Abra su Biblia si es tan amable, al cuarto capítulo del Evangelio de Marcos, y llegamos al párrafo final en este capítulo cuarto, versículos 35 al 41, versículos 35 al 41. Ahora, recuerde que el propósito de Marcos al escribir el Evangelio, está presentado en el capítulo 1, versículo 1, el principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios. Marcos, al igual que los otros escritores, Mateo, Lucas y Juan, tiene como su meta y su objetivo, el presentar de manera clara, de manera inequívoca, que Jesús no es ningún otro que Dios; que Él es hombre, claro, pero Él es Dios también, el Dios-hombre. Eso será demostrado de manera magnífica e inolvidable en el pasaje que está frente a nosotros. Veremos un retrato hermoso de su humanidad, y veremos una asombrosa demostración de su deidad. Veamos la historia, comenzando en el versículo 35.
“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba en la barca, y había también con él otras barcas; pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal. Y le despertaron y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste que aún el viento y el mar le obedecen?”.
Bueno, la respuesta simple a esa pregunta es: Él es Dios; porque solo Dios tiene un poder como ése sobre el viento y las olas. No nos debe sorprender eso debido a que oímos del testimonio de Juan, en Juan 1:1, “En el principio era el Verbo (esto es Cristo), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios; esto era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, ha sido hecho”. Esto quiere decir que Cristo, el Verbo, es el creador de todo lo que existe. Si Él tiene el poder para crearlo, Él tiene el poder para controlarlo. En Hebreos capítulo 1, habla del Hijo de Dios, a quien Dios designó como heredero de todas las cosas; versículo 2, “A través de quien también hizo el universo”; y después en el versículo 3, “Y él sustenta todas las cosas por la palabra de su poder”. Aquí se nos dice que Dios hizo el mundo mediante Cristo, y Cristo sustenta el mundo por su poder.
En Colosenses capítulo 1, hay un testimonio semejante por parte del apóstol Pablo, en donde nos dice en el versículo 16, “Por Él, (esto es por Cristo) todas las cosas fueron creadas; las que están en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, todas las cosas han sido creadas por medio de Él y para Él, y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas subsisten; Él es el creador y el sustentador de la creación”. Ese es el testimonio de las Escrituras, y esas son simplemente muestras del tipo de testimonio que se repite en el Nuevo Testamento acerca de Cristo. Otro es 1ª de Corintios 8, el cual nos dice de manera semejante, que Él es el que ha hecho todo lo que ha sido hecho, no hay más que un Dios, un Padre de quien son todas las cosas, existimos para Él, y un Señor Jesucristo por medio de quien son todas las cosas, y existimos mediante Él.
Él es el creador del universo, todas las cosas existen porque Él las hizo, y todas las cosas son sustentadas porque Él las sustenta. De tal manera que cuando llegamos a una ocasión como ésta, lo que estamos viendo a manera de anécdota, lo que estamos viendo en el incidente que acontece aquí es este poder creador. El poder creador es demostrado en todo milagro de curación. Cuando Jesús curó alguien, fue un milagro de curación, Él tuvo que darle a la persona miembros nuevos u órganos nuevos, esa es su creación; pero aquí a escala grande, Él demuestra su poder sobre el mundo inanimado: el viento y las olas. Él ha mostrado su poder sobre los demonios, Él puede controlar al mundo espiritual, Él ha mostrado su poder sobre la enfermedad, Él puede controlar al mundo humano, inclusive en su aspecto físico; y aquí Él tiene poder sobre la creación natural.
Esta demostración realmente es única en el Nuevo Testamento; hay otros milagros físicos como la alimentación de los cinco mil, y la alimentación de los cuatro mil, en donde Él crea alimento virtualmente de la nada, habla, y la crea, indicando de manera clara su poder creador. Pero éste es, por así decirlo, a una escala más grande más poderosa; y el Señor no pudo haber escogido un mejor lugar para demostrar su poder sobre su creación. Este lago que se tiene aquí en mente, es el muy conocido Mar de Galilea; no es mencionado aquí, pero no necesita ser mencionado porque conocemos el contexto; el ministerio de Jesús está llevándose a cabo de Galilea, su cuartel general fundamental está en Capernaum, en la orilla norte del Mar de Galilea, Él ha estado moviéndose en esa área y enseñando en las villas y ciudades de Galilea. En este día en particular, Él ha pasado el día entero en esa área, en la orilla del mar.
Si usted regresa al capítulo 4, versículo 1, Él comenzó a enseñar otra vez junto al mar, esto es el Mar de Galilea, y una multitud tan grande se le juntó, que se metió a una barca en el mar y se sentó, y la multitud entera estaba junto al mar en la tierra; y Él les estaba enseñando muchas cosas. La escena se repitió en varias ocasiones; la multitud era tan grande que lo empujaron, por así decirlo, hasta la orilla del agua, y la única manera en la que Él podía encontrar algo de espacio entre sí mismo en la multitud, y decir lo que quería decir, sería meterse en una barca y salirse de la playa, y entrar un poco al agua; el mar actuaba un poco como un reflejo de su voz, y los montes que lo rodeaban podían crear una especie de anfiteatro, de tal manera que habría sido fácil para Él haber sido escuchado de esa manera.
Entonces, en el territorio bien conocido del Mar de Galilea, el cual realmente no es un mar, es un lago de agua dulce, y en la actualidad se le conoce como el Lago de Kinneret, en Israel, pero para nosotros es llamado el Mar de Galilea; es el lago de agua dulce más bajo en el planeta, está a unos 210 metros bajo el nivel del mar, no es tan bajo como el Mar Muerto, pero el Mar Muerto no es agua dulce, tiene un alto contenido de minerales, y la sal en el Mar Muerto es tan espesa que usted puede flotar por la parte de arriba de una manera más bien fácil; pero éste es el lago de agua dulce más bajo en el mundo.
Y como resultado de eso, ha sido objeto de mucho estudio debido a sus propiedades excepcionales; tiene varios estratos de agua, literalmente hay tres estratos del agua que descienden a varios metros, y esos estratos tienen mucho que ver con la superficie del lago en diferentes épocas del año, tiene mucho que ver con el contenido de alga, la cual tiene mucho que ver con el contenido de peces. En 1896 un solo barco de pesca trajo unos 4,000 kilos de peces. Es un lago prolífico para la producción de peces, y al tener ese tipo de agua, y tener ese tipo de recursos en Galilea, era una gran bendición para la gente que vive ahí. Está rodeado de montañas, esencialmente en la parte oeste y en el noroeste, las montañas se elevan a varios metros, al noreste y al este se elevan a varios metros, a los Altos del Golán, el cual tiene varios kilómetros en extensión, y el lago es de más de 16 kilómetros de extensión, entonces va mucho más allá del lago; el lago es de varios kilómetros.
Entonces, el lago está en una especie de contenedor, y el agua que llega al lago viene en parte de algunos manantiales calientes, pero primordialmente del Río Jordán del cual fluye del Monte Hermón; el Monte Hermón está arriba en la parte norte en la frontera con el Líbano, también a cierta altitud; entonces el agua fluye de cientos de metros de altitud, y desciende para llenar este lago que se encuentra en esta especie de contenedor. Es agua tan fresca, tan cristalina que provee inclusive en la actualidad alrededor del 50% del agua para la nación de Israel. Entonces, para ellos fue un recurso tremendo de agua como también de peces. Ahora, esa es la razón por la que tantos de los discípulos eran pescadores, hasta siete de ellos. Sabemos que Jacobo y Juan, Pedro y Andrés, y pudieron haber habido tres más que también eran pescadores en ese lago.
Debido a su ubicación excepcional, debido a que solo está a poco más de 40 kilómetros del Mediterráneo, y baja tanto, tiene propiedades muy especiales porque está rodeado por estas montañas, eso añade a lo excepcional que es el lago. Y como resultado, los científicos han realizado investigaciones en este lago a lo largo de los años para estudiarlo; es diferente que cualquier otro lago o mar en el mundo. Y lo que lo hace en particular excepcional es el hecho de que está sujeto a vientos muy, muy severos; y tanto en el verano como también en la parte caliente del año, y en el invierno en la parte fría del año, experimenta este tipo de vientos.
Los vientos que vienen en el verano son los vientos siroco del este, serán como nuestros vientos de Santana, vienen únicamente de manera típica diariamente desde el mediodía hasta las 6:00 de la tarde, eran bastante predecibles; el viento desciende con mucha fuerza, bajando por los Altos del Golán, y un poco al norte de eso, y desciende y convierte al lago en una especie de olla hirviendo, y es prácticamente rutinario diariamente que esto suceda durante el verano; esto hace que sea un lugar peligroso el estar en un barco en el momento equivocado. El invierno es aún peor, porque los vientos del invierno son vientos fríos que vienen del norte y el noroeste, y cuando el aire frío desciende y azota al aire caliente que de manera natural está sobre esta parte del lago, produce condiciones climáticas severas; el aire frío atraviesa al aire caliente, y produce una turbulencia tremenda sobre el lago. Entonces, sea que usted esté en el verano o en el invierno, está sujeto a esto. He estado ahí en varias ocasiones, y he visto este tipo de vientos saliendo de la nada. Me acuerdo de una ocasión en la que nos metimos en este barco de metal e íbamos a cruzar el Mar de Galilea, y estábamos ahí de pie en el mástil disfrutando el viaje, y de pronto de la nada el lago comenzó a producir espuma, y las olas comenzaron a levantarse, y rápidamente tuvimos que correr a otra parte del barco para evitar que el agua nos salpicara y nos empapara.
Entonces, puede ser un lugar bastante problemático si usted está ahí en el momento equivocado. Entre, me imagino, noviembre y abril es la parte del año más peligrosa, y en maneras muy inesperadas ese tipo de vientos pueden venir, esos vientos fríos y las olas pueden llegar a ser de varios metros de altura, y eso no nada más sucede en un lago, sino que sucede ahí, y puede ser una experiencia muy aterradora. De hecho, un historiador registra el hecho de que en una ocasión estuvieron en Tiberias, en la costa oeste del lago, las olas llegaban a ser tan altas que estaban llegando a cientos de metros hasta la ciudad de Tiberias, saliendo de este pequeño lago. Todo esto es básicamente el producto del viento.
Entonces, ese es el lugar en donde esto sucede. Y entonces, no podría haber habido un mejor lugar para que el Señor demostrara su poder sobre la naturaleza, y eso es exactamente lo que Él hace aquí. Comencemos con una calma antes de la tormenta; lo vamos a llamar la calma antes de la tormenta, y después veremos la calma durante la tormenta, y después veremos la calma después de la tormenta, y después veremos la tormenta después de la calma. Muy bien, vamos a avanzar a lo largo de todo esto. Muy bien, la calma antes de la tormenta. Versículo 35: “Aquel día, cuando llegó la noche”, ese día significa un día muy específico, ¿qué día? El mismo día que comenzó en el versículo 1, cuando el Señor descendió junto al Mar de Galilea y comenzó a enseñar a una multitud de personas, como siempre, que vinieron y tuvo que meterse a una pequeña barca, y cuando enseñó de las tierras, y después habló en privado con los discípulos y les explicó el significado de las parábolas, mientras que no se las explicó a la multitud.
Y después Él les contó la parábola, como usted recordará, de la lámpara y la canasta, y después les contó la parábola de la semilla plantada en la noche que crece y el granjero no sabe cómo, y después les contó la parábola de la semilla de la mostaza, y ha sido un día largo, y esas son simplemente una muestra de las parábolas que Él dio. Él es muy probable que dio muchas más parábolas que tan solo éstas, y fue un día completo de enseñanza; podemos suponer, como también, que la gente había traído a los enfermos y a los necesitados a Él, y Él también estaba curando a la gente, podremos asumir entonces que fue un día típico, agotador para el Señor; enseñando puede ser muy, muy agotador, y Él lo hizo día tras día, tras día, con demandas tremendas que le presentaban.
Entonces, podemos asumir que Él está en algún punto en la orilla noroeste del Mar de Galilea, ahí en la pequeña barca, cerca de la ciudad de Capernaum. Viene la noche, el atardecer, la gente en cierta manera se disipa, se van a sus casas, Él les dice –esto es a sus discípulos– a quien se refiere en el versículo 24, sus propios discípulos, les dice: “Vayamos al otro lado”. Ahora, podríamos asumir que Él va al otro lado simplemente para descansar, y a un grado u otro sería razonable el alejarse; hubieron muchas ocasiones en las que Él hizo eso, cuando él trató de escaparse de la multitud que lo aplastaba; podríamos asumir que debido a que no habían ciudades grandes en la costa este del Mar de Galilea, todas las ciudades grandes y aldeas estaban en la costa oeste, que quizás Él simplemente iba allá para alejarse de las cosas, en donde Él pudiera descansar un poco, tener un poco de descanso.
Pero si usted entiende lo que sigue en el libro de Marcos, usted sabe que ese no era el punto, porque en el capítulo 5, versículo 1, cuando llegaron vinieron al otro lado del mar, a la región de los gadarenos, y cuando salió Él de la barca, enseguida vino a su encuentro de los sepulcros un hombre con un espíritu inmundo; Él viene para encontrarse con lo que ha sido ordenado por su Padre, con un maníaco gadareno que está lleno de demonios, y termina enviando esos demonios a una multitud de cerdos para que se avienten del risco y terminen en el mar mismo. Entonces, mientras que se pudo asumir que ésta era una manera de alejarse y descansar un poco, resulta que llevó a Jesús a uno de los encuentros más formidables, más dramáticos de su vida entera, con este hombre demonizado del otro lado; Jesús siempre operó en base a una agenda divina, a una cita divina; el descanso quizás era algo marginal para Él.
No obstante, al final de un día largo, muy largo, era bueno subirse a la barca para ir al otro lado, y quizás tener un descanso de unas cuantas horas. Entonces, el versículo 36: “Y despidiendo a la multitud”, y recuerde que aquí está en una barca ya, enseñando, porque dice que lo llevaron junto con Él en la barca, esa barca quizás le pertenecía a Pedro o a Juan, o a Andrés o a Jacobo, uno de esos pescadores; y se lo llevaron así como estaba, lo cual indica que Él no fue a ningún lugar, Él no se fue a cambiar, no fue a comer, simplemente se lo llevaron como Él estaba, y se dirigieron al agua; y después otras barcas estuvieron con Él. La palabra “barca” por cierto, “ploion”, no le dice nada acerca del tamaño de la barca, es una palabra muy genérica, no dice si era una barca grande o pequeña, pero sabemos que era una barca relativamente pequeña porque era el tipo de barcas que se usaban para pescar ahí en el Mar de Galilea, en donde eran barcas relativamente pequeñas.
En el último mes, quizás lo vio, descubrieron uno de ellos, que pudieron sacar de la parte de abajo del lago, y en cierta manera tienen la estructura de esa barca que todavía permanece, y de lo que puedo ver a partir de lo que se ve, podría haber tenido suficiente espacio como para que estuvieran 15 a 20 personas de manera cómoda. Bueno, eso no iba a transportar a todos los apóstoles y a todos los discípulos que estaban siguiéndolo, y entonces subieron a otras barcas. El resto de la gente que tenía una barca y era un seguidor de Jesús, se unió, y usted tenía esta pequeña flotilla que estaba cruzando la parte norte del Mar de Galilea dirigiéndose al otro lado; otras barcas estaban con Él. Lucas nos dice que estaban navegando, y Lucas usa un verbo muy específico, el verbo “espleo”, y significa “navegar”, no en la uno, lo cual significa “remar”, usted rema cuando no hay viento, usted navega cuando hay viento; entonces era una situación ideal.
El agua estaba calmada, estaban navegando; esas barcas tenían la capacidad de que pudieran remar; tenían remos, pero también tenían un mástil y una vela, y cuando venía la brisa navegaban con la vela. Salieron de la costa, y estaban navegando con una brisa gentil en las aguas calmadas ahí en el atardecer, siendo empujadas hacia esa costa este, y ahí van. En este punto revisamos lo que dice Lucas, y Lucas dice, conforme la barca comenzó a navegar, Jesús se quedó dormido, se quedó dormido. Marcos 4:38 nos dice que Él estaba durmiendo sobre un cabezal. Literalmente la almohada contiene la palabra, esa palabra para cabezal contiene la palabra “kefale”, la cual es la palabra para cabeza, algo en lo que usted coloca su cabeza; entonces ese era el tipo de almohada, que era una almohada para su cabeza, algún tipo de almohada que los marineros usaban cuando necesitaban acostarse y descansar un poco. Entonces, Él se acostó en la barca y se quedó inmediatamente dormido.
Este es un retrato hermoso del Jesús verdaderamente humano, quien está agotado, está cansado, Él es el que creó el agua, Él es el que creó el cielo, Él es el que creó la madera con la que se hizo la barca, Él inclusive creó el sueño, y Él ahora emplea estas cosas para su propio beneficio. Y se queda dormido en la barca, y atrás de Él vienen todos aquellos que eran seguidores de Él. Resulta que no todos son seguidores verdaderos, algunos de ellos son tierra pedregosa, algunos de ellos son tierra con arbustos como vimos en la parábola antes en el capítulo, porque Juan 6:66 que viene después, dice que muchos de sus discípulos ya no andaban con Él; entonces no todos van a ser reales, pero por lo menos ahora lo están siguiendo, y esto es lo que llamamos la calma antes de la tormenta; un retrato hermoso de Cristo totalmente agotado y dormido en un lugar cómodo.
Bueno, la calma antes de la tormenta lleva a la calma durante la tormenta, porque la tormenta comienza, según el versículo 37: “Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba”, una gran tempestad de viento, “gran tempestad” es un término para un huracán, estamos hablando de un viento enorme, podríamos estar hablando de un viento de unos 100 kilómetros por hora; la palabra para viento es simplemente eso, ¿qué tipo de viento era? Un tipo de viento muy fuerte, un viento que podría ser clasificado como un huracán. Es lenguaje muy descriptivo, lenguaje muy fuerte; y Lucas dice que descendió en el lago, “katabaino”, descendió sobre el lago, simplemente descendió rápidamente por las colinas; el lenguaje es muy, muy fuerte.
Los mejores cálculos colocan probablemente esto en el invierno del año 29 después de Cristo, ésta sería la temporada de los vientos peores, el aire frío descendiendo de manera furiosa por las colinas, adquiriendo velocidad conforme descendía, chocando con el aire caliente en la parte de abajo del lago, creando una turbulencia violenta que comenzó a agitar el agua convirtiéndola en espuma y olas muy, muy altas. Y debido a que el lago es tan pequeño, una vez que esas olas azotaron la costa, simplemente explotaban de regreso, y volvían a chocar y de nuevo, y de nuevo, y de nuevo, produciendo una tormenta. Todos ellos estaban familiarizados con las tormentas en el lago, ellos vivían alrededor del lago, y ahora estaban en una que estaba arriba de ellos. Aquí había una tormenta ordenada por Dios. Podemos asumir que éstos fueron vientos especialmente escogidos para cumplir con este milagro, para colocar a nuestro Señor en la posición de demostrar que Él de hecho es el que controla su creación; esto debe ser una lección, ¿qué es lo que debe enseñar?
Observe el versículo 40: “¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo es que no tenéis fe?”, ésta es una lección de fe, ésta es una lección de fe. El punto aquí es que nuestro Señor quiere enseñarle a sus discípulos que pueden confiar en Él en las circunstancias más amenazadoras. Ahora, Mateo en su relato, en Mateo 8, este relato se repite en Mateo 8 y Lucas 8, como también aquí en Marcos 4; en Mateo 8:24 lo que sucede es descrito como “seísmos megas”, seísmos, entendemos un seísmos, un acontecimiento seísmos de proporciones mega; eso realmente es la palabra para terremotos, seísmos.
Entonces, esto es de proporciones masivas, como una sacudida violenta de la tierra, como una sacudida violenta del agua generada por vientos fuertes de huracán, y es tan fuerte, versículo 37, dice que echaba las olas en la barca de tal manera que ya se anegaba; Lucas 8:23 lo expresa de esta manera, comenzaron a inundarse y estar en peligro, no pueden sacar el agua tan rápidamente como está entrando a la barca; Mateo 8:16 dice que ahora es de noche, entonces están en oscuridad simplemente para añadir al terror, Mateo dice que la barca estaba cubierta con las olas. Literalmente están hundiéndose en esta pequeña barca, está llenándose tan rápido de agua que no pueden enfrentar la situación.
Mateo dice que a pesar de la tormenta, Jesús permanece dormido. Ahora, ¿acaso eso le da a usted alguna idea de su verdadera humanidad? Él duerme en medio de la tormenta, así de cansado estaba. Versículo 38: “Y él estaba en la popa durmiendo sobre un cabezal”. ¿Alguna vez ha estado así de cansado? Hombre, eso es estar bastante cansado. Yo puedo pensar en unas cuantas veces en mi vida, puedo pensar en un viaje que hice a Rusia, y me hicieron hablar, no sé, unas ocho horas por día durante dos semanas creo, y fue agotador; y me acuerdo que me subí a un avión en Moscú, y alguien me despertó para bajar del avión cuando aterrizamos en Nueva York, que no me acuerdo de nada entre los dos puntos; y me acuerdo después que en el siguiente avión en Nueva York no me desperté hasta que aterrizamos en Los Ángeles; creo que algunos de nosotros hemos experimentado eso en maneras en las que identificamos como una respuesta muy humana estar agotados, exhaustos; y esto es exactamente lo que nuestro Señor experimentó.
De nuevo vemos la verdad de su humanidad, ¿no es cierto? Él es un hombre real, un ser humano real, Él entiende el cansancio, y Él está tan cansado que Él duerme con agua azotando la barca, profundamente dormido, en paz. Yo llamo la calma durante la tormenta; fatigado, totalmente en calma, durmiendo sobre una almohada; Él es el que está en calma en medio de la tormenta como el ojo del huracán; nadie más estaba en calma. El versículo 38 dice que le despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? ¿Cómo puedes estar nada más dormido cuando estamos enfrentando esto? ¿No te importa que estamos pereciendo?”, la palabra “perecemos”, ellos entendieron lo que esto era, esto era la muerte inevitable, no sobrevivirían esto, estarán en esa barca y quizás sus apóstoles estaban juntos en esa barca, quizá subieron hombres y mujeres en la pequeña flotilla, y todos estaban en la misma situación.
Ellos tenían muy claro la severidad del peligro, conocían en qué situación estaban, y estaban en pánico, el pánico era una respuesta normal a ese tipo de circunstancia; ellos sabían que Jesús tenía poder sobre los demonios, ellos sabían que tenía poder sobre la enfermedad, ellos sabían que tenía poder sobre el mundo natural como también el mundo sobrenatural; ¿podía salvarlos en esta circunstancia? ¿Podía librarlos de una tormenta? No creo que entró en la mente de ellos que Él podía detener la tormenta, pero probablemente entró en la mente de ellos que si iban a ser liberados de la muerte, Él iba a tener que ser el que hiciera algo para proveer algún tipo de salida; no tenían a ningún otro lugar a donde acudir.
Por cierto, es “pandemon”, es “pánico”, están gritando ahí en medio del viento fuerte y el agua que los está azotando, “Maestro, ¿no te importa que estamos pereciendo?”; Lucas dice que dijeron: “Maestro, maestro”; Mateo dice – y esa es una palabra “epistate”, lo cual significa “comandante”, después Mateo dice: “Señor”. Entonces, Él es amo en una cosa, Señor en otro, y Maestro en otra. Alguien dice: “Bueno, esa es incoherencia escritural”, no, no lo es, escuche, ésta no es una afirmación de una vez, esto es pánico y pandemonio; usaron todas las palabras que se les ocurrieron; estaban hablándole, gritándole desde todo ángulo posible: Maestro, Amo, Señor; éste no es un discurso organizado, éste es el clamor de gente aterrada. Y Mateo 8:26 dice: “Estaban aterrados”. Claro, iban a morir. Eso fue inevitable, y si algo no iba a suceder – era un día oscuro, era algo serio. Usted sabe, cuando los marineros le piden a un carpintero que los saque de la tormenta; Nazaret está muy lejos del mar, Jesús no fue criado en el mar; entonces, ellos no estaban buscando la solución de un carpintero para el dilema de un marinero, están buscando una solución divina.
Ya para este punto, ellos saben que tiene conexiones con Dios, y saben que van a tener que tener algún tipo de intervención divina, esa es su única esperanza y ellos lo saben. Quizás el que tiene poder divino sobre la enfermedad, el que tiene poder divino sobre los demonios, quizás Dios va a proveer algo a Él que los va a sacar de esto; y como usted sabe, ellos después de todo fueron criados bajo el Antiguo Testamento, estaban muy familiarizados con los Salmos; entonces ellos habrían conocido cosas como ésta: Salmo 65, versículos 5 al 7: “Oh Dios de nuestra salvación, Tú que eres la confianza de todos los fines de la tierra y del mar más lejano, que establece los montes por su fortaleza, siendo ceñido con poder, quien calma a los mares, las olas que rugen”.
El salmista había dicho que Dios tiene poder para calmar al mar que ruge, las olas que rugen; o podrían haber recordado el Salmo 89:9: “Tú gobiernas el mar; cuando sus olas se levantan, Tú las calmas”; o quizás recordaron ese Salmo 107 tan conocido y amado, en el versículo 23 dice esto: “Aquellos que descienden al mar en naves, que hacen negocios en grandes aguas, han visto las obras de Jehová y sus maravillas en la profundidad; porque Él habló y levantó un viento que levantó las olas del mar, se levantaron hasta los cielos, descendieron las profundidades, su alma se derritió en su miseria, se tambalearon como un ebrio. Después clamaron a Jehová en su problema, y Él los sacó de sus aflicciones, Él causó que la tormenta fuera calmada para que las olas del mar fueran tranquilizadas”.
Quizás recordaron el Salmo 107, que Dios es el que tiene el poder para calmar la tormenta y calmar las olas; no sabemos en qué estaban pensando, pero sabían que no había solución humana, sabían que Jesús tenía acceso a Dios, sabían que Él tenía acceso al poder divino; nunca habían visto algo como esto, ellos nunca lo habían visto actuar en ninguna situación como ésta; de todos los milagros que Él había hecho, ninguno de ellos era para liberarlos del peligro, ellos todavía no habían estado en ningún milagro en el que Jesús hubiera librado a los suyos del peligro y la muerte; ¿pero a dónde más se van a volver ellos? Van al que saben que tiene contacto con Dios, y algunos de ellos inclusive saben que Él era Dios, y entonces ellos aplican su fe simple, humilde, débil, pequeña como también es llamada, a este ruego; lo cual entonces lleva a la calma después de la tormenta. Versículo 39: “Y levantándose ahí de la popa y del cabezal, reprendió al viento, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece”.
¡Wao! Habían despertado a Jesús, típico de la gente que está en aflicción, en desesperación; quizás estaban pensando en el Salmo 10:1: “¿Por qué estás lejos, oh Jehová? ¿Por qué te escondes en medio del problema?”; o el Salmo 44: “Levántate. ¿Por qué duermes, oh Jehová? ¿Por qué escondes Tu rostro?”. El Señor oyó sus clamores desesperados y se levantó, y reprendió el viento, y después le dijo al mar: “Calla, enmudece”. No hay teatro, no hay esfuerzo; Él le habló al viento, y el viento se detuvo de manera instantánea; Él le habló al agua, y el agua se detuvo instantáneamente; el agua y el viento reconocieron la voz de su creador.
Así como Él le diría a la muerte que liberara a Lázaro; Él le dice al viento y a las olas que obedezcan su voluntad; ambos se detuvieron. Marcos dice que se hizo grande bonanza, grande es “megalo”, es mega, algo mega es “grande”, “megalo” es la calma más grande, la bonanza o calma más grande; el lago entero estaba tan tranquilo como un pequeño charco; el viento se detuvo inmediatamente y las olas se aplanaron. Eso no habría sucedido si el viento se hubiera detenido; las olas todavía tendrían que haber llegado a la costa y haber chocado, y haber rebotado de regreso, eso se hubiera llevado a cabo mucho tiempo después de que los vientos se detuvieron; pero Él detuvo los vientos, y al mismo tiempo detuvo el agua simplemente al hablar.
Estos hombres habían visto los vientos subir, y habían visto el agua agitada, y habían visto los vientos calmarse y el agua habría continuado asentándose lentamente; pero aquel viento y el agua se detiene, ya hay una calma perfecta, suprema. El poder sobrenatural de Jesús es tal que con una palabra, millones de caballos de fuerza, de fuerza en el viento, son detenidos; millones de litros de agua son detenidos y llevados a una calma total. ¿Y qué es lo que Marcos nos está diciendo con esto? Que estamos viendo al creador aquí. Éste es el Hijo de Dios, Él es el Hijo de Dios como lo probó su nacimiento, como lo probó su victoria sobre Satanás, lo probó su enseñanza, lo probó su poder milagroso, y probado mediante su control tremendo de la creación.
Sí, Él puede producir la nueva creación; sí, Él puede restaurar la tierra a características como las del Edén; sí, Él puede hacer que el desierto florezca como una rosa; sí, Él puede abrir un río en Jerusalén que fluya al desierto y lo convierta en un huerto; sí, Él puede cambiar la naturaleza, de tal manera que el león se acueste con el cordero, y que un niño pueda jugar en el foso de la serpiente; sí, Él tiene el poder sobre su creación para cambiar la duración de la vida, para que en el reino alguien que muera, morirá a los 100, y muera como un infante; sí, Él tiene ese poder, Él tiene poder completo sobre la naturaleza y Él la controla, Él la creó, Él la sustenta, y Él la va a re-crear en el reino milenario en el futuro, y un día Él la va a eliminar al destruirla donde Él la va a derretir con calor ardiente.
Él va a ser que mediante una explosión atómica sea destruida la creación actual, y sea reemplazada por nuevos cielos y nueva tierra, simplemente anhelaría que la gente de nuestro mundo, que cree que puede controlar el futuro del planeta, entendiera lo que la Biblia dice. No están a cargo del planeta, ninguno de ellos lo está, y no lo están a nivel colectivo, y no van a hacer que este planeta dure por una milésima de segundo de tiempo más de lo que el creador ha diseñado que este planeta dure, no tiene nada que ver con Él; todo eso es absurdo, es una ridiculez absoluta. En primer lugar, es absurdo científicamente, pero inclusive más es teológicamente absurdo; el creador es el sustentador y el consumador de su creación.
Esta demostración milagrosa de su poder, de su poder, me parece que es suficiente para convencerme a mí que estoy tratando con esto, y fue una lección de fe para ellos; entonces, Él les dice: “¿Por qué os amedrentáis? ¿Cómo es que no tenéis fe? Estoy viendo su pánico y su temor, ¿cómo es que no tienen fe?”. O en las palabras de Mateo: “¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?”; y de nuevo, Él detiene la tormenta, y señala la debilidad de la fe de ellos. “Ustedes no tuvieron suficiente fe para creer que yo me preocuparía por ustedes, no necesitaban estar en pánico, no necesitaban estar aterrados”, entonces ahí están sentados en el silencio total, y la calma después de la tormenta; y Jesús dice: “¿Por qué un temor así? ¿Por qué una falta de fe como ésta? ¿Acaso no les he ya probado que pueden confiar en mí?”, bueno, su fe debió haber recibido mucha fortaleza ese día, así debe haber sido, pero su reacción realmente no demuestra eso.
Nos gustaría que hubieran dicho: “Señor, nosotros nunca más volveremos a temer mientras que Tú estés con nosotros; oye, no nos vamos a preocupar por nada, hemos visto lo suficiente, estamos convencidos”, pero esa no es su reacción, su reacción es predecible. Versículo 41, el último punto, esto es la tormenta después de la calma. “Entonces temieron con gran temor”. Por favor, note el versículo 40 que tuvieron miedo durante la tormenta, ahora temieron con gran temor, ¿por qué? Bueno, lo que es peor que tener una tormenta fuera de su barca, es tener a Dios en la barca de usted, eso produce suficiente pánico para usted. Ellos sabían con qué estaban tratando, el Dios Viviente estaba en su barca, el creador, el controlador de su creación; el terror los sacudió, estaban en pánico.
¿Se acuerda usted en otra ocasión en el mar, cuando Pedro no pudo pescar? Lucas 5: “Y Jesús dijo: Intenta de este lado de la barca. Y Pedro aventó su red ahí, y tenían tantos peces que no los podía subir a la barca”, ¿y cuál fue la respuesta de Pedro? “Señor, apártate de mí que soy pecador”. ¿Qué tipo de reacción es esa? Esa es la reacción de alguien que sabe que el creador controla todos los animales vivos, todos los peces en el mar, y van a donde Él les dice que vayan. Eso es aterrador, porque si usted ve a Dios; entonces Dios lo ve a usted, usted ve su gloria, Él ve el pecado de usted. Esa es una respuesta muy normal a lo largo de las Escrituras.
Abraham, Génesis 18:27, tuvo la misma reacción, una especie de pánico inmediato cuando él tuvo un encuentro con Dios, y se dio cuenta del tipo de hombre que era. Y Manoah, el padre de Sansón, llegó a casa y le dijo a su esposa: “Vamos a morir, escribe el testamento, se acabó”, y ella dijo: “¿Por qué?”, “Vi a Jehová, y si yo lo vi, Él me vio a mí, y si Él me vio estamos muertos”. Job tuvo la misma experiencia. Isaías, Isaías 6:5, pronunció una maldición sobre sí mismo: “Soy hombre de labios inmundos”, él se maldijo a sí mismo. Ezequiel tuvo la misma experiencia en la visión del capítulo 1; Daniel tuvo la misma experiencia en el capítulo 10; Juan, el apóstol, en Apocalipsis 1, cuando él vio la primera visión de Cristo, dice que él cayó como muerto; es algo aterrador reconocer que usted está en la presencia de Dios, la presencia de Dios.
No había otra explicación, ellos sabían que esto era sobrenatural; y se decían el uno al otro: “¿Quién es éste que aún el viento y el mar le obedecen?”, esa es una pregunta retórica, no necesita tener una respuesta. Marcos ni siquiera da una respuesta. ¿De dónde es esta persona? No es de por aquí, esta es una persona extranjera, esta es una persona extranjera, de otro lugar, con ese tipo de pode; y claro, la implicación es que ellos estaban hablando de uno que había venido del cielo. Mateo 14 es otra ocasión en la que Jesús está en el agua, y en esta ocasión Él caminó sobre el agua, ¿se acuerda de eso? Y cuando Él se metió a la barca dice – después de caminar sobre el agua, Él dice: “Hombres de poca fe, (lo mismo) ¿por qué dudan?”, aquí estamos otra vez.
El viento se detuvo, y los que estaban en la barca lo adoraron y dijeron: “Tú, ciertamente eres el Hijo de Dios”. La segunda vez que ellos vieron un incidente sobre el agua en el que Él controló el agua, caminó sobre el agua, detuvo la tormenta, ellos respondieron a su pregunta retórica, aquí ellos dicen: “Él no es de aquí”; la próxima vez ellos dicen: “Él es el Hijo de Dios”. Creo que eso era lo que estaba en su mente aquí también. La razón para que Marcos responda a esa pregunta retórica solo hay una posibilidad, solo Dios controla los elementos y Él lo hace a su propia discreción, y en este caso para la protección de sus propios discípulos y apóstoles; ellos necesitaban saber que el Señor no solo era Dios, sino que el Señor era su protector. Salmo 55:22: “Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará”, o 1ª de Pedro 5:7, como Pedro lo expresa: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”.
Entonces, el Señor está comunicando dos cosas aquí, Él está comunicando su deidad en la expresión de poder, y Él está comunicando su compasión, su empatía, y su cuidado por los suyos, a protegerlos de muerte prematura. ¿Acaso esto significa que los cristianos no mueren? No. Pero no mueren sino hasta que su tiempo haya llegado, y hasta ese entonces el Señor protege y cuida, y preserva a los suyos como lo hizo aquí. Esta es una historia que no tiene explicación fuera de la deidad de Jesucristo, no hay explicación humanamente para esto. Inclusive, si usted pudiera sugerir que el viento se detuvo por sí mismo, no hay explicación para que el agua se calmara de manera inmediata; y si ellos pensaran que era una coincidencia, nunca habrían respondido en terror porque ellos sabían que ahí estaba presente el poder divino, ni habrían sugerido que ésta era una persona divina, no alguien que era ahí de donde ellos vivían; y ellos también dijeron: “El viento y el mar le obedecen”, lo cual significa que al detener el viento y al detener el agua estaba conectado directamente con sus palabras. Bueno, fue un viaje interesante para llegar al otro lado, y fue igual de interesante cuando llegaron, como veremos la próxima vez.
Oremos. Tu Palabra es siempre tan fresca para nosotros, Señor, y tan alentadora, y eso es porque te presenta a Ti en toda tu majestad y gloria. Y particularmente cuando vemos los incidentes que tienen que ver con la vida de Cristo, la majestad de su persona, la maravilla de quién es Él tanto como hombre, como Dios, y vemos eso unido de una manera tan hermosa aquí; tan cansado que Él puede dormir en una tormenta, tan poderoso que Él puede detener la tormenta inmediatamente. Éste es nuestro Cristo, totalmente hombre y totalmente Dios. De tal manera que Él puede proveer el sacrificio infinito por el pecado, y morir en el lugar del hombre. Gracias de nuevo, Señor, por Tu Palabra, siempre somos enriquecidos por ella, siempre estamos emocionados por sus verdades gloriosas y coherencia; y que hayamos llegado a conocer a este Cristo en el sentido verdadero, más allá de aquellos que tienen poca fe o no tienen fe, más allá de aquellos que todavía están haciendo las preguntas acerca de quién es Él; llévanos a la convicción plena de que Jesús es el Dios hombre, el Cristo, tu Hijo, el Mesías, y el Salvador; y que Él se vuelva el objeto de nuestra fe, una fe verdadera y salvadora. Oramos para tu gloria en nuestra propia bendición eterna. Amén.
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