Abramos nuestras Biblias en Romanos capítulo 13, de nuevo en esta noche. Y, realmente estoy muy emocionado por las cosas que la Palabra de Dios me está enseñando. Me encuentro en cierta manera restringido. Supongo que si yo tuviera mi preferencia, si pudiera hacer lo que yo quiero, me apegaría a este capítulo, y sacaría todo en tres o cuatro horas en una noche. Pero, me temo que los perdería a todos ustedes ya para cuando termináramos. Hay tantas cosas maravillosas y realmente ni siquiera puedo tocarlas todas ellas, pero, estoy tratando de ser en cierta manera selectivo al explicar la gran verdad de esta maravillosa porción de las Escrituras.
Estamos viendo Romanos 13:1 al 7, en nuestro tiempo maravilloso en la Epístola de Pablo a la Iglesia Romana. El título de esta sección es: “La Responsabilidad del Cristiano al Gobierno”. Y, esta es nuestra tercera parte en la serie de mensajes acerca de estos grandes versículos.
Permítame decirle al principio, que como cristianos es obvio, creo, para todos nosotros que estamos en el mundo, pero, no somos del mundo. Entendemos de manera clara el hecho de que nuestra ciudadanía está en los cielos. Nuestra lealtad es a nuestro Señor. Pero, al mismo tiempo reconocemos que tenemos que existir en este mundo. Tenemos que vivir en esta tierra. Y entonces, tenemos ciertas funciones de ciudadanía aquí, que tienen que ser cumplidas de manera apropiada.
En cierta manera, somos una sociedad dentro de una sociedad. Somos una comunidad dentro de una comunidad. Y, debemos encajar dentro de esa sociedad. Debemos encajar dentro de esa comunidad. Y sin embargo, nuestras prioridades son totalmente únicas y distintas de la sociedad en la que vivimos. Vivimos por razones eternas. Seguimos las directrices, los mandatos, los estándares de nuestro Dios, el Señor Jesucristo, que nos han sido dadas en las Escrituras, y son energizadas en nosotros por el Espíritu Santo. Entonces, vivimos para asuntos eternos. Vivimos con un conjunto totalmente diferente de prioridades. Y, debido a eso, necesitamos enseñanza clara, para que sepamos cómo debemos relacionarnos con el gobierno en el cual existimos.
Vimos esa película esta noche, acerca de China. Y, probablemente estaban pensando lo que yo estaba pensando. ¿Cómo sería ser un cristiano en China? Ahora, con un poco más de libertad, pero, inclusive hace unos años atrás bajo los controles tan fuertes y rígidos del sistema Mao. ¿Cómo sería ser cristiano? ¿Cómo se relaciona uno con un, un tipo de gobierno tan opresivo, estrecho? Sea cual sea la sociedad en la que un cristiano puede estar, él o ella debe hacer la misma pregunta, ¿cómo yo como cristiano encajo dentro del sistema en el que vivo?
Hay muchas cosas, claro, acerca de la forma china de gobierno que nos amenazarían, que podrían restringir nuestras libertades que ya disfrutamos, y que nos harían sentir muy incómodos. Hay algunas cosas que percibiríamos no muy bien en términos de proveer una vida feliz y significativa para sus ciudadanos. Por otro lado, podríamos ver a nuestro gobierno y pensar, hemos fracasado de manera miserable en algunas áreas también. Y, la verdad es que estarían bien y estaríamos también nosotros. Porque cualquier gobierno del hombre, refleja la condición caída del hombre, y ciertas áreas débiles.
Entonces, todos luchamos. Sea cual sea el gobierno que sea. Sea cual sea la sociedad en la que encajemos. Luchamos por saber cómo debemos relacionarnos con ello. Y, me temo que nuestra sociedad de Norteamérica, los cristianos han perdido su perspectiva. Han perdido el sentido de su identidad distintiva, y han perdido su sentido único de identidad. Han perdido por así decirlo, su ancla, y están flotando en cierta manera en un mar abierto.
Y, veo eso en un par de maneras. En primer lugar, en la preocupación actual del cristianismo norteamericano, con un estilo de vida materialista. Norteamérica nos ha provisto casi una especie de potencial de estilo de vida casi sin límites, en el que se han enfrascado los cristianos, y este es el punto en el que hemos perdido, o han perdido el sentido de valores eternos. Han hecho grandes intercambios por cosas temporales, en lugar de realidades eternas. Veo el cristianismo norteamericano adoptando el sueño norteamericano hasta un punto de falla.
Y, no quiero hablar – y, ya no quiero hablar de eso en esta noche. Quiero dar la vuelta, en un sentido. En nuestro cristianismo contemporáneo, tenemos una especie de enfoque materialista, de satisfacción excesiva, que realmente es totalmente antitético a todo aquello de lo que habla el cristianismo. No quiere decir que está mal ser bendecido por Dios. Está mal desperdiciar lo que Dios le da a usted, y aquello con lo que Dios lo bendice.
Lo otro que veo en el cristianismo norteamericano que me molesta, es una preocupación con el sistema político. Estamos enamorados con el sueño norteamericano del potencial materialista capitalista. Y, también estamos enamorados con el sistema norteamericano de democracia y política. Al punto en el que la iglesia en la actualidad parece estar preocupada con hacer su impresión en el mundo político, en lugar de en la dimensión espiritual. Y, estoy muy preocupado por eso.
Nuestra batalla se ha vuelto una batalla de armas políticas. Una batalla de levantar suficiente dinero para nuestra causa política en particular. Una batalla de intimidar a la gente en el gobierno, mediante nuestro poder de voto. Y millones, literalmente millones más de los dólares del Señor, no son para patrocinar la campaña de engrandecimiento personal de alguien, y para comprar poder político. Y, con frecuencia me he preguntado si todas estas enormes cantidades de dólares podrían ser usadas para alcanzar al mundo de la manera correcta, en lo que debería estar haciendo el cristianismo.
Y, es aterrador pensar en un programa de televisión en Norteamérica, que necesita un millón de dólares cada tres días. Y, es más aterrador darnos cuenta de que lo obtienen. ¿Qué tal si todo eso fuera usado para la obra del Señor, de la manera en la que Él quiere que su obra sea hecha? Y, pienso en el hecho de que la gente cristiana da millones y millones de dólares a causas políticas en el nombre del cristianismo, que realmente no tocan el corazón del problema real, de alcanzar a un mundo sin el Salvador, con el Evangelio salvador de Jesucristo, que puede cambiar los corazones de los hombres.
Ahora, este tipo de mentalidad que vemos en nuestro país, es opuesta a la tradición de la iglesia. Es opuesta a lo que la iglesia siempre ha conocido. La iglesia siempre ha tenido un sentido de administración por un lado, en donde sus recursos, si Dios nos ha bendecido con tanto, pero, sus recursos son cuidadosamente usados para la gloria del Señor, no para la mejoría personal. Y, que su postura en el mundo no es como una potencia política, si no como una potencia espiritual cuyas armas no son carnales, si no espirituales, poderosas para la destrucción de fortalezas, como Pablo dice.
Simplemente para fortalecer mi propio entendimiento de esto, regresé un poco a estudiar algo de la historia. Y, leí un libro titulado, “Los Cristianos Como los Romanos los Veían”, escrito por alguien que aparentemente no es cristiano. Simplemente un historiador, un profesor en Notre Dame. Escribiendo acerca de la primera iglesia y cómo los romanos veían esa primera iglesia. Y, básicamente él hace una crónica de la manera en la que la mayoría de los escritores bien conocidos de esos tiempos antiguos, escritos de hombres antiguos como Plino, el historiador romano, que nació alrededor del 62 d.C.. Galo, nacido alrededor del 130 d.C. El filosofo físico de Pérgamo, también Celso, un pensador racionalista bien conocido de la filosofía griega, que nació alrededor del 140 d.C. Y, después un hombre llamado Porfirio, quien era el crítico griego más preparado y astuto del cristianismo. Él nació en el 233 d.C. Y, después Julián el Emperador, nacido alrededor del 330 d.C. Quien era conocido como Julián el Apóstata, porque él fue criado en una familia nominal cristiana, y apostató al paganismo. Y, después se volvió un crítico muy abierto del cristianismo.
Y, el escritor del libro, Wilkin, toma estos críticos del cristianismo, quienes por cierto hicieron una impresión tan tremenda en la iglesia cristiana, que la iglesia cristiana pasó siglos respondiendo a sus críticas. Claramente hasta el tiempo de Agustín, la iglesia estaba tratando de enfrentar las críticas de estos críticos tan prolíficos, tan astutos, que ellos expresaban en contra del cristianismo. Y, si usted lee sus escritos, va a tener una idea de cómo los cristianos eran percibidos en los primero tres siglos del tiempo después de Cristo. Y, es muy interesante estudiar sus escritos y entender qué era – y entender cómo eran realmente los cristianos, desde el punto de vista de sus críticos, quienes estaban analizando sus fallas, y casi hacían caricaturas de todo lo que era verdad acerca de ellos.
El resumen de todas sus críticas es muy interesante. Ellos veían a los cristianos como fanáticos religiosos, en primer lugar. De manera unánime, ellos afirmaron que estaban casi de manera exclusiva y total preocupados con su religión. También señalaron que eran personas que se veían a sí mismas como justas, y quienes rara vez se involucraban en las cosas que el resto de la sociedad estaba haciendo. Ellos los llamaron innovadores arrogantes de la religión. Que pensaban no solo que sus creencias eran verdad, lo cual quiere decir que ellos no trataron de acomodarse al mundo, si no que fue claro que ellos expresaron lo que ellos creían, y lo cual era de hecho opuesto a lo que su mundo creía.
También dijeron que eran creyentes en un Dios, que era libre y trascendente, y con quien el hombre Jesús era igual. Ellos entendían lo que era su teología cristiana. Ellos pensaban que esa era una debilidad en su sistema. ¿Cómo ellos podían creer en un Dios, decían, quien era libre y trascendente, y Jesús siendo igual a Él? Si Él es un Dios, nadie podría ser igual a Él. Lo cual muestra que ellos no entendían la trinidad.
Ellos también decían que los cristianos eran necios, que esperaban la resurrección de los muertos, y creían de manera insensata en una recompensa eterna. Además, ellos dijeron que eran creyentes en una revelación histórica dada en las Escrituras. Y, hasta ahí iban muy bien.
Además, ellos decían que eran personas que estaban totalmente comprometidas con la virtud y piedad personales. Y, que eran indiferentes a los asuntos del mundo, tanto material como políticamente. ¿No es eso interesante? Los primeros cristianos eran indiferentes a los asuntos del mundo, que eran materiales y políticos.
Orígenes, escribiendo alrededor del 2050 d.C. En ese período de tiempo en particular, mostró que los cristianos hacían más bien para el imperio, al enfocarse en una especie de santidad personal, que oraba por el bienestar del emperador y la seguridad del imperio. Qué interesante.
Si hemos perdido toque con 1 de Timoteo 2, ellos no la habían perdido. Lo cual dice que si usted quiere vivir una vida quieta y reposada, y usted quiere llevarse bien, entonces ore por el rey y todos los que están en autoridad sobre usted. En otras palabras, nuestros medios no son carnales de política. Son los medios espirituales de la oración. Y, la primera iglesia sabía eso.
Además, era raro para ellos involucrarse en alguna manera en el imperio, inclusive como soldados. Un cristiano de hecho que se volviera un soldado era algo muy raro, pero sucedía. No era algo que buscaban como grupo. Celso escribió que los cristianos definitivamente no eran pacivistas. Esto es, no hablaban en contra de ser un soldado. No pensaban que estaba mal ser un soldado. Pero, se sentían a sí mismos llamados a un tipo de guerra más elevado. Se sentían no llamados a la vida pública y civil en el Imperio Romano, tanto como una vida espiritual en el reino de los cielos. Y entonces, su preocupación iba más allá de eso. De hecho, un escritor Minucia dijo y cito: “Los cristianos no entienden su deber civil”. Fin de la cita.
Ahora, el historiador Tácito, reportó que fueron ejecutados por Nerón. Y, creo que esto es tan interesante. Tácito dijo que fueron ejecutados por Nerón, no por sus creencias religiosas. Ahora, recuerde eso, no fueron ejecutados por Nerón por sus creencias religiosas, si no por su odio de la raza humana. Nerón dijo, el cual se manifestaba supuestamente en su menosprecio y su alejamiento de las maneras comunes de vivir. ¿No es eso interesante? De hecho, fueron ejecutados por no involucrarse en el sistema. Temo eso, en base a eso, que ningún cristiano en la actualidad sería ejecutado, o muy pocos. De hecho, citando a Tácito: “Hay personas que se alejan y se aíslan del resto de la humanidad”. Fin de la cita. Eran muy distintos. No eran groseros, eran personas amorosas. No eran personas desconsideradas, pero, eran únicas.
Tertuliano también respondió que los primeros cristianos eran una asociación, dijo, entregada no a la manipulación política, si no a inculcar principios morales en sus miembros, y a preparar a las personas para vivir de manera virtuosa. Digo, su preocupación era con la vida virtuosa, la piedad, servir al Señor, y comprometerse a sí mismos con el Reino. Y, fueron ejecutados, dijo Tertuliano. No por ser incendiarios, lo cual es enseñanza inflamatoria o conducta incendiaria. Un incendiario es algún tipo de explosivo que prende un fuego. Ellos no fueron ejecutados por ser incendiarios, esto es por enseñanza incendiaria o conducta de ese tipo. Si no que, dice Tertuliano, que fueron ejecutados por sus tendencias antisociales. Interesante.
Ahora, el punto de todo esto, es señalar que la primera iglesia, mientras que había individuos entre ellos que servían en toda área de la vida, algunos eran soldados, algunos trabajadores en el gobierno, claro. Y, puede estar seguro de que también eran lo mejor en lo que hacían, si estaban entregados a Cristo. Algunos eran líderes. Ellos llenaban toda área de la vida, pero, no eran percibidos como un grupo que se preocupaba con el gobierno temporal. No eran percibidos como un grupo que se preocupaba con el materialismo temporal. Si no más bien como un grupo, como una asociación que se preocupaba con aquello que era eterno y espiritual. De hecho, eran acusados de seguir el patrón de Cristo y de los Apóstoles. ¿Qué tal es eso como crimen?
Ahora, me temo que cuando la historia sea escrita acerca de esta generación, dirá algo muy diferente acerca de nuestro tipo de cristianismo. Que estaba muy preocupado con las cosas del mundo, que estaba muy metido en la manipulación política. Y, aparentemente tenía poca preocupación con la santidad, poca preocupación por la virtud, poca preocupación por la piedad. Poca preocupación por la dimensión espiritual y las armas de la dimensión espiritual, la oración. Y, poca preocupación por la extensión del Reino en los corazones de los hombres.
Ahora, habiendo dicho todo eso, quiero dar un paso más hacia adelante, porque quiero cubrir tanto como pueda, simplemente en el tiempo de introducción. Conforme en cierta manera nos preparamos para el texto. Todo esto no precluye el hecho de que muchos cristianos en los primeros días de la iglesia, sirvieron en posiciones gubernamentales temporales. Algunos de ustedes pueden estar involucrados en eso. Pero, tenemos personas en nuestra iglesia que sirven a nuestra ciudad en muchas maneras. Que sirven a nuestro estado en muchas maneras. Y, que sirven a nuestro país en trabajos que están involucrados en el servicio civil. Y, honramos y respetamos esas personas y no disminuimos en absoluto lo respetable que es esa función. Pero, como grupo, no debemos de estar preocupados con traer el reino de Dios mediante esos medios.
Jesús lo dijo cuando le habló a Pilato: “Si mi Reino fuera de este mundo, mis siervos pelearían”. Lo cual quiere decir, no estamos en este nivel. Entonces, no estamos preocupados por pelear a este nivel. Pero, quiero que sepan que hay individuos, inclusive en las Escrituras, que estaban muy involucrados en los gobiernos de su época, y de manera muy honorable. Pero, nunca se agruparon para volverse algún tipo de grupo político cristiano.
Pero, para efectos de ilustración en Mateo 8, por ejemplo leemos acerca de un centurión en Capernaum. No tiene que pasar ahí. Voy a avanzar rápidamente. Pero, un centurión. Básicamente la palabra centurión o cien, se identifica con eso. Un centurión era un soldado romano que estaba a cargo de otros cien soldados. Este centurión de Capernaum que estaba ahí en Capernaum, en Mateo 8 tenía autoridad sobre soldados romanos de menor rango. Usted recuerda que su siervo había sido sanado por Jesús. Y, cuando Jesús sanó al siervo de un soldado romano, Él no le dijo al hombre: “Ahora deja de ser soldado, entrega tu armadura”. Él le dijo: “Sigue”. Aquí había un hombre que vino a Cristo. Aquí había un hombre que Cristo encontró y le dijo: “Sigue por tu camino. Continua haciendo lo que estás haciendo”. No disminuyó la función que él tenía. “Continua sirviendo como soldado, aunque ahora tienes un lugar en el Reino eterno”.
Y después, en Marcos capítulo 5, encontramos que había un gobernante en la sinagoga, quien era un líder local, algo así como un alcalde. El gobernante en la sinagoga sería como el alcalde en una comunidad judía. Se acuerda que su hija fue resucitada de los muertos. Y, él sin duda alguna continua funcionando en ese mismo papel, en esa misma función de liderazgo. Nuestro Señor no lo llamó a que dejara eso.
También es sorprendente que en Lucas capítulo 19, conocemos a un hombre no muy alto, llamado Zaqueo. Y, ¿cuál era su profesión? Él era un recaudador de impuestos. Él estaba en la Secretaría Fiscal Judía. O, mejor dicho, la Secretaría Romana Fiscal. Era una combinación de ambas. Y, él había extorsionado a la gente, de la cual supuestamente debía estar recaudando impuestos. Y, usted sabe que conoce a Jesucristo. Cristo fue a su hogar, la salvación entró en su casa, y él prometió devolver a todos cuatro veces de lo que él había robado. Y, la historia maravillosa acerca de Zaqueo, no es que Jesús le dijo: “Deja de trabajar para el gobierno romano y de recaudar impuestos”. La historia maravillosa acerca de Zaqueo, es que se volvió un recaudador de impuestos honesto. No hay nada de malo en eso. El Señor nunca lo persuadió a que dejara su profesión.
El centurión creyente, usted recuerda, quien vio a la cruz, y vio a Jesús muriendo, y dijo: “Verdaderamente este era el Hijo de Dios”. Y, le dio gloria a Dios, llegó a la fe en Jesucristo. Era un hombre de dignidad, un hombre de belleza, y un retrato de fealdad conforme Jesús moría. Y, permanece en mi mente, como un hombre respetable y honorable, con gran fe y gran integridad.
Y por cierto, el primer cristiano gentil en Hechos capítulo 10, fue un hombre llamado Cornelio, quien también fue un soldado romano. Otro centurión, un comandante de cien soldados.
Y, después recuerde en Hechos capítulo 13, cuando el Evangelio salió por primera vez de Antioquía. Pablo y los otros pastores en Antioquía, recordará usted, estaban orando porque el Espíritu de Dios enviara a Pablo y Bernabé. Y, Pablo y Bernabé fueron enviados a predicar el Evangelio, y llegaron a una isla llamada Chipre. Y, llegaron a un lugar llamado Pafos, y conocieron ahí al hombre que era llamado el onthupatas, el procónsul, él sería la cabeza del gobierno provincial de esa región. Él era el hombre número uno, su nombre era Sergio Paulo. Y, él fue salvo, y sin duda alguna continuó en la misma función gubernamental, como líder ahí, para tener influencia para Cristo.
Y, después en Hechos capítulo 16, estaba el carcelero de Filipos, un soldado romano con mucha responsabilidad. Los carceleros eran hombres que tenían mucha responsabilidad, que mandaban al resto de los soldados, que tenían la responsabilidad de los prisioneros, y que habían probado ser capaces. Él vino a la fe en Jesucristo. Su familia entera vino a la fe en Jesucristo. Y, conforme usted lee el resto de la historia, es aparente que él se quedó ahí, y continuó con su función, aunque él fue miembro del Reino.
Y, después estaba Crispo en Hechos 18, quien era el gobernante de la comunidad judía de esa región en Corinto. Él fue salvo junto con toda su casa. Y, después está Sóstenes en Hechos 18, otro líder entre los judíos en Acaya, y él fue salvo. Y después estuvo Félix y Festo, quien eran gobernadores provinciales de Roma. A ellos se les dio el Evangelio. En cada caso fueron tratados con respeto y consideración por parte de Pablo, en Hechos 24 y 25. Y, después estuvo Herodes Agripa el Segundo, quien era el rey edomita, quien estaba en la línea de Herodes el Grande, quien estaba gobernando bajo la toleración romana. Él estaba supervisando a los judíos. Él fue otra vez evangelizado por Pablo con gran respeto, en Hechos 26.
Y, después estuvo Pablo mismo, quien vio la importancia del gobierno, al apelar a César, cuando necesitó justicia en su propio caso, y no la pudo recibir. Y, usted encuentra eso en Hechos 26, 27 y 28.
Y después, claro, en Filipenses 4:22 Pablo dice: “Todos los santos te saludan, primordialmente los que son de la casa de César”. Hubieron muchos que fueron parte del gabinete mismo de César, quien habían llegado a la fe en Cristo.
Y, esas no son funciones deshonrosas. Debido a que Dios mismo ha ordenado el gobierno, la posición dentro de ese gobierno es una posición de honor. Y, si un cristiano está ahí, él debe servir ahí como un cristiano debe servir. Pero, los cristianos no convierten al mundo de manera colectiva, a través de medios mundanos para alcanzar fines espirituales. ¿Entiende usted eso? Ese es el punto.
Muchas personas clave en el gobierno en la actualidad, como también en ese entonces, son cristianas. Y, gracias a Dios por eso. Inclusive, en el Antiguo Testamento. Gracias a Dios por José en Egipto, o Daniel en Babilonia, o Sadrac, Mesac, y Abednego, príncipes en un gobierno pagano.
Pero, sea cual sea el lugar en el que estemos, sea que servimos al gobierno o no, debemos vivir como cristianos, cuya preocupación, cuyas prioridades, cuya perspectiva está a un nivel diferente, a una dimensión diferente, que tratar de usar medios políticos para alcanzar fines espirituales.
Dice entonces, ¿qué es lo que un cristiano entonces debe hacer con su gobierno? Dos cosas, Pablo nos dice aquí. En primer lugar, sométase a él. En segundo lugar, pague sus impuestos.
Llegaremos a eso cuando lleguemos a los versículos 6 y 7: “Sométase a él y pague sus impuestos”. Ahora, estamos viendo el primer principio de su misión. Y, ahora usted puede pasar después de todo eso, finalmente al versículo 1. Pero, necesitaba decir esas cosas. Y, si no termino en esta noche, trataré de terminar la próxima vez. Pero, tampoco haré eso, estoy seguro, porque ni siquiera he comenzado con los versículos 6 y 7, acerca de pagar sus impuestos. Y, entraremos a algunas cosas interesantes ahí.
Notará que el principio que se bosqueja aquí en el versículo 1, aquí está el primer principio. Que: “Sométase toda persona a las autoridades superiores”. Ahora, ese es el primer principio. El segundo principio viene en el versículo 6: “Pues por esto pagáis también los tributos”. Y después, en cierta manera él expande eso. Pero, el principio número uno, es esa idea de someterse al gobierno. Todos nosotros debemos someternos a las autoridades superiores. Y, esa es una referencia al gobierno.
Y, vimos a detalle 1 de Timoteo 2:1 al 4, Tito 3 versículos 1, 2 y 8. Vimos 1 de Pedro 2:12 al 17. Esos tres pasajes dicen básicamente lo mismo. Somos llamados a una función de sumisión. Somos llamados a mantener buenas obras, en un contexto de paz, de una vida pacífica, honesta, piadosa, en silencio, viviendo como ciudadanos modelo, quienes resolvemos nuestros problemas con el gobierno mediante la oración, y aceptando cualquier situación en la que estamos, con gratitud. Sabiendo que Dios ha ordenado esa situación para sus propios propósitos, seamos cristianos en China, en Estados Unidos de Norteamérica, o en cualquier otro lugar.
Todo lo que podemos esperar de un gobierno, es la protección de la vida y la propiedad. Y, cualquier gobierno básicamente hace eso. No necesariamente podemos esperar que vamos a tener todo lo que nos gustaría tener, de manos de un gobierno, que básicamente refleja al hombre pecaminoso. El asunto aquí, no es que si es un buen gobierno o un mal gobierno. Si es una dictadura o una democracia, o una monarquía, o lo que sea. Todo gobierno está constituyendo una autoridad superior, para la protección de la vida y la propiedad, al cual debemos someternos.
Ahora, no estoy diciendo que nuestro gobierno es algo especial. Y entonces, debemos asegurarnos de que nos sometamos al nuestro, porque tenemos entre comillas una nación cristiana. Escuche, si usted cree que Norteamérica es una nación cristiana, usted está equivocado. No existe algo como una nación cristiana, solo hay personas cristianas. Usted no puede tener una nación cristiana.
Ahora hemos tenido religión civil. Digo, hemos tenido en nuestras monedas, “En Dios Confiamos”. Desafortunadamente, tenemos al yo primero en nuestros corazones, pero, tenemos en nuestras monedas el lema, “En Dios Confiamos”. Eso es algo muy vago. Eso podría ser cualquier cosa. Nuestra tradición es una tradición civil religiosa.
Pero, cuando veo nuestro gobierno, veo muchas cosas en nuestro gobierno que me molestan mucho. Digo, veo a nuestro gobierno y veo problemas, veo a personas en posiciones de autoridad que son inmorales. Oímos continuamente acerca de el soborno. Tengo muy poca tolerancia por permitirle a los homosexuales el tener libertad y derechos equivalentes, o iguales con toda persona, como si en cierta manera solo fuera una especie de preferencia sexual, en lugar de que fuera un pecado vil. No me gusta el hecho de que nuestro gobierno contribuye mediante sus leyes a la destrucción de la familia, y la destrucción del matrimonio, y la promoción de un papel para las mujeres, que es lo opuesto a las Escrituras. No me gusta que nuestro gobierno promueve leyes en contra de leer la Biblia en la escuela y orar. No me gusta que nuestro gobierno tiene lo que yo creo que es un castigo desigual para los criminales, el no prevenir la inmoralidad en los medios masivos de comunicación, y deja que la gente publique inmundicia absoluta, y la plante por todos lados. No me gusta que nuestro gobierno hace eso en el nombre de la libertad de expresión. No me gusta que nuestro gobierno legalice el aborto y permite que millones de personas que todavía están en el vientre, sean masacradas. No me gusta que nuestro gobierno le da a los niños derechos fuera de sus padres, de tal manera que una niña de 15 años tiene el derecho de practicarse un aborto sin decirle a sus padres. No me gusta que nuestro gobierno parece estar más preocupado a veces con proteger a los criminales, que en proteger a los ciudadanos que se someten a la ley. No me gusta que continuamente se promueven reglas para restringir a los policías, a la procuración de justicia.
Realmente creo que no tenemos el sistema ideal aquí. Digo, estoy contento por estar aquí, pero, no estoy bajo ninguna ilusión de que tenemos algún tipo de estrategia cristiana para todo. Pero, a pesar de todas esas cosas, todavía me encuentro a mí mismo llegando a la declaración del versículo 1, que debo someterme a las autoridades superiores.
Me gusta que mi gobierno quiere proteger mi vida y propiedad. Me gusta que hay leyes establecidas para indicar que si algo es mío, es mío, y no puede usted tenerlo, a menos de que yo de manera voluntaria se lo dé. Y, cualquier persona que trata de dañarme, o aquellos a quienes amo, van a ser traídos a la ley. Yo valoro esas cosas. Valoro las grandes libertades que tenemos en este país, para el ministerio de la Palabra de Dios, y la predicación del Evangelio, aunque no estoy bajo ninguna ilusión en particular, de que el Señor necesita nuestro tipo de gobierno para edificar su iglesia. China de hecho ha probado exactamente lo opuesto.
Hay muchas cosas por las que estoy agradecido. Y, no estoy diciendo que no lo estoy. Solo quiero que sepa que no encuentro conforme veo este pasaje, que sea más fácil para mí pensar en estar sujeto a las autoridades superiores, que lo que es para alguien en un país del que podemos pensar que es mucho peor. A cualquier cristiano le va a parecer difícil en su país someterse así como a nosotros.
Y, yo hago las mismas preguntas que usted hace. Es muchas veces muy difícil enviar mi cheque a nuestra Secretaría de Hacienda, pagando nuestros impuestos, pensando que el gobierno va a pagar con esto los abortos. Estoy llamado a someterme a esas autoridades, son ordenadas por Dios. Dios tiene sus propósitos, sus razones. Ahora, la única vez en la que se me permite violar el gobierno que está sobre mí, es si ese gobierno hace una ley que viola la ley de Dios, ¿verdad? Y, hemos visto eso en Hechos 4 y 5.
Ahora, por un momento quiero que regrese a Mateo capítulo 10. Y, no creo que voy a terminar con mi introducción, pero, está bien. En Mateo capítulo 10 versículo 16, y esto es tan importante. El Señor aquí nos da información muy básica, que podemos asumir que nos va a ser muy útil. “Os envío”, versículo 16, “como ovejas en medio de lobos”. Ahora, debe entender algo usted. Él dice esto en general a todos los que salen representándolo. Van a salir como ovejas en medio de lobos. En otras palabras, van a dirigirse hacia algo de dificultad. Sea cual sea el sistema gubernamental en el que usted se encuentre, “usted va a encontrar que su testimonio cristiano fuerte, va a generar cierta hostilidad. Entonces, sed sabios como serpientes e inocentes como palomas”. Esa es una declaración tan importante. Eso nos habla del perfil de un cristiano en un ambiente hostil. Prudente como serpiente, una serpiente, claro, es el modelo de precaución, de inteligencia, de astucia, de cautela. Una serpiente no es un agresor feroz. Una serpiente es discreta. Una serpiente es calculadora. Una serpiente no busca causar problemas. Una serpiente no busca imponer lo que quiere hacer. Eran el modelo de astucia, el modelo de precaución. Y, eso es lo que él dice para comenzar. “Sean muy cuidadosos. Sean muy cautelosos. Sean muy inteligentes”.
En segundo lugar, “inocentes como palomas”. Y, eso también era proverbial. Nada es más inocente que una paloma. No podría dañar a nadie. Una paloma era un símbolo de pureza. Una paloma era un símbolo de inocencia. Y, entonces él dice: “Sea lo que sea que ustedes sean, aun si están en medio de lobos, aun si el ambiente es tan hostil como los lobos lo son a la ovejas, sean sabios y cautelosos, e inteligentes, y precavidos. No busquen meterse en problemas. No busquen imponer su voluntad. Y, sean tan inocentes como una paloma. Tan inocentes, tan honestos, tan llenos de integridad, tan carentes de venganza, sin buscar lastimar a nadie”. Así es como debemos ser caracterizados por sabiduría, caracterizados por pureza, caracterizados por gentileza, sin hacer concesiones.
Y, yo leo como usted en el periódico, acerca de estas personas ahí que están en otra parte de nuestro país, que siempre están siendo encarceladas por las autoridades estatales, porque no se sujetan a alguna ley estatal. Y, veo eso, para ser honesto con usted, no creo que el estado tiene la razón en esas cosas. Pero, le voy a decir una cosa, no creo que ellos están bien tampoco, en la manera en la que reaccionan. Y, creo que si ellos reaccionaran siendo tan sabios, o siendo prudentes como serpientes e inocentes como palomas, si demostraran un poco de sabiduría y un poco de precaución, y un poco de disposición por conciliar, por hacer que las cosas funcionen. Y, si mostraran algo de pureza, y algo de inocencia, y un espíritu que carece de buscar la venganza, sucederían cosas muy diferentes de lo que están sucediendo.
Pero, es casi como si buscan el teatro. Es casi como si buscaran el conflicto, lo cual es la antítesis de lo que nuestro Señor nos llama a hacer, cuando Él nos llama a enfrentar el mundo que nos rodea. No debemos ser vengativos.
Usted recuerda, ¿no es cierto? Romanos 12:17: “No paguéis a nadie mal por mal. No calumnien. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. Encuentre una manera de buscar en paz. Si hay algún papel que tiene que firmar, entonces, si hay alguna manera en la que puede firmar el papel y no hacer concesiones en las convicciones de su propio corazón. “Y, no se venguen. Y si tu enemigo tuviera hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber. Y vence su maldad con el bien”. Esa es la actitud del cristiano. No estamos tratando de buscar peleas. No estamos tratando de comenzar una batalla. No queremos comenzar una guerra. Queremos ser tan amables, amorosos, y gentiles como podamos, y no hacer concesiones. Y, si al final somos perseguidos por causa de nuestro mensaje, por causa de nuestra vida, que así sea. Pero, que solo sea en ese caso.
Y después, él pasa ahí en el versículo 17: “Guardaos”. En Mateo 10: “Guardaos de los hombres, los van a entregar a los concilios, y los van a azotar en sus sinagogas. Y van a ser tratados injustamente. Los van a flagelar y van a ser traídos ante gobernadores y reyes por mi causa, para testimonio en contra de ellos y los gentiles o paganos”.
Sí, el tiempo va a venir cuando el estado persiga a los creyentes. Ha sido así a lo largo de la historia. El estado va a matar a las ovejas. Los reyes y los gobernantes van a llamarlos. Y, algunas veces esto va a pasar. Pero, recuerde esto, cuando suceda, será un testimonio. Eso es correcto, va a ser un testimonio. Y, quiero que sepan que cuando la iglesia es perseguida tiende, ¿a qué? A crecer Y, la sangre de los mártires se convierte en la semilla de la iglesia. Y, algunas veces esto es lo que purifica a la iglesia.
Y, después en el versículo 19 él dice, que cuando se entreguen, esto es, cuando los lleven prisioneros, no os afanéis, no se preocupen. Ni siquiera entonces, no hagan una protesta. No causen problemas por ello. “No se preocupen por lo que van a decir, porque les será dado en esa misma hora lo que deberán decir”. ¿No es eso maravilloso? El Señor promete darle lo que debe decir. “Estén tranquilos y dependientes, “porque no son vosotros los que habláis, si no el Espíritu de vuestro Padre quien habla en vosotros”, versículo 20. ¿No es eso maravilloso?
Entonces, debemos de hacer todo lo que podamos por ser pacíficos. Todo lo que podamos por ser amorosos. Todo lo que podamos por ser los mejores ciudadanos posibles. Y, de manera callada y honesta, y con integridad, y virtud, y piedad sembrad las semillas de la verdad espiritual en nuestra sociedad. Vivid vidas piadosas, influenciar a nuestro mundo, y de hecho, si deciden perseguirnos, que sea solo por nuestra fe. Que sea solo por nuestro testimonio. Inclusive, en ese momento, no debemos de preocuparnos, porque el Señor nos dará qué decir en el momento que debamos decirlo.
Y, después me gusta lo que dice en el versículo 21 al 23, dice: “Hermano entregará al hermano a la muerte”. Y, va a suceder inclusive en una familia. “Y los padres van a entregar a sus hijos a la muerte; los hijos se van a levantar contra los padres, y van a causar que sean matados”. Y, la historia de la iglesia nos dice que esto realmente es verdad. Hay conflicto en una familia. No es raro que haya conflicto inclusive dentro de una familia.
Y, él dice en el versículo 22: “Y seréis aborrecidos por todos por causa de mi nombre; pero el que soporte, el que persevere hasta el fin, éste será salvo”.
Y, me gusta lo que dice en el versículo 23. Dice usted: “Bueno, cuando te persiguen, ¿qué haces?” Simplemente dices: “¡Hey! Aquí estoy. Pégame. Pégame otra vez”. Esto es maravilloso, ¿no?
Versículo 23: “Cuando os persigan en esta ciudad”, ¿qué? “Huyan, sálganse de ahí. No deben estar cultivando un complejo de mártir. Salte de ahí, vete a otro lugar. Y sigue, continúa, mientras tengas otro lugar al cual ir”. En otras palabras, el Señor está diciendo: “No les estoy pidiendo que se queden ahí y que sean golpeados hasta que los maten. Si pueden encontrar una manera de salir, salgan”. Digo, la paciencia tiene un límite. “Sálganse”. Pero, nos sometemos de manera callada, pacifica. Somos prudentes como serpientes, inocentes como palomas, e infectamos a nuestra sociedad con nuestra piedad, no con nuestra influencia política. No con nuestro materialismo mundano. Esas cosas nos derrotan, no nos ayudan. El mundo necesita saber claramente lo que somos, ¿no es cierto?
Y, ¿por qué nos sometemos? Regresemos a Romanos 13 y por lo menos repasemos lo que les di la última vez. En Romanos 13, él nos da varias razones por las que nos sometemos. Razón número uno, es que el gobierno es por decreto divino, porque no hay autoridad si no de parte de Dios. Y, las que hay, por Dios han sido establecidas. Y, hemos estado explicando ese punto, creo, una y otra vez. Que sea cual sea el gobierno, Dios lo puso ahí para el propósito que Él quiere cumplir. Si es un buen gobierno, lo puso ahí para bien. Si es uno malo, lo puso ahí para cumplir algo. Digo, Dios ha colocado el gobierno en su lugar. No hay poder, si no de parte de Dios, y los que hay, por Dios han sido establecidos. Eso lo está diciendo de ambas maneras. No hay autoridad que no sea de Dios, y toda autoridad es de Dios. Lo mismo, dicho de dos maneras. De manera exclusiva e inclusiva.
El gobierno es por Dios. Inclusive los gobiernos que tienen una falta de libertad reflejan el propósito de Dios. Debemos entender claramente la lección de China. La antítesis absoluta de todo lo que conocemos en la democracia norteamericana. Y, la iglesia ha florecido en eso, porque el crecimiento del Reino no se relaciona con ningún tipo de grupo político, en absoluto. No tiene nada que ver con ello. Y, la gente que está bajo la ilusión de que usted tiene que preservar la democracia norteamericana para preservar el Reino de Dios, está equivocada. No están conectadas. Inclusive, Nerón quien quemó a cristianos, fue ordenado por Dios. Y, la muerte de aquellos cristianos, se volvió el desarrollo de la iglesia. Dios sabía lo que estaba haciendo. Entonces, nos sometemos, porque el gobierno es ordenado por Dios.
En segundo lugar, porque la resistencia al gobierno es rebelión contra Dios. Versículo 2: “De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste”. Entonces, nos sometemos porque si usted resiste, está resistiéndose a Dios. Y, estas personas que supuestamente en el nombre de libertad cristiana resisten lo que el gobierno quiere hacer, llevando a cabo alguna función legal, o haciendo que firmen algún papel, o atravesando por algún trámite, están resistiéndose a la ordenanza de Dios. Para este tiempo y este lugar, Dios ha instituido eso o permitido que sea instituido. Y, no quiero decir con esto que Dios está escribiendo todas las leyes, pero, están dentro del marco de su tolerancia y propósito, y resisten a Dios.
Y, después vimos la tercera razón, ¿no es cierto? Al final del versículo 2. Nos sometemos en primer lugar, porque el gobierno es ordenado por Dios. En segundo lugar, la resistencia al gobierno, es rebelión contra Dios. Y, en tercer lugar, aquellos que resisten, serán castigados. Dice: “Y, los que resisten acarrean condenación para sí mismos”. Y, ahí está hablando no solo del juicio de Dios, si no del juicio del hombre. Dios le ha dado al gobierno el derecho de castigar a los malhechores. Dios le ha concedido al gobierno el privilegio del castigo.
Pase conmigo por un minuto de regreso al Pentateuco. Regresemos Éxodo. Simplemente quiero darle una mirada breve a esto, y después vamos a concluir por esta noche. Pero, en Éxodo capítulo 21, Dios instituyó una ley. Y, la ley era que el gobierno tenía un derecho de castigar. “Más si hubiere muerte, entonces pagaras vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe”. En otras palabras, cualquier crimen cometido, merece un castigo proporcional. Si una vida es tomada, se debe una vida. Si un ojo es tomado, un ojo es debido. Si un diente es tomado, un diente es debido. Una mano, una mano. Un pie, un pie. Si ha ocurrido un incendio, se debe un incendio. Si se han dado contienda, se deben contiendas. Y, aquí está la institución del privilegio gubernamental, al castigar a los malhechores. Esta no es venganza personal. Estos nunca fueron dados para la venganza personal. Esto es para que el gobierno lleve a cabo o aplique el castigo.
Y, él continúa en el capítulo 22: “Cuando alguno hurtare buey u oveja, y lo degollare o vendiere, por aquel buey pagará cinco bueyes, y por aquella oveja cuatro ovejas. Si el ladrón fuere hallado forzando una casa, y fuere herido y muriere, el que lo hirió no será culpado de su muerte”. En otras palabras, si alguien se mete y muere al tratar de meterse, y de robar, y te defiendes contra él, tú no mueres. “Pero si fuere de día, el autor de la muerte será reo de homicidio. El ladrón hará completa restitución; si no tuviere con qué, será vendido por su hurto”. Si él vive a lo largo de la noche y se levanta en la mañana, él tiene que pagar todo. Y, si él no tiene nada qué pagar, él es vendido como esclavo. Y, el dinero que es ganado de esta venta, es dado a la persona que fue robado.
Entonces, esta es una función del gobierno, desde el principio. Cuando Dios estableció las leyes del gobierno, Él estableció que debían seguirse ciertos principios. Escuche Números 35, y de nuevo encontramos – hay muchos otros capítulos. Simplemente le estoy dando lo más importante. Números 35:19: “El vengador de la sangre, matará al homicida; cuando él lo encuentra, lo matará”. En otras palabras, si alguien asesina a alguien, debe haber un vengador. Y, el vengador va y le quita la vida al homicida. Digo, esta es pena capital, esta es la institución de la ley. Y, dice lo mismo en otra parte en el Pentateuco.
Después en Deuteronomio capítulo 22, por cierto, fue algo interesante que cuando alguien cometía un asesinato, alguien cercano a la víctima asesinada, era el vengador que iba y quitaba la vida, claro, bajo la dirección de la corte. Quitaba la vida de la parte culpable. En Deuteronomio 22:18, habla de un hombre que ha cometido un crimen, y dice en el versículo 18 de Deuteronomio 22: “Los ancianos de la ciudad tomaran al hombre y lo castigarán; y le impondrán una multa de cien ciclos de plata, lo entregaran al padre de la doncella, porque él ha traído un mal nombre sobre una virgen de Israel; y ella será su esposa, no podrá divorciarse de ella en todos sus días”. Entonces, aquí hay un hombre que ha calumniado, le es impuesto una multa, y su paga es casarse con la niña. Y claro, eso es de por vida, de acuerdo con el estándar de Dios. Digo, continúa y continúa de esta manera.
En Eclesiastés capítulo 8, no trate de encontrar Eclesiastés en este momento. La felicidad es estar sentado a alguien que sabe dónde está Eclesiastés. Pero, en Eclesiastés nos habla de que el juicio debe ser implementado inmediata y rápidamente. Y eso, claro, es lo que causa que la gente tema el castigo. El castigo que es rápido, pronto.
También me acuerdo, creo que es el capítulo 31 de Job y versículo 11. Puedo estar mal en esto, pero, creo que sí, dice: “Porque es maldad” – identificando un crimen terrible – “e iniquidad que han de castigar los jueces”. En otras palabras, es la misma idea. Los jueces, los líderes, los gobernantes han recibido por parte de Dios el derecho de implementar el castigo en contra de aquellos que cometen un crimen. Un castigo proporcional y justo.
Y, cuando un gobierno castiga un criminal, está implementando la voluntad de Dios. ¿Entiende usted eso? Y, cuando no hace eso, tiene sangre en sus manos. Y, yo creo que la ausencia de la pena capital, hace de una nación culpable de sangre delante de Dios. Porque en donde la vida no es tomada por la vida, el suelo, inclusive en el caso de Caín y Abel, el suelo clama a Dios por la sangre que no ha sido castigada.
¿Quiere saber por qué la tasa de homicidio en nuestro país continúa creciendo y creciendo? Esa es la razón. Entonces, los instrumentos de castigo, son humanos, pero, la fuente es divina. Es el propósito, el plan, y la voluntad de Dios llevada a cabo mediante el gobierno terrenal. Y, cuando esto se desintegra, cuando los criminales no son castigados apropiadamente, una institución de Dios es destruida. Es como el hogar, cuando los hijos no son castigados apropiadamente, ¿qué le sucede a la familia? Se desintegra. Y lo mismo es el caso en una sociedad.
Y, realmente creo que Norteamérica se dirige a la destrucción. Y, no creo que la destrucción va a venir de los rusos aventándonos una bomba. No creo que va a venir de alguna potencia exterior conquistándonos. Creo que nuestra destrucción viene desde adentro. Al rebajar nuestros valores morales, al darle mucha importancia a las cosas materiales, al masacrar a bebés que no han nacido, no castigar de manera fuerte y pronta a los malhechores, al tolerar el vicio, al elevar a los homosexuales a lugares de honor, al sacar a las mujeres del hogar. Digo, usted sigue y sigue con todo esto, esa es la realidad devastadora de la caída de nuestro país.
Y en últimas, es en el caso de los individuos, creo que Dios nos va a entregar a una mente reprobada. La respuesta, queridos, no es la política. Entiende eso, ¿no es cierto? Y, la respuesta no es, seamos como ellos y disfrutemos de nuestro propio materialismo cristiano. La respuesta es invertir nuestro dinero y nuestro tiempo, y nuestro esfuerzo, y nuestras oraciones, y nuestras vidas en vivir una vida piadosa, y hablar valientemente el Evangelio de Jesucristo, el cual es el único que puede cambiar un corazón. Y, los corazones cambiados pueden cambiar el rumbo de una nación. Entonces, nos sometemos porque el gobierno es de Dios. Rebelarnos, es resistir a Dios. Y resistirnos, significa castigo.
Y ahora, llegamos hasta donde nos quedamos la última vez. No puedo llegar a lo bueno. Simplemente comienzo a entrar. Inclinémonos en oración.
Señor, queremos entender cómo es que debemos vivir en este mundo. Queremos entender lo que Tu Palabra nos está diciendo. Ayúdanos. Ayúdame. Ayúdame a no decir cosas que no reflejan tu voluntad perfecta, que no reflejan una interpretación apropiada de Tu Santa Palabra. Y, oh Señor, ayúdanos a ser en el mundo lo que Tú quieres que seamos. Ayúdanos a no desviarnos. Ayúdanos Señor a ser fieles, a vivir como Tú quieres que vivamos, a hablar como Tú quieres que hablemos, a ser valientes en proclamar la verdad, a hablar de los pecados de nuestra nación, los pecados de nuestras vidas. Pero Señor, cuando hablamos de vivir, ayúdanos a vivir vidas en silencio, honestas, pacíficas, vidas llenas del amor de Cristo, llenas de pureza, llenas de una fidelidad a la verdad que no hace concesiones. Que Señor, así sea que movamos ésta nación. Y, que sea, Señor, que inclusive podamos salvar ésta nación, no mediante organización política, si no mediante el poder de vidas transformadas. Ayúdanos a saber que si el mundo va a ser alcanzado, va a ser alcanzado con el mensaje de la fe redentora. Que seamos fieles, Señor, en alcanzar. A vivir de tal manera sin concesiones. Sin embargo, como ciudadanos modelo, de tal manera que gobernamos nuestras vidas, para que Cristo pueda ser visto en nosotros. Que seamos como esa primera iglesia. Una comunidad de personas que viven tanto para el Reino, que viven tanto para la dimensión espiritual, que están tan perdidas en servir al Salvador, que nuestros críticos puedan acusaros de ser indiferentes al mundo que nos rodea. Y, que nosotros como ellos no lleguemos a nuestros fines, mediante nuestra riqueza o poder político, si no por nuestra santidad y pureza de vida. Te damos gracias por el privilegio de seguir los pasos de nuestro Salvador. Que caminemos como Él caminó, aquellos que nombramos su nombre. Amén.
Para más información sobre los mensajes y libros del pastor John MacArthur, y de los derechos legales de los mismos, puede acceder a la página en gracia.org.
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
DERECHOS DE AUTOR © 2014 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros.
Este artículo también está disponible y se vende como un folleto.
Esta serie de sermones incluye los siguientes mensajes:
Por favor, contacte a la casa Editorial para obtener copias de este recurso.
Información de la Editorial