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Quiero que abra su Biblia en el pasaje que estaremos estudiando esta noche y lo veremos un poco, Hechos, capítulo 2.

Cuando me fui hace un par de meses atrás, estábamos en el final del sermón de Pedro en el día de Pentecostés y ese sermón cerró con una invitación en el versículo 38, cuando Pedro dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Después, en el versículo 40: “Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”

Llegamos a ese punto en el sermón de Pedro e hicimos un mensaje especial acerca del tema de la comunión. Pero realmente nunca vimos los versículos 42 al 47, entonces, veamos eso brevemente en esta noche. Bastante directo, pero tiene un mensaje maravilloso para nosotros. He titulado este mensaje “La Iglesia ordinaria”; la Iglesia ordinaria.

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

Hace una semana o algo así atrás, tomé una copia de la revista devocional mensual que es producida por nuestros amigos del ministerio de Ligonier, Tabletalk, y el tema era ‘ordinario’. Y había un artículo maravilloso escrito por nuestro amigo llamado Michael Horton llamado “la vida cristiana ordinaria”. En ese artículo, Michael Horton dice esto: “Radical, épico, revolucionario, transformador, impactante, que cambia la vida, extremo, asombroso, emergente, alternativo, innovador, de vanguardia, un nuevo nivel”. Y después, él pregunta: “¿Qué le pasó a ordinario? ¿Qué le pasó a ordinario?” Él dice: “ordinario tiene que ser una de las palabras más solitarias en el vocabulario de la iglesia evangélica. Existe este llamado constante para más experiencias que son muy emotivas, radicales, que están en la vanguardia, que son relevantes, que son lo último en las tendencias”. Otro escritor dice: “Parece haber un cansancio creciente con la secta de lo extraordinario.”

Leí un artículo esta semana escrito por un evangélico cristiano que dijo: “Está comenzando a emerger un anhelo en las vidas de las personas de 20, 30 y tantos años de edad por tener una iglesia real. Ellos están cansados de los extremos”.

¿De dónde viene todo esto”? Bueno, la fuente original de esto no es la cultura. Esta es una cultura de extremos, pero esa no es la fuente original de eso, aunque todas estas cosas son parte de la cultura y en un esfuerzo por ser extremos y estar a la vanguardia y tener impacto y ser relevantes, etcétera, etcétera, los elementos más raros de la cultura son importados a la iglesia. Pero el origen realmente se remonta al avivamiento estadounidense y se remonta a Charles Finney, 1792-1875. Fue Finney quien decidió que la religión, para ser válida, tenía que tener algún tipo de elemento de alto impacto, de mucha energía, un elemento sentimental. Tenía que ver con los métodos, sentimientos, experiencias, sentimentalismo y todo aplastaba la doctrina sana y la teología. El crecimiento gradual, mediante los medios ordinarios normales de la gracia, la oración, el estudio de la Palabra, la comunión, fue intercambiado por una experiencia radical, la banca ansiosa; y se introdujo en el mundo evangélico una inquietud de aquellos que buscaban algo extremo.

La iglesia, simplemente vivir una forma de eso en la actualidad, la Iglesia se ha enlodado en una impaciencia inquieta y egoísmo. Y por cierto, esto es característico de ser infantil. La Iglesia es un adolescente. Queriendo ser entretenido, queriendo que sus deseos sean satisfechos, la iglesia es primordialmente superficial e inmadura y las experiencias tienen el diseño de satisfacer a adolescentes impacientes, egoístas, superficiales. Los patrones ordinarios ordenados por Dios de estudio lento, fiel, reflexivo y la absorción de la Palabra de Dios y el crecimiento lento, constante en la gracia y en el conocimiento de Cristo en medio de una congregación fiel es demasiado ordinario para los vendedores de la experiencia adolescente extrema radical. Parece haber una provisión interminable de adolescentes que entretener, listos para ser engañados.

No estoy diciendo que Dios sea ordinario. Dios no es ordinario. Pero Dios lleva a cabo Su obra a través de medios ordinarios, personas ordinarias en iglesias ordinarias, haciendo cosas muy ordinarias. Dios usa lenguaje real y personas ordinarias como Sus instrumentos para mover a Su Iglesia ordinaria para tener un gran impacto en el mundo. Dicho de una manera simple, Jesús, Dios encarnado, se quedó nueve meses en el vientre de su madre y nació de una manera ordinaria, en un lugar ordinario y “creció sabiduría y estatura y en favor con Dios y los hombres” en una manera ordinaria. Los puritanos solían hablar de los medios de la gracia y eran medios ordinarios. Las personas hoy en día son como adolescentes que están persiguiendo una experiencia fuera de lo normal y como dije, no hay fin a los lugares que están dispuestos a ofrecerla. No creo que satisfaga al pueblo verdadero de Dios. No creo que ellos puedan soportarlo por mucho tiempo, eso espero.

Conforme llegamos a esta sección que le acabo de leer, creo que se nos presenta de una manera fresca a una Iglesia ordinaria, una Iglesia ordinaria. Esta es la Iglesia que nació en Pentecostés. Sí, los apóstoles estuvieron ahí y debido a que los apóstoles estuvieron ahí, según el versículo 43, se estaban llevando a cabo “muchas maravillas y señales por los apóstoles”. Ahora, ése es el elemento que es diferente de la vida ordinaria de la Iglesia en la actualidad y no esperamos eso porque eso estaba asociado con los apóstoles y ya no hay más apóstoles.

Esa primera Iglesia fue una Iglesia ordinaria. Jesús había ascendido, envió al Espíritu Santo, mediante el Espíritu Santo colocó a todos los creyentes en el cuerpo de la Iglesia, los llenó con el poder del Espíritu, el Evangelio fue predicado por Pedro, Jesús declarado como Señor y Mesías, 3000 personas creyeron, fueron bautizadas, la Iglesia nació, 120 más 3000 nos lleva a 3120. La primera Iglesia se congregó en la fiesta de las primicias, Pentecostés.

¿Cómo era esa primera Iglesia? Unos cuantos recordatorios que me impactaron conforme pensaba en esto y quería compartirlo con usted. Y como dije, no voy a tomar mucho tiempo. Ellos estaban involucrados en lo que consideraríamos ser acciones ordinarias, realidades ordinarias. Versículo 42: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”. Queridos amigos, esos son los medios de la gracia. Esas son las cosas ordinarias en las que toda iglesia debe estar involucrada. Esta es la vida de la Iglesia. No hay nada hay acerca del entretenimiento. Nada ahí es espectacular. No hay nada ahí que sea algún tipo de avivamiento. No hay nada ahí que lleve a alguien a algún otro nivel espiritual.

En primer lugar, debemos reconocer que el versículo 42 comienza diciendo “y perseveraban”. ¿De quién hablan el ‘perseveraban’? De las 3000 almas que fueron salvadas. Entonces, lo primero que debemos decir acerca de esta Iglesia, la Iglesia ordinaria es salva. La Iglesia ordinaria es regenerada. La Iglesia ordinaria está constituida por creyentes verdaderos. A menos de que la Iglesia sea los redimidos, la Iglesia ha hecho una concesión muy seria. Los incrédulos son bienvenidos a venir. Aquellos de ustedes que quizás sean incrédulos que están aquí, estamos tan agradecidos porque usted esté aquí, pero usted no es parte de la Iglesia. Ustedes no son parte de la Iglesia. Los invitamos a que vengan a Cristo y se vuelvan parte de la Iglesia. Pero la realidad inicial, la acción inicial, podríamos decir en la Iglesia es la acción que Dios lleva a cabo a través de la fe de un individuo para darle vida a ese individuo de tal manera de que la Iglesia ordinaria sea una iglesia salva. Todos los profesantes eran poseedores. Este es un comienzo sorprendente, sorprendente, ¿no es cierto? Porque 3000 personas son salvas al final de un sermón en un día. Esta es la obra poderosa de Dios para congregar a Su Iglesia.

Hay muchas o en la actualidad a quienes les gustaría hacer que los incrédulos se sintieran como si fueran parte de la Iglesia, y borran la línea. Pero una Iglesia ordinaria es una Iglesia como la iglesia tesalonicense. ¿Usted se acuerda de ellos? “A la Iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y el Señor Jesucristo, siempre damos gracias a Dios por todos vosotros, recordándoos en nuestras oraciones, recordando su obra de fe, su labor de amor, y su constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo en la presencia de nuestro Dios y padre, conociendo, hermanos amados por Dios, de vuestra elección.” Una de las cosas por la que estoy tan agradecido por Grace Community Church es que somos una Iglesia ordinaria, ordinaria por definición bíblica. Esto quiere decir que somos un cuerpo de personas que estamos en Cristo. Nosotros no vacilamos en decir eso. Eso es lo que somos. Eso es lo que debemos ser para ser la Iglesia verdadera.

Apocalipsis, capítulo 2, la Iglesia en Pérgamo dice en el versículo 14 en la carta a ellos: “ Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que Yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de Mi boca.” Esa es una Iglesia que hace concesiones. Esa es una Iglesia que hace concesiones. Esta iglesia había borrado las líneas entre los salvos y los perdidos, los regenerados y los no regenerados.

Ese es un comienzo obvio y yo sé que usted sabe eso. Lo segundo que podríamos decir acerca de una Iglesia ordinaria es que una Iglesia ordinaria es una Iglesia comprometida con la Palabra de Dios. El versículo 42 dice: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles.” La doctrina de los apóstoles. Eso es simplemente una referencia al hecho de que los apóstoles eran los portadores de la revelación divina que fue certificada por los milagros que llevaron a cabo, los cuales los certificaron como voceros para Dios. Y era su enseñanza, la enseñanza de los once, que era la sustancia del estudio de la primera Iglesia. Esto es importante. Una Iglesia ordinaria es una Iglesia que está completamente involucrada en el estudio de la verdad bíblica. Fueran los apóstoles y sus asociados los que eventualmente escribieron su doctrina y compusieron el Nuevo Testamento, el Nuevo Testamento.

La doctrina es todo. Algunas veces usted oye a personas que son un poco escépticas acerca de la palabra doctrina. Es simplemente la palabra enseñanza. Algunas traducciones del versículo 42 dice la doctrina de los apóstoles. Algunas dicen la enseñanza de los apóstoles. Didachē es simplemente una palabra para ‘enseñanza’. Es simplemente verdad enseñada, verdad dispersada, verdad diseminada. La enseñanza domina una Iglesia donde la gente está de redimida. Una Iglesia ordinaria es una iglesia salva. Una iglesia ordinaria es una Iglesia que está totalmente comprometida con renovar su mente mediante la Palabra de Dios. La gran Comisión que vino a los apóstoles, leímos en esta mañana, ¿qué les dijo el Señor? “Id y haced discípulos de todas las naciones enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.” La doctrina es el corazón de la vida de la Iglesia. La Biblia entera es la fuente de esa verdad. Esta es una Iglesia ordinaria, no una iglesia extraordinaria, sino una ordinaria de acuerdo con la definición de Dios.

Y después, si usted regresa al versículo 42, no sólo perseveraban en la doctrina de los apóstoles, sino también en la comunión. Unos con otros. Hablamos de eso mucho en el mensaje antes de que nos fuéramos. Koinōnia, unión espiritual, unión espiritual. La Iglesia es una asociación. La palabra koinōnia significa compañero de equipo, asociado. Ellos estaban juntos. No eran expectadores. No eran asistentes de medio tiempo. Ellos vivían su vida en un tipo de comunión maravillosa.

Una iglesia ordinaria no es un acontecimiento para que la gente venga y vea. Una Iglesia ordinaria es una comunión. Es una vida compartida. Es una comunión práctica. Hebreos nos dice - usted recuerda eso, en el capítulo 10 - que no dejemos de congregarnos, porque nos estimulamos unos a otros al amor y a las buenas obras. Es donde usamos nuestros dones espirituales para edificarnos unos a otros. Es donde cumplimos unos a otros, amándonos unos a otros, instruyéndonos unos a otros, orando unos por otros, reprendiendo unos a otros, lo que sea.

Una Iglesia ordinaria es marcada por doctrina sana. Una Iglesia ordinaria es marcada por vida, vida vital. Y es ese elemento ordinario que tanto me encanta de nuestra iglesia. Fue difícil para mí visitar a iglesias cuando estoy lejos; es muy difícil, porque me decepciona tanto. Ocasionalmente, tengo el privilegio de ir a una iglesia en donde la Palabra de Dios es exaltada; y siempre es un gozo. Pero muchas veces la Biblia es representada de manera equivocada. Esa no es una iglesia que es ordinaria según la definición de Dios. Muchas veces es un evento, un acontecimiento y usted se siente solo y aislado. No puedo esperar para regresar corriendo aquí, en donde hay una saturación de la Palabra de Dios y donde hay una comunión viva.

Y después, al partimiento del pan. El partimiento del pan. Eso ciertamente incluye la mesa del Señor. Ciertamente incluye la memoria de la cruz. Pero antes de que la mesa del Señor fuera tomada, generalmente en la primera Iglesia había una comida, una fiesta de amor, es llamada por el apóstol Pablo, una comida que culminaba en un recordatorio de la cruz. Ciertamente, la mesa del Señor es crítica para la vida de la Iglesia. Como usted bien sabe, sólo el bautismo y la mesa del Señor son las enseñanzas que se han dejado a la Iglesia. La primera Iglesia establece el tono llamándonos a la mesa del Señor, llamándonos a congregarnos para tomar el pan y la copa y recordar Su muerte. Es una Iglesia que se centra en la cruz. Es una Iglesia que mantiene ese símbolo.

Y después, hay otro elemento en el versículo 42 y nuevamente, estas son cosas con las cuales usted está muy familiarizado y es la oración. Éstas son las actividades de la Iglesia. Las personas verdaderamente convertidas, perseverando de manera continua en la enseñanza que ha venido de los apóstoles y ahora está registrada para compartir de la vida y comunión a la mesa del Señor, la cual los enfoca en las glorias de la cruz y la oración. Ellos tenían promesas de su Señor ahí atrás en el aposento alto, los apóstoles, que todo lo que pidieran en Su nombre, el Señor lo haría para que el Padre fuera glorificado en el Hijo. La oración. No puede haber demasiado de ella. No puede haber suficiente de ella. No importa cuánto usted ore, usted se siente culpable la mayor parte de su vida por lo poco que usted ora. ¿No es verdad? Cuando ellos se reunieron, oraron. Hablando de oración colectiva, reuniéndose a orar.

La Iglesia no fue un evento, un acontecimiento. Una Iglesia no era un lugar donde había una plataforma para que alguna celebridad, alguna personalidad única, excepcional estuviera ahí. Simplemente era un lugar ordinario en donde el pueblo de Dios que se había convertido genuinamente, se entregó de manera continua a la Palabra de Dios, la comunión y la mesa del Señor y la oración. Ordinaria. Estoy tan agradecido porque esta es una Iglesia ordinaria. No sólo actividades ordinarias, sino, en segundo lugar, actitudes ordinarias. Actitudes ordinarias.

Versículo 43: “Y sobrevino temor a toda persona,” phobos, esa es para ser exactos la palabra de la cual usted obtiene la palabra fobia, temor. Había un sentido de que algo sobrenatural estaba presente. Bueno, en su caso, muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles, pero aún creo que inclusive aunque los apóstoles se han ido, en una Iglesia ordinaria en donde las actividades son la palabra de Dios, la comunión, el enfoque está en la cruz, en la mesa del Señor y en donde enfrentamos el pecado en nuestras vidas y la oración, en una Iglesia ordinaria como esa, hay un sentido de la presencia divina.

Hay un asombro, algo maravilloso, algo trascendente, algo más que en otros lugares. No terror, sino reverencia. El asombro viene de la obra evidente de Dios a través de los medios ordinarios de la gracia. Las personas tratan de manufacturar eso con luces. Las personas tratan de manufacturar eso con música a un alto volumen casi intolerable. La gente trata de crear experiencias casi raras, pero eso no es asombro. Ese no es el temor del Señor que es el principio de la sabiduría. La palabra “phobos”, la palabra temor o asombro se reserva para ocasiones cuando las mentes de las personas están asombradas debido a alguna realidad divina poderosa. Yo creo que hay un sentido de asombro cada vez que vengo aquí. No es místico. Es la evidencia de la obra de Dios. No de alguna manera milagrosa, como en el caso de los apóstoles, pero en la manera no menos milagrosa en la que Dios salva y santifica y lleva a cabo Su providencia para glorificarse a sí mismo. Entonces, la primera actitud que vemos aquí es asombro. Y no es uno artificial y no es inducido de manera artificial. Es el temor real del Señor. Es algo asombroso estar en un lugar en donde el Espíritu de Dios está moviéndose en poder.

Otra actitud se aparece en el versículo 44. Es una muy importante, amor. “Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas y vendían sus propiedades y sus bienes y los repartían a todos según la necesidad de cada uno.” Todos los que creyeron estaban juntos. Era como si nadie sintiera que tenían el derecho de poseer algo. Todos estaban juntos. ¿Era esto una vida comunal? No. En absoluto. No. Cuando dice que tenían en común todas las cosas, simplemente significa que se aferraban de manera suave a lo que tenían y si alguien más lo necesitaba, lo soltaban fácilmente. Comenzaban, si era necesario, a vender sus propiedades y sus bienes; y los repartían a todos, según la necesidad de cada uno”.

Por cierto, esto nunca vuelve a suceder en el Nuevo Testamento en ninguna otra iglesia, lo cual habla en contra de la idea de que la Iglesia supuestamente debe ser la fuente de justicia social y algún tipo de marxismo. Esto nunca vuelve a suceder. Usted tiene que entender que hay miles de peregrinos en la ciudad de Jerusalén que no pueden ir a su hogar. ¿Por qué? Porque hay sólo una Iglesia y está ahí y necesitan quedarse. ¿Pero quién suplirá sus necesidades? Pero estaban todos tan unidos en la unidad y el amor y del Espíritu Santo que estaban dispuestos a dejar cualquier cosa que poseyeran para satisfacer las necesidades de alguien más.

Esto es otra cosa que me encanta de Grace Community Church. Esta es una Iglesia en donde todos celebramos la obra asombrosa de Dios, ¿no es cierto?, en las vidas de todos los que nos rodean. Y esta es una Iglesia en donde la gente se aferra a lo que tiene de manera tan ligera. Tan suave. Ustedes dan. Ustedes me sorprenden con sus ofrendas, me sorprenden. Son generosos. Y digo que esta es una Iglesia ordinaria, ordinaria en el sentido que simplemente en la manera en la que Señor diseñó que fuera. No es extraordinaria. Es ordinaria.

Y cuando usted da así el uno al otro y cuando ustedes aman así, hay un gozo y una dulzura en la comunión. Versículo 46: “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón”. Sencillez o simplicidad de corazón. La primera actitud que veo aquí es la actitud de asombro y maravilla por lo que Dios está haciendo. La segunda es la actitud de amor. La tercera es la actitud de unidad. Están unánimes. Y la siguiente es la actitud de gozo al final del versículo 46 y simplicidad de corazón, sin distracciones. Esto, de nuevo, esta simplicidad es una especie de palabra como ordinaria. Sus vidas están entretejidas en una mente y parten el pan de casa en casa.

Y por cierto, el hecho de que continúan partiendo el pan de casa en casa significa que no todo el mundo vendió su casa. Todavía había personas que eran dueños de sus casas. Ahí, concluye el argumento en contra del comunismo. Pero ellos estaban comiendo juntos con alegría. Entonces, otra actitud en una Iglesia ordinaria es gozo, alegría, unidad gozosa, unidad de corazón, cuidando el uno del otro, una definición simple.

Y después, en el versículo 47, una nota final, “alabando a Dios”. Una Iglesia ordinaria es una Iglesia que adora; adora. No creo que necesito decirle que eso es parte de nuestra vida juntos, ¿verdad? Esperamos la adoración. Elevamos la adoración. Tenemos un propósito singular, la gloria de Dios, desde el principio mismo, desde las primeras semanas cuando yo llegué aquí, traté de exaltar frente a la congregación en esos primeros años que la gloria de Dios era la razón suprema para todo. Recitamos las obras maravillosas de Dios, lo cual es adoración. Recitamos los atributos gloriosos de Dios, lo cual es adoración. Y le alabamos y le agradecemos por ambos, lo cual es adoración.

Esta es una iglesia ordinaria. No hay nada espectacular, nada radical, nada extremo, nada tomado de la cultura, nada exagerado. Esta es una Iglesia ordinaria. Pero esta Iglesia ordinaria estaba obteniendo favor con todo el pueblo, y esto comienza a ver al efecto. Vimos las actividades. Vimos las actitudes. El efecto, favor con todo el pueblo. A lo largo de los años, aquí en Grace Community Church, hemos recibido tantos honores, inclusive de la comunidad que nos rodea, de la ciudad de Los Ángeles.

De acuerdo en una ocasión cuando el alcalde, Mayor Riordan, estuvo aquí. Y él quería honrar a Grace Community Church por parte de la ciudad de Los Ángeles, debido a que nuestra iglesia era tan importante para la ciudad. Y él se puso de pie en este púlpito, y yo estaba nervioso, como usted se puede imaginar. Y él dijo: “Yo sé una cosa acerca de esta Iglesia. Ustedes no discriminan. Raza, color, credo o preferencia sexual.” ¡Ay, ay, ay! Fue esa última la que me sacudió. En ese punto acepté su honor manchado. A lo largo de los años, hemos sido un lugar escogido para funerales de policías, bomberos, y me he reunido con autoridades civiles a lo largo de los años, quienes tienen tanto respeto por esta Iglesia porque hay algo sobrenatural aquí, algo hermoso aquí, algo maravilloso, algo atractivo. Debe ser así. Debemos dejar que nuestra luz brille para que los hombres vean nuestras buenas obras y que glorifiquen a nuestro Padre que está en el cielo.

Pero al final, esta iglesia ordinaria experimentó bendición extraordinaria. En el versículo 47 finaliza con esto: “Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” No sé cómo hacer que la gente entienda este mensaje. El Señor edifica la Iglesia, ¿no es cierto? Él añade. Él no nos pide que seamos radicales, extremos, exagerados, que transformemos, que seamos emergentes o cualquier otro adjetivo. Él nos pide que sigamos los medios ordinarios de la gracia y fidelidad a la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios y Él se va a encargar de la parte extraordinaria. Amo a nuestra Iglesia ordinaria. Quiero que usted sea un cristiano ordinario. No esté persiguiendo cosas fuera de lo normal. Es la lealtad lenta, constante, fiel, a Cristo y obediencia a Su Palabra lo que honra a Dios. Y si el crecimiento espiritual es lento y constante, entonces así lo es el crecimiento de la Iglesia, el verdadero crecimiento de la Iglesia. Una Iglesia ordinaria puede, por el poder de Dios, tener un impacto extraordinario.

Padre, te damos gracias por nuestro tiempo juntos en esta noche y simplemente pensando en estas cosas. Nunca hemos tratado de hacer algo diferente de lo que vimos en Tu Palabra. Desde el principio mismo, hemos tratado de no enredarnos en la manipulación de personas, en hacer las cosas para efectos de show, el cambiar nuestra teología para acomodar a cierto segmento de la población. No os hemos redefinido a nosotros mismos para hacer que el mundo se sienta como que es parte de la Iglesia. Queremos ser una Iglesia ordinaria. Queremos ser lo que Tú has diseñado que nosotros seamos, usando los medios ordinarios y el camino lento, paciente, constante para crecer en la gracia y en el conocimiento de Cristo con la acción correcta, la actitud correcta y después, dejarte el impacto.

Y Señor, te alabamos porque Tú has hecho cosas extraordinarias. Tú estás añadiendo a Tu iglesia diariamente aquí, en este lugar. Y a través de nuestros misioneros, estás añadiendo a Tu Iglesia diariamente por todo este mundo. Y a través de los hombres y mujeres que ellos han entrenado, han preparado, han multiplicado a miles de ellos, 4000 pastores ahora preparados en los campos misioneros a través de ellos. Llevando a cabo un ministerio ordinario en una Iglesia ordinaria a través de personas ordinarias y con medios ordinarios. Tú estás añadiendo a la Iglesia. Tus estas edificando Tu Iglesia, en contra de las cuales las puertas del infierno no pueden prevalecer. Estamos tan bendecidos, tan agradecidos. Tan agradecidos. Mantennos a todos leales y fieles. Te damos la alabanza. Y todos dijeron: “Amén”.

 

 

 

 

 

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