Acompáñeme en su Biblia a Romanos capítulo 1, y vamos a estar viendo los versículos 16 y 17 en esta noche. Permítame leerle estos dos versículos y después haremos comentarios de ellos conforme la Palabra de Dios nos es abierta. Pablo dice: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Más el justo por la fe vivirá.” Esta es la verdad más transformadora en la vida que jamás se ha colocado en las manos de los hombres. Si realmente vamos a entender y responder a estas verdades en estos dos versículos el tiempo y la eternidad son totalmente alterados.
Ahora creo que estos dos versículos forman el tema y la tesis para la epístola a los Romanos. En términos breves, pero gloriosos y amplios, la epístola es comprimida en estas verdades básicas. Es una afirmación del evangelio de Cristo. Pablo comienza al decir, “No me avergüenzo del evangelio,” y después en términos concisos lo expresa en esos dos versículos.
Ahora, recuerde que Pablo ha concluido una afirmación de apertura maestra. Una afirmación que realmente tiene dos partes, la parte uno tiene que ver con el evangelio de Dios, el contenido del evangelio. La parte dos tiene que ver con la representación personal de Pablo de ese evangelio. Vemos al mensaje en la primera parte del capítulo 1, y después el mensajero en la parte que queda.
Entonces, él ha explicado su mensaje, él se ha explicado a sí mismo como el mensajero, ahora el cristaliza la tesis de la epístola, la cual se va a desarrollar en los capítulos que quedan. La epístola entera realmente es una expansión de lo que vemos en los versículos 16 y 17. Realmente creo que hasta este punto Pablo se ha estado esforzando por establecer contacto con su audiencia. Él se ha estado esforzando por establecer una conexión por cautivar la atención de la gente. Y ahora que tiene su atención él establece su tesis. Observe, de nuevo el versículo 16, él dice: “No me avergüenzo del evangelio.” Esa frase es la última afirmación en la sección que trata con su ministerio. Él cierra esa sección al decir, “No me avergüenzo.”
Y después él dice, “del evangelio,” y eso presenta su tema. El tema es el evangelio de Cristo. Pablo no se avergüenza del evangelio de Cristo. Todos los religiosos preparados, todos los filósofos de Roma no intimidan a Pablo, no lo intimidaron en Atenas, no lo intimidaron en Corinto, no lo intimidaron en Éfeso, ni siquiera lo intimidaron en Jerusalén, y no lo van a intimidar aquí. Él está orgulloso del evangelio, él sobrepasa en gozo ante el privilegio de la proclamación, él está absolutamente pronto y dispuesto por predicar a Jesucristo. Y aunque es un tropiezo para el judío, y locura para el gentil, el evangelio es aun el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.
Y Pablo no vacila en predicarlo. Él ha sido encarcelado en Filipos, él fue expulsado de Tesalónica mediante la persecución él fue sacado de manera encubierta de Berea, él fue objeto de burla en Atenas, él fue visto como un insensato en Corinto, él fue nada más que una persona irritante y molesta en Jerusalén. Él fue apedreado mientras que estuvo en Galacia, sin embargo, él está pronto a predicar el evangelio también en Roma. Me imagino que todos nosotros nos gustaría identificarnos con Pablo de la misma manera, pero la realidad es que para usted y para mí con mucha frecuencia nos avergonzamos del evangelio de Cristo.
No creo que confesaríamos eso, no creo que afirmaríamos eso, no creo que admitimos eso de manera fácil, pero así es como sucede, porque son esas ocasiones cuando podríamos hablar, que no hablamos. Cuándo esas ocasiones vienen, cuando podríamos ser valientes, no los somos. Enfrentamos la hostilidad del mundo, enfrentamos la naturaleza no impresionante del evangelio, habla de pecado, sangre y muerte. Se oye tan insensato y tan tonto para los hombres, y tememos hablar. Pero Pablo de manera tranquila vio el menosprecio, él entendió el menosprecio y el ridículo de aquellos que rechazaron a Cristo, él enfrentó a la muerte misma por el evangelio, pero ni siquiera una vez se avergonzó de Cristo. Timoteo sí, pero Pablo nunca.
Él estaba dispuesto a enfrentar a cualquier persona en cualquier momento y predicar a Jesucristo. Oh, como el temor del hombre trae lazo. Pablo parecía tener la capacidad de superar eso en el poder de Dios. Se me ha dicho que, si usted traza en el suelo un círculo, con un gis blanco y coloca un ganso en medio del círculo, el ganso no va a cruzar esa línea de gis blanco, se va a quedar en el círculo de acuerdo a lo que he leído, y va a morir antes de que cruce esa línea de gis blanco. En cierta manera me recuerda a algunas personas, que son como gansos, tienen a su alrededor marcas de gis de temor a la costumbre, el temor a lo convencional, el temor a lo ridículo, el temor a que alguien piense que son insensatos. El temor de ser rechazados, y nunca salen de ese círculo porque tienen miedo. La gente dice cosas torpes acerca del evangelio de Cristo, y nunca abren su boca. Pero no Pablo.
Tristemente el temor a la oposición y el temor al menosprecio por parte del mundo, con frecuencia nos lleva a guardar silencio, o de otra manera nos lleva a corromper el mensaje, y acomodar el mensaje para los hombres. Eso es triste. Estaba compartiendo con los hombres en Moody esta semana, que hay un nuevo movimiento en Estados Unidos, llamado Los Ministerios de Salud y Riqueza, y están prometiéndole a la gente que, en Cristo, usted obtiene riqueza y salud. Usted recibe comodidad física y posesiones.
¿Sabe lo que me impacta? En Mateo capítulo 8 un discípulo vino a Jesús y dijo: “Te seguiré adónde quiera que vayas.” Y Jesús dice: “Bueno, lo siento, pero los zorros tienen agujeros, y las aves del aire tienen nidos, pero el Hijo del hombre no tiene ningún lugar en dónde reposar su cabeza.” Él dijo: “No te acepto, porque si estás buscando comodidad, y estás buscando una vida fácil, y estás buscando ese tipo de cosas para que tu vida física sea cómoda, no te estoy ofreciendo eso.” Y Jesús lo rechazó. Él quería comodidad, Jesús dijo no.
Hay personas que le están diciendo a la gente en la actualidad que Jesús te va a mejorar, Jesús te va a dar sanidad, nunca vas a estar enfermo, nunca vas a tener un resfrío, la vida va a ser felicidad en la dimensión física, están ofreciendo aquello mismo que Jesús rechazó. Un segundo hombre vino y dijo: “Te seguiré también, pero primero déjame ir a sepultar a mi Padre. Jesús dijo: Más vale que dejes que los muertos entierren a sus muertos. El punto era que el Padre del hombre ni siquiera estaba muerto aun, pero él quería quedarse ahí por un tiempo para recibir la herencia. Él vino a Jesús y dijo: Iré, pero déjame recibir mi dinero. Jesús lo rechazó.
Estas personas están cayendo en las manos de las mentiras de Satanás, las cosas que evitan que los hombres vengan a Cristo son las comodidades personales, tienen miedo de dejar la comodidad, y las posesiones personales, temen perder eso. Y aquí vienen los falsos maestros y ofrecen aquello mismo que evita que los hombres vengan a Cristo. Y de esta manera, hacen a un lado el evangelio real por una farsa. Y debemos confrontar a la gente con el evangelio sin tener vergüenza de hablar de él, y no estar avergonzado de su verdad a tal grado que no hagamos concesiones para acomodar el pecado del hombre.
Ahora, ¿por qué era Pablo valiente? Y aquí está la clave, ¿Por qué era el valiente? Lo dice en el versículo 16, él no estaba avergonzado del Evangelio de Cristo porque es poder de Dios para salvación. Y ahora vamos del corazón del apóstol al corazón de la epístola. Él es valiente en predicar por lo que el evangelio es, por lo que el evangelio hace. La razón por la que Pablo no es vencido por la tentación de avergonzarse del evangelio, sino al contrario, la razón por la que él lo proclama con tanto gozo, con tanto anhelo es porque es poderoso, cambia vidas. Y él sabe eso, y él ha visto eso, y él cree eso. Seguro es una piedra de tropiezo, 1 Corintios 1, y claro que es necedad, pero también es el poder de Dios para salvación para aquellos que creen, y él sabe eso.
Me recuerda de la historia antigua que le conté hace unos años atrás, del vendedor de aspiradoras que salió a la granja, y conforme él llegó ahí, con su estrategia típica de hablar y hablar sin esperar a que la señora dijera una palabra, ella abrió la puerta y él estaba en la sala. Él dijo: “Señora quiero hablarle a usted de esta aspiradora. Va a aspirar todo lo que hay en esta casa. Usted tiene que tener cuidado porque usted podría hasta perder su piso, porque es tan poderosa.” Y ella dijo: “Bueno, bueno, bueno, espera.” Y él siguió, y siguió y dijo: “Voy a mostrarle cuánto esto puede hacer.” Y él tenía una bolsa con cenizas que aventó a la mitad del suelo, y basura y todo. Y él dijo: “Señora, si esta aspiradora no aspira esto en dos minutos me lo voy a comer con una cuchara.”
Finalmente, ella tuvo la oportunidad de hablar, y le dijo: “Bueno, más vale que comience a comer porque no tenemos electricidad.” Digo, antes de que usted venda el producto, más vale que sepa si hay electricidad para que funcione, ¿verdad? Y la razón por la que el apóstol Pablo no estaba avergonzado era porque él conocía el poder del evangelio. Él sabía que podía cambiar vidas a pesar de lo que los hombres pensaban. Su pasión suprema era ver a los hombres salvos. Él en Romanos 9 inclusive dice que él casi podía desear que el fuera maldito por causa de ver la salvación de su pueblo. A él no le importaba su comodidad personal, no le importaba su reputación, no le importaba su popularidad, inclusive ofreció su vida sin concesiones, a un evangelio claro que confrontaba. Él predicaba el evangelio porque él sabía lo que podía hacer, podía cambiar a la gente.
Ahora, eso nos lleva a su presentación del tema. Y entender el evangelio de Cristo viene a nosotros en entender cuatro palabras clave en este pasaje, cuatro palabras clave. En el versículo 16, la palabra es “poder”. Y esa es la primera palabra que queremos ver. La primera palabra de gran importancia es poder. La segunda palabra es “salvación”. La tercera palabra es “cree”. Y la cuarta en el versículo 17, es “justicia”. Si usted entiende el significado y la relación y transición de esos cuatro términos, usted entiende el evangelio.
En primer lugar, la primera clave en el vocabulario divino del evangelio de Cristo es que es el poder de Dios. Las buenas noticias acerca de Jesucristo tienen poder. La palabra es “dunamis” obtenemos nuestra palabra dinamita de esta palabra. Y Pablo tiene en mente el hecho de que el evangelio conlleva a la omnipotencia de Dios, el Dios Todopoderoso está detrás de él, operando al regenerar a una persona. A los hombres les gustaría cambiar, ¿sabía usted eso? Yo creo eso. En serio. Toda la publicidad que se lleva a cabo en el mundo está basada en una presuposición y es que la gente quiere cosas diferentes de lo que son. Quieren verse mejor, sentirse mejor, pensar mejor, tener mejores experiencias, quieren cambiar su vida. Básicamente la gente quiere cambiar su vida. Hay una apelación a eso porque esa es una motivación humana básica.
Y en la profundidad del interior de la gente, realmente quieren que las cosas sean diferentes, pero son absolutamente impotentes por cambiar las cosas. Jeremías 13:23, Jeremías dice “Mudará el etíope su piel. Usted tiene las mismas posibilidades de cambiar su corazón, los hombres son impotentes, no pueden hacer una cosa con lo que son. No pueden cambiar nada. Oh, pueden hacer unas cuantas reformas aquí y allá, y operar un poco diferente, pero los cambios reales nunca suceden. Jesús dijo en Mateo 22:29, “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.”
Y Él le dijo eso a los religiosos de su época. “Ustedes ni siquiera conocen el poder de Dios, ustedes no conocen lo que es ese poder. El evangelio de Jesucristo tiene el poder para cambiar a los hombres, de tomarlos del pecado, de Satanás, del juicio, de la muerte y del infierno. Los hombres intentan otras cosas para cambiarlo, la Biblia dice que algunos hombres creen que pueden ser cambiados por hacer buenas obras, las obras de la ley. Pero la Biblia dice que las obras de la ley no pueden salvar. La Biblia dice que la carne no puede salvar, la Biblia dice que la iglesia no puede salvar, la Biblia dice que la religión no puede salvar, “y en ningún otro hay salvación porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos, fuera del nombre de Jesucristo.” Solo el poder de Dios puede cambiar a la gente. No hay otra manera.
Romanos 5, versículo 6, “Siendo nosotros débiles, Cristo murió por los impíos.” En otras palabras, el hombre es impotente. No puede cambiarse a sí mismo. Él está absolutamente atrapado y es incapaz de hacer algo al respecto.” En el octavo capítulo de Romanos, en el versículo 3, “Porque aquello que la ley no podía hacer, en que era débil por la carne, Dios envió a su propio hijo,” lo pudo hacer. En otras palabras, usted puede tomar al hombre inclusive darle buenos estándares, y darle buenas reglas, buenos principios y él no se puede cambiar a sí mismo. No puede ser hecho. Esa es la frustración del hombre.
En Santiago, capítulo 1, en el versículo 18, dice: “Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la Palabra de verdad.” En otras palabras, lo que el hombre no puede hacer para sí mismo, Dios puede hacerlo por el hombre. En 1 Pedro, capítulo 1, esencialmente la misma cosa, dice que hemos renacido no de simiente corruptible, no de una simiente humana que está corrupta, sino de una incorruptible, por la Palabra de Dios.
Entonces, la Palabra de Dios puede hacer lo que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos. Ese es el principio básico del evangelio. El hombre es pecaminoso, incapaz de remediar su condición, incapaz. El evangelio entonces se vuelve una fuerza. Y creo que la palabra “dunamis” está concentrando el énfasis en la fuerza más que en el proceso. Es el poder, en el sentido de que Dios es la fuente de un poder increíble, un poder ilimitado que puede transformar vidas.
Ahora, acompáñeme por un momento a 1 Corintios capítulo 1, 1 Corintios capítulo 1, versículo 18, y quiero ver específicamente la escritura que mencioné un par de veces, y de manera muy breve. “La palabra de la cruz es locura para los que se pierden.” Digo, un Cristo crucificado es simplemente ridículo, pero para aquellos de nosotros que se salvan, es el poder de Dios, ¿lo ve? Ese es el punto clave, el evangelio puede ser locura para los hombres, pero para nosotros los que somos salvos, es el poder de Dios. Versículo 23, “Predicamos a Cristo crucificado, para los judíos tropezadero, y para los gentiles locura, pero para los que son llamados judíos y gentiles, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios. Y de nuevo el mismo énfasis.
Y sabe una cosa, los gentiles solían reírse de los cristianos, los paganos en Roma, y Corinto se burlaban de ellos. Como puede ver el principio clave de su propia religión era que sus dioses sean básicamente indiferentes. Simplemente estaban ahí y no les importaba nada más, eran apateia, apáticos, estaban distantes, remotos. Y la idea de una encarnación de Dios era absolutamente ridícula para ellos. De ellos al escarbar alrededor de Roma los arqueólogos han encontrado algunas cosas interesantes. Y en el Palatino, el cuál es uno de los siete montes de Roma, encontraron una caricatura de la época cristiana. Y presenta a un esclavo, y un esclavo está postrándose ante una cruz. Y dice, abajo de este dibujo en particular, “Alexamenos, adora a su dios.” Y en la cruz está crucificado un asno.
Ahora, eso nos dice un poco acerca de la actitud de los romanos en ese entonces hacia el cristianismo, pensaban que eran absolutamente ridículo, locura. En algún punto alrededor del año 178, Celso escribió un ataque amargo contra el cristianismo, él dijo: “Que la postura cristiana era algo a la que ninguna persona culta debía acercarse, ninguna persona sabia, ninguna sensata, porque ese tipo de cosa consideramos mala. Pero si algún hombre es ignorante, si alguno carece de sensatez y cultura, si alguno es un loco, acérquese con valentía al cristianismo.” Era para locos, él dijo.
“Y de los cristianos,” él escribió, “los vemos en sus propias casas, vestidores de lana, zapateros, y personas que trabajan con ropa. Las personas más incultas y vulgares.” Él dijo, “Los cristianos son como un grupo de murciélagos, son como hormigas que salen de sus nidos, son como ranas que tienen un simposio alrededor de un pantano.” Él dijo: “Son como gusanos que se acobardan en el lodo.” Un hombre amable ese Celso. Y después él dijo: “Los cristianos adoran a un hombre muerto.” Locura. Es locura. Pero para nosotros, los que se salvan, es ¿qué? “el poder de Dios.”
El mundo se burla de nosotros, se mofa de nosotros. Pero nosotros conocemos la verdad, ¿no es cierto? Y debido a que es el poder de Dios, en 1 Corintios capítulo 2, conforme Pablo sigue, él dijo: “Cuando vine a vosotros no vine con palabras persuasivas de humana sabiduría, les declaré el testimonio de Dios. Y determiné no saber nada entre vosotros fuera de Jesucristo, y el,” ¿qué? “crucificado.” Él tuvo un mensaje y fue el mensaje mismo que ustedes menospreciaron. Es la cruz. Búrlense si quieren. Todavía es el poder de Dios, y entonces predico la cruz para que vuestra fe no repose en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios. He visto el mensaje de la cruz transformar a cientos, miles de personas en mi vida. Que el mundo diga lo que quiera, la evidencia está ahí, y la cruz nos transforma.
Más adelante en 1 Corintios 4, versículo 20, Pablo dice: “El reino de Dios no consiste en palabras sino en poder.” Usted sabe, lo más grande, lo más importante en mi vida es saber que Dios me usa a mí como un canal para cambiar a la gente para el tiempo y la eternidad. Es increíble, increíble. Veo a mi propia vida, tengo ciertas debilidades con mi propia vida, con las que lucho a lo largo de toda mi vida, y realmente no parece que puedo hacer mucho para evitarla. Tengo limitaciones en mi mente, tengo limitaciones en mi cuerpo físico, tengo limitaciones en mis percepciones. No puedo hacer nada por ellas, sin embargo, Dios me usa para que sea la herramienta para cambiar el ser de alguien de manera total. Increíble, ese es el poder de Dios.
Entonces, detrás del evangelio está el poder. ¿Cuánto poder está detrás del evangelio? Le voy a decir. La Biblia dice que Dios tiene gran poder, Salmo 79:11; la Biblia dice que Dios tiene poder fuerte, Salmo 89:13; la Biblia dice que Dios tiene poder glorioso, Éxodo 15:6; Él tiene poder grandioso, Job 9:4; Él tiene poder eterno, Isaías 26:4; Él tiene poder soberano, Romanos 9:21; Él tiene poder soberano, Romanos 9:21; Él tiene poder eficaz, Isaías 43:13; Él tiene poder irresistible, Deuteronomio 32:39; Él tiene poder incomparable, Salmo 89:8; Él tiene poder inescrutable, Job 5:9. Él tiene poder.
Jeremías 10:12 dice, Él es quien hizo la tierra por Su poder. Jeremías 27:5 dice: “Soy yo, quien por mi gran poder y mi brazo extendido he hecho la tierra.” En el Salmo 33:8-9 dice, “Que toda la tierra tema a Jehová, que los habitantes del mundo estén asombrados de Él, porque Él habló y existió.” ¡Qué poder! ¡Qué poder! Por el mismo mandato poderoso el Señor mantiene el universo, detrás de cada milagro en la Biblia está el poder de Dios. Dios puede partir el mar, Dios puede traer alimento del cielo, milagro tras milagro. Muestra Su poder, pero realmente creo que la expresión más grande de Su poder se encuentra en Su poder para salvar, para transformar a la gente, para cambiar Su naturaleza, Su tiempo y Su eternidad.
Salmo 106, versículos 8 y 9, “Él los salvó por causa de Su nombre, para que Él diera a conocer Su poder grande.” Como puede ver, la manifestación de Su poder viene en la salvación. El Nuevo Testamento presenta el mismo poder. En Mateo 28:18 él dijo: “Toda potestad o poder me es dado.” Él tuvo el poder para echar fuera demonios, Él tuvo poder sobre la enfermedad, sobre enfermedades, sobre toda enfermedad, para sanar. Él tuvo poder en el universo para proveer para las necesidades de la gente.
Él tuvo poder para calmar la tormenta, poder para caminar sobre el agua, Él tuvo poder sobre la muerte, llamó a Lázaro de la tumba. Él le dio vida al hijo muerto de la viuda de Nain, Él le dio vida a la hija de Jairo, Él se resucitó a sí mismo de los muertos, pero sobre cualquier otra cosa, Romanos 1:16 lo dice: “Él tuvo el poder de Dios para salvación.” Él tuvo poder para salvar. Esa es la primera palabra clave, poder. Y usted nunca deben amados, escúchenme, ustedes nunca deben, ni yo tampoco entretener el pensamiento de avergonzarnos del evangelio de Cristo, porque es el poder de Dios. Que pase lo que pase.
Segunda palabra, salvación. Es el poder de Dios para strian, el poder de Dios para salvación. Oh, esa es una gran palabra. El poder es visto en la salvación, porque los hombres, dice Efesios 2, están muertos, y la salvación y el acto de salvación de Dios los hace tener vida, vivir para siempre, limpiarlos de pecado y aptos para el reino de Dios. La palabra salvación es usada dieciocho veces por Pablo, cinco veces en Romanos, y la forma del verbo veintinueve veces por Pablo, ocho veces en Romanos, es una palabra esencial, significa liberación. Significa liberación.
Yo prediqué en una ocasión, y estaba predicándole a jóvenes, en una reunión de jóvenes, y usé la palabra ‘ser salvo’, y alguien dijo: “Ustedes jóvenes, necesitan ser salvos.” Y alguien se me acercó después y me dijo: “No deberías usar esa palabra. No es contemporánea.” Nunca lo olvidaré, una dama, ella dijo: “Esa palabra no es contemporánea, los jóvenes realmente no pueden entender esa palabra, tienes que usar una palabra mejor.” ¿Quiere saber una cosa? No pude pensar en una mejor palabra, esa fue la palabra de Dios. Sabe una cosa, mi primera reacción fue: “Señora esa es la palabra de Dios, no me interesa cuál es su palabra. Esa es la palabra de Dios.”
¿Qué significa ser salvo? Significa ser librado. ¿De qué? Del pecado, y Satanás, y el juicio, y el infierno y la muerte. Y solo el evangelio de Cristo tiene el poder para hacer eso. El paso seguro a través de las pruebas humanas, y su paso seguro por el juicio divino, y su entrada a la bendición eterna, se encuentra en que sea salvo. Incluye perdón, incluye escapar de la ira. Incluye vida en el Espíritu, incluye resurrección, incluye la eternidad. El evangelio es el poder eficaz, activo, en el mundo para traer liberación para los hombres de la ira de Dios del pecado, y Satanás y el juicio, y la muerte, y el infierno. Yo creo que la cultura en la que Pablo escribió estaba lista para este mensaje, creo que estaban buscando salvación.
Los hombres lo están haciendo en la actualidad, o piensan que necesitan salvación económica o salvación política, o salvación social. Simplemente necesitan actualizar sus vidas en su sociedad, pero están buscando salvación. En ese entonces lo estaban haciendo, ¿sabía usted? Hubo un tiempo en el tiempo de Pablo cuando la filosofía griega estaba volviéndose más y más aquello que era interno. Y estaba viendo al hombre y diciendo, las cosas no están bien con el hombre, necesitamos algo que cambie al hombre. Estamos tratando de encontrar eso hoy, nada más que lo estamos tratando de encontrar quizás al estimular su cerebro, al controlarlo de alguna manera para que podamos cambiarlo.
Bueno, ellos están buscando todo tipo de cosas, en el día de Pablo, se volvieron a un tipo de filosofía moral. Por ejemplo, Epicteto, uno de los escritores en ese entonces llamó su salón, “El hospital para el alma enferma.” Epicurio, llamó a su enseñanza, “La medicina de salvación.” Estaban buscando algo que librara al hombre de la constancia del pecado. Seneca, cuya vida coincidió con la vida de Pablo, dijo que todos los hombres estaban buscando ad salutem, hacia la salvación. “Lo que necesitamos,” dijo él, “es una mano que descienda y nos levante.” “Los hombres,” dijo él, “están conscientes de manera abrumadora de su debilidad y su ineficiencia en cosas necesarias.”
Y él dijo, que él mismo era un “homo non tolerabilis,” un hombre que ni siquiera debía ser tolerado. Él dijo, a los hombres les encantan sus vicios, pero solo traían desesperanza, y los hombres necesitaban salvación. Los hombres siempre han necesitado eso, pero algunas veces, cuando oyen el evangelio piensan que esa es la respuesta que se oye tan torpe. Pero es el poder de Dios. La salvación tiene muchas dimensiones. Cuándo un hombre o una mujer, es librada, es librado de la infección de la vida. Somos salvos, dice Hechos 2:40, de una salvación perversa y torcida. Somos cubiertos, por así decirlo, con un antiséptico divino. La salvación no solo no es de la infección de la vida, sino que la salvación es de la condición perdida. Jesús dijo que él había venido para buscar y salvar lo que, ¿qué? se había perdido.
Cómo puede ver, el hombre está en el camino equivocado, no sabe hacia dónde va, de dónde viene, o dónde está. Él está perdido, y de pronto cuando él viene a Cristo, instantáneamente él sabe de dónde vino, adónde va, y en dónde está. Significa salvación del pecado. El hombre es un esclavo al pecado, hasta que Cristo lo libera. Significa salvación del juicio inevitable de Dios. En ese sentido es una salvación escatológica que culmina en una eternidad triunfal. Los aspectos diversos de la salvación, por cierto, no serán desarrollados a lo largo de la epístola a los romanos, creo que es suficiente en este punto detenernos y decir que se necesita poder divino para lograr esta salvación, porque el hombre está tan perdido, y está tan infectado, y tan condenado, y tan muerto en pecado que se necesita el poder de Dios para sacarlo de eso. No lo puede hacer por sí solo.
Dios caracteriza al hombre en la Biblia como alguien que es absoluta, y deliberadamente ignorante. Cómo alguien que busca de manera deliberada su satisfacción personal y no está dispuesto a dejarlo todo. Caracteriza a los hombres como estando profundamente arraigados en la religión falsa, cubiertos y dirigidos en todo lo que hacen por Satanás, como llenos de motivos equivocados y engañándose a sí mismos, confiando en sus propias obras buenas, las cuales en el mejor de los casos son trapos de inmundicia, como amando las cosas pasajeras del mundo, como odiando la verdad, como criaturas soberbias que buscan el placer, culpables, llenas de lujuria. Y como tales, no tienen el derecho de entrar al reino de Dios, entonces tienen que ser librados de todo eso. Solo el poder de Dios lo puede hacer.
Entonces Pablo dice, mi tesis es, el poder de Dios puede traer salvación. ¿Cómo? Esa es la siguiente palabra clave. ¿Cómo? Versículo 16, “A todo aquel que,” ¿qué? “que cree.” Fe es la tercera palabra clave, o cree. Digo, si el poder de Dios puede hacerlo, ¿para quién lo hace? Para todo aquel que cree. El poder de salvación opera únicamente mediante la fe, eso es todo. En dónde hay fe está el poder de Dios operando en la salvación. Dice usted: “¿Qué es la fe?” La fe es creer.
Todos ustedes viven por fe, cada día de sus vidas. Usted abre la llave de agua, llena el vaso y se la toma. Eso es fe. Usted no sabe lo que hay ahí adentro. Usted no tiene idea de lo que ha estado jugando en su tubería. Me acuerdo leer en un Reader’s Digest, de una ciudad en Kansas que tenía un tanque de agua grande y el agua les llegaba mediante este tanque. Era bombeada de un pozo y llenaba el tanque. Y después salía del tanque a la ciudad. Y se convirtió en un sistema de drenaje y drenaron el tanque, y encontraron todo tipo de criaturas extrañas en la parte de abajo del tanque. A todos les dio disentería retroactiva. Habían estado viviendo por fe, pero tuvieron fe en la cosa equivocada.
Estaba volando a Los ángeles ayer y Bill, y Joel Monti estábamos sentados en este avión, y de pronto por alguna razón extraña, u otra, simplemente se fue así…woooo hacia abajo por un momento, y todos inmediatamente se volvieron algo así como religiosos, yo ni siquiera se quien está ahí adelante en el avión. De hecho, no sé si hay alguien ahí adelante. Usted ve al piloto que viene por el pasillo saludando a todo mundo, y alguien siempre dice: “¿Quién está volando esto?” Vivimos por fe todo el tiempo. La fe es confianza.
Usted va al restaurante y usted come lo que le dan. Todos vivimos por fe, digo, esa es la única manera en la que usted puede sobrevivir. Dios ha colocado en el corazón del hombre que él entienda lo que es vivir por fe. Y fe en la dimensión espiritual es muy diferente de ese tipo de fe. No obstante, es la misma idea, es confiar y creer. Y si, el poder de Dios puede salvar, pero va a salvar únicamente a aquellos que creen. ¿Creen en qué? “Cree en tu corazón que Dios le levantó de los muertos.” Eso significa que usted cree quien Él dijo que era, que Él murió por la razón que Él dijo que murió, y que Él resucitó de la tumba. Y si usted cree, usted cree “por gracia, sois salvos por medio de la,” ¿qué? “fe”. Y eso no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras, para que nadie se gloríe.” Fe.
La salvación no es profesar el cristianismo. No es eso. La salvación no es bautizo, la salvación no es reforma moral, la salvación no es asistir a la iglesia, no es conformarse a reglas, no es disciplina personal y refrenarse, no es moralidad. Tantas personas creen que son salvas por las razones equivocadas. Me senté junto a una mujer camino a Chicago. He tenido todo tipo de experiencias esta semana, que son increíbles. Me senté junto a esta señora de 78 años de edad, y me senté junto a ella y tenía una pequeña sonrisa en su rostro. Ella había ido a visitar a su hija en California, ahora iba de regreso a algún lugar en la parte norte de Michigan.
Y después de un rato ella percibió que yo era un ministro, y ella dijo: “¿Es un usted un reverendo?” Yo le dije: “Bueno, no sé de reverendo, pero soy pastor.” Yo dije: “¿Usted tiene una iglesia a la cuál asiste?” Ella dijo: “Soy católica.” Dije, “Oh, ¿usted conoce a Jesucristo como su Salvador personal?” Ella dijo: “Oh, he ido a la iglesia católica toda mi vida.” Yo dije: “Oh, bueno, eso es interesante.” Ella dijo: “¿Sabe usted que la iglesia católica ha cambiado?” Y yo dije: “Es correcto, sí ha cambiado. Si ha cambiado mucho. ¿verdad?” Ello dijo: “Sí. No me gusta.” Ella dijo: “Me gustaba más a la antigua.” Bueno, tiene 78 años de edad, usted sabe, es difícil cuando la tradición cambia.
Yo dije: “Bueno, ¿qué quiere decir con eso?” Ella dijo: “¿Sabe usted lo que están haciendo ahora? Están haciendo los servicios en inglés.” Yo le dije: “¿Es ese un problema?” Ella dijo: “Me gustaba mejor cuando no entendía lo que estaban diciendo?” Eso es exactamente lo que ella dijo. Ella dijo: “En ese entonces yo podía entrar y simplemente meditar conmigo misma.” Y yo le dije: “¿Y que ganó usted con eso?” Simplemente había una quietud en meditar dentro de mí misma.” Yo dije: “¿No cree usted que es importante conocer los principios de la Palabra de Dios?” “Bueno, creo que debemos conocer algunas cosas.”
Bueno, la conversación no fue tan fructífera como me hubiera gustado que fuera, pero llegó al punto en el que fue evidente que la seguridad de ella estaba en el hecho de que ella iba a una iglesia. A ella ni siquiera le importaba entender algo de lo que estaban diciendo, de hecho, le gustaba más cuando no entendía. Le dije: “Sabe una cosa señora,” yo dije: “Solo una cosa importante, a su edad cuando usted deje esta vida, que usted esté lista para encontrarse con Dios, porque usted conoce a Su Hijo el Señor Jesucristo, no a la iglesia a la que usted fue.” No sé, espero que ella piense en eso.
La salvación no viene mediante la iglesia, la salvación viene porque un hombre, una mujer reconoce que él no tiene recursos y se ve a sí mismo perdido y muerto, y ve la inmundicia y la deformidad de su pecado, y él percibe la corrupción de su pecado, la contaminación de su naturaleza, y él se ve atraído a Cristo como un remedio. Y él ve a uno que murió por su pecado, y que conquistó su pecado y pagó el precio y quiere darle vida nueva, y él dice: Yo creo, yo creo. ¿He importa quién es ese hombre?
Dice en el versículo 16, “A todo aquel que cree, judío o griego. Al judío primero y también al griego. Si la supremacía de la salvación fue extendida a los judíos, la salvación tiene relevancia primordial para los judíos debido a que fueron el pueblo escogido de manera especial por Dios. Fue al judío primero que el Mesías vino y dijo: “No he venido sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.” Si, fue a ellos que Él vino, ya que las líneas de preparación para la revelación completa del evangelio fueron establecidas con Israel, y entonces el evangelio es de manera preeminente el evangelio para el judío.
El gran comentarista Robert Haldane, tiene un gran pensamiento claro de eso. Escuche conforme leo lo que él escribió. “Desde los días de Abraham, su gran progenitor el judío había sido distinguido de manera excepcional del resto del mundo, por sus muchos y grandes privilegios. Fue su distinción excepcional que fue de ellos que Cristo vino, quien es Dios sobre todo, bendito, por los siglos de los siglos. De esta manera, como compatriotas de Él fueron la familia real de la raza humana. Con respecto a esto más elevada por encima de cualquier otra, y heredaron la tierra de Emanuel. Mientras que por lo tanto el pacto evangélico y como consecuencia la justificación, y la salvación de la misma manera consideró a todos los creyentes, los judíos, tuvieron el primer rango como pueblo antiguo de Dios, mientras que las otras naciones eran extranjeros de los pactos de la promesa.”
“La predicación del evangelio debía ser dirigida primero a ellos. Y al principio únicamente a ellos. “No he sido enviado,” dijo Jesús, “sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.” Y él mandó que el arrepentimiento y remisión de pecados fuera predicado en su nombre entre todas las naciones, comenzando en Jerusalén. De esta manera, mientras que los judíos y gentiles fueron unidos en la participación del evangelio, los judíos no fueron privados de su rango, debido a que ellos fueron primero llamados.”
Y después él dice esto: “La predicación del evangelio para los judíos primero, sirvió varios fines importantes. Cumplió las profecías del Antiguo Testamento, manifestó la compasión del Señor Jesús por aquellos por quienes derramó su sangre, aquellos a quienes después de su resurrección mandó que su evangelio fuera proclamado primero. Mostró que debía ser predicado al primero de los pecadores y probar la eficacia soberana de su expiación, al expiar la culpabilidad inclusive de sus propios homicidas. Fue apropiado también que el evangelio comenzara a ser predicado, en dónde las grandes transacciones se llevaron a cabo, sobre las cuales fue fundada.” Seguro, al judío primero, pero también al griego o al gentil. La salvación de Dios no fue limitada a ninguna nación. A todo mundo, al judío o gentil.
Ahora, sígame aquí con mucho cuidado. El evangelio de Cristo tiene poder, tiene poder para salvar, tiene poder para salvar al que cree, pero cómo puede, inclusive si cree, ¿cómo puede cambiarlo? ¿Por qué? Versículo 17: “Porque en él,” esto es en el evangelio, “la justicia de Dios, es revelada.” ¿Lo ve? La razón por la que puede salvar, es porque cuando usted cree, la justicia de Dios le es revelada a usted. En otras palabras, se vuelve de usted. Así es como puede suceder.
Dice usted: “El hombre es tan pecaminoso, tan malo, tan carente de esperanza, tan inútil que inclusive si creyera, inclusive si tiene el poder para salvar, como puede, puede no porque de pronto nosotros nos volvemos en nosotros mismos justos, sino porque de pronto nos es revelada a nosotros la justicia de Dios.
Y eso nos lleva a la cuarta palabra, “Justicia”. Junto con la fe, por cierto, esta palabra es usada más de sesenta veces en Romanos. Palabra clave, y la veremos una y otra vez. La razón por la que el poder del evangelio es liberado en la salvación por la fe es porque la fe, escuche esto, la fe activa la revelación de la justicia de Dios. Si voy a ser justo, no tengo justicia propia, Dios me tiene que dar su justicia, y la da. Como puede ver, Jesús tomó nuestro pecado, y Dios nos dio a cambio su justicia, esa es la razón por la que dice que Cristo por nosotros fue hecho pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él.
Cuando Pablo dice, “La justicia de Dios es revelada,” él no quiere decir que simplemente es dada a conocer a mentes humanas. Él no quiere decir que simplemente es hablada en la historia humana, él quiere decir que es revelada de manera específica en la acción y la operación de la regeneración. Esa es la razón por la que el evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, porque esa creencia activa la justicia de Dios. Y por cierto, la mejor traducción es justicia de Dios. La justicia de Dios es revelada. No importaría lo que yo creyera, no podría ser justo a mí mismo, ¿verdad? Yo podría creer, y creer y creer, todo lo que quisiera creer, pero aun así no podría ser justo por el estándar de Dios. No puedo ser perfectamente santo, no puedo estar sin pecado, y ese es el estándar perfecto.
Entonces, Dios dice: “Si tan solo crees te daré mi justicia.” ¿Cómo puedes hacer eso, Dios? Porque Jesús ha llevado tu castigo. El precio ha sido pagado. Te doy mi justicia, Dios demanda del hombre lo que el hombre nunca podría pagar. Él demanda santidad, perfecta, absoluta. Algunas personas creen que Él podría ser injusto, ¿cómo podría Dios demandar eso? ¿Por qué es que Él no rebaja el estándar? Bueno, digamos que Él rebajara el estándar un poco. Digamos que Dios dijera: “Bueno, para ser salvo tienes que ser muy inteligente.” ¿Sería eso justo? No, sería injusto para los que son torpes. Bueno, si Él dijera: “Tienes que ser rico.” No. Eso sería injusto para la gente pobre. No tienes que ser moral. Bueno, eso no sería muy justo para la gente impía, inmoral. No, como puede ver Él ha establecido un estándar que nadie podría alcanzar, para que nadie se pueda jactar y nadie necesita quedarse afuera. Y después él dijo: “Te daré mi justicia sin importar quien seas tú.”
En Romanos capítulo 3, versículo 21, conforme llegamos a una conclusión, dice: “Y ahora, la justicia de Dios aparte de la ley,” es aparte de cualquier obra o de guardar la ley, “la justicia de Dios es manifiesta.” ¿Cómo? Versículo 22, “La justicia de Dios es por la fe en Jesucristo, para todos y sobre todos los que creen.” Ahí está de nuevo, mismo principio, misma verdad. Observe el capítulo 4, versículo 3, es inclusive verdad en el Antiguo Testamento: “Abraham creyó a Dios y le contado por,” ¿qué? “justicia.”
En Filipenses capítulo 3, solo quiero mencionar esto, versículos 8 y 9, “Sí, ciertamente,” dice Pablo, “todo lo tengo por basura, por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, Señor mío, por quien he padecido la perdida de todo, y las tengo por basura, a fin de ganar a Cristo.” Después esto, “y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, la cual es por la ley, sino aquella que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.” ¿Lo ve? Ese es el mensaje. Esta es la gloria del evangelio, que es el poder de Dios para salvación, que es activado por fe. Y esa fe lo activa porque la fe libera la manifestación de la justicia de Dios a favor nuestro.
El Conde Zinzendorf escribió estas palabras, y usted las conoce y las ama. “Jesús, tu sangre y justicia, mi belleza es mi vestido glorioso, en medio de mundos de flamas, en estos vestidos con gozo levantaré mi cabeza, con valentía estaré de pie en tu gran día, porque quien me acusará de algo. Absuelto de manera completa, mediante estos estoy, de temor y pecado y culpabilidad y vergüenza. Cómo Jesús tu sangre y justicia.”
Entonces, dice él en el versículo 17, “La justicia de Dios es revelada.” Y después esta pequeña frase: “de fe y para fe, como está escrito, el justo por la fe vivirá.” ¿Qué significa de fe y para fe? Creo que tiene la misma idea que toda persona que cree, lo podría ver de esta manera, él dice: “Y la justicia de Dios es revelada de,” observe esto, “de fe a fe, a fe, a fe, a fe, a la fe de cualquier persona, o la fe de toda persona, sin limitaciones.” La veo moviéndose por el mundo de fe a fe, a fe, a fe, a fe, así como fue en el Antiguo Testamento. No es nada nuevo.
Habacuc 2:4, “El justo por la fe vivirá.” Nada nuevo. Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. No el trabajo de mis manos, puede cumplir las demandas de la ley. ¿Podría mi celo no conocer enojo? ¿Podrían mis lágrimas fluir para siempre? Todo por el pecado no podría expiar- ¿cuál es la siguiente frase? - tú debes salvar, y tú - ¿qué? - únicamente. Eso es de Roca de las Edades.
Entonces, Pablo presenta el tema del evangelio, poder, salvación, fe y justicia. Espero que usted conozca a Cristo. Espero que usted crea en Él. Cierro con esto. Uno de mis misioneros favoritos es Juan G. Paton. Él fue a las Nuevas Hibrides, llena de caníbales. Cuando él llegó a las Nuevas Hibrides, él llegó a una isla en el momento cuándo había una epidemia terrible. La gente estaba muriéndose de enfermedad, había reducido drásticamente el número de pobladores. Él fue a las chozas de la gente enferma y trató de cuidar de ellas, él sepultó a los muertos, él atendió a los moribundos. Y cuando la epidemia había acabado, él fue recibido por todos y lo amaron. Y se quedó con ellos.
El primero pensó en aprender su idioma. Él comenzó a escuchar como hablaban, escribir en un cuaderno todas las palabras y frases que él aprendió. La gente en el lugar se acostumbró a que él siempre tenía un cuaderno, y se detenía en la mitad de una conversación para escribir algunas cosas. Después llegó un momento en el que él decidió que debía traducir algo del evangelio a su idioma, pero no tenían palabra en su vocabulario para fe, o confiar o creer, simplemente no confiaban en nadie. Pero usted no puede traducir mucho en la Biblia sin una palabra para eso. Y entonces comenzó a pensar. En un momento de frustración él comenzó a casar venados. Y mataron a un animal parecido a un venado, y comenzaron a cargar la presa de regreso a la casa del misionero. El clima se encontraba en el punto del ecuador, en el globo, opresivo. El monte en el que cazaron no tenía rutas, y finalmente llegaron de regreso absolutamente agotados, tiraron su carga pesada, y todos simplemente se dejaron caer en el pasto.
Un nativo dijo: “Oh, es bueno estirarte a ti mismo aquí en la sombra.” Juan Paton se levantó rápidamente del pasto, emocionado porque ese compañero había recitado esa oración una y otra vez. Y él escribió todo en su cuaderno. Y después él tradujo Juan 3:16 de esta manera: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que se estira a sí mismo sobre Él, no perecerá, sino tendrá vida eterna.” Eso es fe. Y activa la justicia de Dios a favor de usted.
Gracias Padre por nuestro tiempo compartido en esta noche, que buena noche. No puedo pensar en un mejor lugar en dónde estar, al menos que sea en tú presencia, al estar aquí. Siento mucho por aquellos que no están aquí, porque se pierdan los testimonios, el gozo, el gusto, la verdad de la Palabra, pero te doy gracias por aquellos de los que están aquí por Tú designio divino. Si hay alguno en medio de nosotros que no ha experimentado aún las maravillas de la salvación, que conozcan eso antes de que se vayan en esta noche, que la vida de ellos está en Tus manos. Que ellos por la fe reciban el poder de Dios para salvación y sean destinatarios de Tu justicia.
Gracias Padre, por un buen día. Bendice a toda alma preciada aquí en esta noche, y que esta verdad dada a nosotros sea algo que le demos a otros para que ellos te puedan conocer, que el conocerte a Ti es conocer la vida eterna. Por causa de Cristo oramos. Amén.
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