Estoy emocionado en esta mañana por poder regresar a Mateo, capítulo 13. Después de un par de meses de habernos desviado del estudio del tema de la adoración, ahora regresamos a este maravilloso Evangelio de Mateo. Espero que tenga su Biblia a mano ahí y abierta en Mateo, capítulo 13. Realmente, sólo tendremos una breve introducción al capítulo y apenas entraremos a él. Pero lo que tenemos que hacer esta mañana es totalmente importante.
Ahora, el maravilloso capítulo 13 de Mateo marca una nueva división en el Evangelio de Mateo. Es un punto muy claro del comienzo de una nueva sección de pensamiento. Nos abre una nueva perspectiva en el ministerio de nuestro Señor. Permítame ver si puedo explicarle esto. El Evangelio de Mateo está dirigido primordialmente a presentar a Jesucristo como el Rey, el Hijo de Dios, el Mesías. El heredero legítimo al trono de David. Y comenzó en el capítulo 1 a mostrarlo como el que debía reinar porque Él estaba la línea mesiánica. El de hecho es el hijo de David.
En el capítulo 2, Su derecho a reinar fue afirmado por aquellos que fueron conocidos como los hombres sabios, los magos. Y ellos afirmaron en su propio entendimiento de la profecía y a través de la dirección del Espíritu de Dios, ellos fueron guiados a confirmar que Éste era el Rey. Esto es afirmado nuevamente en el capítulo 3 por el testimonio de Juan el Bautista, quien fue el precursor pre ordenado del Rey. Después, en el capítulo 4, el Rey de nuevo fue certificado por su conflicto con Satanás. Y el hecho mismo de que Jesús venciera a Satanás conquistando el reino de las tinieblas fue un testimonio claro del hecho de que Él era el Rey Ungido escogido por Dios. Porque sólo el rey de Dios podía vencer a Satanás.
Habiendo entonces afirmado de una manera positiva en los capítulos 1 al 3 y en una manera negativa en el capítulo 4 que Jesús es el Rey, Él entonces hablar con autoridad en los capítulos 5, 6 y 7. Él habla como un rey. Y usted tiene los principios de Su Reino en los capítulos 5, 6 y 7, en ese gran Sermón del Monte. Después, en los capítulos 8 al 10 usted encuentra las credenciales del Rey. Y allí están Sus milagros. Tres capítulos llenos de milagros. Son las credenciales proféticas conforme Él una y otra vez se presenta a sí mismo como el Rey en Su poder sobrenatural. Y paralelo a Sus credenciales en los capítulos 8, 9 y 10 hay un rechazo que se va incrementando, es una situación muy extraña. Entre mayor es la evidencia de que Él es el rey, mayor es el rechazo, lo cual muestra la ceguera profunda del pueblo.
Finalmente, usted llega al capítulo 11 y Jesús denuncia a la nación pecaminosa de Israel por rechazarlo y les promete juicio severo. Después, Él cierra el capítulo 11 con una invitación: “venid a Mí todos los que estáis cansados y cargados y Yo os haré descansar.” Y entonces, partir del mensaje del juicio viene de nuevo el mensaje de gracia; una invitación.
Y después, cuando usted llega al capítulo 12, el rechazo llega a su clímax y el pronunciamiento de juicio llega a su clímax también. Su rechazo final se resume en el hecho de que acusan a Jesús de ser satánico. Y Jesús entonces, pronuncia un juicio final en contra de los líderes y dice: “ustedes están más allá del punto de ser perdonados.”
Pero inclusive el capítulo 2 se cierra con otra invitación. Versículo 50: “porque todo aquel que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos, ese es Mi hermano y hermana y madre.” ¿Y cuál fue la voluntad del Padre en el cielo? De manera clara, el Padre había dicho: “Este es Mi Hijo amado, a Él oíd.” Y todo aquel que reconociera a Jesús como el Hijo de Dios y el que oyera Su mensaje entraría en una relación íntima con Jesucristo.
Entonces, se ha probado que Cristo es el Rey, el pueblo lo ha rechazado a Él como Rey. Él ha pronunciado juicio en contra de ellos y, sin embargo, Él ofrece una invitación a todo aquel que crea. Y entonces, conforme usted se acerca el capítulo 13, la situación ha sido determinada. Israel ha rechazado al Rey. Israel, por lo tanto, ha rechazado al reino porque usted no puede separar al reino del Rey. Durante siglos ellos habían esperado al Mesías. Durante siglos, ellos habían esperado el establecimiento del Reino de Dios en la tierra. Ellos habían esperado los tiempos de refrigerio, la restauración, que se volviera a conceder la gloria y la bendición que el hombre poseía antes de la caía. Y cuando fue ofrecida a ellos, ellos la rechazaron y la perdieron en esa generación. Y entonces, conforme usted entra al capítulo 13, usted entra a una nueva dimensión, una nueva perspectiva en el ministerio de Cristo.
Stanley Toussaint en su comentario de Mateo dice, y cito: “sin ver que Jesús era el Mesías en Sus palabras y obras, han separado al fruto del árbol.” Fin de la cita. Y creo que esa es una afirmación importante, porque no es que ellos negaron Sus milagros, no es que no estaban fascinados por Sus palabras, no es que no estaban conscientes de Su poder. Es que nunca rastrearon el fruto a su conclusión lógica. Lo separaron de la realidad y de quien Él era. Y entonces, conforme usted llega al capítulo 13, usted ve la sombra de la cruz en el trasfondo y en el capítulo 12, versículo 14, ellos habían buscado destruirlo. Ellos habían llegado al punto de querer sólo matarlo. Ellos habían rechazado al Rey. Ellos habían rechazado Su Reino.
Ahora, la pregunta que inmediatamente viene a mi mente y a la mente de cualquier lector inteligente o cualquier lector que está analizando es ésta: ¿si Jesús vino ofrecer el Reino, si Jesús vino a traer Su Reino a la tierra, a reinar, a gobernar y a establecer aquello que fue prometido y lo rechazaron a Él y rechazaron Su Reino, ¿qué le sucedió entonces al Reino? ¿Qué pasa ahora? Y esa es exactamente la pregunta respondida por el capítulo 13. Nos dice lo que va a suceder. Porque como puede ver, el Reino no puede venir, escuche con atención esto, hasta que la nación de Israel reciba al rey. Y entonces, en este punto, el Reino tenía que ser pospuesto en términos de su cumplimiento total. Y sé que eso se oye redundante, pero aun así es una buena frase y espero que usted la entienda antes de que terminemos.
Debido a que ellos rechazaron al Rey, el Reino en su cumplimiento pleno, tuvo que ser pospuesto. Y tuvo que ser pospuesto para un tiempo futuro. ¿Qué tiempo? La segunda venida de Cristo.
Como puede ver, esa es la razón por la que Cristo viene por la segunda vez. Para traer el Reino que fue rechazado la primera vez. Él vino y Su mensaje fue este “arrepentíos porque el Reino de los cielos se ha acercado.” Y el mensaje de Juan el Bautista, Su precursor, fue el mismo: “arrepentíos porque el Reino de los cielos se ha acercado. Y el mensaje de los apóstoles, capítulo 10, versículo 7 fue el mismo. El Reino de Dios. Ellos estaban predicando el Reino, el Reino, el Reino. Y el pueblo dijo no al Rey y no al Reino; y el Reino por lo tanto fue pospuesto.
Usted entonces pregunta por qué Dios no lo eliminó en su totalidad. Porque Dios le hizo una promesa a Israel y Dios guarda Sus promesas. Dios es un Dios de Su palabra. Y si Dios simplemente hiciera un lado el Reino y dijera ‘olvídenlo, les di una oportunidad’ y lo eliminara en su totalidad, entonces Sus profecías no se cumplirían y Su palabra sería violada. Y entonces, es pospuesto hasta que ellos crean. Y el día vendrá cuando ellos crean, usted sabe.
Por ejemplo, Zacarías dice: “el día viene cuando verán a Aquel a quien traspasaron y lloraran por Él como único hijo. Y en ese momento, una fuente de salvación será abierta a la línea de Israel y la nación será regenerada.” Serán redimidos. Viene un día en el que verán a Aquel al que traspasaron y se les abrirá una fuente de limpieza a ellos. Serán redimidos.
Entonces, todo Israel será salvo, dice Pablo. Nosotros sabemos que eso está por venir y nosotros creemos que vendrá en el tiempo conocido como la gran tribulación. Y en ese tiempo, también, dice Apocalipsis 7: “habrá tantos gentiles salvos que no podrán ser contados. Y grupos innumerables de toda lengua, tribu y nación por todo el globo.” Y entonces, tiene a la nación de Israel redimida. Usted tiene una salvación gentil a nivel mundial y cuando venga el Reino de Dios, los corazones de los hombres internamente, entonces llegará a su cumplimiento total, externamente, conforme Cristo reina en la tierra durante 1000 años en el milenio del que se habla en Apocalipsis 20.
Y entonces, cuando hablamos acerca de cumplimiento total del Reino, queremos decir que el Reino se cumple en la tierra tanto internamente, esto es en los corazones de gente que cree, como también externamente, conforme Cristo gobierna y reina como Rey sobre la tierra.
Ahora, hubo algunos. Hubo un remanente que recibió al Rey internamente. Y en la actualidad hay algunos que reciben al Rey internamente. Pero algún día, habrá una respuesta masiva; y cuando el Reino venga internamente al nivel que viene en el tiempo de la tribulación, entonces vendrá externamente en el Reino milenial maravilloso de Cristo en la Tierra durante mil años.
Pero, ¿qué sucede en el medio? ¿Qué sucede entre ahora y ese entonces? Este es el período que algunos teólogos han llamado el paréntesis. Algunos lo han llamado el ínterin. Algunos lo han llamado el inter reino. Pero no es un período que no es visto en el Antiguo Testamento. Y entonces, Jesús lo llama el misterio. Es aquello que ha sido escondido en el pasado. Ellos no vieron este período de tiempo. Esa es la razón por la que usted tiene que tener el capítulo 13, porque no tenían enseñanza acerca de cómo sería este período.
Y entonces, en el capítulo 13, tiene una serie de ocho parábolas desde el versículo 1 hasta el 52. Y en esas parábolas, escuche esto, Jesús describe el período interino. Él describe ese paréntesis en el que vivimos. Estamos en ese período. Y eso es lo que hace que esto sea tan profundo para nosotros; porque si podemos entender lo que Jesús dice acerca de este período, entonces podemos entender cómo debemos estar viviendo. Y lo que Él quiere que estemos haciendo en este período, ¿se da cuenta?
Necesitamos comprender el capítulo 13 porque está hablando de nuestro tiempo, nuestro período de tiempo. ¿Cómo será cuando el Rey ha sido rechazado y Su Reino ha sido pospuesto hasta que Él regrese a establecer Su Reino? ¿Cómo será? Esto describe, créame, describe al cristianismo en el año 1982 a detalle. Es sorprendente. Nuestro Señor dijo que sería así. Y cada una de esas parábolas descubre una nueva faceta de este período y usted verá cómo ellas son un paralelo perfecto de nuestra época.
Ahora, nosotros llamamos a esto el misterio del Reino. La forma en misterio. Y por esto no queremos decir que es en cierta manera algo secreto, clandestino. Misterio simplemente significa algo que fue escondido y ahora es revelado. Ese es el uso bíblico del término. Y veremos más acerca de eso la próxima semana. Pero significa que esto es algo que ellos no vieron en el Antiguo Testamento. Esto era algo que no conocían. Sólo vieron al Mesías que venía y establecida Su Reino. Ahora, hubo unas cuantas pistas sutiles que habría algo que ahí sucedería, pero nunca recibieron una descripción del mismo. Sólo vieron al Mesías viniendo y estableciendo Su Reino internamente y externamente. No vieron este período.
Entonces, lo llamamos la forma en misterio. Aquello que fue escondido desde el pasado. Y es un período de tiempo, escuche esto con atención, cuando el Reino se lleva a cabo cuando el Rey está ausente. Jesús está en este punto en el cielo. Ahora, esto no quiere decir que Él no está presente entre nosotros. Obviamente, la Biblia lo dice. Pero en términos del lugar en donde Él se identifica a sí mismo bíblicamente, en términos de ese cuerpo glorificado, Él mora con el Padre a Su diestra, intercediendo por nosotros en el cielo. Y Él está esperando el momento en el que va a regresar a la tierra.
Ahora, hay un sentido en el cual éste es el Reino en el que Rey estaba ausente. Ahora, para algunos teólogos esto les ha parecido difícil y por lo tanto, han determinado que usted no puede tener un Reino si Él no está aquí. Pero ese no es el caso. Aquí hay una esfera y hay personas que son súbditos de Cristo y Cristo es el Rey. Y por definición de quien es Él, aunque Él está ausente.
Y la ilustración clásica de esto se encuentra en David. David todavía era el Rey de Israel aunque Absalón lo había rechazado. Aun cuando Absalón estuvo a cargo de una revolución y lo habían rechazado. Aun cuando lo persiguieron al desierto y él se escondió para guardar su vida durante un largo período de tiempo, todavía él era el rey. Israel todavía era su reino. Él todavía tenía el derecho de gobernar. Y él todavía era reconocido como el monarca legítimo en los corazones de muchas de las personas del pueblo. Y hubo un día cuando él regresó, al regresar al trono, que era legítimamente suyo. Y entonces, Cristo, en ese sentido, es el Rey que está ausente.
Ahora, el capítulo entonces describe este período de tiempo. Cuando el Señor Jesucristo está gobernando en la tierra, aunque Él personalmente está en Su forma glorificada ausente. Ahora, para ayudarle a entender esto aún más y quiero que se prepare, aquí está su lección de teología de este mes y usted necesita entender esto desde el principio. Quiero que entienda el concepto del Reino.
Ahora, quiero decirle desde el principio que este es un tema muy amplio y tiene todo tipo de posibilidades y ramificaciones y podríamos pasar meses y horas y años estudiando el Reino. Pero permítame ver si puedo reducirlo a algo que usted realmente pueda entender. Que usted pueda entender la médula del asunto. Existen dos aspectos básicos del Reino de Dios. Y usted necesita entender estos desde el principio. Primero, está el Reino universal de Dios y esto es algo muy simple de entender. Eso significa que Dios gobierna todo y a todo el mundo para siempre. Él gobierna todo el mundo y a todos para siempre. Él es el soberano, él es el creador, él es el sustentador, él es el principio, el fin de todas las cosas. Él domina todas las cosas, Él gobierna sobre todo y toda persona para siempre.
En el Salmo 29, por ejemplo, en el versículo 10, dice: “Jehová se sienta sobre las aguas. Sí, Jehová se sienta como Rey para siempre.” Él es entonces el Rey para siempre. No hay momento en el que Él no sea el rey. No hay momento en el que alguien más tome Su lugar. Él es el Rey para siempre.
Después, si usted ve el Salmo 103, versículo 19, usted leería esto: “Jehová ha establecido Su trono en los cielos y Su Reino domina sobre todos.” Entonces, Él no sólo es el Rey para siempre, sino que es el Rey sobre todo. Usted pregunta qué hay acerca del diablo. Él es el rey sobre el diablo. ¿Y qué hay acerca de los demonios? Él es el rey sobre los demonios. ¿Qué hay acerca de los incrédulos? Él es el rey sobre ellos. Esa es la razón por la que tiene el poder para poder expulsarlos y enviarlos a todos al infierno. Esa es la razón por la que la Biblia dice “Temed a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Él es el rey del infierno. El infierno no está a cargo de Satanás. Satanás es castigado en el infierno junto con todos los demás. Dios está a cargo del infierno, así como está a cargo de todos los demás desde el punto de vista de su monarquía universal. Él es el Rey sobre todo y toda persona para siempre.
De hecho, en 1 Crónicas 29, versículo 11 dice: “tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor. Porque todo lo que hay en los cielos y en la Tierra es Tuyo. Tuyo Jehová es el Reino y Tú eres excelso sobre todos.” Dios es el Rey. Dios es el Rey universal.
Entonces, la primera percepción que debemos tener del Reino de Dios es que es aquello que nos da Su gobierno universal sobre todo y toda persona para siempre. Y eso es algo muy importante, muy básico. Y algunas veces, cuando usted lee el término el Reino de Dios en la Biblia, eso es de lo que se habla.
Pero después, hay un segundo aspecto del Reino de Dios. Y supongo que Alva McClain le ha dado un título que es el mejor que podemos encontrar. He pensado darle uno mejor, pero no lo he encontrado. Permítame usar su término. Él lo llama el Reino mediatorial. Esto es que es mediado. Ese no es el gobierno directo de Dios; es mediado a través de otra agencia, a través de algún otro individuo o individuos. Y se refiere al gobierno de Dios en la tierra. Se refiere de manera directa al gobierno de Dios sobre la tierra.
Ahora, este es el Reino que se tiene en mente en Mateo capítulo 6 cuando el Señor dice: “vosotros puestas orareis así: “venga Tu Reino, hágase Tu voluntad, ¿cuál es la siguiente frase? En la tierra como en el cielo. El ‘como en el cielo’ percibe el Reino universal de Dios; el ‘en la tierra’ percibe el Reino terrenal de Dios mediado, con un intermediario.
Y la oración dice ‘Dios, gobierna en la tierra del modo en el que Tú reinas en todo lugar’. De tal manera que en la Tierra, de alguna manera está aislada en el medio del reino universal de Dios como un punto de rebelión. Y es el único punto, realmente en donde la rebelión está enfocada en el universo. Y aquí está la oración: Dios, gobierna en la tierra como gobiernas en todos los demás lugares en Tu universo. Y esto nos lleva a la perspectiva del Reino mediatorial. En el gran Reino glorioso universal de Dios, hay una pequeña parte en donde hay rebelión.
Ahora, cuando Dios creó al mundo, Él diseñó gobernar a la Tierra a través de instrumentos humanos. Mantenga eso en mente. Ésa es la clave. Él diseñó gobernar la Tierra a través de instrumentos humanos. Los primeros, Adán y Eva, a ellos les dijo ‘enseñoréense sobre la tierra’, ¿no es cierto? Tengan dominio sobre todo lo que es creado. Ustedes son mis vice regentes, ustedes son mis vice monarcas, ustedes son mis sub Reyes, por así decirlo, porque gobiernan por Mí. Ustedes median Mi gobierno sobre la tierra.
Y claro que cayeron presas a Satanás. En ese punto, la rebelión entró y Satanás se volvió el príncipe de este mundo. Santana se volvió el monarca de este mundo. Y ahora, en la Tierra, hay gobernando un usurpador. Pero Dios, entonces regresa y dice ‘todavía quiero mediar Mi gobierno sobre la tierra. Yo quiero que Mi voluntad sea conocida, quiero que Mi Palabra sea conocida, quiero que Mis principios sean conocidos, quiero que Mis estándares morales sean conocidos, quiero que las personas sean Mis súbditos; y entonces, voy a llamar a personas a Mi Reino.’ Y Él diseñó hacer eso; y Él lo hizo y lo ha hecho a partir de ese entonces.
Usted pregunta si aún después de la caída. Es correcto. Y usted sigue el libro de Génesis, usted ve que Dios ejerció Su gobierno sobre la tierra a través de los patriarcas, grandes hombres de Dios que conocían la mente de Dios, la voluntad de Dios, el corazón de Dios y dieron expresión a Su voluntad y corazón y mente al pueblo de su época. Usted los ve ahí y usted puede rastrear a los hombres que Dios usó. Usted puede ver a los Sets y a los Noés y a los Abrahams y a los Josés, inclusive a Melquisedec en un punto. Quien fue un sacerdote del Dios altísimo. Pero Dios medió Su Reino a través de ciertos individuos.
Y después Dios, llamó a una nación de personas quienes serían Sus agentes humanos para mediar Su gobierno. Y esa fue la nación de Israel. ¿Y cuál fue el llamado de Israel? El llamado de Israel fue darle al mundo la Palabra de Dios, ¿no es cierto? Los estatutos de Dios, los principios de Dios, la mente de Dios, y a llamar al mundo con el conocimiento del Dios verdadero, Deuteronomio 6:4.
Y Dios, en la nación de Israel particularmente, llamó a profetas, ¿no es cierto?, Y a sacerdotes y a reyes para que fueran Sus instrumentos humanos clave para mediar Su gobierno sobre la Tierra. Y usted tiene eso lo largo del Antiguo Testamento. Usted llega al Nuevo Testamento y de pronto, Dios de manera directa, se involucra a mediar Su Reino a través del instrumento humano, Jesucristo. Y Jesús se convierte en un hombre. Y Jesús entra a este mundo en forma humana y Él nos dice cómo es Dios, y Él nos dice cuáles son los estándares de Dios y Él predica el Reino de Dios y llama a la gente a que se someta al Reino de Dios.
Y Él está mediando al reino de Dios, por así decirlo, a los hombres. Jesús es rechazado y Él regresa al cielo; inmediatamente, el mensaje continúa y a través de los apóstoles y sigue a través de los profetas. Y la Iglesia, entonces, se convierte en el agente. Y en nuestra época, Dios está mediando Su gobierno en la tierra a través de los creyentes que son morados por el Espíritu Santo. Y somos los agentes de Dios que hablamos la Palabra de Dios para mantener en alto los estándares de Dios, para traer la voluntad de Dios a los hombres y la manera de vivir y de pensar y los valores morales de Dios. Y estamos aquí para llamar a los hombres a entrar al Reino de Dios.
Y habrá un día en el futuro, en la tribulación, cuando Dios ungirá a 144,000 judíos y esos judíos van a mediar en el sentido de que ellos van a llevar el mensaje de Dios al mundo. Y va a haber un avivamiento mundial de tal manera que innumerables gentiles, un número incontable de gentiles y la nación de Israel es salva. Y entonces, Cristo va a regresar y va a mediar Su propio Reino en la Tierra de nuevo. Y entonces, ese Reino en últimas, es el Reino mediatorial va a fundirse de manera completa con el Reino eterno, el cual es conocido como los cielos nuevos y la tierra nueva. Y todo lo que comenzó una vez en la creación, terminará en esa función final y entraremos a la eternidad de esa manera.
¿Ahora, usted entiende un poco acerca de cómo esos dos Reinos operan? O esas dos facetas del mismo Reino. Ahora, permítame hablar por un momento de este Reino mediatorial. Este Reino que en la Tierra es mediado a través de instrumentos que Dios escoge. Conforme usted ve el Reino en la tierra como es bien definido bíblicamente, usted debe entender varias cosas. Y la primera es esta: que es un Reino constituido de los verdaderos y los falsos. Si usted no entiende eso, usted se va a confundir mucho bíblicamente. Que el Reino es un término que incluye a todos los que externamente se identifican con el pueblo de Dios.
Entonces, usted lo está viendo desde la perspectiva terrenal, conforme vemos el Reino de Dios en la tierra, el Reino mediatorial, vemos posesión externa y posesión interna. Y la realidad es que algunas veces, no podemos discernir quién es quién, ¿verdad? No siempre sabemos quién es real y quién no lo es.
Ahora, esto ha sido verdad en el Reino de Dios. Usted regresa al momento en el que Dios comenzó a mediar Su Reino después de la caída, y había personas, por ejemplo, en la nación de Israel, a través de quienes Dios estaba mediando Su Reino. Había personas en la nación de Israel que realmente no eran fieles a Dios, ¿verdad? Recuerda lo que dice Romanos 9, Pablo dijo: ‘no todo Israel es Israel.’ Todo Israel no es Israel. Él también dijo: “un judío no es un judío quien lo es externamente”, Romanos 2. “Sino uno que lo es internamente.” Entonces, siempre se han identificado con el - entre comillas - Reino de Dios, tanto los verdaderos, como los falsos.
Si usted no entiende eso, usted se va a confundir mucho. Permítame darle una ilustración aquí en Mateo. De regreso en el capítulo 8, dice en el versículo 12 una palabra interesante. “Pero los hijos del reino, los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera.” Ahí será el lloro y el crujir de dientes. Ahora, si usted sabe algo acerca del Nuevo Testamento y sabe algo acerca de los Evangelios, usted sabe que esa es una descripción ¿de qué lugar? El infierno. El infierno eterno. Ahora, me parece que los creyentes no van al infierno, ¿no es verdad? Eso es verdad. Los creyentes no van al infierno. Los incrédulos van al infierno. Pero note aquí el título de las personas que son enviados al infierno aquí. ¿Cuál es el título? Hijos de ¿qué? Los hijos del reino. Por lo tanto, podemos concluir que no todos los hijos del reino son creyentes.
Y ese es el punto que el Señor está presentando. Entonces, usted debe ver que dentro del marco del Reino están los verdaderos y los falsos. Y vamos a ver eso en Mateo 13 porque creciendo ahí en el campo está el trigo y la cizaña. Y veremos eso. Ahora, si usted lo quiere ver, por cierto, esto es coherente a lo largo de las Escrituras, si usted ve Juan 15, creo que usted ve otra ilustración del mismo principio. Y la gente se confunde con Juan 15 porque no entienden este concepto. Juan 15 no usa términos del Reino. Usa términos de la vid y los pámpanos. La cual es una metáfora agrícola en lugar de ser una metáfora del Reino. No obstante, la idea es la misma. Jesús dice: “Yo soy la vid verdadera y vosotros sois los pámpanos.”
Ahora, ¿quiénes son los pámpanos? ¿Quiénes son los pámpanos? Las ramas. Vea el versículo 2: “Todo pámpano que está en Mí.” Muy bien, los pámpanos son personas que, de alguna manera están en Cristo. No estoy seguro de todo lo que eso significa, sin embargo, al leer esto tenemos que continuar. Pero todo pámpano que está en Mí, que no lleva fruto, él lo quita. ¿Escuchó eso? ¿Quiere ver lo que Él hace con eso? Versículo 6 se lo dice. Los hombres los recogen, los arrojan a un fuego y arden.
¿Qué cree que eso describe? Adivine. El infierno. Eso describe el infierno. Ahora, dice que un pámpano en mí que no dé fruto, será arrojado al infierno. Usted dice: ‘espera un momento. ¿Significa que usted puede perder su salvación?’ No, no. Como puede ver, tiene que regresar al principio del Reino, que usted puede estar en el Reino y no ser del Rey. ¿Entiende eso? Usted puede estar apegado superficialmente.
Y creo que Él está hablando acerca de un pámpano Judas en ese punto, en donde el apego externo está ahí. Pero es obvio que no hay vida y se manifiesta en el hecho de que no hay fruto. Y este es el principio que usted tiene que mantener en mente conforme entra en Mateo 13. Que el Reino de Dios, mediado en la actualidad, conforme estamos viviendo en este período interino, este tiempo del Reino en ministerio como en otras ocasiones del Reino, incluye a los verdaderos y a los falsos. Y algunos de los hijos del reino y algunos de los pámpanos que se apegan a sí mismos, van al infierno, ¿se da cuenta? Porque no había verdadera vida en ellos. No había una verdadera sujeción al Rey ahí. Entonces, usted entiende algunas de las cosas básicas del Reino. Y esto está en la mente de Mateo conforme llegamos al capítulo 13. Él nos va a mostrar la naturaleza del Reino conforme existe en este período interino que vivimos.
Ahora, permítame darle otro pensamiento de esto. El Reino universal de Dios no tiene condiciones para entrar. ¿Escuchó eso? El Reino universal de Dios no tiene condiciones para entrar. Si usted lo es, usted está adentro. Es todo el mundo y todo para siempre. Pero el Reino mediatorial de Dios tiene una condición. Usted no está en Su Reino de mediación a menos de que, según Marcos 1:15, usted se arrepienta y crea en el Evangelio. Eso es lo que dice. A menos de que se arrepienta y crea en el Evangelio. Si usted no hace eso, usted no está en el Reino de mediación de Dios.
Mientras que usted está en Su Reino universal, usted va a sufrir bajo Su Reino universal sobre el infierno. Pero usted no conocerá la bendición del cielo. Y entonces, el Reino universal no tiene condición para entrar. El Reino de mediación, sí. Y cuando Jesús estaba viniendo, entonces, Él dijo: ‘arrepentíos y creed, el Reino se ha acercado,’ ¿adónde les estaba pidiendo a los hombres que entraran? El aspecto de mediación de Su Reino, la comunidad redimida. En este punto no hay lugar para la neutralidad. Una y otra vez el Señor estaba diciendo: “O me reciben o no. O están conmigo o están en contra de Mí. O aceptan al Rey o rechazan al Rey. Por lo tanto, o entras al Reino o te quedas afuera.”
Y eso fue lo que Juan el Bautista les pidió a los judíos que decidieran. Y eso fue lo que Jesús les pidió a ellos que decidieran. Y de manera trágica, decidieron lo equivocado, ¿no es cierto? Rechazaron al Rey y, por lo tanto, rechazaron a Su Reino, lo rechazaron. Y, por lo tanto, Él pronunció juicio sobre ellos. Y en ese punto, escuche con atención, el cumplimiento pleno del Reino fue pospuesto.
Usted pregunta si eso significa que no hay Reino en la actualidad. No, el Reino existe ahora, pero su definición primordial es interna, interna. Y su cumplimiento pleno será tanto interno como externo. Y conforme usted lee las Escrituras, usted ve a Jesucristo sentado en el trono de David en la ciudad literal de Jerusalén, reinando con vara de hierro y las naciones siendo traídas a Jerusalén para verlo allí y demás. Y ése es el verdadero Reino de Jesucristo.
Cuando digo real, quiero decir externo, objetivo, Reino tangible de Cristo en esta tierra literal que vendrá. Y si usted teme que no va a pasar, lea Apocalipsis 20. Dice que sucederá en la Tierra durante 1000 años, ése es el Reino milenario. Será precedido, como dije antes, por la respuesta interna de Cristo a nivel mundial y particularmente, por Israel. Y después, el Reino vendrá y a través de ellos, para alcanzar al mundo.
Pero por ahora, el elemento externo del mismo en su plenitud espera la creencia de Israel. Y mientras tanto, el Reino es interno y Dios está alcanzando por todo el mundo a personas para llevarlas a Su Reino a través de la salvación. Ahora, ¿cuál es la naturaleza de este interesante período? Bueno, hay tantos principios que están aquí en el capítulo 13, versículos 1 al 52 que vamos a tener que esperar hasta la próxima vez.
Entonces, por esta mañana permítame saltear me esto y regresaremos la próxima vez. Y veremos un panorama de todo esto para que usted pueda conocer todas las respuestas. Después, vamos a tomar una parábola a la vez durante los próximos dos meses o algo así. Y quiero hacer un comentario más que creo que es importante a este nivel de introducción. En el versículo 11, ¿nota una frase ahí? Jesús dice: “os es dado conocer los misterios.”
Ahora, esa es la razón por la que llamamos a esto la forma del misterio. Él lo llamo así, los misterios del Reino de los cielos. Ahora, quiero decirle que el término el Reino de los cielos es un término muy importante. Es utilizado en el versículo 11, es utilizado en el versículo 24, es utilizado en el versículo 31, es utilizado en el versículo 33, versículo 44, versículo 47 y después, en el versículo 52. La frase el Reino de los cielos es usada por lo menos ocho veces.
Ahora, algunas personas han tratado de sugerir que el Reino de los cielos y el Reino de Dios son términos diferentes. Eso no es verdad. Es simplemente otra manera de decir el Reino de Dios. Dios, siendo sinónimo con el cielo. La razón por la que sabemos eso es porque en el pasaje paralelo a esto en Lucas, el término Reino de Dios es usado para referirse a lo mismo.
Entonces, los dos títulos se usan para referirse a lo mismo y significan lo mismo. Y entonces, aceptamos el hecho de que el Reino de Dios y el Reino de los cielos son lo mismo. Eso no es importante para la mayoría de ustedes, podría ser importante para algunos de ustedes.
Ahora, simplemente otra nota para tratar de ayudarle a definir este período. El período en el que vivimos, también es llamado la época de la Iglesia. Y es sinónimo con la época de la Iglesia. Somos un misterio excepcional de este período y eso se nos define de manera más bien explícita por el apóstol Pablo en Efesios 3. Él dice: “este es el misterio que en otras épocas no fue dado a conocer a los hijos de los hombres, ahora es revelado a los santos apóstoles y profetas por el Espíritu. Que los gentiles serían como herederos del mismo cuerpo y participantes de las promesas en Cristo por el Evangelio.”
En otras palabras, el misterio de esta época es que judío y gentil constituirían un nuevo cuerpo. Una nueva identidad, desconocida. Y esa es la Iglesia. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, ¿no es cierto? Constituida por judíos y gentiles. Eso no fue visto en el Antiguo Testamento. Eso fue escondido de ellos. Entonces, hay un sentido en el que esta es la época del misterio. Este es el Reino, pero también es la época de la Iglesia.
Ahora, habiendo dicho eso, debemos decir que el Reino no es lo mismo que la Iglesia. Y la Iglesia no es lo mismo que el Reino en este sentido. El Reino fue antes de la Iglesia y el concepto del Reino va más allá de la Iglesia; pero para este período de tiempo, son uno y el mismo. Pero usted debe ver que el Reino va más allá de esas cosas. Y también debo añadir esto: que, en todo ese panorama, usted tiene dentro del Reino tanto a los verdaderos como a los falsos. Usted lo tenía en el Antiguo Testamento, ¿no es cierto? Con la nación de Israel. Y ahora, usted lo tiene con la Iglesia. Y escuche esto: usted también lo tendrá en el milenio, aquí en la tierra, en el Reino de Jesucristo habrá creyentes e incrédulos como es probado por el hecho de que al final de ese tiempo milenario, cuando Satanás sea liberado del foso y salga por la tierra, él congrega a una multitud de personas, ¿no es cierto?, y él prepara un ejército; y pelean contra de Jesucristo.
Entonces, cuando usted ve el Reino en su forma de mediación sobre la Tierra, sea que esté viendo el Antiguo Testamento o el milenio, cualquier momento en medio de estos dos puntos, siempre ve a lo verdadero y a lo falso lado a lado. Entonces, en la actualidad no nos sorprende encontrarlo, ¿no es cierto? En la actualidad no nos sorprende encontrar a la Iglesia poblada por gente incrédula. Quizás, ellos no lo admitan, pero si la verdad fuera conocida, veríamos que ése es el caso.
Ahora, todo eso es simplemente la introducción a la introducción. Tenía once páginas de notas; esas fueron las primeras dos. Algo me está pasando a mí ya en mi edad avanzada. No sé lo que sea. Pero permítame por lo menos hacer esto. No voy a mantenerlos aquí por mucho tiempo en esta mañana. Simplemente, voy a introducir, voy a presentar el capítulo y voy a guardar lo demás. Quizás el Señor sabía que todos esos pastores lo necesitaban esta próxima semana. Quién sabe.
Veamos los versículos 1 al 2 y por lo menos, vamos a comenzar de manera breve. Ahora, hay cuatro cosas en las que me quiero enfocar a manera de panorama del capítulo. Primero, vamos a hacer un panorama esta semana y la próxima semana; y después, vamos a entrar a los detalles. Pero hay cuatro cosas que quiero que vea.
En primer lugar, el lugar. El lugar. Y eso es simplemente un pequeño punto; pero creo que es una manera interesante de recordar las cosas. Y después, el plan y después, el propósito y después, la promesa. Y veremos eso hoy y la próxima vez.
En primer lugar, veamos el lugar. Versículo 1: “aquel día…” ¿Qué significa eso? ¿Qué días? Bueno, el mismo día en el que pasó lo que ha estado pasando. ¿Que ha estado pasando? Bueno, Jesús está en una casa, nos dice al final del capítulo 12, y Su madre y Sus hermanos y todos vienen a Él. Antes de eso, Él estaba denunciando a los fariseos. Antes de eso, lo habían acusado de blasfemia; antes de eso, en el capítulo 12, versículo 22, Él había curado a un hombre poseído por un demonio que era ciego y mudo; quizás sordo. Había sido un día de mucha actividad. De hecho, bien pudo haber sido que hubo otras curaciones. Quizás, fue un día lleno de curaciones.
Después, Él cura a un demoníaco, después, Él es blasfemado, después Él pronuncia juicio. Después, vienen Sus padres. Después, Él hace una invitación al final y el mismo día… Hombre, ¡qué día! “Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.”
Ahora, yo sé que eso simplemente es un comentario geográfico. Y yo sé que no expresa ninguna verdad espiritual profunda. Y supongo que me detuve en ese punto y me dije a mí mismo ¿por qué está todo eso ahí? ¿Por qué se molesta en decir eso? ¿Importa realmente eso? Podría haber empezado en el versículo 3: “y les habló muchas cosas por parábolas.” Ni siquiera necesita el 1 y el 2, porque el 1 dice que: “Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.” Y el 2 dice: “Y se le juntó mucha gente; y entrando Él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.” ¿Es eso importante?
Bueno, yo creo que eso es importante si no es por ninguna otra razón que es una manera interesante de recordar aquí la transición. Si pudiéramos extendernos un poco y usar esto como una ilustración o un símbolo, aunque ese no es su propósito o intención, puede servir como ilustración para nosotros. ¿Podríamos asemejar la casa a qué grupo de personas? Israel.
Y a lo largo de las Escrituras, ¿el mar se asemeja a qué grupo de personas? Los gentiles. Y podemos recordar la naturaleza de transición del capítulo al recordar que, conforme Jesús salió de la casa del mar, en este punto, Él se vuelve de Israel a los gentiles. Algo nuevo está pasando. Él se queda en la casa. Esto sirve como una ilustración, un tipo de símbolo en cierta manera.
Y también es interesante, creo yo, señalar que, al principio de Su ministerio, Él parecía estar en casas bastante tiempo. 35.45 Mientras que, conforme usted comienza a ver Su ministerio a partir de aquí, hacia el final de Su ministerio, Él parece estar afuera mucho tiempo. Y usted lo ve enseñando junto al mar. Lo ve enseñando en las carreteras, en las calles de las aldeas. Lo ve en los montes. Lo ve en el campo. Es casi como si estuviera realizando una afirmación sutil, ¿no es cierto? Esta es una nueva dimensión. El Reino es predicado a las naciones.
Y también observé conforme pensaba en esto, y lo rastreé, me parece que el principio de la vida de Jesús, Él pasó más tiempo en las sinagogas. Más tarde, en la vida de Jesús, Él pasó menos tiempo en las sinagogas. Y los tiempos que Él pasó en las sinagogas más adelante en Su vida, fueron extremadamente hostiles. Realmente hay un punto de quiebre aquí. Hay un cambio de dirección. Y dice en el versículo 2: “y se le juntó mucha gente.” Y es una multitud indiscriminada, ¿no es cierto? Y ése iba a ser el enfoque primordial.
Ahora, la curiosidad pública todavía era muy elevada con respecto a Jesús. A pesar del rechazo de los líderes, hubo muchas personas que estaban interesadas en Él. Él fue objeto de fascinación para las personas y simplemente, se agolpaban las multitudes en torno a Él. Y Él dice que Él tenía a tantas personas que lo estaban empujando, lo estaban empujando hacia el agua. Y digo, yo puedo entender ese tipo de presión en alguien como Él.
¿Se puede imaginar si usted podía curar todas las enfermedades que existían, si usted podía hablar las palabras que Él habló? Digo, usted sería la atracción de todas las atracciones. Y básicamente, en esos días, no había libros disponibles ni fuentes de entretenimiento. Digo, esto habría sido lo más fascinante por encima de todo, por mucho. Y las multitudes enormes, simplemente lo empujaban.
Y en esos días, tomaban sus pequeños barcos de pesca y los colocaban en la arena. Y Él encontró una de esas barcas que estaban en la arena y estoy seguro de que sus doce discípulos lo ayudaron, o algunos de ellos, y empujaron esa barca al mar. Y Él salió al nivel de Su cintura y se metió a la barca; y probablemente, ellos estuvieron en el agua con el agua hasta sus cinturas, deteniendo el lado de la barca o de otra manera, Él habría estado girando o quizás habría sido llevado por la marea. Y conforme el agua iba y venía de la playa, Él se sentó ahí fuera de la playa en Su barca. Y entrando Él en la barca, se sentó; y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas. Y lo que Él dijo, no lo entendieron en absoluto.
¿Quiere saber una cosa? Ése fue el punto entero. Ése fue el punto entero. “¿Que estás diciendo, John?” Esto: si usted no escucha cuando Él habla de manera clara, Él va a hablar de tal manera que usted no lo pueda entender. ¿Quiere saber algo? En primer lugar, Él les habló en términos simples, sin parábolas. Hasta este punto, no hay ni siquiera una sola parábola registrada. Hay algunas referencias maravillosas, figuras de dicción, pero no hay parábolas. Porque una parábola no explicada es una adivinanza que no puede ser entendida. Entonces, Él habló de manera muy clara. Después, cuando ellos no escucharon, Él habló en adivinanzas.
Escuche esto. Y aun cuando ellos aún no escucharon, 1 Corintios 14 dice, Él habló en un lenguaje que no pudieron entender. Entraron a mayor profundidad en la oscuridad y entonces, vino un cambio de dirección. Pero para aquellos que creyeron, Él explicó cada detalle. Y usted también las va a entender si usted cree, conforme avanzamos a lo largo de este capítulo. Inclinémonos en oración.
Padre, gracias por enviar al Rey, por ofrecernos Su Reino. Gracias porque si nos arrepentimos y creemos en el Evangelio, podemos entrar en el Reino. Algo que el Rey fue rechazado, aunque el cumplimiento pleno del Reino en su gloria interna y externa espera Su segunda venida, Te damos gracias porque el elemento interno del Reino está aquí y ahora. Y el Reino está en medio de nosotros porque el Rey reina en los corazones de Su pueblo redimido. Gracias porque podemos ser parte del Reino.
Nuestros corazones están tristes porque el mundo en la actualidad no está más dispuesto a recibir al Rey y a Su Reino de lo que lo estuvo Israel en la antigüedad. Y, sin embargo, Señor, nos regocijamos porque inclusive después del anuncio de juicio, siempre estuvo el mensaje de gracia. “Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados y Yo os daré descanso. El que hace la voluntad de Mi Padre, él es Mi hermano y hermana y madre.” Siempre el mensaje de gracia. Y entonces, Señor, a este mundo que rechaza, debemos predicar el mensaje de juicio porque ellos también han rechazado al Rey. Pero para algunos, sus corazones están abiertos a hacer Tu voluntad, para venir, para encontrar descanso.
Y pedimos, Señor, el día de hoy, que, si hay alguien en este lugar congregado que no conoce a Jesucristo, que hoy entregue su vida a Él. Que puedan ser trasladados, como Pablo le dijo a los colosenses, del reino de las tinieblas al Reino de Su amado Hijo. Que crean el Evangelio y se arrepientan, volviéndose de su pecado en tristeza y quebrantamiento. Y que puedan entrar al Reino para caminar para siempre con el Rey. Padre, Te pido que lleves a cabo Tu obra en todo corazón, trae a aquellos que Tú quieres que vengan y llévanos a todos al lugar de la confesión, el arrepentimiento, de un compromiso más profundo contigo.
Traernos de nuevo de regreso en esta noche, Señor, con gran expectativa conforme abrimos Tu Palabra para aprender acerca de la familia, para que podamos adorarte en la obediencia del liderazgo nuestros hogares. Toma este día, Señor y hazlo Tuyo, bendícelo abundantemente. Y toda persona que se vuelve a Ti, que conozca la plenitud de la bendición más allá de su más grande expectativa. Por causa de Cristo oramos, amén.
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