Estamos en medio de un estudio de la carta de Pablo a Tito. Tito, un hombre más joven que Pablo, ha recibido la tarea del ministerio en la isla de Creta. Se han establecido iglesias ahí, pero tienen grandes necesidades. Necesitan liderazgo espiritual. Ellos necesitan madurez espiritual en la congregación. Y entonces, Tito ha recibido la tarea de trabajar con ese fin en mente, como dice el versículo 5 del capítulo 1: “Para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad.”
Para fortalecer la mano de Tito, para alentarlo en la tarea, el apóstol Pablo le escribe esta carta. Y esta carta no sólo tiene a Tito en mente, sino también a las congregaciones, para que entiendan por qué Tito está haciendo lo que está haciendo. Si ha estado con nosotros, usted recordará que el capítulo 1 trata con el liderazgo de la Iglesia. Obviamente, la Iglesia tiene que estar en orden con respecto a sus líderes. Hay detalles presentados cuidadosamente para saber qué tipo de hombres y los deberes de aquellos hombres que deben ser los pastores y ancianos.
Al entrar, entonces, al capítulo 2, el enfoque cambia de los pastores a la congregación, de los ancianos al resto de la gente. Del liderazgo a los laicos. Y el capítulo 2 tiene que ver con la virtud de una Iglesia sana, la virtud de una Iglesia sana. Encontraremos aquí instrucciones muy específicas, muy directas, que se presentan a todo segmento de la Iglesia para que la Iglesia pueda ser saludable. Entonces, es una sección muy práctica de las Escrituras.
Y usted sabe, creo yo, como también yo sé, que el Señor está preocupado por la salud de su cuerpo, la Iglesia. Vivimos en una época en la que la gente está preocupada de manera fanática por sus cuerpos físicos y debemos entender que el Señor está mucho más preocupado por su cuerpo espiritual. Y eso es realmente lo que está detrás de este capítulo. El Señor se preocupa mucho porque la Iglesia sea lo que Él quiere que sea, Él se preocupa por la salud espiritual de la Iglesia.
Una nota que se repite y se encuentra en ese tema es el uso de la palabra “sana”, la palabra sana. La palabra ‘sana’ en griego, básicamente, nos da nuestra palabra higiene, significa saludable. Es usada nueve veces en las epístolas pastorales, esto es en 1 y 2 Timoteo y Tito. Y de esos nueve en la palabra ‘sana’, cinco veces aparece en Tito. Cinco veces Pablo dirige la atención de Tito y la nuestra a la necesidad de salud espiritual. Si algo es claro a partir de las epístolas pastorales y de Tito, es que el Señor está preocupado por la doctrina sana y la vida sana. Y están ligadas.
En el capítulo 1, por ejemplo, y en el versículo 9, habla acerca de doctrina sana y después, en el versículo 13, en vivirla al ser sano en la fe. En el capítulo 2, versículo 1, vuelve a hablar de la doctrina sana y vivir al ser sano en la fe. En el capítulo 2, versículo 7, él habla acerca de la pureza en la doctrina y de manera consecuente, en ser sanos en las palabras, versículo 8. Entonces, el tema no sólo a lo largo de Tito y 1 y 2 Timoteo, es la enseñanza de la doctrina sana y el llamado a vivir de manera sana, lo cual es consecuente. La doctrina sana, lo cual produce una vida sana. Eso es crucial.
Ahora, todo esto es presentado frente al trasfondo de doctrina no sana lo cual produce una vida no sana o de doctrina no saludable, lo cual produce un cristianismo no saludable. De manera repetida, en 1 y 2 Timoteo y aquí de nuevo en Tito, hay una preocupación con los falsos maestros. Los falsos maestros son señalados en el capítulo 1, usted recordará, en el versículo 10, como hombres rebeldes que hablan cosas vacías y como engañadores. Ellos, versículo 11, trastornan familias en enteras, enseñan cosas que no deben enseñar. Encontramos que se vuelven a mitos judíos, mandatos de hombres, que se desvían de la Verdad. Y en el versículo 16, dicen que conocen a Dios, dicen ellos, pero por sus obras lo niegan, siendo detestables, desobedientes y no sirven para ninguna buena obra. Aquí usted tiene a doctrina enferma lo cual resulta en una vida enferma.
En el capítulo 3, versículo 9, hay un recordatorio a evitar las controversias necias y genealogías y disputas y contiendas acerca de la ley, porque no sirven para nada, no son saludables. Entonces, cuando alguien enseña eso, rechácelo después de una primera y segunda amonestación, porque usted sabe que se ha pervertido y está pecando, habiéndose condenado a sí mismo. Siempre parece haber la presencia del error y su resultado en una vida no saludable. Entonces, lo vuelvo a decir, si hay algo claro acerca de las epístolas pastorales, y en particular Tito, es que Dios se preocupa porque Su Iglesia tenga enseñanza saludable y sea llamada a una aplicación saludable de esa enseñanza, una vida saludable. Si una Iglesia va a ser espiritualmente saludable, si va a ser sana, si va a disfrutar de fortaleza, de poder, de bienestar, debe tener palabras saludables, doctrina sana y debe ser llamada a una vida espiritual saludable.
Ahora, si usted ha estudiado la Biblia con nosotros durante algún tiempo, usted sabe que este tema surge y una, y otra, y otra y otra vez en las sagradas Escrituras. El apóstol Pablo, junto con resto de los apóstoles, quienes recibieron el Nuevo Testamento, estaban preocupados acerca de la doctrina saludable y la vida saludable. En este capítulo práctico, digo realmente un capítulo práctico, vamos a ver áreas específicas de la vida cristiana saludable. Vamos a ver a una congregación piadosa y cómo una congregación piadosa opera. Vamos a hablar de los ancianos y ancianas, mujeres jóvenes, hombres jóvenes y aquellos que trabajan como empleados, aquí llamados esclavos. Y vamos a hablar acerca de lo que Dios dice acerca de todos nosotros, cada uno en nuestra propia categoría, qué es lo que debemos estar haciendo. El Espíritu Santo prescribe en este capítulo una serie de mandatos, mandatos obligatorios para que toda congregación los obedezca y sea espiritualmente saludable. Y podría añadir como comentario al pie de página, algunos de ellos no van a ser populares, porque son opuestos a la manera de pensar contemporánea, pero son la Palabra de Dios. Y es la tarea de Tito y la mía y de cualquier otro líder espiritual, asegurarse de que la Iglesia rinda cuentas para vivir una vida saludable a la luz de la doctrina sana.
Ahora, el capítulo es muy directo, es muy claro, es muy fuerte. Los versículos de apertura y de cierre del capítulo son muy importantes para que nosotros los entendamos, porque en el versículo de apertura y de cierre, Dios demanda que aquellos que están en Su Iglesia sigan estos patrones. Sigan estos mandatos. Veamos el versículo 1 para comenzar: “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.” Literalmente en el griego dice: ‘pero tú’. Y esto es en contraste a los que acaba de describir en el versículo 16, aquellos engañadores vacíos, rebeldes, esos falsos maestros que son abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra. ¿Por qué? Porque enseñan cosas que no deben enseñar. Ellos enseñan mentiras engañosas. Ellos están enredados en mitos y en mandatos de hombres; y se desvían de la Verdad. En contraste a eso, “pero tú, Tito, en contraste a toda la enseñanza falsa no saludable que viene de estos falsos maestros, tú, habla a las cosas que son apropiadas para la doctrina sana. Debes estar comprometido con la salud de la Iglesia.”
Hay mucho que enseñan el error y plagan a la Iglesia con debilidad y enfermedad como resultado. La pestilencia del pecado es el resultado de sus palabras inútiles. Dice en el versículo 16 que son reprobados en cuanto a toda buena obra. Ellos no traen beneficio a la Iglesia, son adokimos es la palabra, son probados y hallados inútiles. La palabra adokimos era usada en un edificio. Cuando una piedra no era apropiada para ser colocada en el edificio, cuando tenía alguna falla seria, escribían una letra A sobre ella, una para adokimos y la hacían a un lado, para que nadie la volviera a recoger y la usara. Estas personas son inútiles. “Tú, por otro lado, Tito, necesitas ser útil y de valor a la iglesia porque hablas las cosas que están de acuerdo, que son apropiadas para la doctrina sana.”
Cualquier pastor, cualquier líder de la Iglesia ciertamente, es llamado a esta responsabilidad. Ahora, permítame explicar de manera clara lo que él está diciendo. Él no está diciendo ‘habla doctrina sana’. Eso ya ha sido cubierto, básicamente versículo 9 del capítulo 1 en donde los líderes de la iglesia son instruidos a aferrarse a palabra fiel y exhortar con doctrina sana. Lo que él ahora está diciendo es que ‘debes hablar las cosas que están asociadas de manera apropiada con la doctrina sana; esto es esas cosas que se presentan en el asunto de la vida diaria. Enseña los requisitos prácticos para la vida diaria que son apropiados para la doctrina verdadera. No nada más puedes llenar la cabeza de la gente con teología. Debes ser verdaderamente útil al enseñar la conducta requerida que es coherente con la doctrina sana. Enseñanza saludable, sí. Y después, instrucción acerca de vida saludable. No nada más puedes enseñarla sin forzar la aplicación, hasta cierto punto.’
Ahora, hay varios términos clave en esa afirmación en el versículo 1 que podrían ayudarnos. El primero es la palabra ‘habla’, del verbo griego laleō que significa hablar. No es la palabra kerusso, predicar. No es la palabra didaskaleo, enseñar. Es simplemente hablar. Y es un tiempo presente. Simplemente, continúa hablando acerca de las cosas que son apropiadas como asociados de la doctrina saludable. Continúa hablando del tipo de conducta que encaja con la Verdad. Y él está diciendo: “mantente en ese camino, no cedas ante de ningún tipo de hostilidad. No te intimides, no lo suavices, no te desvíes, sin importar qué resistencia puedas sentir.” Así como le dijo a Timoteo en el capítulo previo, en 2 Timoteo 4, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” Pero continua predicando, redarguye, reprende y exhorta y hazlo de manera paciente y hazlo con instrucción cuidadosa. Obviamente, habrá resistencia a estos llamados para una vida santa, pero no debes hacer algo diferente. Continúa hablando de estas cosas.
Y la idea ahí, como dije, no es tanto la predicación y no es tanto enseñar en la función formal como lo es en la conversación normal de la vida. Ahora, usted está hablando de labor pastoral. Oh, claro que hay un componente de eso en la predicación y la enseñanza, pero se reduce al púlpito. Ayuda a la gente a ver la verdad cara a cara, ayúdalas a aplicarla en sus vidas. Y lo que les está diciendo es que son esas cosas que son apropiadas. La palabra prepō es usada aquí. Básicamente significa apropiado o atractivo. Diles las cosas que necesitan ser, que encajan con la doctrina que creen. Llama a la conducta, llama a la acción. Llama a la vida que está en acuerdo total con la Verdad. Y obviamente, cualquier estudiante de la Biblia sabe que nunca divorcia la doctrina del deber. Cuando Pablo llega a Romanos, capítulo 12, dice: “Así que os ruego, hermanos, por las misericordia de Dios” y después, entra a hablar de un sacrificio vivo y durante varios capítulos habla del deber cristiano, él está en los primeros 11 capítulos, construyendo, “por lo tanto, debido a que todas estas misericordias de Dios son verdad, todas estas misericordias que Dios le ha dado a usted en la salvación son verdad, por lo tanto, viva así.”
Conforme Pablo escribe a los efesios, después de tres capítulos de doctrina, él simplemente dice: “ahora los voy a exhortar por tanto a andar como es digno de la vocación con que habéis sido llamados”. Ese es el llamado. Así es como viven. En Colosenses, capítulo 3, después de dos capítulos de doctrina, él dice: “Ahora que han sido resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba. Así es como deben vivir su vida.” En Filipenses, después de tres capítulos de enfrentar asuntos doctrinales, él dice: “por tanto los insto a vivir de esta manera” y él atraviesa por el capítulo 4 con una lista de conducta requerida. Esto es básico. Esto es absolutamente central. El Señor quiere que las iglesias conozcan Su Verdad y que la vivan. De hecho, ¿qué otro valor tiene la Verdad sino es vivida? Él quiere a una virgen casta, Él quiere a una novia pura, Él quiere a una Iglesia santa. De hecho, en 1 Pedro 1:16, es simplemente claro qué tan santos debemos ser: sed santos porque Yo soy santo. Sed santos en toda vuestra manera de vivir, así como aquel que os llamó es Santo. Quiero que sean tan santos como Yo soy.
Entonces, la vida santa es apropiada. La vida santa es algo apto. La vida santa es algo inseparable de la sana doctrina. Ése es el punto. Entonces, somos llamados como aquellos que guiamos a la iglesia, a enseñarles a ustedes la doctrina saludable y a llamarles a una vida saludable. En nuestro país, no se permite vender la carne que está echada a perder. Tenemos agencias en el gobierno que inspeccionan la carne y la prueban, porque la carne que está echada a perder puede hacer que usted se enferme. Inclusive, puede matar. Y también, así es con la enseñanza que está echada a perder. La enseñanza que está echada a perder puede hacer que la gente se enferme y es mortal. Pero por otro lado, inclusive la carne buena, cuando es comida en proporciones equivocadas o en desequilibrio o de manera excesiva, puede producir enfermedad también. Debe ser aplicada en la vida y debe haber ejercicio y de esta manera, usted aprovecha su beneficio. Y así es con la enseñanza saludable. La enseñanza sana, saludable, debe ser seguida por el llamado a vivir de manera saludable.
En los últimos días, he tenido la oportunidad de tener comunidad con Jacob Dukonchinko, quien es el patriarca espiritual de la Iglesia en lo que era la Unión Soviética y de manera específica guía a la Iglesia en Ucrania, ahí hay alrededor de 1500 iglesias. Y le dije, conforme nos reunimos en mi oficina el viernes, “A lo largo de los 70 años de gobierno comunista en las iglesias de la Unión Soviética que están involucradas, ¿ha tenido enseñanza falsa, error?” y él contestó que sí. “Estuvieron asociadas con nosotros durante un tiempo y después, hubo una división.” Y creo que él dijo que se separaron unas 350 iglesias. Yo le pregunté cuántas iglesias había ahora que estaban involucradas en algún tipo de falsa doctrina. Y él contestó que cerca de unas 500. Y le pregunté cómo comenzó eso. Y él dijo “bueno, hubo un hombre, no vas a querer oír esto, quien vino de Estados Unidos en los años 1920 y comenzó a enseñar doctrina falsa; y en esos primeros años, tratamos de enfrentarla y continuamos enfrentándola, pero finalmente, hubo una división en la Iglesia. Y ahora hay unas 500 iglesias.”
Usted entiende, ¿no es cierto?, que el error es una enfermedad contagiosa. Es muy difícil de quitar. Algunas veces, piensa que está lidiando con un virus del sida espiritual, simplemente no puede encontrar nada con qué eliminarlo. La enseñanza sana por lo tanto es la prioridad. Pero debe ser seguida con un llamado a la vida sana. Y eso es lo que el versículo 1 está diciendo: “continuamente, en toda conversación, todo el tiempo, debes estar llamando a tu congregación al tipo de vida santa que es apropiado para la verdad”. La implicación del versículo es que los maestros de la verdad que llaman a su congregación a la vida santa deben ser agresivos e incansables. Digo, los falsos maestros así son. Y deben mantener cierto dogmatismo bíblico, cierto tono demandante fuerte que debe acompañar a sus mandatos.
Y entonces, la instrucción que va a venir en este segundo capítulo es presentado en una luz muy fuerte por el versículo 1. Es obligatorio para nosotros. Después, vea el versículo 15. Observe cómo cierra el capítulo. Este es el corchete que cierra el capítulo. Él dice: “Esto,” las cosas que acaba de decir, “habla y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.” En el versículo 1, él dijo “habla estas cosas”. Y aquí de nuevo, en el versículo 15, usando exactamente el mismo verbo, él dice otra vez “habla estas cosas”. Él le recuerda otra vez ‘dilo, quizás no sea popular, quizás no sea aceptado por todo el mundo, puede haber discusión acerca de esto. Puede haber algunas personas que lo olviden. Quizás no siempre esté fresco en sus mentes como debería estarlo, pero tú, de manera continua, incansable, habla de esto.’ Como la gran verdad de Deuteronomio capítulo 6: “Habla de ello cuanto te sientes, cuando te levantes, cuando te acuestes, cuando vayas por el camino. Que esté en tus labios todo el tiempo.” Y no sólo en ese sentido general, sino después él dice y exhorta. Esa es una nota positiva. “Acércate a la gente, colócate a su lado, ínstalos, aliéntalos, motívalos, amonéstalos de una manera positiva. Por favor, necesitas hacer esto. Tiene que venir junto a ellos en esta área. Debes obedecer este mandato. Éste es el estándar. Así es como debe vivir.
Y después, está un negativo. Cuando ellos no lo hacen, él dice ‘repréndelos’. Ese es el enfoque negativo. Repréndelos. La palabra tiene la idea de confrontar a alguien cara a cara con el propósito de convencerlos de su pecado.
Entonces, tienes una responsabilidad, le dice a Tito y a cualquier otro líder espiritual, y eso es ‘debes, de manera continua, en toda conversación, sea en el púlpito o allí abajo en el medio de tu compensación congregación, sea en el foro público o en la conversación privada, sea en la Iglesia o en el hogar, siempre debes estar hablando de estos estándares de vida santa los cuales son los socios de la sana doctrina. Y necesitas hablar de ellos de manera constante y necesitas estar al lado de la gente para alentarlos a obedecer. Y cuando no hacen eso, necesitas reprenderlos.’
Y él dice en el versículo 15, al final de la primera oración, hazlo con toda autoridad. ¿Y cuál es esa autoridad? ¿Es la autoridad de tu posición? No. ¿Es la autoridad de tus socios, de la gente con la que te asocias? No. Es la autoridad de la Palabra de Dios. No fue que Tito obtuvo esta autoridad al estar simplemente relacionado con Pablo. Fue que Tito obtuvo esta autoridad porque a Tito, a través de Pablo, le llegó la Palabra de Dios. Por cierto, la palabra epitagē, autoridad, esa es la palabra autorizada por Pablo en el Nuevo Testamento siempre en el sentido de un mandato divino. “Puedes hablar estas cosas como mandatos divinos.” Lo que va a oír en el capítulo 2 es una serie de mandatos divinos. Después, él añade: ‘Ninguno te menosprecie’. Y eso es ciertamente para que lo oigan las congregaciones. Más vale que no menosprecien lo que Tito está diciendo. Las Escrituras no son un libro de sugerencias. No es un libro de principios opcionales. Es un libro de mandatos. Las Escrituras en el Salmo 19:8 son llamadas “el mandamiento de Jehová”. En Mateo 7 y en Marcos 1 y en Lucas 4 se registra que cuando ellos oyeron a Jesús hablar, dijeron: “él habla como uno que tiene autoridad.” En Mateo 28, versículos 19 y 20, él dijo “id por todo el mundo y haced discípulos bautizándolos y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y he aquí, Yo estoy con vosotros todos los días.”
Entonces, esa pequeña advertencia al final, nadie te menosprecie, es realmente una advertencia a cualquier persona que pueda decidir que van a tratar de resistir lo que Tito manda con la autoridad de las Escrituras. Él está diciendo ‘Tito, no retrocedas’. Él le dijo a Timoteo esencialmente lo mismo, que nadie, ninguno tenga en poco tu juventud, no dejes que nadie luche contigo por lo que dices debido al hecho de que eres joven. Continúa siendo un ejemplo y estas cosas, le dijo a Timoteo, manda y enseña. Sé fiel. No retrocedas.
La palabra menosprecie es una palabra algo curiosa en el idioma griego. Es una de esas palabras compuestas en donde usted tiene una preposición que se coloca delante de la palabra. Phroneō es el verbo. Básicamente significa “pensar”; tiene que ver con el cerebro. Periphroneō- peri, usamos la palabra perímetro. Significa la circunferencia, la parte de afuera de algo. Y la palabra pensar alrededor de algo es simplemente la palabra usada aquí para menospreciar. Literalmente, darte la vuelta, tratar de justificar lo que dices, tratar de darte excusas, no dejes que nadie haga eso. No dejes que nadie evada estos mandatos.
Algunos de estos mandatos son bastante directos. Como las ancianas, no deben ser chismosas. Las jóvenes, deben guardar la casa. Los jóvenes deben ser sensatos. Es difícil para un joven ser sensato. Ellos quieren ser frívolos. Todo este tipo de mandatos, la gente dirá ‘bueno, esto y aquello. Tú no entiendes.’ No dejes que te den la vuelta. No dejes que adopten una actitud evasiva, justificando o racionalizando. De hecho, él quizás les pudo haber recordado de las palabras de Jesús en esa afirmación profunda en Lucas capítulo 10, versículo 16, en donde Jesús dice lo que yo creo que es una afirmación simplemente poderosa: “El que los escucha a ustedes, me escucha a Mí. El que los rechaza, me rechaza Mí. Y el que me rechaza a Mí, rechaza al que me envió.” ¿Qué significa eso? Jesús está diciendo ‘Si los escuchan a ustedes, Mis apóstoles, entonces por los están escuchándome a Mí. Si los rechazan a ustedes, están rechazándome a Mí. Si me rechazan a Mí, están rechazando al Padre que me envió.’
El punto es este: cuando alguien habla en nombre de Dios, cuando alguien habla la verdad de Dios, la Palabra de Dios y usted rechaza, usted rechaza a Dios. No dejes que hagan eso. Entonces, nuestro Señor quiere una iglesia saludable, una Iglesia a quien se le enseña doctrina saludable y es llamada a conducta espiritual saludable. Y él le da a Tito y a otros pastores y líderes en la Iglesia la autoridad de seguir hablando e inclusive de exhortar y reprender si es necesario, y debe hacerlo de manera coherente con la autoridad de las Escrituras y no ser menospreciado.
Él quiere una Iglesia pura. Él quiere una virgen casta. Él quiere una novia santa, sin mancha.
¿Qué hace entonces que una Iglesia sea saludable? Vida santa, el fruto de doctrina saludable. No puedo enfatizar esto lo suficiente, porque hay tantas alternativas que se ofrecen en la actualidad al edificar una iglesia. Lo que el Señor quiere no tiene nada que ver con el tamaño de una Iglesia, lo que Él quiere tiene que ver con la virtud de una Iglesia. Como lo he dicho a lo largo de los años, mi trabajo es concentrarme en la profundidad espiritual de la Iglesia y dejar que Dios se encargue de su amplitud. El tamaño no me importa. La virtud, sí. Y lo que hace que una Iglesia sea saludable no es cuántos programas tiene o cuánto dinero tiene o qué tan grande es, lo que hace que una Iglesia sea saludable es la virtud santa. Y sin embargo, es raro que inclusive se haya sugerido eso en la actualidad, en el área de crecimiento de la Iglesia. Y entonces, es simplemente importante entender que el Señor está preocupado por la calidad de una Iglesia, no por su tamaño. El tamaño está ligado a Su propio propósito soberano. Y el tamaño, voy a dar un paso más hacia adelante y decir que está directamente relacionado con la virtud de la misma. Continuamente se nos dice que si queremos edificar la Iglesia, tenemos que inventar una técnica, una estrategia, ser inteligentes en términos de mercadotecnia, etcétera, etcétera, etcétera. Eso no le preocupa el Señor. Lo que le preocupa al Señor en la virtud de la Iglesia, la piedad.
Ahora, antes de que veamos específicamente el flujo del capítulo y los mandatos específicos que están aquí, hay otro elemento clave que debe ser reconocido en este capítulo y le da a usted el sentimiento de este capítulo de manera poderosa. Los mandamientos que son dados aquí y los estándares para la conducta que se presentan aquí son demandados. Y es verdad que si usted los obedece y yo los obedezco, seremos bendecidos. Pero eso nunca es señalado en el capítulo. Eso es simplemente un punto que se da por sentado. Sabemos eso. Sabemos que la obediencia trae bendición. Ciertamente, vimos eso en el Salmo que leímos en esta mañana, el Salmo 18. Eso se da por sentado. Eso se da por sentado. El punto aquí no es el efecto de nuestra santidad en nosotros; el punto aquí es el efecto de nuestra santidad en otros. Ése es el punto. Por todo lo que la virtud hace por mí, el punto aquí contundente, motivador es lo que hace para alguien más. La obediencia, los requisitos a este capítulo son esenciales, señala Pablo, no sólo por su propia causa, lo cual es un punto que se da por sentado para usted, para que usted entonces pueda conocer la bendición y el gozo de una vida cristiana, sino porque tiene un efecto tan poderoso en otros.
Ahora, eso es afirmado en tres cláusulas de propósito en el capítulo. Una está en el capítulo 5, la segunda está en el versículo 8 y la tercera, está en el versículo 10. Y son potentes. Veamos el versículo 5. Todo este asunto de la conducta al final del versículo 5 es para que o con el propósito de que la Palabra de Dios no sea deshonrada. No sea blasfemada. Eso es todo. El primer punto de motivación aquí es la honra de la Palabra de Dios. Ahí atrás, en 1 Timoteo 5:14, las viudas más jóvenes son instruidas a volverse a casar y a tener hijos y guardar la casa. ¿Por qué? Para “no dar al enemigo ocasión de maledicencia, porque algunas ya se han vuelto en pos de Satanás.” En otras palabras, el modo en el que usted viva va a impactar en cómo la gente vea al cristianismo y hace que el cristianismo sea atractivo o los repele y los apunta al camino de Satanás. “La Palabra de Dios,” dice él, “no debe ser deshonrada.” Eso es lo que produce la vida santa. La palabra aquí es realmente la palabra para que no sea blasfemada, al final del versículo 5, menospreciada, rechazada, tratada como una mentira, objeto de burla, ignorada. En otras palabras, la manera en la que usted vive va a determinar de manera directa cómo la gente ve la Palabra de Dios. Es sorprendente. Una esposa cristiana que no es lo que debe saber, un joven cristiano que no es lo que debe ser, un anciano cristiano que no es lo que debe ser, una anciana cristiana que no es lo que ella debe ser, va a dar ocasión para que la gente blasfeme la Palabra de Dios.
Como puede ver, el mundo no nos juzga por nuestra teología, el mundo nos juzga por nuestra conducta, ¿verdad? Y ellos juzgan la validez de las Escrituras por nuestra conducta. Ellos juzgan si las Escrituras realmente son verdad y son poderosas y transforman la vida por el hecho de que si realmente cambian nuestras vidas.
Recuerdo a Sam Ericsson contándome que hace unos años atrás, él había invitado a un abogado - estaba trabajando para un despacho de abogados en Los Ángeles – y él invitó a un abogado a que viniera la Iglesia y él dijo: ‘queremos que vengas porque nuestra Iglesia enseña la Biblia y tenemos un pastor que enseña la Biblia y creo que te gustará.’ Y él preguntó qué Iglesia era. Y Sam dijo: ‘Grace Community Church’. Y él dijo: ‘Ja, yo no voy a ninguna Iglesia, pero estoy seguro que no voy a ir a esa iglesia, porque el abogado más deshonesto esto que conozco en la ciudad va ahí.’ Y se acabó la discusión. La palabra de Dios fue blasfemada en la vida de ese hombre y como consecuencia, este hombre le dio la espalda a la Verdad. Mencioné eso, por cierto, el siguiente domingo en nuestra congregación, sin nombrar al abogado y creo que 25 abogados se arrepintieron. Pero esa es una ilustración simple de lo que sucede cuando usted no vive la vida, usted da ocasión a que se menosprecie la Verdad. Si es una Verdad que cambia la vida, entonces debería cambiar su vida. ¿Por qué la gente va a creer en una Verdad que cambia la vida si su vida no es cambiada?
Un marido incrédulo, otro miembro de familia que quizás pueda rechazar el Evangelio y burlarse de la Biblia, porque una esposa cristiana no hace lo que Dios la ha llamado a hacer y la ha capacitado a hacer. William Kelly traduce esta pequeña frase “para que la Palabra de Dios no sufra escándalo”. Escuche, el mundo va a juzgar la validez del Evangelio, el cual ciertamente es inherente en el término “la Palabra de Dios”. Van a juzgar la palabra del Evangelio por la virtud de la gente que cree en él y lo profesa y dice que es transformada por él.
Como puede ver, esa es la razón por la que es tan devastador cuando algunos evangelistas bien conocidos son atrapados en tipos de pecado terribles y en inmoralidad y el mundo simplemente dice “Oh, el poder transformador de la Biblia que predican, ¿verdad? Enséñame la transformación. Como dijo el filósofo alemán Heine hace años atrás “Muéstrame tu vida redimida y quizás me incline a creer en tu Redentor.” La credibilidad del Evangelio cristiano está ligada a la integridad de la vida de aquellos que lo profesan. El impacto de las vidas de los hombres y mujeres que llevan el Nombre del Señor es vital para la credibilidad de la fe y la eficacia del testimonio personal en la predicación y se vuelve un factor determinante en que alguien se vuelva y venga al cristianismo o se aleje y siga el camino de Satanás.
Hay algunas ilustraciones vívidas de esto, quizás ninguna más vívida que la historia de David, en 2 Samuel 12 quien fue confrontado por Natán, confrontado debido a su pecado con Betsabé. Y después, el homicidio consecuente de su marido. David había pecado de lujuria, pecó cometiendo adulterio, pecó al tramar el homicidio del marido de su amante. Y él es confrontado por Natán en el capítulo 12 de 2 Samuel; y es un relato increíble. No lo voy a leer todo, pero llegando al versículo 13, David dijo Natán “he pecado contra el Señor”. David aquí está confesando de manera honesta. “Y Natán le dijo a David el Señor también ha quitado tu pecado. No morirás.” Ahí está el perdón para el creyente que peca. ¿Muy bien? Queremos que esto del perdón quede claro. “No obstante, debido a que por este acto has dado a ocasión a que los enemigos del Señor blasfemen, el niño que te nacerá, ciertamente morirá. Dios perdonará tu pecado, pero tu pecado ha hecho que los gentiles, los paganos, los incrédulos blasfemen a Dios.”
¿Qué cree que el mundo piensa cuando ven a los cristianos, cristianos prominentes, bien conocidos y leen acerca de ellos en el periódicos como adúlteros y fornicarios y lo que sea? ¿Qué hacen? Blasfeman al Señor. Blasfeman la Palabra de Dios al menospreciar Su poder, al burlarse de eso.
Cuando en Romanos usted tiene otra afirmación poderosa, trágica, pero poderosa afirmación con respecto a Israel cuando dice en Romanos 2:24: “Porque el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.” Bueno, eso fue lo opuesto de lo que deberían hacer. Fueron una nación llamada por Dios para ser un testigo para que el Nombre de Dios fuera glorificado. Pero debido a sus crímenes y a su pecado, el nombre de Dios fue contaminado. Esa es una cita, por cierto, de Isaías 52:5, en donde Isaías dice: “Y Mi Nombre continuamente, diariamente es blasfemado por causa de vosotros.”
En Ezequiel 36 hay un texto igualmente incisivo. Está en el versículo 17, un lugar en donde comenzar: Dios le dice a Ezequiel: “Hijo de hombre, mientras la casa de Israel moraba en su tierra, la contaminó con sus caminos y con sus obras; como inmundicia de menstruosa fue su camino delante de mí. Y derramé Mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos la contaminaron. Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras les juzgué. Y cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron Mi santo Nombre, diciéndose de ellos: Estos son pueblo de Jehová…” ¿Entiende lo que está pasando? Fue lo suficientemente malo cuando ellos fueron malos en la tierra, pero cuando fueron esparcidos por todos lados, contaminaron el Nombre de Dios por el modo en el que se condujeron y el comentario de las naciones fue: “Miren, este es el pueblo del Señor, pueden ver qué tipo de Dios es. Él es inmoral o impotente. O Él no hace nada acerca de esto o no puede”; y Su Nombre fue deshonrado.
Debido a los pecados de Israel, sus crímenes fueron atribuidos a influencia o a la impotencia de su deidad, su Dios, de modo que los paganos estaban viendo a Dios con perspectivas blasfemas. Como puede ver, esa es la razón por la que Jesús dijo: “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16). Ése es el motivo por el que Pablo escribió en 2 Corintios 3:2 y 3: “Ustedes son nuestra epístola, nuestra carta acerca de Cristo, conocida y leída por todos los hombres”. Ustedes son el Evangelio que ven, ustedes son los que hacen que la Palabra de Dios sea creíble o increíble.
Entonces, cuando Pablo le dice a Tito ‘estos son los estándares, los ancianos deben vivir así, las ancianas deben vivir así, las mujeres jóvenes así, los hombres jóvenes así y todos los que trabajan así, esta es la razón: porque si no viven vidas santas, entonces la Palabra de Dios será objeto de burla o menosprecio. O deshonra. Y eso constituye una forma de blasfemia.’ ¿Puede ver cuánto está en juego en la manera en la que usted vive? No es tan sólo por su beneficio. Tenemos que el cristianismo vaya más allá de eso, porque estamos ahí en este momento. ¿Qué es lo que el cristianismo puede hacer por mí? Y la pregunta es ¿qué es lo que su tipo de cristianismo puede hacer por el resto de la gente? Ése es el punto.
Ahora, quiero que observe el versículo 8, ahí hay una segunda cláusula de propósito que nos da el corazón de lo que Pablo está diciendo, el versículo 8 hacia el final: “Para que el adversario sea avergonzado.” La palabra griega escrita que realmente significa ‘sonrojarse porque está tan apenado’. No teniendo nada que decir acerca de nosotros. Ahí está el punto nuevamente. El punto es: mire, están examinándonos y queremos vivir de tal manera que esos adversarios de la fe se sonrojen por mera vergüenza porque simplemente no hay crítica. ¿No cree usted que a los oponentes, a los adversarios del cristianismo les encanta cuando los cristianos escandalizan la fe? ¿No les encanta tomar una revista o periódico y leer acerca de la fornicación y el adulterio y la irresponsabilidad fiscal y el robo y todo el engaño que se lleva a cabo en los farsantes del cristianismo y todo el pecado y la iniquidad en el liderazgo? ¡Claro que sí!
Y le voy a decir algo más, las personas en su pequeño mundo, aquellos que niegan al Señor, que no conocen a Cristo, que en este punto no han llegado a fe en Él, a ellos les encantaría ver que usted fracasara de manera significativa, para que simplemente pudieran justificar su incredulidad. Ellos no quieren ver que Dios transforme su vida y después, que usted los reprenda. Pero eso es exactamente lo que usted debe hacer, usted debe hacer que se sientan avergonzados, usted debe hacer que se sientan sonrojados cuando critican, porque no pueden encontrar qué criticar.
Como puede ver, el punto aquí es el evangelismo. Y de nuevo, lo vuelvo a decir, simplemente para colocarlo en un contexto, la estrategia apropiada para evangelizar no es metodológica, no es algún tipo de estrategia, no es algún tipo de técnica de mercadotecnia. La manera en la que alcanzamos al mundo es mediante virtud, santidad, piedad, pureza de vida que hace que nuestra fe sea creíble, que hace que la Palabra de Dios sea creíble.
Pedro, viendo el mismo punto, escribió palabras que son apropiadas para el mismo pensamiento, 1 Pedro 2:11: “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma.” No se enreden en ellos. ¿Por qué?, “manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.” ¿Sabe lo que eso significa? ¿Cómo puede usted glorificar a Dios en el día de la visitación? “El día de la visitación” es el momento en el que Él visita, cuando Él viene. ¿Cómo puede usted glorificar a Dios en ese día? Al recibirlo. Usted sólo puede recibirlo si ha llegado a conocerlo. Eso es exactamente lo que Pedro está diciendo. Que vean su vida y mientras que por un lado vienen a criticar, que su conducta sea tan excelente que su crítica se convierta en curiosidad; y su curiosidad se conviertan conversión y ahí se encuentren con el Señor cuando Él venga. Usted lleva a la gente a credibilidad del cristianismo y a la conversión por la virtud de su vida. Entonces, manténganse alejados de deseos carnales y que su conducta sea excelente.
Entonces, el punto aquí en el capítulo 2 nuevamente es la estrategia evangelística de la Iglesia. Alcanzamos al mundo mediante santidad, no mediante técnica.
Y después, hay un tercer texto, versículo 10. Una tercera cláusula de propósito al final del versículo 10, “para que en todo adorne la doctrina de Dios nuestro Salvador.” Eso pasa de un tono más negativo en los primeros dos a uno positivo. Primero en el versículo 5, él dice queremos asegurarnos que la Palabra de Dios no sea blasfemada. En segundo lugar, en el versículo 8, queremos asegurarnos que alguien que se opone al cristianismo tenga su boca cerrada y se quede ahí en vergüenza absoluta, en pena absoluta, porque no hay nada malo que decir acerca de los cristianos. Y aquí, él dice, en el lado positivo en el versículo 10, “queremos adornar la doctrina de Dios nuestro Salvador en toda área.” Este es un punto tan poderoso.
Permítame hacerle un la pregunta: ¿cuál es nuestro mensaje primordial a este mundo acerca de Dios? ¿Estamos tratando de decirle a este mundo que Dios es omnipotente? Bueno, es verdad. ¿Estamos tratando de que el mundo entienda que Dios es omnisciente? ¿Que Dios es omnipresente? ¿Que Dios es inmutable? ¿Estamos tratando de que el mundo entienda que Dios es el creador y el sustentador del universo? ¿Que Dios es soberano? ¿Que Dios es eterno? Sí, todo eso es verdad. Lo que realmente queremos que el mundo entienda es que Dios es un Salvador, ¿no es cierto? Estamos tratando de hacer que ellos entiendan que Dios está ahí para salvarlos. Y eso es el versículo 10. ¿Cómo podemos adornar la enseñanza acerca de Dios como Salvador en toda área sino nos vemos como si fuéramos salvos? Digo, si yo le hablo de mi peluquero y usted me ve y dice ‘oye, tu cabello es un desastre’, no vas a ir a mi peluquero. Ahora, ¿qué tan obvio es eso? Si yo le digo que he encontrado un lugar maravilloso en donde comer y he estado comiendo ahí durante 15 años y que estaré comiendo ahí hasta que me muera; y tengo una enfermedad mortal debido a que me envenené por comer ahí, usted dirá ‘¡yo no voy a ir a ese lugar!’ No sirve de nada recomendar algo que no se manifiesta en mi vida. Si voy a adornar la doctrina o la enseñanza acerca de Dios como Salvador, entonces voy a tener que demostrar que he sido salvo. ¿Salvo de qué? Del pecado, del pecado.
Hacemos que la salvación sea atractiva cuando demostramos liberación del pecado. Poder sobre el pecado y la tentación. Vidas caracterizadas por la pureza, el poder, el gozo, la bendición. Por cierto, esa palabra “adornen” es maravillosa. Hay un spray para cabellos llamado así ‘adornar’ y eso realmente habla de lo que esa palabra significa. Es de una palabra griega kosmeō, de la cual obtenemos cosmético. Significa hacer que algo se vea hermoso. Decimos que una mujer se adorna a sí misma con joyas y era usada de ese modo en tiempos antiguos. La palabra kosmeō, usar cosméticos, hacer hermoso. De hecho, en el griego, hacer kosmeō del caos. Y eso es lo que ustedes, damas, están haciendo, básicamente. Ustedes están convirtiendo el caos en kosmeō, el desorden en belleza y orden. Algunas de ustedes están haciendo un trabajo maravilloso. Y el caos verdadero nunca será conocido, estoy seguro de ello. Pero eso es precisamente lo que la palabra significa. Y cuando le mostramos al mundo el orden y la belleza y el poder de un Dios Salvador en nuestras vidas, hacemos que la salvación sea hermosa. Hacemos que Dios, por así decirlo, sea atractivo. Y él dice: debes hacer eso en todas las cosas, en toda área.
¿Ve lo que está juego en aquí? Almas, almas eternas. Como puede ver, la conducta errónea por parte de los cristianos lleva a que los incrédulos calumnien a Dios, la conducta santa por parte del cristiano lleva a que la gente glorifique a Dios. El punto aquí en la vida santa, lo vuelvo a decir, no es sólo centrado en nosotros mismos, quiero estar contento. No quiero ser disciplinado. El punto aquí es el asunto entre entero del evangelizar. Todo está ligado a esto. Y lo vuelvo a decir, lo que hace que la Iglesia sea poderosa en el mundo no es su estrategia, es su virtud. Su santidad. Lo que creemos está ligado a cómo vivimos y como vivimos, está directamente ligado al evangelismo.
Entonces Pablo, en este capítulo, va a presentar algunos estándares. No son negociables. Son absolutos. Él le dice Tito: “No dejes que nadie le dé la vuelta a esto; no dejes que nadie evada esto y se justifique a sí mismo. Son cosas cruciales, sigue hablando; sigue hablando y habla con autoridad. Porque, ¿qué está en juego? La Palabra de Dios, el poder Salvador de Dios, todo eso está en juego. Y si vamos a tener un impacto en el mundo, va a ser el impacto dio nuestra vida santa, comenzando en el versículo 2. Y ahí comenzaremos la próxima vez, ahí vienen los mandatos. Llegan hasta el versículo 10. Y después, de los versículos 11 al 14, la razón para ellos. Es un capítulo poderoso y creo que Dios va a instruirnos de manera poderosa. Mi oración es que el resultado sea que muchos vengan a conocer a Cristo debido a su vida y a su testimonio.
Padre, te damos las gracias en esta mañana por este tiempo en la riqueza de Tu Palabra. Ahora, nos sentimos como que entendemos el corazón de este capítulo y ahora estamos listos para someternos a lo que enseña. Con ese fin en mente, oramos, en toda vida Señor, para que podamos adornar la enseñanza acerca de Tu poder salvador, para que podamos cerrar la boca de todo crítico del cristianismo, para que nunca podamos traer menosprecio a Tu Palabra. Señor, tanto está en juego - almas eternas. Ayúdanos a vivir vidas santas. Se nos ha enseñado durante muchos años la doctrina saludable. Ahora, Señor, por Tu Espíritu Santo, que vivamos vidas cristianas saludables y que Tú seas glorificado en nosotros y a través de nosotros para que nuestro testimonio puede ser la motivación misma para que otros acepten al Salvador. Oramos en Su querido nombre. Amén.
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