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Bueno, abramos nuestras Biblias para nuestro tiempo en la Palabra de Dios, capítulo 5 de 1 Tesalonicenses. Capítulo 5 de 1 de Tesalonicenses. El último día del Señor y esta mañana, estamos estudiando los versículos 12 y 13. Permítame leérselos. 1 Tesalonicenses 5, 12 y 13: “Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros y os presiden en el Señor y os amonestan, y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.” Estos dos versículos explican cómo las ovejas deben tratar al pastor y cómo los pastores deben tratar a las ovejas. Dentro del marco de la comunión cristiana en la iglesia. La semana pasada usted recordará, hablamos de la responsabilidad de los pastores para con las ovejas, cómo los pastores deben cuidar de las ovejas. Ese claro fue un mensaje cercano a mi propio corazón como pastor. Quien tiene ovejas y una responsabilidad delante de Dios para ejercer ese tipo de cuidado.

También fue un mensaje que refleja todos nuestros pastores y ancianos en Grace Church y conforme pensaba en las cosas que dije la semana pasada y la responsabilidad en los gozos, las dificultades, las pruebas, las tribulaciones, las emociones de ser un pastor, recordé que hace unos cuantos meses atrás Phill Johnson y yo estábamos comiendo y me dijo: “¿Sabes John?, tienes que escribir otro artículo para la revista Masterpiece que está por salir. ¿De qué te gustaría escribir ese artículo editorial?” Y conforme estaba masticando mi hamburguesa de pollo, ahí adelante en la calle en Cal, le dije: “Sabes Phill, me gustaría escribir un artículo de por qué soy un pastor para que todo el mundo sepa de que sin importar qué perfil pueda parecer que yo tenga en el mundo exterior, el corazón de todo lo que es el pastoreo, eso es a lo que Dios me ha llamado hacer y eso es lo que realmente soy. Y, él dijo: “Bueno, ¿cómo lo harías?” Yo le dije: “Bueno, qué tal si escribo un artículo de las diez razones por las que soy un pastor.” Y él me dijo: “¿Diez? Bueno, ¿puedes pensar en diez?” Yo dije: “Estoy seguro. ¿Tienes un lápiz?”

Y, entonces, comencé a escribir conforme pensaba, en diez razones por las que soy un pastor, y eso se convirtió en un artículo que terminó en el último número de la revista Masterpiece, en la sección editorial, en donde siempre escribo un artículo. Mi pensamiento originalmente fue estimulado cuando leí la biografía de Jonathan Edwards, escrito por Jan Murray y aprendí de todos los dolores personales que tuvo en su propia iglesia. El  pastor de una iglesia, lo expulsó después, lo sacó, después de todo ese tiempo de un Ministerio profundo y bendecido, Jonathan Edwards, inclusive, fue un líder clave en el gran despertar norteamericano, el más grande avivamiento que jamás ha sacudido esta nación. Su iglesia no pareció haber considerado eso. Y mientras que aunque estoy en el año 22 no espero un destino así. Sé lo que es sufrir crítica. Sé lo que es ser un sujeto constante de acusación tanto adentro como afuera de la iglesia. Ha habido momentos créanme, cuando dejar la iglesia me ha parecido atractivo y hay casi una pregunta constante para mí: ¿por qué no dejas Grace Church y haces algo más? Pero nunca he contemplado un cambio así seriamente porque amo mi llamado de Dios, amo mi lugar y amo a mi congregación, permanezco estando totalmente comprometido con el deber de ser un pastor, y hay varias razones por las que pienso eso. Permítanme, tan solo, repetirle brevemente esas diez razones por las que soy un pastor.

Número uno, la iglesia es la única institución que Cristo prometió bendecir y edificar. Él dijo: “Yo edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Y encuentro gran consuelo y confianza en el hecho de que soy parte de la más grande institución sobre la faz de la tierra, la cual es la iglesia local. Estoy agradecido por tener una parte pequeña en la gran obra de Nuestro Señor de edificar la iglesia. En segundo lugar, soy un pastor porque las funciones colectivas del cuerpo se llevan a cabo en la iglesia. Tan pronto como usted se sale de la iglesia usted se divorcia del lugar de celebración, el lugar de adoración, el lugar de la mesa del Señor, el lugar del bautismo, el  lugar de aliento, el lugar de edificación, el lugar de instrucción y si vamos a venir -como dijo el salmista-, y adorar y a postrarnos; y si vamos a venir y participar de la mesa del Señor; y si vamos a venir a las aguas del bautismo; y si vamos a venir a ser alimentados, y enseñados, y nutridos, y discipulados, y a disfrutar de las riquezas de la comunión, todo eso sucede en la iglesia local.

En tercer lugar, soy un pastor porque la predicación es el medio primordial que Dios usa para extender su Gracia. El apóstol Pablo le mandó a Timoteo a predicar la Palabra. Es mediante la Palabra predicada, mediante la proclamación de la Palabra, que la congregación es edificada, y alentada, y fortalecida, y motivada, y confrontada, y convencida de pecado, y reprendida y restaurada. Tengo el privilegio, cada domingo, de proclamar el mensaje de Dios, -una vez en la mañana y una vez en la noche-, y para ser realmente honestos con ustedes, la razón por la que tenemos un servicio de domingo por la noche, es, simplemente, porque queremos tener otra oportunidad de proclamar esa verdad y todas las cosas que van con esto.

En cuarto lugar, soy un pastor porque puedo estar consumido en el estudio y la comunión con Dios toda mi vida. No me gustaría estar involucrado en administrar alguna organización en donde estuviera inmerso en los detalles y lo trivial y los detalles de las cosas que son diferentes de la Palabra de Dios porque estoy inmerso en las cosas de las Escrituras. Alguien me preguntó esta semana pasada: “¿Qué es lo que te motiva?” Y lo que dije es: “Mi amor por la Palabra de Dios.” Eso es lo que me motiva, y el hecho de que puedo pasar mi vida entera haciendo lo que me encanta hacer para mí es una emoción enorme. Estaba hablando con un jugador profesional de béisbol hace unas semanas atrás y yo le dije: “¿Qué es lo que más te gusta de lo que haces?” Y él me dijo: “Lo que más me gusta es que hago lo que me encanta hacer.” Y yo también. De hecho, lo que me encanta hacer –resulta-, llevarme a la comunión personal privada con Dios en las páginas de las Escrituras.

El doctor Roscow en el seminario es parte de nuestra facultad y está escribiendo un libro acerca de la predicación expositiva por el cual estamos muy emocionados y él está escribiendo un capítulo acerca de la oración y la predicación expositiva. Él me escribió una pequeña nota, y en la nota él dijo: “¿Me podrías escribir un párrafo o algo así de cómo la oración entra en tu preparación?” Y tuve el gusto de escribir un boceto del mismo el cual está en mi escritorio esperando para ser revisado el próximo día o dos, y decir que la realidad de la oración es absolutamente inseparable del ejercicio de la preparación. En el proceso de preparación no puedo divorciarme de una conversación continua con Dios conforme busco conocer Su Mente y Su Corazón y Su Voluntad y después aplicar a mi corazón lo que estoy estudiando y aprendiendo y, tarde o temprano, predicarlo.

Ustedes ven el lado público mío, pero hay un lado privado, que Dios conoce y solo Dios conoce. Ustedes me ven por dos horas un domingo, una por la mañana y una por la noche, si realmente son espirituales. Si solo me ven por una hora no son muy espirituales. Eso no se acerca, en absoluto, a las treinta horas -por lo menos-, que paso en comunión privada, para preparar para la una o dos horas que ustedes me ven. Ese es el gozo, ese es el amor, ese es la pasión del Ministerio.

En quinto lugar, soy un pastor porque soy responsable, de manera directa, a Dios por las vidas de la congregación que me ha encomendado para pastorear y me encanta esa responsabilidad. No me molesta ser un maestro en la radio, no me molesta escribir libros. No me molesta mandarle mis palabras a personas que no conozco, sea que me oigan por la radio, escuchen una cinta o lean un libro. Pero tengo una relación con mi congregación como la de un pastor con las ovejas y tengo el privilegio llamado de Dios de cuidar de sus almas, como de alguien que va a dar cuentas a Dios y la única manera en la que puedo cumplir con ese llamado es en una iglesia local. No puedo ser responsable por las almas de la gente en un programa de radio. No puedo ser responsable por las almas de la gente que me escucha en una cinta o leen un libro. Solo puedo ser responsable a Dios por las almas de las ovejas que están en mi propio rebaño. Y a eso he sido llamado y deseo ser fiel a eso.

En sexto lugar, también soy responsable a la gente en mi iglesia. No solo soy responsable a Dios por la gente en mi iglesia, sino que soy responsable a la gente en mi iglesia por ser fiel a Dios. Todo está expuesto para ustedes, después de casi 22 años va a ser mi aniversario número 22 el 9 de febrero, pero en todos estos años, ustedes ven todo. Todo está expuesto ahí. Mi esposa, mis hijos, mi vida familiar, mis fortalezas personales, mis debilidades personales, lo que me gusta, lo que no me gusta, el estilo de vida que vivo. Todo está ahí, y me gusta rendir cuentas de esa manera. Dice usted: “¿Por qué?” Porque me mantienen donde debo estar. Es un aliento constante para mí reflejar a Cristo en todo lo que digo y hago porque esa es la única manera en la que puedo apoyar un mensaje. La gente puede escucharme en la radio y no tiene ni idea de cómo vivo. Pueden escuchar una cinta, pueden leer un libro y no tienen ni idea de cómo es mi vida pero ustedes sí, y lo saben y ese tipo de rendición de cuentas es muy, muy bueno para mí.

Número siete, soy un pastor porque me encanta en desafío de edificar, de construir, de formar un equipo de liderazgo eficaz a partir de la gente que Dios ha colocado en la iglesia. Realmente, creo que ser un líder de eficacia en la iglesia es el reto más desafiante que hay sobre la faz de la tierra. Hay varias razones. Una de ellas, por ejemplo, es que cuando usted comienza una empresa, una compañía y usted quiere ser exitoso, usted puede contratar a quien usted quiera, pero cuando usted edifica una iglesia usted tiene que tomar lo que Dios da. Eso es muy diferente, muy diferente. Y es una organización de voluntarios. Usted no solo toma lo que Dios da, usted toma la gente que Dios da y está dispuesta a dar y es a partir de ese tipo de desafío que usted es llamado a formar un equipo de liderazgo que puede extender el reino de Dios y, francamente, no estoy diciendo esto para mostrar falta de esperanza pero quiero que sepan lo que la Biblia dice: “No muchos de ustedes son sabios no muchos son poderosos y no muchos son los nobles.” 1 de Corintios 1:26.

Básicamente, somos la gente ordinaria del mundo, ¿no es cierto? Y le doy gracias a Dios, una y otra vez, de que no me metió en algún tipo de iglesia elitista. Yo ni siquiera quise pastorear una iglesia constituida por la élite, quise una iglesia que fuera promedio, constituida por gente ordinaria, el Cuerpo de Cristo, en donde solo habría unos cuantos que serán considerados los fuertes y los nobles y la mayoría de nosotros seríamos personas fieles. Simplemente, me veo a mí mismo como entre ellos y ha sido un gozo tremendo ver al Espíritu de Dios edificar a un equipo de liderazgo y extender su Reino a través de nuestra iglesia. Y ¡qué desafío es ese!

Número ocho, soy un pastor porque el pastorado incluye toda la vida. La vida entera. No sé acerca de usted, pero me encanta la aventura, me encanta la variedad y si usted quiere una vida de aventura y variedad, sea un pastor. No hay dos días que sean iguales, no hay dos días idénticos. No fui, nunca he hecho para trabajar en un trabajo rutinario. Yo estaré en algún lugar allí en la cama, recitando el alfabeto griego unas cuantas semanas y, después, si estuviera trabajando ahí, en algún tipo de trabajo rutinario, me empezaría a volver loco. Mi mente es atraída hacia la variedad y eso es porque Dios me ha diseñado para eso. Y esa es la realidad del Ministerio, incluye toda la vida. Puedo compartir el gozo de padres por el nacimiento de un niño, puedo compartir el dolor de los padres por la muerte de un niño, puedo compartir el gozo por una boda, puedo compartir el consuelo necesario en un funeral, el espectro de la vida es expuesto al pastorado. Todos los gozos, todas las emociones y momentos felices de la vida, todas las tragedias, dificultades, pruebas y dolores de la vida. Es una aventura increíble que puede comenzar en cualquier momento porque en cualquier momento algo fuera de lo ordinario sucede y, de alguna manera, estoy involucrado en eso. Es un gozo ir más allá del sermón. Lo cual es la parte predecible del Ministerio, y de ahí pasar a la parte impredecible, conforme usted está ahí intercediendo a favor de la gente. Intercediendo en lugar de Cristo a Dios.

Soy un pastor por otras dos razones. Número nueve, tengo miedo de no ser pastor. Y esa es la verdad. Cuando tenía 18 años de edad, Dios me sacó de un auto que iba a 120 kilómetros por hora, y aterricé en la parte de atrás de mi cuerpo, y me derrapé por varios metros sobre el pavimento. Por la Gracia de Dios no morí y por la Gracia de Dios me comprometí a ser pastor porque antes de eso yo sabía que el Señor me había llamado a eso. Estaba siendo rebelde y decidí que si el Señor iba a pelear conmigo así, yo iba a rendirme, iba a ser un pastor o lo que Él quisiera que fuera. Cada vez que me raspo la espalda siento las cicatrices de eso porque todavía están ahí para recordarme que debo ser fiel al pastorado, o podría haber otra autopista en algún punto en mi futuro. Y eso está bien.

Y, finalmente, soy un pastor porque la recompensa del pastoreo son absolutamente maravillosas. Tengo que decirle: me siento amado, me siento valorado, me siento necesitado, siento que la gente confía en mí. Todas esas cosas, ¿por qué? No es por mí, sino porque ser un instrumento de Dios cambia la vida de las personas. Cuando Dios lo usa a usted para predicar Su Palabra, enseñar Su Palabra, aplicar Su Palabra, las vidas de la gente cambia, y usted tiene el sentido de un significado de la vida maravilloso, maravilloso. La vida es de tanto valor para mí, por cómo Dios la usa para hacer lo que hace. Sé que ustedes oran por mí, sé que ustedes se preocupan por mí, lo sé. Tengo una deuda de gratitud a Dios por ello, porque no soy digno de eso, pero entiendo eso. Eso va de la mano con ser un instrumento, mediante el cual la Gracia de Dios puede influir a la gente. Aunque, Dios lo está haciendo todo y el Espíritu de Dios lo está haciendo todo. Conforme la gratitud es expresada a Dios de alguna manera pasa, mediante el canal por el que vino, y esa es una realidad maravillosa y emocionante. Y, cuando todo se ha acabado, el gozo y satisfacción de ser un pastor es la respuesta y el amor mutuo que el pastor y las ovejas comparten.

Quiero que sepan que todos los años que he estado aquí, nunca he administrado sin gozo, nunca he administrado sin satisfacción, nunca he administrado en un vacío de amor. Ustedes siempre me han amado, ustedes siempre han alentado mi corazón y ha sido la respuesta de las ovejas al pastor que ha hecho que este Ministerio sea tan emocionante para mí. Y creo que cualquier persona en el Ministerio diría eso. Con todas esas diez cosas que les di, el meollo del asunto es este: estoy en el Ministerio porque las recompensas son tan grandes y las recompensas son eternas y, eternamente, el valor de una relación entre un pastor y sus ovejas, qué gran verdad. Supongo que todos los pastores en este rebaño, todos los ancianos de esta iglesia estarán de acuerdo que el gozo del Ministerio está ligado a la actitud de las ovejas, así el pastor cuando Dios transmite la verdad a través de mí a ustedes y ustedes transmiten la gratitud a través de mí a Él, ese es un gozo tremendo.

Y les voy a decir algo, no todo mundo experimenta eso. Muchas iglesias son oscurecidas con las marcas de salidas repentinas de pastores que han sido abusados y golpeados por una congregación llena de ingratitud. Ese no ha sido mi caso. Pero eso presenta la pregunta para nosotros en el texto ¿cómo es que los pastores deben ser tratados? ¿Cómo es que usted debe tratar al pastor? Ahora le doy este mensaje con algo de resistencia porque alguien con toda seguridad va a decir: “Bueno, alguien ha estado atrás de John para que él predicara este mensaje para enderezarlo.” Y no es verdad. Sabe usted que resulta que llegamos al capítulo 5 versículo 12 y 13, ¿verdad? Y usted sabe que nos vemos obligados por el plan de Dios, no por algún plan personal que yo tengo.

¿Cómo es que las ovejas deben tratar a los pastores? La semana pasada hablamos de cómo es que los pastores deben tratar a las ovejas y les dije que podrían vivir de manera irresponsable por una semana más, pero ya se acabó el tiempo. Se acabó. Aquí estamos. Aquí está la responsabilidad de las ovejas, para con los pastores. Ahora, para algunas personas ni siquiera piensan en esto. Algunas veces, el asunto es poco más que una broma, como el pastor que, literalmente, le molestaba ser distraído por un hombre que se quedaba dormido todo domingo en medio de su sermón. Y el hombre era un miembro prominente de la iglesia. Y él se dormía en todo sermón. Finalmente, el pastor decidió “no me importa si es prominente, no me importa si él da mucho, tengo que confrontarlo.” Y él dijo: “¿Por qué, señor, es que usted se queda dormido cuando estoy predicando mi sermón? Muestra una falta de respeto.” A lo cual el hombre respondió: “¿Crees que me quedaría dormido si no confiara en ti?” Miren, no necesito ese tipo de confianza, si es el mismo caso con ustedes.

¿Cómo es que las ovejas deben tratar a sus pastores? ¿Cómo es que las ovejas deben tratar a sus pastores? El siguiente artículo titulado Cómo deshacerse de un pastor, apareció en un boletín de iglesia. Escúchelo. No hace mucho tiempo atrás un grupo de bien intencionado de laicos, vino de una iglesia vecina para verme. Querían que los aconsejara en algún método conveniente y no doloroso para deshacerse de su pastor. No obstante, me temo que no les ayudé mucho. En ese entonces no había tenido la oportunidad de pensar seriamente en eso, pero, desde ese entonces, he ponderado el asunto mucho y la próxima vez que alguien venga a buscar consejo acerca de cómo deshacerse del pastor, esto es lo que les diré: “Uno, vea al pastor fijamente a los ojos mientras que está predicando y diga “Amén” una vez, de vez en cuando, y él va a predicar hasta morir. Dos, denle unas palmadas en la espalda, reconozca sus buenos puntos y, probablemente, él va a trabajar hasta morir. Tres, re-dedique su vida a Cristo y pídale al predicador que usted haga algún trabajo, de preferencia algunas personas perdidas que usted podría ganar a Cristo, y él va a morir de un infarto. En cuarto lugar, haga que la iglesia se una en oración por el predicador y, rápidamente, él se va a volver tan eficaz que una iglesia grande lo va a quitar de sus manos. Y él, rápidamente, se va a volver tan eficaz que una iglesia más grande que la suya le va a pedir que salga de donde está y lo va a quitar de sus manos.

Da lugar a algunas preguntas vitales cuando pensamos en eso. ¿Cómo debemos tratar al pastor? Una encuesta de 3.000 iglesias pastores y laicos incluidos en la encuesta hicieron la pregunta: ¿Cuáles son las razones primordiales por las que la gente se va de una iglesia? Una de las respuestas más comunes fueron: “No me cae bien el pastor.” ¿Cuál es nuestro deber? Regresemos a nuestro texto. Ya vimos la responsabilidad de los pastores para con sus ovejas y señalamos que deben laborar entre las ovejas, en primer lugar. En segundo lugar, deben ejercer autoridad sobre las ovejas y deben darle instrucción a las ovejas y delineamos, cuidadosamente, esas tres cosas.

El primer punto, laborando entre las ovejas, lo ven ahí en el versículo 2. Los que trabajan entre vosotros, pastores, ancianos, supervisores, pastores, deben trabajar, laborar duro. Trabajar al punto de trabajar exhaustos en una vida sacrificial de servicio, junto a las ovejas, una dedicación total se ve ahí. Esa es la función de humildad de un siervo. Y, después, observen -si son tan amables también-, que os presiden en el Señor, tienen autoridad sobre las ovejas debido al Llamado del Señor, por causa de Él, por Su Voluntad, para Su Gloria, deben presidir, dirigir y guiar. Y, después, al final del versículo 12, deben darles instrucción, la instrucción para las ovejas. La enseñanza es el elemento primordial. Deben ser maestros capaces, capaces en delinear y diseminar la Palabra de Verdad.

Ahora, vayamos a la responsabilidad de las ovejas a sus pastores. Y esto es muy, muy básico, digo, la iglesia debe conocer esto. Esta es la médula en nuestra relación, juntos. Algunas veces las ovejas pueden ser muy duras con los pastores. Alguien dijo: “Pensamos que las ovejas son pequeñas criaturas, fáciles de tratar porque las únicas con las que jamás tratamos son las de peluche, y eso es verdad. Si alguna vez usted ha trabajado con las ovejas y ha estado expuesto a ellas lo suficiente como para saber que son débiles, inútiles, no organizadas, tienden a desviarse, demandantes, son sucias y tienen pezuñas filosas. Y cuando el Señor estaba describiéndonos como ovejas, Él estaba hablando de ovejas como ovejas, no ovejas como animales de peluche. Las ovejas pueden hacer que la vida no sea gozosa para el pastor si no siguen el camino de su deber. Pueden hacer que la vida sea miserable si no son obedientes.

Entonces, veamos las tres características o principios que se nos mandan como ovejas hacia nuestros pastores. Número uno, valoren a sus pastores. El versículo 12 dice: “Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros y os presiden en el Señor y os amonestan.” La palabra “reconozcáis”, por un momento, es oida en el griego. Significa conocer. Es una palabra común usada por todo el Nuevo Testamento para conocer. Pero significa el tipo de conocimiento que viene mediante la experiencia. Haber aprendido a conocer, haber llegado a conocer mediante la experiencia o llegar al conocimiento. Y aquí tiene la idea de un conocimiento profundo. Y un conocimiento que incluye en este conocimiento, respeto y valoración. Conocer o valorar es la implicación de la palabra aquí, quizás la mejor traducción es la palabra “apreciar”.

Otra podría ser que valoren a aquellos que trabajan diligentemente entre ustedes, que respeten a aquellos que laboran diligentemente entre ustedes. No significa conocer sus nombres, no es ese tipo de conocimiento simplista. No significa conocer, únicamente, los nombres de sus hijos, o su esposa, o su código postal, o dónde viven, o de dónde se graduaron, o qué tipo de auto manejan, o lo que sea. Significa que usted llega a un conocimiento personal e íntimo que lleva a valorarlos. Usted los conoce lo suficiente como para preocuparse por ellos. Esa palabra “reconozcáis”, algunas veces, se traduce para referirse al acto físico entre un hombre y una mujer. El tipo de conocimiento profundo, el tipo íntimo de conocimiento en donde un hombre conoce a una mujer y ella engendra un hijo, es el sentido de conocer alguien y la dignidad de ese alguien.

Constantemente, se me hace un comentario cuando entro a algún diálogo de preguntas de personas que me escuchan predicar, con mucha, mucha frecuencia me dicen: “Me siento como si te conozco.” Nunca te he conocido de manera personal, no he pasado mucho tiempo contigo, pero siento como si te conociera.” Y realmente están diciendo eso, porque han estado escuchando por tanto tiempo, el corazón del predicador que hay un sentido en el que usted conoce a esa persona, y siempre respondo al decir: “Bueno, si usted me ha estado escuchando usted me conoce porque usted está oyendo lo que está en mí.” No soy como me veo. De hecho le digo a la gente todo el tiempo cuando me conoce y dicen: “No, te escuché en la radio por años.” Y les digo: “Sé que me veo mejor en la radio.” No es cuestión de cómo me veo. Usted no me conoce al saber cómo me veo. Usted me conoce al saber lo que siento ¿verdad? Usted me conoce al saber lo que sale de mi corazón. Usted me conoce al conocer las pasiones de mi vida. Es fácil ser grosero, es fácil ser crítico y es fácil ser indiferente con alguien a quien usted no conoce profunda e íntimamente, pero cuando usted conoce a alguien y usted ha llegado a conocerlos por la experiencia y usted entiende la pasión de su corazón, hay cierto respeto que nace a partir de ese tipo de conocimiento y, entonces, ustedes tienen la obligación de que ustedes lleguen a conocer a sus líderes. Si ustedes van a respetarlos y valorarlos y admirarlos y entender su valor y dignidad, significa que ustedes tienen que llegar a conocerlos. Y después cuando les conoce usted demuestra ese tipo de respeto.

Ahora, necesito decir que esto tiene algunos tonos con respecto al apoyo financiero y, de nuevo, quiero aclarar esto. No quiero que me suban el sueldo, no voy a aceptar que me incrementen el sueldo, no estoy pidiendo que me lo suban, pero es importante que ustedes sepan, que la conexión en el texto implica que esta cuestión de valorar, reconocer a alguien, involucra darles apoyo financiero. Para mostrarles eso usted solo necesita ver 1 Timoteo 5:17. Brevemente ahí simplemente donde dice: “Los ancianos que gobiernan bien, aquellos que lo hacen con excelencia, sean tenidos por dignos de doble honor. Mayormente, los que trabajan en predicar y enseñar.”

 Ahora aquí hay ancianos gobernando, guiando. Son hombres dignos. Su dignidad llama doble honor, timé. Ahora, ¿qué significa eso? Bueno, puede significar respeto, puede significar alta estima, pero el contexto aquí  muestra que incluye paga. En los versículos previos, versículos 3 al 16, explicó el apoyo económico de las viudas. Ahora él explica el apoyo de los ministros, los pastores y él está diciendo: “Si gobiernan bien, son dignos de doble timé.” Por cierto, en varias ocasiones en el Nuevo Testamento, Mateo 27:6 al 9 y 1 Corintio 6:20, la palabra timé está asociada con dinero. Entonces, él está diciendo, denle respeto remuneración, y háganlo doble, doble honor, doble respeto y paga generosa. ¿Por qué? Porque ustedes están recompensando a ancianos que gobiernan bien, a aquellos que son diligentes, ancianos fieles son dignos, lo merecen. Y por cierto a manera de comentario al margen, no hay nadie mejor en quien usted pueda confiar, que un hombre piadoso con los recursos que usted les da. ¿En qué mejores manos podría usted colocar eso, que un hombre piadoso va a usarlo para la gloria del Señor? Y al final del versículo, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar, aquellos que trabajan duro en la Palabra, encomiéndenles el dinero de Dios, recompénsenlos, muéstrenles su honor a ellos de una manera tangible.

Entonces,  hay una especie de flujo aquí. Los ancianos son dignos de honor, los ancianos son dignos de honor con la remuneración. Los ancianos que trabajan duro son dignos de doble honor. Los ancianos que trabajan duro y son excelentes, que se concentran, primordialmente, en predicar y enseñar, son particularmente dignos de respeto y remuneración. Entonces, todo pastor fiel debe ser valorado, respetado, admirado, honrado y apoyado. Hay un versículo muy simple y directo que afirma esto, de regreso a 1 Corintios 9, -y estamos moviéndonos rápido entre los dos puntos de regreso-, en 1 Corintios 9, no voy a tomar mucho tiempo para profundizar en el punto. Hay un principio en el versículo 14, 1 Corintios 9:14 lo resume. Entonces, el Señor dirigió que aquellos que proclaman el Evangelio, vivan del Evangelio. Aquellos que proclaman el Evangelio deben vivir del Evangelio. Eso significa que si usted va a pasar su vida haciéndolo, debe ser apoyado al hacerlo. Ahora, usted puede regresar a nuestro texto, 1 Tesalonicenses capítulo 5. Lo primero que la congregación debe darle a los líderes, los ancianos, pastores, es respeto, que incorpora cuidado, remuneración, apoyarlos, honrarlos doblemente, ser generosos, no solo darles lo mínimo para que tengan qué -¿lo suficiente para vivir?-, sino mostrar gran generosidad y respeto y admiración a ellos, sabiendo que van a ser buenos administradores de lo que usted les da.

¿Cuál es la responsabilidad de la congregación? Respeto, admiración, honor, aprecio. En segundo lugar, y esto emana de eso, estímenlos. Estímenlos. Él dice ahí en el versículo 13: “Y que los tengáis en mucha estima por causa de su obra.” Ahora, este es muy parecido al primero, no hay mucha diferencia: “Estima hegeomae.” Significa considerar, pensar. Significa ir un poco más profundo que el primer deber, porque dice que usted debe estimarlos ¿cómo? Tenerlos en mucha estima. ¿Sabe lo que es eso en el griego? Más allá de toda medida. Más allá de toda medida. Y después la palabra clave “en amor”, “en amor”. No debido a su obra, no debido a su personalidad, este no es un concurso de personalidades, sino debido a su trabajo. Usted debe estimarlos más allá de toda medida. Usted debe estimar a un pastor fiel más allá de toda medida. El punto es que no hay límite. No hay límite al respeto que usted debe tenerle a ese hombre, al amor que usted debe tenerle a ese hombre. Usted debe amar a ese hombre. ¿Qué significa “amor”? Significa servicio sacrificial hacia él, significa afecto hacia él. No debido a su personalidad, no debido a que le ha hecho favores a usted, sino debido a su trabajo, porque él le ministra a usted la Palabra de Dios, porque él alimenta su alma necesitada.

En Gálatas usted notará en el capítulo 4 versículo 14, Pablo dice: “Aquello que fue una prueba para ustedes en mi condición corporal. Ustedes no menospreciaron o aborrecieron.” Pablo tuvo alguna condición corporal que lo hacía repulsivo al verlo, estar con él y él dice: “Ustedes no odiaron eso.” No había nada atractivo en el hombre, nada en absoluto. “Ustedes no lo aborrecieron, ustedes me recibieron como un ángel de Dios, ustedes me recibieron como Cristo Jesús mismo.” Ese es el espíritu, esa es la actitud. No importa cuál sea la personalidad, no importa cuáles son las cosas que no sean bienvenidas, como alguna enfermedad aborrecible. “Ustedes me recibieron como si fuera un ángel de Dios o Cristo mismo.” Y después él dice en versículo 15: “Si fuera posible, ustedes se habrían sacado sus ojos y me los habrían dado a mí.” Bien pudo haber sido, algunos piensan que tenía algún problema horrible en los ojos, donde tenía algún tipo de sustancia y él dice: “Ustedes se habrían sacado sus propios ojos y me los habrían dado si hubieran podido hacerlo.”

Ahora, eso es estimar más allá de toda medida. Ustedes me amaron a pesar de lo que era aborrecible acerca de mi condición, me amaron a pesar del hecho de que no era algo agradable de ver y se habrían sacado sus ojos por mí. Ese tipo de amor sacrificial. En Gálatas recordará usted, no es cierto, conforme Pablo escribe la carta, él realmente les está diciendo: “Así era.” ¿Qué es lo que pasó para cambiar eso? Y él escribe en un tono de corazón quebrantado: “¿Qué pasó para cambiar eso? ¿Qué hice para cambiar su amor? Las ovejas, entonces, deben valorar. Más que eso. No solo deben dar respeto y remuneración al que ellos conocen como su pastor sino que deben amar al pastor más allá de toda medida al punto de cualquier sacrificio personal. ¿Por qué? No debido a su personalidad, sino debido a su trabajo. Han sido llamados por Dios, han sido apartados para un trabajo especial y la congregación debe valorarlos y reconocer en amor ese trabajo que han sido llamados a hacer.

Escuche a Juan 13:20:       “De cierto os digo que quien recibe a quien yo envío me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me envió.” Cuando usted recibe al pastor, usted está recibiendo al Gran Pastor quien lo envió y al Dios que envió al Gran Pastor en amor, en amor. Usted estima a sus ancianos, sus pastores y su estima hacia ellos no tiene límites, sea cual sea el aprecio que usted tiene hacia ellos ahora, increméntelo en amor. Usted debe amarlos debido a lo que hacen, y si usted no lo hace usted está en desobediencia a estas palabras directas de las Escrituras. Ese amor significa que busca lo mejor para ellos, ese amor significa que, pasa por alto sus debilidades, ese amor significa que habla bien de ellos, ese amor significa que los anima, ese amor significa que los levanta como hombres llamados por Dios, que le han traído la verdad. Y, finalmente, y tercer lugar, él dice en el versículo 13: “Tened paz entre vosotros.” Eso es lo tercero. Sométase a sus pastores. No hay nada que traiga más tristeza y más distracción, más dificultad, más dolor que discordia en la iglesia. Ese concepto de vivir en paz unos con otros es una exhortación muy conocida en el Nuevo Testamento. Sabemos de esto, está por todo el Nuevo Testamento y usted lo puede encontrar en Romanos 14:19, en 2 Corintios 13:11, en Efesios 4:3, Colosenses 3:15, Santiago 3:18. Una y otra vez el Nuevo Testamento llama a la paz pero aquí es muy específico. Aquí está en el contexto de la relación entre los pastores y las ovejas. Y debe ser una pacífica. Sométase a sus pastores es el punto. Sométase. Elimine el conflicto sin contención. Obviamente, esto da por sentado un pastor fiel. Y donde hay un hombre que es fiel y está haciendo su mejor esfuerzo por servir en la fortaleza del Espíritu de Dios usted debe someterse a eso. Ese es un mandato de las Escrituras.

Vaya a Hebreos 13, y vamos a concluir con este punto de esta escritura en particular. Hebreos 13:7. Usted tiene tres escrituras en Hebreos 13 que se dirigen a sí mismas a la congregación cómo deben tratar con el pastor. En el versículo 7 dice: “Acordaos de los que os hablaron la Palabra de Dios.” Acordaos de aquellos que os guiaron, sus líderes, recuérdenlos quienes son, que os hablaron la Palabra de Dios a vosotros. Y, al recordar, hay un acordarse de amor, es un recordar el afecto: “Y recuerden que os hablaron la Palabra de Dios a vosotros y consideraos cual es el resultado de su conducta e imitad su fe.” Ellos les hablaron mediante la Palabra. Acuérdense del resultado de su conducta, cómo Dios bendijo sus vidas y los usó poderosamente. Imiten su fe, imiten su fe y sepan que Jesucristo, quien es el mismo ayer hoy y por los siglos, va a tratar con ustedes en obediencia en la misma manera que él trató con ellos en obediencia y no se atrevan a ser arrastrados por diferentes enseñanzas.

Acuérdense de aquellos que les enseñaron la verdad, valórenlos y ámenlos y estímenlos. Después ahí en el versículo 17 él añade de manera más directa. En primer lugar él dice: “Acuérdense de ellos con un corazón agradecido.” Y ahora él dice en el versículo 17: “Obedezcan a su líderes y sométanse a ellos. Obedezcan a sus líderes y sométanse  a ellos.” Dice usted: “Bueno, creo que pueden estar mal.” Muy bien, obedézcanlos y sométase a ellos de cualquier manera. Ellos tienen que rendir cuentas, usted no. Nunca piense que usted puede hacer a un lado el liderazgo de ellos. Ellos rinden cuentas. A menos que ellos le pidan a usted que haga algo no bíblico, no escritural, impío, pecaminoso, usted debe seguirlos. Tenemos un deber sobrio como pastores. Rendimos cuentas, ustedes siguen al liderazgo. Obedeced a vuestros pastores y someteos a ellos porque ellos velan por vuestras almas como aquellos que deben dar cuenta. Esa es una afirmación fuerte y es algo enorme que una persona de liderazgo espiritual como yo o cualquier otro pastor o anciano tenga que cumplir con eso. Tenemos un deber sobrio. Daremos cuentas delante de Dios, eso es bastante difícil con que vivir. Yo vivo con eso todo el tiempo. Soy responsable a Dios por la condición de las ovejas. Soy responsable a Dios por las decisiones que tomo y nosotros, como grupo, somos responsables  a Dios por lo que decidimos conforme buscamos la sabiduría del Espíritu.

Esa la razón por la que nunca hacemos nada que no sea unánime entre nosotros como ancianos, porque queremos asegurarnos de que conocemos la mente de Dios conforme los guiamos a ustedes, porque tenemos que dar cuentas. Muy bien, él dice: “Obedezcan.” La gente obstinada, voluntariosa, le roba el gozo a sus pastores y les trae tristeza. Sigue el versículo 17: “Para que lo hagan con gozo y no con tristeza, porque esto no se es provechoso.” ¿Quiere una iglesia miserable? Tenga un pastor miserable. ¿Quiere un pastor miserable? No se someta y usted le va a quitar su gozo y él va a ser un nombre miserable, y ustedes van a ser una congregación miserable. La gente obstinada, voluntariosa, le roba el gozo a sus líderes y no les da nada más que dolor. Eso no es provechoso para vosotros. Él dice: “No les va a ayudar.” Eso no les va a ayudar, tener un pastor triste, tener un pastor sin gozo. Jeremías, ciertamente, conoció eso. Jeremías tuvo el ministerio sin gozo porque estuvo en tanto conflicto. Él estuvo en dolor constantemente porque la gente se rebeló y se reusó a someterse a las cosas que él dijo aunque eran las Palabras de Dios.

En el capítulo 9 dice: “Oh, si mi cabeza se hiciese agua, si mis ojos fuentes de lágrimas para que llore día y noche a los muertos de la hija de mi pueblo. Oh, quien me diese en el desierto un albergue de caminantes para que dejase a mi pueblo y de ellos me apartase. Me gustaría salirme de este lugar y dejar a estas personas obstinadas, rebeldes, de corazón duro, si pudiera irme de aquí. Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevaricadores, hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco y no se fortalecieron para la verdad en la tierra, porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido dice Jehová.” Jeremías fue el profeta que lloró. Jesús tuvo la misma experiencia: “Jerusalén, Jerusalén cuántas veces quise congregarte, con la gallina congrega a sus polluelos, pero no quisisteis. No quisisteis.” Y lloró. Lloró. Entonces, la congregación debe vivir en paz con su liderazgo. Usted no debe cultivar problemas. Usted no debe cultivar conflictos. Usted se somete y obedece. Ellos tienen que dar cuentas a Dios, no usted, por lo que hacen, y si usted sigue su liderazgo fielmente y ellos lo han guiado a usted por donde no deben, han tomado decisiones no sabias, ellos van a darle cuentas a Dios, usted será bendecido por ser obediente, siempre y cuando no estemos hablando de algo pecaminoso. Y entonces usted tiene la responsabilidad de aplicar la verdad de las Escrituras.

Deberes simples, ¿no es cierto? Realmente lo son. Si la iglesia va a ser un lugar rico, dulce, feliz, bendecido, entonces, los pastores deben ser responsables en cumplir su deber para sus ovejas y las ovejas deben ser responsables de cumplir su deber para con los pastores. Eso significa que usted los valora, con respeto y remuneración. Usted los estima más allá de cualquier medida en amor, al punto que usted haría cualquier sacrifico por ellos, y eso significa que usted los levanta, habla bien de ellos, usted los anima, hace lo que pueda por hacer su Ministerio positivo, porque son el canal de bendición ha usado para traerle la verdad a usted. Y, en tercer lugar, usted se somete a ellos para que usted pueda hacer que la iglesia sea un lugar de paz y usted elimine todo conflicto.

Cuando la congregación actual, sí, y los pastores actúan así, entonces la iglesia se vuelve lugar de gozo y paz que Dios quiere que sea. Recuerdo cuando Saúl fue hecho Rey, “Fueron con ellos” dice Samuel 10:26 “un grupo de hombres cuyo corazón Dios tocó. Y mientras que las noticias hirieron  al pueblo de dios vinieron, el Espíritu santo vino poderosamente sobre Saúl” dicen las Escrituras, y como resultado de eso, dice que, “salieron como un hombre” en el siguiente capítulo, capítulo 11: “Aquí está un grupo de hombres cuyo corazón Dios tocó. Junto con su Rey, salieron con un hombre.” Ese tipo de unidad es a lo que Dios llama en la iglesia. Pastor y ovejas en armonía perfecta, conforme el pastor labora diligentemente, guía y dirige, alimenta y la congregación valora, apoya, ama, y se somete. Pastores fieles, congregaciones fieles hacen que el Reino avance y esto le da la gloria a Dios. No puedo imaginar que quisiéramos hacer algo diferente de ser obedientes a estas cosas, por nuestra parte y por parte de ustedes, para que conozcamos la plenitud de la bendición de Dios que Él promete al que obedece.

Oremos. Padre el tiempo ha volado rápidamente pero sentimos que ha sido lleno de algunas instrucciones directas y útiles para todos nosotros. Padre, te doy gracias por el privilegio glorioso de haber sido llamado al Ministerio, aunque soy totalmente indigno. Te doy gracias por la bendición especial que esta congregación es para mí. Tantos hombres no han tenido un privilegio como este de estar en un lugar de amor y aprecio, respeto, remuneración y sumisión. Padre te doy gracias por eso. No lo doy por sentado, sé que no es algo que alguien se gana. Sé que esto es dado por Gracia. Te doy gracias por eso y te doy gracias, también, en nombre de esta congregación que Tú me has dado a los largo de los años, a muchos pastores fieles que los han guiado, no solo desde este púlpito, sino en todos los otros ministerios de esta iglesia. El ministerio de niños, ministerios de jóvenes, todo tipo de ministerios de adultos, ministerios misioneros. Padre, Tú has dado a muchos pastores fieles que han trabajo duro entre las ovejas que han supervisado fielmente. Tú has dado muchos pastores fieles que han instruido en la Palabra de Dios y Padre, queremos preservar esta unidad en el vínculo de la paz que tú nos has concedido. Al continuar siendo fieles.

Oro por esta congregación, que Tú llenes sus corazones de aprecio, mucha estima y amor por aquellos que sirven debido a su obra, no debido a su personalidad o algo en ellos que es agradable, y que los hagas vivir en obediencia y sumisión a su liderazgo. Para que pueda haber gran gozo en esta iglesia. Si hay un corazón que está luchando en reconocer estas cosas debido a que hay amargura o debido a que hay enemistad, conflicto, rebelión, oramos Señor, porque Tú limpies eso y nos des una armonía dulce. Haz de todos los pastores fieles y haz a las ovejas fieles también para que podamos representarte apropiadamente en este mundo, para que podamos conocer el gozo de la bendición completa y el poder que una comunidad que tan bendecida de creyentes en el mundo tiene conforme toca a aquellos que necesitan tan desesperadamente a Nuestro Cristo. Oramos, con ese fin en mente, para Tu Gloria en el Nombre de Cristo, amén.

 

 

 

 

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