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Abramos la Palabra de Dios en el capítulo quince del evangelio de Marcos, el capítulo quince. Como dijo Juan, el fin está a la vista, el capítulo 16 frente a ustedes, quizás en su Biblia está en la misma página, aunque este es un capítulo algo largo.

Llegamos a los quince versículos de apertura de Marcos, y en esta porción en particular de la Escritura, conocemos a este personaje fascinante llamado Pilato, Pilato. Él tiene un nombre que añadir a la galería de culpables que hemos estado acumulando en el drama del asesinato de Jesús, nombres como Judas y Anás y Caifás y Herodes y ahora el gobernador romano llamado Pilato. Una fila fascinante de personajes infames, malos, en el drama sin paralelos que se desarrolla en torno a la crucifixión de Cristo.

Todos son parte del fondo negro colocado detrás de la gloria brillante del Señor Jesús. Todos ellos trataron de usar su posición y su poder y su influencia y su ingenio para llevar a Jesús a Su fin. Humanamente hablando, son los cómplices en la conspiración que finalmente cumplieron la ejecución de Jesús.

No obstante, divinamente hablando, Dios es el poder verdadero y Dios es la influencia verdadera que trae a Su propio Hijo a la cruz. Dios, en realidad, es el verdadero ejecutor. Él es el que se agradó de matar a Su Hijo como un sacrificio sustitutivo por nuestros pecados. El apóstol Pedro dará testimonio de esto en su gran sermón en el día de Pentecostés como es registrado en hechos 2, versículos 22 y 23, en donde dice: “Vosotros lo crucificasteis por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios.”

Eso será repetido otra vez en el cuarto capítulo de Hechos en un sermón apostólico parecido, versículos 27 al 28, donde mientras que hay responsabilidad humana, Dios es el que está cumpliendo, en la muerte de Cristo, Su voluntad y Su propósito salvador. La ironía es que Judas, desde el punto de vista del hombre, lleva una cantidad inmensa de responsabilidad por la traición de Jesús. Él pronuncia, en un sentido, la sentencia inicial de muerte. Anás la sigue con su propia sentencia de muerte, Caifás lo sigue con la suya, Herodes tiene una función, y Pilato pronuncia la sentencia final.

Pero la realidad del asunto es que ninguno de ellos fue la causa del juicio de Jesucristo. Más bien, Jesús los juzgó a ellos. Judas pensó que había pronunciado un veredicto para Cristo, pero la realidad es que el hombre por sí mismo es valorado por 30 piezas. Judas se vendió a sí mismo, no a Cristo. Anás y Caifás pensaron que juzgaron a Jesús, como también Herodes, pero la realidad del asunto es que Él es su juez. Y ahora vemos a Pilato y he titulado el sermón a propósito no Jesús ante Pilato, como si Pilato es el juez, sino Pilato ante Jesús porque la realidad es que, Jesús es el juez.

En todos sus veredictos contra Jesús, estos hombres se condenaron a sí mismos como todo rechazador de Cristo lo hace, y Jesús será el juez de todos ellos. Aquí hay una historia del jugador final esta galería de culpables, un hombre llamado Pilato, un cobarde egoísta trágico que fue juzgado por su propia vida y su propia carrera y su propio destino eterno mientras estaba de pie delante de Jesús.

Leamos el relato. Muy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato. Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.

Y los principales sacerdotes le acusaban mucho. Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan. Más Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba. Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen. Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta.

Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes. Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás. Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado.”

En el versículo 12 está la pregunta definitiva que todo humano tiene que responder, ¿Qué haré con el que ustedes llaman Rey de los judíos? Toda persona tiene su destino eterno basado en cómo responde a esa pregunta, Pilato y toda persona desde ese entonces.

Ahora, conforme abordamos este pasaje, comenzamos con un repaso breve para que podamos ganar algo de velocidad al entrar en esto. Los líderes judíos que formaban el Sanedrín, esta suprema corte de Israel con 70 hombres, más el sumo sacerdote, llegando a un total de 71, formada por sumos sacerdotes y escribas y ancianos, querían a Jesús muerto. Es la semana de Pascua en Jerusalén, y lo quieren muerto, pero no quieren arrestarlo a la luz del día porque piensan que la multitud va a reaccionar, la gente va a reaccionar porque lo reconocieron como su Mesías cuando Él vino a la ciudad el lunes, entonces tienen miedo de arrestarlo ante los ojos de tanta gente que ha llenado Jerusalén en la Pascua.

No saben cómo capturarlo de noche en la oscuridad porque no están seguros en dónde estará, y están bastante seguros de que él estará bastante bien protegido por Sus seguidores. No obstante, Judas resuelve su dilema. Desde que llegó con los doce el sábado, él ha estado buscando una oportunidad para traicionar a Jesús. Él negoció un precio de 30 piezas de plata, el precio de un esclavo y está buscando la oportunidad de traicionarlo.

En el plan de Dios, no lo puede hacer sino hasta después de la cena de la Pascua y la institución de la Cena del Señor el jueves por la noche. Es ahí en ese momento en el aposento alto que Jesús lo desenmascara, Satanás entra en él, Y Jesús le dice que vaya y haga lo que quiere hacer y que lo haga pronto. Después de la medianoche, entonces, en ese jueves por la noche en las primeras horas de la mañana entre la medianoche o alrededor de la medianoche y poco después de esa hora y la una, Jesús y los once están en el Jardín de Getsemaní, un jardín privado que es quizás de un seguidor de Jesús que se los dio para usarlo de noche.

Están ahí para orar, por lo menos nuestro Señor estaba orando. Judas conoce el jardín han ido ahí muchas veces, y sabe que ahí van a estar, y entonces guía a esta multitud masiva de hasta de mil personas en la oscuridad de la mitad de la noche mientras que el resto de la ciudad duerme para venir y capturar a Jesús. ¿Por qué tantos? ¿Por qué un grupo de soldados que habría tenido un máximo de 600 soldados? ¿Por qué toda la policía del templo? ¿Por qué todas las espadas y palos? Porque tenían miedo de que quizás si las multitudes se enteraban, se levantarían de sus camas y vendrían y tendrían una protesta en sus manos y una rebelión que necesitaría ser enfrentada.

Eso no sucede. Se llevan a Jesús como prisionero. Se lo llevan inmediatamente a casa de los sumos sacerdotes y primero a Anás y después a Caifás. Hay un juicio falso ante Anás, una condenación falsa por buscar algún tipo de crimen contra el estado, contra Roma. No puede encontrar una. Anás se rinde en eso, lo pasa a su yerno Caifás, y usted conoce la historia ahí.

Los testigos falsos que son sobornados mienten. Su testimonio es incoherente. Su testimonio es inconsistente. No pueden inventar algo que tenga sentido. Finalmente terminan causando a Jesús de blasfemia porque dijo que es el Mesías, el Hijo de Dios, y de esta manera diciendo ser deidad.

Todo esto ante Anás y Caifás se lleva a cabo entra la 1 y las 3 el viernes por la mañana. A las 3, el juicio termina, y las negaciones de Pedro terminan. De las 3 a las 5 ahora, Jesús es detenido. Él es detenido como prisionero. Los judíos se burlan de Él y realmente ellos tienen la custodia de Él en este momento. Le escupen. Lo golpean. Lo abofetean y es blasfemado por varias horas.

El amanecer es como a las 7 AM. El Sanedrín, queriendo mantener una apariencia de legalidad, sabe que la ley judía requiere que un juicio se lleve a cabo a la luz del día, y entonces una vez que el sol sale, tienen un juicio falso. Esto es registrado en Lucas 22, versículos 66 al 71. Esa es la tercera fase. La primera parte de Su juicio judío ante Anás, la segunda ante Caifás, la tercera, este juicio falso, breve, temprano por la mañana para que haya alguna apariencia de legalidad.

Marcos dice que pronunciaron su juicio a la mitad de la noche. Mateo dice lo mismo. Lucas nos dice que tuvieron ese juicio por la mañana para hacer que se viera legal. Ahora la parte judía se acabó, pero deben meter a los romanos en esto, y esa es la razón por la que los vemos asegurando a Jesús aquí en el versículo 1 y llevándolo a Pilato. Usted podría preguntar, ¿por qué? La respuesta está en el evangelio de Juan conforme el registro de Juan nos da una respuesta muy específica. Juan 18:31, dijeron: “A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie.”

El ius gladii, lo cual es latín para el poder de la espada, fue quitado de Israel. El poder de la espada, el poder de ejecución, le pertenecía únicamente a Roma en todos sus países ocupados. Dice usted, espera un minuto. ¿Acaso los judíos no apedrearon a Esteban hasta matarlo? Sí, en Hechos capítulo 7. ¿Y acaso los judíos no trataron de matar a Pablo como leímos en el libro de Hechos hoy? La respuesta es sí. De hecho, trataron en varias ocasiones de matar a Pablo. Pero esos fueron actos en grupo, esos no fueron el resultado de proceso legal. Los judíos no tenían derecho legal de ejecutar. No tenían derecho de matar. Solo los romanos tenían el derecho de matar. Y fuera de la violencia en grupo, lo cual no harían porque estaban tratando de dar la apariencia, como dije, de legalidad, la fachada de legalidad porque, después de todo, eran la Suprema Corte de Israel. Cedían a los romanos.

Y entonces necesitan permiso de los romanos. De hecho, los romanos deben realizar la ejecución. Esto encaja con la Escritura porque cuando los judíos ejecutaban, en el caso de Esteban, lo aventaron de la orilla de algún precipio y después lo apedrearon hasta matarlo. Eso es lo que trataron de hacer con Jesús en la sinagoga, según Lucas 4, al principio de Su ministerio en Galilea. Su método de violencia en grupo era apedreamiento. Pero Jesús iba a ser levantado. Él dijo eso en Juan 12, ¿no es cierto? “Si Yo fuere levantado, atraeré a todos los hombres a mí.”

El Talmud confirma esto. El Talmud dice, cuarenta años antes de la destrucción del templo, esta es una cita, que lo colocaría exactamente aquí en este tiempo mismo. Cuarenta años antes de la destrucción del templo, dice el Talmud, el juicio en cuestiones de vida y muerte fue quitado de Israel. El primer gobernador de Palestina, o Israel, fue Coponio de quien Josefo escribió, y cito: “Él tenía el poder de la muerte colocado en sus manos por César.” Entonces tenemos evidencia histórica de que no tenían el poder de la muerte y eso es lo que dijeron, como el evangelio de Juan lo registra.

Entonces su caso debe venir a Pilato. Ahora lo retomamos en el versículo 1: “Muy de mañana, habiendo tenido los principales sacerdotes con los ancianos después del juicio falso, vienen con los escribas y con todo el concilio, eso esencialmente es el concilio entero. Inmediatamente hay una consulta. El concilio entero es unánime en esto, todos están comprometidos con la muerte de Jesús. Es una decisión unánime. Entonces tienen su consulta en cuanto a este asunto legal de que los romanos, por necesidad, realicen la ejecución.

Entonces llevaron a Jesús atado. Juan nos da más detalles en Juan 18. Él es atado y le entregaron a Pilato. Por cierto, simplemente una pequeña nota aquí. La ley judía requería un período de 24 horas antes de una ejecución después de que una sentencia había sido pronunciada para que nueva evidencia pudiera ser presentada, si había alguna evidencia nueva. No están interesados en esta nueva evidencia y entonces se apuran con su juicio, y se apuran a la ejecución brevemente después de que tuvieron su último juicio. Si su juicio final público fue en algún momento después de las 5, Jesús estaría en la cruz para las 9, y el tiempo que queda entre esas horas va a permitir esta interacción con Pilato y en poco tiempo también lo veremos en un momentito con Herodes.

Mientras tanto, podemos regresar a otra cosa interesante que está pasando. Es alrededor de este tiempo que Judas comienza a sentir remordimiento, según Mateo 27:1 al 10, y regresa a la presencia del Sanedrín y tira el dinero y dice: “He entregado sangre inocente,” y después se apura de ahí para tratar de ahorcarse. Él tiene éxito al cometer suicidio y la cuerda se rompe o la rama se rompe, y sus entrañas salen en las rocas abajo.

Pero vayamos a la fase uno del juicio, el juicio gentil ante Pilato. Jesús atado, al final del versículo 1, lo llevaron y le entregaron a Pilato. Pilato, por cierto, tiene una opinión muy elevada de su poder, él le dice a Jesús: ¿No sabes que tengo autoridad sobre ti? Puedo hacerte lo que quiera.” Juan 19:10. Jesús dice: “Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba.”

Pero Pilato, desde su punto de vista, por lo menos, piensa que tiene poder sobre Jesús. Él es otro como Judas que pensaba que podía ejercer poder, como Anás, como Caifás, como el Sanedrín como grupo. Y ahora Pilato, él piensa que tiene el destino de Jesús en sus manos. La verdad es que, Jesús tiene su destino en Sus manos. Ninguna autoridad terrenal puede determinar el destino de Jesús, pero el destino de toda alma es determinado por lo que hace con Jesús.

Jesús, entonces, está en el salón del juicio de Pilato en algún momento alrededor de las 6AM, entre las 5 y las 6 AM. Todo esto pasa muy rápido. Estos lugares están muy, muy cerca entre sí. Juan nos da un poco más de detalle, y es bueno tener este detalle, aunque no pasaremos mucho tiempo escarbando en eso. Vaya a Juan 18 por un momento. Un poco más de detalle es necesario. Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio, al pretorio, era de mañana. Y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, así poder comer la pascua. Je, estos hipócritas son únicos, ¿no es cierto? No quieren contaminarse mientras que están tratando de asesinar al Hijo de Dios. Como no quieren pisar tierra gentil, no quieren entrar en espacio gentil, un edificio gentil, un cuarto gentil, un pretorio gentil, porque se contaminarían ceremonialmente por el contacto con un gentil.

Pero traen a Jesús al pretorio. Pilato salió a ellos, porque ellos no querían entrar, y les dijo: “¿Qué acusación traéis contra este hombre?” Esta es una pregunta legal. Pilato está actuando ahora como un juez. Él es un juez. él es el juez primordial e Roma, él es la corte de apelación final en Israel para Roma y para cualquier caso que necesite ser asignado a Roma.

Pero no quieren a Pilato como juez, quieren a Pilato meramente como un ejecutor. No quieren otro juicio. No quieren un juicio adicional. No quieren ninguna que se haga ninguna pregunta como esta. Entonces simplemente responden, en el versículo 30: “Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado.” No quieren responder a la pregunta, quieren acusar a Pilato por hacer la pregunta, como si dijeran, ¿quién eres para desconfiar de nosotros? No te lo estaríamos trayendo para que lo ejecutaras, porque solo tú tienes el poder de ejecutar, a menos de que hubiera una razón. Él es un malhechor, esa es la razón por la que estamos aquí y esa es la razón por la que lo trajimos.

Ahora, usted tiene que saber que Pilato estaba plenamente consciente de Jesús. Él había estado plenamente consciente de Jesús quién sabe por cuánto tiempo, quién sabe por cuantas semanas o meses o años él había sabido de Jesús. Pero ciertamente él estaba muy bien familiarizado con Jesús esa semana. Su responsabilidad era la seguridad en la ciudad de Jerusalén, y cuando Jesús entró a la ciudad, habría habido una reacción masiva del poder romano para asegurarse de que aseguraran la seguridad de esa ciudad porque la gente estaba levantándose y reconociendo a Jesús como el Mesías, un nuevo líder, un nuevo rey, un nuevo ungido. Sus tropas estaban metidas en eso desde el comienzo mismo.

Y, claro, el grupo de soldados fue al Jardín de Getsemaní para arrestar a Jesús. Y como dije en el momento cuando vimos eso, Pilato mismo tenía que concederles permiso para que ellos hicieran eso. Él estaba muy consciente de los asuntos que tenían que ver con Jesús, y él también está muy consciente de que esta es una injusticia abierta. Él sabe eso, él sabe eso.

Entonces les dijo Pilato en el versículo 31: “Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Mátenlo ustedes.” Él les da permiso de ejecutar a Jesús, él les da permiso de ejecutar a Jesús. Y los judíos le dijeron: “A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie." Van a ser tan nobles que nunca pensarían en cruzar los parámetros de la ley romana. No vamos hacer eso. Realmente no se nos permite hacer eso.

De pronto están volviéndose tan legales, tan justos. No quieren la responsabilidad de ejecutar a Jesús. No quieren tratar con las implicaciones y repercusiones. Tienen que darle a Pilato alguna razón para ejecutar a Jesús, y Lucas 23:2 entra en este punto. Hacen tres acusaciones, esto es lo que dijeron: él está pervirtiendo a nuestra nación, él está prohibiendo pagar impuestos, y él está diciendo ser rey.

Todas falsas, todas mentiras. Él no pervirtió a la nación, ellos sí. Él no prohibió pagar impuestos. Él le dijo a la gente que pagara sus impuestos y Él pagó los suyos. Y mientras que dijo ser un rey, Su reino nunca fe de este mundo. Mintieron. Pero eso no era nada nuevo para ellos. Se dará cuenta de que el versículo 31 termina: “A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie.” El versículo 32 dice: “para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a morir.” Y ¿cuál fue la palabra de Jesús que había dicho dando a entender de qué muerte iba a morir? Juan 12:32 y 33: “Si fuere levantado,” lo cual fue una profecía de la postura elevada de una víctima de crucifixión.

Ahora regresemos al capítulo 15 de Marcos. Esto es lo que pasó entre los versículos 1 y 2. Pilato le preguntó: “¿Eres tú el Rey de los judíos?” Él ignoró la primera, que él había pervertido a la nación; él ignoró la segunda, que Él le estaba diciendo a la gente que no pagar sus impuestos; y él entró a la tercera porque esta le fascinó más que las otras, aparentemente. ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y, claro, hay burla en eso porque no hay nada en Jesús que lo haga verse como rey.

Recuerde su condición en este momento. Él todavía trae puesta una prenda de ropa que se ha manchado mucho de sudor y sangre, él tiene un rostro que está golpeado y lastimado de golpes y bofetadas, saliva por toda su cara. No ha sido lavado. “¿Eres tú el Rey de los judíos?” Hay ironía y quizás sarcasmo en eso. “Respondiendo él le dijo, Tú lo dices. Tú lo dices.” Esa es una pregunta legítima y nuestro Señor da una respuesta legítima.

Retome la versión de Juan de esto. “Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?” Increíble. Un agnóstico, un cínico. “Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.”

Bueno, regresemos otra vez al evangelio de Marcos, “¿Eres tú el Rey de los judíos? Tú lo dices.” Cuando Pilato dice, “Yo no hallo en él delito, los principales sacerdotes,” versículo 3, “le acusaban mucho, mucho.” De hecho, según Lucas 23:5 estaban diciendo cosas como alborota al pueblo. Alborota al pueblo enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea.

Pero también leemos, Mateo 27:12 al 14 que mientras que Él estaba siendo acusado en este punto, Él nunca dijo una palabra a los judíos, y nunca dijo una palabra a Pilato defendiéndose a sí mismo. Él respondió la pregunta legítima de Pilato y le dio la respuesta correcta y extensa acerca de la naturaleza de Su reino, el hecho de que Él era un rey. Pero cuando la multitud comenzó a gritar y acusarlo, Él nunca respondió en absoluto.

Versículo 4, “Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan.” Simplemente estaban aventándole acusaciones. Estos son los miembros del Sanedrín. Estos son los jueces de Israel. Esta es la suprema corte. Y hay un silencio raro en la corte. Jesús no presenta defensa contra estas mentiras, contra este ataque ilegal. Versículo 5, “Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba,” del verbo thaumāzo, (θαυμάζω) maravillarse, estar asombrado. Aquí estaba alguien siendo acusado de todo tipo de cosas que no hizo, que no eran verdad. Y él no se defiende, no se defiende.

¿Qué va hacer Pilato? Pilato está en una situación difícil. Entre el versículo 5 y el 6, algo pasa. ¿Qué pasa? Él manda Jesús a Herodes. Para el registro de esto, vaya a Lucas 23. He tratado de unir la cronología para usted, y este es un reflejo exacto de esa cronología. Si usted regresa a Lucas 23, usted verá la misma escena. La gente siguió insistiendo, la gente está diciendo: “perturba al pueblo, enseña por todo Judea, comenzando desde Galilea hasta este lugar.”

El versículo 7 entonces dice: “Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes,” increíble. Es un galileo, dijeron tan lejos como Galilea. Quizás esa es una salida. Entonces ahora llegamos a la segunda fase del juicio, él decide que si es de Galilea, esa es la jurisdicción de Herodes. Entonces él le envió a Herodes quien también estaba en Jerusalén en ese tiempo.

Ahora permítame presentarle a Herodes, solo de manera muy breve, este Herodes. Hubo un Herodes llamado Herodes el grande. Ese tipo de nombres normalmente eran dados de manera personal. Herodes se llamó a sí mismo Herodes el Grande. Él no era un judío, era un idumeo, él gobernó Israel, él era un constructor sorprendente. Él construyó el templo y muchas otras cosas. Pero Herodes el Grande murió en el 4 a.C. y dividió el reino entre sus cuatro hijos el reino de Israel entre cuatro hijos. El área de Galilea y Perea, al este del Mar de Galilea, fue para su hijo llamado Herodes Antípas, Herodes Antípas, y él gobernó por mucho tiempo, 4 a.C. al 39 d. C., gobernó más de 40 años.

Ahora, él gobernó, como todos los Herodes gobernaron, los cuatro hijos, como un vasallo de Roma. Él tenía que agradar a Roma o lo eliminaban. Él fue preparado académicamente en Roma. Él fue a Roma. Él recibió su preparación académica en Roma. él fue capacitado por Roma, y agradaba a Roma. Entonces él simplemente fue un vasallo, un rey títere que servía los propósitos de Roma. Como su padre, él era un constructor. Como sus hermanos, él era un constructor. De hecho, colectivamente, construyeron por lo menos doce ciudades, incluyendo la ciudad de Séforis, la cual en ese entonces fue la ciudad más grande en Galilea, terminada en el 8 al 10 d. C. No aparece en el Nuevo Testamento porque fue una ciudad a la que los judíos no fueron y en la que no vivieron.

Más tarde, él construyó la ciudad de Tiberias. Tiberias fue un lugar incluso peor para que los judíos contemplaran vivir en él porque fue construida sobre un cementerio y pensaban que era una profanación del cementerio. Fue construido en la costa oeste del Mar de Galilea en honor a Tiberio César, que reemplazó a Augusto en el 14 d.C., y Herodes Antípas construyó esa ciudad. Entonces él era un gran constructor, era una ciudad inmunda. Los judíos no iban ahí, de hecho, se rehusaban ir ahí. Y entonces para hacer que fueran ahí, les dieron tierra gratuita, casas gratuitas, y exenciones de impuestos si tan solo iban a vivir ahí. Se volvió la ciudad capital de Herodes Antípas y su hogar. Fue colonizada, pero fu colonizada por extranjeros e inadaptados sociales y migrantes y gente pobre y esclavos liberados y todo tipo de gentuza.

Y usted conoce la historia de Herodes Antípas. Usted conoce la historia fea, él se casó con la hija de Aretas, el rey de Nabatea. Fue un matrimonio de alianza, y después decidió divorciarse de ella y robarse la esposa de su medio hermano, y entonces había una relación incestuosa, adúltera ahí. Juan el bautista confrontó esa relación, y Juan el Bautista perdió su cabeza por eso. Fue servida en un plato. Este no era un hombre amable, Herodes Antípas. él era un hombre muy impío. él era un hombre incestuoso, él era un hombre homicida. Él era un hombre inmoral. Y hemos dicho mucho de él en nuestro estudio de la Escritura. Él se involucró en adulterio y divorcio e incluso en la ejecución del profeta de Dios.

Ahora, ¿acaso Herodes Antípas tenía algún conocimiento personal de Jesús? Respuesta: Sí, lo tenía. Él oyó de Jesús, según Marcos 6:14 al 16, y temía que este Jesús era Juan el Bautista de regreso de los muertos. ¿Se acuerdan de eso? Porque él había asesinado a Juan el Bautista, él tenía todo tipo de culpabilidad y cuando oyó acerca de este predicador que hacía milagros llamado Jesús, él tenía miedo de que este era Juan el Bautista de regreso de los muertos y quería ver a Jesús, pero nunca lo vio, nunca lo vio.

Una segunda conexión entre Herodes Antípas y Jesús, en el viaje final de Jesús a Jerusalén. Algunos fariseos vinieron a Jesús, y le advirtieron que huyera de la región porque Herodes Antípas quería matarlo. Eso está en Lucas 13:31 al 33. Jesús le dijo a esos fariseos, lo siento, Dios tiene otros planes. Herodes Antípas no me va a matar. Y aquí es la tercera vez en la que interactúan. En las primeras dos nunca se vieron. En esta ocasión se ven, Jesús es enviado por Pilato finalmente a Herodes Antípas que quería verlo, y aparentemente en otra ocasión quería matarlo, y ahora tiene su oportunidad.

Versículo 8, “Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal. Quería ver milagros. Y le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió. Y estaban los principales sacerdotes y los escribas acusándole con gran vehemencia.” Siguieron a Jesús a Herodes. Y están ahí con los mismos gritos, acusaciones fuertes. Entonces Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole de una ropa espléndida, y volvió a enviarle a Pilato. Y se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados entre sí.

Cuando Herodes finalmente conoce a Jesús, él no estaba impresionado. Él piensa que es una burla. Él ve a este hombre agobiado, y concluye que no es una amenaza para nadie. Por cierto, él está en Jerusalén porque es la Pascua. Él está ahí. Él está en el palacio asmoneo, el cual está exactamente en, el área circunvecina. Y él cuestiona a Jesús, el versículo 9 dice, con cierto detalle. Él le hace muchas preguntas. Este es su tiempo, él piensa, de juzgar a Jesús. Y Jesús no responde ninguna pregunta, ninguna pregunta.

La única vez que respondió preguntas fue cuando fueron preguntas legítimas, cuando el Sanedrín le hizo una pregunta legítima y Él respondió, Sí, Yo soy el Mesías. Sí, yo soy el Hijo de Dios. Y, cuando Pilato le hizo una pregunta legítima acerca de Su identidad, y Él dijo, Sí Yo soy un rey, pero no en la manera que piensas. Él no dice nada para defenderse a sí mismo, y los principales sacerdotes y los escribas siguen disparando las acusaciones. Le ponen una ropa espléndida, lampros (λαμπρός), significa brillante, resplandeciente, brillante. Es muy posible que es una túnica blanca porque los monarcas judíos tendían a usar túnicas blancas, se dice que Agripa tenía una túnica blanca con plata tejida en ella, algún tipo de túnica resplandeciente en él. Y esto es parte de la comedia que ahora está comenzando a subir de tono. Esto es una broma. Que este hombre es un rey, que este hombre es una amenaza es ridículo, absolutamente ridículo.

Herodes no quiere tener nada que ver con Él, él lo acaba de enviar de regreso, versículo 11, a Pilato. Y después el comentario extraño en el versículo 2, que habían sido enemigos y después se volvieron amigos. Sabemos por qué eran enemigos. Filón, el historiador, registra que Pilato colocó escudos en el palacio de Herodes Antípas, escudos romanos con los nombres de personas que los romanos querían honrar, que Pilato quería honrar. Él coloca estos escudos en la casa de Herodes Antípas. Los judíos creen que estos son ídolos, los judíos están molestos, mandan un mensaje a Tiberio César de que Pilato está levantando ídolos en la ciudad de Jerusalén.

Tiberio César piensa que es ridículo provocar a estas personas, le dice a Pilato que los quite y los lleve a Cesárea, la ciudad romana en la costa, y los coloque en un templo pagano. Pilato hace eso, pero él no está muy contento por haber hecho esto. El hecho de que Pilato hizo eso y usurpó esa autoridad sobre Herodes Antípas los hizo enemigos. Herodes Antípas no quería esos ídolos puestos en su palacio, Pilato lo hizo y fueron hostiles, y a partir de ese momento hasta que se pusieron de acuerdo en qué broma era Jesús.

¿Por qué Pilato manda a Jesús a Herodes? Creo que, desde el punto de vista de Pilato, para confirmar la inocencia de Jesús. Eso es lo que creo. Creo que quería que Herodes dijera, “Estoy de acuerdo contigo, este hombre no había hecho nada.” Y de facto, eso es eso es esencialmente lo que Herodes hizo cuando lo envió de regreso sin ningún tipo de sentencia, sin ningún tipo de acusación. Desde el punto de vista de Dios, este es simplemente otro testimonio en la boca, por así decirlo de facto de un segundo testigo, Deuteronomio 19:15, de la inocencia de Jesús. Solo fueron los judíos los que querían al Hijo de Dios asesinado, solo los judíos. Entonces Jesús ahora es enviado de regreso a Pilato.

Entonces regresemos a Marcos 15 y vamos a concluir. Regresa a Pilato. Ahora, al regresar a Pilato en el versículo 6, quiero detenerme aquí y hablar un poco de Pilato, ¿muy bien? Permítanme tan solo darles una especie de boceto de este hombre. Sabemos que de hecho vivió, él es un personaje histórico. Filón, el historiador, Tácito, el historiador, y Josefo todos ellos escriben de él. Él fue el gobernador de Israel por un período largo de tiempo, un período de tiempo relativamente largo, del 26 al 36 d. C. por lo menos diez años. Sabemos que él vivió a partir de descubrimientos arqueológicos.

Cerca de Cesárea, una piedra se ha encontrado. Esa piedra que desenterraron los arqueólogos, tiene una inscripción de Tiberio César, y hace referencia a un hombre llamado Pilato como el prefecto de Judea. Entonces tenemos el testimonio de los historiadores y el testimonio de la arqueología. Él es un prefecto, o un gobernador o un procurador, cualquiera de esas palabras sirve, y tuvo una responsabilidad múltiple. Uno, él dirigía el ejército romano. Dos, recaudaba impuestos. Y tres, él juzgaba asuntos relacionados con Roma. Entonces él era una combinación de líder militar, líder administrativo, y juez. De hecho, fue el gobernador romano quien aprobaba a los sumos sacerdotes en Israel.

Ahora, Pilato era odiado por los judíos, él era odiado por ellos por cosas como levantar ídolos, desde su perspectiva, en sus edificios. Pero lo que es interesante de Pilato aquí para mí es que repetidamente declara que Jesús no es culpable. “No hallo falta en él,” tres ves, tres veces él lo pronuncia no culpable. Y el hombre no llegó a la posición que tenía al no tener un sentido de justicia. Él tenía un sentido de justicia. Él quería aplicar la justicia, él quería mantener su postura legal, él quería hacer lo que era apropiado para un hombre de esa posición honorable. Él quería hacer lo que le probaría a la gente que estaba arriba de él que él era un hombre honorable. Él quería tratar a Jesús de una manera justa.

La justicia no es una amenaza para él. Jesús ciertamente no es una amenaza para él o para Roma. Pero le voy a decir quién es una amenaza para él, los judíos. Ellos hacen que sus rodillas se peguen entre sí. Lo hacen temblar. Esta es la razón, en su primera visita a Jerusalén, él llegó a la ciudad queriendo traer un gran espectáculo, y vino con su grupo masivo de soldados, y estaban cargando estandartes y banderas, y en los estandartes y banderas habían bustos de César con un águila. César era considerado una deidad y los judíos vieron esto como un ídolo.

Por cierto, todos los gobernadores anteriores, a partir de los registros históricos, todos los gobernadores anteriores evitaron ofensas como esa, pero Pilato era este hombre soberbio, osado, atrevido, que insistía en rehusarse a quitar esos símbolos. Él regresó de Jerusalén con sus estandartes, de regreso a Cesarea, y la gente lo siguió. Y lo que pasó fue que, cuando llegaron a Cesarea, el registro dice que lo molestaron por cinco días para que quitara los ídolos. Finalmente, en frustración, le dijo a la gente que se reuniera en el anfiteatro en Cesárea. Y vinieron y él rodeó a la gente que lo había seguido con sus soldados, y les informó que, si no paraban el acoso en el momento, todos serían masacrados en ese anfiteatro por los soldados romanos. Los judíos se jalaron el cuello y mostraron sus cuellos y dijeron: “Adelante y masácranos.” Lo pusieron en evidencia y él quitó todas las imágenes, y ellos habían ganado.

Una segunda cosa lo metió en problemas con los judíos. La provisión de agua de Jerusalén no era adecuada, entonces Pilato determinó construir un acueducto, y sacó el dinero del tesoro del templo. Eso supuestamente era dinero que es corban, dedicado a Dios. Entonces la gente se manifestó, y Pilato mandó hombres a la multitud judía que se estaba manifestando con una señal dada, y golpearon y apuñalaron a estas personas judías hasta matarlos y se llevó a cabo una masacre. Esto simplemente añadió a su odio contra este hombre. Y cuando él estuvo en Jerusalén, él vivió en el palacio herodiano asmoneano, y ahí es en donde él levantó escudos en honor a tiberio Cesar y otras personas que eran honradas al tener sus nombres en el escudo y se rehusó a quitarlos hasta que fueron a Roma y protestaron y César lo forzó a hacerlo. Él odiaba a los judíos.

En el capítulo 13 de Lucas, en los cinco versículos de apertura, dice que envió algunos de sus hombres al templo en donde algunas personas judías estaban presentando sacrificios, y tomaron sus cuchillos y mataron a toda la gente que estaban presentando sacrificios en el templo. Este es Pilato. él fue llamado de regreso a Roma en el 36 d. C., él fue exiliado a Galia, y se mató a sí mismo, según Josefo. Pilato ahora está en una posición muy peligrosa en nuestra escena porque sabe que él ha fallado tanas veces al tratar con los judíos, y tiene miedo de que, si lo reportan a César otra vez, realmente está acabado. Y le recuerdan eso, Le vamos a decir a César si no tú haces lo que queremos. Tú no eres amigo de César.

Tratando de aferrarse a la justicia, él hace una apelación, que está registrada en el capítulo 23 de Lucas. Él les dijo, “Me habéis presentado a éste como un hombre que perturba al pueblo, pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. Y ni aun Herodes, porque os remití a él, y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. Le soltaré, pues,” ¿qué tal esta conclusión? “Le soltaré, pues después de castigarle.” ¿Castigarle por qué? Acabas de decir que no hizo nada. Lo voy a castigar injustamente, ilegalmente, cobardemente y después lo soltaré. ¿No estarían satisfechos con eso? ¿Si simplemente lo azoto?

Ahora retomamos la historia en Marcos 15 otra vez. En el día de la fiesta les soltaba un preso, esta es la fase tres, Pilato, fase 1, Herodes, fase 2, de regreso a Pilato, fase 3. “Les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen.” Esta era una manera amable de conciliar con un pueblo conquistado, amnistía. Amnistía por un prisionero que escogiera el pueblo. Por cierto, las fuentes antiguas dicen que esta era una muestra de buena voluntad que los gobernadores romanos practicaban en muchos lugares para tratar de mantener algún sentido de misericordia. Y él estaba seguro, creo yo, que la gente querría a Jesús. Después de todo, Jesús era el obrador de milagros.

Entonces él acabó con el Sanedrín, él ya no va a tratar con ellos. Son incorregibles. Pero ahora va a volverse a la población, y siente que está en terreno bastante seguro finalmente aquí por lo que pasó el lunes cuando Jesús entró y lo reconocieron como su rey. Entonces él se va alejar de los líderes furiosos, injustos y va a dirigirse a las personas a quienes se les ha dado el privilegio en ocasiones como esta, en la Pascua, de escoger un prisionero para que sea soltado y reciba amnistía.

El hombre llamado Barrabás, versículo 7, fue su preferencia como opción. Él había sido encarcelado con los insurrectos que habían cometido homicidio en la insurrección. Por cierto, Barrabás significa hijo del padre, barr abbas, abba es papá, bar es hijo de. Este es el hijo del padre ofrecido en el lugar del Hijo divino del padre divino.

Este hombre es un ladrón. Aquí él es el homicida. Él es un revolucionario, él es llamado por Lucas un prisionero bien conocido, seguramente se dirigía a la crucifixión y no querían esperar. Los romanos no esperaron, la crucifixión vino rápido. La insurrección debió haber estado muy, muy, muy cerca. Acaba de pasar en cuestión de días antes, quizás insurrecciones, por cierto, como esta y revueltas no eran raras. Hubo una de estas en el 66 que llevó a la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.

Barrabás probablemente, bueno, simplemente digamos que quizás fue el que debería haber estado en la cruz de en medio con los otros dos que bien pudieron haber sido cómplices en esta insurrección. Pilato piensa que quizás esto le va a dar la salida. Se volvió al pueblo. Y viniendo la multitud, versículo 8, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. Oye, es la Pascua, suelta a un prisionero. Reuniéndose temprano por la mañana, atraídos por los procesos públicos de Jesús, esto comienza a reunir una multitud en las primeras horas. Vienen delante de Pilato. Quieren lo que tienen derecho a recibir por precedente.

Entonces Pilato les respondió en el versículo 9 y dice, ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? Hay tanto menosprecio en eso, hay tanto menosprecio en eso. Él es un hombre lleno de amargura, culpabilidad, odio. Que la historia registre que este pagano sabía que Jesús era inocente de todas las acusaciones. Y él le da al pueblo de Israel la opción de detener los esfuerzos corruptos del Sanedrín y que Jesús sea soltado. Él se vuelve al pueblo, esperando la respuesta, Sí, queremos a Jesús, el gran maestro, el mejor maestro de todos los tiempos, el obrador de milagros. Queremos a Jesús.

Y la razón por la que pensó que estaba en terreno seguro está en el versículo 10, un versículo muy interesante, “Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.” Eso es correcto. Eso es, si está buscando un motivo aquí, ahí está. Le tenían celos. Le dije hace unas cuantas semanas atrás, que tenían le tenían celos por Su poder, le tenían celos por Su popularidad. Le tenían celos por Su enseñanza. Lo odiaban por envidia y él sabía eso. Y él estaba seguro de que era la envidia de los líderes lo que los hacía como eran, y si él iba al pueblo, sería diferente porque el pueblo lo había reconocido como su rey y su Mesías.

Hay un pequeño incidente que ocurre en este momento, también registrado por Mateo en Mateo 27 y versículo 19, “Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir, No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he padecido mucho en sueños pro causa de él.” Sabe, la gente en los mundos paganos cree en los sueños y en la seriedad de los sueños. Bueno, ¿fue esta una revelación divina? No. Esto simplemente fue temor absoluto por parte de su esposa, transferido en un sueño. No tengas nada que ver con ese justo, porque anoche padecí mucho en sueños por causa de él.

Escuche esto, “Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto.” En medio de todo esto, él recibe una nota de su esposa, y mientras que está considerando esta preocupación de su esposa, el Sanedrín está entrando en la multitud, y está agitando a la multitud, y de manera eficaz persuadieron a la multitud para que pidiera a Barrabás y que matara a Jesús. Entonces cuando el gobernador les dijo, ¿a cuál de los dos queréis que os suelte? Ellos dijeron, A Barrabás.

Los temores de ella se mostraron en sus sueños como sucede con los temores. Ella es otro testigo de la inocencia de Jesús. No tengas nada que ver con ese justo. Mientras que Pilato está conversando con su esposa, el Sanedrín está volteando a la multitud. Y lo volvemos a retomar en el versículo 11 de Marcos 15, los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás. Impensable. ¿Qué hizo Barrabás por alguien? ¿Qué bien había en Barrabás? Sin embargo, Lucas dice que se reunieron todos y declararon que querían a Barrabás. De hecho, en Lucas 23:18, está registrado que dijeron, “Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás, suelta a Barrabás. Deja que el culpable, viva. mata al que no tiene pecado. Trata al culpable como inocente, y trata al inocente como culpable.”

Entonces ahora pronuncian su veredicto contra Jesús y en la realidad de eso, Jesús pronuncia Su veredicto contra ellos. Y Lucas dice: “Pilato, queriendo soltar a Jesús, le habló otra vez a la multitud.” Versículo 12: “Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? ¿Qué haré con él?” Versículo 13: “Y ellos volvieron a dar voces, ¡Crucifícale!” Esa es la multitud. Han sido llevados a esta histeria por el Sanedrín. Realmente es difícil de entender, ¿no es cierto? De lunes a viernes, se unen al resto de los blasfemos corruptos. Toman su lugar con Judas y Anás y Caifás y Herodes y Pilato y el Sanedrín.

Y Pilato, todavía incrédulo, versículo 14, les decía, ¿Por qué? ¿Pues qué mal ha hecho? Otra declaración de inocencia, otra. Pero la multitud es imparable. Pero ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale!

Es un día de Pascua sorprendente, ¿no es cierto? Estaban ahí ese día para honrar a Dios con una comida de Pascua, este era el punto alto de adoración para ellos. Estaban ahí para traer sus sacrificios delante de Dios, para mostrar su obediencia a Dios. Estaban ahí para comer la comida conmemorativa que recordaba la liberación de Dios, la bondad de Dios, la misericordia de Dios que los sacó de la esclavitud en Egipto. Estaban recordando a Dios y Su bondad mientras que al mismo tiempo estaban gritando por la muerte del Hijo de Dios.

Pilato acabó, terminó, y él se colapsa bajo la amenaza, él tiene que inclinarse ante la voluntad de ellos. Y la primera línea en el versículo 15 es una afirmación sorprendente, “queriendo satisfacer al pueblo,” ¿qué tal eso como epitafio? Pilato, queriendo satisfacer al pueblo. Escriba eso en una piedra por su vida. Es algo despreciable. Una y otra y otra vez declara la inocencia de Jesús. Pero les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle para que fuese crucificado.

Algunas leyendas surgieron acerca del fin de su vida, algunas realmente interesantes. Un poco de investigación las revela. Sabemos que cometió suicidio, eso es historia. Pero la leyenda dice que después de que cometió suicidio, su cuerpo fue tomado y aventado al Río Tíber, el río principal que corre por Roma. Y en ese momento, cuando el cuerpo chocó contra el agua, el agua se agitó tanto por espíritus malos, que el cuerpo fue quitado, llevado a Viena y aventado en el Río Ródano, en donde hay un monumento ahí en la actualidad con el nombre La tumba de Pilato. Es una leyenda, pero no es el fin de la leyenda.

El Ródano, aparentemente según otra leyenda, rechazó el cadáver de Pilato, entonces fue quitado otra vez y fue arrojado al Lago en Luzón, Suiza. Fue sacado de ese lugar porque no lo querían y fue llevado a una montaña cerca de Lucerna, Suiza. Algunos dicen que está en otro lago llamado Lago di Pilato en los montes sibilinos en Italia. Podría adivinar a partir del nombre del lago, Lago di Pilato, que alguien cree que fue colocado ahí en ese pequeño lago, y la leyenda dice que cada viernes santo, el cuerpo de Pilato emerge de las aguas y él se lava las manos.

En contraste, hay una secta extraña oriental etíope llamada Tewahedo. En el siglo sexto, nombraron santo a Pilato, San Pilato. ¿La verdad? se mató y su cuerpo se disolvió y su alma está para siempre en el infierno. 

Entonces él pronuncia su decisión final. Entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. Mateo dice que los gritos porque Jesús fuera crucificado fueron tan fuertes y tan imparables, Mateo 27:24, que Pilato temía que una protesta estaba comenzando, una protesta. Y Mateo escribe esto, Mateo 27 versículo 25, “Y respondiendo todo el pueblo, dijo, Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.” Asumieron responsabilidad plena por el asesinato de Jesús.

No sorprende que el Señor destruyó esa ciudad y esa nación en el 70 d.C., ¿verdad? No sorprende que esa nación permanece bajo juicio hasta este día mismo hasta que se arrepientan y vengan a Cristo, lo cual muchos judíos hacen individualmente y un día en el futuro lo harán nacionalmente.

Azotarle, ¿qué significa ser azotado? Significa ser fustigado, flagelado, es otro término que podría expresar eso, látigos, un mango de madera, tiras largas y en los extremos de las tiras habían pedazos de hueso, pedazos filosos de hueso y piedra y hierro, una pérdida inmensa de sangre. Muchas personas morían. Habían dos hombres que alternaban los azotes. él fue entregado para ser azotado. Esta es una experiencia tan fea. Fue hecho no como una forma de castigo sino para acelerar la muerte en la cruz, de otra manera, la gente podía seguir por mucho tiempo y la pérdida de sangre aceleraba la realidad de la muerte.

En Juan 19, encontramos un relato más detallado de esto. Y los soldados entretejieron, Juan 19:2, una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura, y le decían ¡Salve, Rey de los judíos! conforme la comedia continúa, la ironía, el sarcasmo, la burla, el menosprecio, y le daban de bofetadas como habían visto al Sanedrín hacerlo. Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo, Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él. Esto es después de los azotes. Lo trae de regreso.

Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura, y Pilato les dijo, “He aquí el hombre, ¿No es eso suficiente? Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: Crucifícale, crucifícale. Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle, porque yo no hallo delito en él. Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.”

Y ahora olvidan el asunto del impuesto, olvidan el asunto del rey, el asunto de la perversión de la nación, y se concentran en la blasfemia. Y dicen: “Tiene que morir porque se hizo Hijo de Dios.,” “Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo. Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Más Jesús no le dio respuesta. Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte? Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.  Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.”

Ahora, él sabía que, si iban otra vez a César en contra de él, él era historia. Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, en hebreo Gabata. Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta, 6 de la mañana cuando esto termina, probablemente. “Entonces dijo a los judíos, He aquí vuestro Rey. Pero ellos gritaron, Fuera, fuera, crucifícale. Pilato les dijo, ¿a vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes, No tenemos más rey que César. Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado.”

¿Cómo puede esto pasar? Bueno, una respuesta es porque el hombre es tan absolutamente miserable. Pero la otra respuesta es porque Dios es tan absolutamente misericordioso. Aquí vemos lo peor de los hombres y lo mejor de Dios. Él es herido por nuestras iniquidades, ¿no es cierto? Como Isaías 53 dice.

Rabí ben Ezra, contemplando lo que pasó ese día en la historia, escribió esto, y cito de él, él está dirigiéndose a Jesús: “Tú, si fueras el Mesías quien en la vigilia de la medianoche viniste por una luz de estrella nombrando un nombre dudoso, y si estás dormido con tanta profundidad en sueño espiritual, demasiado temerario por temor, O tú, Mesías, si ese corte profundo cayó sobre ti, vienen a tomar a tu pueblo, y te dimos la cruz cuando te debíamos el trono, que tú seas el Juez”. Él es el juez y han sido juzgados y lo serán todos los que rechacen a Cristo.

Padre, conforme hemos visto este texto, hay tanto aquí, tanto drama, tanto que cautiva nuestra mente y nuestra fascinación, más de lo que siquiera podemos absorber en una hora como ésta. Estamos tan profundamente agradecidos porque nos has dado registros tan completos, testigos oculares y registros entrelazados de manera tan maravillosa por los escritores de los evangelios para que sepamos exactamente lo que pasó.

Entendemos que la razón de todo esto no fue para que la impiedad del hombre pudiera ser mostrada, eso es mostrado todo el tiempo, sino para que tu amor, el de nuestro gran Dios, por pecadores pudiera ser demostrado. Él murió por nosotros, te agradó quebrantarlo, herirlo por nosotros. Él tomó nuestro lugar, llevó todo esto por nosotros. ¡Cuán maravilloso, cuán incomprensible. No podemos entender cómo los hombres podían hacer esto, pero incluso más, no podemos entender cómo tú, un Dios santo, podías hacerle esto a tu Hijo.

Oh, cuánto amas a tu Hijo que le harás esto para proveerle una novia eterna, una humanidad redimida para alabarlo y servirlo para siempre, para siempre. Nos gloriamos en esta realidad de la cruz con todos sus horrores, abrazamos la cruz, aceptamos la cruz y encontramos ahí amor demostrado en su nivel más alto.

Te agradecemos porque hemos experimentado eso mediante la obra del Espíritu Santo, trayéndonos a la regeneración, arrepentimiento, y fe salvadora, y te damos alabanza y gloria. En el nombre de tu Hijo. Amén.

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