Abramos nuestras Biblias al décimo capítulo del Evangelio de Marcos. Este es el mismo Marcos llamado Juan Marcos del que leemos en Hechos, capítulo 12, quien escribió este Evangelio glorioso y aprendió quizás la mayor parte de los incidentes personales que están registrados aquí por parte de Pedro, quien influenció tanto su vida. Estamos viendo el capítulo décimo, los 12 versículos de apertura que comenzamos la semana pasada acerca del tema del divorcio, conforme nuestro Señor instruye a Sus discípulos.
Permítame leerle el texto para que lo tenga en mente: “Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y volvió el pueblo a juntarse a Él, y de nuevo les enseñaba como solía. Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. Él, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.”
Ahora, la última vez hicimos la pregunta ‘¿qué piensa Dios acerca del divorcio?’ Y para la respuesta breve los llevé de regreso a Malaquías, el último libro del Antiguo Testamento, capítulo 2, versículo 16 en donde Dios dice: “porque Jehová aborrece el repudio… Odio el divorcio.”
A pesar de que Dios odia el divorcio, 400 años después de Malaquías, conforme Él llega al mundo, el Cristo encarnado, Él llega a un judaísmo que ha desarrollado mucho la tolerancia hacia el divorcio a pesar de lo que dijo el Antiguo Testamento. De hecho, habían desarrollado un sistema de divorcio en el cual el hombre podía divorciarse de su mujer por cualquier cosa; lo único que tenía que hacer era el papeleo, entregarle un documento y despedirla. Aquí, nuestro Señor se dirige a este asunto porque Él quiere que Sus apóstoles y Sus discípulos y todo nosotros conozcamos la enseñanza correcta. La verdad correcta acerca del divorcio.
Ahora, lo encontramos en el versículo 1 habiendo concluido su ministerio Galileo y, de hecho, para cuando llegamos a este capítulo de Marcos, Él también ha concluido Su ministerio en Judea -el cual duró unos cuantos meses. Marcos no nos da registro de eso en absoluto. Si quiere el registro de este período del ministerio puede ver Lucas 10 al 18. Y esos meses están cubiertos de manera resumida por parte de Lucas.
Entonces, saltamos del ministerio de Galilea al ministerio en Judea. Y aquí encontramos a nuestro Señor más allá del Jordán en el área llamada Perea. Con frecuencia, nos referimos a esta etapa como Su ministerio en Perea. Esta es la última parte de Su ministerio que Él lleva a cabo antes de que se vaya a Jericó. Y en el capítulo 11 entra a Jerusalén para la semana final de Su vida.
Entonces, entramos al final de Su ministerio terrenal aquí. Virtualmente, al final. Y Él está enseñándole a Sus discípulos algunas lecciones muy, muy importantes. Y ésta resulta ser acerca del tema del divorcio. Esto se inicia debido al versículo 2, algunos fariseos que siguieron Sus pasos sin importar a donde Él iba, se acercaron a Jesús para tentarle. Éste siempre fue el asunto. Estaban probándolo con la intención de desacreditarlo. Ellos querían que Él dijera cosas que lo aislaría de la gente. Debido a que el divorcio era popular entre los líderes, era popular entre la gente, especialmente los hombres. Y querían que Jesús dijera lo que ellos sabían que Él creía porque lo habían oído antes. Ellos querían que Él dijera que el divorcio estaba mal, y querían que Él condenara a toda persona que estaba divorciada. Y esto lo habría colocado en contra de los líderes y contra del pueblo. Habría causado el enojo de la gente; y de esta manera, Jesús no habría sido tan popular.
Pero aún más que eso, resulta que confrontaron a Jesús acerca del tema en Perea porque están en el territorio bajo Herodes Antipas. Y Herodes se habían divorciado de su esposa y se casó con la esposa divorciada de su propio hermano y cometió incesto con ella, debido a que ella era su pariente. Y Juan el Bautista había confrontado este divorcio y Herodes le había cortado la cabeza. Y ellos esperaban que sí Jesús adoptaba la postura de Juan de divorcio, quizás Herodes se volvería a levantaría otra vez y destruiría a Jesús, como él había destruido a Juan el Bautista.
Entonces, tenían ciertos planes para desacreditar a Jesús e inclusive que lo mataran al presentar la pregunta. Jesús, como normalmente lo hacía, responde a la pregunta de manera astuta y sabía, como tan sólo el hijo de Dios podía. Y entonces, la confrontación está en el versículo 2. La aclaración del asunto viene en los versículos 3 en adelante. Dios odia el divorcio y esta es la razón.
Vaya al versículo 6: “pero al principio de la creación,” dice Jesús, “varón y hembra los hizo Dios.” Cuando Dios creó, Él hizo a un hombre y a una mujer. No a una mujer adicional en caso de que no le gustara la primera. No a un hombre adicional en caso de que a ella no le gustara el primero. Uno y uno. Y eso fue todo y así fue desde el principio de la creación, “y por esta razón, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne.” El hombre indivisible. Esto es lo que es un matrimonio. Un hombre indivisible. Ya no son dos, con una carne. Por tanto, lo que Dios unió, no lo separe el hombre. Así como Dios a la vida al mundo, Dios está involucrado en un matrimonio. Él trae a dos para unirlos, es Su obra. Esa es la razón por la que Él odia el divorcio, porque desde el principio Él diseñó a un hombre, una mujer para ser unidos volviéndose uno de por vida, no separados. Él odia el divorcio.
Si esto es normal, si esta es la manera en la que Dios diseñó a los seres humanos, ¿por qué hay tanto conflicto en el matrimonio? ¿Por qué es que el divorcio es tan común, no sólo en nuestra cultura, sino en las culturas antiguas y en toda cultura? Bueno, la respuesta a eso viene en Génesis 3:16, lo vimos la última vez. Cuando el pecado entró al mundo, cuando Eva pecó y Adán la siguió en pecar, la raza fue maldecida, Adán fue maldecido, él fue maldecido en trabajar por el sudor de su frente y ganarse su pan. Y la mujer fue maldecida. Y ella fue maldecida, dice Génesis 3:16, al tener que sufrir dolor, al criar hijos y después, esto: “tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará sobre ti.” Esa maldición se manifiesta en conflicto en el matrimonio. Y el lenguaje, como vimos la última vez, significa que en lugar de que ella de manera dispuesta, amable se someta a él y él, de manera tierna y compasiva la guíe a ella, ella tiene un deseo de dominarlo a él. Y él tiene una reacción abrumadora de controlarla a ella de manera excesiva.
Ese es el conflicto entre la liberación de las mujeres y el chauvinismo masculino. Todo eso es una parte de la maldición. Eso trae problemas a un matrimonio. Una mujer pecaminosa con una voluntad fuerte quiere hacer lo que quiere y un hombre igualmente pecaminoso con una voluntad fuerte quiere dominarla a ella.
El conflicto viene debido a la maldición de la corrupción como un resultado de la caída. Esto hace que el divorcio sea un problema porque en últimas, el conflicto puede llegar al nivel en donde la gente ya no puede tolerar el vivir juntos y eso lleva a la separación y al divorcio. Sin embargo, conforme usted llega al final del Antiguo Testamento, al libro de Malaquías, lo más lejos que usted puede estar de Génesis, dice: “Dios odia el divorcio… Dios aborrece el repudio.”
Y, además, en Malaquías 2:13 al 16, dice que el que se divorcia mancha su ropa con inmundicia. Es una prenda de ropa salpicada de pecado en aquel que se divorcia. Dios odia el divorcio. Nunca ha sido diferente de este diseño porque Dios diseñó que el matrimonio entre un hombre y una mujer fuera por vida.
Y entonces, vimos la aclaración. Y la aclaración realmente, la respuesta que Jesús usa es que Él regresa a Génesis. En lugar de meterse con la gente al dar alguna opinión aislada de las Escrituras, Él simplemente regresa al comienzo. Desde el comienzo de la creación. Todo el mundo conocía a Génesis 1, todo el mundo conocía a Génesis 2. Todo el mundo sabía exactamente lo que decía. Entonces, Él se aferra la postura de autoridad bíblica. Él se aferra a las Escrituras. Ése es el cimiento.
Pero Él también dice en el versículo 3 y Él inicia la discusión en este proceso de aclaración. “Él, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés?” Esta es una pregunta muy importante que Él presenta porque Él sabe que Moisés habló del divorcio. Moisés, de hecho, dio un mandato con respecto al divorcio.
Entonces, nuestro Señor les habla, son los fariseos, son los expertos en la ley, tienen un conocimiento claro de la ley del Antiguo Testamento. Y ellos han encontrado un pasaje del Antiguo Testamento sobre el cual pueden construir su tolerancia para el divorcio. No están interesados en seguir el ideal Divino, no están interesados en un hombre, una mujer de por vida. Quieren cambiar a sus esposas con tanta frecuencia como tengan ganas. Y entonces, necesitan un pasaje del Antiguo Testamento para poder hacer eso. Y realmente, sólo hay uno. Y han acampado en el que Moisés dio un mandato. ¿Cuál es? Deuteronomio 24. Vaya a Deuteronomio 24. Usted descubrirá que esto es muy interesante… Deuteronomio 24.
Para este entonces, la gente había sido sujeta a las interpretaciones de las Escrituras por parte de los rabinos. Y los rabinos tenían La autoridad, podría decir, y la Escritura no, porque la gente no se atrevía a interpretar las escrituras por sí misma. Seguían la interpretación de los rabinos y el rabino más popular era el rabino Hillel. Había acomodado al divorcio por cualquier razón, de cualquier persona, en cualquier momento. Y había basado esto en el pasaje de Deuteronomio 24. Y aquí regresamos a Moisés, quien es el autor de los primeros cinco libros de la Biblia llamados el Pentateuco, los cinco libros de la ley. Esto es lo que el Espíritu de Dios inspiró a Moisés a escribir.
“Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa. Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre.” Porque eso es lo que sucederá, es inevitable. “Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer, no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.”
Y entonces dijeron: “ahí está, Moisés dice que puedes despedir a tu esposa por alguna cosa indecente. Ahí está. Puedes despedirla por alguna cosa indecente.” ¿Alguna cosa indecente? ¿Qué es eso? Bueno, concluyeron que es cualquier cosa que quieres que sea. Puedes incluir ahí en la frase alguna cosa indecente casi todo. Esta es una especie de cheque en blanco para el divorcio. Indecente, decían los rabinos, podría ser como Hillel dijo, que estuviera ahí con el cabello suelto, dando vueltas en las calles de tal manera que otros hombres ven tus tobillos o hablarle a los hombres o no ser amable con tu suegra. O hablarle a tu marido tan fuerte que los vecinos escuchen o cualquier cosa. Y puedes darle un pedazo de papel y despedirla.
Ahora, quiero que regrese a ese pasaje por un minuto. ¿Ve usted un mandato a hacer eso en el versículo 1? Yo no veo un mandato en el versículo 1. “Cuando un hombre” está describiendo una posibilidad, está describiendo un incidente potencial. Un hombre toma a una esposa, se casa con ella. Resulta que ya no halla favor en los ojos de él. A él no le gusta porque él encontró alguna cosa indecente en ella. Y él escribe un certificado de divorcio, lo coloca en la mano de ella y la despide de la casa. Ella se va. Ella se va y se casa con alguien más. ¿Hay un mandato allí? No hay un mandato ahí. Eso simplemente describe lo que sucede. Un hombre se casa, no le cae bien su mujer, se divorcia de ella. Ella se va y se casa con alguien más. Esto es todo lo que dice.
Después, el versículo 3 dice: “la aborreciere último.” Esto es ella no le cae bien. Se divorcia de ella. Eso sucede. El mandato no viene sino hasta el versículo 4. Aquí está el único mandamiento: “no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer.” Entonces el punto o el mandato es éste: si te divorcias de tu esposa y ella se casa con alguien más, nunca puedes volverla a tomar. Este es un principio muy bueno. Esta es una prevención muy buena para que los hombres no digan: “creo que me gustaría intentar con otra esposa durante unos meses. Y si no me gusta, voy a volverme a casar contigo.” No puedes hacer eso. Una vez que te divorcias de tu esposa y ella se casa con alguien más, no puedes regresar con ella. Pero cuando le dices adiós, la suposición es que van a casarse porque necesitan ser cuidadas y alguien necesita proveer para ella. No puedes tomarla de regreso. Entonces, más vale que pienses durante mucho tiempo en despedirte de la mujer de tu juventud, en despedirte del amor original de su vida, en despedirte de la madre de tus hijos y despedirte de la familia. Más vale que pienses mucho acerca de eso porque una vez que ella se conecte con otra persona, nunca puedes volverla a tener. Ese es el único mandamiento aquí. No hay un mandato para divorciarse, es un mandato a no volverse a casar con una mujer de la que te has divorciado, quien entonces se ha casado con alguien más. No da ninguna plataforma para el divorcio en absoluto.
Entonces usted pregunta qué hay acerca del adulterio. Oh, el adulterio tenía la pena de muerte en la ley de Moisés. Entonces, no era un asunto de divorcio por adulterio, era un asunto de muerte por adulterio. Entonces, Moisés no está dando ninguna base para el divorcio. Bueno, la pregunta entonces es: ¿qué es esto de alguna cosa indecente que era la base por la que la gente estaba despidiendo a sus esposas? ¿Qué es esto ‘indecente’? ¿Qué justificación tuvieron para extraer de esto todas estas cosas tontas?
Permítame decirle lo que la palabra significa. Cuando usted lee el texto de las Escrituras y ve la palabra indecente, esa es una palabra, o consulte en un lexicón o diccionario y vea lo que la palabra significa. Eso va a ayudar un poco, pero eso significa la desnudez de una cosa. La desnudez de una cosa. No significa que las mujeres estaban desnudas en este sentido. Usted sabe, las mujeres judías eran muy recatadas. Se cubrían desde la parte de arriba de su cabeza hasta el suelo. Este no es el tema aquí. Pero la desnudez de una cosa es simplemente una especie de referencia a algo vergonzoso.
Ahora, esta palabra es el mismo tipo de frase utilizada ahí atrás en el capítulo 23. Entonces, lo que usted debe buscar cuando usted está buscando interpretar una palabra es el contexto. Y si usted ve a la misma palabra en un contexto semejante en el mismo libro, simplemente un capítulo a distancia, usted tiene una buena colección ahí. Entonces, regrese al capítulo 23, versículos 13; y ahí encontramos la misma palabra y el mismo tipo de frase. “Tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento; porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser santo,” y aquí viene la misma palabra, “para que Él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.”
Esto está hablando de la responsabilidad social normal, valores normales en una cultura civilizada. Simplemente, haz cosas que son respetables. No hagas cosas que son vergonzosas. Esa es la palabra. No está hablando de adulterio. Está hablando de cosas que son indecentes. Que son irrespetuosas de otros. Y esto es exactamente lo que estas personas que se estaban divorciando de sus esposas estaban haciendo. “Bueno, tenemos una categoría grande para eso. Creemos que es una vergüenza cuando ella quema el pan. Pensamos que es una vergüenza cuando ella dice esto. Pensamos que es una vergüenza cuando ella actúa de esta manera.”
Y eso es lo que estaban haciendo. De hecho, las mujeres no cometían mucho adulterio. ¿Por qué? No querían morir. Entonces, la idea era, ustedes saben, si no te cae bien tu marido, puedes avergonzar su cabeza al hacer cosas que simplemente son indecentes. Y puedes avergonzarte en el proceso, pero también avergonzar a tu marido.
Entonces, sea lo que sea esto, algo que es algo vergonzoso, indecente, habitualmente pecaminoso en términos habituales, conducta vergonzosa, algo que queda corto de adulterio. Y cuando cosas así, podía haber cosas así, pero ellos exageraron a partir de aquí, simplemente para hacer que cualquier cosa que ellos pensaran que era indecente, lo fuera.
Entonces, Moisés no está dando ninguna base para el divorcio. Él está diciendo: “si te divorcias de tu esposa, escuchen, aun por eso, ese es un divorcio ilegítimo.” Ese es un divorcio ilegítimo porque ahora sabes que ella se va a casar con alguien. Y cuando ella se case con alguien, eso será adulterio, porque esa no es una razón para el divorcio. Ese tipo de conducta, por vergonzoso que sea, no es una base para el divorcio. Ser indecente, eso no justifica el divorcio. Y la prueba es que ella se está casando con alguien más, ella se convierte en una adúltera. Y entonces, si la pena de muerte fuera aplicada, podría ser aplicada. Y el punto, el mandato que Él da es que una vez que esto sucede, nunca jamás puede volverla a tener como tu esposa porque ella está contaminada y es una abominación al Señor.
Por cierto, no tomó mucho tiempo después de que la ley del Levítico 20 fuera dada por el Señor acerca de ejecutar a un adúltero que el Señor fuera misericordioso en la aplicación de esa ley. Dios dio esta ley para mostrar Su actitud hacia el adulterio. Pero también reconocemos, el Nuevo Testamento nos dice, que este tiempo de ignorancia Dios pasó por alto en Su misericordia. Él lo pasó por alto en Su misericordia. Y ciertamente cuando usted llega al tiempo de nuestro Señor Jesús, la gente no sólo no está siendo apedreada por adulterio, matada por adulterio, excepto cuando los judíos quisieron hacerlo, como cuando recogieron piedras para aventárselas a la mujer en el Evangelio de Juan. No sólo es que la gente no estaba siendo matada por adulterio, gustosamente estaban cambiando de esposas y deleitándose en hacerlo, pensando que les era permitido por las Escrituras.
Entonces, Moisés dio un mandato, pero no fue un mandato a divorciarse. No fue un permiso para divorciarse. Fue un mandato para no volverse a casar con una mujer divorciada de manera ilegítima. Ese es el único mandato porque ella estaba contaminada y simplemente, era adulterio después de eso. No hay mandato en absoluto.
Regresemos, entonces, a Marcos. Entonces, ¿por qué el Antiguo Testamento inclusive reconoce un divorcio? ¿Por qué llegar a tolerarlo? ¿Por qué es que Dios habría sido misericordioso con respecto a la pena de muerte para los adúlteros? ¿Porque es que llegó a permitirse?
Versículo 4: “Moisés permitió a un hombre escribirle, darle un certificado de divorcio y despedirla.” ¿Por qué? Y estaban refiriéndose a Deuteronomio 24. Realmente no fue un mandato, realmente no fue un permiso. Fue un mandato a no volverse a casar con una mujer divorciada. Ellos dicen: “bueno, Moisés lo permitió.” Y la respuesta de Jesús es: “miren, el mandato que Moisés dio reconoce la dureza de su corazón. Va a suceder porque tienen, la palabra griega es sklerokardia, esclerosis del corazón. El mandato no es para divorciarse, porque nunca más puedes volverla a tener. Es para que no se divorcien por lo que ustedes quieren. Cualquier cosa que ustedes consideren como una conducta indecente.
La única razón por la que hay alguna concesión en absoluto, la única razón por la que Moisés inclusive habla de estos asuntos es porque él sabe la dureza tan seria de corazón que tienen. Y esa es la realidad. Aquí estaban, tan lejos del ideal de Dios, estaban deshaciéndose de sus esposas cuando ellos querían. Y una de las indecencias que inclusive incluyen en los escritos rabínicos es que ella era más fea que alguien más en su manera de pensar.
El mandato entonces se relaciona únicamente con las segundas nupcias. Entonces, la ley de Dios es sostenida en alto. Un hombre, hombre y mujer, dejan a padre y madre, se convierten en una carne, ya no son dos, sino sólo uno, Dios los une, no se separan. Odio el divorcio. Moisés no lo mandó. Él sólo manda cosas que tienen la intención de detenerlos a ustedes de hacerlo porque ustedes nunca pueden volver a tomar a esa persona una vez que ella se case. Muy estricto. Realmente, eso es todo.
Bueno, los discípulos entienden el mensaje. Versículo 10, llegan a la casa en algún lugar en Perea y los discípulos comienzan a cuestionarlo acerca de esto otra vez. Ellos quieren un poco de aclaración en esto. Él dice: “muy bien, que quede bien claro. El que se divorcia de su esposa y se casa con otra mujer comete adulterio en contra de ella. Y si ella misma se divorcia de su marido y se casa con otro nombre, ella está cometiendo adulterio.” ¿Lo entienden? Si usted se divorcia de su esposa y se casa con alguien más, usted comete adulterio. Si usted se divorcia de su marido y se casa con alguien más, usted comete adulterio. Dios odia el divorcio porque rompe el séptimo mandamiento. Es adulterio.
Usted dice: “espera un momento. ¿Acaso Dios no permitió el divorcio?” No. Dios no permitió las segundas nupcias con una persona divorciada de manera ilegítima. Ese es el permiso del mandato de Deuteronomio 24. Pero los corazones de la gente estaban tan duros. ¿Acaso no hay algunas situaciones imposibles en donde Dios quizás pueda ver al divorcio como un mal menor? Sí. Sí. ¿En base a qué? Vayamos a Deuteronomio 7. Le voy a dar una ilustración. Deuteronomio 7. Ahora, esta es la segunda vez que se da la ley. La gente está lista para ir a la tierra. Aquí está su instrucción… Instrucción. Ustedes van a ir a la tierra de Canaán ahora. Van a entrar a una tierra llena de idólatras. Van a entrar a una tierra llena de gente que son hijos de Satanás, van a entrar a una tierra llena de gente que rechazan al Dios vivo y verdadero. Ustedes van a una tierra de gente que van a influenciarlos y Dios circunscribió todo lo que pudo alrededor de ellos para protegerlos. Ellos tenían sus propias leyes alimenticias para que no pudieran socializar fácilmente con los gentiles. Los gentiles idólatras, porque ellos tenían leyes tan distintivas en términos de comer y beber y cocinar. Dios diseñó su ropa de tal manera que no pudieran tener acceso libre. Siempre sobresalían. Dios prescribió todo tipo de conductas que los aislaban de las naciones para su propia protección. Eran como una especie de cuarentena espiritual conforme entraron. Y Él sabía cuál era el potencial.
“Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú,” Dios va a quitar las les va dar la tierra prometida. “y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo;” vas a tener que aplastarlas. “no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia.” Vas a ser una herramienta de juicio.
Después, versículo 3: “Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo.” No se casen con paganos. No les den sus hijos a paganos. No lo hagan. Versículo 4: “Porque desviará a tu hijo de en pos de Mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto.” ¡Guau! No te cases con ellos.
Bueno, adivinen ¿qué? Se casaron con ellas. Y la historia de lo que sucede se narra en el capítulo 10 de Esdras. Esdras, capítulo 10. Versículo 1: “Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres, mujeres y niños; y lloraba el pueblo amargamente.” Todos están llorando. ¿Por qué están llorando? “Entonces respondió Secanías hijo de Jehiel, de los hijos de Elam, y dijo a Esdras: Nosotros hemos pecado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra;” hicimos exactamente lo que se nos dijo que no hiciéramos.
Después, versículo 3: “Ahora, pues, hagamos pacto con nuestro Dios, que despediremos a todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley. Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra.” ¿Pueden imaginarse eso? Divorcios masivos, divorcios en masa. Porque el divorcio, escuche, es un mal menor. Dios odia el divorcio, pero Él odia a la idolatría más. Es un mal menor. “Entonces se levantó Esdras y juramentó a los príncipes de los sacerdotes y de los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron.”
Versículo 17: “Y terminaron el juicio de todos aquellos que habían tomado mujeres extranjeras…” Versículo 18: “De los hijos de los sacerdotes que habían tomado mujeres extranjeras…” Y después, ¿ven lo que eso hacen? Va y en lista a toda la gente que hizo esto. Coloca su nombre ahí. ¿Ah? Para que todo el mundo lo sepa para siempre. Y el versículo 34 termina el capítulo. Todos se habían casado con mujeres extranjeras y algunos de ellos, tenían esposas de quienes habían tenido hijos.
¿Qué está mal con esto? Esto es desastroso para el futuro de Israel. Esto es desastroso para la integridad tribal, para la línea mesiánica, para las promesas futuras hechas a Israel. Esto es potencialmente el fin del pueblo de Dios. Israel es inmoral. Israel es adúltera, idólatra. Y yo creo que la inmoralidad y la idolatría del pueblo judío es evidente en el hecho de que estaban muy dispuestos a casarse con mujeres idólatras que tenían una norma totalmente diferente de moralidad, que eran culpables de conducta inmoral como estilo de vida. Rompieron sus pactos con sus esposas judías y es una tragedia. Es evidencia de su inmoralidad. Es evidencia de su idolatría el que hayan hecho esto.
Y Dios ve que esto sucede. Y en Isaías 50, Dios le habla a Israel y Él dice: ¿por qué están haciendo esto? ¿Por qué se han ido en pos de dioses falsos? Y ahora nos salimos de los matrimonios de Esdras a la idolatría espiritual. Y en Isaías, Isaías está profetizando el cautiverio del pueblo de Dios. Juicio en contra del pueblo de Dios. Y la condenación está en el capítulo 50, versículo 1, en donde Dios dice: “¿por qué estás conectado a dioses falsos? ¿Te he dado un certificado de divorcio? Eres una adúltera, no me divorciado de ti. No me he divorciado de ti.” El corazón de Dios está quebrantado. Dios es paciente. Y ustedes saben, Dios fue paciente con su idolatría durante 700 años.
Observen Jeremías capítulo 3. Jeremías, capítulo 3, versículo 8: “Dios dice se acabó. No más.” Versículo 6, ¿qué hizo Israel infiel? “Subió a todo monte alto, bajo todo árbol verde y fue una ramera ahí.” ¿De qué está hablando? ¿Montes altos y árboles verdes? Los lugares en donde los ídolos eran adorados y algunas veces, eran adorados mediante conducta inmoral. “Y pensé, después de que ella haya hecho todas estas cosas, ella regresará a Mí. Pero no regresó.” Este es el Reino del norte Israel y su hermana terrible Judá, el Reino del Sur. “Y vi por todos los adulterios de Israel, la infiel, la despedí y le di carta de divorcio. Finalmente, Dios dice “me divorcio de ti.” Y los asirios vinieron y saquearon al Reino del norte y se llevaron a las diez tribus y se perdieron en la historia. Hubo miembros de cada una de estas diez tribus en el Reino del Sur. Entonces, las doce tribus han continuado. Pero aquellos que estuvieron en el norte fueron devastados. Nunca regresaron, nunca jamás regresaron. Hubo adulterio continuo, adulterio espiritual continuo con ídolos e infidelidad al marido verdadero de Israel, Dios. Esto causó que Dios le diera un certificado de divorcio. Fue un certificado de divorcio que involucró muerte, porque cuando los asirios vinieron, masacraron a muchos de esos judíos. Israel, adúltera, inmoral, impenitente, quebrantó el pacto. Adulterio espiritual incesante con otros dioses falsos durante cientos de años. Y Dios, como el marido de Israel, finalmente dice: “eso es suficiente. Ya he soportado suficiente.”
E inclusive comenta Jeremías, la hermana infiel Judá está haciendo lo mismo. Y no fue mucho tiempo después sino hasta que Babilonia vino y se la llevó. Estos incidentes indican infidelidad espiritual y demuestran que la única base del Antiguo Testamento para el divorcio es adulterio. E inclusive Dios se divorció de Su esposa por adulterio. El punto entonces, sería que en donde la ley de la pena capital para el adulterio ya no es aplicada por la misericordia de Dios, el divorcio es una opción.
Esto se vuelve muy personal en Mateo 1, en donde José, ese joven piadoso, descubre que su María desposada, esa joven piadosa, está embarazada. Él no lo entiende. Versículo 19: “su marido José, siendo un hombre justo y no queriendo desacreditarla.” Él pudo haberla desacreditado públicamente. Pero él fue un hombre justo, lo cual significa que él hizo lo que estaba bien. Y entonces, él planeó despedirla o divorciarse de ella en secreto. Un hombre justo podría divorciarse de una esposa adúltera fornicaria. Eso fue algo correcto. Divorcio, Dios lo odia. ¿Llega a haber alguna tolerancia para el divorcio? El adulterio es el modelo en el Antiguo Testamento y el único. Cualquier cosa menos de eso, cualquier cosa indecente no es suficiente. No es suficiente. El adulterio es lo único que romper el vínculo.
Bueno, vea Marcos 10. Cuando usted lee en los últimos dos versículos, Marcos no dice nada acerca del adulterio. Él simplemente dice: “si se divorcian de su esposa y se casan con alguien más, cometen adulterio. Y si ustedes se divorcien de su marido y se casan con alguien más, cometen adulterio.” ¿Qué hay acerca de la excepción?
Bueno, hablemos de la excepción. Ya sabemos que en el Antiguo Testamento hay un modelo para el adulterio si la pena de muerte no es aplicada. Y vemos ese patrón en los mandatos de Dios al pueblo en el tiempo de Esdras. Y vemos eso en la acción en sí de Dios mismo espiritualmente hablando, hacia Israel. ¿Qué hay acerca del adulterio? ¿Acaso es esta una base para el divorcio?
Por favor, regrese a Mateo 19. Ese es el pasaje paralelo. Ese es el pasaje paralelo del que estamos viendo. Y Mateo registra que Jesús también dijo otras cosas. ¿Se acuerda ahora? Dice en el versículo 10 de Marcos 10 que le estaban haciendo preguntas. Bueno, Marcos no registra todo el diálogo, pero usted lo compara con Mateo y usted lo ve todo.
Versículo 9: “os digo que el que se divorcia de su esposa excepto por inmoralidad, porneia, pecado sexual y se casa con otra mujer, comete adulterio.” Entonces, si usted se divorcia por la causa de pecado sexual y se casa con alguien más, eso no es adulterio. ¿Muy bien? Esa es la excepción. Usted pregunta si acaso es algo que sólo Mateo registró. ¿Acaso es esto algo que se puede debatir? No, porque eso es lo que Jesús enseñó.
Regrese a Mateo 5 en el sermón del monte, versículo 32: “os digo que todo aquel que se divorcia de su esposa excepto por la razón de pecado sexual, hace que ella cometa adulterio y el que se casa con una mujer divorciada sin esa razón, también comete adulterio.” Es lo mismo que él dijo en Mateo 5. Los discípulos sabían eso y los judíos sabían eso. La única base, y esto es coherente en el Antiguo y en el Nuevo, hasta este punto, en la revelación divina, es adulterio. En base a la inmoralidad, fornicación, lo cual abarca todo pecado sexual.
El divorcio no es la voluntad de Dios. Dios odia el divorcio. El adulterio no tiene que ser el final del matrimonio. ¿Cuánto tiempo se esperó Dios? Setecientos años. ¿Qué hay acerca de Oseas? ¿Se acuerda de Oseas? Dios dice: “toma una esposa.” Y tomó a una mujer llamada Gomer. Creo que cualquier hombre que se case con una mujer llamada Gomer tiene problemas a la vuelta de la esquina.
Pero bueno, él se casa con esta niña llamará Gomer. Resulta que le dio algunos hijos. Después, ella se convierte en una prostituta. Ella vende su cuerpo y ella se va. Y Dios dice: “búscala, cómprala de regreso. Paga el precio y redímela. Tómala de regreso.” Y es una historia magnífica. Realmente, lo es. Él va al mercado donde ella está siendo vendida ahí en la esquina y la trata como una novia que es una virgen. La toma de regreso. Y Dios dice que ese es el retrato de Su relación con Efraín. Divorciada. Y un día en el futuro, comprada de regreso. Entonces, hay un patrón ahí también.
Decir que es simplemente un acto de pecado sexual no necesariamente significa el final. Hay un lugar para restauración. Hay un lugar para el perdón. Pero creo que es en casos en donde hay penitencia genuina, remordimiento genuino, un perdón real y el patrón se detiene. En donde alguien impenitencia o en donde continúa el pecado, entonces creo que precisamente esa es la razón por la que esta excepción es dada. Y eso en cierta manera debe ser determinado cuidadosamente y con cuidado y el oración por la persona en contra de la cual se ha pecado. El cónyuge inocente.
El adulterio sería suficiente, por cierto, para traer la muerte de esta persona. Entonces, usted tendría la libertad de volverse a casar, ¿no es cierto? Simplemente porque Dios perdona la vida de un adúltero no penaliza a la parte inocente.
Hace unos años atrás, se estaba promoviendo una postura y conocí a personas que fueron arrastrados por esta postura, que inclusive si su cónyuge comete adulterio, usted nunca puede volverse a casar. Nunca. Y conocí a personas que literalmente, conocí a una dama cuyo marido era un misionero, que eran misioneros en Sudáfrica o Sudamérica más bien, y él decidió que él era homosexual. Él tenía todas estas relaciones homosexuales y él se divorció y la dejó. Y a ella se le dijo que nunca jamás por el resto de su vida podría volverse a casar. Debido a que Dios es misericordioso y no lo mata, ¿ella debe ser castigada el resto de su vida? Si la ley fuera aplicada en él, el estaría muerto y ella estaría libre. Entonces, la misericordia de Dios hacia uno no se convierte en una carga para el otro.
Entonces, en donde hay base para el divorcio, siempre hay base para segundas nupcias. Ese es el punto.
Bueno, esto es bastante estricto, ¿verdad? Entonces, observe en el versículo 10 de Mateo 19. “Los discípulos le dijeron realmente son verdaderos pragmáticos, “oye, si la relación de un hombre con su mujer es así, mejor no nos casamos. Digo, cuando te casas, ya te quedaste de por vida. Digo, no se puede deshacer de ella por nada.” Ahora recuerden, se les ha dicho que pueden deshacerse de su esposa por dar vueltas, por mostrar sus tobillos, por meterse con su cabello. Ahora, acaban de entender el panorama aquí. Hombre, esto es serio. Guau. Mejor no casarse, porque como pueden ver, los rabinos decían, entre aquellos que nunca verán el rostro del infierno están aquellos que han tenido una mala esposa, porque ella ha sido su infierno. Oh, eso es cómodo.
Otro rabino dijo: “una esposa mala es como la lepra, divórciate de ella y se curará.” Otro rabino dijo: “si un hombre o un esposo tiene una mala esposa, su deber religioso consiste en divorciarse de ella.” Ahora, los discípulos están descubriendo si tienes una mala esposa, aférrate. Es de por vida. Ponte a trabajar en convertirla en una buena esposa.
Ellos se dieron cuenta de lo cerrado que es esto que Él está diciendo. Lo entienden. Lo entienden. Mejor no casarse. Y nuestro Señor es tan práctico. Versículo 11: “no todos los hombres pueden aceptar esto, solo aquellos a quienes les es dado.” Él está hablando acerca de los eunucos, personas que no tienen relaciones sexuales normales. Él está diciendo: “miren, esto no es para todo el mundo. La soltería tiene un lugar, pero es mejor casarse que arder con lujuria y deseo.”
Y, por cierto, el matrimonio es la gracia de la vida. Y aquí hay un versículo que todas ustedes damas conocen: “el que halla esposa halla el bien y alcanza la benevolencia de Jehová. Una esposa es un regalo del Señor,” Proverbios 19:14. Una esposa es el mejor regalo que Dios jamás le puede dar a un hombre. Un marido es el mejor regalo que Dios jamás puede darle a una mujer. Es lo mejor en la vida. Es el gozo más grande en la vida. Es la satisfacción más grande la vida.
Los discípulos estaban hablando a un nivel muy teórico y pragmático. “No es bueno que el hombre esté ¿qué? Sólo.” Es la gracia de la vida. Es el gozo de todos los gozos, la bendición de todas las bendiciones. Es el camino hacia el fructífero, a los hijos, la bendición de los hijos, la bendición de los nietos, la bendición de la familia.
Entonces, él dice: “miren, es un sentimiento agradable, pero si fuiste hecho para casarte, encuentra a alguien. No busques al Mesías, simplemente, encuentra a alguien.” Continuamente les digo esto a las niñas, ustedes saben, el Mesías vino y se fue. Tienes que conformarte con alguien más. No todo el mundo puede recibirlo. Él quiere decir no todo el mundo puede estar satisfecho en un estado soltero. No todo el mundo, literalmente la palabra significa tener espacio o lugar para eso. Necesitas casarte. Dices: “bueno, si el matrimonio es tan difícil…”
Bueno miren, permítame decirles cómo hacer que un matrimonio funcione. Dos personas perfectamente relacionadas con Jesucristo estarán relacionadas perfectamente la una con la otra. Dos personas que buscan honrar a Cristo no tendrán problema honrándose el uno al otro. ¿Cómo tratas a tu cónyuge? Tratas a tu cónyuge de la manera en la que tratarías a Cristo, porque cuando recibes a esa persona, recibes a Cristo. Tratas a la persona en la manera en la que Cristo trataría a la persona.
La gente a veces me dice: “pareces tener un buen matrimonio.” Tengo buen matrimonio. Estoy encantado con el matrimonio que Dios me ha dado. Amo a mi esposa, más ahora de lo que jamás la haya amado. Ni siquiera sé en dónde termino yo y dónde comienza ella. Así es. Ella no se ha casado con un hombre perfecto, pero ella se ha casado con un hombre que busca las cosas en la vida de ella que creo que Cristo querría para ella. Es lo mismo para mí. Ella busca en mi vida las cosas que Cristo querría para mí. Y es el gozo de todos los gozos, es un gozo supremo.
Y les voy a decir una cosa, jóvenes, yo sé que para alguno de ustedes están esperando que la persona perfecta aparezca. Miren, simplemente encuentren a alguien en quien Cristo vive, que desea servir a Cristo y no pospongan al matrimonio de manera innecesaria. Cásense. Esta es la gracia de la vida. Necesitamos más niños en el cunero. El Reino crece de esa manera. Ustedes saben, esperar hasta que tengas 30 años de edad, simplemente revisando a todo el mundo. ¿Adivina qué? Te están revisando y tampoco están tan emocionados. Entonces, simplemente, encuentra a alguien. Están desperdiciando grandes años, ¿entienden esto? Están desperdiciando grandes, grandes años. Si yo pudiera desear algo para mí, me gustaría que me hubiera casado más joven, porque es algo tan maravilloso, algo tan bendito, algo que honra tanto a Dios. En Cristo su matrimonio puede ser lo que Cristo quiere que sea, si usted camina con Él. Usted está en la mejor de las circunstancias aquí para tener una influencia santificadora.
Permítanme decirles algo. No es bueno ser soltero. Es bueno tener una influencia santificadora en tu vida a tu lado las 24 horas del día. Y debes buscar a un creyente fuerte. Simplemente, encuentra a uno y deja que esa persona sea una influencia espiritual en ti.
Padre, gracias por este tiempo esta mañana en Tu Palabra. Gracias por la claridad con la que habla de este asunto tan importante. Y simplemente, oramos por las familias aquí, por los solteros aquí. Tenemos a tantas personas solteras en esta Iglesia. Simplemente, oro, Señor, porque Tu Espíritu Santo comience un avivamiento de matrimonios en nuestra Iglesia y los unas y se casen y que tengan familias y Te honren en esa manera maravillosa. Que sean fructíferos y se multipliquen y llenen la tierra y que transmitan la justicia de una generación a la siguiente.
Oro, Señor, porque Tú bendigas a los matrimonios que existen. Que Tu Espíritu Santo los haga lo que Tú quieres que sean. Que los matrimonios en nuestra Iglesia sean un retrato de la relación de Cristo con Su Iglesia, tal como Efesios 5 la retrata. Gracias por todo lo que Tú estás haciendo y gracias por el regalo que Tú nos has dado en Tu Palabra. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.
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