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Abra su Biblia, si es tan amable, en Mateo, capítulo 13. Regresamos nuevamente a las parábolas de nuestro Señor del reino del cielo, conforme continuamos nuestro estudio del Evangelio de Mateo. Mateo, capítulo 13. Voy a leer los capítulos 31 al 33 para comenzar; y eso incluye dos parábolas. Deben ser realmente entendidas juntas, aunque hoy pasaremos el día estudiando la primera. Y la próxima semana, la segunda. Es útil si podemos verlas juntas por lo menos como principio. Comenzando entonces en Mateo capítulo 13, versículo 31:

“Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas. Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.”

Pequeñas cosas pueden tener efectos muy grandes. Toda la música, todas las sinfonías, conciertos, oratorios, himnos, canciones, toda la música viene básicamente de ocho notas. Todas las palabras profundas que jamás hayan sido pronunciadas o escritas en el idioma inglés vienen de 26 letras. Inicios pequeños, resultados profundos, amplios.

Lord Kelvin nos provee un principio interesante acerca de esto mediante un experimento que hizo en una ocasión. Él colgó un pedazo grande de hierro que pesaba muchos, muchos kilos. Colgaba ahí en su laboratorio para mostrar un punto. Él entonces procedió a tomar pequeños pedazos de papel del tamaño de un guisante. Y de manera sistemática, los aventó al pedazo de hierro. En principio, un golpe más bien gentil no tuvo efecto en absoluto. Pero eventualmente, el hierro comentó a moverse de un lado a otro debido al golpeteo incesante de los pequeños pedazos de papel. Cosas pequeñas. Resultados profundos.

Realmente, esa es la lección de estas parábolas. Y si usted entiende eso, usted entenderá lo que estas parábolas están enseñando. Ahora, permítame darle un poco de trasfondo para que usted pueda sentir con los discípulos lo que ellos sintieron conforme Jesús les enseñaba. Los discípulos básicamente creían que Jesús era el Mesías, el Rey. Mesías significa ungido y eso implica rey. Que Él era el hijo mayor de David. Que Él era el Rey prometido quien establecería el Reino. Y para ellos el Reino tenía definiciones muy claras. Vendría en gloria, vendría en poder, habría pompa y circunstancia. Habría grandes acontecimientos cataclísmicos. Se castigaría a los malhechores. Estaban esperando la música y los caballos, el triunfo, el asombro, la gloria, el show, la publicidad.

Ellos realmente esperaban un despliegue refulgente de poder y gloria y majestad y fuerza conforme el Mesías establecía Su Reino. Pero no sucedió así. Y esa es la razón por la que continuaron preguntándose a sí mismos si ese era el Mesías. Lucharon con eso a lo largo de la vida del Señor. Y Él les decía una y otra vez que Él lo era. Y aun así, ellos lucharon con esto. Y hasta el libro de los Hechos todavía están haciendo la pregunta: “en este momento, ¿traerás el Reino?” Digo, realmente nunca entendieron porque sus expectativas eran tan diferentes de lo que estaban viendo.

Ahora, ellos pensaron, debido a que habían leído a Ezequiel y habían leído a los otros profetas, que cuando el Señor viniera, todos los rebeldes y todos los que rechazaban y le daban la espalda a Dios serían fulminados en la furia del juicio de Dios; y el Reino vendría. Pero los que rechazaron, seguían apilándose y apilándose y se volvían más abiertos y descarados y más violentos.

Y en lugar de que Jesús hablara lo que Él les haría ellos, Él comenzó a hablar acerca de lo que ellos le harían a Él. Y en lugar de que él dijera que los mataría ellos, Él comenzó a decir que ellos lo matarían a Él. Era muy difícil para ellos poder digerir esto. E incluso, cuando Jesús les dijo que debía morir de manera violenta, respondieron - como lo hizo Pedro -  ‘Señor, que no sea así. No puede ser así.’ Y el día mismo en el que estaban arrojando hojas de palmeras a sus pies y Él estaba entrando a la ciudad de Jerusalén y ellos estaban clamando ‘Hosanna, el hijo del de David,’ se veía como si ése sería el momento. Y la sangre de los discípulos debería haber estado fluyendo rápidamente en su cuerpo y su corazón, palpitando rápidamente. Y sus expectativas se habrían incrementado. Y fue cuando estaba en la cima cuando pasó y les dijo: “A menos de que caiga un grano de trigo al suelo y muera, permanece sólo.” Y Él comenzó a hablar nuevamente de Su muerte.

Como pueden ver, ellos estaban esperando un Reino de gloria, de poder, de majestad, de asombro mundial. Un Reino en donde el incrédulo y el que rechazaba era inmediatamente devastado y destruido. Y no sucedió.

Y entonces, Jesús les enseña por qué en Mateo 13. Y dice: “antes de que eso venga, aquí hay una forma del Reino que ahora existe y que deben entender para que no se confundan.” Y Él la llama la forma en misterio, versículo 11. Eso significa que es algo que no es claro en el Antiguo Testamento. No había sido presentado de manera clara que usted lo entendiera. Estaba escondido. “Y ahora, se los voy a abrir.” Esta es una forma del Reino que ustedes realmente nunca han entendido. Y entonces, Él les da siete parábolas que les explican el Reino en su forma de misterio. Previa a la gloria milenaria que ellos esperaban.

La primera parábola que Él le da es acerca de cuatro tipos de tierra. Tres de ellas, no reciben el mensaje del Rey. Y eso les dice que esta forma del Reino incluirá rechazo. Ahora, todavía estamos viviendo en esa forma previo a ese Reino milenario refulgente de gloria. Y todos podemos estar de acuerdo con ello, ¿no es cierto? De hecho, la mayoría del mundo rechaza. La mayoría del mundo es la tierra dura que ni siquiera permite que entre el mensaje o la tierra pedregosa que permite que entre por un tiempo; y después, se seca. O la tierra de arbustos que finalmente la ahoga debido al amor de este mundo y al afán de este siglo. La mayor parte del mundo está rechazando.

Y el Señor, entonces, dice: “en esta forma de Reino todavía soy el Rey y todavía soy el soberano de esta tierra y todavía estoy gobernando, pero permito que haya rechazo.” Y claro, la pregunta inmediata que vendrá a la mente de los discípulos sería: “bueno, ¿qué pasará con los que rechazan? ¿Cómo debemos tratar a los que rechazan? Si este es el Reino, y nosotros somos los súbditos del Rey, ¿acaso no somos las personas más importantes en el mundo? ¿Y acaso no debemos estar exaltando la honra y la gloria del Rey? Y entonces, ¿cómo debemos enfrentar a estos que rechazan?

Y como pueden ver, estaban pensando cómo, como en la vida humana, por qué si usted tiene un rey y usted es un súbdito leal del Rey y hay muchos revolucionarios y reaccionarios y rebeldes en la sociedad, usted los aplastaría, ¿no es cierto?

Entonces, están preguntando qué harán con esos que rechazan de manera blasfema. Y entonces, el Señor les da una segunda parábola y les dice: el trigo y la cizaña, los ciudadanos del reino y los que rechazan crecerán juntos hasta el juicio. Y lo que Él les está diciendo es que su trabajo no consiste en ser los ejecutores. Eso es para los ángeles en el juicio. Su trabajo consiste en continuar siendo el trigo en medio del mundo, para que ustedes influencien a la cizaña que les rodea. Ustedes no deben ser los ejecutores; ustedes no deben juzgar. Ustedes no deben sacarlos, arrancarlos del suelo. Ustedes no saben lo que están haciendo. Ustedes podrían matar a uno que está en el proceso y dejar que un no cristiano salga impune, porque ustedes no pueden ver el corazón. Entonces, su trabajo no es juzgar. Su trabajo es evangelizar. Crecer juntos hasta el final.

Ahora, ¿qué cree usted que será la siguiente pregunta que ellos harán? Ellos pensarán ‘bueno, yo sé que esto es lo que pensé; bueno, ahora, ¿es este el Reino?’ Quitamos a todas estas personas que rechazan, y están por todos lados, porque la parábola de la cizaña dice que la cizaña fue sembrada por todo el campo. Y la maldad es tan poderosa, y la maldad es tan fuerte, y la maldad es tan dominante en su influencia. Si estas dos cosas van a crecer juntas, ¿acaso eso no va a ahogar la gloria del Reino? ¿Acaso no va a estrangular el poder de Cristo en el mundo?

Entonces, el Señor les da dos parábolas más. Es natural que ellos pensaran eso. Digo, se están mirando el uno al otro diciendo ‘sólo somos nosotros, señores. Somos el Reino de Dios en el mundo. Y hombre, es increíble lo que estamos enfrentando en contra de nosotros. ¿Acaso, literalmente no seremos aplastados en esto?’ Y entonces, Él les enseña estas dos parábolas que muestran que, a partir de inicios muy pequeños, muy insignificantes, el Reino va a crecer a pesar de la oposición para influenciar, en últimas, al mundo entero.

Las primeras parábolas hablan del conflicto. Hablan del antagonismo, de la maldad y del bien en el Reino. Hablan de lo que está bien y lo que está mal peleando el uno con el otro. Pero las siguientes dos hablan acerca de la victoria de lo que está bien. Pero al final, la pequeña semilla de mostaza llena la tierra. El pequeño pedazo de levadura leuda todo el pan. Lo que comenzó siendo muy pequeño, influencia de manera muy profunda a todo.

Y entonces, ahora pasamos, escuche esto con atención, de las dos parábolas que describen la naturaleza del Reino, será por creyentes incrédulos uno al lado del otro, a las dos parábolas que escriben el poder del rey en el mundo. El poder del Rey. A pesar de lo pequeño que es, va a influenciar al mundo entero. ¿Y sabe una cosa? Hay otra manera de ver esto. En cierta manera, me impactó conforme pensé en tantas cosas acerca de estas parábolas. La primera parábola de las tierras habla básicamente acerca de la amplitud del Reino. La semilla es sembrada en el campo. ¿Y el campo es qué? El mundo, la amplitud del Reino.

La segunda parábola habla de lo largo que es el Reino. Continuará hasta la cosecha. La tercera parábola, la parábola de la semilla de mostaza, habla de la altura del Reino, podríamos hablar de lo alto que es. La cuarta parábola, de la levadura, habla de la profundidad del Reino conforme es escondida en la masa e influencia desde adentro.

Entonces, usted tiene al Reino visto en su amplitud y extensión, altura y profundidad. El Señor lo está describiendo en toda dimensión. Y después de que Él ha hecho todo esto, las siguientes dos parábolas hablan de su apropiación personal en la vida de un individuo. Después de haber descrito sus características generales, hay una maravillosa progresión de pensamiento. Ahora, el Señor no nos explica estas dos parábolas, pero no se sienta mal. El Señor nos dio a alguien para que nos las explicara. ¿Quién es? El Espíritu Santo. Entonces, Él se las explicó a los discípulos. La Biblia nos dice que Él les explicó todas estas cosas a ellos. Pero para nosotros, tenemos al Espíritu Santo residente en nosotros debido a que entendemos a Dios y entendemos la mente de Dios como es revelada en la Palabra de Dios. Podemos encajar eso con Su plan.

Ahora, veamos esta mañana la primera parábola. Y creo que usted va a quedar totalmente fascinado por esta. La semilla de mostaza, la cual describe el poder externo del Reino. “Otra parábola les refirió, diciendo: El Reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo;” ahora, aquí de nuevo hay un hombre que es un granjero. Y él va a plantar una cosecha. Y él planta una cosecha de mostaza. ¿Por qué? Bueno, era usada por muchas cosas. Era usada por su aceite. Y su aceite, por cierto, era utilizado también para muchas cosas, una de las cuales era un uso medicinal. También era utilizada para sazonar. Inclusive en la actualidad, la semilla de mostaza es algo que tiene mucho valor. Y es cultivada como una cosecha, como todavía lo hacemos nosotros.

El versículo 32 procede a describir la situación. Dice que: “el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.”

Ahora, básicamente, permítame darle brevemente una lección de botánica para que podamos saber a dónde vamos. Esta semilla de mostaza en particular hace que crezca un arbusto, como una planta de jardín. Normalmente, crece hasta llegar a tener una altura de alrededor de 1.90 m. Y es una planta de un buen tamaño. Esa es una hierba de buen tamaño. Y notará que es colocada en la familia de las hierbas, lachanon en griego, y explicaremos eso en un momento.

Pero con mucha frecuencia, crecía hasta llegar a tener más de 2.5 m de altura. Y hay muchos testimonios que han sido escritos por testigos oculares en el este que han visto estos campos, tanto ahora como en generaciones pasadas, que han dado testimonio del hecho de que llegan a tener más de 2.5 m de altura. Un escritor habla de que ellas son más altas que 1 caballo y un jinete. Otro escritor dice que el caballo y el jinete pueden galopar debajo de las ramas del arbusto de la mostaza. Ahora, ese es un arbusto grande.

Y lo que el Señor está diciendo es que no hay una conexión real aparente entre lo pequeño que es la semilla y lo grande que es el resultado final. Usted tiene a la semilla más pequeña dando lugar al arbusto más grande que pueda crecer. Usted puede plantar una semilla de cebada y usted va a obtener una planta de cebada que es de un buen tamaño. Usted puede plantar una semilla de trigo o de maíz y usted terminará con algo de un buen tamaño; pero usted planta esta semilla y usted termina con un arbusto de más de 2.5 m de altura, lo suficientemente alto como para que pueda pasar por ahí un hombre montado sobre un caballo. Ése es su punto.

Entonces, la parábola no es una exageración, es una afirmación que se entiende de manera común como lo son todas las parábolas. El punto de las parábolas no es una exageración, el punto es que son entendidas de manera común. Son hechos de la vida. Ahora, permítame llevarlo con mayor profundidad en esta situación. Jesús, en el versículo 32 dice que ésta es la más pequeña de todas las semillas. Ahora, en ese punto la guerra teológica se desata. Los críticos que quieren atacar a la Biblia se aferran a esa afirmación. Esto es lo que dicen, ahí está, ‘como puedes ver, eso prueba que la Biblia no es inerrante porque cualquier persona sabe que una orquídea, una semilla de orquídea salvaje es más pequeña que una semilla de mostaza. Por lo tanto, Jesús uno, no sabía; y si no sabía, adivina quién no es Él: Dios.’ O Él sabía que estaba mal, pero Él se rebajó a la ignorancia de ellos.

Y después, tenemos lo que ellos llaman el acomodo bíblico cultural. En donde algunas veces, el escritor de la Biblia no dice lo que es verdad. Él dice lo que la gente cree que es verdad, simplemente para ser relevante. Una vez que usted ha abierto la puerta a esa manera de pensar, buena suerte, porque quien va a decir qué es qué. Los críticos dicen ‘como puedes ver, Jesús está mal.’ Ahora, o está mal porque es ignorante o está mal porque va siguiendo la corriente del error de ellos. De cualquier manera, estamos en problemas, ¿no es cierto?

Usted dice: “bueno, ¿qué dices tú, MacArthur?” Yo digo que Él tiene razón. ¿Podemos probarlo? Creo que sí. Observe en el versículo 32 la palabra hierbas, lachanon. Esa palabra se refiere a vegetales de jardín, vegetales verdes de jardín que son cultivados de manera deliberada para ser comidos. Es usado en Romanos 14 de ese modo. Se refiere a aquello que es plantado como una cosecha para hacer comida en contraste con plantas salvajes. Estas son las plantas que son sembradas de manera deliberada. Entonces la semilla, es una semilla sembrada agricultoramente para producir vegetales y plantas verdes comestibles.

Ahora escuche, de todas las semillas que eran sembradas en el este o que son sembradas ahí en la actualidad en el año 1982, para producir con productos comestibles, la semilla de mostaza era y todavía es la más pequeña. Jesús está hablando dentro de un marco en el cual Él dice lo que es exactamente correcto. Y recientemente, esto fue afirmado por un hombre llamado Dr. L.H. Shinners. Él es el director del botánico SMU en Dallas. Ellos tienen el herbario más grande en el sudeste, 318,000 especímenes botánicos de todo el mundo. Él da conferencias de manera regular en el Instituto Smithsonian.

Él dijo, y cito: “la semilla de mostaza de hecho debería haber sido la más pequeña de aquellas que habrían sido identificadas por las personas en el tiempo de Cristo. Las principales cosechas del campo: cebada, trigo, lenteja y frijoles tienen semillas muchos más grandes como otras plantas que habrían podido estar presentes como arbustos y demás. Hay varios arbustos y flores salvajes que pertenecen a la mostaza, amaranto, y otras familias de plantas con semillas que son pequeñas o más pequeñas que la mostaza; pero no habrían sido conocidas o distinguidas por los habitantes. Están en el ámbito salvaje y ciertamente no habrían sido plantadas como una cosecha.” Fin de la cita.

¿No es eso maravilloso? ¿No es maravilloso que cuando Jesús habla de semillas, Él tiene la razón? Y podemos confiar en Él con el tema de las semillas, podemos confiar en Él con la eternidad. Shinners procedió a decir, y cito: “la única planta de cosecha moderna, la única planta de cosecha moderna en existencia con semillas más pequeñas que la mostaza es el tabaco; y esta planta es de origen americano y no creció en el mundo antiguo hasta el siglo XVI o más tarde.” Fin de la cita. Entonces, cuando Jesús dijo que un hombre sembró la semilla más pequeña que jamás ha sido sembrada, Él estaba en lo correcto.

Además, Él dijo, bueno vean lo que dicen el versículo 32. Pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol.” Mire, Él no está hablando acerca de un árbol que se usa para talar, para obtener leña. Él aquí está hablando de un arbusto tan grande que tiene las propiedades de un árbol. ¿Y cuál es la propiedad que tiene un árbol? ¿Qué dice el resto del versículo 32? “De tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.” Hay muchos arbustos en los que las aves no pueden vivir. Por cierto, la palabra ‘nidos’ ahí en el versículo 32, es un término griego muy intenso que significa que hacen ahí su hogar, construir un nido y quedarse.

Digo, tenemos pequeños arbustos en nuestro jardín, pero si un ave tratara de construir un nido, se doblaría y los dejaría en el suelo y todos los huevos terminarían cayéndose. Este es grande. Y nos dicen, también los botánicos, que, en cierta época del año, las ramas se vuelven rígidas y las aves construyen sus nidos ahí. Muy preciso.

Ahora, Jesús también aquí estaba hablando de manera proverbial. Él no estaba tratando de dar una lección de botánica y la gente no es necesita ser quisquillosa acerca de esto. Pero si usted quiere ser quisquilloso, delante. Él está en lo correcto, pero lo que Él básicamente está haciendo es hablar de manera proverbial. Y para el judío, debido a que la semilla más pequeña que jamás conoció era una semilla de mostaza, la semilla de mostaza se volvió proverbial para algo pequeño. Digo, tenemos proverbios. Una persona es tan sabia como un búho. Bueno, no queremos decir que lo más inteligente del mundo es un búho. Bueno, ni siquiera sé de dónde viene, pero usamos proverbios como ese.

Ahora, Jesús simplemente tomó uno de esos proverbios, solía ser uno, y resulta que este era correcto. Pero era usado de manera proverbial. Por ejemplo, los judíos hablaban de una gota de sangre tan pequeña como un grano de mostaza. Hablaban de una pequeña brecha de la ley mosaica siendo una contaminación del tamaño de una semilla de mostaza. Ellos hablaron de una mancha en un animal del tamaño de una semilla de mostaza. Hasta el día de hoy, los árabes hablan de fe que pesa la cantidad de una semilla de mostaza.

E inclusive nuestro Señor utilizó el mismo proverbio en Mateo 17:20 cuando dijo: “si tuvieras fe como un grano de semilla de mostaza, podrías decirle a este monte quítate y se movería.” Entonces, era proverbial. Y Él simplemente está usando una historia con un proverbio que ellos usaban. Pero en Su sabiduría infinita y maravillosa, Él escogió un proverbio que ellos usaban que era correcto. Ahora, usted entiende lo que dice la parábola.

Ahora, le voy a decir lo que significa. En primer lugar, el Reino comenzará pequeño. Comenzará pequeño. ¿Puede imaginarse lo importante que es decirle esto al discípulo? Digo, ellos eran un pequeño grupo. Siendo literalmente abrumados por la opresión y el rechazo y la blasfemia, estaban diciendo ‘bueno, simplemente somos un puñado en contra del mundo entero.’ Un puñado de hombres en contra del mundo entero. Y Jesús dice ‘está bien, ése es el plan. Todo comienza a partir de algo muy, muy pequeño.’ Y hombre, eran pequeños. De hecho, eran tan pequeños que ni siquiera podían reconocer que el Reino estaba allí.

En Hechos 1 todavía estaban preguntando si los restauraría en ese momento el Reino. Bueno, ¿dónde está? Digo, era tan pequeño. Estaba sepultado en el suelo, era prácticamente imperceptible. Creo que esa es la razón por la que tantos teólogos modernos tampoco dónde encontrarlo en el Evangelio de Mateo. Lucas 17:20 dice esto, escuche: “y cuando se demandó de los fariseos cuándo el Reino de Dios vendría.” Los fariseos dijeron ¿cuándo vendrá el Reino de Dios? Digo, Tú dices que eres el Rey, vas desfilando diciendo que Tú eres el Rey. ¿Cuándo vas a traer al Reino? Me encanta su respuesta: el Reino de Dios no viene con observación. No lo puede ver. No lo puede ver. No en esta forma. Entonces, no van a decir ‘helo aquí, y no van a decir ¡oh! Está aquí’ porque el Reino de Dios está en medio de vosotros. Dentro de ustedes. Ya está aquí señores. Pero es una pequeña semilla que comienza muy pequeña.

No la pueden ver. Así como cuando ustedes plantan una semilla de mostaza en el suelo, no la pueden ver, pero está aquí. Y en esa semilla está el potencial para un arbusto grande. En esa pequeña semilla al plantar el Reino está el potencial para un reino que se extiende hasta los fines de la tierra. Comienza muy pequeña.

Piense usted en un pesebre, en un comedero, piense en un establo; animales malolientes, personas que están hundidas al nivel de sus tobillos en el estiércol de ese lugar sucio. Y un bebé que nace en la oscuridad de un país que no era nada más que un infante moviendo sus brazos en la Roma imperial, con dos distritos, Judea y Galilea, que simplemente eran dos pequeños puntos en la tierra. Y Samaria eran menos que esas dos. Y piense en Nazaret en donde Jesús pasó 30 años en la Nazaret no educada, sin cultura. Y piense en los discípulos. Todos juntos no llegaban al total de una semilla de mostaza. Eran tan pequeños, tan ineptos, tan temerosos, con tan poca fe, tan débiles. Y ése era el Reino que fue plantado. Pero en el pecho de ese pequeño Infante en este comedero, en el pesebre, estaba la vida eterna que darían lugar al Reino eterno. La semilla fue plantada. Un inicio pequeño.

Como puede ver, esta es una verdad maravillosa porque esto no es visto en el Antiguo Testamento. Esto es misterio revelado. Comienza pequeño, sólo con ese pequeño grupo insignificante. Y cuando Jesús ascendió de regreso al cielo, sólo eran ciento veinte. Si usted habla con un pastor en la actualidad que tiene una iglesia de ciento veinte, se siente como un fracaso. Escucha a la gente decir ‘bueno, nuestra Iglesia es tan pequeña, sólo tenemos ciento veinte.’ Pero cuando la Iglesia comenzó sólo tenía ciento veinte y hasta ahora va muy bien. Y antes de que termine, cubrirá el globo entero.

Eso nos lleva a la segunda lección. El Reino comienza muy pequeño, el Reino termina muy grande. Un diseño muy simple, ¿verdad? Comenzó muy pequeño, termina muy grande. Los profetas vieron un gran Reino. Digo, si usted lee a los profetas del Antiguo Testamento y si usted lee acerca de lo que esperaban en el Reino, su extensión es asombrosa. Por ejemplo, en el Salmo 72, versículo 8 dice: “dominará del mar hasta el mar y la abundancia de la paz durará tanto como la luna dura. Él tendrá dominio del mar al mar, del río hasta los fines de la tierra y los que moran en el desierto se postrarán ante Él y Sus enemigos lamerán el polvo. Los Reyes de Tarsis y de todas las islas traerán presentes, los Reyes de Seba ofrecerán regalos. Todos los reyes se postrarán delante de Él, todas las naciones le servirán.” Ahora, esa es la extensión del Reino. Así de grande crece el arbusto. Digo, de una pequeña semilla a un arbusto enorme y eso es lo que el Señor quiere que usted vea. Que usted obtiene el resultado más grande del comienzo más pequeño en el caso del Reino.

Isaías vio el mismo resultado final. Capítulo 54 de Isaías, versículo 2: “Ensancha el sitio de Tu tienda, y las cortinas de Tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.” Más vale que hagas qué esta atienda sea más y más y más grande, algo se está expandiendo. “Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y Tu descendencia heredará naciones.” El Reino del Mesías se extenderá de costa a costa, de un extremo del globo al otro. Jeremías lo vio. Amos lo vio. Miqueas lo vio. Zacarías lo vio.

Y podría leer Escritura tras Escritura tras Escritura que el Reino de Jesucristo, el Reino de Dios se extenderá de mar a mar, de tierra a tierra, cubriendo el globo. Y sabemos que esto es verdad, ¿no es cierto? En definitiva, cuando venga el Reino milenial, Jesús reinará sobre toda la tierra. Eso vendrá. De hecho, lo dice en Apocalipsis 11:15: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de Su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos.”

Entonces, estas parábolas de hecho nos llevan hasta el milenio, hasta la plenitud del crecimiento definitivo del Reino. El Reino de Cristo, sin importar lo insignificante que sea, sin importar lo menospreciado que sea, parece al principio como algo pequeño. Y creo que probablemente se frotaron sus manos cuando Él murió y dijeron: ‘se acabó’. Pero crecerá y su fin y consumación será sorprendentemente algo que está fuera de proporción comparado con su comienzo, así como lo es un arbusto de mostaza con su semilla.

Ahora, esta parábola tiene la intención de alentarnos. Realmente. Digo, no se usted, pero a veces yo me desanimo. Pienso que a veces, sin importar cuánto nos esforzamos, parecemos ser aplastados y ahogados por el mundo malo que nos rodea. Si yo me siento así, ¿se puede imaginar cómo se sintieron ellos? Digo, sé que hay otras personas que creen en esta ciudad y en otras ciudades y en otros estados y otros países en todo el globo terráqueo. El pueblo de Dios está ahí y hay gente está viniendo a Jesucristo.

Pero aun así, veces me siento como si la batalla es intensa y que en cierta manera somos la minoría. ¿Puede imaginarse como se habrían sentido cuando su líder mismo estaba siendo blasfemado en su presencia? El sentido de desesperanza, el sentido de derrota, de desánimo, especialmente cuando, hombre, una vez que vino Juan el Bautista y él era una persona tan impresionante las ciudades venían a él y se veía como si todo iba a suceder y todo era tan emocionante. Y Juan estaba diciendo ‘debo menguar y este que viene después de mí debe crecer.’ Ellos estaban todos siendo llevados por el establecimiento del Reino, por esa idea. Y después, vinieron las multitudes y los milagros y las sanidades y la multiplicación de la comida y todas las maravillas, caminando sobre el agua. Y ellos podían ver lo que comenzaba a suceder. Después, algo cambió. Y comenzó a haber un odio que se incrementaba y amargura y rechazo. Y entonces, el Señor dice: “va a comenzar pequeño, pero va a terminar grande.” Al final, ganaremos. El Reino se va a extender por la faz de la tierra y hasta la eternidad por los siglos de los siglos; y seremos parte del ese Reino eterno.

Después, hay otra nota que creo que es tan interesante. Él dice: “esto crece tanto que las aves del cielo vienen y establecen su residencia, construyen su nido y viven en sus ramas.

Ahora, ¿qué es lo que estas aves representan? Algunas personas creen que representan a demonios. Algunas personas creen que representan maldad. Y la razón por la que creen que representan a demonios es porque debido a que en la parábola anterior en donde las aves quitan la semilla y hablan de que el ave en cierta manera representa a Satanás, quien quita la Palabra. Pero las aves, mantenga esto en mente, podrían representar cualquier cosa porque simplemente son una ilustración.

Y creo que usted tiene aquí dos pensamientos. En primer lugar, lo que las aves significan es que el árbol es muy grande. Es tan grande que las aves pueden vivir en él. Y es la manera en la que Jesús nos dice qué tan grande es. Pero hay otro pensamiento también, y creo que esto es simplemente profundo. Estas aves viven en el árbol. ¿Sabe usted por que viven ahí? Le voy a decir por qué viven ahí. Porque hay semillas que se pueden comer que están en ese arbusto de mostaza y pueden comer en casa. No tienen que salir a comer. Pueden comer en casa. Ahora, si yo fuero un ave, creo que iría a un lugar en donde pudiera comer mientras que estuviera ahí. Usted siempre le acerca de las aves madre que salen a buscar la comida. Aquí el ave madre se queda en casa. Pero más que eso, construyen un nido. Hay protección, sombra y seguridad. Hay alimento ahí. Eso es interesante.

Acompáñeme por un momento a lo que creo que es una gran explicación de esto: Daniel, capítulo 4. Daniel, capítulo 4. Nabucodonosor, rey de Babilonia, el más grande de los todos imperios del mundo tiene un sueño. Y este es su sueño, realmente un sueño interesante. Versículo 10 de Daniel 4: “Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande. Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo,” ahora, este es un árbol alto, “y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra.” Digo, su altura llega hasta el cielo y sus ramas cubren de tal manera que toda parte de la tierra puede ver. Este es un árbol grande. “Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne.” Ahora, ¿qué es esto? ¿Que está viendo él?

Daniel responde eso en el versículo 20. Daniel entra y dice: “El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra, cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo, tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.”

¿Qué está diciendo? Él está diciendo que el Imperio Babilónico se ha vuelto como un árbol y todas las naciones del mundo han encontrado su consuelo, su seguridad, su alimento en ese árbol. ¿Y sabe una cosa? Babilonia trajo cultura al mundo, trajo educación al mundo, trajo arquitectura al mundo, trajo prosperidad al mundo, trajo un sentido de paz al mundo. Había muchas naciones… Las aves son las naciones que están encontrando refugio en el árbol del Imperio Babilónico.

Ahora observe Ezequiel capítulo 31. Ezequiel 31, versículo 3. Y aquí encontramos a Siria descrita como un cedro con ramas hermosas dando sombra, siendo alto, y era grande debido a que las aguas le habían hecho grande. Corrían ríos a su alrededor, pequeños ríos y todo esto. Su altura, versículo 5, exaltado sobre todos los árboles del campo. Sus ramas eran largas debido a la multitud de aguas que tenía. Todas las aves del cielo hicieron su nido en él. Y todo esto está diciendo que cuando usted tiene a una potencia mundial dominante enorme, muchas otras pequeñas encuentran refugio en las ramas.

Ahora, podríamos tomar eso políticamente y llevarlo a la actualidad y podríamos decir que tradicionalmente e históricamente, por ejemplo, los Estados Unidos se han convertido en un gran árbol en el cual muchas otras naciones han encontrado refugio en nuestras ramas, ¿verdad? Educación, ayuda, muchos, muchos modos. Esa es la ilustración secular que él está utilizando.

Pero cuando usted lo trae ahora a Mateo y a lo que nuestro Señor está diciendo, Él está diciendo que, en últimas, el Reino de Cristo crece a tal extensión que las naciones encuentran su refugio y protección en el Reino. Ahora, las aves no son el arbusto de mostaza. No necesariamente son parte del Reino, simplemente se benefician por su presencia en la tierra, tal como los no babilónicos se beneficiaron por la presencia del Imperio Babilónico.

Ahora, eso es lo que usted tiene que entender conforme usted enseña el Reino, algunas veces el Reino se refiere específicamente a los santos verdaderos en el Reino. Algunas veces, es más grande que eso. Y en este sentido, es más grande. Usted está viendo al Reino en términos del dominio soberano de Dios, sobre todo. Y piense en esto de esta manera. En donde el cristianismo florece, la gente que se sube a las ramas de él, prospera debido al florecimiento del cristianismo, aunque no conocen a Cristo.

Estados Unidos es lo que es Estados Unidos en la actualidad debido a su legado cristiano. Y hay muchas aves en nuestro arbusto. No son cristianos, pero se benefician, ¿no es cierto? La dignidad de la vida en Estados Unidos, el sistema de jurisprudencia, la ley, el sentido de lo que está bien y lo que está mal que tradicionalmente ha sido nuestro, educación, la libre empresa, la dignidad de una mujer, el cuidado de los niños. Todo esto emana de la verdad cristiana, toda gran reforma, todo movimiento de reforma en la historia ha tenido sus raíces en verdad bíblica. En donde el Reino se ha expandido, usted tiene un ambiente de protección para las personas que ni siquiera están verdaderamente en ese Reino. Es algo así como un macrocosmos que en 1 Corintios 7:14 es un microcosmos; en donde dice que si usted está casado con un incrédulo y el incrédulo quiere quedarse, que se quede porque él es santificado en la presencia de un creyente.

En otras palabras, un incrédulo casado con un creyente se beneficia simplemente por estar cerca de alguien que recibe la bendición de Dios. Digo, si estoy casado contigo y no eres cristiano y Dios está derramando bendición en mí, vas a recibir algo de ello. Por lo menos para el momento. Para la actualidad. Y entonces, eres abrigado en mi árbol. Y en un nivel de macrocosmos, cuando el Reino se expande por todo el mundo, la gente que encuentra refugio dentro de ese Reino, escuche, lo puede ver de cualquier manera. Todo termina siendo lo mismo, son las personas más bendecidas en términos de vida humana.

Usted hace un contraste con lo que es ser parte de la cultura occidental bajo la influencia del cristianismo en contraste, por ejemplo, puede estar en India o estar en una parte de aborígenes en el mundo en donde el cristianismo nunca ha estado, en donde el arbusto de la semilla de mostaza no ha crecido. Eso es lo que está diciendo. El Reino crecerá de tal manera que muchos van a encontrar refugios en sus ramas.

Y lo que la parábola está tratando de decirnos es que, a pesar de la oposición, a pesar de las tres tierras malas, a pesar de la presencia de la cizaña, vamos a ganar. El Reino va a crecer y crecer y crecer. Esa es la promesa del Señor para alentarnos.

Entonces, no somos este pequeño pobre grupo de personas tratando de resistir. Hombre, estamos del lado ganador y el Reino está creciendo. Y le voy a decir más la próxima semana acerca de cómo. Y le voy a dar algunos puntos específicos conforme vemos la parábola de la levadura. Inclinémonos en oración.

Padre, Te damos gracias. Gracias porque aunque el Reino comenzó pequeño en esta época, terminará dominando a todo el mundo. Cuán gratificante es ser parte de eso. Clamamos con Juan: “Amén, ven Señor Jesús.” Trae Tu Reino en su plenitud. Oramos porque hombres por todo el mundo puedan reconocer que, aunque son aves y esencialmente no llevan la vida de una semilla de mostaza, se han beneficiado al estar en sus ramas. Que se vuelvan al Cristo que puede bendecir y conozcan más allá del beneficio temporal, la bendición eterna de la salvación. Y Dios, gracias porque aun cuando vemos a nuestra sociedad despedazándose, el pecado del hombre acelerándose más y más como si estuviera fuera de control, descendiendo, aunque la Iglesia es maldecida y perseguida, aunque el Evangelio es rechazado, los cristianos no son bienvenidos en muchos lugares, el Reino crece a pesar de toda esa oposición.

Gracias por el poder. Gracias porque en últimas, la extensión será global y eterna. Y gracias, Señor, por la lección de que grandes cosas pueden comenzar a partir de comienzos muy pequeños. Oramos, Señor, porque de alguna manera que Tú puedas plantarnos como una semilla muy pequeña y producir a partir de nuestras vidas un arbusto muy grande. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.

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