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Hemos estado por muchos meses ya, estudiando la primera carta de Pablo para la iglesia tesalonicense. Nos encontramos en el capítulo 5; y lo invito a que abra su Biblia en el capítulo 5, y veamos otra vez los primeros 3 versículos de este capítulo. 1 Tesalonicenses, capítulo 5, versículos 1 al 3. Aquellos de ustedes que estuvieron aquí el domingo pasado por la noche, recordarán que pasamos algo de tiempo en el maravilloso capítulo 24 de Hechos. Una discusión ahí se lleva a cabo, entre el apóstol Pablo y el gobernador llamado Félix. Su esposa está a su lado, ella se llama Drusila.

El apóstol Pablo viene delante del gobernador y su esposa con el propósito de presentarles el camino de la verdad en Jesucristo o el evangelio. Y conforme él los aborda, se afirma de manera clara en el versículo 25 de Hechos 24, que él discutió con ellos 3 cosas: justicia, dominio propio y juicio. Aquí estaba el apóstol Pablo confrontando a un pagano. Aquí estaba el apóstol Pablo confrontando al hombre quien estaba a cargo de su cautividad, que realmente tenía autoridad sobre su vida. Aquí estaba el apóstol Pablo confrontando a un hombre que él anhelaba atraer al conocimiento de Cristo. Y, ¿de qué hablo? Él habló de justicia.

¿Qué significa eso? Él les dijo a Félix y a Drusila que Dios tenía una norma justa, que Dios era un Dios justo y santo, que no podía tolerar el pecado. Eso es en lo que consiste la justicia de Dios. Él les dijo que Dios demandaba una ausencia de pecado perfecta. Incluso, como Jesús dijo: “sed vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Y después, les habló del dominio propio. Esto es, que Dios no sólo es perfecto y demanda un estándar perfecto, sino que Dios también debe cumplir con ese estándar y debe ejercer dominio propio al hacer eso.

Y después, él habló de juicio. ¿Qué quiso decir con eso? Que el hombre no puede cumplir con ese estándar; y entonces, está bajo condenación. Dios es justo y tiene un estándar justo. El hombre debe controlarse a sí mismo para vivir a nivel de ese estándar. Si falla, es condenado.

Pablo enseñó pecado. Pablo enseñó juicio. Pablo, realmente, estaba en lo correcto, porque dice en el evangelio de Juan, capítulo 16, que el Espíritu Santo vendrá al mundo para convencer a los hombres de pecado, y de justicia y de juicio. Mismos asuntos. Y entonces, el apóstol Pablo, en línea con la obra del Espíritu Santo, estaba dándole a este hombre un mensaje acerca del juicio. Yo creo que todos los profetas fieles, todos los apóstoles fieles y todos los predicadores fieles y maestros, predican juicio.

Aunque, el apóstol Pablo sólo estuvo unas cuantas semanas con los tesalonicenses y después tuvo que irse, y ahora está escribiendo unos meses después esta carta, en las pocas semanas que él estuvo ahí y fue usado por Dios para dar a luz a la iglesia, les enseñó acerca de estos mismos asuntos. Él debió haberles traído el mismo tipo de mensaje acerca de Dios, el Dios verdadero, que tenía un estándar justo, un estándar al cual todos los hombres son llamados a vivir, y si no lo hacían, eran juzgados. Y después, el resto de la historia -que es que Dios envió a su hijo a pagar la paga por nuestro fracaso por no guardar el estándar, para ofrecernos perdón y vestirnos con su propia justicia.

Entonces, ellos debieron haber sabido de la ira; ciertamente, sabían. Regrese al capítulo 1, versículo 10, por un momento. Conforme Pablo escribe y les escribe, dice que ellos realmente son una iglesia de segunda venida, versículo 10 del capítulo 1, esperando a su Hijo del cielo, a quien resucitó de los muertos, esto es Jesús, el cual nos libra de la ira venidera. Él no describe lo que eso es, porque obviamente ellos ya sabían. Parte de su ministerio para ellos, fue darles información acerca de la ira venidera.

En el capítulo 2, y versículo 16, él de nuevo señal al final del versículo: “pero ira ha venido sobre ellos hasta el extremo”. Y esta ira aquí, es indefinida, porque sin duda alguna, él ya les había hablado de ella. En el capítulo 4, versículo 6, de nuevo, él se refiere al hecho de que el Señor es un vengador; el Señor traerá venganza. Y en la segunda carta que les escribe un poco más tarde, 2 Tesalonicenses, observe el capítulo 1. Esto también edifica sobre un conocimiento previo que ellos tenían de la ira de Dios. Después de un saludo de apertura y una palabra de gratitud en los versículos 3 y 4, por su progreso espiritual, él entonces –en el versículo 5– comienza a hablar del juicio justo de Dios. Y ahí en el versículo 6, dice que Dios va a pagar con aflicción a aquellos que afligen a su iglesia.

Y después, en el versículo 7, él dice que el Señor Jesús será revelado del cielo con sus ángeles de poder en llama de fuego, dando retribución a aquellos que no conocen a Dios y aquellos que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesús. Y éstos pagarán el castigo de destrucción eterna excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder.

En estas 2 cartas, entonces, hay varias referencias al juicio venidero. Referencias que construyen sobre lo que Pablo ya les había enseñado en una presentación del evangelio. Ahí en 2 Tesalonicenses, capítulo 2, versículo 5, mientras que está hablando aquí del día del Señor, él dice, “¿no sé acordáis de que mientras que yo estaba con vosotros les estaba diciendo estas cosas?” En cualquier presentación del evangelio, es obligatorio que se discuta el juicio.

Pablo enseñó el pecado. Pablo enseñó el juicio. Pablo ya había delineado algo de esa información para los tesalonicenses cuando él estuvo ahí en Tesalónica fundando la iglesia. Él debió haberles hablado del día del Señor hasta cierto grado, porque en la segunda carta, como leí en el capítulo 2, versículo 5, él dice, “cuando estuve con ustedes les estaba hablando de estas cosas”. Él debió haberles hablado del día de furia, el día de la ira, el día de venganza, el día de juicio, cuando Dios destruya los impíos y los consigne al infierno eterno. El juicio fue parte de su mensaje.

Y es acerca de ese juicio, que él habla aquí en el capítulo 5, veamos los primeros 3 versículos. “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán”. Esta referencia al día del Señor en el versículo 2 es la clave para este texto entero hasta el versículo 11.

Los profetas del Antiguo Testamento también hablaron del día del Señor, como señalé en nuestro último estudio. Lo llamaron el día de Jehová grande y terrible. Amós, por ejemplo, es uno de los profetas que escribe acerca del día del Señor junto con otros, como Isaías, Ezequiel, Sofonías y Malaquías. Y Amós, por ejemplo, nos muestra que el día del Señor será tinieblas y no luz. Será juicio y no misericordia. Será ira y no bendición. Nos muestra que el día del Señor traerá una interrupción al orden físico, una catástrofe cósmica causada por Dios mismo, conforme Él controla los procesos naturales. Amós nos dice que, bajo la furia de juicio divino en el día del Señor, la tierra entera será devastada y se volverá como un mar turbulento o como el levantamiento y la caída del río Nilo, el cual inunda sus cuencas por kilómetros, ahogando y sumergiendo todo en su ola. Amós nos dice que el sol se va a oscurecer al mediodía y cubrirá el mundo entero en tinieblas. Y después, Amós dice, que fuego sobrenatural vendrá para destruir el mar y la tierra.

La perspectiva profética del día del Señor es de hecho aterradora, aterradora. Y mientras que cada uno de esos profetas del Antiguo Testamento estaba viendo el acontecimiento histórico en el futuro cercano, en el que Dios vendría en ira y ése fue un día histórico del Señor; también vieron más allá de eso, a un día del Señor final definitivo escatológico, cuando Dios en últimas, destruirá a todos los impíos en el mundo.

En el capítulo 5, el apóstol Pablo quiere hablar de este día. Dice usted, ¿por qué? Porque tiene implicaciones para sus lectores y tiene implicaciones para usted. Esas implicaciones se desarrollan en los versículos 4 al 11. Vamos a llegar ahí en un rato, no hoy. Pero tenemos que vivir a la luz del juicio eterno de Dios. Cuando entendemos el temor del Señor, eso debería colocar algo a nuestras vidas que de otra manera no estaría ahí en términos de motivación y responsabilidad. Y entonces, él tiene un mensaje que dar a estos creyentes, acerca de vivir a la luz del juicio sobre los impíos, devastador por parte de Dios, final y eterno. Y él va a dar ese mensaje en estos 11 versículos.

Ahora, recuerde en el capítulo 4, al terminar el capítulo, él presentó una verdad maravillosa del rapto. Ése es un acontecimiento diferente. El rapto es el arrebatamiento de la iglesia. Eso no es algo que temer, eso es algo que consuela. De hecho, en el versículo 18, en el capítulo 4, dice, “alentaos los unos a los otros con estas palabras”. El rapto describe el arrebatamiento de la iglesia. Es un acontecimiento bendito. Es un acontecimiento maravilloso. Es un acontecimiento de esperanza. Es un acontecimiento de gozo. Es el tiempo de nuestra glorificación. Es el tiempo de nuestra recompensa. Es el tiempo cuando nos volvemos como Jesucristo. Es el tiempo cuando entramos a su presencia maravillosa eterna en la casa del Padre, en la habitación que Él ha estado preparando para nosotros desde que se fue. Pero desde ese acontecimiento maravilloso, ese acontecimiento de esperanza, él se mueve a ese acontecimiento horrendo, llamado el día del Señor.

Le dije dos semanas atrás, en la sección previa del rapto, era para consolar a cristianos afligidos. Éste es para afligir a cristianos cómodos, consolados. Su discusión del rapto no necesariamente fue amplia, simplemente lo suficiente para consolarlos. Y su discusión aquí del día del Señor no es amplia, es sólo suficiente para motivarnos. En ambos casos, hay un propósito práctico de aplicación. Hay una meta en mente ética de conducta. Por un lado, traernos consuelo; por otro lado, traernos motivación para la vida santa.

Entonces, conforme llegamos al capítulo 5 y el día del Señor, veamos estos primeros 3 versículos de nuevo, continuemos donde nos quedamos. Y recuerde, hay 3 características que son claras en estos primeros tres versículos: la venida del día del Señor, la naturaleza del día del Señor y la totalidad del día del Señor. Él presenta el tema en el versículo 1, recuerde esto ahora lo vimos en nuestro último mensaje. “Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba”. Como muchas personas desde ese entonces, y hoy día también, tenían curiosidad acerca de cuándo es que Jesús iba a venir.

¿Cuándo es el rapto? ¿Cuándo es el día del Señor? ¿Cuándo es que todos estos acontecimientos de los tiempos finales se van a llevar a cabo? Él dice, “no necesitan que nada se les escriba”. ¿Por qué? Porque no necesitan saber eso. Eso no es algo que necesitan saber. Ustedes saben lo que necesitan saber. Ustedes saben que el Señor Jesús va a regresar en llama de fuego y va a traer ira sobre los impíos. Ya saben eso. No necesitan saber cuándo. No necesitan saber los chronos y los kairos, los tiempos y las temporadas, cuándo va a pasar, en qué periodo de la historia humana, no necesitan saber eso. La respuesta de Pablo, por cierto, fue exactamente como la de Jesús. Mateo 24:36, Hechos 1:7, él dijo, “no os corresponde a vosotros conocer los tiempos y las sazones”. No es para ustedes saber. Él incluso hizo la afirmación sorprendente e impresionante de que incluso el Hijo del Hombre no sabe eso. Pero sólo Dios Padre.

Dios nos ha dejado en la oscuridad acerca de eso. ¿Por qué? Para que toda generación viva a la luz de la realidad de que podría suceder durante su vida, para que toda generación tenga que enfrentar el hecho que Jesús podría venir en juicio final durante su vida.

Ahora, el Señor nos ha dado información acerca del rapto, lo ha descrito, nos dijo qué va a pasar: los muertos en Cristo resucitan primero, los que están vivos y permanecen se van a encontrar con ellos en el aire; y todos van al cielo a vivir en la casa del padre y estar siempre con el Señor. Entendemos que hay una trompeta y una voz de un ángel. Pero no conocemos el tiempo. Conocemos un poco acerca del acontecimiento, pero no sabemos exactamente cuándo va a pasar. No hay una discusión del tiempo en ningún pasaje que trata con el rapto.

Hay 3 pasajes explícitos en el Nuevo Testamento que tratan con el rapto. Son muy claros: Juan 14, 1 Corintios 15, 1 Tesalonicenses 4. Ninguno de ellos nos dice cuándo. No tenemos conocimiento del cuándo. Hay varios pasajes acerca del día del Señor, pero no se da una fecha. No hay un día ni hora específicos. Ahora, hay algunas indicaciones, de que el día del Señor está cerca, y vamos a hablar de ésas en un momento. Pero el tiempo específico no es conocido, de tal manera que toda persona vive con la expectativa, toda persona vive esperándolo.

Una vez que las señales que preceden al día del Señor comiencen a pasar, una persona sabia e informada podría saber que viene pronto, pero no conocer ni el día, ni la hora. ¿Pero cuándo van a comenzar esas señales preliminares y qué generación estará viva para experimentar eso? No tenemos conocimiento, en absoluto. Y cualquier persona que fija una fecha está operando de manera completa independiente de Dios, del Espíritu Santo y de la Escritura. Hay un elemento, tanto en el rapto como en el día del Señor, que usted debe reconocer, y ése es el elemento de lo inesperado, lo inesperado. De tal manera que toda persona vive en la expectativa y la rendición de cuentas; y esperándolo.

Ahora, repasemos la venida en el versículo 2, “porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”. ¿Cómo sabían perfectamente eso? Bueno, Pablo dijo: “Les enseñé muchas de estas cosas”, 2 Tesalonicenses 2:5. Él también probablemente reiteró que Jesús dijo eso, que el día del Señor va a venir como ladrón en la noche. Él está tomando terminología, por cierto, de nuestro Señor, quien es el que dijo que el día del Señor vendría como un ladrón.

Pablo añade la pequeña frase, “en la noche”, porque es normalmente en ese momento cuando los ladrones vienen -y venían. Pero el punto que él presenta aquí es, “miren, ya lo saben porque les he dicho y porque Jesús dijo que el día del Señor es como un ladrón”. ¿Qué significa eso? El ladrón no anuncia su llegada. Sus parientes le dicen a usted que van a venir, usted espera. Sus amigos le dicen que van a venir. Sus enemigos nunca le dicen eso. El ladrón no anuncia eso. Su venida es inesperada; y esa es la analogía simple que el apóstol Pablo quiere repasar con ellos. No pueden saber. Es inesperada.

Ahí atrás en Mateo, capítulo 24, el Señor indicó esto en varias maneras, él dijo, “si el que está a cargo de la casa en la casa supiera cuándo el ladrón viene, él habría estado preparado y él no habría permitido que se metiera en su casa”. Y más adelante, en ese capítulo, él dice en el versículo 50, “si el esclavo hubiera sabido cuándo el amo iba a regresar, él habría ordenado su vida de una manera un poco diferente”. Pero hay un sentido de algo inesperado. Capítulo 25, versículo 13, dice, “estad alertas porque no sabéis cuándo vuestro amo viene”. En Lucas 12:39 y 40, el Señor dice lo mismo.

Entonces, Pablo dice, “miren con respecto al tiempo y cuándo va a pasar, no necesitan que nada se les escriba, porque Dios no nos ha dado esa información y no la necesitan. Lo único que necesitan saber, ya lo saben, porque saben perfectamente que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche, en un tiempo cuando no lo esperan”. Los detalles del tiempo no son dados. “Ningún hombre conoce el día, ni la hora, ni el Hijo del Hombre, sino sólo el Padre”, Jesús dijo. Entonces, como el rapto, podemos saber acerca del acontecimiento, pero no podemos saber cuándo va a pasar. Y entonces, el día del Señor podemos saber de él, pero no podemos saber cuándo va a pasar. Dicha información no está disponible, porque el Señor no ha escogido dárnosla.  

Pero eso nos presenta, entonces, ese concepto en el versículo 2, el día del Señor. Ése es un término técnico. Ésa es una frase técnica. Aparece varias veces en el Antiguo y Nuevo Testamento, que significa el juicio cataclísmico final de Dios sobre los impíos. Se refiere al tiempo de la culminación de la furia y la ira de Dios en juicio climático final. Los profetas hablaron de él, los escritores del Nuevo Testamento hablaron de él; y siempre se refiere a que Dios desata su furia final sobre los pecadores en la tierra. Como dije, hubo un día histórico del día del Señor. Los escritores del Antiguo Testamento escribieron de eso, que sólo era un adelanto pequeño de ese día escatológico final del día del Señor, que vendría en el tiempo final mismo.

En todas las discusiones del día del Señor hay un sentido de cercanía, de expectativa, un elemento de sorpresa. Como dije, esto es verdad para el rapto y esto es verdad para el día del Señor. Será repentino, no se le dará la bienvenida -dañino e inesperado.

¿Hay beneficio vivir sin esta información? Sí. Primera de Juan 3 dice que el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, hablando realmente del rapto. Si usted tiene la esperanza de que usted se va a ir, para estar con Jesucristo, y que podría pasar en cualquier momento, y usted va a ser hecho como Él, y usted lo va a ver cara a cara, ese tipo de esperanza debería tener un efecto directo en la pureza de su propia vida, ¿verdad? Por supuesto.

Y si eso es con el rapto, y si con el día del Señor usted se da cuenta de que podría pasarle a cualquier generación, debería hacer que usted esté muy, muy preocupado por la generación en la que usted vive, que tenga que enfrentar este juicio eterno. No sabemos cuándo es que ese terror se va a desatar, pero estamos ocupados persuadiendo a los hombres porque sabemos que está por venir.

Ciertamente, Pablo pensó que el rapto podía venir en su vida, seguido por el día del Señor. Y cuando no vino, los tesalonicenses estaban preocupados y querían saber cuándo iba a venir. Pablo dice, “no hay tal información”.

Ahora, permítame seguir y darle algunos principios que necesita tener. Ningún pasaje, ningún pasaje que trata con el rapto, da ninguna señal preliminar de que el rapto está a punto de suceder. Juan 14, 1 Corintios 15, 1 Tesalonicenses 4, son los textos del rapto del Nuevo Testamento. Ninguno de ellos nos da ninguna señal preliminar. Ningún pasaje habla de precursores, de acontecimientos preliminares; nada como eso.

Por otro lado, siga mi idea. Por otro lado, los pasajes que tratan con el día del Señor mencionan precursores, acontecimientos preliminares, señales, de tal manera que una persona debería tener cierta idea general que está cerca. Dice usted, “bueno, ¿cuáles son estos acontecimientos preliminares?” No se da ninguno en los pasajes del rapto. Se dan varios en los pasajes del día del Señor.

Permítame darle una muestra. En Malaquías 4:5, no lo busque, pero en Malaquías 4:5, Malaquías dice que antes de que el día del Señor pueda venir, un precursor semejante a Elías debe venir primero, como Juan el Bautista vino antes de la venida de Cristo, un precursor. Malaquías 4:5 dice, que el día del Señor no puede ocurrir hasta que esta persona, semejante a Elías, esta persona profética, esta persona tipo Juan el Bautista, venga para anunciar la venida del Mesías. Entonces, Dios de hecho va a enviar un precursor antes del día del Señor para anunciar su venida, Malaquías 4:5. Entonces, si el precursor no está aquí todavía haciendo ese anuncio, entonces el día del Señor todavía no está cerca.

En segundo lugar, en 2 Tesalonicenses, capítulo 2, versículo 3, el apóstol Pablo dice, “el día del Señor no ocurrirá hasta que la apostasía”, la cual es una rebelión mundial en contra de Dios y Cristo y la Escritura. Habrá una rebelión a nivel mundial en contra de Dios primero, después, viene el día del Señor. 2 Tesalonicenses 2:3 y 4 también dicen, “el día del Señor no vendrá hasta que el hombre de pecado sea revelado”, el Anticristo. “Y hasta que él se levante a sí mismo en el templo”. Lo cual significa que entra al templo en Jerusalén, profana el templo llamado la abominación desoladora, entonces se levanta a sí mismo como la autoridad, como el que debe ser adorado.

Ahora, Daniel nos habla de eso. Y Jesús lo reitera en Mateo 24 y dice que a la mitad del periodo de 7 años llamado la tribulación, a la mitad de esa septuagésima semana, ese periodo de 7 años, el Anticristo se levantará, profanará el templo, se levantará a sí mismo como Dios en el templo. Eso es en el punto medio. El día del Señor va a suceder hacia el final de esa tribulación; algún tiempo hacia el final de esos últimos 3 y medio años.

Entonces, cuando la combinación desoladora se lleve a cabo por parte del Anticristo en Jerusalén, usted sabe que el día del Señor no está lejano. Y después, en algún punto, en ese mismo periodo, la gran apostasía se llevará a cabo, la rebelión en contra de Dios, dirigida sin duda alguna y guiada por el Anticristo. Y después, aparecerá un proclamador semejante a Elías, como Juan el Bautista, anunciando la venida del Señor.

Y después, otro acontecimiento comenzará a llevarse a cabo como una indicación de que el día del Señor está a punto de llegar y eso está Joel 3:9, dice, “que las naciones comenzarán a ser reunidas en el valle de la decisión”. Las naciones del mundo se moverán hacia el valle de la decisión en lo que conocemos como el Armagedón definitivo y eventualmente, se llevará a cabo conforme las naciones del mundo comienzan a entrar a Meguido, en el Medio Oriente. Usted no tiene que ser demasiado brillante como para saber que el enfoque del mundo entero está en el Medio Oriente. Pero todo eso va a pasar en los últimos 3 y medio años del tiempo de la tribulación, apenas antes del día del Señor, el cual viene hacia el final de ese tiempo.

Entonces, el día del Señor no puede venir hasta que un precursor semejante a Elías venga, una gran apostasía a nivel mundial en contra de Dios venga, el Anticristo profane el templo y se levante a sí mismo, las naciones comiencen a moverse y a migrar hacia el valle de la decisión como es llamado, cuando Dios va a decidir qué hacer con ellas. Y después, inmediatamente, no sabemos si van a ser horas o días o incluso semanas, antes de que venga el Señor, escuche qué más va a pasar. “El sol se volverá oscuridad”, Joel 2:31, “la luna se volverá sangre antes de que el día de Jehová grande y terrible venga”.

Entonces, apenas antes de que el día del Señor venga, el sol y la luna se apagan. Joel 3:15 dice esto, “el sol y la luna se oscurecen, las estrellas pierden su brillo”, las estrellas se apagan. Isaías 13:10 lo describe, “las estrellas del cielo y sus constelaciones no van a emitir su luz, el sol se va a oscurecer, cuando se levante y la luna no va a dar su luz”. Mateo 24:29 dice, “inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo, las potencias de los cielos serán sacudidas”. Mateo 13:24, “en aquellos días después de la tribulación, el sol se oscurecerá y la luna no dará su luz”. Lucas 21:25, “habrá señales en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra desmayo entre las naciones y perplejidad ante el rugir del mar y las olas”. ¿Cómo es que el mar se metió ahí? Apague el sol, y usted apaga la luna; apaga la luna, y usted hace que las mareas del mundo entren en un caos absoluto.

Y entonces, usted tiene estos precursores, estos acontecimientos antes de que el día del Señor llegue. De manera increíble, absolutamente incomprensible, la gente en el mundo, en ese tiempo, va a tener una respuesta inexplicable a nivel superficial. Vea el versículo 3, una respuesta inexplicable, versículo 3, “que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción”.

Deténgase en ese punto. Dice usted, “¿Qué? ¿Están diciendo qué?” Están diciendo, “paz y seguridad”. Dice usted, “Ahora, espera un minuto, la Biblia dice que no puedes conocer el día ni la hora”. Es correcto. “Pero puedes conocer el marco general de tiempo para el día del Señor”. Eso es correcto, no el día específico, ni la hora, sino el marco de tiempo general. Sí. ¿Por qué? Debido a que la abominación desoladora ha sucedido, debido a que alguien está anunciando la venida de Cristo, debido a una apostasía mundial, debido a que las naciones están yendo al valle de la decisión y ciertamente, porque todo se oscurece.

Pero, a pesar de esto, y subraye esto, incluso antes del punto medio de los 7 años, habrá otras cosas para indicar el fin, y veremos esas el próximo domingo. Habrá otras evidencias que se presentan en los primeros 5 sellos de Apocalipsis, que muestran que estamos moviéndonos hacia el fin. A pesar de eso, a pesar del Anticristo, a pesar de todos esos preliminares, a pesar de todo eso, la respuesta de la gente es paz y seguridad. ¿Qué significa eso? Todo va a estar bien. Nos dirigimos a un tiempo de paz, nos dirigimos a un tiempo de seguridad.

Dice usted, “eso es absolutamente ridículo. Eso es absolutamente absurdo. ¿A quién se le ocurre ese tipo de respuesta?” Bastante simple, si lo piensa. Están siendo convencidos por un grupo especial. Un grupo especial de personas que está trabajando muy duro para convencerlos de que la paz y la seguridad viene. Adivine e imagine, ¿a quién representa ese grupo? No será a Dios, ¿verdad? Debe ser el enemigo. Paz y seguridad, paz y seguridad. Todo va a estar bien; estamos moviéndonos hacía un tiempo maravilloso, todo esto se va a acabar. Este es el comienzo de, lo puedo oír ahora, este es el comienzo de la nueva era; la antigua está desmoronándose. Todo está desintegrándose, y todos los cristianos que han sido arrebatados eran el problema. No deshicimos de ellos y todo ahora está siendo reacomodado y vamos a llegar al amanecer de una nueva era.

Dice usted, “¿quién me está predicando eso?” No se necesita mucha imaginación para responder la pregunta. Permítame darle una ilustración de cómo funciona. Si usted regresa a la profecía de Jeremías conmigo, regresemos al capítulo 6. Jeremías profetizó del día del Señor. Jeremías le advirtió a Judá, el reino del sur; le advirtió de juicio. Y Jeremías estaba hablando de un día del Señor histórico, en el que Dios vendría y usaría a otra nación para hacer su juez y ejecutor, muchos de ellos serían masacrados y el resto sería deportado a Babilonia. Entonces, Jeremías vio un día del Señor cercano histórico, esperando ese día final definitivo del Señor. Pero observe con lo que tuvo que contender. Muy bien. Él estaba prediciendo que este ejército iba a venir para aplastar a Judá y los iba a sacar de su tierra; y los iba a llevar al cautiverio y todo esto. Éste fue el mensaje de Jeremías.

Pero sea tan amable en ver el capítulo 6, versículo 1. Él les dice que hay algunas señales actuales para indicar que lo que dice es verdad. Por cierto, él está llorando, él está usando lecciones con objetos, él era el profeta que lloraba. Él está predicando en las calles. Él está advirtiendo, y advirtiendo y advirtiendo que el juicio de Dios viene. Y aquí él dice, “miren, huyan para protegerse, para encontrar seguridad, hijos de Benjamín. Huyan del medio de Jerusalén, toquen una trompeta en Tecoa y levanten una señal sobre Bet-haquerem; porque  del norte se ha visto mal, la maldad viene desde el norte y una gran destrucción. Miren, el ejército está acampado en la frontera norte, ¿no pueden ver la señal?, ¿no pueden ver la señal? Huyan, corran, corrijan su vida”.

Pero él tenía otras personas con quien contender. Capítulo 6, versículo 13, él dice a la mitad del versículo, “y del profeta hasta el sacerdote, todo mundo trata de manera falsa y han sanado el quebrantamiento de mi pueblo superficialmente, diciendo, ‘paz, paz’. Pero no hay paz”. ¿Qué están diciendo los falsos profetas? Oh, no se preocupen por ese ejército allá arriba; nada. Simplemente, nos vamos a dirigir a una nueva era de paz, éste es el amanecer de un nuevo tiempo de paz, todo va a ser maravilloso.

¿De dónde cree usted que están sacando su mensaje? De Satanás mismo y sus demonios, quienes siempre hacen lo que pueden por mentir y engañar al pueblo de Dios. Y entonces, estos profetas falsos inspirados por demonios estaban por todos lados diciendo, “paz, paz, estamos por entrar un tiempo de paz, estamos por entrar un tiempo de paz”. Capítulo 8, versículo 11 dice esencialmente lo mismo, “sanan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo superficialmente”.

Estos profetas no pueden curar a nadie, estos profetas no pueden hacer que nadie esté entero espiritualmente, su ministerio superficial porque está lleno de mentiras. Dicen paz, paz, pero no hay paz. No va a haber paz. Capítulo 14, dos versículos, versículos 13 y 14, “pero ah, Señor Dios, yo dije mira los profetas les están diciendo: no veréis espadas ni tendréis hambre, sino que os daré paz duradera en este lugar”. Eso es lo que le están diciendo a la gente, al pueblo, paz duradera, no hay espada, no hay hambre. Ah, Señor Dios, él dice, tengo tanta competencia, dándole al pueblo la información equivocada.

Escuchen, créalo, en los últimos tiempos antes del holocausto final del día del Señor, el mundo literalmente estará lleno de profetas falsos e inspirados por demonios mintiendo acerca de lo que está pasando, arrastrándose por todos lados. Y ésa es la razón por la que dice, que estarán diciendo, paz y seguridad, paz y seguridad.

En el versículo 14, el Señor dice, los profetas están profetizando mentiras en mi nombre. Ni los he enviado, ni les he mandado, ni les he hablado. Les están profetizando una visión falsa, adivinación, futilidad y el engaño de sus propias mentes. Lamentaciones 2:14, también escrito por Jeremías dice lo mismo, “vuestros profetas han visto para vosotros visiones falsas y necias, y no han expuesto su iniquidad para restaurarlos de la cautividad, sino que han visto para vosotros oráculos falsos y engañosos”.

Obsérvese Ezequiel; Ezequiel tuvo el mismo problema. Ezequiel, capítulo 13, es fascinante. Ésta es una ilustración vívida. En el versículo 10, Dios dice, Dios está hablando, comienza a hablar en el versículo 8, pero ahí en el versículo 10, “sí, por cuanto engañaron a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz”. Y Ezequiel estaba teniendo que competir con el mismo tipo de situación durante el tiempo de su profecía.

Y entonces, lo que hace Dios, presenta una analogía, Dios usa una lustración. “Y cuando alguien edifica la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto”. Y ésta es su analogía, “di a los recubridores con lodo suelto”, esto es, a los falsos profetas, “que caerá”. Presentan su cargo profético, se desfilan a sí mismos como si fueran el muro de protección para el pueblo de Dios, se cubren a sí mismos de lodo para hacerse ver santos y buenos. “Diles en mi nombre, que ese muro va a caer, esa protección falsa tendrá lluvia torrencial y enviaré piedras de granizo que la hagan caer y viento tempestuoso la romperá, y aquí cuando la pared haya caído, ¿no os dirán: Dónde está la embarradura con que la recubristeis?”.

En otras palabras, espera un minuto, ¿dónde están todas esas palabras que nos dijeron que supuestamente eran para protegernos? “Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Haré que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir. Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento”. Esto es, verán que estos falsos profetas, estos profetas eran falsos “y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo soy Jehová. Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la recubrieron, los profetas de Israel que profetizan acerca de Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo paz”.

Miqueas dijo lo mismo. Miqueas vio el día del Señor, capítulo 3, versículo 5, él dice, “claman: Paz… No hay paz”. Observe conmigo Mateo capítulo 24 de nuevo, para un momento breve, breve. En Mateo capítulo 24, usted tiene una descripción de los acontecimientos previos al día del Señor; y quiero que observe esto. Veremos más de esto la próxima vez, pero en Mateo 24, él está describiendo la tribulación. Él describe aquí la abominación desoladora en el versículo 15, en donde el Anticristo profana el templo en Jerusalén, y después, la persecución que viene como resultado de eso. Pero observe el versículo 24, él escribe, “en ese entonces, falsos Cristos, falsos profetas se levantarán, mostrarán grandes señales y maravillas para engañar si fuera posible”, y no es posible, “aún a los escogidos”. ¿Qué hace que estos profetas sean creíbles?

¿Por qué es que el mundo acaba de ver?, escuche esto, guerras, hambres, terremotos, pestilencias, masacres, abominación desoladora, la llegada de un precursor, apostasía mundial, la reunión de las naciones al valle de la decisión. ¿Por qué? Un pensamiento inconcebible. ¿Por qué el mundo va a creer a falsos profetas que dicen esto tan sólo es el amanecer de un nuevo tiempo de paz maravilloso? Le voy a decir por qué, porque esos falsos profetas van a hacer, ¿qué? Señales y maravillas, grandes señales y maravillas. Sea cual sea la capacidad que el infierno tiene para hacer una presentación, para presentar un show, lo va a hacer en ese entonces. Incluso, con todo lo que está sucediendo, el mundo va a creer las mentiras satánicas, y va a ir como oveja al matadero, aunque han sido advertidos, y advertidos, y advertidos y advertidos.

Yo creo que es mi responsabilidad como siervo de Dios advertirle a esta generación, y entonces, el próximo día del Señor, quiero llevarlo a lo largo de todos los acontecimientos preliminares al día del Señor, para que usted sepa lo que está por venir. Dice usted, ¿estaremos ahí, en el día del Señor? No. Seremos sacados antes del día del Señor. Ahora, como usted sabe, a lo largo de todos los años, ha sido mi convicción enseñarle que somos sacados antes de esa septuagésima semana final, antes de que comience ese periodo de final de 7 años.

La gran promesa es que no hemos sido designados para la ira, hemos sido designados para gloria. Si usted conoce y ama el Señor Jesucristo, el futuro que usted espera es todo glorioso. Si usted no lo conoce, el futuro que usted espera es todo aterrador. No es algo insignificante, que el mundo entero tiene sus ojos en el Medio Oriente. Ahí es en donde toda la consumación de la historia humana se llevará a cabo, podría ser en esta generación, podría ser pronto, debemos estar listos. Si usted conoce a Cristo, usted será sacado antes de que llegue, si no lo conoce, usted será destruido cuando venga. Inclinémonos en oración.

Padre, recordamos que Pablo razonó con Félix y Drusila acerca del juicio. Él habría sido un predicador infiel, un administrador infiel, si no le hubiera advertido así a la gente. Entonces, Señor, por aquellos que no conocen a Cristo, que no tienen esperanza bienaventurada, oramos, oh Dios, que, en gracia poderosa, tú, mediante la obra de convencimiento del Espíritu Santo y la creencia de la verdad, les hagas venir a la salvación y a la esperanza.

Para aquellos de nosotros que somos cristianos, aunque no experimentaremos el día del Señor, conocemos a gente que sí, y que hagamos lo que podamos por persuadirlos, para reconciliarse con Dios y Cristo.

Además, Señor, debido a lo que caracteriza a la gente de las tinieblas, que no vivamos como ellos viven. No somos de la noche. No somos de las tinieblas. No somos del día del Señor. Que no vivamos como esas personas viven, sino que este principio acerca de lo que Dios le hará a la gente que vive así, sea un recordatorio de que no debemos vivir así.

Señor, cómo es que nosotros podríamos conducirnos de una manera que resultará en la condenación de otras almas. Cómo querríamos identificarnos con sus patrones de vida y abusar entonces tu gracia perdonadora. Entonces, Padre, enséñanos cómo aplicar estas cosas en nuestras propias vidas, por causa de Cristo. Amén.

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