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Abra su Biblia si es tan amable en 2 Corintios capítulo 12, de regreso a esta porción tan notable, tan maravillosa, tan rica de la Escritura que comenzamos el domingo pasado. Hemos titulado esta sección “Poder en Debilidad.” 2 Corintios 12:5-10. Poder en debilidad.

Cómo aprendimos la última vez, la vida es dolorosa. Hace algunos años atrás un rabino escribió un libro titulado: “Cuando cosas malas le pasan a personas buenas.” Y él hizo la pregunta, ¿Por qué cosas malas le pasan a personas buenas? Una mejor pregunta es, ¿Por qué es que cosas malas le pasan a todo mundo? Porque así es en la vida. La gente caída en un mundo caído tiene que enfrentar la dificultad. Hablamos del hecho de que la vida es dolorosa. Y es dolorosa en muchas maneras en muchos frentes, pero también explicamos que el dolor más grande que sentimos es el que nos es producido por otras personas. Y entre más cercanos están a nosotros, y entre más los amamos mayor su capacidad de producirnos dolor.

Ahora, fuimos hechos para las relaciones, por Dios. Fuimos hechos para entrar en relaciones íntimas, y por lo tanto tenemos un grado más elevado de vulnerabilidad. Eso es precisamente en dónde encontramos al apóstol Pablo cuando él escribió 2 Corintios, y él está lastimado profundamente, tan profundo como para describirse a sí mismo, en el capítulo 7 de esta epístola, como estar deprimido. Realmente creo que fue el punto de la decepción personal más profunda de Pablo. Fue su dolor personal más profundo. Él estaba siendo traicionado por la iglesia corintia, en dónde él había pasado casi dos años y la amaba tanto. Él estaba siendo traicionado por ellos, porque ellos habían caído bajo la influencia de falsos maestros que habían mentido acerca de Pablo, y habían enseñado un evangelio falso, y otras mentiras.

Y estos corintios habían traicionado a Pablo. Le habían dado la espalda y habían empezado a abrazar a los maestros falsos, y Pablo estaba aplastado. De hecho, él describió esto en el versículo 7 de nuestro texto, en estas palabras: “Me fue dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás para que me abofetee.” Y le dije la última vez que este ataque por parte de los falsos maestros contra la iglesia corintia resultó en su traición de Pablo, aquí descrito como un aguijón en la carne. Él lo describe como un mensajero de Satanás. Un mensajero es la palabra ‘ángelos’, en el griego, significa ángel. Y un ángel de Satanás es un demonio.

Entonces, él nos está diciendo aquí que esta traición terrible, terrible por parte de los corintios, esta deserción del evangelio verdadero y la verdad que él les había enseñado, todo esto estaba siendo dirigido por un demonio. Falsos maestros inspirados por demonios habían entrado a esa iglesia y habían perpetrado ésta traición terrible, terrible. Y el efecto de esto fue para abofetearme, él dijo. Y esa es la palabra ‘atormentar’. Pablo estaba siendo atormentado personalmente por los problemas en la iglesia corintia, debido a que él amaba a Dios tanto y él no quería que Dios fuera deshonrado, debido a que él amaba el evangelio tanto que él no quería que fuera malentendido. Debido a que él amaba la iglesia tanto, él no quería verla dividida y destrozada. Debido a que él amaba a esas personas tanto, él no quería verlas caer víctima a los falsos maestros mentirosos.

Entonces, como vimos la última vez, esto era como una estaca que estaba atravesando a Pablo. Simplemente lo estaba abofeteando, el dolor y el sufrimiento eran tan profundos. Y supongo que en su propia mente él veía a Corinto como uno de sus méritos. Habiendo pasado como dije, casi dos años ahí, y había tenido un efecto tan tremendo, y bendición e impacto, y aquí todo parece estar cayendo presa a éste grupo inspirado por demonios de falsos maestros. Y esto ha dado como resultado una traición en contra de él, por parte de su propia gente amada, a quienes él mismo había guiado a Cristo.

Él no puede bajar más que esto, ningún dolor físico puede llegarle a esto, ninguna privación económica puede llegarle a esto. Ninguna dificultad de viaje puede llegarle a esto, ningún naufragio puede llegar a esto. Ningún azote, ningún apedreo, ningún azote por parte de los judíos puede llegar a este dolor. Entonces, aquí encontramos a Pablo en su hora más profunda de sufrimiento, y por lo tanto esperaremos aprender más de cómo enfrentar el sufrimiento, si podemos encontrar a un hombre en su tiempo más profundo de sufrimiento, ahí es el lugar en dónde aprender la lección, porque van a ser indicadas de manera más clara en ese ambiente. Y eso es exactamente lo que sucede.

Ahora, Pablo sabía que Dios había permitido que esto pasara. Y esa fue la parte sorprendente. Algunas veces cosas malas le pasan al pueblo de Dios, porque Dios permite que así sea. Él tiene un propósito en ellas, y ese propósito es llevarlos a un nivel espiritual más allá de dónde están. El versículo 7 dice: “Me fue dado un aguijón en la carne.” Esto por cierto fue un regalo. No obstante, uno que él no pidió. Aun así, fue un regalo, y realmente fue de Dios. Sabemos eso porque en el versículo 8 él le pidió al Señor que lo quite. Dios había permitido que esto sucediera, como vimos que Dios le permitió a Satanás atacar a Job, Dios permitió a Satanás atacar a Pedro, para sus propios propósitos, Dios va a permitir que el diablo lleve a cabo su trabajo. Y al final va a cumplir con el propósito divino.

Ahora, la pregunta es, ¿qué es lo que Dios lleva a cabo, logra en la vida de los suyos mediante el sufrimiento? ¿por qué es que Dios permitió esto? ¿por qué es que Dios permitiría a un grupo inspirado por demonios de falsos maestros que entrara y destrozara una iglesia? ¿por qué es que Dios permitiría eso? Supondríamos el día de hoy que si eso llegara a pasar que es el diablo, que es Satanás, que son demonios operando por sí mismos y en contra de la voluntad de Dios. Pero no en este caso, y no siempre. Dios está permitiendo que esto suceda. ¿Por qué? Y le voy a dar a usted cinco razones por las que Dios permite el sufrimiento en su vida y en la vida. Cinco razones. Y son razones inmensas, prácticas, poderosas. Y realmente creo que se van a volver un ancla para su alma en la aflicción. Le voy a dar algunas esta mañana, y las que queda la próxima semana.

Número uno, Dios usa el sufrimiento para revelar nuestra condición espiritual, nuestra condición espiritual. Dios usa el sufrimiento para revelar nuestra virtud espiritual. Usted realmente no conoce la verdad acerca de alguien espiritualmente cuando todo va bien, ¿verdad? No sale a la superficie, porque básicamente parecen estar en paz y felices y con una medida de gozo y satisfacción en la vida, porque superficialmente todo está bien. Después cuando las cosas comienzan a salir mal, la realidad comienza a salir a la superficie en términos de su condición espiritual. Y entre más empeora la situación más su virtud espiritual es descubierta. Cuándo usted quita las bendiciones y usted quita los éxitos, y usted quita la prosperidad, y usted quita la salud, y usted comienza a quitar las capas, entonces lo que usted va a descubrir es de que está hecha realmente la persona espiritualmente.

Dios quería hacer eso en la vida de Pablo porque el punto de prueba más claro, más evidente para probar la virtud espiritual genuina es el problema más severo. Y era muy importante para Dios que la virtud de Pablo fuera manifiesta. Pablo mismo, recordará usted quería establecer su integridad, él quería establecer su credibilidad, él quería que los corintios supieran que él era fiel, que él era piadoso, que él no era pecaminoso como lo estaban acusando de ser. Él quería que ellos conocieran la calidad real de su vida espiritual y no había una mejor manera que llevar a la superficie esto en medio de este sufrimiento profundo, profundo.

Ahora, quiero llevarlo al trasfondo, al comienzo del capítulo para entrar en el desarrollo del texto en dónde éste punto se presenta. Regrese al versículo 1 por un momento. Recordará que Pablo ha sido forzado a un modo de jactancia, porque él está siendo forzado a demostrar su superioridad sobre los falsos maestros o los falsos apóstoles, como los hemos llamado. Él tiene que demostrar que él es superior en toda manera, a ellos. Entonces él se ha visto forzado a jactarse, y a él no le gusta eso. Él ha aclarado de manera extensa, cuan desagradable es para él hacer esto, pero él se ve forzado a tener que hacerlo, es necio hacerlo, es carnal, pero él lo tiene que hacer.

Entonces él dice, la jactancia es necesaria, aunque no es útil, pero voy a entrar a las visiones y revelaciones del Señor. Ese es el versículo más notable como le señale antes. Él dice, miren, no me gusta esto, no me gusta jactarme, no me gusta compararme con alguien más, me ha forzado en esto. No me gusta hablar de visiones y revelaciones porque no es útil, no es útil, es literalmente lo que dice el griego. No es útil, pero me han forzado a hacer esto. Y después en el versículo 2 él recita esta visión increíble, refiriéndose a sí mismo en la tercera persona, debido a su humildad, él dice: “Conozco un hombre,” refiriéndose a sí mismo, “en Cristo, quien hace catorce años fue llevado al tercer cielo.” Versículo 4, llevado al paraíso, lo mismo.

Pablo dice: “Muy bien. ¿Quieren hablar de visiones? Fui al cielo. Es correcto. Tuve mi propio viaje personal al cielo, sucedió hace catorce años atrás, y nunca me he referido a esto, nunca he escrito de esto, en todos estos catorce años, nunca lo he mencionado hasta ahora y me han forzado a hacer eso. No se si estaba en el cuerpo o fuera del cuerpo, no conozco la naturaleza de todo lo que pasó. Dios sabe. Oí palabras imposibles de expresar, oí lo que oí, vi lo que vi, pero no puedo traducirlo en un idioma terrenal. Inclusive si pudiera, versículo 4 dice, no se me permitiría hacerlo.

Ahora, ¿por qué es que incluye esto? Él está a la mitad de hablar de todo su sufrimiento y todo su dolor, en el capítulo 11, como usted sabe comenzando en el versículo 23 hasta el versículo 33, habla de sufrimiento, sufrimiento y sufrimiento, y comenzando aquí en el capítulo 12, versículo 5, todo es debilidad y sufrimiento de nuevo. ¿Por qué incluye eso aquí? Bueno, eso era importante para los griegos. Y los falsos maestros sin duda alguna habían entrado y habían dicho que habían tenido visiones y revelaciones, porque los griegos creían que aquellos que verdaderamente representaban a los dioses habían experimentado visiones místicas, habían tenido experiencias trascendentales, como muchas personas en la actualidad.

Los corintios y los griegos estaban enamorados de personas que decían que habían tenido una visión de Dios. Algunas de las personas incluso habían tratado de inducir esas visiones mediante orgías de embriaguez. Y la idea de estar en un estado de embriaguez, de alguna manera era que en tu embriaguez podías salir de ti mismo y ser elevado a esta gran visión de Dios. No mucho tiempo atrás Timoteo Leary estaba promoviendo lo mismo mediante drogas, que usted puede estar bajo los efectos de las drogas y descubrir a Dios. Bueno, eso es exactamente lo que los griegos pensaban. Visiones místicas, revelaciones místicas, experiencias trascendentales, espirituales, era lo que apartaban a los grandes líderes religiosos de la multitud. Los griegos fueron llevados por estas afirmaciones, y estaban encantados por estos mentirosos. 

Pablo dice: Muy bien, entonces tuve ese tipo de visión, una real, no una falsa. No un invento de la imaginación, no una falsificación satánica, viví algo real, fui al cielo, regresé ahora les dije de que sirvió, ni siquiera sé en qué condición estuve cuando fui y vine, ni siquiera se si estaba en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo sé. Es indescriptible y es incomprensible, no puedo decir más que fui y regresé, y eso es lo único que sé. Y fue personal, solo fui yo y nadie más. No es repetible, no se puede reproducir, fue hace catorce años atrás, sucedió una vez, Dios permitió que sucediera para darme una visión del cielo para sostenerme en mi sufrimiento. El Señor sabía que Pablo iba a sufrir más que cualquier hombre en la historia redentora y fuera del Señor Jesucristo mismo, y como resultado de eso el necesitaba ser sostenido con una esperanza de la gloria.

Y entonces, Dios le dio un vistazo de la gloria para mostrarle lo que le esperaba. Entonces, cuando él dijo: “para mí el partir y estar con Cristo es mucho mejor,” él sabía exactamente de que estaba hablando porque él había estado ahí. Dios le dio esa visión para sostenerlo en su sufrimiento, pero fue para ese momento y ese momento únicamente, y solo para él. Y fue indescriptible, incomprensible, inexpresable, personal, no repetible, no se podía reproducir, ni siquiera permitida, ni si quiera podía hablar de eso. Además, no era verificable, no había manera de verificarla.

Entonces, ¿qué va a hacer usted? Él va a decir, bueno, fui al cielo y tal y tal, y esta es mi experiencia. Y todos los falsos maestros van a formarse y van a decir: Bueno, fuimos ahí también. Y, ¿cómo va usted a verificar algo? No puede verificar nada. Y después, en términos personales es que tiende a producir soberbia. Pablo sabía eso, tiende a producir soberbia. ¿Fuiste al cielo y regresaste? Eso podría hacer que los mejores hombres se ensoberbecieran.

Entonces, Pablo en el versículo dice: Esto no es útil. No es útil para ustedes, por todas las razones que acabo de dar. No es útil para mí porque simplemente alimenta mi soberbia. Entonces, salgamos del tema. Versículo 5, y eso nos lleva a nuestro texto. “En nombre de ese hombre me jactaré,” voy a hablar del hombre que fue al cielo. Hablaré de él. Él se está refiriendo de nuevo a sí mismo, en tercera persona, como lo ha hecho, expresando su humildad. Solo quiero que sepan esto, “a favor de mí no me jactaré, excepto con respecto a mis debilidades.”

¿Qué estás diciendo, Pablo? Estoy diciendo, mira, es verdad, fui al cielo, tengo un derecho de decirlo, pasó, puede ser reconocido, fue sorprendente, fue espectacular, fue increíble, fue una experiencia singular, fue un gran privilegio que se me permitió ir. Pero necesitan saber esto, fui pasivo en todo el asunto. Fui pasivo. Ni siquiera se en que estado estaba. No lo busqué, no hice que sucediera, no lo merecía, no produje el esfuerzo, no fue algún honor, no fue debido a mi mérito, fue algo que Dios hizo y eso es todo.

Y realmente, no dice nada de mí vida en absoluto. Puedo hablar de eso, pero no a favor de mí. Eso quiere decir, no como si mi poder o mi voluntad o mi mérito o mi trabajo contribuyó a ello. De lo único de lo que puedo hablar es de mi debilidad. Digo, en lo único en lo que he contribuido es con debilidad. Simplemente soy un hombre común y corriente. Eso es lo único que tengo para traer ante ustedes, es mi debilidad. Eso es todo.

Y como puede ver, eso fue algo tan poderoso porque era verdad, él era débil, era humano. Decían que su oratoria no era impresionante y su presencia no era impresionante, él no era un orador, él era simple, y de lo único que él hablaba era este mensaje crudo de la cruz, y él no vino en la sabiduría del hombre y demás. Él simplemente era un hombre débil, común y corriente, simple. Pero como puede ver, ahí estaba la explicación real. Porque, ¿de qué otra manera entonces, podía usted explicar su impacto inmenso, fuera del hecho de que fue Dios a través de él. No podía ser explicado por Pablo.

Usted no podía decir, bueno, no es sorprendente que él tuvo el efecto que tuvo, él tiene una presencia poderosa, no es sorprendente que tuvo el efecto que ha tenido. Él es un pensador profundo dotado, y un orador. Él es un orador elocuente, y su retórica no tiene paralelo. No es sorprendente que él mueve las masas. Pero todo eso simplemente no fue así. Él simplemente fue un hombre débil y simple, y no había explicación para él excepto de que Dios vino a través de él.

Versículo 6, él dice: “Si quisiera jactarme no sería necio porque estaría diciendo la verdad.” ¿Qué? ¿Voy a ser un necio como ellos y mentir? Si hablo, les voy a decir la verdad. Y la verdad es que fui al cielo. Esa es la verdad, no lo estoy negando. Eso sería humildad falsa. No voy a ponerme de pie aquí y voy a ser humilde de manera falsa como algún necio. Voy a hablar la verdad, pero me voy a refrenar. Y aquí está porque el final del versículo 6, y aquí está la clave, “para que nadie me acredite con más,” y aquí está, “de lo que ve en mí, u oye de mí.” Hombre, eso es tan crítico. Tan crítico.

Sus enemigos han dicho que han tenido visiones, sus enemigos han dicho tener revelaciones, y Pablo simplemente dice: “No voy a edificar mi defensa apostólica en eso. No se puede repetir, no se puede reproducir, no se puede explicar, no se puede verificar, no es útil.” Y alguien y cualquier persona puede decir tener todo tipo de visiones y ¿quién va a saber? Si voy a basar mi defensa en una experiencia espiritual que no se puede expresar, explicar, ni repetir, ni verificar, estoy en problemas, no soy mejor que todos los charlatanes, y todos los farsantes que hacen eso todo el tiempo. Para él, el establecer su apostolado en algo que nadie podía saber que realmente sucedió, sería abrir la puerta a todo engañador para que hiciera lo mismo, afirmando tener experiencias místicas semejantes y autoridad por lo tanto para hablar en nombre de Dios.  

Entonces Pablo simplemente no le dio valor a eso en absoluto. Hombre, eso realmente es importante que lo oigamos, ¿no es cierto? No es la prueba de nada, no es la prueba de nada. Además, Pablo no dice: “Me acercó más a Dios, me hizo más espiritual el ir al cielo y regresar, o me hizo tener más conocimiento de teología.” Él no dice, me hizo más piadoso. Él dice: “Lo que tiende a hacer es hacerme más, ¿qué? más soberbio.”

Entonces, al final del versículo 6, aquí está, “No quiero que me acrediten con algo fuera de lo que ven en mí, y oyen de mí.” Hombre, les estoy diciendo, ahí está la prueba clave. Usted dice que usted es un vocero para Dios, usted dice que es un hombre de Dios, usted dice que representa a Dios, usted dice que viene con la autoridad de Dios, no me hable de sus visiones. Déjeme ver su vida y oír sus palabras. Ese es el criterio. No hay nadie ambiguo en eso. Eso es verificable. Lo que puede ser visto en su vida y oído en sus palabras era la prueba de quien era él.

Cuándo estos supuestos hombres de Dios, estos supuestos profetas y videntes de nuestro día vienen y nos hablan de todas sus visiones, la respuesta correcta es: “Muy bien, no hay manera de verificar nada de eso. Permítame seguirte y ver tu vida y déjame oír lo que hablas, déjame oír las palabras que salen de tus labios y déjame medirlas a la luz de la Palabra del Dios Viviente.” Eso es lo que importa. Visiones, no son útiles. Las experiencias espirituales que no se pueden repetir, y no se pueden verificar, no son útiles. Y no le llegan al valor del acto y la palabra menos simple, pero que se ajusta.

Entonces, Pablo está tratando de mostrarles quién es, por su vida, y entonces está diciendo: “Muy bien, si quieren que su vida realmente manifieste su verdadera virtud espiritual, los tengo que meter en algo de sufrimiento, porque entonces la verdad realmente va a salir. Nadie en la vida es más eficaz en revelar lo que una persona realmente es espiritualmente ante Dios que el problema, los problemas. Entre mayor el problema, más verdadera es la prueba de la virtud.”

Pablo entonces es sumergido en el problema más profundo, la tristeza más profunda, el dolor más profundo, y por lo tanto muestra que es el hombre de Dios en el sentido más claro. Como puede ver, lo que usted realmente es se manifiesta cuando todo va mal, ¿no es cierto? Cuándo Satanás acaba de meterle una estaca en su corazón, ha destrozado sus tesoros más preciados, lo ha herido en el área de lo que es más importante para usted. Y lo que era más importante para Pablo era la verdad de la iglesia y la gente que él amaba.

Y cuando Satanás estaba haciendo trisas eso, ese fue su dolor más profundo. Y fue el ambiente perfecto para descubrir su virtud espiritual. ¿Cómo es que él actuó? Y ¿cómo es que él habló en medio de eso? Como puede ver, los falsos maestros modernos quieren que la gente crea que son espirituales, y quieren que la gente crea que vienen de Dios, y que hablan por Dios y que tienen autoridad divina, y que enseñan la verdad, porque han tenido visiones y revelaciones y porque son prósperos y poderosos y populares, y atraen a multitudes grandes. Permítame decirle algo, sospeche de esas personas. El poder espiritual verdadero y la autoridad espiritual verdadera y la integridad espiritual genuina se ve común y corriente, se ve débil, no se ve impresionante. Pero cuando usted ve de cerca lo que usted ve y oye es la evidencia de espiritualidad genuina.

Sospeche de la gente que está en un desfile. El poder espiritual real viene en paquetes muy comunes y corrientes y usted se rasca la cabeza y dice: “No sé cómo Dios lleva a cabo Su obra a través de él. Es tan común y corriente.” Entonces, el aguijón aplastante de Pablo, fue exactamente la circunstancia correcta para demostrar su virtud verdadera. Él simplemente llama a los corintios y les dice: “Simplemente vean mi vida y escuchen mis palabras y emitan su juicio.” Son estas las palabras de un hombre piadoso. Habrían oído a muchos de ellos, la primera epístola, 1 Corintios, incluso antes de eso, una carta que él les escribió. Y después de 1 Corintios él les escribió otra carta, llamada la carta severa.

Y ahora él les escribió 2 Corintios. Esas son cuatro cartas, y dos años de dialogo y una visita en medio, en la que él personalmente habló con ellos. Ellos tenían suficiente que ver, y suficiente que oír. Los problemas van a probar su virtud. Y eso fue bueno para Pablo porque él estaba tratando de mostrarles cuan pura su vida realmente era, y nada lo mostraría mejor que el sufrimiento inmenso bajo el cual estaba el hombre, incluso cuando él escribió 2 Corintios. Y no fue únicamente el sufrimiento por parte de los corintios, como hemos aprendido al ir cubriendo la epístola entera, hubieron todo tipo de otras cosas en su vida que amenazaron su vida misma conforme él se despertaba diariamente, dándose cuenta de que él podía ser matado por sus enemigos.

Entonces, Dios permite que el sufrimiento manifieste nuestra virtud, nuestra virtud espiritual. Me doy cuenta de algo de eso en mi propia vida que Dios tiene esos propósitos, me doy cuenta que yo no puedo esperar que usted confíe en mí simplemente porque usted me ve predicar. Usted necesita verme de cerca, usted necesita ver mi vida y la vida de cualquier pastor o líder. Usted necesita oír mis palabras cuando predico, pero necesita oír mis palabras cuando no estoy predicando, y usted necesita ver lo que sucede en mi vida cuando enfrento sufrimiento y dificultad y pruebas y tribulación y decepción, todo eso es parte de la relación que contribuye a que se cultive la confianza.

Sus problemas van a manifestar su condición espiritual. Y no solo es bueno que todo mundo vea eso, porque pueden ver la realidad de su virtud, sino que es bueno que usted lo vea, porque usted puede ver las debilidades que hay ahí, y saber en dónde necesita ser fuerte. Número dos, Dios permite nuestro dolor profundo como Su manera de revelar nuestra virtud espiritual o nuestra condición espiritual. En segundo lugar, Dios usa el sufrimiento para humillarnos. Dios usa el sufrimiento para humillarnos. Y eso es lo que le estaba pasando a Pablo. Digo, el éxito más grande de Pablo fue la edificación de estas iglesias. Digo, esto en cierta manera fue el trabajo de su vida. Este era su monumento a su fidelidad, y la excelencia de su ministerio. Él había edificado la iglesia corintia, y ahora todo estaba comenzando a colapsarse. Esta es una experiencia muy humillante. Pablo la necesitaba.

Versículo 7, y esto es explícito. “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente,” esto es explícito, “me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee para que no me enaltezca sobremanera.” En caso de que usted no lo haya visto lo dice dos veces, algunas veces cuando pensamos en el apóstol Pablo pensamos en un hombre que aparentemente sería alguien que está por encima de nuestras luchas normales con cosas como la soberbia, ¿verdad?

No es así. Digo, usted puede tan solo imaginar el escenario, ¿no es cierto? Pablo estaba hablando con uno de sus colaboradores y le dice: “¿Cómo te convertiste hermano?” “O fue maravilloso. Te oí predicar Pablo, un día, y tú predicaste el evangelio y el Señor convirtió mi corazón y creí.”

“¿En serio? Bueno, ¿sabes cómo me convertí? Iba camino a Damasco un día y el cielo se abrió, y una gran luz me cegó. Y caí al suelo, y el Señor Jesucristo mismo, el Señor resucitado y exaltado descendió y se puso a mi lado y me habló.”

“¿En serio?”

Eso haría que el hombre se sienta un poco intimidado, ¿no es cierto?

“Si después estuve ciego, y después el Señor me habló otra vez y me dijo que me había llamado a ser una luz a los gentiles, y fue algo único. Fue algo excepcional. Y después me llevó a Nabatea, Arabia por tres años, y Él fue mi maestro. Ningún hombre me enseñó mi evangelio, el Señor mismo me lo enseñó.” “¿Y qué tal tú? ¿quién te enseñó a ti?”

Es un poco intimidante. Usted se puede imaginar que hay un poco de dialogo acerca de la estrategia misionera, y Silas está ahí, quizás Timoteo está ahí, están diciendo: “Bueno vamos, necesitamos llegar a esta ciudad, y aquí está la estrategia que necesitamos.” Y Pablo dice: “Bueno, aquí está la estrategia, creo que debemos de usar.” Y Silas dice: “Pablo, estoy en desacuerdo, creo que hay una mejor estrategia que esa, me gustaría sugerir esto.” Y el otro dice: “Sí, estoy de acuerdo con él, Pablo.”

“¿Cuántas veces ustedes han estado en el cielo? Ninguna vez. Bueno, voy con mi plan.” Digo, usted sabe, simplemente el hombre más humilde se habría exaltado con ese tipo de experiencia. Pablo no solo tuvo un viaje al cielo, sino que él tuvo una revelación de Cristo en el camino a Damasco, él tuvo una revelación adicional de Cristo cuando él vino a Pablo, cuando estaba en la cárcel en la tierra de Israel, él tuvo una revelación adicional que Dios le dio cuando un ángel lo acompañó en un barco. El Espíritu Santo vino a él y le dio testimonio acerca de cadenas y encarcelamiento. Digo, simplemente hubo este flujo constante. No estamos hablando de las trece epístolas que él recibió por inspiración, estamos hablando de contacto directo con el cielo. Y eso es suficiente para hacer al mejor de los hombres, soberbio.

Y debido a todas estas grandes revelaciones, dice él, para guardarme de exaltarme a mí mismo, me fue dado un aguijón en la carne. ¿Quieres decirme que todo este desastre en la iglesia corintia, todo esto era para humillar a Pablo? Es correcto. ¿Quieres decir que Dios permitió a uno de los demonios de Satanás entrar y destrozar una iglesia, para nada más que la humillación de su pastor? Eso es lo que pasó. Los caminos de Dios no son nuestros caminos, ¿verdad?

Como puede ver, Pablo fue una persona única y su humildad era muy importante para el plan redentor. Dios quería que fuera humilde, y Dios hizo lo que necesitaba ser hecho. Por esta razón, para guardarme de exaltarme a mí mismo, para llevarme al quebrantamiento, a la mansedumbre, a la humildad, la cual es la virtud más elevada, el Señor permitió que este demonio enviara esos falsos maestros y destrozaran a esa iglesia y produjeran esa traición.

Y usted comienza a hacerse la pregunta, ¿sabes lo que estoy haciendo? Hago mi mejor esfuerzo en eso y mira, en cierta manera todo se está desmoronando y están dándome la espalda. Esa es una experiencia muy, muy humillante. Pero ese es el propósito de Dios, el quiere que sus siervos sean humildes.

Spurgeon dijo: “Tienes dos alternativas, o puedes ser humilde o ser humillado.” Los problemas son algo humillantes, humillante. Hombre, Job simplemente fue humillado hasta las cenizas, ¿no es cierto? simplemente humillado hasta las cenizas. Él pasó la primera parte de su vida construyendo esta fortuna, el Señor simplemente lo quita todo, mata toda persona en su familia, excepto por su esposa, y después lo humilla. Y simplemente, humillación increíble. Todo eso tuvo que suceder porque Dios quería enseñar algo, que su siervo fuera humillado y nunca perdiera su fe. Después claro, en su humildad, Job dice: “Me arrepiento en polvo y cenizas.” Él estaba sentado en un montón de cenizas, lleno de arrepentimiento, ahí es dónde Dios nos quiere, ¿no es cierto? Ninguna confianza en su carne, ninguna confianza en sí mismo, inútil, sin esperanza, aferrándose a la misericordia, y gracia y poder de Dios. Él estaba al final de todos sus recursos. Y después Dios abrió las ventanas del cielo, y gran, mayor bendición cayó sobre él, de lo que él jamás había conocido antes.

Entonces, Dios usa el sufrimiento para humillarnos. Y escuchen, si es necesario Él va a usar a Satanás para hacerlo. Esa es la razón por la que es tan necio que estas personas estén por todos lados persiguiendo demonios. Están bajo la ilusión de que los demonios responden, de que alguna manera tienen autoridad sobre los demonios. Cristo sí, los apóstoles también. Nada en la Biblia indica de que nosotros la tenemos. Pero incluso si la tuviera, podría estar usted persiguiendo a los demonios que el Señor envió. Usted no entiende los propósitos del reino.

La gente que está corriendo por todos lados, atando a Satanás aquí y atando a Satanás allá, sin éxito, podría añadir, es una ilusión. Y bien podría ser que si pudieran hacer eso estarían interrumpiendo la obra de Dios, quien para sus propios propósitos permite que Satanás tenga acceso a los suyos, así como en el caso de Job y Pedro. Y en el caso de Pablo también, un mensajero de Satanás para hacer lo que él hizo en la iglesia corintia, para traer ese tipo de dolor y tristeza y quebrantamiento para Pablo, para que el hombre fuera humillado.

Permítame decirles algo, Dios los bendice, pero mientras que el hombre está ahí orando por bendición y bendición y bendición, y bendición, más vale que se dé cuenta de que entre más es bendecido usted, es más probable que usted necesita, ser ¿qué? humillado.

Entonces, el otro lado de la moneda de toda esta bendición por la que usted está rogando podría ser doloroso. Ahora, si yo fuera Pablo y tuviera alguna alternativa, yo diría Señor, ¿puedes hacerme un favor? Olvida el viaje al cielo y olvida el aguijón en la carne y simplemente me voy a quedar dónde estoy, el precio es demasiado alto. ¿Sabe una cosa? usted entra corriendo al ministerio, “Oh quiero éxito, éxito, éxito, éxito.” Prepárese, veo mi propia y vida y no, no me gusta usar ilustraciones personales, pero conforme veo mi propia vida y veo a Dios bendiciendo mi vida, siempre en cierta manera camino esperando un desastre. Y así es, nunca me sorprende.

Y, sabe una cosa, casi quedo aliviado cuando sucede, porque entonces se va a acabar. Sabe una cosa, el Señor bendice y bendice, y bendice la enseñanza de la Palabra, y bendice a la iglesia, y bendice al ministerio. Y hay muchas cosas que la gente no entiende. La gente a veces lo cuestiona a usted por esto, y lo cuestiona acerca de esto, y algunas usted no les puede decir, y algunas cosas no puede. Entonces usted es atacado, y usted nunca puede responder sin traicionar a alguien o atacar a alguien más o lo que sea, y usted simplemente espera y ora que usted se pueda mantener y continúa siendo usado y Dios bendice, y bendice. Y usted sabe que en algún punto a lo largo del camino su carne va a decir: “Mira todo el éxito, mira toda esta bendición.” Y el Señor va a tener que enviar un mensajero de Satanás para atravesarlo a usted con una estaca que, de otra manera, si no tuviera eso su carne se ensoberbecería, ¿verdad?

Entonces, usted lo espera y viene, y es necesario. Y en cierta manera es una experiencia dulce porque la humildad es una gracia dulce que probar. La aflicción revela nuestra virtud espiritual y el problema nos humilla. Cuando nuestros mejores y más amados méritos comienzan a desmoronarse y no podemos hacer nada al respecto, eso es muy humillante. Y eso es doloroso, pero tiene su propósito.

Un punto más para ésta mañana, Dios usa el sufrimiento para acercarnos a sí mismo. Dios usa el sufrimiento para acercarnos a sí mismo. Versículo 8, “Acerca de lo cual le he rogado al Señor tres veces, que lo quite de mí.” ¿Adónde él acudió? Al Señor. No piensa usted que ese podría haber sido el propósito o uno de los propósitos. Esa es la respuesta correcta. No acudió a Timoteo o a Tito. Él no acudió a algunos de sus amigos, él no acudió a sus amigos, él no acudió a alguien con una fórmula terrenal. Él no acudió a encontrar una terapia para aliviar su dolor, él no fue a buscar una técnica, él no estaba buscando sabiduría humana, él no trató de encontrar el camino del consuelo.

Cuando el deleite de su vida se fue, el gozo de su servicio se fue, él no acudió a algún recurso humano. Además, es notable que él no comenzó metiéndose con el demonio, él no fue allá a Corinto y comenzó a perseguir ese demonio, él no ató a Satanás, entre comillas, o trató de expulsar ese demonio, él simplemente acudió a Dios, directamente a Dios, quien controla los hombres y a los demonios. “Le he rogado.” La palabra ‘rogado’ es usada frecuentemente en los evangelios para apelaciones de los enfermos. Él se ve a sí mismo como un hombre en enfermedad profunda aquí, y él está clamando a Dios. Esto es rogarle, clamar a Dios, implorarle. Esto es demasiado doloroso, Señor, por favor.

Bien pudo haber sido que él oró algunos salmos imprecatorios, como usted sabe, mata a esos hombres ahí en Corinto, ahí mátalos, están destrozando tu iglesia. Lo hizo tres veces. En tres ocasiones separadas él oró esto a su Señor, y él le pidió que lo quitara, él le dijo: “No puedo continuar, es demasiado doloroso, duele demasiado. Los amo tanto. Amo a la iglesia, amo la verdad, amo el evangelio, odio la doctrina falsa, odio el reino de las tinieblas, odio a los demonios y todo su engaño malo. No puede soportar esto, es deprimente. No puedo soportar esto, Señor quítalo.”

Y él oró que fuera quitado. Y esto es el aguijón. Simplemente fueron constante, pero el Señor no respondió así. Y veremos eso la próxima vez. Sabe una cosa, creo que esto es algo muy especial que ocurre en el sufrimiento, él fue forzado inmediatamente a la presencia de Dios. Y ese es el mejor lugar en dónde usted puede estar, ¿no es cierto? Y se ha dado cuenta de cómo los buenos tiempos no hacen eso. Entre más severo es el problema, es más probable que usted incremente su vida de oración, ¿no es verdad?

Cuándo llevan a su bebé al hospital y le dicen que podría morir, usted realmente toma en serio su vida de oración. Cuándo usted descubre que su adolescente usa drogas, usted toma muy en serio su vida de oración. Usted descubre que su cónyuge tiene cáncer, usted toma muy en serio la oración. Cuándo usted descubre de que está al borde de que su negocio quede destruido y todo lo que usted ha invertido, sus ahorros de por vida, potencialmente se pierdan, su vida de oración llega a otro nivel.

Bueno, creo que a veces eso es lo que Dios tiene en mente. No fue hace unos años atrás, y les conté esto en el momento, que Marcos estaba teniendo dolores de cabeza. Nuestro hijo Marcos estaba teniendo dolores de cabeza, y lo llevamos ahí a que le hicieran una resonancia para ver que era y descubrieron un tumor cerca del nervio óptico, en las profundidades de un área del cerebro. Me mandaron a Cedars-Sinaí a un neurocirujano, para hablar con él. Marcos y yo fuimos y entramos a la oficina, realmente no sabíamos que esperar, y entramos y nos sentamos y este era un doctor ya mayor. Digo, él había trabajado con muchos cerebros, no era algo serio para él, y él había dejado mucho tiempo atrás su tacto amable.

Entonces, él despidió a Marcos al decir que tenía que llenar unos papeles, y él dijo: “No quería que oyera esto, pero probablemente esto es fatal.” Y yo estaba sorprendido, usted entiende. Usted pasa tantos años, invirtiendo lo mejor que usted tiene a la vida de tu joven, para que pueda vivir de una manera que honra a Cristo, y esa es tu meta entera y de pronto, descubres que no vas a tener una vida de ningún tipo. Y usted sabe, su primer pensamiento es, “Señor, ¿quieres revisar esa lista de nuevo? ¿estás seguro que éste es el nombre correcto? ¿estás seguro de que tienen el nombre correcto en la lista?”

Y él dijo: “Pero los siguientes ocho días usted va a estar en el Centro de Cáncer de Frank Norris, ahí en el hospital del Condado de Los Ángeles, en el Centro Médico del Sur de California. Usted va a ir ahí diariamente, y le van a hacer unas series de pruebas, vamos a tratar de determinar la naturaleza de este tumor, y vamos a pedirle a los mejores doctores que hagan esto. Y usted llévelo ahí diariamente, y al final de ese tiempo le vamos a decir cuál es el resultado.”

Hombre, eso me llevó inmediatamente a la oración intensa. Este es mi hijo, este es mi corazón y también al ayuno y oración. No comí nada durante esos ocho días, no tenía hambre. No fue ningún sacrificio, sino simplemente estaba perdido en la importunidad ante el Señor, y estaba orando a favor de Marcos.

Ahora, no le dije esto. Van a hacer pruebas para estos dolores de cabeza, eso es todo, y vamos a tratar de descubrir que es. Y él no es tonto, él sabía que era bastante serio estar yendo ahí ocho días, uno tras otro, el tipo de cosas que le estaban metiendo, y lo que estaban haciendo. No obstante, tuvimos estas pláticas, pero nunca dije cuál era la situación. Eran muy cuidadosas y sin embargo disfrutamos la comunión. Y yo pensé: “Probablemente estos son los últimos momentos que voy a disfrutar con mi hijo.”

Entonces, simplemente entregué toda la riqueza que pude en esto, y oré y ayuné a lo largo de estos días. Y usted en cierta manera comienza a orar, “Señor, sálvalo. Guárdalo, sálvalo.” Y después, unos días después usted está diciendo: “Señor, haz lo que tú quieras. Haz lo que tú quieras hacer.” Y usted está en la presencia del Señor de manera incesante. Incluso el sueño es interrumpido por esto. Y finalmente al final usted está diciendo: “Llévalo al cielo Señor, sácalo de aquí. ¿Por qué va a tener que soportar este mundo de cualquier manera? Llévalo a tú presencia, el cielo es un mejor lugar. Y, por cierto, llévame con él.

Me entiende usted. Digo, simplemente hay esta gran transición que se lleva a cabo. Hay un cambio, usted acaba de pasar todo ese tiempo en ese, en la presencia del Señor. Y, simplemente, entonces al octavo día fue como un miércoles por la noche, y supuestamente tenía que recibir el reporte el lunes. Iban a traer a todos los médicos y tenían a un equipo completo de expertos que estaban involucrados en esto, y me iban a llamar, y me iban a decir al otro día, jueves por la mañana.

Y entonces estaba en mi oficina, aquí arriba. Y la iglesia había cerrado la oficina y era antes de que comenzara el evento de las siete y media ahí en el campus. Entonces, estaba oscuro, y estaba sentado ahí, y comencé a sentir una paz en mi corazón que no había sentido en este proceso entero. Y, de hecho, terminé con gozo en mi corazón y lo había liberado al cielo. Y, de hecho, había tratado de visualizarlo ahí en la presencia del Señor, estaba, y estaba en paz completa y había gozo en mi corazón.

Y me acuerdo que fue un tiempo de lágrimas, pero estaba cantando y después comencé a sentirme con hambre, y no estaba seguro de cómo romper el ayuno. Usted sabe, digo, usted no puede nada más ahí, comer una hamburguesa a In And Out, algo así. Usted sabe, es demasiado mundano. Usted entiende. Simplemente estaba ahí sentado pensando, usted sabe, probablemente podría comer algo. Después oí que alguien tocó mi puerta, lo cual realmente me sorprendió porque habían dos, tres, cuatro puertas por las que usted tiene que pasar para llegar a dónde estoy, y el lugar estaba cerrado en ese momento. Y alguien tocó la puerta, y estoy pensando quién es. Y abrí la puerta y había una dama ahí. Ella me dijo, ella dijo: “Oh pastor, espero que no lo moleste.” Y yo dije: “No. ¿cómo entró usted?” Ella dijo: “Oh, no sé, la puerta estaba abierta, simplemente entré. Espero que no lo esté molestando.” Yo dije: “No.” Ella dijo: “Bueno, usted sabe, yo solo estaba pensando en usted y vi la luz, y pensé, bueno quizás usted tiene hambre entonces le hice un sándwich.” Ella me entregó un sándwich de queso, y carnes frías. Y no sé lo que dije, probablemente algo así como, eh… ¿me entiende usted? Una reacción de shock. Y yo pensé, creo que le dije gracias. Esa dama jamás había estado en mi oficina. Ella nunca me había dicho nada, nunca me había dado nada. Ella nunca me ha dado nada desde ese entonces, para ser honesto con usted.

Y entonces, no sé qué estaba pasando en ese momento, pero estoy ahí viendo ese sándwich, pensando, Dios está involucrado a un nivel tan íntimo con mis oraciones, que cuando el ayuno se acabó, Él me trae este sándwich. Eso es algo bastante pesado, y no soy místico, pero estaba abrumado. Y pensé que estaba comiendo maná del cielo, de hecho, desde ese entonces las carnes frías tienen un lugar especial en mi vida. Hombre. Regresé a mi escritorio regocijándome, y me comí ese pequeño sándwich, y a la mañana siguiente los doctores llamaron y dijeron: Bueno, tiene algo benigno, lo cual es algún tipo de piel ahí que no tiene nada que ver con sus dolores de cabeza. Probablemente tenía dolores de cabeza, ha sido porque él está creciendo y porque él está ahí en el sol, y está haciendo ejercicio y jugando béisbol, y lo que sea. No se preocupe, pensamos que va a estar bien.

El reporte es que todo está bien. Y de pronto todo cambia, porque ya lo había enviado al cielo y ahora está de regreso, ¿me entiende? Pero estaba tan emocionado, fui a la escuela, él estaba en la universidad y lo abracé y le dije, le conté estas noticias y él dijo: ¿Por qué piensas que el Señor me hizo pasar por eso? Y yo le dije: “¿Te hizo pasar por eso? Ni siquiera sabías lo que estaba pasando. Él me hizo pasar por eso. Uff. Bueno, él probablemente supo más de lo que él dijo y mientras que nos abrazamos ahí, y nos regocijamos en el Señor, usted sabe, me di cuenta de porque el Señor me hizo pasar por eso. Porque me acercó a Él y me enseñó cuan íntimamente Dios está involucrado en responder mis oraciones. No hay nada más maravilloso que eso.

Fue apenas hace cinco años atrás cuando recibí una llamada de que Patricia había estado involucrada en un accidente terrible de auto. El auto iba a una velocidad, no sé, de unos ochenta kilómetros por hora y se volteó y terminó de cabeza, un pequeño Honda, y quedó aplastado. Ella estaba lastimada severamente. Lo único que oí, y ella estaba siendo llevada por helicóptero al centro de trauma, y estaba como a hora y media yo de distancia, y me subí al carro y claro, este es mi amor, mi vida, mi compañera, todo para mí, y ahí voy y me estoy dando cuenta que ella podría estarse muriendo y estoy orando apasionadamente porque el Señor muestre gracia y le guarde la vida, y al mismo tiempo el pensamiento de que ella quizás ya está en el cielo.

Y de nuevo, me encuentro en medio de mis lágrimas cantando un himno, porque no podía evitar sino regocijarme si estaba con el Señor, mientras que quiero aferrarme a ella. Y después, claro, cuando la vi ella tenía todas estas fracturas en la cervical, en la C2 y la C3 y roto este hueso del cuello y mano rota, y toda esta parálisis y cosas así. Y dijeron: Sabe una cosa, ella normalmente habría tenido menos que un cinco por ciento de probabilidades de vivir y todo esto, y esto ha tenido un impacto sorprendente en su vida de oración, ¿no es cierto? Simplemente no solo su vida de oración, sino su alabanza, su vida de alabanza, porque ahora de pronto usted se da cuenta de lo que el cielo significa para usted.

Algunas veces el Señor se lleva a personas en esas circunstancias. El Señor me devolvió a mis dos seres queridos, pero llegar al borde es maravilloso para su vida espiritual, ¿no es cierto? Y creo que eso es lo que Pablo quiere. Dios quiere que Pablo descubra eso. ¿Qué le pasa a Pablo en medio de esto? Él acude al Señor, digo. ¿No es ahí en dónde debe estar usted? No puede usted encontrar un consejero humano que pueda arreglarlo. Y él acudió al Señor.

Cuándo usted atraviesa los sufrimientos de la vida, Dios tiene un propósito, su propósito es manifestar la virtud de su vida espiritual a toda persona que lo rodea a usted, y a usted también. Su propósito es humillarlo debido a su multitud de bendiciones derramada a usted. Y su propósito es acercarlo a la intimidad de su presencia gloriosa. Guardemos el resto para la próxima vez.

Oremos. Padre, es con una gran cantidad de gozo y gratitud que hemos visto este pasaje, cuan instructivo es para nuestras vidas, cuan bendito es saber que Tú tienes un propósito en nuestro dolor, en nuestra dificultad que nunca podría ser alcanzado de ninguna otra manera. Y de esta manera podemos estar de acuerdo con Santiago, quien dijo: “Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.” Debemos abrazar con gozo el sufrimiento, porque tiene un impacto espiritual tan grande. Muestra Tú verdadera obra salvadora, rompe nuestra soberbia, nos lleva a Tu presencia. ¡Qué grandes bendiciones son esas! Y oramos ahora porque Tu confirmes estas grandes verdades a nuestro corazón, y que las vivamos para Tu honor y gloria, en el nombre de nuestro Salvador. Amén.

Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org 
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