En esta mañana continuamos con nuestro estudio de Mateo, capítulo 9. Llegamos realmente a una porción muy breve para nuestra lección y me gustaría leérsela; y después pasaremos a discutir lo que el Espíritu de Dios quiere que aprendamos de ella.
Recordará que en nuestro estudio último juntos nos estuvimos en el versículo 33 con la sanidad del hombre que estaba sordo y mudo. Y estaba sordo y mudo porque tenía un demonio en él. Mateo inmediatamente siguió ese milagro con una declaración de respuesta; y entonces, comenzamos a la mitad del versículo 33: “Y la gente se maravillaba, y decía: ‘Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.’ Pero los fariseos decían: ‘Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.’ Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.”
Y entonces, Mateo nos da la respuesta a los milagros que Jesús había hecho. Estaba la multitud que se maravillaba y los religiosos rechazando. Pero antes de que entremos a eso específicamente, permítame ver si puedo alinear su pensamiento con lo que el texto está diciendo. Cuando el Señor era un niño, de tan sólo 40 días, tan sólo un bebé, fue tomado por su madre y por José para ir al templo; porque se requería que ella realizara una ofrenda de purificación después de haber dado a luz a un hijo. Y mientras que estuvieron en el templo, tuvieron la ocasión de conocer a un hombre muy interesante llamado Simeón. Simeón era un hombre de edad que a lo largo de su vida había estado esperando la llegada del Mesías y ahora tuvo el privilegio de ver al Mesías.
Y en Lucas 2:30, él dice: “mis ojos han visto Tu salvación.” Él vio lo que había estado esperando. Y después, le habló a María y le dijo lo siguiente: “He aquí, este Niño está puesto para la caída y levantamiento de muchos en Israel.” Ahora, Simeón dijo: “este Niño se volverá la línea divisoria de destino. Él está establecido para la caída y para que se vuelvan a levantar muchos.” La sustancia de lo que Simeón le dijo a María fue ‘este niño se volverá la línea divisoria para determinar el destino definitivo de todo individuo. Algunos lo rechazarán y caerán. Algunos lo recibirán y se volverán a levantar.’
Así ha sido siempre en la economía de Dios. Están aquellos que son plantados como el árbol junto al río de aguas que dan fruto y son aquellos que son el tamo. Están los piadosos y los impíos. Están los justos y los injustos; y sólo existen esas dos categorías. Mi abuelo solía decir ‘sólo hay dos tipos de personas en el mundo, los que son santos y los que no lo son.’ Y así es; y este hijo está establecido para la caída y el levantamiento de muchos.”
Francamente, esta no fue información nueva para María aunque nunca había sido dicho simplemente de esta manera con respecto a su hijo. Pero de regreso en el primer capítulo de Lucas, ella estaba expresando alabanza a Dios cuando le llegó el anuncio de que daría a luz un hijo, quien sería un hijo poderoso… Ella dijo esto, hablando de Dios: “Y Su misericordia es de generación en generación a los que le temen. Hizo proezas con Su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos.”
Ahora, María sabía que era característico por parte de Dios el recibir a algunos y rechazar a otros, bendecir a algunos y maldecir a otros, mostrar fortaleza a algunos al congregarnos y esparcir a otros, humillar a los exaltados y elevar a los humildes, satisfacer a los hambrientos y enviar con las manos vacías a los satisfechos. En otras palabras, siempre habrá esta línea divisoria entre aquellos a quienes Dios bendice y aquellos a quienes Dios maldice. Por un lado, están los arrogantes, los ricos, los poderosos. Por otro lado, los pobres, los hambrientos y los humildes. Entonces, María conocía esto porque ella sabía teología. Ella conocía el Antiguo Testamento y se le confirmó a ella, por medio de Simeón, que Su hijo sería la encrucijada de todo esto. Y cuando Jesús vino y cuando habló, afirmó esto, porque más adelante en el mismo Evangelio de Lucas, capítulo 6, versículo 20, dice de nuestro Señor: “Y alzando los ojos hacia Sus discípulos, decía: ‘Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas.”
“Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.”
Están los que son bendecidos y los maldecidos; y ‘¡ay!’ quiere decir maldecir. Entonces, Jesús afirmó nuevamente esta línea divisoria. Benditos y malditos. Están aquellos, dijo nuestro Señor en Mateo 7, que entran por la puerta estrecha y son bendecidos. Y aquellos que entran por la puerta ancha y son condenados. Están aquellos que construyen su casa sobre la roca y permanecen en juicio. Están aquellos que construyen su casa en la arena y se colapsa. Están aquellos que tratan de aferrarse a su vida; y la pierden. Y están aquellos que pierden su vida; y al perderla, la encuentran. Y a lo largo del registro del Evangelio, el cual registra el enfoque de la predicación de Jesús, encontramos que Él se ofrece a sí mismo como la línea divisoria.
En Mateo capítulo 10, versículo 32, Él dijo: “Por lo tanto, todo aquel que me confiese delante de los hombres, Yo le confesaré también delante de Mi Padre que está en los cielos.” En otras palabras, si usted se identifica a sí mismo con Jesucristo, Dios se identificará con usted como también como el Suyo; pero si usted niega Jesucristo, entonces Cristo lo negará delante del Padre. Y entonces Él dijo: “No vine a traer paz a la tierra sino espada”… De nuevo una línea divisoria… Una línea que viene a poner enemistad al hombre contra su padre a la hija contra su madre, la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su propia casa.
Y así continúa de manera incesante a lo largo del registro de Mateo y los otros Evangelios. Dice: “Un hombre tuvo dos hijos. Vino al primero y le dijo: “Ve a trabajar en la viña.” Y el hijo dijo: “Voy” y no fue; y después se arrepintió y fue. Él dijo al segundo: “Ve” y él dijo: “Voy”; y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos dijeron el primero. Jesús les dijo: “De cierto os digo que los publicanos y las rameras van al Reino de Dios delante de ustedes.”
En otras palabras, el primer hijo dijo ‘no voy.’ En otras palabras, él era profano. Él vivió una vida de desobediencia a su padre, pero se arrepintió y fue. El segundo dijo ‘voy.’ Él era religioso. Él tenía una fachada de religión. Él fingió obedecer, fingió ser sumiso; pero no fue. El hijo número uno, quien dijo no y se arrepintió, era el publicano y el recaudador de impuestos y el pecador. El hijo número dos, quien dijo voy y no fue era el fariseo y el hipócrita y el religioso. Y Jesús dijo ‘los recaudadores de impuestos y las rameras van al Reino antes de los religiosos.’ Y de nuevo, hay una línea divisoria. No son los que son religiosos y los que no son religiosos. Son los que obedecen la voluntad del Padre; y la voluntad del Padre es expresada en esto.
El Padre habló del cielo y dijo: ‘Éste es Mi Hijo amado. A Él oíd.’ Cristo se vuelve la línea de demarcación. El apóstol Pablo retoma este mismo concepto de que la raza humana entera está dividida en creyentes e incrédulos. En almas que van al cielo y almas que van al infierno, en los benditos y los malditos, en los recompensados y los condenados. Y la línea divisoria es su fe o falta de fe en el Señor Jesucristo.
Usted notará en 2 Corintios 2:14 que Pablo da una bendición y dice: “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de Su conocimiento. “ En otras palabras, hay cierta fragancia que un cristiano tiene, cierto sabor, por así decirlo, cierta representación de Dios. Tocamos al mundo, por así decirlo, como la fragancia de Dios. “Somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden.” En otras palabras, tanto los salvos como los perdidos. Y esas son las dos categorías. Los salvos y los que perecen reciben la fragancia de nuestras vidas. Ese es nuestro testimonio vivo y nuestro testimonio expresado verbalmente.
Dicen el versículo 16: “A éstos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida.” En otras palabras, los que Pablo está diciendo es que nosotros que somos cristianos, que vivimos y predicamos el Evangelio, estamos de hecho irradiando esa realidad al salvo y al que está pereciendo. Al que está pereciendo, es una fragancia de muerte para muerte. En otras palabras, ellos ya están muertos en su rechazo. Y entre más oyen el Evangelio, más profunda es su condición de pérdida.
El escritor de Hebreos lo dijo de esta manera: “Pisan bajo sus pies la sangre del pacto considerándola algo profano.” En otras palabras, el rechazo constante del Evangelio profundiza la condición de mortandad y entonces nosotros, conforme vivimos y predicamos, nos volvemos al incrédulo un sabor de muerte para muerte y lo que sucede es que su condenación se multiplica. Y su infierno es aún más terrible entre más veces han rechazado la Verdad.
Por otro lado, conforme hemos predicado el Evangelio a aquellos que ya están vivos en Cristo, es el sabor de vida para vida. Es el entendimiento que se expande, explota, se incrementa, enriquece de la plenitud de vida en Cristo. Toda persona entonces, está muerta o viva espiritualmente y recibe la Palabra de Dios como sabor, un sabor de muerte para muerte, una profundidad del estado de mortandad de su pecaminosidad incrementando su responsabilidad delante de Dios lo cual significa un infierno eterno más aterrador. O, por el otro lado, de vida para vida.
Ahora, Jesús es la línea divisoria y Mateo presenta esto de manera clara en los capítulos 8 y 9; y entonces, regresen ahora, en caso de que no estén ahí, al capítulo 9. Y lo que Mateo quiere hacer es ayudarnos a entender que Cristo es quien es y que se debe tomar una decisión. Un escritor británico llamado Haywood dijo: “El problema con la humanidad es este: la humanidad se encuentra en la encrucijada y todos los letreros se han caído.” Pero no para Mateo. Para él no se han caído. Él los coloca de una manera muy clara y nos llama a tomar una decisión correcta. A escoger la vida, a escoger la justicia, la piedad. A escoger el creer. Eso es lo que Mateo quiere que hagamos. Y para ayudarnos a tomar esa decisión por Cristo, presenta en el capítulo 8 y 9 evidencia refutable de que Cristo es el hijo de Dios, el Mesías y el Salvador. Entonces Mateo levanta el letrero. “Este es el camino estrecho. Entra por este camino. Este es el camino de la fe en Cristo.”
Ahora, para convencernos de que Cristo es quien dice ser, Mateo registra, en los capítulos 8 y 9, nueve milagros maravillosos. Milagros maravillosos. Milagros que van a exceder la capacidad de cualquier ser humano no sólo de hacer sino inclusive de concebir. Y no son el espectro entero de todos Sus milagros, son únicamente muestras. Y creo que es importante que usted recuerde, por ejemplo, Juan capítulo 20, versículo 30, el cual dice: “Y muchas otras señales verdaderamente hizo Jesús en presencia de Sus discípulos las cuales no están escritas en este libro.” Después, en el 21:25 dice: “Si fueran escritas, supongo que ni siquiera el mundo mismo podría contener los libros que deben ser escritos.” Éstos son simplemente milagros muestra de los milagros innumerables que Él realizó.
Pero usted recordará, y rápidamente voy a repasarlo, así que quédese conmigo en este pensamiento. Usted recordará que él da nueve milagros; y los da en secciones de tres. Y después de cada sección de tres, él incluye una sección de respuesta. ¿Cómo es que la gente respondió a estos milagros? Primero, los milagros con respecto a Su poder sobre la enfermedad. Él sanó a un leproso. Él sanó al siervo de un centurión de parálisis y después, salvó a la suegra de Pedro de fiebre.
Después, en el área del desorden. Él calmó la tormenta calmando las olas y el mar. Es es desorden físico. Después, con el desorden espiritual. Lo enfrentó al echar fuera una legión de demonios. Después, con el desorden moral, al sanar al paralítico y perdonando sus pecados. Y después, enfrentó la muerte, devolviéndole a los muertos la capacidad de hablar, ojos muertos, y de hecho, resucitando a la hija de Jairo de los muertos. Y cada uno de estos demostró el poder de Cristo en otra dimensión y fue una muestra de los muchos milagros que Él llevó a cabo en todas estas mismas categorías. Y siguiendo cada conjunto de milagros, encontramos una sección de respuesta; y es precisamente lo que vemos en los versículos 33 al 35. Y de hecho, el versículo 35 es algo así como un pequeño paréntesis que se encuentra ahí para que encaje con el capítulo 4, versículo 23; y en cierta manera es un paréntesis de todo el ministerio en Galilea de una manera muy especial.
Si usted regresa por ejemplo a Mateo 4:23, sería bueno verlo un momento para señalarlo. Dice ahí: “Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.” Ahora, pase al versículo 35 del capítulo 9: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.”
Entonces, esta es una especie de paréntesis para colocar un contexto entorno al sermón del monte y a todos estos milagros que había hecho. Esta fue la esencia de Su ministerio en Galilea. Ahora, quiero que comencemos en el versículo 35 y después vayamos hacia atrás en estos tres versículos breves. Veamos, entonces, en primer lugar, las obras del Señor. Y después veremos las respuestas en los versículos 33 al 34. Observe el versículo 35. Dice “recorría Jesús” -y por cierto el verbo recorría tiene una idea de un esfuerzo constante, incesante, continuo. Él está haciendo esto constantemente. Y puede ver por qué conforme mira hacia atrás y dice “Él recorría todas las ciudades y aldeas.” En el capítulo 4 versículo 3 marca esas ciudades y villas como esas villas de Galilea. La parte norte, el país, el área fértil, el área donde el alimento era cultivado, mucho.
Ahora, Josefo nos dice que en la época de Jesús probablemente había unas 204 ciudades y villas. La diferencia, simplemente como comentario, entre una ciudad y villa era una pared. Si usted tenía una pared, tenía una ciudad. Si usted no tenía una pared, era una villa. Las pequeñas villas no se fortificaban a sí mismas, pero las ciudades sí. Y entonces, fuera una ciudad o una villa, Él estaba en todas ellas y esto se dio aproximadamente en un área de 70 por 40 millas, incluyendo aproximadamente 200 ó 204 ciudades. Y Él se está moviendo entre todas estas rápidamente.
Josefo escribe diciendo: “Las ciudades son numerosas y la multitud de villas por todos lados están llenas de hombres trabajando gracias a la fertilidad de la tierra, de tal manera que la más pequeña de ellas contiene más de 15,000 habitantes.” Y la matemática simple le va a decir entonces que hubo 3 millones de personas a las cuales Jesús pudo haber alcanzado sólo en el área de Galilea conforme Él estaba ahí.
Entonces, Él se movía rápidamente, recorriendo estas ciudades y aldeas enseñando y predicando el Evangelio. Predicando, sanando y enseñando. Ahora, estas son las tres cosas en las que nos queremos enfocar en el versículo 35. Enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y dolencia del pueblo.
Ahora, amados, yo les confieso en este punto que esas tres cosas o cualquiera de esas podría ser suficiente para llevarnos hasta el rapto si tan sólo discutiéramos la enseñanza que Jesús enseñó, la predicación que Él predicó o la sanidades que Él realizó. Entonces, no vamos a tratar de verlas de manera exhaustiva. Pero permítame ver si puedo ayudarle a entender esto. Vamos a ver estos tres elementos del ministerio de Jesús.
En primer lugar, la enseñanza en sus sinagogas. ¿Que involucra esto? En donde hay gente judía, había una sinagoga, un lugar donde se congregaban. Ése era el centro de la vida de la comunidad judía. Era una iglesia. Era la municipalidad. Era la corte local. Era todo. Era donde la gente judía se congregaba en la comunidad.
Ahora, la sinagoga era una especie de adición tardía al judaísmo. No llegó sino hasta la cautividad babilónica. Toda su adoración se había enfocado en el templo pero cuando fueron sacados de su país y el templo fue destruido, y llegaron a Babilonia durante esos 70 años, adondequiera que había grupos de gente judía, se reunían y se congregaban y formaban estas pequeñas sinagogas o asambleas. Y debido a que nunca reconstruyeron el templo, los tienen hasta el día de hoy. A una cuadra de aquí hay un “templo” judío. Lo llaman templo pero no lo es. Sólo hay un lugar en donde el templo puede estar, es una sinagoga. Y están por todos lados en nuestra ciudad y en las ciudades del mundo donde hay gente judía, en donde usted puede encontrar a 10 hombres juntos, usted puede tener una sinagoga. Y entonces, están por todos lados.
Y en el tiempo de Nuestro Señor en Galilea, había sinagogas en todas las pequeñas ciudades y villas. Usualmente estaban construidas en un monte o si no había un monte, construidas en el lugar más alto. O si no había ningún lugar alto, las construían al lado de un río. Con mucha frecuencia, dejaban la parte de arriba abierta como un templo para que pudieran ver afuera. Ver la creación de Dios y ver al cielo ya que era parte de su adoración. Ellos identificaron la sinagoga normalmente mediante un mástil, una especie de poste alto que iba hacia arriba, muy parecido a lo que tenemos en una iglesia de nueva Inglaterra marcando cada ciudad. Una especie de torre elevada. Entonces, usted siempre podía identificar dónde estaba la sinagoga. Y cualquier judío que era un extraño en la ciudad podía encontrar este indicador y saber dónde estaba ese lugar.
Ahora, ahí todos los días de reposo se congregaban para adorar. Ellos también tenían una duración especial en el segundo y quinto día de cada semana y se reunían para cada festividad y cada día santo. Su servicio era en realidad muy simple; no era muy diferente del servicio de la iglesia del día de hoy. Comenzaba con lo que llamaban acciones de gracias o bendiciones, muy parecido de cómo nosotros comenzamos al cantar nuestras alabanzas. Hablaban de la bendición del Señor y la gratitud por lo que Él había hecho. Eso era seguido por una oración y la oración era concluida al responder ‘amén’ por parte de la congregación. Después, había un lector prescrito que se ponía de pie y leía la ley de Moisés, uno de los libros cinco de Moisés, el Pentateuco. Y era leído en hebreo, el idioma original de su escritura.
Y luego era traducido por el traductor en arameo, el cual era el idioma común del día. Eso era entonces seguido por la lectura de un pasaje de uno de los profetas, el cual también era leído en hebreo y traducido por el traductor en arameo. La lectura del Pentateuco y los profetas había entonces un sermón y una exhortación seguida por una bendición y un amén final por parte de la congregación.
Ahora, los judíos siempre pensaron en la sinagoga como un lugar de enseñanza, un lugar de instrucción. Ellos llegaban para aprender. Eso aún permanece hasta el día de hoy. La palabra Yiddish para sinagoga es schul, muy parecida nuestra palabra escuela. Entonces, ellos veían a la sinagoga como un lugar de enseñanza. Ellos también la veían como una corte de ley. Y conforme estaban en países ocupados, de vez en cuando en su historia claro, tenían jurisdicción, se les concedía jurisdicción por parte del gobierno que estaba ocupando ese lugar. Pero cuando se les concedía, ejercían la autoridad que ellos podían ejercer en sus sinagogas.
Por ejemplo, Nuestro Señor dijo: “El día vendría cuando os azotarán en sus sinagogas.” Hechos emitirían el veredicto e inclusive implementaban el castigo ahí en la sinagoga. La sinagoga también se convirtió en la escuela pública para los niños en el Talmud. Las sinagogas se convirtieron en las escuelas teológicas. Y todo era administrado por los diez ancianos de la sinagoga. Tres de ellos serán llamados los gobernantes de la sinagoga. También actuaban como los jueces. Y un cuarto era llamado el ángel de la asamblea, el cual era el líder sobre los otros. Uno era el intérprete que traducía el hebreo al arameo. Y otro administraba la escuela teológica y demás. En otras palabras, tenían divisiones de responsabilidades como ancianos.
El historiador Filo, creo que este es un comentario muy interesante, dijo: “Las sinagogas estuvieron ahí principalmente para la lectura y exposición detallada de la Escritura.” Eso es una nota importante. Se reunían para la lectura y la exposición de las Escrituras. Y encontramos esta orientación a las Escrituras ilustrada en Hechos 17. El apóstol Pablo llegó a la pequeña ciudad de Berea y dice que entró a la sinagoga de los judíos y dice que les dio la Palabra y ellos recibieron la Palabra con toda solicitud escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. En otras palabras, para eso era la sinagoga. Escudriñaban las Escrituras.
Ahora, cuando el sermón era dado en un día cualquiera, podía ser dado por cualquier miembro que lideraba la congregación, que era un erudito o que conocía las Escrituras. Él se ponía de pie y daba el sermón; pero si quizás había un dignatario o un rabino de visita, era apropiado y se acostumbraba permitir que el rabino diera el sermón. Esto es lo que se llamaba la ‘libertad de la sinagoga.’ Y por cierto, creo que el Señor tuvo algo que ver al hacer esto. Porque Él tuvo a varios predicadores itinerantes que vendrían por la cultura judía y quería asegurarse que ellos tuvieran las plataformas correctas. Los dos que vienen a la mente son Jesús y Pablo; y debido a lo que se conoce como la ‘libertad de la sinagoga,’ siempre tuvieron acceso a la predicación y la enseñanza en la sinagoga.
Ahora, el modo de la enseñanza en la sinagoga era la exposición de las Escrituras. La leían, la explicaban y la aplicaban. Eso es lo que dice que hacían basado en lo que dice Nehemías cuando dice que leían las Escrituras y le ponían sentido. La gente dice por qué entonces no enseñamos simplemente la Biblia y esto es tan diferente a lo que estamos acostumbrados. Pero esto realmente no es nada nuevo. Esa es la manera en la que lo ha sido siempre y debe ser. Cuando lees las Escrituras, explicas las Escrituras; y eso lo que hacían en las sinagogas. Esos lo que hacían en la época de Nehemías cuando leían y ponían sentido para que la gente entendiese la lectura.
Ahora, el maestro en hacer esto fue nuestro Señor. Lo observé en Lucas 4 y quiero rápidamente ver esto para que no se nos acabe el tiempo. Pero quiero mostrarles la ilustración de Lucas 4, versículo 15. Jesús enseñaba la sinagoga. Hemos visto eso en Mateo 9:35, el versículo es nuestro texto, pero llegamos y vemos lo mismo en Lucas 4:15. Él enseñaba en las sinagogas. Ahora, aquí encontramos una muy buena ilustración de como Él hacía esto. Versículo 16: “Él vino a Nazaret donde había sido criado. Como era Su costumbre, fue la sinagoga el día de reposo y debido a que Él ahí era un maestro que estaba de visita, se puso a leer.
Y leyó, no el Pentateuco, sino que leyó el libro del profeta Isaías. Se le dio a Él para leer. Lo abrió y encontró el lugar donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre Mí. Porque me ha ungido para predicar el Evangelio a los pobres. Me ha enviado a sanar a los pobres de corazón, a predicar libertad de los cautivos, a dar vista a los ciegos y a dar libertad a los que están oprimidos, a predicar el año agradable del Señor.”
Todo judío en esa sinagoga sabía a quién se refería ese pasaje. ¿A quién? Al Mesías. Ellos lo sabían. Y Él tuvo un sermón muy breve. Él cerró el libro, lo entregó al ministro y se sentó. Y siempre se sentaban para enseñar. Y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en Él. Y Él comenzó a decirles: “En este día esta Escritura es cumplida en sus oídos.” Él dijo: “Yo soy el cumplimiento vivo de ese pasaje.” Ésa es la interpretación apropiada del texto. Yo…
Bueno, eso es bastante asombroso, esto es un shock para ellos. Y Él procedió a decir otras cosas y ya para cuando terminó en el versículo 28 dice: “Todos en la sinagoga cuando oyeron estas cosas estaban llenos de ira, se levantaron, lo sacaron de la ciudad, lo llevaron ahí donde estaba el risco en el monte donde estaba construida su ciudad para que pudieran desdeñarlo. Pero Él, pasando en medio de ellos, se fue.”
Entonces, Él enseñaba en las sinagogas. ¿Cómo? Exponiendo la palabra de Dios y en su caso, fue una aplicación directa. No les gustó su interpretación y trataron de matarlo. Pero fue sólo este incidente. No sé cuántas otras veces Él tuvo que escapar por Su vida, pero Él iba por todas las villas, dice Mateo 9:35, y las ciudades enseñando en las sinagogas.
La razón por la que creo en la predicación expositiva es porque ése es el tipo de predicación que Jesús utilizó. Y creo que todavía es el enfoque para el pueblo de Dios cuando se congrega. Pero hay un segundo elemento en Su ministerio. Regrese al versículo 35. Él también estaba predicando el Evangelio del Reino. Ahora, ¿qué significa que estaba predicando? Bueno, esas una palabra diferente. Kayrusso, ser un heraldo, hacer un anuncio público, hacer una proclamación; y no es que nada más estaba enseñando en las sinagogas de manera expositiva, sino que también estaba en las esquinas de las calles y los montes junto al mar y las casas y a lo largo del camino, en los campos, en todos lados. Él estaba predicando el Evangelio del Reino.
Y aquí era más evangélico. Aquí estaba el enfoque para aquellos que estaban afuera, el ambiente religioso. Y Su mensaje siempre fue el mismo. Buenas nuevas, esto es lo que significa el Evangelio. Veremos eso esta noche conforme estudiamos Romanos. Buenas nuevas; y buenas nuevas acerca de ¿qué? Acerca del Reino. Oh, los judíos habían esperado al Reino durante tanto tiempo. Y ahora las buenas nuevas, el Reino. Pero esta no era la exposición del Antiguo Testamento como se hacía en la sinagoga. Esta era la proclamación del Nuevo Testamento. Éste era el descubrimiento de los misterios que habían sido escondidos de la gente y el tiempo en el pasado. Éste era el nuevo pacto, la nueva revelación, la proclamación; y siempre el Reino, siempre el Reino.
“Bienaventurados son aquellos que son pobres en espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos. Mas buscad primeramente el Reino. Cuando oran, oren venga Tu Reino.” Y ese no es sólo el Reino futuro. Cuando Él estaba predicando el Reino, Él estaba llamando a la gente a creer en sí mismo; y en el momento en que alguien cree en Cristo, entra al Reino. Él tradujo, dice Pablo, trasladado del Reino de las tinieblas al Reino de Su Amado Hijo. Es una transacción instantánea. Usted está en el Reino si es cristiano. Y yo también. Cristo es el Rey. Él gobierna mi vida. Yo soy su súbdito. Él me alimenta con los recursos de Sus riquezas ilimitadas.
Entonces, se puede entrar al Reino ahora. Es por eso que Él habló de una puerta estrecha. Se refiere al gobierno de Cristo y el Reino de Cristo aquí y ahora así como también en ese entonces y allá. Entonces, Él estaba predicando el Reino que estaba disponible para todos los que creyeran y lo recibieran. Y junto con este Reino, Él proveía numerosas bendiciones. Y entonces, ahí está nuestro Señor, en un ministerio doble. Enseñando la exposición del Antiguo Testamento, dándoles un lugar apropiado, hablando de su cumplimiento y encima de eso proclamando el nuevo, el nuevo pacto, los misterios. El desarrollo de la revelación que nunca antes había sido conocida en su proclamación.
Y también nos apunta a nosotros, ¿no es cierto? La importancia de esos ministerios juntos, que usted debe tener en la Iglesia inclusive hoy, lo cual se une a la exposición de la Palabra de Dios; y usted debe salir a las carreteras, afuera a proclamar el mensaje del Evangelio del Reino.
Ahora, en tercer lugar, estos dos ministerios en los cuales el Señor hablaba fueron verificados por milagros; y eso viene en tercer lugar. La sanidad de toda enfermedad, toda dolencia en el pueblo; y ahí es donde pertenece al tercer lugar, porque no era el punto primordial. Era sólo una manera de afirmar la validez de los primeros dos.
B. B. Warfield dice: “Cuando Nuestro Señor vino a la tierra, Él trajo al cielo consigo. Las señales que acompañaron Su ministerio… Su ministerio fue únicamente las nubes de gloria que lo seguían las cuales Él trajo del cielo, el cual es su hogar.” Él arrastró gloria con Él y afirmó Su mensaje con Sus milagros. Él probó que el Reino estaba ya cerca. ¿Por qué? Porque todos esos milagros que hizo eran muestras de lo que el Mesías iba a hacer cuando el Reino viniera. Y no había manera de refutarlas. ¿Sabe usted que los fariseos nunca negaron Sus milagros? Sólo negaron su fuente porque eran innegables… Eran literalmente abrumadores.
Entonces, vemos la obra del Señor. Pero cerremos nuestros pensamientos al ver a la respuesta de la gente. Y no toma mucho tiempo ver cuál fue. Ya hemos visto algunas respuestas. Ya hemos aprendido algo de la respuesta. Los primeros tres milagros que Mateo nos da en el capítulo 8 tuvieron una respuesta. Hay una pequeña sección ahí, usted recordará, de los tres hombres que dijeron ‘queremos seguirte, Señor.’ Pero debido a que amaban la comodidad personal y las riquezas personales y las relaciones personales, le dieron la espalda y se fueron. ¿Se acuerda de eso? Ilustran una respuesta, una especie de interés superficial que nunca llega a florecer realmente. Una especie de respuesta momentánea, una fascinación que realmente no tiene raíz.
Y después, en el segundo grupo de tres milagros, también una respuesta. La primera respuesta fue la conversión de Mateo. La segunda respuesta fue la irritación de los fariseos y la tercera, fue la confusión de los discípulos de Juan el Bautista. Y entonces, nuevamente, Mateo nos está dando categorías de respuesta. Hay muchas personas que están fascinados con Jesús. Comienzan queriendo seguirlo, pero debido a que aman la comodidad personal, las riquezas personales, asuntos en las relaciones de sus vidas que no están dispuestos a hacer a un lado, lo dejan. Y después, hay gente como Mateo que realmente cree y sale y trae a todos sus amigos que son recaudadores de impuestos, prostitutas; y también creen. Y después hay gente como los fariseos que simplemente se irritan por lo que Jesús dice porque los confronta con su status quo. Y después, hay gente como los seguidores de Juan el Bautista quienes a lo largo de su vida completa han estado en un sistema religioso y están muy confundidos acerca de esto nuevo que están oyendo.
Y ahora venimos al tercer conjunto de milagros y el tercer conjunto de respuestas. Y hay dos. Versículo 33: “la gente se maravillaba.” Versículo 34: “los religiosos rechazaron;” y ellos decían que lo hacía por el poder de Satanás. No podían negar que lo hizo. Simplemente negaron que su fuente fuera Dios.
Dos tipos más de respuesta. Ahora, también quiero añadir que en la selección de Mateo de los milagros, que él escogió en el capítulo 9, algunos milagros maravillosos en donde la gente no sólo fue sanada sino también fue redimida. El paralítico en el versículo 2 obviamente expresó suficiente fe como para ser salvo. Mateo, el publicano, fue salvo en el versículo 9. El líder en el versículo 18 fue salvo. La mujer con el problema de sangre en el versículo 21 fue salva. Los hombres ciegos en el versículo 28 fueron salvos. Y entonces, hemos visto a algunos con la respuesta correcta. Algunos realmente han creído a lo largo del proceso y habrá algunos que van a creer y algunos que son inestables en su fascinación. Y habrá algunos que se irritan; y esos son los que en cierta manera están confundidos. Mateo estaba llamando a todos nosotros a tomar la decisión correcta.
Ahora, veamos el asombro de la multitud por un minuto en el versículo 33. Dice: “Y la gente se maravillaba y decía “nunca se ha visto cosa semejante en Israel.”” Esto es indudable, dijeron ellos, el despliegue más grande de poder jamás visto en la historia de Israel. Y hemos visto cosas bastante buenas. Se acordaron de Moisés y los milagros de su época. Recordaron a Elías y a Eliseo y a los milagros de su época. Recordaron las cosas tremendas que Dios había hecho. Podían regresar simplemente a la época de Moisés y hablar de cómo se ahogaron los egipcios en su ejército. Podían hablar de las cosas increíbles como Dios escribiendo la ley en piedra en el monte Sinaí. Podían hablar de tantas cosas. La caída de Jericó. Habían visto cosas maravillosas en su pasado, pero nunca en su historia entera habían visto algo como esto. Este era un despliego de poder Divino que no tenía paralelos en la historia judía.
Y entonces ¿sabe usted lo que sucedió? Se asombraron. Se asombraron. La palabra se asombraron, thoumodzo es una palabra muy comprensiva, muy amplia. Puede significar que estaban asombrados. Estaban sorprendidos. De hecho, estaban súper asombrados. Hay una ocasión en donde Marcos 12:17 usa la palabra ekthoumodzo; estaban realmente sorprendidos, realmente asombrados. Y en Mateo 27:14, es usado asombro; y añade un pequeño término, lion, que significa excesivamente maravillados. Estaban asombrados más allá de cualquier asombro ante lo que Él hizo. Y fue algo que los dejó sin aliento. El ver las cosas que Él estaba haciendo. Era incomprensible para sus mentes humanas. Estaban en shock. Estaban asombrados.
La palabra incluye terror, asombro, así como los discípulos en el bar, que tenían más miedo cuando Jesús detuvo la tormenta que cuando la tormenta amenazaba sus vidas porque sabían que estaban en un barco con Dios; y cuando usted sabe que está en la misma barca con Dios y Él puede ver todo lo que hay en su corazón, eso lo aterra un poco. Entonces, la gente está literalmente asombrada.
En Lucas 9:43, esto lo puede resumir. “Y todos se admiraban de la grandeza de Dios. Y maravillándose todos de todas las cosas que hacía…” Literalmente era más de lo que sus mentes podían concebir. Se maravillaron, estaban fascinados. A tal grado, eventualmente en Mateo capítulo 21, sólo podía llegar a una conclusión; “Y la gente… aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” Ellos arrojaron hojas de palmeras a Sus pies. Esta es la multitud que está maravillada. ¿No es Él maravilloso? ¡Oh, es el Mesías!
Y de pronto, después vemos que escucharon que Él iba en contra de la institución, que predicaba un mensaje que ellos no querían oír, que era una amenaza para su seguridad, una amenaza para su vida. Y dice en Mateo 27 que la misma multitud clamó para que Él fuera crucificado y que Barrabás fuera liberado. Y que Jesús fuera ejecutado. Pero así es con las multitudes inestables, como usted puede ver. Las multitudes que están asombradas eventualmente clamaron por Su muerte. La inestabilidad de esa fascinación superficial. Es como Juan 6. Lo siguieron por la comida gratis, ¿verdad? Realmente no estaban interesados en lo que tenía que decir. A ellos les gustaba verlo a distancia. Les gustaba ver que hiciera Sus milagros. Estaban fascinados. Tenían cierto asombro. Aunque había cierto terror involucrado. Y si podía mantenerse a distancia, estaba bien.
Me sorprende la gente hoy en día, usted sabe. Van a ver estas películas que los aterran. Los aterra y se sientan y se quedan para ser aterrados. Y sudan. Algunos de ellos tienen que salir corriendo al lobby en momentos de terror. ¿Por qué la gente se forma en líneas largas para ver El exorcista? Bueno, usted sabe que hay cierta fascinación simpática en eso. Siempre y cuando usted esté sentado en asientos cómodos comiendo sus palomitas de maíz, puede irse cuando terminó.
Usted verá, no se quiere meter en la situación. Simplemente no le molesta que alguien más esté ahí. Hay algo en eso, y creo que es algo parecido a esta fascinación que tenían estas personas que estaban aterradas por Cristo, pero también estaban asombradas y sorprendidas por lo sobrenatural. Pero querían asegurarse de que estuviera a distancia; y cuando comenzaba a afectar su status quo, ahí finalizaba. Lo querían matar.
Muchas personas, han estado asombradas por Jesús sin conocerlo. Pilato dijo que era un hombre sin falla alguna. Pilato está en el infierno, hasta donde sabemos. Algunas otras personas pasarán su eternidad entera en el infierno que dijeron buenas cosas acerca de Jesús. Diderot dijo que Él era el que nadie podía sobrepasar. Napoleón dijo que era el emperador del amor. Strauss dijo que Él era el modelo más excelso de religión. John Steward Mill dijo que era la guía de la humanidad. Lekke dijo que era el patrón más alto de virtud. Bakant dijo que Él es el santo antes de Dios. Martineau dijo que Él es la flor divina de la humanidad. Ranan dijo que Él es el más grande entre los hijos de los hombres. Theodore Parker dijo que era el joven con Dios en su corazón. Francis Cobb dijo que Él era el regenerador de la humanidad. Robert Owens dijo que Él era el irreprensible y alguien que era una superestrella.
La gente siempre ha dicho ese tipo de cosas, inclusive en Su propio día, dijeron ¿qué tipo de hombres es este? No tenemos una categoría para Él. No hay categorías para este hombre. Y hoy en día, en el movimiento de Jesús, en la fascinación de Jesús, la curiosidad de la multitud que se maravilla, lo volvemos a ver. Aplauden a Jesús. Les gusta Jesús siempre y cuando sea cálido, siempre cuanto no los confronte. Mientras que usted predique amor y dulzura.
La otra noche estaba viendo que tenían unos premios de música. Y ahora tienen una nueva categoría para Jesús pop. Y ahí tienen a personas que se ponen de pie con el ganador de la categoría de Jesús pop. Siempre y cuando Él esté a distancia, es fascinante. Una personalidad fascinante. La gente quiere verlo en asombro. Hay un asombro en Él, pero no quieren acercarse demasiado. Digo, puedes hablar de Jesús todo lo que quieras si tan solo no condenas a la gente con el hecho de que Él condena a los hombres que viven en inmoralidad, que mienten, que hacen trampa, que son homosexuales, adúlteros o fornicarios, que no viven de acuerdo con la ley de Dios; y Él envía a ese tipo de personas a un infierno eterno. Si le dices eso a la gente, ya no están tan contentos, tan emocionados por eso.
Recientemente un pastor me estaba contando que algunos alumnos que tenían una reunión en un campus en la Universidad de Long Beach. Y pensaron que un asunto serio que estaban enfrentando los alumnos hoy en día era la moralidad. Y entonces, eran cristianos que tenían reuniones para afirmar los estándares bíblicos de moralidad. Dijeron, usted sabe, que habían sido muy bien recibidos hasta que tuvieran una sesión en particular acerca de la homosexualidad. La persona que estaba hablando se puso de pie y estaban en uno de estos salones tipo teatro. Y estaba hablando del hecho de que Dios condenaba a este pecado malo y entonces, uno de los principales miembros de la facultad, que es un homosexual, empezó a bajar por el pasillo principal gritándole groserías y profanidades, cosas viles y sucias mientras que el hombre está tratando de hablar. Y después, algunos de la comunidad homosexual en esa escuela escupían a los alumnos cristianos.
Bueno, Jesús está bien, como verá, siempre y cuando no confronte realmente el pecado. Y tan pronto como la gente se acerca lo suficiente para descubrir realmente de dónde viene, hombre, las cosas cambian muy rápido. No es seguro acercarse tanto. Usted siempre puede tratar con una persona santa a distancia. Me sorprende que los fariseos de la época de Jesús siempre estuvieran honrando a los profetas. Pero la gente que vivió cuando los profetas estuvieron vivos, los mataron. Y el único profeta que estaba vivo en la época de Jesús fue Juan el Bautista. Y lo mataron. Y después estuvo Jesús; y lo mataron.
Usted siempre puede lidiar con la santidad siglos atrás porque el tiempo hace héroes de todo el mundo si usted realmente no conoce los hechos. La gente siempre quiere mantener a la gente santa a distancia. La multitud mantuvo su distancia en una fascinación extraña, pero cuando se acercaron demasiado, conforme las cosas se movieron hacia el final, entonces se unieron a la segunda categoría aquí. Los religiosos que rechazan.
Obsérvelo en el versículo 34; y no vamos a ver esto porque va a venir en el capítulo 12; y lo veremos ahí. “Pero los fariseos decían”… Y ahí puede incluir un pequeño asterisco en su Biblia porque aquí es donde el odio de Jesús realmente llega a su culminación… “Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.” Ellos vieron que había expulsado al demonio de este hombre que no podía oír ni hablar, esa palabra ahí significa ambos. Es traducido modo en una versión, pero puede ser traducido mudo y sordo. Y dijeron, lo hizo. No lo podemos negar. Ellos nunca tratado de negarlo. Era imposible negarlo. Ellos simplemente dijeron Él lo hace por el príncipe de los demonios. Lo cual realmente es torpe si usted lo piensa.
Más adelante, en el capítulo 12, Jesús les dice: “Esto simplemente les muestra en dónde están que piensan que Satanás anda todos lados echando fuera a Satanás. Eso es tan ilógico en términos elementales que es absurdo. Pero no tenían una respuesta posible debido a la oscuridad de su corazón, no tenían un compromiso en creer la Verdad. Y entonces, inventaron la respuesta más absurda que podían imaginar. Esta es ignorancia deliberada.
Estaban tan comprometidos con deshacerse de Jesús que aún cuando vieron los milagros dijeron que eran hechos por el poder de Satanás. No es sorprendente que Jesús dijo “si no creen a Moisés y a los profetas, no creerán que alguien ha regresado de los muertos.” Y entonces, se movieron a un paso trágico en su rechazo. Ellos dijeron: “Él está haciendo esto por el poder del diablo.” Y entonces, concluyeron lo opuesto.
Ahora observe esto, si es tan amable. Ambos tipos de respuestas están mal. Ambos terminan para siempre en el infierno. Usted preguntará si ¿estas personas que rechazaron y blasfemaron y dijeron que Él era de Satanás y esta multitud que se maravilló y estaba fascinada y lo siguió y estaba asombrada e impresionada y dijo Hosanna? Sí, porque esa no es la respuesta apropiada. La respuesta apropiada es creer y recibir a Cristo, no sólo estar fascinado con Él. Eso es inadecuado.
Entonces, Mateo nos ha dado un buen retrato de respuestas a Cristo. Por un lado, hay gente que dice que quiere ser Su discípulo, que lo seguirá pero tiene esa comodidad personal. Tiene estas riquezas personales. Tiene estas relaciones personales; ‘mejor ahora no voy.’ Y después están aquellos como Mateo que vienen inmediatamente. Y hay aquellos como los recaudadores de impuestos y los publícanos quienes abrumados con sus pecados, vienen corriendo Cristo. Y después están estos religiosos enojados, irritados que comienzan a estar irritados y después se vuelven blasfemos y en última, se vuelven homicidas. Y después están los confundidos como los discípulos de Juan el Bautista que simplemente no pueden entender esto y por qué es tan diferente de lo que han conocido. Quizás han sido criados en otra religión y están tratando de entenderlo.
Y después, está esta gran masa de humanidad que no encaja en ninguna de esas categorías. Ellos simplemente son los que yo llamo la multitud asombrada. Ellos dicen ¡oh sí, Jesús es tan amable! Navidad y Pascua, maravilloso. Música Jesús Pop, lo que sea. Y están simplemente contentos de verlo a distancia y observar las cosas sobrenaturales que Jesús hace. Y en definitiva, están con los que lo crucifican, clamando por Su sangre. Y entonces, pongan mucha atención amados, pongan atención con la decisión que ustedes toman. Porque Jesús está puesto para el levantamiento y la caída de muchos. Oremos.
Padre, te damos gracias porque, tal como lo dijo un escritor británico, tenemos el mástil correcto en el cual podemos levantar nuestras banderas. Te damos gracias porque conocemos la Verdad y porque podemos venir a la Verdad quien no es ningún otro que Jesucristo. Sabemos, Señor, que este mensaje en esta mañana será para algunos sabor de muerte para muerte porque rechazan. Y los va a empujar a una mayor profundidad en su estado de mortandad. Hazlos más responsables a Dios. Para otros, un sabor de vida para vida porque ya están vivos. Esto va a hacer que sus vidas sean más ricas. Pero oramos, Padre, para que Tu Espíritu obre en todos nuestros corazones. Para aquellos de nosotros que tenemos vida, que sea una vida más abundante. Que nos comprometamos a una mayor obediencia. Para aquellos que sólo conocen la muerte, que éste sea el día en el que entran a la vida. Y te daremos gracias en el nombre de Cristo. Amén.
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