Y ahora, tenemos el privilegio elevado y sagrado de venir a la Palabra preciada de Dios. Y para ello, lo aliento, si es tan amable, a tomar su Biblia y acompañarme Mateo, capítulo 13; Mateo, capítulo 13. Y esta mañana estamos examinando los versículos 47 al 52. Mateo 13, versículos 47 al 52. Llegamos a la última de siete parábolas presentadas por nuestro Señor Jesucristo en este capítulo 13. Y éste es el clímax.
Esta parábola en particular es una parábola acerca de juicio. Es una parábola acerca del infierno. Y el punto clave de la parábola se encuentra en el versículo 50, el horno de fuego. Allí será el lloro y crujir de dientes. Nuestro Señor habló mucho y con mucha frecuencia acerca del infierno. Dijo muchas cosas acerca de la morada de los condenados, los impíos, los que rechazan a Cristo.
Pero de todas las cosas asombrosas y aterradoras que Jesús jamás dijo, quizás la más asombrosa fue cuando les dijo a los líderes judíos: “¿cómo escaparéis de la condenación del infierno?” En Mateo 23:33. “¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?”
Nos parece extraño oír palabras como está viniendo de la boca de nuestro Señor Jesucristo. Porque nosotros no asociamos al Señor Jesucristo con el infierno con la frecuencia como deberíamos. Él dijo más acerca del infierno de lo que dijo acerca del amor. Él dijo más acerca del infierno de que el resto de los predicadores bíblicos combinados. Y si vamos a modelar nuestra predicación según el patrón de la predicación de Él, entonces el infierno es un tema primordial para nosotros.
La otra noche escuché una entrevista a un rockero punk adolescente. Y el reportero le preguntó a ella qué era lo que esperaba con más gusto. Que había en el futuro para el rock punk. Y ella contestó la muerte. Espero con gusto la muerte. Y le preguntó por qué. Ella contestó que quería ir al infierno porque el infierno será divertido. Espero ir al infierno. Quiero morir para poder ir al infierno y divertirme.
¡Qué engaño! El infierno no es divertido. Un escritor dijo: “no hay manera de describir el infierno, nada en la tierra se puede comparar con él. Ninguna persona viva tiene una idea real de él. Ningún loco en sus ideas más incoherentes jamás ha contemplado su horror. Ningún hombre en delirio jamás ha concebido un lugar tan terrible como este. Ninguna pesadilla en la mente de alguien con fiebre jamás produjo un terror que le llegue al infierno más suave. Ninguna escena de homicidio con sangre salpicada, con una herida abierta jamás sugirió una escena de tanta repulsión que pudiera tocar los límites del infierno. El escritor más dotado puede agotar su capacidad en describir esta caverna de flama interminable y ni siquiera él podría acercarse a la orilla más cercana del infierno.” Fin de la cita.
Esta es una parábola en la cual nuestro Señor advierte acerca del infierno. Ahora recuerde, en estas parábolas nuestro Señor nos está diciendo cómo será este período en la historia de la humanidad, de la historia del mundo. Este es Su gobierno. Y está permitiendo en este período de tiempo que crezcan juntos el bien y el mal como lo vimos en la parábola del trigo y la cizaña. Él tolera al bien y al mal en este período de tiempo.
Pero al final, vendrá un juicio. Y esa es la razón por la que ésta es la última parábola. Hemos abarcado las parábolas que describen la naturaleza del Reino. El poder del Reino. La apropiación personal del Reino. Y ahora, llegamos al clímax y al final y el juicio. Y es una advertencia. Es una advertencia aterradora, que en el final habrá una separación eterna de los condenados, de los redimidos.
Y el mundo, como usted puede darse cuenta, está moviéndose hacia esto. Toda vida humana está moviéndose hacia esa hora inevitable. El día de hoy, por lo menos 5282 personas en los Estados Unidos nada más morirán y entrarán en la eternidad. La mayoría de ellas irán al infierno. Y esta parábola final nos lleva a quedarnos cortos de un sentido de advertencia severa.
Ahora, quiero que veamos en primer lugar el retrato que el Señor pinta. El retrato es primero, versículo 47. “Asimismo el Reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar recoge de toda clase de peces.”
Ahora, esto nos da el retrato que necesitamos entender en la enseñanza aquí. La pesca en la época de nuestro Señor era algo común. La pesca era un estilo de vida. La pesca, para algunos de los discípulos, era su estilo de vida. Entonces, ellos habrían entendido con mucha claridad lo que Él dijo. Básicamente, había tres maneras de pescar. Y estas tres maneras todavía se usan en este país, en el lago de Gennesaret, el mar de Galilea. El primero era con una cuerda y un anzuelo, la cual atrapa peces, uno a la vez. En Mateo capítulo 17, versículo 27 el Señor Jesús le dijo a Pedro “coloca tu cuerda y tu anzuelo en el mar y atrapa un pez y abre su boca y encuentra dinero y entrégalo y úsalo para tus impuestos y para los míos.”
Y esa fue una ilustración del tipo de pesca que se realizaba con una cuerda y un anzuelo. Antes, en el capítulo 4 de Mateo, el Señor sabía encontrado con los discípulos Pedro y Andrés y estaban pescando. Y dice en el 4:18: “arrojando una red en el mar,” el segundo tipo de pesca era aventar una red. Amphiblēstron es la palabra en el griego. Y era una red muy especial. Era una red que era como un círculo grande y en el perímetro externo del círculo había pesas. Era jalada, se cerraba por la parte del medio, y los pescadores llevaban una cuerda en su brazo. La red se envolvía y el hombre estaba envuelto por la red. Y conforme los peces llegaban a la costa y arrojaban la red, y se habían vuelto, claro, tan diestros en esto, que entraba en el agua como un círculo grande y conforme se hundía hacia la parte de abajo, capturaba conforme los pesos jalaban las orillas a todos los peces que estaban en esa área.
Entonces, el pescador observaba hasta que veía la escuela de peces y después, él giraba eso y así abría su círculo completo y capturaba los peces. Y después, la cuerda que tenía en su muñeca, era jalada y cerraba la red hasta que tenía una especie de costal. Y él jalaba la red a la costa llena de la pesca. Y ésa es la red de nuestro Señor usó para hablar de ser pescadores de hombres. “Arrojen la red y atrapen hombres para Cristo y métanlos.”
Pero esa no es la red que es usada aquí. Es un término en el griego completamente diferente en el griego. Este término es un término único. Es el término sagēnē y tiene que ver con lo que era llamada una red seine o una red de otro tipo. Es un término muy distintivo. Habla de una red muy, muy grande.
Ahora, cuando digo grande, realmente quiero decir grande. Lenski, el comentarista, dice que algunas de estas redes cubrían un área de 800 m. Eran redes muy grandes. Una red que no podía ser usada con la mano de un hombre. Cómo era usada es muy simple de entender, un extremo de esta gran red se encontraba amarrado a la costa. El otro extremo, estaba agarrado a un barco. Conforme el barco salía de la costa, jalaba la red de tal manera que la red fuera estirada entre el barco que estaba ya en el lago y el otro extremo que estaba enganchado a la costa. Después, el barco comenzaba a moverse en un círculo. Y conforme se movía en un círculo, muchas criaturas marinas eran atrapadas en frente de la red.
Y al terminar un círculo entero, regresaba hasta donde estaba enganchada. Habría recolectado en esa red entera a todas las criaturas que estaban en esa parte del agua que cubrían esa red. Debido a que la parte de arriba de la red tenía flotadores, flotaba en la superficie del agua. La parte de abajo de la red tenía pesas y, por lo tanto, se hundía hasta el fondo. De tal manera que la red se movía a lo largo del agua como un muro vertical que capturaba todo.
Ahora, lo que nuestro Señor quiere que entendamos en esta red son básicamente dos cosas. Una, es el tamaño inmenso de la red. Y dos, es el hecho de que mete todo, un conglomerado, una pesca inclusiva. Ahora, una vez que esto ha sucedido y el barco se ha movido a lo largo del agua y este muro vertical grande ha metido todo tanto vivo como muerto, algunas veces se hundía hasta el fondo y jalaba todo tipo de cosas. Algas, todo tipo de vida que habría estado ahí, sería atrapada en esa red. Después, regresa a la costa y ese punto se nos presenta en el versículo 48. Y una vez llena, la sacan a la orilla y sentados, recogen lo bueno en cestas y lo malo lo echan fuera.
Ahora, el personaje central de la parábola es un grupo de pescadores. Están en la costa en el versículo 48. Y yaciendo ahí, a la orilla del agua, ésta esta red enorme que se acaba de sacar. Y literalmente, está empapada y llena de vida, y llena del conglomerado de criaturas que han sido sacadas del agua. Y después, comienza un proceso muy lento deliberado, cuidadoso, paciente, sin presión, preciso, que ejerce conocimiento conforme separa lo bueno de lo malo. Se sentaron. Era algo que hacían con mucho cuidado, con mucha paciencia.
Ahora, esta escena habría sido muy común para las personas a las que nuestro Señor habló, particularmente los discípulos. Tomaban lo bueno y lo colocaban en algunos contenedores. Con mucha frecuencia, contenedores que tenían agua para mantener a los peces vivos e iban a ser transportados. Si iban ser usados de manera inmediata en alguna forma, los colocaban en otro contenedor. Lo malo era simplemente tirado. Ahora, el retrato es muy claro, ¿no es cierto?
Veamos en segundo lugar el principio, versículo 49. Y aquí está la interpretación de nuestro Señor mismo. “Así será el fin del siglo. Saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos.” Deténgase ahí. Podemos detenernos en ese punto. Hay mucho que podría decir de esa parábola. Hay mucho que podría hacer con esto. Hay algunas posibilidades interesantes. Pero el Señor sólo está interesado en un elemento y es el proceso de separación que se llevó a cabo en la costa como un retrato de la separación angélica en el juicio. Eso es en lo que Él es se está enfocando. Como puede ver, a lo largo de esta era, como hemos estado aprendiendo, lo bueno y lo malo van de la mano y Dios tolera la maldad.
Pero el tiempo está por venir cuando Él hará una separación entre aquellos que conocen al Rey y los súbditos del Rey y conocen al Señor Jesucristo y aquellos que no lo conocen. Y esa separación es inevitable y es definitiva. Y poco a poco, de manera imperceptible, y silenciosa, esa red se mueve a lo largo del agua del tiempo metiendo, jalando, capturando a todo hombre a las costas de la eternidad para esa separación inevitable.
Ése es el principio. La red se mete a todo tipo de peces, no discrimina en el sentido de que simplemente atrapa todo lo que está a su paso. Y entonces, dice en el versículo 47 “el Reino de los cielos es semejante a una red, se mueve, silenciosamente, a lo largo del mar de la vida atrapando a hombres casi sin que ellos lo sepan hasta llevarlos a costa de la eternidad. Y para cuando despiertan, para saber qué está pasando, es demasiado tarde. Ya están ahí. Son metidos en la separación.”
Ahora, esta misma verdad que fue enseñada en la parábola del trigo y la cizaña, usted puede regresar al versículo 41 y verlo, “Enviará el Hijo del Hombre a Sus ángeles, y recogerán de Su Reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.” La misma idea, pero el Señor la repite.
Ahora, lo único espiritual que el Señor señala en esta parábola es ese último acto de los pescadores. Todo lo demás es pasado por alto, sin comentario. Y creo que debemos dejar el resto sin comentarios y simplemente tomar lo que nuestro Señor quiso enseñar. Cuando Él habló de arrojar la red, Él usó eso de una manera positiva para hablarle a los discípulos de capturar a hombres para Cristo. Cuando Él habla de esta red, esta sagēnē, Él está hablando de reunir a hombres para juicio.
Observe el versículo 49: “Así será al fin del siglo…” Cuando el día del hombre se acabe y Jesús regrese a establecer Su Reino glorioso, entonces viene el juicio. Ahora, este no es un desarrollo técnico cronológico escatológico. Esto no está tratando de presentar todo elemento del juicio, todo lugar y todo momento. Y estamos hablando del gran juicio del gran trono blanco o de las ovejas y los cabritos o del juicio o lo que sea. Esto simplemente es una afirmación general de que todos en el mundo son atrapados y en últimas, en la red del juicio serán separados al final. Y puede denotar de nuevo, si es tan amable, en el versículo 49, que los ángeles son los ejecutores. Los ángeles son los que separan, tal como lo vimos en el versículo 41, tal como lo vimos en Mateo 24; los ángeles vienen con el Señor para actuar en juicio.
Así como lo vemos en Mateo 25, así como lo vemos de manera repetida en Apocalipsis, especialmente en el capítulo 14. Los ángeles son agentes del juicio de Dios. Entonces mientras que el Reino puede, por un tiempo, tolerar al bien y el mal creciendo juntos, la separación se acerca más y más continuamente. Jesús habló de esto mismo en Mateo, capítulo 25, cuando dijo en el versículo 31: “el Hijo del Hombre vendrá en gloria y todos los ángeles santos con Él. Entonces, Él se sentará en el trono de Su gloria.” ¿Y qué hará cuando Él venga? Dice: “y ante Él congregará todas las naciones y Él separará a uno del otro.” Separación. “Entonces el Rey dirá a los de Su diestra: Venid, benditos de Mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.”
Y Jesús dijo en Juan, capítulo 5, que está por venir una resurrección de todos los hombres, algunos a la resurrección de vida y otros a la resurrección de condenación. Habrá una separación final y el destino eterno será determinado para toda alma que jamás ha vivido sobre la faz de la tierra.
Ahora, algunas personas han preguntado por qué esta parábola es incluida si la idea básica de separación inclusive se incluye en la parábola del trigo y la cizaña. Y la respuesta a eso son varias cosas.
Número uno, es repetida debido a que el trigo y la cizaña enfatizan en particular la coexistencia. Esto enfatiza sólo la separación. Se repite también porque el Señor tiene un corazón compasivo y Él quiere añadir una advertencia más. Eso es típico de nuestro Señor.
Él advirtió acerca del infierno muchas veces, muchas veces. Tan preocupado estaba que los hombres no fueran ahí. Muchas veces, Él dijo: “velad, velad, porque no sabéis, ni conocéis ni el día ni la hora cuando el Hijo del Hombre venga. Muchas veces, Él advirtió a la gente a que no tomara a la ligera su pecado, porque enfrentarían la inevitabilidad de la rendición de cuentas que tendrían que darle a Dios. Él habló de los días de Noé, que los hombres estarían viviendo en comodidad y prosperidad aparente y felicidad, viviendo en las rutinas de la vida y vendría el juicio horrendo.
Y Él advirtió una y otra vez, Él les dijo a los hombres a través de su profeta, Juan el Bautista, que Él vendría con un fuego inextinguible para quemar a aquellos que estuvieran perdidos. Él vio al mundo en Mateo 9 y Él vio una cosecha que se movía hacia el juicio. Él fue lo suficientemente compasivo como para ver a los hombres camino a la condenación y los llamó. Y entonces, esa es la razón por la que esto está aquí. Enfatiza la separación que es el final de este siglo. Y le da al Señor una oportunidad de liberar ese corazón compasivo. Como puede ver, la Biblia dice que Dios no se agrada en la muerte del impío. La Biblia dice que Él no quiere que ninguno perezca. La Biblia dice que Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres sean salvos. Jesús lloró por Jerusalén y dijo: “¡oh, Jerusalén, Jerusalén, cuánto quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus polluelos, pero no quisisteis venir a Mí!” Él dijo de manera reflexiva “para que tengáis vida eterna”. Su corazón de compasión es uno que advierte porque ama.
Ahora observe de nuevo, el Reino de los cielos es como una red. Y usted puede verlo vívido que es este retrato. Esa red se mueve a lo largo del mundo. Es invisible para aquellos que lo rodean, es invisible para aquellos que todavía no pueden ver. Y si acaso toca la parte de atrás, la espalda de un pez, el pez simplemente se mueve un poco más hacia adelante y disfruta la libertad de las cosas que son de él de manera permanente. Y los hombres viven en este mundo imaginando que son libres, satisfaciendo sus propios deseos, yendo de aquí para allá como informe ellos quieren, con poco conocimiento de que la red se acerca más y más y más. La gente flota en la libertad del mar amplio y abierto de la vida sin conocer las líneas invisibles del juicio que se acercan más y más. Y cada vez que son tocados por ello, se alejan un poco más. Y son tocados una vez más; y se alejan un poco más.
Y finalmente, son movidos una vez y llegan al otro lado porque se está moviendo hacia la costa. Y después, los peces de manera salvaje pueden buscar el mar sólo para hacer atrapados una vez más en la misma red, finalmente para ser llevados a costa, aunque están moviéndose de lado a lado y entran a una muerte silenciosa.
Y así es. Los hombres quizás no perciben el Reino, quizás no ven a Dios moviéndose en el mundo, pero se está moviendo. Y con mucha frecuencia, los hombres cuando son tocados por el Evangelio de Jesucristo o amenazados con la amenaza del juicio, huyen a la libertad que creen que tienen por delante. Pero tarde o temprano, regresan a la misma red porque ahí no hay libertad. Y de manera inevitable, se están moviendo hacia el juicio. Todos los hombres son atrapados por la red. El Reino en últimas los va a incluir a todos. Y Dios junto con Sus ángeles, separará.
Ahora, eso me lleva a un tercer pensamiento y ese es el peligro. El peligro. Versículo 50: “y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.” Ahora, ese es un versículo aterrador. Y le confieso que me afecta a mí tanto como le afecta a cualquier otra persona. Es un versículo aterrador, horrendo.
Y si hay alguna doctrina en la Biblia que usted no quisiera que estuviera ahí, es la doctrina del infierno. Pero eso no la elimina. Está ahí. Y éste es el corazón, esta es la médula del asunto. Los echarán en el horno de fuego. Esas son palabras aterradoras por parte de nuestro Señor. Y, sin embargo, habló más del infierno que cualquier otra persona.
Y creo que hay una razón. ¿Sabe lo que creo? Yo creo que, si Jesús no nos hubiera enseñado del infierno, no le creeríamos a quien nos hubiera hablado de él. Tenía que ser. Es tan inconcebible, nos causa tan repulsión. No podemos concebir una condenación eterna. Y tenía que ser nuestro Señor quien dijera esto o de lo contrario, nunca podríamos haberlo aceptado. Fue Su propio énfasis especial. Y Él fue un predicador del infierno. Más que cualquier otra cosa, Él amenazó a los hombres con el infierno. Y si usted no cree que así lo hizo, entonces no ha estado observando con cuidado su ministerio.
En el capítulo 5, por ejemplo, podría pasar, usted sabe, la mañana entera simplemente en las afirmaciones que Jesús hizo acerca de esto. No me acompañe, simplemente escuche y escriba los versículos si gusta. Pero escuche lo que dijo en Mateo 5:22. Él dijo: “y todo aquel que diga ‘necio’ estará en peligro del fuego del infierno.” En el versículo 29 del capítulo 5: “si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti, porque es mejor que uno de tus miembros perezca y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.” Versículo 30: “y si tu mano derecha te es ocasión de caer, quita la y échala porque es mejor que uno de tus miembros perezca y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.”
En el capítulo 7, versículo 27, Él dijo: “y la lluvia descendió y sopló el viento y golpeó en aquella casa y cayó y grande fue su caída.” Y esa también es una referencia a la condenación.
En el capítulo 8, versículo 12: “los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de afuera, ahí será el lloro y el crujir de dientes.” Capítulo 11, versículo 20: “Él comenzó a condenar a las ciudades en las que había hecho más obras porque no se arrepintieron.” Y Él les dice: “serán derribados al infierno.”
Esas son palabras serias, serias de nuestro Señor. Lo mismo es el caso en el capítulo 12. Él dice en el versículo 36: “toda palabra ociosa que los hombres hablen, darán cuenta de ella en el día del juicio, porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado.” Él habla acerca de un demonio que deja a un hombre y después siete más regresan que son más impíos que él y el postrero estado del hombre es peor que el primero, así será para esta generación impía.”
En el capítulo de 18, y estos son ejemplos, dice “todo aquel que haga tropezar a un pequeño de éstos que cree en Mí, sería mejor que se amarrara una piedra de molino y sea hundido en la profundidad del mar.” Y después, Él regresa a hablar de ser arrojado al fuego eterno en el versículo 8. Ser arrojado en el fuego eterno del infierno en el versículo 9, capítulo 18.
Esa fue una parte constante de lo que nuestro Señor enseñó. Y usted va al capítulo 21, versículo 43: “el Reino de Dios será quitado de vosotros y será dado a una nación que dé frutos del mismo y todo aquel que caiga en esta piedra será quebrantado, pero aquel sobre quien caiga lo hará pedazos.”
El capítulo 23 habla del infierno de manera repetida. Capítulo 24, capítulo 25, Marcos, capítulo 9, Lucas, capítulo 6, Lucas, capítulo 12, Lucas, capítulo 16. Simplemente, sigue y sigue. Jesús contó una historia entera acerca de un hombre que murió y se fue al infierno y estando en tormento clamó porque alguien viniera con agua y refrescara su lengua.
Ahora, entonces, si usted fuera a evaluar cuál debería ser el énfasis de la predicación, en base al ejemplo de Cristo, debería ser predicación acerca del infierno. Nuestra generación no hace eso. Nos debe convencer de pecado que decimos tan poco acerca del infierno. Es tan difícil de creer. Es tan aterrador. Es tan impresionante que tuvo que venir del Señor o de lo contrario, nunca habríamos podido aceptarlo. Ahora, ¿qué es este horno de fuego? ¿Qué es el infierno? Permítame darle cuatro verdades acerca del infierno que creo que responderán a esa pregunta.
Número uno, el infierno es un lugar de tormento sin alivio. Es un lugar de tormento sin alivio. Es un lugar de miseria horrenda. Y la Biblia lo define como tinieblas. Tinieblas fuera de la luz, un foso de oscuridad profunda, oscuridad que está lejos de la luz, una oscuridad impenetrable, una oscuridad que se cierra y que engloba todo. Y es oscuridad sin la esperanza de luz para siempre.
¿Ha estado alguna vez en la oscuridad y ha anhelado porque llegue la luz del día? ¿Alguna vez ha estado en la oscuridad y ha anhelado que alguien encienda una luz? Estar en ese tipo de oscuridad que engloba todo y saber que durante todos los siglos de la eternidad nunca será la luz… Así es como nuestro Señor define el infierno. Una oscuridad sin alivio por los siglos, sin esperanza de luz, sin esperanza del amanecer.
Y la Biblia también dice que es un fuego. Ahora, no es un fuego que conocemos como fuego, quemar algo en este mundo. Pero el fuego es la manera en la que Dios lo describe porque es un tipo de fuego sin alivio que atormenta más terrible que cualquier fuego que jamás conoceremos. Pero el fuego describe el tormento de los condenados, la oscuridad describe el tormento de los condenados. No hay luz, jamás. Jamás. No hay alivio del sufrimiento, la agonía y el dolor, para siempre.
Y sólo hay dos veces en toda la Escritura en la que podemos entender cómo la gente responderá en el infierno. Una es la parábola del Señor en Lucas 16 en donde dice que el hombre clamó en tormento y dijo “refresca mi lengua porque estoy atormentado en esta llama”. Y la otra es la afirmación constante de nuestro Señor “allí será el lloro y el crujir de dientes.” La respuesta del infierno no es diversión. Es lloro. Eso es clamor, dolor, estar crujiendo los dientes en dolor. Eso es lo que la Biblia dice. Eso es el infierno. Es un lugar de tormento sin alivio.
En segundo lugar, es un lugar de tormento sin alivio tanto para el cuerpo como para el alma. Tanto para el cuerpo como para el alma. El alma siendo la parte interna. Cuando una persona muere, su alma sale de la presencia de Dios y va al tormento del infierno. Quizás no sea el lago de fuego final completo que viene después del juicio en el gran trono blanco, porque eso necesita un cuerpo trascendente para soportarlo. Pero es un tormento que es igual como es ilustrado por el hombre rico quien fue atormentado en el infierno. Cuando una persona muere ahora, su alma desciende a ese tormento.
En el futuro, habrá una resurrección de cuerpos de los condenados. Ellos recibirán un cuerpo trascendente que entonces, irá a un lago de fuego. Será un cuerpo no como el que tenemos ahora. Será uno muy diferente. Será uno de resurrección como el que tendremos como cristianos. Nosotros resucitaremos porque este cuerpo nunca podría vivir eternamente en el cielo, ¿verdad? Tenemos que tener un cuerpo trascendente, un cuerpo glorificado, un cuerpo diferente. Y también los condenados. Y serán resucitados, Juan 5, resucitarán en cuerpos nuevos con el único propósito de ser castigados por siempre en esos cuerpos.
Eso es lo que la Biblia dice, atormentados para siempre. Deben tener un cuerpo que encaje ese tormento eterno. Y esa es la razón por la que Jesús en Mateo 10:28 dijo: “no temáis a los que matan el cuerpo, sino temed a Aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” Como puede ver, el infierno es alma y cuerpo.
Algunas personas creen que son sólo malos recuerdos. No, no son malos recuerdos. No son sólo los procesos internos de pensamiento, también es el cuerpo. Son cuerpos trascendentes, eternos, mayores que cualquier cosa que tenemos en esta tierra. Van a ser dados a los condenados para que puedan sufrir en esos cuerpos para siempre. Y esa es la única razón por la que van a tener esos cuerpos.
Con el cuerpo actual, hombre, no podrían tolerar el infierno. El cuerpo que tenemos ahora sería consumido en un momento. Entonces, Dios, así como prepara a los redimidos con cuerpo nuevos para el cielo, Él prepara a los condenados con cuerpos nuevos para el infierno. Nosotros conocemos un poco acerca de eso a partir de dos cosas que el Señor dijo.
Él dijo, en primer lugar, “el gusano de ellos no muere”. Ahora, ¿qué quiso decir con eso? Cuando un cuerpo va a la tumba, y entra en un estado de descomposición, se llena de gusanos. Y comienzan a consumir ese cuerpo, y los gusanos van a morir cuando el alimento se acabe. Entonces, una vez que el cuerpo es consumido, los gusanos mueren. Pero en el infierno, los gusanos nunca mueren porque el cuerpo, aunque está siendo consumido de manera continua nunca es consumido. Entonces, el gusano nunca muere.
En otras palabras, el Señor estaba diciendo el tormento sin alivio del cuerpo continúa y continúa. Y también dice, el fuego nunca se apaga. Ahora, un fuego siempre se acaba cuando se acaba el combustible. Pero el combustible nunca se acabará. Aunque el fuego continúa, el combustible nunca se consume. Y entonces, usted tiene un tormento sin alivio de cuerpo y alma.
Y eso me lleva al tercer pensamiento. En el infierno, usted tiene un lugar de tormento sin alivio, de cuerpo y alma en diferentes grados. En diferentes grados. En otras palabras, para algunas personas, el infierno será peor que para otros. Para todos los que estén ahí, será horrible. Será sufrimiento definitivo. No habrá alivio para ellos, pero para algunos, habrá grados de sufrimiento más severos. En Hebreos 10 dice: “Cuánto más severo será el castigo que merezcan aquellos que han pisado al Hijo de Dios y han considerado la sangre del pacto algo inmundo.”
La gente que ha pisado a Jesucristo, que ha rechazado a Su cruz, conocerá un infierno mayor que aquellos que no lo han hecho. Habrá grados, así como habrá grados de recompensa en el cielo. También vimos eso creo en Mateo, capítulo 11 cuando dijo “¿será más tolerable para Sodoma que para vosotros?” En otras palabras, no será tolerable para nadie. Pero parecerá ser más tolerable para ellos que para con ustedes debido a lo que ustedes han experimentado. Tuvieron a Jesucristo en su ciudad, ellos no. Lo rechazaron a Él con más luz, por lo tanto, el infierno será más severo para ustedes.
Y después, tiene claro esa parábola increíble en Lucas 12, en donde el Señor dice: “para el siervo que supo y no hizo lo correcto, muchos azotes. Para el siervo que no supo y no hizo lo correcto, pocos azotes.” Entonces, el infierno será un tormento sin alivio de cuerpo y alma en grados diferentes. Y John Gerstner dice “el infierno tendrá grados tan severos que un pecador, si fuera posible, entregaría el mundo entero si sus pecados pudieran ser menos.”
Y, en cuarto lugar, el infierno es un lugar de tormento sin alivio para el cuerpo y el alma en diferentes grados y será interminable. Interminable. El gusano de ellos nunca muere, el fuego nunca se apaga y la luz nunca llega. El alivio dulce de la muerte nunca viene. Interminable. La única razón y la única manera en la cual en esta vida nosotros podemos vivir en medio de las pruebas y el dolor y el sufrimiento y la enfermedad es porque creemos que habrá un fin para todo esto. Pero ellos no tendrán eso. ¿Puede imaginar la incoherencia resultante que vendrá? Y usted pregunta si estoy seguro que es eterno. Es tan eterno como el cielo porque en el mismo versículo el Señor usó los mismos términos. Mateo 25:46: “e irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna.” Lo que sea la vida eterna en términos de su duración, así lo es el castigo eterno. Ése es el infierno.
Dios nunca lo preparó para Su pueblo. Lo preparó para el diablo y sus ángeles. Pero las personas eligen ir ahí. Es una miseria inconcebible. Algunas personas han estado en este tipo de tormento en sus almas esperando ese cuerpo durante miles de años y no se están acercando al fin, así como no se han acercado al principio, cuando comenzaron. No es sorprendente que Jesús tuviera que enseñar esta doctrina.
Usted pregunta cómo evitar el infierno. Usted evita el infierno sólo al recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador. Si usted no se apropia del Reino, como puede ver, si usted no toma el tesoro, si usted no compra la perla de gran precio, no hay manera de salir.
Juan Bunyan, ese gran Santo de Dios escribió esto, y cito: “en el infierno únicamente tendrá la compañía de almas condenadas con una compañía innumerables de diablos para acompañarte. Mientras que estás en este mundo, el pensamiento mismo de diablos apareciéndote hace que tu carne tiemble y que tus cabellos se pongan de punta. Pero oh, ¿qué harás cuando no sólo la suposición de que el diablo se aparezca, sino que la suciedad real de todos los diablos del infierno esté contigo aullando, rugiendo y clamando de una manera tan horrenda que tú estarás listo para volverte loco de angustia y tormento? Si después de 10,000 años el fin llegara, habría consuelo. Pero aquí, está tu miseria. Aquí debes estar para siempre. Cuando veas en qué compañía tan innumerable de diablos que aúllan te encuentras, volverás a pensar en esto. “Esta es mi porción para siempre.”
Cuando hayas estado en el infierno tantos miles de años como hay estrellas en el firmamento o gotas en el mar o arena en la costa; sin embargo, tú tienes que estar ahí para siempre. Oh, que esta palabra para siempre cómo atormentará a tu alma.” Fin de la cita. Y muchos están en la red que se está moviendo hacia ese horno de fuego inevitable.
Ahora, eso nos lleva al punto final, el cuarto, la proclamación. Vimos el retrato, el principio, el peligro. La proclamación está en el versículo 51. Obsérvelo. “Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas?” Literalmente el verbo entendido es encajado, ensamblado. ¿Han ensamblado todo esto? ¿Lo ven unido? ¿Han atado todos estos cabos en sus mentes que esta forma del Reino tiene bien y mal juntos? ¿Que lo bueno va a continuar permeando, va a continuar creciendo, va a continuar influenciando? ¿Que para ser parte del Reino tienen que entregar todo lo que tienen por lo que Cristo es? ¿Lo han unido todo esto? ¿Y ven que va a seguir así con el bien y el mal hasta el final y después viene una separación final? ¿Lo entienden? Ellos respondieron: Sí, Señor. Lo entendemos. Lo entendemos. Y yo creo que Él aceptó su respuesta afirmativa, de otra manera no podría haber dicho lo que dijo en el versículo 52.
Él les está preguntando si entienden eso. ¿Por qué les dice esto a ellos? Escúcheme, porque de regreso en el 9:38 vimos que el mundo es como una cosecha que se mueve hacia el juicio. Él vio que Dios vendría y metería la hoz en la cosecha. Y Él dijo “rogad conmigo que el Padre envíe obreros, envíe a personas a Su cosecha, a advertirle a los hombres.”
Y entonces, en el capítulo 10, Él llamó a los discípulos, ¿no es cierto? Y en los capítulos 11 y 12, Él entrenó y preparó a los discípulos. Y en el capítulo 13, Él enseñó a los discípulos. Y ahora, Él les pregunta si están listos para salir, para ser aquellos que advierten en la cosecha. ¿Están listos para salir con el mensaje? Y ellos dijeron: “lo entendemos. Lo entendemos.”
Y entonces, esto es lo que Él dice: “entonces, así es como son ustedes,” versículo 52, “todo grammeteus” esa es una palabra que nosotros traducimos escriba, pero significa aprendiz, un maestro, un intérprete de la ley y el Antiguo Testamento. Todo escriba docto, todo maestro preparado es instruido, y eso es del verbo mathēteuō, ser discipulado, “en el Reino de los cielos.”
Ahora, Él los discipuló con respecto al Reino, entonces Él está hablando de ellos. “Cada uno de ustedes, preparado, aprendices entrenados, han sido discipulados en las cosas del Reino de los cielos. Ahora, están entrenados. Ahora, están preparados.” Eso es lo que Él les está diciendo.
De hecho, usted podría traducirlo “ahora están discipulados, eruditos bíblicos y maestros.” Eso es lo que un escriba era realmente. Él era un estudiante, un intérprete, trasmitía la Escritura, era conocido como teólogo, un abogado y un maestro y un predicador. Eran miembros del Sanedrín. Ellos eran autoridades reconocidas en el Antiguo Testamento y la tradición. Eran llamados rabinos. Eran influyentes.
Y Él está diciendo: “yo les he hecho lo mismo, así como los judíos los hacen con sus escribas. Yo los he discipulado, los he hecho maestros eruditos bíblicos, discipulados. Y ahora, son así, versículo 52, “son como un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.”
¿Qué significa eso? El Señor dice: “ahora los he discipulado, los he entrenado, los he preparado, los he nutrido para que sean los obreros que salen a la cosecha y advierten a los hombres. Y ahora son como un hombre que es la cabeza de su casa.”
Y el hombre que era la cabeza de su casa tiene una bodega y de esa bodega, él le da a la gente para sus necesidades. Necesitaban cierto tipo de alimento, necesitaban cierto tipo de vestimenta, necesitaban cierto tipo de cuidado, lo que fuera que necesitaran, él lo cubría. Y él era lo suficientemente sabio como para dar lo nuevo y lo viejo. Y entonces, él no siempre saca lo nuevo de tal manera que lo viejo en última se vuelve inútil.
Es algo así como las sobras, usted sabe a qué me refiero. Una vez a la semana, usted las va a comer porque si no se las come, en últimas van hacer tiradas. Y la cabeza de una casa sabia usa lo viejo con lo nuevo en equilibrio, siendo un administrador de todo lo que posee. Y el Señor dice: “así son ustedes. Son semejantes a esto. Ahora tienen un almacén, una bodega. Y esa bodega está llena con lo nuevo y lo viejo.”
¿Qué quieres decir? Ellos conocían el Antiguo Testamento y ahora habían oído los misterios del Reino. Ellos conocían la verdad del antiguo pacto y el amanecer del nuevo pacto estaba sobre ellos. Ellos no sólo podían hablar acerca del Antiguo Testamento y la tradición judía, sino que podían hablar de los misterios nuevos del Reino, ¿verdad? Ahora, ellos estaban arriba de los escribas. Lo único que tenían los escribas eran cosas viejas, las cosas viejas, las cosas viejas.
Pero él les dice: “ustedes son el padre de casa que tiene lo viejo y tiene lo nuevo y están en un equilibrio perfecto. Dios los ha llamado y los ha entrenado y los ha preparado para extenderlo.” Ese es un verbo interesante que es usado aquí. Dice que el hombre que es la cabeza de una casa saca. Literalmente significa esparcir.
En otras palabras, ahora tienen todo este tesoro, dispérsenlo. Riéguenlo. Habla de liberalidad y riqueza. Hay mucho ahí. Ahora que han sido discipulados y ahora que son eruditos bíblicos y maestros, sáquenlo. Espárzanlo. Denles el antiguo y el nuevo en equilibrio perfecto, aquello que Dios dijo en el pasado y aquello que es nuevo en la forma del Reino.
Ahora, ¿ve usted lo que les está diciendo? Esto sale del capítulo 9, versículo 38; los hombres van camino al infierno. Ahora, quiero que usted vea cómo será el Reino. Bueno y malo, pero en últimas, terminará en una separación. Y ahora ustedes conocen esto, ahora proclámenlo, dispérsenlo.
Amados, les digo que nuestro mensaje basado en esto es el infierno. Ese es nuestro mensaje. El mundo va al infierno. En la parábola de Mateo 22, el Señor da una ilustración muy similar. Hay una boda. Se aparecen muchas personas a la boda. Pero entonces llega el Rey. Y la boda tiene a todos, pero el rey de entra y ve a esta persona que no tiene un atuendo de boda y le pregunta qué está haciendo ahí. “No tienes un atuendo de boda.” En otras palabras, fuiste atrapado en la red del Reino, pero realmente no eres uno de los genuinos. No tienes un atuendo de boda. Y dice que el hombre se quedó sin palabras. Él no tenía nada que decir. Él no podía reclamar nada. Y el Señor dijo: “amárrenlo y arrójenlo a las tinieblas de afuera porque muchos son llamados, y pocos escogidos.” El mismo principio.
La red del Reino atrapa a muchas personas, pero no todos los que son atrapados van a ser parte del Reino. Tenemos una responsabilidad tremenda. Se nos es dado a conocer los misterios del Reino. Pero a ellos no se les es dado. Tenemos lo que ellos necesitan.
Y Pablo dijo en 2 Corintios 5: “conociendo por tanto el terror del Señor, persuadimos a los hombres.” Si su corazón no puede conmoverse acerca del hecho de que la gente está muriendo y va al infierno cada segundo que usted respira, entonces algo está mal en usted, ¿no es cierto? Ese es el epítome del egoísmo. Nuestro cristianismo en la actualidad de alguna manera ha perdido esto.
Recientemente… Bueno, hace tan sólo dos días atrás… Me encontré con algo sobre mi escritorio acerca de una organización de radio cristiana. Nos estaban enviando su política para la programación. Esto es lo que dijeron… No le voy a decir el nombre, pero “tal y tal red de radio quiere ser un buen prójimo a una variedad de oyentes.” Y después, enlistan a todo tipo de personas. “Por lo tanto, cuando usted prepare su programa para estas estaciones, por favor evite el uso de lo siguiente: crítica a otras religiones, conversión, misioneros, creyentes, incrédulos, antiguo pacto, nuevo pacto, Iglesia, la cruz, crucifixión, calvario, Cristo, la sangre de Cristo, salvación mediante Cristo, redención mediante Cristo, el Hijo de Dios, Jehová o la vida cristiana.”
Después dijo lo siguiente: “estas personas que están escuchando tienen hambre de palabras de consuelo. Le pedimos que se apegue a estas restricciones para que la Palabra de Dios pueda continuar esparciéndose. Por favor, ayúdenos a mantener nuestra posición de traer consuelo a esta gente que sufre.” Eso no es consuelo. Eso es condenación. El consuelo falso condenada a la gente. Usted debe decirle a la gente la Verdad. Bueno, oremos.
Ahora sabemos, Padre. Ahora sabemos. ¿Habéis entendido estas cosas? Sí, entendemos. Entonces, somos eruditos bíblicos preparados y maestros que somos semejantes a un padre de familia que saca y esparce este tesoro tanto de verdad vieja como nueva, para que los hombres sean advertidos de la cosecha, la separación, la red. Padre, ayúdanos a ser fieles, a hacer a un lado la frivolidad y la necedad de la vida por lo que realmente importa, las almas eternas de los hombres.
Padre, oro porque traigas al cuarto de oración a aquellos que tienen tanta necesidad de venir. Que nadie en este lugar piense que puede escapar de la red. Que nadie piense que no es verdad. Que Tu Espíritu los lleve a aceptar a Cristo para que puedan conocer el gozo y la bendición de la vida eterna aquí y ahora y para siempre en Tu presencia, por causa de Cristo. Amén.
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