelios se registra en el huerto orando en agonía y diciendo: “más no se haga Mi voluntad”, ¿sino qué? “La Tuya.” Jesús siempre oró porque la voluntad de Dios se hiciera. “Hágase Tu voluntad.”
Ahora escuche, ¿qué significa hacer eso? ¿Qué estamos diciendo realmente? Hoy, quiero cubrir el negativo y la próxima semana, el positivo. Quiero que escuche porque creo que es donde va a ayudar a entender de manera fresca la oración. Hay personas que oran “hágase Tu voluntad” pero lo oran con un entendimiento incorrecto. En primer lugar, hay personas que dicen ‘hágase Tu voluntad’ en una actitud de resentimiento amargo. En una actitud de resentimiento amargo.
En otras palabras, es una afirmación de alguien que cree que no puede escapar de lo inevitable y están enojados por ello. Ahora, yo creo que esto demuestra una falta de conocimiento de Dios. Creen que Dios es un individuo opresivo, dictador, abrumador, egoísta, cruel. Y entonces, al decir “hágase Tu voluntad,” muestra resentimiento amargo.
William Barclay dice, y cito: “algunas personas dicen “hágase Tu voluntad” no porque quieren decirlo, sino porque han aceptado el hecho de que no pueden decir nada más. Han aceptado el hecho de que Dios es demasiado fuerte para ellos y que es inútil estar golpeándose sus cabezas contra las paredes del universo.” Fin de la cita. Quizás, usted ha enfrentado en su vida. Quizás ha llegado a una situación en su vida en donde usted dijo hágase Tu voluntad casi apretando los dientes. Quizás, es la pérdida de un hijo querido preciado, alguien a quien usted amaba, un amor quebrantado, extremidades físicas y usted dijo “Dios, hágase Tu voluntad” de manera amarga.
Omar Khayyam tenía una perspectiva increíble de Dios; escuche lo que escribió. Cito: “pero las piezas inútiles del juego en Él juega en este tablero de ajedrez de noches y días, aquí y allá vuelve y mata a uno por uno, y vuelve a colocar en el clóset.” Fin de la cita. Él vio a Dios como un jugador de ajedrez con poder total sobre las piezas, moviéndolas conforme a lo que Él quería y después, cuando terminó, las colocó en el clóset. Él escribió otra frase y él vio a Dios como un jugador de cricket con un bate y al hombre como la pelota que no tiene alternativa en absoluto de adónde él va. Y él escribe: “la pelota no cuestiona ni se queja, sino que ahí o haya, conforme le pega el jugador, va. Y Él lo avienta a usted al campo y Él lo sabe todo, ¡Él conoce todo!” Esto es resentimiento amargo hacia la frase inevitable, “hágase Tu voluntad.”
El primer himno que usted cantó esta mañana fue “gozosos, gozosos, te adoramos.” La melodía fue escrita por Ludwig van Beethoven; pero Beethoven no comprendió las palabras. Por cierto, comprendo que la traducción en inglés y español es muy parecida al alemán original, el cual no expresó el mismo pensamiento en absoluto. De hecho, en el lugar del amor de Dios, el original tiene la magia de Dios. La idea completa es el humanismo, y está hablando de la hermandad del hombre. Se le ha dado a la traducción en inglés y español un sentido cristiano. Beethoven escribió música hermosa. Pero estoy seguro de que él no se identificaría con las palabras cristianas en inglés y español, porque la vida por muy difícil para Beethoven. Para un hombre cuya alma entera estaba comprometida con la música, debió haber sido un destino increíble el volverse alguien sordo. Los biógrafos nos dicen que cuando Beethoven murió, encontraron su cuerpo y sus puños estaban cerrados, y literalmente sus uñas estaban enterradas en sus manos como si fuera a pegarle a Dios. Y sus labios, estaban metidos como si fuera a expresar desafío y amargura en contra del Dios que lo hizo sordo.
Como puede ver, algunas personas viven la vida de esta manera, simplemente se amargan y se enojan en contra de Dios y dicen “hágase Tu voluntad,” y se convierte en la afirmación de lo inevitable, de un Dios cruel y que no se preocupa.
Hay algunas personas que dicen ‘hágase Tu voluntad’ y que no necesariamente expresan resentimiento y amargura. Ellos expresan lo que yo llamo resignación pasiva. “Hágase Tu voluntad.” Lo que Tú quieras Señor, no puedo hacer nada al respecto. Hágase Tu voluntad. Esta no es tanto una falta de conocimiento de Dios. La primera, yo la veo como una falta de entendimiento de que Dios es un Padre amoroso, una falta de entendimiento de que Dios se preocupa, que el corazón de Dios se duele por el dolor del hombre, una falta de entendimiento de que Dios ama tanto que Él murió en medio de Su amor.
Hay una falta de entendimiento en la perspectiva de amargura y resentimiento; pero hay una falta de fe en la resignación pasiva en básicamente siente “¿sabes una cosa?, yo simplemente no me preocupo demasiado por esto. De cualquier manera, la oración no sirve mucho para esto.” Simplemente resignarse, es la voluntad de Dios. Es un tipo de reconocer la derrota de manera pasiva.
Creo que de manera personal puedo identificarme con eso en mi propia vida. Después de mi primer año en la universidad, cuando algunos de ustedes saben que yo tuve un accidente de automóvil y casi me costó la vida -fui expulsado de un auto que iba a 120 km/h y derrapé por la carretera por varios metros y perdí mucho de la parte de mi espalda; y la fricción, teniendo quemaduras de tercer grado, y lo que sucede cuando usted se derrapó por el camino es algo que no lo recomiendo. Fue una experiencia sorprendente. Todo el tiempo estuve totalmente consciente, nunca perdí la conciencia. Mis ojos estuvieron totalmente abiertos -inclusive me quedé en mi propio carril.
Pero cuando todo terminó, recuerdo de manera muy vívida que todavía estaba consciente, y no tenía ningún hueso roto por el modo en el que yo me había rapado, en lugar de haber girado dado vueltas. Y salí caminando de la carretera y caminé, me salí de la autopista y me puse de pie al lado y puedo recordar de manera muy vívida entre muchos pensamientos que pasaron por mi mente, el pensamiento de “muy bien Dios, si vas a pelear así, digo, está bien. Me doy por vencido. No puedo pelear en contra de esto.” Yo sabía que Dios me había llamado al ministerio pero yo estaba tratando de dirigir mi vida en otra dirección. Y yo creo que Dios me tomó del cuello y me pegó contra el pavimento varias veces y me dijo “¿ahora vas a escuchar?” Y en ese punto, me di cuenta de que no podía pelear, ¿verdad? Y de hecho, tuve una resignación pasiva y dije “muy bien Señor. Si es así de importante, si te vas a molestar tanto por ello y vas a hacer que este automóvil choque con cinco jóvenes ahí y me va a estar persiguiendo por todo el estado de Alabama y yo derrapándome sentado. Si es tan importante para Ti, muy bien.”
Y fue en este punto, que de manera pasiva, me resigné al hecho de que mis planes se habían acabado. Y durante los siguientes tres meses, esa resignación pasiva se volvió en un compromiso activo conforme Dios realmente comenzó a refinar mi vida y me atrajo a sí mismo.
Pero yo sé que hay personas que simplemente dicen ‘hágase Tu voluntad’ al final de una oración y lo que realmente están diciendo es ‘Dios, no tengo ningún tipo de fe. No creo que mi oración vaya a ayudar en nada y entonces, simplemente voy a decir eso porque sé que esto cubrirá todo.’ ¿Es así como usted ora? Hágase Tu voluntad. ¿Simplemente, algo que usted incluye para cubrir lo inevitable, porque realmente no cree que su oración vaya a hacer ninguna diferencia de cualquier manera? Esto es aceptar que todo va a salir como Dios quiere que salga, sin gozo, de una manera más bien cansada, agotada, derrotada, resignándose. Eso es lo que Barclay llama, y esto creo que es una gran frase, la oración con una aceptación gris. La oración con una aceptación gris.
La perspectiva, como puede ver, con mucha, mucha frecuencia es el caso de muchos cristianos. Manifestamos esto una y otra vez. La razón primordial, realmente creo esto, la razón primordial, realmente creo que todo lo que digo simplemente lo incluyo ahí. La razón primordial por la que creo que nuestra vida de oración es tan débil como es, es que realmente no creemos que vaya a ayudar en algo. Simplemente, nos salimos con resignación pasiva. Hablamos con el Señor acerca de algo y después, simplemente, lo dejamos ahí y seguimos, porque realmente no pensamos que de cualquier manera va a hacer alguna diferencia. Decimos “hágase Tu voluntad” como si ya supiéramos por adelantado que lo que estamos pidiendo realmente no sucederá.
Ilustración clásica, Hechos, capítulo 12: Pedro está en la cárcel y la Iglesia está preocupada ¿por qué? ‘Bueno,’ usted dice, ‘Pedro ha estado antes en prisión. ¿Por qué están tan molestos? Este simplemente es un nuevo ministerio para él.’ Bueno, ellos están molestos porque otro de ellos había estado en prisión antes de Pedro, bajo Herodes y perdió su cabeza. Y su nombre era Jacobo, el hermano de Juan. Y entonces, vieron una nueva ola de enojo. Y entonces, cuando Pedro estuvo en la cárcel temían que le sucedería lo mismo que le sucedió a Jacobo, el hermano de Juan. Y él sería decapitado o algo por el estilo.
Y entonces, fueron a la casa de María, la madre de Juan Marcos y ellos comenzaron a orar en Hechos 12. Y ellos comenzaron a orar “Oh, Dios, libera a Pedro; oh, Señor, libera a Pedro.” Y estaban en su pequeña reunión de oración y el ángel del Señor entró y lo sacó de la cárcel y Pedro pensó que iba a cruzar la ciudad e iba a llegar a la reunión de oración y ver a las personas que están ahí. Y golpeó la puerta y Rodas, la mujer, llegó a la puerta, ni siquiera abrió la puerta. Simplemente, preguntó quién era y reconoció su voz. Y corrió, esta es una respuesta rápida, ni siquiera han terminado con la reunión de oración y él está golpeando la puerta. Y ella corrió y les dijo: ‘¡es Pedro!, ¡Pedro esta la puerta! ¡Pedro esta la puerta!’ Y ellos respondieron ‘Rodas, ¿no sabes que está en la cárcel? Es por eso que estamos orando aquí. Estamos teniendo esta reunión de oración porque él está en la cárcel. Ahora, arrodíllate nuevamente.’ Y ella insistió y dijo ‘no, es Pedro.’ Y algún teólogo astuto dijo ‘quizás es su ángel.’ ¡Que afirmación tan por torpe! Si es el ángel de Pedro, ¿cuándo es que Pedro necesitó más a su ángel que cuando estuvo en la cárcel? ¿Qué estaba haciendo su ángel al estar tratando de llegar a la reunión de oración? Y al final, ella persistió y salieron y la Biblia dice que estaban sorprendidos. ¿Por qué? Porque creo que eran como muchos otros evangélicos e inclusive en ese momento, cuando habían visto la mano de Dios, cuestionaron si sus oraciones servían. ¡Qué tan fácil es para nosotros caer en esa resignación pasiva que hace que nuestras oraciones sean insípidas!
Y permítame tomar esto desde otro ángulo que me molesta. Queremos simplemente clasificar todo. Es Tu voluntad, es la voluntad del Señor, y esto le puede sorprender, pero la afirmación misma hágase Tu voluntad en la tierra supone que no siempre ¿qué? Es verdad. ¿Escuchó eso? Eso es tan obvio que es torpe; pero es profundo. Decir ‘hágase Tu voluntad en la tierra’ supone que no siempre sucede. Decimos que ‘santificado sea Tu nombre’. ¿Hay veces y lugares en donde Su nombre no es santificado? Sí. Venga Tu reino. ¿Hay corazones que rechazan Su reinado? ¡Claro que los hay!
Y entonces, cuando decimos ‘hágase Tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo’ tenemos que decir lo mismo, no siempre es Su voluntad. Ahora escuche, no siempre lo que sucede en el mundo es Su voluntad en este sentido. Ahora, usted necesita entender esto, de otra manera la petición no tiene sentido. Y el Señor nos está pidiendo que repitamos cosas que no tienen sentido.
Usted pregunta qué quiero decir con eso. Con mucha frecuencia, usted sabe, alguien va a una casa y quizás hay una tristeza terrible en la casa porque un niño ha muerto. Quizás el niño murió de una enfermedad fatal o quizás el niño fue matado por un automóvil o un accidente terrible y alguien dice ‘bueno, es la voluntad del Señor, es la voluntad del Señor.’ Usted va a una casa en donde una madre, quien es tan necesitada por el marido y los hijos está azotada por el cáncer y está desvaneciéndose rápidamente en esta vida y alguien dice ‘bueno, es la voluntad del Señor.’ O quizás, oye de un desastre y una inundación y un terremoto y un incendio y un choque de tren y un choque de aviones y hambre y muchas personas que están muriendo de hambre en un barco y usted dice ‘bueno, es la voluntad del Señor’.? Y sabe qué? Si usted comienza a ver las cosas así, literalmente va a quitar la energía de su vida de oración. Va a hacer que su vida sea tan impotente, si usted percibe al mundo de esa manera.
Ahora, esto se puede oír hereje, pero en este contexto esa no es la voluntad de Dios. Ese es el tipo de cosas que Jesús vino a detener al mundo. Porque Dios no quiere que ninguno perezca; y créanme, hay personas que están pereciendo por todos lados. Dios, quien quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la Verdad y no todos los hombres vienen al conocimiento de la Verdad. La voluntad de Dios es hecha en el cielo, pero no siempre se hace en la tierra.
Usted dice: “bueno, ahora, espera un momento. Dios tiene que permitirlo.” Es correcto. Pero no haga que esa sea la expresión de Su voluntad, esta es una expresión thelēma, significa un deseo fuerte. No es el deseo fuerte que la gente muera. De otra manera, ¿por qué vino Él a destruir la muerte? No es el deseo de Dios que la gente se vaya al infierno. De otra manera, ¿por qué murió y proveyó una salvación que evita que los hombres vayan ahí? Claro que tengo la confianza de que Dios permitió que el hombre tuviera la opción de hacer lo bueno o lo malo. Yo creo que el hombre tiene una opción. También creo que Dios es soberano. Esta es otra de esas paradojas que tengo que enfrentar. Dios ha permitido el pecado. Dios ha permitido que se llene la copa de iniquidad. No es la expresión de Su voluntad. La tolera. No es responsable por el pecado. Dios no responsable por sus consecuencias. No es Su voluntad.
Permítame mostrarle lo que quiero decir con eso. Hay una tensión aquí. Sé que hay una tensión. Y algunos de ustedes sé que están peleando con eso en su mente. En Mateo 10:28 dice: “no temáis a los que destruyen el cuerpo pero más bien temed a Aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Este es Dios. Dios va a destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Este no es Satanás. Es Dios. Satanás es el que va a ser destruido, Satanás es de los que van a ser destruidos, no es el que lo está haciendo. Dios es el que destruye el alma y el cuerpo en el infierno. Usted dice bueno, es la voluntad de Dios que sean destruidos. No. Segunda de Pedro 3:9: “Dios no quiere que ninguno de ellos perezca.” La santidad de Dios y la justicia de Dios y la rectitud de Dios deben proveer para poder enfrentar el pecado. Pero esta no es la voluntad de Dios. Este no es su deseo fuerte. Esto está dentro del marco de Su tolerancia. En Juan 5:40, nuestro querido Señor dijo: “y no queréis venir a Mí para que tengáis vida.” Él lloró por la ciudad de Jerusalén y dijo: “Oh, Jerusalén, Jerusalén, tú que matas a los profetas a los que te son enviados, cuántas veces quise reunirte a Mí como una gallina reúne a sus polluelos, pero no quisisteis.” Como puede ver, lo mismo.
Jeremías 13. Dios habla a través de Jeremías y dice: “no han oído Mi palabra. No han obedecido Mis mandamientos.” Dios dice que los va a destruir, los va a embriagar, va a azotar unos contra otros. Va a traerles la oscuridad de la muerte y todo este juicio horrible y tremendo en Jeremías 13. Y después, en el siguiente versículo dice: “si no obedecen y si no se convierten, tengo que hacer esto. Entonces, Mi ojo va a llorar con lágrimas amargas. ¿Por qué? Porque esta nunca es la expresión del deseo de Dios para los hombres. “Porque de tal manera amó Dios al mundo,” ¿por qué? “Para que los hombres sean salvos de esos juicios.”
Permítanme hablar un poco más de esto. Usted pregunta entonces por qué Dios permitió el pecado. ¿Sabe una cosa? Yo soy un padre. Y si yo le dijera a mi hijo mayor, ¿sabes una cosa Matt?, tienes un 15 años de edad, pero en unos cuantos años vas a dejar esta casa; y ese día va a llegar antes de lo que me gustaría pensar. Ahora, eres independiente hijo. Y si mi hijo, que Dios nos guarde de esto, saliera y entrara en una vida de pecado, ¿es esa mi voluntad? No. Eso rompería mi corazón. Sin embargo, él vive dentro del marco de sus decisiones. Y porque yo le di la libertad no quiere decir que lo que él hizo sea mi voluntad. Y yo, como padre, tendría que enfrentar las consecuencias si yo todavía pudiera.
Dios es un Padre amoroso. La humanidad, en un sentido muy general, inclusive un creyente, tiene el derecho de expresar su voluntad, ¿no es cierto? Usted puede escoger el pecar o ser justo diariamente. ¿Cree que Dios quiere que usted escoja el pecado? Una persona me dijo hace un par de años atrás: “la voluntad de Dios es expresada en su pecado.” Yo dije: “no veo eso en la Biblia.” Él respondió: “pero esa es la conclusión lógica necesaria si Dios es soberano.” Entonces, yo contesté: “su lógica realmente es un problema. Más vale que reconozca que su mente y la de Dios no operan de la misma manera.” Dios es de ojos más puros como para ver el mal. Dios no tienta a ningún hombre pecar. Dios nunca lo lleva a usted a pecar como una expresión de Su voluntad. Sin embargo, Dios le ha dado al hombre la libertad. Entonces, usted pregunta por qué Dios permitió al pecado. Yo no lo sé.
La gente siempre dice: ‘sólo tengo una pregunta Pastor, ¿por qué Dios permitió el pecado?’ No lo sé. Pero voy a hacer un buen intento por adivinar. Y esta es una que los teólogos han discutido por mucho tiempo. Cuando Lucifer cayó, ahora usted me preguntará cómo sucedió esto. No sé tampoco. La gente pregunta si acaso el orgullo salió de él. No, porque él era perfecto. ¿Acaso vino de afuera de él? No, porque el ambiente era perfecto. ¿De dónde vino? No lo sé. Dios sabe. Pero Lucifer pecó.
Muy bien, ahora Dios tuvo dos opciones. Opción número uno: destruir a Lucifer; inmediatamente, destrucción. Y si Él hubiera hecho eso, entonces quizás algunos otros ángeles hubieran dicho ‘¿saben alguna cosa? Debe haber algo acerca de eso que se llama pecado que realmente molesta a Dios. Me pregunto si teme al pecado. Me pregunto si realmente teme su potencial. Me pregunto qué es eso.’ Y quizás, Dios habría pasado el resto de la eternidad no haciendo nada más que aplastando a ángeles rebeldes.
Por otro lado, cuando Lucifer pecó, Dios pudo decir ‘muy bien, voy a permitir que la maldad siga su curso para que literalmente de desgaste a sí misma y si quiere probar algo, que sea probado.’ Yo creo que Dios escogió hacer eso. En lugar de tener la posibilidad constante de otra rebelión, él dejó que la rebelión siguiera su curso total y en últimas, se agotara, como un cometa que se desvanece, muerto para siempre, para que nunca se volviera levantar para que toda la eternidad fuera preservada de otra expresión pecaminosa. Dios lo permitió, Él permitió que se llevara la hueste de ángeles que lo quiso, Él permitió que congregara a los corazones de los hombres, mientras que en la historia humana proveyó para todo hombre que viniera una manera de escapar. Pero Él era permitido que la maldad siguiera su curso porque Dios ve el panorama más grande de toda la eternidad cuando de una vez por todas nunca volverá a aparecer.
Y escuche: durante esta época, mientras que la maldad está siguiendo su curso, amados, nunca es la voluntad de Dios. Este no es Su deseo. Encaja dentro de Su tolerancia y sólo para que sea destruida. Entonces, usted no puede decir ‘hágase Tu voluntad’ en amargura y resentimiento y entender lo que quiere decir. Usted no puede decir ‘hágase Tu voluntad’ en resignación pasiva. Bueno, todo es la voluntad de Dios. No es así.
En tercer lugar, ya hicimos referencia a esto, hay algunas personas que dicen ‘hágase Tu voluntad’ con reservas biológicas y ya en cierta manera hablamos de este punto. Para ellos es teología; simplemente Dios va a hacer lo que quiere hacer, Él está a cargo de todo y entonces, no se preocupe de esto. No hay ruego, no hay intensidad, no hay pasión. Realmente, puedo decir que no he encontrado a nadie que vea esto y tenga una vida de oración. La reserva teológica, esto es quien tiene reservas teológicas, dice que realmente no necesita orar porque después de todo, todo está cubierto. Todo es la voluntad de Dios. Todo es la voluntad de Dios. ¿Y sabe una cosa? Bueno, Dios está ahí arriba y Él es grande y Él estará a cargo de todo.
Es como June Bingham que escribió un libro llamado Valentía para Cambiar que es un estudio de Reinhold Niebuhr, quien fue un teólogo liberal. Pero él estaba relatando el hecho de que un día, Niebuhr le dijo a su pequeña niña, creo, ‘vamos a caminar, querida.’ Y ella le dijo que no quería caminar. Y él le respondió: ‘oh, las aves cantan, las flores se mueven en la brisa y los árboles están ahí y la luz del sol. Oh, va a ser tan hermoso. Caminemos.’ Y finalmente, ella caminó con él; y cuando caminaron y regresaron él le dijo a su pequeña niña: “ahora, realmente disfrutaste de esto, realmente te gustó, ¿no es cierto? Y ella le contestó: “no, realmente no decidí. Simplemente, lo hice porque tú eres más grande que yo.” Y creo que algunas cosas los niños las hacen porque somos más grande que ellos, ¿no es cierto?
Y creo que esa es la perspectiva de alguien con respecto a Dios. Dios es simplemente un individuo que es mucho más grande que ellos, que realmente hacemos lo que Él quiere. Pero me pregunto en mi corazón si esa actitud puede encontrarse en el corazón de David cuando él dijo: “oh, cuánto amo yo Tu ley.” Este tipo de reserva teológica, en donde simplemente todo es cuestión de definición teológica de Dios. Y todo encaja debajo de esto, es tan impersonal para mí. Esto es simplemente fatalista, simplemente fatalista. Pero no es de lo que estamos hablando aquí cuando decimos hágase Tu voluntad, en absoluto. No estamos simplemente de manera fatalista cediendo a la voluntad suprema de Dios para la cual no tenemos alternativa en absoluto.
Escuche: hay una opción. Permítame mostrarle una ilustración; voy a terminar con esto en Lucas 18. Y quiero simplemente cerrar con esto. Ahora, manténganse conmigo; no quiero que su mente nos dejé aquí, porque aquí está el clímax de lo que estamos diciendo. “Él habló una parábola diciéndoles” -¿Cuál fue el propósito de la parábola? ¿Qué es lo que él estaba tratando de enseñar? Él estaba tratando de enseñarles que “los hombres deben siempre orar y no desmayar.” En otras palabras, usted no debe dejar de orar, usted no debe rendirse, usted no debe cansarse, usted no debe archivarlo en algún lugar. Usted siempre debe orar y nunca dejar de orar. Usted debe orar y nunca cansarse, nunca desmayar. Ése es el punto aquí.
Y Él cuenta una historia: “había en cierta ciudad un juez, quien no tenía ni a Dios, ni respetaba a los hombres. Y había una viuda en la ciudad y ella vino a él diciendo: “hazme justicia de mi adversario.” Ella dijo que alguien le hizo algo mal. Ella dijo que había una justicia, juez y que la corrigiera.
Bueno, él pensó por un tiempo que no lo haría, pero después dijo “aunque no temo ni a Dios ni considero al hombre” -en otras palabras, no tengo ninguna presión externa que viene de ningún lugar, “debido a que esta viuda me agota la paciencia porque viene de continuo, voy a hacerle justicia; no sea que por su venir de manera continua, me canse. En otras palabras, estoy tan cansado de oír a esta mujer que voy a hacer lo que ella pidió, porque me tengo que deshacer de ella.
Usted conoce eso, usted lo ha hecho con sus hijos. Le piden la primera vez, usted dice ‘no’. Ya para la vez quindécima vez, usted le dice ‘si, por favor’. Bueno, esto es lo mismo. Entonces, ¿qué es lo que esto nos está tratando de enseñar? El Señor dice: “oíd lo que dice el juez injusto. ¿Y acaso Dios no responderá a Sus propios elegidos quienes claman a Él día y noche, aunque Él se tarde? Os digo, Él les va a responder rápidamente.” En otras palabras, escuche: si un juez injusto va a dar justicia a una mujer que viene continuamente, ¿qué hará un Dios justo, amoroso, que se preocupa, qué le dará nuestro padre a Sus hijos? Como usted verá, es fabuloso si son persistentes. El paralelo que Jesús mostró, obviamente no fue entre Dios y el juez, ahí no hay paralelo en absoluto, sino entre la viuda y el que pide.
Ahora, permítame decirle dos cosas; y esto es algo fabuloso, dos cosas que la mujer trajo. Uno, ella se rehusó a aceptar una situación injusta. Ella simplemente no lo aceptó. Y número dos, ella persistió con su caso. No voy a aceptar esta situación injusta, no voy a tolerar eso. Y ella simplemente siguió trayéndolo y trayéndolo.
Ahora, escuche. Esta es una buena palabra para nosotros. Tenemos un derecho, amados, ahora escúcheme: es rehusarnos a aceptar ciertas situaciones en el mundo. Tenemos ese derecho. Tenemos un derecho de rehusarnos a aceptar la manera en la que las cosas son y a orar insistentemente porque Dios las haga como deben ser hechas.
Ahora, ¿qué quiero decir aquí? Bueno, lo que estoy tratando de decir es esto: hágase Tu voluntad no es aceptación gris. Yo creo que orar ‘hágase Tu voluntad,’ ahora escuche, en muchos casos, no es nada más que rebelión. Usted me pregunta si entonces nuestras oraciones deben ser rebelión. Sí, yo creo que son una forma de rebelión.
Usted pregunta en contra de qué nos estamos revelando. Escuche esto: yo creo que la oración de esta manera es rebelión en contra del mundo en su caída. Es rebelión en contra de aceptar como algo normal lo que es anormal de manera continua. Es revelarnos en contra del usurpador. Es rebelarse en contra de todo objetivo, toda trama, toda interpretación y toda obra y toda palabra y todo movimiento que va en contra de la voluntad de Dios. Es estar bajo el altar en Apocalipsis 6 y clamando “¿hasta cuándo, oh Señor, tolerarás esto?” Es con David conforme él ora “Oh Dios, no dejes que Tus enemigos prosperen, no dejes que los hombres injustos tengan bienestar.”
Escuche, yo creo que cuando oramos hágase Tu voluntad es rebelión en contra de la maldad del mundo; es rebelión en contra de la inevitabilidad del pecado, es rebelión en contra de la consecuencia del pecado. Yo creo que literalmente tenemos que atacar, asaltar las puertas del cielo, por así decirlo, con nuestra rebelión. No seremos pasivos y dejaremos que nuestra teología y nuestra resignación pasiva o nuestro resentimiento y amargura simplemente digan “oh, muy bien, todo es la voluntad de Dios”, porque no lo es. Yo puedo decir como pastor ‘bueno, usted sabe, ciertas familias se despedazaron’. Bueno, es la voluntad de Dios.’ No es la voluntad de Dios y me revelo orando contra de eso y persisto orando en contra de esto. O cierta iglesia se colapsa y ‘bueno, es la voluntad de Dios’. No es la voluntad de Dios. Cierta persona entra en pecado, esa no es la voluntad de Dios. Debemos orar ‘hágase Tu voluntad en el cielo así también en la tierra’ porque no se está haciendo en la tierra, ¿se da cuenta? Eso no es algo pasivo. Esa es la razón por la que Dios dijo ‘orad en todo momento y no desmayad’. ¿Qué quiere decir desmayad? No ceda a lo que está enfrentando.
¿Y sabe una cosa? Después de que ha hecho todo eso, quizás no saldrá como usted quiere. ¿Sabe una cosa?, los cristianos han estado orando porque Jesús venga durante mucho tiempo, ¿verdad? “Ven, Señor Jesús. Ven, Señor Jesús. Tú no mereces este tipo de trato. Oh, Señor, ven y establece Tu reino; ven y sé glorificado, ven y sé glorificado.” Y hemos estado orando durante 2000 años y continuamos orando ¿Por qué? ¿por qué? Porque nos revelamos en contra de la caída de este mundo, nos revelamos en contra de las cosas que dañan y lastiman al Señor Jesucristo; nos revelamos en contra de aquello que va en contra de Su palabra preciada y debemos tener ese Espíritu. Debemos tener eso. Jesús, lo veo de una manera tan magnifica en el huerto. Y Él estado orando, y amados, ustedes lo tienen que ver. Su oración es una oración de rebelión. Dicen que Él dijo que en Mateo 26:3: “Padre Mío, si es posible pase de Mí esta copa; más no se haga Mi voluntad sino la Tuya.” Y Él no se detuvo ahí, versículo 42: “Y Él fue por segunda vez y dijo “Padre, si es posible, que esta copa pase de Mí, más no se haga Mi voluntad sino la Tuya.””
Y después, dice más adelante que vino a Sus discípulos y los halló durmiendo. Ahora escuche: tres veces el Señor oró de esa manera; y después de cada vez, Él regresó y los encontró durmiendo. ¿Sabe una cosa? Eso es triste. Jesús nunca aceptó el status quo. Él no dijo: “Oh bueno, la cruz, la cruz, es Tu voluntad, es Tu voluntad.” Él dijo: “Oh Dios, ¿acaso tiene que ser así? Me revelo en contra de esta pecaminosidad, me revelo en contra del poder del pecado para quitar Mi vida, me revelo en contra de la necesidad de cargar con el pecado, me revelo en contra de estas cosas que violan la santidad de Tu universo santo.” Y Él estaba en el medio de su rebelión en contra del estado caído del mundo y los discípulos estaban dormidos. ¿Por qué? Durmieron porque eran simplemente indiferentes.
¿Qué hay acerca de su vida de oración? ¿Está usted orando ‘Hágase Tu voluntad en la tierra’ porque no está siempre siendo hecha? ¿Está usted persistiendo, no por alguna cosa personal o privada que usted pueda ganar, sino porque usted clama porque Dios sea glorificado? “Hágase Tu voluntad.” No son esas cosas. La próxima semana estudiaremos el lado positivo; oremos.
Padre, gracias por tocar de nuevo nuestros corazones con Tu Verdad; Pablo cantó hace un momento que él tocó el corazón de Dios en oración y ciertamente lo opuesto es el caso; Tú nos tocas a través de Tu Palabra. Gracias por las queridas personas que Tú nos envías cada semana para estudiar, para adorar, para alabar Tu nombre. Padre, este no ha sido un salón de clases, esto no es académico, este es un llamado a la adoración, un llamado a la alabanza y a la adoración, un llamado a glorificar Tu nombre. Que lo oigamos fielmente. Amén.
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