Esta mañana en nuestro estudio continuo de 2 Corintios, llegamos a una de las doctrinas más elementales y más fundamentales de la Biblia. De hecho, lo que vamos a aprender en el texto esta mañana es una piedra angular en todo el entendimiento cristiano y en toda la conducta cristiana. Vamos a estar identificando un principio el día de hoy, que es explicado por el apóstol Pablo, que tiene implicaciones de largo alcance y cruciales para nuestra utilidad, para nuestra bendición.
Quiero que abra su Biblia en 2 Corintios, capítulo 6. Y no voy a pasar mucho tiempo presentando el mensaje. Quiero entrar al principio aquí, porque es tan, tan importante. 2 Corintios, capítulo 6, versículo 14. Permítame leer el párrafo que sigue al versículo 14: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? Satanás. ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y Yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.
Probablemente, esta es la porción más conocida de la Escritura que se encuentra en 2 Corintios. La afirmación que comienza el versículo 14 podría ser una de las porciones citadas con mayor frecuencia de esta epístola maravillosa. Dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. Y ese es el principio que es tan elemental, a tal grado una piedra angular en la vida cristiana, que necesitamos prestarle nuestra atención con mucho, mucho cuidado.
Ahora, simplemente a partir de una primera lectura, es claro en este pasaje que el apóstol Pablo identifica dos mundos que se oponen, dos esferas o reinos o dimensiones de la vida que se oponen. Uno es descrito y caracterizado por la justicia, la luz, Cristo, los creyentes y la presencia de Dios. El otro es caracterizado, descrito como impío, oscuro, satánico, ocupado por los incrédulos y la presencia de los ídolos. Dos sociedades, dos esferas totalmente diferentes, totalmente incongruentes, completamente incongruentes e incompatibles. Y el apóstol dice: “No hay posibilidad para que la gente en estos dos reinos estén ligados, juntos, en un trabajo en común. No hay comunión, no hay asociación, no hay armonía, no hay algo en común, y no hay acuerdo, o realmente puede existir”.
Años atrás, hubo una balada titulada “Dos mundos diferentes”, y la primera línea simplemente decía: “vivimos en dos mundos diferentes”. Y ese es precisamente el caso aquí. Dos mundos diferentes que no tienen absolutamente nada en común. Nadie realmente vive en ambos. Algunas personas tratan, sin éxito. Pero ambos son distintos. Uno es antiguo, el otro es nuevo. Uno es terrenal, el otro es celestial. Uno es mortal, el otro da vida. Uno es material, el otro es espiritual. Uno está lleno de mentiras, el otro es todo verdad. Uno se relaciona con lo inmundo y el otro, con lo puro. El mensaje de Pablo en este texto tiene la intención de presentar de manera clara a todo cristiano que no hay posibilidad de vivir en ambos o estar pasando de uno al otro. Dice usted: “¿Por qué se dirige a esto aquí?” Respuesta: porque los corintios estaban esforzándose por vivir en ambos, o por lo menos tratar de pasar del uno al otro.
Habían venido a Cristo. En el capítulo 5, versículo 17, el apóstol Pablo había afirmado que “si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas han sido hechas nuevas”. La salvación es llamada “vida nueva”. Y los corintios habían entrado a esa vida nueva. Habían venido a lo nuevo y a lo celestial, y a lo que da vida, y a lo espiritual, y a lo verdadero. Habían venido al reino que es caracterizado por justicia, luz, Cristo y la presencia de Dios; y no había posibilidad de tener una relación de intimidad alguna con aquello que era antiguo, y terrenal, y mortal, y material y lleno de mentiras. Lo que era impío, y oscuro, y satánico e idólatra.
Habían sido hechos puros, y no podían tener más comunión con aquello que era impuro. Ese es el mensaje de Pablo, y los corintios necesitaban oírlo. ¿Por qué? Porque estaban moviéndose entre dos esferas incompatibles, incongruentes, de un extremo al otro. Como los Tesalonicenses, de quienes Pablo dice: “Os habéis vuelto a Dios y a los ídolos”. 1 Tesalonicenses 1:9. Habían hecho eso. Los corintios se habían vuelto a Dios y a los ídolos, pero debido a las influencias de la cultura pagana en la que estaban seguían regresando a la idolatría antigua, y realmente, no había posibilidad de acuerdo alguno, de armonía alguna, de asociación alguna, de comunión alguna con ese reino antiguo.
Se estaban permitiendo a sí mismos, debido a la influencia de su cultura, a ser aspirados de regreso a las formas de su idolatría antigua. Y para empeorar las cosas, en medio de ellos habían venido falsos maestros que habían traído un tipo de religión sincretista ecléctica, que tomaba el cristianismo, el judaísmo y las formas más populares de idolatría pagana y la habían derretido juntas para formar una herejía falsa, y satánica y condenadora, que había tenido una gran influencia en la iglesia corintia, al grado que algunos de los corintios incluso se habían vuelto en contra de Pablo, a favor de estos apóstoles falsos y maestros mentirosos que habían venido con su doctrina de demonios, su invento satánico. Y ahora, estaban tratando de unir al cristianismo con estas nuevas cosas y unir a Pablo con estos apóstoles falsos. Y eso era una imposibilidad absoluta y total; y más que tan solo ser imposible era terriblemente dañina, como veremos.
Entonces, Pablo tiene que dirigirse a este problema en Corinto. Estaba ahí cuando él escribió la primera carta, 1 Corintios, a ellos. Estuvo ahí antes de 1 Corintios, cuando él escribió su carta inicial que no aparece en la Escritura. Todavía está ahí, y ha sido acentuada ahora, debido a la llegada de los falsos maestros que han metido otra forma de religión pagana mezclada quizás con judaísmo y de alguna manera el cristianismo para hacerla más apetecible. Y entonces, aquí están estos corintios brincando de un lado a otro de Cristo, a su religión pagana del pasado, algunas veces de manera ingenua.
Entonces, Pablo hace una afirmación directa en el versículo 14, que es el mandato, el mandamiento, el estándar y el principio, que es explicado en el resto del texto, y es este: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. Esa es una afirmación clásica. Como dije, probablemente la afirmación más conocida de esta carta entera. Es un llamado clásico por parte del apóstol a la separación de los incrédulos. Y, de hecho, ese es el desafío más grande que usted como cristiano tiene y yo también. No unirse con incrédulos es nuestro desafío más grande. Vivir una vida separada es un desafío tremendo. En particular en una cultura que nos está bombardeando con todos los elementos del paganismo.
No solo es nuestro desafío más grande, es nuestra fuente más grande de gozo y utilidad, cuando obedecemos ese mandato. Los puros y los contaminados no comparten nada en común en últimas. Y el pueblo de Dios no puede formar relaciones íntimas con aquellos que no pertenecen a Dios. Todas las relaciones como esas son superficiales. Usted no puede tener una relación significativa con un enemigo del Evangelio. Ellos viven en un mundo diferente, con un líder diferente y totalmente hostil y antagonista.
Ahora, ¿qué significa eso? ¿Cuáles son las implicaciones de eso? Bueno, en primer lugar, el término “unáis” normalmente es traducido “yugo desigual”, porque viene de un término griego que puede tener esa implicación. De hecho, el término griego, el verbo griego, que algunas veces es traducido “yugo desigual”, ἑτεροζυγέω (heterozugeo), puede ser usado de unirse en un esfuerzo en común.
Pablo extrae esta analogía. No obstante, no del uso del término griego, sino de un concepto que está atrás, en Deuteronomio 22:10. Cuando Dios estaba estableciendo prescripciones para la conducta de Su pueblo, Él le dio muchas prescripciones que a nivel superficial no son espirituales. De manera particular, tenían que ver con la identidad única de la vida de Israel. Pero algunos de ellos eran muy prácticos y sabios, y una de las cosas que Él les instruyó, registrada en Deuteronomio 22:10, es que no debían arar con un buey y un asno unidos juntos. Y las razones para eso son obvias. Esos dos animales tienen dos naturalezas diferentes. No tienen la misma disposición. No tienen la misma fuerza. No tienen el mismo tipo de instintos. Naturalezas completamente diferentes. Usted no puede unirlos y esperar que haya un surco derecho. Y Pablo está tomando esa analogía y usando un término griego que era usado en esa misma manera, hablando de yugos desiguales o yugos iguales.
De hecho, en el tiempo de Pablo ese verbo mismo era usado para referirse a maestros que estaban unidos en una religión en común o una filosofía en común, una escuela en común, que no estaban de acuerdo, y se decía que estaban en yugo desigual. Entonces, Pablo está tomando de la analogía hebrea del Antiguo Testamento, y como también tomando de algo del uso griego de ese término mismo, porque significa estar unido, estar involucrado en alguna asociación en común, una empresa en común, ligados juntos, y tener que hacer lo mismo en armonía perfecta. Es una imposibilidad total si estamos hablando de un creyente y un incrédulo. No se permita a sí mismo unirse en un yugo con un incrédulo.
Ahora, eso abre todo tipo de posibilidades. ¿Qué quiere decir Pablo cuando dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”? ¿Cómo debemos entender eso? Porque las implicaciones de eso tienen todo tipo de importancia para nuestras vidas. Ahora, alguien va a venir y decir: “Bueno, mira, en el sentido más puro y más verdadero, realmente está llamándote a un estilo de vida de monje. Bueno, eso te está llamando a vivir como esos monjes de siglos atrás, vestirte de alguna ropa sucia y encontrar una cueva y quedarte ahí hasta que mueras. Y tú sabes, simplemente te quedas ahí, te ensucias más y más. Y lees la escritura y contemplas tu ombligo, y no dejas que nadie te influencie, simplemente te aíslas a ti mismo”. Esa realmente era la mala interpretación de esto que está detrás de la mentalidad de monje.
Algunos de nosotros, en un ambiente más moderno, podríamos decir: “Bueno, lo que realmente significa es que más vale que te asegures de que compres tu casa de un agente de bienes raíces cristiano. Y compres tu casa de un vendedor de autos cristiano. Y asegúrate de que tienes vecinos cristianos. Y asegúrate de que tus hijos están en una escuela cristiana. Y asegúrate de que compres tu seguro de un agente cristiano. Y asegúrate de que encuentres un carnicero cristiano, y sigues, y sigues y sigues al infinito. Y simplemente, no podemos meternos en ningún tipo de situación. Y asegúrate, hombre, no debes estar en un fondo de inversión mutuo, hombre. Entonces, realmente estás ligado a un incrédulo, más vale que tengas cuidado quién está metiendo el dinero en tu banco, digo. Y sigue, sigue y sigue…”
¿En dónde trazamos esta línea aquí? ¿Qué tan lejos llega? ¿Qué tal acerca de salir en una cita con alguien? ¿Qué hay acerca del matrimonio? ¿Qué hay acerca de una asociación? ¿Qué hay acerca de estar en un equipo? ¿Qué hay acerca de trabajar juntos con alguien? ¿Qué hay acerca de estar recreación juntos con ellos? ¿Qué hay acerca de inversiones mutuas? ¿Qué hay acerca de un negocio en común? ¿Qué hay acerca de una sociedad? ¿Qué hay acerca de una sociedad ilimitada? ¿Qué hay acerca…? ¿Qué hay acerca…? ¿En dónde trazamos la línea aquí? ¿De qué estamos hablando? ¿Debemos salirnos del mundo? Bueno, en cierta manera eso es difícil, debido a que la gran comisión nos dice que veamos por todo el mundo y prediquemos el Evangelio a toda criatura, ¿verdad?
Entonces, no debemos salir del mundo. De hecho, vea lo que Pablo le dijo a los corintios. Ellos entenderían esa afirmación en el contexto de lo que ya les había dicho. Entonces, regresemos a 1 Corintios y veamos cómo es que Pablo define lo que él quiere decir con eso. Y él establece algunos parámetros muy claros para que no tengamos que confundirnos en 1 Corintios, capítulo 9. Y vamos en cierta manera a ver algunas escrituras en 1 Corintios. No tenía la intención realmente de desarrollar esto de esta manera, pero así salió en el primer servicio, entonces así va a salir aquí. De hecho, le dije a la gente que pasé horas y horas y días y días preparando todo esto, y cubrí lo que escribí en cinco minutos. Y esa es la aventura de la predicación. Me interesa oír lo que voy a decir si me puedo acordar de lo que les dije. Se los voy a decir, 1 Corintios 9, versículo 20. Ahora, Pablo en el versículo 19 realmente lo presenta: “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número”.
Ahora, Pablo está diciendo: “Miren, estoy libre de todos los hombres en un sentido, he sido impulsado al reino de la luz, no hay estorbos en este mundo, pero yo me he hecho a mí mismo de manera consciente y deliberada un esclavo a todos ellos para efectos evangelísticos”. Entonces, Pablo no quería salirse del mundo. Él era todo menos un monje. Digo, él estaba en medio de todo, él estaba en medio de toda multitud que había, él era como Jesús, él creaba multitudes, él iba a donde estaban los pecadores con el propósito de evangelizarlos.
Y él dice, versículo 20: “Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley, aunque yo no esté sujeto a la ley, como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley”. Él se volvió un judío, y aquellos fariseos que eran estrictos en guardar la ley, él incluso siguió su camino si era necesario para ganarlos a los que están sin ley. Versículo 21: “Como si yo estuviera sin ley, no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo, para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles. A todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos, y esto hago por causa del evangelio para hacerme copartícipe de él”. Otra manera de decir: para que tenga socios en este asunto quiero ganar gente para Cristo.
Entonces, mire, Pablo no dejó al mundo, él no huyó de él. Él se metió a la mitad de él con el propósito de llevar a gente al conocimiento de Cristo. Él no está llamando al aislamiento. No hay lugar para el aislamiento de los incrédulos. Si Dios nos quisiera aislado de los incrédulos, Él nos habría salvado instantáneamente y nos habría llevado al cielo. Él no está llamando al aislamiento. De hecho, se nos manda a hacer una intersección con los incrédulos todo el tiempo.
Ahora, sigamos esto y veamos en dónde es donde Pablo realmente establece sus límites. Comencemos al regresar a 1 Corintios, capítulo 5. 1 Corintios, capítulo 5. Alguien va a decir: “Bueno, te digo en este momento, voy a limitar mi asociación con gente mundana, simplemente no me voy a asociar con realmente con la escoria, no me voy a asociar con los malos, simplemente quiero mantenerme alejado de eso”. Es ahí donde trazo la línea. Bueno, 1 Corintios 5:9: “Os he escrito en mi carta”. Previo a 1 Corintios, él había escrito a ellos una carta. “Os he escrito en mi carta no asociarse con los fornicarios”. Y alguien va a decir: “Ahí está, ahí está la prueba, no me voy a asociar con ellos”. Pero versículo 10: “No quise decir con todos los fornicarios de este mundo”, no estoy hablando de gente inmoral, no regenerada o avaros o extorsionadores o idólatras, porque entonces tendrías que salir del mundo, y la implicación sería hacer eso. ¿Sería qué? Pecaminoso, equivocado evitar su responsabilidad, no quiero que se vayan a una cueva.
Pablo dice: “No, no, no estoy hablando de asociarse con gente inmoral en el mundo”. Versículo 11: “Estoy hablando de asociarse con los que se llaman hermanos que son inmorales, avaros o idólatras, calumniadores, borrachos, extorsionadores. No estoy hablando de gente inmoral en el mundo, estoy hablando de gente inmoral, ¿en dónde?, en la iglesia”. Tienes que tratar con esas personas. Van a contaminar la comunión. Son como levadura. Tienes que sacarlos. Tienes que entregarlos en Satanás. Tienes que enfrentarlos. No comas con ellos. Si son herejes, amonéstalos unas cuantas veces y después despídelos.
Versículo 12: “Porque, ¿qué tengo que hacer con juzgar a los de afuera? ¿No juzgáis a aquellos que están dentro de la Iglesia?” Pero los que están afuera, Dios juzga. Lo que me preocupa, Pablo, es aquellos que están afuera. Pablo dice: “Van a caer bajo el juicio de Dios y necesito alcanzarlos con el Evangelio”. Entonces, lo que signifique “no unirse en yugo desigual con los incrédulos” no significa que debemos aislarnos de incrédulos pecaminosos.
Entonces, tendríamos que salir del mundo. Y salir del mundo derrotaría el propósito mismo por el cual Dios nos ha dejado en el mundo, y eso es ir al mundo y predicar el Evangelio a toda criatura. ¿Y cuál era el nivel más elevado de acusación jamás presentado en contra de Jesús por parte de la religión organizada? Decían: “Él es amigo, ¿de qué?, de pecadores”. Él está con borrachos y prostitutas y etcétera, etcétera. Seguro, esa es la razón por la que Él vino. Él no vino por los justos, si no él vino por pecadores. Entonces, lo que signifique “no unirse en yugo desigual con los incrédulos” no significa que debemos cortar toda sucesión de ellos. De otra manera, tendríamos que salir del mundo y eso sería desafiar el propósito mismo por el cual el Señor nos salvó y nos dejó, y eso es ir al mundo. Necesitamos estar en donde están.
Bueno, alguien más va a decir: “Sé lo que quiere decir, sé lo que quiere decir, significa que, si estás casado con un incrédulo tienes que divorciarte, tienes que deshacerte de ellos”. Porque digo, si no puedes tener ningún tipo de comunión a nivel más íntimo, ¿cómo la luz puede tener comunión con las tinieblas? Digo, ¿cómo vas a tener un matrimonio? Entonces, deshazte de ese cónyuge no salvo. Encuéntrate a un hombre cristiano agradable, a una mujer cristiana agradable. ¿Es eso lo que quiere decir?
Pase a 1 Corintios 7. 1 Corintios 7, versículo 12. Pablo dice: “Al resto, yo digo, no el Señor”. Por favor, entienda lo que eso significa. No es una aclaración divina. Lo único que está diciendo aquí es: “No estoy citando a Jesús más”. Él es inspirado por el Espíritu Santo para decir lo que él ha dicho. Es la verdad De Dios, pero él ya no está tomando de la enseñanza de Jesús. Entonces, él dice: “Si algún hermano tiene una esposa que es una incrédula, y ella consiente en vivir con él, no”. Ahí está la palabra técnica para divorcio. Si tienes una esposa no salva y ella quiere quedarse casada contigo, entonces se debe quedar. Dios aborrece el divorcio de cualquier tipo.
Y lo mismo es verdad en el versículo 3, una mujer que tiene un marido incrédulo, y él consiente en vivir con ella, que no lo despida. Porque podría haber sido una implicación natural del evangelio, y todas las cosas siendo nuevas, y entrar al reino, y a la luz, y a las tinieblas, y tener un nuevo amo, esto es Cristo, y darse cuenta de que usted ya no puede tener el mismo tipo de relación íntima que hace que la vida sea rica y significativa, y hace el matrimonio lo que Dios diseñó que fuera, porque usted ahora está casado con una persona no salva.Y usted está viviendo de manera absoluta en dos mundos totalmente diferentes en el nivel más profundo de su ser. Y entonces, lo correcto sería deshacerse de esa persona y encontrar a un cristiano para que realmente disfrute de la vida. Y la Biblia dice: “No, absolutamente no”.
Entonces, ¿qué significa? No significa deshazte de tu cónyuge incrédulo, no significa aíslate de todas las cosas malas en tu sociedad. ¿Qué significa? ¿En dónde deben trazarse los límites?
Tomemos otro texto. 1 Corintios, capítulo 8. Y de nuevo recuerde, ahora los corintios habrían tenido esta carta y habrían tenido un entendimiento de esta carta para crear un contexto, para entender la afirmación de Pablo en 2 Corintios 6:14. En 1 Corintios, capítulo 8, Pablo está hablando de algunos límites aquí.
Ahora, permítame tan solo seguir esto. Dice usted: “Bueno, mira, debemos ir al mundo y debemos alcanzar a los incrédulos, muy bien, estoy dispuesto a hacer eso”. Y usted sabe, todos esos incrédulos están reunidos todo el tiempo en los festivales paganos. Usted sabe, la vida en el mundo antiguo giraba, particularmente en Corintio, en torno al paganismo de la época, en torno a la adoración del dios Esculapio y todo el resto de las cosas que iban con eso.Y todas estas cosas paganas se llevaban a cabo, ceremonias y festivales. Toda la vida rodeaba esa idolatría. Y si quería ir a donde los incrédulos estaban, usted iba ahí. Y ese era un gran lugar para encontrar a muchas personas paganas. Todos se reunían ahí, y entonces quizás algunos de los creyentes iban ahí. Y usted tiene una libertad absoluta y completa, no mitigada para ir ahí, y decir: “Mira, soy libre en Cristo, voy a ir y en cierta manera voy a ver, en mi corazón y alma no voy a participar, pueden ser esas cosas que no tienen consecuencia moralmente, pero me va a mantener ahí. En cierta manera voy a mantener ahí la conexión, y eso va a estar bien, y voy a poder alcanzar a estas personas”.
Tiene un pequeño problema aquí en el versículo 10: “Si alguien te ve que tiene conocimiento”. ¿Qué significa eso? Creo que es conocimiento salvador, alguien que es un creyente. Y te ve comiendo en el templo de un ídolo. ¿Acaso su consciencia si es débil no se va a ver fortalecida al comer cosas sacrificadas a los ídolos? Y aquí hay un cristiano nuevo, un cristiano bebé, que es llamado el hermano más débil, también en Romanos 14 y 15, mismo tipo de discusión. Y él ve a este cristiano fuerte. Y el cristiano fuerte está ahí en el festival de Baco. Y él está ahí y las cosas sexuales están pasando ahí, las prostitutas del templo están haciendo lo que hacen. La embriaguez está ahí, la fiesta, y entregándose a todo esto y disfrutando de este tiempo desenfrenado. Y él va ahí, supuestamente para dar testimonio. Y él se sienta, y él come la comida. Digo, él simplemente come la comida. La comida está ahí, y es parte del asunto ahí. Y él come. Un ídolo no es nada. 1 Corintios 8, al principio del capítulo. ¿Qué es un ídolo? Un ídolo no es nada. Algo ofrecido a un ídolo no es nada, no significa nada. No tiene sentido, porque el ídolo no es nada.
Entonces, él simplemente come la comida. Pero hay un cristiano que es un cristiano nuevo, débil. Él acaba de ser salvado de la idolatría. Él ve a su hermano maduro haciendo esto. Él dice: “Hombre, tengo libertad de ir ahí, oh, tengo libertad de comer todas esas cosas, hombre, esto es maravilloso”. Él va, él es demasiado débil, él es aspirado de regreso a su paganismo antiguo. Él no tiene la fortaleza espiritual para enfrentar esa libertad.
Lo que ha pasado es que el hermano más fuerte ha usado su libertad para hacer que el hermano más débil tropiece, ¿verdad? Entonces, tiene que guardar su vida. Él puede ir al mundo y él puede alcanzar al mundo, pero él tiene que, todo el tiempo, estar muy, muy consciente de que alguien puede estar viéndolo. Y viéndolo, legitimando cualquier tipo de conducta que él está llevando. Y al ver que esa conducta está bien para él, lo hunde en ese mismo tipo de conducta, sin la fortaleza espiritual para enfrentar lo que viene y todo lo que conlleva. Poco después, él es aspirado de regreso ahí al vórtice, de regreso al huracán. Y aquí está este hermano más fuerte, bien intencionado, queriendo ganar a un idólatra a Cristo. Y al hacerlo, él ha cruzado la línea y ha hecho que su hermano tropiece, el hermano que es más débil.
Él dice, él se vuelve fortalecido en el versículo 10, a comer cosas sacrificadas a los ídolos, porque él debe hacerlo, pero tú, mediante tu conocimiento, el que es débil es arruinado, el hermano por cuya causa a Cristo murió. Y de esta manera, al pecar en contra del hermano, y herir su consciencia cuando es débil, pecas contra Cristo. En el versículo 13: “No hagas nada que cause que tu hermano tropiece”.
Ahora, aquí tenemos algunos límites. Entonces, vamos a alcanzar al mundo, pero hay algunos límites. Y el primer límite que vemos en este texto en particular es el límite de lo que podría ser una libertad expresada y que causaría a un hermano más débil que tropiece. Entonces, tenemos que guardar la conducta. Sí, queremos alcanzar al mundo. Sí, queremos tocar al mundo. Sí, queremos llevarlos a Cristo. Pero tenemos que quedarnos cortos de una identificación completa con ese estilo de vida, que causaría a un cristiano más débil pensando que él tiene libertad de hacer eso, entrar en eso, y hundirse en algún tipo de desastre espiritual.
Vaya a 1 Corintios, capítulo 10. Y encontremos un tipo parecido de límite para nuestra libertad. En 1 Corintios, capítulo 10, tenemos un escenario que se nos es dado y es un escenario muy simple. Versículo 27: “Uno de los incrédulos te invita”. Hombre, eso es algo maravilloso, ¿no es cierto?, cuando un incrédulo te invita a cenar. ¿Nos gustaría que no siempre tuviéramos que invitarlos? Aquí hay un escenario en donde un incrédulo te invita a su hogar y quieres ir. Funciona, vas a ir. Come todo lo que te pongan. ¿No es eso bueno? No debes ofender al hombre, ¿verdad? Entonces, él viene y él te trae esta carne. No hagas preguntas. Come sin hacer preguntas por causa de la consciencia. Si algo en tu consciencia dice: “Sabes, esto, esto, esto pudo haber sido carne ofrecida a los ídolos”. Porque el mejor lugar para comprar carne en toda ciudad idólatra era la carnicería del templo, porque los precios eran bajos”.
¿Por qué eran bajos los precios? Básicamente, porque no tenían que comprarlo en el mercado. Los adoradores venían al templo y presentaban un sacrificio. Parte de esto era quemada, parte era consumida por los sacerdotes que operaba el lugar, pero obviamente tiene a la población entera teniendo sacrificios rápidamente, no pueden consumir todo. Entonces, simplemente lo sacan por atrás, abrieron una carnicería y se lo vendían a la gente. Y con la eliminación del mercado, la eliminación del mediador, usted tiene la mejor compra. La gente compra su carne ahí.
Ahora, usted va a decir: “Esta es carne ofrecida a ídolos”. No hagas preguntas por causa de la consciencia, simplemente siéntate ahí y cómete la carne. Pero, versículo 28—Si alguien te dijera, digamos, que tienes la escena, es solamente hay varios creyentes ahí, y uno de esos creyentes te dice: “Mira, esta es carne sacrificada a ídolos, yo sé, yo sé de dónde sacó esto”. No, hermano. Ahora tienes un problema. Vas a ofender a alguien. Si comes, vas a ofender a tu hermano, que es débil y que no puede enfrentar el hecho.
Es como una persona totalmente nueva que se convierte del judaísmo ortodoxo y él viene a tu casa para su primera comida con un cristiano y le ofreces costillas de cerdo. Él no puede tolerar eso. Alguien salvado completamente del paganismo, para quien la carne ofrecida a los ídolos tenía connotaciones de una estructura religiosa inmoral, idólatra, vulgar en su totalidad, y le das carne ofrecida a ídolos; y es más de lo que su consciencia puede tolerar. No debes empujarlo, porque no debes entrenarlo a ignorar su consciencia, ¿verdad? Y no debes hacer que él haga algo que va a hacer que viole su consciencia, lo cual es entrenarlo a cómo ignorarla. Y no debes meterlo en algo que lo va a aspirar por el vórtice de su vida antigua.
Entonces, tienes un problema. Aquí hay un hermano más débil y dice: “Esto es ofrecido a ídolos, no puedo comer esto”. Y estás sentado ahí y estás diciendo: “Hombre, si no te ofendo a ti, voy a ofender a este hombre que es un incrédulo y estamos tratando de ganarlo para Cristo”. ¿Entonces, qué? Estás en medio de la espada y la pared. ¿Qué haces? Versículo 28: “No te lo comas”. No te lo comas. ¿Por qué? Por causa del que te informó y por causa de su consciencia. Escucha esto: estás mejor ofendiendo al no cristiano. Tienes una obligación mucho mayor para con tu hermano. Esta es la familia. Este es el reino. Mucho mejor ofender a ese incrédulo.
¿Y sabe usted lo que ese incrédulo va a concluir? “Esos cristianos se aman entre sí, esos cristianos se preocupan el uno por el otro”. Si usted ofende a su hermano y no ofende al incrédulo, el incrédulo va a concluir que es mejor ser un incrédulo. Te tratan mejor. Tenemos una obligación más profunda, lo que es sorprendente, hacia aquellos dentro de la familia, y no hacer que tropiecen. De hecho, Jesús en Mateo, capítulo 18 dijo: “Cuando piensas en causar que otro creyente caiga en pecado, piensa en esto ‘Si alguno causa que estos que creen en Mí pequen, estaría mejor si se amarrara una piedra de molino a su cuello y se ahogara en el mar’”.
En otras palabras, estarías mejor muerto que ofendiendo a un creyente. No ofenda a un creyente. Entonces, retroceda de ese deseo de alcanzar a ese incrédulo por causa del amor a ese hermano y asegúrate de que no tropiece. ¿Por qué? Porque Dios, escuche esto, está mucho más preocupado por lo suyos que por aquellos que no son de Él. Son Sus ovejas amadas y el alcanzar a aquellos que no son de Él depende de la virtud y la piedad de aquellos que lo son.
Entonces, usted no debe hacer lo que hace que ellos tropiecen en pecado. Entonces, todo eso es simplemente para decir que hay un contexto en el que debemos entender esto. No significa que vamos a una cueva. No significa que nos deshacemos de nuestro cónyuge incrédulo o nos deshacemos de nuestros amigos no salvos. No significa que nos salimos de donde vivimos porque estamos rodeados por incrédulos. No significa que dejamos la escuela porque hay maestros no cristianos ahí. No significa eso en absoluto. Lo que significa es que no podemos excedernos en satisfacernos a nosotros mismos en su mundo, al grado que afectamos nuestro testimonio dentro del cuerpo de Cristo. Eso es lo que significa. Incluso Jesús era el amigo de pecadores, comía con los impíos, iba a sus casas.
¿De qué está hablando Pablo aquí? ¿Está hablando de matrimonio? ¿Está hablando de salir en citas, negocios, trabajo, equipo, política, educación, entretenimiento, recreación? ¿De qué está hablando? Bueno, ya hemos visto algunos de los límites que los cristianos habrían entendido. Permítame llevarlo en mayor profundidad a algo que ellos habrían entendido bien. Pablo tiene una cosa en mente, una cosa en mente. Los corintios, todos, estaban afectados por falsos maestros enseñándoles una religión corrupta, corrompida por el paganismo. Y si eso no era suficiente, estaban rodeados por el paganismo. “Corintiarizar” significaba irse a la cama con una prostituta. Así de identificada estaba su ciudad con la impiedad. Y lo que el apóstol está diciéndoles es: “No pueden unirse con falsos maestros y falsos apóstoles y religión falsa”. Ese es el punto. Ese es el punto.
Regresemos a 1 Corintios, capítulo 10 de nuevo. Y quiero mostrarle esto, porque es tan importante entender el punto aquí. Pablo comienza el décimo capítulo de 1 Corintios con una ilustración acerca de Moisés y los hijos de Israel. Cómo había una solidaridad tremenda. Todos fueron llevados colectivamente bajo la nube. Todos pasaron por el mar. Todos fueron inmersos en el liderazgo de Moisés. Todos comieron del mismo alimento espiritual, del maná del cielo, el agua. Todos bebieron de esa misma bebida espiritual. Todos bebieron, usted sabe, de la provisión que les trajo Cristo. Y todos fueron cuidados por Dios.
Pero en el versículo 5, Dios no se agradó de ellos. Recuerde usted por qué. Porque se involucraron en la idolatría. Versículo 7: “No seáis idólatras, como algunos de ellos fueron”. Y habla de su idolatría, recordándonos que se sentaron a comer y a beber, y se levantaron a jugar definiendo su idolatría, y actuaron inmoralmente. Veintitrés mil de ellos tuvieron que ser matados, destruidos por serpientes. Una tragedia terrible, terrible.
Aquí estaba la historia, siga esto. Los hijos de Israel colectivamente en Egipto. Dios viene y lleva a cabo una obra de redención. Son sacados de Egipto, ahora son un pueblo redimido. Llegan al desierto, van camino a Canaán, están en el desierto y comienzan a adorar de una manera idólatra, hacen un becerro de oro, caen en inmoralidad impía, idolatría, y todos mueren en el desierto. ¿Por qué? Aunque habían sido liberados de la cautividad, habían pasado por la provisión redentora de Dios. En lugar de permanecer puros, regresaron al paganismo. ¿De dónde aprendieron? De un becerro de oro. Dígame usted, ¿de dónde vino eso? Egipto. Regresaron. Es exactamente lo que los corintios estaban haciendo, regresando a la idolatría. Y con esa inmoralidad horrible, y con esas sacerdotisas del templo.
Entonces, en el versículo 14, después de esa ilustración, Pablo les dice: “Amados míos, huid de la idolatría”, no regresen. Y después, les dice por qué. No es la copa de bendición que bendecimos una participación en la sangre de Cristo. No es el pan que rompemos compartir en el cuerpo de Cristo. Y debido a que hay un pan, nosotros que somos muchos, somos un cuerpo, porque todos participamos de un pan. Miren la nación de Israel. ¿Acaso aquellos que comen en los sacrificios no son participantes en el altar? De nuevo, está hablando de que somos un pueblo. Todos somos un pueblo. Todos hemos sido redimidos.
¿Qué quiere decir entonces? ¿Qué algo sacrificado a los ídolos es algo? ¿Qué un ídolo es algo? No. No estoy diciendo que un ídolo es algo. Pero, digo que las cosas que los paganos sacrifican las sacrifican a los demonios. Ese ídolo no es nada. No existe tal dios. No existe un dios como ese. Pero hay un demonio detrás de ese ídolo falso, representando a ese dios. Es una religión falsa, demoníaca. Y Satanás está involucrada en ella. Y los demonios están involucrados en ellos. Y al final del versículo 20: “No quiero que seáis partícipes con los demonios”. No pueden nada más de manera casual regresar a eso. “No pueden beber—versículo 21—la copa del Señor y la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios”. ¿Qué quieren hacer? Versículo 22. ¿Provocar al Señor a celos como Israel? ¿Creen que son más fuertes que Él? Es la misma advertencia.
Todavía estaban jugando con la idolatría en Corinto. Todavía estaban siendo aspirados de regreso a esa vida antigua. Y eso estaba siendo acentuado por una forma de religión paganizada, traída a ellos por los falsos apóstoles. Los maestros falsos disfrazados como ángeles de luz, que eran mensajeros de Satanás, él los llama en 2 Corintios 11. Esto se corrompió tanto, que venían a la iglesia y supuestamente estaban hablando en lenguas y no era nada más que el balbuceo pagano que solían practicar y estaban maldiciendo a Jesucristo y pensando que era el Espíritu Santo haciendo eso. Eso es lo que el Capítulo 12, versículo 3 dice. Estaban siendo guiados como eran guiados por los ídolos mudos y estaban diciendo: “Jesús es maldito”. Y él dice: “El Espíritu Santo no les está diciendo eso”. Capítulo 6 de 1 Corintios.
Aquí está la parte inmoral. “¿No sabéis—versículo 15—que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?”. ¿Tomaré, entonces, los miembros de Cristo y los uniré y los haré miembros de una ramera? No pueden tomar a Cristo y simplemente salir a eso y unirse a una ramera, porque unen a Cristo a la ramera. Son un espíritu con el Señor, Versículo 17. Entonces, Versículo 18: “Huid de la inmoralidad, huid de la idolatría”. Los dos huid, en 1 Corintios. Entonces, usted tiene el panorama de lo que estaban haciendo, ¿no es cierto? Digo, simplemente estaban regresando a la inmoralidad antigua, de regreso a la idolatría antigua, confundidos por falsos maestros y enseñanza falsa, y aspirados en una cultura de religión pagana. Cuando Pablo entonces dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”, él está llamando a la separación, escuche con cuidado, al nivel religioso. Eso es lo que quiere decir. Al nivel espiritual.
Y francamente, nada es un esfuerzo espiritual más grande que un matrimonio, porque es en un matrimonio en donde literalmente retratamos a Cristo y a Su iglesia. Pero de eso está hablando él. Él está hablando en una asociación espiritual. Usted no puede jugar con la religión falsa. Usted no puede unir a los maestros verdaderos y a los maestros falsos. Usted no puede tomar el cristianismo verdadero y unirlo a una mentira demoníaca falsa condenadora. No puede hacer eso. Tiene que separarse de todo eso.
Ahora, Pablo habló más de este punto importante. Vaya a 1 Timoteo, capítulo 1, simplemente de manera breve. En 1 Timoteo, capítulo 1, Pablo, en el versículo 18, dice: “Este mandamiento, te encargo, hijo Timoteo, conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, para que por ellas pelees la buena batalla”. Después dice esto, escuche con cuidado, versículos 19 y 20: “Manteniendo la fe, aférrate a la fe y a una buena consciencia, la cual, desechando algunos, sufrieron naufragio con respecto a la fe, entre los cuales están Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar”. Pablo había tenido que ir a esa iglesia y literalmente expulsar a los falsos maestros que estaban enseñando herejía blasfema, que estaban causando naufragio de la fe de la gente. Los entregó a Satanás. No puedes permitir eso en la iglesia. No puedes unirte a eso.
Ahí en el capítulo 4, él habla de mentirosos e hipócritas cauterizados en sus propias consciencias, que enseñan las doctrinas de demonios y son capacitados por espíritus engañadores. En el capítulo 6, versículo 3 él dice: “Cuando alguien así viene con una doctrina diferente, que no se conforma en las sanas palabras, las palabras de Nuestro Señor Jesucristo, y la doctrina, que es conforme a la piedad, él está envanecido, no entiende nada, tiene un interés en preguntas controversiales, disputas de palabras, y opera a partir de la envidia, contienda, lenguaje abusivo, malas sospechas que crean fricción constante. Son hombres de mente depravada, privados de la verdad”. El punto es no tener nada que ver con ellos.
Versículo 20 de ese mismo capítulo, capítulo 6: “Evita las vanas y profanas palabrerías, evita los argumentos de lo que falsamente es llamado ciencia, a lo cual profesando algunos se han desviado de la fe”. Escuche, el ataque número uno de Satanás en contra de la Iglesia es infiltrarla de error. Meterse en la iglesia y enseñar mentiras, error, teología mala. Meter sutilizas sincretistas. Meter cosas que se oyen bien en la superficie, pero es doctrina de demonios. Así opera. Y él lo había hecho en Corinto. Y Pablo dice: “No puedes hacer eso, es desastroso”.
Vea 2 Timoteo, capítulo 2. Una última mirada a las palabras de Pablo. En 2 Timoteo, capítulo 2, en el versículo 15, él dice: “Tenemos que ser diligentes, estudiando para presentarnos aprobados para Dios. Como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que usa bien la palabra de verdad, que la maneja de manera precisa, y tenemos que evitar las vanas y profanas palabrerías, simplemente lleva más a la impiedad, y ese tipo de cosas se esparce como gangrena, entre los cuales son Himeneo y Fileto, hombres que se han desviado de la verdad. Dicen que la Resurrección ya se efectuó y trastornan la fe de algunas”.
¿Entonces qué tiene usted? Tiene a gente a la iglesia, en Éfeso, en donde Timoteo está cuando él recibe la carta, y están enseñando mentiras, y están enseñando herejía, y están enseñando error. Él dice, usa la palabra con exactitud: “Mantente alejado de esas cosas, es como gangrena”. Es así de mortal, carcome el cuerpo de Cristo. Y después, en el versículo 20: “En una casa grande no solo hay vasos de oro y de plata, sino también vasos de madera y de arcilla, algunos para honra y otros para deshonra”.
Ahora, recuerde usted nuestra discusión de esto, cuando hablamos de los vasos de barro en el capítulo 4. En esas casas había ciertos contenedores, y algunos de ellos eran usados para usos honorables y unos para usos deshonrosos. “Deshonroso” significaba desperdicio, realmente deshonroso. Lo más cercano con lo que me puedo identificar creciendo como niño antes del día de los trituradores de basura, puedo acordarme a mi mamá, muchas veces diciéndome: “Johnny, saca la basura”. Ahora le llamamos basura, porque todo es plástico y aluminio y papel, pero no solía ser así. Era basura. No teníamos ninguna manera de deshacernos de la basura. Teníamos un contenedor que manteníamos en la casa hasta que comenzaba a dominar la casa, y cuando comenzaba a crear la cultura para que toda la casa lo disfrutara, mi madre solía decir: “Johnny, saca la basura”. Y después, la sacaba y la colocaba en un barril, uno de ese tipo de barriles de metal que solíamos tener, y simplemente lo echaba ahí, y usted sabe, siempre estaba lleno de moscas y larva de moscas. Usted sabe cómo era en esos días.
Y unos cuantos días pasaban en la semana, claro, mi mamá comenzaba a darse cuenta de que esta basura estaba teniendo un impacto en todo el vecindario. Y entonces, era el momento de sacar la basura a la banqueta. Y el hombre de la basura venía, y después los hombres de la basura la llevaban al monte. No, no, lo digo esto de manera seria. Porque en El Monte, cualquiera de ustedes del monte, tomaron eso de manera personal, ¿no es cierto? En el monte tenían una granja de cerdos enorme, donde trabajaba en el verano, y toda la basura era hervida. Y después, arrojada ahí en la granja enorme para que los cerdos se la comieran. Y así era como alimentaban a los cerdos, con todo eso hervido. Y ese era todo un proceso.
Bueno, estaba eso. Siempre sacábamos la basura, y lo puedo ver hasta el día de hoy. Y ella nunca servía la cena del domingo en eso. Digo, era algo menospreciable, que no se usaba para ningún otro propósito. Y así era en esas casas antiguas. Había ese tipo de cosas para el desperdicio de la casa. Miren lo que Pablo está diciendo, miren: “En la casa, hay vasos que son para honra y son hechos de esos metales preciosos, y después, están esas cosas hechas de material común, de arcilla, de madera. Y si quieres ser un vaso de oro y plata útil, entonces, límpiate de estas cosas”. ¿Estas cosas qué? Falsos maestros, error, mentiras, herejía. No puede coexistir con esto. Arruina a aquellos que escuchan, avergüenza a los que enseñan, lleva a la impiedad, se esparce como gangrena, trastorna la fe.
De lo que estamos hablando aquí es cualquier unión con un incrédulo en alguna asociación religiosa o espiritual. De eso estamos hablando. No estamos hablando de inversión mutua. Puede descansar. No estamos hablando de que usted debe renunciar a su trabajo porque trabaje con incrédulos. No estamos hablando de cristianos saliéndose de la escuela porque no tienen un maestro cristiano. No estamos hablando de dejar su vecindario. No estamos hablando de nada de eso. Estamos hablando de una sociedad espiritual, adoración, ministerio, evangelismo, cooperación religiosa entre el reino de las tinieblas y el reino de la luz. Es ridículo. ¿Por qué queremos darle acceso a Satanás?
Dice usted: “¿Es esto un problema?” ¿Es esto un problema? Esta es la estrategia número de uno de Satanás. Me acuerdo cuando era un estudiante en la universidad, 1955. Fui confrontado por primera vez con el hecho de que esfuerzos evangelísticos masivos estaban llevándose a cabo en Estados Unidos. Y los comités estaban constituidos de cristianos y no cristianos, gente que creía en la Biblia y gente que negaba la Biblia, y eran los liberales teológicos. Y yo no era profundo en particular, créame, en esa edad. Todavía estaba en la preparatoria. De hecho, en el 55, y no me gradué sino hasta el 57. Pero fue en esos años, y ya estaba preguntando “¿cómo pueden hacer eso? No entiendo cómo pueden traer a creyentes e incrédulos juntos en un esfuerzo espiritual en común, no tiene sentido”. Digo, ¿por qué invitarías a pasar a Satanás? Todavía tenemos eso el día de hoy. Satanás todavía se esfuerza por infiltrarse.
Recientemente, tuvimos el evento de los Promise Keepers, guardadores de promesas en Los Ángeles, y alrededor del tiempo de los Promise Keepers vi el Los Angeles Times, y vi que el cardenal, el cardenal católico, había afirmado todo acerca de los Promise Keepers, de los guardadores de promesas, y alentó a los sacerdotes de las parroquias a llevar a todos sus hombres. Eso fue seguido en un artículo creo un día después, escrito por el obispo mormón del lugar, que dijo que él estaba alentando a todos los mormones a ir.
¿Qué dice eso de los guardadores de promesas? Nada. ¿Qué dice de Satanás? Es todo. Siempre ha sido su estrategia. Él no quiere pelar, ¿él quiere qué? Él quiere unirse. Cuando él pelea contra la iglesia, explota, y la sangre de los mártires se vuelve la semilla de la iglesia. Cuando él se une a la iglesia, muere, y él siempre quiere involucrarse en ella. Y creyentes ingenuos que no disciernen piensan que esa es una estrategia evangelística y la abrazan. ¡Qué insensatez! No es una estrategia evangelística, es suicidio lento. Los incrédulos y los creyentes no pueden unirse en un esfuerzo espiritual en común. La verdad y el error no pueden ir juntos. Son opuestos en naturaleza. Están jalando en direcciones opuestas, se dirigen a metas opuestas, son motivadas por deseos opuestos y son controladas por líderes enemigos.
Tenemos que separarnos de los no cristianos en toda, en toda actividad que tiene algo que ver con la extensión del evangelio. No pueden tener parte alguna, ninguna parte en absoluto. Pueden estar en el fin receptor, eso es todo. Dice usted: “Bueno, Satanás, Satanás entra, ¿cómo lo sacas?” Bueno, lo primero que usted puede hacer es identificarlos de manera abierta como los infiltradores de Satanás. Dice usted: “Eso podría ofenderlos”. Sí, probablemente. Mejor ofenderlos que destruir la comunión, ¿verdad? Porque la comunión es la clave de todo. Usted los deja entrar, ¿y sabe usted lo que van a hacer? Van a comer como gangrena, y algunos cristianos van a ser arruinados en el proceso. Los paganos que no conocen a Cristo, que no tienen un lugar genuino en el reino de Dios, no pueden unirse al esfuerzo de la iglesia.
Muchos de ellos son completamente paganos por fuera. Con los que usted debe tener cuidado son los más religiosos. Y observe esto, los más sutiles como cristianos. Satanás es sutil, astuto y encubierto. Y no es popular, de nuevo, adoptar este punto de vista en particular. Pero es bastante seguro porque está en la Biblia. Y me siento bastante cómodo aquí, y espero que usted también. Y al final, todo este ministerio espiritual, la integridad, es por causa de la pureza de la iglesia, el poder de la iglesia y la claridad de la verdad de la iglesia. Y en últimas, es para alcanzar a los perdidos que están engañados por Satanás en estos sistemas falsos.
Cualquier abrazarlos a ellos, envía el mensaje de que la gente que pertenece a ellos está bien. ¿Qué tipo de herejía condenadora es esa? Entonces, no hay lugar para las concesiones. Obviamente, usted no debe casarse con alguien que no es cristiano. 1 Corintos 7:39 dice: “Casarse únicamente en el Señor”. Pero eso no es el punto de 2 Corintios 6. Pero le voy a decir, para un cristiano tiene implicaciones en todas las relaciones que usted cultiva, porque usted no puede cultivar relaciones duraderas, fuertes, profundas, con propósitos espirituales con alguien que no sea un creyente. Entonces, con ese compromiso, con la integridad y la pureza de la Iglesia, tenemos algo de claridad y algo de poder y algo de pureza que puede tener un impacto el mundo no salvo. Y mantenemos alejado a Satanás. A eso está llamando Pablo.
Ahora, esa es solo la primera afirmación en el versículo 14. Decimos: “¿De qué trata el resto?” Bueno, le voy a decir eso en el futuro. Hay cinco razones. Le voy a dar las cinco y eso es lo que vamos a cubrir. El hecho que de los creyentes se unan a incrédulos en algún tipo de esfuerzo espiritual es ilógico e irracional, digamos irracional. Es irracional. En segundo lugar, es sacrilegio. En tercer lugar, es desobediente. En cuarto lugar, es infructuoso. Y, en quinto lugar, es ingrato. Es irracional, sacrilegio, desobediente, infructuoso, ingrato. Esos cinco puntos se van a desarrollar conforme completamos nuestro estudio de este texto. Bueno, es solo el comienzo.
Inclinémonos en oración. Y Padre, de nuevo, conforme hemos visto Tu Palabra y hemos sido levantados por encima de lo mundano y lo trivial, hemos sido transportados a lo sobrenatural, lo divino, y hemos entendido realidades profundas que escapan completamente la manera de pensar de los más sabios del mundo. Señor, estamos tan agradecidos por la riqueza de Tu verdad que Tu Palabra contiene. Y señor, queremos seguir la instrucción, el mandato, porque, de hecho, es imperativo no unirnos en yugo desigual con los incrédulos en ningún esfuerzo que nombra Tu nombre, cualquier esfuerzo espiritual. No queremos abrirle la puerta a Satanás. Y Señor, ayúdanos a ser fieles y a hacer lo que el versículo 1 del capítulo 7 dice: “limpiarnos de toda inmundicia de la carne, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.
Señor, haznos santos, separados. Mantén a Tu iglesia separada, para que nuestro testimonio y nuestra proclamación sea pura y clara, y que Tú seas glorificado en el nombre de Tu Hijo. Amén.
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