Abra su Biblia para nuestro estudio de 1 Timoteo, hemos estado estudiando 1 Timoteo durante varios meses. Nos encontramos en el capítulo 5 comenzando en el versículo 3, una de unas de las viudas la Iglesia.
Podría parecer, al principio, que este es un tema más bien pequeño, un tema más bien insignificante. Ciertamente, no uno de los temas más importantes que deben ocupar nuestras mentes, pero lo opuesto es el caso. Es un tema muy importante. Es un tema con muchas implicaciones. De hecho, Pablo habla en este tema desde el versículo 3 hasta el versículo 16, una explicación muy prolongada del tema de las viudas en la Iglesia. Es para la instrucción de Timoteo, quien está proveyendo liderazgo a la Iglesia en Éfeso. Es para la instrucción de cualquier iglesia. Es para nuestra instrucción también; y debemos señalar esto conforme estudiamos el pasaje.
Quiero que sepa que hay tanto aquí y sus implicaciones son tan vastas y tan provocadoras que probablemente nos va a tomar probablemente tres semanas cubrir estos versículos. Y esto no es porque lo estoy estirando en absoluto, esto es simplemente porque estoy tratando de estudiar lo que el texto dice. Con frecuencia, recibo tarjetas de gente que dice que voy demasiado lento, “¿puedes, por favor, ir más rápido?”
Y quiero que sepa que estoy tratando con todo mi corazón de hacer eso, pero el hecho es que cuando está tratando con la verdad de la Palabra de Dios, debemos entender y debemos tomar el tiempo de entender en su contexto: y, por lo tanto, toma tiempo entender el significado de un pasaje al reconstruir la escena en la que el pasaje fue escrito originalmente. Y necesitamos hacer eso con este texto. Y entonces, también explicarnos a nuestra propia situación. El cuidado de las viudas en la Iglesia es un asunto muy vital. Y voy a tratar bosquejar en nuestro estudio inicial en esta mañana precisamente el por qué.
Permítanme iniciar con nuestros pensamientos al decir que siempre, siempre, sin excepción, en el diseño de Dios, las mujeres deben ser el objeto de cuidado especial. Las mujeres deben ser el objeto de provisión, y preservación y protección. Dios nos dice en las Escrituras que la mujer es el vaso más frágil. El hombre, entonces, es el vaso más fuerte y es su protector. El protector de ella. Ella debe estar bajo la sombrilla de la protección, provisión, autoridad y dirección masculinas. Debido a esto, las viudas, mujeres sin un marido, las mujeres que han perdido a su marido y, por lo tanto, su medio de sustento, son objeto de preocupación muy especial del corazón de Dios. Él se preocupa mucho por el cuidado y protección de una mujer que ha perdido a su marido.
El otro grupo de personas que entra bajo el cuidado protector de Dios serían los huérfanos. Y como leí en el Salmo 68, Él es padre de huérfanos y Él es el juez después de las viudas. Él está preocupado de manera particular por proteger a aquellos que han perdido su protección, su preservación y su provisión. Los niños, como usted bien lo sabe, deben estar bajo el cuidado, protección y liderazgo de sus padres. Cuando un niño pierde esto, ese niño se convierte en el objeto de compasión especial por parte de Dios.
Las mujeres también deben estar bajo la protección y cuidado de sus maridos o sus padres; y cuando pierden estas oportunidades y esos privilegios y esa área de protección, Dios entonces se ocupa de ellas. Las viudas, entonces, por diseño de Dios, son preocupación única por parte de Dios. Reciben por parte de Él compasión sincera y trato misericordioso. Y todas estas personas que nombran el nombre de Dios y se identifican con Él, deben entonces tratar a las viudas de una manera que sería coherente con la manera en la que Dios las trata. Y podría añadir como un comentario al margen aquí que las mujeres en ningún lugar en las Escrituras jamás son vistas como las proveedoras por sí mismas.
Existen esas mujeres que son emprendedoras y de manera apropiada, pero las mujeres siempre son vistas como aquellas para quienes la provisión es traída. Para quienes la protección es dada. Las mujeres son aquellas que son el vaso más frágil que tiene la necesidad de un vaso más fuerte para que complemente su vida. Y, de hecho, cuando una mujer enviuda, si fuéramos a ver el Antiguo Testamento, por ejemplo, encontraríamos que Dios se encarga de ellas de una manera excepcional. Él bendice a aquellos que bendicen a las viudas y Él maldice a aquellos que maldicen a las viudas. Si fuera a leer Deuteronomio 27:19, leería una maldición por parte de Dios en contra de aquellos que abusan de las viudas. Si usted leyera Isaías 1:17 y 18 y Jeremías 22:3 y 4 y muchas otras Escrituras, encontraría una bendición pronunciada de aquellos que bendicen a las viudas o a aquellos que cuidan de ellas de manera apropiada. En Éxodo 22:23 Dios dice que cuando las viudas claman y nadie oye su clamor, Él dice: “Yo oiré su clamor”. Dios conoce y Dios viene a asistir a una persona así.
Es por diseño de Dios entonces, que las mujeres deben ser protegidas. Y cuando pierden su protección humana, Dios se convierte en su protector único. Pero también aprendemos a partir de las Escrituras que el futuro ideal para una viuda es el segundo matrimonio. El Antiguo Testamento indica que cuando una mujer enviuda, ella tiene todo derecho de volverse a casar. De hecho, aprenderemos en este pasaje que a las viudas más jóvenes que están bajo los 60 años de edad, se les anima a volverse a casar. ¿Por qué? Porque es el diseño de Dios que una mujer sea protegida, preservada, cuidada, apoyada, sustentada y provista por un hombre.
En donde no había segundas nupcias, en donde eso era retrasado o cuando eso era imposible, en el Antiguo Testamento, una viuda podía quedarse en la casa de su padre. Génesis 38:11 nos da una ilustración de esto. Y ella se colocaba bajo la protección de su propio padre, si ése era el caso. O una mujer podía quedarse bajo la protección de la casa de su suegra, su suegro, también nos es indicado por la ilustración de Rut en el capítulo 1, versículo 16 del libro de Rut, en donde ella escogió ir a la casa de su suegra para encontrar provisión y protección allí.
Además, bajo una provisión en el Antiguo Testamento llamado matrimonio levirato, cuando una mujer enviudaba, la ley judía consistía en que el hermano de su marido fallecido debía casarse con ella. O si, de hecho, ese hermano ya se había casado, el siguiente pariente que no estaba casado debía entonces casarse con la viuda para crear una simiente piadosa y para poder cuidar de ella y protegerla. Eso es ilustrado en Génesis 38:11 y se da ilustración de esto en Deuteronomio 25:5 al 10. Y también se nos da el ejemplo entre Rut y Booz.
Booz, siendo el pariente más cercano del marido muerto de Rut, tomó la causa de ella, se casó con ella y se convirtió en su marido y protector y proveedor. Entonces, en el Antiguo Testamento encontramos dos ideas primordiales acerca de la viuda. Una, cuando una mujer queda privada de un marido, ella se convierte en el objeto de cuidado especial de Dios. Dos, a ella se le anima a encontrar refugio en otro matrimonio para la protección que se encuentra ahí o en el hogar de un pariente en donde ella puede encontrar el tipo de apoyo apropiado.
En el Nuevo Testamento también encontramos que nuestro Señor Jesucristo nos demuestra el corazón de Dios hacia las viudas. Y quiero que me acompañe a ver algunos pasajes antes de que lleguemos a 1 Timoteo. Marcos, capítulo 12 es un buen lugar en donde comenzar. Marcos, capítulo 12. Y esto en cierta manera nos va a decir algo de las viudas que encontramos en la época del Nuevo Testamento. Jesús, en el versículo 41 de Marcos 12 se sentó frente al tesoro, este es el lugar en donde la gente venía a dar su dinero al templo. Colocaban en estos receptáculos que estaban ahí pegados a la pared, la corte de las mujeres. Venían al tesoro del templo y colocaban su ofrenda en el receptáculo apropiado para la ofrenda que estuvieran trayendo.
Y Jesús se sentó allí y observaba a la gente que colocaba dinero en el tesoro. Y muchos que eran ricos, daban mucho. Y después, vino una cierta viuda pobre. Y aquí vemos un vistazo cultural del estado de la viudez en ese entonces, las viudas eran pobres. No tenía medios. Rara vez se encontraban a viudas que estaban empleadas, que tenían un trabajo, porque a las mujeres no se les daba lugares de empleo en esta sociedad.
La cuestión era que para una mujer era muy difícil conseguir algún tipo de empleo. Y entonces, a las viudas, si sus maridos las dejaban sin nada, normalmente, eran muy pobres. Se nos presenta una viuda pobre así. Cuando ella vino a entregar su ofrenda, ella entregó lo que era equivalente a unos cuantos centavos. Él llamó a Sus discípulos y les dijo: “de cierto os digo que esta viuda pobre ha dado más que todos los que han dado aquí, porque ellos dieron de su abundancia, pero ella dio todo lo que tenía, inclusive su sustento.”
Y aquí vemos la piedad y la devoción de esta querida mujer, quien no teniendo nada, dio todo. Ese es el espíritu de generosidad del corazón de uno que está entregado a la adoración de Dios.
Pero aquí tenemos el retrato de la pobreza que en cierta manera era típica de la viudez en tiempos bíblicos. Dependía de las sinagogas y del pueblo de Dios, Israel, en ese día, el hacer algo para aliviar esta pobreza de las viudas. Y como costumbre, las sinagogas tendrían un grupo que recolectaba y salía cada viernes por la mañana y le daba la vuelta a la ciudad y recolectaba bienes y dinero de diferentes personas, trayéndolo de regreso el viernes por la tarde, distribuyéndolo a las viudas antes del viernes por la noche, cuando comenzaba el día de reposo. Y así es como administraban la pequeña cantidad y la usaban para ministrar a las viudas pobres. Pero lo que aprendemos del pasaje es la pobreza de una viuda y algo de la dependencia en Dios por parte de esta viuda.
En Lucas, capítulo 7 vemos otra ilustración y veremos varias de ellas en Lucas. Lucas parece escribir más acerca de las viudas que cualquier otro escritor. Realmente, entendemos algo del corazón de Dios relacionado con las viudas en este registro en particular comenzando en el versículo 11. “Aconteció después,” después de la curación del siervo del centurión, “que Él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con Él muchos de Sus discípulos, y una gran multitud. Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.” Era un ataúd que normalmente era cargado en los hombros de algunos hombres.
He aquí lo que debe notar. Este hombre, este hombre muerto era el único hijo de su madre. Y ella era una viuda. Y aquí de nuevo hay una situación de aislamiento, de desolación. Esta mujer ha perdido a su marido, ella no tiene el apoyo que necesita de él. Ella tiene un hijo y sin duda alguna, este hijo único realmente es el que estaba cuidando de esta madre que había enviudado. Y de nuevo, vuelvo a enfatizar que así es como Dios ve a una mujer, como la que debe ser protegida provista y preservada por un hombre. Y este es el caso del hijo. Pero el hijo está muerto y éste es el funeral del hijo.
Entonces, aquí hay una mujer que ha perdido a su marido y después, ha perdido a su hijo. No hay hombre que quede en esa familia inmediata entonces que cuide de ella. Cuando el Señor la vio en el versículo 13, Él tuvo compasión de ella. ¿Por qué? Porque Dios tiene una compasión excepcional por aquellas que son viudas. Y un gran corazón de compasión hacia aquellos que no tienen medios de apoyo, de sustento y protección.
“Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.” Y Él es conmovido, podría añadir, de compasión. Él es tocado por la carga de esta mujer sin ningún apoyo masculino. “Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.” Y ese fue el punto principal. Jesús fue tan conmovido en su corazón porque esta mujer no tenía un hombre en su vida que cuidara de ella y proveyera para ella y la sustentara, que Él resucitó a su hijo de los muertos y le entregó al hijo a esta mujer.
Observe por un momento el capítulo 18, versículo 3. El versículo 2 dice que “Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.” En otras palabras, aquí hay un hombre que era intocable. Pero en esta parábola también había una viuda en esta ciudad y ella vino a él. Ahora, aquí de nuevo, esta es una situación de desolación. Aquí hay una viuda típica, ella no tiene recursos. Ella ha sido defraudada en algunas cosas y ella viene a este juez para tratar de recuperar lo que se le ha quitado de manera inapropiada a ella. “Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.” Mis enemigos me han quitado cosas. Sabemos a partir de la Palabra de Dios, y lo veremos claramente al estudiar el registro de los Evangelios, e inclusive oímos a Lucas escribiendo de esto en el capítulo 20, versículo 47, que los escribas y los fariseos y los líderes de Israel devoraban las casas de las viudas. En otras palabras, se aprovechaban de las mujeres desoladas. Robaban de los pobres, por así decirlo.
Y entonces, aquí hay una mujer que de alguna manera ha sido defraudada. Quizás, fue defraudada o podría haber sido defraudada por los líderes religiosos mediante alguna profesión o alguna declaración falsa diciendo que tenían que tomar los bienes de ella, pero fuera cual fuera la razón, ella fue defraudada y viene al juez y está en un estado de desesperación, lo cual vuelve a mostrar la situación terrible de ser viuda en ese entonces. “Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que, viniendo de continuo, me agote la paciencia.” No temo a Dios ni a los hombres, pero esta mujer me está enloqueciendo; me está volviendo loco porque ella sigue viniendo y preguntando y pidiendo y pidiendo. Y el retrato aquí es de una mujer pobre que depende de regresar lo que se le ha quitado y está tratando de manera desesperada de encontrar justicia en este juez que finalmente, debido no a que lo ve como algo que es correcto, sino porque quiere deshacerse de la mujer, le da lo que ella pide.
Y entonces, vemos la situación de una viuda, privada para comenzar, defraudada para añadir a la situación. Quizás, esto es algo tan común, una parábola común, porque los jueces trataban a las viudas así, esa es la razón por la que Jesús la usa. Entonces, de nuevo, simplemente enfatiza las dificultades y las desventajas de la viudez en la época de Cristo.
Capítulo 21, Lucas repite el relato de Marcos acerca de la viuda pobre que dio todo lo que tenía. Y Jesús dijo: “En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos. Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.” De nuevo, enfatizando su pobreza. El retrato entonces es un retrato de desolación. El retrato de una viuda en la época de Cristo es una mujer que tiene muy poco, quizás entregando a Dios lo poco que ella tiene. Una mujer que cuando fue defraudada de lo poco que tenía, clama desesperadamente porque se haga algo de justicia para recuperarlo, porque ella depende tanto de eso. Esta es la mujer privada. Esta mujer se convirtió en el objeto del cuidado de la sinagoga judía. En Jerusalén, si podemos, excepto por Lucas 20, versículo 47, en donde devoran las casas de las viudas, como una afirmación general de lo que estaba pasando en Jerusalén. En Jerusalén las viudas no estaban siendo muy bien tratadas. Pero es muy probable que en las ciudades de afuera en donde estaban las sinagogas, cuidaban de las viudas, pudieron haber sido cuidadas de una mejor manera. No obstante, estaban desoladas, solas.
Usted recordará, lo sé, que Jesús en la cruz sólo les habló directamente a dos personas. Uno fue un criminal vil, pecaminoso, miserable que Él llevó en sus brazos en la gracia del perdón y el otro fue a Juan y a María. Y lo que hizo fue encomendar a su madre viuda al cuidado de Su amado discípulo, porque Él sabía que una mujer no debía estar fuera de la protección de un hombre. Y José ya había muerto mucho tiempo antes de la cruz. Y ahora Jesús, quien era el protector único de Su propia madre estaba muriendo. Jesús encomienda a María al cuidado de Juan. El corazón de Dios se manifiesta en cómo el Señor habla acerca de una viuda, cómo Él trató a Su propia madre viuda y cómo Él instruye mediante lo que leeremos en 1 Timoteo a la Iglesia a tratar a las viudas.
Pero antes de que lleguemos a eso, vea Hechos capítulo 6. El primer ministerio que se desarrolló en la primera Iglesia fue el ministerio de las viudas. Fuera de la adoración y el evangelismo, el partimiento del pan, la comunión, la mesa del Señor, el ministerio de la primera Iglesia fue un ministerio a las viudas. No tenían muchos programas. Se reunían para la adoración y la oración y el estudio de la doctrina y evangelizaban a los perdidos. Y el ministerio que realmente aparece en primer lugar en la vida de la primera Iglesia es un ministerio para las viudas.
Para mostrarle la prioridad tan seria que le dieron a eso, la obligación de la Iglesia de cuidar de las mujeres solas. Versículo 1 de Hechos 6, la Iglesia ha nacido. El número de los discípulos se ha multiplicado e inmediatamente hubo una murmuración, una disputa entre los griegos en contra de los hebreos. Ahora, ¿quiénes son estos? Bueno, los hebreos serían los judíos de Jerusalén, los judíos de Palestina, los judíos de la tierra de Israel. Los helenistas o los griegos o los judíos griegos eran aquellos que vivían afuera de Palestina. Eran los que estaban en la dispersión, los judíos dispersos. Eran los que habían venido a Jerusalén para los festivales y los días de fiesta. Pero sus hogares, estaban en otro lado del Imperio Romano. Y eran entonces los judíos helenistas, los judíos griegos. Y después, usted tenía los judíos de Jerusalén.
Obviamente, la primera Iglesia había retomado el ministerio de las sinagogas y probablemente lo hizo de manera mucho más eficiente debido al amor de Cristo y el poder del Espíritu y el verdadero amor que fue generado en sus corazones. Y ellos estaban ministrando a las viudas. Eso fue algo muy natural, nadie necesitó diseñarlo, simplemente comenzó a pasar porque era algo necesario y era una expresión del amor de Dios.
Pero, aparentemente, hubo algo de injusticia que se estaba presentando hacia esos judíos helenistas que habían llegado, habían oído el Evangelio, habían sido salvos y ahora, por lo menos durante este tiempo, estaban viviendo en Jerusalén. Probablemente, se mudaron con sus familias, que estaban residiendo ahí. Quizás, algunos de ellos simplemente habían levantado su tienda de campaña ahí en casas donde los cristianos les había permitido quedarse. Quizás, algunos de ellos se estaban quedando en alguna posada o algo así. Pero estaban ahí debido a que realmente no eran parte de la comunidad original, quizás no eran tan generosos con ellos como lo eran con sus propias viudas, quienes eran de Jerusalén. Y entonces, surgió una disputa en cuanto a cómo se estaba distribuyendo el sustento a las viudas.
Ahora, lo que esto nos dice es que el primer ministerio que se desarrolló espontáneamente en la primera Iglesia fue el cuidado de mujeres que eran viudas. Versículo 2: “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.” No va a estar bien para nosotros el dejar nuestro ministerio de enseñanza y salir y tratar de servir a estas viudas para que todo el mundo reciba la cantidad correcta. Versículo 3: “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.” Que no se van a robar el dinero o la comida que supuestamente le deben entregar a las viudas. Hombres honestos para que tengan gran sensibilidad para evaluar toda necesidad de las viudas, llenos de sabiduría para que puedan evaluar la situación. Necesitamos designarlos para que se ocupen de esto y vamos a continuar con la oración y el ministerio de la palabra.
“Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.” De nuevo, le vuelvo a decir, el primer ministro misterio desarrollado fuera de la oración, la adoración normal y la enseñanza y la predicación, el evangelismo de la Iglesia, parece ser un ministerio a las viudas. Satisfacer sus necesidades.
Ahora, vaya al capítulo 9 de Hechos, un relato fascinante. En Hechos, capítulo 9, versículo 36, “Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía.” Aquí hay una mujer cristiana, una discípula llena de buenas obras. Y las obras significan caridad, dar a la gente que estaba en necesidad. “Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en una sala.” Los judíos no embalsamaban, simplemente lavaban el cuerpo y la colocaban arriba en el hogar para que la vieran y un tiempo de lloro y demás.
“Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros.” Pedro estaba cerca y entonces dijeron: ‘ve a buscar a Pedro y tráelo aquí,’ sabiendo que Pedro había demostrado obviamente el poder de Dios. Él había curado a un hombre junto con Juan en la puerta la hermosa y quizás pensaron que él podía hacer algo con respecto esta dama. Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando él llegó, lo llevaron al aposento de arriba y todas las viudas, y eso es lo que debemos ver, todas las viudas estuvieron junto a él llorando y mostrando todo lo que Dorcas hizo por ellas mientras que ella estuvo con ellas.
Ahora, no sé cuántas había ahí, pero es un grupo significativo de viudas. Aquí hubo una querida dama usó todos sus recursos para hacer ropa para las viudas. Y de nuevo, lo que esto muestra, uno, la privación de las viudas, la falta de recursos y la dependencia de alguien más. Dos, el corazón compasivo de los cristianos en la primera Iglesia para alcanzar y servir a estas personas específicas. Esta mujer conocida por sus buenas obras y su ayuda que había vestido a las viudas de su comunidad.
Versículo 40, Pedro los sacó a todos. Ahora, él probablemente hizo eso por la confusión y el caos de todos los que estaban allí llorando. No eran llorones contratados, realmente estaban ahí quebrantados de corazón. Y entonces, fue más fácil sacarlas que tratar de contener sus lágrimas. Entonces, él las sacó para poder oír su propia oración, me imagino. Y él se arrodilló y oró. “Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.”
Esta es la segunda resurrección que ocurre en el Nuevo Testamento para beneficiar a las viudas. La primera la vimos en el Evangelio de Lucas en referencia al hijo de la viuda de Naín. Y de nuevo, usted ve la compasión de Dios hacia la viuda. Y aquí estas queridas viudas están tan quebrantadas de corazón y son confortadas debido a que esta mujer, quien es tan querida por ellas y tan necesaria para ellas, es resucitada de los muertos para que siga ayudándoles predominantemente para el beneficio de ellas.
Santiago, capítulo 1 lo resume para nosotros. Hemos estado estudiando Santiago. Al final del primer capítulo, en el versículo 27 él hace esta afirmación impresionante: “la religión pura y sin mácula delante de Dios padre es esta.” Ahora, esa es una introducción que podría llevarnos a imaginar todo tipo de cosas. ¿Qué es la religión pura? ¿Qué es la religión pura y sin mácula? La respuesta es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones. Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones.
Ahora, escuchen amados todo esto nos lleva a resumir lo siguiente: miren, Dios tiene una compasión especial, un cuidado especial, una preocupación especial por la protección, preservación y provisión de las viudas. Muy básico. La primera Iglesia muestra esto. Cristo muestra eso. Y entonces, cuando Pablo le escribe a Timoteo aquí, él tiene esta sección extensa del asunto de las viudas porque para este entonces, claro, todavía es un elemento vital de la vida de la Iglesia. Cuidar de las viudas.
Y yo creo, y yo sé que usted también lo va a ver también conforme estudiamos esto, que esta todavía es un área vital para la vida de la Iglesia. Hemos estado comprometidos con esto en el pasado y estaremos comprometidos con esto en el futuro. Y en lo personal, yo creo que, conforme entendemos este pasaje, va a presentar una mayor oportunidad para nosotros en el futuro de lo que jamás hemos imaginado debido a las condiciones del mundo en el que vivimos. Y explicaré lo que quiero decir conforme avanzamos.
Y Pablo entonces quiere que Timoteo y la Iglesia en Éfeso y que nosotros entendamos nuestra responsabilidad para con las viudas. Él da cinco principios. Quiero darle el primero y por lo menos, presentar el segundo en esta mañana.
El primer principio es este, versículo 3, “Honra a las viudas que en verdad lo son.” Honra a las viudas que en verdad lo son. Ahora, permítame tan sólo dar de suficiente trasfondo para entender por qué están diciendo esto Pablo conforme escribe. Mantenga esto en mente. Desde el principio de nuestro estudio de 1 Timoteo le he dicho que yo creo que esta epístola es una polémica. Esto significa que habla en contra de algún problema. Y yo creo que esta Iglesia estaba llena de problemas de impiedad, problemas de falsa doctrina, uno de los cuales era no manejar correctamente el tema del cuidado de las viudas. La Iglesia era tan inepta en eso como lo fue en las otras cosas que Pablo enfrenta.
Entonces, este es un pasaje correctivo. Podemos concluir entonces que las viudas no estaban siendo honradas de manera apropiada. Podemos concluir que a las viudas mayores descalificadas se les permitía servir de manera semioficial a la Iglesia y sus vidas realmente no estaban limpias, no eran puras. También podemos concluir que las viudas más jóvenes se estaban casando con incrédulos. Las viudas más jóvenes estaban rompiendo votos hechos a Cristo. Había familias que no estaban apoyando a sus propias viudas. Había mujeres que podían haber apoyado a muchas viudas como lo hizo Dorcas, pero no lo estaban haciendo tampoco. En otras palabras, el área entera de instrucción bíblica de las viudas necesitaba ser enseñada debido a lo que necesitaba ser corregido en Éfeso. Este es un ministerio muy, muy básico en la Iglesia, el cuidado de estas mujeres.
Principio número uno entonces en el versículo 3, la obligación de la Iglesia de proveer para las viudas… La obligación de la Iglesia de proveer para las viudas. Quiero que observe la palabra viudas porque esto realmente es la base de todo nuestro entendimiento. Honra a las viudas que en verdad lo son. Ahora, ¿qué queremos decir con la palabra viudas? Para nosotros la palabra significa una mujer cuyo marido está muerto. La palabra griega incluye eso, pero no está limitado a eso. Esa es una afirmación muy importante. La palabra griega incluye eso, está limitada a eso. La palabra viuda es chera, es una palabra que es una forma femenina de un adjetivo usado como nombre. Es un adjetivo. Significa privado, significa robado. Significa haber sufrido pérdida. Conlleva la idea de estar solo. Viene de cheros y eso es lo que eso significa. Privado, robado, habiendo sufrido pérdida, habiendo sido dejado solo. La palabra entonces no habla de cómo una mujer se metió en esta situación, simplemente describe la situación. Ella está sola, ella está privada. Ella ha sufrido la pérdida de su marido. No dice cómo es que ella perdió al marido. Normalmente, claro, pensaríamos que ella perdió el marido mediante la muerte. No hay nada en esta palabra que indique que esto está limitado a eso. De hecho, si usted estudia la palabra y la rastrea en cualquiera de los usos del griego clásico, descubrirá que la palabra significa una mujer que perdió a su marido de cualquier manera: muerte, divorcio, deserción, lo que fuere. Todo esto puede ser resumido en esta palabra.
William Barclay, por ejemplo, piensa que debe incluir aquellos que eran polígamos en el número mundo romano y cuando vinieron a Jesucristo en la fe pudieron haberle dado libertad a sus esposas, las que no era la primera esposa, para irse, para que pudieran ser monógamas según la enseñanza de la Palabra de Dios. Y cuando despedían a estas mujeres, estas mujeres se encontraban bajo este mismo tipo de palabra. Ellas también habrían sido las chera, privadas de marido, aunque todavía su marido estaba vivo. No hay razón para indicar que esto debe excluir a personas cuyo marido las dejó en deserción o se divorció de ellas mediante medios legales. La palabra simplemente describe a una mujer que ha perdido a su marido sea cual fuere la causa.
Ahora, quiero que sepa que esto expande la responsabilidad de la Iglesia de manera inmensa debido a que estamos hablando aquí de una responsabilidad de cuidar de todas esas mujeres que han perdido a su marido. Y es un grupo muy, muy grande de mujeres. Quizás, tan grande ahora como en cualquier otro momento en la historia del mundo con la deserción y el divorcio y todas esas cosas que son un tema tan común en la actualidad. El versículo 5 nos ayuda a entender más la palabra, usa la palabra viuda de nuevo. Y después, dice, “una viuda que en verdad lo y está sola.” Ese es un participio pasivo que significa habiendo sido dejada sola. Y de nuevo, no tiene la idea de muerte en ella. Simplemente, describe el estado de una mujer que ha sido dejada sola debido a que su marido ya no está presente.
En esos días, las mujeres no podían encontrar empleo honorable fácilmente. No existían instituciones seculares que cuidaran de ellas. Y entonces, estaban en una situación seria. Con frecuencia, terminaban en la pobreza a menos de que sus maridos les hubiera dejado algo o su padre les dejara una herencia. O quizás, estaban bajo el cuidado de la familia de un padre o la familia de una suegra o amigos o lo que fuera. Pero muchas viudas quedaban destituidas, privadas de todo. Y como dije, no había un empleo honorable disponible para las mujeres, porque las mujeres eran vistas como alguien que debía ser cuidado dentro del contexto de la familia y el hogar, sin cuidar de sí mismas fuera de ese contexto to El trato de esas mujeres, entonces, era un parteaguas, era una prueba para el amor de Cristo que nacía en los corazones de la comunidad cristiana, su virtud espiritual, la demostración de su devoción a Cristo podía ser vista en cómo cuidaban de personas que estaban desesperadamente en necesidad de ese cuidado.
Y podría añadir que esto ha sido parte de la vida de la Iglesia a lo largo de toda su historia. De hecho, el sistema de beneficencia social que tenemos en nuestro país en la actualidad y en otros países del mundo es un legado directo de la influencia cristiana. Los países, sin esa influencia cristiana, no tienen ese tipo de legado de cuidar de las viudas. El sistema de beneficencia social que satisface las necesidades de mujeres que han perdido a su marido mediante la deserción, muerte, divorcio, encarcelamiento, lo que sea, es un resultado del impacto directo del cristianismo en las raíces de esta nación. Aunque hay muchos en esta nación que quizás no quieran reconocer eso. Esto ha sido un reflejo del corazón compasivo de Dios hacia aquellos que están en necesidad.
Entonces, de lo que estamos hablando aquí, y tiene que entender esto, es que esas mujeres que han sido privadas de un marido, sea cual fuere la razón. La palabra entonces es honra. Eso es lo que debemos hacer por estas mujeres, honrarlas. ¿Qué significa eso? ¿Qué significa? Es el verbo timao, significa mostrar respeto, mostrar cuidado, dar apoyo, tratar con gracia. E incluye la idea de satisfacer las necesidades que sean financieramente. Y claro, de hecho, es darle un precio a algo en Mateo 27:9. Darle valor a algo y después, cuidar de eso a la luz de su valor. Y ciertamente, no hay nada de mayor valor que una hecha por Dios, que una mujer creyente. Y nada es más preciado para la Iglesia que una mujer creyente que está en necesidad desesperada de la Iglesia, del cuidado de la Iglesia.
La palabra honra significa apoyo financiero. Y le voy a mostrar cómo sabemos esto. Regrese a Mateo 15. En Mateo 15, Jesús es confrontado por los escribas y fariseos en el versículo 1. Y le dijeron: “¿por qué Tus discípulos violan la tradición de los ancianos?” Ahora, la tradición de los ancianos era una compilación entera de leyes y reglas que los judíos habían desarrollado que no eran bíblicas. Algunas de ellas, contradecían la Biblia. A todas se les habían añadido las Escrituras. Algunas de ellas en trataban de explicar la de una u otra manera. Pero eran adiciones a las Escrituras. Con mucha frecuencia, oscurecían. Y, de hecho, realmente, ya para cuando recolectaron todo eso, oscurecían la intención de las Escrituras. Pero habiendo creído por mucho tiempo que tenían el trabajo de guardar la ley de Dios, ellos comenzaron a colocar, por así decirlo, una especie de cerco. Y el cerco eran todas estas reglas, miles de miles de miles de miles de reglas e interpretaciones que pensaban que cercaban a la ley y la protegían de ser violada. Éstas se volvieron las tradiciones.
Una de esas tradiciones era que antes de que usted comiera, tenían que atravesar por un lavamiento ceremonial. No era salubridad, no tenía nada que ver con limpiarse las manos. Simplemente, tenía que ver con ceremonia religiosa. Entonces, había un lavamiento ceremonial y se alude al hecho de que algunos judíos creían que había un demonio llamado Shibtaw y que ese demonio vivía en las manos de la gente. Y si usted comía en una purificación religiosa, el demonio entraba en usted.
Entonces, para evitar el ser poseído por un demonio, usted atravesaba por una ceremonia de lavamiento de manos. Bueno, los discípulos de Jesús comieron sin haber atravesado por esa ceremonia. No era una ceremonia bíblica. No había nada en la Biblia acerca de esto. Era una tradición que habían inventado, entonces, la ignoraron. Entonces, los fariseos y los escribas vinieron a Jesús y le preguntaron: “¿por qué Tus discípulos violan la tradición de los ancianos y no realizan este lavamiento ceremonial para quitarse a Shibtaw de sus manos?”
Su respuesta fue: “¿por qué ustedes violan el mandamiento de Dios con su tradición?” Y después, les da una ilustración de cómo ellos estaban violando el mandamiento de Dios con su tradición. Y así es como lo hacían. Dicen: “el que dijera a su padre o a su madre, es un regalo o es Corban, refiriéndose a lo que pudieron haber recibido de mí, no honra a su padre ni a su madre.” Él dice en el versículo 6.
Ahora, ¿qué quiere decir con esto? Escuche, Éxodo 20:12, honra a tu padre y a tu madre, ¿verdad? Los diez mandamientos. Éxodo 20:12, honra a tu padre y a tu madre. ¿Qué significa eso? Para los judíos significaba darles dinero cuando lo necesitaban. Susténtalos, apóyalos, cuida de ellos. Pero aquí está lo que la tradición había inventado. Si tienes algo de dinero y dices ‘es una ofrenda, en Corban, está entregado a Dios, se lo prometí a Dios, se lo encomiendo a Dios, entonces, nunca puede ir a una persona menor.’ Hasta que pudieras quitar ese voto. Entonces, cuando los padres de alguien tenían una necesidad, en lugar de satisfacer esa necesidad, estos judíos impíos tomaban esta tradición y decían: ‘hombre, me encantaría dártelo, pero es Corban, ya se lo encomendé a Dios. Ciertamente, no se lo podría quitar a Dios y dártelo a ti.’ Era una manera de proteger su dinero, de dárselo a sus ancianos y mostraba la maldad de sus corazones. Mostraba que no tenía la intención absoluta de sustentar a sus padres.
Entonces, Él les está diciendo: “han desarrollado esta pequeña tradición llamada Corban mediante la cual violan el mandamiento de Dios de honrar a su padre y a su madre.” Lo que quiero que vean en esto es que Jesús dice al interpretar Éxodo 20:12 que honra significa darles dinero. Significa apoyo financiero. Y ellos no están dispuestos a hacerlo y entonces refugian su dinero con esta tradición necia y muestran, versículo 7, que son hipócritas. Hipócritas. Dicen que lo hacen para Dios y lo único que quieren hacer es retenerlo de sus padres.
Entonces, ahora de regreso a 1 Timoteo. Cuando Pablo dice ‘honra a las viudas’ usando la misma idea y realmente tomando el pensamiento de Éxodo 20:12 honrando a su madre, honrando a su padre, cuando él dice ‘honren a las viudas,’ él tiene en mente no sólo respeto y no sólo consideración, sino que también tiene en mente apoyo financiero. Eso básicamente significa que cuidaron de ti cuando eras joven, y cuidas de ellos cuando ellos tengan la necesidad en su edad avanzada. Entonces, honra a las viudas significa apoyarlos, no sólo con respecto, amabilidad y favor, sino con ayuda financiera.
Ahora, ¿cuáles son las viudas que debe ser apoyadas? Dice: ‘honra a las viudas que en verdad lo son,’ que son viudas reales. Viudas genuinas. Esa misma frase es mencionada en el versículo 5 de nuevo, viudas genuinas, viudas que en verdad lo son. Ahora, ¿qué significa eso? Verdaderamente privadas, verdaderamente solas, que verdaderamente no tengan recursos. No toda mujer está en esa situación. No toda mujer realmente está privada. Muchos maridos han dejado a sus esposas recursos maravillosos. Les han dejado un hogar, una cuenta de banco, una póliza de seguro, lo que sea para que no tengan necesidad y de esta manera, están cubiertas sus necesidades financieramente. En ese caso, no tenemos la responsabilidad financiera hacia una mujer. Eso no significa que no tengamos la responsabilidad en términos de asistencia espiritual, en términos de gracia, bondad, sea cual fuere el caso, en su necesidad. Sea cual fuere el cuidado que pueda necesitar en su vida personal, su vida espiritual o lo que sea.
Pero el punto es que el apoyo financiero debe ir para las viudas que son viudas reales, esto es que no tienen otra fuente de ingresos. Han perdido a su marido, están solas, como el versículo 5 usa la palabra, literalmente han sido dejadas totalmente solas y sin recursos. Esa es la idea. Y de nuevo, le reitero, y puede leer esta sección en Kittel, en donde él define esta palabra chera y señala de manera tan clara que esto significa cualquier mujer que ha perdido a su marido. Tenemos una responsabilidad si ella está sola y no tiene recurso alguno.
Ahora, en nuestra sociedad, como dije, afortunadamente debido al efecto del cristianismo, tenemos un sistema de beneficencia social, el cual, por cierto, continuamente es defraudado. No confiamos en él para las viudas cristianas que lo merecen. Necesitamos venir al lado de este sistema y este sistema puede cubrir hasta cierto punto quizás para la provisión de una viuda. Puede haber muchas otras necesidades y sé que en la vida de nuestra Iglesia estamos comprometidos con esto y continuamente estamos dispuestos a servir a esas viudas para quienes no hay suficiente para sustentar su vida. Para servirlas en algunas maneras que puedan hacer posible el que sus necesidades sean satisfechas.
Hay algunas viudas, por ejemplo, hay una viuda en nuestra Iglesia, una viuda en el sentido bíblico de la palabra chera cuyo marido fue enviado a la prisión por mucho tiempo. Treinta, cuarenta años. Ella está en el estado de ser una mujer privada y no tiene recursos. Grace Community Church está comprometida con ayudarla en toda manera posible. Y hemos estado haciendo eso y continuaremos haciendo eso debido a que de hecho es una mujer a quien se le ha robado el cuidado.
Hay mujeres en esta Iglesia desde el tiempo en el que no vine aquí, que de manera regular y mensualmente son apoyadas por esta Iglesia en su estado de viudez, porque eso estuvo en el corazón de los cristianos inclusive antes de que yo llegara aquí. Eso refleja el amor de Cristo en la vida de la Iglesia de Jesucristo. Hay viudas en esta Iglesia y quizás las tiene usted en su propio hogar que viven con sus hijos debido a que sus hijos están comprometidos con cuidar de ellas. Todas estas cosas reflejan el estándar bíblico. Algunas de ellas, parecen tan obvias, que quizás ni siquiera sabía que existía el estándar bíblico. Pero las viudas verdaderas deben ser apoyadas por el cuerpo de Cristo. La Iglesia, cuando están solas. Esta instrucción es muy básica e incluye la idea entera de honrar a su padre y a su madre y de cuidar de personas con la compasión de corazón de Dios, quien de manera excepcional se ve atraído hacia aquellos que están en esta situación.
Ahora, permítame tan sólo darle un comentario al margen en este punto para que pueda entender la situación de nuestra sociedad. Lo dije al principio del mensaje y lo volveré a decir con énfasis en el futuro. La carga de la Iglesia con respecto al cuidado de las mujeres que han perdido a sus maridos se va a incrementar. Estamos agradecidos por vivir en un país en donde hay un sistema que provee algo de dinero para esas personas. Es dinero que satisface necesidades básicas. Algunas veces, claro, la Iglesia tiene que venir al lado y asistirlas con otras cosas. Existen esas mujeres que desean, esas mujeres sin maridos, mujeres solas que se han divorciado, y demás que desean que sus hijos sean educados en un ambiente de educación cristiana. Esa es la razón por la que tenemos un fondo aquí, un fondo de becas para poder ayudar a esas personas que no pueden porque han perdido a su marido, para ayudarles a pagar a sus hijos para que sus hijos estén aquí. Y por eso, ese fondo está disponible. Hace un par de domingos atrás, una de esas madres cuyo marido no está dio testimonio del beneficio de este fondo de becas. La Iglesia viene a su lado para hacer lo que pueda por asegurarse de que las necesidades de esa viuda sean satisfechas.
Ahora, el obviamente, en todo caso individual, el evaluar lo que es necesario se vuelve un asunto que hay que analizar. Algunas mujeres, antes de que su marido partiera, solían vivir con $18,000 al año. Algunas de ellas estaban acostumbradas a vivir con $30,000 al año, algunas con $50,000, algunas con $70,000 al año, lo que sea. Y nosotros tenemos que evaluar con cuidado cuál es el estándar de vida que es necesario. No necesariamente el estándar de vida que es deseable. Pero tenemos que ser fieles con satisfacer las necesidades conforme pensamos que las necesidades son las correctas y justas y apropiadas en relación al número de hijos, el número de bocas que deben ser alimentadas, las demandas educativas, las necesidades de transporte en cualquier situación dada.
Pero quiero decirles, amados, que es mi compromiso y los ancianos lo platicamos el jueves por la noche, y también es el anhelo de ellos, que seremos obedientes a la Palabra de Dios en esta área, sin importar cuál sea el costo. Y realmente, creo en el futuro que lo que va a pasar es que se van a necesitar muchos dólares que vamos a tomar de programas que simplemente son programas opcionales para personas que no tienen necesidad y vamos a canalizar eso en programas que son vitales para satisfacer las necesidades básicas de la gente.
Y estaré contento cuando tengamos que hacer eso. Realmente, no quiero crear un tipo de situación excesivo para gente en términos del ministerio y la Iglesia hará bien en recortar muchos ministerios marginales si necesita usar el dinero en un presupuesto para satisfacer esta demanda básica y bíblica, para mostrar el corazón de Dios y su compasión hacia estas personas que están privadas. La Iglesia tiene la obligación y el privilegio de proveer para las viudas que en verdad lo son, que no tienen recursos. En donde hay recursos financieros, yo creo, todavía debemos acudir a su lado con aliento y amor y preocupación y apoyo en toda manera posible a nivel espiritual. Necesitamos prestar atención a eso.
Entonces, en primer lugar, es muy importante que entendamos que nuestra sociedad se está moviendo en una dirección que va a elevar el nivel de la responsabilidad de la Iglesia por mucho. Ahora, más adelante en este texto vamos a descubrir que las familias deben cuidar de los suyos en el versículo 4. Pero lo que estamos viendo hoy, y va a ser peor en el futuro, es la desintegración de la familia que está destruyendo de manera total ese apoyo.
¿Qué sucede, por ejemplo, cuando una mujer es criada en un hogar destruido? Quizás, su madre se ha casado dos veces, ella tiene un padre y un padrastro, lo cual no es raro en absoluto, pero algo común. Ella busca una carrera, quizás ella ya no se case hasta que tenga 26, 27, 28, 29 años y ya para entonces, ella ya trazó su vida. Ella se casa con alguien que ya ha trazado su propia vida. Se unen. Algo le pasa a él. Ella está ahí, ella ha tenido un trasfondo de carrera o algo así. Ella ha tenido una situación de familia bastante mala. Él muere. Ella se queda con dos pequeños niños en sus manos. Ella no puede regresar a su familia a un nivel íntimo porque no ha estado esa familia, ni siquiera ha habido una. Y la carga sobre la Iglesia es aún mayor.
Como puede ver, el precio que pagar por la desintegración de la familia es realmente monumental. Esas mujeres viudas, esas mujeres que pierden a sus maridos, que necesitan, como lo ilustra Génesis 38 regresar al hogar de la familia de una u otra manera. Sin embargo, con tanta frecuencia, eso no puede pasar o no sucederá debido a la desintegración de la familia. La tragedia en la desintegración de la familia es la pérdida del apoyo de la familia. Y hace que la carga sobre la Iglesia sea aún mayor.
Entonces, en primer lugar, la Iglesia tiene una obligación de apoyar a las viudas. El segundo punto, y simplemente vamos a presentarlo con un versículo, la obligación de la Iglesia de evaluar a aquellas viudas que necesitan apoyo. No es cuestión de que todo el mundo se forme y nada más lo vamos a regalar. Tenemos que evaluar. La Iglesia no puede apoyar de manera indiscriminada toda persona que busca ayuda. Tiene que haber ciertos criterios y eso lo vemos en los versículos 4 al 8. Sólo quiero presentar el versículo 4, creo que es tan interesante, tan importante.
“Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos,” ekgonos significa descendientes o nietos, no sobrinos. No muchas viudas en la iglesia tienen hijos y nietos. Es la responsabilidad de sus hijos y sus nietos de apoyar a esta viuda. Eso es lo que él está diciendo. Dice: “Aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.” Eso es lo que está diciendo. Dicen los hijos y los nietos primero aprendan a mostrar piedad en su familia. La palabra hogar, oikos, refiriéndose a familia. Dices que eres piadoso, entonces veámoslo en tu familia. Por cierto, el teatro en el cual el verdadero acto de piedad o impiedad es presentado es en la familia, el hogar, ¿verdad? Cuando usted viene a la iglesia, usted es lo que pensamos que usted es y usted es lo que usted quiere que pensemos que es. Pero la familia usted es lo que es. Usted es lo que es. No hay máscaras en la familia.
Entonces, si usted tiene hijos o nietos es su obligación, muestra un cuidado recíproco como parientes cercanos de cuidar por esa viuda. Esa es la responsabilidad de la familia. Y ahí, en el versículo 8 dice que si usted no hace eso es peor que un incrédulo. La familia tiene la primera responsabilidad de cuidar de las viudas antes de que se llegue a colocar en la lista de responsabilidad de la Iglesia. Comienza con su propia familia. Que ellos, en primer lugar, y eso es primero, eso es un adverbio de tiempo, prioridad. Lo primero. Antes de que usted haga cualquier otra cosa, es mostrar y practicar su piedad hacia su propia familia. ¿Y cómo práctica su piedad para con su propia familia? Al cuidar de aquellos que están en su familia que tienen necesidad.
Como un principio general, usted sabe que usted podría nada más predicar acerca de esto durante semanas. La familia es el contexto en donde la verdadera espiritualidad se revela. En el capítulo 3, por ejemplo, un anciano tenía que gobernar bien su propia casa y tener a sus hijos en sumisión con toda seriedad. Un diácono, versículo 12, tenía que tener a sus hijos y a su propia casa bajo control. El hogar es la plataforma de prueba de la piedad. Y él dice ‘si hay alguna viuda que tiene hijos o nietos, que practiquen ellos en primer lugar su piedad en la familia.’ Tienen una responsabilidad de cuidar de esa viuda. De esa mujer que ha perdido a su marido. Usted dice ser piadoso, usted dice estar reverente, no me diga a cuántos estudios asiste, no me digas cuánta teología conoce, en primer lugar, dígame cómo demuestra en su familia su propia piedad.
Veamos eso como un pensamiento general. Jóvenes, ustedes dicen que son piadosos y están creciendo y están estudiando la Biblia y asisten a estudios bíblicos y van al ministerio, está bien, pero primero, muéstrame tu relación con tus padres. Enséñame cómo tratas a tu mamá. Enséñame cómo tratas a tu padre. Hermanas, enséñenme cómo tratan a su hermano. Hermanos, enséñenme cómo tratan a su hermana y les voy a enseñar en dónde está su piedad. Madre, muéstrame cómo tratas a tus hijos. Padre, muéstrame cómo tratas a tu esposa y así continúa, ¿no es cierto? La familia es la plataforma de prueba. Y no me hable acerca de su piedad. Primero, muéstrela en su familia. En primer lugar, muestra su piedad en el hogar, en la casa antes de que dé un discurso acerca de ella en cualquier otro lugar.
He pensado que una de las cosas que debemos hacer en una solicitud de seminario es pedirle a la madre que escriba una carta de referencia, de recomendación. No creo que jamás hemos hecho eso, pero conforme lo pienso, creo que esa sería una gran idea. ¿Qué tipo de hijo es este joven? ¿Y cuáles son las evidencias de piedad que usted ha visto en el hogar? Así podríamos recortar un poco nuestras solicitudes, pero valdría la pena, porque ahí es donde la piedad se demuestra; es probada en el hogar. Específicamente, él dice en este caso, si alguna viuda tiene hijos o nietos, que en primer lugar demuestren su piedad en el hogar o la familia y devolver algo a sus padres. Esa es la frase. Devolver algo a sus padres. Usted tiene la obligación y yo también, si llegara el día en el que mi padre y mi madre, si fuera viuda o mis padres no pudieron sostenerse a sí mismos, sería mi gran privilegio, feliz de poder devolverles alguna pequeña porción del apoyo tremendo que me dieron, de traerme a este mundo y alimentarme y vestirme y darme casa y amarme y educarme y sustentarme y todas las cosas que hicieron por mí. El devolverles eso es algo pequeño con gratitud por todo lo que han hecho por mí. ¡Qué privilegio!
Y entonces, cuando llegamos a la responsabilidad básica, comienza en el hogar. Y quiero decirle que vamos a ver en el futuro a hijas y a madres, en algunos casos a hermanas y sobrinas y tía y demás que van a quedar privadas de su marido mediante el divorcio, deserción, encarcelamiento, muerte; y depende de nosotros como familias el demostrar nuestra piedad en el cuidado apropiado de esas mujeres, en primer lugar. Si no existe cuidado disponible para ellas o si la familia no está dispuesta a hacer eso, entonces la Iglesia entra y entonces, la mujer es una verdadera viuda en el sentido de que ella no tiene medio de apoyo, de sustento. Pero la línea inicial de responsabilidad le pertenece a la familia de esa mujer. Es su privilegio hacer eso ciertamente para una madre. Siempre me anima cuando encuentro y conozco hijos que están apoyando a su madre viuda. Eso es común en nuestra congregación. Muchos de ustedes. Conozco a varios de nuestros ancianos cuyas madres viudas viven con ellos. Eso es muy común. Crecí en un hogar en donde yo compartí mi habitación con mi abuela quien era viuda. No siempre me gustó eso, pero tampoco siempre tuve la perspectiva correcta. Pero eso es algo honorable y ese es el corazón de Dios, eso es compasivo y así debe ser.
Notará al final del versículo 4 que dice: “eso es aceptable delante de Dios,” en base al quinto mandamiento de Éxodo 20:12. Es aceptable para Dios cuando los hijos honran a sus padres. Y, como usted sabe, inclusive los paganos tienen este tipo de ley residual de Dios en sus corazones caídos, ¿no es cierto? Leyendo de la cultura griega, fue la ley griega del tiempo de Solón que los hijos y las hijas no sólo tenían la obligación moral, sino también legal de apoyar a sus padres. Cualquiera que se rehusaba a cumplir con ese deber, perdía sus derechos civiles. Esquines, el orador ateniense, dijo en uno de sus discursos “¿y a quién es que nuestro dador de la ley condenó a silencio en la asamblea del pueblo? ¿Y dónde es que él lo presenta claramente? Que se haga,” dice él, “un escrutinio de oradores públicos en caso de que haya un orador en la asamblea de la gente que golpea a su padre o madre o que descuide el mantenerlos o darles un hogar.” Fin de la cita. Demóstenes dijo: “yo considero al hombre que descuida a sus padres como un incrédulo en los dioses y alguien que odia a los dioses como también a los hombres.” Y Filo habló del hecho de que aún las aves de mayor edad cuidan de sus padres porque les enseñaron cómo volar. ¿Acaso los humanos deben hacer menos que eso?
Y tenemos una responsabilidad de cuidar de nuestros padres, especialmente aquellos que son viudos. Quiero cerrar con una ilustración. Génesis 45, tan sólo una mirada breve a un hombre llamado José. Pase ahí por un momento simplemente para tocar un par de principios de este relato. Génesis 45, usted se acuerda que hubo un hambre en la tierra de Canaán. José se ha convertido en el Primer Ministro de Egipto. Sus hermanos lo han vendido a la esclavitud, lo querían matar, lo querían sacar de sus vidas porque él era el favorito de su padre. Él sabe del hambre en su propia tierra y aquí está él como un hijo amoroso, queriendo ayudar a su padre, quien está en necesidad desesperada. Entonces, en el versículo 9 de Génesis 45, “Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas. Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes. Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.” Y entonces dice “estoy preocupado por ti, quiero que vengas aquí. Hay un hambre, te colocaré en Gosén. Te alimentaré. Te voy a cuidar durante los cinco años de hambre, voy a cuidar de ti como mi padre.”
Capítulo 46, versículo 16: “Todas las personas que vinieron con Jacob a Egipto, procedentes de sus lomos, sin las mujeres de los hijos de Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis. Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, dos personas. Todas las personas de la casa de Jacob, que entraron en Egipto, fueron setenta.” Aquí viene este grupo inmenso y vienen para ser cuidados por un hijo que quería honrar a su padre en su edad madura.
Capítulo 47, versículo 7: “También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón.” Él lo llevó a conocer al Presidente. Él no sólo cuido de sus necesidades financieras, sino que lo respeto y lo honró y lo llevó a una reunión privilegiada con el faraón.
Versículo 27 del mismo capítulo 47: “Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera. Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años…” Diecisiete años. Después, él le dice a su hijo: “voy a morir,” le da a su hijo instrucciones. En el capítulo 50, está la historia entera del funeral de Jacob, la cual fue la manera en la que José lo honró.
Ahora, el punto de todo eso es este. Aquí está una ilustración de un hombre que honró a sus padres en obediencia a la ley de Dios. Y eso es esencialmente lo que encontramos en este texto: versículo 3 da un mandato general a apoyar a las viudas. El versículo 4 nos lleva al hogar y dice que la responsabilidad de los hijos y los nietos cuidar de sus padres y abuelos de una manera que es honorable.
Y podemos extender eso al hecho de que deben cuidar de todas esas mujeres en necesidad especial dentro del rango de la familia. Y veremos eso desarrollándose en los versículos que quedan. Dios tiene mucho más que decirnos, esto es simplemente una introducción y estoy ansioso por ver cómo el Señor nos instruye de una manera que sea aplicable a la vida de nuestra Iglesia en el tema de ser obediente a esta área.
Bueno, vamos a dejar la siguiente para la próxima vez. Oremos juntos.
Padre, estamos de nuevo agradecidos en esta mañana porque hemos sido llevados por Tu Espíritu a la presencia misma del maestro de maestros del universo, Tú mismo. Y Tú nos has enseñado palabras de Tus propios labios mediante la pluma inspirada de Pablo. Y Tú has revelado Tu corazón compasivo hacia las viudas. Y el deseo que nosotros como iglesia las apoyemos cuando realmente están privadas, cuando están solas. Y Tú nos has recordado que en la familia demostramos nuestra piedad por la manera en la que tratamos a nuestros padres, por cómo les devolvemos algo a aquellos que nos han dado vida y sustento.
Ayúdanos Señor como individuos a vivir estos preceptos en nuestras propias familias y como iglesia, el tomar la causa de aquellas que son viudas verdaderamente sin recursos, sin familias que las apoyen y hacerlo con el gozo y el privilegio de representar Tu corazón a favor de ellas. Gracias por esta instrucción Señor y sabemos que hay mucho más que está por venir. Prepara nuestros corazones y a nuestra Iglesia para recibir y practicar aquello que tienes para nosotros. Oramos en el nombre de nuestro querido Salvador. Amén.
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