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Con gran gozo esta mañana llegamos al capítulo 10 de Mateo. En nuestro estudio continuo de este relato maravilloso, emocionante de la vida y ministerio de nuestro Señor nos encontramos comenzando una nueva sección, una nueva dimensión, conforme entramos al capítulo 10. Éste capítulo es marcado en el primer versículo por el llamado y la comisión de los discípulos. Y después, en el segundo versículo, son enviados como apóstoles. Es un cambio en el patrón del ministerio para nuestro Señor, es una parte crítica de la preparación de los doce. Es una nueva fase en la presentación de Mateo del trabajo del Rey mismo. Y realmente creo que conforme avancemos a lo largo de este capítulo 10, aprenderemos tanto acerca del discipulado, tanto acerca de lo que nuestro Señor hizo, lo que Él enseñó conforme Él preparó a los hombres, quienes llevarían la estafeta después de que Él se las diera. Y creo que conforme usted y yo juntos estudiemos este capítulo, nuestras vidas van a ser afectadas de manera dramática conforme nos toca con respecto a nuestro servicio al Señor Jesucristo.

Ahora, recordará a partir de nuestro último estudio juntos que nuestro bendito Señor vio a Israel, y ciertamente al mundo entero, como un vasto campo que debía ser cosechado. Esa la razón por la que en el versículo 37 Él dijo ‘la mies es mucha’. Toda persona está involucrada. Él podía ver a la multitud que venía a Él y después, conforme Él veía a esa multitud que se extendía por todo el mundo, Él podía ver a todos los hombres como un campo que debía ser cosechado. Y como compartimos con usted, la cosecha es el juicio. Jesús los vio a la luz de la inevitabilidad del juicio, la inevitabilidad de la condenación venidera. La inevitabilidad de la realidad inevitable, la inevitabilidad de que se dirigían hacia el infierno. Ellos eran el grano que iba a ser quemado o iba a ser almacenado en los graneros, que iba a ser recogido o echado afuera. Y ellos habían sido traicionados por sus pastores, quienes eran pastores falsos, quienes habían abusado de ellos, los había mutilado, los habían dejado moribundos.

Y cuando Jesús vio a la gente de esa manera, Él fue movido con compasión, como dice en el versículo 36. Literalmente, Él sintió el dolor de ellos, Él sufrió. A Él le dolió en la profundidad de Su ser conforme Él mismo experimentó su agonía. Y a partir de ello, Él llama a los discípulos, en el versículo 38, y les llama a orar y les pide que oren porque Dios envíe obreros. Debido a que es claro que Él mismo no lo puede hacer, entonces entramos a una nueva dimensión en el Evangelio de Mateo, conforme nuestro Señor comienza a añadir en Su propio ministerio a estos 12 hombres, quienes pueden incrementar el potencial de alcance en el campo que inevitablemente va a ser cosechado. Entonces, el Señor les pide que oren.

Y después, vimos la última vez al llegar al versículo 1 que Él llama a los que Él pidió que oraran a llevar a cabo el ministerio. Primero, en el versículo 38, es orar. Después, en el versículo 6 del capítulo 10 es ir. Y después, en el versículo 7, es prediquen. Aquellos que estaban orando son los que se convirtieron en los que van a ir y predicar. Como puede ver, cuando ellos comenzaron a ver el mundo como Cristo lo vio, cuando ellos habían visto con los ojos de Jesús, cuando ellos habían sentido con el corazón de compasión que Él tenía, entonces ellos habrían comenzado a orar y conforme comenzaron a orar, también habrían comenzado a ver que ellos necesitaban ir para advertirle los hombres acerca del juicio, a invitarles al Reino. La oración nunca es suficiente, como puede ver. Usted no puede simplemente quedarse contento con orar. Ahí tiene que estar la disposición de ir.

Martín Lutero tuvo un amigo, un amigo muy querido quien era un colega monje. Ellos estaban en la Iglesia católica, pero Lutero llegó a convencerse de que la justificación no era por la carne y la ley, sino que la justificación era por la fe; y él estaba convencido de eso, porque eso es lo que la Biblia dice. Y él determinó que iba a reformar a la Iglesia Católica y que iba a entrar al polvo y al calor de la batalla de frente, iba a ser el que iba a confrontar esto. Y su amigo le dijo a él que lo iba a ayudar porque creía igualmente lo que estaba haciendo. Ellos hicieron un acuerdo. Lutero entraría en el polvo de la batalla, él iría al mundo y pelearía y su amigo se retiraría a un monasterio y en ese monasterio, el oraría y buscaría a Dios a favor de la tarea de Lutero. Y él iba a orar y así es como comenzaron.

Y la lucha fue intensa para Martín Lutero. Y le reportó a su amigo; y su amigo aumentó su oración en favor de él. Y después, una noche, el biógrafo dice que su amigo tuvo un sueño. Y él soñó que vio al mundo como un campo. Y como conforme él veía este campo que se extendía por el mundo entero, como él lo podía percibir en ese sueño, él vio a un hombre solitario que iba caminando por ese campo tan grande como el globo. Y en el sueño fue aparente que esa era una tarea imposible y que quebrantaba el corazón de la persona. Él vio más de cerca en su sueño y vio el rostro de ese hombre; y era el rostro de su querido amigo Martín Lutero. Se despertó e inmediatamente fue a buscar a Lutero y le dijo a él esto: “debo dejar mis oraciones, porque Dios me ha mostrado que orar no es suficiente. Debo entregarme a la obra, al trabajo.” Entonces, él hizo a un lado su soledad pía y se metió al polvo, a la suciedad y al calor de la batalla para trabajar al lado de su amado amigo.

Y yo creo que ahí nos encontramos en Mateo 10. Que una sola persona, Jesucristo, ha caminado por el medio del campo solo, hasta ahora. Y ahora, él va a llamar a doce más como ministros. Él va a comisionarlos como Sus embajadores personales y enviarlos. Y el capítulo 10 es el registro de Su envío inicial para ayudar al advertir a los hombres de la cosecha de juicio inevitable.

Ahora, el enfoque principal del pasaje comienza en el versículo 5. Y a partir de ahí, hasta el final del capítulo, usted tiene la instrucción más maravillosa acerca del discipulado, la instrucción más maravillosa acerca de lo que sucede cuando usted va a ministrar para Cristo, son principios tremendos acerca de lo que es el predicar y representar al Señor Jesucristo. Y nos van a instruir, créanme, y tengo la confianza de que también nos cambiarán.

Pero antes de que lleguemos al versículo 5, realmente de tenemos que tratar de manera apropiada los primeros cuatro versículos. Son muy simples en términos de lo que dicen. Sin embargo, detrás de ellos, hay una riqueza tremenda que quiero que vea. Ahora, para esta mañana, simplemente quiero mencionar tres características de los primeros cuatro versículos. Tres elementos de la comisión de los doce. El primer lugar, su inicio. Y hablaremos mucho de eso; después, su impacto y de eso hablaremos brevemente; y después, la identidad, y hablaremos de eso la próxima vez. Pero vemos su inicio en el versículo 1, su impacto en el versículo 1 y después, su identidad es presentada en los versículos 2 al 4, conforme Él nombra a los doce.

Ahora, conforme vemos esto, quiero que piense conmigo, si es tan amable. Simplemente quiero explicarle alguna de las cosas que están detrás de su preparación y llamado de estos hombres; pero quiero que vea cómo se aplican a su vida. Quiero aplicarlas de manera directa a usted porque realmente creo que vamos a ver de la manera en la que Jesús preparó y llamó a estos doce y es un modelo tremendo para nuestro propio entendimiento del discipulado. Y quiero que aprenda cómo usted debe discipular a alguien más; y quiero que vea cómo Dios quiere discipular a usted. Y creo que usted lo verá aquí. Este es el modelo de discipulado de nuestro Señor, así es como Él preparó a los doce.

En primer lugar, veamos el inicio. Y vamos a pasar la mayor parte de nuestro tiempo aquí, en el inicio de los apóstoles. Y sólo tenemos una afirmación: “Entonces, llamando a Sus doce discípulos, les dio autoridad.” O “habiendo llamado a sí mismo a Sus doce discípulos, les dio autoridad.” Y conforme estaba leyendo eso, ‘y habiendo llamado a sí mismo a Sus doce discípulos’, comencé a pensar ¿cómo es que Él hizo eso? ¿Cómo es que Él inició esto? ¿Cómo es que Él los involucró? ¿Cómo es que los llevó al lugar en donde los llamó y los envió?

Bueno, primero miremos a la frase misma, el verbo es proskaleo y es un término simple. Kaleo significa llamar, pros significa hacia. Es una palabra intensa, significa llamar a alguien hacía usted de tal manera que esta cara a cara con esa persona. Tiene la idea de un llamado cara a cara de tal manera que una persona pueda recibir una comisión del otro. Esta es una comisión oficial. Él los llamó delante de Su rostro para darles mandatos, para darles una comisión, para enviarlos, para instruirlos, es la misma palabra usada en el capítulo 13 de Hechos, versículo 2, en donde Dios estaba llamando a esos líderes que estaban en la Iglesia de Antioquía. Una comisión, por así decirlo, oficial.

Ahora es el momento para comisionar a los discípulos y usted notará en el versículo 2 que dice ahí que estos eran los doce apóstoles, son los discípulos en el versículo 1 y son apóstoles en el versículo 2. Eran discípulos cuando estaban aprendiendo, eran apóstoles cuando fueron enviados. Discípulos significa aprendiz, mathetes significa aprendiz. Apóstol es apostello, significa ser enviado. Primero eran aprendices cuando fueron enviados. Y entonces, esta es su transición de ser aprendices en el versículo 1 a ser enviados en el versículo 2. Ellos han sido preparados y ahora son enviados. Nuestro Señor está llamándolos a trabajar con Él, Él los está llamando a recoger algunos de los perdidos que están agotados, que son ovejas, que no tienen pastor, ante los cosechadores, quienes son los ángeles nos dice en Mateo 13, para que vean a cortarlos y a llevárselos y arrojarlos al fuego del juicio. Es momento de evangelizar, es momento de predicar el Reino, es momento, como dice el versículo 6, de ir a las ovejas perdidas de la casa de Israel e ir a predicarles y decirles que el Reino de los cielos está cerca. Y entonces, éste es un punto crítico en la preparación de los doce. Y quiero que nos enfoquemos en eso por un momento.

Básicamente hubo cuatro fases en la preparación de Cristo de los doce y simplemente se las voy a dar de manera breve. Número uno, fue su salvación o su conversión. Y si usted ven algún momento, no ahora, pero en algún otro momento, a Juan 1:35 al 51 usted encontrará una ilustración del llamado inicial a la fe o a la conversión o el llamado a salvación que nuestro Señor utilizó en las vidas de esos doce. Él llamó a muchos, pero aquí Él señala a varios de ellos en Juan 1, quienes son muy conocidos por nosotros. Y ése es el llamado inicial, ellos fueron llamados a creer, fueron llamados a Cristo en un sentido de conversión. Pero después de eso, regresaron a sus trabajos, regresaron a su empleo secular, regresaron a sus hogares.

Y después, vino una segunda fase; y eso está registrado en Mateo, capítulo 4, versículos 18 al 22. Y esta fue la fase dos en la preparación de los doce. “Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres.” Ahora, ellos ya habían sido convertidos. Y créanme, ellos ya habían sido salvados en el sentido en el que creemos en la conversión o salvación, ellos ya habían creído en Cristo, ellos habían afirmado que Él era el Mesías como fue en Juan 1.  

Pero ahora, Él los llama dejar las redes y a dejar el empleo secular y a dejar sus hogares y a seguirlo de manera exclusiva y total. Este es su llamado, por así decirlo, al ministerio. Ellos han sido llamados a la salvación, esa es la fase uno; ahora han sido llamados a pegarse a Él de manera permanente, esa es la fase dos. Y Él los va a hacer pescadores de hombres. Si le gustaría ver esto desde una perspectiva, está fue su educación, su preparación. Fueron llamados a dejar su empleo, fueron llamados a dejar su estilo de vida y ya eran hombres adultos. Fueron llamados a dejar todo lo que ellos habían conocido en términos de ganarse la vida y fueron llamados a seguir a Jesús durante tres años para ser preparados. Esta fue su escuela.

Y por cierto, su preparación incluyó a muchas personas ya que a donde Jesús iba, había muchos discípulos. Algunos se quedaron y según Juan 6, algunos se fueron y ya no lo siguieron. Pero en medio de esto grupo, estaban estos doce especiales. Y ellos fueron preparados junto con todos los demás y quizás de manera más específica, porque el Señor sabía que estos doce eran especiales.

Ahora, hay una tercera fase de su preparación o su llamado. Primero fue la conversión, después, el ministerio. En tercer lugar, van hacer enviados. Y ahí es donde nos encontramos en el versículo 1 del capítulo 10. Esta no es la fase final, esta es la tercera fase y este es el envío y Marcos nos dice que fueron enviados de dos en dos. Y todavía no estaban listos para ir solos. Tenían que tener a otro para tener apoyo. Y también podría añadir que el Señor se quedó con ellos muy de cerca la fase tres. En cierta manera, Él fue como una mamá águila que estaba viendo a sus pequeños conforme comienzan a volar. Él siempre estuvo ahí y ellos estaban reportándole todo el tiempo y reportándole cómo iba todo. Aquí estaban actuando como practicantes. Este fue el momento en el que ellos salieron por primera vez en su primera misión a corto plazo y pudieron darse una idea de cómo era estar ahí afuera. Ser como practicantes.

Y después de un período de esta labor personal, regresaron al Señor y se quedaron de nuevo por mucho tiempo con el Señor siendo instruidos y siendo instruidos aún más y más; y por ciento, aprendieron ahora mejor porque habían estado ahí afuera y sabían dónde estaba el problema. Y después, también lo que necesitaban saber y había un poco más de desesperación cuando regresaron, un poco lastimados de este primer intento de estar solos.

Después, hubo una cuarta fase en la preparación de los doce y esa fue después de la resurrección y después de la ascensión. Cuando Cristo regresó al cielo, envió el Espíritu Santo, el Espíritu Santo vino a ellos y después, ellos se esparcieron y fueron por todo el mundo discipulando a las naciones. Y ese fue el envío final de los doce.

Entonces, una fase de conversión, hubo un llamado a sí mismo para la fase de preparación, hubo una fase de primera experiencia y después, hubo un envío final. Y al llegar al capítulo 10, estamos en la fase tres. Esta es su primera experiencia solos en el campo y Él no los deja ir muy lejos, pero lo suficiente como para aprender de dónde vendrá el problema. Su inicio en el ministerio, entonces lo llamamos el inicio. Fueron seleccionados por Jesús del medio de todos los discípulos que lo siguieron. Él sabía que iban a ser los que iban a ser los doce, Él los escogió, los seleccionó, Él inclusive seleccionó a Judas porque eso también encajaba con el plan profético. Él escogió a estos doce para que fueran aquellos que iban a ir por todo el mundo para establecer a la Iglesia y para verificar que Él era el Mesías y afirmar Su resurrección de los muertos como también Su muerte expiatoria. Él les enseñó y enseñó y enseñó para que pudieran ser los representantes de la dinámica del Evangelio.

Ahora, en el proceso de prepararlos, fase dos y fase tres, Jesús básicamente estaba superando cinco problemas manifiestos que ellos tenían y quiero hablar de esos. Cinco problemas que son muy comunes en el proceso del discipulado, sé que el Señor está llevando a cabo Su obra conmigo, porque en un sentido pequeño, yo soy un enviado. No soy uno apóstol oficial, nadie lo es en la actualidad, pero también soy enviado. La palabra todavía se aplica en mí, he sido enviado a predicar la palabra y también usted. Y conforme veo cómo el Señor lleva a cabo Su obra en mi vida, puedo ver paralelos de como Él llevaba a cabo Su obra en la vida de ellos.

Y algo que realmente me emociona es que Él no tuvo mucho con que trabajar en el caso de ellos y Él tampoco tiene mucho con que trabajar en mi caso, de hecho esto es muy gratificante. Él realmente tenía un grupo de hombres bastante ineptos. De hecho, si un religioso farsante hubiera escrito este Evangelio, si Jesús fuera algún tipo de fraude tratando de convencer a todo el mundo de Su perfección y convencer a todo el mundo de que Él era Dios, Él nunca habría escogido a doce personajes tan ineptos como estos, porque ya para cuando usted llega al final de la historia usted se pregunta si Él podrá salir adelante con ellos. Y algunas personas podrían cuestionar Su capacidad, simplemente en base a eso. Es algo maravilloso ver la honestidad de Dios conforme ve a Cristo tratando con hombres que son débiles. Y veremos eso en un momento.

Pero conforme entramos a esto, permítame tan sólo contarle un poco acerca del proceso de preparación. Y un poco acerca de cómo iniciaron y un par de cosas en el trasfondo. En primer lugar, fueron escogidos soberanamente. Eso es aparente. Ellos juegan una función crítica en la historia del mundo y de la eternidad también y Dios había preparado todo para que fueran escogidos de manera soberana. Dicen el versículo 1: “Llamando a Sus 12 discípulos.” De hecho, Marcos 3:13 es una afirmación maravillosa, dice: “Él llamo a sí mismo a los que Él quiso.” Fue Su decisión, fue Su voluntad, fue Su propósito soberano. No hubo una búsqueda ejecutiva. No fue, ¿a cuántos de ustedes les gustaría ser apóstoles? Levanten su mano. No fue eso. Si no pueden tener éxito, si son pescadores fracasados, quizás le gustaría entrar al ministerio. No fue así. Ellos fueron llamados por voluntad soberana y el propósito de Dios. Él sabía qué hombres quería y ello no fueron consultados y nadie más fue consultado, más que Dios Padre. Fue pre ordenado como Abraham, como Moisés, como Jeremías, fue pre ordenado como Isaías, fue pre ordenado como Juan el Bautista, pre ordenado como el apóstol Pablo, quien fue llamado al ministerio. Y entonces, Jesús dice en Juan 15: “No me elegisteis vosotros a Mí mas Yo os elegí a vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto.” Dios de manera soberana escogió estos individuos y así siempre así del patrón de Dios, Él ha escogido a Israel, Él escogió a los apóstoles y Él escoge a Su Iglesia y Él escoge a aquellos que le sirven dentro de Su Iglesia. De tal manera que aquellos que lo representamos a Él somos llamados según el propósito de Él.

Ahora, quiero añadir algo a esto. Ellos fueron escogidos soberanamente, pero en segundo lugar, ellos fueron escogidos después de una noche de oración. Sí, Cristo escogió a quien Él quiso, pero de manera maravillosa y asombrosa, en Su sumisión al Padre, ocurrió sólo después de que Él había buscado la voluntad del Padre. Esto es algo tan maravilloso en términos de discipulado, conforme escogemos a aquellos en quienes vamos a invertir nuestra vida y sólo debe ser de mucha oración, de tal manera de que así Dios nos pueda mostrar a quién nos debemos entregar. Escuche Lucas 6:12: “Y sucedió en aquellos días que Él, siendo Jesús, subió a un monte a orar y estuvo toda la noche en oración con Dios.” Él oró toda la noche. Después esto: “Y cuando fue de día, Él llamo a sí mismo a Sus discípulos y de ellos, del grupo entero, escogió a doce, a quien tan bien llamó apóstoles.” Él escogió soberanamente, fueron escogidos después de una noche de oración conforme el Hijo, en sumisión, en Su humildad, buscó sólo la voluntad del Padre.

Y en Juan 17, Él afirma que de hecho fueron los que el Padre quiso, dados por el Padre al Hijo. Él dice: “He manifestado Tu Nombre a los hombres que Tú me diste del mundo, Tuyos eran y Tú lo me los diste.” Juan 17:6. Él afirmó que fueron el regalo de Dios. Y entonces, estos hombres tan especiales, muy especiales, fueron escogidos por Dios y afirmados por el Hijo después de una noche entera de oración.

Entonces, fueron escogidos de manera soberana, ellos fueron escogidos a través de la oración y en tercer lugar, y esto es en lo que quiero enfocarme, ellos fueron escogidos para ser preparados; para ser preparados. La preparación es una parte esencial. Ellos no fueron escogidos simplemente para ser enviados. Tiene que haber un período de preparación, que para ellos fue una preparación de tres años, caminando con el Señor, dejaron sus redes, dejaron sus barcos, dejaron sus cultivos, dejaron sus negocios, dejaron sus puestos de recolección de impuestos; dejaron todo y siguieron a Jesús.

Y algunos han criticado. Un escritor dice: ‘no tienen ocupación, han cedido las búsquedas en las que estaban involucrados. Su pesca, su recolección de impuestos y su agricultura. Ellos no tienen negocios, simplemente andan por todos lados atrás de su líder hablándose el uno al otro o a Él y cuando Él les habla a las personas que comienzan a recolectar, ellos escuchan como el resto de la gente. Lo único que hacen es estar con Él de lugar en lugar, no hacen nada y comienza a preguntarse si esto no está dañando y dando lugar a una mala reputación de que doce adultos no hacen nada sin propósito aparente y siendo negligentes con deberes obvios para hacer esto.’ Fin de la cita. Doce hombres adultos simplemente caminando por todos lados, como un grupo de flojos. Supongo que podría verlo así. Pero por otro lado, tiene que haber preparación. Hay muchas personas que son llamadas a Cristo y quizá son llamadas al ministerio y ellos son como este hombre que se subió al caballo y empezó a correr en toda dirección como loco, simplemente quería ir, sólo que no sabía dónde o lo que iba a hacer. Pero Jesús sabía que necesitaban ser preparados, ser instruidos, volverse discípulos, mathetes, aprendices antes de que pudieran ser enviados. Moisés pasó 40 años siendo preparado. Pablo, sólo tres años. Y estos, tres. Moisés debió haber sido un caso difícil. Algunos de nosotros hemos pasado 3, 4, 5 años en el seminario. Otros han pasado años y años y no en educación formal, sino aprendiendo la Palabra de Dios, quizás siendo instruidos por otro cristiano.

Pero tiene que haber un tiempo de preparación antes de que uno pueda ser enviado. Y no puedo imaginar una emoción más grande que ser preparado por el Señor mismo, ¿usted sí? Digo, esto es asombroso simplemente caminar y en Mateo 11:29 Él dijo al grupo que los incluía ‘aprended de Mí ‘. ¡Hombre, qué preparación! Escuche, el aprendizaje no sucede porque usted se sienta en una clase y escucha una clase. El aprender realmente se lleva a cabo cuando usted ve a un hombre santo, a una mujer santa viviendo la vida. Allí es donde usted aprende. Usted aprende del patrón y de la coherencia de la vida y eso es el discípulado. No son diez semanas en una clase, es caminar con una persona piadosa y sentir como late su corazón y oírlos hablar y verlos orar y pasar tiempo con ellos. Ahora, para ser franco con usted, no fue un trabajo fácil preparar este grupo de hombres. El mejor de ellos, su líder, Pedro, todavía no tiene idea de lo que estaba siendo inclusive después de la resurrección. Bueno, realmente eran un grupo de ineptos. Y es bueno ver eso, sus defectos, porque nos da esperanza de que Dios nos puede usar.

Ahora, permítame llegar a las cinco cosas con las que creo que Jesús tuvo que trabajar, que superar, y usted las va a ver en su propia vida. Ellos fueron escogidos de manera soberana, ellos fueron escogidos también por la oración y fueron escogidos para ser preparados. Y en la preparación, el Señor tuvo que enfrentar cinco ineptitudes básicas y es lo mismo con nosotros y es lo mismo con la gente a quienes discipulamos.

Número uno, careciendo entendimiento espiritual. Ahora, es bastante difícil comenzar ahí, ¿no es cierto? Usted va a trabajar con doce hombres para evangelizar al mundo entero, solo que tiene un problema, ellos no comprenden la verdad espiritual. ¡Hombre! Esa es una manera difícil de comenzar, pero eso es exactamente lo que Él tenía, ellos eran ciegos, ellos eran torpes, no entendían las parábolas. ¿Sabe una cosa? No puedo evitar el reírme cada vez que el Señor les dice: ‘¿entienden esto? Y sabe usted lo que ellos siempre dicen. Ellos dicen ‘sí Señor’. Ellos siempre dicen eso. ‘¿Entendieron?’ ¡No! No entendieron. Pero carecían de tanto entendimiento que no sabían que no entendían. Y entonces, ellos siempre decían: ‘sí, Señor, entendemos.’ No entendían las parábolas, no entendían los preceptos que Él enseñó. Era difícil traspasar todos los prejuicios que tenían y sus actitudes preconcebidas. Pedro le dijo a Él en el 15:15 ‘explícanos esta parábola’ y Jesús les dijo ‘¿también carecen de entendimiento?’ Digo, ¿todavía no entienden? Ahí hay cierta frustración ahí, ¿no es cierto? Él los reprendió, ¿todavía no entienden?  

La primera clase que tomé en el seminario una clase muy difícil, y nunca olvidaré esa clase. No la entendía, ni siquiera entendía el vocabulario. Y estaba tomando hebreo y griego y todo lo demás al mismo tiempo y tenía dieciocho unidades en mi primer semestre y llevaba toda esta carga. Y estaba tratando de escuchar a todas estas voces todo el día. Y en una clase, un compañero hizo una pregunta y el profesor le respondió. El profesor tenía prisa de cubrir muchas cosas y nadie realmente sabía de qué estaba hablando. Pero él tenía que explicárnoslo y realmente no lo estábamos escuchando, no le estábamos poniendo mucha atención. Y otro hombre levantó su mano y realizó la misma pregunta y había pasado cinco minutos respondiendo esa pregunta. ‘Oh’, le dijo, ‘Señor, si usted no puede hacer una pregunta más inteligente que esa, no haga una pregunta’. Ya respondí a esa pregunta. Bueno, el resto de la clase simplemente se hundió en el asiento y nadie hizo ninguna otra pregunta después de eso. Y fue una gran lección acerca de escuchar. Fue una gran lección acerca de tomar notas de lo que estaba pasando y poner atención. Y nuestro Señor está diciendo lo mismo. Ahora, sé que este maestro entendió el modelo. ¿Me están diciendo que todavía no entienden eso? Tienen que aprender a escuchar y percibir.

En Lucas 18, simplemente para mostrarle cómo esto se lleva a cabo todo el tiempo, más adelante en su tiempo juntos, los tomó aparte en el versículo 31 del Lucas 18: “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.” Ahora, eso debería haber sido la clave aquí. Todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre van a ser cumplidas. Bueno, entendemos eso, podemos entender eso, sabemos lo que los profetas enseñaron. “Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará.” Y todas las cosas que el Antiguo Testamento había presentado, algunas de manera explícita y otras de manera velada, todo será cumplido y el versículo 34: “Pero ellos nada comprendieron de estas cosas,” nada. ¿Y sabe una cosa? Si yo fuera el Señor en ese punto, yo habría dicho ¿estás seguro que estos son los doce hombres correctos? Digo, hemos estado juntos mucho tiempo. Digo, ¿no podrían haber entendido algo de esto? ¿Nada de esto?

Pero mientras tanto, decían ‘sí Señor, entendemos’. No sea engañado por aquellos que piensan que comprenden lo que usted dice, asegúrense que lo entienden. Ellos no entendieron las parábolas, no entendieron los preceptos y como lo señalé, ellos ni siquiera entendieron el sufrimiento de Cristo. En Juan 13, Jesús se humilló a sí mismo y lavó sus pies y Pedro le dijo ‘nunca lavará mis pies’ y Jesús le dijo ‘Pedro, no entiendes lo que estoy haciendo, ¿verdad?’ No lo entiendes, pero lo entenderás en el futuro. Y en Mateo 16 Pedro dice ‘nunca irás a la cruz’. Y Él le dice ‘Quítate de delante de mí, Satanás’. Todavía no lo entiendes. Y así fue. Y después de la resurrección y Pedro había visto al Cristo resucitado. Pedro y todos sus compañeros regresaron a pescar, ¿puede imaginarse? Regresaron adonde comenzaron. El Señor viene y claro, Él redirigió a todos los peces en el mar y ninguno de ellos se acercó al barco. Nunca volverían a pescar. Y después, Él los lleva a la costa y les dice realmente qué está pasando. ¿Me amas Pedro? Entonces, alimenta a Mis ovejas. Eso te llamé a hacer. Como puede ver, aquí en Juan 21, él todavía no entiende su función. Él todavía no entiende su función, no entiende el propósito de los sufrimientos de Cristo, no entendieron los principios, no entendieron las parábolas. Falta de entendimiento. Y eso es parte del proceso del discipulado. Tiene que superar eso. ¿Cómo superó eso Jesús? Simplemente enseñar, enseñar, enseñar, enseñar. De hecho, cuando Él regreso de Su resurrección, durante 40 días en Hechos 1, simplemente dice que Él les enseñó las cosas que tenían que ver con el Reino de los cielos. Simplemente enseñar, enseñar, enseñar, enseñar. Él enfrentó su falta de entendimiento mediante la instrucción.

Ahora, tuvieron un segundo problema, falta de humildad. Eran un grupo orgulloso, lleno de envidia y de celos. Simplemente, puedo ver al Señor caminando por el camino y vienen detrás de Él, codeándose el uno al otro, empujándose el uno al otro. Y usted pregunta qué me hace pensar eso de esos dos apóstoles, qué me hace hablar de ellos de esta manera. Bueno, veamos cómo el Señor habló de ellos, Marcos 9, versículo 33: “Y llegaron a Capernaúm y estando en la casa, Él pregunto esto: ¿de qué estaban hablando por el camino? ¿Por qué estaban peleando tras de Mí? Como puede ver, Él va caminando y Él sabe qué está pasando ahí. Y ellos guardaron silencio. Simplemente, guardaron silencio. Porque ellos habían estado hablando entre sí mismos, escuche esto, acerca de quién sería el mayor. Buenos hombres, ¿verdad? Realmente abnegados, humildes. Mientras tanto, nuestro Señor está caminando y aquí atrás están ellos peleándose acerca quién será el mayor. Y Él los sentó y trajo a un niño pequeño les dio una lección de humildad. ¡Qué reprensión!

Observe Mateo 20. Ahora, el argumento realmente se calentó acerca de quién sería el mayor, el más grande. Y Jacobo y Juan tenían las suficientes agallas como para meter a la mamá en el asunto. Y entonces, en Mateo 20, versículo 20, “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en Tu Reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a Tu izquierda.” Bueno, les voy a decir algo, eso realmente es osado. Digo, realmente tenían tantas ganas de esto que no tuvieron la valentía de pedirlo y le pidieron a su mamá que lo hiciera. Y están ahí al lado de su mamá mientras que ella hace esta petición ridícula, egoísta. “Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís.” Pero eso era típico, no sabían lo que oían, por lo tanto, no sabían lo que pedían. “¿Podéis beber del vaso que Yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que Yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos.” ¡Claro! ¡Claro! Podemos enfrentar cualquier cosa. ¡Claro que podemos! “Él les dijo: A la verdad, de Mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a Mi derecha y a Mi izquierda, no es Mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por Mi Padre.” Y de lo que Él estaba hablando era del martirio y persecución en el caso de Jacobo, martirio y en el caso de Juan, persecución y exilio. Van a enfrentar el dolor y el sufrimiento y la angustia, nada más que no van a estar sentados a Mi derecha y a Mi izquierda, porque no está en Mí el darlos.

Y después, versículo 24: “Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos.” ¿Por qué? ¿Porque no celebraban un orgullo así? No. Porque estaban un enfrente del otro. Estaban enojados porque Jacobo y Juan iban a recibir esos lugares y no ellos. Su indignación no era justa sino egoísta. Y Él les dice, cuando ustedes hombres están enojados por lo que significa ser un líder. Versículo 27: “Y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo.” Ustedes no lo entienden bien, están equivocados. Y Él tuvo que enseñarles. Y después, Él se puso a sí mismo como ejemplo: “Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos.”

Ahora, Él tuvo que enfrentar su falta de humildad, ¿cómo lo hizo? Yo creo que la enfrentó al darles una demostración de Su propia humildad. Él se asemejó a sí mismo a un niño pequeño en Marcos 9. Él se asemejó a sí mismo a un siervo. En Juan 13 lavó sus pies y después les dijo que ‘deben amarse el uno al otro como Yo lo he hecho’. ¿Verdad? Un nuevo mandamiento, ámense el uno al otro como Yo los he amado. En otras palabras, Él superó su falta de entendimiento mediante la instrucción y superó su falta de humildad mediante el ejemplo, Él usó un ejemplo de Su propia vida como una herramienta de enseñanza.

Y tuvieron un tercer problema. Tenían una falta de fe. Lo cual es bastante severo si usted va a estar en el ministerio, si usted no cree en Dios. Tenían una falta de fe. Y una y otra vez. De hecho, probablemente la frase que con mayor frecuencia Él les repitió fue esta: “Oh, hombres de poca fe.” Él hizo tantas cosas y aun así no vieron. De hecho, en Marcos 4:40, Él les dice ¿cómo es que no tienen fe? ¿Cómo es que después de todo esto todavía no tienen fe? ¿Cómo puede ser? ¿Cómo es posible?

Al final del Evangelio de Marcos en el capítulo 16 y versículo 14 dice que Él los reprendió debido a su incredulidad y dureza de corazón porque ellos no creían a aquellos que lo habían visto después de que Él había resucitado. Ni siquiera creían los reportes de la resurrección. ¡Qué grupo con que trabajar! y ¿cómo es que usted los transforma en aquellos que van a cambiar el mundo? Hombre. ¿Cómo enfrentó su incredulidad? Mediante milagros, mediante obras poderosas, al mostrarle una y otra vez Su poder. De hecho, los milagros, voy a ser muy honesto con usted, yo creo en mi corazón yo creo que Él hizo primordialmente los milagros para los discípulos, no para las multitudes, eran secundarias. Los discípulos necesitaban estar seguros y tener la confianza absoluta, necesitaban saber que la resurrección realmente sucedió. Él les apareció y les apareció una y otra vez y dejó que lo tocaran y lo sintieran y lo vieran, tenían que saber y Él se mostró a sí mismo, Hechos 1, mediante muchas pruebas inevitables. Entonces, Él superó su falta de entendimiento con la enseñanza. Él superó Su falta de humildad con el ejemplo, Él superó su falta de fe con milagros y obras poderosas. Todo esto fue parte del proceso de enseñanza.

Ellos tuvieron un cuarto problema, falta de compromiso. Falta de compromiso. Ellos decían ‘nunca te dejaremos’. Todo el mundo te dejará, dice Pedro, yo nunca te dejaré. Yo nunca te negaría. Oh, realmente hablaron mucho de eso, pero cuando llegaron a la crisis de esa hora terrible, cuando Cristo más lo necesitaba, desaparecieron. Y Pedro estaba negando y Judas estaba traicionando y los otros diez simplemente se esparcieron, se salieron de ahí. Ellos no podían enfrentarlo, se fueron. Hablaron mucho. En Lucas 5:11, ¿sabe usted lo que dice? Él llamó a Sus discípulos, “dejaron todo.” ¿No es eso interesante? Cuando Él los llamó, ellos dejaron todo.

En Marcos 14:50 dice “todos los discípulos, dejándole, huyeron”. Desertaron a Cristo cuando vieron las espadas, las estacas, las linternas y a los romanos. Cuando comenzaron a oler la muerte, se fueron. O sí, pensaron que iban a estar bien, pero no están bien. ¿Cómo es que Cristo Jesús enfrentó eso? ¿Cómo enfrentó eso? Lucas 22:31, simplemente me encanta esto. Aquí Pedro es el punto en su negación. “El Señor dice Simón, Simón,” Él se refiere a él usando su nombre antiguo, porque él está actuando como su nombre antiguo, “Simón, Simón,” escuche esto, “Satanás os ha deseado para zarandearos como trigo.” Él quiere probarte Pedro, y vas a huir y vas a negarme, pero aquí está el remedio. “Yo he orado por ti, que tu fe no falle.” Deténgase ahí. ¿Cómo enfrentó Jesús su falta de compromiso? Él lo enfrentó mediante la oración. He tratado de discipular a hombres en mi vida, hombres con una falta de entendimiento y he tratado de trabajar con eso al enseñarles. Hombres con falta de humildad; y he tratado de trabajar con eso al tratar de demostrarles el espíritu correcto. Hombres con una falta de fe; y he tratado de vencer eso al mostrarles de manera dramática el poder de Dios. Y hombres con una falta de compromiso; y he tratado de enfrentar eso mediante la oración por ellos.

Un quinto problema que tuvieron fue una falta de poder. Eran impotentes, tenían una falta de poder. Ellos eran inútiles y débiles. Para una ilustración de eso, y hay muchas, pero una sería Mateo 17: “Cuando llegaron al gentío, vino a Él un hombre que se arrodilló delante de Él, diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Y lo he traído a Tus discípulos, pero no le han podido sanar.” Ahora, ellos están tratando de hacer todo lo que pueden, pero nada sucede. “Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.”

¿A quién cree usted que le estaba hablando? Bueno, algunas personas creen que le estaba hablando a la multitud entera, algunos creen que les estaba hablando a los doce. Hombres, ¿por cuánto tiempo tengo que tolerar esto? “Traédmelo acá. Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora. Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno.” Gran fe, oración intensa. Ellos eran impotentes, no tenían poder. ¿Cómo enfrentó eso? Yo creo que Él lo enfrentó de una manera maravillosa. En Juan 20 dice que Él: “Exhaló sobre ellos y dijo: recibid el Espíritu Santo.” Y en Hechos 1:8 dice que “cuando el Espíritu Santo venga, recibiréis poder.”

Escuche, muy simple. Los discípulos fueron escogidos soberanamente por Dios para que fueran asociados de Cristo para fundar la Iglesia. Ellos fueron escogidos a través de la oración, ellos fueron escogidos para ser preparados y en su preparación ellos tenían que superar una falta de entendimiento espiritual a través de la instrucción, una falta de humildad a través del ejemplo, una falta de fe a través de milagros maravillosos, una falta de compromiso a través de la oración y una falta de poder a través de la agencia del Espíritu de Dios en su vida. Y la lección para nosotros en la misma, cuando usted discipula a alguien, usted tendrá los mismos por problemas con los mismos remedios. ¡Qué grupo! Pero como lo dice un escritor, y cito: “En ellos Él vio debilidad escondida y una fortaleza potencial. Había una abundancia de cizaña con unos cuantos granos de trigo que necesitarían mucha limpieza, pero Él lo iba a hacer. Los gérmenes de promesa estaban ahí y con el tiempo, darían lugar al fruto perfecto. Él creyó en los hombres que Él había escogido y lo que era más, Él tenía confianza absoluta en Su propio poder para hacer lo que Él quería que fueran.” Fin de la cita. Hay esperanza para nosotros.

Hombre, me identifico con esos doce, ¿usted no? Me da tanto gusto que Dios pueda usarme a mí, me da tanto gusto que puedo encontrar a otros e invertir mi vida en ellos. Y ellos, cumplieron la tarea, así fue. Él los transformó, Él realmente lo hizo. Y cuando los vieron en Hechos 4:13, todos los líderes en Jerusalén los vieron y dijeron: ‘estos hombres ignorantes e incultos, ¿cómo es que pueden hacer esto?’ Ellos literalmente han llenado a Jerusalén con su doctrina y no están preparados, de hecho, son ignorantes y no están preparados.

Pero dice esto: “Se dieron cuenta,” me encanta esto, “de que habían estado con Jesús.” ¿No es eso bueno? ¿Cómo sabían que habían estado con Jesús? Le voy a decir cómo sabían. Ellos hicieron las mismas cosas que Jesús hizo. Ellos dijeron lo mismo que Jesús dijo, amaron de la misma manera en la que Jesús amó. Finalmente, el trabajo fue realizado y ellos salieron como espejos vivientes reflejando a Cristo. Y esa la razón por la que finalmente terminaron llamándolos cristianos, lo cual significa ¿qué? Pequeños cristos. Y todo se encierra en Lucas 6:40, escuche esto: “el discípulo no está por encima de su maestro, sino que después de que toda persona haya sido preparada de manera completa, será como su maestro.” ¿No es eso maravilloso? Jesús los preparó durante tres años y cuando salieron, eran como su maestro. Y se graduaron. Y creo que el día de graduación está en Juan 15, cuando Jesús les dijo “ya no os llamaré siervos, ahora los llamaré amigos.” Ese fue su día de graduación. Se habían graduado. Esa noche, en el aposento alto, antes de Su muerte, Él les entregó sus certificados. Ellos se habían graduado. Piénselo, piénselo. Lo que habían aprendido al estar con Cristo, literalmente transformó sus vidas y como resultado, transformó al mundo.

¿Puede imaginarse caminar diariamente con Jesús? ¿Puede imaginarse oír Su sabiduría sin paralelos, todo lo que Él dijo fue perfectamente sabio y absolutamente verdadero? ¿Puede imaginar estar con alguien que nunca se enojó sino que se indignó de manera justa por cosas que atentaron contra la gloria de Dios? ¿Puede imaginarse estar con alguien quien se preocupaba por nada en sí mismo, sino que de manera total se preocupaba por los demás? ¿Estar con alguien que estaba totalmente consumido y literalmente agotado con hacer la voluntad y la obra de alguien más? ¿Puede imaginarse estar con alguien que podía amar a cualquier persona y a todo el mundo? ¿Alguien que podía resucitar a los muertos y sanar o curar a los enfermos y darle vista a los ciegos y oído a los sordos?

Bueno, había tenido un efecto en ellos y usted no recibe ese tipo de preparación al sentarse en un salón de clases, usted lo recibe el estar caminando con un hombre piadoso. Ese es el proceso del discipulado, ellos estuvieron ahí con Él, ellos estuvieron con Él dice. Los doce fueron ordenados de acuerdo con Marcos 3:14 para que estuvieran con Él. Ése es el proceso, estuvieron con Él y se volvieron como Él. Así es como funciona el discipulado. Y funciona en el caso de ellos; y ellos cambiaron el mundo.

¿Puedo añadir un punto final? Fueron escogidos soberanamente. Fueron escogidos después de una noche de oración, fueron escogidos para ser preparados y finalmente, fueron escogidos para ser enviados. Y esa es la razón por la que usted tiene en el versículo 1 del capítulo 10 discípulos siendo preparados y en el versículo 2 apóstoles, los nombres de los doce apóstoles. Ellos fueron escogidos para ser enviados, apostello. Apostello significa despachar, apo, desde. Despachar desde. En el griego clásico, la palabra es usada casi siempre de una expedición naval enviada a una ciudad extranjera o a un país extranjero. En otras palabras, alguien envió al servicio extranjero. Muy bien, usted ha sido preparado y ahora, va a ser enviado. Ellos se volvieron los enviados y eso es lo que apostolos significa, una enviado.

Amados, no es suficiente ser salvos, no es suficiente ser llamados a servir a Cristo, no es suficiente ser preparados, es sólo suficiente cuando todo eso se hace. Y entonces, sale. Y esa es exactamente la razón por la que Mateo nos dice que debemos ir por todo el mundo y hacer discípulos. Hemos sido hechos discípulos para hacer discípulos. El Señor hizo a doce individuos maravillosos con una excepción, reemplazado después en las filas y en Mateo 19:28 Él dice que hay 12 tronos para ellos, ellos van a ser elevados a lo largo de toda la eternidad. El proceso se completó en sus vidas y debemos estar en ese mismo proceso. ¿Está usted siendo discipulado?, ¿está usted aprendiendo con miras a ir? ¿Está usted discipulando?, ¿está usted preparando a alguien con miras a enviarlo alcanzar a otros, sea aquí o alrededor del mundo? Como puede ver, la preparación y el envío son dos lados de la misma manera. El discipulado y el apostolado van de la mano. Fase uno, síganme; fase dos, váyanse y lleven el mensaje. 

Entonces, conforme llegamos al capítulo 10, comienzan con su primera tarea, con su primera misión a corto plazo, aprendiendo al hacer. Ellos van a salir y van a encontrar todo tipo de problemas, ellos van a regresar y cuando hayan regresado, van a pasar muchos meses más con Jesús y Él les va a enseñar a partir de esa experiencia. Y finalmente, la fase cuatro, la fase final vendrá cuando el Espíritu entre en ellos y los va a llenar; y ellos van a ir a bautizar y a enseñar a las naciones. ¡Qué patrón tan maravilloso! Ése es su inicio.

Lo segundo, y simplemente voy a mencionar esto, es su impacto. Cuando ellos salieron, tuvieron un impacto. Dicen el versículo 1: “Tuvieron autoridad (o exousia, lo cual significa el derecho) de tener poder sobre espíritus inmundos para que los echase fuera y para sanar todo tipo de enfermedad y toda dolencia.” ¿Por qué? Porque eso demostraría que eran de Cristo, porque estaban haciendo las mismas cosas que Él hizo. Y usted puede seguirlos a lo largo del libro de los Hechos y ¿qué están haciendo? Echando fuera demonios y sanando a los enfermos. Ellos tuvieron un impacto. Hicieron lo mismo que Jesús hizo, Jesús echó fuera demonios, Jesús sanó a los enfermos. Ellos manifestaron el mismo tipo de poder del Reino que Jesús manifestó. Y entonces, estaban ligados de manera inseparable con Cristo y tuvieron un impacto tremendo, ellos voltearon de cabeza a Jerusalén y después, voltearon de cabeza al mundo y adondequiera que ellos fueron, hubo problemas. La gente fue convertida debido a su impacto.

Después, Él habla de su identidad en el versículo 2: ¿quiénes fueron? Eso es para la próxima vez. Y el próximo día del Señor, le voy a contar un poco más acerca de cada uno de ellos, para que usted los conozca de manera personal. Oremos.

Padre, gracias en esta mañana por nuestro tiempo juntos, gracias por mostrarnos cómo Jesús discipuló a hombres, cosas que Él pudo superar en Su poder y cómo Él lo hizo. Que aprendamos de esto. Que nos veamos a nosotros mismos en el proceso de ser aprendices, mathetes, sin embargo que nos convirtamos en apóstoles, apostolos. Siendo preparados para ir, para ser enviados. No de una manera oficial, no en una manera como esos doce especiales para quienes está reservados doce tronos, no obstante, siendo enviados. Prepáranos Señor y ayúdanos a preparar a otros, envíanos y ayúdanos a enviar a otros para que la obra que Tú comenzaste, continúe. Que discipulemos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Señor Jesús y enseñándoles a guardar todas las cosas que Tú mandaste. Llevándolos a la madurez y después, enviándoles.

Oramos Padre por aquellos en medio de nosotros que quizás han sido convertidos, que han sido llamados a Cristo, que han llegado al segundo punto de ser llamados a servir. Quizás ellos están resistiendo la preparación o quizás han sido preparados y están resistiendo el envío final. Señor, habla a cada uno de nosotros en dondequiera que estemos, que algunos Señor, que todavía no han venido por primera vez a seguir a Jesús en fe, que así sea, que vengan. En dondequiera que estemos Señor, atráenos a Ti mismo, lleva a cabo Tu obra perfecta en cada corazón. En el nombre de Cristo. Amén.

 

 

 

 

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