Abramos nuestras Biblias en Primera de Timoteo, capítulo 4. Estamos viendo los versículos 6 al 16, 1 Timoteo 4:6-16. Quiero leerle ese pasaje para que lo tenga en su mente conforme vemos juntos lo que el Espíritu de Dios nos quiere enseñar. Comenzando en el versículo 6 de 1 Timoteo 4, Pablo escribe: “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.
Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.
“Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos. Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
“Esto manda y enseña. Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
La afirmación clave en este pasaje se encuentra en el versículo 6. Es la afirmación, “Serás buen o excelente ministro, siervo de Jesucristo”. Esa realmente es la sustancia del punto de este pasaje. Pablo está llamando a Timoteo a la excelencia en el ministerio y él está delineando los elementos de dicha excelencia a lo largo de este texto. Los problemas que enfrentaba Timoteo eran monumentales.
Él había sido dejado en Éfeso. Pablo se había reunido con él ahí después de la conclusión de su encarcelamiento. Se reunieron ahí para discernir el estado de esa gran iglesia en donde Pablo había entregado tres años de su vida. Encontraron que la Iglesia se había desviado doctrinalmente y literalmente estaba llena de error.
Descubrieron, que la iglesia estaba llena de pecado y había abandonado su búsqueda de piedad. La doctrina equivocada, entonces, y vida equivocada estaban por todos lados en Éfeso. Trágicamente, gran parte del liderazgo en el desvío había venido y de pastores y ancianos; dos de los cuales Pablo había sacado de la Iglesia por nombre, Jimeno y Alejandro, como el capítulo 1:20 los dice, pero Pablo dejó a Timoteo ahí y necesitaba seguir a Grecia y le dijo, “Timoteo, quiero que corrijas todo lo demás y quiero que tengas un ministerio excelente y eficaz aquí y en base a eso, aquí están los ingredientes necesarios en tu vida”.
Y entonces, del versículo 6 hasta el 16, él bosqueja de manera clara cuáles deben ser las cualidades del ministerio que debía caracterizar al Timoteo. La congregación en Éfeso demandaría lo mejor. Ya había sido infestada por las avispas de doctrina demoniaca y vida impía que estaban picando la gente con un efecto muy muy trágico. Estaba en peligro de perder su testimonio junto con su teología y su virtud.
La tarea demandaba al nivel más elevado del liderazgo espiritual y Timoteo, claro, tenía que ser el punto focal de eso y entonces, los aspectos específicos de la excelencia del ministerio que Pablo demanda de Timoteo se vuelven muy instructivos para nosotros. De hecho, me aventuraría a decir que, aunque esto fue escrito de Pablo a Timoteo, lo que él dice aquí primordialmente es normativo para cualquier persona que guíe en la iglesia.
Hoy día, nuestras iglesias, sea de manera deliberada o por descuido, hemos visto la pérdida del compromiso en las áreas mismas de las que Pablo habla. La prostitución de la función del pastor se ha llevado a cabo ante nuestros ojos, en tantos, tantos casos y ha llevado a la muerte de poder. Realmente, la restauración del poder y el impacto en la iglesia depende de la excelencia de aquellos que guían a la iglesia y entonces, lo que Pablo dice aquí, debe perforar nuestros corazones, también cómo debe haber perforado el corazón de Timoteo.
Veamos el texto entonces y sigamos la lista de cualidades excelentes de un ministro de Cristo. Número uno, un ministro excelente, advierte a su congregación del error. El versículo 6 dice, “Si esto enseñas a los hermanos o si les recuerdas o si tú, tiempo presente, continuamente colocas frente a ellos estas cosas, serás un ministro noble, un ministro excelente de Cristo”.
Esto tiene referencia los versículos 1 al 5, en los que Pablo de manera explícita ha identificado la falsa doctrina como enseñanza de demonios, viniendo de espíritus engañadores, mediante hipócritas mentirosos, que ya han llevado a cabo actos radicales de apostasía, al grado que sus propias consciencias son insensibles.
Y él dice, “Si quieres ser un buen ministro de Jesucristo, debes estar colocando continuamente frente a tu congregación el peligro del error”.
Durante tres años, noche y día, él había hecho eso en Éfeso. Él dice eso en hechos 20. Pero él también sabía que después de su partida entrarían lobos rapaces y hombres perversos y levantarían dentro de la iglesia y haría todo lo que pudieran para desviar a la gente, y el hecho fue un profeta. Es esencial que el hombre de Dios que va a servir con excelencia esté recordándole de manera continua su congregación de la realidad eminente del error que se infiltra.
Y que la congregación sepa que muchos que parecen ser piadosos, religiosos, buenos, puros, líderes devotos de la iglesia o de la religión, podrían ser nada más, que hombres enmascarados y detrás de la máscara, está un espíritu engañador. El culpable real no es un profesor de seminario que enseña herejía. El culpable real no es un ministro liberal. El culpable real es un espíritu engañador, que ha encontrado un instrumento dispuesto en una persona, que habla mentiras de manera hipócrita, como la terminología del versículo 2 lo indica, que va a hablar la enseñanza de demonios, de manera deliberada o descuidada. Que cualquier ministerio que va a servir con excelencia debe tener un ministerio de advertencia. Él debe ser capaz de entender y advertirle a su congregación en contra del error.
En segundo lugar, en el versículo 6 descubrimos que Pablo dice, “Si vas a servir con excelencia, debes ser un estudiante experto de la escritura”. Al final de versículo 6 él dice, nutrido literalmente, “Estando siendo nutrido continuamente en las palabras de la fe y de la buena enseñanza que ha seguido de cerca”. Quizás es una mejor traducción. Tienes un gran cimiento. Has seguido de manera cercana la enseñanza apropiada. Has seguido de cerca la palabra de Dios. Ahora, debes estar siendo continuamente nutrido en esas palabras de la fe y de la buena enseñanza. Las palabras de la fe se refieren a la Escritura. La buena doctrina se refiere a aquello que la Escritura afirma o aquello que la escritura enseña.
Debe ser un experto en la palabra de Dios, continuamente en el proceso de alimentarte a ti mismo, continuamente en el proceso de nutrir tu propia alma, de las palabras, de la escritura y buena enseñanza. Tuviste un gran comienzo. Loida y Eunice, tu madre y abuela, personas maravillosas que conocían a Dios y te enseñaron las escrituras.
La oportunidad de ser parte de la iglesia en Galacia, la oportunidad de ser discipulado por el apóstol Pablo, la oportunidad de ser influenciado por otros ancianos piadosos que incluso colocaron sus manos en ti en tu ordenación, todas esas influencias, Timoteo, tienes un gran legado. Ya has establecido el cimiento. Ahora construye sobre él con una nutrición constante en la Palabra de Dios.
Un gran maestro bíblico de la generación pasada, el Dr. Donald Grey Barnhouse dijo, “Si tan solo tuviera tres años para servir al Señor, pasaría dos de ellos estudiando”. Es una gran afirmación. El hombre entendió el impacto de un ministerio que es profundo y rico en la Palabra de Dios y si es verdad de todo creyente que deben permitir que la Palabra de Cristo muera en abundancia en ellos, ¿cuánto más verdadero es el que está en el lugar de enseñar esa verdad?
Sí, el amor de la verdad es básico para el ministerio y de alguna manera y por algunas razones, eso en muchos casos ha sido hecho a un lado en ministerios en la actualidad. Quizás necesitamos refrescarnos con lo que pasaba, digamos hace unos 300 años atrás. Si usted estaba siendo ordenado en el ministerio en 1662 en Inglaterra, esto es lo que usted habría oído. Esto fue parte de la exhortación dada a cualquier candidato al ministerio y estoy citando. “Viendo que no puedes por ningún otro medio cumplir con la obra tan pesada con respecto a la salvación de los hombres, sino mediante doctrina y exhortación sacada de las Sagradas Escrituras y con una vida que esté en línea con ellas, considera cuán estudioso debes ser en la lectura y aprendizaje de las escrituras.
“Tenemos buena esperanza que hayas sopesado bien y ponderado estas cosas, mucho tiempo antes de esto, y que claramente has determinado por la Gracia de Dios entregarte de manera plena a esta función a la que Dios se ha agradado de llamarte. Conforme a lo mejor de tu capacidad, te vas a aplicar a esto y solo esto y llevar todas tus preocupaciones y estudios de esta manera, y vas a orar de manera continua a Dios Padre, por la mediación de nuestro único Señor y Salvador Jesucristo, por la asistencia celestial del Espíritu Santo que mediante lectura diaria y consideración de las escrituras, puedas madurar y fortalecerte cada día más en tu ministerio.”
Ser un estudiante experto de la Escritura, ciertamente, nos coloca en una posición, en un lugar para advertirle a la congregación del error, como también para afirmar la verdad.
En tercer lugar, en las cualidades de un ministro excelente descubrimos que un ministro excelente evita la influencia de enseñanza impía. Versículo 7, “Desecha” dice él. Es una palabra muy fuerte, mucho más fuerte que la palabra desecha, que el español puede expresar, “desecha,” “profana” y esa palabra simplemente significa una separación radical de lo que es santo. Significa impío. Rechaza fábulas profanas y de viejas. Probablemente, podría usar cuentos de mujeres mayores, entre comillas, porque era una frase algo conocida en el tiempo en el que Pablo escribió.
Era una referencia sarcástica, en círculos filosóficos; alguna idea o concepto que era infantil, ridículo, incrédulo, torpe. Decían, “Ese es una fábula de viejas”. Un cuento de viejas y lo que le está diciendo aquí es, “Mantente alejado de cualquier cosa que sea impía y mantente alejado de pasar tu tiempo en cualquier cosa que sea algo torpe, tonto, incrédulo o una fantasía. No dejes que tu mente aquello que es preciado que posees esté lleno de cosas como el capítulo 1 versículo 4, que solo dan lugar a preguntas y no edifican. Protege tu mente.”
Filipenses 4:8, “En esto pensad.” Coloca tu afecto en las cosas de arriba y no en las de la tierra, que el factor controlador en tu vida sea la palabra de Cristo morando en abundancia en ti. Sé dominado bíblicamente en tu manera de pensar y no permitas que aquello que es error y error impío, se meta en el territorio preciado que debe ser reservado para ocupar la palabra de Dios. Las cosas que confunden, las cosas que producen preguntas, tiene una manera de quitar nuestra confianza, quitar nuestra valentía y quitar nuestra convicción y diluir nuestro mensaje.
En cuarto lugar, Pablo dice, “Un ministro excelente es disciplinado en la piedad o la santidad personal”. Disciplinado en la santidad personal. Versículo 7 dice, “Ejercítate para la piedad”. La palabra ejercítate viene de una palabra griega, gumnazó, de la cual obtenemos gimnasio, gimnasia. Significa “entrenamiento” entrenamiento disciplinado. Estaban metidos en los deportes, en los juegos partos, los Juegos de Lismore, los Juegos Corintios, los Juegos Olímpicos y el cuerpo físico era de mucha preocupación para ellos y la participación en el deporte era de gran preocupación para ellos. Estaban metidos en el cuerpo de manera extensa. Muchos de ellos filosóficamente estaban metidos en eso. Otros estaban metidos debido a que así era la cultura en esa época como en la actualidad.
Había una gran tendencia a preocuparse con estar físicamente en forma y tristemente, el rechazo de la parte espiritual, y entonces, el apóstol dice, “Si vas a hacer ejercicio, si va a entrenarte a ti mismo, entrénate para ser piadoso”. Y esa palabra, piedad, es una palabra clave en las epístolas pastorales. La hemos visto en el pasado conforme hemos avanzado a lo largo de 1 Timoteo.
El corazón de todo, la medula del ministerio, es la virtud de la vida, la virtud de la vida. Estaba sentado ahí. Le dije a Diego y Bertolina, le dije, “No es triste que tantas iglesias llaman a un hombre en base a la personalidad en lugar de la virtud, cuando el poder no está en la personalidad, el poder está en la virtud.
Si te vas a entrenar para algo, entrénate para la santidad, porque si busca usted estar en el lugar de liderazgo espiritual y guiar a otras personas a la piedad, es necesario que usted también esté ahí. Cuando uno es menos que piadoso y buscar guiar a otras personas a la piedad. Él es descrito por Spurgeon en estas palabras. Él es un hombre ciego, escogido para ser profesor de óptica, filosofando acerca de la luz y la visión, mientras que él mismo está absolutamente en la oscuridad, él es un hombre sordo, elevado a maestro de música.
Él es un hombre sordo que puede hablar de sinfonías y armonías. Él es un topo profesando preparar águilas. Es un caracol que ha sido escogido para presidir sobre ángeles, una tarea imposible contradictoria. Es mucho mejor abolir el púlpito, dijo Spurgeon que llenarlo de hombres que no tienen conocimiento experimental de lo que están enseñando porque la mano que busca hacer que otro esté limpio, no debe estar sucia en sí. Y entonces, el pulso, el pulso de la piedad y tal tiene que estar de manera fuerte y regular en la vida de uno que es un ministro excelente.
Spurgeon también dijo, “Cuestiono. Cuestiono de manera seria si un hombre que ha pecado de manera seria debe ser restaurado rápidamente al púlpito. La inmoralidad abierta, en la mayoría de los casos, independientemente de la profundidad del arrepentimiento, es una señal fatal de que las gracias ministeriales no estuvieron en la virtud del hombre”.
La vida de la piedad es la prioridad y si es la prioridad, entonces es aquello a lo que debemos entrenarnos a nosotros mismos y para que entendamos a manera de contraste a lo que él tiene en mente, él dice esto en el versículo 8, “Porque el ejercicio corporal…” lo cual era la gran búsqueda en ese entonces, como lo es ahora “para poco es provechoso”. ¿Un poco qué? Un poco de tiempo y un poco de efecto, produce un poco de efecto solo para el tiempo. Eso es todo.
Usted obtiene un poco de beneficio por un poco de tiempo, pero la piedad para todo aprovecha porque tiene promesa de la vida que ahora es eso, es el tiempo y la venidera. ¿Eso es qué? Eternidad. Entonces, ¿por qué va a pasar tiempo ejercitándose por un poco de efecto, por un poco de tiempo cuando podría pasar haciendo ejercicio por algo que trae beneficio eterno?
De hecho, esto es tan obvio. Esto es tan obvio, tan claro, tan axiomático que se volvió, como dice el versículo 9, palabra fiel es este y digna de ser aceptada por todos. La cual es una afirmación usada cinco veces en las epístolas pastorales. Cada vez para referirse a un dicho común conocido para la Iglesia. Todo mundo sabía esto y esto era entendimiento común y quizás un dicho común. El ejercicio corporal para poco es provechoso, la piedad para todo aprovecha, porque no solo trata con la vida que ahora es, sino que tiene promesa de la vida venidera. Un ministro excelente se disciplina a sí mismo para la piedad.
Número 5, un ministro excelente, trabaja duro y esto es vital a la luz de la eternidad. Él trabaja duro a la luz de la eternidad. Ve el versículo 10, porque para este fin—dice el griego, para este fin, aquí está nuestro propósito. ¿Qué fin? Vida eterna. Mencionada allá atrás en el versículo 8, porque para este fin, esto es la vida que está por venir, ese es al antecedente de eso, debido a la vida que está por venir, trabajamos y sufrimos oprobioso y agonizamos y luchamos.
Entregamos todo lo que tenemos porque entendemos la eternidad de la consecuencia de nuestro esfuerzo. ¿Por qué? Porque esperamos en el Dios viviente, no un ídolo muerto; el Dios eternamente vivo, es implícito, estamos sirviendo a un Dios eternamente vivo, quien es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. Él está diciendo, “Trabajamos porque entendemos la vida venidera”. Trabajamos porque entendemos que tenemos a un Dios vivo que vive eternamente.
Hay un cielo eterno y hay un infierno eterno, una conciencia y conocimiento de esos lugares nos motiva a un esfuerzo máximo. Trabajamos al punto de estar agotados. Luchamos agonizomai. Perdemos el sueño. Hacemos a un lado el placer. Experimentamos soledad. Experimentamos debilidad, privación, lo que sea. Lo que va con la tarea a luz de la eternidad es un precio pequeño que pagar. Pablo lo expresó de esta manera, “¿Por qué nos preocupamos por lo que sufrimos en esta vida cuando podemos ver hacia adelante las cosas que están por venir?” Ningún sufrimiento en esta vida es digno, ¿de qué? De ser comparado con la Gloria que será revelada en el futuro.
Entonces, vivimos en la esperanza de la eternidad, porque servimos a un Dios viviente que tiene la capacidad de dar vida ahora y dar vida para siempre, y lo ha probado porque Él es el Salvador de todos los hombres, especialmente de aquellos que creen.
¿Qué significa esa frase? ¿En qué sentido es Dios el Salvador de todos los hombres? Bueno, en algún sentido muy parecido a así como es el Salvador de aquellos que creen. Eso es demandado por el adverbio malista. Demanda que todos los hombres disfruten hasta cierto grado el mismo tipo de salvación que los creyentes disfrutan. Bueno, ¿en qué sentido es Dios el Salvador de todos los hombres y también el Salvador de los creyentes? Y la respuesta es que Él es el libertador. Él es el libertador.
No en el sentido redentor, sino en el sentido de una liberación temporal. Dicho de esta manera, todo pecador merece muerte instantánea. Todo pecador merece dolor constante y todo pecador merece privación permanente. Muerte instantánea, dolor constante y privación permanente debido al pecado.
La paga del pecado es la muerte. En nosotros no hay nada bueno. Todos merecemos el infierno. Lo merecemos instantáneamente. Merecemos dolor y lo merecemos constantemente. Merecemos estar separados de Dios y privados de su bendición por los siglos de los siglos. Todos lo merecemos. Todos lo merecemos inmediatamente, pero Dios libra al hombre de eso en gracia común de manera general, porque debido a la bondad de Dios y su misericordia tierna, Dios salva al mundo de la ira instantánea, dolor constante y privación permanente y Dios permite que la lluvia caiga sobre los justos y los injustos.
Dios trae a la vida de los pecadores no regenerados, amor y gozo en el romance, en el nacimiento de un hijo, en la calidez de una familia. Él trae a su vida la maravilla de la belleza, el gozo de la experiencia humana, la emoción de todo lo que es la vida. Puede traer en buenas cosas. Él los libra de un juicio justo por su gracia. Los no regenerados en el mundo entonces son librados. Son salvados de la muerte en el sentido de que no mueren instantáneamente. Bien inevitablemente, pero hay un tiempo en el que Dios los libra de eso.
En el mismo sentido en el que Él fue el Salvador de toda la nación de Israel, librándolos de Egipto. Sin embargo, se agradó con tan solo unos cuantos de ellos. Esto es Él fue el libertador de todos ellos, pero el Salvador verdadero en el sentido de salvación de unos cuantos de ellos.
Entonces, así es el libertador de todos los hombres en un sentido temporal, pero especialmente, Él es libertador de aquellos que creen en Él en un sentido espiritual. Y entonces, lo que Pablo está diciendo es que sabemos que Dios es el Dios eterno y sabemos que Él va a poder librar y salvar a aquellos que creen en Él eternamente, porque hemos visto su capacidad de salvar temporalmente. El mismo Dios, quien muestra gracia y misericordia en una escala grande en el tiempo, da evidencia de ser un Dios que va a librar en una escala estrecha a los suyos en la eternidad.
En ese sentido, Él es el Salvador de todos, especialmente de los que creen. Esa es la razón por la que trabajamos duro, porque nuestro Dios está vivo y debido a la consecuencia de nuestro ministerio, la cual es eterna, Él tiene el poder de salvar eternamente. Lo hemos visto manifestado temporalmente. Entonces, nosotros trabajamos duro y creo que tenemos que entender el hecho de que así es en el ministerio. Me gusta lo que Adam Clark dijo. Él dijo, “Mátense con el trabajo y después oren otra vez para que vuelvan a vivir”.
Carlos Haddon Spurgeon escribió en 1876, “Si tienen algún mensaje que dar—más bien—si yo tengo algún mensaje que dar de mi propia cama de enfermedad sería este, si no quieres estar lleno de remordimientos cuando estás obligado a quedarte ahí acostado, trabaja mientras puedas”. Si deseas hacer que tu cama de enfermedad sea tan suave como puede ser, no la llenes con la reflexión de tristeza de que desperdiciaste tiempo mientras que tenías salud.
La gente me dijo años atrás, “Te vas a enfermar predicando diez veces a la semana” y cosas así. Bueno, si lo he hecho, me da gusto. Haría lo mismo otra vez. Si tuviera cincuenta momentos de salud, me regocijaría en enfermarme en el servicio del Señor Jesucristo.
Ustedes jóvenes que son fuertes, venzan al maligno y peleen por el Señor mientras que puedan. Nunca van a lamentar haber hacho todo lo que pueden por Nuestro Bendito Señor y Maestro. Llena lo más que puedas tu día de actividades y no pospongas nada hasta mañana.
Lo que halle tu mano hacer hazlo con todas tus fuerzas. Buen consejo.
Richard Baxter nos dio esa gran frase en su poema, el amor, respirando gratitud y alabanza cuando él dijo, “Prediqué no estando seguro de que nunca volviera a predicar como un hombre moribundo a hombres moribundos”. Es cuestión de esfuerzo. Él trabaja duro, el ministro excelente.
Número 6, un ministro excelente, enseña con autoridad. El versículo once dice, “Esto manda y enseña. Enseñamos en un modo de mando. Enseñamos de una manera que confronta. Enseñamos de una manera demandante, una manera que manda. No somos llamados a alguna plática detrás del micrófono. No somos llamados a masajear a la gente, a hacerlos sentirse bien consigo mismos sin importar lo mal que estén. No debemos ser personas que están vacilando o que somos pasivos, no confrontando, sino que debemos movernos en el poder de la autoridad soberana, de la palabra del Dios viviente y debemos enseñarle a todos los hombres todo lo que os he mandado” Jesús dijo.
Siempre estamos en modo de mando. Esa es la gran comisión, Mateo 28:20. “Debemos enseñar en la iglesia no para conseguir el aplauso de los hombres” dijo Richard Baxter, “sino dar lugar al gemido y las lágrimas de los oyentes que son nuestras alabanzas”.
No siempre es popular. No siempre es popular confrontar. No siempre es popular mandar. De hecho, algunas veces los predicadores populares son populares porque no hacen eso. Un escritor inglés dijo, “Los hombres del clero que no pueden predicar son una bendición tan grande que con frecuencia son sobornados para continuar apegándose a su incompetencia”. Pero la Palabra de Dios es obligatoria. La Palabra de Dios es demandante. La Palabra de Dios manda. No es un lugar para sugerencias, el púlpito.
Número 7, un ministro excelente, es un modelo de virtud espiritual. Un modelo de virtud espiritual. Versículo 12, “Ninguno tenga en poco tu juventud…”. Timoteo estaba llegando a cuarenta años de edad, pero todavía era considerado en esa sociedad como alguien joven. De hecho, algunos piensan que cuarenta era el punto de quiebre. Neotes, es la palabra usada aquí. Normalmente, significa alguien hasta los 40. A unos incluso dirían que nadie tenía derecho de tener el liderazgo espiritual,que no tenía por lo menos 50 años de edad. Entonces, siguiendo sus estándares, él todavía era joven. Él dice, “No dejes que nadie mire hacia abajo eso, lo tenga en poco”.
Puede revertir eso al ser un ejemplo, un tupo, es un tipo, un patrón, un modelo. Puede ser el modelo para todo mundo. Los creyentes pueden verte y pueden ver cómo deben vivir y debe ser el modelo en palabras, cómo hablas, conducta. Ese es el estilo de vida. Amor, esas son relaciones. Lealtad, eso es fidelidad; ser digno de confianza y después pureza. Es la palabra para pureza. No solo tiene que ver con conducta casta, sino intenciones puras también y puedo resumirlo al decir que la herramienta más importante del liderazgo es el poder de una vida ejemplar. La herramienta más grande del liderazgo es el poder de una vida ejemplar.
El corazón del líder es mucho más importante que el arte del líder. Lo que realmente comunica es la integridad y la autenticidad personal, ser lo que usted predica en palabra, en estilo de vida, en amor, en confiabilidad, en lealtad, en pureza. Ese es el corazón. Tantas personas contradicen con su vida lo que dicen con sus labios. Es simplemente esencial que la virtud encaje con el mensaje. Eso es Mateo 23. Jesús dijo, “No, no sean como los fariseos porque dicen y no hacen”. La hipocresía definitiva.
Número 8, versículo 13, Pablo dice, “Un ministro excelente tiene un ministerio totalmente bíblico”. Un ministerio totalmente bíblico. “Entre tanto que voy” él dice “y voy a venir”… Capítulo 3:14 “en lo más pronto que pueda, por lo menos espero hacerlo, pero entre tanto que voy, presta tu atención constante a, esto es, en lo que debes estar concentrado. Esto es lo que quiero que hagas. Este es el centro y circunferencia de tu ministerio. Aquí está.
En primer lugar, a la lectura, a la lectura. El artículo definido nos lleva a creer que esta fue esa parte tan especial del servicio cuando la escritura era leída y expuesta. La lectura, la cual se había vuelto una parte muy importante de la primera iglesia, como fue una parte muy importante de la sinagoga, como en Lucas 4 en donde Jesús se puso de pie para leer la Escritura. Después se sentó para exponer su significado.
Eso se llevó a la iglesia y la Escritura se leía. Algunas veces los escritos de los apóstoles se leían y después eran explicados. “Entrégate a eso” dice él, a la predicación expositiva, a la enseñanza expositiva, la explicación de la Palabra de Dios. Esa es una parte esencial del servicio de la iglesia. Entrega tu atención completa a la exposición. Es más que tan solo la lectura pública de la Biblia. Está basada en Nehemías 8, ese gran, gran momento en la historia de Israel, cuando la Escritura fue leída y después se pusieron de pie y dieron el sentido de ella. Es todo eso lo que está incluido en el término de la lectura.
Entonces, el hombre de Dios no solo debe ser un estudiante experto al ingerir, sino que debe ser un proclamador experto al proclamar. Y, por cierto, cuando es usada con este verbo, cuando dice, “Entrega tu atención constante a la lectura” implica más que tan solo una lectura pública de la escritura, porque usted no se habría dedicado de una manera constante a eso, implica la idea de la exposición con todo lo que conlleva de la preparación y el poder. Entrégate al proceso entero de exponer la palabra de Dios.
En segundo lugar, a la exhortación, lo cual sería la aplicación de eso. Ven al lado de la gente y dales la exhortación y la aplicación que tome esa explicación y lo amartille en su vida. Y después, a la enseñanza. Esa es la delineación sistemática de la verdad divina. Usted podrá decir que comienza su ministerio exponiendo la palabra de Dios, se mueve a la aplicación de la palabra de Dios y después se mueve la sistematización de la palabra de Dios de tal manera que usted está dándole todo a la gente.
Así es la manera en la que me gusta predicar. Le dice lo que la Escritura significa, lo taladra mediante la aplicación y le muestra cómo encaja en el panorama general de la palabra de Dios, cómo encaja la enseñanza. También podríamos tomar este mismo versículo y aplicarlo de una manera un poco diferente al decir, realiza la exposición y acércate a tu congregación de una manera más personal con la aplicación y el aliento.
Y después la enseñanza podría ser en donde usted realmente de manera personal, sistemática, individual aplica la palabra de Dios a sus vidas, así como Pablo en Hechos 20, quien fue de casa en casa, enseñando, enseñando, enseñando. Pero sea cual sea la interpretación que usted prefiera, sea que los tres se refieren a la función de predicación pública o sea que se refieren al todo del ministerio de la enseñanza, la suma es lo mismo. Debemos entregarnos de manera completa al asunto de diseminar la palabra de Dios.
Es una enseñanza imparable de la Palabra. Esa es la razón por la que el anciano, que es digno de doble honor en 1 Timoteo 5, es el que trabaja duro en la palabra y la enseñanza; la palabra y la enseñanza.
Número 9, un ministro excelente, cumple con su llamado. Un ministro excelente cumple con su llamado. Versículo 14 debe leerse de esta manera, “Deja de descuidar el don que está en ti, que te fue dado mediante profecía, por la imposición de las manos de los ancianos”. Ahora, sigue esto, con mucho cuidado, este pensamiento. Como le he dicho de vez en cuando, me parece emocionante y es motivador de manera especial para mí encontrar un hombre de Dios que ha llenado su vida entera, de ministerio, que termina fuerte, que termina comprometido, que termina con un espíritu dulce y un corazón dedicado.
Eso es algo maravilloso para mí. Veo a tantos hombres desertando y me asombra hombres que llenan su ministerio hasta que Jesús los lleva a casa o hasta que se están totalmente en una situación incapaz de servir y eso realmente es lo que se demanda de todos nosotros como se demandó de Timoteo aquí y hay tres elementos que obligan a Timoteo y a su ministerio.
Él dice, “Deja de descuidar” y creo que le estaba descuidando a su ministerio. Creo que la presión de su juventud, los deseos juveniles mencionados en 2 Timoteo, la presión de su propia timidez, la presión de los hombres influyentes de Éfeso que estaban diseminando error con su filosofía y que era bastante difícil para él enfrentar esto, la presión de la persecución directa mencionada en 2 Timoteo 3.
Todas estas cosas estaban haciendo que Timoteo, en cierta manera, se apagara un poco y bajara la energía en el ministerio, y Él dijo, “Detente. Hay tres cosas que debes mantener en mente, uno, el don que está en ti”. Este es el don interno subjetivo del espíritu. No puedes dejar de administrar. Tú fuiste diseñado para el ministerio por el Espíritu de Dios. En otras palabras, “Si descuidas tu ministerio, niegas tu razón para existir dentro de la economía de Dios”. Deja de descuidar el propósito mismo que el Espíritu Santo tiene para ti. Deja de descuidar el ministerio mismo que tú has sido capacitado para realizar. Digo, eso es… Ese es el diseño de Dios.
Veo mi vida de la misma manera y digo, “Oye, tengo que hacer esto porque para esto fui hecho”. Recibí una llamada telefónica esta semana. Simplemente rompió mi corazón. No puedo ni siquiera superarlo en este momento. Un joven dotado, talentos tremendos, una capacidad maravillosa de comunicar la Palabra de Dios, gran entendimiento de la Escritura,decidió que él se enamoraría de alguna mujer en su congregación. Arruinó su ministerio. Lo arruinó de manera total y para el resto de su vida. Aquello para que él fue dotado no puede suceder. Se acabó. Él es inútil. Realmente algo trágico, pero sucede todo el tiempo. Deja de descuidar tu don. Y eso se aplica a todos nosotros.
La segunda cosa que él dice. No solo está ahí el don subjetivo interno del Espíritu, sino que también está la revelación objetiva de Dios. Él dice, “Esto te fue dado mediante profecía”. Él no quiere decir que el don en sí fue dado mediante profecía. Sabemos que los dones son dados por el Espíritu. Dado en el sentido de concedido pública u oficialmente en la reunión oficial de la iglesia en algún punto que no está registrada, probablemente en torno a Hechos 16, cuando Timoteo acompañó a Pablo.
Los ancianos de la iglesia lo rodearon, lo confirmaron, lo afirmaron y Dios debió haber afirmado eso mediante la voz de un profeta que Timoteo era apto para el ministerio, así como el Espíritu Santo reveló a los pastores de la iglesia en Antioquia en Hechos 13 que debían apartar a Pablo y a Bernabé para salir como misioneros.
Alguna palabra profética vino directamente de Dios. Oficialmente, públicamente, mediante una palabra profética, la palabra vino. En 2 Timoteo, el mismo tipo de situación es indicada que hubo este compromiso tremendo de Pablo con el ministerio. Hubo un compromiso tremendo por parte de Pablo con Timoteo para que lo siguiera como su hijo en la fe y entonces estaba el consenso del apóstol y la gente, pero lo que fue clave, lo que lo selló aquí fue que Dios habló. Dios habló.
Capítulo 1 versículo 18 de 1 Timoteo dice, “Esto te mando, hijo Timoteo, conforme a las profecías que apuntaron a ti”. Pudieron haber habido más que una. Debes estar en el ministerio y Dios envió un mensaje. Las profecías vinieron. Ahora, ¿qué es esto? Bueno, esto es la afirmación de Dios. Esto es extraordinario, no ordinario. En nuestro caso será ordinario, no obstante sería de Dios. Dice usted, “¿Cómo lo haría Dios si no lo hiciera mediante revelación?” ¿Cómo sabemos que Dios tiene su sello en nuestro ministerio? Bueno, lo sabríamos mediante la manera en la que Dios ordenara las circunstancias providenciales y las oportunidades, así como con Timoteo.
Sí, Dios habló, pero Dios también tenía a Timoteo en el lugar correcto, en el tiempo correcto para conocer o reunirse con el hombre correcto, ¿verdad?
Él lo había colocado bajo la enseñanza correcta, los padres correctos, los abuelos correctos en términos de influencia y para cuando el apóstol Pablo pasa por Derbe, Lista e Iconio, él resulta encontrarse con este joven quien está en el punto correcto en su vida, en la ciudad correcta, en el periodo de tiempo correcto y ahí está donde Dios quiere que esté para que pueda reunirse con Pablo.
Dios lo afirma mediante revelación, pero la providencia ordenó todas las circunstancias que rodearon a esto y creo que somos llamados a ministrar no solo porque tenemos ese ministerio subjetivo interno del Espíritu, sino que tenemos esa providencia objetiva de Dios que nos da esa oportunidad.
Le dije a un joven ayer. Él dijo, “No sé si pertenezco a un ministerio”. Yo le dije, “¿Estás en un ministerio ahora?” Él dijo, “Sí”. Yo dije, “Dios te puse ahí. No lo cuestiones.” Si tu corazón está bien y Él te puso ahí, esa es la manera en la que Dios en su providencia ordenó colocarte donde Él quiere que estés. No cuestiones eso. Es la obra de Dios apartarnos para el ministerio. “Somos apartados para el ministerio” dice “y el Espíritu de Dios nos ha hecho obispos”.
Tercera cosa es la imposición de las manos de los ancianos, y esto en cierta manera es afirmación externa colectiva de la iglesia. Los ancianos que se reunieron, y no tenemos el registro de esa escena, pero debieron haberse reunido de manera colectiva en torno a Timoteo, internamente, subjetivamente, fue dotado por el Espíritu. Objetivamente y él fue colocado en el lugar providencial en donde Dios podía comenzar a trabajar en ese ministerio simplemente de la manera en la que Él quiso y una revelación fue dada para confirmar eso y colectiva y externamente los hombres de la iglesia vinieron en torno a él, los líderes y dijeron, “Él es apto para el ministerio. Afirmamos eso y queremos colocar nuestras manos sobre él.”.
Ese fue un acto de solidaridad. Ese es un acto de asignarlo a una tarea. Supongo que esa es la mejor manera de definir la imposición de manos. Fue un designo. Así como en Números y Deuteronomio, cuando las manos fueron impuestas sobre los sacerdotes y fueron asignados a la tarea, lo asignamos a la tarea. Estamos detrás de él. Lo apoyamos. Asignamos.
Entonces, él dice, “Deja de descuidar tu don. Tienes que seguir con el ministerio y cumplirlo hasta el final” dice él “No puedes detenerte. Ni siquiera puedes reducir la velocidad. Tienes que seguir hasta el fin porque fuiste dotado. Para Él fuiste llamado. A eso fuiste confirmado en eso.”.
Entonces, usted puede ver que, si yo descuido mi ministerio, pierdo la intención del Espíritu Santo al dotarme. Violo la intención de Dios al llamarme y violo la intención de la iglesia al apartarme a eso y voy en contra de todo mundo. No estoy en esto por mí mismo y tampoco lo está ningún otro ministro. Finalmente quedan dos cualidades.
Número 10, un ministro excelente, está totalmente inmerso en su trabajo. Un ministro excelente está totalmente inmerso en su trabajo. Versículo 15, una mejor manera de decirlo sería, sé diligente. Sé diligente en estas cosas. Entrégate continuamente a ellas.
Ahora, permítame explicar lo que esta parte significa. Es muy muy bueno, muy útil. Un ministro excelente es un hombre de un enfoque. No es un hombre de doble ánimo quien es inestable y vacilando en todos sus caminos, como Santiago 1:8 dice, sino que es más como el apóstol Pablo que dijo, “Esto hago”. Él realmente es una persona con un enfoque. El ministerio lo consume todo.
La palabra “Sé diligente” por cierto, puede ser traducida en muchas maneras diferentes, pero al ver todo uso de ese verbo meletao, en el nuevo testamento, el mejor significado es la idea de pensar por adelantado, planear, hacer una estrategia o simplemente, premeditar.
Entonces, lo que Él está diciendo es esto. Premedita estas cosas. Analízalas por adelantado y después, entrégate de manera total a ellas. Entonces, no lo estás haciendo. Lo estás planeando. Hay un elemento de estrategia aquí, un elemento de expectativa, un elemento de premeditación. Estamos totalmente inmersos y usted sabe, estas son las dos cosas que constituyen la vida; o estoy en el ministerio, o estoy realizando el ministerio, o estoy planeando realizar el ministerio, o estoy enseñando la Palabra de Dios, o estoy preparándome para enseñar la Palabra de Dios. Eso es toda la vida. Nada menos y nada más.
Entrégate totalmente a ellas. Es una afirmación interesante. En el griego, de hecho es solo el verbo ser. Literalmente se leía de esta manera. En lugar, entrégate, ocúpate de manera total, en esto se leería, “está,” “sé en ellas” el verbo, ser, eimi. “Sé en ellas”. Envuélvete en ellas. Debes estar totalmente inmerso. La construcción expresa absorción total, completamente inmersos.
Alguien dijo, “No se necesita mucho de un hombre para estar en el ministerio, pero se necesita todo de él”. Sepúltate en tu búsqueda. Eso es tan, tan básico y entonces, un ministro excelente está totalmente sumergido en su trabajo.
Digo, si usted tiene doble objetivo, si usted quiere estar en el ministerio, pero también quiere usted sea de volverse un profesional de tenis, quiere estar en el ministerio, pero quiere ser un profesional de golf, si quiere estar en el ministerio, pero también quiere ganar un millón de dólares, usted quiere estar en el ministerio, pero quiere estar a cargo de un restaurante, quiere estar en el ministerio, pero también usted sabe, quiere desarrollar algún negocio.
Digo, si usted vive así, lo que pasa es que usted nunca va a hacer lo que podría hacer porque hay demasiados arbustos que están creciendo en su jardín. No necesariamente son malos, simplemente quitan mucha energía. Sepúltate a ti mismo en tu búsqueda. Has lo primordial. Como Epafrodito quien estuvo cerca de la muerte por causa del ministerio, él realmente estaba involucrado. Como puede ver, si no está haciendo el ministerio, está preparándose para el ministerio. Está orando porque el ministerio se haga. Pablo dijo, “Predica la palabra” 2 Timoteo 4:2, después él dice, “A tiempo”.
¿Alguna vez ha visto la palabra “a tiempo”? Una palabra muy interesante en el griego. Es una palabra militar. Quiere decir “mantente ahí en tu lugar” “mantente en el deber toda tu vida”. Nunca está en descanso, dice usted, “Hombre, eso sería cansado”. Eso realmente es demasiado demandante, pero nunca está en descanso. Usted nunca está en descanso.
Mantente cumpliendo tu deber todo el tiempo, a tiempo. Siempre estás cumpliendo tu deber. Siempre estás ahí en tu lugar. Mi papá solía decir, “Un predicador debería poder predicar, orar o morir dentro de un minuto”. Estoy listo. Apúntenme en la dirección correcta. Pero usted siempre está cumpliendo con su deber. Nunca está descansando.
Y para ser honesto con usted, hay cierta preocupación en ministerio que nunca se va. No es una insensibilidad, pero es una preocupación y le confieso que algunas veces cuando pueda parecer estar distraído probablemente eso es verdad. Hay cierta naturaleza consumidora en el ministerio, pero es un sentido como debería de ser porque siempre estamos en guardia. Siempre estamos cumpliendo con nuestro deber. Siempre.
Y después él dice, “A tiempo”. Eso significa cuando es conveniente y fuera de tiempo. Eso significa cuando no es conveniente. Usted está en su turno, cumpliendo con su deber, le guste o no. Usted está cumpliendo con su deber, sea conveniente o no lo sea. Así es.
Fui a casa el domingo por la noche pasado y le dije a Patricia, “Estoy realmente cansado”. Le dije, “Solo me quiero sentar y solo quiero tomar algo frío y simplemente sentarme en esta silla y solo necesito un poco de descanso”. Ella dijo, “Está bien”.
Después sonó el teléfono. Digo, diez segundos después de eso y un desastre enorme había pasado en una familia y entonces, eso pasó y Marcia entró y dijo, “Papi, te hice algo de comer” “Gracias, mi amor, ponlo ahí”. Cuarenta minutos después, se había secado todo. Ya no se podía comer, me imagino. Colgué el teléfono y dije, “Bueno, eso es el ministerio” y volvió a sonar el teléfono, un desastre más grande esta vez, y supongo que en un sentido real así es simplemente la manera en la que el Señor dice, “Espero que estés cumpliendo con tu deber, MacArthur. Solo en caso de que no lo estés haciendo, tengo unas cuantas situaciones que me gustaría traerte” pero así es en el ministerio. Hay cierta inmersión total en él, porque dice en el versículo 4 versículo 5, primero Él dice, “A tiempo y fuera de tiempo” y después, él avanza ahí, después dice, “Cumple tu ministerio” 2 Timoteo 4:5, “Tienes que llenarlo al máximo”.
Tiene que hacerlo todo y de manera completa usted sabe entonces, está totalmente inmerso en él. Bueno, usted entiende; advirtiendo del error, estudiando diligentemente la palabra de Dios y evitando la enseñanza impía, cultivando una vida santa, disciplinada, comprometido con el trabajo duro a la luz de la eternidad, enseñando con autoridad, modelando virtud espiritual, manteniendo el ministerio totalmente bíblico de la Palabra, cumpliendo de manera total el llamado de Dios. Eso demanda estar totalmente inmerso en el trabajo. No hay otra manera de hacer eso.
Y una cosa más. Esto realmente es muy práctico. Me encanta esto. Un ministro excelente está progresando en crecimiento espiritual. Hombre, eso es tan práctico. Él está progresando porque para cuando usted llega al versículo 15, usted dice, “¡Esto es solo para personas perfectas, hombre!” “¡Hombre, ni siquiera estoy calificado para esto!” Pero vea lo que dice en el versículo 15, “Para que tu aprovechamiento a progreso sea manifiesto a todos”.
Ahora, ¿qué admite la palabra progreso? Admite que usted no es lo que debe ser aún, ¿verdad? Entonces, no ande por todos lados tratando de jugar a Dios. No trate de convencer a la gente de que usted no tiene fallas. Simplemente, deje que lo vean creciendo. Sea así de honesto. Incluso con todas las calificaciones altas, está el hecho obvio que nos quedamos cortos del estándar. Pablo dice en Filipenses 3:13-14, “No como si lo hubiera ya alcanzado. No lo he alcanzado sino prosigo a la meta”.
Pablo tenía sus fallas. Pablo no era perfecto. Digo, usted recuerda lo que él le dijo al dignatario, que él enfrentó en el libro de los Hechos, él dijo, “Dios te va a herir a ti sepulcro blanqueado”. Ahora, eso no es muy espiritual. Simplemente, deje que la gente vea su integridad y humildad. Digo, no soy perfecto. Espero que estoy progresando. La palabra progreso es usada en un sentido militar para una fuerza que avanza. Fue usada por los estoicos para referirse a avanzar en aprendizaje o entendimiento, conocimiento.
Fue usada de un pionero abriendo una brecha mediante esfuerzo intenso y avanzar hacia alguna ubicación geográfica nueva. Debemos estar avanzando hacia la semejanza a Cristo. Simplemente, deje que vean que usted está avanzando. No trate de convencerlos de que es perfecto. Sea lo suficientemente honesto para que ellos sepan que usted está creciendo, usted está creciendo.
Cuando alguien me dice, “¿Sabes lo que dijiste en tu cinta allá en 1973 y después te contradijiste en 1984? ¿Sabías eso?” ¿Cuál es mi respuesta? “Estoy creciendo, estoy creciendo”. No conocía todo en 1980, 1973 y no sé todo ahora. Así que prepárate para otra cinta. Estoy creciendo.
Tienen que ver su crecimiento. Eso es honestidad. Hay humildad ahí. Dice usted, “¿Quién es apto para este tipo de tarea?” Yo no. ¿Quién califica? Nadie en la carne. El señor sabe eso. El mismo señor que nos dio los estándares sabe que ninguno de nosotros puede cumplirlos, ¿verdad?
Dice usted, “Bueno, ¿cómo se resuelve eso?” Solo hay una manera y eso es al ceder al Espíritu de Dios. Para lo que no podríamos lograr en la carne, el Espíritu lo puede lograr en nosotros. Eso es lo que Pablo tenía en mente en Colosenses cuando él dijo, “Para este trabajo también. Esforzándome según su operación, la cual opera en mí poderosamente”.
Eso es maravilloso. No podemos ser este tipo de persona, pero Dios, mediante su Espíritu,puede capacitarnos. Estoy tan agradecido por eso. Ahora escuche. Ahí dice, “Hombre, me da gusto que todos estos pastores están oyendo esto. No se aplica a mí.” Sí se aplica. Se aplica a usted. Le voy a decir por qué se aplica a usted. Se aplica a usted amigo mío porque debemos ser lo que debemos ser para que pueda haber lo que debería ser. ¿Entiende eso?
Debemos ser lo que debemos ser, para ser patrones, para lo que usted debería ser, para que usted pueda ser lo que somos, para que alguien más pueda verlo a usted y seguir eso. Esto no evade su responsabilidad. Esto es simplemente ejemplo para usted, para aquellos que lo van a seguir a usted, qué estándar tan maravilloso.
Y Pablo concluye con un resumen en el versículo 16, un resumen y él dice, “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina. Persiste en ello.” Deténgase ahí por un momento. Ten cuidado. Significa “por atención”. Enfoca tu atención en dos cosas, en ti mismo y en tu enseñanza. Es lo que él dice.
Quiero decirle que la vida entera se reduce a eso en el ministerio. La vida entera se reduce a esas dos cosas. Cuídate a ti mismo y tu enseñanza. Eso es todo. Las once cosas pueden reducirse a dos. Número uno; ten cuidado de ti mismo. Hechos 20:28 dice lo mismo, “Ten cuidado de ti mismo”. Eso resume lo que está en el versículo 6. Ve, nutrido en las palabras de la fe y de la buena doctrina 7b, ejercítate para la piedad. Versículo 12, sé ejemplo. Versículo 14, no descuides tu don.
Todas esas están incluidas en la afirmación “ten cuidado de ti mismo”. Tu propia vida, todo comienza con tu propia vida. ¿Eres un ejemplo? ¿Estás ejercitándote para la piedad? ¿Estás siendo nutrido en la palabra? ¿Eres un ejemplo? Todo está resumido en eso.
Y la segunda, ten cuidado de tu doctrina. Eso resuma el versículo 6a, mantente alejado de la enseñanza impía. Versículo 7a… Perdón, versículo 6a, advertencia acerca del error. Versículo 7a, mantente alejado de la enseñanza impía. Eso resuma el versículo 11. Esto manda y enseña el versículo 13, “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza”.
Entonces, el resumen de todas estas cosas se reduce a estas dos afirmaciones, continúa concentrándote en tu propia vida espiritual y tu exposición, exhortación, aplicación de la Palabra de Dios.
Entonces, la concentración total de la vida del que es un ministro excelente es una concentración en la santidad personal y la enseñanza correcta.
Ahora, ¿por qué nos concentramos en la santidad personal y la enseñanza correcta? Aquí viene. Pues, haciendo esto. Te salvarás a ti mismo. Esa es la razón por la que continúas en santidad personal. Y los que te oyeren. Esa es la razón por la que continúan en enseñanza correcta. ¿En qué sentido? ¿En qué sentido la santidad personal me salva? En el sentido de la perseverancia de los santos.
Jesús dijo en Juan 8, “Si perseverares en mi Palabra, eres mi discípulo real. La Escritura está cargada de textos. Me gustaría que tuviéramos tiempo—no tenemos—para desarrollarlos. Lo hemos hecho en el pasado, que dicen que usted es genuinamente, salvo si continúa en la fe, ¿verdad? Y él dice, “Mira, Timoteo, si continúas en santidad personal y continúas en enseñanza correcta, vas a seguir moviéndote por el camino de la perseverancia de los santos hasta tu salvación completa, final y gloriosa”.
Él simplemente lo está abordando desde el punto de vista de la perseverancia. Él no quiere decir “te salvarás a ti mismo” en el sentido de que vas a ser tu propio redentor. Él quiere decir “vas a perseverar en la piedad y vas a garantizar tu salvación completa”. Juan dijo “Si sigues por un rato y abandonas, nunca fuiste de nosotros”. ¿Recuerda usted eso en 1 Juan 2? El que persevera da evidencia de estar en la fe. Entonces, él dice, “Si perseveras en la santidad y la verdad, te vas a salvar a ti mismo”. Vas a llegar a tu salvación completa.
También si perseveras en piedad y verdad, vas a afectar a otros que te oigan al traerles el mensaje de salvación. Nosotros no salvamos. No nos salvamos a nosotros mismos y no salvamos a otras personas, pero somos el agente de eso conforme predicamos la palabra de Dios, conforme vivimos una vida piadosa.
Entonces, la perseverancia personal de la piedad, junto con la enseñanza fiel de la palabra, esparce el impacto de la vida de un hombre para abrazar a toda persona que oye su mensaje y va a conceder salvación a algunos de ellos.
Ahora, escuche. Ahí es donde el clímax viene. Toda esta excelencia y todo este llamado al ministerio y todas estas calificaciones en últimas resultan en la salvación de almas. Ve eso. ¿Qué más? ¿Qué más? Si nosotros… Como le he dicho a usted en el pasado, si estamos aquí en este mundo después de que hemos sido redimidos, solo hay una razón. La salvación de los perdidos.
Si fuéramos salvos para ser adoradores y todo lo que Dios quisiera fuera adoración, entonces sácanos de aquí para que nuestra adoración sea perfecta. Si fuimos salvados para conocerlo, sácanos de aquí para que podamos conocerlo de manera perfecta.
Si fuimos salvados para la comunión perfecta, sácanos de aquí para que la comunión pueda ser perfecta. La única razón por la que hemos sido dejados aquí es porque somos los agentes mediante los cuales Dios trae la Gracia de Salvación a la gente perdida.
Esa es la suma del ministerio y la santidad y el compromiso con la verdad nos mueve a lo largo del camino de la perseverancia, de la salvación verdadera y nos hace una bendición para todos los que oyen el mensaje. Es un llamado elevado. Es un llamado santo. Es un llamado glorioso. Y confío en que por el poder del Espíritu de Dios experimentemos su plenitud en todas nuestras vidas para su Gloria. Oremos juntos.
Padre, estas son verdades maravillosas que han venido a nuestros corazones. Sin embargo, son tan demandantes de nosotros y somos tan débiles. Ayúdanos, Señor, a ser lo que quieres que seamos. Oro por todo ministro aquí, todo pastor, todo líder. En Tu iglesia, oh, Dios, que seamos este tipo de personas.
Que continuamente prestemos atención a nuestra propia vida espiritual y el mensaje que predicamos, a la santidad y la verdad, para que podamos ser un modelo para el resto de la iglesia, para que todos los que ven puedan llegar al mismo estándar de compromiso con la santidad y la verdad, para que muchas almas puedan ser ganadas.
Señor, si nosotros como pastores vivimos de manera piadosa y enseñamos la verdad y nos volvemos los agentes de salvación, eso es verdad en la gente como también en nuestros rebaños. Ellos, también viviendo vidas piadosas, hablando la verdad, serán los agentes de la salvación de los perdidos.
Con ese fin en mente oramos, oh Dios, para nuestro gozo y tu Gloria con gratitud.
Mientras que sus cabezas están inclinadas en tan solo un momento de conclusión de meditación, hemos cubierto rápidamente esto. Sin embargo, hemos pasado varias semanas explicándolas.
Creo que mucho no ha sido dicho, pero sé que usted entiende el enfoque primordial y lo que queda impactando mi corazón es simplemente recordarle que mientras que hablamos de la función de Timoteo, la función de un pastor, realmente estamos hablando de la obligación de lo que todo creyente debe ser, todo lo que Dios quiera que todo creyente sea.
Si un pastor es menos que la perfección de Jesucristo, entonces él es menos de lo que debe ser, y si un creyente es menos de la perfección de Jesucristo, él es menos de lo que él o ella debe ser. Todos tenemos el mismo estándar.
Entonces, llamamos a aquellos que están en liderazgo para establecer el estándar de este tipo de vida para que otros puedan seguir para ser más como el Salvador.
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