Tome su Biblia y vaya a Mateo capítulo 6. Mateo capítulo 6. Continuamos examinando los versículos 25 al 34, un capitulo maravilloso, conocido, rico, y un pasaje en la Palabra de Dios. Este texto en particular, capítulo 6, versículos 25 al 34 es una parte de un texto más grande, capítulo 5, 6 y 7, los cuales constituyen el Sermón del Monte, predicado por nuestro Señor Jesús mismo.
Y entonces, esta es instrucción que viene directamente de los labios de Cristo, y de hecho es práctica y nos toca exactamente en dónde vivimos. Si estuvo con nosotros la última vez, sabe que comenzamos una mirada al pasaje y continuaremos esta mañana, esperando hacer un poco de repaso para que aquellos que no estuvieron aquí puedan encontrar su lugar de manera más bien rápida. El corazón del asunto, del cual Jesús habla, es el asunto del materialismo. Preocuparnos por nuestras finanzas, preocuparnos por nuestra vida, preocuparnos por nuestra existencia terrenal, preocuparnos por si vamos a tener lo suficiente de las necesidades de la vida para sobrevivir.
El mandato que el Señor da tres veces en el pasaje, es que no debemos de preocuparnos, que dicha ansiedad o dicha preocupación, o dicho temor o dicha preocupación no tiene lugar en absoluto en la vida de un cristiano. Y claro que es de manera clara una antítesis a todo lo que conocemos en nuestro mundo. El mundo en el que vivimos está totalmente preocupado por posesiones materiales, vivimos en un mundo totalmente materialista. La vida de la gente comienza y termina con las cosas que poseen, y eso es un extremo exactamente opuesto a lo que enseñan las Escrituras cuando dice: “La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.”
Sin embargo, si usted realmente fuera a ir al corazón del asunto, y a los problemas reales en la vida humana, inclusive aquí en este país, descubrirá que la mayoría de la gente vive para nada más y nada menos que todas las posesiones que pueden llegar a alcanzar para alimentar su propio estilo de vida determinado. En la última publicación de la revista Fortune, hay un artículo titulado “En una vía rápida a la buena vida.” La revista Fortune envió a sus editores para realizar una encuesta. Hicieron una encuesta por todo Estados Unidos, a los hombre y mujeres de 25 años de edad, que van camino a ascender en la escalera corporativa en el mundo de los negocios. Realizaron una encuesta parecida 25 años atrás, y querían saber lo que la persona de negocios, el líder de 25 años de edad, que va ascendiendo por la escalera corporativa busca en la vida. Lo que realmente quieren de la vida. Lo que realmente buscan, cuáles son sus metas y objetivos.
Y entonces el escritor, Gwen Kinkead escribió el artículo en respuesta a esta encuesta. Supongo que no debería sorprendernos, pero lo hace y me da gusto que todavía me queda algo de sorpresa, pero quiero compartir algunos de los extractos del artículo para que usted pueda tener una idea de lo que piensa la generación de jóvenes en Estados Unidos. El artículo dice que los emprendedores de negocios de 25 años de la actualidad, saben lo que quieren y no tienen temor por demandarlo. “Planean,” dice el escritor, “en tener lo que quieren. ¿Y qué quieren? ¿Cuál es su meta? ¿Qué es aquello que buscan alcanzar? Dicho de manera simple colocan sus trabajos por encima de todos los demás compromisos, incluyendo el matrimonio y los hijos, los cuales, dicen algunos nunca quieren.”
Bueno, ¿por qué? ¿por qué tenemos una generación de personas que no está comprometida con las relaciones? que no está comprometida en absoluto con el matrimonio, los hijos, sino que solo están comprometidos con un trabajo. Y la respuesta dada en la encuesta es que no son relaciones lo que quieren, es dinero lo que quieren. Y ven los trabajos como la manera de alcanzarlo. Desean una mayor seguridad económica, se ven atraídos, dice el escritor a grandes negocios por el dinero, y junto con el dinero viene el prestigio, y la autoridad, y la reputación. El escritor dice que son guiados, (y cito) “francamente por demandas materialistas, defienden el éxito y lo quieren ahora.” (fin de la cita).
Ella procede a decir “que tienen confianza en sí mismos, no creen que tienen suerte, creen que son buenos, la mayoría de ellos piensan que son material de estrella y no pueden esperar para mostrárselo a la persona que esté frente a ellos. El escritor dice, su ambición es consumidora, son arrogantes, temen el ser una persona anónima, temen perderse en la multitud, y temen perderse en el entorno organizacional sin identidad. Quieren ser alguien, quieren ser alguien ahora, quieren ser alguien a expensas de cualquier otra persona, quieren el dinero y todo lo que va con él.”
Y el escritor procede a decir, “son muy aptos en el arte de la publicidad personal.” De hecho, ella escribe, “practican la mercadotecnia personal de manera incansable, sofisticada, esperando que no tengan que darle una puñalada en la espalda a alguien conforme van ascendiendo.” También añade que “no tiene compromiso con las compañías con las que trabajan, fuera de que quieren producir la mayor cantidad de dinero posible. Y entonces, cambian de trabajo tan pronto como hallan más dinero disponible para ellos.”
Y tomando las citas de los hombres de 25 años que fueron entrevistados, tanto hombres como mujeres, estas son algunas de las cosas que dijeron: “Quiero lo que quiero, cuando lo quiero.” Se oye como un niño de año y medio de edad, ¿no es cierto? Otro dijo: “No quiero refrenos financieros, ni obligatorios.” Edward Beam, quien está a cargo de planeación en una compañía en Chicago, dijo: “Me encantan los niños, pero no quiero ninguno. Soy demasiado egoísta.”
Otra señorita, Laurie Graves en Northrop aquí en California, dice: “Tendremos hijos cuando tengamos la suficiente seguridad financiera como para poder proveer una buena calidad de cuidado de niños en la guardería, para que pueda continuar trabajando.” El escritor dice: “Están preocupados con,” y cito, “estar en acción y estar preocupados por ellos mismos. No se sienten obligados por ayudar a otros. Pocos dedican tiempo al servicio público, o al trabajo de voluntarios o a los problemas sociales, y la religión parece demasiado limitante para ellos, o irrelevante.” (Fin de la cita).
No están interesados en ninguna persona, ni en nada, sino en sí mismos. Terry Michelle, quien es una mujer, siendo preparada en el área de la administración en la Compañía de Seguros de Vida Connecticut dice: “Sabía que los negocios, me recompensarían en proporción directa a lo que yo alcanzara. Me gusta gastar dinero. No me gusta dejar lujo alguno.” (Fin de la cita).
Entonces el escritor del artículo dice: “De todas las personas, son un grupo que le gusta aferrarse bastante a las cosas.” Dwight Billingsly, un consultor en un despacho de Washington DC, dice algo parecido. Él dice, y cito: “Planeo abrir mi propio negocio, ser independiente, no reportarle a nadie. Aunque tengo más dinero ahora de lo que jamás pensé que era posible, me gustaría tener todo el dinero del mundo.” Insisten en la gratificación, el escritor dice, ella dice que son materialistas sin vergüenza, que tienen hambre por la tecnología de punta en electrónica, junto con entretenimiento frecuente, y viajes. Y en su odio justo a los símbolos convencionales de estatus, parece no estar conscientes de que van camino a crear los suyos.
Una mujer dijo de ellos, una mujer de 25 años, dijo: “Queremos asegurarnos de que mi carrera esté bien establecida, que tengamos todas las cosas materiales que queramos, que nuestros recibos estén todos pagados, para que no peleemos por el poco dinero que tengamos, para crear una familia. Con nuestro estilo de vida no podemos pagar una buena guardería ahora, y todas las cosas que nos gustan.” (Fin de la cita). Los niños son una interrupción para nuestra época materialista, y cuando la gente de manera caprichosa tiene esos niños, quieren asegurarse de que puedan pagarle a alguien más para que cuide de ellos.
Lo dije en el pasado y lo vuelvo a decir. La maldición más grande en la sociedad estadounidense es una mujer que trabaja, y continúa siéndolo porque destruye de manera total a la familia. Son materialistas, son materialistas sin vergüenza. Son guiados por la ambición, avaricia, motivación por el éxito, prestigio y la promoción. Si queremos ver un cambio en el mundo, y si vamos a tocar a nuestra sociedad entonces vamos a tener que ser distintivamente cristianos. Y me atrevo a decir que en cierta manera somos tan materialistas como aquellos que son parte del sistema que nos rodea. Todos sufrimos de la infiltración y de las tentaciones, y el poder de la época materialista en la que vivimos. Todos hemos caído presa a esto.
¿Cuál es la perspectiva cristiana de las cosas materiales? ¿Cuál es la perspectiva cristiana del dinero y las posesiones? ¿Cuál es nuestra postura y que es lo que la Biblia enseña? ¿Cuál es mi perspectiva, tanto en los lujos y las necesidades de la vida? Bueno, las respuestas a las preguntas, no se da en ningún otro lugar de una manera tan apta como aquí, por nuestro propio Señor Jesucristo, porque lo que usted tiene en el capítulo 6, versículos 19 al 34 es la afirmación más grande que Jesús jamás hizo, de la manera de ver las cosas materiales. Esta es la manera que debemos tener. Ahora, ya hemos estudiado los versículos 19 al 24, y eso es lo que el Señor dice acerca de nuestra manera de ver el lujo. Ahora estamos viendo los versículos 25 al 34 en los que Él habla de nuestra manera de ver la necesidad.
Entonces, de tal manera que el Señor toca tanto lo que va más allá de lo que necesitamos, de aquello que necesitamos. Y Él nos da una afirmación del lugar en el que debe estar nuestro compromiso. Ahora, recuerde que cuando vimos los versículos 19 al 24, vimos los lujos. ¿Cuál debe ser nuestra perspectiva de lujo, aquello que va más allá de lo que necesitamos para las necesidades básicas? Bueno, la afirmación simple que nuestro Señor hace está en el versículo 20, “Haceos tesoros en el cielo.” Debemos invertir en el cielo. ¿Qué significa eso? Debemos comprometernos con colocar aquello que poseemos, en una inversión eterna. No debemos amontonarlo en cosas terrenales, versículo 19, porque el orín y la polilla y los ladrones lo destruirán.
Entonces, cuando hablamos de lujos o nuestra abundancia, debemos invertir eso en el cielo. Y entramos a eso a gran detalle. Y debemos hacer eso por tres razones: razón número uno está en el versículo 21, porque ahí es dónde nuestro corazón debe estar. Si usted coloca todo su tesoro en la tierra, ahí es donde su corazón va a estar. Usted va a estar preocupándose por su cuenta de banco en lugar del reino de Dios. Pero si usted invierte todo lo que tiene en las cosas de Dios y los fines de Dios, y la voluntad de Dios y los propósitos de Dios, y los proyectos de Dios, entonces ahí es en dónde su corazón va a estar, conforme usted ve como su inversión trae dividendos enteros.
Y entonces, la razón número uno por la que invertimos nuestro lujo en una inversión eterna, es para que nuestro corazón pueda estar ahí. Razón número dos, está en los versículos 22 y 23, abren nuestra vista espiritual. Y lo que el Señor dice ahí es que si usted invierte en la tierra usted tapa sus ojos espirituales y usted se vuelve ciego a la realidad espiritual. Si usted invierte en cosas eternas, usted quita lo que tapa sus ojos y la luz de Dios inunda su corazón.
La tercera razón por la que debemos invertir lo que tenemos en términos de lujo, en algo que tiene consecuencias, es que determina que servimos a Dios y no al dinero. Hace que nuestro servicio a Dios no esté dividido. Al tratar con el lujo entonces, debemos invertirlo en la eternidad. No lo acumulamos y lo apilamos aquí. Y la razón por la que hacemos eso es porque nuestro corazón está ahí en dónde debe estar, nuestra vista espiritual está clara, y nuestro servicio no está dividido.
Ahora, siempre me regocija cuando veo a alguien que está tan libre en su espíritu, como para poder hacer esto. Esa es la persona que nos da una casa, o nos da una gran cantidad de dinero o lo que sea. Y usted ha hecho lo mismo, estoy seguro, al invertir con Dios de manera magnánima y generosa, porque usted sabe que lo eterno tiene más consecuencias que lo temporal.
Ahora, a partir de ahí el pasa a las necesidades de la vida. ¿Qué hay acerca de lo básico? Y eso está en los versículos 25 al 34. Y me imagino que si hay algo por lo que debemos preocuparnos es lo básico. De hecho, la razón por lo que algunas personas apilan sus lujos, es para que puedan protegerse contra no tener lo básico en el futuro. Y nos preocupamos por lo básico. ¿Debemos preocuparnos? Bueno, el corazón de este pasaje está reiterado en tres afirmaciones. En el versículo 25, dice: “Por tanto, os digo: No os afanéis.” En el versículo 31, dice: “Por tanto, no os afanéis.” Versículo 34, “Por tanto, no os afanéis.”
El enfoque entonces del pasaje está diseñado en torno a esas tres afirmaciones, “no os afanéis.” El primero en el griego dice: “Dejen de estar ansiosos.” Las siguientes dos, “No comiencen a estar ansiosos.” Entonces, lo confrontan a usted en donde quiera que esté. Si no ha comenzado, no comience. Si ya comenzó, deténgase. Y la palabra, “afanéis,” “merimnas,” significa, “preocuparse, temer, tener ansiedad.” De hecho, en el manuscrito griego se encontró del primer siglo, en dónde había una lista de los nombres de ciertos cristianos en la primera iglesia. Encontraron un nombre de un cristiano, su nombre era Titedeo, Amerimnos. Merimnos significa “preocuparse.” Coloca una ‘a’ enfrente de esa palabra y significa, “No preocuparse.”
Y entonces, su nombre era Titedeo, el hombre que nunca se preocupa. Y eso debería añadirse al nombre de cualquier cristiano. No se preocupen, dice Él. Bueno, ¿no se preocupe, por qué? Bueno, no se preocupe por versículos 25, “que comeréis, o que beberéis, o por vuestro cuerpo, que vestiréis.” Lo básico. Su alimento, su bebida, su ropa. No se preocupe. Tres veces. Deje de estar preocupado, y no comience a preocuparse, si no ha comenzado aún. Dice usted, “Bueno, eso es fácil decirlo para ti.” ¿En base que dice eso? Tres razones. Tres razones porque no preocuparse. No es necesario debido a su Padre, no es característico debido a su fe, no es sabio debido a su futuro. Entonces, es Padre, fe, y futuro, son la clave.
Ahora, quiero que vea esto, es una presentación maestra. La semana pasada vimos el puno número uno, y únicamente quiero reiterarlo porque es la sustancia de los otros dos. En primer lugar, no debemos preocuparnos por lo básico en la vida, porque no es necesario debido a que Dios es nuestro Padre. Hace dos semanas atrás, hicimos un pequeño estudio al establecer una teología sustancial acerca de que Dios es el Dueño y el Controlador, y el Proveedor de todos los recursos del tiempo y la eternidad. Y si su concepto de Dios es el correcto, y usted ve que Él es el dueño, controlador, proveedor, entonces sabiendo más allá de eso que Él no es solo dueño, y controla y provee, sino que Él es su propio Padre, y un Padre amoroso, usted no tiene nada porque preocuparse. Porque si Él tiene todas las cosas bajo su control, y todas las cosas que Él controla, Él controla a favor de Sus hijos, y usted es Su hijo, eso debería ser la muerte de la preocupación. Esencialmente eso es lo que cubrimos en el pasado. La ansiedad es absolutamente insensata, debido a nuestro Padre.
Ahora, observe a Mateo, capítulo 7 por un minuto, y permítame tan solo darle una probada de lo que estaremos viendo en unas cuantas semanas en los versículos 7 al 11. Mateo 7: 7-11: “Pedid y se os dará; buscad y hallareis; llamad y se os abrirá. Porque todo aquel que pide recibe, y el que busca, halla; y el que llama, se le abrirá.” Ahora, esos dos versículos han sido aplicados a muchas cosas, y de manera apropiada pueden ser aplicadas a muchas cosas, pero el punto central del que está hablando nuestro Señor aquí, es el asunto de sustento físico, porque ilustra ese principio en los versículos 9 y 10. “Porque quien, de vosotros, si su hijo le pidiere pan le dará una piedra. O si le pidiere un pescado le dará una serpiente.”
En otras palabras, usted simplemente sabe, en términos humanos, que un hombre no va a darle a su hijo una roca cuando le pide un pedazo de pan. Y el hombre, no va a darles a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado. En otras palabras, los padres humanos le dan a sus hijos lo que buscan, si lo que buscan es lo que necesitan. Pues, versículo 11, “Si, pues, vosotros siendo malos,” básicamente los hombres son malos, somos pecaminosos, pero nosotros que somos malos, sabemos cómo dar buenas dadivas a nuestros hijos, “¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos?” Lo cual significa que Él no es malo, si no que Él es absolutamente justo, santo, perfecto, y recto y bueno; ¿dará buenas cosas a los que le pidan?
Y las cosas buenas, de nuevo, hablan primero de las necesidades de la vida. Digo, usted lo ve aquí como la naturaleza de Dios. Si un padre malo, o madre, pecaminoso, y todos somos pecaminosos, si sabemos cómo dar buenas cosas para nuestros hijos, ¿acaso Dios quien es absolutamente Santo, no sabe cómo dar buenas cosas a Sus hijos? Entonces, ¿por qué estamos preocupados? Sea alimento, versículo 26, de Mateo 6, las aves de los cielos, vuestro Padre celestial las alimenta, ¿no valéis vosotros mucho más que ellas? Digo, Él es su Padre celestial, si Él cuida de las aves, ¿no crees que Él cuidará de ti? Y esa es la ilustración del alimento. Él proveerá su alimento.
La siguiente es la ilustración del futuro. “¿Por qué quien, de vosotros, por mucho que se afane, podrá añadir a su vida un codo?” Sabe una cosa, hay personas que se preocupan, y se preocupan y se preocupan, por cuanto tiempo van a vivir. Se preocupan por la muerte, temen a la muerte. Algunas personas no quieren subirse a un avión. Algunas personas tienen miedo de las enfermedades, van de doctor a doctor, a doctor, a doctor; de spa de salud, a spa de salud, a spa de salud; de botella a botella, a botella, tomando vitaminas y píldoras. Y viven en temor constante por su vida. ¿De que sirve eso? Su Padre cuida de eso. Y toda la preocupación en el mundo, no va a añadir a tu vida, va a quitarle a tu vida, si es que va a hacer algo.
En tercer lugar, no solo una ilustración del alimento, y el futuro, sino de la moda. Él dice, “algunos de ustedes se preocupan por su ropa.” Si tienen suficiente ropa o si tienen la ropa apropiada para encajar en las modas del día. Y le estoy diciendo que cuando usted acaba de vestirse, usted no puede estar vestido de una manera tan hermosa como un lirio. Entonces, porque no deja que Dios lo vista a usted. Él viste a los lirios, Salomón, el hombre más rico que existía, no podía hacer una túnica tan fina como el pétalo de una flor. En otras palabras, Dios se encarga del alimento, y Él se encarga de cuanto vivimos, y Él se encarga de la ropa. Él está haciendo todo ese tipo de sustento.
Por cierto, la gente siempre está diciendo: “Bueno, sabes que Dios nos hizo desnudos, y así deberíamos estar.” Mire, Dios quiere proveer ropa. Quiero que sepan eso. Desde la caída la gente se vistió. Estos nudistas, usted sabe. Andan caminando como si Dios quisiera que la gente estuviera así. Él no quiso, esa es la razón por la que los vistió en el huerto.
Leí en el periódico Time, esta semana, de dos mujeres que creían que si tenían la de un grano de mostaza podían ser curadas de sus enfermedades. Entonces, se quitaron toda su ropa y se pintaron con mostaza amarilla french, y anduvieron corriendo por la ciudad, reclamando la promesa de Dios, cuando fueron arrestadas. Bueno, deberían haber sido arrestadas, digo, no es que Dios no les proveyó ropa, Él les proveyó mostaza. Ellas simplemente pidieron mostaza en lugar de ropa. Él les dio la mostaza para comer y la ropa para vestirse. Pero Dios provee lo básico de la vida. Esa es la promesa. Y la base de la promesa, es que Dios es nuestro Padre. Esa es la sustancia del punto número uno. Y entramos en eso a gran detalle, la última vez. Dios es un Padre amoroso que provee para Sus hijos.
En el Salmo 34:10 dice, “Los leoncillos necesitan, y tienen hambre.” Usted ve el reino animal, y usted va a descubrir que hay ocasiones cuando los leoncillos tienen hambre. La madre no está disponible. La madre no provee el alimento, no está ahí. Sin embargo, él dice: “Pero los que buscan a Jehová, no tendrán falta de ningún bien.” Digo, los animales pueden tener necesidad, el pueblo de Dios, no tendrá. Dios apoya a los suyos. Esa es una verdad bíblica repetida. Y usted puede encontrarla también como yo, por todas las páginas de las Sagradas Escrituras. Dios sustenta a Su pueblo. “Mi Dios suplirá todo lo que, ¿qué? os falta, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.”
No hay nada de qué preocuparse, porque Él se va a preocupar por su vida, y por cuanto tiempo va a vivir, aunque quizás es una madre o padre y se preocupa por eso por sus hijos. ¿Por qué se preocupa por eso, cuando toda su preocupación no puede añadir un día a la vida de ellos? ¿Por qué va estar usted en gran aflicción pensando si va a tener alimento suficiente, cuando Dios, quien le dio a usted la vida, le va a dar el regalo menor que sustente esa vida? ¿Por qué se va a preocupar por tener algo que usar como vestido, cuando el Señor ha diseñado ropa para seres humanos y usted es su hijo y Él le va a dar ropa? Pedro se preocupaba, oh, se preocupaba por cosas todo el tiempo. Se preocupaba por ahogarse cuando estaba caminando sobre el agua, aunque el Señor estaba ahí. Él se preocupó por cosas que le iban a pasar a Jesús en el huerto, saco una espada y trató de pelear contra los romanos. Él se preocupó porque Jesús fuera crucificado, y le dije que no hiciera eso. Él era una persona que realmente se preocupaba. Él se afanó muchas veces, pero finalmente entendió el mensaje y escribió en 1 Pedro 5:7, una gran verdad, él dijo: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, ¿por qué? porque Él tiene cuidado de vosotros.” Le tomó algo de tiempo aprenderlo, pero lo aprendió.
Y entonces, nuestro Señor dice, en primer lugar, no se preocupen, no es necesario debido a su Padre. Y si se preocupan, el cierra el versículo 30, con esta afirmación, “Hombres de poca fe.” Si usted se preocupa, que tipo de fe manifiesta usted. Poca fe. Fe insignificante, infinita, insignificante, fe pequeña, no adecuada. El resumen de una actitud que se preocupa por el alimento y la ropa, y por cuanto dura la vida, es que usted tiene poca fe en Dios. Ahora, esa frase, “hombres de poca fe,” es usada otras cuatro veces en los evangelios, y es fascinante la manera en la que es usada. Es usada por ejemplo en Lucas 12:28, cuando la gente se preocupa por la ropa. Es usada en Mateo 8:26, cuando los discípulos se preocuparon por ahogarse. Se preocuparon por la duración de su vida. Tenían miedo de la muerte, tenían miedo de ahogarse, el Señor les iba a fallar. Le dijeron: “¿Cómo puedes estar dormido, cuando la tormenta nos va a ahogar?”
En Mateo 14, de nuevo, fue Pedro el que se estaba preocupando por ahogarse, por temor de perder su vida. Y después es usada en Mateo 16:8, cuando se preocuparon por su comida. Cada vez que esa frase es usada, “hombres de poca fe,” es usada acerca de alguien que se preocupaba por el alimento, la ropa, o la duración de su vida. Las mismas tres cosas de las que Jesús habla en este primer punto. Es tan apropiado que esta frase, debiera resumir ese punto. Y cada vez que pasaba eran los discípulos, cinco veces que eso fue usado le estaba hablando a los discípulos. Ustedes que deberían saber lo que es mejor, no esperaría que, de la gente del mundo, sino de ustedes que han tenido fe salvadora, “Oh hombres de poca fe.” Ustedes creen que Dios puede redimirlos, que Dios puede salvarlos del pecado, romper las cadenas de Satanás, tomarlo del infierno al cielo, colocarlo en Su reino, el darle vida eterna, pero no piensa usted que Él puede hacer que tenga usted algo que usar para vestirse y comer en los siguientes dos días. Bastante ridículo.
Cómo puede ver, podemos creer en Dios para el regalo más grande, y después tropezar por todos lados, y no podemos creer en Él para el menor. Creemos que Dios nos va a colocar en el cielo, cuando muramos. Pero no creemos que Dios nos va a proveer una comida, o encargarse de cuánto dura nuestra vida. ¡Cuán necio! ¡Cuán necio! Cómo puede ver, en cada uno de estos casos en los que la frase es usada, Él está hablando a Sus discípulos, lo cual me indica que éste es un pasaje dirigido a los creyentes. Él nunca le diría a los incrédulos, “hombres de poca fe,” Él diría, ¿qué? “hombres de nada de fe.” Tenemos la fe, nada más que no la usamos. No la aplicamos.
Y escuche, alguien podría decir: “Bueno, la preocupación simplemente, tú sabes, es un pecado pequeño, trivial.” No. No lo es. No, no es un pecado trivial, creo que probablemente el 100% de toda la enfermedad mental está relacionada de manera directa con la preocupación. Y en la mayoría de la enfermedad física, la preocupación es devastadora, pero más que eso, no es lo que la preocupación le hace a usted, es lo que la preocupación le hace a Dios. Porque cuando usted se preocupa, usted de hecho está diciendo: “Dios, sé que continuamente estás diciendo eso, pero simplemente no creo que puedo confiar en Ti.” Y la preocupación entonces le da un golpe a la Palabra, y a la Persona de Dios, ¿se da cuenta? Para mí la preocupación es un pecado monumental.
Cómo puede ver, la preocupación no cree en la Escritura. Y usted puede andar por todos lados en su vida, y decir, creo en la inerrancia de la Biblia, creo en la autoridad absoluta de la Escritura, creo en la inspiración plenaria verbal de toda palabra, y después simplemente vivir toda su vida preocupándose. Y usted está diciendo una cosa de un lado de su boca, y algo más del otro lado. Porque, porque andaría por todos lados diciendo cuanto cree en la Biblia, y después preocuparse si Dios va a cumplir lo que dice en ella. Como puede ver, la preocupación significa que usted es dominado por las circunstancias que lo rodean, y no la verdad de Dios. La preocupación malentiende su posición como hijo de Dios. La preocupación es un pecado devastador. La preocupación es una ansiedad matadora, debilitadora, posesiva que muestra que nos satisfacemos a nosotros mismos antes de cualquier otra persona que dice, Dios no puede cuidar de mí, y tengo que hacer esto por mí mismo. Esto es un pecado. Eso hace de Dios un mentiroso, ignora Su amor, ignora Su poder, no entiendo como la gente puede hacer de las vicisitudes y las pruebas y las circunstancias de la vida algo más serio que su salvación. Pueden creer que Dios los puede salvar del infierno eterno, nada más que no pueden creer si los puede ayudar en este mundo. No tiene sentido.
Digo, usted debería regresar y leer Efesios capítulo 1 de nuevo, y reiterar lo que Dios le ha dado a usted. Ahora dice, estoy orando porque los ojos de vuestro entendimiento sean iluminados. Que sus ojos sean abiertos y usted sepa cuál es la esperanza de su llamado y las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y usted sepa cuál es la grandeza excesiva de su poder hacia aquellos de nosotros que creemos. Más vale que regresen a la Escritura y que sus ojos vuelvan a ser abiertos. Básicamente, entonces, si usted se preocupa es porque usted no está confiando en su Padre celestial. Y si usted no confía en su Padre celestial, debe ser porque, número uno, usted no lo conoce lo suficientemente bien, porque si usted lo conociera usted confiaría en Él, ¿verdad? Más vale que se meta en la Palabra de Dios y descubra quien es Él en realidad, y como en el pasado Él ha provisto para las necesidades de Su pueblo. Y eso será confianza para el futuro.
Y yo añadiría esto, que inclusive aquellos de nosotros que conocemos a Dios, y estudiamos la Palabra, y estamos llenos de ese conocimiento de Dios podemos también preocuparnos de vez en cuando. Pero, ¿sabe usted cuando sucede? Cuando usted no ha estado de una manera fresca en la Palabra, diariamente, diariamente, diariamente, de tal manera que Dios está en su mente, y después Satanás entra en ese vacío en dónde usted no ha estado pensando acerca de Dios, y comienza a hacer que usted se preocupe por todo. Ese es un pecado. ¡Hombres de poca fe! Dios es digno de una fe más grande de la que usted le da.
Ahora, vayamos a la segunda. La segunda razón por la que la preocupación es un pecado, es porque no es característico, debido a nuestra fe. No es necesario debido a nuestro Padre, no es característico, debido a nuestra fe. Versículo 31, Él regresa al principio de nuevo. Aquí está la segunda afirmación de esto, “dejen de estar ansiosos.” En este caso, “no comiencen a estar ansiosos. ¿Qué comeremos?, o ¿qué beberemos?, ¿con que nos vestiremos? Las mismas tres cosas. Escuche, aquí hay otra afirmación del mismo principio como en el versículo 25. No se preocupe por las necesidades, ¿por qué? versículo 32, “porque los gentiles, o los paganos, buscan todas estas cosas.” Ahora, ¿qué está diciendo Él? Él está diciendo, no es característico de nuestra fe, actuar como gente impía. Esto es para los mundanos. Estas son para las celebridades de negocios de 25 años de edad, no para los cristianos.
La preocupación para nosotros no es necesaria debido a la generosidad de Dios, no es exacto, debido a la promesa de Dios, es inútil, debido a nuestra impotencia por hacer algo de cualquier manera. Y es incrédula, porque, de hecho, nos está colocando de regreso a la categoría de un incrédulo. Los paganos, gente sin Dios, y la palabra ‘gentil’, ‘pagano,’ todo es la misma palabra, significa gente sin Dios, sin Cristo. Estas personas se preocupan por eso, bueno, ¿por qué no? eso es lo único que tienen a favor de ellos, viven para este mundo. Viven para alcanzar y aferrarse, y poseer. Y entonces, tienen que hacerlo por sí mismo, no tienen a ningún Dios que les provea, no tienen a ningún Dios que les prometa algo. No tienen ningún recurso divino que les ayude. Y entonces, lo que sucede es que tiene que buscar alcanzar, y tienen que hacerlo todo por sí mismos, porque están solos, son ignorantes de la provisión de Dios, y no tienen derecho a ella de cualquier manera.
Entonces, en ansiedad de preocupación, colocan su mente en todas estas cosas, pero para un cristiano es algo insensato, y tampoco, por cierto, se justifica. No es un pecado trivial, es uno serio. Simplemente para mostrarle como los paganos no tienen fuente externa para esto, aun cuando la gente pagana inventa un Dios, e inclusive cuando hacen una deidad, inevitablemente sus deidades, no son deidades que buscan de una manera en la que confían en ellas. Cuando las naciones del mundo construyen sus propios dioses, de manera típica, son los dioses de Satanás, son los demonios que están detrás de esos dioses.
Y son dioses de promesas rotas, son dioses de falta de compasión, son de dioses de temor, son dioses de terror, son dioses que tienen que ser apaciguados, son dioses a los que todo mundo tiene miedo, no dioses en los que todo mundo puede confiar. No son dioses que proveen. La gente todavía tiene que hacer todo por sí misma, y simplemente tienen que seguir alimentando a este dios, devolviéndole sacrificios, o sea lo que sea que su religión demanda. Y debido a que tienen ideas vagas acerca de la vida futura, de cualquier manera, la vida se vuelve algo que está consumido en la obsesión de conseguir y adquirir comodidades y riqueza, y seguridad, y prestigio, y todo esto. Y sus dioses no les ayudan en nada. La frase, por cierto, “porque todas estas cosas,” “porque los gentiles buscan todas estas cosas,” la palabra “buscan,” ahí es la idea de una búsqueda enfática. Lo buscan con todas sus fuerzas, están totalmente consumidos en la gratificación material, come, bebe, regocíjate, mañana morimos, se acabó. Disfruta lo más que puedas, hazlo ahora hombre, esto es lo único que hay.
Ahora, ¿imagínese a un hijo de Dios, o un cristiano, abordando la vida de esta manera? Es ridículo, los mundanos, dice Lucas, buscan estas cosas. Es indigno para nosotros, nuestra fe, la fe cristiana, dice, Dios va a proveer todas mis necesidades, y puedo confiar en Dios. Y si me preocupo por mi alimento, o me preocupo por mi bienestar físico, o me preocupo por mi ropa, es tener una mente mundana. Pablo dice, “por nada,” ¿qué? “estéis afanosos, sino haced conocidas todas vuestras peticiones en toda oración y súplica.” Aquellos que no confían en la bondad de Dios, y en la promesa de Dios, no entienden el punto de ser un cristiano.
Tantas personas simplemente están vacías en su profesión. Sabe una cosa, dicen, “Oh, amamos a Cristo, servimos a Dios,” pero no creen en Dios para nada. Se preocupan por todo. Están en el mundo y les gusta el mundo, pero Jesús dijo: “Padre, yo sé que van a estar en el mundo, pero guárdalos del maligno en el mundo, mantenlos separados.” En Romanos 12:2 Pablo dijo: “No os conforméis a este siglo.” Como puede ver, lo que Jesús está diciendo es esto: “Los hijos del Rey no se conducen a sí mismos como los mendigos del diablo.”
Hágase usted la pregunta, es un asunto practico, ¿enfrento la vida como un cristiano, o como un pagano? ¿cómo lo hago? Cuando las cosas están difíciles, o el futuro es inseguro, ¿Cómo reacciono? Porque le va a indicar a usted mucho acerca de la realidad de que usted confía en Dios o no. Creo que usted podría resumir la pregunta de esta manera. ¿Acaso mi fe cristiana afecta como veo la vida? ¿Acaso siempre coloco todo en el contexto de mi fe, toda prueba, toda expectativa, toda realidad?
Y el después regresa a la razón número uno, al final del versículo 32, “porque vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.” ¿Sabe usted cual es la diferencia básicamente entre los dioses de los paganos y nuestro Dios? Los dioses de los paganos son torpes, ignorantes, no existen, no saben nada. No podrían añadir a los suyos, de cualquier manera, porque no existen, son ignorantes. Pero nuestro Dios, ¿qué? sabe. Y si usted cree que nuestro Dios ama y se preocupa, esa es la primera sección y ahora ve que nuestro Dios sabe. ¿Qué más está ahí? Si Dios sabe lo que necesito, y si Dios sabe lo que hay en mi vida, y si Dios sabe cuáles son mis necesidades, entonces lo único que necesito saber es que Él se preocupa, y si Él sabe y se preocupa, entonces estoy en casa libre.
Esa es la esencia de lo que Jesús está diciendo. “Porque vuestro Padre celestial,” en contraste a los paganos, Él sabe de qué cosas tenéis necesidad. Él no solo tiene conocimiento, Él tiene los recursos y después Él tiene el amor para proveer. Entonces, ¿Por qué debe preocuparse, usted? Por nada. No es necesario debido a su Padre. No es característico debido a su fe. Vayamos a la tercera razón, y vamos a saltarnos un versículo, e iremos al versículo 34, la tercera razón por no preocuparse es porque no es sabio debido a su futuro. No es sabio debido a su futuro. Este es un punto poderoso.
Y de nuevo, la misma frase presenta este tercer punto, versículo 34, “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.” Ahora, lo que el Señor está diciendo es, “miren, no se preocupen por el futuro. El futuro va a tener sus propios problemas. Simplemente espere hasta que llegue al futuro.” No es sabio debido a su futuro. No se preocupe por el mañana. Ahora, proveer para mañana es bueno, preocuparse por el mañana es pecado, porque Dios es el Dios del mañana, así como es el Dios del día de hoy, ¿verdad? Y, ¿se acuerda usted de lo que dice en Lamentaciones 3, “sus misericordias son nuevas,” ¿qué? “cada mañana.” Él lo alimenta a usted como Él alimentó a los hijos de Israel, únicamente el maná que usted necesita, para el día que lo necesita.
La preocupación es una fuerza tremenda, le estoy diciendo, es una fuerza tremenda. La preocupación va a hacer esto, la preocupación se va a esforzar por derrotarnos. Y primero va a comenzar con el día de hoy. La preocupación se va a esforzar por destruirlo a usted hoy. Va a tratar de que usted vea las cosas, hoy, va a tratar de que usted se enoje, y que usted se afane, pero si pierde el día de hoy, simplemente va a seguir empujándolo al futuro hasta que encuentra algo que lo cautive a usted. Así es como la preocupación funciona. Me temo que hay algunas personas que están tan comprometidos con el pecado de la preocupación que cuando no hay nada en la actualidad porque preocuparse, simplemente siguen marchando hacia adelante, hacia el futuro, hasta que encuentran algo.
Escuche, el Señor dice, tienes suficiente que enfrentar el día de hoy, usted toma los recursos de hoy para las necesidades de hoy, o usted va a perder el gozo de hoy. ¿Quiere saber una cosa? La falta de gozo es un pecado también. Y más gente pierde su gozo, debido al mañana, y pierden la victoria que Dios les dio hoy. Y eso no es justo para Él. Dios le da a usted un día glorioso y lleno de gozo el día de hoy, viva a la luz de ese día, y de plenitud de gozo de ese día, y tome todos los recursos que Dios provee para ese día, y úselos. No se empuje a sí mismo al futuro, y pierda el gozo de hoy, por algún mañana que quizás nunca suceda, porque si usted va a llegar a aprender algo acerca de esto, aprenda esta pequeña afirmación: El temor es un mentiroso. El temor es un mentiroso. Primordialmente, nunca dice la verdad, pero va a hacer que usted pierda el gozo de hoy. El Señor prohíbe esto, mañana, Jesús dice, va a estar ansioso por sí mismo, deje que el mañana sea para mañana. Basta a cada día su propio afán.
Y, por cierto, Dios únicamente da la fortaleza para un día a la vez. Dios no me ha dado la gracia para mañana, aún. No voy a recibir eso hasta mañana, ¿verdad? Digo, algunas veces usted habla con una persona que se preocupa mucho, y se preocupan por morirse o algo, y se preocupan por ello, y después alguien en su familia muere y Dios les da una gracia maravillosa, y una paz maravillosa, y lo sustenta de manera maravillosa, que no lo pueden entender. Me dicen, “John, sabes es tan maravilloso como Dios me ha sostenido, y me ha apoyado. Seguro hay una tristeza normal, pero siento fortaleza y después hay confianza, inclusive un gusto en mi corazón porque esta persona que amo está con el Señor, y siento Su fortaleza.”
Y eso es exactamente correcto porque Dios nos da la gracia para la hora en la que necesitamos esa gracia, pero si usted quiere sentarse ahora, y preocuparse por eso, va a duplicar su dolor sin gracia alguna para enfrentarlo. Es mejor que usted lo soporte, con la gracia para sostenerlo. ¿Lo ve usted? Me rehúso a preocuparme por el mañana, o el día siguiente, o el futuro, porque no tengo recurso alguno para eso. En primer lugar, el temor es un mentiroso, y entonces no conozco la realidad de lo que va a ser. Y, en segundo lugar, no quiero duplicar mis problemas, sin recurso alguno para darme la gracia en ese momento.
Entonces, llevo en los hombros la carga del día de hoy, y conforme veo que Dios levanta la carga y la quita de mí, puedo disfrutar el día de hoy y dejar que el mañana traiga su propio problema. Entonces, no me paralizo al preocuparme por un futuro en el que no puedo vivir. Cuándo la Biblia dice que, “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y” ¿qué? “por los siglos,” Lo que quiero decir es que Él va a estar haciendo la misma cosa mañana, que estuvo haciendo ayer. Entonces, si tiene alguna duda acerca del futuro, vea al pasado. ¿Lo sostuvo a usted en el pasado? Él lo va a sostener a usted en el futuro. Con el no hay pasado, presente o futuro.
Entonces, la preocupación es un pecado prohibido, es incompatible con el Padre de un cristiano, es incompatible con la fe de un cristiano, es incompatible con el futuro de un cristiano. John Stott ha dicho: “Preocuparse con cosas materiales de tal manera que ocupa nuestra atención, absorbe nuestra energía, y nos cargan de ansiedad, es incompatible tanto con la fe cristiana, como el sentido común. Es no confiar en nuestro Padre celestial, y francamente es torpe.” Me gusta eso. Él dice: “Esto es lo que los paganos hacen, pero es una ambición absolutamente indigna y fuera de lugar para los cristianos.” (Fin de la cita.)
Escuche, no somos huérfanos espirituales. Dios no nos dejó en una cabina telefónica. Él no nos dejó abandonados a la puerta de una tienda. Él nos ama. Y Él cuida de nosotros. Y Él tiene todos los recursos de la eternidad, en su mano, a nuestra disposición. La preocupación es pecado. Alistar MacLean cuenta una anécdota de Tauler, el alemán que un día se encontró con un hombre muy pobre. Él le dijo al hombre pobre: “Que Dios te dé un buen día amigo mío.” El hombre pobre respondió: “Le doy gracias a Dios porque nunca he tenido uno malo.” Tauler dijo: “Bueno, que Dios te dé una vida feliz, amigo mío.” “Le doy gracias a Dios,” dijo el hombre pobre, “nunca estoy infeliz.” En asombro Tauler le dijo: “Bueno, ¿qué quieres decir?” “Bueno,” dijo el hombre pobre, “cuando está bien, le doy gracias a Dios. Cuando llueve le doy gracias a Dios. Cuando tengo lo suficiente, le doy gracias a Dios. Y cuando tengo hambre, le doy gracias a Dios. Y debido a que la voluntad de Dios es mi voluntad, y lo que le agrada a Él me agrada a mí, ¿por qué debo decir que estoy infeliz cuando no lo estoy?” Tauler vio al hombre en asombro y dijo: “¿Quién eres?” Él dijo: “Soy un rey.” “Bueno, ¿y dónde está tu reino?” El hombre pobre respondió: “En mi corazón.” Me gusta eso.
Una dama mayor dijo: “Siempre estoy feliz, y mi secreto es este, “siempre navega por los mares, pero siempre mantén tu corazón en el puerto.”” Isaías lo dijo de esta manera, tu guardaras en perfecta paz, a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque confía en ti.” De ahí viene la paz perfecta y por cierto eso es lo opuesto de la preocupación. Ahora, ¿cómo encuentra usted este puerto? Bueno, coloque su confianza en Él, mantenga su mente en Él, y ese es el versículo 33. Retrocedamos, este es el mandato positivo en medio de los negativos. Versículo 33, aquí está como mantiene su corazón en el puerto, aquí está lo opuesto, Él dice, no se preocupen, no se preocupen, no se preocupen. Usted tiene tres ‘nos’ aquí hay un ‘haz esto’ para cancelar los ‘nos’. “Pero, más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
En otras palabras, haz que tus pensamientos estén al nivel divino, y Dios se va a encargar de lo físico. Cómo puede ver, Dios no quiere que estemos involucrados en lo físico, Él quiere que estemos libres de eso, entonces, Él dice, yo me voy a encargar de eso, tú ocúpate del asunto del reino. Tomemos una palabra a la vez, una frase a la vez. “Más,” en contraste, de, en el griego. Y según el léxico Arndt y Gingrich de manera específica dice que el uso primordial de de es enfatizar un contraste. Y yo sugeriría que la mejor manera de traducirlo es en lugar de. En lugar de preocuparse, en lugar de ser como los paganos, en lugar de ser hombres de poca fe, en lugar de meter el futuro en presente, y enlodar el agua, buscad primeramente el reino de Dios. No esas cosas. En lugar de buscar lo que los gentiles buscan, en lugar de estar orientado a lo material, en lugar de estar consumido con las posesiones de esta época, busque el reino.
Ahora, ¿qué hay acerca de la frase, “buscad, primeramente,” protos. La palabra protos, lo cual significa primero, significa primero en una línea de más de una opción. De todas las cosas que usted puede escoger en la vida, en que estar ocupado, de todas las prioridades de la vida, está es la, número uno. De todas las cosas por las que usted podría estar preocupado, y hay muchas cosas en la vida por las que tenemos que preocuparnos un poco, pero de todas estas cosas, la número uno es el reino de Dios y su justicia. Tenemos una lista larga de cosas. Esa es la número uno.
Ahora, ¿qué significa buscar el reino? Bueno, el reino, simplemente es basileia, el dominio de Cristo, el dominio de Dios, el reinado de Dios, el dominio de Dios, el reino de Dios. Debemos buscar aquello que es eterno, amados. Eso es lo que Él está diciendo, y no necesito entrar en eso de nuevo. Estudiamos en el 6:10, dónde dice, “venga Tú reino.” En nuestras oraciones, debemos estar perdidos en el reino de Dios. El apóstol Pablo, camino a Jerusalén, predicando el evangelio del reino, preparado para defender su fe frente a una espada. Y después viene Satanás, “no vayas Pablo, no vayas, porque cuando llegues ahí vas a meterte en muchos problemas. Te van a meter en la cárcel, podrían quitarte la vida Pablo.” Y Pablo dice: “Miren, ninguna de estas cosas me mueve,” Hechos 20, “porque no considero mi vida algo preciado para mí mismo, no estoy interesado en añadir un codo a la duración de mi vida. Y no estoy preocupado porque tenga lo suficiente para comer, y lo suficiente para vestir. Tengo un pensamiento, y ese es terminar el ministerio que me encomendó Jesucristo.”
Ahora, eso es buscar el reino, eso es lo que hará que alguien salga a un campo misionero en la oscuridad. Y decirles adiós a todas las modas, y las comidas agradables del mundo, y comer de manera simple, y vestir de la misma manera, y aislar su vida entera a esa situación. Porque no le preocupa tanto esas cosas como la extensión del reino. Eso es lo que hace que alguien predique a Cristo al punto en el que ni siquiera teme por su propia vida. Porque el reino está mucho más allá que cualquier otra preocupación. Ahora, ¿en dónde está su corazón, de nuevo? ¿en dónde está su preocupación? ¿Está usted más preocupado por el reino, o está usted más preocupado por este mundo? ¿Está usted entregando toda su energía en el globo? ¿O está usted invirtiéndose en el reino eterno de Dios?
Como puede ver, buscar el reino significa que usted busca traer a gente a Cristo, porque usted busca que el reino crezca. Usted busca que el evangelio del reino sea predicado, usted busca que la gente se vuelva redimida. No esparcimos el evangelio por algún tipo de imperialismo pecaminoso, o como John Stott lo llama, por algún tipo de “sentido de triunfo.” No buscamos extender el reino por alguna meta egoísta, buscamos extender el reino en la predicación de Cristo, porque un Dios glorificado es lo que importa. Y eso es verdad.
Y entonces, predicamos a Cristo, y eso extiende el reino. Y yo creo, como compartimos antes en nuestro estudio de la oración de los discípulos, buscad el reino significa que busco que el gobierno de Cristo se manifieste en mi vida, busco que el reino de Dios se revele en mi vida, como justicia, paz, gozo en el Espíritu Santo, manifestando su reino, dice Romanos 14:17. Entonces, en mi vida, cuando el mundo ve justicia, cuando ve paz, cuando ve gozo en lugar de preocupación, sabe que el reino de Dios está ahí, ¿se da cuenta?
Y usted podrá decir: “Bueno, quiero que la gente sea salva y quiero hablarles de Jesús, y anda por todos lados preocupándose y lleno de ansiedad, y todas esas cosas, todo el tiempo, y nadie va a creer que usted tiene algo que ellos quieran. Y ciertamente van a cuestionar el poder de Dios, el reino de Dios se manifiesta en justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Y eso vence la preocupación.
Entonces, buscamos el reino cuando buscamos traer a la gente al reino, buscamos el reino cuando dejamos que sea manifiesto mediante nosotros. Creo que buscamos el reino también cuando anhelamos que Jesús regrese en Su gloria milenial. Le voy a decir una cosa, no puedo emocionarme por apilar cosas en este mundo, porque voy a conseguirlo todo para nada, cuando el reino venga de cualquier manera, ¿verdad? Digo, porque debo comprarlo ahora, lo va a recibir de manera gratuita en ese entonces. La Biblia dice que es un coheredero con Cristo, vamos a reinar con Él por los siglos de los siglos. Tendremos un nuevo cielo y una nueva tierra a lo largo de toda la eternidad. Vamos a tener toda la majestad de las riquezas del cielo eterno. ¿Qué voy a hacer con desperdiciar todo mi tiempo apilando estas cosas aquí abajo? Por cierto, la tierra entera va a ser destruida de cualquier manera. Y el Señor va a hacer una nueva.
Entonces, si usted quiere invertir en esta tierra vieja que va a quemarse, ese es su problema. Yo prefiero esperar a la nueva, y recibirla por nada. Y entonces, el reino es buscar a aquello que todavía está en el futuro, el conceder de esa gloria eterna que viene de Cristo cuando Él le da a los santos Su propio reino. Es ver el reino manifiesto en mi vida, mediante justicia, paz, y gozo. Y es desear el ganar a gente para Jesús, para que el reino pueda crecer y expandirse. En segundo lugar, Él dice, no solo busquen el reino, sino, su justicia, santidad. Si ustedes van a perseguir algo, amados, no persigan el dinero, persigan la santidad. Búsquenla. Podríamos compartir algunos versículos, pero nuestro tiempo se acabó. De lo que Él está hablando aquí es de justicia práctica, Él está diciendo que cuando usted busque algo, busque la piedad. Cuando usted busque algo, busque la santidad. Cuando usted busca, busque la justicia.
Algunos de nosotros gastamos todo nuestro tiempo, buscando dinero, autos, casa, ropa, cuán lejos estamos de lo que deberíamos estar buscando. Dice usted: “Bueno, si tan solo me involucro en el reino, y solo busco la santidad, entonces, ¿qué?” Oh, al final del versículo 33, “y todas estas cosas os serán añadidas.” Usted camina en rectitud, dice el Salmo 84, y usted nunca tendrá necesidad alguna, Dios va a suplir toda necesidad. Dios va a cuidar de aquellos que buscan Su reino, y buscan Su justicia.
Cierro con esto. Supongo que Salomón provee para nosotros una ilustración excelente. Salomón no oró por riquezas, ¿sabe usted eso? No oró por ropa fina. No oró por comida fina. Y él no oró por una vida larga. Salomón oró, ¿por qué? Sabiduría. Y cuando él obtuvo sabiduría, Él obtuvo todo lo demás. Nadie jamás se vistió como Salomón, un guardarropa fabuloso. Nadie jamás fue tan rico como Salomón, nadie jamás podía ofrecer fiestas que podían llegarle a Él, simplemente alimentando a sus esposas y concubinas habría sido un acontecimiento monumental. Y ellos tendrían que comer tres veces al día. Digo, el hombre era increíble, Él buscó la sabiduría y el conseguir sabiduría, y todo lo demás fue un residuo.
Martín Lloyd-Jones dice, y cito: “No es un accidente que los puritanos del siglo 17 se volvieron gente rica. No fue porque acumularon riquezas, no fue porque adoraron el dinero, simplemente fue que estaban viviendo para Dios y su justicia.” El resultado fue que no tiraron su dinero en cosas sin valor, en un sentido, por lo tanto, no pudieron evitar el volverse ricos, se aferraron a las promesas de Dios, e incidentalmente se volvieron ricos. (Fin de la cita).
Y parte de la estructura de su obediencia a Dios, era trabajar duro y ahorrar y no buscar satisfacer sus apetitos de manera egoísta. Y yo creo que, si usted sigue ese tipo de estándares, Dios va a honrar eso. Escuche, si usted se preocupa, es un pecado, porque no es necesario debido a su Padre, no es característico de su fe, no es sabio debido a su futuro. No se preocupe, confíe y Él lo cumplirá. Oremos.
Te damos gracias por la promesa del Salmo 37, que, si encomendamos nuestro camino a Ti, confiamos en Ti, Tú lo harás. Padre, ese es nuestro deseo. Sabemos que el enemigo quiere que tropecemos en nuestra propia carne débil, pero oramos Señor porque no nos preocupemos. Que no demos ocasión para que se hable mal de Tú nombre, sino que aprovechemos la plenitud de todo momento en la gracia que Tú provees para ese momento, y que podamos vivir en ese momento. Y que podamos dejar que el futuro se encargue de sí mismo.
No decir que no proveemos para el futuro, simplemente no nos preocupamos por él. Ayúdanos Señor a hacer nuestras inversiones en la eternidad, corta las cuerdas que nos atan a la tierra, déjanos volar a Ti, a Tú habitación santa, a Tus patios, y ahí invertir nuestras vidas en Tú presencia, estando confiados en que todas necesidades serán satisfechas mediante Tus promesas, y gratitud, oramos. Amén.
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